179 Conteo Regresivo

Lo primero que Bryan vio en la habitación de Candice fue a Phoebe, que había escuchado todo lo ocurrido en el pasillo y ahora hacía grandes esfuerzos para contener las ganas de reírse. Viéndola así, nadie pudo resistir más y estallaron en sonoras carcajadas por la desgracia del pobre Davis. La única que no reía era Angélica, la principal responsable, que se los quedó mirando a todos con un gesto de adorable confusión.

Una vez que se calmaron Bryan le pidió a la pequeña que jugase y Phoebe le prestó unos trozos de carboncillo de su maquillaje para que dibujase tranquilamente en una esquina de la habitación, mientras que ellos ultimaban los detalles de la infiltración que pronto llevarían a cabo en la Fortaleza de Kerlan.

Después Bryan les encargó a Angélica y se fue al primer piso para hablar con Emily, pero Chester le dijo que la Archimaga había salido para reunirse con uno de sus espías.

Viendo que tenía unas horas libres, Bryan decidió dedicar el resto de su tiempo a perfeccionar algunos de sus conjuros necrománticos. En particular le interesaba una forma de invocación para las Abominaciones que vio en los recuerdos de Fausto, en la que se materializaban seis de estas criaturas voluminosas al mismo tiempo de forma repentina y alrededor de un enemigo, para abrumarlo con un ataque devastador. Hasta el momento Bryan nunca había conseguido invocar más de tres de estas criaturas, así que le pareció una buena forma de desarrollar sus habilidades. Sin embargo, el esfuerzo resultó más duro de lo que originalmente creyó y agotó muy rápidamente casi toda su Fuerza Mental, por lo que decidió que lo mejor era regresar al Cementerio de la Muerte para recuperarla más rápido.

*****

- ¡Poderoso maestro, bienvenido seas! - Bramó Gilberto en cuanto lo vio y descendió rápidamente desde las alturas de la muralla: - Por favor dime que ahora si piensas llevarme fuera para poder tener algo de diversión. -

- Adivinas bien, lagarto. - Respondió Bryan sonriendo malévolamente: - Pero no te alegres muy pronto. Mis enemigos esta vez son muy poderosos, por eso podría necesitar un escudo de carne para mantenerlos a raya mientras me escapo. -

- ¡Cualquier cosa con tal de salir a estirar mis alas! - Grito alegremente Gilberto y comenzó a moverse alegremente, provocando temblores por su voluminoso cuerpo.

- Ahí hay otro asunto. - Dijo Bryan con seriedad: - No quiero que nadie sepa lo que realmente eres hasta el último momento. Así que tendrás que adoptar tu forma humana y mantenerla todo el tiempo. Aquí te he traído unas ropas, pues un hombre con el torso desnudo en pleno invierno llamaría inmediatamente la atención. Úsala todo el tiempo. ¡Y también quiero que vigiles bien lo que dices para que nadie sospeche! -

Mientras el dragón se trasformaba y aprendía como vestirse con las ropas que Bryan le entregó, este último se marchó al lugar donde todavía se estaba gestando el Zombi Élite de Tierra. La energía oscura en todo el suelo a su alrededor parecía haber desaparecido, como si la criatura la hubiese absorbido por completo. Aunque todavía no estaba listo, esto era una muy buena señal.

Luego fue a ver la Matriz de los Espectros Oscuros donde las Apariciones todavía peleaban por conseguir las gotas de su sangre. Por suerte sus poderes habían progresado hasta tal punto que la energía en el interior aún era abundante y no tenía que recargarla diariamente con su Esencia Mágica como cuando preparó a los Espectros Originales. No había necesidad de que hiciese nada por el momento.

Tras confirmar que todo estaba en orden, Bryan continuó practicando, aprovechando que sus poderes mágicos se recargaban mucho más rápido en el Cementerio de la Muerte y no solamente hizo grandes avances con las Abominaciones, sino que incluso consiguió mejorar un poco su uso de la terrible magia de Explosión de Cadáveres, ejecutándola más de una vez sin correr en riesgo de caer desmayado por el agotamiento de Fuerza Mental.

De este modo pasó el resto del día y la noche esforzándose al máximo para mejorar lo más posible su desempeño en la próxima misión. 

El Cementario de la Muerte

El dragón Gilberto vino a visitarlo en su forma humana (ya correctamente vestido) para suplicarle de forma patética, intentando que salieran de inmediato porque estaba muy aburrido. Bryan lo golpeó las primeras veces, pero se dio cuenta de que en el exterior ya estaban brillando las primeras luces. Así que, tras descansar unas horas para recuperarse al máximo, Bryan abandonó el Cementerio de la Muerte junto con el Dragón.

*****

- ¡¿Qué es este lugar?! Se ve más aburrido que el culo de una vieja. -

- ¡Por el trueno! ¡¿Te quieres callar?! -

- ¡Perdóname, Amo! -

 Antes de venir, precisamente porque desconfiaba de este dragón lascivo, Bryan había armado la Matriz de Trasporte Portátil dentro de la cámara de interrogatorios en el nivel secreto, porque estaba diseñada para no dejar escapar sonidos. Por eso la primera visión de Gilberto había sido la habitación de piedra.

Y a juzgar por lo primero que ha dicho este estúpido lagarto, he tomado la decisión correcta.” Pensó Bryan iracundo, ya que a pesar de todas las advertencias que le había dado, Gilberto parecía incapaz de gobernar su lengua.

- Ahora escúchame bien imbécil, porque no lo voy a repetir. - Dijo Bryan con una mirada amenazante: - Estamos en pleno territorio enemigo y un solo error podría ser suficiente para que todos terminemos siendo alimento para los cuervos. A partir de ahora quiero que te quedes callado, que obedezcas y sobre todo no digas nada, no hagas nada… ¡ni siquiera pienses en nada sin antes pedirme permiso! -

- ¡Pero…! -

- ¡No necesito tus quejas, sólo tu obediencia! A no ser que te ordene lo contrario, lo único que harás será quedarte muy quieto y en silencio, respirando apenas lo necesario para que el aire entre a tus pulmones. ¿Puedes hacer eso por mí, Gilberto? -

- Perdón, pero no entendí. ¿Puedes repetirme lo último? - Preguntó Gilberto confundido.

- ¡Cabeza hueca! - Bramo Bryan y estaba a punto de comenzar a golpearlo, cuando de pronto alguien abrió la puerta.

- ¿Estás adentro? - Preguntó Emily mientras ingresaba: - ¿Cómo acabaron las cosas por tu lado? ¿Phoebe y Candice entendieron tus planes? -

Cuando Gilberto vio el magnífico y sensual cuerpo de la Archimaga, sus ojos casi se salen de sus órbitas. Al mismo tiempo lanzó una exclamación mientras avanzaba como un perro hambriento sobre un trozo de carne: - ¡Que hembra! ¡La mejor hembra que haya visto nunca! ¡Tienes que ser mía! -

Pero en ese mismo instante una terrible patada de Bryan atinó certeramente a la entrepierna del Dragón lascivo, provocando que soltase un chillido muy agudo (casi como el de una niña) y cayese de rodillas. Luego se volvió para mirarlo con lágrimas en los ojos y dijo: - Me pateaste… ahí… ¡¿Por qué?!... ¡¿Por…?! -

- ¡Vuelve a intentar eso con mi mujer y te juro que voy a cortártela para luego obligarte a que te la comas! - Bramó Bryan con una mirada tan agresiva que hizo morir cualquier otro sonido de la boca del dragón.

- Quién… ¿qué es esto? - Preguntó Emily sorprendida pues no esperaba encontrar a Bryan con otra persona, menos aún con alguien tan extraño como Gilberto. Y es que, aunque lo estaba viendo por primera vez, era evidente que el dragón le causaba una instintiva repulsión.

- Esto… Este tipo es mi sirviente y será uno de nosotros mientras dure nuestra misión. - Respondió Bryan suspirando: - Aunque su inteligencia no es la gran cosa, lo cierto es que es bastante poderoso, así que definitivamente nos será de utilidad. -

Incluso en su forma humana, muchas de las habilidades raciales de Gilberto continuaban vigentes, como su resistencia natural a la magia. Además, en caso de emergencia podía hacer que revelase su verdadera naturaleza para desatar el caos. Eso aumentaría enormemente sus posibilidades de sobrevivir.

- Muy bien, confiaré en ti, supongo. - Dijo Emily mirando a Gilberto como si fuese una mancha en el piso, pero no cuestionó más la decisión de Bryan: - El Druida Caspian no ha regresado como prometió y ahora no sólo la pequeña Angélica está preocupada.

Pero no podemos prolongar esto más porque hoy mismo a medio día es el funeral de Clark, así que debemos actuar. Candice y Phoebe se están preparando para partir, mientras que sus mercenarios asegurarán esta posada para que podamos regresar sin problemas. También se ocuparán de cuidar a la pequeña elfa. De hecho, hay un espadachín llamado Davis que parece excesivamente feliz por eso. Pero lo examiné atentamente y no creo que debas temer por la seguridad de la niña. -

- Sea pues. - Respondió Bryan y comenzó a preparar su equipamiento: - Lamento que Caspian esté en problemas, pero ahora mismo tenemos una misión que cumplir y no pienso desaprovechar esta oportunidad. Es hora de comenzar la infiltración. -

*****

Odón Ascher, el gran Duque. Que había sido Cónsul por muchos años más de lo que legalmente correspondía. Que había gobernado en el territorio prácticamente como un autócrata. Y que se había desecho de todo aquel que pudiese desafiar su autoridad… Ese mismo Duque había perdido a sus dos únicos hijos en menos de cinco años.

La justicia de los dioses le pagaba con creces por su comportamiento traicionero. Pero él no se lo figuraba así, ni tampoco los habitantes importantes que quedaban en la Ciudad de Valen. Todos ellos habían abandonado apresuradamente sus mansiones, cargados de regalos, para asistir al funeral oficial que se llevaría a cabo en la Fortaleza de Kerlan con toda la pompa e intentar así ganarse algo de la buena voluntad del Duque o por lo menos que no se fijasen en ellos cuando buscase enemigos ocultos en su territorio.

Una larga caravana de personas transitaba por el estrecho camino hacia la fortaleza, el cual estaba diseñado para las Legiones y no tanto para el tránsito de civiles. Naturalmente hubo embotellamientos, así que toda la mañana la Legión Grifón tuvo que destinar hombres para asegurar que el flujo no se detuviese, porque todos querían un lugar en el templo junto a la fortaleza, donde se velaba un ataúd de piedra bien cerrado que contenía los restos congelados que se consiguieron recuperar del finado Clark Ascher.

Los sacerdotes esperaban el momento adecuado para iniciar las ceremonias fúnebres con posturas tan firmes e impertérritas, que uno podría haberlos confundido con estatuas. No era un secreto que aborrecían al Duque Ascher, pero su misión sagrada con los dioses de la muerte era más importante que sus preferencias políticas así que se prepararon bien para la tarea que tenían por delante; después de todo ofender al Duque sólo les costaría la vida, pero ofender a las deidades significaría que sus almas no hallarían descanso en la eternidad.

- ¡Cuánta gente vino para despedir a ese hipócrita! - Comentó Candice desdeñosamente.

Phoebe sonrió al escucharla: - Todos en el Imperio Itálico tenemos tendencia a la hipocresía, yo incluida. Pero al menos esta vez nos saldrá a cuenta. -

Ambas se encontraban mirando lo que ocurría a gran distancia desde el peñasco nevado contra el cual se apoyaba la Fortaleza de Kerlan, justo en el límite de vigilancia de los grifos. Era el mismo sitio donde todos los días Bryan había venido en secreto para echar un barril entero de vinagre durante una semana en el interior de una grieta natural entre las rocas.

Phoebe estaba usando un conjunto de armadura ligera perfecta para combatir y que había sido blanqueada para confundirse bien en la nieve. Por si acaso llevaba en la cintura dos estoques, su arma preferida y una de repuesto. Con su atuendo parecía la encarnación de una diosa combatiente nacida de las nieves.

A su lado, la sensual Candice se encontraba cubierta con una capa que camuflaba un poco su escasa armadura, que se destacaba casi tanto como el color de su cabello o su piel similar al bronce. Además, llevaba un saco que contenía varias cosas, sobre todo pociones para recuperar la energía perdida. Era evidente que estaba muy alegre por poder asumir un gran riesgo después de tantos días de inactividad, porque su espada de fuego de vez en cuando dejaba escapar cortos pulsos de calor.

- Repasemos el plan. - Dijo Phoebe aun sonriendo: - Cuando comience la ceremonia los sacerdotes tocarán las campanas y en ese momento debes usar todo tu poder en esa grieta. Bryan dice que necesita una llamarada potente para provocar el desastre. También advirtió que la reacción será muy violenta, así que debemos tener cuidado para no quedar atrapadas. Lo mejor es que usemos todas nuestras fuerzas para escapar porque, aunque no creo que nos persigan, lo mejor es no correr riesgos. -

- Si, ya lo sé. ¡No tienes que recordármelo a cada rato! - Se quejó Candice con una ligera mueca de fastidio: - Pero aun así no acabo de creerlo. ¿Cómo es que echar ese vinagre aquí servirá de algo? -

- No tengo idea. - Respondió Phoebe suspirando con honestidad: - Solo entiendo que la roca es especial y que al echarle vinagre pasará algo. Y que se necesita una gran fuente de calor para que todo inicie. -

- De eso si entiendo yo. - Dijo Candice frotando las palmas de sus manos y sonriendo: - Si lo que quiere es una llamarada… ¡Tendrá una llamarada! -

- Entonces prepárate, querida amiga. - Respondió Phoebe agudizando el oído hacia la fortaleza, desde donde les llegó el eco de las primeras campanadas: - Ya es hora. -

Candice sonrió y sacó su espada, cuyo filo comenzó a brillar intensamente de color carmesí conforme reunía sus poderes. Entonces la espadachina dio un salto impresionante y al caer usó la punta de su arma para introducirla profundamente en la grieta que Bryan había marcado previamente. Inmediatamente después Candice soltó un rugido como de leona y una onda terrible de calor ingresó violentamente en la tierra hasta que desapareció en sus profundidades.

Ambas miraron el agujero que únicamente dejaba escapar un poco de vapor. Por un instante les pareció que nada iba a suceder, pero entonces hubo un terrible estruendo y el pandemonio se desató por completo.

Tiempo después, cuando describieron la experiencia, tanto Phoebe como Candice dijeron que les pareció como si el mundo entero estuviese partiéndose en dos y también que jamás en sus vidas habían tenido que correr tan rápido.

*****

- ¡Esas murallas son muy altas, maestro! -

- ¿Puedes volar por encima de ellas? -

- No sin adoptar mi forma verdadera. -

- ¿Qué es eso de una “forma verdadera”? - Preguntó Emily sorprendida.

- Ya lo verás querida. - Respondió Bryan: - Pero ahora guardemos silencio, porque ahí llegan nuestros invitados. -

Bryan y Emily llevaban un maquillaje especial para disfrazar sus rasgos aparte de sus máscaras. También vestían las armaduras especiales de infiltración que proporcionaba el Manto Oscuro, ligeras y silenciosas, pero muy resistentes.

A lo lejos llegó un primer grupo de personas. Se trataba de Lawrence, que también había disfrazado su apariencia muy hábilmente junto con sus seis guardianes, entre los cuales se destacaban Adelaida y Divac.

- Mi estimado amigo. - Dijo Lawrence saludando a Bryan y luego se inclinó frente a Emily muy respetuosamente diciendo: - Señora. -

Ambos respondieron a la cortesía y comenzaron a explicar el plan. En ese momento se encontraban escondidos tras un montículo natural de nieve y rocas a unos mil pasos de la primera muralla de la fortaleza. Aunque la distancia era considerable, seguía siendo increíble, porque normalmente hubiese sido imposible acercarse tanto sin ser descubiertos. Pero el traidor Tarquino Prisco se había encargado de que las patrullas no pasasen ese día por ahí con la excusa del funeral. De hecho, en una de las torres ondeaba claramente un pañuelo que alguien podría haber perdido accidentalmente, hasta que el viento lo hizo quedar amarrado en uno de los aleros del techo. Pero lo cierto era que se trataba de la señal que Tarquino había acordado para confirmar el éxito en sus propios preparativos.

- Nuestro amigo ya pidió una licencia y se marchó para estar a salvo de cualquier sospecha. Yo por mi parte me encargué de suprimir la información lo más posible y aseguré por lo menos 3 vías de escape que podemos tomar. ¿Cómo está todo por tu lado? - Preguntó Lawrence.

- Todo está listo y debería comenzar muy pronto, solo falta que lleguen esas personas. -

- Mencionaste que tenías un grupo deseoso de intentar asesinar al Duque, pero no me imagino quienes pueden estar tan locos. - Comentó Lawrence con cierta incredulidad: - ¡¿De verdad alguien se atreverá a asumir semejante riesgo?! -

- Estas personas están bastante perturbadas, amigo mío. - Respondió Bryan sonriendo, pero luego lo miró muy serio: - Debo prevenirte primero. Ellos no son aliados, sino unos auténticos monstruos. -

- ¿Acaso son enemigos o criminales? - Preguntó Divac alzando una ceja.

- Pueden ser las dos cosas. - Respondió Bryan en voz baja: - Ahora vamos a utilizarlos como nuestro ariete, pero si algo sale mal no dudes en dar media vuelta y abandonarlos. De hecho, ni siquiera esperen a que suceda. -

- ¡Cuanta confianza! - Dijo Lawrence medio en broma medio en serio: - Si tú, el que los involucró, hablas así de ellos… Apostaría a que ni siquiera querrán presentarse. -

- Pues me temo, amigo mío. - Respondió Bryan mirando al horizonte: - Que perderás esa apuesta. Porque ahí están ellos. -

A la distancia llegó un grupo liderado por Belinda que destacaba por su velo. A parte del Caballero Malvado Taquión, los demás estaban usando máscaras y capas muy largas que ocultaban sus rasgos. Pero había algo en su forma de marchar, que provocó un escalofrío en todos los presentes. Lawrence no dijo nada, dándose cuenta instintivamente que esas personas eran demasiado peligrosas y que no debía revelarles ninguna información sin antes considerarlo muy cuidadosamente, ni tan siquiera una sílaba.

 - Estás aquí, joven. - Dijo Belinda con un tono que parecía amable pero también amenazante mientras observaba al grupo de Lawrence con suspicasia: - ¿Puedes decirme quiénes son estas personas y por qué se encuentran aquí? -

- Son aliados míos y están aquí porque me conviene. - Respondió Bryan sonriendo también, pero con una firmeza con lo que intentaba decir indirectamente: “No toleraré que los ataques”.

- ¡¿Y cómo se supone que estos tipos nos ayudarán?! - Gruñó Taquión con un tono tan agresivo que hizo que Adelaida y Divac adoptasen posturas de combate.

- Ya lo han hecho. - Respondió Bryan rápidamente y señaló las murallas: - ¡Mira y compruébalo tú mismo! -

Taquión lo miró extrañado, pero Belinda comprendió mucho más rápido y examinó la muralla atentamente con un artefacto similar a un catalejo. Entonces dijo: - ¡No hay guardias en las almenas! -

Eso fue suficiente para que el Caballero Malvado se volviese rápidamente para comprobar la situación, usando tanto sus instintos de combatiente como otros medios desconocidos. Por un momento parecía no dar crédito a su descubrimiento, pero finalmente bramó: - ¡La puerta principal no está asegurada! ¡Podemos abrirla! -

- En efecto - Dijo Bryan asintiendo.

- ¡¿Y qué estamos esperando?! ¡Ataquemos de una vez! - Rugió Taquión emocionado.

- Espera. - Le indicó Bryan.

- ¡¿Esperar?! ¡¿Qué hay que esperar?! -

- ¡Dije que esperes! -

Taquión parecía a punto de tener otro episodio de cólera, pero Belinda le puso una mano en el hombro y le susurró algo que lo hizo guardar silencio, aunque su armadura emitió unos cuantos chispazos, prueba de lo enojado que estaba.

Bryan sonrió ufano y se alejó un poco junto al grupo de Lawrence, donde Emily también lo esperaba.

- ¿Quiénes son esas personas? - Preguntó Lawrence intrigado.

- Créeme amigo, es mejor que no lo sepas. - Dijo Bryan sonriendo: - Además, no es necesario que diga nada, porque si los observas lo suficiente no te costará demasiado el deducir su identidad. Ahora es mejor que nos concentremos en lo que está por ocurrir. -

- ¿Qué es exactamente lo que va a suceder? Explícamelo ahora que aún tenemos tiempo, porque no me quedó claro. -

- En un antiguo libro descubrí que en la naturaleza hay dos elementos que nunca se llevan bien y por eso no suelen convivir en el mismo espacio Son los Ácidos y las Bases. -

- ¿Cómo el Agua y el Aceite? - Preguntó Adelaida curiosa, que no conocía el plan del todo y estaba muy interesada debido a su disciplina mágica.

- Algo así. - Respondió Bryan asintiendo: - Pero a diferencia de esos líquidos, cuando los ácidos y las bases entran en contacto, uno intenta imponerse sobre el otro y continúan combatiendo hasta que sólo queda uno solo. Durante la lucha suelen producir mucho calor, dependiendo de cuán concentrados estén estos elementos. -

- Entiendo eso, pero ¿entonces? -

- Cuando por primera vez visité esta fortaleza me subí a ese peñón nevado y noté que estaba hecho principalmente con piedra caliza. -  Dijo Bryan señalando la roca cubierta de hielo que era lo único más alto que la Torre de Homenaje de la fortaleza: - Contienen mucha cal, que es un Mineral Base. En cambio, el vinagre contiene mucho ácido. Durante días estuve echando en una grieta varios barriles de vinagre que se mezcló con la cal en las rocas. -

- ¿Entonces conseguiste que el interior de las rocas estuviese caliente? - Preguntó Divac entrecerrando los ojos: - ¿De qué nos sirve eso? -

- La cal en las rocas ha ido desapareciendo poco a poco, conforme entraba en contacto con el vinagre. - Explicó Bryan cruzándose de brazos: - Además la temperatura se ha incrementado en su interior y en cambio la dureza de las rocas se ha debilitado.

Pues justo ahora tengo a una persona muy hábil para usar magia de fuego, lista para insertar una gran cantidad de calor en el interior… ¿Qué creen que pasará con todo el hielo que hay sobre el peñasco cuando el suelo sobre el que se apoya tiemble y se caliente al mismo tiempo de forma brusca? -

Todos los presentes abrieron los ojos al mismo tiempo mientras soltaban una exclamación de sorpresa, pero no hubo tiempo para decir nada más.

Justo en ese momento el sol llegó a su cenit y los sacerdotes anunciaron el inicio de la ceremonia fúnebre tocando las campanas del templo. Al poco tiempo el sonido del metal replicando fue completamente ahogado por otro mucho más intenso, que era el de varias toneladas de hielo quebrándose repentinamente.

Poco después se desató un auténtico alud: Una inmensa masa de nieve y hielo se desprendió del peñón nevado… para caer directamente en la parte trasera de la Fortaleza de Kerlan, matando a cientos de personas a su paso.

La devastación fue espantosa, atronadora y dejó una nube de escombros que aterrorizó a todos los grifos alrededor. Los edificios estaban protegidos por muchas barreras físicas y mágicas, así que resistirían el daño, pero quedaron inevitablemente enterrados. Las bestias volaron muy lejos tratando de alejarse lo más posible del desastre, tal como su instinto les pedía, ignorando por completo cualquier orden de sus jinetes que en ese momento no podían hacer nada para controlarlos y más bien se aferraban con todas sus fuerzas a las monturas tratando de no caer al vacío.

Todo sucedió tan rápido, que cuando finalmente retornó el silencio hubo varios que todavía no creían lo que había acontecido. Lo peor de todo era que, debido a que la parte trasera de la Fortaleza de Kerlan supuestamente estaba mejor protegida, era ahí mismo donde se habían construido los criaderos de los Grifos y donde también se construyó el Templo del interior. Pero ahora era precisamente ahí donde la mayor cantidad de nieve había terminado desparramándose.

Avalancha en la Fortaleza de Kerlan

Los invaluables huevos de las poderosas bestias estaban a salvo, protegidos en el interior de las estructuras reforzadas. Pero no podrían aguantar mucho tiempo bajo la nieve y las temperaturas heladas podían terminar matando a los embriones. Por otro lado, los ilustres invitados al funeral, junto con los sacerdotes y el propio Duque también estaban atrapados en el templo que había sido enterrado.

Nadie podía saber en qué condición se encontraban.

De inmediato sonaron las alarmas. Todos los hombres abandonaron sus puestos en los barracones, los muros y demás dependencias; para correr hacia la zona del desastre que en ese momento demandaba toda su atención. ¡Su líder supremo y los más valiosos tesoros[1] de la fortaleza estaban en peligro! Era lo único en lo que pensaban.

Uno solamente podía elogiar la capacidad de reacción de los legionarios, pues inmediatamente comenzaron a improvisar una cadena de trabajo con las lampas que originalmente servían para armar sus campamentos. Por supuesto que la nieve no había caído únicamente en la parte trasera de la fortaleza, así que incluso llegar al epicentro les tomaría mucho tiempo. Tendrían primero que atravesar varios obstáculos y despejar muchos montículos de escombros. Pero ya estaban en ello.

- ¡Hagámoslo ahora! - Grito Bryan despertando a todos de su asombro: - ¡Ya saben lo que tenemos que hacer! -

Todos comenzaron a correr a gran velocidad hacia la puerta de la fortaleza. Emily fue la primera en llegar levitando y usó sus poderes para convocar esos tentáculos hechos de sombras que terminaban en extremidades, con los cuales abrió fácilmente la puerta de la primera muralla que estaba completamente desprotegida, sin los seguros puestos y con el rastrillo metálico levantado. Tras adentrarse en la fortaleza, el grupo de Lawrence se separó de ellos para ir a cumplir con su misión: Causar un incendio en las barracas de los soldados para crear una segunda distracción que les ayudase a escapar.

Bryan, Emily y el grupo del Culto de Caelos continuaron corriendo hasta la segunda muralla, la que protegía la ciudadela principal. No era tan alta como la primera. Era evidente que la Legión Grifón confiaba demasiado en que el poder de la imponente Torre de Homenaje, sobre la cual casi siempre había solados armados con ballestas gigantescas o catapultas, además de los grifos. Normalmente habría sido casi imposible acercarse, pero ahora apenas había tres guardias en las almenas del muro porque todos los demás se habían marchado para ayudar con el rescate. Los grifos todavía no se habían recuperado del susto y no se veía a ninguno en el cielo.

Bryan y Emily levitaron hasta la cima del muro protegidos por una barrera de invisibilidad. Con cierto esfuerzo se encargaron de los defensores, pues eran combatientes muy experimentados. Bryan le cortó el cuello a uno mientras que la Archimaga usó su magia para despeñar al segundo, que cayó del muro y terminó muerto con todos los huesos partidos. El tercero alcanzó a gritar para dar la alarma, aunque el sonido se perdió por culpa de los estruendos que los propios legionarios provocaban al esforzarse por quitar la nieve.

Luego Bryan invocó a una Abominación y la hizo aferrarse con fuerza a la gran cadena que accionaba el mecanismo que abría la segunda puerta. Normalmente diez hombres tenían que trabajar juntos para jalar esa cadena que movía los contrapesos del rastrillo, pero la Abominación pesaba casi una tonelada y Bryan simplemente hizo que saltase desde la muralla hacia el suelo sin soltar la cadena. La puerta se abrió lo suficiente para que el Caballero Taquión la apartase con un terrible golpe.

Entonces se escuchó un nuevo estruendo cuando un rayo de luz salió disparado del suelo junto al sitio del derrumbe. Era el Duque Odón Ascher, que había usado su poder puro para abrirse paso desde el templo (ahora enterrado bajo la nueve) hasta alcanzar la superficie. La prolongada falta de oxígeno lo había afectado y tenía una pierna lastimada, pero sus ojos resplandecían con una furia terrible que asustó incluso a los legionarios que intentaban auxiliarlo.

Belinda, Taquión y sus cultistas escucharon el rugido e inmediatamente se dirigieron hacia ese lugar con toda prisa, pues sabían bien que tenían que aprovechar ese momento precioso en que la bestia estaba herida para tener alguna oportunidad de abatirla. Cada segundo que perdieran los acercaba al fracaso. Por eso no se dieron cuenta de que Bryan y Emily reducían la velocidad con la que corrían para dejarlos adelantarse.

- ¡Y con eso todas las piezas están en su lugar! - Dijo la Archimaga sonriendo con orgullo al hombre del que estaba tan enamorada: - Todo sucedió tal y como lo planeaste. -

- Ahora tenemos vía libre hacia la Torre de Homenaje. - Respondió Bryan también sonriendo: - ¡Vamos por nuestro premio! -

[1] Se refiere nuevamente a los huevos de los Grifos

Alegoría: toneladas de nieve cayeron sobre la fortaleza...

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú donde la temporada electoral está en boga.

Todos los días hay escándalos. ¡Yo apoyo al tío Porky! ¿Por qué? Primero porque la prensa me dijo que no debía votar por él y seamos sinceros... ¡Los periodistas peruanos son los peores hipócritas! Luego me gustaron sus propuestas, sobre todo la idea de reforestar la Sierra para ser potencia maderera.

En este capítulo como ya saben (si leen el original) he creado todo, literalmente todo desde cero. La idea del autor era que la acción se desarrollase en la mansión del Duque que estaría en la ciudad... y comenzamos con los problemas. Una mansión ducal nunca estaría en una ciudad sino en el campo. Ni Can Tian hace que todo ocurra en un mundo medieval, pero no sabe nada de la Edad Media europea o que se trataba de un mundo rural donde la ciudad ya no era tan importante. Yo solucioné estos problemas haciendo una fusión entre la sociedad romana y el medioevo, pero incluso eso no puede dar para tanto.

Además ¿Por qué un Duque guardaría armas de asedio en su casa de la ciudad? ¡Esas cosas eran enormes! Sobre todo, en la Edad Media se necesitaban casi 50 hombres más 5 carpinteros para armar un trabuquete. Y el tiempo de construcción era de 3 meses. Pero era la única forma de tener alguna oportunidad contra las impresionantes fortalezas medievales. ¡¿Imaginan el tamaño de esas armas?! ¿Se supone que el sótano de esa casa es miles de veces más grande que la propia casa?

Yo quería algo mucho mejor y al final creo que lo conseguí. La idea de hacerlo todo en la Fortaleza, donde tenía más sentido que se guardasen las armas, me sedujo durante días sin saber cómo implementarlas hasta que recordé la historia de Aníbal Barca y cómo supuestamente usó vinagre para derretir el hielo de los Alpes. El resto fue pura imaginación.

Espero que les haya gustado, por favor señálenme si cometí algún error de ortografía. En esto quiero dar un agradecimiento muy especial a Francko Herrera que me ayudó mucho a corregir detalles que se me pasaron por alto. ¡Mil gracias por eso!

¡No dejes de darme tu opinión en los comentarios: ¿Cuál fue tu parte favorita? ¿Se entendió todo? ¿Cambiarías algo? ¿Te pareció que exageré o más bien me faltó describir más cosas?

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