52 La invasión de los Jinetes Wargos

Los gritos de alarma interrumpieron la conversación de Bryan con Fanny y de inmediato se pusieron de pie: - ¡Maestra Fanny, démonos prisa para reunirnos con los demás! -

Fanny no perdió ni un momento y se marchó corriendo de la habitación para buscar a los estudiantes. En cuanto estuvo solo, Bryan tiró la toalla que cubría su cuerpo y rápidamente se puso su ropa nueva con su conjunto protector, luego se equipó cuidadosamente con sus agujas de hierro, su daga, su mini ballesta y las pociones medicinales que había comprado en los últimos días. En cuanto estuvo plenamente armado, aseguró firmemente su bolsa de viaje y salió corriendo de la habitación.

Las calles estaban repletas de personas corriendo de aquí para allá a toda prisa, los aventureros y mercenarios iban llevando y trayendo sus armas, los mercaderes gritaban instrucciones a sus empleados mientras trancaban las puertas de sus negocios o aseguraban sus mercancías e incluso repartían armas a quien las necesitase. Era impresionante, esta gente había estado bebiendo en las tabernas o desfogando su lujuria en los burdeles hacía unos momentos, pero todos ellos reaccionaron inmediatamente en cuanto escucharon la alarma y salieron de sus habitaciones espada en mano para dirigirse a la calle principal.

Los aventureros y los mercenarios eran una especie que vivía siempre al límite, caminando cada día por sobre el filo de una navaja, por eso estaban acostumbrados a todo tipo de peligros. Apenas habían salido a la calle y ya estaban organizando metódicamente sus equipos, para después dirigirse rápidamente hacia la entrada sur de Drol donde se escuchaban las alarmas.

Cuando Bryan salía se encontró con que incluso el posadero estaba afilando rápidamente un hacha de guerra en plena recepción con una expresión feroz y decidida. La vida era dura para los habitantes de Drol, por eso todos tenían que ser mucho más duros.

Fanny y los demás estaban congregados en la puerta. Los estudiantes habían recogido rápidamente todo el equipaje de sus habitaciones y se apresuraron a salir corriendo al exterior. Después de su aventura en el Bosque Oscuro, estos jóvenes magos sabían cómo comportarse en una emergencia y también controlar sus nervios. Ya no perdían el tiempo hablando o gritando tonterías por el pánico.

- ¡Bryan, date prisa y ven aquí! Tenemos que ir a la entrada Sur de inmediato. ¡Esos orcos se han atrevido a atacar una ciudad de nuestro Imperio! ¡Tendrán que pagarlo caro! - En cuanto lo vio salir de la posada, Lisa levantó su mano bien alto y lo llamó gritando con fuerza, como si estuviera asustada de que Bryan no fuese capaz de verla.

A parte de los necromantes había dos aventureros y algunos mercenarios que acababan de salir de la posada, cada uno armado hasta los dientes. Ya estaban organizándose en grupos de tres y cinco personas. Bryan se abrió paso hasta colocarse al lado de Lisa. Los últimos estudiantes acabaron por salir de sus habitaciones y Fanny se puso a contarlos poco después.

En cuanto estuvo segura de que los tenía a todos, la Maestra gritó: - ¡Todos deben mantenerse juntos y seguirme en todo momento! ¡Vamos a defender la entrada sur! -

Bryan siguió a Fanny por una calle abarrotada de personas que se dirigían en la misma dirección, hacia los muros meridionales. Aunque llamarlos muros era de lo más exagerado. Drol era un asentamiento que había surgido de forma improvisada como lugar de paso entre Zajoski y el Bosque Oscuro, así que nunca habían podido costear la construcción de murallas de piedra labrada y su única defensa consistía en una especie de empalizada de madera con fosos tan mal construidos que bien podrían no estar ahí. La endeble construcción servía más para impedir el ingreso de alguna criatura mágica débil que para detener el ataque de un ejército. En muchos sitios estaba medio derruida o tapiada con barro y apenas podría retrasar una carga de caballería o infantería ligera.

Su mejor defensa tendría que ser el valor de sus defensores.

En cuanto llegaron, Bryan vio que habría cerca de un centenar de aventureros y mercenarios congregados tras la empalizada. También distinguía al viejo mago Félix y a esa elfa llamada Blanche en medio de la multitud. A juzgar por como actuaban y la forma en que otros los escuchaban, parecía que los habían designado líderes. 

De pronto el mago comenzó a levitar en el aire sobre la multitud y se puso a gritar instrucciones en voz muy alta.

- Oh, ese anciano mago domina la Magia de Levitación. Como mínimo habrá logrado alcanzar el grado de Archimago. - Exclamó Gene asombrado, y cuando vio que los estudiantes lo miraban intrigado se puso a explicar: - Cuando un mago ha alcanzado un gran dominio de la magia, él o ella pueden volar usando magia de levitación. Pero la verdad es que muy pocos magos logran llegar a ese nivel. Usualmente solo los Archimagos pueden dominar esta magia. Por eso el que un mago pueda volar es un indicativo de que son personajes nobles y extremadamente poderosos. -

Félix flotaba en el aire y sostenía un exquisito báculo mágico incrustado con zafiros en su mano derecha, mientras arengaba a la multitud en voz muy alta para subirles la moral:

- ¡Bravos guerreros! Un ejército orco ha invadido nuestros territorios y como parte de esa incursión hay una fuerza aproximada de quinientos jinetes montados en lobos, los jinetes Wargos, que han cometido el error de dirigirse hacia nosotros.

¡Si, error he dicho! ¡Porque nosotros no toleraremos que esa turba de salvajes nos destruya sin pelear! ¡Es cierto que no somos legionarios! ¡Es cierto que no somos el ejército! ¡Pero somos los hijos del Imperio de Itálica!

¡El Imperio es la luz! ¡El Imperio es la civilización! ¡Y aquí, en Drol, nosotros somos el Imperio! ¡No nos rendiremos sin luchar y les haremos pagar con sangre por cada metro que avancen! ¡Guerreros, tomen sus armas y denles una muestra de la furia de nuestro pueblo! -

El grupo respondió a su arenga con gritos y cantos desafiantes, mientras golpeaban sus escudos con las espadas o alzaban sus lanzas con desafío.

- ¡¿Eh?! ¿Acaso no son los alumnos de la escuela necromántica? Je je je, que gusto encontrarlos aquí. - En ese momento escucharon la voz del Maestro Beacher y cuando Bryan desvió la mirada vio que los alumnos de la Facultad de la Magia Luminosa no estaban muy lejos de ellos.

- Hola Maestro Beacher, que bueno haberlo encontrado aquí. Imagino que sus alumnos han obtenido grandes recompensas durante su excursión. - Gene asintió y sonrió en respuesta.

- En realidad no demasiadas, ningún trofeo especialmente remarcable, aunque los estudiantes han mejorado bastante y obtuvieron mucha experiencia. - Respondió Beacher humildemente con una sonrisa.

A lo lejos, en dirección sur, empezaron a llegar los sonidos de una multitud que se acercaba. Félix y Blanche se pusieron de inmediato a organizar a los defensores que hacía mucho tiempo habían terminado de preparar sus armas.

En la vanguardia se dispusieron filas compactas de guerreros protegidos con armadura pesada y escudos. Los mejor armados iban al frente, seguidos por los que no tenían panoplias completas o blandían armas desgastadas. En la retaguardia, separados por una distancia de cinco o seis metros, estaban las filas de Arqueros, Magos y Sanadores respectivamente. Los que tenían báculos mágicos ya los habían preparado y miraban atentamente hacia el sur con expresiones graves.

Viendo que todo el mundo estaba asumiendo sus posiciones de batalla, Beacher y Gene no perdieron más el tiempo charlando y se apresuraron a organizar a sus estudiantes con el resto de los magos. Junto a ellos estaba Bryan, aprovechando su condición de esclavo para mantenerse a salvo en la retaguardia. Porque, aunque se había vuelto más fuerte, no era tan tonto como para arriesgarse a colocarse en las líneas de vanguardia, donde de inmediato llamaría la atención de los enemigos por su pobre indumentaria. Así que también siguió a Fanny y se paró junto con los magos.

Justo cuando todos terminaban de asumir posiciones, los sonidos comenzaron a volverse más cercanos y ahora era claro que se trataba de varias bestias avanzando en formación. Los pasos de esos animales sonaban como tambores de guerra en la mente de los guerreros reunidos. Y el miedo, ese hijo insaciable del dios de la guerra, comenzó a encontrar su camino en los corazones de todos.

Finalmente distinguieron un fuerte movimiento en los árboles del bosque cuando una horda de Jinetes Wargos emergió de la espesura del Bosque Oscuro ante los ojos de la nerviosa multitud. Cada uno de esos lobos era más grande que un caballo y su jinete un monstruo deforme horripilante, más aún incluso que los Troll del Bosque, y bien pertrechado con armadura de acero. Un odio intenso parecía brillar siempre en los ojos tanto de Wargos como de Orcos.

De inmediato una terrible y aterradora sed de sangre envolvió por completo a la ciudad de Drol. Los lobos gigantescos no se detuvieron en ningún momento, sino que cargaron de inmediato espoleados por sus jinetes, que lanzaban gritos salvajes y agudos. Los orcos sobre las bestias empuñaban largas espadas de hierro, Hachas, Martillos de Guerra y Lanzas aterradoras, que soltaban destellos de luz cuando los rayos del sol se reflejaban en el metal afilado.

Los quinientos jinetes cargaban como si no les importase el peligro o la muerte, sin dejar de gritar. Avanzaron rápidamente en perfecta formación y atravesaron el paupérrimo foso tan rápido que bien podría no haber restado ahí. La presión y el nerviosismo casi podían degustarse.

- ¡Que los magos se preparen! ¡Lancen sus conjuros a mi señal! - A pesar de lo aterrador de la situación, Félix se veía relativamente tranquilo mientras flotaba en el aire. Miraba a los Jinetes Wargos como si fuesen un problema genérico y sólo ordenó la primera ronda de ataque en cuanto estuvo seguro de que el enemigo estaba lo bastante cerca como para que nadie fallara, que fue el instante en que desaceleraron la marcha tras destruir la empalizada, para ser exactos.

- ¡Tengan cuidado estudiantes y presten atención! ¡No dejen que nada les pase! - Fanny también estaba un poco nerviosa en ese momento, pero aparentaba estar calmada mientras las daba algunos buenos consejos a los estudiantes que estaban a su lado. Luego se volvió hacia Bryan para tranquilizarlo, pero descubrió que había una extraña insensibilidad o severidad fría en su mirada y su rostro se veía perfectamente sereno. El chico no tenía pánico en lo absoluto. De hecho, al observarlo bien, Fanny notó que estaba sosteniendo firmemente una daga afilada en una de sus manos y un aura fría empezaba a emanar lentamente de su filo.

Entonces Bryan notó la mirada de Fanny y su expresión de concentración se desvaneció rápidamente. También desapareció el aura escalofriante y despiadada que había infundido en la daga usando la Esencia Mágica. Había estado preparándose para activar el Conjuro de Fuego Glacial Místico disimuladamente, pero dejó de hacerlo en cuanto notó que lo observaban.

- ¿Sucede algo Maestra Fanny? - Bryan miraba a Fanny una vez más con una expresión perfectamente inocente y una sonrisa ingenua que siempre usaba, solo que esta vez también mostraba rastros de un natural nerviosismo ante el peligro.

- No, nada. ¡Ten cuidado! - Fanny miró a Bryan y le respondió con un tono extraño. Porque en esta ocasión el disfraz de Bryan había sido demasiado perfecto.

La Maestra Fanny finalmente se dio cuenta de que la “honesta y tonta sonrisa” o la expresión “confundida e inocente” que Bryan siempre utilizaba no eran más que un simple acto. Su verdadero rostro muy probablemente era el que llevaba esa expresión serena, fría y controlada cuando se enfrentaba al peligro.

¡Maldición, engañó a todo el mundo! ¡Voy a hacer que este chico reciba su merecido tarde o temprano!” 

Por un lado, Fanny tenía estos fieros pensamientos en su corazón, pero por otro, su impresión sobre Bryan estaba cambiando sutilmente, pues esas características definitivamente lo hacían interesante para ella.

Nota del Traductor

Buenas a todos soy acabcor de Perú, donde nadie se muere de hambre si está dispuesto a levantarse a trabajar, a no ser que un comunista llegue al poder.

Esta es una versión reeditada el 22 de mayo del 2021.

Lo prometido es deuda. Tuve que hacer varios cambios a este capítulo para darle no solo sentido, sino la atmósfera épica que creí que necesitaba. Por ejemplo, agregué la empalizada porque si el pueblo de Drol está tan cerca del Bosque necesitan un modo de evitar que se metan criaturas como los lobos u otros depredadores. Después les puse el nombre de Wargos a los lobos como en el Señor de los Anillos, porque el original “jinetes Orcos montados en lobos” me parecía demasiado largo, por no hablar de que, con el nivel de redundancia que siempre hay en esta obra, se pierde aún más el impacto.

Luego reemplacé por completo el discurso de Félix porque el original era demasiado vago, impreciso y algo infantil. En su lugar usé una mezcla de algo que vía en un videojuego con una película romana. ¡Creo que me quedó genial! ¡Pero como siempre dejo la decisión definitiva a los lectores!

En las guerras siempre hay arengas, es muy importante, pero en la vida real suelen ser muy poco elegantes y más bien son rudas. Aunque como esta es una novela me permití se run poco más poético.

Algunos dirán que quizá he cambiado demasiadas cosas, pero es que el autor no parece ponerles demasiada atención a ciertos detalles, al menos así me parece cuando lo leo en inglés. Por ejemplo, Ni Can Tian pone que los aventureros forman 3 filas de guerreros para detener la carga… ¡Pero cualquiera que haya visto un caballo en su vida sabría que es imposible detener una estampida de estos animales con tan poca gente! Se necesitan como mínimo 6 filas de personas. Y eso que en este caso estamos hablando de lobos gigantes.

Por último, quiero aclarar que los poderes del protagonista no son tan descritos en la versión original, así que tuve que esforzarme para deducir lo que estaba ocurriendo. Espero que quedasen satisfechos.

Si les gustó este capítulo por favor dejen su opinión en los comentarios, compártanlo con otros para hacernos más conocidos y si pueden patrocinarme en mi cuenta Patreon estaré muy agradecido porque hace mucho que no puedo comer carne.

Nos vemos en el siguiente capítulo