294 Adjudicamiento (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

Unos hermosos rayos de sol matutino entraban por las ventanas elevadas, junto con la brisa fresca y el murmullo melódico del río. Al ingresar, la luz se diluía entre las muchas telas de seda que adornaban el cuarto, para finalmente danzar como una cascada multicolor sobre las pieles desnudas de los dos amantes.

Un Bryan echado sobre almohadones rellenos con plumas sonreía orgulloso mientras introducía su hombría muy lentamente en el interior de Emily, con movimientos rítmicos, pausados y suaves, como si quisiese acariciar meticulosamente cada rincón del acceso a ese vientre femenino con su miembro viril.

Al principio la hermosa Archimaga era quien controlaba la velocidad, sentada a horcajadas encima de Bryan, con las rodillas apoyadas en la cama, meneando sus caderas circularmente y de lado a lado. Pero finalmente las oleadas de placer fueron tan intensas para ella, que Bryan tuvo que ayudarla con su manos, aferrándola por el culo firmemente para darle soporte y de paso estimulando su entrepierna. Después de un tiempo, cuando detectó las señales en la respiración de su pareja, Bryan comenzó a incrementar la velocidad y fuerza con la que se introducía dentro de ella, siempre atento a las señales para saber hasta dónde debía llegar con el fin de darle la mayor cantidad de gozo.

Un Bryan echado sobre almohadones rellenos con plumas sonreía orgulloso mientras introducía su hombría muy lentamente en el interior de Emily...

Repentinamente Emily se inclinó bruscamente hacia atrás mientras su boca se abría como si quisiese gritar, pero el sonido se ahogó antes de salir por falta de aire. Bryan sabía que ella prefería contener la respiración cuando estaba muy excitada y esta era una señal clara del intenso orgasmo que acababa de provocarle. Ver esto le hizo sentir orgulloso. También tuvo unas ganas intensas de hacer lo mismo y dejar salir toda su simiente en el interior de su amada, pero se contuvo a duras penas mientras se repetía a sí mismo el propósito que se había hecho de complacerla a ella lo más posible.

Bryan levantó un poco las rodillas para proveerle un mejor apoyo a su pareja y luego subió ambas manos muy lentamente siguiendo la línea de su espalda como si acariciase su piel. Pero la Esencia Mágica dentro de Emily seguía cada movimiento de sus dedos, del mismo modo en que lo haría una moneda sobre una superficie cuando al otro lado se encuentra un poderoso imán. Conforme la sustancia se movía, se generaban unas corrientes imperceptibles de electricidad que se conectaban con Bryan, revelándole información de primera mano sobre el estado de Emily, aumentando así su sensibilidad, estimulando sus conexiones nerviosas y provocándole a ella una intensa sensación de placer.

Tal era el poder de Afrodisíakos, la magia demoníaca de tipo sexual, la cual podía usarse para absorber la energía vital de una mujer durante el apareamiento. Pero, si el mago decidía utilizarla a la inversa, insertando su poder en lugar de absorberlo, provocaba en ella una cornucopia de sensaciones placenteras que además servían para fortalecerlos ligeramente a ambos, principalmente a la pareja femenina.

¡Qué maravilloso descubrimiento! Controlar por completo el placer de las mujeres era el deseo de los hombres desde el origen de los tiempos, pero Bryan podía hacerlo tan fácilmente como dar un masaje.

O por lo menos eso parecía en apariencia.

En realidad, era un proceso mucho más complejo. Bryan podía ver el interior de Emily usando la Esencia Mágica, localizando así cuáles eran los mejores lugares para estimular, los cuales no siempre eran los mismos ni funcionaban en el mismo orden. Finalmente tenía que graduar los diminutos pulsos eléctricos que generaba de manera que fuesen perfectos para el cuerpo de Emily y durasen el tiempo exacto antes de cambiar de lugar. Si tuviese que hacer una analogía muy elemental, sería algo parecido a tocar un acordeón, donde el artista debe controlar muchos factores al mismo tiempo para obtener un sonido armónico.

De ese modo Bryan pasó la palma de sus manos por encima de la maravillosa curvatura de esas caderas, subiendo por su delgada cintura y entonces redujo al máximo su velocidad justo antes de llegar al inicio de sus senos, los cuales apretó firmemente durante tres segundos antes de acariciarlos suavemente, mientras sobaba las puntas sobresalientes con sus pulgares, usando movimientos circulares que apenas entraban en contacto. Luego bajaba sus palmas siguiendo la línea de sus costillas hasta su ombligo y desde ahí descendía hasta el bajo vientre de la Archimaga, donde permanecía estimulando durante dos segundos antes de volver a aferrar sus posaderas.

Durante todo ese tiempo, la dulce agonía del orgasmo de Emily se prolongó. Y cuando finalmente pudo respirar soltó un grito eufórico que la hizo agitar instintivamente sus caderas con furia, como si suplicase que el miembro de Bryan se introdujese aún más en su interior. Pero finalmente el agotamiento la hizo detenerse. Entonces Bryan volvió a ayudarla, dirigiendo los movimientos de sus caderas lentamente, repitiendo nuevamente el mismo proceso, solo que esta vez sí se permitió terminar dentro de ella porque de otro modo su propio sufrimiento sería demasiado.

¿Por qué Bryan estaba sirviéndola de este modo?

El motivo era la culpa.

La primera noche que pasó con Emily estaba increíblemente fogoso, algo entendible si se consideraba el hecho de que hacía mucho tiempo que no se reunían para hacer el amor, más si a eso se le sumaba toda la tensión que acumuló por su aventura con el Jötunn y el Combate Mortal contra Vlad Cerrón. Además, para entonces ya había perfeccionado el uso de Afrodisíakos y sabía que al día siguiente Emily despertaría completamente recuperada e incluso ligeramente fortalecida.

Al menos eso era lo que se suponía que sucedería.

Pero al día siguiente Emily no se despertó. Y cuando la examinó, Bryan descubrió que se excedió demasiado al poseerla, hasta el punto que acabó lastimándola. El daño provocado excedió incluso a las capacidades de Afrodisíakos para recuperar a su pareja. Además, estaba severamente deshidratada.

Inmediatamente Bryan usó su Esencia Mágica para sanar a Emily. Pero cuando esta finalmente despertó, lo miró como si estuviese bastante confundida y resultó que se había olvidado en dónde se encontraba o lo que habían hecho la noche anterior. Una consecuencia inevitable de que su amante la hubiese obligado a alcanzar el éxtasis tantas veces, sin ningún tipo de moderación.

Avergonzado y arrepentido, Bryan decidió que el resto de su tiempo juntos se dedicaría exclusivamente a complacerla adecuadamente. Así que insistió en ayudarla a bañarse y luego se dedicó a acariciarla, darle masajes e incluso le declamó varios poemas que recordaba haber leído.

Finalmente comenzaron a hacer el amor. Emily nuevamente demostró una serie de técnicas que había aprendido con el fin de complacer a Bryan y este disfrutó bastante de hacerlo. Pero, aunque resistir el placer era más difícil que con el dolor, y sobre todo con una mujer tan hermosa, Bryan consiguió mantener la cordura lo suficiente como para no olvidar su objetivo de compensar a su amante.

Y vaya que consiguió hacerlo. Porque después de todo Emily había sido su primera mujer, así que él ya tenía un amplio conocimiento sobre lo que le gustaba incluso antes de haber dominado Afrodisíakos.

Era precisamente por eso que en ese momento estaba controlando sus movimientos de cadera, asegurándose así de darle el inicio suave que tanto le gustaba, llevándola lentamente al borde del éxtasis, para finalmente embestirla con fuerza. La magia simplemente prolongaba más el placer de la penetración.

Bryan y Emily estaban disfrutando el segundo día, cuando surgió un nuevo problema: El agua y el calor. Él podía aguantar, pero la Archimaga estaba en su límite y se sentía mareada a pesar de que Afrodisíakos la estaba fortaleciendo, así que tuvieron que hacer muchas interrupciones molestas para beber agua o abrir las ventanas. Esto fue irritante para Bryan, pero lo fue aún más para Emily, porque finalmente se levantó de la cama y le pidió que esperase un momento.

Una hora después llegaron seis esclavas de la mansión Asturias. Al principio Bryan se asustó temiendo que ellas revelasen a otros la naturaleza de su relación, pero entonces ella le contó sobre su conversación con Aurelio, motivo por el cual ya no tenía sentido guardar el secreto, por lo menos en su casa.

Al principio Bryan estaba bastante enojado. No porque Emily hubiese hablado, sino porque lo había hecho sola. Él quería estar ahí con ella, compartiendo sus sufrimientos y protegiéndola lo más posible. Pero al final aceptó sus explicaciones y entendió que su forma de proceder había sido la mejor. Luego, cuando Emily le mencionó que Aurelio estaba pensando hacerle pasar por una serie de pruebas para demostrar su compromiso, Bryan sonrió salvajemente, aceptando el desafío sin ningún temor.

Lo cual volvió a encender el fuego de la pasión en el interior de Emily.

Volvieron pues a continuar, solo que esa vez cuatro esclavas se turnaban para blandir constantemente unos grandes abanicos, mientras que las otras les daban de beber vasos con vino o agua según lo pidieran, les preparaban el baño cuando deseaban limpiarse o les alcanzaban racimos de frutas.

Al principio Bryan se sintió incómodo con esas mujeres observándolo, pero después de ver a Emily desnuda acercándose ansiosa acabó perdiendo toda vergüenza y continuaron haciendo el amor hasta el día siguiente. Por su parte, las esclavas hicieron bien su trabajo, a la vez que trataban de comportarse de forma indiferente, como si fuesen simples muebles de la habitación. Pero con el tiempo comenzaron a sonrojarse cuando vieron a su señora agitándose de ese modo tan fogoso bajo las caricias de su amante y perdieron la compostura varias veces. Emily tuvo que llamarles la atención un par de veces porque no estaban abanicando adecuadamente.

... Después de ver a Emily desnuda acercándose ansiosa acabó perdiendo toda vergüenza y continuaron haciendo el amor hasta el día siguiente.

Cabe agregar que esas mujeres habían conocido a Emily desde que llegó a la Familia Asturias, cuando apenas tenía unos catorce años. La vieron crecer como una aristócrata refinada, hábil política y maga poderosa. Por eso les costaba reconciliar la imagen mental que tenía de ella con la mujer completamente entregada a la pasión desenfrenada con su amante, que tenían en frente de ella. Todas salvo la esclava más vieja, que sabía más y ya se imaginaba que su joven señora ocultaba una capacidad para el amor intenso debajo de las muchas capas de autocontrol que tuvo que construir durante su vida.

Pero todas ellas, incluida la más veterana, estaban completamente impresionadas con el compañero que compartía la cama con su señora. Tenía un cuerpo más perfecto que las de las esculturas en los templos, una mirada profunda donde convivían a la vez un intelecto frío y una apasionada sensualidad, una vitalidad aparentemente infinita y una capacidad para el amor viril que abrumó a todas, desatando intensas sensaciones en sus vientres por el simple hecho de ser espectadoras. Era como si su señora no estuviese yaciendo con un mortal sino con una deidad masculina de los tiempos antiguos. Uno de aquellos dioses que disfruta poseyendo a las mujeres contra su voluntad, al principio, pero proporcionándoles un placer tan indescriptible, que al final terminaban entregándose sumisamente, olvidándose incluso de sus familias, juramentos y deberes.

Y en realidad, considerando la historia esos dos amantes, no estaban tan lejos de la realidad.

- ¡Ah! .... ¡Cada vez que te mueves… siento como tiemblo de placer!... ¡Mmmm…! ¡¿Cómo lo haces?! - Exclamó Emily sonriendo eufórica, sin dejar de sacudir sus caderas en ningún momento: - ¡No puedo pensar…! ¡Ah! ¡En nada más que sentir tu hombría… dentro de mí! -

- ¿Te gusta? - Preguntó Bryan aumentando la fuerza de sus embestidas. Las esclavas notaron lo que sucedía y comenzaron abanicar más fuerte para ayudarlos a controlar la temperatura.

- ¡Me encanta! - Gritó Emily acercándose para besarlo mientras sus caderas se elevaban y descendían con cada movimiento de Bryan: - No entiendo… ¡Ah! ¡Cómo consigues que se sienta tan intenso a pesar de que te mueves deliciosamente despacio! ¡Pero es increíble! -

Bryan sonrió y continuó empujando dentro de ella, multiplicando con cada golpe las oleadas de gozo que la Archimaga sentía hasta que finalmente derramó su semilla caliente dentro de ella, dándole esa cálida sensación en su vientre que Emily cada vez disfrutaba más.

- ¡Me encanta! - Gritó Emily acercándose para besarlo mientras sus caderas se elevaban y descendían con cada movimiento de Bryan.

Ya habían terminado y Emily estaba jadeando profusamente, pero no se movió de donde estaba. Más bien cerró los ojos como si estuviese apreciando toda la gama de sensaciones, igual que en un estado de trance. Bryan mientras tanto admiraba la belleza de su mujer, las formas que tomaba la luz al danzar sobre ese cuerpo femenino sudoroso, así como el brillo de su cabellera negra bailando por el viento que provocaban las esclavas.

- Agua. - Ordenó Emily sin mirar otra cosa que los ojos de Bryan, pero extendiendo una de sus manos. Entonces una esclava se acercó de inmediato con un nuevo vaso lleno a rebosar que la Archimaga bebió rápidamente antes de arrojarlo a un lado.

- Vino. - Pidió Bryan por su parte y se lo trajeron, pero en lugar de beberlo aprovechó para derramarlo por el cuello de Emily, de manera que este resbalase por sus pechos. Entonces la abrazó con fuerza y procedió a limpiar el líquido con su lengua, disfrutando de la combinación del sabor del alcohol sobre el cuerpo femenino.

Emily se sacudió con deleite cuando Bryan comenzó a lamerla y alcanzó un pequeño orgasmo después de sentir los labios de su amado cerrándose sobre uno de sus pezones al mismo tiempo que la presionaba en su interior. Luego se percató claramente que el miembro de su amado crecía nuevamente dentro de ella y gritó como una niña emocionada antes de continuar.

Era de noche cuando por fin se dirigieron a la bañera. Y mientras las esclavas los limpiaban pudieron conversar sobre muchas cosas.

- Esto ha sido maravilloso… No, tú has sido maravilloso. - Lo felicitó Emily cruzando las piernas y agitando el agua mientras permitía que una esclava masajease sus agotados hombros: - Pero lamentablemente… -

- ¿Cándido? -

- Tenías que haberlo visto el mismo día que nos reunimos. - Explicó Emily mirándolo con un leve rastro de arrepentimiento: - Lamento haber sido codiciosa. -

- Estoy seguro de que él puede entender. - Respondió Bryan acercándose para darle un beso: - Y si no puede… bueno, lo siento por Dean Emma. -

Emily soltó una carcajada por la broma, pero luego negó con la cabeza: - Tienes que irte. Y por cierto que yo también. Me han asignado una nueva misión y tengo que salir de la capital hoy mismo a más tardar. -

Bryan levantó una ceja y señaló con la mirada a las esclavas a su alrededor, pero Emily sonrió de un modo tranquilizador: - No te preocupes, son absolutamente leales hasta la muerte. Y si por algún motivo no lo fueran… - su mirada adoptó un brillo peligroso y todas las esclavas se estremecieron al mismo tiempo: - Conocen las consecuencias de provocarme. -

- Ya veo. - Asintió Bryan y entonces preguntó: - ¿De qué misión se trata? -

- Los detalles han sido sellados, lo que es otra forma de decir que me informarán cuando llegue. - Explicó Emily.

- ¿Eso es usual? -

- No tanto cuando eres un Sol Oscuro, pero tampoco es insólito. -

- ¿Quieres que vaya contigo? -

- Lo mejor es que no, porque entonces Cándido podría tener nuevas dudas sobre apoyarnos. Creo que no debemos tensar de más esa cuerda. –

- Ciertamente. - Coincidió Bryan y estaba punto de levantarse, cuando de pronto sonrió pícaramente y preguntó: - ¿Cuándo dices que tienes que partir? -

- Esta noche. - Respondió Emily luego de pensarlo por un momento.

- Tenemos tiempo, entonces. - Dijo Bryan levantándose de la bañera para revelar que volvía a estar listo para otra ronda.

******

Luego de que Emily fuese llevada al éxtasis unas cuantas veces más, Bryan finalmente permitió que las esclavas la ayudaran a vestirse y se despidió de ella. Después se puso la ropa él mismo y espero prudentemente una media hora antes de partir en dirección al Manto Oscuro.

En las Mil Cavernas todo seguía estando como siempre. Bueno, no todo. Porque Bryan notó muchas miradas y susurros de admiración por parte de los agentes, que lo acompañaron durante todo su camino. Era evidente que la historia sobre su victoria contra Vlad Cerrón seguía siendo muy popular dentro de la sede.

Quien no parecía muy feliz de verlo eran el Maestre Cándido, que lo recibió con una expresión manifiestamente avinagrada, aunque por obvios motivos.

- ¿Trece días? ¿Es en serio? ¡¿Tienes idea de los problemas que me has causado desapareciendo así?! ¡Podría organizar un desfile militar con la cantidad de funcionarios que están encima de mí preguntándome en dónde estabas! - Se quejó el Gran Mago sin levantarse de su escritorio.

- Quedé bastante lastimado y tenía que recuperarme, Maestro Cándido. - Se disculpó Bryan sentándose cuando el dueño del despacho le dio permiso con la mirada: - No quería ser asesinado antes de poder pagarte por toda la buena voluntad que me has demostrado. -

- Rompiste la espada y la armadura que te dimos quedó destrozada. - Espetó Cándido bruscamente: - No pienso decir nada al respecto porque te la cedimos. Y al final venciste a Cerrón como prometiste. ¿Pero desaparecer así? ¿De verdad no podías enviar un simple mensaje? ¿Es mucho pedir? -

- Te aseguro que vine apenas pude. -

- ¿En serio? -

- Así es. -

- ¿Y por qué tienes ese brillo de lujuria satisfecha en la mirada? - Preguntó Cándido sarcásticamente.

Bryan abrió la boca un momento, pero lo pensó mejor y guardó silencio.

- Eres un maldito perro. -

- Maestro, es mejor que no hagas preguntas cuando realmente no quieres saber la respuesta. - Dijo Bryan encogiéndose de hombros: - Pero si es verdad que estaba lastimado y me tomó diez días en recuperarme por completo. -

­- ¡Al emperador no se le hace esperar! -

- Maté a un cuasi Supremo por él, creo que me puede perdonar un retraso. -

Estaban conversando, pero claramente había un cambio en la forma con que Cándido le hablaba, que reflejaba la nueva relación que tenían. Ya no existía una diferencia infranqueable entre ambos, porque ahora los dos eran aristócratas.

- Bastardo afortunado, desde hoy eres un Sol Oscuro de Tercer Grado. - Gruñó Cándido extendiendo la mano para dejar una insignia hecha con una placa de oro del tamaño de una moneda, que llevaba tallado el emblema imperial del águila coronada, pero en el reverso tenía un único círculo perfecto de color rojo, con el número “III” grabado: - Entrega tu vieja insignia. Esta es intransferible. -

- Muchas gracias. -

- Te advierto que tengas cuidado, Amyes todavía no se ha dado cuenta de que estás con su hermana, pero eso es inevitable. Y cuando suceda nadie podrá protegerte. -

- ¿Ni siquiera usted? ¿Aunque también es un gran Maestre? -

- No se trata de autoridad, sino de la personalidad de ese tipo. Sus talentos lo hacen un recurso invaluable, pero el demérito es que muchas veces se comporta de un modo difícil de predecir. - Explicó Cándido y luego sonrió: - En cierto sentido se parece a ti. -

- Había escuchado los rumores, pero me gustaría saber… ¿Qué tipo de persona es el Gran Señor Amyes? - Preguntó Bryan mirándolo en serio y frunciendo el ceño.

 Cándido se acomodó en su asiento antes de responder: - Amyes es… complicado. Si tuviese que resumirlo diría que tiene unas habilidades increíbles para detectar los puntos débiles, las inseguridades o tristezas de los demás, y luego hacer uso de ellas a través de la manipulación. También es un mentiroso increíble. Podría matar a un hombre enfrente de su hijo y luego convencerlo de que en realidad fue el mismo hijo quien lo asesinó. No siente remordimiento o no se arrepiente de su comportamiento. Además, no le importa lo que tenga que hacer con tal de lograr sus objetivos.

Todo eso lo hace idóneo en su trabajo de detectar traidores.

El problema es que a veces es extremadamente impulsivo. Y ahí es cuando todas esas cualidades suyas se vuelven un inconveniente. Sobre todo, se caracteriza por no creer en nada ni en nadie cuando se trata de su hermana Emily. ¡No me sorprendería que intentase matarte, da igual que yo, el emperador o todos los dioses se le opusiesen! -

- Ya veo. - Asintió Bryan tranquilamente, aunque por dentro pensaba: “¡Espera! ¡¿No es un maldito sociópata?!

- En cualquier caso, ese es problema tuyo. Porque yo no pienso hacer más de lo que ya he hecho. - Dijo Cándido encogiéndose de hombros y entonces su mirada se volvió bastante severa: - Tenemos asuntos urgentes en nuestras manos. -

- ¿Qué sucede? -

- El Emperador me ordenó que te diese el título de Barón y una mansión en Itálica que todavía estoy preparando. Pero viene con una trampa, cortesía de ese maldito de Tiberio Claudio. - Explicó Cándido entregándole unos documentos: - Te asignarán un territorio indefendible para que lo defiendas y un ejército compuesto por los derrotados en el último Desastre Militar. No puedes reclutar más tropas ni tocar el tesoro público para otra cosa que no sean los salarios más elementales… - el Gran Maestre comenzó a explicar todos los detalles legales y luego dijo: - Los hombres de la V y la VI son en realidad los grupos de sobrevivientes de las seis legiones que fueron destruidas, así que realmente no saben trabajar en equipo y llevan mucho tiempo sin ningún tipo de disciplina. El Cónsul Esteban trató de hacer algo por ellos, pero Tiberio Claudio lo bloqueó y en ese momento había cosas más urgentes que atender. De modo que permanecieron en el olvido. -

- En pocas palabras, si no eran chusma desde un principio ahora definitivamente lo son. -

- Exactamente. -

- ¿Estos hombres se pueden recuperar? - Preguntó Bryan alzando una ceja.

- No tengo idea. Tú tendrás que encontrar la respuesta. - Respondió Cándido encogiéndose de hombros.

- Escucho y obedezco. - Respondió Bryan suspirando: - Pero me gustaría saber cuál es mi margen de autoridad. -

- Tienes el título de Barón y el cargo de Tribuno Militar, sin embargo, se te dará Imperium Proconsular, así que podrás hacer lo que quieras, siempre y cuando sea únicamente con las Legiones V y VI. Además, no puedes salir demasiado lejos de Valderán. No es imposible hacer ataques preventivos sobre nuestros enemigos, pero no podrás conquistar territorio nuevo sin permiso del Senado. -

Bryan abrió mucho los ojos. El Imperium era la facultad para dar órdenes absolutas sobre el ejército y dependía mucho del cargo militar que uno obtuviese. Los Cónsules eran dos magistrados que representaban la máxima autoridad militar en todo el imperio, únicamente por debajo del emperador. Por eso su Imperium les permitía controlar un ejército standard, que era de dos legiones con sus tropas auxiliares, formando un aproximado de 30 mil soldados, aunque el número podía incrementarse o reducirse dependiendo de sus necesidades.

Los Procónsules eran el escalón inmediato inferior, pero su autoridad no era sobre todo el imperio, sino únicamente en una zona determinada. A diferencia de los Cónsules, los Procónsules no solían realizar invasiones a gran escala, sino que su principal deber era defender una zona o llevar a cabo acciones de guerra específicas. Aun así, seguían teniendo un Imperium considerable que les permitía controlar generalmente a dos legiones (sin auxiliares) con alrededor de diez mil hombres entre las dos, un número bastante respetable de soldados.

Por debajo de los Procónsules estaban los Tribunos y Prefectos, que tenían Imperium sobre una única legión cuando tenían que actuar en solitario, aunque generalmente servían bajo las órdenes de los Cónsules o los Procónsules.

Naturalmente nada de esto estaba escrito en piedra. Si ocurría una emergencia cuando los Cónsules estaban ocupados y no había Procónsules disponibles, era legal enviar a un Tribuno para solucionar el problema, a veces comandando más de una Legión. Pero eran casos excepcionales.

El quid de la cuestión era que el prestigio era muy importante a la hora de asignar cargos en el Imperio, por eso solamente los Duques podían ser Cónsules. Para ser Procónsul uno tenía que ostentar como mínimo la dignidad de Conde o Marqués. Un Barón como Bryan solamente podía aspirar al cargo de Tribuno Militar o Cuestor Militar.

A pesar de esto el emperador le estaba otorgando Imperium Proconsular. Eso significaba que, aunque legalmente era Tribuno… ¡Militarmente había recibido la autoridad de un Conde! ¡Era demasiado para su primer mando militar!

- En principio su Majestad Imperial quiere compensarte. Después de todo, su promesa fue nombrarte aristócrata después de que vencieras a Vlad Cerrón, pero Tiberio Claudio se opuso más de lo esperado y al final tuvimos que aceptar esa ridícula condición. - Explicó el Maestre Cándido suspirando: - Al darte ese Imperium Proconsular el Emperador está tratando de honrarte lo más posible. Pero también hay motivos de una naturaleza más… práctica. Verás, la situación en Valderán es terrible, así que tendrás que cortar varias cabezas para que tus hombres te obedezcan. Un Tribuno Militar tiene que hacer un juicio antes de condenar, en cambio un Procónsul puede ejecutar directamente. -

- Ya veo… pero aun así… ¡Imperium Proconsular! ¿Seguro que no tendré problemas con Tiberio Claudio en el Senado? - Preguntó Bryan ansioso.

- El senado propone los candidatos, pero el Imperium deriva directamente del Emperador. Aunque ese tipo de normas nunca han detenido al Gran Duque. - Respondió Cándido sonriendo: - Seguro tratará de oponerse. Pero es ahí donde tu nuevo nombramiento como Sol Oscuro de Tercer Grado te será bastante útil, pues podemos argumentar que estás usando la autoridad que el Manto Oscuro decidió otorgarte. Además, todavía tienes el título de Ejecutor Imperial. Este no te vale para evadir la ley cuando no tienes un muriente asignado, pero sigue teniendo un peso importante que ayudará a justificar que te den Imperium Proconsular. -

- Ya veo. -

- Además, por “algún motivo que nadie entiende” de pronto el Senador Aurelio Asturias ha estado argumentando a tu favor. - Comentó Cándido sarcásticamente: - Así que dudo que Tiberio Claudio pueda conseguir los votos necesarios para quitarte ese Imperium.

Todo indica que el líder de la Facción Neutral va a presentar su candidatura pese a haber estado retirado de los asuntos militares hasta ahora. Y no me cabe duda de que obtendrá el Consulado cuando llegue el verano.

Entonces tendrás un aliado poderoso. -

Bryan sonrió y en su interior agradeció al viejo Senador que ya lo estaba ayudando sin que él lo hubiese sabido. Entonces preguntó: - ¿Qué hay del dinero? -

- Como he explicado, te darán dinero para los sueldos de las dos legiones y algunos gastos generales, pero todo lo demás tendrás que financiarlo tú. Aunque algo me dice que eso no será un problema para ti… sobre todo teniendo en cuenta que tu otra novia acaba de ganar mucho dinero en una apuesta, gracias a tu última victoria. -

- ¿Hablas de Phoebe? - Preguntó Bryan sorprendido.

- Ese gordo lacayo del Gran Duque apostó contra ti en la Cámara de Comercio y terminó haciéndoles perder dinero a muchos de sus seguidores. - Dijo Cándido riendo: - Seguro que no esperaba que nadie pagase su apuesta, pero Phoebe Bootz lo hizo e incluso la incrementó. Ahora el gremio improvisado por Cameron está prácticamente en banca rota y sus miembros escapan a la primera oportunidad. ¡No sobrevivirán al próximo invierno! -

- Esa es una excelente noticia. - Exclamó Bryan sonriendo.

- Y disculpa la pregunta, pero… ¿Emily y Phoebe lo saben? - Inquirió Cándido de pronto.

Bryan no tenía que ser un genio para entender a que se refería Cándido y decidió ser honesto: - Emily sabe… Phoebe, todavía. -

Cándido lo miró un rato en silencio y luego suspiró: - Cuidado, joven Bryan. ¡El infierno no tiene tanta ira como una mujer despechada! -

- … -

- Estas jugando con fuego. Tienes al vengativo Amyes por un lado y a Phoebe Bootz por el otro. Más el asunto en la Academia Babilonia con la hija de Esteban (ni te molestes en negarlo) y esa sobreviviente de los Addison que está enamorada de ti… ¡Chico, no vivirás mucho tiempo! ¡Y tu muerte será terrible si no tienes cuidado! - Le advirtió Cándido.

- Estoy esperando el momento apropiado… - Intentó argumentar Bryan.

- No te engañes a ti mismo, Bryan. ¡No existe tal cosa como el momento apropiado! -

-…-

- Te daré un consejo que me dio mi padre: Ten mucho cuidado con las mujeres que sean más inteligentes que tú… ¡Lo cual quiere decir TODAS ellas! - Continuó Cándido: - Las mujeres nunca deben ser subestimadas. ¿Has visto esas chicas que parecen tontitas con la cabeza llena de flores? ¡Esas son las peores! -

Bryan parpadeó un momento sin entender: - ¿Qué quieres decirme? -

- Asume que todas ellas ya saben que eres infiel. - Puntualizó Cándido remarcando cada palabra: - Y si no lo saben, debes asumir que por lo menos lo sospechan. ¿Entendiste? Cuanto más prolongues el asunto, peor será. No tienes ni idea de lo que las mujeres son capaces de hacer cuando se trata de tomar venganza. -

Las mujeres que parecen tontas con la cabeza llena de flores... son las más peligrosas.

Bryan tragó saliva y asintió.

- En fin, no hablemos más de asuntos personales. - Continuó Cándido: - Por ahora asegúrame que tu relación con los Bootz es lo bastante segura como para garantizarte una caravana de suministro. ¡Porque los dioses saben que vas a necesitar mercaderes valientes que lleven comida hasta ese lugar! -

­ - Eso no será ningún problema. - Respondió Bryan asintiendo.

- ¿Incluso si ella…? -

- Aún si lo descubre, conozco a Phoebe. - Aseguró Bryan: - Ella sabe separar los asuntos personales del deber. Más aún si hay dinero de por medio. -

- Esperemos que sea cierto. - Dijo Cándido colocando todos los documentos en un cofre que luego le entregó a Bryan.

- ¿Cuándo debo partir? - Preguntó Bryan mientras guardaba todo en su Anillo Espacial.

- Oficialmente tu nombramiento como Barón tenía que ocurrir dentro de quince días para que coincidiera con la entrega de tu nueva mansión. - Dijo Cándido y su rostro se volvió sombrío: - Esa era mi intención y la de Su Majestad Imperial. Pero ayer solicité formalmente que el plazo se extienda un mes más. Eso significa que llegarás a Valderán justo antes del invierno, pero no tenemos opción. Lo lamento. -

- ¿Por qué hizo eso, Maestre? - Preguntó Bryan más curioso que indignado por el retraso, pues sabía que Cándido era hombre de palabra y no retrasaría la entrega de su título si no tuviese buenos motivos.

- Recibí noticias de la Dama Cecilia. - Explicó Cándido: - Actualmente ella se encuentra en otra misión, pero se enteró de algo y envió un mensaje para prevenirme. Así que movilicé varios espías para confirmar los rumores. -

- Déjeme adivinar, son malas noticias. - Dijo Bryan sonriendo tristemente.

- No podía ser de otro modo. - Asintió Cándido y le entregó un nuevo documento.

Bryan abrió el rollo de pergamino. Se trataba de un informe acerca de extraños avistamientos y eventos misteriosos que ocurrieron fuera del Imperio y siempre en pueblos rurales, motivo por el cual no había tantos detalles.

-  Grupos de personas desaparecidas y luego… ¡Por el trueno! - Exclamó Bryan.

- Exactamente. -

- ¿Águilas de Sangre? ¿Estoy leyéndolo bien? - Preguntó Bryan mirando al Gran Maestre para confirmar.

- Lamentablemente. - Asintió Cándido con una expresión sombría: - Les separaron la carne de la espalda, siguiendo la columna vertebral. Luego cortaron las costillas, abriéndolas de lado a lado, para después extraerles los pulmones. Estos órganos tiemblan con cada respiración, provocando que las costillas y piel abiertas aleteen… como si fuesen alas. -

- ¿Pero eso no significa que…? -

- Significa que todos ellos estaban vivos cuando sufrieron este terrible destino y permanecieron vivos durante horas. Estaban en los bosques cercanos cuando los encontraron. Sus captores los amarraron usando cuerdas, grilletes y ganchos que los mantenían de rodillas, con las sangrientas “alas” extendidas.  -

Bryan miró a Cándido un momento sin poder creerlo y finalmente preguntó:

- ¿Cuántos fueron? -

- Eran habitantes rurales de pequeños pueblos en los cuales a veces no vive más que un centenar de personas. Pero ocurrió varias veces. Así que fueron… Unas mil quinientas personas. - Explicó Cándido luego de hacer un rápido cálculo mental: - Y aunque la mayoría eran hombres… también lo hicieron con mujeres y niños. -

Finalmente, Bryan no pudo más y dejó el documento de Cándido en la mesa, mientras trataba de calmar sus ganas de vomitar. Y es que los espías habían escrito muchos más detalles macabros sobre estas espantosas muertes e incluso había algunos dibujos. El Gran Maestre se levantó sin decir nada, caminó hacia un armario y sacó dos pequeños vasos de cristal junto con una botella de aguardiente, que sirvió para ambos. El licor ayudó un poco a sobreponerse de la mala sensación, aunque Bryan tuvo que concentrarse para evitar que la Esencia Mágica lo disipase de inmediato, pues lo identificaba como un veneno en su sistema.

Águilas de Sangre

- Bueno, entiendo por qué esta… bestialidad ha llamado la atención. - Dijo Bryan en cuanto se recuperó: - Pero sigue siendo algo que ocurre fuera de nuestras fronteras. ¿Hay algún motivo por lo que el Manto Oscuro deba involucrarse? ¿Y por qué me lo cuentas a mí? -

- Lo hay. - Asintió Cándido e hizo una pausa antes de continuar: - Ocurre que el Duque Tiberio Claudio trató de acusarte de pertenecer al Culto de Caelos. Aparentemente obtuvo la información de sus contactos con el Templo de Idramón.  -

Al oír estas palabras Bryan cerró los ojos un momento. Ya se esperaba que algo así sucediese cuando asesinó al Gran Mago Costel, pero seguía siendo desagradable de escuchar.

- ¿Convenció a muchos Senadores? - Preguntó Bryan finalmente.

- Al principio… pero conseguí desestimarlo todo como rumores. - Lo tranquilizó Cándido, aunque luego agregó seriamente: - Sin embargo, mi prestigio es una carta que solo funcionará una vez. Si los Senadores vuelven a escuchar al respecto, comenzarán a sospechar y esta vez no servirá de nada que intente convencerlos de lo contrario. Es por eso que nos interesa evitar a toda costa que te relacionen con ese grupo maldito. -

- ¿Y estos ataques tienen algo que ver con ellos? -

- Así es. - Confirmó Cándido y luego añadió: - Es la firma característica de los Sardukar. -

- ¿Los Sardukar? -

- Son los soldados más temidos del Culto de Caelos. - Explicó Cándido: - Se les considera la fuerza más letal entre los mortales que sirven a las deidades del vacío. No se sabe mucho acerca de ellos, porque pocas veces dejan sobrevivientes. Pero se dice que no están ni vivos ni muertos, que comen carne humana, que son en realidad híbridos de humanos con bestias salvajes, etc. Casi todo lo que se cuenta de ellos suena a rumores del populacho que luego fueron exagerándose más y más, pero como pertenecen al Culto de Caelos… -

- Con ellos es imposible estar seguros. - Completó Bryan suspirando.

- Exactamente. - Asintió Cándido: - De hecho, el que secuestraran gente para convertirlas en “Águilas de Sangre” era algo que considerábamos un rumor hasta antes de que tuviésemos estos informes. Así que ya te imaginarás mi preocupación. -

- Ya veo. -

- La buena noticia es que no deben ser muchos. Hubo ocasiones en el pasado en que el Culto de Caelos quiso destruir naciones enteras y entonces se dice que movilizaron a diez mil Sardukar. Pero en esta ocasión deben ser un número mucho menor, quizá tan solo unos cientos, porque de otro modo nuestros espías los habrían encontrado. -

- Bueno, eso es un alivio. - Dijo Bryan: - Entonces no quieren destruir una nación. ¿Cuál es su objetivo? -

- Te lo explicaré. - Contestó Cándido y se levantó para guiarlo hacia un mapa: - Los puntos rojos que vez, son los lugares donde se encontraron esas “Águilas de Sangre” y abajo escribí la fecha en que se ha estimado que murieron. ¿Puedes ver el patrón? -

- De norte a sur y viceversa, pero siempre hacia el oeste… Vienen hacia nuestra frontera. -

- Muy bien, pero eso no es todo. -

- ¿Hay más? - Preguntó Bryan.

- Cuando leí el informe, de inmediato aumenté el número de espías… Y descubrí que el Templo de Idramón también se está desplazando. -

- ¡¿Qué?! -

- Es un grupo compuesto por cien miembros, pero se están cuidando mucho de evitar que se reconozca a sus integrantes. Sin embargo, hemos confirmado la presencia de Caballeros de la Tierra… más de sesenta. -

Bryan abrió los ojos sorprendido. En ese momento un Caballero de la Tierra no era un oponente demasiado complicado para él… ¡¿Pero sesenta?! ¡Ese no era un número que cualquier grupo pudiese conseguir y representaba una amenaza para casi cualquier ejército del mundo!

- ¿Y el objetivo de estos hombres es…? -

- Creo que están buscando enfrentarse. - Contestó Cándido.

- Ya veo. - Suspiró Bryan aliviado: - Si se matan entre ellos… -

- No cantes victoria. No te estaría contando nada de esto si no tuviese ninguna relación contigo. - Lo interrumpió Cándido: - Ordené que mis espías rastreasen a ambos grupos, y aunque el terreno los hizo desviarse ocasionalmente, ambos continúan manteniendo la misma dirección general. Eso me permitió hacer unos cálculos aproximados del lugar en que se terminarán encontrando y lo reduje a cuatro posibilidades: Una ciudad del Imperio Kasi, una de nuestras provincias noroccidentales, uno de los márgenes del Bosque Oscuro y un asentamiento fronterizo. -

- Eso es un cálculo impresionante. - Comentó Bryan nervioso y preocupado.

El motivo de su inquietud era que su mente superior estaba haciendo sus propios cálculos al mirar el mapa y comenzaba a adivinar lo que Cándido estaba por decir.

- Envié espías a esos cuatro lugares, pero ninguno encontró nada que pudiese ser de interés para alguno de esos dos grupos… excepto el último.

Y es un lugar que tiene que ver contigo. -

Entonces Cándido señaló con su dedo en el mapa y Bryan vio confirmadas sus sospechas.

Se trataba del Valle del Sol.

- Este es el lugar donde se terminarán encontrando estos dos grupos, si es que no están ahí ahora mismo. - Dijo Cándido seriamente: - ¿Tienes idea de lo que Tiberio Claudio podría hacer si se entera que hay Sardukar en un sitio en dónde tú tienes una banda de mercenarios? -

- ¿Usted cree que ellos están ahí para buscarme? - Preguntó Bryan mirándolo fijamente mientras pensaba: “¿Quizá está a punto de volverse mi enemigo?

Lo mirara por donde lo mirara, era demasiada coincidencia que un grupo de Sardukar se presentasen en el Valle del Sol. Tal vez el Gran Maestre también estaba sospechando que Bryan se había unido al Culto de Caelos y pensaba atraparlo en ese momento, cuando más vulnerable era. Porque a fin de cuentas se encontraba en la Sede del Manto Oscuro, donde existían miles de mecanismos mágicos y poderosos defensores.

Si Cándido lo juzgaba como una amenaza y decidía matarlo en ese lugar, era poco probable que pudiese hacer algo para salvarse. Bryan se dijo a sí mismo que de ser así lo habrían capturado mucho antes de llegar al despacho, pero no pudo evitar estremecerse por la posibilidad de que toda la conversación anterior hubiese sido una trampa.

- No. - Respondió Cándido: - Si creo que el Culto de Caelos aún querría reclutarte y los del Templo de Idramón te matarían alegremente, pero eso sería algo secundario. Sus motivaciones son otras. -

- ¿Cuáles podrían ser? - Dijo Bryan suspirando aliviado en secreto.

- ¿Sabes algo de una mina de Mithril? -

- ¿Qué? -

******

Mientras observaba los documentos en los Archivos Secretos para buscar información sobre los Sardukar y las fuerzas del Templo de Idramón, Bryan sonreía al recordar su conversación con Cándido.

- Te pregunté si sabes algo de una Mina de Mithril. -

Al escuchar la pregunta del Gran Maestre, Bryan utilizó al máximo su capacidad mental y el tiempo pareció detenerse mientras consideraba cuidadosamente sus opciones. Si Cándido era el que preguntaba, resultaba poco probable que realmente fuese una pregunta propiamente dicha, porque se encontraba frente a una persona con miles de espías a sus órdenes (él incluido), así que mentirle podría resultar desastroso.

Lo mejor es responder lo menos posible, pero hacerlo honestamente. En el peor de los casos admitiré que me robé ese mineral, pero si él no lo menciona, entonces yo tampoco.

- Por supuesto. - Respondió Bryan en cuanto el tiempo volvió a correr: - Fue cuando asesine al Gran Mago Costel. En ese momento la Banda de Drakar estaba atrincherada en un lugar donde se supone que había un yacimiento de Mithril y se tuvo que enfrentar a los otros 3 grupos. Ahí fue cuando usé Resurrección de Cadáveres por primera vez. -

- ¿Qué pasó con la mina? -

- Tengo entendido que colapsó. - Dijo Bryan encogiéndose de hombros: - Seguramente la construyeron mal. Pero no creo que vuelvan a usar recursos para excavar ahí de nuevo, porque la veta era muy pequeña y los daños que sufrieron los cuatro poderes fueron muy grandes. Seguramente se matarán primero antes de volver a pensar en minar. -

- Te equivocas. - Objetó Cándido sonriendo: - En el último mes han estado excavando como si no hubiese un mañana. Están tratando de reabrir los túneles que colapsaron. -

Bryan parpadeó genuinamente sorprendido: - ¿Cuál sería el motivo? -

- Aparentemente, antes de que la mina colapsase, alguien envió una pequeñísima muestra del Mithril a un alquimista del Valle del Sol y este no pudo identificarlo bien. Estaba seguro de que era Mithril, pero no de la variedad. Así que el estúpido lo envió a un pariente suyo en una ciudad grande… Y así fue como la noticia se filtró. -

- ¿De qué se trata? -

- ¿Has oído hablar del Mithril Blanco? -

- Ese término no me es familiar. -

- No es extraño, porque se trata de una variedad muy rara. - Contestó Cándido: - Quizá sepas que el Mithril tiene una propiedad que le permite absorber magia, es muy resistente y puede adoptar todo tipo de formas. Por eso las armaduras hechas con este metal son muy codiciadas. -

- Ciertamente, creo que no habría sobrevivido a mi enfrentamiento con Vlad Cerrón sin la armadura de Mithril que me diste. - Coincidió Bryan.

Cándido asintió: - El Mithril Blanco es un apodo que los alquimistas le dieron a una variedad tan pura, que la magia prácticamente no le afecta. Tiene un valor miles de veces más elevado que el Mithril normal, el cual ya de por sí es muy caro. -

¡Miles de veces! ¡Carajo, soy rico!” Gritaba Bryan celebrando en su interior, mientras pensaba en los cien paquetes de mineral en bruto que tenía en la base de los Cancerberos. Pero su expresión se mantuvo impertérrita cuando respondió: - Ya veo. -

- Naturalmente un material tan valioso será deseado por todos. Pero el Culto de Caelos y el Templo de Idramón ya le echaron el ojo. -

- ¿Y los mercenarios del Valle del Sol lo saben? -

Cándido negó con la cabeza: - Dudo mucho que esos ignorantes siquiera entiendan el valor de lo que tienen. - Luego lo miró seriamente: - Bryan, tú has estado ahí. Conoces el terreno mejor que nadie. ¿Cómo podríamos apoderarnos del mineral que hay en esa mina? -

Pues sería bastante difícil, porque en esa mina ya no hay nada.” Pensó Bryan irónicamente, pero cerró los ojos un momento y fingió meditarlo en serio: - Necesitaríamos por lo menos una Legión para asegurar el terreno. Además, tropas adicionales tendrían que movilizarse para mantener la línea de suministros, porque no hay recursos cerca con los que alimentar a tantos hombres. -

Cándido negó con la cabeza: - No podemos movilizar tantos soldados. El Imperio Kasi lo vería como una provocación. ¡Asumirán que nos preparamos para invadirlos! Necesitamos una opción más sutil. Hay que ser astutos. ¿Es posible que nos apoderemos del Mithril Blanco sin que nadie lo sepa? -

­- Lo dudo. - Respondió Bryan: - El problema es el terreno. No hay forma de acercarse con un grupo numeroso sin ser visto. Tal vez una sola persona podría hacerlo en la oscuridad de la noche, pero no varias. Es una montaña en medio de un anillo de cordillera. -

- ¿Y si usas a tu Banda de Mercenarios para provocar una distracción? -

- Son muy pocos, no podrían resistir el tiempo suficiente. Después los Cancerberos serían enemigos de todo el Valle del Sol. - Respondió Bryan de inmediato. Luego añadió una mentira antes de que Cándido pudiese decir algo más: - Por supuesto que puedo sacrificarlos a todos si es por el bien de Itálica, pero no ganaríamos nada con eso. -

Cándido cerró los ojos frustrado y luego de unos minutos los abrió para decir: - Entonces no tenemos otra opción. Si el Imperio Itálico no puede tener ese Mithril, entonces nadie lo tendrá. Ya sería terrible que cayese en manos de esos mercenarios… ¡Pero el Culto de Caelos y el Templo de Idramón también lo desean! ¡Antes muerto que dejar que alguno de esos grupos lo obtenga! ¡Tenemos que destruir esa mina! -

- ¿Eso siquiera es posible? - Preguntó Bryan interesado.

- Será difícil. - Respondió Cándido: - Tenemos que causar tanto daño que no haya forma de recuperar nada de la veta. La cuestión es que, aun en bruto, el Mithril Blanco absorbe la magia bastante bien. No estoy seguro de que funcione del todo si intentamos usar magia de fuego o tierra para destruir esa montaña. Debemos usar medios puramente físicos… -

- ¿Tal vez debilitando los cimientos…? - Propuso Bryan, pero luego negó con la cabeza: - La montaña no es muy alta y el terreno es bastante rocoso. Nos llevaría meses provocar un derrumbe lo bastante intenso. -

- ¿Y una inundación? - Propuso Cándido.

- No hay fuentes de agua cercanas con el cauce necesario hasta que lleguen las lluvias. Además, el tiempo sigue siendo un factor. ¡Habrán minado unas tres veces antes de que consigamos excavar un canal! -

- ¿No se te ocurre nada? Pensé que si alguien podía solucionarlo serías tú. -

- Lo lamento. - Respondió Bryan encogiéndose de hombros, aunque por dentro pensaba: “Es difícil forzarme a ser creativo cuando no tengo ninguna urgencia. Dado que destruir ese lugar es completamente inútil ahora que ya tengo… Aunque… Quizá… Ya que los del Culto de Caelos y el Templo de Idramón van a enfrentarse por ese lugar de todos modos… y seguro que los cuatro poderes el Valle del Sol estarán ahí…” Entonces una idea maligna llegó a su mente y susurró: - Quizá pueda matar a varios pájaros usando una sola piedra. -

- ¿Qué dijiste? -

- ¡Nada! - Se apresuró a decir Bryan y rápidamente añadió: - Estaba pensando en una forma de usar el fuego para desaparecer esa mina. -

Cándido lo miró extrañado y preguntó: - ¿Cómo puede el fuego fundir la piedra sin magia? ¿O estás pensando en tácticas de asedio? -

Existía una táctica que usaban las legiones cuando tenían que defenderse en una ciudadela y el enemigo intentaba construir rampas para tomar las murallas. En ese caso se podía excavar un túnel justo por debajo, luego se lo llenaba de madera y finalmente se le prendía fuego. Si se hacía bien, el calor provocaba que todo el terreno colapsase, llevándose consigo rampas, torres de asedio y soldados enemigos.

- No me refiero a eso. - Explicó Bryan: - Hay una forma de mezclar… ¿Qué cosa era? ¡Ah! Se hace una mezcla de salitre con sulfuro… ¡Y se le agrega carbón vegetal!... Todo eso se seca y se convierte en un polvo explosivo que en suficientes cantidades… -

Lo que Bryan intentaba describir era uno de los inventos chinos más famosos: La Pólvora Negra. Era la base para los fuegos artificiales y las primeras armas de fuego. Solo que no sabía exactamente cómo describirlo. ¿Siquiera existía el concepto de Nitrato de Potasio en este mundo?

- ¿Estás hablando del Polvo Deflagrante? - Preguntó Cándido de pronto.

- ¿Polvo Deflagrante? -

- Si, es un producto alquímico de hace… ¿unas seis generaciones? - Respondió Cándido dudando y cerrando los ojos mientras trataba de recordar, entonces gritó: - ¡Asistente! -

Un joven de los Archivos Secretos llegó corriendo a través de la Matriz de Transporte y saludó respetuosamente. En cuanto lo vio Cándido le preguntó: - ¿Tenemos documentos sobre el Polvo Conflagrante en la Sala Dorada Número 3? -

El Asistente cerró los ojos un momento y luego dijo: - Hay un registro sobre la Batalla de los montes Yaros en el verano del segundo año del Emperador Marco Augusto. -

- ¡Tráelo! - Ordenó Cándido.

Al poco tiempo un pergamino estaba abierto ante el Gran Maestre y este lo revisaba con cuidado, debido al estilo un poco antiguo de su escritura.

- ¡Aquí esta! - Dijo Cándido, señalando un texto.

Bryan se acercó y leyó:

... los enemigos tiraban muchas bolas de hierro que provocaban truenos, de los que nuestros legionarios sentían un gran espanto, ya que cualquier miembro del hombre que fuese alcanzado, era cercenado como si lo cortasen con un cuchillo.

Incluso los hombres heridos morían poco después, pues no había cirugía alguna que los pudiesen curar. Por un lado, porque las bolas de hierro ardían como fuego, y por otro, porque los polvos con que las lanzaban eran de tal naturaleza que cualquier llaga que hicieran suponía la muerte del hombre...

Sí, eso tiene que ser Pólvora Negra.” Pensó Bryan asintiendo, pero entonces tuvo una duda y miró hacia el Asistente para preguntar: - Esto exactamente lo que necesitamos. ¿Sabemos cómo se hace? -

- Debemos tener la fórmula en los Archivos militares. - Dijo el Asistente.

- No lo entiendo. - Preguntó entonces Bryan: - Claramente esa historia muestra que el Polvo Conflagrante es muy peligroso como arma. ¿Por qué no lo usamos en el ejército? -

- Porque ese texto es anterior al perfeccionamiento de las barreras mágicas. - Explicó el Asistente haciendo una reverencia: - En aquellos tiempos tampoco existían los bloques de piedra encantados con hechizos de alto nivel, los cuales, como sabrá, sólo pueden ser afectados con Conjuros u otros artefactos encantados. Una explosión provocada naturalmente no puede hacer mella en ese tipo de defensas. -

- No tiene sentido pasar horas moliendo un polvo explosivo cuando puedes provocar un efecto diez veces más potente con un conjuro o un simple golpe de Aura de Batalla. - Añadió Cándido sonriendo.

- ¿Y para construcción? Ya sabes. El Polvo Conflagrante podría abrir túneles en terrenos rocosos o canales de agua o derrumbar edificios rápidamente. -

- Tenemos esclavos y Magos de Tierra. -

- Ah. -

Supongo que la necesidad hace al órgano.” Pensó Bryan al final.

- Pero tu idea no deja de tener mérito. - Dijo Cándido pensativo: - En este caso particular, cuando queremos destruir esa mina de Mithril Blanco… Podría ser exactamente lo que necesitamos. - Entonces sonrió mirándolo: - ¿Crees que puedes hacerlo? -

Bryan también sonrió y dijo: - Por supuesto. ¡Deme la orden, Gran Maestre! -

- Bryan el Necromante, Sol Oscuro de Tercer Grado. - Declaró Cándido solemnemente: - Te ordeno ir al Valle del Sol y usar todos los medios y recursos necesarios para destruir esa Mina de Mithril antes de que caiga bajo el control del Culto de Caelos, el Templo de Idramón o cualquier grupo mercenario. -

- ¡Escucho y obedezco! - Respondió Bryan levantándose y haciendo una reverencia.

*****

Después de eso se dirigió directamente a los Archivos Secretos y con su nueva autoridad pudo ingresar a una sala con puertas doradas, donde había mucha más información. Así fue como se enteró de la fórmula que necesitaba, pero también de los eventos más importantes ocurridos durante su ausencia en el Valle del Sol.

Resultaba que la mina ahora estaba ocupada por False Segador, seguramente por órdenes del Templo de Idramón, como una forma de adelantarse y acelerar el proceso. Además, realmente habían estado trabajando en la excavación casi sin descanso. Era evidente que Sorin estaba presionado porque ya no tenía la protección de su abuelo, pero seguía necesitando del templo para sobrevivir, así que debía estar desesperado por complacerlos.

- Eso te pasa por ser una puta vendida, Sorin. - Musitó Bryan con crueldad: - Espero que no te pongas a llorar ahora que tu caficho ha comenzado a pegarte. -

En cualquier caso, ya sabía todo lo que necesitaba saber, pero aún tenía que conseguir los ingredientes para la Pólvora Negra. Como el Ejército no la fabricaba por no tener uso militar, no encontraría un gran suministro en los almacenes del Manto Oscuro. También necesitaba pensar en una forma de aumentar al máximo la explosión.

Cuando terminó de leer la información, abandonó las Mil Cavernas y tomó un carruaje para ir al Gremio Mercante de Bootz.

Nada más llegar se dio cuenta de que el edificio estaba siendo decorado y se estaban construyendo nuevas secciones en la parte trasera. Esto era revelador, porque toda la zona en donde se alzaba la sede del gremio era un lugar bastante exclusivo, así que incluso alquilar un sitio era bastante caro, Pero aparentemente Phoebe había comprado una gran cantidad del terreno circundante, hasta casi duplicar el espacio original.

- Se ve que tienen más dinero para invertir. - Murmuró Bryan sonriendo.

- ¡Bryan, has vuelto! - Exclamó una voz apenas atravesó las puertas.

Ahí estaba Phoebe corriendo a encontrarlo sin ningún tipo de reparo. Su cabello castaño brillaba con la luz del sol y su sonrisa era dulce como la miel. Además, se había vestido de un modo maravilloso que realzaba sus atributos.

Phoebe lo abrazó con mucha fuerza y pegó su cuerpo lo más posible.

A Bryan le pareció un poco extraño, porque si bien Phoebe siempre usaba ropas elegantes, el conjunto que llevaba esta vez era un poco… revelador, como si quisiera verse sensual en lugar de simplemente sugerirlo.

Phoebe lo abrazó con mucha fuerza y pegó su cuerpo lo más posible. Luego por algún motivo llevó sus labios a su cuello, pero en lugar de besarlo aspiró muy fuerte, como si quisiera olerlo. Esto apenas duró un segundo, pero despertó dudas en Bryan. Aunque se olvidó de todas ellas en el momento que Phoebe retrocedió para darle un beso profundo en los labios a pesar de estar a la vista de todos en el Gremio. Y fue tan intensa al hacerlo, que dejó su mente en blanco por unos momentos.

- ¡Te extrañé tanto! - Dijo Phoebe después de un rato, colocándose junto a él para ingresar al edificio. Inconscientemente Bryan rodeó la espalda de la espadachina con su brazo y aferró su cintura con la mano, pero entonces recordó que este era un gesto íntimo al cual ella no estaba costumbrada, sobre todo en público.

Inmediatamente Bryan sintió la mano de Phoebe sobre la suya. Naturalmente dedujo que la había incomodado, así que intentó retirarse, más para su sorpresa la propia espadachina lo sujetó y en lugar de apartarlo llevó su mano más abajo, directamente al inicio de sus caderas en un gesto que era de todo menos sutil.

Naturalmente esto causó una gran impresión. No tanto a los empleados, que ya sabían sobre el novio de su señorita. Pero a esas horas el Gremio Mercante de Bootz estaba lleno de cientos de clientes importantes, que entraban y salían por diversos asuntos. Y todos se quedaron boquiabiertos al ver a la fría doncella inalcanzable sujetada de ese modo por un hombre, mientras caminaba pegada a él como si quisiera acurrucarse bajo su sombra.

- ¿Estás segura que esto no te molesta? - Preguntó Bryan preocupado.

- Para nada, sujétame firmemente. - Respondió Phoebe sin dejar de sonreír: - ¡Que el mundo entero sepa que yo soy de Bryan y Bryan pertenece a Phoebe! -

-…-

Bryan se quedó sin palabras por un momento y sus sospechas regresaron.

- Oh quizá… - Dijo Phoebe de pronto sin dejar de sonreír, pero empleando un tono un poco distante: - Sea usted, Noble Bryan, ¿a quién le incomode que nuestra relación se haga más pública? -

La mente de Bryan se puso a trabajar de inmediato y rápidamente comenzó a atar algunos cabos. El hecho de que Phoebe se hubiese vestido de ese modo, el que saliera a recibirlo incluso antes de anunciarse, las muestras públicas de clara intimidad y hasta la ruta que estaban siguiendo, la cual claramente era una bastante visible… nada de eso podía ser coincidencia. La espadachina tenía que haber colocado deliberadamente a vigías que le anunciasen cuando Bryan llegase y seguramente también planificó todo lo que estaba sucediendo.

La pregunta naturalmente era “¿por qué?”.

Me acaba de decir Noble Bryan, que es la fórmula para dirigirse a un Barón. Eso quiere decir que ya sabe sobre mi próximo nombramiento. ¿Quizá se trata de eso? ¿Es porque ahora soy un noble mientras que ella sigue siendo una plebeya? ¿Tiene miedo de que ya no la ame una vez que cambie de clase social?

En cuanto llegó a esta conclusión, Bryan tomó una decisión y aferró con fuerza la cintura de Phoebe. Naturalmente esto sorprendió a la espadachina, que no pudo reaccionar a tiempo y antes de darse cuenta estaban en un lugar donde había una multitud más grande de clientes.

- Mi nombre es Bryan el necromante, Ejecutor Imperial, campeón del Gran Anfiteatro Imperial y futuro Barón del Imperio Itálico. - Exclamó entonces, aunque no dejó de mirar a Phoebe directamente y ella pareció quedarse muda de asombro ante la intensidad de esa mirada: - Declaro que amo a Phoebe Bootz y quiero que sea mi mujer. ¡No me importa lo que piense nadie al respecto! ¡Mientras ella me acepte yo nunca me apartaré de su lado! -

Y entonces la besó con fuerza en frente de todos.

Se escucharon exclamaciones, risas, gritos emocionados e incluso algunos aplausos de la multitud. Pero en ese momento todo desapareció de sus mentes. Lo único que les importaba era el sabor de los labios del otro y abrazarse lo más fuerte posible, hasta que el latido de sus corazones resonase al unísono.

Cuando finalmente se separaron, Bryan vio que las pupilas de Phoebe estaban dilatadas, su respiración entrecortada y podía escuchar como su corazón latía a toda prisa. Naturalmente se había ruborizado hasta las orejas y se tambaleaba como si estuviese mareada.

De modo que sonrió, aferró a Phoebe donde ella misma le había pedido que la sujetase anteriormente y se la llevó a un lugar donde pudiesen hablar en privado.

- ¡¿Por qué hiciste eso?! - Gritó Phoebe en cuanto recuperó la conciencia.

- Parecías preocupada. - Contestó Bryan acariciando una de sus mejillas tiernamente con un dedo, que luego llevó hacia sus hermosos labios: - Quería dejarte claro que no pienso dejarte solamente por haberme convertido en un noble. ¿Estás más tranquila ahora? -

- Yo no estaba preocupada por eso… - Murmuró Phoebe haciendo un adorable puchero, pero se acercó a Bryan tímidamente y este no perdió tiempo para acurrucarla entre sus brazos. Por unos momentos la formidable Gran Maestra de Espadas adoptó la apariencia de una joven adorable e indefensa.

Así se quedaron durante un tiempo, hasta que finalmente el corazón de Phoebe se tranquilizó.

- Me alegra ver que ya estás mejor. - Dijo Bryan sonriendo alegremente: - Te mimaré más en el futuro. -

- ¡Te digo que no estaba preocupada por eso! - Se quejó Phoebe desviando la mirada como si estuviese enfadada, aunque seguía bastante sonrojada: - Bueno, no negaré que me hizo feliz… ¡Pero no me refería a tener miedo de que me abandonases por haberte vuelto un Barón! -

- ¿En serio? - Preguntó Bryan sin creer ni media palabra, mientras se decía a sí mismo: “Acabo de descubrir un lado nuevo de ella que es inesperadamente adorable.

- ¡Por supuesto que sí! Además, incluso si te volvieses el emperador de Itálica no tendría miedo de que me fueras a abandonar. - Declaró Phoebe alzando la mirada y agregó con determinación: - Porque incluso si dejas de amarme y te marchas lejos, seguiré buscándote, aunque tenga que ir hasta el fin del mundo. ¡No permitiré que nada te aparte de mí! -

Las palabras de Phoebe eran bastante hermosas y ella se veía maravillosa mientras las decía, aunque por un instante Bryan sintió algo extraño, como si hubiese un significado oculto que no había llegado a comprender del todo. Pero antes de que pudiese cavilarlo, la hermosa espadachina le dijo sonriendo.

- Entonces, Campeón de la Arena. ¿Para qué has venido? ¿Estás aquí por negocios? -

- Por desgracia se trata de eso. - Contestó Bryan suspirando: - Nada me haría más feliz que quedarme contigo varios días, pero el Manto Oscuro me obliga a hacer algo urgentemente, para lo cual necesito esto. -

Y le entregó una lista.

- Aquí dice Salitre, y además en grandes cantidades. Si sabes que se obtiene del estiércol de murciélago o la orina de caballo ¿verdad? ¡No es un material abundante! - Dijo Phoebe después de leer la primera línea.

- ¡Pagaré lo que haga falta de mi propio bolsillo! - Se apresuró a decir Bryan.

- No te preocupes, dinero es lo que me sobra últimamente. - Respondió Phoebe sonriendo de buena gana: - De hecho, tú me has hecho rica recientemente. -

- ¿Hablas de la apuesta? -

- ¡¿Quién te lo contó?! - Preguntó Phoebe sorprendida y un poco decepcionada.

- El Manto Oscuro… ¡En la sede resuenan las risas por la desgracias de Cameron! -

Escuchar que una organización tan poderosa sabía de su reciente fortuna y la celebraba, volvió a subir los ánimos de Phoebe e inmediatamente soltó una carcajada al imaginar la cara del obeso Barón si algún día llegaba a enterarse de que su derrota era motivo de burla para todos los agentes secretos del imperio y sus altos mandos.

- Ja ja já, es todo gracias a ti, Bryan. - Celebró Phoebe aplaudiendo: - Tengo que darte tu parte de las ganancias. ¡Y no será poco! -

- No, quiero que te quedes con todo. Insisto en ello. - Declaró Bryan y luego sonrió con picardía: - Pero si realmente quieres agradecerme, puedes hacerlo cuando termine con este asunto y reciba mi nueva mansión… ¡Tengo que probar la cama en algún momento! -

Phoebe volvió a ruborizarse y lo miró con reproche… pero no dijo nada en contra. Al verla de ese modo, Bryan casi pierde el control por un momento, aunque consiguió reprimir su libido a duras penas. Sin embargo, la espadachina se dio cuenta de lo mucho que él sufría para no abalanzarse sobre ella ahí mismo y la expectativa fue tanta que la propia Phoebe necesitó sacar un abanico para enfriar su propio rostro.

Mientras los dos luchaban contra sus impulsos primarios, Phoebe volvió a mirar la lista. Su intención era distraerse y vaya que funcionó, porque algo llamó su atención provocando que su expresión se volviese seria: - Carbón de sauce, también en grandes cantidades, y dividido en trozos pequeños para ser molidos. El Azufre, en menor medida, que fácilmente puede extraerse de las minas. Es un pesticida muy utilizado por los agricultores, así que no habrá problema. - Entonces miró a Bryan con sospecha: - Estas cantidades y los ingredientes… ¿Estás haciendo algún tipo de explosivo? -

- ¿Sabes para que sirven? - Preguntó Bryan sorprendido.

- En el Imperio Kasi tienen un espectáculo de luces cuando la Alta Aristocracia celebra una boda. - Explicó Phoebe: - Generalmente lo hacen alquimistas que guardan celosamente el secreto de sus destellos coloridos. -

- ¿Qué tan secreto es? -

- Cuando pregunté me dijeron que la pena por revelar la fórmula es ser arrojado al río dentro de un saco lleno de culebras. -

- ¡Vaya! - Exclamó Bryan sorprendido y luego preguntó curioso: - ¿Entonces cómo fue que te enteraste? -

- No conozco la fórmula en sí, pero cuando visité el Imperio Kasi con mi padre tuve suerte de escuchar a dos alquimistas conversando cuando estaban medio ebrios. De ese modo me enteré de que los ingredientes principales son Salitre, Carbón y Azufre, aunque no tengo idea de las proporciones. ¡En aquel entonces realmente quería poner mis manos en esa receta porque escuché que no necesita de magos para funcionar! Estoy segura de que esas luces de colores serían un espectáculo por el que pagarían muy bien y yo sería la única proveedora mientras dure el conflicto entre ambas naciones. -

- En el Imperio Kasi tienen un espectáculo de luces cuando la Alta Aristocracia celebra una boda. - Explicó Phoebe.

- Pues es tu día de suerte. - Le dijo Bryan sonriendo: - La fórmula no es un secreto importante porque al ejército no le interesa, así que te la puedo decir. Pero a cambio me gustaría que me ayudases a preparar la cantidad que necesito ahora. -

- ¡Realmente me harías feliz! ¡Yo quiero esa fórmula a como dé lugar! Es solo que… esta cantidad. - Phoebe lo miró un poco asustada y luego se atrevió a preguntar: - ¿Para qué necesitas tanto? ¿Acaso quieres hacer estallar la capital? -

- ¡No, para nada! - Respondió Bryan inmediatamente, pues por fin comprendía el motivo de la vacilación de Phoebe: - Tengo una misión que requiere una explosión, pero es en una montaña muy lejos de aquí. -

- ¿No puedes usar un pergamino de magia de fuego? -

- Me temo que no es tan simple. Me encantaría decírtelo, pero es alto secreto. -

- Ya veo. - Suspiró Phoebe aliviada: - Perdona que sospeche tanto, es que hace poco ocurrió un incendio muy cerca del foro y todos los comerciantes estamos un poco nerviosos con la seguridad. - entonces asintió: - No te preocupes, te ayudaré a obtener la cantidad que necesitas en muy poco tiempo. -

- Eres mi salvación, Phoebe. - Dijo Bryan agradecido mientras le entregaba un segundo papel donde estaban escritas las instrucciones para la preparación: - La pol… el Polvo Deflagrante debe ser mezclado en un lugar donde no haya ningún tipo de fuego. ¡Esto es importante! ¡Se enciende con la menor chispa! ¡Asegúrate de que nadie cometa la estupidez de encender una pipa o tener una antorcha cerca cuando lo estén mezclando! -

- No te preocupes, tengo un equipo especializado que trabajan haciendo ingredientes de alquimia, muchos de los cuales son venenosos o explosivos. Así que están acostumbrados a trabajar rápido y con cuidado. No cometerán ningún error. -

- Excelente. Diles que cuanto más fino muelan el polvo será mucho mejor. - Dijo Bryan aliviado por lo que escuchaba: - Además, para convertir esto en un arma necesito barriles. ¡Pero tienen que ser los mejores! ¡Cuánto más herméticos sean, será mejor! -

- Con eso no puedo ayudarte, porque mi Gremio ya tiene ocupados casi todos los barriles que compramos y tenemos que pedir más… Pero obtener muchos barriles de buena calidad no debería ser un problema para ti. - Dijo Phoebe sonriendo.

- ¿Qué quieres decir? -

- ¿Acaso no recuerdas que me diste dinero para invertirlo? Pues lo utilicé para conseguirte propiedades, una de las cuales actualmente es un excelente negocio de barriles. ¡Te aconsejo que aproveches para revisarlo y también tu nueva fortuna! -

- ¿Fortuna? -

- Mi querido Bryan. - Dijo Phoebe sonriendo mientras le entregaba un pequeño libro rojo de contabilidad: - El amor que siento por ti no puede ser expresado con oro… ¡Pero de todas maneras quiero intentarlo! -

Cuando Bryan abrió el libro y revisó el dinero que cada mes ingresaba en su cuenta… no pudo evitar darle un beso a Phoebe con todas sus fuerzas.

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Si había algo que la población de Itálica disfrutaba era un buen vino. Lo amaban tanto que tenían ejércitos de esclavos trabajando en los campos de vid para asegurar un suministro constante de uvas cultivadas con la mejor calidad. Naturalmente también desarrollaron toda una serie de oficios complementarios imprescindibles para suministrar las herramientas con las cuales producir el preciado licor.

Uno de esos trabajos eran los talleres de toneleros, donde se fabricaban barriles de diferentes tamaños. Este era uno de los 42 establecimientos diferentes que Bryan ahora poseía, comprados para él por Phoebe y bajo el patrocinio de la Familia Asturias. Entre ellos por supuesto que había viñedos, pero también herrerías, chocolaterías, procesadores de aceite de oliva, un negocio de alquiler de botes para pescadores, panaderías, un molino, curtidores entre otras cosas. Todos esos negocios generaban ingresos que llegaban a la cuenta de Bryan en el Gremio Mercante de Bootz y engrosaban su incipiente fortuna.

Pero en ese momento lo que necesitaba eran barriles de calidad. Así que se dirigió al taller de confección de Toneles de vino. Cuando Bryan llegó, fue recibido por varios trabajadores que lo atendieron muy profesionalmente desde el principio y luego todavía mejor, en cuanto se enteraron de que estaban hablando nada menos que con el dueño de su local.

Rápidamente lo llevaron con el Maestro Tonelero encargado, un hombre de cuarenta años, una mano llena de callos y una sonrisa honesta que inmediatamente le llevó a una habitación donde había varias tiras de madera que estaban siendo lijadas por sus hijos.

- Estas son las duelas del barril y hay que darle forma a cada una de ellas comenzando por las puntas para que sean más estrechas que la barriga. Ahora mismo estamos trabajando en un barril de 100 Litros. -

- Ya veo. - Comentó Bryan interesado en esta actividad que nunca había imaginado que vería en persona: - ¿Qué madera usas? -

- Usamos castaño, Noble Señor. - Respondió uno de los hijos con un tono bastante agradable: - ¡El roble y el castaño dan las mejores maderas para barriles, pero como este será para almacenar sidra, la cual no necesita color, usamos madera de castaño! -

- ¿El castaño es mejor para mantener el contenido aislado? -

- En tiempos de mi abuelo recuerdo que también usábamos madera de cerezo, pero con el tiempo los troncos de esos árboles se volvieron más delgados porque solo los usan para producir fruta. - Contestó el Maestro Tonelero, pero entonces se dio cuenta que Bryan se refería a otra cosa y añadió: - Para que el barril aísle perfectamente el contenido tiene que trabajarse bien desde el inicio. ¿Ve cómo estamos lijando cada una de las duelas? No solamente les damos forma, sino que les agregamos un pequeño bisel para que luego se junten mejor. ¡Ese es el secreto para hacer un buen barril! -

- ¿Y cómo juntan la madera? -

- Por aquí por favor. - Dijo el Maestro Tonelero guiándolo a otro ambiente donde los barriles se armaban.

Bryan observó cómo los trabajadores juntaban uno de los extremos de las tablas de forma ordenada, usando aros de metal para fijarlos en su sitio y luego las ajustaban perfectamente con golpes precisos de martillos para nivelarlas todas hasta que las maderas adoptaron una forma que recordaba a una flor abierta o un raro tipo de cono. Luego las llevaron a un patio exterior donde las mojaron con agua para darle flexibilidad a la madera.

- Para sellar el barril y darle forma tenemos que usar el calor del fuego, pero si la madera esta seca cuando lo hacemos, se podría quebrar. ¡Por eso es muy importante mojarla primero! - Explicó el Maestro Tonelero hablando de su oficio con una pasión que conmovió bastante a Bryan, pues le recordaba bastante al de sus amigos Enanos en el Bosque Oscuro.

Luego de mojar las tablas, Bryan vio que los hijos del maestro colocaban una gruesa chapa de hierro en el suelo y en el centro dejaron una parrilla cilíndrica llena de virutas y trozos de madera que sobraron de su trabajo en el taller. Nada se desperdiciaba. Cuando el fuego estuvo encendido, el Maestro Tonelero colocó el cono hecho con placas de madera encima de la parrilla, para que se calentase desde adentro hacia afuera.

- Ahora vienen los tornos. - Dijo el Maestro Tonelero señalando a su hijo mayor que se aproximaba con unos grandes aparejos tensores, los cuales que estaban rematados por una sirga que se usaron para doblar las maderas calientes hacia el centro de forma uniforme, ajustándolas firmemente, consiguiendo que adoptaran finalmente la forma panzuda del barril.

El proceso no fue rápido sino todo lo contrario. Básicamente la madera de trataba con el vapor, así que el Maestro Tonelero tenía que controlar el fuego por un lado y echar agua constantemente sobre las tablas, mientras que ajustaba y colocaba los cuatro aros de hierro definitivos a base de golpes de martillo. Después el Maestro Tonelero se puso a trabajar en los cabezales usando una herramienta afilada muy curiosa llamada “suela” por la forma de zapato. La idea era dejar los extremos perfectamente lijados, simétricos y listos para colocar tanto el fondo como la tapa del barril.

- El fondo y la tapa tienen que ser medidos perfectamente para que no existan fugas después. Para eso usamos clavos de dos puntas y un compás. - Explicó el Maestro Tonelero cuando el fondo estuvo perfectamente encajado en las ranuras: - Cada pieza se hace exclusivamente para cada barril, así que hay que marcarlos para no confundirlos. -

- ¿Entonces el barril está listo? - Preguntó Bryan un poco ansioso.

- No, todavía falta pulirlo con una rasqueta de acero para eliminar las imperfecciones. Luego hay que fabricar más aros de hierro. Cepillar nuevamente las juntas para igualarlas. Volver a mojar la madera para aumentar la presión. -

- ¿Luego de eso estará listo? -

- Aún habría que hacer el agujero por donde entre el vino y preparar el corcho que lo cerrará. También mojarlo una última vez para ajustarlo más. Y finalmente azufrarlo. -

- ¿Azufrarlo? -

- Claro, se le hecha azufre para quitarle todas las impurezas antes de poder usarlo. -

- Estoy francamente sorprendido. - Declaró Bryan: - De verdad, nunca imaginé que hacer un barril requiriese de tanto trabajo. ¡Es casi como tallar una escultura! -

- Es usted muy amable, Noble Señor. - Dijo el Maestro Tonelero agradecido.

- No, estoy hablando muy en serio. - Afirmó Bryan sin sonreír.

La verdad es que en el mundo del que Bryan venía este tipo de cosas se hacían de forma industrial, con maquinarias que producían los barriles en serie casi sin esfuerzo en cuestión de minutos, usando materiales sintéticos. En cambio, el esfuerzo del trabajo artesanal que acababa de ver era un espectáculo verdaderamente raro.

Casi me siento mal por lo que pienso hacer con estos hermosos barriles.” Pensó Bryan sintiendo un ligero pinchazo de culpa en el corazón: - Maestro, necesito 200 barriles de cien litros y los quiero cuanto antes. -

La sonrisa se paralizó en la cara del artesano, que lo miró sin comprender durante un buen rato hasta que finalmente preguntó: - ¿Cuándo los necesita exactamente? -

- Los necesitaba ayer. Me los llevaré hoy mismo si es posible. -

- ¡Doscientos barriles! ¡Hoy! ¡Es imposible! Nos toma medio día de trabajo hacer uno cada uno y sólo tengo a 12 asistentes incluyendo a mis hijos. Necesitaría un mes para completarlos. Muchos materiales… ¡Y contratar a más asistentes! Pero aun así solo podría entregarlos en una semana. - Exclamó el Tonelero asustado: - Además… lo siento mucho, Noble Señor. ¡Pero no tenemos suficiente dinero para financiar un trabajo así! -

“Casi me siento mal por lo que pienso hacer con estos hermosos barriles.” Pensó Bryan sintiendo un ligero pinchazo de culpa en el corazón.

- ¿Financiar? ¿Por qué tendrías que financiarlo? - Preguntó Bryan extrañado.

- Quiero decir… Este taller es su propiedad, Noble Señor. - Respondió el Maestro Tonelero mirándolo como si no comprendiese la pregunta: - Naturalmente todo lo que está aquí es suyo. Y si quiere puede tomar libremente todos los barriles que hacemos y ordenar hacer más. ¡Pero cuando llegue el invierno la madera escaseará, así que no podremos cumplir con los pedidos que ya tenemos! -

Ah, estaba preocupado por eso.” Entendió Bryan le hizo un gesto tranquilizador: - No me has comprendido. Pienso pagar por todos los barriles como si los hubiese comprado. -

- Perdone usted, pero no le comprendo… ¿Por qué alguien con un Taller compraría sus propios barriles? ¡Sería como un carnicero pagando por su propia carne! -

- Es cierto que soy el dueño de este negocio, pero no pienso usar sus recursos por motivos personales. Naturalmente pagaré el costo del trabajo y los materiales como persona natural. En cambio, la empresa funcionará como persona jurídica… - En ese momento Bryan se dio cuenta de que estaba usando los términos que aprendió en la universidad, los cuales eran demasiado extraños en este mundo, así que se corrigió: - Déjeme decirlo de un modo más directo. ¿Cuánto cuesta cada barril? -

- Contando el material y el trabajo… quince monedas de plata. - Respondió el Maestro Tonelero.

Bryan asintió. Antes de saber todo el trabajo que costaba hacer uno de esos barriles le habría parecido caro, pero ahora pensaba diferente. De modo que sacó una bolsa con doscientas monedas de oro de su Anillo Espacial y se las entregó al Maestro Tonelero.

- Aquí tienes el pago para los barriles, más el costo de la madera, las cintas de hierro y todo lo demás. También quiero que contrates a los asistentes que necesites para completar este trabajo. Si llega a faltar algo, envíame un mensaje con uno de tus hijos y te daré más. -

- ¡Doscientas monedas! - Exclamó asustado el Maestro Tonelero e intentó devolverle el saco con monedas: - ¡Eso es demasiado, no me atrevo! ¡Sobraría mucho dinero! -

- Entonces considera lo que no gastes como el pago por hacerte trabajar extra. - Dijo Bryan sonriendo: - Veo que eres un siervo decente y honesto, así que quiero recompensarte. Cómprale a tu mujer un lindo vestido. Ten una fiesta con tus hijos. Pero ahora lo único que me interesa es que esos 200 barriles lleguen cuanto antes al Gremio Mercante de Bootz. -

- ¡Los tendrá, Noble Señor! ¡Le doy mi palabra de que serán mis mejores barriles y por mi honor que servirán más de cien años! - Dijo Maestro Tonelero emocionado y con los ojos llenos de lágrimas de gratitud.

- No es necesario que sea tu mejor trabajo. De hecho, puedes omitir el azufrado, porque no pienso usarlos para guardar comida sino una… harina muy valiosa. -

- Pero la harina es comida. -

- Quiero decir “un polvo mágico que es tan fino como la harina”. - Explicó Bryan automáticamente y luego lo miró con seriedad para probar que hablaba en serio: - Es importante que no se pierda ni una sola partícula. ¿Pueden hacerlo? -

- ¡Delo por hecho, Noble Señor! -

- Entonces me voy tranquilo. ¡Esperaré buenas noticas tuyas! -

Bryan dio media vuelta y se marchó en medio de los agradecimientos de todos aquellos artesanos que parecían bastante agradecidos con su patrón, que les había dado semejante pago por sus barriles, los cuales fabricaban con tanto esmero y cuidado.

Es una pena que tenga que destruir todos.” Pensó Bryan un poco incómodo, aunque después se encogió de hombros: “Pero bueno, la pólvora tiene que estar bien encapsulada para explotar. Además, lo que no sepan no les hará daño.

Finalmente había terminado sus preparativos y solo quedaba esperar unos días para que el equipo de Phoebe terminase la pólvora. Con suerte los Barriles estarían listos a tiempo. Ahora quedaba un asunto menor por resolver, el cual no obstante seguía siendo un problema: Su Anillo Espacial tenía muchas cosas que debía guardar para poder hacer sitio a todos esos barriles. Tal vez incluso eso fuese insuficiente.

¿Quizá debería usar a Gilberto…? No, aunque ese Dragón es leal simplemente no sirve para trabajos delicados. Si comete un error y respira su aliento sobre los barriles, bueno, sería interesante saber si ese tipo de explosiones pueden hacerle daño a una Criatura de Nivel I. je, je, je. Pero no vale la pena correr riesgos innecesarios.” Se dijo Bryan mientras se subía al carruaje. El taller que acababa de visitar se encontraba en la capital, pero casi en el margen de la muralla exterior y ahora tenía por delante un recorrido largo antes de regresar al centro.

Por supuesto que podría haberlo hecho volando, pero no le apetecía y tampoco sabía exactamente a dónde ir. Emily se había ido a una misión. Phoebe estaría ocupada con las coordinaciones. Ya no podía dormir en la Academia Babilonia desde que se graduó.

De modo que decidió aprovechar el tiempo dentro del carro para resolver estos asuntos.

Me gustaría tanto ir con Fanny… pero le prometí que esperaríamos a formalizar nuestra relación y aún no tengo el título necesario para poder cortejarla. Si la veo en este preciso momento, dudo mucho que pueda contenerme y quizá cometería una estupidez. Además, seguro que tiene muchas preguntas que yo no le puedo responder todavía. Mejor evitar verla de momento.

Los caballos que tiraban del carruaje comenzaron a trotar y Bryan decidió dejar de pensar en Fanny para concentrarse en la misión que tenía por delante. Lo mejor sería usar al Cementerio de la Muerte como lugar para dejar sus cosas, aprovechando que tenía la Matriz de Transporte Portátil, pero el problema era en dónde armar dicha matriz. Ahora era una persona famosa, no podía asumir que no habría ojos vigilándolo, tal vez incluso en el Manto Oscuro, sobre todo si ese tal Amyes era exactamente como todos decían.

Seguramente pronto tendré a varios metiches siguiéndome en secreto. ¿Debería volver a usar la Tumba detrás de la Academia Babilonia? No, ese tipo de escondites solo funcionan cuando uno es insignificante y nadie realmente importante te tiene completamente en la mira. Dejar ese sitio fue lo correcto. Pero entonces, ¿dónde?

Justo en ese momento escuchó el sonido de un caballo que se aproximaba a toda prisa. ¿Quizá los espías en los que justo estaba pensando? Bryan sonrió negando con la cabeza por ese pensamiento peregrino, pues nadie que quisiese pasar desapercibido fustigaría de ese modo a su montura. Pero como no estaba de más ser precavido, decidió enviar a uno de sus Espectros Oscuros a explorar.

Cuando vio de quién se trataba, Bryan ordenó al cochero que se detuviese y bajó del carruaje para recibir a la persona que se aproximaba. Al poco tiempo llegó Chéster con una montura que llevaba el sello de los Asturias.

- ¡Amo Bryan! ¡Está vivo! -

- Hola Chester, pareces sorprendido. - Respondió Bryan bromeando mientras el ladrón se bajaba de la silla: - ¿Acaso tienes más ofertas de trabajo? -

- No amo, le traigo un mensaje del Maestre Cándido. - Explicó Chéster ignorando su mal chiste y haciendo una profunda reverencia mientras le extendía una carta: - Estuve preguntando por usted en el Gremio Mercante de Bootz. Entonces me dijeron que posiblemente lo encontraría aquí, de modo que vine a toda prisa. ¡Me alegra mucho que esta vez decidiese viajar por tierra como el resto de mortales. -

- Ya veo… A ver…. ¡Oh! ¡Mi Mansión está lista! - Exclamó Bryan sorprendido: - Vamos Chéster, acompáñame a ver mi nueva residencia. -

Un carruaje en la oscuridad

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, donde la vida es difícil, pero la comida siempre es buena.

Hoy es miércoles 6 de junio del 2023 y empezamos un nuevo volumen.

Originalmente la historia sucedía de la siguiente forma, Bryan se va al Cementerio de la Muerte a probar el báculo, que por algún motivo no usaba hasta ahora (eso yo ya lo cambié porque me parecía ridículo), luego recibe su mansión que es descrita en dos párrafos y se dirige por su propia cuenta al Valle del Sol porque… bueno, porque sí y punto. Entonces se encuentra con Edwin (Egon) descubre que la mina está siendo disputada y regresa a preparar explosivos, luego regresa al Valle del Sol… etc.

Me pareció que todo esto era demasiado rebuscado, un zigzag innecesario que sería creíble en un videojuego donde se puede hacer un Viaje Rápido, pero no en una historia bien armada. Así que decidí inventarme muchas cosas.

La escena pasional con Emily está ahí porque en la historia original el protagonista apenas tiene realmente contacto con sus amantes, pero estas lo aman con la misma intensidad de siempre. Casi parece como si, en vez de novias, fuesen NPC que lo van a querer por defecto, aunque nunca intercambie más de dos líneas con ellas. Tenía que cambiar eso y crear un escenario mucho mejor donde se hiciese justicia a la relación.

Después decidí darle un sentido al viaje de Bryan haciendo que Cándido le contase sobre la presencia del Culto de Caelos en el Valle del sol. Luego agregué la tensión del descubrimiento de las Águilas de Sangre, los Sardukar, para finalmente llegar a la comedia y que juntos planeasen usar la pólvora. En el original Bryan simplemente pide a Phoebe explosivos y ella se los proporciona, pero no tiene sentido que tengan algo como una bomba y nunca lo usen en la guerra. Necesitaba darle contexto.

Ahora, en el original las tropas de élite del Culto de Caelos se llaman Soldados de la Muerte y los del Templo de Idramón se llaman Caballeros del Templo… ¡Aburrido! Tenía que cambiarlo y elegí el nombre Sardukar, que leí por primera vez en la novela Dune y siempre se me quedó en la memoria. Creo que suena bien.

Las Águilas de Sangre son en realdad referencia a una forma de tortura que usaban los Vikingos contra los cristianos en la Edad Media. Por supuesto que exageré algunas cosas y la víctima seguramente se moría durante el proceso, en lugar de quedar viva como yo cuento, pero, bueno… ¡Magia! La fantasía tiene que contar.

¿Qué les pareció el comportamiento de Phoebe? Creo que es creíble porque se trata de algo no tan evidente como sería en un Anime, pero lo bastante fuerte como para que nosotros (los lectores) lo entendamos. Bryan también tendría que haberlo comprendido luego del consejo de Cándido, pero una parte suya está en clara negación.

Por cierto, que los ingredientes que menciono en el capítulo son en realidad aquellos que se usan para fabricar Pólvora Negra. Me pareció apropiado que un chino los recordase mejor, dado que ellos la inventaron.

La parte del Tonelero es en realidad un detalle que pongo para dar mayor credibilidad al mundo de Bryan, poniendo énfasis en el trabajo artesanal que implicaba hacer casi cualquier cosa. Aunque no lo crean fue difícil porque realmente estoy describiendo como se hacía un barril en la edad media, aunque de forma bastante resumida. Además, agrega un toque cómico el saber que todos esos barriles tan minuciosamente hechos serán destruidos en la explosión.

Me tomó un día entero conseguir las imágenes que quería y diría que apenas lo logré. Irónicamente una de las más difíciles fue la de los barriles. ¿Quién lo hubiese creído?

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Te gustó la escena pasional con esclavas incluidas? ¿Qué te pareció la conversación con Cándido? ¿Te dio risa saber que la mina ya fue saqueada hace mucho? ¿Te gustó la malicia de Bryan? ¿Qué opinas de la referencia a la pólvora? ¿Qué te pareció la parte con Phoebe y sus diálogos? ¿Te gustó la parte del Tonelero? ¿Te dio pena o risa leerla?

Como siempre suplico por toda la ayuda posible para continuar este trabajo, principalmente en forma de donaciones, porque siempre vivo desesperado por crudo y frío dinero. ¡Adelante futuros patrocinadores! Como decimos en Perú: Ponte una mano en el corazón… ¡y la otra en el bolsillo! Pero también puedes ayudarme compartiendo esta historia en tus redes sociales, con amigos y conocidos, para que alguno de ellos desee patrocinarme. Y por favor hazme saber si encuentras algún error ortográfico que se me haya pasado para corregirlo.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!