132 Eventos inesperados de una noche

- ¿Maestra Fanny? ¿Bryan? ¿Qué están haciendo? -

Justo en el último momento los oídos de Bryan percibieron los pasos de alguien que se acercaba y consiguió apartarse a tiempo. Lisa acababa de llegar con algunos materiales, pero no tuvo tiempo de ver claramente lo que ocurría. Aun así, el sexto sentido de una mujer era increíblemente perceptivo y la joven los miró por un momento entornando los ojos con sospecha.

- No es nada, Lisa. Simplemente estaba pidiéndole ayuda. - Respondió Fanny tranquilamente, pero aprovechó el momento en que la joven bruja se distrajo para fulminar a Bryan con la mirada. Luego tomó su bolsa y señaló algunas cosas con un gesto de la mano mientras decía con un tono que pretendía ser indiferente: - Toma los materiales que trajo Lisa y recoge esos pergaminos. Vamos a llevarlo todo a mi laboratorio. -

Cuando Fanny extendió su mano, el Anillo Espacial que le había regalado resplandeció en su dedo de forma adorable y Bryan se llenó de alegría al verlo, pues era una señal clara de que estaba dispuesta a aceptar sus regalos y por lo tanto ya no era simplemente un “estudiante” para ella.

Así pues, ambos fueron caminando hasta el laboratorio con expresiones neutrales que ocultaban el rubor de una y la euforia del otro. Una vez ahí, Fanny se puso a ordenar los documentos que necesitaba para la siguiente clase y no se atrevió a decir nada hasta que hubo terminado, pero no podía evitar darse cuenta de que la relación entre ambos había dado un nuevo salto y se le dificultaba mucho el mantener la dignidad de una docente.

- Muy bien ¿Por qué viniste a buscarme? -

- ¿Es necesario que te portes tan seria? - Preguntó Bryan sonriendo descaradamente.

Fanny lo miró de un modo irónico y algo malhumorado antes de responder: - Tengo que, de otro modo te pondrás como caballo desbocado. ¡Apenas te doy un centímetro y tu tratas de avanzar cien metros! -

Una respuesta más apropiada para una pareja de novios que para una profesora y su estudiante.” Pensó Bryan encantado por la situación, guardando en su memoria cada una de las adorables reacciones de Fanny con el corazón henchido de alegría. Le costó mucho, pero finalmente pudo ejercer su autodominio para controlar sus sentimientos y comenzar a preguntar sobre la magia necromántica, así como las nuevas dificultades que estaba encontrando al tratar de dominar sus nuevos encantamientos y conjuros.

En cuanto vio que Bryan adoptaba la actitud de concentración que lo caracterizaba al estudiar, Fanny inmediatamente volvió a asumir el papel de maestra para explicarle con cuidadoso detalle cada una de las teorías detrás de la Prisión Ósea y el Escudo de Hueso. No pudo dejar de sonreír emocionada al observar los vertiginosos avances que Bryan había conseguido en tan poco tiempo y su mirada se llenó de un tierno orgullo al observarlo.

Tras un par de horas Fanny dejó de hablar, pues las últimas preguntas de Bryan la habían dejado un poco desconcertada y finalmente suspiró antes de decir: - Ya prácticamente tienes las habilidades de un experto, sólo te falta un poco de dominio práctico antes de que consigas el nivel de un Mago Licenciado. Necesito revisar mis notas y manuscritos antes de responder las dudas que acabas de plantearme. Muy pronto quedarán lejos los días en que podía contestarte a la primera e incluso puedo afirmar que en poco tiempo ya no tendré nada que enseñarte. -

Era común decir que la excelencia de un estudiante era en gran parte el reflejo de la grandeza de su maestro, pero todos los profesores saben que llega un momento en que el estudiante está listo para ir más allá e incluso superarlo. Sin embargo, el avance de Bryan estaba ocurriendo a un ritmo totalmente extraordinario en el auténtico sentido de la palabra y la maestra no podía evitar sentir un poco de presión al darse cuenta de que actualmente solo se encontraba un nivel por encima de su pupilo en el aspecto teórico de la necromancia.

Fanny sabía que poco a poco dejaría de tener el mismo impacto en la vida de su estudiante si Bryan seguía progresando con semejante velocidad e incluso era posible que la dejase muy atrás.

Quizá se olvidará de mí cuando ya no le pueda enseñar nada.” Pensó Fanny con tristeza, pero dispuesta resignarse si con ello conseguía que su estudiante alcanzase nuevas alturas.

Por su parte, Bryan era irremediablemente pobre en su conocimiento sobre la psicología femenina en comparación con otras personas por la vida de aislamiento autoimpuesto que había tenido. Lo normal hubiese sido que pasase completamente por alto los sentimientos de tristeza que sentía su profesora. Pero, gracias a las modificaciones mentales que había sufrido últimamente, todos sus sentidos estaban amplificados a un grado sobrehumano y era capaz de captar mucha más información que una persona común.

Rápidamente notó el temblor en los hermosos ojos de su profesora. También reparó en que su respiración cambiaba de ritmo y muchos otros detalles. Todo esto sucedió en microsegundos, pero para el cerebro acelerado de Bryan se sintieron como un minuto entero.

Con toda esta información no le costó adivinar los pensamientos de la hermosa Maestra e inmediatamente sonrió alegremente para decirle: - Sin importar lo que ocurra en el futuro o cómo avance nuestra relación, tu siempre serás la Maestra Fanny en mi corazón.

No solamente me enseñaste magia, sino que fuiste la primera en tratarme como si fuese un ser humano, luchaste por mi bien cuando nadie más lo hubiese hecho y finalmente me ayudaste a recuperar mi libertad y la esperanza en el futuro. Tal vez mis padres me dieron la vida, pero fuiste tú quien me enseñó a estar feliz por estar vivo y esa lección me la sigues dando cada vez que veo tu sonrisa. -

Al oír esas palabras la expresión de Fanny se iluminó con ternura, pero luego suspiró tristemente mientras negaba con la cabeza: - Gracias por decir eso, pero no puedo evitar pensar... Actualmente el Maestro Gene y yo somos los únicos docentes en Necromancia dentro de la Academia Babilonia, aunque lamentablemente sólo hemos alcanzado el rango de Adepto y hace mucho que nadie ha visto a un Necromante Archimago.

Temo que, cuando ya no podamos enseñarte más, tendrás que enfrentarte a grandes dificultades de aprendizaje, las cuales detendrán tu progreso, y no quiero que tu talento se desperdicie por nuestras limitaciones. ¡Estoy muy preocupada por eso! -

Bryan se sintió profundamente conmovido al comprobar lo que ya sabía: Que Fanny siempre pondría el bienestar de sus estudiantes por encima de cualquier otra cosa, incluso su propia alegría.

Pero con la existencia del Cementerio de la Muerte y la enorme cantidad de sabiduría mágica contenida en su interior, la posibilidad de que se quedara sin cosas que aprender en un corto tiempo era casi inexistente y por eso ni siquiera había considerado el problema de la falta de profesores en su escuela.

De hecho, si otros notan que no me preocupo por eso, podría terminar despertando las sospechas de otros antes de tiempo. Debo agradecer que Fanny lo mencionara.” Pensó Bryan, pero lo disimuló muy bien mientras respondía con una sonrisa: - Te preocupas demasiado, ya encontraremos una solución en ese momento. Y si no existe un camino, entonces lo crearemos. Pero no tiene sentido que nos pongamos a pensar en las dificultades de mañana con tanto ahínco o podríamos terminar pasando por alto la solución. -

Fanny lo pensó por unos momentos y finalmente asintió con una sonrisa: - Quizá tengas razón y me estoy preocupando demasiado antes de tiempo. Muy bien, ya se está haciendo tarde. Necesito cenar antes de repasar mi clase de mañana. Si no tienes más preguntas lo mejor es que descanses bien esta noche y dejes la práctica para mañana. -

- ¿Qué tal si te invito a comer? He visto un excelente lugar cerca de la plaza. - Dijo Bryan con una sonrisa alegre y un poco sugerente.

- ¡Hump! Sigue soñando. Ni siquiera pienso acompañarte dos pasos fuera de la Academia hasta que no te hayas graduado con todos los honores. Ahora mejor vete antes de que se haga más tarde y termines despertando más rumores maliciosos. - Dijo Fanny con una sonrisa un poco altiva mientras agitaba su mano para indicarle que saliera.

Bryan saludo con una reverencia y comenzó a retirarse acompañado por la profesora, que pretendía cerrar la puerta en el momento en que saliera. Pero justo cuando estaba atravesando el umbral, Bryan se movió como una serpiente y le dio un delicado beso en los labios. Luego escapó rápidamente con una sonrisa bien pronunciada mientras Fanny se recuperaba de la vergüenza.

- ¡Malvado mocoso, algún día te voy a atrapar! - Dijo Fanny enojada mientras cerraba la puerta de su laboratorio con un portazo.

Bryan por su parte se sentía muy ufano y estaba pensando en alejarse rápidamente cuando sus finos oídos percibieron un sonido extraño, como una exhalación fuerte.

En ese momento la noche acababa de caer y todas las actividades académicas tendrían que haber terminado oficialmente. Los estudiantes estaban en sus residencias o en los espacios públicos como el comedor o los jardines. En cambio, no debería haber ninguno que aún deambulase por los pasillos de la Escuela Necromántica y por eso el sonido llamó su atención.

Inmediatamente convocó a sus Espectros Originales para que explorasen los alrededores y rápidamente descubrieron una persona que se ocultaba entre las sombras: El Jinete de la Tierra Clark Ascher.

Gracias a sus criaturas pudo observar que las facciones de su rostro usualmente atractivo y elegante ahora estaban desencajadas por la ira mientras lo observaba fijamente, creyendo que el propio Bryan no podía verlo. La ponzoñosa mirada le recordó demasiado a la de Fitch en el momento en que intentaba vengarse y supo de inmediato que el joven caballero había estado espiando el Laboratorio de Fanny.

Los instintos de Bryan le gritaban que tuviera cuidado y su mente rápidamente se puso a trabajar. El problema era que Clark representaba una gran amenaza.

Bryan ya se había enfrentado con espadachines veteranos e incluso con un Maestro de Espadas como Trunks, pero, aunque pudiera parecer que ambos grados eran equivalentes, existía una gran diferencia entre un mero espadachín y un aristócrata.

Los Caballeros entrenaban desde su nacimiento para ser los mejores guerreros y sus familias invertían innumerables recursos para que estuvieran a la altura, pues su poder político estaba sustentado en gran parte por el número de caballeros entre sus filas y los méritos que hiciesen en la guerra. Muchos de ellos dominaban técnicas de combate únicas o poseían juegos enteros de armamentos específicamente diseñados para maximizar sus capacidades innatas y compensar sus debilidades. También era cierto que su dominio del Aura de Batalla excedía casi siempre al de los espadachines.

 Y a todo eso había que sumarle el poder de sus monturas, las cuales podían variar, pero siempre incrementaban sus ya impresionantes capacidades.

En un combate directo, sin bestias de por medio, uno quizá podría confundirse y suponer que los espadachines tendrían mayor experiencia peleando por tener que llegar al poder desde abajo, pero eso sería un gran error. Porque, si bien había algunos aristócratas inútiles, lo cierto era que el Imperio Itálico era una nación eminentemente guerrera y todos sus funcionarios tenían que haber pasado su tiempo en el ejército antes de poder ser magistrados menores.

Pero los Caballeros eran otra clase, una que pasaba la mayor parte de su vida entrenando para la guerra, estudiando estrategia militar y política. En cada batalla se los colocaba al final de las legiones para dar el golpe de gracia a la infantería enemiga o liderando las cargas de caballería. Todo eso significaba que abrían los combates y también los terminaban.

Cada familia patricia poseía al menos tres o cuatro caballeros activos que representaban su principal poder de combate. Estos a su vez lideraban a los grupos de espadachines o guerreros subordinados al clan. Y además contaban con uno o más magos poderosos, dicha familia tenía asegurada su posición en la alta sociedad.

Los Caballeros eran en definitiva los mejor armados en todas las legiones, los más duros y veteranos. Seguían las órdenes con más disciplina que ningún otro cuerpo del ejército, eran los primeros en luchar y los últimos en retirarse. Por supuesto que nunca eran muchos y su número por legión podía parecer escaso en comparación con el resto de soldados; pero todos sabían que producían los mejores resultados en las batallas y siempre provocaban auténticas masacres en las fuerzas enemigas cuando les tocaba intervenir.

Todas las victorias del Imperio Itálico se debían en gran parte a ellos y lo sabían. Eso los volvía vanidosos, pero una vanidad forjada en ríos de sangre enemiga derramada era una que muy pocos se atrevían a criticar.

Ahora uno de esos personajes lo estaba mirando con claro odio. Uno nacido del más irreconciliable de los motivos: los celos por una mujer. Bryan solo necesitó recordar algunas de las hazañas de Clark cuando viajaron juntos por el Bosque Oscuro y rápidamente concluyó que en ese momento todavía no era rival para él en un enfrentamiento directo e incluso si lo atacaba por sorpresa podría tener serias dificultades. Su única oportunidad era atacarlo con la ayuda de otros, durante una emboscada.

Lo peor de todo era que el caballero tenía la acertada sospecha de que Bryan había tenido algo que ver con la desaparición de su hermano Claude, lo cual le daba la excusa que necesitaba para justificar cualquier acción que tomase en su contra. De hecho, si Clark se parecía, aunque fuese un poco, a su vengativo y malicioso hermano menor, ni siquiera necesitaría una excusa: su orgullo herido al haber visto a la mujer que le interesaba ser besada por otro hombre era más que suficiente para provocar su venganza, la cual seguramente no sería ninguna niñería como la de Fitch.

Es un enemigo jodidamente complicado.” Pensó Bryan con irritación y comenzó a caminar hacia el edificio de los estudiantes, fingiendo que no había visto nada. Tenía la esperanza de que el Caballero estuviese planeando retarlo a un duelo en frente de toda la escuela a primera hora del día para humillarlo y en ese caso solamente tendría que desaparecer rápidamente antes de que amaneciera.

Pero para su consternación vio que Clark lo estaba siguiendo furtivamente.

Maldita sea. Fijo que me considera demasiado inferior como para merecer un enfrentamiento a plena luz del día y piensa matarme esta misma noche. ¡Mal rayo lo parta!

Bryan se obligó a seguir caminando, pero le era muy difícil mantener la compostura y soportar las ganas que tenía de salir corriendo. Lo más terrible del ataque de un Caballero era precisamente la velocidad, precisión y el extraordinario poder que podían desatar con el primer golpe. Había visto a Clark matando Criaturas Mágicas de Nivel III únicamente con sus manos desnudas y aunque el cuerpo de Bryan era muy resistente, esto era en comparación con otro ser humano. Un solo puñetazo bien dado con el Aura de Batalla de un Caballero de la Tierra en su espalda desprotegida era suficiente para atravesar las cotillas de Bryan y perforar su corazón.

Tal vez ni siquiera pueda verlo a pesar de mis sentidos y definitivamente no podré esquivarlo.” Pensó angustiado, pero consiguió calmarse. “Al ser hermano de Claude, es posible que ambos piensen de forma parecida, así que seguramente me seguirá hasta confirmar dónde está mi recámara, luego esperará a que todos estén dormidos y me matará con un ataque extremadamente rápido y fulminante, porque en este lugar no puede correr el riesgo de torturarme sin que lo descubran.

Gracias a sus experiencias pasadas, Bryan había deducido que en general los Ascher eran el tipo de personas que hacían un gran trabajo aparentando ser virtuosas por fuera, pero que en su interior eran crueles y completamente despiadados. Sus deducciones resultaron ciertas y confirmó, gracias a sus Espectros Originales, que Clark dejó de seguirlo en el momento en que supo dónde estaba su habitación, luego de lo cual se retiró.

Bryan aprovechó el momento: Primero abrió su ropero y sacó unas cuantas almohadas para colocarlas bajo sus sábanas de modo que pareciese que estaba durmiendo, luego salió por una ventana y comenzó a descender usando las grietas entre las rocas como apoyo, al igual que un lagarto. No se olvidó de dejar a uno de sus Espectros Originales vigilando la habitación y a otro patrullando los exteriores para ver lo que ocurría.

Luego se dirigió al único lugar dentro de la Escuela Necromántica donde sabía que nadie lo buscaría: Su antiguo Almacén/Basurero en el que había vivido durante su tiempo como esclavo.

En ese momento el pequeño cuarto estaba repleto de asquerosos desperdicios que Carey y Borg recogerían por la mañana.

Creí que finalmente me había librado para siempre de este maldito olor a porquería.” Pensó Bryan ofuscado, pero rápidamente hizo a un lado sus quejas y se obligó a acomodarse en su interior, cuidándose bien de permanecer oculto entre el motón de desperdicios. Luego respiró lentamente para reducir su ritmo cardiaco hasta tal punto que cualquiera que lo encontrase en ese momento podría pensar que se trataba de un cadáver, si no fuese por su calor corporal.

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La noche ya estaba dando paso a la madrugada, pero durante todas esas horas Bryan no había dejado de estar alerta a lo que sus Espectros Originales le trasmitían desde su habitación. También aprovechó para practicar su meditación, con lo que confirmó la gran velocidad que ahora tenía cuando se trataba de reunir Fuerza Mental.

Cuando la Aurora acababa de salir, finalmente pudo sentir la llamada de sus criaturas y rápidamente se concentró en los dormitorios. Clark estaba vistiendo una armadura regular de prácticas, con excepción del casco. En su lugar se había cubierto la cabeza con una capucha de anillos metálicos.

Pero a pesar de su indumentaria aparentemente pesada, todos los pasos del Caballero no dejaban escapar ni el más mínimo sonido mientras recorría los pasillos de piedra hacia el cuarto de Bryan. Esto lo sorprendió de sobremanera, pues el caballero no parecía ni siquiera pretender ocultarse, pero aun así se movía como un fantasma silencioso en medio de la oscuridad, completamente indetectable para cualquier humano ordinario.

Cuando llegó frente la puerta de su habitación, Clark se detuvo por un momento, luego pareció pensarlo mejor y regresó por su camino hasta que llegó a una ventana. Entonces saltó por ella… ¡a pesar de estar en el tercer piso!

Bryan inmediatamente mandó a su Espectro Original para observarlo, solo para quedar aún más estupefacto, pues a pesar de cargar con casi catorce kilos de armadura, el Caballero estaba reptando por las paredes exteriores con una agilidad y velocidad impresionantes que incluso superaba a las del propio Bryan.

El motivo de esto eran los guantes hechos con placas de metal que se ajustaban anatómicamente a las manos de Clark incluso hasta la punta de sus dedos, los cuales introducía con una fuerza monstruosa en las rocas, atravesándolas como si estuvieran hechas de mantequilla, para después aferrarse a ellas. Cuando Bryan miró con más atención, usando los ojos de su criatura, puedo notar un brevísimo destello del Aura de Batalla cada vez que el caballero golpeaba la pared. Pero incluso entonces no hizo prácticamente ningún sonido.

Ese tipo de control sobre el poder propio no es algo que una persona común pueda lograr a no ser que no haya hecho otra cosa en su vida que practicar las Artes Militares.” Pensó Bryan impresionado a pesar de sí mismo. “Este maldito me va a dar muchos problemas.

En menos de un minuto el Caballero había llegado al alfeizar de una de sus ventanas y rápidamente se introdujo en la habitación, de nuevo sin hacer ruido. No le tomó más de un vistazo detectar la cama principal con las sábanas abultadas y entonces desenvainó una daga larga, que sujetó primero con sus dos manos frente a su rostro, como si quisiera saborear el momento.

- ¿Sabes algo? Me considero alguien bastante sereno y controlado, es muy difícil hacerme enojar de verdad. Pero felicidades sabandija inmunda, ganaste el trofeo por lograrlo. Incluso sin pruebas estoy seguro de que algo tuviste que ver en la desaparición de mi hermano, pero eso no influye en mi ánimo, no. Lo que me impulsa a ejecutarte es que realmente pretendiste a la mujer que me interesa y creíste que podías hacerme quedar en ridículo enfrente de ella. Así que ni siquiera voy a dejar un cadáver para que alguien llore tu muerte. Desaparecerás como una mancha en el piso al que perteneces. -

El susurro de Clark pareció casi una melodía indiferente que duró unos segundos. Entonces se movió como un relámpago a través de la habitación y descargó una espantosa puñalada con su daga, la cual resplandeció un momento con el destello característico de su Aura de Batalla. El poder contenido dentro del arma se liberó instantáneamente, reduciendo a cenizas el falso bulto que simulaba un cuerpo humano bajo las sábanas de Bryan. Era un ataque terrible que no solamente mataba al enemigo, sino que destruía todo rastro de su cuerpo.

Pero Clark era un combatiente experimentado e inmediatamente percibió una extraña sensación en su daga al momento de apuñalar. Rápidamente supo que había sido engañado, pero no perdió el tiempo lamentándose y en su lugar revolvió las sábanas de la cama y puso otras de tal modo que pareciera como si nada hubiese pasado. Luego abandonó la habitación a toda prisa del mismo modo en que había llegado.

Bryan dejó escapar un largo suspiro, pues durante todo ese tiempo estuvo conteniendo la respiración. Un escalofrío recorrió su espalda cuando pensó en lo rápido que habría muerto si no hubiese tomado las debidas precauciones y estaba a punto de relajarse cuando una de sus criaturas percibió la presencia de otra forma de vida rondando por los pasillos frente a su cuarto.

Se trataba de una figura encapuchada, vestida con ropas grises y una armadura ligera. A diferencia del caballero parecía ser un verdadero experto en el arte de la infiltración, pues no solamente era silencioso, sino que también se confundía perfectamente con las sombras.

Al principio Bryan dedujo que era un sirviente de Clark, pero entonces se dio cuenta que esta persona tenía su mirada fija en la espalda del Caballero e incluso era posible que lo hubiese estado vigilando durante toda la noche, porque cuando este abandonó el edificio fue seguido de inmediato por el misterioso espía.

¡Por todos los dioses, ya son demasiadas sorpresas para una sola noche!” Pensó Bryan enojado, pero rápidamente se puso a considerar la situación. En ese momento el Caballero y el espía que lo seguía se estaban alejando rápidamente, así que era posible que sus Espectros Originales no pudiesen mantenerse mucho tiempo detrás de su rastro y se vieran obligados a regresar por la distancia. Después de pensarlo unos instantes, Bryan decidió que valía la pena correr el riesgo y abandonó rápidamente el almacén donde se ocultaba para ponerse a seguirlos en secreto.

Al poco tiempo vio que ambos se introducían en la Escuela de Caballeros. Clark entró rápidamente en las mismas estancias donde en cierta ocasión se había reunido con el difunto Archimago Duke, así que seguramente era su residencia permanente. El espía en cambio se quedó observando por un buen rato los aposentos de Clark desde una distancia segura, hasta que pareció convencerse de que el caballero no volvería a salir nuevamente. Entonces puso rumbo hacia otro sector.

Seguir al espía fue mucho más difícil a partir de entonces y Bryan necesitó usar al mismo tiempo a sus tres Espectros Originales únicamente para no perderlo de vista, hasta que finalmente lo vio subir por los tejados e introducirse dentro de una habitación utilizando un agujero muy bien disimulado. En su interior lo esperaba un joven bebiendo una taza de té caliente mientras observaba tranquilamente la llegada del nuevo amanecer por una de las ventanas.

- Has vuelto y estás a salvo. - Dijo Lawrence al espía con un tono calmado y sereno, sin siquiera mirarlo: - ¿Descubriste algo interesante en esta oportunidad? -

De todas las sorpresas que había recibido durante la noche, esta se llevaba el primer lugar. Bryan finalmente entendió las advertencias que el Maestre Cándido le había dado acerca de Lawrence, el cual había ido escalando en su imaginación: Primero parecía un simple Sargento Caballero, luego resultó ser condiscípulo de Phoebe y su misterioso maestro, después se enteró que era el hijo de un importante patricio, nada menos que un ministro de finanzas que estaba en buenos términos con el emperador.

Pero actualmente parecía ser alguna clase de hombre misterioso, que se dedicaba a utilizar a un espía claramente profesional, para vigilar los movimientos del hijo de uno de los generales más poderosos del Imperio Itálico.

El propio Cándido me advirtió que era un sujeto con una identidad problemática, hasta el punto en que ni siquiera él estaba autorizado a revelarme quién era Lawrence en este momento. ¡Que dolor de cabeza!” Pensó Bryan al recordar la forma en que el Maestre había querido decirle la verdad, pero al final tuvo que contenerse.

En ese momento el Espía comenzó a hablar y Bryan dejó a un lado sus pensamientos para concentrarse en escuchar.

- Si, Clark Ascher anduvo deambulando sin un rumbo específico en cuanto anocheció. Su objetivo seguramente fue dejarse ver por varias personas para crear una coartada, porque unas horas antes del amanecer se introdujo furtivamente en la Escuela Necromántica para infiltrarse en la residencia de los estudiantes.

Es evidente que planeaba matar a uno de ellos, pero al final lo vi salir con una expresión frustrada y no detecté ninguna evidencia de algún conflicto.

Quizá su objetivo lo eludió o más probablemente tuvo suerte de no estar ahí. En cualquier caso, no encontró a esa persona. -

Al escuchar esto Lawrence dejó de mirar la ventana y se volvió hacia el hombre encapuchado con una expresión de curiosidad: - Eso es muy interesante. Clark Ascher no debería ser del tipo que corre semejantes riesgos solo para fallar de ese modo. Muy bien, dime en qué habitación se introdujo. -

Cuando el espía describió la ubicación, Lawrence abrió los ojos con sorpresa y luego sonrió misteriosamente: - Ja já, así que quiere matar a Bryan. Pero ha sido muy imprudente al exponerse de este modo, porque ese joven mago no es un hueso fácil de roer, sino el tipo de persona que uno nunca debe atacar si no está absolutamente seguro de poder matarlo. Esto me intriga. Parece que necesito sentarme a tener una buena conversación con él. -

El Ejecutor de Lawrence

Nota del Traductor

Hola amigos, soy Acabcor de Perú y es 27 de marzo del 2020.

Este capítulo se trató sobre todo de aumentar el Lore de los Caballeros y para ello me inspiré mucho en la Antigua Roma, en particular el cuerpo del ejército conocido como los Triarios, su fuerza de élite.

Luego modifiqué la escena de Clark infiltrándose en el cuarto de Bryan, agregué y precisé los detalles e inventé nuevos diálogos. Espero que me haya quedado bien.

Nos vemos en el siguiente capítulo.