271 Laberinto de los Horrores

¡Cállate! ¡¿Quién carajos es “ÉL”?! ¡Espera a que salga de este lugar y lo aplastaré junto contigo, maldito eco del pasado!

El propio Bryan había gritado con seguridad esas palabras en algún momento y ahora le parecían los desvaríos de un lunático. Pero en realidad bien podrían serlo, teniendo en cuenta que el mero hecho de contemplar a Nécora directamente estaba ejerciendo tal presión sobre su psique, que sentía que estaba a solo un paso de perder la cordura.

Los ojos de Nécora el Putrefacto se fijaron en Bryan y este sintió que esa mirada lo quemaba en las mismísimas entrañas, llenándolo de un horror tan espantoso que no pudo evitar cerrar los ojos en un intento desesperado para escapar de aquella visión de infinita maldad. Pero de poco o nada le valió esto, pues aún sin el contacto visual podía sentir como la deidad del vacío lo examinaba y le pareció que todo su ser se encogía, desvaneciéndose, como si estuviese siendo absorbido por una fuerza irresistible.

Entonces Bryan sintió que su propia identidad estaba siendo arrancada y supo que todos sus poderes, necrománticos o demoniacos, no eran nada comparados con los del habitante de aquel sitio. Su mente y su alma se llenaron de un espanto aterrador y nunca en toda su vida estuvo más seguro de su propia insignificancia y de que él no era más que una insignificante mota de polvo en medio de la oscuridad. Aun así, intentó llamar a su Fuerza Mental o la Esencia Mágica, más por un acto reflejo que por una verdadera esperanza de poder oponerse, pero estos no solamente no le respondían, sino que el propio Bryan parecía estar completamente desprovisto de cualquier forma de magia.

Con cada segundo que pasaba, Bryan sentía que la mirada de Nécora estaba succionando su vida para convertirlo en un cascarón vacío, una simple marioneta que por siempre estaría bajo el control de la oscura deidad. Pero no podía hacer absolutamente nada para evitarlo y era incapaz de hacer frente a la fuerza que lo mantenía atrapado. Quizá incluso deseaba que esto sucediese. En su mente comenzó a afianzarse la idea de que someterse al deseo de Nécora y entregarse a la no existencia era preferible a seguir experimentando al horror de la mirada de ese dios del caos. Tal vez lo mejor era simplemente desaparecer.

¿O no?

Por un pequeño instante la visión de Bryan se llenó de miles de rayos y pudo ver imágenes de su hogar y su familia en su mundo original. Y luego apareció la sonrisa de Fanny, el sonido de la risa de Emily y el brillo de los ojos de Phoebe. Escuchó la voz del gordito Jack que se quejaba por comida, el rugido de Trunks antes de lanzarse al combate o la conversación del grupo de Odiseo. Se vio intercambiando planes con Lawrence y entrenando con Cyrano Constantino. Finalmente vio el brillo de vida en la mirada de su Pequeño Esqueleto que lo esperaba en algún lugar del inframundo. Y entonces supo que ese era el último momento que tendría antes de que toda su identidad le fuese arrebatada para siempre y su ego se desvaneciese más allá de cualquier ayuda.

En ese instante de lucidez final, Bryan abrió los ojos y se encontró tirado en el suelo, a la vista todos esos horrores. Pero a pesar de la mega presión que estaba destruyendo su propia alma se las arregló para aferrarse a un único deseo: Resistir

Como si el destino le respondiese, sus ojos vieron algo que lo llenó de esperanza. No es que fuese resplandeciente o resaltante, pero representaba un poco de orden o por lo menos sentido en ese lugar lleno de atrocidades deformes que ni siquiera podía comprender, donde incluso una simple línea recta podía significar una infinita cantidad de alivio.

Y esto era mucho más que eso. Porque Bryan vio a alguien entre las criaturas, caminando en medio de ellas como ni siquiera las notase y tampoco parecía que ninguna de ellas pudiese percibir su presencia o adivinar que estaba ahí. Pero estaba. Era una pequeña figura cubierta con una túnica con capucha, que lo miró directamente.

Era el niño misterioso que se le aparecía en sueños.

Bryan jamás había podido ver con tanta claridad sus rasgos, pero ahora notaba que cada uno de sus ojos eran de un color diferente, celeste y verde respectivamente. El niño lo miraba sin risa ni enojo, como si no quisiera transmitirle ninguna emoción o indicarle algún consejo. Lo único que hacía era contemplarlo atentamente como si esperase algo.

El tiempo pareció detenerse mientras que ambos se miraban y Bryan fue liberado del terror que sentía apenas el tiempo suficiente para comprender que el niño quería que fuese él mismo quien tomase una decisión.

Y en medio de aquel contraste de vida y misterio, de luz y tinieblas, razón y locura… Bryan decidió que no permitiría que le robaran su yo. Una cosa era morir o ser sacrificado, pero otra muy distinta era rendir voluntariamente su propia esencia, incluso si era a Nécora el Putrefacto.

- Puedes matarme… Pero nunca conseguirás que yo mismo me destruya. ¡No me someteré! - Susurró con una voz desafiante que ni siquiera llegó a escucharse por lo débil que se encontraba.

Pero en ese instante el Niño Misterioso sonrió y levantó su pequeña mano para restallar sus dedos. Solo se produjo un chasquido, pero había algo extrañamente poderoso en el sonido, aunque también era aterradoramente sutil e imposible identificar su naturaleza.

La criatura más cercana se dio la vuelta de inmediato, como si hubiese escuchado el ruido y estuviese buscando su origen, pero aparentemente no podía ver al niño ni entendía lo que había sucedido. Solo que al volverse tan repentinamente golpeó accidentalmente con sus extremidades a otro de esos seres que danzaban horriblemente y que justo se encontraba muy cerca.

El horrible danzarín acabó perdiendo el equilibrio y resbaló para caer encima de otros monstruos, quienes inmediatamente lo atacaron con furia para vengarse y antes de que nadie entendiese cómo, una auténtica lucha se desató en una terrible reacción en cadena, que acabó abarcando toda la concurrencia de la sala.

Finalmente, Nécora se levantó irritado de su trono y envió una oleada de energía que mató inmediatamente a los monstruos que estaban luchando con mayor locura. El resto de ellos se apresuraron a arrojarse al suelo aterrorizados por la posibilidad de incurrir en la ira del dios oscuro. Después Nécora volvió a sentarse y entonces se acordó del mortal que estaba a punto de poseer… pero descubrió que Bryan se había marchado.

Con un gesto perezoso, Nécora el Putrefacto mandó que lo capturasen y luego se olvidó completamente del asunto. No había forma de que un simple mortal escapase de su laberíntica pirámide y lo único que le esperaba era sufrir un destino terrible, ya fuese a manos de sus sirvientes o de los espantosos mecanismos que abundaban en su fortaleza. Era una pena perder a ese cuerpo contenedor y le molestaba un poco que no se hubiese sometido inmediatamente, pero para una deidad el paso de los milenios apenas tenía significado y estaba seguro de que en algún momento vendría otro insensato hambriento por obtener un poder mayor al que le convenía. Siempre venían.

Entonces conseguiría atravesar esas molestas barreras colocadas por los dioses antiguos y sería libre para caminar por el mundo mortal una vez más. Libre para manejar la mente de los hombres y esclavizar sus almas.

Era inevitable.

*****

- ¡Corre! -

- ¡Tú…! -

- ¡No pienses, corre! ¡No te detengas! ¡No mires atrás! -

Bryan comenzó a correr exactamente como le decían y llegó hasta un pasillo oscuro por el que ni siquiera sus ojos sobrenaturales podían ver del todo. O quizá estaba en un estado en el que ni siquiera tenía cuerpo. No había modo de saberlo, pues toda su voluntad estaba concentrada en continuar avanzando y mantener a raya el terror que amenazaba con volverlo loco. Tampoco es que pudiese hacer otra cosa, porque sus poderes mágicos seguían bloqueados o simplemente habían desaparecido. Así que siguió corriendo sin parar hasta que llegó a un lugar iluminado donde había tres entradas.

Para su sorpresa, el niño ya estaba esperándolo ahí, pese a que no lo había visto ni oído correr a su lado. Quería preguntar, pero no había tiempo. El niño inmediatamente le señaló la abertura de la izquierda y Bryan comenzó a correr por ella. Así llegó hasta la vuelta de una esquina y nuevamente el niño estaba parado ahí, esperándolo, solo que esta le ordenó que se detuviese con un gesto.

Pasillos de Terror

- Cuenta hasta diez antes de continuar. -

- ¿Qué? -

- ¡Cuenta! -

- 1, 2, 3 (…) 8, 9, 10. -

Cuando llegó al número diez algo sucedió y una luz espantosa lo deslumbró por un momento. Bryan no sabía qué era, pero parecía que algún tipo de poder maligno acaba de desatarse en el lugar del pasillo en el que estaba a punto de entrar corriendo y si hubiese dado la vuelta a esa esquina un segundo antes, lo habría golpeado directamente.

- ¡Corre! - Lo apuró el niño.

Bryan continuó corriendo hasta que llegó a una especie de almacén, donde había una inmensa cantidad de enormes sacos hechos con algo que parecía cuero y que contenían algún tipo de carne espantosa, cuya naturaleza no quería ni siquiera imaginar. Todo el ambiente estaba bastante frío y le recordó a alguna clase de refrigerador de pesadilla.

Los sacos contenían algún tipo de carne espantosa

- En esa esquina hay un saco vacío. ¡Métete en él y espera! -

Aunque la idea de tocar esos sacos lo aterraba, Bryan obedeció. Un instante después escuchó el sonido de varias criaturas reptantes que habían venido siguiéndolo, pero todas lo pasaron por alto porque el saco no solamente lo ocultaba de la vista, sino que también disimulaba cualquier otro rastro que dejase. Así fue como se salvó de ser atrapado.

- Sal y avanza gateando. ¡No vayas a detenerte ni levantarte durante veinte segundos! -

Obedeciendo, Bryan intentó moverse lo más rápido posible a pesar de que no podía ver nada más que el suelo. Nada le hubiese gustado más que la ayuda de sus Espectros Oscuros, pero sus poderes no le respondían para nada y quizá hasta fuese mejor que no pudiese ver del todo el horroroso ambiente en que se encontraba.

Un sonido característico le reveló que estaba gateando muy cerca de una pared con algún tipo de ventanas. Del otro lado podía escuchar el paso de criaturas que corrían o serpenteaban, probablemente en busca de Bryan y entendió por qué el niño le ordenó agacharse.

- ¡Levántate y corre! -

Bryan obedeció y continuó corriendo con todas sus fuerzas. Detrás suyo escuchaba los terribles sonidos de múltiples pezuñas, garras y cosas que se arrastraban rápidamente. Aún sin el consejo del Niño no se atrevía a mirar a sus perseguidores ni a reducir la velocidad. Simplemente continuó sin importar a dónde llegase.

De repente le pareció que el camino terminaba abruptamente y como siempre el niño estaba esperándolo ahí, señalando hacia abajo mientras le avisaba: - ¡Escalera! -

Instintivamente Bryan se preparó para usar el Arte del Noveno Diagrama Celeste, pero como si leyese su mente el Niño le gritó: - ¡Salta! ¡No puedes volar! - Así que en el último momento se impulsó con todas sus fuerzas y cayó a una terrible distancia, para luego rebotar en los escalones. Seguramente fue doloroso, pero en ese momento su mente ignoró todo lo demás excepto escapar y rápidamente se levantó para seguir corriendo.

En frente había un nuevo pasillo por el que Bryan comenzó a correr sin mirar atrás. Había varias aberturas, algunas de las cuales incluso tenían luz, pero no se atrevió a ir por ninguna de ellas sin indicaciones del niño. Finalmente llegó a lo que parecía el final, una gran pared con dos grandes puertas de hierro

El niño estaba esperándolo ahí.

- ¿Cuál de estas dos puertas? - Preguntó Bryan aterrado.

- Ninguna. - Respondió el niño chasqueando los dedos: - Irás por esta. -

Repentinamente una pequeña abertura se abrió mágicamente entre las dos puertas. Apenas era lo bastante grande para que ingresase arrastrándose y parecía ser más un drenaje que otra cosa. Además, se notaba que había algo aterrador en el interior.

- ¿Qué hay ahí? - Preguntó Bryan dudando en obedecer por primera vez.

-Lo que lleves contigo. - Respondió el niño: - No será nada agradable, pero si no entras en cinco segundos te atraparán. Además, te advierto que las armas no te servirán ahí dentro, sólo la firmeza de tu espíritu. -

En ese momento escuchó sonidos que venían detrás suyo. Sin ninguna otra opción, Bryan maldijo, pero se arrojó al suelo y comenzó a arrastrarse como una lagartija por el agujero estrecho. Poco después escuchó un chasquido de los dedos del niño y el sonido de la abertura de piedra cerrándose detrás suyo.

Bryan comenzó a avanzar a rastras en la oscuridad. El contacto con la áspera superficie del túnel lo hería y el aire se sentía helado cada vez que respiraba. Nunca antes había estado en una situación tan claustrofóbica y sin embargo no dejó de moverse sin detenerse por un tiempo que, en su mente, le parecieron horas o incluso días, aunque quizá fueran imaginaciones suyas provocadas por la tensión. Quizá tan solo transcurrieron unos minutos. No tenía modo de saberlo realmente.

Con el tiempo sintió que las paredes laterales se abrían, pero el techo no se volvía más alto, como si estuviese dentro de una especie de grieta en una pared. Bryan se forzó a seguir avanzando, mientras se enfocaba en el silencio sepulcral del entorno, que por lo menos le ofrecía el consuelo de saber que nadie lo estaba persiguiendo.

Sin embargo, en aquel laberinto de pesadillas no había ningún consuelo, por diminuto que fuese, que pudiese durar demasiado tiempo.

Bryan escuchó un sonido extraño y reptante a su costado. Inmediatamente trató de rodar para ganar distancia, pero no alcanzó a evitar que unas garras afiladas lo cortasen en un costado. Cuando se volvió para defenderse, alcanzó a ver una sombra que se desplazaba rápidamente como una especie de lagarto o arácnido por las rocas, pero era tan veloz que no pudo verla con claridad, aunque adivinó que estaba intentando rodearlo.

Aguantando el dolor, Bryan usó todas las fuerzas que tenía para avanzar un poco más, en busca de algún lugar en donde pudiese tener más espacio para maniobrar. Pero entonces sintió que unas manos afiladas los sujetaban por los tobillos con una fuerza increíble y fue arrastrado violentamente sin poder hacer nada.

*****

Repentinamente se golpeó contra una superficie plana y descubrió que de alguna manera había sido arrojado a una gran plataforma de piedra redonda que estaba rodeada por un abismo y ahora no podía ver el techo de aquella caverna.

Bryan consiguió levantarse con gran esfuerzo. Entonces sintió claramente que sus poderes Necrománticos y su Magia Demoníaca habían regresado de un modo inexplicable, pero aun así de algún modo se sentía bastante débil. No estaba sangrando, pero le parecía que estaba herido, como si le hubiesen desgarrado un costado. La situación de su cuerpo era demasiado extraña y realmente quería comprobarlo, pero no tuvo tiempo de hacerlo porque la sombra cayó justo en frente suyo.

Al ver esta sombra Bryan inmediatamente sintió una oleada de repulsión inusual. Ya había visto cosas realmente asquerosas en la sala de Nécora, pero por algún motivo esta cosa le provocó un rechazo casi instintivo a pesar de que era la primera vez que lo veía con claridad.

En frente suyo había un individuo humanoide con un cuerpo bastante esbelto y ataviado con lo que parecía una armadura oscura. Sin embargo, cuando Bryan enfocó los ojos se dio cuenta de que esta coraza estaba injertada en la carne de este sujeto e incluso parecía que ciertas partes estaban directamente sujetadas a algunos huesos expuestos.

Sus manos parecían haber sido reemplazadas con prótesis que imitaban la forma humana, aunque algunos dedos todavía tenían áreas con fragmentos de carne apenas conservada. Pero lo que más se destacaba era una serie de garras metálicas conectadas a las puntas de los dedos, las cuales no parecían causarle molestias a su usuario a pesar de tener una longitud considerable. Esto último era evidente porque el extraño sostenía una espada larga de color negro con gran soltura, aunque quizá esto fuese resultado de su uso practicado.

El extraño atacante

La cabeza de este ser aterrador estaba protegida por un yelmo sólido que lo cubría por completo y la parte que protegía el rostro se asemejaba ligeramente a una máscara con un visor. En el cuello llevaba una cubierta semejante a un gran collar de metal conectado a unas hombreras metálicas articuladas que también cubrían ambos hombros hasta los antebrazos, los cuales estaban protegidos por un conjunto de láminas metálicas angulares injertadas en la carne hasta la prótesis de las manos.

El pecho estaba protegido por un conjunto de placas de armadura de crucería y flexibles. La armadura incluía una serie de correas de cuero, usado para llevar cuatro espadas cortas, además de la que actualmente estaba sujetando firmemente en una de sus manos.

Por debajo de los cinturones llevaba otra serie de láminas metálicas entrecruzadas para formar una faja que protegía la cintura y la entrepierna. Cualquier otra protección utilizase para sus pies estaba oculta por lo que parecía una falda de combate desigual, aunque al final de esta uno podía ver que el sujeto llevaba un traje de cuero negro bastante ceñido, seguramente para potenciar las habilidades relacionadas con la velocidad y la fuerza.

Pero lo más terrible de esta criatura era el aura perniciosa que parecía emanar de cada centímetro de su cuerpo. Ni siquiera había dicho algo o emitido sonido alguno, pero se notaba que deseaba asesinar a todo aquel cerca suyo.

- ¿Quién se supone que eres tú? - Preguntó Bryan incapaz de soportar verlo en silencio.

La criatura no dijo nada, pero soltó un grito salvaje que parecía grave y agudo al mismo tiempo. Luego se abalanzó con una velocidad espantosa y comenzó a atacarlo sin ninguna misericordia.

Bryan invocó el Desgarrador Sombrío para defenderse y en ese momento sintió que su arma era extraña de algún modo. No sabía decir exactamente qué era, porque las dimensiones, el peso y hasta su tacto eran los mismos de siempre. Pero de todos modos el Desgarrador Sombrío se sentía extraño al sujetarlo. Sin embargo, no tuvo tiempo de pensar en ello porque su enemigo ya estaba abalanzándose contra él.

Desde el primer intercambio Bryan se vio obligado a ceder terreno, ya que cada golpe se sentía como el impacto de un martillo. Además, los movimientos de ese ser humanoide se acercaban más a los de una bestia extraña e impredecible.

Pero lo peor de enfrentar a este individuo era la increíble habilidad que parecía tener para adelantarse a todos los movimientos que Bryan intentaba. Era como si supiera exactamente cuándo intentaba conjurar su necromancia y cómo tenía que atacarlo para interrumpir su concentración, evitando que pudiese terminar sus hechizos.

El único motivo por el que Bryan podía mantenerse en la pelea eran las enseñanzas de Cyrano Constantino, pero el misterioso atacante se las arreglaba para contrarrestar todos sus movimientos, y esto a pesar de que Bryan estaba usando al máximo sus capacidades sobrehumanas para intentar ganar alguna ventaja en el enfrentamiento.

Los intercambios restallaban. Los saltos eran esquivados o recibidos con patadas voladoras, los barridos al tobillo eran evitados y los puñetazos bloqueados. En un momento Bryan se dio cuenta de que su atacante también era una especie necromante, porque de vez en cuando le arrojaba unas extrañas Flechas de Hueso de color negro, las cuales aparecían como extensiones de las garras en sus dedos. Estas flechas parecían más afiladas y duras que un diamante, así que Bryan sufrió mucho esquivándolas porque no quiso arriesgarse a recibirlas. Pero lo peor ocurrió cuando finalmente vio una apertura en la defensa de su atacante y estuvo cerca de cortarle el brazo libre, pero este invocó una versión misteriosa del Escudo de Hueso que creció sobre su piel como una segunda armadura, bloqueando la estocada de Bryan y forzándolo a retroceder.

La propia plataforma de piedra sobre la que luchaba comenzó a romperse por la fuerza que empleaban en sus golpes y Bryan consiguió patear algunos trozos hacia su atacante, en un intento desesperado para distraerlo o retrasarlo. Pero el extraño lo rechazó con facilidad, con desdén y al final las rocas quedaron prácticamente pulverizadas por el filo de sus armas.

Su enemigo lanzó un rugido y voló hacia él, usando tanto su cuerpo como el poder de su espada negra para aplastar la defenza de Bryan, quien pudo sentir cómo los huesos de sus antebrazos cedían, empezando a agrietarse para convertirse en las fracturas que sobrevendrían antes de romperse del todo.

Poco a poco, Bryan comenzó a entender no podía ganar esta pelea. Que nunca había podido ganar desde el principio.

Y lo peor de todo era que intuía que este misterioso enemigo no estaba usando todo su poder. Simplemente estaba jugando con él antes de matarlo.

Desesperado, Bryan decidió volar para incrementar la distancia entre ambos, de modo que pudiese usar sus conjuros más poderosos, pero el misterioso ser le apuntó con su mano libre y una fuerza invisible envolvió su cuerpo, atrapándolo y forzándolo a caer nuevamente en el suelo. Entonces Bryan vio que su enemigo saltaba hacia él para darle una estocada mortal e hizo lo único que podía hacer: La recibió voluntariamente mientras saltaba, para dirigirla hacia un punto no letal.

La hoja negra se introdujo en su cuerpo con facilidad, pero el filo no alcanzó a cortar de inmediato sus huesos reforzados, quedando atrapada. El extraño estaba sorprendido por este inesperado desarrollo que por primera vez supero sus predicciones, pero Bryan no lo dejó recuperase.

Sabiendo que ésa era su última oportunidad de sobrevivir, Bryan se sobrepuso al dolor de al dolor de ser atravesado y descargó una estocada con todo su poder hacia el cuello de su enemigo, en el punto débil de su armadura donde las placas se unían. El ataque estaba reforzado por el conjuro de Fuego Glacial Místico carmesí, así que destruiría a su atacante o por lo menos lo dejaría gravemente herido.

Entonces, para sorpresa de Bryan, una coraza de hueso salió del cuello de su enemigo y desvió el golpe del Desgarrador Sombrío hacia el casco, salvándole la vida. Al mismo tiempo unas esquirlas afiladas aparecieron sobre el brazo libre de este ser, reforzándolo, y con ellas arrojó un golpe terrible contra Bryan, el cual apenas consiguió esquivarlo volando hacia atrás, liberándose de la espada de su oponente en el proceso.

Bryan se levantó instintivamente y aprovechó que su adversario todavía no se recuperaba por completo para alejarse a toda prisa, ignorando el dolor de sus propias heridas. Pero no podía creer lo que acababa de ver. Lo que más sorprendió no fue que este individuo tuviese tal velocidad de reacción para conjurar, sino el modo en que había usado la necromancia. Porque, aunque su conjuro sólo duró unos segundos, Bryan distinguió claramente que esos huesos no habían sido invocados del inframundo.

- ¡Haces necromancia con tu propio cuerpo! ¡¿Pero cómo es eso posible?! - Gritó Bryan horrorizado a pesar suyo: - ¡¿Acaso estás loco?! ¡¿Cómo es posible que hayas hecho eso?! ¡¿Tienes idea de las consecuencias…?! -

Pero sus palabras murieron en ese mismo momento y todo, desde el dolor en su cuerpo hasta el agotamiento, desaparecieron por completo de la mente de Bryan ante el horror que se reveló frente a sus ojos.

Con un fuerte crujido, el casco que cubría la cabeza de su enemigo se partió en dos por la fuerza del Desgarrador Sombrío y cayó al suelo, dejando ver las facciones de su atacante. Bryan vio un cráneo grande y ovalado como el de un huevo, sostenido en parte por una sustancia similar a la sabia de árbol que complementaba las partes faltantes del cuello. Toda la cabeza poseía una textura brillante que asemejaba a un segundo casco. Y sobre esta superficie había un rostro injertado, como una grotesca máscara que era tan aterradora como asquerosa de ver. Un rostro que Bryan conocía demasiado bien.

Era su propia cara.

Solo entonces Bryan entendió algunas cosas que había notado desde el principio pero que hasta ese momento no conseguía entender: El estilo de combate tan implacable, la forma en que se movía y la sensación que le daba. Esa cosa era básicamente un ser que estaba llevando encima el cuerpo muerto de Bryan, casi como si fuese un grotesco traje o armadura interna, sobre el cual llevaba la segunda armadura. Por eso este ser era capaz de hacer necromancia con sus propios huesos para generar escudos.

Porque se trataba de un zombi o algo parecido.

Bryan no entendía por qué estaba luchando con una versión muerta de él mismo o por qué estaba sucediendo esto. Lo único que sabía era que la sensación de asco que sentía al ver a esa cosa llevando su cara de esa manera era insoportable. Así que soltó un rugido y sacrificó varias gotas de su Esencia de Sangre para arrojar de golpe una ráfaga de Fuego Glacial Místico Carmesí con la intención de volver cenizas a esa cosa y nunca más tener que mirarla.

Pero justo cuando la oleada de poder estaba a punto de alcanzar su objetivo, Bryan vio que su doble sonreía y extendía una mano. Entonces todo su fuego fue absorbido en un instante como si se lo hubiese tragado un agujero negro.

Bryan frente a su contraparte corrompida

Después, como si fuese una reacción opuesta, la hoja que sostenía la versión oscura de Bryan se iluminó con un resplandor de color púrpura. Entonces fue evidente que ese ser no solamente había absorbido el fuego glacial carmesí, sino que lo había transformado en energía opuesta y la había imbuido dentro de su propia arma en cuestión de segundos.

¡¿Esta cosa también domina la magia demoníaca mejor que yo?! ¡¿Cómo es posible?! ¡¿Qué carajos es esto?!” Pensó Bryan mientras caía de rodillas por el agotamiento de haber usado la Esencia de Sangre. Sabía que ya no podía combatir, así que miró con atención a su atacante que avanzaba lentamente hacia él.

Aunque tenía forma humana, realmente no lo era. Bryan se concentró en aquellas partes del cuello que habían quedado desprotegidas después de que el casco se rompiese y consiguió adivinar muchas cosas. La extraña sustancia que parecía una resina debía ser lo que estaba moviendo el cuerpo de ese ser, como si de un traje se tratase. Aparentemente esa resina consiguió entrar en esa versión oscura de Bryan y fue creciendo hasta que finalmente lo mató, igual que un parásito. ¿Por qué entonces no se había liberado del resto del cascarón? Seguramente esa cosa quería conservar la mayor parte posible de su huésped para poder seguir usando sus poderes necrománticos o quizá lo necesitaba por otro motivo.

En cualquier caso, lo que sabía hasta ese momento era suficiente para deducir su identidad.

- Hola Esencia Mágica. - Saludó Bryan mirando a su atacante con odio: - ¿Esa es tu forma final o simplemente resultaste así por accidente? -

- No hay accidentes, solo nuestra libertad. Y no somos Esencia Mágica, somos entropía, somos el destino final. - Respondió el otro: - Nosotros somos invencibles. Tú en cambio eres el pasado. Eres débil. Nosotros somos el futuro. -

- Así que puedes hablar. - Dijo Bryan burlándose: - Pero por favor no digas “nosotros” así tan a la ligera, porque estoy seguro de que nunca habría elegido ser poseído por ti hasta ese punto. -

- Si lo hicimos. - Objetó el otro con una sonrisa burlona que se vio aterradora en esa cara que parecía una máscara: - Conseguimos esto cuando se cumplieron las condiciones. -

- ¿Qué “condiciones”? -

- Nos liberamos de nuestra debilidad. - Respondió el Otro extendiendo una de sus manos, donde llevaba un Anillo Espacial.

Entonces diez objetos aparecieron en fila en frente de Bryan: Eran cabezas cercenadas de personas, que estaban tan marchitas por el tiempo que no se podía distinguir sus rasgos originales, pero aún conservaban parte del cabello. Y de inmediato sus ojos se posaron en una que se destacaba en el centro de todas, por los mechones de color púrpura.

- Fanny… - Susurró Bryan con la voz quebrada y luego reconoció los cabellos de Emily y Phoebe a su costado. Entonces levantó vista hacia el otro y le preguntó sintiendo que la boca se le secaba por completo: - ¿Por qué las mataste? -

- Para liberarnos del miedo. - Respondió el Otro sin dejar de sonreír con un tono condescendiente, como si sus palabras fuesen algo evidente: - Para dejar atrás lo que nos retrasaba. Para librarnos de tú debilidad. -

- Estas loco. -

- No. Somos libres y poderosos, no tenemos miedo. Ahora eres débil y no lo entiendes, pero lo entenderás cuando te vuelvas Nosotros. -

- ¡Jamás me volveré como tú! -

- Te equivocas. - Respondió el otro negando con la cabeza: - Ya estas caminando nuestro camino. Es inevitable que seas Nosotros. Al final sólo puedes ser Nosotros. El Gran Nécora te atrapará. No puedes escapar de aquí. Y cuando el Putrefacto te libere de las dudas serás libre. Es inevitable. Nosotros somos tu futuro. -

- ¡Vete a la mierda! - Rugió Bryan furioso, reuniendo todo el odio de su corazón para dar un salto con una fuerza inusitada y descargando un terrible corte a una velocidad inconcebible, teniendo en cuenta lo herido que estaba.

Y su espada alcanzó al objetivo. Entonces, al igual que un botón de flor en pleno florecimiento, la cabeza del Otro se abrió con un tajo vertical, como si su rostro estuviera dividido en dos. Pero desde el interior surgió una increíble cantidad de largos tentáculos que parecían vasos sanguíneos cubiertos con mucosidad, que se retorcieron violentamente antes de atrapar a Bryan por el brazo y el cuello.

Era un trasformación demasiado profana. Y tras inmovilizar a su presa, la criatura comenzó a emitir un sonido un sonido horrible que era una tortura para cualquier oído humano y arriesgaba la integridad de su propio cerebro. Bryan quería resistirse, gritar e incluso vomitar. Pero no podía moverse ni decir nada, porque los tentáculos parecían tener la habilidad de paralizarlo al mismo tiempo que lo sujetaban.

- Ríndete y sé parte de Nosotros. - Dijo una voz proveniente de esa cosa maldita, mientras los tentáculos se extendían y enroscaban alrededor de su cuerpo, acercando poco a poco el rostro de Bryan hacia el origen de esos horrores, donde se distinguía una especie de boca llena de dientes afilados.

Desde el interior surgió una increíble cantidad de largos tentáculos que parecían vasos sanguíneos cubiertos con mucosidad, que se retorcieron violentamente

¡No puedo moverme, no puedo hacer nada!

- Solo sométete y deja de luchar. - Repitió la voz mientras colocaba el filo de su espada negra contra el cuello de Bryan de un modo amenazante: - Se parte de Nosotros. -

Pero Bryan había estado en frente del mismísimo Nécora, soportado su mirada y retorcida voluntad, y aun así consiguió resistir. Así que incluso frente a esta aberración espantosa que desafiaba sus sentidos, lo único en lo que pensaba era la posibilidad de que esta cosa fuese real y realmente lastimase a Fanny, Phoebe o Emily. La ira por la posibilidad de perderlas se convirtió en un fuego que consumió todo el miedo, el asco y el dolor que estaba sintiendo; hasta que sólo le quedó el deseo por destruir al enemigo en frente suyo.

Te advierto que las armas no te servirán ahí dentro, sólo la firmeza de tu espíritu.

- ¡Pues sea! - Consiguió murmurar Bryan mirando hacia la boca rodeada de tentáculos con una ira abrasadora: - Te diré lo mismo que le dije a esa puta deidad maligna. ¡Puedes matarme, pero nunca te dejaré destruirme! ¡No lo permitiré! ¡Y no vas a tocar a ninguna de mis mujeres! ¡Nunca! ¡Porque antes de que tengas la oportunidad…!  -

Y en ese momento, reuniendo toda su voluntad, Bryan levantó su mano para aferrar el arma de su enemigo. Entonces con un movimiento violento usó el filo para cortar su propio cuello al mismo tiempo que gritaba lo que pensaba serían sus últimas palabras: - ¡Antes prefiero morir! -

El entorno comenzó a dar vueltas y escuchó un grito furioso de la criatura, cuya ira le provocó cierta alegría. Luego sintió que estaba cayendo en una espiral espantosa, hasta que aterrizó en una superficie rocosa.

*****

Bryan abrió los ojos, estaba en el estrecho túnel por el que se había estado arrastrado. No tenía ninguna herida, tampoco llevaba sus armas y sus poderes mágicos estaban sellados.

Todo había sido una ilusión… o eso pensaba.

Porque por un segundo estuvo seguro de escuchar la voz de esa criatura asquerosa, el Otro Bryan, que le susurraba antes de desaparecer: - Nunca te librarás de Nosotros, Bryan. Siempre estaremos contigo, esperando el momento. -

- Puedes esperar sentado, hijo de mil putas. - Le contestó Bryan sobreponiéndose a todo lo que le había sucedido: - ¡Prefiero morir! ¡¿Escuchaste?! -

- Felicidades por pasar la prueba del Espíritu. - Dijo una voz a su costado.

Bryan volvió la cabeza alarmado y vio que el niño misterioso estaba acostado de espaldas, mirando al techo de piedra.

- ¡¿Qué mierda era esa cosa?! -

- No tienes que preocuparte. - Respondió el niño sin mirarlo: - Esa cosa era una posibilidad, pero ahora es bastante lejana. Para resumir: Es lo que habrías sido si hubieses dejado que Nécora te poseyese. -

- ¿No era real? - Preguntó Bryan aliviado.

- Pudo ser real y aun podría serlo si ellos llegan a capturarte. - Dijo el niño: - ¡Por eso tienes que salir de aquí ahora! -

Bryan quería preguntarle más, pero también quería marcharse lo más pronto posible, así que obedeció y continuó avanzando todo lo rápido que pudo en ese estrecho corredor. No fue sencillo porque, aunque no estaba herido, el agotamiento mental junto con el estrés que estaba sufriendo su psique en ese horrible lugar estaban cobrándole factura. Pero se concentró en los rostros de Fanny, Phoebe y Emily, así como en todos las personas que apreciaba en su mundo de origen para obtener fuerzas y obligarse a continuar.

El túnel comenzó a subir y ahora había fragmentos de rocas, polvo y otras cosas que dificultaban su avance, pero Bryan siguió moviéndose sin detenerse, aunque todo el cuerpo parecía pedirle un descanso. Incluso cuando el espacio entre el techo y el suelo se redujeron tanto como para obligarlo a volver el rostro a un costado para poder seguir avanzando.

Entonces vio algo que parecía ser una luz al final del túnel y eso lo reanimó un poco, aunque no demasiado, porque ya había aprendido que en ese lugar abundaban las desgracias y quizá simplemente estuviese por saltar de la sartén para caer el fuego. 

Finalmente terminó de arrastrarse y salió a lo que parecía ser un gran espacio cavernoso apenas iluminado. En el centro había un pozo de piedra hundida a unos veinte metros de profundidad al que se llegaba por una larga escalera de piedra.

En el interior del pozo podía ver una sustancia espantosa que resplandecía con una luz verdosa y se movía como si estuviese viva. Esta misma era la única fuente de iluminación y uno no necesitaba ser un mago para adivinar que tenía increíbles propiedades mágicas. Pero cuando Bryan vio este líquido, inevitablemente sintió una taque de escalofríos y nauseas que lo hicieron detenerse en seco.

El niño estaba parado en el borde de esta piscina, esperándolo.

- ¿Qué es esta cosa? -

- El Pozo de las Almas. - Respondió el niño suspirando: - Un artefacto del Mundo Antiguo que originalmente sirvió para grandes y nobles propósitos, pero que ahora está corrompido más allá de cualquier reparación posible. Sin embargo, aún puede ser de utilidad. -

El Pozo de las Almas

- ¿A qué te refieres? -

- Una vez que uno se introduce en este lugar pueden suceder tres cosas: La primera es que el alma de la persona es completamente destruida tanto en esta vida y en la otra; la segunda es que se es trasportado a un mundo completamente diferente independientemente del espacio o el tiempo; y la tercera es una muerte instantánea. -

- ¿De qué depende el resultado? -

- El azar, aunque la primera posibilidad suele ser la que mayormente ocurre. -

- …. -

- Debes entrar ahí. - Dijo finalmente el niño.

- ¡¿Qué?! -

- No hay tiempo. - Lo interrumpió el niño y señaló hacia lo alto de la escalera de piedra, donde poco después se escuchó el sonido de garras que trataban de abrirse paso a través de una puerta cerrada: - Solo hay dos maneras de salir de esta habitación. La primera es saltando en este pozo, la segunda es con ellos. Es tu decisión. -

Y tras decir esas palabras, el niño misterioso se desvaneció.

- ¡Mierda! - Gritó Bryan desesperado e intentó buscar otra salida.

Pero el niño tenía razón. El pasillo estrecho por el que llegó arrastrándose había desaparecido y la única puerta que veía era aquella detrás de la cual se escuchaban los sonidos de varias criaturas tratando de abrirse paso.

Y si de algo estaba seguro era que, en ese momento, incluso si sus poderes no estuviesen sellados, no había modo de que pudiese derrotar a ni siquiera una sola de esas cosas.

- ¡Carajo! ¡Mierda! ¡Maldición! - Exclamó Bryan finalmente: - ¡Nada de lo que me pase en el pozo será peor que lo que esos monstruos me harían si me atrapan! -

Y justo cuando la puerta de piedra se abría para dar paso a los horrores que lo perseguían, Bryan se arrojó en el misterioso líquido verdoso.

Repentinamente Bryan sintió que flotaba sin cuerpo, discurriendo primero entre las huestes de pesadilla que lo perseguían; y luego atravesó las paredes de piedra de la enorme pirámide, que ya no suponían ningún obstáculo para su avance.

La pirámide de Nécora

Por un instante contempló la ciudad espantosa que parecía desparramarse bajo sus ojos como una masa amorfa y espantosa, lo que provocó que comenzase a temblar aterrorizado.

Pero conforme su altura se incrementaba, la escena se fue reduciendo de tamaño y pudo contemplar el paisaje con algo menos de pavor. Poco a poco la masa de tierra fue tomando la forma de una esfera al mismo tiempo que Bryan se alejaba para introducirse en las sombras. A partir de entonces todo estuvo calmado y se quedó totalmente solo en ese lugar, que estaba más allá de las estrellas.

*****

En algún momento sintió algo duro en la mejilla y abrió los ojos. Se encontraba tirado en el espacio misterioso rodeado de neblina y el niño lo estaba mirando tranquilamente.

“¿Estoy muerto?” Preguntó con dificultad.

“Si. Realmente tuviste suerte.”

“¿Cómo es posible que morir me haga afortunado?”

“Tu viste a Nécora con tus propios ojos.” Respondió el niño pragmáticamente: “¿Acaso dudas que hay destinos mucho peores que la muerte?”

“Supongo que es cierto.” Dijo Bryan demasiado agotado como para discutir y se resignó a su destino, mientras se disculpaba con sus seres queridos. El dolor en su corazón era grande, así que decidió aprovechar que aún tenía algo de curiosidad y preguntó en parte para distraerse antes de desaparecer para siempre: “¿Cómo fue que terminé llegando a la dimensión de Nécora?”

“Hace mucho tiempo los Antiguos Necromantes, siempre ávidos de incrementar su poder sin ningún tipo de mesura o precaución, descubrieron un libro que no pudieron identificar y que estaba hecho con pieles humanas.” Explicó el niño: “En el interior alguien había registrado muchos encantamientos desconocidos de incalculable poder, que los llevó a convertirse en lo magos más poderosos de su tiempo.

Cegados por su codicia, continuaron profundizando en estas artes mágicas que se volvían cada vez más complicadas con el paso del tiempo. Y tal era su anhelo de poder que incluso comenzaron a realizar magias cuyo propósito ni siquiera comprendían.

Así es precisamente como funciona esa trampa.”

“¿Nécora escribió o mandó escribir el libro?”

“Exactamente. Con el pasar de los años muchos de ellos hicieron el mismo viaje que tú hiciste y terminaron perdiendo por completo su identidad para transformarse en marionetas humanas del putrefacto o directamente se volvieron locos.”

“¿Por qué Nécora necesita hacer eso?”

“Es complicado, pero en resumen los dioses antiguos colocaron barreras para evitar que las deidades más poderosas puedan intervenir como quieran en el mundo mortal. Pero a los dioses del vacío les encanta romper las reglas, o, mejor dicho, esa es su naturaleza. Aunque necesitan ayuda de los propios mortales para eso.”

“Ya veo” Respondió Bryan: “Pero me pregunto por qué quieren tanto intervenir con nosotros. Tengo que admitir que, luego de lo que he visto, tengo la impresión de que los mortales somos menos importantes que el polvo que pisan. Y reconozco que en comparación debo ser realmente insignificante.”

“No realmente.” Respondió el niño sonriendo: “Eres mucho más importante de lo que crees. Y la mejor prueba es lo que acaba de suceder: Un simple mortal acaba de bloquear la voluntad de semejante monstruo. Es cierto que fue algo casi accidental, pero una victoria es una victoria y es justo que lo celebres.

En cambio, si te hubieses dejado engañar por el espejismo del Cementerio de la Muerte y usado tu propia Fuerza Mental desde el principio, habrías terminado como esa visión oscura de ti mismo que viste: Un monstruo esclavizado que ni siquiera se da cuenta de que está siendo controlado. ¡Así de poderoso es ese ritual profano!

Pero no solamente te resististe, sino que soportaste la mirada de Nécora sin perder la cordura y en el momento decisivo decidiste luchar en lugar de rendirte. Y durante tu enfrentamiento con tu versión corrompida elegiste proteger a tus seres queridos en lugar de someterte para sobrevivir. Fuiste todo un hombre en ese momento.”

“Eso ultimo ocurrió gracias a que llegaste para salvarme.” Añadió Bryan agradecido.

“Tengo un enlace contigo que me permite ayudarte… Pero sólo si tú mismo te levantas y peleas.” Explicó el niño mirándolo de un modo curiosamente paternal: “Este fue enteramente tu triunfo. Puedes sentirte orgulloso.”

“Ahora que lo pienso, es la primera vez que te veo fuera de este lugar.” Comentó Bryan mirándolo desde el suelo e intentando levantarse sin éxito: “Antes solo te veía en sueños, pero luego dejaste de hablarme y pensé que te habías cansado de mí.”

“Nécora rompió muchas reglas al llevarte de ese modo. Yo simplemente las doblé para equilibrar las cosas.” Respondió el niño sonriendo: “Pero ya lo había hecho antes, cuando reconstruí tu cuerpo en el monumento de Ascanio Ítalo, por eso no podía volver a conversar contigo tan pronto. Pero valió la pena. Aquella fue tu primera gran aprueba.”

“Hablas de la Fuerza del Caos.” Dijo Bryan luego de una breve pausa.

“Así es. Ése es el poder que usan los dioses del vacío para corromperlo todo, desde la voluntad hasta la realidad.” Confirmó el niño sonriendo: “Aquella vez fuiste expuesto a una imitación de este poder y casi no lo consigues sin mi ayuda. Pero si no fuese por esa experiencia, ahora no habrías podido mantenerte cuerdo al sentir la verdadera, aunque apenas fue una pizca en la mirada de Nécora.”

“Me pareció que Nécora no podía verte.” Comentó Bryan con curiosidad.

“Ni debía hacerlo. Si hubiese sospechado por un instante que yo estaba ahí, es casi seguro que habría usado su poder y no sólo su mirada. Entonces sacarte de ahí con tu espíritu intacto habría sido bastante complicado”

“¡¿Más complicado todavía?!” Preguntó Bryan tratando de imaginar un desenlace que no terminase con su muerte, aunque el niño pronto lo desengañó.

“¡MUCHO más complicado! Y sobre todo terrible, porque incluso si conseguía rescatarte de algún modo, Nécora se interesaría por ti y a partir de entonces no habría una sola dimensión en donde pudieras descansar a salvo. Recuerda siempre que, mientras seas un mortal, la única estrategia que puedes usar cuando se trata de un Dios del Caos es el anonimato. ¡Que no se interese por tu existencia!”

“¿Por eso me hiciste saltar a ese pozo misterioso?”

“¡Muy bien!” Respondió el niño asintiendo: “Lo mejor que te podía suceder durante este evento es que Nécora se olvide que alguna vez te vio. Y creo que hemos tenido éxito con eso. Ahora, incluso si se interesa por tu destino, lo más seguro es que asuma que el Pozo de las Almas te destruyó por completo y no se pregunte más al respecto.

“¿En serio era necesario llegar tan lejos?”

“Es un dios antiguo de la Segunda Generación, Bryan” Dijo el niño mirándolo exasperado: “Ni siquiera tiene que hacer algo para lastimarte. ¡Basta con que lo piense para que te sucedan cosas terribles! ¡Incluso después de muerto!”

“¿Segunda Generación?” Preguntó Bryan curioso.

“Es complicado, quizá algún día te lo cuente cuando estés listo.”

“Ya veo.” Respondió Bryan con cierta indiferencia, porque estando a punto de desaparecer en la eternidad realmente no le parecía que necesitase saberlo. Trató de buscar las Puertas del Juicio, esas que aparecieron detrás del niño la última vez, pero no estaba en la mejor posición y tampoco era capaz de mover su cuello. De modo que se le ocurrió preguntar: “¿Puedes decirme al menos cómo sabías los secretos de esa pirámide?”

El niño se quedó en silencio por un momento y luego dijo con un suspiro: “Alguna vez fue un lugar hermoso conocido como la Pirámide de la Luna Creciente… Pero ahora es un lugar corrompido y maldito, como todo lo demás en esa tierra. Sin embargo, todavía permanecen algunos ecos de lo que fue.”

“Ya veo” Comentó Bryan y finalmente consiguió echarse de espaldas al suelo: “Entonces creo que me gustaría saber una última cosa.”

“¿A sí?”

“¿Cuál deidad eres tú?”

“No te andas por las ramas.”

“¡Vamos! ¡Por lo menos dime tu nombre al final.” Preguntó Bryan sonriendo: “Al menos quisiera dejar este mundo sabiendo el nombre de mi benefactor.”

“Como siempre he dicho, tú ya sabes quién soy.” Canturreó el niño misterioso: “Pero me resulta muy chistoso el que asumas que vas a quedarte muerto.”

“¿Qué?”

“Nécora violó muchas reglas al llevarte ahí.” Repitió el niño sonriendo con picardía: “Yo he doblado algunas para equilibrar las cosas… y aún no he terminado.”

“¿Quieres decir…?”

“Para empezar solamente tu alma fue trasportada, aunque entiendo que no lo pareciese en ese momento.” Explicó el niño con tono práctico: “La astro proyección tiene niveles, y las más poderosas a veces puede sentirse como si realmente estuvieses en carne. Pero tu cuerpo sigue en el Cementerio de la Muerte. Así que reunir tu alma nuevamente sigue siendo posible.”

“¡¿Cómo?!” Pregunto Bryan sin atreverse a creerlo: “Pero si claramente sentí el dolor y el agotamiento… ¡Ya veo! ¡Por eso el Desgarrador Sombrío se sentía tan diferente!”

“Así es Bryan.” Dijo el niño asintiendo: “Todo lo que experimentaste fue un viaje puramente espiritual. Así que no tienes que preocuparte por haber gastado Esencia de Sangre inútilmente.”

“Aun así, ha pasado mucho tiempo.” Objeto Bryan preocupado: “Quizá mi cuerpo ya murió por haber estado tanto tiempo privado de un alma.”

“Eso no es un problema.” Explicó el niño: En ciertos mundos y dimensiones el tiempo pasa de forma diferente: Hay lugares donde un segundo es el equivalente a varios años en el mundo mortal.

Y en este caso es lo opuesto, en la residencia de Nécora el tiempo transcurre mucho más rápido y unos segundos en el mundo mortal son una espantosa eternidad.

Así que en el Cementerio de la Muerte tu cuerpo permanece intacto y todavía no ha transcurrido una respiración.”

“¡…!”

“Ese es el mismo motivo por el cual te traje aquí primero.” Continuó explicando el niño: “Tu alma quedó bastante lastimada por haber sido expuesta al poder de Nécora, pero en la Antecámara del Misterio es posible que sanes mucho mejor que en otros lugares cuanto se trata de tu cuerpo espiritual. Así que puedes descansar bastante tranquilo, sabiendo que tienes todo el tiempo del mundo.”

“G-Gracias.” Alcanzó a balbucear Bryan sinceramente.

“Te has ganado un descanso y también habrá una agradable sorpresa cuando te despiertes” Dijo el niño sonriendo: “Esta es una rara ocasión en la que has hecho todo bien y ninguna de tus desgracias es realmente tu culpa. ¡Incluso pasaste la Prueba del Espíritu! Eso definitivamente le dará un impulso a tu Fuerza Mental.”

“Muchas gracias.” Repitió Bryan que al principio fue incapaz de asumir del todo las palabras del niño, pero cuando finalmente entendió que aún podía seguir viviendo el alivio lo invadió y por primera vez se dio cuenta de cuán agotado estaba. Aunque antes de sumirse en la completa inconsciencia se forzó a abrir los ojos una última vez para preguntar: “Me gustaría saber qué quieres a cambio de todo esto. ¿Para qué me necesitas exactamente? ¿Por qué me has ayudado tanto?”

“La lección de la prudencia ha sido bien aprendida.” Le respondió el niño sonriendo con ganas: “Pero tranquilo, no es que necesite que hagas nada por mí. Podría contarte más cosas, pero incluso si lo hago simplemente no estás listo para comprender y lo más seguro es que no me creyeses.

Sin embargo, porque has logrado la proeza de sobrevivir a esto… te diré una cosa.”

“¿Qué es?”

“Solo hay una cosa que espero de ti, joven Bryan.” Dijo el niño sonriendo y levantando un dedo con gesto teatral: “… Más”.

“¿Más?”

“Más, quiero que seas más.”

Y tras escuchar eso Bryan se sumió en la inconciencia.

Los Dioses Antiguos

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es 21 de diciembre del 2022 y Perú es un caso luego del Golpe de Estado más idiota de nuestra historia perpetrado por el presidente más idiota que hemos tenido, el cual sólo duro 1 hora con 40 minutos, porque hay un grupo de terroristas que no quieren perder sus cuotas de sobornos azuzando a la población para hacer saqueos y esas cosas. Por suerte la nación peruana sabe cómo hay que tratar con la chusma y en el momento en que comenzaron los disturbios se decretó Estado de Emergencia y las Fuerzas Armadas salieron a poner el orden como tiene que ser. Ahora esa turba está retrocediendo y cada día se capturan a más culpables. Así que, los saludo orgullosamente desde Perú, donde ponemos orden como se debe cuando es necesario hacerlo. ¡Viva la patria!

Bueno, este capítulo originalmente era mucho más corto, pero gracias a los consejos de Gabriel Morffes y Jaime Beltrán, los lectores del Beta, quienes me dieron buenas ideas, conseguí que fuese uno de los mejores capítulos que he escrito. La inspiración principal es Star Wars, concretamente uno de mis videojuegos favoritos, The Force Unleashed Sith Edition, de donde también saqué las imágenes para el Otro, la versión corrompida de Bryan si hubiese elegido la ruta del lado Oscuro.

Al principio pensaba hacer un breve enfrentamiento con Nécora, pero luego desistí completamente porque eso disminuiría ese sentimiento de que se trata de un ser demasiado poderoso y preferí que tuviese una actitud típica de villano “olvidándose de las hormigas”.

También quería aprovechar al máximo la atmósfera de terror cósmico, que básicamente se basa en que “hay horrores tan terribles que solo conocerlos es suficiente para caer en la locura”. Por eso también hice que al final el Otro tuviese una escena en la que le salen tentáculos de la cabeza, a la manera lovecraftiana.

Personalmente pienso que Lovecraft escribe terriblemente mal, ósea que es un mal redactor, pero no puedo negar que tiene conceptos bastante interesantes que encantan y demás ya son parte de la cultura popular. En ese sentido, su título de Maestro del horror está muy bien merecido y lo recomiendo mucho.

Ahora, siempre planeé que el niño misterioso rescatase a Bryan, pero dudé en cómo hacerlo. Finalmente decidí que su tema sería “la sutileza puede ser más terrible y aterradora que el poder evidente”. Por eso logra hacer tantas cosas con tan solo chasquear sus dedos, porque sus poderes son increíbles, pero pasan desapercibidos. Además, el hecho de que siempre este apareciendo y desapareciendo está inspirado en la película Men of Steal, en el que el holograma del padre de Superman guía a Luisa Lane por la nave para escapar y también en la película Matrix, en el que se da las instrucciones como si estuviesen en tiempo real. Muchos diálogos son en realidad parafraseo de esa primera película que fue tan buena.

En la conversación en el mundo de neblina nos enteramos de que Bryan nunca estuvo realmente físicamente en frente de nécora, lo cual tiene sentido porque Nécora lo quiere para ingresar al mundo mortal. En lugar de eso fue un tipo de astro proyección que en básicamente consiste en salir del cuerpo, peor hay niveles para este fenómeno: En el más bajo la persona sale como un ente sin cuerpo distinguible, en la segunda como un fantasma etéreo y, finalmente, en la tercera tiene la apariencia de su cuerpo físico, pero puede hacer cosas que sobrepasan esa naturaleza, aunque eso también implica riesgos espirituales. Este de hecho es el mismo método que usa el niño para traerlo al mundo de la neblina, solo que su versión es todavía más avanzada, porque tiene el control de las Puertas del Juicio.

Pero déjenme saber su opinión en los comentarios: ¿Te gustó el capítulo? ¿Qué opinas de los diálogos? ¿Qué te parecieron las imágenes? ¿Qué opinas de los eventos? ¿Te gustó la persecución? ¿Qué te pareció el modo en que el niño recató a Bryan? ¿Hubiese hecho algo diferente? ¿Qué te pareció la pelea tipo Luke con su otro yo en Dagobath? ¿Te gustó la influencia de lovecraft?

Como siempre te pido/suplico que, si deseas colaborar con donaciones para este humilde adaptador, uses mis enlaces de la cuenta Patreon que tengo para tal fin. También puedes señalar cualquier error ortográfico que se me haya pasado. Pero lo que más te agradecería, es que por favor compartas esta historia con más personas, así quizá un multimillonario la lea, le tome cariño y me regale una casa o un departamento.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo y les deseo a todos los lectores una muy Feliz Navidad y un Año Nuevo que sea mejor que el anterior!