296 Peligro en el Horizonte

- Es extraño. - Dijo Bryan mirando a su alrededor en busca de cualquier Criatura Mágica que se ocultase en la espesura.

Acababa de dejar el Cementerio de la Muerte y la barrera que lo aislaba de la realidad. Así que lo primero que hizo fue concentrarse para sentir al Zombi Élite de Fuego y averiguar su estado, ya que podría convertirse en un recurso muy valioso en la misión que tenía por delante. Pero para su sorpresa, descubrió que la criatura seguía en gestación y no parecía dar muestras de estar listo pronto.

- Que extraño, el Zombi Élite de Tierra se demoró mucho menos y era la primera vez que lo intentaba. Con el de Fuego ya había perfeccionado el método, así que esperaba acortar su tiempo de desarrollo… ¿Será un efecto del Corazón de la Primera Llama? - Se preguntó Bryan preocupado.

En aquella ocasión el Zombi Elemental se había terminado fusionando con una especie de tesoro en forma de orbe en llamas. Bryan mismo no sabía qué era exactamente esa cosa, pero la Gran Maga Cabiria había estado dispuesta a arriesgar su vida para obtenerlo, así que seguramente era algo muy poderoso. Realmente quería ir ahora mismo para echar un vistazo… pero la Ifrit seguía ahí.

Corazón de la Primera Llama

Mejor no, es preferible no ir. Al menos no, a no ser que sea absolutamente necesario.” Se dijo Bryan suspirando mientras negaba con la cabeza: “Necesito tiempo, un tiempo que ahora mismo no tengo, para desarrollar una estrategia correcta antes de volver a lidiar con ese demonio de fuego… o hembra de demonio… ¡Lo que sea! Mejor será que de una vez me ponga a fabricar al Zombi Élite de Agua aprovechando que tengo los últimos materiales.

Una vez que se decidió, Bryan comenzó a volar directamente hasta la Ciudad de Zajoski, donde ingresó en secreto gracias a su nueva insignia de Sol Oscuro. Desde ahí tomó la Matriz de Transporte hacia la Ciudad de Valen. Normalmente hubiese viajado directamente desde la capital, pero los espías de Tiberio Claudio seguramente lo vigilaban en busca de cualquier evidencia, verdadera o inventada, que pudiese vincularlo con el Culto de Caelos. Por eso esta era una misión en la que prefería pasar completamente desapercibido.

Haciendo este rodeo a través del Cementerio de la Muerte les podría hacer creer a todos que todo el tiempo estuvo en su mansión. Aun así, por seguridad, usó su autoridad en secreto para ordenar a la Legión Grifón que no patrullase la cordillera de Kerlan durante 3 horas, a fin de que nadie pudiese identificarlo cuando viajase volando en la oscuridad de la noche. Así con todo, se demoró casi cinco días en llegar.

¿Debería ver a los Cancerberos?” Pensaba Bryan: “No, lo que tengo que hacer definitivamente va a fastidiar bastante a todos los poderes del Valle del Sol. Cuanto menos sepan ellos, es mejor… Pero quizá debería revisar desde lejos.

Al final decidió acercarse a la base e inmediatamente frunció el ceño al darse cuenta de algo: La presencia de Gilberto no se sentía cercana. Por algún motivo no estaba ahí. De inmediato Bryan se preocupó, porque los informes del Manto Oscuro decían claramente que todos los poderes importantes estaban ahora concentrados en el conflicto por la Mina de Mithril. Él había confiado en que Trunks tendría el buen juicio de no involucrarse, pero ahora tenía que asegurarse, porque si los Cancerberos estaban ahí, eso sería un gran problema para que pudiese llevar a cabo sus propios planes.

Para fortuna suya, sus Espectros Oscuros detectaron un grupo de personas conocidas cuando se acercaba a la entrada de la base. Ahí estaba Odiseo liderando a su equipo, junto con otros mercenarios. De modo que Bryan se acercó muy sigilosamente y mientras se mantenía oculto arrojó una piedra pequeña, pero cuyo sonido inmediatamente llamó la atención de la Arquera Nía.

Sabiendo que los elfos podían ver muy bien a larga distancia, Bryan sacó un momento la cabeza por detrás de las rocas para exponer su cara y poco después confirmó que Nía se acercaba a Odiseo para susurrarle al oído.

- Todos… voy a ocuparme de algo. Si no vuelvo en diez minutos es porque caí en una trampa y deben dar la alarma. - Dijo Odiseo: - Eneas y Gordon, vengan conmigo. -

Se ha vuelto un buen líder.” Pensó Bryan complacido: “Ha tenido en cuenta que podría ser alguien con un disfraz. Parece que ya tiene la experiencia necesaria para liderar al grupo. Así que incluso si Trunks no está, puedo dejar a los mercenarios en sus manos.

- ¡Mi Comandante! - Saludó Odiseo con una sonrisa en cuanto lo vio. También lo hicieron Gordon y Eneas, al mismo tiempo que soltaban las empuñaduras de sus armas.

- Veo que todo está bien. - Dijo Bryan devolviendo el saludo: - ¿Por qué estás aquí apostado y dónde está Gilberto? -

- El Capitán Trunks se encuentra actualmente en una misión y se llevó al señor Gilberto porque necesitaba fuerza de choque. - Explicó Odiseo rápidamente: - Pero la situación en el Valle del Sol es bastante tensa actualmente, así que el Capitán estaba muy preocupado porque ambos son nuestros combatientes más poderosos y no estarán aquí por varios días. Por eso nos mantenemos en estado de alerta constante. -

- ¡¿Qué misión es esa?! - Exclamó Bryan asustado: - ¡No será en la mina…! -

- Pierda cuidado. - Respondió Odiseo rápidamente con un gesto tranquilizador.

- Es cierto que Dalibor nos ha solicitado unirnos a su coalición. - Dijo Gordon: - También nos ofreció bastante oro… ¡Cinco veces más que a otros grupos! -

- Y en una ocasión lo hizo personalmente. - Añadió Eneas.

- Pero el Capitán Trunks siempre se negó porque los cuatro poderes están involucrados y encima están liderando a muchos grupos pequeños. - Aclaró Odiseo: - Son demasiadas cosas que podrían salir mal. -

- Hizo bien, todo indica que se trata de un desastre a punto de conjurarse. - Dijo Bryan suspirando aliviado: - Por ningún motivo quiero que alguno participe. De hecho, lo mejor es que durante los siguientes días nadie salga de la base. Da igual si nos cuesta perder algo de oro o rechazar algunas misiones. -

- Es lo mismo que dijo el Capitán. -

- Me quedo más tranquilo. Por cierto ¿qué misión fue la que tomó? -

- ¿El Capitán? -

- Exactamente. Si se llevó a Gilberto debe ser algo peligroso. -

- Se trata de una misión para escoltar a un grupo de mercaderes que pagaron bien. - Explicó Odiseo: - Es una zona peligrosa, pero no tanto si consideramos la fuerza de ambos. En realidad, el Capitán aceptó específicamente para que todos supiesen que no está, así Dalibor dejaría de insistir en reclutarnos. -

- Ya lo rechazamos tres veces. - Añadió Eneas: - Si volvíamos a rechazar otro ofrecimiento, quizá se sentiría ofendido. -

- Tiene sentido. Por cierto… - Dijo Bryan mientras se concentraba en las imágenes que le trasmitían sus Espectros Oscuros: - Noté muchas caras nuevas. Háblame de ellos. -

- Hace poco la Banda de Drakar comenzó una serie de acciones para vengarse de Falce Segador, la Casa de Menlo y la Tribu de Katar. Finalmente, el conflicto se convirtió en una guerra en toda regla, en la que moría gente en cada jornada e incluso a plena luz del día. - Contestó Odiseo: - Gracias a ti nosotros teníamos permiso de reclutar y así conseguimos reunir a muchos combatientes talentosos. -

El día a día en el Valle del Sol se volvió un auténtico pandemonio.

- La vida se hizo bastante difícil para todos los mercenarios que actuaban en solitario, sin un grupo que los vengase en caso de ser atacados. Pero unirse a una facción era lo mismo que unirse a la guerra. Porque como los cuatro poderes están tan debilitados, primero por la pelea nocturna y luego por los ataques, comenzaron a reclutar a los grupos más pequeños con la promesa de que los ayudarían luego de que ganaran la guerra. - Contó Gordon.

- Si es que ganan la guerra. - Añadió Bryan sarcásticamente.

- Exactamente, es parecido a gastar dinero que todavía no tienes. Antes de que nadie se diera cuenta, inclusive los cuatro poderes, la situación se convirtió en un pandemonio de pequeños conflictos, escaramuzas o ataques sorpresa, en la que nadie está muy seguro acerca de por qué, con quién o para quién está peleando. - Confirmó Eneas: - Los mercenarios más inteligentes entendieron que no conviene meterse en ese conflicto y querían mantenerse neutrales, pero… -

- Déjame adivinar. - Dijo Bryan: - No pensaban darles la opción. -

- Ahora los cuatro poderes siguen la misma política: “O estás con nosotros o estás contra nosotros.” - Asintió Odiseo: - Fue entonces que comenzamos a destacarnos. Porque de pronto todos sabían que los Cancerberos no están alineados con nadie en esta guerra, así que cuando anunciamos que buscábamos nuevos miembros… ¡Hasta los más talentosos prácticamente nos suplicaron que los aceptáramos! -

- Pero la Casa de Menlo, la Tribu de Katar y por supuesto Falce Segador saben que yo maté a Costel… ¿No les causaron problemas? -

- Todavía no saben dónde está nuestra base y están demasiado ocupados cuidándose de la Banda de Drakar. - Dijo Odiseo sonriendo: - En esas circunstancias lo último que quieren es darnos una excusa para que nos unamos a Dalibor de forma definitiva. -

- Y estos nuevos miembros… ¿Se ha confirmado que son de fiar? - Preguntó Bryan receloso.

- El Capitán Trunks los seleccionó cuidadosamente. -

- ¿Cuántos miembros tenemos ahora? -

- Quinientos setenta. Todos habilidosos combatientes. -

- Eso está bien. Muy bien. Casi hemos superado a la Tribu de Katar, no, creo que ya los hemos superado si consideramos sus últimas pérdidas.  - Dijo Bryan pensativo: - Pero recuerden esto: Dos personas pueden guardar para siempre un secreto, pero sólo cuando una de ellas está muerta. -

- ¿Qué significa? -

- Significa que hasta los mejores amigos a veces se van de boca. Y ahora tenemos muchos más integrantes que podrían revelar nuestra ubicación. Así que por si acaso deberían asumir que en algún momento nuestros enemigos sabrán en dónde estamos y vendrán a buscarnos. ¡Hagan preparativos para cuando llegue ese día! -

- ¿Usted cree? Pero hasta ahora todos han sido de fiar. -

- Espera lo mejor, pero planea para lo peor. - Recitó Bryan: - En cualquier caso, no hará daño reforzar nuestra guarida con trampas y otros artilugios. Bueno, ahora que he confirmado cómo están las cosas, me alegro mucho de haberme reunido con ustedes de este modo. ¡Definitivamente era una precaución necesaria! -

- Justo quería preguntarle… ¿Por qué no se anunció directamente? -

- Tengo algo que hacer en el Valle del Sol y es absolutamente vital que nadie se entere. Así que por ningún motivo quiero que sepan que estoy aquí. - Explicó Bryan seriamente: - Eso incluye a nuestros compañeros. ¡Solo ustedes cinco pueden saberlo! -

- ¿De qué se trata? ¿Podemos ayudarte? -

- Me temo que no porque es algo que solo puedo hacer yo. Además, cuando suceda, seguro que acabarán enterándose. - Dijo Bryan sonriendo: - Pero de momento es mejor que todos lo ignoren. Después de todo, si no lo sabes no necesitas mentir. Y para asegurarte de engañar a tus enemigos, la mejor forma es engañar primero a tus amigos.  -

- Es triste, pero cierto. - Asintió Gordon: - Eso nos lo enseñaron en la Legión. ¿Acaso estuvo sirviendo durante el tiempo que no lo vimos? -

- Estuve en la Legión Auxiliar número 19 -

- ¡Yo estuve en la 23! - Exclamó Gordon emocionado: - ¡Venceremos…! -

- … ¡Por la Gloria del Imperio! - Terminó Bryan riéndose: - Ya conversaremos al respecto en otra ocasión. Ahora tengo que irme de prisa.

Pero recuerden lo que dije. ¡No salgan de la base durante estos días! ¡Y por todos los dioses vigilen que nadie ni siquiera pronuncie la palabra Mithril! ¡Córtenle la cabeza al que desobedezca! -

- Entendido. - Asintieron los tres y se marcharon rápidamente porque casi se terminaban los diez minutos.

Muy bien, ahora que eso está asegurado… ¿Cómo debería proceder?” Se preguntó Bryan sonriendo mientras se alejaba en completo silencio en dirección al asentamiento principal del Valle del Sol.

*****

En el palacio del Príncipe Antonio.

- ¿Ya ha pasado un mes y todavía no lo encuentran? - Preguntó Tiberio Claudio con una expresión gélida que nunca presagiaba nada bueno.

- Excelencia, tiene que entender que con el incendio es muy difícil diferenciar un cadáver calcinado de otro… - Dijo uno de los Tribunos veteranos y que en ese momento asumía el papel de comandante de los hombres de Tiberio Claudio en la capital.

- El incendio no me importa, comandante. - Lo cortó el Gran Duque mirándolo con ojos relampagueantes: - ¡Quiero ver el cadáver de Marcio y de su ramera aquí, antes de que se acabe el día o asumiré que han fracasado! -

- ¡Tiene que estar muerto! ¡Los asesinos los vieron entrando a una tienda en llamas! -

- Déjeme ser claro. - Dijo Tiberio Claudio: - Para el momento en que termine el día voy a tener un cadáver frente a mis ojos… ¡sea de Marcio o el de usted! -

Justo en ese momento se abrió la puerta y entró un segundo hombre, que servía como lugarteniente del Tribuno.

- Excelencia, tengo malas noticias. - Dijo el recién llegado.

- ¡Habla! -

- Nuestros espías han encontrado un testigo que vio a un hombre vestido como oficial de la legión en las calles cercanas… Siendo ayudado por una mujer que coincide con la descripción, pues estaba herido en una pierna. -

La cara del Tribuno veterano se volvió pálida como la nieve al escuchar estas palabras. Mientras tanto Tiberio Claudio miró un instante a su comandante militar como si fuese un cerdo camino al matadero, pero luego volvió a fijarse en el lugarteniente y le instó a continuar con un gesto.

- Si esa persona es Marcio y el testigo no ha mentido… Entonces podemos asumir unos catorce lugares donde podría haberse ocultado, por lo menos dentro del rango que un legionario herido es capaz de recorrer. Pero ya ha pasado casi un mes, así que alguien tendría que haber visto a alguno de ellos. - El lugarteniente vaciló un instante antes de continuar: - En ese sector, sólo hay un lugar en donde no tenemos ojos y oídos. -

- La mansión de Alan de las Égadas, que es lo mismo que decir “el bastardo”, pues al final toda esa familia no es más que un coro de marionetas para mantener oculto a Lawrence. - Completó Tiberio Claudio y se volvió hacia el Tribuno que temblaba en silencio: - Dejaste que se te escaparan un hombre herido que no podía correr y una mujerzuela que nunca ha sostenido una espada en su vida. No contento con ello, me has hecho perder un mes de mi tiempo esperando inútilmente, mientras jugabas a reconstruir cadáveres calcinados. -

- Excelencia… ¡Yo le juro…! -

- Entrégame tu espada. - Exigió el Gran Duque extendiendo la mano.

El Tribuno vaciló un instante, pues su arma no solamente era para defenderse, sino un símbolo de la autoridad que había conseguido con todos esos años de esfuerzo y lealtad. Pero no podía rehusarse, así que se quitó la vaina de la cintura y se la ofreció al Gran Duque agachando la cabeza.

- Le pido que me disculpe por haberle fallado. - Dijo el Tribuno extendiendo ambas manos.

Pero en lugar de recibir toda el arma, Tiberio Claudio aferró la empuñadura con la mano derecha. Después, con un movimiento increíblemente veloz para alguien de su edad, desenvainó el arma, dio un giro y le abrió el cuello de un tajo al sorprendido Tribuno, quién no tuvo tiempo de reaccionar. El Gran Duque observó con expresión impasible como el hombre que le había servido durante más de veinticinco años se desangraba a sus pies hasta morir. Y en ningún momento desvió la mirada o dejó de fijarse en los ojos de su víctima, hasta que la vida finalmente lo abandonó.

- Acepto tus disculpas, comandante. - Dijo finalmente el Gran Duque y miró el arma con el que acababa de matar al Tribuno, se trataba de una espada personalizada con adornos de oro y plata finamente labrada, un lujo para cualquiera. Entonces se volvió lentamente hacia el lugarteniente, que se había quedado con la boca abierta por el miedo al ver lo que acababa de suceder con su superior directo: - Quiero que envíes un comunicado oficial a Alan de las Égadas, exigiendo que nos entreguen a los traidores que están alojando, pues han cometido crímenes contra la familia Claudia. -

El lugarteniente finalmente despertó de su estupor cuando un reflejo de luz en el filo de la espada en la mano del Gran Duque lo hizo parpadear. De inmediato respondió de forma apresurada, como alguien que sabe que su vida depende de ello: - ¡Ya lo hicimos, Excelencia! -

- ¿Y? -

- Afirman que en su casa no hay ningún criminal. Pero si queremos revisarla somos libres de hacerlo… con una orden del Senado. -

- ¡Ese maldito mocoso! - Exclamó furioso Tiberio Claudio y su mirada se llenó de odio: - Sabe que todavía no puedo tocar su vida y por eso cree que está a salvo. No me tiene miedo, por supuesto. Aunque eso se debe a que todavía no ha perdido lo suficiente como para aprender a tener miedo.

Pero eso está por cambiar. Quizá no puedo matarlo… a él. Pero ¿y los que son cercanos a ese bastardo? - Entonces el Gran Duque sonrió, luego se volvió hacia el lugarteniente aterrado y dijo: - Te daré instrucciones y tú lo organizarás todo. Será mejor que no me falles… comandante. -

Y el Gran Duque le entregó la espada del difunto Tribuno.

*****

En las Mil Cavernas del Monte Ordaz

El Gran Maestre Cándido sonreía mientras leía los informes que le llegaban. Bryan se había encerrado en su mansión durante tres días anunciando que se encontraba indispuesto y no salió de la propiedad en ningún momento, pero sus informantes no habían visto ni siquiera su sombra, así que lo más seguro es que ya se hubiese marchado al Valle del Sol.

- Realmente quisiera saber cómo lo hace, pero si lo fuerzo a contármelo… Es como tener un dragón viviendo en el jardín de tu casa. Por un lado, es majestuoso y asustará a todos los enemigos, pero por otro lado es terrible y si no tienes cuidado podría terminar matándote por accidente. - Dijo Cándido pensando en voz alta: - Y me quedó claro que sabe mucho más sobre esa Mina de Mithril de lo que dijo, pero estoy seguro de que no le hará daño al imperio, así que está bien. -

Lo cierto es que estuvo vigilando a Bryan más de cerca de lo que este sospechaba, y desde mucho antes de que le hablase por primera vez. Si ese joven quisiese podría haberse hecho poderoso más rápidamente uniéndose o formando su propio grupo criminal. No le faltaban los medios ni el valor para hacer cosas despreciables, pero siempre se contuvo y eligió el camino más largo y difícil: El de la meritocracia.

- Sabe bien que las personas que ama lo despreciarían si hiciese algo contra el imperio mismo. Es tan simple como eso. - Dijo Cándido suspirando: - Bryan parece querer poder a toda costa, pero en realidad eso es un medio para un fin. Y quizá el mismo no se ha dado cuenta de que su verdadero deseo, el principal motivador de sus ambiciones, es la búsqueda de amor. Quiere desesperadamente ser amado sinceramente por otros. Es por eso que hasta el momento no ha intentado forzar las cosas con esa profesora, como por ejemplo recurriendo al chantaje o las amenazas. Por eso tampoco se aprovechó de la espadachina cuando estaba afectada por las drogas. Ni tampoco usó los vínculos con Emily para acelerar su ascenso.

Además, es inteligente. Sabe que necesita el imperio para poder tener una esperanza de fundar un hogar, porque sin eso no tendrá ninguna seguridad que ofrecer tanto a sus amantes como a sus amigos. Pero también intuye que ser el emperador no le conviene, porque es demasiado sentimental para la política.

¡Así que lo dejaré ser! ¡Crece todo lo que quieras y forma un vínculo irrompible con esta nación! ¡De ese modo te volverás una fuerza imparable que nos ayudará a empujar a nuestro Imperio hasta nuevas alturas!  -

Cándido soltó una carcajada de auténtica alegría por lo bien que estaban saliendo sus planes. Muy pronto ocurriría. Ese maldito punto débil en su frontera que era la ciudad de Valderán finalmente tendría un gobernante lo bastante poderoso y competente que pondría a esa Liga en su lugar.

- La Liga Etolia no sabe lo que le espera. - Dijo con una sonrisa cruel.

Cándido en su escritorio.

Cándido dejó de reír y se acomodó en su escritorio para continuar trabajando. En ese momento una matriz mágica se activó y llegó un asistente trayéndole una nueva ronda de informes, así que comenzó a ojearlos… cuando de pronto algo llamó su atención.

- ¿La rata mayor se está moviendo? - Se preguntó con tono dubitativo.

Las “ratas” era un eufemismo para sus informantes inconscientes. Eran personas que tenían conexiones o formas de enterarse de información útil, así que servían como detectores de problemas. Si alguno de ellos actuaba de forma extraña, entonces algo importante y de lo que necesitaba enterarse estaba por suceder.

Y la “rata mayor” era el seudónimo que había preparado para Tiberio Claudio.

- Ese obsesivo de la nada ha decidido dirigirse al Senado a pesar de no tener una reunión importante, mostrándose en público ante todas las personas importantes de itálica como alguien que no tiene nada que ocultar… Lo cual significa que está intentando esconder algo. Además, el Tribuno que tiene como comandante no está escoltándolo. ¿Qué está tramando ahora mismo? -

Inmediatamente llamó a tres jefes de espionaje de diferentes secciones y se comunicó con los espías que tenía cerca de la casa del Duque. Como era de esperar tratándose del Gran Maestre Cándido, no le llevó mucho tiempo averiguar la verdad.

- Está intentando atacar directamente a Lawrence con un golpe bastante bajo. - Dijo Cándido pensando en voz alta en cuanto estuvo solo y recostándose cansadamente en su gran sillón: - Podría detenerlo, pero políticamente no puedo involucrarme en una pelea de sucesión. Y esto es realmente una pelea de sucesión. Aun así, me parece demasiado rastrero. ¿Debería por lo menos advertirle? -

Cándido cerró los ojos durante unos minutos para pensar y entonces el rostro de Bryan apareció en su mente.

- A fin de cuentas, ya son aliados formalmente. Y Bryan sigue siendo nominalmente mi protegido. Haré una excepción esta vez. - Decidió el Gran Maestre levantándose y escribiendo una nota que luego entregó a un asistente para después ordenarle: - Encárgate de que esto llegue a manos de Lawrence de las Égadas sin que nadie se entere. -

*****

En la residencia de la Familia Égadas.

- ¿Seis millones? ¡¿En serio fijó seis millones para el primer año?! -

- Eso es lo que escuché. - Asintió Alan: - La oficina del cuestor se volvió loca. ¿Cómo se le ocurre firmar un contrato para gastarse semejante fortuna en tan poco tiempo? ¿Está ese joven bien de la cabeza? -

- Demasiado bien. - Respondió Lawrence sonriendo con buena gana luego de recuperarse de la sorpresa: - Ese tonto de Mondego no tiene idea del monstruo que está provocando. ¡Es como poner una trampa para cazar un conejo y en su lugar atrapar una bestia sanguinaria! -

- ¿Tanto así? - Preguntó Alan: - Reconozco que es un joven extraordinario, y los dioses saben que lo hizo bien en ese duelo con Vlad Cerrón, pero el mundo financiero quizá no es su especialidad. De hecho, cuando por primera vez lo conocí estaba seguro de que únicamente te interesaba tenerlo como aliado por sus habilidades y me sentí tentado a emplear la misma estrategia de Mondego. Claro que no pensaba ofrecerle dinero, sino algo mucho más tangible. -

- ¿Y por qué no lo hiciste padre? - Preguntó Lawrence mirándolo divertido.

- Porque me pareció que estaba sinceramente interesado en tener algo parecido a una amistad contigo, sobre todo después del evento con el Senador Aurelio. - Dijo Alan luego de pensarlo un poco: - Aunque también reconozco… que mi intuición me dijo que ese joven no sería tentado con dinero. Como si no lo necesitase.

Es absurdo desde luego. Porque, aunque sea un mago talentoso sigue teniendo orígenes humildes. Pero es lo que me pareció percibir. -

- La intuición de mi padre nunca deja de asombrarme. - Asintió Lawrence soltando una risita maliciosa: - Recuerdo que el día en que lo conocí, Bryan arriesgó su vida por unas cuantas monedas de oro. Pero ni siquiera había pasado un año y ya estaba teniendo tratos de igual a igual con el Gremio Mercante de Bootz. ¡Incluso me consiguió un fragmento de mineral extremadamente raro! -

- ¿Hablas en serio? -

- Mondego es un hombre demasiado obsesionado por dinero. - Continuó explicando Lawrence luego de servirse otra copa de vino: - Su forma de lidiar con los problemas solo considera en enfoque financiero y no ve otras cosas. ¡Ya sé lo que dirás! Es lo bastante astuto como para haberse convertido en una pieza importante de la facción de Lucio, pero eso es más coincidencia que auténtica genialidad: Uno necesitaba un banquero y el otro necesitaba protección política para malversar. -

- Una cosa en la que es muy bueno, si es que tal adjetivo puede ser asociado con una actividad semejante. Pero es innegable que Mondego tiene una capacidad inigualable para evitar ser descubierto robando dinero. - Añadió Alan levantándose y tomando una botella nueva del armario de licores: - Debo haber hecho más de veinte investigaciones en su contra, pero ninguna consiguió hacer una acusación. ¡Así de bueno es ocultándose! - Entonces levantó la botella: - ¿Quieres probar un poco? Me lo regalaron hoy día. -

- ¿Quién te lo regaló? -

- Teseo, uno de mis nuevos secretarios. Dijo que lo consiguió en un concurso durante un paseo por la feria del Foro, pero con el incendio que hubo hace poco tengo que ponerlo en duda, porque no me cabe en la cabeza que alguien tenga tiempo para pensar en guardar una botella cuando corre el riesgo de ser tragado por las llamas… -

- ¿Qué es? -

- Es un Amaretto hecho con los huesos del albaricoque y amargo de almendras. -

- No gracias, sabes que no me gustan los tragos dulces. ¿Nos queda Vermú Blanco? -

- Me temo que no. - Suspiró Alan negando con la cabeza.

- Pero ¿qué están haciendo los sirvientes? - Se quejó Lawrence suspirando: - Últimamente no están realizando las compras a tiempo. - Y se estiró para tocar la campana.

- ¿Son ellos? ¿No será que últimamente bebes demasiado, Lawrence? - Bromeó Alan mientras se servía su bebida en un vaso de cristal: - Realmente quiero quejarme con tus padres por no educarte en el autocontrol con la bebida. -

- Estás hablando de ti, ¿verdad? Porque mi madre está en el piso de arriba y puedo contarle que la estás calumniando. - Respondió Lawrence con una sonrisa irónica.

- ¡Ah! ¡Traidor! -

En ese momento entró el sirviente que había sido llamado.

- ¿Llamó el joven señor? -

- Si, ¿tenemos un licor amargo? ¿Qué pasó con las reservas de Vermú Blanco? -

- Se terminaron la semana pasada, amo Lawrence. - Respondió el sirviente: - Últimamente los envíos se han reducido y la cantidad que podemos comprar es limitada. Pero nos quedan varias botellas de Borgoña. ¿Desea que le traiga una? -

- Por favor, recuerda con quién estás hablando. - Respondió Lawrence mirando al sirviente con el ceño fruncido: - ¿Crees que mi hermana Phoebe no me tiene reservado un envío cada mes? Confiesa, se olvidaron de hacer el pedido, ¿no es verdad? -

- Lo siento, amo Lawrence. - Respondió el sirviente bajando la cabeza: - No tengo excusa. -

- Que no vuelva a suceder o te venderé como esclavo a las minas. - Sentenció Lawrence mirando ceñudo a su sirviente, mientras que Alan soltaba una carcajada y comenzaba a beber: - Ahora tráeme una copa de Borgoña. -

- ¡Si amo! - Dijo el sirviente marchándose a toda prisa.

En cuanto estuvieron solos, Alan de las Égadas miró a su hijo y canturreó: - Lawrence recuerda que… -

- … Hay que ser firme, pero justo. - Completó Lawrence poniendo los ojos en blanco: - No te preocupes, solo estaba hablando por hablar. ¡No voy a venderlo por olvidar un pedido! -

- Ya veo. - Dijo Alan y bebió un trago más de su vino dulce: - Entonces, sigue hablándome de Bryan. ¿Por qué crees que ha pedido ese Crédito de seis millones? -

- Es una trampa para atraer a Mondego mientras que al mismo tiempo aprovecha para sacarle una gran suma de dinero. - Respondió Lawrence después de meditarlo un poco, y entonces añadió con una sonrisa: - Es muy difícil estar seguro, porque Bryan siempre juega a largo plazo y oculta muchas de sus cartas. Pero creo que esa es su intención general. -

- Sin embargo, esto te conviene bastante. -

- ¡Por supuesto! Mi hermano Lucio tiene talento natural para la violencia, pero es muy malo con los presupuestos, así que depende mucho del Conde Mondego. - Asintió Lawrence alegremente: - Te confieso que estaba pensando en manipular un poco a Bryan para que me ayudase a deshacerme de él en algún momento. Por fortuna el estúpido de mi hermano puso a su banquero directamente en rumbo de colisión con mi estimado amigo. -

- Y de paso te ahorras el tener que deberle un favor. - Dijo Alan sonriendo y luego añadió con una expresión astuta: - Si ese joven es como dices, entonces manipularlo siempre supondrá un gran riesgo. Podrías antagonizarlo. -

- Sé mantener un margen adecuado, padre. - Lo tranquilizó Lawrence: - Bryan y yo no tenemos motivos para ser enemigos. -

- No me refiero a eso. Hace poco mencionaste que Mondego solo piensa en términos financieros. Pues bien, ten cuidado de que no te pase algo parecido. No quiero que únicamente veas las cosas en términos políticos. -

- Si no tengo siempre la política presente, podría terminar muerto. - Objetó Lawrence mirando a su padre con cierto brillo de duda: - Después de todo, incluso mis amigos íntimos o hasta mis propios hijos podrían terminar asesinándome si cometo un error. Tal es el destino de quienes aspiran al trono del imperio. -

- Si, podrías ser asesinado. Pero también podrías resbalarte mañana en la bañera, caerte del caballo o enfermarte y estirar la pata. - Dijo Alan de las Égadas mirándolo tristemente: - Lawrence, nadie tiene garantizado el tiempo. Eso es lo que significa ser mortal. Por eso no olvides nunca que, aunque debes estar atento para sobrevivir, también es importante que consideres otras cosas que son tan importantes como tu vida. Tal vez incluso más. -

- ¿Te refieres al bien del Imperio? Sé que, como aristócrata, debo estar dispuesto a sacrificarlo todo por nuestra gloriosa nación. -

- Lo que dices también es cierto. - Asintió Alan: - Pero me refiero a algo un poco más elemental. Mira por ejemplo al Emperador Juliano. ¿Crees que es feliz? -

Lawrence lo pensó un momento y luego negó con la cabeza.

- Sin embargo, cumplió con su deber. Teóricamente siempre fue un ciudadano modelo. Se dedicó en cuerpo y alma por el bien del imperio. Incluso consiguió conservarse vivo hasta ahora, solo para mantener la estabilidad de nuestra nación. Entonces dime, ¿por qué crees que es infeliz? -

- Por los errores que cometió en su vida privada y la crianza de mis hermanos. -

- ¿Y qué has aprendido de ello? -

Lawrence tenía el presentimiento de que su padre quería decirle algo muy importante, pero por más que lo pensaba no podía descifrarlo. Así que miró a su padre mientras bajaba la cabeza y relajaba los hombros, como hacía siempre que admitía la derrota.

Alan de las Égadas se bebió lo que quedaba de su bebida y contestó con una sonrisa: - La felicidad no se trata solamente de “sobrevivir”, también es importante que puedas “vivir contigo mismo”. Así que por favor no hables tan a la ligera de manipular a una persona que se supone es amigo tuyo. No quiero que en el futuro tengas problemas para dormir por culpa de una conciencia atribulada. -

- Ya veo. - Respondió Lawrence sonriendo. A veces se concentraba tanto en el juego del poder, que no se daba cuenta cuando estaba descartando sus principios en función de la conveniencia. Pero en esos momentos siempre podía confiar en que su padre fuese la luz que le permitía encontrar el camino de regreso a su humanidad.

- Gracias, papá. - Susurró.

En ese momento se abrió la puerta y el sirviente regresó con una botella de vino Borgoña y después de servirle una copa, también le entregó una carta.

- ¿Qué es esto? -

- Un mensajero de su Maestro Cyrano vino con esta carta para usted. Lo invité a ingresar para anunciarlo, pero insistió en que debía irse de inmediato. -

- Ya veo, entonces puedes retirarte. -

El sirviente se marchó.

- ¿Quién te envía ese mensaje? - Preguntó Alan en voz alta mientras se servía otro vaso de licor dulce: - No creo que sea realmente del Maestro Cyrano. -

- Imposible, en el Jardín de las Delicias hay cientos de métodos para contactarme sin necesidad de que envíen un mensajero directamente. - Respondió Lawrence mientras le daba la espalda a su padre para acercarse a la ventana en busca de más luz: - Claramente es de alguien más… - Entonces miró lo que estaba escrito: - Mira, está encriptado, pero es un código militar así que debería poder descifrarlo. -

Lawrence estaba comenzando a descifrar el mensaje, cuando de repente escuchó el sonido de un cristal rompiéndose. Seguro era el vaso de su padre. De inmediato se dio la vuelta para hacer una broma acerca de la edad avanzada en relación con la resistencia al alcohol, cuando de pronto escuchó un ruido sordo.

Alan de las Égadas estaba tirado en el piso y su cuerpo convulsionaba de forma descontrolada.

- ¡Padre! - Gritó Lawrence horrorizado mientras soltaba el papel en sus manos y corría desesperado hacia el cuerpo de Alan: - ¡Auxilio! ¡Vengan rápido! -

Las puertas se abrieron de golpe y más de diez personas entre sirvientes y guardias ingresaron a toda prisa. Poco después llegó la madre de Lawrence seguida de sus esclavas, que fueron atraídas por el escándalo. Cuando vio a su esposo en el suelo, la madre arrojó un grito desgarrador que se escuchó en toda la mansión y corrió para auxiliarlo. Lawrence se levantó y ordenó que llamaran a un médico a toda velocidad.

En el suelo quedó tirado el mensaje que aún estaba a medio descifrar. Curiosamente había terminado deslizándose por el aire hasta llegar junto a los trozos del vaso del cual Alan de las Égadas estuvo bebiendo hasta hacía unos momentos.

*****

Bryan se encontraba agazapado sobre una roca mientras contemplaba el emplazamiento del Valle del Sol a la distancia. Su plan era ingresar sin ser detectado para reunir información, pero no sería sencillo porque la Banda de Drakar controlaba celosamente el acceso y salida de todos en el asentamiento, y esta era una política apoyada por todos los demás grupos de mercenarios, incluidos Falce Segador, la Casa de Menlo y la Tribu de Katar.

Afortunadamente un asentamiento de mercenarios, que además estaba perdido en medio de las montañas fronterizas, no tenía los recursos para mantener una compleja barrera mágica que cubriese todo el perímetro del poblado, incluso en casos de emergencia. Así que los mercenarios tenían que hacer guardias para mantener la vigilancia.

Pero con los Espectros Oscuros de su lado, Bryan podía encontrar fácilmente los agujeros en esta red de vigías. Además, en el Valle del Sol los magos se enfocaban principalmente en la magia ofensiva y prácticamente ninguno podía ejecutar los complejos conjuros que tal vez hubiesen podido lastimar o detectar a sus criaturas etéreas.

Finalmente llegó el momento. Bryan sonrió y concentró el poder de su Esencia Mágica al máximo para ejecutar el Paso Sombrío. En menos de una fracción de segundo había recorrido varios metros saltando de roca en roca, para finalmente pasar por encima del muro. Luego avanzó golpeando con sus pies sobre los techos de los dos únicos edificios de piedra y finalmente aterrizó en un callejón desierto. Unos instantes después se escuchó el atronador sonido que su movimiento produjo al cortar el aire y sonaron silbatos de alarma, pero para cuando los mercenarios llegaron a ver lo que sucedía, Bryan ya se había perdido entre las multitudes de personas que corrían a refugiarse en dirección contraria al estruendo que había provocado con su llegada.

Poco tiempo después, bien disfrazado con una capucha y algo de tierra en la cara, Bryan aprovechó para dirigirse al local de la señora donde una vez había comido con Phoebe. Para entonces ya era de noche y el lugar estaba repleto, pero como siempre valió la pena y así pudo volver a disfrutar de ese delicioso potaje espeso hecho con frijoles, chorizos, morcilla, tocino y muchos trozos de carne de res.

Luego se dirigió a la misma taberna donde aprendió los secretos de la Destreza Vulgar, pero esta vez no hizo nada que lo hiciese destacar y simplemente se mantuvo en un rincón, bebiendo cerveza de mala calidad despreocupadamente, mientras con sus oídos escuchaba las conversaciones de todos. Pasó una hora antes de que el alcohol hiciese que algunos comenzasen a hablar de cosas que generalmente se guardarían para sí mismos.

La base de los Cancerberos era un secreto todavía, pero todo el mundo quería saberlo, porque los cuatro poderes ofrecían dinero por la información, incluido Dalibor.

Es posible que ya nos vea como enemigos, pero todavía no se atreva a buscarnos la pelea.” Dedujo Bryan al escuchar esto.

Mas grupos comenzaron a llegar y nuevos rumores eran susurrados. Algo extraño pasaba en la Banda de Drakar, porque repentinamente habían dejado de aceptar nuevos miembros el día anterior, a pesar de que durante todos esos meses los poderes estuvieron reclutando de un modo casi desesperado y sin consideraciones.

Lo único que tendría que ocupar la mente de Dalibor es fortalecerse para el conflicto que ya es inminente. ¿Por qué dejaría de reclutar? Algo ha sucedido. Lo que sea que esté pasando en la Banda de Drakar también debe preocuparle bastante y por eso le dedica toda su atención. Debe ser algo que le de confianza en salir victorioso.” Pensó Bryan extrañado, mientras se preguntaba qué nueva carta tenía Dálibor en su arsenal: “¿Quizá sea algo relacionado con magia salvaje?

Las conversaciones continuaron un poco más y casi siempre el tema eran los problemas. Aparentemente aparecían personas muertas todos los días últimamente y el precio de los alimentos se había disparado porque casi no había comerciantes dispuestos a movilizarse por miedo a terminar siendo atacados. Y es que ahora no solamente los bandidos o los orcos eran una amenaza, sino que algunos mercenarios desesperados caían en la tentación de atacar las caravanas.

Parece que vine justo a tiempo, porque dentro de un mes podría haber sido demasiado tarde.” Asintió Bryan felicitándose por su buen juicio.

En ese momento se abrieron las puertas y tres personas ingresaron. Todos guardaron silencio de inmediato al reconocerlos, así que tenían que ser personajes importantes. Bryan solo necesitó darles un rápido vistazo para confirmar que eran miembros de Falce Segador. Sin embargo, ninguno de ellos tenía la expresión de seguridad presuntuosa que normalmente uno esperaría en un miembro de los cuatro poderes. Más bien se les veía cansados, estresados y sobre todo bastante asustados. Ninguno de ellos habló demasiado mientras se tomaban sus bebidas. Bryan ya estaba temiendo que no podría obtener algo de información, cuando de repente uno de ellos dijo una frase que apenas entendió.

- Esos malditos del Batallón Sagrado… -

- ¡Cierra la puta boca! - Exclamó uno de sus compañeros y este dejó de hablar al instante.

Luego los tres terminaron su bebida para después marcharse sin decir nada.

¿Batallón Sagrado? ¿Qué será eso?

Bryan esperó un poco más para que el número de borrachos se incrementase y así pudo retirarse con facilidad sin llamar la atención. Su siguiente destino fue la tienda del anciano malhumorado que servía como tapadera para la sede local del Manto Oscuro. Solo necesitó mostrar su insignia de Sol Oscuro una vez para obtener acceso completo a toda la información y también la autoridad sobre todos los espías.

- Necesito información sobre un término que no conozco. -

- ¿Cuál es, Maestro Bryan? -

- Batallón Sagrado. - Contestó Bryan.

- ¿Batallón Sagrado? Nunca he escuchado hablar de algo así, de modo que seguramente no es nada relacionado con el Valle del Sol. - Respondió el anciano: - Pero podemos hacer una solicitud a la sede principal para que nos envían la información si es que la tienen. -

- ¿Cuánto se demorarán en traerla? -

- Tres días. -

- La quiero en dos. - Ordenó Bryan tajante: - No me importa los medios. -

- ¿Hay algún tipo de datos que pueda darnos al respecto? - Pidió el anciano asustado - De ese modo podríamos acelerar la búsqueda. -

- Solo sé que tiene algo que ver con False Segador… - Comenzó a decir Bryan, pero entonces recordó lo que Cándido le había dicho antes de venir: Un grupo poderoso de combatientes, cuyos integrantes eran como mínimo Caballeros de la Tierra, estaban en camino. Entonces dijo: - Puede que ese Batallón Sagrado tenga algo que ver con el Templo de Idramón. -

- Entendido. -

Una vez terminado con eso, Bryan se dirigió hacia su Taberna Maldita. Este representó un problema porque el sitio estaba un poco alejado, así que tuvo que ser extra cuidadoso para no ser detectado, pero consiguió entrar sin ser visto y se dirigió hacia el pozo.

Ahí estaba el Kelpie, completamente desarrollado y montando guardia como debía. Además, toda corrupción remanente de los demonios Sanguisuga había desaparecido completamente. El Emplazamiento de Agua Extrema estaba en su mejor momento.

Bryan sonrió mientras preparaba los últimos ingredientes y ejecutó la matriz para la gestación del Zombi Élite de Agua.

- ¡Finalmente! - dijo emocionado mientas insertaba la Esencia Mágica en grandes cantidades para poner en funcionamiento el encantamiento y el agua en el interior del pozo comenzó a girar para producir un remolino vertiginoso cargado de relámpagos de poder maligno.

Después invocó al Pequeño Esqueleto, quien sólo necesitó dar un vistazo a lo que sucedía para asentir y pedirle que lo devolviese al Inframundo. Cuando lo volvió a invocar, su criatura venía trayendo a un Guerrero Zombi cuidadosamente seleccionado. Entonces Bryan colocó la Marca Oscura sobre su frente, igual que había hecho con los otros, y le ordenó introducirse dentro del remolino de agua, donde rápidamente desapareció de la vista para convertirse en el epicentro del vórtice mágico.

Todo el proceso demoró muy poco gracias a que los preparativos para la creación del Zombi Élite de Agua estaban bastante adelantados antes de comenzar. Además, Bryan había adquirido una considerable maestría en el uso de esta matriz en particular, así que muy pronto confirmó que no había ningún problema.

Y sabiendo que estaba completamente a salvo dentro de ese lugar, decidió permitirse una noche de merecido descanso.

*****

Bryan se despertó a primera hora antes del amanecer, pero no porque fuese su voluntad, sino porque algo que no esperaba acababa de suceder.

No puedo creerlo. Después de todo lo que hice para pasar desapercibido… ¿Cómo mierda ellos lograron encontrarme?” Pensó mientras se limpiaba la cara rápidamente para que no notasen que estaba sudando.

Sus Espectros Oscuros habían estado vigilando el perímetro y le avisaron que dos personas se encontraban paradas en el umbral de su puerta, justo en el límite de la Matriz del Escenario de Masacre, en donde su poder no podía afectarles.

Eran el Gran Mago Egon y la Alquimista Belinda del Culto de Caelos.

- Buenos días joven Bryan. - Dijo Egon sonriéndole en cuanto lo vio: - Quisimos saludarte en cuanto llegaste, pero nos pareció que sería descortés, así que decidimos esperar al día siguiente. Espero no importunarte. -

“¡¿Incluso saben cuándo llegué?!” Pensó Bryan alarmado, aunque por fuera mantenía una actitud impasible. “¿Tienen un modo de rastrearme en tiempo real? ¿Eso significa que también saben en dónde vivo? De otro modo, ¿cómo hicieron para encontrarme tan rápido? ¡Maldición! ¡Esto puede terminar arruinando todos mis planes!... Muy bien, respira un momento. Tienes que pensar ahora mismo.

Después de obligarse a recuperar la calma, Bryan usó la Esencia Mágica para potenciar sus sentidos al máximo y el tiempo pareció detenerse mientras se concentraba en observar a ese par. Egon estaba en frente, parado de un modo en que parcialmente ocultaba a la Alquimista Belinda. ¿Era simplemente para protegerla o tal vez se debía a algo más? Quizá la Alquimista tenía un artefacto mágico que podía detectar específicamente a Bryan o quizá era otra cosa.

No creo que hayan desarrollado un artefacto rastreador así de poderoso específicamente para mí, sobre todo porque ese tipo de magia requiere muchos años de esfuerzo. Eso significa que existen dos opciones: O el Culto de Caelos ya tenía un objeto mágico capaz de encontrar personas o aquí está pasando algo más.

La mente de Bryan se tranquilizó y se fijó en más detalles. Aunque Egon sonreía, había tenido mucho cuidado de mantenerse fuera del límite de la matriz defensiva, justo como la primera vez que visitó este lugar. Después recordó otros pequeños detalles y sonrió.

Ya veo, esto se trata de un truco. Están mintiendo, para variar. No saben realmente cómo fue que llegué aquí, sino que tienen a alguien vigilando mi Taberna día y noche. Quizá notaron los cambios en la energía mágica cuando activé la Matriz del Zombi Elite de Agua. ¡Así supieron que había regresado!

Pero no pueden ver el interior, por eso creen que activé el Escenario de una Masacre. Eso explica por qué están alertas a pesar de que esta es la segunda vez que vienen aquí.” Dedujo Bryan finalmente: “En cuanto a cómo supieron el día que llegué… quizá simplemente se trata de una conjetura acertada. Cuando lo pienso bien, no es difícil imaginar.

En efecto, el saludo de Egon había sido una treta para intimidar a Bryan desde el principio, haciéndole creer que sabían bastante sobre sus idas y venidas porque lo vigilaban todo el tiempo. Pero si realmente pudiesen rastrearlo como estaban dando a entender, alguno de ellos habría ido a buscarlo al Cementerio de la Muerte. Por supuesto que seguía existiendo la posibilidad de que realmente tuviesen un método completamente desconocido. Pero era estúpido asustarse por algo de lo que no estaba seguro.

- Buenos días, señor Egon. - Respondió Bryan cuando sus sentidos regresaron a la normalidad y volvió a percibir el tiempo como siempre: - No tengo ningún problema en recibir su visita. De hecho, ¿por qué no pasan a desayunar? Así podré demostrarles la cortesía que se merecen. -

- No muchas gracias. Estamos bien en este lugar - Respondió Egon y apenas pudo ocultar un gesto de decepción al ver que su táctica psicológica no había funcionado.

- Bueno, si no desean mi hospitalidad, ¿puedo saber el motivo de su visita? -

- Queremos felicitarte por despachar a nuestro enemigo común, el Gran Mago Costel. Durante años estuve personalmente interesado en matarlo, pero permitió que lo tomasen con la guardia baja hasta que te conoció. -

- Gracias. - Respondió Bryan lacónicamente y se le quedó mirando fijamente sin añadir nada más, para instarlo a ir directamente al punto.

- Bueno… Pero ahora que has matado a Costel, el Templo de Idramón te perseguirá hasta el fin del mundo. - Puntualizó Egon: - De hecho, me han llegado unos rumores que confirman mis peores temores por tu vida, joven necromante. -

- ¡Vaya! ¡¿Quién lo diría?! - Dijo Bryan con fingida sorpresa: - ¿Acaso enviarán por mí a la tátara tía de Sorin o al resto de su familia? -

- No. - Contestó Egon sin tomar en cuenta su ironía: - Enviarán por ti a un escuadrón perteneciente al Batallón Sagrado. -

- ¿El Batallón Sagrado? No me suena el término. - Dijo Bryan pretendiendo que no le importaba en lo más mínimo, pero por dentro apenas podía contener la expectativa.

Egon sonrió despectivamente antes de explicar: - El Batallón Sagrado son las tropas de élite del Templo de Idramón. Cada uno de ellos es entrenado para combatir prácticamente desde que nacen, así que son unas sabandijas muy resistentes. -

- ¿Y qué tienen de especiales? -

- Hacen votos especiales a su dios para recibir poderes que los hacen difíciles de matar, así que ni siquiera tú podrás matarlos fácilmente. - Explicó Egon y su expresión tembló un poco debido a lo mucho que le molestaba tener que hablar de los aspectos positivos de sus enemigos: - Honestamente… Son uno de los principales motivos por los cuales su templo es tan temido. Ni siquiera nosotros hemos podido exterminarlos. -

- ¡Maestro Egon! - Exclamó Belinda sorprendida de sus palabras.

- No tiene sentido mentirnos a nosotros mismos. - Le dijo Egon a la Alquimista: - Por lo menos todavía no lo hemos conseguido. - Entonces se volvió hacia Bryan: - Motivo por el cual he decidido venir a advertirte. El Templo de Idramón ha dado la orden al Batallón Sagrado para matarte, así que muy pronto estarán aquí por ti, joven necromante. -

- Entonces estos miembros del Batallón Sagrado deben ser individuos muy poderosos. Digo, si incluso alguien tan importante como usted me recomienda cuidarme de ellos. -

- Su poder individual es respetable, pero no es lo más importante. - Puntualizó Egon: - Es su molesta habilidad para luchar en equipo lo que los convierte en una fuerza increíblemente letal. Además, la bendición especial de su molesta deidad los protege. -

- ¿Bendición especial? -

- Una que les ha permitido sobrevivir a nuestra ira, por lo menos de momento. - Dijo Egon de forma cortante, dando a entender que no deseaba seguir hablando del Batallón Sagrado por lo mucho que lo detestaba: - Lo cual me lleva a extenderte nuevamente una mano amiga y una cuerda para tu salvación. ¡Ahora solamente el Culto de Caelos puede protegerte de la furia del Batallón Sagrado! ¡Únete a nosotros, joven Necromante para salvar tu vida y además tendrás todo aquello que tu corazón desee! -

- Muchas gracias por el ofrecimiento, pero debo declinar de nuevo. - Respondió Bryan sonriendo alegremente: - Sin embargo, no me da vergüenza admitir que me dio miedo su advertencia, señor Egon. Así que en cuanto ustedes se vayan voy a poner pies en polvorosa y escaparé rápidamente hacia los territorios del Imperio Itálico. -

Egon y Belinda lo miraron en silencio. Era evidente que su respuesta estaba lejos de ser satisfactoria e incluso la Alquimista tenía problemas para evitar que su frustración se mostrase por debajo de su velo. Pero cuando parecía que Belinda iba a decir algo, el Gran Mago interpuso su báculo frente a ella para detenerla y habló con una sonrisa.

- Muy bien, joven necromante. Dado que mi propuesta no te parece favorable, entonces te dejaremos. El Batallón Sagrado es de temer y tú eres un individuo demasiado valioso para nosotros, así que nos aliviará mucho saber que no estarás aquí cuando tus perseguidores lleguen. Sin embargo, el tiempo y la distancia nunca han sido suficientes para disuadir a los miembros del Templo de Idramón. Te advierto que ellos acabarán encontrándote. -

- Tomaré en serio sus palabras. -

- Será mejor para ti que lo hagas. - Dijo Egon asintiendo y luego habló con un brillo de astucia: - Cuando el día llegue, si llegas a necesitarlo, el Culto de Caelos estará ahí para brindarte una mano amiga. No lo olvides. -

- Muchas gracias por su ofrecimiento. - Respondió Bryan haciendo una inclinación cortés y luego se dio la vuelta para entrar en la Taberna, dando a entender que la entrevista entre ambos había terminado.

Sin embargo, justo cuando estaba por cruzar el umbral, escuchó la voz de Egon diciendo.

- Te deseo mucha suerte en tu gestión de la Ciudad de Valderán. -

Bryan se dio la vuelta como un resorte, pero Egon y Belinda ya habían desaparecido.

¡Malditos! ¡Deben tener espías en la capital! Y seguramente Tiberio Claudio también envió mi información al Templo de Idramón, así que bien podría terminar encontrándomelos en la ciudad de Valderán. Más vale que aprenda rápidamente todo acerca de ese Batallón Sagrado.

En cuanto formuló ese pensamiento abandonó inmediatamente la Taberna, dejándose ver claramente por si Egon y Belinda continuaban vigilándolo, para que así asumieran que estaba escapando. Luego se marchó directamente al refugio del Manto Oscuro, donde le informaron que la información solicitada había llegado.

Leerla no contribuyó a mejorar su humor.

Batallón Sagrado es un término que se emplea para toda aquella fuerza élite de combatientes que hagan un juramento ante una deidad a cambio de poder. En el caso del Batallón Sagrado del Templo de Idramón, está compuesto por siete mil guerreros especialistas en la táctica de la falange.

La Falange del Batallón Sagrado

Sus integrantes son enviados al templo en el momento de su nacimiento, cuando las estrellas de las constelaciones asociadas a la justicia están brillando al máximo.

Son educados en las artes del combate desde que pueden caminar y continuarán entrenando durante toda su vida.

Cuando cumplen quince años se les asigna un mentor de mayor edad, que se encarga de formarlo de forma minuciosa en todos los aspectos militares, religiosos y políticos de su orden. Este mentor no es un simple profesor, sino que actúa como Maestro, pues se encarga de enseñarle tanto a vivir como a sobrevivir. Es, a todas luces, lo más parecido a un padre que tienen los integrantes de esta orden militar, la cual dedica su vida entera a la protección del Templo y la erradicación de las fuerzas del mal.

Maestro y Aprendiz entrenan juntos hasta que sus movimientos están perfectamente coordinados. Finalmente, cuando el Aprendiz está listo, tanto él como su Maestro hacen el solemne juramento ante el altar del dios Idramón, de luchar lado a lado en el campo de batalla, sin retirarse nunca.

Naturalmente el alumno no quiere decepcionar a su maestro comportándose como un cobarde y el maestro no quiere verse despreciable frente a su aprendiz. Este vínculo prexistente Maestro/Aprendiz hace que el juramento de <<nunca rendirse>> se vuelva doblemente sagrado, lo que permite que el dios Idramón les otorgue una bendición especial, la cual incrementa su fuerza a niveles inimaginables cuando luchan en equipo.

Es por este motivo que se les dio el título de Batallón Sagrado.

- ¡Básicamente son la élite entre las fuerzas de élite! ¡Como si no tuviese suficiente con esos malditos Sardukar! - Exclamó Bryan enojado después de leer el texto: - Entonces esos Caballeros de la Tierra que se aproximan seguramente son parte del Batallón Sagrado.

La buena noticia es que no son todos. Tiene sentido. Aunque en el Templo de Idramón estén locos, ninguno es estúpido. No van a arriesgarse a mandar un grupo numeroso de sus mejores tropas tan lejos de su propio territorio y de sus aliados. - Suspiró un momento mientras examinaba algunos mapas, leía de nuevo los informes de los espías y finalmente dijo levantándose: - Tengo que revisar una última cosa. -

Bryan se puso el mejor disfraz que encontró en el refugio y luego salió a caminar tranquilamente por las calles del Valle del Sol, siempre cuidándose de parecer un transeúnte más que no se dirige a ningún lugar en específico. Así continuó avanzando hasta que llegó a la entrada de la Gran Caverna, donde todavía se encontraba la base de la Banda de Drakar.

Naturalmente la entrada estaba plagada de guardias y vigías, pero Bryan no estaba interesado en infiltrarse. Solo tuvo que observar durante unos segundos para confirmar sus sospechas.

Una barrera mágica avanzada cubre toda la Gran Caverna. Desde que murió Costel no conozco otro mago en el Valle del Sol a parte de Egon que sea capaz de lograr semejante hazaña. La Banda de Drakar está trabajando con el Culto de Caelos, pero si alguien se entera de esto y lo denuncia, el mundo entero los condenará como criminales de la peor especie. Es imposible que Dalibor no sepa esto. ¡Debe estar desesperado!

Desde que conoció a Egon y la fama del Culto de Caelos, Bryan siempre asumió que tenía que tener mucho cuidado con cualquier información que viniese de esa gente. Lo mejor era asumir que todo lo que le dijeran era mentira o tenía un siniestro significado oculto. Esta situación era una buena prueba de ello, pues el Gran Mago Oscuro le había dicho la verdad sobre la proximidad del Batallón Sagrado. Pero también intentó hacerle creer a Bryan que este grupo estaban viniendo en su búsqueda, todo con la intensión de presionarlo para que se uniese a ellos o por lo menos manipularlo para que acabase enfrentándose todavía más contra el Templo de Idramón.

Pero el objetivo del Batallón Sagrado debía ser los Sardukar del culto de Caelos. Tal y como dijo Cándido, seguramente intentarían matarlo si lo viesen, pero su propósito principal era asegurar la Mina de Mithril.

Muy pronto habría un enfrentamiento entre ambos.

- Y yo pienso ser el que más se beneficie de ello. - Susurró Bryan tranquilamente mientras regresaba al refugio del Manto Oscuro.

Durante los siguientes días se mantuvo concentrado en los informes de espionaje y el resto del tiempo se la pasaba meditando para tratar de superar el Reino Sanguinario de una buena vez. Pero no pasó mucho tiempo antes que volviese a moverse.

- ¡Está muerto! ¡Está muerto! -

Cierta mañana, la voz de una mujer histérica resonó con espantosa intensidad en el asentamiento y encontró eco en las montañas circundantes. Todo el mundo abrió la puerta de sus hogares o sacó la cabeza por la ventana para enterarse de lo que ocurría. Así fue como escucharon el interrogatorio de una vieja tabernera, cuyo esposo había desaparecido el día anterior. La mujer lo buscó desesperadamente sin éxito en el asentamiento, pero el perro de la casa acabó captando un olor familiar y guio a su confundida dueña a un lugar apartado entre las montañas, donde descubrió el más terrible espectáculo.

- ¡Lo han amarrado con cuerdas para extenderle los brazos! - Explicaba enloquecida a los mercenarios: - ¡Tiene la piel de la espalda cortada y extendida como unas alas espantosas! ¡Por todos los dioses, auxilio! ¡Hay monstruos rondando! ¡Ellos lo mataron! ¡Ellos lo mataron! ¡Los monstruos lo mataron! -

Al escuchar sus palabras muchos fueron a ver con sus propios ojos lo que narraba la mujer y luego se arrepintieron de ello. La noticia se esparció como un incendio por todo el asentamiento, aumentando aún más la tensión de sus habitantes.

Bryan se acercó disfrazado entre la multitud para observar. Un hombre con los dos brazos amarrados y sujetos por cuerdas para obligarlo a extenderlos estaba arrodillado desnudo sobre el suelo rocoso. Sus costillas habían sido extraídas y giradas en dirección contraria, formando junto con la piel las siniestras alas de las que tanto había oído.

Pese a que se trataba de un espectáculo terrible de ver, era evidente que quienes lo realizaron tenían un avanzado conocimiento de la anatomía humana y usaron herramientas de precisión. Porque incluso con un cadáver sería muy complicado cortar los músculos de la espalda, abrir la caja torácica, romper los omóplatos y finalmente extraer las costillas.

Y esto había sido hecho cuando la persona estaba todavía viva.

Bueno, si los Sardukar no estaban aquí cuando yo llegué… pues ahora lo están. Eso significa que todas las piezas se han reunido.” Pensó Bryan mirando fríamente el cadáver que por fin estaba siendo liberado de sus ataduras. Entonces susurró: - Voy a devolverles un poco del sufrimiento que te causaron. A cambio, reza un poco por mí desde el otro mundo, porque necesito toda la ayuda posible. -

Ritual del Águila de Sangre

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú. Hoy es miércoles 21 de junio del 2023.

Una de las costumbres en la Antigua Grecia más misteriosas, debido a los pocos detalles que sabemos al respecto, es la Pederastia. Hoy en día la palabra tiene la horrible connotación relacionada a la pedofilia, pero en aquellos tiempos (300 a.C.) el concepto era muy diferente. Quizá, el más cercano actualmente hablando, sea el de la Filantropía.

La idea de la Pederastia Griega era que un aristócrata adulto eligiese a un joven efebo entre los 15 y 18 años para volverse una especie de Maestro y Tutor Privado. El Adulto educaba al joven en las actividades más preciadas por los griegos: Gimnasia, Música, Poesía y Artes Marciales. Además, lo ayudaba a comprender los complejos rituales religiosos que existían en aquella época y básicamente le mostraba el camino para volverse un ciudadano ejemplar. Al final, el éxito del joven era de algún modo compartido por su maestro, que se volvía una especie de segundo padre.

Como verán, aunque la información al respecto es escasa, la situación es bastante parecida a lo que sucede hoy en día, cuando un hombre rico y exitoso decide patrocinar a un joven que considera talentoso, pagándole los estudios y formándolo para ser una persona notable en el futuro.

Lamentablemente, igual que hoy en día sucede con algunos “supuestos filántropos” que adoptan o protegen niños con la excusa de ayudarlos, cuando en realidad buscan satisfacer perversos impulsos; en la Grecia Antigua ocurría algo parecido, como menciona Platón en “El Banquete”, su libro en donde discute muchos asuntos importantes, como precisamente la naturaleza del amor.

El filósofo cuenta que algunos hombres de Atenas estaban acosando a jóvenes hermosos, no para enseñarles sino para eso otro. Platón añade que por esto los padres tenían que contratar guardaespaldas que vigilasen a sus hijos.

Fue este detalle lo que terminó impulsando que la palabra Pederastia “querer a los niños” adquiriese su actual connotación “deseo sexual por los niños”. Y es que la palabra “Amor” o “Eros” en la Antigua Grecia no significaba lo mismo que hoy en día, por eso nunca debe leerse de forma literal. Pero ya hablaré de eso en otro momento.

La relación Maestro y Aprendiz solo la conocemos con cierto detalle en Atenas, pero también ocurría en todas las ciudades griegas. Se consideraba algo exclusivo de los ciudadanos aristocráticos y tenía mucho que ver con el honor y la guerra.

Ahora bien, en la ciudad de Tebas (la de Grecia, no la de Egipto) existía un grupo de 300 soldados que únicamente estaba conformado por Maestros y Aprendices, los cuales entrenaban como compañeros en la Falange hasta coordinar perfectamente sus movimientos. Finalmente juraban por los dioses que combatirían junto a su compañero hasta la muerte. El juramento era doblemente sagrado porque no solo estaban unidos por pertenecer a la misma unidad, sino que además eran Maestro y Aprendiz: El Maestro no quería quedar mal frente a su pupilo y el Aprendiz no quería decepcionar a su Segundo Padre. De modo que cuando peleaban, eran realmente formidables.

Este fue el Batallón Sagrado de Tebas, que existió en realidad y en el que me inspiré para las descripciones del Batallón Sagrado del Templo de Idramón. Como habrán notado, apenas le he agregado algo y prácticamente usé el concepto real.

El mayor logro del Batallón Sagrado de Tebas, fue derrotar a los afamados espartanos que hasta entonces se consideraban los mejores soldados del mundo. Pero los Tebanos, pese a estar en inferioridad numérica, lograron derrotarlos en 2 batallas y acabaron así para siempre con el poder de Esparta.

Cuando Filipo II de Macedonia luchó para conquistar Tebas, se enfrentó con esta unidad. Y el primer gran logro de su hijo, el Príncipe Alejandro III, que luego sería conocido como Alejandro Magno, fue derrotar a esta temible unidad con un ataque sorpresa de caballería.

Cabe agregar que los miembros del Batallón Sagrado fueron leales a su juramento y continuaron combatiendo hasta que el último de ellos se murió. Filipo II quedó tan impresionado por el valor de estos hombres, que decretó una pena de muerte para cualquiera que se atreviese a insinuar que existía algo de deshonesto o despreciable al referirse al Batallón Sagrado de Tebas.

Lamentablemente, por culpa de una pésima y muy arbitraria interpretación de ciertas traducciones algunas personas increíblemente estúpidas, que a pesar de no ser ni historiadores ni expertos en interpretar el griego, han querido vender en internet la idea de que los miembros del Batallón Sagrado eran un grupo de amantes homosexuales que iban a la guerra.

¿Por qué la idea es estúpida? Bueno, dejando de lado el hecho de que los griegos no eran tan tolerantes con las personas homosexuales como se ha querido dar a entender, la idea no solamente es una muestra de una profunda ignorancia sobre la sociedad griega, sino que es una falta de respeto a los propios homosexuales que vivieron en aquellos esos tiempos. Y es que, considerando la diferencia de edades, para que realmente fuesen amantes en el sentido actual de la palabra, esos hombres no solamente tendrían que ser homosexuales, sino también pedófilos o por lo menos viejos verdes.

Estadísticamente no es imposible que alguno lo fuese… ¿pero 300? Creo que me equivoqué y la palabra estúpido no es apropiada para describir a esta gente supuestamente “entendida” pero que interpreta griego antiguo con Google Traslate. Mejor usaré “idiotas malintencionados”.

La cosa empeora cuando uno aprende que muchas ciudades de la época, incluso algunas como Cartago, que no era griega sino fenicia, también crearon un Batallón Sagrado en sus propios ejércitos, imitando al de Tebas. Así que eso baja a 0 las posibilidades estadísticas.

Pero dejando de lado a los académicos mediocres, por favor deja tu opinión en los comentarios: ¿Qué te pareció este capítulo? ¿Te gustó el concepto del Batallón Sagrado? ¿Conocías a este histórico grupo de guerreros? ¿Qué te pareció la corta intervención de Tiberio Claudio? ¿Qué sentiste al leer la escena de Cándido y lo que sucedió con el padre de Lawrence? ¿Te gustaron los diálogos y el pequeño enfrentamiento deductivo entre Bryan y Egon? ¿Qué opinas de las imágenes? ¿Te gustó como Bryan se comportó en este capítulo?

Lamento decir que el próximo capítulo no será un episodio tan largo porque… bueno, primero porque no todos pueden serlo, pero también porque he tenido algunos problemas de salud un poco serios y me ha dificultado trabajar. Con suerte me recuperaré pronto.

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