67 Compartiendo los secretos de los enanos

Bryan permaneció en el Cementerio de la Muerte durante varios días y durante ese tiempo se dedicó por completo al estudio del libro "Magia Necromántica para Principiantes" mientras vigilaba que la “Cueva de los Espectros” continuase funcionando bien.


También utilizaba regularmente la misteriosa esfera verde que, a cambio de causarle un alto grado de dolor en el cerebro, le ayudaba a incrementar su Fuerza Mental a grandes rasgos. Hasta el momento no podía decir que había descubierto ni la mitad de las propiedades de este misterioso objeto mágico, aunque estaba muy seguro de que había sido creada en el Cementerio de la Muerte.


Sin embargo, con el pasar de los días Bryan comenzó a sentir que el rápido incremento de sus poderes mágicos empezaba a reducirse cuanto más utilizaba la esfera, hasta que fue evidente que estaba dejando de hacer efecto sobre él. No es que la esfera estuviese perdiendo sus poderes, sino que su propio cuerpo se estaba adaptando y muy pronto dejaría de hacerle efecto.


Un día, Bryan se puso a pensar en lo que podía hacer y decidió salir del Cementerio de la Muerte, aunque antes de irse no se olvidó de alimentar a la “Cueva de los Espectros” con su sangre y algo de Esencia Mágica.


Luego se dirigió al sitio donde se había encontrado con los enanos esa última vez y se puso a examinar los alrededores hasta que finalmente encontró algunos rastros que comenzó a seguir con mucho cuidado y en silencio.


Después de caminar un rato descubrió que la ruta de los enanos se detenía en la entrada de una cueva que había sido intencionalmente disimulada para mantenerla oculta. Las plantas que rodeaban los alrededores eran muy frondosas e incluso habían labrado el terreno ligeramente para que fuese más difícil de notar. Bryan nunca se hubiese dado cuenta de que había una cueva en ese lugar, si no fuese porque tuvo la suerte de que un enano apartó un grupo de plantas para salir en ese preciso momento.


Se quedó observando durante un rato, hasta que noto que un nuevo grupo de enanos se aproximaba a la entrada. Estaban armados con espadas y martillos de hierro e ingresaron apresuradamente. Más tarde vio a un par de enanos que salían de la cueva sosteniendo a un tercero que parecía haberse lesionado. Al entornar la mirada se dio cuenta de que el herido era Bennett, el enano que le había entregado el odre de cerveza.


En ese momento los oídos de Bryan percibieron un suave sonido de pisadas y supo de inmediato que una criatura mágica se aproximaba. Así que se ocultó sobre las ramas de un árbol y esperó. Poco después, vio que dos Lobos Cuchilla-Viento estaban aproximándose lentamente, olfateando de vez en cuando en busca de alguna presa.


Pensando que podía aprovechar esta circunstancia, Bryan actuó rápidamente y arrancó una de las ramas del árbol para arrojarla certeramente hasta los arbustos que ocultaban la cueva. El sonido atrajo inmediatamente la atención de los Lobos Cuchilla-Viento, que cambiaron de dirección y comenzaron a dirigirse de forma coordinada para acechar a los enanos.


Cuando Bennett y los otros dos enanos se dieron cuenta de que había algo moviéndose cerca de ellos ya era tarde para esconderse. Los Lobos Cuchilla-Viento salieron de la espesura y avanzaron con un inconfundible patrón de ataque en manada.


- ¡Oh maldita sea! Son Lobos Cuchilla-Viento. ¡Tenemos que darnos prisa y regresar a la cueva! - Bennett lanzó una queja involuntaria, pero se recuperó rápidamente de la impresión y opto por retirarse.


- No Bennett, hay muy poco espacio y demasiadas personas adentro. Si nos siguen a la cueva, podrán usar su viento cortante sin que podamos evadirlos y pondremos a todos en peligro. -  Uno de los enanos sacudió el martillo en su mano mientras respondía.


Bennett lo pensó por un momento y luego asintió: - Mm, tienes razón. Entonces… ¡Vamos a matarlos antes de que puedan encontrar la entrada! -


- No creo que llevemos las de ganar sólo con tres y contigo herido. Creo que es mejor dar la alarma para que los mineros salgan y nos ayuden. - Dijo el otro enano.


Justo en este momento, Bryan decidió que era hora de intervenir y rápidamente saltó del árbol en el que se ocultaba. Cayó al suelo con agilidad y comenzó a correr a gran velocidad. En cuanto salió de entre la maleza se precipitó hacia los Lobos Cuchilla-Viento, que estaban demasiado concentrados en sus presas y no esperaban un ataque como el suyo. El puñal en su mano brillo como un relámpago cuando lo arrojó directamente hacia una de las criaturas y luego cargo directamente contra el otro para enfrentarlo únicamente con sus manos desnudas.


El primero Lobo sintió la amenaza demasiado tarde y el puñal se incrustó profundamente en su cuerpo, pero su compañero alcanzo a darse vuelta y de inmediato arrojó una ráfaga afilada de viento mágico para cercenar a Bryan, quien aprovechó sus sentidos desarrollados para cambiar de dirección súbitamente y esquivar el ataque sin siquiera reducir su velocidad, con la misma gallardía que demuestra un torero profesional.


Pero el Lobo Cuchilla-Viento no parecía tener algún atisbo de duda o debilidad, más bien se lanzó al ataque con las fauces bien abiertas y exhibiendo su doble hilera de colmillos afilados. En respuesta Bryan alzó un brazo y su ballesta oculta lanzó un virote afilado directamente hacia la boca de la criatura, incrustándose profundamente en su garganta. El dolor hizo que lobo perdiera su ímpetu y se detuviese un momento, que Bryan aprovechó para lanzarle un golpe vertical directamente sobre la cabeza.


Entonces la mano de Bryan resplandeció y el Conjuro de Fuego-Glacial Místico hizo contacto con la piel de la bestia. El Lobo Cuchilla-Viento grito por el intenso dolor por unos segundos, antes de desplomarse definitivamente. Su cuerpo se había convertido en un sólido bloque de carne congelada hasta el punto que emanaba aire frío de su superficie.


Por su parte, los enanos habían cargado con todas sus fuerzas contra el otro Lobo, pero no parecían tener mucho éxito. Por más que blandían sus hachas no lograban acertar un golpe decisivo. Tal vez fuese porque uno de ellos estaba herido o porque su fuerza era muy inferior a la de Bryan, pero el hecho era que el lobo se les arreglaba para esquivar los golpes a pesar de tener un puñal incrustado en su cuerpo.


Desafortunadamente para el animal, estaba tan concentrado en esquivar los golpes de las hachas que no tuvo oportunidad contra la ballesta de Bryan. Un virote se le incrustó en el costado en pleno combate haciéndolo vacilar y finalmente cayó bajo la lluvia de golpes de los enanos.


- ¡Valiente amigo, nos has salvado de nuevo! ¿Cómo podemos agradecerte? - En cuanto los dos lobos fueron despachados, el lesionado Bennett al fin pudo mirar a su alrededor con tranquilidad y reconocer a Bryan. De inmediato le agradeció con efusividad.


Mientras despojaba a los lobos de su piel y sus núcleos mágicos, Bryan sonrió e hizo un gesto con la mano como para quitarle importancia al asunto: - No tienen que darme las gracias, yo estaba cazando a este par de lobos para empezar. ¡En realidad yo debería agradecerles, nobles enanos! ¡La ayuda de sus hachas es muy apreciada! -


- No es necesario seguir siendo formales, estimado amigo. Eh… ¿Acaso no vas a llevarte los cuerpos? - Uno de los enanos hablo con una expresión de asombro. Parecía desconcertado de ver que Bryan no mostraba interés en la carne de los Lobo Cuchilla-Viento.


- Sí, sólo necesito los núcleos y las pieles. Son lo único que puedo vender por un precio decente. -


- Entonces, amigo, ¿podríamos quedarnos con su carne? -


- Por supuesto, pero, ¿para que la quieren? No valen mucho dinero, aunque supongo que si la secan conservando algo de la grasa puede servir como combustible. -


- No, no, amigo. Si la trozas, la pones en salmuera y luego la preparas bien, la carne de los Lobos Cuchilla-Viento puede usarse para hacer comidas deliciosas. - Dijo Bennett mirándolo con una expresión divertida mientras le explicaba: - ¡De hecho para nosotros, la carne de los lobos es considerada una delicadeza muy suntuosa! -


Bryan también había comido la carne de los lobos anteriormente, cuando no le quedaba remedio, pero sin importar como la preparaba siempre le que quedaba seca y dura. No parecía el tipo de carne con la que se pudiese preparar una comida deliciosa. “Jamás hubiera pensado que los enanos estarían interesados en tenerla… aunque hay carnes como el corazón de vaca que saben mal pero que, adecuadamente aderezadas durante un día, pueden producir el mejor de los sabores. Aunque ya intenté algo parecido e igual sabia a mierda…” Bryan era escéptico a las explicaciones de Bennett, pero al final concluyó que no era extraño que los gustos de los enanos fueran tan diferentes, considerando que no eran humanos.


- Si gustan pueden quedarse con toda la carne. Y bien ¿Qué estaban haciendo? - Preguntó Bryan.


- Aquí cerca hay una cueva donde hemos descubierto minerales valiosos, como cobre o hierro de gran calidad, así que empezamos a convertirla en una mina. Pero es todo un problema, porque tiende a ser inestable y de vez en cuando hay derrumbes peligrosos donde caen grandes piedras del techo. La excavación se ha tornado muy peligrosa y difícil. También hemos tenido muchos heridos y eso ha retrasado las actividades mineras. Lamentablemente uno de nuestros hermanos murió aplastado el día de ayer sin que pudiéramos hacer nada. Incluso yo mismo acabo de ser lastimado cuando una roca me cayó encima y por eso tuve que salir. - Bennett parecía muy dispuesto a confiar en Bryan y ni siquiera vaciló en rebelar el secreto que los enanos habían tratado de ocultar por tanto tiempo.


Cuando se dieron cuenta, los compañeros de Bennett intentaron detenerlo, pero el agradecido enano ya había terminado de decir lo importante antes de que tuvieran la oportunidad de hacer nada. Al final solo pudieron suspirar mientras le lanzaban miradas recriminadoras por tener una lengua tan suelta.


- Ah, ya entiendo. Pues si no les importa, creo que puedo ayudarlos un poco con ese problema. Si me pongo a ello al menos les aseguro que podrán recolectar minerales sin poner en riesgo a sus mineros. - Bryan vio de inmediato que esta era una oportunidad que podía aprovechar y sonrió.


- No, es demasiado peligroso ahí dentro. Apenas a unos metros de profundidad ya están cayendo rocas sueltas y si un derrumbe generalizado te llegara a coger desprevenido, no podrías salir de ahí. - Le advirtió Bennett de buena fe.


- Eso no me preocupa porque no pienso hacerlo en persona. Aunque no lo parezca soy un Necromante y puedo invocar sirvientes que hagan trabajos peligrosos por mí. Las Criaturas Oscuras no están vivas en realidad, así que no me importaría perder algunas y volver a invocarlas luego. Si lo deseas puedo ordenar que unos cuantos esqueletos para hagan el trabajo por ustedes. - Respondió Bryan sin dejar de sonreír.


- ¡Oh, ya comprendo! ¡Creo que no es mala idea! Entonces espérame un momento mientras entro a discutirlo con los mineros para ver si están de acuerdo. - Bennett solo lo pensó un momento y luego sonrió. Luego regresó a la cueva con los dos enanos ayudándolo a caminar.


Al cabo de un rato, uno de los enanos volvió a salir apresurado y habló con Bryan en un tono muy cortés: - Noble amigo, estamos a compartir los secretos de esta mina con usted. ¡Por favor, entra y únete a nuestra excavación! -


¡Ajá, ya estamos progresando!” Pensó Bryan con euforia, pero no reveló sus sentimientos y lugar de eso hablo con mucho tacto: - Estoy agradecido por su confianza, es un placer trabajar con ustedes. -


Después de darle la autorización, el enano arrastro los cadáveres despellejados de los dos Lobos Cuchilla-Viento hasta la entrada de la cueva y con ayuda de Bryan apartó las plantas para despejar el acceso hacia la mina misteriosa.

Los enanos son expertos en la minería...

Nota del Traductor

Hola a todos soy acabcor de Perú. Donde hay racismo, pero nos ayuda a reírnos.

 

No, es en serio. Pero no se confundan, nuestro racismo no es como el norteamericano para nada. Primero no hay odio ni violencia, sino un deseo de burlarnos del otro que en el peor de los casos (muy raro) puede llegar a convertirse en menosprecio. Segundo, no es de blancos contra mestizos… ¡ES DE TODOS CONTRA TODOS! Blancos contra indios y negros, negros contra blancos e indios, indios contra todos y entre ellos mismos; y los selváticos se nos quedan mirando como diciendo “Estos estúpidos” y se ríen.

 

El racismo en el Perú es molesto… pero también nos da risa, porque de lo que se trata es de fastidiar a los otros con picardía y sarcasmo. De ahí mi frase inicial.

 

¿Qué tal este capítulo? El protagonista no puede pasarse un mes sin intrigar y seguir siendo él mismo. Curiosamente fue muy fácil traducir este texto, aunque tuve cambiar bastantes cosas. Pero al final fue uno de los menos extensos.

 

La pelea también fue sencilla de entender, aunque no fue tan fácil editarla. Como siempre la redundancia, que irónicamente dificultaba a entender que pasaba, estuvo presente para fastidiarme el día. Pero al final quedó.

 

Se aceptan sugerencias, por supuesto.

 

Para terminar, sepan que estuve leyendo una novela llamada “God of Slaughter” y me llamo la atención de que la historia se parece mucho a esta y el protagonista es básicamente Bryan. Empezaba a pensar que era otro caso de plagio de ideas así que solo la ojeaba, pero luego me pareció entretenida y entonces vi… ¡El Autor también es Ni Cang Tian!

 

La recomiendo mucho, aunque la traducción no es lo que yo… el punto es que es bueno. Eso sí, el sistema de magia y los poderes suenan mucho más complejos y un poco aburridos en comparación, al menos esa es mi opinión. Pero igual la recomiendo para gente que soporte una lectura complicada o no le importe obviar demasiado la información. Hay un poco de todo lo que ya hemos visto en The Great Demon King y es buena.

 

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