300 Contracara

Cuando abrió la puerta de su departamento Bryan esperaba ver el pasillo que conducía al viejo ascensor que siempre usaba, pero para su sorpresa el paisaje en el exterior era una especie de jungla interminable. Esto contrastaba demasiado con el ambiente en donde acababa de estar, así que parpadeó sorprendido y volteó la mirada. Pero tanto el umbral como la puerta de madera habían desaparecido, dejándolo en medio de la espesura.

- ¿Cómo puede haber un bosque aquí? -

- Es natural que sea un bosque. - Dijo la voz del niño misterioso que de pronto se encontraba justo detrás suyo: - El lugar perfecto para que el primer Extraño intente conquistar tu Mundo Interno. -

- ¿Seguimos en mi Mundo interno? -

- Es el límite, pero sí. -

- ¿Y por qué es un bosque? -

- Oh, los bosques son muy importantes. ¿Acaso las mejores leyendas y mitos sobre monstruos o demonios no comienzan en un bosque? ¿Por qué crees que eso es una constante? Hay desiertos, páramos, cordilleras y playas. Pero los aquelarres de brujas bailan desnudas y adoran a los demonios en la espesura del bosque. Los primeros sacrificios humanos siempre se realizan en un bosque. Las peores criaturas malignas comienzan su gestación en el bosque. -

- ¿Acaso los bosques son malos por naturaleza? - Preguntó Bryan mirando al niño con curiosidad.

- No es que sean malos per se. - Aclaró el niño sonriendo: - Es que son propicios para las actividades de los malos espíritus. Cuando estás en un bosque todo se ve igual, te desorientas y entonces tu mente se pone alerta y agudiza tus cinco sentidos. Como consecuencia de ello, los sonidos se escuchan más fuertes de lo que realmente son, las sombras se ven más amenazantes, etc. Eventualmente comienzas a confundir lo que percibes con lo que imaginas, recuerdas… o deseas. Así es como se abre la puerta al mundo espiritual y es más sencillo que tu alma sea abordada por entidades invisibles. -

Cuando estás perdido en un bosque todo parece igual, te confundes y tu alma se vuelve sensible a los ataques espirituales.

- No comprendo. -

- Despreocúpate, porque pronto lo entenderás. - Respondió el niño y luego le habló seriamente: - Ahora presta atención Bryan, porque esta pelea no la ganarás si no conoces a tu enemigo. Los Extraños no tienen forma propia, pero pueden adoptarla al alimentarse de sus víctimas. Y ¿cómo se alimentan? Ellos consumen el sufrimiento que proviene de las heridas del alma. -

- ¿Heridas del alma? -

- Todas las almas humanas están heridas, Bryan. - Explicó el niño apuntando con un dedo hacia su corazón: - Así como el cuerpo puede lastimarse, las almas sufren daño como consecuencia de una experiencia dolorosa o traumática del pasado. El problema es que las almas no tienen materia, no ocupan espacio y por lo tanto no tienen tiempo. Así que a diferencia de lo que ocurre con el cuerpo, las heridas del alma no pueden sanar con el paso de los años y seguirán ahí hasta el día de tu muerte, a no ser que las cierres. -

- Ya veo. - Respondió Bryan y luego observó sus manos mientras meditaba en el significado de esta información. Luego preguntó: - ¿Cómo se cierran? -

- Primero tienes que identificar el origen de la herida y luego te diré el método para superarla. - Contestó el niño sonriendo y luego se alejó tres pasos: - Te aconsejo que te apures, porque el primer invasor está a punto de llegar. -

Bryan lo miró confundido, pero antes de que pudiese decir algo sintió una inmensa intensión asesina que venía desde su costado. Inmediatamente se colocó en guardia e intentó llamar al Desgarrador Sombrío, pero su arma no le contestaba. Entonces trató de hacer circular su Esencia Mágica y se dio con la sorpresa de que esta tampoco respondía.

- ¡No tengo poderes! ¡Tampoco armas! - Exclamó Bryan asustado mientras trataba de localizar a la criatura que se acercaba. Le daba una sensación similar a la de la mantícora de Trunks o la Quimera del Bosque Oscuro. No podía verla, pero sentía claramente que había una bestia feroz moviéndose en la espesura.

­- Tus armas están en tu cuerpo, que ahora mismo se encuentra inconsciente en el continente Vathýs. - Explicó el niño: - Igual no te servirían de nada contra lo que viene. Además, no necesitas poderes. -

- ¡¿A no?! - Se burló Bryan sarcásticamente mientras trataba de localizar a la bestia entre los árboles.

Podía sentir claramente que esa criatura lo estaba rodeando. A veces su presencia desaparecía de un lugar y aparecía en otro, siempre a su espalda o en sus flancos, donde no podía tener ningún atisbo previo de su verdadera forma.

- Por supuesto que no. - Contestó el niño como si fuese algo obvio: - ¿Te acuerdas de dónde estamos? -

- ¿Mi Mundo Interno? - Preguntó desesperado.

- Exacto, es tu mundo. - Afirmó el niño: - Si quieres poderes, los tendrás. -

Justo en ese momento la bestia emergió de entre los árboles con una velocidad increíble. Tenía el cuerpo de un tigre, la cabeza de un león con colmillos anormalmente largos, y las garras de una pantera. Además, medía casi tres metros de alto.

La Bestia que emergió de entre los árboles tenía el cuerpo de un tigre, la cabeza de un león con colmillos anormalmente largos...

Bryan saltó a un costado de forma instintiva. Para su sorpresa, no fue su cuerpo sino el territorio entero el que se movió, provocando un desplazamiento extraño que se sintió similar al de haberse teletransportado. En cualquier caso, la bestia se veía lejos y él se encontraba en el suelo de un claro, con casi cincuenta metros entre ambos.

- Te lo dije. - Canturreó el niño que acababa de aparecer a su costado.

- ¿Qué carajo…? -

- Este lugar funciona con tu imaginación. Es tu propia mente. - Le dijo el niño: - Solo concéntrate en imaginar que el espacio cambia y cambiará. Imagínate usando los poderes que necesitas y los tendrás. Por supuesto que, cuanto mejor sea la imagen mental, mejores resultados tendrás, así que te conviene no fantasear con habilidades que nunca has usado.

Además, es preciso que te apresures. Porque el Extraño ya está atacando tu mundo interno. Su sola presencia es una fuente de corrupción. Así que cuanto más tiempo pase, menos será lo que podrás hacer. Fíjate, creo que ya no puedes hacer otro desplazamiento instantáneo como el que acabas de utilizar. -

Bryan trató de pensar en alejarse como al principio, pero esta vez el espacio no cambió.

- ¿Viste? - Dijo el niño.

- ¿No puedo imaginar que estoy fuera de este bosque? - Preguntó Bryan esperanzado.

- Me temo que lo primero que hace el Extraño es fijar el campo de combate. - Contestó el niño negando con la cabeza: - Además, para cambiar el entorno tendrías que crear una buena imagen mental de este y dudo que tengas tiempo mientras te ataca.

Ah, y cuidado que ahí viene. -

Justo en ese momento se escuchó un rugido y la maleza se sacudió violentamente. Pero lo que emergió de los árboles no fue la bestia, sino una persona.

- Parece que ya se está alimentando de tu herida y comenzó a robar tu identidad. - Dijo el niño sonriendo como si se tratase de algo curioso.

Bryan no preguntó a lo que se refería porque no era necesario. La persona en frente suyo tenía su misma cara y cuerpo. Pero los cabellos de esta versión suya eran largos y desaliñados, poseía colmillos afilados saliendo de su boca y todas sus uñas parecían garras. Solamente sus ojos dorados se veían antinaturales, con un iris alargado como los de un felino.

- ¿Puede metamorfosearse? -

- Más bien es alguien amorfo que adopta la forma de su huésped. -

Antes de que pudiese decir más, el Bryan salvaje soltó un rugido y cargó. Bryan extendió la mano e imaginó el Fuego Glacial Místico carmesí. Entonces una bola de llamas concentradas se generó en frente suyo y salió disparada hacia el Extraño, el cual salió volando hacia atrás con el cuerpo completamente en llamas. Se escucharon gritos horribles y la criatura se sacudió con violencia en el suelo.

- Bueno, eso es todo. - Celebró Bryan y observó su palma, donde generó una llama de fuego más pequeña para observarla: - Es increíble que solo tenga que imaginarlo. Además, no siento que esté consumiendo nada de energía. -

- Si, para ser tu primera proyección no está nada mal. - Asintió el niño: - Pero creo que estás muy relajado. Déjame decirte que ese Extraño está lejos de ser derrotado. -

­- ¿No viste su cuerpo en llamas? -

- Si, pero para empezar ellos no tienen cuerpo Bryan. - Señaló el niño: - Da igual cuanto lastimes a su manifestación. -

Y señaló en dirección al bosque.

El Bryan salvaje se había levantado y frente a los ojos de ambos todas las heridas o quemaduras desaparecieron en cuestión de segundos. Entonces el Extraño soltó un bramido que parecía una risa salvaje y volvió a cargar.

Bryan maldijo y arrojó otra bola de fuego, pero el hombre bestia lo esquivó con facilidad y cerró la distancia entre ambos muy fácilmente. Esta vez Bryan decidió probar otro enfoque, así que lo esperó y ejecutó una llave con derribe que aprendió en la legión. El Extraño cayó al suelo y entonces Bryan aprovechó para golpearlo con su puño directo en el cerebro mientras imaginaba que tenía su fuerza sobrehumana.

El cráneo del extraño se reventó con un crujido y sus sesos se esparcieron por la hierba.

- Ahora sí está muer… -

Pero antes de que pudiese finalizar esa frase, la cabeza del Extraño se regeneró y este se levantó para atacar a Bryan con sus garras, atravesando fácilmente sus ropas para desgarrarle la piel. Bryan dio una patada y consiguió alejarse, pero las heridas le habían dolido mucho más que de costumbre.

- Por cierto, él sí puede lastimarte. -

- ¡¿Por qué?! -

- Bueno, es un espíritu puro desde su nacimiento. Y naturalmente es un veterano en el funcionamiento del mundo espiritual.

Además, es un ser inmortal. Salvó muy raras excepciones, el sentido común dicta que sólo un inmortal puede matar a otro inmortal, Bryan. -

- ¡¿Entonces cómo voy a ganar?! - Exclamó Bryan mientras esquivaba a duras penas otro ataque del Extraño e intentaba usar más fuego para mantenerlo alejado.

- Normalmente no podrías, pero él entró en tu Mundo Interno y por eso hay una posibilidad de que lo sometas. ¡Ganarás mucho poder si lo consigues! - Dijo el niño animándolo desde lejos, aunque de algún modo su voz se sentía como si estuviese hablándole al oído.

- ¡Dime cómo lo hago! - Gritó Bryan saltando a toda prisa para evadir las garras y procedió a adentrarse entre los árboles para usarlos como obstáculos, mientras arrojaba llamas detrás suyo. Pero el Extraño fue en pos suyo sin dejarle un instante para descansar.

- El Bosque y la Fiera corresponden a la Herida del Rechazo. - Dijo el niño sentándose tranquilamente frente al tronco de un árbol, completamente indiferente al hecho de que Bryan estuviese luchando por su vida: - ¿Cuándo te rechazaron, Bryan? -

- ¡¿Qué? - Preguntó Bryan mientras se agachaba para esquivar las garras de la criatura y recogía el tronco de un árbol caído para usarlo como arma improvisada.

- La Herida del Rechazo es la más común de todas las heridas del alma. - Dijo el niño jugando con sus dedos: - También es la más profunda y difícil de sanar. Se produce cuando no somos aceptados, admitidos o validados. ¿Quién te rechazó, Bryan? -

- ¡No entiendo de que hablas! - Respondió mientras golpeaba con el tronco como si fuese un bate, pero el Extraño lo rompió con sus garras y reinició la persecución.

- Será mejor que lo averigües pronto. - Exclamó el niño sonriendo: - Ese Extraño no se detendrá hasta consumirte por completo, igual que lo haría una bestia.

Bryan maldijo, pero en ese momento sintió que lo arrancaban del suelo. El Extraño que lo imitaba consiguió ponerse a sus espaldas y clavó sus garras profundamente en los hombros de su presa, mientras lo arrastraba violentamente. Bryan logró sacárselo de encima a duras penas, pero sentía claramente que se estaba desangrando, de modo que decidió arriesgarse y se arrojó directamente contra el Extraño. Este abrió los ojos por la sorpresa, pero no alcanzó a reaccionar a tiempo y así Bryan pudo sujetarlo con una llave por el cuello.

- Ahogarlo no servirá. - Dijo la voz del niño: - Tienes que cortar la fuente de su poder. -

En efecto, aunque estaba ejerciendo presión sobre su arteria, el Extraño no dejaba de sacudirse violentamente y no parecía que fuese a perder energías pronto. Bryan tuvo que aceptar por fin que los métodos convencionales no servirían y comenzó a pensar en lo que el niño decía.

- Rechazo… ¿Cuántas veces me han rechazado? ¡¿Cómo voy a saberlo?! ¡Para empezar mi tesis no fue aprobada y por eso no obtuve la licenciatura! ¡Además, las chicas siempre me rechazaban! - Murmuró Bryan mientras se esforzaba por no soltar la llave.

- Eso no es verdad Bryan. Recuérdalo bien. - Comentó el niño con voz risueña: - Solamente te confesaste a una chica terminando la secundaria y luego te sentiste tan mal que nunca más volviste a pedirle salir a nadie. -

- ¡No es verdad! ¡Lo que ocurrió es que quería tener éxito primero! -

- Esas son excusas que ni tú te crees, por eso tus padres tuvieron que concertar una entrevista matrimonial, en la que también te rechazaron. -

- ¿Te estás divirtiendo a mi costa? - Se quejó Bryan enfadado y casi suelta el agarre del Extraño por la distracción, pero justo en el último segundo consiguió volver a cerrar la llave.

- A todos los hombres los rechazan las chicas, Bryan. Es prácticamente un deporte universal para el género masculino. - Contestó el chico con un tono de materia de hecho: - Lo que quiero señalarte es que contigo bastó una vez para que no volvieses a atreverte nunca. ¿Por qué te dolió tanto, Bryan? ¿Por qué te dolió más que al resto? -

Bryan quería responder, pero era muy difícil porque el Extraño estaba comenzando a usar sus dientes para tratar de morderle en el rostro y se le hacía difícil mantener el agarre de su llave. Sin embargo, en medio de la lucha comenzó a tener lo que parecían ser los destellos de un recuerdo. Bryan se concentró en eso y le pareció que escuchaba la voz de su padre desde muy lejos.

Te dije que no estábamos listos para tener hijos.

- ¡¿Ah?! - Exclamó Bryan sorprendido y en ese momento el Extraño finalmente se soltó.

Bryan inmediatamente giró el cuerpo para levantarse, pero la criatura ya estaba saltando encima suyo. No tenía tiempo de esquivarlo y encima estaba en una muy mala posición. Esta vez seguramente sería destripado.

Se escuchó el sonido de chasquido de dedos.

Cuando parecía que esas garras estaban a punto de tocarlo, el Extraño quedó congelado en el aire.

- Pero ¿qué? -

- Creí que necesitabas un descanso, así que pedí algo de tiempo. - Dijo el niño emergiendo de entre los árboles para caminar hacia él: - No lo desperdicies preguntándome cómo es que lo hice y más bien concéntrate. ¿Descubriste algo sobre ti mismo? -

- Es un recuerdo de mi infancia, creo que fue antes de ir al colegio. - Respondió Bryan tratando de comprender: - Escuché a mis padres decir que no estaban listos para tenerme en una noche cuando hacían la suma de las cuentas de la casa. Ellos no sabían que yo estaba despierto… Pero no tiene sentido, porque eso debe haber ocurrido cuando tenía 5 años. ¡¿Cómo podría ser un trauma?! -

- ¿Has olvidado lo que te dije? El tiempo no significa nada para una herida del alma. - Explicó el niño sonriendo: - El pasado ejerce una influencia muy real en el presente, precisamente porque las heridas del alma no se curan como lo hace el cuerpo. -

- Pero si solamente estaban haciendo las cuentas. ¡Tiene perfecto sentido que ambos se quejaran! No es que me estuviesen rechazando particularmente. - Objetó Bryan mientras se alejaba un poco del Extraño suspendido en el aire para caminar hacia el niño.

- Eso lo sabes ahora. - Dijo el niño: - Lo importante en este caso no es lo que realmente sucedió, sino cómo lo sentiste en ese momento. Los humanos primero sienten, luego piensan y finalmente actúan. Las acciones de los hombres siempre han sido y serán una exteriorización del mundo interior. Y eso lo saben instintivamente.

Pero cuando la conciencia se va formando uno no puede percibir el ambiente adecuadamente y por eso ocurren cosas que se sienten de una manera, aunque sean de otra. La mente es una potencia muy compleja que puede hacer cosas increíbles, pero precisamente por eso se demora en desarrollarse. ¿Sabes cuándo finalmente un ser humano ha desarrollado por completo su registro de emociones? -

- No soy experto en la psicología humana. - Admitió Bryan.

- Entre el existir y los 8 años, Bryan. -

- Ah… ¿Y eso qué significa? -

- Significa. - Continuó el niño: - Que todas las emociones que experimentarás en la totalidad de tu vida, tanto las positivas como las traumáticas, son una repetición de lo que sentiste durante esos cruciales años. Y adivina qué… ¡Estas son el origen de las heridas del alma! -

- ¿Quieres decir que mis padres son responsables de mis heridas en el Alma? -

- Tus padres o las personas que te criaron hasta los 8 años de edad. - Confirmó el niño asintiendo: - Y te diré algo más, la persona que más ha herido tu alma siempre es aquella con quien mejor te llevaste durante esos años. -

- Espera un minuto. - Dijo Bryan señalando al ser salvaje que tenía su cara: - ¿Me estás diciendo que esta cosa se alimenta de algo que sucedió cuando tenía cinco años? -

- Si. -

- ¿Y tengo que recordar esas cosas para vencer a los otros 4? -

- Y superarlo, esa parte es muy importante. - Asintió el niño: - Solo así podrás cortar la fuente de su poder. -

- Esto es una mierda. - Se quejó Bryan: - ¿Cómo voy a recordar cosas que pasaron cuando todavía mojaba la cama? -

- Recurriendo a la introspección… Pero la forma en que hablas da a entender que piensas haber vencido a este. - Dijo el niño chasqueando los dedos: - Me temo que todavía no has encontrado la Herida del Rechazo que te acosa. -

Bryan quería seguir quejándose, pero el tiempo volvió a transcurrir y la criatura cayó en el suelo con una expresión sorprendida, pues su presa ya no estaba donde se suponía. Pero rápidamente se recuperó y cargó contra Bryan con un rugido salvaje.

- ¡¿Qué se supone que falta?! - Preguntó Bryan dándole una patada a la criatura y alejándose para atacar con más Fuego Glacial Místico, esta vez en oleadas.

- Encuentra el origen de la Herida del Rechazo. -

- ¡Ya te lo dije! ¡Fue esa conversación que escuché! - Dijo Bryan cambiando de método e imaginando una oleada de Lanzas de Hueso que se clavaron en el cuerpo del Extraño y lo fijaron en el suelo temporalmente: - ¡Es evidente que pensé que no me querían y creí que deseaban que no hubiese nacido! -

- No, me temo que esa conversación solamente sirvió como una confirmación que terminó de abrir esa herida en tu alma. El origen se remonta a mucho tiempo atrás. -

- ¡¿Cuándo?! -

- Piénsalo. Es tu vida, después de todo. -

- ¡Estoy peleando por mi vida aquí! -

- Ya te di una pista, el resto es cosa tuya. -

¿Una pista? ¡¿Por qué no me lo dices de frente?!” Pensó Bryan, pero no tenía tiempo porque la criatura ya estaba ahí, blandiendo sus garras por encima suyo para desgarrarle el cuello. Apenas consiguió esquivarlo y el tronco del árbol que tenía detrás suyo acabó destrozado en lugar de su carne. Entonces imaginó la técnica de Repulsión Sanguinaria y una onda expansiva envió volando lejos a la criatura.

Piensa, piensa…. Dijo que me dio una pista. ¿Qué fue lo que me dijo? El progenitor con el que mejor me llevaba es el que me hizo las peores heridas en el alma. Esa sería mi madre. ¿Cuándo mi madre me hizo sentir rechazado?

Nunca, ella siempre estuvo ahí. Es verdad que era fastidiosa, pero fue casi siempre porque yo me lo merecía. Jamás me dijo nada que me hiciera pensar que no me deseaba. Ni siquiera cuando bromeaba diciendo que, si hubiese nacido mujer y no hombre, me habría…

En ese momento lo supo.

- Bien hecho. - Lo felicitó el niño, aunque su tono no se sentía alegre sino más bien triste y la mirada con la que lo observaba era seria: - Cuando aún estabas en el vientre de tu madre, la conexión que tenías con ella era más fuerte que nunca. Sentías lo que ella sentía. Ella era tu mundo.

El vinculo Madre e Hijo existe incluso antes del nacimiento.

Y cuando se enteró de que estaba embarazada, un instante, tan sólo uno, en el que pensó que quizá debería matarte en su vientre antes de que nacieras. El motivo era que creía que no tenía suficiente dinero para darte una “vida digna”. ¿Cuán estúpidos pueden ser los mortales? ¡Si hay una lección que deberían aprender es que la dignidad no puede ser comprada con dinero! -

- En mi mundo mi país estaba superpoblado. - La defendió Bryan, aunque aún estaba medio atontado por el descubrimiento: - La falta de recursos era una amenaza y ese era un discurso que se escuchaba mucho. -

- Si en tu mundo faltaban recursos lo único que debían hacer era generar más. - Lo cortó el niño con un bufido: - El sacrilegio que cometieron los que escribieron ese falso discurso lo tendrán que pagar durante muchos eones venideros. ¡Y créeme que lo pagarán! -

- No fue culpa de ella. -

- Es cierto. - Asintió el niño con tristeza: - Y también es verdad que ese pensamiento desapareció de su mente por completo en cuanto sintió el latido de tu corazón. Pero eso no tiene importancia. Porque tú sentiste su rechazo y desde entonces estuviste marcado por eso. Años después, cuando escuchaste hablar de ese modo a tu padre. Simplemente fue la confirmación de un miedo que ya tenías: Si tu propia madre rechazó tu existencia, ¿cómo podría aceptarte alguien más? -

En ese momento la bestia regresó y cargó contra su presa, pero el niño volvió a chasquear los dedos y el tiempo se detuvo. Fue afortunado, porque Bryan estaba temblando y su mente se había ido por completo de la pelea. Pero el niño se acercó a él, lo tomó por sus hombros heridos para obligarlo a inclinarse y luego le sujetó el rostro para mirarlo.

- Bryan, escúchame bien. Si no hubieses venido a este mundo, Fanny definitivamente iba a morir en el Bosque Oscuro, descuartizada por los Ogros Devora Hombres.  -

Esas palabras lo despertaron.

- Jack iba a ser golpeado hasta la muerte por Carey y Borg un día en que se emborracharon. Phoebe hubiese sido asesinada por Sombra Fantasmal. Tus amigos enanos estaban destinados a morir en un derrumbe de la mina de Oricalco. Trunks moriría asesinado por Sorin en uno de sus viajes al Valle del Sol, cuando no pudo soportar más su odio y decidió tratar de emboscarlo él solo. - Continuó el niño con seriedad: - Odón Ascher iba a matar a Emily en su misión. Sofía acabaría incinerada en el reino del Ifrit. Odiseo y sus amigos terminaban muertos en el Bosque Oscuro por culpa de una oleada de monstruos. Gilberto moría en una emboscada de los Elfos Oscuros. Lisa se suicidaba mordiéndose la lengua, pero no antes de que Lawrence fuese asesinado por Clark Ascher cuando intentó rescatarla…. Y mucho, mucho más Bryan. No te estoy mintiendo. No es una teoría. Es lo que habría sucedido si tú no hubieses nacido y llegado a este mundo con tus recuerdos.

Esto no ocurrió por casualidad, Bryan. Nada ocurre por casualidad. Estabas destinado a venir aquí. Estabas destinado a conocer esas personas. Estabas destinado a vivir. -

Bryan se levantó lentamente mirando al niño.

Este sonrió y le dijo: - Incluso si mueres ahora mismo, tu vida no dejó de tener sentido. ¡Tu vida tuvo un significado, tanto como Bryan o como Han Shuo! -

Entonces el niño chasqueó los dedos y el Extraño con forma de Bryan volvió a correr hacia él. La lucha entre ambos se reanudó, pero esta vez había algo diferente. Bryan era diferente. Hasta ese momento la bestia siempre estuvo abrumando a Bryan y este mantenía la defensiva, en cambio ahora sus movimientos se habían serenado, eran más precisos y también aumentaban en fuerza.

El Extraño trató de usar ataques inesperados y aprovechar su velocidad para recuperar la ventaja, pero todos sus golpes fueron interceptados con un mínimo de movimientos y más bien recibió un rodillazo en el estómago que lo hizo retroceder varios metros, hasta impactar con un árbol.

- Te estás debilitando. - Susurró Bryan a la bestia mirándolo fríamente. Y una sonrisa casi tan salvaje como la expresión de su otro yo comenzó a brillar en su rostro: - Por supuesto que sí. Esta es mi vida y mi existencia tiene un significado. No le pienso entregar mi destino a nadie. Tú no me lo vas a robar. Da igual cuánto rujas o me maldigas… ¡Yo no pienso dejar que me quites mi propósito! -

Entonces levantó una mano y arrojó una bola de Fuego Glacial carmesí mucho más grande, que provocó una terrible explosión. Esta vez el Extraño soltó un grito de dolor mucho mayor y Bryan confirmó que sus heridas ya no se estaban regenerando.

- Exactamente, Bryan. - Dijo el niño caminando a su lado: - El origen de cada uno no se encuentra en la voluntad de los padres. Naturalmente les debes respeto, porque fueron el medio para que llegases a existir. Porque te amaron, enseñaron y cuidaron.

Pero al final no dejan de ser instrumentos para que se cumpla un propósito mucho más grande. Uno que ni siquiera has alcanzado a comprender. El “por qué” y el “para qué” de cada persona no está escrito en el cuerpo que la madre da a luz, sino en el alma. Y la creación de un alma no tiene nada que ver con cualquier cosa que los humanos hagan. -

El origen del Ser Humano está escrito en su alma, no en la voluntad de sus progenitores.

Frente a sus ojos, el Extraño comenzó a retorcerse y cambiar de forma, hasta que adoptó nuevamente la apariencia de felino que lucía en un principio. Pero ahora Bryan no le tenía miedo, sino que lo veía con pena.

- ¿En verdad cree que aumentando de tamaño tendrá la ventaja? ¡Solamente se ha convertido en un objetivo más grande! -

- Simplemente ha perdido la fuente de su poder y ya no puede seguir imitándote. - Explicó el niño misterioso: - Ahora puedes hacerle todo el daño que quieras hasta que se someta. -

Bryan sonrió y comenzó a arrojarle más oleadas de Fuego Glacial. La piel de la bestia se quemó hasta quedar en carne viva y los gritos que arrojaba eran cada vez más grandes, hasta que finalmente comenzaron a bajar en intensidad. La enorme criatura se había convertido en un montón de carne chamuscada que ya no podía moverse libremente.

En ese momento unas misteriosas cadenas negras brotaron del suelo y enlazaron al Extraño varias veces. Luego comenzaron a jalarlo hacia abajo, hasta que el cuerpo desapareció en las profundidades de la tierra.

- ¡¿Qué era eso?! - Preguntó Bryan.

- Alguien que está aceptando su propio destino e intenta congraciarse contigo. - Dijo el niño crípticamente: - En cualquier caso, este Extraño está sometido y has comenzado tu propio camino para dominar el Reino de los Demonios Separados, pero uno en el que tú someterás a estos demonios en lugar de ser sometido por ellos. -

- Me alegra que finalmente, terminase. -

- ¿Terminar? Aún faltan cuatro. -

- Carajo. -

- Bueno, ahora que sabes el truco debería ser más fácil. - Dijo el niño riéndose de la expresión de Bryan: - Recuerda que cada demonio se alimenta de una herida diferente, así que tendrás que encontrar cada una de ellas. -

- ¿No puedo buscarlas ahora mismo, antes de enfrentarlos? -

- Si, por supuesto. Pero te tomaría unos veinte años de introspección. En cambio, luchando contra ellos, evocarás más fácilmente esos recuerdos. -

Bryan soltó una maldición y luego dijo suspirando: - Entonces vayamos de una vez. Hazme un favor, ¿en esta ocasión podrías chasquear los dedos y paralizar el tiempo un poco antes de que el Extraño llegue? Quiero imaginarme un arma antes de comenzar. -

- Un arma no servirá de nada si no has cortado la fuente de su poder. - Dijo el niño mirándolo de reojo, como si estuviera sorprendido de que todavía no entendiese el concepto de esta lucha espiritual: - No serás capaz de dominar a los Extraños si no lidias primero con la confusión dentro de ti. -

- Servirá para mi propia paz mental. - Replicó Bryan.

El niño se río mientras ambos comenzaban a caminar y todo el entorno se trasformaba en un nuevo campo de batalla.

*****

Región de Lumbardéa, las estribaciones montañosas de Lago Brumoso.

A las doce del mediodía la maldita niebla finalmente desapareció y Druso observó desde lejos cómo el Prefecto Lucio Voreno luchaba desesperadamente en una colina que estaba repleta de enemigos ascendiendo por todas partes. Finalmente podía ver que se trataba no de ciudadanos rebeldes o campesinos sublevados, sino de bárbaros del norte.

La mayoría estaba usando viejas armaduras o armas de legionarios. Quizá era un intento fútil por disfrazarse o simplemente eran los expolios que obtuvieron al saquear a los muertos, luego del último desastre militar que consiguieron orquestar. Pero era evidente que se trataba de bárbaros. Bastaba con mirar su forma de gritar o de moverse para reconocer a esas malditas alimañas invasoras.

¿Cómo habían llegado hasta ese lugar en el interior del Imperio sin ser vistos? Tan solo el año anterior sus tribus habían sido prácticamente exterminadas por el Cónsul Esteban. ¿De dónde habían salido estos brutos? ¿Cómo burlaron a los defensores de la frontera? Druso no tenía idea, pero sabía que la traición era la respuesta al “por qué”.

Desde donde estaba no tenía modo de llegar hasta esa colina, de modo que observó impotente como el Prefecto y los pocos guardias que le quedaban retrocedían colina abajo por un espacio que parecía menos poblado de enemigos. Lucio Voreno había comprendido que aquel era el final. De modo que blandió su espada al viento y los legionarios que le acompañaban imitaron su movimiento de desafío a los bárbaros enemigos.

Estos aguardaban la orden de su cacique o líder guerrero, el cual se sonrió y miró a sus colegas para decirles en su dialecto primitivo: - Es innegable que estos itálicos tienen valor, lástima que hoy no tengan estrategia. -

Y dio con su brazo la orden de ataque.

Llovieron jabalinas. Cuatro legionarios cayeron atravesados, pero dos de ellos junto con Lucio Voreno consiguieron evitarlas y con un rápido movimiento usaron sus Auras de Batalla para asestar golpes mortales a las primeras filas de atacantes. Estos ya no esperaban órdenes de su cacique y cargaron contra los sobrevivientes para vengar a sus compañeros abatidos por aquel enemigo que persistía en intentar eludir su inexorable destino de derrota y muerte, usando las rocas y los árboles cercanos como obstáculos.

A Druso le habría gustado ser ciego aquel día.

Los últimos legionarios cayeron abatidos. Pero, aunque Lucio Voreno estaba herido en un costado, de algún modo se mantenía en pie. Tenía una lanza clavada que se había partido por la mitad. La lanza le impedía el movimiento, pero se mantenía, aunque débil, sobre sus piernas. Arrojó el escudo al suelo. El dolor le atravesaba, la sangre brotaba a borbotones por la herida. Cogió con una mano la lanza e intentó sacársela, pero no tenía suficientes fuerzas. Los bárbaros habían detenido su ataque. El Cacique observaba sonriendo y disfrutando el momento.

Lucio Voreno inspiró aire como para recuperar fuerzas y miró a su alrededor. Vio muy a lo lejos al grupo de Druso y pensó “bien por ellos”, pues los confundió con sobrevivientes de su propia guardia y sintió alivio porque estaban lo bastante distantes como para salvarse de aquella carnicería. Pero no podía morir fácilmente, ante aquellos bárbaros enemigos y humillado ante legionarios suyos que le observaban desde la distancia.

Al menos al final de su vida estaba dispuesto a demostrar lo que significaba ser un comandante de las legiones de itálica.

Lucio Voreno soltó entonces su espada y con las dos manos tiró de la lanza al mismo tiempo que gritaba para arrancarse tanto el astil como el dolor a la vez. Por un instante cayó de rodillas. Puso la mano izquierda sobre la herida abierta para disminuir el flujo de sangre y con la derecha cogió de nuevo la espada, ayudándose con ella como si se tratara de un bastón. Así fue como consiguió levantarse de nuevo, herido y vacilante, pero con orgullo.

Entonces volvió a blandir su espada con sorprendente agilidad, desafiando a los enemigos que se le venían encima, esperando un nuevo ataque, solo, sin escolta ni legionarios, sin tropas a las que mandar, sin aliados, sin amigos, rodeado por miles de bárbaros, respirando el aire ya cálido del que sería su último día.

Druso observaba mudo el sufrimiento honroso de aquel hombre, su Prefecto. Y de pronto pensó que todos sus errores o defectos ya no importaban, porque definitivamente era uno de los hombres más valientes que seguramente vería en su vida. Qué desperdicio que muriese ahora. Qué vergüenza para el imperio que existieran personas tan insensatas y pérfidas como para matar a traición a aquel Prefecto.

El cacique de los bárbaros dio la orden de ataque, pero esta vez sólo dos enemigos se abalanzaron sobre Lucio Voreno. Éste retrocedió un paso para apuntalar mejor su estocada defensiva y con la espada golpeó las lanzas desde un lado, partiéndolas de una vez.

Los legionarios que voluntariamente acompañaron a Druso y contemplaron la escena lanzaron un grito de júbilo. Los bárbaros que habían perdido sus lanzas simplemente sobrepasaron a su enemigo y se prepararon para volver a atacar, esta vez con sus espadas.

Lucio Voreno los esperó, pero sentía como sus fuerzas lo abandonaban por momentos. Apenas podía mantener la vertical. Sus pies helados se empapaban del calor de su propia sangre, su vida misma que se derretía sobre la tierra. Uno de los bárbaros se abalanzó sobre él para matarle con la espada. Voreno paró el golpe con su propia arma, pero el ímpetu del bárbaro le derribó y cayó de espaldas. Quiso levantarse, pero su cuerpo ya no respondía, así que se quedó sobre la hierba, con una mano en la herida y la otra en la espada, mirando al cielo. Dibujada en el horizonte vio la sombra de un bárbaro cernirse sobre él. Sintió entonces otra lanza que lo atravesaba y de pronto dejó de sentir, de pensar, de ser…

La Muerte de Lucio Voreno

Druso y los legionarios observaron hasta el final esa exhibición de pundonor. Lucio Voreno los había traído al desastre, pero también les había dado una lección de dignidad resistiendo hasta el último instante de su existencia.

- ¡Que los dioses te reciban en la mansión de los héroes, mi Prefecto! - Susurró Druso derramando una lágrima que nunca pensó que podría soltar por Lucio Voreno, entonces todos dieron media vuelta y se adentraron en el bosque. Galoparon durante todo el día sin parar, huyendo, sin pronunciar palabra, sin decirse nada, sin casi pensar. Buscaban la supervivencia y olvidar lo presenciado, olvidar su fracaso, su sufrimiento y, sobre todo, el dolor de su comandante caído en combate.

Cuando finalmente llegaron a la fortaleza, Druso confirmó con dolor que solamente un tercio de los legionarios se había salvado. El resto había muerto en el horror de la neblina o compartiendo la gloria del Prefecto. Pero todavía tuvo que soportar un último golpe que aquel día aciago le tenía preparado.

Y es que le informaron que la esclava Alfasia había desaparecido de la fortaleza misteriosamente, poco después de que la legión partiese. También lo había hecho esa maldita carta con el sello consular que dio inicio a este desastre, la cual, junto con el amuleto resplandeciente que Lucio Voreno tenía consigo eran las únicas pruebas tangibles de la traición que Tiberio Claudio había conseguido urdir.

*****

El siguiente reto de Bryan fue superar la Herida del Abandono.

La batalla se desarrolló en lo que parecía ser una caverna oscura que le recordó vagamente al lugar en el que luchó contra Vlad Cerrón.

En esta ocasión el Extraño que lo atacó era una especie de araña gigantesca y asquerosa, que se transformó en una versión suya con cuatro brazos el cual, según el niño, se alimentaba de aquel momento en el que se sintió abandonado por sus padres.

Extraño de la Herida del Abandono con forma de araña.

Bryan no tuvo problemas para encontrar el origen de esta herida, porque recordaba claramente que su madre trabajaba mucho. Pero además su padre estaba emocionalmente ausente y era un hombre chapado a la antigua, siempre serio y estoico, que no era bueno comunicando a sus hijos que los quería.

Esta vez Bryan tenía en sus manos un par de espadas que usó desesperadamente para desviar y devolver los ataques cuádruples de su versión aracnoide, hasta que finalmente pudo bloquear la fuente de su poder. Afortunadamente ya había aceptado que tenía un destino superior y que su vida no era una simple casualidad, pues esto lo ayudó a darse cuenta de que en realidad nunca estaba realmente solo y que en su vida intervenían no solamente otras personas, sino fuerzas superiores que velaban por cada uno de sus pasos.

Cuando finalmente aceptó esto, el poder de su contraparte con cuatro brazos finalmente se cortó y pudo disfrutar chamuscando a la araña lentamente hasta que finalmente las cadenas negras la absorbieron.

- La siguiente es la herida de la Humillación. - Dijo el niño contemplando el entorno que se había convertido en un terreno donde había ríos de lava y columnas de fuego: - La herida se forma en el momento en que el niño percibe que uno de sus progenitores se siente avergonzado de él. -

- Nací en China… ¡Hay cientos de formas en que uno puede avergonzar a sus padres! ¿Cómo se supone que voy a encontrar el recuerdo apropiado? -

- Será mejor que pienses rápido porque ahí viene. -

El Extraño esta vez tenía forma de serpiente gigante que comenzó escupiendo lava de un modo muy parecido al que Gilberto hacía cuando estaba desesperado, pero finalmente se convirtió en una versión de Bryan con la piel llena de escamas imposibles de cortar.

Extraño de la Humillación

Su contraparte comenzó a atacarle de un modo distinto al de los otros, con golpes mucho más precisos y certeros. Lo más extraño era que cada vez que Bryan acertaba golpearlo, el Extraño le sonreía de un modo asqueroso, como si estuviera disfrutando el dolor que le causaba.

Tal como temía, Bryan tuvo que luchar por mucho tiempo y caer al suelo varias veces, hasta que finalmente recordó el momento en que su madre lo regañó en público por haberse robado un juguete de una tienda y todas las personas alrededor se rieron de él.

- ¡Ya entendí de dónde viene! ¡¿Por qué este Extraño masoquista no se debilita?! -

- Porque, aunque conoces la causa, aún sigues avergonzado. - Le respondió el niño.

- ¡Yo no estoy avergonzado! - Gritó Bryan mientras provocaba un derrumbe para enterrar a su contraparte con piel de serpiente: - ¡Me he vuelto aristócrata! ¡Tengo poder! ¡Mujeres hermosas! ¡Y mucho dinero! ¡Soy el puto campeón del Gran Anfiteatro Imperial! ¡Nunca me sentí más orgulloso en toda mi vida! -

- Bryan, el orgullo no es el opuesto de la vergüenza sino su origen. - Respondió el niño mientras señalaba a la contraparte serpiente de Bryan, el cual ya estaba emergiendo de los escombros: - La humildad pura es el único antídoto para la vergüenza. -

- ¡¿Humildad?! - Exclamó Bryan mientras recogía unas rocas para arrojárselas a su yo serpiente que ya estaba trepando para llegar a él: - He sido un esclavo… ¡Qué hay más humilde que eso! - Entonces vio como su contraparte sonreía cuando una roca le impactaba y luego se relamía los labios: - ¡Maldita sea esta cosa! -

- Da igual cómo sea tu entorno, lo que importa es cómo te sientes. - Dijo el niño sonriendo mientras lo observaba pelear: - La vergüenza impide que puedas relacionarte con otros y solo ves cosas negativas en ti mismo. ¿Acaso no es cierto que no te gusta celebrar tu cumpleaños? -

­- Me parece una celebración tonta, es solo un año más de vida. - Dijo Bryan mientras interceptaba un ataque y usaba el mismo impulso para desviar la trayectoria del Extraño.

- Es tu vida. - Objetó el niño: - ¿Por qué no has de celebrarla? -

- No te entiendo. -

- Tú amas a Fanny ¿no es verdad? -

- Por supuesto. - Respondió Bryan mientras lanzaba una patada seguida por una bola de Fuego Glacial congelante: - Es una mujer maravillosa que sólo ha sido buena conmigo. -

- Si, pero no es perfecta. ¡Realmente hablaba en serio cuando trataba de estudiarte! Para satisfacer su curiosidad es capaz de muchas cosas. -

- ¿Y qué? -

- Emily puede ser despiadada, la has visto serlo. - Continuó diciendo el niño: - Phoebe es celosa y codiciosa. -

- Me estoy empezando a enojar. - Advirtió Bryan.

- Mi punto es que ninguna es perfecta y aun así no tienes problemas en aceptarlas. - Explicó el niño: - Entonces ¿por qué no puedes aceptar esa parte tuya que te avergüenza? ¿Por qué no puedes aceptar que eres al mismo tiempo el Bryan protector y el Bryan débil que en muchas ocasiones se deja llevar por sus impulsos?

No digo que tengas que ser débil. De hecho, debes luchar contra eso. Lo que digo es que no te importa amar o incluso admirar a otros, a pesar de que todos los demás tienen una parte suya que es débil o vergonzosa. ¿Por qué entonces tú no puedes aceptarte? -

- Ah. - Dijo Bryan y en ese momento su contraparte comenzó a dejar de ser invencible.

Pasaron unos minutos.

- Esta victoria tuya no se siente como una. - Dijo el niño levantando una ceja: - Más que cerrar una herida, es como si la hubieses parchado. -

- Ya no está abierta, eso es lo que cuenta. -

- Tampoco entiendo el por qué arrojaste a tu contraparte dentro de un lago de lava en lugar de terminarlo con tus propios ataques. ¡Y hasta te quedaste viendo fijamente cómo se derretía antes de que las cadenas se la llevasen! -

- Quería asegurarme de vencerlo por completo. -

- Más bien parecía como si le tuvieses un odio especial. -

- Es tu imaginación. -

- ¿Acaso temes ser un masoquista en secreto? -

- No voy a tener esta conversación. -

- Despreocúpate, Bryan. - Dijo el niño riéndose y haciendo un gesto tranquilizador: - Es cierto que la Herida de la Humillación puede terminar generando dependencia a otros y en casos extremos el fetiche del masoquismo. Pero haberla cerrado (incluso de este modo tan poco confiable) precisamente servirá como garantía de que nunca caerás en eso. -

- Me alivia saberlo. - Reconoció Bryan: - ¿Cuál es el siguiente? -

- Ahora toca la Herida de la Traición. - Dijo el niño mientras el entorno cambiaba para convertirse en lo que parecía un glaciar helado: - Se forma cuando tus padres incumplen de algún modo el deber de protegerte o las promesas. Pero también puede ocurrir cuando uno se traiciona a sí mismo de algún modo. Por ejemplo, si has hecho algo que tú mismo te juraste que nunca harías. -

- Bueno, esa es fácil. - Dijo Bryan sonriendo confiado: - Mi padre muchas veces me prometió cosas, como pasar el día conmigo, pero siempre estaba ocupado. Todo eso es traición. Pero si hablamos de algo doloroso, pues hubo una ocasión en la que me obligó a disculparme con un niño que me fastidiaba, solo porque era hijo de su jefe. -

- Lo tienes tan fijo en la memoria que lo supiste de inmediato. -

- Si, así que debe ser fácil solucionarlo. -

- ¿Eso crees? Mira por ti mismo. - Dijo el niño señalando.

Frente a ellos estaba una contraparte de Bryan sentado en el hielo y con las piernas cruzadas. Pero a diferencia de los otros, que parecían tener rasgos de alguna otra criatura, este se veía perfectamente igual. Un reflejo idéntico.

Ambiente Glacial y el encuentro con el Extraño de la Traición.

- Una transformación perfecta. -

- ¿Qué significa? - Preguntó Bryan con cautela.

- Significa que debe ser tu herida más dolorosa. - Respondió el niño mirando al otro Bryan severamente: - Porque apenas llega ya tiene demasiado poder. -

En efecto, su contraparte sonrió e hizo algo que ningún otro había hecho… hablar.

- ¿Quieres que comencemos? -

- ¿Tú hablas? -

- Por supuesto. - Dijo el Extraño: - Hemos hablado muchas veces. -

- Creo que no te entiendo. - Le respondió Bryan mirándolo confundido, había algo misterioso en la mirada del Extraño que era fascinante y al mismo tiempo… repulsivo.

- Oh, por supuesto que me entiendes. - Dijo el Extraño levantándose sin dejar de sonreír con perfidia: - Siempre me has entendido, querido y viejo amigo. -

- ¿Acaso nos conocemos? -

- Demasiado bien. -

- No hables con él, Bryan. - Le advirtió el niño desde atrás: - Sólo dirá mentiras o medias verdades, que son algo peor. -

El Extraño con su rostro simplemente sonrió como si hubiese escuchado un viejo chiste y recitó una frase como si estuviese cantando: - “Un buen amigo te protege de la tormenta.” Dime, ¿me entiendes ahora, Han Shuo? -

Fue como si un rayo le hubiese caído. Bryan se quedó paralizado de pronto y sintió que sus extremidades se volvían rígidas. Su corazón comenzó a latir con toda velocidad. Su respiración vaciló.

Todo por esa simple frase, que no había escuchado hace años. Tantos años.

- Por cierto, Xu Xiaodong dijo que te diga hola. - Añadió el Extraño con una sonrisa de burla y condescendencia: - Así que… Hola. -

- Cierra la boca. - Dijo Bryan reaccionando por fin, pero su garganta se sentía seca: - Tú no conoces a Xu Xiaodong. -

- Dijo que disfrutó mucho su última conversación contigo. Aunque supongo que tú no la disfrutaste tanto, después de todo. - Comentó el Extraño como si no lo hubiese escuchado y se acercó lentamente: - Ese realmente fue el mejor ejemplo de lo que es un buen inicio con un mal final, ¿verdad? -

- ¡Cállate! - Exclamó Bryan iracundo y apuntándole con su espada, aunque claramente estaba inestable: - Tu no lo conoces. No sabes nada. ¡Simplemente has leído alguno de mis recuerdos! - Señaló al niño que observaba en silencio: - ¡Es lo que él dijo! ¡Eres un embustero! ¡Un maldito mentiroso! -

- Si, es lo que siempre nos dicen. Convenientemente olvidas que somos espíritus y no estamos limitados por el espacio o el tiempo de los mortales. - Respondió el Extraño con el rostro de Bryan sin inmutarse en lo más mínimo: - Tu querido amigo Xu Xiaodong murió a las 4:20 pm ejecutado en el mismo distrito miserable en el que vivió toda su maldita infancia. Bueno, el gobierno dijo que falleció en un accidente. Pero tú sabes lo que realmente ocurrió. Y también sabes quién fue el responsable.

- ¡Silencio! - Ordenó Bryan, pero la mano con la que sujetaba la espada se sentía muy pesada y no alcanzó a mover el brazo.

- Sus últimos momentos estuvieron llenos de pánico y llenos de terror. - Continuó el Extraño deteniéndose a pocos pasos: - Completamente solo, en el paredón. Sin ninguna familia que viniese a reclamarlo luego. Sin amigos que lo despidieran. Porque tú lo abandonaste, Han Shuo. ¿O prefieres que te llame Bryan, como hacen los demás? Cambiar de nombre es una buena forma de olvidar lo que hiciste ¿verdad? Él hizo tanto por ti, pero tú le causaste un gran dolor y al final lo lastimaste más que nadie. -

- No es cierto. - Dijo Bryan negando con la cabeza: - Es una especie de truco. Tú sólo estás leyendo mi mente, ¿verdad? -

- Jajaja. - Carcajeó el Extraño y luego dijo: - ¿Sí? ¿No? ¿Tal vez? - Después lo miró tranquilamente y preguntó: - ¿Acaso tú puedes leer la mía? -

- ¡Puedo cortarte la lengua para que no digas nada! - Amenazó Bryan finalmente moviéndose y avanzando para colocar la hoja en el cuello de su contraparte. Estaba tan alterado que había olvidado completamente la realidad de que no podía hacerle daño en ese momento.

Quizá fuese por esto o porque sabía que Bryan realmente no haría nada, que el Extraño en lugar de retroceder simplemente continuó avanzando, ignorando completamente el filo del metal que se presionaba sobre su piel mientras decía: - Eres tan aburrido, pequeño pedazo de mierda. ¿De verdad crees que te tengo miedo? -

- ¡Cierra la boca! - Repitió Bryan, pero no cortó con su espada y comenzó a retroceder.

- ¿Recuerdas la última vez que siquiera pensaste en ése mismo al que alguna vez llamaste “Hermano Xu” con tanta alegría y felicidad? -

- No lo escuches, Bryan. - Advirtió la voz del niño: - Concéntrate en cerrar la herida. -

- “No lo escuches” - Repitió el Extraño sin dejar de mirar a Bryan: - ¿No es eso lo que hiciste con él? No escuchaste sus ruegos. No escuchaste ni sus súplicas. Simplemente lo abandonaste a las manos de esos locos que solo querían su sangre. -

- Ya déjame en paz. - Dijo Bryan, pero esta vez su voz casi parecía un ruego en lugar de una declaración y no dejaba de dar pasos hacia atrás.

- Ver el pasado de un mortal es tan sencillo para nosotros los Extraños. ¿Crees que es la primera vez que te veo? ¿Crees que no conozco todos tus infectos secretos? ¿Tus pecaditos? - Continuó la contraparte: - Tu amigo hizo tanto por ti, pero al final te avergonzabas de él. Eso hizo más fácil entregarlo, ¿cierto? -

- ¡No es verdad! -

- ¿Quieres saber un secreto? - Dijo el Extraño finalmente: - Al final de su vida, Xu Xiaodong nunca te odió. Lo que pasó fue aún peor. Él también se avergonzó de ti. Se avergonzó de haber llamado “hermano” a un cobarde egoísta y celoso como tú. -

Bryan no dijo nada y siguió retrocediendo. El Extraño continuó hablando con palabras que cortaban mucho más profundo que cualquier espada.

- Tanto que juzgabas a tu padre, pero al final eres mil veces peor que él. Te avergonzabas de tu padre y él también se avergonzaba de ti. Y demostraste que al final tu padre tenía razón en avergonzarse, cuando abandonaste a tu Hermano Xu. -

- Para… -

- ¿Y ahora quieres buscar tu destino superior? ¿Crees que lo mereces? ¿Ahora Han Shuo quiere ser amado? ¿Cómo podría amarte alguien cuando tu padre no te quería? ¿Crees que todas las mujeres a las que dices amar serán felices a tu lado? ¿Qué expresión tendrían ellas si se enterasen cómo eres en realidad? ¿También abandonarás a Jack como abandonaste a Xu Xiaodong? ¿Crees que un maldito cobarde como tú merece proteger a alguien? -

Estaban llegando al borde del glacial, detrás había un precipicio que parecía infinito. Bryan lo sabía, pero estaba demasiado asustado por el ser que tenía delante.

- Sin el poder no puedes hacer nada. - Continuó el Extraño: - Sólo se fijaron en ti porque eres poderoso. Sin la Esencia Mágica no serías nada. ¿Y qué pasaría si alguna vez la pierdes? O mejor aún, ¿qué pasaría si tus seres queridos supieran la asquerosa cucaracha cobarde y traicionera que eres en realidad? ¿Con cuánto asco te mirarán? ¿Lo has pensado? -

Llegaron al borde donde no se podía retroceder más. Bryan sentía un viento fuerte y gélido que soplaba por su espalda, pero no podía apartar sus ojos de su reflejo.

Y entonces el Extraño dijo la frase que terminó por sellar su derrota.

- ¿Un destino superior? ¿Una vida con significado? ¿Crees que alguien como tú se merece algo como eso? ¿Alguien que hizo lo que tú hiciste? No, Han Shuo. Tu nunca fuiste hecho para algo grande o significativo. No. Tú solamente fuiste hecho para servirme a mí. - Dijo el Extraño sonriendo de un modo casi paternal: - Tú me elegiste a mí hace muchos años. ¿Recuerdas cuando sólo eras un pequeño niño que se orinaba encima? ¿Recuerdas lo que le hiciste a tu padre? Recuerda, Han Shuo. Si tan solo recordaras… -

Bryan exhaló y fue como si su vida escapase a través de sus pulmones. Su brazo descendió y sus dedos soltaron la espada que aferraban. Entonces la contraparte sonrió y con una velocidad increíble usó su mano derecha para atravesar limpiamente el pecho de Bryan, abriéndose paso entre las costillas hasta alcanzar el corazón palpitante. Después, con un movimiento violento se lo arrancó y arrojó el resto del cuerpo hacia el abismo sin fin.

*****

Tenía siete años cuando su padre lo obligó a disculparse con el hijo del dueño de la pesquera en donde trabajaba. El mocoso odioso había decidido patear su pelota hacia el muro del muelle y ya no podría recuperarla, así que le dio un merecido puñetazo que acabó atinándole en la nariz. Después se sintió como un héroe de la tele, que derrotó al villano ladrón de pelotas.

Pero su Padre necesitaba el trabajo. Y cuando el malvado se quejó con el gran malvado, el padre de Han Shuo lo obligó a inclinar la cabeza, a pesar de que este trató de contarle todo lo que había sucedido.

Naturalmente se sintió traicionado. Ni una sola vez pasó por su cabeza que una nariz sangrante era mucho castigo para pagar por una pelota que se podía comprar por muy poco precio en casi todas las tiendas cercanas, hasta el punto en que las regalaban como premios si comprabas otros productos.

También culpó a su padre por lo que pasó después, cuando el hijo del dueño se sintió envalentonado y comenzó a reunir amigos suyos para perseguir a Han Shuo cuando regresaba del colegio. Nunca le contó esto a su padre, porque pensaba que no tenía sentido decírselo. Después de todo, lo había hecho disculparse injustamente. Lo había traicionado cuando debió protegerlo. Han Shuo estaba convencido de que su padre lo volvería a traicionar si le contaba acerca de los abusivos.

Pero siendo un niño que estaba construyendo sus emociones, se enojó con su padre como si este hubiese sabido de las persecuciones, como si su padre las hubiese permitido tácitamente. Y estaba tan enojado que cierto día cogió el emblema familiar, una reliquia que su padre valoraba muchísimo por haber pertenecido a su tatarabuelo, y la arrojó al mar en el mismo lugar en que ese niño odioso arrojó su pelota.

El emblema familiar era eso, el sagrado símbolo que representaba a sus ancestros. ¿Pero qué importaba esto cuando uno pertenecía a la familia de un cobarde? Se dijo Han Shuo. ¡Yo nunca seré cobarde como él! Lo juró ese día. Y nunca le confesó a su padre que él había tomado el sello. Tampoco prestó atención a todas esas tardes luego del trabajo en que su agotado padre estuvo buscando el sello y lamentando su pérdida.

Eras un niño, no tenías idea de lo que sucedía. No sabías que ese sello era importante para tu padre. Y la verdad es que sí te sentiste mal, porque de otro modo lo habrías olvidado.

La voz resonó en la mente de Bryan que estaba en medio de una interminable caída, con los ojos cerrados pese a estar en medio de una profunda oscuridad.

Da igual.” Respondió Bryan a la voz: “Lo que hice no puede deshacerse. Y es verdad que yo quería hacer sufrir a mi padre. Quería vengarme de él.

Fue por esas mismas fechas que conoció a Xu Xiaodong. Un héroe nato. Un niño dos años mayor con un sentido de la justicia que tenía talento para pelear y era hijo de un profesor de Kung Fu. Se hicieron amigos cuando este lo vio siendo perseguido por el grupo de abusivos e inmediatamente saltó para ayudarlo. Desde entonces lo llamó Hermano Xu y se convirtió en su modelo a seguir.

Pero con el transcurrir de los años, algo extraño comenzó a pasar.

Comenzaste a sentir celos de él.

Al principio éramos los dos en contra del mundo, pero con el tiempo se hizo evidente que él siempre sería más fuerte y yo siempre sería al que tenían que defender.” Admitió Bryan: “Incluso hizo el esfuerzo de tratar de enseñarme, pero no conseguí aprender nada.

Era dos años mayor y tenía entrenamiento desde niño.

Con el tiempo la diferencia se hizo insoportable. Todos lo admiraban a él y yo solo era su sombra. Siempre me cuidaba y por eso me convenía ser su amigo. Pero cuando en secundaria la chica que a mí me gustaba me pidió ayuda para volverse su novia… lo maldije en secreto, muchas veces. No era su culpa. Y fue leal al no aceptar salir con ella sólo porque él sabía que a mí me gustaba. Pero igual lo maldije.”

“Así son los celos a los quince.”

“Me sentí un cobarde y una mierda como amigo.”

Fue sólo durante los últimos años de secundaria que comenzó a notar que Xu Xiaodong era un poco lento de pensamiento. También era más pobre. Porque el padre de Han Shuo, ese mismo con el que tan resentido estaba, tuvo éxito convirtiéndose en dueño de su propio negocio, con lo que se convirtió en una de las tres personas más prósperas del pueblo.

La situación entre ambos comenzó a cambiar en función de las nuevas expectativas que venían con el final de la infancia.

Han Shuo aprendió el gusto por el dinero.

Han Shuo iría a la universidad de la capital.

Han Shuo tendría éxito en el mundo de los negocios.

En cambio, Xu Xiaodong se quedaría en el pueblo, heredando la escuela de su padre.

Entonces la admiración que sentía por su hermano comenzó a disminuir lentamente y un día fue reemplazada por la suficiencia.

Finalmente te sentías superior.

Ciertamente, pero también es cierto que en esas épocas mi hermano Xu Xiaodong comenzó a hablar de un modo extraño.” Recordó Bryan: “Dijo algo raro y por primera vez escuché usar la palabra “Destino superior” que se convirtió en algo frecuente en nuestras conversaciones.

Por aquel entonces Xu Xiaodong comenzó a discutir con su padre, quien únicamente aspiraba a conservar la tradicional escuela de Kung Fu y no tenía problemas en pagar la cuota al gremio de artistas marciales para que lo dejasen funcionar. Pero Xu Xiaodong pensaba que estaba mal depender de esas personas, pues en su opinión muchos de ellos no eran tan buenos maestros como su padre. Además, cada día había más personas en las altas esferas del gremio que eran auténticos estafadores, pero se presentaban como Grandes Maestros en el internet y las redes sociales. Estos farsantes recibían mucha admiración y cobraban grandes sumas de dinero por lecciones que no servían para nada.

Xu Xiaodong no estaba de acuerdo con que fuera esta gente quienes decidiesen si su padre era digno de ser artista marcial.

Además, se metió en fuertes discusiones con su padre y otros luchadores. En un pueblo chico todo el mundo se entera de las cosas y la familia de su hermano no era de los que bajan la voz al debatir. Xu Xiaodong creía firmemente que había mucho que aprender de las artes marciales fuera de China, en especial la MMA[1]. Pero para su padre tal cosa era sacrilegio y era imposible que hubiese algo mejor que sus técnicas ancestrales.

Xu Xiaodong no quería únicamente hacer dinero, sino que realmente amaba lo que hacía.

Quería que su vida significase algo más que trabajo.” Respondió Bryan: “Las Artes Marciales eran algo que realmente amaba y pensaba que era bueno perfeccionarlas. Además, detestaba a los estafadores que mentían a la gente.

Seguía queriendo ser un héroe y en cambio tú te rendiste con eso.

Me dije a mi mismo que estaba madurando, pero solo era cobardía.

Un día el pueblo entero se dio con la sorpresa de que Xu Xiaodong se marchaba a América. Para entonces había ganado muchos torneos y alguien le ofreció una beca. Su padre no quería que fuese, pero Xu Xiaodong le suplicó esperando en la puerta de su habitación durante tres días hasta que este aceptó a regañadientes. Luego su hermano recogió sus cosas y se marchó del pueblo, deteniéndose únicamente en la casa de Han Shuo para despedirse de su amigo de toda la vida.

Te dolió cuando cumplió su sueño antes que tú.

Nunca me había costado tanto fingir una sonrisa de despedida.” Asintió Bryan: “Yo estuve estudiando durante años para poder hacer el examen de ingreso a la universidad, pero él se marchó a otro continente de la noche a la mañana.

La verdad es que estuvo esforzándose mucho más que tú y tenía más edad.

En ese momento no quise darme cuenta.

Cuando Han Shuo fue a la capital, se olvidó de su hermano y se concentró en estudiar, convencido de que tenía el éxito asegurado. Pero descubrió rápidamente que tan sólo había sido un gran pez en un estanque pequeño. Muy pocos eran provincianos como él y casi todos tenían más dinero. Había los que estudiaron en mejores colegios desde muchos años atrás. También los que eran amigos de personas importantes. Sus notas no pasaron de ser promedio y cualquier esperanza de ser funcionario del gobierno se esfumó rápidamente en cuanto cayó en una universidad de tercera categoría. Incluso ahí no pudo ser el mejor y en pocos años se perdió en la marea de alumnos regulares.

Es en ese momento que Xu Xiaodong reapareció.

Salió en las noticias con el apodo de Lobo Frenético. Dijo Bryan: “Era el doble de grande y musculoso. Tenía una barba apenas rasurada. Era campeón de MMA[1] y Muay Thai. Creó su propio estilo fusionando técnicas de oriente y occidente. Y estaba dispuesto a desafiar a cualquier autoproclamado Maestro para exponer si realmente era verdadero o un fraude.

Estaba viviendo su sueño.

Su primer reto fue el Maestro Lei Wei, un usuario de Tai Chi que supuestamente tenía poderes sobrenaturales y se vendía en internet como el auténtico conocedor de una antigua tradición marcial. Al principio fue un simple debate en redes sociales, pero finalmente se encontraron en un sótano privado, con toda una audiencia y cámaras que transmitieron todo el enfrentamiento. 

El hermano Xu lo derrotó en menos de 20 segundos.

El video se hizo viral y muy pronto Xu Xiaodong era un héroe para las generaciones más jóvenes. Poco después estaba desafiando a otro “Maestro” de Tai Chi, Ma Bangog al que volvió a derrotar, aumentando aún más su popularidad. Luego otro y otro. Un magnate de bebidas que amaba el Tai Chi se enfadó con él y ofreció veinte millones a cualquier Maestro de Tai Chi que pudiese derrotarlo, pero ninguno pudo.

Cuando terminó con los de Tai Chi, pasó a los de Win Chun, Kung Fu y otros similares. Algunos sí resultaron ser reales y le dieron buena pelea, pero Xu Xiaodong derrotó a la gran mayoría porque se dirigía específicamente a los que presumían de ser personas con poderes místicos o sobrenaturales.

Pero al Partido Comunista de China no les gusta las personas que destacan individualmente y muchos de esos “Maestros” eran amigos de personas en el gobierno. En las redes comenzaron a acusarlo de menospreciar a la cultura China. Sus cuentas en internet fueron cerradas. La familia recibió amenazas de muerte y la policía cerró sus gimnasios. Redujeron la cantidad que podía guardar en los bancos para que no pudiese rentar propiedades. El gobierno lo bajó de categoría, lo que significaba que estaba prohibido que viajase en avión dentro del país o quedarse en hoteles. Básicamente le quitaron su capacidad para conectarse con el resto del mundo.

Así eran las cosas en China.

Todos los jóvenes pensaban que eso era una injusticia, pero a ti te encantó.

Me moría de celos de que mi hermano fuese un héroe y yo solo un mediocre.” Confirmó Bryan: “Pero con el tiempo la opinión popular se fue inclinando a considerarlo un hombre problemático y eso me hizo fácil soportar su fama.

Entonces llegó ese día maldito.

Maldito para siempre.

Xu Xiaodong apareció un día frente a su apartamento. Estaba cansado, se le veía enfermo y hambriento. Pero lo saludó como siempre. Como su buen hermano. El “Hermano Xu” que durante toda su infancia y adolescencia lo había protegido.

- Un buen amigo te protege de la tormenta. - Dijo suplicando: - Por favor ayúdame hermano Han. Creo que me están siguiendo para hacerme daño. Últimamente enojé a muchas personas y necesito un lugar en dónde quedarme durante un tiempo. -

- Hermano Xu. - Respondió Han Shuo: - Sabes que te aprecio, pero tengo un examen dentro de pocos días y en este lugar no cabemos dos. -

- Puedo dormir en un rincón. - Sugirió Xu Xiaodong: - Por favor, hermano Han. -

Han Shuo casi dijo que sí. Una parte de él quería decir que sí. Pero la otra tenía miedo de la casera, que le había advertido que lo echaría a la menor señal de problemas. No encontraría nunca un apartamento tan barato y cerca de su universidad. Xu Xiaodong era un hombre muy grande y llamaba la atención. Además, se había metido en dificultades él solo. Y lo más seguro es que estuviese exagerando demasiado al pensar que lo estaban siguiendo.

¿Por qué tenía que arrastrarlo a sus problemas?

- Lo siento, Hermano Xu. - Dijo Han Shuo negando: - Te dejaría entrar si pudiese. Pero no puedo porque no está permitido. Si quieres puedo prestarte algo de dinero y recomendarte lugares donde quedarte. Pero es imposible quedarse aquí. -

- Está bien hermano, lamento molestarte después de tanto tiempo. - Aceptó finalmente Xu Xiaodong suspirando tristemente: - Entonces recomiéndame unos lugares. -

Y así su hermano se fue.

Ni siquiera le reclamó o lo miró con desprecio. Tampoco aceptó el dinero que le ofreció a pesar de que claramente lo necesitaba. Simplemente le dio un abrazo y se marchó.

Pero tú sabías que habías hecho mal.

Era mi hermano y me consideraba como tal.” Reconoció Bryan sintiendo que se desgarraba por dentro: “Pero cuando él me necesitaba, yo lo traté como un indeseable.

Tan solo unas horas después, alguien más llamó a su puerta. Era la policía. Querían preguntarle si había visto al Lobo Frenético. Aparentemente lo estaban buscando porque participó en una pelea sin permiso y querían que pagase una multa.

- Sabemos que eres del mismo pueblo. - Dijo el inspector: - Pero seguramente tú serás un buen ciudadano y no te meterás en problemas ayudando a un hombre problemático que está intentando evadir su responsabilidad. -

- Eres un estudiante. - Añadió su compañero policía: - No querrás que te asociemos con ese tipo de personas que solo dan problemas. -

- Es cierto que estuvo aquí, pero no lo recibí. - Contestó Bryan asustado: - Pero sí le indiqué en dónde podía conseguir alojamiento barato si necesitaba. -

- ¿Oh? ¿Y dónde le recomendaste ir? -

Y Han Shuo le dio la dirección.

Se dijo a sí mismo que no quería meterse en problemas. Además, su Hermano Xu simplemente estaba tratando de evadir una multa. Luego lo buscaría y lo ayudaría a pagar parte de la deuda para compensarle. Eso era lo que pensaba.

Era lo que quería pensar.

Unos días después escuchó la noticia de que Xu Xiaodong estaba muerto. Un accidente en su pueblo natal. Pero eso no tenía sentido, porque su hermano tenía prohibido viajar en tren y tendría que haber conducido 36 horas para llegar al pueblo. ¿Cómo era posible que hubiese llegado ahí?

Solo se le ocurrió una respuesta:  El gobierno lo había matado.

Y fue el propio Han Shuo el que les indicó en dónde encontrarlo.

No sabes lo que realmente sucedió.

Sé que lo abandoné y preferí entregarlo a la policía que arriesgarme.” Se acusó Bryan derramando lágrimas: “La peor clase de traidor.

Tú no querías que muriera.

No importa lo que quería, lo que importa es lo que hice y no hice.

Fue después de eso que sus notas bajaron y apenas consiguió graduarse. Cualquier ambición que aún le quedase, cualquier anhelo de superarse, cualquier deseo de luchar por un futuro mejor para sí mismo desapareció con la muerte de Xu Xiaodong. Comenzó a refugiarse en el internet, la pornografía y la autocompasión. Dejó de estar en contacto con sus conocidos e incluso con sus familiares. No tenía dinero para cosas como el alcohol y las drogas, sólo por eso no se volvió un adicto. Y la única pasión que conservaba era intentar cocinar platos del extranjero de vez en cuando.

Hasta que Chu Can Lan lo mató.

Luego, cuando vio la terrible vida del Bryan original, se dijo a sí mismo que haría las cosas en su memoria y luego la Esencia Mágica comenzó a ayudarlo como una droga, haciendo que se olvidase de su vida anterior.

Haciendo que se olvidase por completo de Xu Xiaodong.

[1] MMA: Mixed Martial Arts o Artes Marciales Mixtas

Victoria del Extraño

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú. Hoy es miércoles 19 de Julio del 2023.

¡Bueno, este capítulo resultó muy diferente a todo lo que había imaginado!

Sin embargo, creo que al final el desarrollo terminó siendo bueno y se lo debo principalmente a un comentario del lector Nahuel Diaz Valiente que siempre está dándome sugerencias muy interesantes y mencionó que sería genial hacer a Bryan combatir con versiones de sí mismo para fortalecer su identidad. Pues bien, a partir de esa idea se me ocurrió que era una buena oportunidad para profundizar en los traumas del protagonista y mostrar su debilidad.

Ahora, como muchas veces he mencionado, yo soy católico. Un católico mediocre e indigno, pero un católico finalmente. O por lo menos alguien que algún día aspira a serlo. Es precisamente por eso que siempre estoy evitando hacer menciones al cristianismo, no porque no me guste (de hecho, es muy difícil para mí escribir de este modo) sino porque le tengo mucho respeto a la teología y no quiero hacer nada que la banalice o cree confusiones, incluso si es indirectamente. Este capítulo me acercó mucho al límite de esto, porque al final quería que la interacción de Bryan con los Extraños fuese muy parecida a la que un auténtico demonio tendría con un humano.

El primer enfrentamiento nos presenta a una bestia, que es una referencia al evento bíblico de Nabucodonosor, el cual fue forzado a convertirse en una como un castigo por su soberbia y hay muchos cuadros al respecto en los que me inspiré. Y es que la Herida del Rechazo es la más común y puede hacer que las personas inflen su ego en un intento de compensarlo.

Que el primer desafío ocurra en un bosque y los comentarios del niño sobre cómo estos ayudan a favorecer los ataques espirituales demoníacos los escuché en una conferencia sobre simbología pagana y sus peligros para el hombre antiguo y moderno.

La araña y la serpiente fueron cosas más sencillas que me pareció que correspondían a la herida en cuestión. Y que la serpiente fuese masoquista fue un simple alivio cómico que me pareció interesante poner, dado que en realidad la Herida de la Humillación puede devenir en este fetiche.

Pero a todo esto ¿Qué son las 5 heridas? ¿Es un concepto teológico? La respuesta es que se trata de un problema doble, porque es al mismo tiempo psicológico y espiritual. Así que se tiene que resolver de las dos maneras.

El concepto de que el alma está herida por el pecado original desde el nacimiento, y que esta herida se profundiza con las malas acciones, es teológico. Hay toda una respuesta religiosa para saber cómo sanar esta condición y los invito a buscarla. También es teología básica que el Alma está dividida en Superior e Inferior, con sus respectivas facultades. Todo esto es algo que ya desarrollé en capítulos anteriores.

Sin embargo, el concepto específico de las heridas lo obtuve de dos obras principales.

Primero está el libro: NUESTRO NIÑO INTERIOR. Escrito por el autor norteamericano John Bradshaw. Este fue un educador, consejero y orador que presentó varios programas de televisión de PBS sobre temas como la adicción, la recuperación, la codependencia y la espiritualidad. Como Bradshaw es un hombre religioso, me ayudó mucho a ver el problema psicológico desde un punto de vista espiritual, el cual me servía para lo que quería hacer en este capítulo.

Luego está el Libro: LA SANACIÓN DE LAS 5 HERIDAS EMOCIONALES. Escrito por la autora canadiense Lise Bourbeau, quien ha escrito mucho sobre desarrollo personal. Ella es del tipo que cree en la reencarnación, algo que yo no comparto, pero sus análisis son bastante buenos y teniendo en cuenta que originalmente Bryan es chino, pues no parecía mala idea utilizar algunos de sus conceptos.

Fueron estos dos autores los que me permitieron dar forma al desafío que Bryan tiene que resolver. Sin embargo, las respuestas que da el niño a Bryan sobre la forma correcta de cerrar cada una de las heridas, si son exclusivamente religiosas. Y es que las terapéuticas requieren, pues, años de terapia de modificación de conducta. Así que no me servían.

Esto nos lleva a la escena final en que Bryan se enfrenta con su contraparte más poderosa. Se trató únicamente de un diálogo, pero deseaba que fuese lo más demoniaco posible, así que me basé en la película El Rito del 2011, una de mis favoritas en el tema de los exorcistas, no, ahora que lo pienso, es mi favorita en el tema de los exorcistas. La recomiendo bastante.

El interludio de Lucio Voreno debe ser algo parecido a un adelanto de lo que Bryan tendrá que hacer, en un sentido figurado. La idea era mostrar una voluntad abrumadora que le permita redimir su error original. Además, es una muerte épica. Esta basada en la muerte de Cneo Cornelio Escipión, procónsul de Roma durante la Segunda Guerra Púnica.

Finalmente, la historia de Bryan con Xu Xiaodong. Naturalmente la idea del amigo de la infancia al que Han Shuo abandonó es completamente inventada, aunque no del todo imposible si tenemos en cuenta que China es Comunista. Sin embargo, el personaje está basado en un luchador real que se hizo famoso por desafiar a Falsos Maestros en China, aunque todavía está vivo, al menos de momento. Pero es verdad que el gobierno chino le está haciendo la vida imposible. Búsquenlo en YouTube y se sorprenderán.

Conseguir las imágenes correctas me cortó tiempo y mucho esfuerzo. Algunas eran adecuadas, pero estaban completamente mal en cuestión de resolución, así que tuvo que experimentar con texturas y efectos para conseguir que se viesen bien. Espero que al final hayan valido la pena para ilustrar por lo menos algunos de los acontecimientos.

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Te gustó como estuvo planteado el capítulo y la lucha espiritual? ¿Qué te pareció el concepto de las Heridas del Alma? ¿Se entendió todo el capítulo? ¿Qué te pareció el papel del niño como guía? ¿Te gustaron los desafíos de Bryan? ¿Qué te pareció la muerte de Lucio Voreno y su triste conclusión? ¿Crees que se redimió al final? ¿Se sintió como si el diálogo entre Bryan y el ultimo Extraño fuese tipo lavado de cerebro? ¿Qué te pareció la historia de la infancia de Bryan? ¿Te gustó el personaje de Xu Xiaodong? ¿Sabías que era alguien real? ¿Crees que el trauma de Bryan está bien explicado?

Si te gustó esta adaptación por favor déjame donaciones en mi cuenta Patreon. También me ayuda si compartes esta historia en tus redes sociales y todos los que le interese leerla. Y si detectas algún error ortográfico que se me haya pasado, por favor no dejes de señalarlo.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!