237 El Corazón de la Primera Llama

Lo que parecía un portal entre dimensiones los condujo a un lugar bastante extraño. A primera vista se asemejaba a una caverna enorme, pues el altísimo techo era de piedra y por todos lados había formaciones rocosas, aunque no parecía haber nada que indicase en dónde terminaba. Lo extraño era que de vez en cuando se veían chorros de lava fluyendo desde el suelo hacia el techo, como si la gravedad estuviese invertida en esos lugares o ellos estuviesen boca abajo sin darse cuenta.

En ese momento la barrera esférica que los contenía comenzó a reducirse de tamaño en tres o cuatro metros de diámetro. Aparentemente activar el Pergamino Antiguo había consumido muchas de las reservas mágicas de Cabiria y ahora estaba teniendo problemas para mantener la protección, motivo por el cual eligió reducirla lo más posible. A pesar de esta medida gran parte del calor exterior comenzó a filtrarse y aunque no fuese tan intenso como el magma fundido en el que estuvieron sumergidos, no dejaba de ser bastante incómodo estar apretujado en espacio reducido a más de 50° centígrados.

Por suerte la Esencia Mágica en el interior de Bryan no dejaba de fluir a toda prisa, desviando el calor a partes menos importantes de su cuerpo para mantener a salvo sus órganos internos. Si lo hubiese querido, podría haber usado sus poderes para reducir aún más la temperatura, pero decidió no hacerlo porque prefería ocultar la mayor cantidad de habilidades posible mientras estuviese tan cerca de Cabiria, en quien no confiaba.

Por el momento Bryan decidió cerrar los ojos y usar su concentración para influenciar su metabolismo y combatir el calor usando la respiración, mientras el Infante Sanguinario se ocupaba de regenerar toda la Esencia Mágica que había gastado anteriormente.

Era un buen plan… pero no contaba con una inesperada distracción.

Sofía vestía una armadura bastante ceñida que ya resaltaba su curvilínea figura. Su porte maduro y misterioso ya la hacían verse bastante sensual, pero ahora estaba sudando profusamente como si estuviesen en un sauna, de modo que sus prendas se ajustaban aún más a su cuerpo seductor.

Para combatir el calor, la paladín estaba usando levemente su Aura de Batalla, la cual hacía brillar su cuerpo como si fuese un hada. También hizo desaparecer partes de su armadura, revelando un poco de la piel en sus brazos y se abanicaba de vez en cuando mientras emitía unos suspiros, que en determinadas circunstancias podrían confundirse con otro tipo de exclamaciones.

Viendo de esa manera a una mujer tan hermosa, Bryan tenía que luchar para mantener el dominio de sí mismo y poco podía hacer para mantener su concentración. Además, la temperatura de su cuerpo comenzó a subir porque algunos pensamientos poco honorables encontraron el camino hacia su imaginación. Podía verse robando esos labios y retirando la armadura para descubrir cada secreto escondido en el cuerpo de esa doncella guerrera.

¡Oh, no!” Se dijo cuando sintió que esa parte de su cuerpo comenzaba a reaccionar: “Este es el peor momento para algo así.

De modo que cerró los ojos con fuerza para intentar apartar la tentadora imagen de su mente. Pero el aroma de la doncella y el sonido de su respiración entrecortada continuaban embargándolo. Esa fue la primera vez que realmente consideró como una desventaja el poseer sentidos tan desarrollados.

En un intento por mantenerse cuerdo, Bryan decidió liberar a sus Espectros Oscuros para explorar el entorno y usar las imágenes que ellos le trasmitían para distraerse.

Mientras Bryan luchaba contra su lujuria en aumento, la anciana Cabiria tenía otros problemas. Estaba tratando de estabilizar la barrera protectora, pero no lo conseguía y no ayudaba que el sudor estuviese corriendo casi a raudales por cada una de las arrugas de su rostro.

Bueno, parece que la anciana va a tomarse su tiempo. Supongo que lo mejor es que comience a explorar.

Los Espectros Oscuros eran intangibles y también inmunes al calor. Además, la barrera de fuego no estaba pensada para detener fantasmas, así que no tuvieron problemas en salir rápidamente sin ser descubiertos por la Gran Maga.

Dejando de lado la temperatura, lo cierto era que este lugar se veía bastante hermoso. Había cristales resplandecientes como el vidrio más fino incrustados en casi toda la superficie. El techo de la cueva se sostenía por unas columnas que parecían hechas de magma solidificado, el cual había adoptado todo tipo de formas fascinantes que superaban la imaginación de los arquitectos mortales.

Pequeños ríos de lava discurrían por la superficie irregular, formando cascadas resplandecientes y letales. Sorprendentemente había plantas en este ardiente territorio, las cuales se asemejaban toscamente a la flora de un bosque, pero sus componentes no parecían ser madera u hojas, sino alguna clase de ceniza solidificada para los troncos y cristales de color rojo resplandeciente para el follaje.

Y sin embargo estaban vivas.

No eran las únicas. Por todos lados podían verse pequeñas criaturas similares a insectos carmesí, correteando entre las plantas de fuego y los cristales resplandecientes. Su apariencia era bastante hermosa pero perturbadora, pues sus extremidades parecían innecesariamente afiladas.

Finalmente, la Gran Maga terminó con sus preparativos y la barrera comenzó a expandirse considerablemente, como un gran domo que los protegía de la temperatura.

- Este lugar es más complejo de lo que creía. - Explicó Cabiria con una expresión de frustración que parecía sincera: - Al principio quería crear un campo que nos protegiese de los ataques o por lo menos nos ocultase. Pero el poder de la magia de fuego está tan concentrado que me es difícil controlar los elementos, así que tuve que rendirme con protegernos de otros tipos de daño.

Actualmente puedo mantener el calor a un nivel soportable, pero cualquiera de estas criaturas podrá atravesar. Lo bueno es que puedo pelear a un 40 % de mi capacidad mientras mantengo la defensa. Pero si consiguen dañarme… -

- Debemos protegerte mientras avanzamos o la barrera que mantiene el calor afuera podría caer. - Concluyó Sofía.

- Me temo que así es. -

- ¿Puedes volver a usar el Pergamino Antiguo para salir a la superficie? -

- Si, pero solo podré usarlo una última vez antes de que desaparezca y la distancia no es infinita. - Respondió Cabiria levantando el rollo de pergamino, que se veía bastante agrietado: - Por seguridad es mejor que solo lo usemos cuando ya estemos cerca de la salida o podríamos quedarnos atrapados aquí. -

- Entonces es mejor que comencemos a movernos. ¿Hacia dónde deberíamos ir? - Preguntó Bryan con tono pragmático.

Cabiria dudó un momento antes de responder, porque de pronto Bryan había dejado su tono inocente. Lo que ella no sabía es que él ya se esperaba un desarrollo parecido y también tenía un plan propio. Además, la mayor dificultad para cumplir con su auténtico objetivo era llegar a este lugar sin que el Ifrit estuviese, lo cual ya había sucedido. No tenía necesidad de mantener todas las apariencias.

- El Pergamino Antiguo nos ha traído al nivel inferior. La salida siempre estará… - Comenzó a explicar Cabiria con tono vacilante.

- Arriba. - Completó Bryan y comenzó a caminar sin esperar a que ninguna de ellas contestase. Las dos lo miraron sorprendidas por un instante, pero él se volvió un momento para decirles con un tono algo sarcástico: - ¿Quizá debemos esperar a que el Ifrit regrese? -

Esas palabras las despertaron de inmediato y emprendieron la marcha. Conforme avanzaban, la barrera de Cabiria seguía su rumbo con la Gran Maga en el centro. Esto significaba que no podían separarse demasiado, ni avanzar a un ritmo diferente. Por suerte el gran domo se había extendido bastante, así que tenían un cierto margen para moverse.

Después de unos minutos llegaron a lo que parecía un pasaje ascendente y decidieron tomarlo. No era sencillo moverse en un sitio tan seco, pero todos tenían algún tipo de líquido en sus Anillos Espaciales que les permitían soportar.

En cierto momento llegaron a lo que parecía una gran formación rocosa bloqueándoles el paso, pero los ojos de la Gran Maga se abrieron cuando se acercaron y exclamó: - ¡Coral de Fuego! ¡Es increíblemente valioso! -

Tal como ella decía, las rocas estaban cubiertas de una especie de minerales de apariencia calcárea que brillaban con distintos tonos de color rojo. Sofía también estaba gratamente sorprendida, pues el Coral de Fuego podía usarse para hacer pociones curativas bastante potentes. Las dos dieron un paso adelante, pero de pronto notaron que Bryan extendía sus brazos, como para decirles que esperasen.

- Revelar Vida. - Susurró antes de que ninguna pudiese preguntarle lo que ocurría.

Y es que, entre los espejismos que provocaba el calor y las ocasionales nubes de gases calientes que llenaban la atmósfera, era difícil ver a la distancia. Ni siquiera Sofía era capaz de percibir todo lo que había a más de diez metros.

Pero Bryan tenía los Espectros Oscuros delante suyo informándole de todo lo que encontraban. Aun así, decidió usar ese conjuro para que sus acompañantes asumiesen que de ese modo estaba detectando las amenazas.

- ¿Has encontrado algo? - Pregunto Cabiria.

- Si. - Respondió Bryan: - Son por lo menos tres y están en frente de nosotros. -

- ¿Qué son? - Preguntó Sofía.

- Ni idea. -

En cierto modo parecían tres gigantescos huevos, también podrían ser algún tipo de planta o incluso unos moluscos. El caso es que había 3 enormes seres redondos, tan grandes como una persona, que parecían incrustados en el suelo. Sus cuerpos tenían una superficie dura en apariencia. Además, en la parte superior les crecían unas extrañas protuberancias similares a ductos de ventilación, por los que entraba y salía aire caliente.

- Creo que son Chitones de Fuego o algo parecido, pero no estoy segura. - Dijo Cabiria con un gesto algo asqueado, porque las criaturas eran desagradables.

- Voy a cortarlas. - Propuso Sofía llevando su mano a la empuñadura de su espada.

- Espera. - La detuvo Bryan: - Primero déjame investigar algo. -

Luego invocó a un Guerrero Esqueleto y lo hizo caminar hacia los Chitones de Fuego. Estos se quedaron completamente quietos hasta que la Criatura Oscura estuvo a unos 10 metros, cuando de pronto comenzaron a temblar de un modo repulsivo y de las protuberancias comenzó a salir una nube de polvo grisáceo que se extendió rápidamente a su alrededor.

- ¿Creen que será veneno? - Preguntó Sofía.

- Lo dudo. - Contestó Cabiria: - El calor de este entorno provoca que las toxinas esparcidas en el aire se evaporen fácilmente. -

No tuvieron que esperar mucho tiempo para averiguarlo. Porque instantes después los Chitones de Fuego dejaron de esparcir la nube de polvo y comenzaron a expulsar chispas por sus protuberancias. Antes de que nadie entendiese lo que sucedía la nube grisácea se encendió como si fuese pólvora y el Guerrero Esqueleto desapareció tras ser tragado por una enorme llamarada.

 - Bueno, eso resuelve el misterio. - Comentó Bryan con una sonrisa irónica: - ¿Qué hacemos ahora? Están bloqueándonos el paso y hacer un rodeo nos tomaría demasiado tiempo. -

- El alcance que tienen es un problema. Si el terreno estuviese despejado no tendría dificultades en recorrer esa distancia antes de que arrojen esas chispas. Pero aquí…. - Dijo Sofía.

- Entonces hagamos esto. - Propuso Bryan y les explicó una idea con la que estuvieron de acuerdo. Poco después él invocó a otro Guerrero Esqueleto que avanzó hacia los Chitones de Fuego para provocarlos y estos volvieron a arrojar la nube de polvo explosivo.

Pero en ese momento Cabiria les arrojó una Bola de Fuego, la cual encendió su trampa antes de que estuviese lista. Las llamas se introdujeron en las protuberancias de los Chitones de Fuego, desequilibrándolos (y de algún modo confundiéndolos) durante un pequeño lapso de tiempo, que Sofía aprovechó para correr hacia ellos y cortarlos a todos limpiamente por la mitad con un veloz tajo de su espada.

- Fue una excelente idea. - Comentó Sofía sonriendo por primera vez desde que llegaron al reino secreto del Ifrit.

- Gracias. - Respondió Bryan correspondiendo la sonrisa. Al mismo tiempo dividió el Coral de Fuego que recolectaron en tres cantidades iguales y guardaron todo en sus Anillos Espaciales antes de continuar.

Sin embargo, gracias sus Espectros Oscuros, a Bryan no se le pasó el destello de codicia que la mirada de Cabiria reveló cuando creía que los dos no podían verla. Era evidente que le dolía tener que compartir el Coral de Fuego.

Uff. Si así somos ahora… ¡Cómo será más tarde! Bueno, todavía la necesito para refrescar el ambiente, pero luego tendré que tomar contramedidas.” Se dijo Bryan con ironía.

*****

Continuaron avanzando por donde podían, siempre intentando subir sin detenerse y pasando desapercibidos. En el camino se encontraron con más criaturas extrañas de diverso tipo, todas de algún modo relacionadas con el fuego: Babosas Incandescentes, que generalmente eran lentas, pero que podían acelerar bastante en distancias cortas y además estallaban violentamente cuando estaban a punto de morir; extraños Murciélagos Gigantes de Fuego  que tenían el tamaño de un cóndor y podían atacar arrojando ondas de sonido para entorpecer a sus víctimas; Tarántulas Escarlata cubiertas de púas venenosas; y Hormigas Rojas del tamaño de elefantes, que arrojaban chorros de ácido por sus abdómenes.

En todo momento Sofía asumió la ofensiva, mientras que Bryan la apoyaba y Cabiria se ocupaba de los ataques a distancia. Cuando los Murciélagos atacaron, Bryan conjuró a cinco Abominaciones que distrajeron a las criaturas al presentar un blanco mucho más claro para las garras de esos monstruos, lo cual dio tiempo a Cabiria de apuntarles con conjuros ofensivos. Y cuando un grupo de más de veinte Hormigas estuvo a punto de abrumarlos, Bryan las detuvo conjurando varios pilares de hueso con la Prisión Ósea, lo cual le dio a Sofía un tiempo precioso para decapitarlas mientras corría hábilmente entre todos los obstáculos blandiendo su espada.

De manera que el grupo funcionaba bastante bien y para entonces Bryan se había ganado el respeto de ambas gracias a su impresionante velocidad de conjuración, que le permitía reaccionar en conjunto con la agilidad de Sofía, la cual hasta el momento no había tenido la necesidad de utilizar su escudo gracias al apoyo que recibía.

- Mi defensa es buena, pero el tiempo que dura no es extenso y además consume mucha Aura de Batalla. Puedo usar mi escudo para bloquear perfectamente casi cualquier ataque, pero si tuviese que usarlo constantemente ya estaría extenuada. - Comentó la Paladín sinceramente agradecida.

- Si, pero creo que es más impresionante el modo que puedes desplazarte tan ágilmente por todo el campo a gran velocidad y evitando todos los obstáculos. Además, tus estocadas nunca han fallado y siempre matan con el primer golpe. Si estuviese yo solo mis invocaciones no tendrían mucho sentido, porque el calor hace que las Criaturas Oscuras tengan dificultades para moverse y no tengo un ataque que pueda matar de una sola vez. - Respondió Bryan sonriendo: - También me parece que los conjuros ofensivos de la Maestra Cabiria son increíblemente potentes. ¡Y eso que también está manteniendo la barrera que nos protege del calor! Sin ellos no podríamos avanzar a tan buen ritmo. -

Por supuesto que solamente decía parcialmente la verdad. Porque en esos momentos solamente estaba limitándose a usar Necromancia en lugar de sus poderes demoníacos.

- No te restes importancia, joven necromante. Es cierto que tus poderes no tienen potencia, pero la forma versátil en que los usas para adaptarte perfectamente a todas las situaciones de modo en que siempre pueden apoyarnos es… bastante única. - Dijo Cabiria con una sonrisa que parecía sincera, pero Bryan pudo notar que estaba tratando de ocultar su preocupación.

Seguramente esto se debía a que, mientras más poderosos fuesen sus acompañantes, más difícil sería controlarlos. Y ya eran muchos los tesoros que habían encontrado en el camino, los cuales no tuvo más opción que dividir en tres partes iguales.

Tras muchas peripecias el grupo llegó a lo que parecía ser un claro circular, con varias rocas afiladas que se alzaban verticales como monolitos de más de diez metros de altura. Y en el centro de todo había un único chorro de lava que fluía en contra de la gravedad en dirección al techo rocoso.

- ¿Qué serán estas rocas? - Se preguntó Sofía mirando los monolitos.

- Tienen poder mágico, pero no conozco lo que son. - Comentó Cabiria analizándolos.

Bryan se acercó a uno de ellos. Desde lejos parecían rocas comunes, pero en realidad estaban pulidos como si fuesen cristales, aunque parecían incapaces de producir brillo. También era cierto que emitían un rastro de magia, pero era imposible determinar su clase.

Examinémoslos desde lejos.” Se dijo y envió a sus Espectros Oscuros casi hasta el techo, donde podían ver mejor el entorno. Entonces se dio cuenta de que los monolitos parecían estar ligeramente alineados, teniendo al pilar de lava fluyendo como centro.

- ¿Es posible que esto sea una matriz? - Preguntó Bryan en voz alta mientras acercaba su rostro al pilar para examinarlo de cerca.

El ataque llegó de forma repentina.

Como los Espectros Oscuros restaban lejos, parte de su mente estaba ocupada interpretando las imágenes que le transmitían sus criaturas. Eso ralentizó un poco el tiempo de reacción de Bryan.

Sucedió que durante una fracción de segundo le pareció que algo le devolvía la mirada desde el interior del monolito, así que inmediatamente se alejó de un salto. Casi al mismo tiempo una criatura salió de la roca como si estuviese brotando de ella, al igual que un pez saltando fuera del agua.

Era un ser humanoide de tres metros de altura con extremidades muy largas. Su cuerpo era de color blanco ceniza, salvo por las manos y pies de color rojo intenso como la sangre. Dos afilados colmillos sobresalían en su boca, al igual que los de un jabalí. Los ojos de esta criatura eran completamente amarillos, sin párpados ni pupilas. Además, sujetaban armas similares a hoces que brillaban como si estuviesen al rojo vivo.

Se trataba claramente de algún tipo de demonio de fuego.

La criatura se movió con una velocidad espantosa, saltando ágilmente hacia Bryan mientras descargaba toda una serie de tajos mortales, que destrozaron incluso las rocas que llegaron a tocar. Bryan había esquivado, pero como llevaba un suspiro de retraso no le quedó más remedio que elegir entre hacer una maniobra peligrosa o arriesgarse a perder la cabeza.

Bryan eligió lo segundo e inmediatamente quebró su espalda hacia atrás para esquivar el filo del arma, al mismo tiempo que activaba el Arte del Noveno Diagrama Celeste para alejar su cuerpo rápidamente mientras giraba en el aire. Como no tenía espacio tuvo que usar sus manos dos manos para golpear el suelo e impulsarse lejos del demonio. Al hacerlo, sintió el intenso calor de la tierra quemando su mano, incluso a través de sus guantes de cuero, mientras que suplicaba el que su velocidad fuese suficiente, pues su movimiento literalmente lo estaba haciendo retroceder dándole la espalda al enemigo.

Su apuesta funcionó y consiguió dar una vuelta completa en el aire mientras ganaba distancia pese a que la velocidad del demonio corriendo era casi tan rápida como la suya. De modo que al instante en que Bryan sintió que sus pies volvían a tocar tierra, apuntó con su dedos hacia adelante y gritó el conjuro para arrojar 3 Lanzas de Hueso hacia su atacante, las cuales le impactaron en la cara, el hombro y uno de los brazos.

Los golpes de las jabalinas detuvieron el avance del demonio de fuego, pero (aunque consiguieron atravesar su piel y clavarse profundamente) esta no sangró. En cambio, únicamente arrojó chispas y los agujeros de las heridas comenzaron a brillar, como si por las venas de esta criatura corriese fuego puro en lugar de sangre.

¡Mierda! ¡Creo que es un Zángano de Fuego!

Bryan apenas tuvo tiempo para formular ese pensamiento, cuando el demonio volvió a correr hacia él con su arma incandescente. Esta vez sus movimientos eranincluso más rápidos y además saltaba de un lugar a otro como si quisiese evitar que lo golpeasen. A Bryan no le quedó más opción que invocar al Desgarrador Sombrío para desviar los cortes, que llevaban con ellos una fuerza terrible.

Todo esto había sucedido en tan solo un par de segundos, pero finalmente Sofía llegó corriendo a toda velocidad y comenzó a luchar contra el demonio de fuego. Este resistió un par de golpes, pero luego la paladín lo mató con un tajo tan rápido que su oponente no pudo desviarlo a tiempo y acabó partido en dos mitades.

Mas cuando parecía que finalmente había terminado, otras dos criaturas similares brotaron de los monolitos cercanos y se abalanzaron sobre Sofía. Esta contraatacó fácilmente al primer demonio, pero el segundo vino rápidamente a por su desprotegida espalda. Bryan entonces comenzó a arrojarle varias Lanzas de Hueso en sucesión, ralentizando la velocidad del demonio lo suficiente como para que Sofía pudiese dar media vuelta y cortarlo.

Los cuerpo de los 3 demonios brillaron un momento y desaparecieron como si se hubiesen desintegrado. ¡Pero poco después brotaron otros seis de los monolitos de piedra!

Si los primeros ya habían sido difíciles, los siguientes demostraron ser un desafío mayor. Bryan inmediatamente se colocó en frente de Cabiria para defenderla, pues si ella moría la barrera que los defendía caería también. Luego comenzó a arrojar Flechas y Lanzas de Hueso a diestra y siniestra, ralentizando a los enemigos.

Sofía se desplazaba entre los monolitos de piedra con una velocidad impresionante. Sus movimientos eran tan gráciles, precisos y hermosos, que más que correr parecía estar bailando entre los enemigos. Sin embargo, esta era una auténtica danza mortal al filo de la navaja, porque cuando los seis demonios fueron derrotados otros doce emergieron de los monolitos. Solamente el apoyo de Bryan le permitía mantenerse atacando sin necesidad de defender.

Cabiria también desató una serie de magias ofensivas muy poderosas, pero los demonios parecían ser más resistentes al fuego que las otras criaturas. La Gran Maga tuvo que cambiar su enfoque para desatar pequeñas explosiones controladas, en lugar de usar las llamas. Esto funcionó, pero también limitó mucho lo que podía hacer, porque podría haber dañado a Bryan o a Sofía por accidente.

Para ese momento Bryan ya había deducido que los monolitos eran en realidad algún tipo de matriz e intentó destruir uno de ellos con un corte de su Desgarrador Sombrío, pero descubrió consternado que la roca estaba encantada de algún modo, porque no solamente no pudo romperlo, sino que en cierto modo le regresó la fuerza de su golpe.

Cuando los demonios aumentaron a 24 la situación se tornó realmente desesperada. Sofía tuvo que utilizar su escudo y así consiguió mandar a casi todos a volar, pero estas criaturas eran tan rápidas que muchos consiguieron recuperarse a tiempo para evitar el contraataque de su espada. Además, una nueva horda vino a reemplazar la que había sido destruida.

“¡Esto es malo!” Pensó Bryan e inmediatamente conjuró un ejército de mil Guerreros Zombis para ganar algo de tiempo. Mientras tanto comenzó a mirar alrededor en busca de alguna salida.

En ese momento tuvo una idea… peculiar.

- Maestra Cabiria ¿cuánto calor puede bloquear tu barrera? -

- ¿Qué? -

La Gran Maga estaba ocupada controlando un tornado de fuego para enfrentar a un nuevo grupo de demonios que se aproximaba y por eso no le entendió al principio.

- A este paso moriremos dentro de poco. Tenemos que irnos ahora y me temo que solo hay una salida. - Dijo Bryan un poco nervioso mientras señalaba en una dirección.

El chorro de lava que se dirigía hacia el techo.

Cabiria entendió lo que sugería, pero dudó. Antes habría podido hacerlo con seguridad, pero ahora que tanta de su Fuerza Mental estaba agotada, quizá no sería capaz.

- Tendría que reducirla al mínimo y quizá no lo consigamos. -

­- “Quizá” es mejor que “Nada”. - Dijo Bryan sonriendo y gritó para llamar a Sofía.

La Paladín dio un salto y cayó directamente a su lado. Entonces la Gran Maga redujo al mínimo la barrera, de modo que todos tuvieron que apretujarse bastante.

Mientras tanto los cuerpos de las Criaturas Oscuras que Bryan había conjurado comenzaron a arder por estar expuesto al calor del exterior, pero aún resistieron un poco. Así que los controló para que se interpusiesen hasta el último momento entre la horda de demonios y ellos, de modo que tuviesen más tiempo para escapar.

Cabiria los hizo levitar y dirigió la barrera esférica directamente hacia el flujo de lava, que inmediatamente comenzó a empujarlos hacia arriba, hasta que atravesaron el techo. Ahora estaban en una especie de túnel vertical incandescente que parecía no tener fin y lo único que podían hacer era rezar para que los llevase a alguna parte segura.

****

Después de una subida que pareció interminable, el grupo emergió de lo que parecía ser un enorme lago de magma, repleto de pequeñas islas que parecían llenas hasta rebosar de invaluables minerales mágicos: Cristales de Fotiá, Corales de Fuego, Cuarzo Dorado y otros tantos otros tesoros invaluables.

Cabiria observaba todos estos materiales con ojos tan abiertos por la emoción, que por un momento pareció como si fuesen a salirse de sus orbitas. Cualquiera de estos era increíblemente difícil de conseguir, incluso para la Alianza Mercante de Tiro, y tan solo una cantidad mínima podía servir para potenciar el poder de un báculo mágico, sobre todo la Magia de Fuego. Pero ahora había cientos de estos tesoros amontonados sobre las islas en medio del magma, como si fuesen parte natural del entorno.

Lamentablemente también ocurrían varias explosiones, así como emanaciones de nubes de distinta clase, que bloqueaban bastante la visión. Esto hacía muy difícil saber exactamente cuántos tesoros estaban reunidos aquí o cuál era la auténtica extensión de este lago de lava.

Pero Bryan poseía a los Espectros Oscuros, que eran intangibles e inmunes al fuego. Rápidamente los envió a explorar el entorno y así supo que se encontraban dentro de lo que parecía ser un enorme domo geológico. Todo el calor estaba saliendo por la parte superior, donde había un gran agujero que quizá condujera a la superficie, pero además había otros más cerca de la base, que también podían ser utilizados.

Además, en el centro de la gran cámara de piedra y el lago de lava… había una isla principal de donde emanaba un calor muy superior, que funcionaba como el epicentro de todo este misterioso espacio. Justo ahí se encontraba lo que parecía ser un extraño orbe de magma concentrado, que levitaba a pocos metros mientras liberaba oleadas de calor mágico como si fuese algún tipo de corazón para todo el poder de fuego reunido a su alrededor.

Ese es el Emplazamiento Extremo de Fuego” Se dijo Bryan luchando por contener la euforia: “Ahora necesito encontrar un modo de llegar hasta ahí. También me gustaría saber que será ese extraño orbe, pero no puedo preguntar sin llamar la atención de Cabiria y Sofía sobre ese lugar. ¿Qué hago?

- Nunca había visto algo como esto. ¿Qué es este sitio? ¡¿Cómo puede ser que la energía del Fuego se haya concentrado de esta manera?! - Comentó Cabiria perpleja, mientras se limpiaba el sudor de la frente.

- No entiendo. ¿Qué es lo que está pasando? - Preguntó Sofía.

- Normalmente los Elementos Mágicos existen en el mundo, pero muy pocas veces se combinan naturalmente porque se repelen mutuamente. A menos que un mago fuerce la coalescencia, esta no sucederá. Ese es un principio fundamental.

Pero aquí parece como si las partículas elementales de la Magia de Fuego se hubiesen combinado con la propia tierra y en un grado descomunal. ¡Además, aunque cuesta creerlo, parece que esta combinación ocurrió de un modo natural! -

Vaya, lo entendió al instante.” Pensó Bryan de mal humor, pues había esperado que la Gran Maga se demorase un poco más en descubrirlo. Pero fingió que no estaba interesado y preguntó: - ¿Puede volver a extender la barrera para que podamos tomar los tesoros? Creo que debemos actuar deprisa, pues el tiempo juega en contra nuestra. -

- Lo lamento. - Respondió Cabiria inmediatamente: - El calor en el exterior es mucho más fuerte en este lugar y actualmente no tengo poder para incrementar el diámetro de la barrera. No nos queda más remedio que continuar moviéndonos al mismo tiempo. -

Si bien el argumento era sólido, Bryan sentía que la respuesta de Cabiria había sido un poco rápida, como si ya la tuviese preparada de antemano. Comenzaba a tener una mala premonición y esta se cumplió al instante.

Cabiria abrió los ojos repentinamente como si hubiese visto algo y entonces comenzó a llevarlos hacia el centro del lago. Cuando sus ojos contemplaron el extraño orbe flotante, toda la codicia que hasta el momento había reprimido explotó de golpe en su mirada.

- ¡Un Corazón de la Primera Llama! ¡Dijeron que era imposible de conseguir! ¡Pero es mío! ¡Por fin es mío! ¡Después de todos estos años! - Exclamó la anciana con una expresión de euforia que rayaba en el paroxismo.

Bryan y Sofía también estaban impresionados por el gran poder que trasmitía este orbe flotante, pero en lugar de alegrarse su expresión se ensombreció e intercambiaron una mirada llena de significado. Los dos habían comprendido que Cabiria deseaba con todas sus fuerzas ese objeto, hasta un punto en que podría volverse contra ellos si no tenían cuidado.

De modo que asintieron silenciosamente y entonces Sofía retrocedió un paso mientras que con sutileza llevaba su mano muy cerca de la empuñadura de su espada, para atacar a la Gran Maga si era necesario. Al mismo tiempo Bryan se acercó e intentó dialogar con ella.

- Maestra Cabiria. ¿Eso es?... -

- ¡Eso es mío! - Lo cortó la anciana con una mirada terrible: - Lo he buscado durante años y no pienso compartirlo con nadie más. ¡Si te atreves a pretender disputármelo, ahora mismo desharé esta barrera para que todos ardamos! - Luego se volvió hacia Sofía y le dijo: - Así que mejor aparta la mano de tu espada, porque la velocidad no te servirá de nada aquí abajo mientras sea yo la única que puede defendernos del calor. -

- No pienso disputarte nada. - Le respondió Bryan con una sonrisa que no llegaba a sus ojos y luego su mirada se volvió terrible: - Pero te advierto que no reacciono bien a las amenazas. ¡Atrévete a intentarlo de nuevo y comprobarás quién es el más terrible de los dos! -

- Ahórrame las inútiles muestras de orgullo, necromante. - Se burló Cabiria con un bufido y una mirada de desprecio: - ¿Acaso no he visto lo que pueden hacer durante todo nuestro recorrido? ¿Acaso no saben lo que yo puedo hacer?

¡Ahora mismo vamos a ir todos juntos a obtener ese orbe! Eso si quieren que salgamos de aquí. Tienen mi palabra de que los llevaré a la superficie sanos y salvos si me ayudan ahora. ¡Pero ese Corazón de la Primera Llama me pertenece! ¡Nada me impedirá conseguirlo! -

Bryan estaba a punto de responderle a Cabiria, cuando de pronto sintió algo y entonces sonrió alegremente mientras decía: - Me parece que ellos no estarán de acuerdo contigo. -

- ¿Quiénes? - Preguntó Cabiria confundida por el repentino cambio en la expresión de Bryan, que hasta hace un momento parecía estar conteniéndose para no comenzar a enfrentarse con ella ahí mismo.

- Me refiero a ellos. - Respondió Bryan señalando con su dedo hacia el lago de lava.

Entonces la superficie del magma comenzó a sacudirse, pero no como lo hacía naturalmente, sino como si hubiese algo agitándose en su interior. Poco después una horda de varias decenas de demonios de fuego salió a toda velocidad de la sustancia ardiente y comenzaron a volar directamente hacia la barrera de Cabiria.

- ¡No puede ser! ¡¿Nos siguieron hasta aquí?! -

- Qué persistentes ¿verdad? - Dijo Bryan con buen humor.

Sin embargo, la situación era todo menos graciosa. Este tipo de demonios eran denominados Zánganos de Fuego y fueron invocados por el Ifrit para proteger este Emplazamiento Extremo de cualquier invasor. Pero, aunque eran peligrosos, no deberían tener tantas habilidades diferentes como las que exhibían. El que ahora pudieran volar sin necesidad de alas seguramente se debía a las propiedades mágicas de este sitio.

Cabiria maldijo e inició una serie de poderosos ataques que rechazaron a la primera oleada de Zánganos y también probaron que todo este tiempo la Gran Maga había estado fingiendo ser más débil de lo que en realidad era. Sin embargo, más Zánganos salieron de la lava y se abalanzaron sobre ellos rápidamente.

- ¡Maldita sea, tienen que ayudarme! - Exclamó Cabiria mirando asustada a Sofía y Bryan.

Sofía permaneció en silencio, en cambio Bryan se llevó una mano al mentón como si estuviese pensando y respondió: - Yo creo que…. Tal vez… No, mejor no. -

- Si yo muero, entonces tú también morirás aquí. -

- Por supuesto. - Respondió Bryan asintiendo, aunque sin dejar de sonreír: - Pero no creo que vayas a morir. Estoy seguro de que puedes usar ese Pergamino Antiguo una última vez para salir de aquí, pero no lo haces porque deseas ese orbe flotante. Así que sólo tengo que quedarme cerca, hasta que tu energía se agote y no tengas más opción que usarlo. Entonces simplemente avanzaré por el portal luego de que lo atravieses. -

Sus palabras eran principalmente para Sofía, como una especie de pago por su amabilidad, el respeto que le había mostrado y sí, por qué no admitirlo, debido a lo hermosísima que era. En verdad, luego de escucharlo, un brillo de comprensión resplandeció en los ojos de la Paladín. Pero el propio Bryan no tenía la menor intención de irse por el momento y en realidad estaba buscando una oportunidad para alejarse sin que lo vieran. Solo que antes necesitaba ciertos preparativos.

- ¡Muy bien, lo admito! ¡Necesito ese Corazón de la Primera Llama desesperadamente! ¡Les suplico que me ayuden!¡Lo he buscado durante mucho tiempo! -

- ¿Por qué habríamos de hacer algo por ti, cuando nos has traído aquí con engaños? - Preguntó Sofía con una mirada afilada: - ¿Acaso no estabas amenazándonos hasta hace muy poco? ¡¿A dónde se fue ese coraje?! -

- Yo no les mentí. Es verdad que teníamos que venir aquí para escapar de la dimensión del Ifrit y también que necesitábamos acercarnos lo más posible a la superficie antes de poder usar el Pergamino Antiguo. ¡Les juro por mi nombre que nos sacaré a todos de aquí en cuanto obtenga mi orbe! También podrán quedarse con cualquiera de los otros tesoros que obtengamos en la isla. ¡Por favor! ¡Ya están viniendo! -

De hecho, la nueva oleada de enemigos se aproximaba. Bryan entonces asintió con una sonrisa y comenzó a disparar Lanzas de Hueso a gran velocidad, mientras que Sofía cortaba a cualquier demonio que se acercase. Cabiria entonces pudo concentrarse en dirigir la barrera hacia la isla centras mientras conjuraba poderosos tornados de fuego, que giraban a su alrededor masacrando a todos los zánganos a su paso.

- ¡Desciende aquí! - Ordenó Bryan de pronto cuando llegaron al borde de la isla central.

- ¡¿Qué?! ¡Pero el orbe está en el centro! - Exclamó Cabiria.

- Si y cuando lo obtengas tendrás lo único que quieres. Pero ¿acaso no acabas de prometernos todos los tesoros que encontremos? -

Cabiria lo miró enojada y parecía querer protestar, pero finalmente maldijo por lo bajo y descendió. Entonces expandió un poco más la barrera para que Bryan y Sofía pudiesen turnarse entre combatir y recolectar, obteniendo así grandes cantidades de minerales invaluables que guardaron en sus Anillos Espaciales. Cabiria tuvo que esforzarse bastante para mantener a los demonios de fuego lejos durante esos momentos. Sus ojos casi no podían mantenerse abiertos por la cantidad de sudor que caía de su frente.

Sin embargo, las dificultades todavía iban a incrementarse más, porque de pronto la tierra que pisaban comenzó a temblar. Bryan, Sofía y Cabiria comprendieron que algo terrible estaba por suceder y se alejaron justo a tiempo para evitar una erupción repentina de magma, que exploto como un geiser en el lugar en que acababan de estar parados.

- ¡Cuidado, hay más! -

Como si alguna criatura estuviese siguiéndolos bajo tierra, las erupciones de lava comenzaron a suceder cada minuto y siempre debajo del suelo sobre el que estaban. Ahora tenían que combatir contra los Zánganos de Fuego al mismo tiempo que se movían evitando las erupciones. El humo, los gases y el calor dificultaban ver. Solo Bryan era consciente de su posición gracias a la ayuda de los Espectros Oscuros.

Cuando se desató una erupción de lava particularmente fuerte, Bryan entendió que la oportunidad que esperaba acababa de presentarse. Porque el impacto de la explosión provocó que la barrera de Cabiria fuese expulsada y perdiese el control por unos instantes.

En ese momento un Zángano de Fuego se arrojó en contra de Bryan.

La barrera de Cabiria estaba diseñada para bloquear el calor y la lava, pero los demonios no estaban hechos de la misma materia que un ser mortal, así que podían atravesar esta defensa como si no existiese. De ahí que la Gran Maga necesitase ayuda para defenderse.

El Zángano cruzó limpiamente a través de la esfera, intentando cortar a Bryan, quien podría haberlo detenido con su Desgarrador Sombrío o por lo menos desviarlo de su curso. Pero en lugar de eso recibió a la criatura y dejó que su impulso lo llevase fuera de la barrera, al mismo tiempo que fingía un grito de dolor.

Cabiria no había mentido al decir que este sitio era mucho más caliente que otros. Toda la tela en la armadura de Bryan comenzó a quemarse rápidamente al igual que sus cabellos. Además, la Fuerza de Gravedad, que anteriormente no le afectaba gracias al poder de la Gran Maga, ahora le provocaba una sensación de vacío en el estómago mientras caía. Esto, unido al dolor de sentir que su piel se estaba chamuscando, era terriblemente abrumador.

Pero en esos momentos Bryan no podía permitirse ser distraído por el dolor, pues su vida podía terminar violentamente en cualquier instante, debido al Zángano que lo estaba arrastrando, si permitía que este llegase blandir su arma al rojo vivo. El problema era que estos demonios eran muy rápidos reaccionado y una pelea larga en ese momento sería devastadora para él.

- ¡Escudo de Hueso! -

La coraza ósea llena de protuberancias comenzó a materializarse alrededor del cuerpo de Bryan, atrapando consigo al Zángano de Fuego. Probablemente era el primer necromante en utilizar ese conjuro de ese modo, no para defenderse, sino para sujetar temporalmente a un enemigo mientras ambos estaban en caída libre hacia el suelo. El caso es que el demonio estaba medio envuelto en la misma coraza y no podía moverse con libertad. Bryan aprovechó ese instante y lo apuñaló varias veces con el Desgarrador Sombrío, que al ser una espada corta era perfecto para la ocasión.

Bryan impactó contra el suelo justo cuando el demonio de fuego desaparecía. El Escudo de Hueso comenzó deformarse rápidamente por el calor y estaba a punto de ser destruido. Ahora el mayor peligro era la roca caliente sobre la que se apoyaba, así como la posibilidad de que más zánganos lo atacaran en ese momento.

Usando todas sus fuerzas, Bryan se obligó a soportar el de sus quemaduras y sacó una brillante joya morada de su Anillo Espacial. Se trataba de uno de los 3 tesoros que había transmutado en el laboratorio del Cementerio de la Muerte.

¡Diosa Fortuna, te suplico que esto funcione!” Pensó antes de arrojarla al aire.

Súbitamente la joya morada comenzó a levitar por si sola, emitiendo una oleada de energía helada de forma constante, que rechazaba el calor de un modo controlado, sin provocar reacciones adversas. En cierto modo era el Conjuro de Fuego Glacial Místico en su variante congelante, pero calculado a un grado milimétrico para generar una atmósfera fresca sin importar la temperatura exterior. No era una barrera como la de Cabiria, sino más bien una irradiación de magia helada que funcionaba de modo constante a 5 metros alrededor de la joya. Bryan la había preparado especialmente para una situación como esta, pero no la mostró porque sabía que solamente podría usarla una vez y que no duraría mucho tiempo.

Funciona, eso es genial… ¡Pero ahora tengo que levantarme! ¡No puedo detenerme ahora!” Se dijo Bryan feliz y obligándose a caminar. La joya morada se mantuvo flotando a medio metro de su hombro derecho, siguiéndolo conforme avanzaba y emanando su poder helado constantemente. Los Espectros Oscuros regresaron a su alrededor para guiarlo, porque en ese momento sus ojos todavía no se habían recuperado lo suficiente del calor como para que pudiese abrirlos.

Cuando estaba a cinco metros de su posición inicial tuvo que detenerse. Hasta el momento ningún Zángano lo había atacado y eso le parecía extraño, pero cuando envió a una de sus criaturas a explorar, descubrió que todos estaban concentrados alrededor de la barrera esférica, donde Sofía y Cabiria luchaban a muchos metros de distancia. Quizá las mujeres llamaban más la atención de los demonios o quizá ellos recordaban la magia de la barrera de Cabiria y por eso la perseguían. Pero, en cualquier caso, ninguno estaba buscándolo a él. 

Bryan suspiró y decidió aprovechar que los enemigos estaban distraídos para descansar un poco y recuperarse. Algunos de sus dedos se habían quedado pegados por el calor y pasó un rato doloroso volviendo a separarlos. Luego se quitó la armadura junto con las ropas, dejándose puestos únicamente el pantalón y las botas, porque quería movilidad y la mayor parte de su indumentaria había quedado inutilizada. De hecho, los anillos de su cota de malla estaban bastante fundidos y las placas quedaron deformadas.

Para su fortuna la Esencia Mágica ya estaba trabajando en regenerar su piel quemada. Pero parecía que sus cabellos, cejas y pestañas todavía tardarían en recuperarse. La buena noticia, es que sus ojos se regeneraron sin muchos problemas y pudo ver con ellos en poco tiempo. De hecho, salvo por algunos inconvenientes, ya podía ponerse en movimiento.

Bryan sonrió y sacó una botella de agua de su Anillo Espacial recuperando así un poco de los fluidos perdidos. Mientras tanto usó a sus criaturas para monitorear la situación.

Sin la ayuda de Bryan, las dos mujeres estaban pasando un mal rato. Si bien era cierto que daban una buena pelea, estaban tan concentradas en sobrevivir que perdieron el sentido de la orientación y para ese momento era evidente que se habían perdido. Por suerte las erupciones se detuvieron cuando la barrera circular se alejó de la isla central.

Entonces la atención de Bryan se dirigió hacia el resplandeciente orbe flotante en el medio de la isla. El Corazón de la Primera Llama, como lo había nombrado Cabiria. Y una sonrisa malévola comenzó a insinuarse en su expresión.

Que pena. No sé cuántos años habrás buscado esta cosa, anciana. ¡Pero tendrás que buscarte otro! ¿Quién te manda intentar utilizarme?

Era curioso que ningún tesoro invaluable hubiese aparecido en los Emplazamientos Extremos de Tierra y Madera, en cambio aquí aparecían en abundancia. Quizá se debiese a algo que hizo el Ifrit o quizá a algún otro factor. Pero sea como fuese, Bryan pensaba sacar provecho de ello. Por eso fue apoderándose de cualquier mineral que pareciese valioso y guardándolo todo en su Anillo Espacial, mientras se dirigía lo más rápido posible hacia el centro de la isla, tratando de pasar lo más desapercibido posible.

Una vez ahí utilizó sus sentidos mágicos para examinar este tesoro desconocido. Aún no estaba seguro de su función exacta, pero era evidente que se trataba de alguna especie de amplificador de la magia de fuego. Quizá había estado formándose en ese lugar desde hacía miles de años. 

Bryan había pensado llevárselo al principio, pero entonces se le ocurrió que podía serle más útil dejarlo donde estaba para que acelerase el crecimiento del Zombi Élite de Fuego. Entonces murmuró un conjuro e invocó al Pequeño Esqueleto y al Zombi Élite de Tierra.

- Voy a crear a otro de ustedes. - Dijo Bryan al Pequeño Esqueleto: - Debes regresar al Inframundo y seleccionar a alguien para la transformación. - Luego se volvió hacia el Zombi Élite de Tierra: - Mientras tanto tú me ayudarás a tallar la Matriz. ¡Rápido! ¡No tenemos mucho tiempo! -

Ambas criaturas debieron sentir que Bryan estaba bastante tenso, sobre todo el Pequeño Esqueleto, porque desapareció inmediatamente cuando lo envió de regreso.

Sin ninguna ayuda, Bryan habría sufrido bastante para excavar la matriz en la roca caliente, pero con el apoyo de su criatura lo consiguieron de algún modo, aunque les costó bastante esfuerzo. El elemento fuego se había combinado bastante con la roca y esta vez el Zombi no pudo controlarla para crear la matriz de una sola vez.

A pesar de todo tuvieron éxito. Entonces Bryan sacó la botella doble de su Anillo Espacial, donde ya tenía listo el reactivo conductor que serviría para refinar al Zombi Élite de Fuego.

Ahora solo faltaba el Guerrero Zombi que experimentaría la metamorfosis. Bryan podía escuchar a lo lejos las explosiones provocadas por los ataques de Cabiria y sintió que se estaba quedando sin tiempo, de modo que cada segundo le pareció insoportable. Por suerte no pasó mucho hasta que sintió la llamada del Pequeño Esqueleto que le gritaba desde el Inframundo y lo invocó junto con un Zombi que tenía una cabeza bastante grande.

La apariencia de esta criatura llamaba la atención, pero debido a la prisa Bryan decidió confiar en el juicio del Pequeño Esqueleto sin pensarlo demasiado y derramó la poción en el centro de la matriz, que había sido cuidadosamente excavada debajo del Orbe flotante. Luego arrojó unas cuantas gotas de sus sangre para activarla.

Inmediatamente el poder del fuego comenzó a ser concentrado en el interior. La reacción mágica fue tan fuerte que todo el lago de lava se estremeció y Bryan supo que su presencia no pasaría más tiempo inadvertida. Así que arrojó al Zombi en el interior, hizo los últimos retoques a la matriz y envió a sus dos criaturas de regreso al Inframundo.

Luego se marchó de ahí a toda velocidad.

El Corazón de la Primera Llama

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, hoy es miércoles 06 de abril del 2022, donde actualmente estamos como Disneyland: Con un Castillo que no sirve para nada.

Si no tienen pan, entonces que coman torta.” Es una frase que se le atribuye falsamente a la reina María Antonieta, una mentira propagada por los revolucionarios franceses que finalmente la mataron. Eso no es difícil de entender para los historiadores, porque sabemos que no hay nadie tan estúpido para decir algo como eso, por más que sea una princesita ingenua.

Pero eso es exactamente lo que ocurrió en el Perú. Finalmente, el alza de los precios fue demasiado y los transportistas decidieron hacer un paro, una huelga, una protesta. El principal alimento del Perú siempre ha sido el Pollo y reclamaron que estaba subiendo de 6.5 a 9.5, que la gasolina había subido de 13 a 19 soles y que el Balón de Gas para cocinar estaba subiendo de 30 a 75 soles. La respuesta del Primer Ministro fue: “Si el pollo está muy caro, entonces que coman pescado. El Jurel está barato.

Dejando de lado el hecho de que el pescado siempre ha sido caro en el Perú y que el Jurel es barato porque es un pescado de mierda. La insensibilidad del Premier provocó que lo que hasta ese momento era un paro pacífico se convirtiese inmediatamente en uno violento.

Entonces el presidente Castillo decidió hablarle a su pueblo. Tengan en cuenta que hace solo 10 años ese hombre era un sindicalista que se ganaba la vida haciendo protestas violentas y dejó un año sin estudiar a los alumnos con una huelga infame de maestros que él mismo protagonizó. Uno diría que lo único que una persona así sabría hacer es hablarle a una multitud enardecida. ¡Es lo que él era! Seguramente sus palabras tranquilizarían en parte a los manifestantes, porque él mismo había sido uno de ellos.

Pero cada vez que me parece que Pedro Castillo no puede ser más estúpido, este me sorprende. Quizá haber estado viviendo a base de 30,000 dólares mensuales en comida fina, con carde res de lujo todos los días, afectó un poco su perspectiva. Porque dijo literalmente que los manifestantes eran un grupo contratado por la oposición para levantarse en su contra. “Mercenarios de la Derecha”.

Acto seguido, las provincias ardieron. Peajes incendiados, más de 4 muertos, ataques en provincia, etc. El Cardenal que tenemos, un tonto vendido a la izquierda que realmente no es católico y que no le llega ni a la suela del zapato al anterior Cardenal Cipriani (héroe de nuestra nación), intentó calmar los ánimos y lo echaron con abucheos. Pedro Castillo se disculpó por televisión, pero ya nadie quería sus mensajes, sino que viniese en persona.

¿Podría haber hecho algo para empeorarlo? Piénsenlo: No hay comida, los precios están por las nubes y nadie puede viajar. Lo que al principio era un paro de transportistas se convirtió en uno general, donde mercados, negocios y regiones enteras están en huelga, etc.

Parecía que lo peor había llegado.

Pero entonces Pedro Castillo volvió a abrir su boca. Eran las 11 de la noche del lunes y la mitad del Perú estaba durmiendo, cuando el primer mandatario hizo un mensaje a la nación que al principio comenzó SIN AUDIO porque alguien se olvidó de prender el micrófono.

Esa fue la mejor parte de todo el mensaje.

En su infinita sabiduría, Pedro Castillo declaró un Estado de Emergencia Nacional… ¡Y Toque de Queda! ¡Como cuando llegó la pandemia! ¡Otra vez quería encerrarnos! Todo el martes, desde las 2 de la mañana a las 11 de la noche. (Es en serio, esa fue la hora). O sea, desde que se tomó la decisión las personas tenían 3 horas para salir a altas horas de la noche a buscar comida en mercados que ya habían cerrado y que además estaban desabastecidos por culpa del bloqueo de carreteras.

Ahora imagínense esto: Las personas se despertaron al día siguiente sin saber que había toque de queda, salieron y encontraron que sus trabajos estaban cerrados, que no había forma de transportarse, que el precio de todo había subido al doble.

Después, bueno, pueden verlo en YouTube. Troya Ardió.

La gente salió a las calles como poseídos por una furia homicida y la policía entera no pudo detenerlos. Piedras en las calles, incendios, bombas lacrimógenas, vehículos antidisturbios. Una auténtica batalla campal en el Centro de Lima. Todo eso y más. Insurrección en su mejor expresión.

Castillo fue al Congreso, porque no se atreve a hablarle al pueblo, y quitó su decreto de Toque de Queda, el cual vencía por si solo 3 horas después. El idiota cree que es por eso que están molestos, porque ni siquiera entiende que su orden no fue más que la gota que colmó el vaso.

Yo personalmente no estoy muy enojado con Pedro Castillo porque para mí él es un simple animal. Si alguien le da una pistola a un chimpancé y el chimpancé mata a alguien, no te enojas con el chimpancé. Estoy enojado con Martín Vizcarra, el maldito genocida que llenó el poder judicial de sus compinches y arruinó la política peruana al quitar la reelección de congresistas. Estoy enojado con Francisco Sagasti, el sicario izquierdista del anterior que continuó destruyendo todo el país con su incompetencia. Estoy enojado con Salas Arenas, el juez terrorista del Jurado Nacional de Elecciones que orquestó el Fraude Electoral que puso al chimpancé en Palacio de Gobierno.

Bueno, de momento estoy a salvo, pero la he visto cerca. También salí a protestar porque me llega altamente obedecer a ese payaso y aun así tuve tiempo de terminar este capítulo. Pero lo cierto es que los precios van a subir durante mucho tiempo en mi país, la violencia seguirá durante un tiempo y cada centavo de dólar realmente podría salvarme. ¡Estimados mecenas, les agradezco porque sin ustedes realmente las vería muy negras! Esta vez no voy a hablar de los cambios porque el comentario me quedó muy largo y porque básicamente cambié todo el capítulo, así que no vale la pena hablar de un solo aspecto. Pero espero oír sus comentarios. Por favor recen por mi país y para que pueda sobrevivir a esto sin salir muy lastimado.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!