247 Graduación

- ¿Qué dijo? ¿Qué viene a graduarse? -

- ¡No puede ser! ¡Si comenzó un año después que nosotros! -

- Sé que es poderoso… ¿Pero tanto? -

- Seguro que se ha vuelto loco de nuevo. -

- Pero siempre nos ha sorprendido. ¿Y si lo consigue? -

Las palabras de Bryan despertaron una avalancha de murmuraciones en todos los estudiantes que lo escucharon. La mitad se mostraban escépticos, el resto dudaba, pero ninguno estaba dispuesto a afirmar que realmente no fuese capaz de hacerlo.

La única que no recelaba era Lisa. La joven bruja sonreía en silencio mientras se comunicaba con Bryan únicamente con la mirada y compartía una sonrisa cómplice. Y es que ella lo había visto en acción en la Ciudad de Valen, así que sabía que los poderes de Bryan hacía mucho que superaban a los de un Mago Licenciado.

Después de despedirse respetuosamente de todos sus compañeros, Bryan se dio la vuelta para dirigirse al Anfiteatro donde se realizaban los exámenes. Sólo cuando estuvo seguro de que sus compañeros no podían verlo se permitió una sonrisa de suficiencia.

Pasaron unos segundos sin que ninguno de los estudiantes de necromancia dijese nada, pero finalmente no pudieron soportar la curiosidad y se movieron al mismo tiempo para correr detrás de Bryan y observar lo que ocurría.

*****

El Anfiteatro de la Facultad Oscura no era tan grande como el principal, pero aun así se alzaba desafiante y orgulloso en el corazón de su propia sección. Habían hecho falta diez años de constantes trabajos para poder levantar aquella mole de piedra que se erigía en tres grandes plantas exteriores, las cuales a su vez se subdividían en el interior en más pisos donde los espectadores podían acomodarse de acuerdo a su clase social: El Decano, los Profesores y los Patricios iban en el primer nivel; los Oficiales del ejército, la Aristocracia Media y los diferentes Servidores del Imperio en un segundo nivel; y finalmente los Soldados junto con los ciudadanos acaudalados, en el tercero.

Cada uno de los tres pisos exteriores se asentaba sobre ochenta arcos y en cada arco se alzaba hermosa una estatua. Toda la estructura se construyó principalmente a base de Mármol Negro, oro y piedras preciosas como la amatista.

Existían varias puertas pequeñas para los sirvientes, otras puertas más grandes y decoradas para los espectadores. Finalmente se destacaban dos grandes puertas de oro sólido, una de las cuales servía para las máximas autoridades de la Academia y la otra era exclusivamente para el Emperador, por si este decidía presentarse.

Naturalmente las gradas estaban llenas de diferentes familiares de los alumnos, pero sobre todo de Inspectores Imperiales. El poder de los magos era una parte importante de la fuerza militar de Itálica, así que todos querían tomar nota del estado de los estudiantes y, sobre todo, su potencial para el futuro. Tenían que registrar el nombre de cada persona con potencial mágico, conocer su ubicación exacta y sobre todo tener muy claro qué eran capaces de hacer.

Bryan avanzó tranquilamente hacia el centro de la arena. Los necromantes estaban tan venidos a menos en la Academia Babilonia que la mayoría de profesores ni siquiera prestaba atención a sus exámenes y conversaban entre ellos sin ninguna vergüenza. Era lo mismo para los inspectores Imperiales, que generalmente se limitaban a llenar de forma concisa los registros sin mirar a nadie en particular. Pero conforme Bryan avanzaba los ojos de todos comenzaron a fijarse en él y cualquier rastro de desdén o descuido fue desapareciendo gradualmente, porque había algo en su apariencia o la forma en que se movía, que inmediatamente llamó la atención de todos en el hemiciclo.

- Por esto siempre disfruto las evaluaciones de los estudiantes. Nunca me aburro, porque no importa cuantos años haya hecho esto, siempre me encuentro un factor imprevisto. - Dijo uno de los inspectores, que era el más anciano de su grupo. Llevaba registrando a los magos desde hacía más de 20 años y su experiencia era muy valorada por todos los que lo rodeaban.

- ¿A qué se refiere, mi señor? - Preguntó el inspector a su lado.

- ¿No estamos viendo al mismo joven? - Dijo el anciano señalando a Bryan: - Obsérvenlo con atención. ¿Pueden notarlo? -

- Fuerza. - Respondió finalmente uno de ellos luego de que pasaron unos momentos.

- Sí - Confirmó el inspector anciano: - Una fuerza enorme. -

- Él aún no ha aprendido a ocultarla como sí lo haría un mago más veterano, pero es evidente que tiene una capacidad mágica muy superior para alguien de su edad. - Dijo otro de los inspectores con una sonrisa y mirada llenas de expectativa.

- ¿O quizá no tiene deseos de ocultarla? - Se preguntó en voz alta el inspector más anciano y se llevó una mano a la barbilla: - No sé cuánto debe entrenar alguien para alcanzar ese nivel, pero es la primera vez que veo a un joven irradiando tanto poder. -

Todos los inspectores contemplaron de nuevo al aprendiz que se aproximaba, pensativos y en silencio, hasta que finalmente uno de ellos dijo lo que todos pensaban:

- Esto definitivamente será memorable. -

*****

En el momento en que Bryan llegó al centro de la Arena sus ojos se dirigieron inmediatamente hacia el estrado principal, donde se encontraba la maestra Fanny junto con el resto de autoridades de la academia. Por supuesto que en comparación con la hermosa profesora de la que tan enamorado estaba, el resto de personas le importaban menos que el suelo que estaba pisando y lo único que quería hacer en ese momento era quedarse viendo para siempre el rostro de la mujer de sus sueños.

La Maestra Fanny lo había visto venir desde que atravesó las puertas. En ese instante una sonrisa resplandeciente iluminó su semblante y el sol pareció brillar con más fuerza sobre el mundo entero únicamente por su belleza. Pero cuando Bryan llegó frente a ella, la Maestra Fanny había conseguido calmarse e intentaba por todos los medios aparentar que estaba enojada con él, aunque de vez en cuando un resplandor de alegría en sus ojos dejaba entrever lo alegre que se sentía de verlo.

- Di tu nombre, aprendiz. - Dijo un profesor que sostenía un largo rollo de pergamino con los listados de todos los estudiantes.

El sonido de esa voz lo sacó de su embelesamiento de mala gana, pero como sus procesos mentales eran tan rápidos, consiguió disfrazar su expresión con una sonrisa en tan poco tiempo, que nadie notó el cambio.

- Bryan el necromante. -

En el instante en que dijo su nombre, unas letras brillaron sobre un gran estandarte de color rojo que colgaba sobre los asientos de los jurados. Estaba diseñado para que todos los espectadores supieran la información más pertinente del estudiante examinado, principalmente los inspectores Imperiales, ahorrándoles mucho tiempo de este modo.

Y también señalaban oficialmente el inicio de la prueba de Bryan.

Entonces se escuchó una gran cantidad de suspiros y exclamaciones contenidas de asombro provenientes de las gradas del segundo piso. El motivo era la información respecto al tiempo que el estudiante llevaba asistiendo formalmente a la Academia Babilonia.

Tiempo como estudiante: 2 años.

- ¡Inconcebible! -

- ¡Tanto poder en solo 2 años! ¡Es un genio! ¡Un prodigio nunca antes visto! -

- ¡Debemos registrarlo todo! ¡Ese talento debe ser nutrido por el Imperio! -

Susurros semejantes venían de los Inspectores y eran tan audibles que incluso el jurado de profesores podía escucharlos.

El poder de Bryan desde el punto de vista de los Examinadores Imperiales

El Decano Deo estaba sentado en la silla principal como correspondía a su dignidad como el líder de toda la Facultad Oscura y durante todo el día había demostrado la arrogancia de un auténtico rey mientras veía desfilar a los alumnos de los que tan orgulloso estaba. Pero repentinamente su expresión se volvió desagradable, porque ni siquiera Filipo había provocado semejantes reacciones por parte de los inspectores Imperiales.

Durante la mitad del último año, Deo estuvo luchando sin éxito para retirar a la Escuela Necromántica de entre las disciplinas que se enseñaban en la Facultad Oscura. Por eso el que ahora un estudiante de esa misma escuela concentrase tantas expectativas nada más llegar, y que encima ese necromante fuese precisamente aquel que humilló a sus mejores competidores durante el Gran Torneo de Invierno, era mortal para el ego de un hombre como el Decano Deo.

No fue una sorpresa que se levantase de pronto y gritase para hacerse oír: - ¡Les recuerdo a todos los espectadores que deben guardar silencio! -

Luego se sentó sin siquiera dignarse a mirar a Bryan, decidido a no prestarle la menor atención. En su lugar fue el mago con el pergamino quien se dirigió a él, habiendo entendido desde hace mucho que el Decano no deseaba perder mucho tiempo con un necromante.

- Entonces procederemos a medir tu Fuerza Mental. Pon la mano en este cristal y luego… -

- No estoy aquí para ser evaluado. - Lo cortó Bryan repentinamente y su voz resonó con fuerza a pesar de que no había subido el tono en ningún momento.

La expresión agria del mago era prueba fehaciente de que esta era la primera vez que un estudiante se atrevía a interrumpirlo. El papel que estaba sosteniendo comenzó a temblar ligeramente, así como una de las cejas en el rostro del anunciante.

Pero Bryan volvió a hablar antes de que el mago pudiese quejarse y esta vez sí levantó la voz para hacerse oír: - ¡Estoy aquí para obtener el grado de Mago Adepto! -

Se hizo el silencio.

Los miembros de jurado, con Fanny incluida, lo miraban confundidos. Los inspectores Imperiales dejaron repentinamente de registrar como si quisieran asegurarse de haber oído bien. El mago con el pergamino se quedó mirándolo con la boca abierta, sin saber que decir. Y el Decano Deo parecía luchar para contener un tic de ira.

En ese momento el sonido de muchos pasos resonó cuando los estudiantes de Necromancia, seguidos por otros grupos alumnos pertenecientes a la Facultad Oscura entraron a tropel y se sentaron en las gradas para ver los que sucedía.

- ¡Silencio! - Volvió a gritar Deo y luego miró a Bryan como si fuese una mancha en la pared antes de advertirle con desprecio: - ¡Insolente mocoso! ¡Si lo que quieres es hacer el ridículo en frente de tus amiguitos, hazlo en otro sitio! -

La ira del Decano hizo que todos los estudiantes se congelaran de miedo. Varios miembros del jurado sonrieron mostrándose de acuerdo, aunque hubo otros que se mantuvieron neutrales. El Maestro Gene bajó la mirada y parecía desear que se lo tragara la tierra.

Como siempre sólo la Maestra Fanny se mostró indignada por sus estudiantes y ya estaba levantándose para defender a Bryan cuando de repente…

- Discúlpeme. ¿Podría saber su nombre? - Preguntó Bryan mirando directamente al Decano con una expresión impertérrita y un tono de voz neutral que uno usaría para preguntarle a un extraño la hora del día.

Deo era un Archimago y líder de una de las facultades más prestigiosas de la Academia Babilonia. Todo el mundo sabía quién era él en la Alta y Media Aristocracia; por eso el que alguien le preguntara su nombre de ese modo, como si fuese un personaje desconocido, solo podía ser tomado como el mayor de los descuidos o un insulto.

- ¿Acaso insinúas que no conoces al Decano de tu Facultad? - Preguntó Deo con un tono extremadamente peligroso, que llevaba parte de su gran poder mágico en cada palabra.

Pero Bryan había tenido que enfrentarse a las amenazas de Egon y Costel, dos de los magos más poderosos del mundo. Frente a ellos, la intimidación de Deo le parecía una broma.

- ¿Es usted el Decano? - Respondió Bryan con un tono que no era despectivo pero que tampoco llevaba consigo ni una pizca de respeto: - Discúlpeme, Su Eminencia. Como NUNCA lo he visto en la Escuela Necromántica me había olvidado de su nombre. -

Desde el primer día en que asumió el cargo quedó muy claro que Deo despreciaba a los necromantes y ni una vez se presentó en sus instalaciones o se preocupó de enterarse de sus necesidades. Eso lo sabía todo el mundo. Pero era la primera vez que alguien que no fuese la Rectora se atrevía a sacárselo en cara, y lo que es peor, delante de tantas personas.

La expresión de Deo jamás había revelado tanta ira. Ahora todos los miembros del jurado estaban asombrados, asustados o enojados. Los estudiantes de Necromancia murmuraban llenos de temor o se llevaban las manos a los labios para contener su asombro. Incluso el semblante de la Maestra Fanny se había tornado lívido.

- Además, parece que no me he explicado bien. - Continuó Bryan antes de que el Decano pudiese decirle algo y sonriendo tranquilamente: - No estoy aquí para “preguntarle” si puedo graduarme. He venido a tomar el examen final para volverme un Mago Adepto, porque ese es mi derecho según el Artículo 17 del Reglamento sobre las evaluaciones, y no necesito de su consejo al respecto. -

- ¡Maldito Insolente! ¡Estás expulsado! ¡Lárgate de aquí ahora mismo! - Gritó Deo señalándolo con un dedo acusador y todos temblaron en ese momento.

Todos menos Bryan, que seguía sonriendo como si la ira del Decano fuese un simple espectáculo. Luego le respondió: - No puedes expulsarme, Excelencia. -

Deo se levantó de su asiento con un gesto amenazador y comenzó a gritar: - ¡¿Quién te crees que…?! -

- ¡Según la Ley 27399 nadie puede expulsar o sancionar a un Estudiante que esté en el hemiciclo donde se dan los exámenes mágicos mientras dure dicho examen, a no ser que la vida de alguien esté en peligro! - Respondió Bryan con un rugido que se escuchó por encima del de Deo y señaló el estandarte encima de los jurados, donde su nombre brillaba todavía: - ¡Ese es mi nombre y estoy aquí! ¡¿Quieres que los Inspectores Imperiales te expliquen el reglamento?! ¡¿Aún te importa la voluntad del Emperador de Itálica?!

O quizá… - Continuó Bryan con un tono más moderado, pero bastante audible: - ¿El Decano de la Facultad Oscura quiere intentar asesinarme ahora mismo en frente de todos? Ese sería un buen modo de interrumpir esta prueba. -

- ¡Cómo te atreves idiota engreído! - Susurró Deo, aunque consiguió controlar su ira y se sentó de nuevo, pero cada palabra suya parecía venir desde el abismo más oscuro: - Muy bien, tienes el derecho de pasar el examen. Una vez que termine, serás expulsado para siempre de la Academia Babilonia y regresarás al agujero infecto del que saliste. -

- No será así, porque pienso aprobar. - Respondió Bryan sin dejar de sonreír: - Entonces tú mismo tendrás que firmar mi Diploma. Esa es la Ley, Su Eminencia. -

- ¿Aprobar? Parece que eres más ignorante que insensato. - Respondió Deo y soltó una carcajada maquiavélica: - Tienes menos de 2 años asistiendo a la Academia ¿Y crees que puedes graduarte? En 200 años nadie lo ha conseguido en menos de 5 años. -

- Entonces supongo que seré el primero. - Comentó Bryan como si no fuese gran cosa.

- Veo que tu insensatez vuelve a ser el principal entre tus defectos. - Exclamó Deo sonriendo y los maestros en el jurado que solían apoyar al Decano en todas sus ocurrencias también soltaron carcajadas: - Escucha mentecato. Para conseguir volverte un Mago Adepto no basta con conocer sobre la insulsa necromancia, sino que debes dominar un amplio espectro de la Magia en general y superar las pruebas que nosotros decidamos. - Luego se volvió a mirar a la Maestra Fanny con malicia antes de susurrar: - Las relaciones… personales que puedas tener no te ayudarán aquí. -

- Entonces póngame a prueba ahora mismo, Su Eminencia. - Respondió Bryan sin dejar de sonreír: - Si hoy fracaso, entonces demostrará que tiene razón y que soy un imbécil. Pero si tengo éxito, un necromante tendrá el título del graduado más talentoso en los últimos siglos. Entonces me gustaría saber con qué argumentos usted (o cualquier otro) podría atreverse a afirmar que la Magia Oscura por sí sola es superior a nuestra Necromancia. -

La expresión de Deo se ensombreció y por primera vez pareció dudar. En cambio, Fanny abrió mucho los ojos y apenas reprimió un suspiro, porque recién entendía que Bryan estaba haciendo todo esto a propósito para cerrarles las boca a todos los que alguna vez se habían burlado de la Escuela Necromántica y evitar que Deo pudiese seguir molestándola sin arriesgarse a hacer el ridículo.

- Sea pues. - Respondió Deo finalmente mirando a Bryan a los ojos con todo el desprecio que era capaz de transmitir: - Que comiencen las pruebas. ¡Demuéstranos tu dominio de la Magia, Necromante Bryan! -

En los asientos del segundo piso, los inspectores Imperiales trataban de mantener una expresión estoica, pero a duras penas eran capaces debido a las ganas que algunos tenían de reírse por la expresión del Decano Deo o por la osadía del estudiante Bryan.

- Si, definitivamente esto será interesante. - Dijo el más anciano de los Inspectores.

*****

- Comenzaremos con un examen oral donde serás cuestionado por tres de nuestros jueces. La primera pregunta será sobre alguno de los principales Libros sobre la magia que se han publicado en la última década, la segunda tratará acerca de los Principios Fundamentales que todos los magos deben conocer. Finalmente, habrá una sobre Conceptos Necrománticos avanzados.

Naturalmente en el Rango de Adepto ya no es suficiente con conocer las respuestas textuales que vienen en los libros, sino que tienes que haber interiorizado el conocimiento mágico y proponer teorías al respecto. Eso será lo que evaluaremos. - Explicó el mago con el pergamino una vez que se autorizó el examen. Luego se retiró sin mirar a Bryan y parecía bastante aliviado no tener que estar por más tiempo frente a ese joven tan imprevisible.

- Muy bien, yo iré primero. - Dijo uno de los Maestros de Magia Oscura que siempre apoyaba al Decano Deo y estaba deseoso de congraciarse con él: - Asumo que conoces el libro sobre Teorías Defensivas más Comunes y su Derivación, escrito por el Archimago Torffan. -

- Por supuesto que lo conozco, he leído todo el Libro. - Respondió Bryan asintiendo.

- En ese caso podrás resumir la lección del Capítulo 19 y exponernos tu opinión. - Propuso el mago con una sonrisa ufana, porque estaba seguro de Bryan mentía.

Desde el principio una pregunta con Trampa, lástima para ti que yo tenga una memoria eidética.” Pensó Bryan para sí mismo y respondió sin vacilar: - En resumen, propone que los <<contra conjuros>> no deberían llamarse así. Torffan afirma que <<contra conjuro>> no es más que un término equivocado que los magos menos talentosos utilizan para denominar a sus conjuros cuando quieren que parezcan más aceptables. -

El profesor parpadeó. No había esperado que Bryan respondiese tan rápido, y si bien su lenguaje no había sido muy académico, ni él ni nadie podía negar que su explicación era un perfecto resumen del contenido.

- Aunque yo no estoy de acuerdo. - Agregó Bryan al final.

- ¿Oh? - Exclamó el profesor y sonrió pensando que aún podía atrapar a Bryan en la sustentación: - ¿Y se puede saber por qué discrepas? -

- Porque la magia, al ser un trabajo en su mayor parte intelectual, depende en gran medida de la lógica y la intensión de los magos que diseñaron dichos conjuros. - Respondió Bryan con una expresión seria: - Es válido que un hechicero diseñe una magia para destruir un obstáculo. Pero también es válido que otro diseñe una magia específicamente para evitar que el obstáculo sea destruido por ese mismo conjuro, sin tener en cuenta otros posibles elementos destructivos. La lógica dicta que eso debe ser llamado Contra Conjuro.

Además, la Archimaga Flavia Julia expuso que Torffan no es un correcto académico porque sus conceptos son en realidad una forma de justificar sus propias preferencias. -

Todos se quedaron boquiabiertos porque la respuesta de Bryan no solamente era correcta, sino que además era osada en su forma de abordar el problema. La verdad es que muchos pensaban que el Libro de Torffan no servía demasiado, pero nadie se atrevía a decirlo porque tenía muchos defensores en círculos populares, aunque no muy intelectuales.

- ¡¿Estas cuestionando que un Archimago tan poderoso como lo fue Torffan sea un buen académico?! - Exclamó el profesor en un intento de salvar su pregunta al insinuar que Bryan era insolente con un mago que ya tenía prestigio.

- No dije eso. - Respondió Bryan sin caer en la trampa: - Dije que la poderosa Archimaga Flavia Julia, descendiente de una familia de los Quintos y pariente de nuestro emperador, afirmó que no era un correcto académico. Eso está en la página 93 de su autobiografía. -

Todos se quedaron pasmados, sobre todo el profesor que le había preguntado. Al final Deo tuvo que levantarse él mismo y jalarlo para que regresase a su asiento, de modo que pudieran continuar con el examen. Entonces decidió preguntar él mismo y eligió una de las cuestiones más difíciles de entre todas sobre los Fundamentos de la Magia.

- ¡Explica la Ley de la Cuatri Gnoseología! -

- Es una Fórmula Divina encontrada en los Libros Antiguos de la Sibila de Arnos, donde se afirma que sólo existen 4 vías de conocimientos: Noesis o Espiritual, Opinión o Suposición, Ciencia Natural y finalmente la Lógica. Generalmente se asume que una persona ordinaria únicamente puede utilizar 3 o 2. En cambio los magos podemos acceder a todas.

Existe además el postulado de que el conocimiento científico, también llamado Ciencia Natural, es el más valioso de todos por su utilidad para que los magos podamos diseñar conjuros complejos que alteran el funcionamiento de la propia realidad. -

Deo casi se atragantó porque ni siquiera él podía explicar de un modo tan conciso un tema tan complicado, sobre el cual todavía existían muchos debates.

- Aunque yo no estoy de acuerdo. - Agregó Bryan al final.

- ¡¿Te atreves a cuestionar el conocimiento obtenido por un oráculo de los dioses?! - Exclamó Deo, aunque tuvo cuidado de moderar un poco su tono porque Bryan ya había demostrado que podía salir airoso de esa misma trampa.

- Por supuesto que no cuestiono al Oráculo. - Respondió Bryan agitando una mano para dar a entender que esa objeción no tenía nada que ver con su postura: - Para empezar la Ley solamente habla de la existencia de 4 vías de conocimiento supremas y no dice algo específico respecto a su jerarquía. Así que no existe una interpretación correcta que permita afirmar que una vía es más valiosa que otra. -

Bryan comenzó a caminar de un lado a otro, sintiendo que los estudiantes, los Inspectores Imperiales y todos los profesores seguían cada uno de sus movimientos y estaban atentos a sus palabras.

- Mi objeción está dirigida a la interpretación más popular de este principio, porque a pesar de ser una revelación divina muchos dejan de lado por completo su sentido espiritual y se concentran únicamente en sus aspectos prácticos. -

- Obviamente, el conocimiento científico es el más importante e invaluable… - Comenzó a decir uno de los profesores.

- No, las Ciencias Naturales son en efecto útiles, pero conocerlas no necesariamente es lo más importante para un mago. - Interrumpió Bryan: - ¿Acaso no es cierto que muchos de los conjuros más poderosos fueron descubiertos por pura inspiración? ¿Qué papel jugó la Ciencia ahí? -

Todos se quedaron en silencio.

- Conocer algo es indispensable para un mago porque el intelecto es la base de la Fuerza Mental. Pero creo que la Ley de la Cuatri Gnoseología revelada por el oráculo debe entenderse no solamente como un modo para saber <<de qué forma se puede conocer>> sino <<cuál es el orden>> para saber que realmente estamos aprendiendo magia.

Siendo así, yo propongo que la intensión de la Sibila no era únicamente presentarnos 4 caminos para conocer… ¡Sino más bien una escalera de conocimiento! -

- ¿Una escalera? -

- Así es. - Respondió Bryan sonriendo: - En el primer eslabón está el conocimiento nacido de las Opiniones, las cuales se basan en la experiencia. ¿Pero cuantas veces nos hacemos líos porque algo nos pareció de una forma en nuestra juventud y años más tarde descubrimos que estábamos equivocados? La percepción es fundamental para opinar, pero esas mismas percepciones pueden engañarnos constantemente.

Por lo tanto, creo que los dioses intentaban decirnos que “Opinar” es en realidad la forma más baja e inferior de conocimiento humano, apenas un poco superior a la de las bestias. -

Muchos profesores sonrieron al escucharlo, pues todos ellos habían sufrido en su momento por culpa de las impresiones equivocadas, en especial cuando trataban de demostrar una teoría mágica que resultaba ser falsa. La propuesta de Bryan tenía sentido, así que ninguno objetó sus palabras y lo animaron a continuar con su silencio.

- El Segundo eslabón… son las Ciencias Naturales. - Continuó Bryan e inmediatamente se adelantó al Decano que estaba a punto de objetar: - ¡Por supuesto que muchos lo encontrarán extraño! ¡¿No es acaso el conocimiento obtenido en nuestros laboratorios el más invaluable y selecto?! Claro que lo es.

Pero les pregunto a todos: ¿En serio es definitivo? ¿No necesitan nada más que entender por qué el fuego quema para dominarlo? -

Los jueces no sabían bien cómo responder. Era cierto que muchos magos investigaban la naturaleza con auténtica pasión, creyendo que al comprender cómo funcionaba podrían después alterarla con mayor facilidad. Pero si bien conocer los fenómenos los ayudaba hasta cierto punto, llegaba un momento en que se producía un estancamiento y entonces aparecían diferencias entre los magos.

Normalmente en ese momento se decía que el Talento con el que nacieron era la causa de que la gran mayoría de los magos jamás superase el rango de Licenciado, pero esto se debía a que realmente no existía una respuesta.

- Yo creo que el motivo es que las Ciencias, si bien son superiores a las Opiniones, están finalmente basadas en la percepción y en los 5 sentidos. Podemos usar instrumentos para mejorar nuestra capacidad de ver, oler, oír, sentir o degustar… pero al final estos métodos nunca serán perfectos. - Continuó Bryan y se tomó un momento para recordar su mundo original, en el que había un gran desarrollo tecnológico: - Por eso, aunque en el corto plazo el conocimiento científico pueda parecer el más exacto, a largo plazo SIEMPRE estará equivocado y ninguna de sus teorías se mantendrá durante muchos siglos. Porque las grandes realidades de la magia son subyacentes y no pueden ser comprendidas en un laboratorio. -

- ¡Pero eso!... No, espera… tiene sentido. - Murmuró uno de los profesores y otros se mostraron pensativos.

Todos ellos eran Magos antes que cualquier otra cosa y las palabras de Bryan habían despertado su curiosidad. Sin darse cuenta los deseos del Decano terminaron desplazados a un segundo plano y ahora querían escuchar qué era lo próximo que Bryan iba a decir.

- El Tercer Eslabón sería el Razonamiento Puro, que nos permite adquirir conocimiento abstracto como el de los números, los cuales nunca mienten, y por lo tanto su lógica supera al conocimiento de la Naturaleza. Gracias a la Lógica podemos desatar las magias más complejas e incluso diseñar las matrices más intrincadas. - Continuó Bryan, sabiendo que ahora tenía la atención de todos: - Pero este solamente puede alcanzarse si uno a dominado los dos primeros y además únicamente llega hasta un cierto límite, que es lo máximo que un ser humano ordinario puede adquirir únicamente esforzándose. -

- Pero el ultimo que quedaría sería el conocimiento noésico, que es propio de la mitología o el culto puramente ceremonial. - Objetó otro profesor: - Es cierto que hacer un pacto con algún dios aumenta anormalmente el poder de un mago, pero ese estado no incrementa su comprensión sobre la magia más avanzada. Sólo ofrece potencia y siempre hay un precio. -

- Lo que sucede es que la “Noesis” también puede entenderse como <<conocimiento espiritual>>. - Explicó Bryan al profesor y entonces levantó una mano para señalar hacia los cielos: - Creo que el Oráculo nos quiso explicar que nuestras almas ya saben, desde el momento en que son formadas, todo lo que necesitamos para hacer magia. Pero al momento de nacer olvidamos este conocimiento de forma inconsciente, aunque la información sigue grabada en nuestra Alma.

Por eso aquellos magos que han superado las Opiniones, aprendido las Ciencias Naturales y finalmente dominan la Razón Pura; a veces experimentan una especie de intuición que les permite inventar hechizos impresionantes, los cuales superan todo a lo que un mago regular puede imaginar. Pero esto no es realmente una Inspiración sino una Evocación. -

La explicación de Bryan era muy complicada para los estudiantes de necromancia e incluso los Inspectores Imperiales parecían confundidos, pero los profesores estaban atentos a cada palabra e incluso Deo estaba interesado a pesar suyo.

- Por lo tanto. - Terminó Bryan con un gesto dramático: - Creo que para un mago “DOMINAR LA MAGIA” no es APRENDERLA… ¡Sino que es esencialmente RECORDARLA! -

Casi la mitad de los profesores se levantaron emocionados de sus asientos en ese momento y comenzaron a hablar o debatir. Para muchos el razonamiento de Bryan era una revelación, aunque en realidad no era tan complicado como parecía.

Simplemente existían 4 formas de conocer algo que ya estaba previamente registrado en la tradición de los magos. Bryan les proponía era un determinado orden para aprender mejor las cosas y desarrollar su magia, para finalmente buscar en su interior un conocimiento más profundo que ya se encontraba ahí. Pero para la mayoría de los profesores esto era novedoso, emocionante e innovador. Muchos apenas eran capaces de resistir la tentación de irse en ese mismo momento para revisar sus teorías mágicas según este nuevo enfoque.

Tengo que agradecerle a ese niño, porque mucho de lo que dije en realidad se basa en la forma en la que siempre me decía: Ya sabes quién soy, solo que lo olvidas al despertar.

- ¡Silencio! ¡Por favor, profesores! ¡Esta Escalera del Conocimiento puede sonar muy bien, pero es inútil si no puede demostrarla! - Exclamó furioso el Decano Deo para tranquilizar los ánimos y luego le exigió furioso a Bryan: - ¿Puedes probar algo de lo que dijiste? -

- Decano ¿está usted pidiéndome que en este breve examen solucione de forma definitiva una cuestión sobre la cual todos los magos llevan debatiendo durante cinco siglos? ¡Me alegra que tenga tan buena impresión de mí! - Respondió Bryan con una sonrisa llena de condescendencia: - Comencé argumentando que no existe una respuesta correcta sobre el valor de cada una de las 4 vías. Pero aun así he presentado una teoría según la cual, creo haber demostrado que conozco la Ley de la Cuatri Gnoseología. -

La respuesta de Bryan provocó que Deo tuviese que bajar la mirada por la vergüenza. Él le había hecho una pregunta sobre un tema que no estaba demostrado, pero Bryan le había devuelto el golpe con una teoría brillante. ¡Sin darse cuenta, Deo acababa de reconocer que Bryan conocía la Ley de la Cuatri Gnoseología mucho mejor que él en cuanto le pidió que la demostrase!

- Maestra Fanny, creo que le toca hacer una pregunta sobre Necromancia. - Masculló Deo con mucha dificultad e intentando ignorar las miradas llenas de burla en los ojos de los examinadores Imperiales que contemplaban la escena.

La Maestra Fanny no cabía en sí de alegría. Al principio, cuando Bryan comenzó a pelear abiertamente contra el Decano Deo, sentía que el corazón se le salía por la boca. Además, las preguntas que se hicieron habían sido las más abstractas y difíciles de responder, tanto así que ni siquiera ella estaba segura de poder contestarlas. Pese a todo, Bryan no solamente había superado la dificultad, sino que lo hizo de un modo tan asombroso que sin duda sería recordado por muchos años en el futuro. Así que cuando el Decano se dirigió a ella, tuvo problemas para responderle y necesitó tiempo para poder formular su pregunta.

- ¿Eh?... ¡Ah! Claro… Bueno, Bryan por favor explica por qué crees que es importante conocer el funcionamiento de las Almas para controlar a las Criaturas Oscuras. - Dijo Fanny haciendo esfuerzos para controlar su sonrisa. La pregunta que había elegido parecía evidente, pero en realidad era un poco complicada, aunque ella estaba segura de que Bryan no solamente la respondería bien, sino que incluso sorprendería a todos.

Y no se equivocaba

- El Alma es el nexo que une el Cuerpo con el Espíritu. Al morir un ser vivo, el Alma se rompe, entonces el Espíritu se marcha hacia su destino definitivo y el cuerpo acaba pudriéndose y transformándose en nutrientes para el suelo. Del mismo modo, los fragmentos rotos de las Almas, así como su energía resultante, también acaban volviendo a la tierra y acumulándose. Eones de ese proceso dieron origen al Inframundo y sus habitantes, las Criaturas Oscuras. - Respondió Bryan sin dudar: - Las Criaturas Oscuras son similares a un cultivo por tallos, en el sentido que crecen de una parte de las Almas Muertas en lugar de una semilla. Así que comparten algunas características de los seres vivos de los que originalmente provienen las almas que los componen. Un necromante debe conocer estas características para poder controlarlos. -

Hasta ese momento la respuesta de Bryan era perfecta, pero faltaba la parte en la que tenía que fundamentar al respecto. Hasta el momento todas sus exposiciones habían sido extremadamente interesantes para todos los espectadores, en especial los magos. Y si bien la mayoría de ellos no tenía interés en la necromancia, los profesores guardaron un silencio expectante que revelaba sus deseos de escuchar.

- Generalmente se asume que las Criaturas Oscuras se dividen en las clases <<corpóreas y etéreas>>. Luego pasan a ser divididos de acuerdo con su poder. - Continuó Bryan caminando lentamente en círculos, con maestros, examinadores y estudiantes atentos a cada una de sus palabras: - Yo propongo una división más compleja, que depende del tipo de alma que dio origen a la Criatura Oscura. Fundamentalmente, he reconocido 3 tipos de Almas: Vegetativa, Sensitiva e Intelectiva. -

- ¿Oh? ¿En qué te basas para hacer esa división? - Preguntó uno de los profesores.

Dado que estaban en la pregunta de Necromancia, lo normal sería que Fanny o Gene realizaran el interrogatorio, pero este desliz del profesor no se debía a otra cosa que la gran curiosidad que sentía. Por eso Bryan simplemente respondió sonriendo, como si fuese lo más natural del mundo.

- Me baso en sus principales facultades. -

- ¿Puedes explicar tu criterio? - Preguntó Fanny incapaz de reprimir una sonrisa.

- Las facultades del Alma Vegetativa son <<Sobrevivir>> y <<Reproducirse>>, las cuales son también el principal objetivo de las plantas. - Explicó Bryan de inmediato: - Una Criatura Oscura nacida de este tipo de alma solamente posee la mitad de ella, o sea el impulso de no ser destruida. Y naturalmente no puede reproducirse.

Un buen ejemplo serían los Guerreros Esqueletos, que se limitan a quedarse estáticos hasta que un necromante les ordena lo contrario y únicamente tienen el impulso de apartarse del camino cuando están a punto de ser destruidos. Eso es una reminiscencia del Alma Vegetativa.

El Alma Sensitiva es propia de los animales y tienen todos los atributos de un Alma Vegetativa, pero además poseen otros. En este caso hablamos de <<imaginación>>, <<Memoria>> y <<Sensibilidad>>. Una Criatura Oscura nacida de este tipo alma poseerá alguna o más de estas cualidades. Por ejemplo, los Guerreros Zombis pueden sentir dolor, pero no recuerdan nada de lo que hacen; las Apariciones no pueden sentir, pero pueden recordar instrucciones. Etc.

El Alma Intelectiva es propia de los seres consientes como el Hombre, los Elfos o los Enanos; y puede hacer todo lo que las Almas Vegetativas y Sensitivas hacen. Pero además posee la facultad única del <<entendimiento>> y la capacidad de <<crear conocimiento>>.

Si bien hace siglos que no se ve uno, se sabe por los registros que hay Criaturas Oscuras como el Caballero del Mal, que no solamente eran poderosas entidades, sino que además tenían conciencia de sí mismos y podían actuar sin necesidad de que el necromante los controlase. Yo creo que esto se debe a que su origen estuvo en un Alma Intelectiva.

Por supuesto, dado que las Criaturas Oscuras provienen de fragmentos de alma, dudo mucho que todas ellas provengan de una sola, pero debe haber alguna que sea la dominante en su composición. Y comprender esto no solamente es de gran valor para los necromantes… sino para todos los magos. -

Cuando Bryan terminó se hizo el silencio, pero solo por un momento. Uno de los profesores no pudo evitar aplaudir y su impulso hizo que la mayoría siguiese sus instintos.

- ¡Brillante! ¡Es un joven brillante! -

- ¡Novedoso! ¡Con un criterio claramente definido! -

- ¡Inspirador! ¡Este estudiante es un genio para la magia! -

Cuando los alumnos de necromancia escucharon las felicitaciones del jurado, comenzaron a lanzar alegres exclamaciones y se llenaron de alegría. También hubo muchos estudiantes de Magia Oscura que aplaudían asombrados por este interesante desarrollo y por la exposición de Bryan. Los Examinadores escribían furiosamente cada palabra de lo que se había dicho para guardarla en los registros imperiales.

Fanny sonreía radiante, pues esas conclusiones sobre los 3 tipos de Almas las habían desarrollado juntos en sus largas conversaciones sobre necromancia. Y precisamente por eso había hecho esa pregunta: Para permitir que Bryan se luciera.

*****

- ¡Muy bien! ¡Has aprobado la parte teórica! ¡Ahora pasemos a la práctica! - Por fin el Decano Deo no pudo soportarlo más, pero sabía que si en ese momento hablaba en contra de Bryan quedaría en ridículo, así que decidió pasar a la siguiente parte del examen inmediatamente para así silenciar a la multitud: - ¡Ahora demuestra tu dominio sobre la Necromancia en la Prueba de Habilidad! -

Acto seguido golpeó el suelo con su báculo y un mecanismo mágico se activó. En frente Bryan se abrió una especie de trampilla, de la cual salió un rollo de pergamino resplandeciente de poder, que inmediatamente soltó un destello cegador. Un segundo después Bryan contemplaba un Elemental de Tierra de más de cuatro metros de altura.

Elemental de Tierra

- Derrota al gigante con tu Necromancia, si es que puedes. - Declaró Deo.

Bryan sonrió para sí mismo. La prueba de Habilidad requería vencer a un oponente elegido al azar usando la magia, pero tenían que anunciarle cuál sería y darle 10 minutos antes de iniciar el combate. Además, claramente ese Elemental de Tierra era mucho más poderoso que uno regular. Deo parecía querer librarse él definitivamente enfrentándolo de inmediato con la criatura más poderosa del repertorio y sin darle tiempo de formular una estrategia.

Ese golpe bajo podría haberte servido con otro, pero no conmigo pendejo.” Pensó Bryan mientras blandía su Báculo en el que ya tenía almacenada una gran cantidad de magia, la cual, en combinación con su asombrosa velocidad para procesar la Fuerza Mental, le permitió desatar el conjuro de la Prisión de Hueso con una velocidad pasmosa y en su forma más avanzada.

Todos observaron con asombro como unos gruesos pilares de siete metros de altura brotaban del suelo repentinamente, presentando unas púas afiladas que brotaban de su superficie como las ramas de un árbol. Estos pilares se doblaron rápidamente y atraparon al Elemental de Tierra, de modo que cuanto más se moviese, más enredado quedaba.

Esta magia no heriría el cuerpo pétreo del Elemental de Tierra y todo el mundo lo sabía, pero servía al propósito de detenerlo por un momento, así como obstaculizar sus movimientos. Además, la increíble velocidad con la que Bryan manifestó este conjuro dejó asombrados a todos los presentes.

Sin embargo, Bryan ni siquiera había comenzado realmente, porque lo único que necesitaba era detener al Elemental por 3 segundos para que su auténtica magia entrase en acción. Entonces, utilizando una técnica que aprendió del difunto Fausto, Bryan hizo aparecer a 4 Abominaciones masivas al mismo tiempo alrededor del Elemental de Tierra, atrapándolo en un círculo mortal. Estas grandes e hinchadas criaturas se volvieron para golpear salvajemente al coloso artificial con sus poderosos garrotes de metal.

Abominación

Incapaz de moverse por culpa de la Prisión de Hueso, el Elemental de Tierra no pudo responder a tiempo y su superficie comenzó a agrietarse rápidamente tras las primeras rondas de golpes.

Viendo que la estructura del Elemental estaba colapsando, Bryan sonrió maléficamente y gritó: - ¡Explosión de Cadáveres! -

La barrera mágica que protegía a los espectadores se activó repentinamente, bloqueando los daños y también los sonidos. Pero todos pudieron ver (sin dar crédito a sus ojos) como las masivas Abominaciones explotaban, pulverizando de una sola vez al Elemental de Tierra.

Un Elemental era un ser mágico artificial y temporal creado por un mago para combatir, pero su rendimiento era aún mejor cuando se utilizaban en un lugar diseñado para sostenerlos, como era el caso del Anfiteatro de la Facultad Oscura, el cual estaba repleto de matrices. Y como estos Elementales en particular tenían que servir para examinar a los aspirantes al rango de Adepto, eran particularmente resistentes a todo tipo de daño.

Además, varios profesores habían trabajado juntos para dotarlos de una cierta inteligencia y también los programaron con una serie de estrategias que estos Elementales podían utilizar contra muchos tipos de magia. Por eso 9 de cada 10 estudiantes era derrotado por ellos y los ganadores solían hacerlo por un margen muy corto.

Solamente los alumnos más talentosos podían derrotarlos <<In Situ>>, que era una palabra honorífica para decir que un mago había vencido sin siquiera tener que dar un paso desde el principio de la batalla.

Pero nadie recordaba que hubiese habido un caso en que un estudiante derrotase al elemental del examen en menos de 20 segundos. Porque eso era lo que Bryan acababa de hacer… ¡Y con el más poderoso de todos!

- Esto… no es posible. - Murmuró el Decano Deo parpadeando una y otra vez como si necesitara asegurarse de no tener nada en los ojos.

Todos los miembros del jurado, incluida Fanny, estaban mudos de asombro. Cualquiera de ellos era capaz de derrotar fácilmente a un elemental, pero no estaban seguros de poder hacerlo tan rápido. Y definitivamente no habrían podido realizar semejante hazaña cuando recién se estaban graduando.

- ¡Lo hizo! ¡Bryan ganó! - Exclamó Lisa desde las gradas, aplaudiendo alegremente.

Su voz funcionó como un gatillo que desató una avalancha de aplausos por parte de los estudiantes, tanto necromantes como magos oscuros. Los Inspectores Imperiales dejaron de lado cualquier sutileza y se juntaron en un gran grupo para comparar sus anotaciones sobre Bryan, impacientes por asegurarse de haber registrado correctamente cada segundo de ese combate. Y esta vez Deo no pudo pedirle a nadie que se callase, primero porque él mismo estaba estupefacto, pero también porque en las propias tribunas los profesores que servían como jurados no dejaban de lanzar exclamaciones asombradas o discutir sobre la inmensa velocidad con la que Bryan podía conjurar.

Pero ¿cómo puede ser? ¡Apenas asistió a algunas de mis clases, pero ya es mucho más poderoso que yo!” Se dijo el Maestro Gene con una mirada de estupefacción: “A mí me llevó años conseguir invocar una de esas. No, ni siquiera la Maestra Fanny podría invocar tantas Abominaciones. ¡Estos es una locura! No puede ser que este estudiante sea tan talentoso… talentoso… brillante… Y, claro, aunque solo vino a algunas clases, técnicamente Bryan es mi estudiante también. ¿No me haría eso el Maestro de un genio?

Y cuando llegó a esa conclusión una sonrisa ligeramente petulante comenzó a insinuarse en la expresión del Maestro Gene sin darse cuenta.

*****

Pasaron varios minutos antes de que la algarabía diese nuevamente paso a la calma y el Decano Deo permanecía en silencio, mirando a Bryan como si no entendiese todavía qué era exactamente lo que estaba viendo. El resto de profesores evitaba la mirada del Decano o fingía no darse cuenta de su bochorno.

- Discúlpeme, Su Eminencia, pero no tengo todo el día. ¿Puede decirme si aprobé? - Propuso entonces Bryan con una sonrisa condescendiente.

Había una vena en la sien derecha de Deo que se hinchaba considerablemente cuando estaba enfadado y tras escuchar a Bryan parecía a punto de reventar. Pero uno tenía que reconocer que, aunque fuese un poco vil, el Decano sabía mantener la compostura. Porque se aguantó el insulto que sin duda hubiese querido espetarle a Bryan y en su lugar le respondió en un tono formal: - ¡Aprobaste la Prueba de Habilidad! -

Hubo una nueva ronda de aplausos por parte de los estudiantes y, aunque lo disimularon, también de varios de los profesores. Pero Deo no se fijó en ninguno de ellos, porque estaba mirando a Bryan a los ojos cuando anunció: - ¡Ahora viene la Prueba del Espíritu! Para ser un verdadero mago, debes tener un espíritu firme y controlado. Eso requiere de una disciplina mental que dudo mucho hayas aprendido. -

- Quizá si alguna vez hubiese hecho su trabajo y venido a la Escuela de Necromancia, habría podido aprenderla de usted, Su Eminencia. - Dijo entonces Bryan sin dejar de sonreír y muchos profesores tuvieron que hacer esfuerzos para no reírse por el modo en que este joven intrépido respondía al Decano. Y es que ya no había ninguna duda de que se encontraban ante un talento de incalculable valor en las artes mágicas, uno que debería haber sido formado por el propio Decano cuando los resultados de su primer examen llegaron a su despacho o después de su deslumbrante desempeño en el Torneo de Invierno. Pero Deo lo ignoró y eso solamente podía atribuírsele a su propio rencor personal.

Ahora Bryan aparecía ante todos como un mago poderoso que se había formado a pesar de los escasos recursos de la Escuela Necromántica, con la ayuda de los incansables cuidados de la Maestra Fanny, pero sobre todo con su propio esfuerzo. Y eso inevitablemente despertaba simpatía en todos los espectadores, incluso en el propio Decano, aunque nunca lo admitiría en toda su vida.

Tal vez por eso no dijo nada en respuesta a las palabras de Bryan y en su lugar, Deo volvió a golpear el suelo con su báculo.

Entonces todos los rastros de la batalla contra el Elemental de Tierra desaparecieron por completo y ahora el suelo se había vuelto una sólida placa de piedra negra pulida hasta el punto de reflejar el entorno, como si fuese un espejo.

Sobre esta resplandeciente superficie apareció una gran matriz compuesta de 8 círculos concéntricos de tres metros de grosor cada uno, que brillaban con luces de diferente color.

Círculos Concéntricos de la Matriz

- Cada círculo hará que tu mente experimente una sensación agobiante. - Explicó el Decano Deo con una cruel sonrisa: - El calor del Fuego, la presión del Agua, el azote del Aire, el peso de la Tierra, el dolor del Rayo, la asfixia del Espacio, el frío de la Oscuridad y el dolor de la Luz. Con cada paso que avances al adentrarte en cada círculo, el sentimiento empeorará.

Nadie espera que llegues hasta el centro, pero tienes avanzar sin detenerte o retroceder durante 3 minutos enteros si quieres aprobar, y para conseguirlo tendrás que usar contantemente tu Fuerza Mental. ¿Pero puedes mantenerte concentrado mientras tienes que soportar el dolor que…? -

- Supongo. - Respondió Bryan interrumpiendo la explicación de Deo y dando un paso hacia delante de manera despreocupada. De inmediato descubrió dos cosas: La primera era que sentía un calor bastante fuerte, como si estuviese parado al medio día en un desierto árido. En segundo lugar, que no podía dar el siguiente paso sin concentrar su Fuerza Mental, porque así estaba diseñada la matriz.

Con cada paso que avanzaba, aumentaba la sensación de calor. Cuando pisó el siguiente círculo (el de la Magia de Viento), el calor abrasador fue remplazado por un frío gélido espantoso, que también se iba incrementando. Toda la prueba estaba diseñada para impedir que el mago se concentrase, pero naturalmente el daño que sufría no era real.

Y nuevamente habría sido un desafío para un mago ordinario. Sin embargo, para Bryan, cuya última experiencia peligrosa involucró sumergirse en un infierno de lava ardiente dominado por un demonio de fuego… pues, esta prueba era el equivalente a tener que aguantar la respiración bajo el agua o correr montaña arriba. Esta intrincada matriz no representaba realmente un desafío para alguien tan acostumbrado como él a soportar dolores espantosos de forma regular.

Debido a esto, ante los ojos estupefactos de todos los presentes, Bryan continuó caminando como si diese un paseo por el parque y recién dio muestras de estar soportando alguna incomodidad en los últimos 3 círculos, hasta que finalmente llegó al centro de la Matriz, donde permaneció hasta que terminaron los minutos reglamentarios.

- ¿Y bien? ¿Aprobé? -

- ¡¿Cómo lo hiciste?! - Gritó Deo estupefacto y perdiendo finalmente la compostura.

- ¿De qué habla, Su Eminencia? -

- ¿Puede ser que hayas consumido una poción para no sentir dolor? - Preguntó Deo entornando los ojos acusadoramente.

A pesar de que todos sabían que Bryan tenía habilidades extraordinarias, hubo algunos que dudaron al escuchar esas palabras porque la Matriz de la Prueba del Espíritu era famosa en todo el Imperio.

Sin embargo, la Maestra Fanny no estaba dispuesta a tolerar más abusos del Decano y se levantó para replicar enojada: - ¡Por favor Decano! Todos saben que esas pociones solo funcionan con las heridas físicas y no te protegen del dolor producido por un ataque mental. Además, anular la sensación de dolor se traduce también en una reducción temporal de las capacidades cognitivas… ¡Usted mismo publicó un escrito al respecto! ¿Ahora quieres que creamos que este estudiante estaba adormecido mentalmente cuando derrotó al Elemental de Tierra en menos de 20 segundos? ¡Lo que hay que oír! -

Deo se quedó sin palabras por un momento, pero luego intentó seguir argumentando: - ¡Tal vez alguien le colocó un hechizo de inmunidad al dolor! -

- ¿Sin que ninguno de los jueces, que se supone estamos entre los mejores magos del Imperio Itálico, pudiéramos descubrirlo? ¿Sabes lo que eso implica? - Respondió inmediatamente la Maestra Fanny.

La expresión de muchos de los jueces se ensombreció de inmediato. Desde hacía mucho que habían usado sus poderes para sondear a Bryan en cuanto mostró sus habilidades y era evidente que no tenía un hechizo o algún objeto encantado que pudiera neutralizar ese tipo de Matriz. Además, una cosa era que los profesores apoyasen los caprichos del Decano, pero otra muy distinta era que pusieran sus reputaciones en riesgo, permitiendo que se cuestionara sus capacidades para examinar a un alumno. Así que muchas miradas acusadoras se fijaron rápidamente en Deo.

El Decano se dio cuenta de que estaba pisando un terreno peligroso y cambió de táctica de un modo bastante precipitado: - Solo decía que “Tal vez” era el caso y no quería implicar otra cosa. Pero también podría ser que este estudiante tuviese una inmunidad natural al dolor y entonces esta prueba no tendría sentido para él. ¡Debería ser causal de su descalificación! -

Este último intento del Decano Deo era un argumento evidentemente desesperado y la misma Fanny no pudo responderle de inmediato por lo ridículo que sonaba. Sin embargo, en una situación donde el reglamento de la Academia resultaba poco claro, la ley decía que los Inspectores Imperiales tenían la última palabra al respecto.

Y el más anciano de ellos, que ya estaba contento con Bryan desde que este se presentó en el Anfiteatro, se adelantó para aclarar las cosas antes de que se lo pidieran: - No hay ninguna norma que prohíba o permita que un estudiante con una inmunidad natural al dolor pueda someterse a esta prueba. Pero el principio legal es <<In Duda, Pro Reo>>, lo que significa que, cuando la ley es poco clara, toda interpretación beneficiosa de esta misma debe ser para la parte más débil, o sea, este estudiante. En cualquier caso, si existiese un mago con dicha inmunidad, eso sería considerado como algo muy beneficioso. -

 Las palabras del anciano eran irrefutables y cualquier réplica en los labios del Decano Deo tuvo que morir en ese mismo momento. Bryan se volvió para mirar al examinador que había hablado en su favor y lo saludó respetuosamente con un gesto de la cabeza, a modo de agradecimiento. Para sorpresa de todos, el anciano correspondió a este saludo.

- ¿Y bien? ¿Aprobé? - Preguntó Bryan volviéndose para mirar a Deo directamente a los ojos de un modo desafiante.

- Aprobaste. - Concedió Deo masticando cada sílaba por la ira.

Con tres de cuatro aprobados, solo faltaba una prueba para que Bryan lograse concretar su hazaña y todos observaban con anticipación lo que ocurriría a continuación. Sin embargo, repentinamente el Decano Deo sonrió de forma complaciente y todos supieron que algo muy malo estaba a punto de suceder.

- La última es la Prueba de Valor. - Dijo finalmente Deo mirando a Bryan como si estuviese contemplando a un pobre iluso: - Se te entregará una misión que debes completar dentro de un periodo determinado, que en este caso es un mes.

Veamos… ¿Qué misión debería darte ahora? -

Para todo el mundo era evidente que Deo estaba a punto de pedirle a Bryan un objetivo imposible de cumplir para que no pudiese aprobar, porque ya de por sí el plazo entregado era el mínimo que se ofrecía según el reglamento. Los Inspectores Imperiales solo podían suspirar en silencio, porque definir los parámetros de la Prueba de Valor era el derecho exclusivo del Decano de la Facultad Oscura y nadie podía decir algo al respecto. Los estudiantes murmuraron indignados por lo que sucedía, pero no tenían voz ni voto.

- Veamos. - Continuó el Decano luego de pensarlo un poco: - Si, quiero que traigas los despojos de una Criatura Mágica de Nivel I. Estoy seguro de que un estudiante tan superdotado no tendrá problemas para conseguirlo. ¡Ah! Y confirmaré la marca mágica sobre estos despojos para asegurarme de que la mataste tú mismo y no que los encontraste por ventura o se los compraste a alguien. -

- ¡Que significa esto! - Gritó la Maestra Fanny enfurecida: - ¡Jamás se ha escuchado que un estudiante haya sido enviado a cazar una bestia de nivel legendario para graduarse! ¡Esto es un ultraje! -

- ¿Cómo era? ¿<<In Duda, Pro Reo>>? - Respondió el Deo sin mirarla: - Si no hay nada en el reglamento que lo prohíba, entonces tengo el derecho de hacerlo. Te recuerdo que soy yo quien es Decano de la Facultad Oscura y tu Escuela Necromántica está subordinada a mi autoridad. Si no te gusta puedes renunciar, Maestra Fanny. Tampoco es que esté obligando al estudiante a realizar la prueba, porque puede negarse. Pero entonces habrá fallado el examen y estará formalmente expulsado de la Academia Babilonia. -

- ¡¿Acaso crees que puedes tapar el sol con un dedo?! - Exclamó la Maestra Fanny en respuesta mientras se levantaba. Y lo sorprendente es que no fue la única, porque varios profesores de la Facultad Oscura también lo hicieron. Era evidente que ya eran muchos los que pensaban que Deo estaba abusando demasiado de su autoridad.

- ¡Ahora mismo voy a buscar a la Rectora! - Continuó la Maestra Fanny: - ¡No puedes poner en riesgo la vida de un estudiante por tus rencores personales…! -

- ¡Esperen! -

El repentino grito de Bryan interrumpió de golpe todas las discusiones. Entonces, cuando estuvo seguro de que volvía a tener toda la atención en el Anfiteatro, habló con cuidado de puntualizar cada palabra, para asegurarse de que lo entendieran: - ¡Acepto el reto del Decano Deo! -

Y antes de que nadie más pudiese decir nada, Bryan activó su Anillo Espacial. Entonces todos vieron que el estudiante sostenía sus manos dos cuernos de gran tamaño que se parecían a los de una cabra anormalmente grande.

Después, con un gesto decisivo que rebosaba de poder, Bryan levantó los cuernos y los clavó con facilidad en el suelo de piedra del anfiteatro. Estos no tuvieron problema para abrirse paso en el duro suelo y se quedaron erguidos como si fueran la prueba de su supremacía.

- ¡Los cuernos de una Criatura Mágica de Nivel I, para su deleite visual Decano Deo! -

Mientras los espectadores trataban de entender lo que acababa de suceder, se generó un resplandor detrás de Bryan y una rápida distorsión dimensional dio paso a la repentina aparición de la Rectora Dean Emma, cuyo poder era tan grande que calló inmediatamente cualquier cosa que los estudiantes, los Inspectores Imperiales o los profesores del Jurado quisieran decir. Entonces la Rectora puso una de sus manos sobre los cuernos que Bryan había incrustado en el suelo, imbuyéndolos con sus poderes y cuando terminó de examinarlos, la venerable anciana proclamó a viva voz: - Yo, la Rectora de la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares declaro que estos son los cuernos de una Quimera, que es una terrible Criatura Mágica de Nivel I. También confirmo que he identificado la marca mágica del estudiante Bryan sobre estos despojos y, por lo tanto, que ha sido él quien le ha dado muerte a esta criatura de grado legendario. -

La multitud finalmente asimiló lo que estaba pasando. Entonces los Estudiantes de Necromancia comenzaron a saltar mientras vitoreaban sin guardarse nada y los Alumnos de la Facultad Oscura aplaudieron asintiendo, pues Bryan también se había ganado su respeto y su admiración. Los Inspectores Imperiales rompieron su histórica neutralidad en los exámenes y también aplaudieron la decisión de la Rectora. Lo mismo hicieron casi todos los profesores del jurado, salvo una eufórica Maestra Fanny que estaba tan feliz que no era capaz de hacer o decir nada.

Pero la reacción más satisfactoria para todos fue la del Decano Deo, que literalmente sintió que las fuerzas le fallaban y cayó sentado en su silla, pálido por la impresión. Ahora era consciente de que la Rectora había estado escuchando todo lo que hacía y decía, así que pronto tendría que afrontar muchas consecuencias.

- Ahora haré los siguientes anuncios. - Continuó Dean Emma cuando la algarabía se calmó un poco: - Primero estos dos cuernos serán conservados por la Academia como corresponde a la Prueba de Valor. Pero sólo uno de ellos será enviado a los laboratorios para ser utilizado en investigaciones mágicas.

El Segundo se convertirá en un Trofeo que honre al estudiante Bryan por el gran logro de haber conseguido vencer a semejante criatura y al mismo tiempo graduarse históricamente en menos de 2 años. Dicho Trofeo será exhibido no en la Facultad Oscura, sino entre los principales de la Academia, para que todo el mundo conozca esta hazaña.

¿Tienes alguna objeción, estudiante Bryan? - Preguntó finalmente la Rectora mirándolo con una expresión enigmática.

- Ninguna, Excelencia. - Respondió Bryan respetuosamente, aunque reprimiendo una sonrisa irónica. Lamentaba perder los cuernos de la Quimera, pero no tenía un plan concreto para ellos, así que bien podía entregarlos a la Academia en esta ocasión.

- Felicidades por tu graduación, Bryan el Necromante. - Declaró Dean Emma sonriendo visiblemente, pero luego su expresión se volvió severa cuando se volvió para mirar hacia el estrado de los jurados: - El diploma del estudiante le será entregado a más tardar mañana. Porque hoy mismo el Decano Deo en persona lo firmará, pues así lo ordena esta Rectora y todos los Decanos están subordinados a mi autoridad. Si no le gusta, entonces puede entregarme su dimisión. ¿Entendido? -

De ese modo la Rectora le devolvió a Deo el mismo insulto que él había dado a la Maestra Fanny y esta vez ningún profesor se atrevió a salir en defensa del Decano, quien se sabía completamente derrotado.

- Excelente. - Le dijo la Rectora con una sonrisa que no llegaba a sus ojos y luego se volvió para barrer a la multitud con su mirada, que transmitía una gran cantidad de autoridad y poder: - Espero que esta sea una buena lección de humildad para todos los que asistieron a este examen. Además, voy a aumentar el financiamiento de la Escuela Necromántica en reconocimiento por haber producido al estudiante más talentoso en los últimos 200 años. ¡Y no quiero escuchar a nadie volver a solicitar que la cierre!

Decano Deo, cuando me haya entregado el Diploma del estudiante Bryan, usted y yo tendremos una larga conversación oficial acerca de todo este asunto de enviar a recién graduados en busca de criaturas de rango legendario o el excesivo uso de su autoridad por motivos… bastante cuestionables. -

Y tras decir esas últimas palabras, la Rectora Dean Emma desapareció.

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y hoy es 15 de Jun. de 22.

Todo el anfiteatro de la Facultad Oscura es una descripción del Coliseo Romano como ya hice anteriormente y de hecho hay una referencia a esto en el hecho de que el oponente de Bryan salga de una trampilla, como ocurría con los gladiadores. Solo que en lugar de un guerrero era el Pergamino de Invocación.

Los Inspectores Imperiales fueron personajes agregados para aumentar el dramatismo del examen. Y es que me pareció lógico que el emperador quisiera conocer atentamente el estado de los estudiantes magos, porque a pesar de su poder no nos han dicho nada sobre sus deberes para con su país. Se supone que los magos deben (o deberían ser) una fuerza militar importante.

Originalmente Bryan se gradúa en muy pocos párrafos haciendo magia que no es descrita y apenas hay una discusión con el Maestro Deo, quien le pide como prueba final que cace una Arpía, pero Bryan ya la tenía de antemano porque lo atacaron cuando regresaba del Bosque Oscuro. Naturalmente todo esto fue modificado extensamente para hacerlo el tema central del capítulo.

Todo el conflicto entre el Decano Deo y Bryan se parece un poco al que tuvo anteriormente con el anciano Grover en el Gremio Mercante de Bootz y tiene inspiración en muchas películas y diálogos de series diferentes.

Actualmente en el Perú ha sucedido un hecho histórico, en donde el Fiscal de la Nación ha ordenado la investigación del criminal Pedro Castillo. Los corruptos que lo defienden intentaron detener todo argumentando que es ilegal investigar a un presidente de la república cuando todavía está en el cargo. Pero los fiscales se defendieron al citar la Ley 27399 que permite a la Corte Suprema investigar incluso al jefe de estado. Hice un tributo a este evento en la discusión con Bryan y el Decano Deo.

Para diseñar las pruebas de conocimiento me demoré bastante, porque al principio iba a inventarme un montón de cosas sobre magia, pero eso sería arriesgarme mucho a meterme con el Lore y podría complicar las cosas en el futuro. Además, ¿tiene sentido inventar un montón de información que no se volverá a utilizar?

Entonces pensé que los magos suelen ser el equivalente a los científicos de las culturas primitivas y se me ocurrió diseñar las preguntas de modo que “parecieran mágicas” pero en realidad son discusiones filosóficas y científicas reales.

La primera pregunta está inspirada en un capítulo de Harry Potter y la Orden del Fénix, pero el centro de la discusión se basa en una respuesta de un científico católico a un ateo, que creía que Darwin no era creyente y él le responde: “Darwin dijo: Para que la evolución sea posible, hace falta que exista una mano inteligente detrás, eso está en las páginas 92 y 93 de su autobiografía”. La Segunda Pregunta se basa en la Gnoseología de Platón y finalmente la de Necromancia es en realidad la propuesta de Aristóteles sobre los tipos de Almas.

Así es amigos, nada de conocimiento oriental, pura sabiduría occidental.

El examen práctico está inspirado en las pruebas ficticias de la Orden Jedi en el universo de Star Wars. Antes de que Disney arruinara la franquicia existían la prueba de habilidad, valor y la del espíritu. Esta última era la más importante porque el Padawan se enfrentaba con su parte maligna, como le pasó a Luke cuando entró en la cueva esa. Yo tomé el mismo esquema y lo cambié por uno que servía más a los propósitos de la trama.

La idea del Elemental de Tierra saliendo de un pergamino se basa en el concepto ya establecido de que un mago puede usar otras magias si usa herramientas, como hizo Sorin con el medallón. Quería que el oponente de Bryan fuese intimidante pero no demasiado, para justificar que fuese derrotado tan fácilmente. Para este examen Bryan debía quedar muy bien, pero no demasiado super poderoso.

La matriz de círculos concéntricos está inspirada en una que existe en la novela china “Regresando del Mundo Inmortal” diseñada por el protagonista Tang Xiu.

Originalmente Deo le pide a Bryan que cace a una Arpía como prueba final, pero teniendo en cuanta la fuerza que ha demostrado en este examen, me pareció que debía pedirle algo más poderoso. Sin embargo, no quería caer en el “justo lo que pidió ya lo había recogido en el regreso”, porque es muy predecible.

Para eso ya había dejado anteriormente intactos los cuernos de la Quimera, que también fue un invento mío, si lo recuerdan.

Bueno esos fueron los cambios más importantes.

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Te gustaron las pruebas? ¿Cuál fue tu parte favorita? ¿Qué te parecieron los diálogos? ¿Habrías hecho algún cambio? ¿Qué te pareció el modo en que Bryan se desempeñó? ¿Te gustó la discusión con Deo?

Si quieres colaborar con este pobre traductor por favor usa los enlaces de mi cuenta Patreon. También te agradecería que señales cualquier error ortográfico para corregirlo y por supuesto que me ayudes compartiendo esta historia con todos los que puedas.

Nos vemos en el siguiente capítulo.