235 Mar de Fuego

Otro rugido aterrador resonó repentinamente, pero esta vez vino acompañado con una poderosa onda de choque que destrozo el terreno circundante. Una nueva oleada de lava emergió de la tierra, expandiéndose rápidamente y terminando de destrozar lo que quedaba de naturaleza. Las rocas estallaban por el intenso calor, parte de la cordillera se derrumbó y nubes de humo toxico lo inundaban todo.

Al mismo tiempo, la energía de una poderosa entidad comenzó a brotar en el epicentro de esta marea de lava y la intención asesina aumentó tanto, que casi era palpable.

En semejantes circunstancias, Bryan no quería arriesgarse, así que llamó de vuelta a sus Espectros Oscuros, pues temía perderlos si la criatura que emitía esa energía realizaba algún tipo de magia. De modo que los mantuvo a su costado y comenzó a volar con toda la velocidad que podía para aumentar su distancia del mar de lava que se estaba extendiendo en todas direcciones.

Pero alejarse del peligro resultó más difícil de lo que pensaba. Porque los Arcontes Ígneos reanudaron su ataque contra el Cíclope con una fiereza increíble, como si la voluntad que los controlaba les hubiese otorgado un incremento de energía. El Cíclope trató de defenderse, pero la cantidad de lava alrededor suyo se había acumulado demasiado como para poder ignorarla incluso con su gran resistencia física, y además había estado huyendo, lo que significaba que les dio la espalda a sus atacantes. Las bolas de lava cayeron sobre el gigante como meteoritos, provocando terribles salpicaduras y golpes espantosos. El Cíclope comenzó a correr aleatoriamente tratando de esquivar o por lo menos librarse un poco de esta nueva presión, pero naturalmente todos estos ataques y movimientos de seres tan grandes provocaron un auténtico alud de temblores e impactos de todo tipo, que afectaban a todos los que se encontraban cerca. El propio Bryan consiguió a duras penas esquivar unas gotas de lava que volaron en su dirección como si fuesen una lluvia letal y únicamente lo consiguió gracias a que tenía los ojos extra de los Espectros Oscuros.

Sin embargo, la batalla de los gigantes continuó sin importarles el caos que estuviesen causando. Porque con el incremento del territorio bañado por la lava, también parecía haberse incrementado la velocidad de movimiento de los diez Arcontes Ígneos. Incluso parecían tener nuevas formas de trasladarse rápidamente, porque dos de ellos se deshicieron repentinamente, pero luego sus cuerpos reaparecieron delante del Cíclope, cortándole el paso.

Sin embargo, este era todavía más alto y voluminoso que sus adversarios, también poseía una fuerza física superior. Repentinamente el Cíclope blandió la enorme roca que sujetaba usando sus dos brazos de un modo particular, con el que provocó una onda expansiva de aire lo bastante fuerte como para rechazar los ataques de los Arcontes Ígneos.

Bryan sin embargo no pudo apreciarlo porque la misma onda expansiva naturalmente lo afectó más, y lo mandó a volar varios metros sin poder detenerse. Necesitó de todas sus fuerzas para no terminar estrellándose contra la lava ardiente o los escombros de la devastación.

Cuando finalmente consiguió estabilizarse en el aire y pudo prestar atención a lo que ocurría, descubrió que el Cíclope parecía haber usado alguna clase de habilidad mágica, porque su fuerza se había incrementado aún más. Ahora cada uno de sus golpes era tan poderoso que provocaba auténticos torbellinos de lava que le llegaban hasta la cintura con cada movimiento. Además, su piel estaba resplandeciendo y las heridas que tenía estaban regenerándose rápidamente.

Sin embargo, Bryan comenzaba a tener dificultades para ver la pelea debido a que, naturalmente, un incendio forestal mucho más grande que el que provocó Gilberto se había desatado, provocando humaredas que hacían muy difícil respirar o ver. También era cierto que el magma no dejaba de expandirse y ahora ni siquiera podía ver en dónde terminaba.

Es mejor retroceder” Pensó Bryan e inmediatamente levitó hacia atrás.

Un instante después escuchó un nuevo estruendo y poco después una enorme roca al rojo vivo impactó en el sitio en que acababa de estar, desatando una lluvia de chispas y llamas letales. Bryan estaba a punto de apresurar su huida, cuando notó un resplandor extraño en la roca que había estado a punto de matarlo.

¡No puede ser! ¡Eso es Cristal Fotiá!” Se dijo Bryan eufórico al ver que en un costado de la piedra brillaba un cuarzo con el color del atardecer. Se trataba de un elemento muy valioso para la Alquimia y que seguramente lo ayudaría bastante a refinar sus armas.

Inmediatamente Bryan extendió una mano e invocó la llama púrpura del Conjuro de Fuego Glacial Místico. Sin embargo, no lo hizo muy concentrado porque sabía que, si la temperatura a su alrededor bajaba demasiado rápido, provocaría reacciones adversas debido a la dilatación térmica. Por suerte no estaba usando agua o alguna otra sustancia fría, sino magia, así que podía controlar las reacciones hasta cierto punto.

Bryan se rodeó con una capa muy débil del fuego púrpura, pero luego fue expandiendo su territorio hasta envolver la roca deseaba obtener. Esta comenzó a emitir un vapor ácido muy denso y su superficie se agrietó, pero por lo menos no le estalló en la cara.

Con mucho cuidado, Bryan continuó haciendo movimientos circulares con sus manos y enviando hebras de fuego congelante sobre la roca, como si fuese una araña envolviendo a su presa. Poco a poco consiguió que la temperatura disminuyese gradualmente hasta que finalmente dejó de brillar al rojo vivo. En ese momento se parecía más a una roca ordinaria, pero que contenía el tesoro que deseaba.

Bryan sonrió maléficamente y comenzó a romper la roca para extraer un cristal anaranjado de su interior, que luego colocó dentro de su Anillo Espacial. 

Es una pena que no tenga más. Este Cristal Fotiá me ayudaría mucho a ahorrarme procesos alquímicos y aumentará mis posibilidades de éxito en el refuerzo de armas mágicas.” Pensaba Bryan emocionado.

Y es que, tanto en este mundo como en el de Chu Can Lan, se dependía bastante de las armas mágicas para tener la supremacía militar. El arma correcta podía significar toda diferencia entre la victoria y la derrota, pues con ella se podían desatar rápidamente poderosos encantamientos en medio de una batalla.

Naturalmente la debilidad universal de todos las armas mágicas era el fuego, porque resultaba muy difícil fortalecer a un metal para que fuese resistente a cada una de las clases de llamas mágicas o las diferentes temperaturas. Este era un problema al que nadie había encontrado solución y parecía que, sin importar cuan bueno fuese el herrero, siempre habría algún tipo de fuego a determinada intensidad, que dañaría o incluso destruiría hasta el arma más poderosa.

Pero cuando se fabricaba una aleación con el Cristal Fotiá, este adquiría la capacidad de soportar muchos tipos de fuego sin llegar a quebrarse o fundirse. ¡Era el equivalente a inmunizar el arma contra el 70 % de los Conjuros o Encantamientos que podrían destruirla!

*****

En ese momento hubo otra explosión producto de la pelea entre gigantes y otro trozo de roca ardiente cayó de los cielos como si fuese un meteorito para terminar impactando bastante cerca de donde se encontraba la doncella del Caballo Alado.

Cabe mencionar que estas alturas el Dragón, la Maga de Fuego, el Gorila Plateado y la Doncella ya eran conscientes de que los otros estaban ahí. Y es que el caos que había traído el incendio del mar de lava, junto con la violenta batalla que se desarrollaba, resultaron demasiado grandes como para que pudiesen mantenerse ocultos.

Pero en ese momento todos estaban más preocupados por no terminar involucrados en la conflagración o esquivando las gotas de lava, así que ninguno tuvo tiempo de reaccionar a la presencia del otro.

La roca que acababa de impactar llevaba consigo más Cristal Fotiá y por eso estaba más caliente que el resto de pedruscos ardientes alrededor. La doncella ya tenía algunos problemas para soportar el inmenso calor debido a la proximidad de la lava. Tampoco ayudaba que llevase puesta esa armadura de metal tan ceñida.

De modo que la joven levantó la visera de su casco para dejar salir algo de calor y Bryan pudo confirmar lo que ya sospechaba: Esta doncella era dueña de un rostro increíblemente hermoso, con rasgos que eran bastante finos y una cara ligeramente ovalada. Tenía labios carnosos, pero no demasiado. Poseía unos ojos bastante profundos, intensos, casi felinos. Lucía un cuello esbelto, largo, de aquellos con los que se suele asociar a la realeza.

La doncella se veía joven pero no inmadura, como si poseyese una sabiduría muy superior a la que correspondía por su edad. También había rastros de una cierta melancolía en su mirada, propia de quienes han conocido penurias en su pasado, pero esta tristeza no reducía en nada su belleza, sino que la ensalzaba.

En general ella transmitía una sensación de seriedad y autocontrol, pero además un poco de misterio. Era como si fuese un mar en perfecta calma, que repentinamente podía volverse peligroso e ingobernable, según su voluntad. Y en ese momento, el sudor que comenzaba a caer por su frente estaba agregando un delicioso toque de sensualidad a todo este maravilloso conjunto.

Bryan sintió que perdía el aliento por un instante al contemplar a aquella mujer, que en ese momento le pareció el más fantástico contraste de vida y misterio, de luz y de sombras. No pudo evitar pensar: “¡Dioses! ¡Es maravillosa! ¡¿Por qué alguien tan hermosa se ve tan solitaria?!

Sin embargo, un segundo después Bryan sacudió la cabeza para despejar su ensueño: “Unos gigantes están luchando, un mar de lava se aproximaba y un demonio dormido está despertando… ¡No es el momento de quedarse embobado!

Luego miró a su objetivo, el Cristal de Fotiá, y levitó lentamente en esa dirección.

- ¡Alto! ¡¿Quién eres y qué buscas?! -

Naturalmente la doncella del Corcel Alado lo detectó rápidamente en cuanto se acercó. Bryan ni siquiera intentó esconder su presencia porque sabía que nunca podría burlar los sentidos de la bestia divina que ella montaba. Por eso su mejor y único movimiento posible era aproximarse de frente. Además, lo hizo mostrando sus manos abiertas, como signo de que no quería luchar.

Pese a todo, la mirada de la doncella era fría y afilada como una espada.

- Buenas tardes. - Dijo Bryan inclinando ligeramente la cabeza al mismo tiempo que se detenía en el aire y a una distancia prudencial.

En el mundo en que vivía había muchas personas armadas. Ya fuesen porque eran soldados cumpliendo su deber, mercaderes con miedo de ser atracados o porque realmente se tratase de personas con malas intenciones; el hecho era que muchos tipos de personas caminaban con sus espadas, dagas o cuchillos encima, sin importarles si era de día o de noche. Además, para protegerse del frío muchos usaban capas que ocultaban, de forma intencional o no, las armas que pudiesen llevar.

Tal circunstancia creaba un curioso problema: ¿Cómo saber que la persona caminando hacia ti, muy probablemente armado debajo de sus ropas, no tenía intenciones de atacarte repentinamente? ¿Cómo saber que no era un enemigo?

Para solucionar el problema (aunque fuese en parte) se creó una curiosa serie de protocolos sociales, los cuales era muy importantes sobre todo entre los aristócratas. Decir siempre “Buenos Días, Buenas Tardes o Buenas Noches” a un desconocido con el que se hablaba por primera vez, era un modo de afirmar de forma indirecta “Te deseo bienestar y no tengo malas intenciones”. Del mismo modo, despedirse diciendo esta misma frase, incluso cuando se acababa de tener una fuerte discusión, era una forma de decir “Puedes irte con seguridad, porque te deseo bienestar y no tengo intención de atacarte, aunque esté enojado.

¿Por qué un simple saludo podía ser tan importante? Porque en realidad encerraba una bendición. Al decir “Buenos días” realmente uno estaba diciendo “Deseo que los dioses te concedan buenaventura en este día.

Si un individuo pedía el favor de los dioses para una persona, pero luego la atacaba, estaba cometiendo un terrible sacrilegio, porque era lo mismo que decir “Apuesto a que puedo dañarlo, aunque haya pedido a los dioses que lo protejan”. Del mismo modo, atacar a alguien que acababa de bendecirte, era un crimen abominable incluso entre los más malvados.

Por supuesto que había personas miserables que no tenían miedo de los dioses o respeto por las leyes y la moral. La Doncella del Caballo Alado debía saberlo, porque no relajó su vigilancia. Pero el saludo formal de Bryan ayudó a reducir en gran parte la agresividad inicial que transmitía su mirada e incluso le hizo un leve gesto para que continuase hablando, aunque no dejó de estar atenta a cada uno de sus movimientos.

- No quiero incomodar a vuesa merced. - Dijo Bryan pronunciando cada palabra con mucho cuidado: - Solo quiero apoderarme del mineral en esa roca. Si usted también desea este mineral, me retiraré de inmediato. No quiero ningún enfrentamiento en contra suya. -

El hermoso rostro de la doncella era un enigma. Sus largas pestañas se batieron por un momento, pero no dejó de mirar a Bryan durante un minuto entero que pareció eterno. Dos gotas de sudor resbalaron por sus bellísimas mejillas hasta llegar a su cuello y de ahí se perdieron en su armadura, dejando tras sí unas pequeñísimas hileras debido al calor.  Pero la doncella no dejó que su mirada se apartase de Bryan, como si quisiese detectar hasta la menor incoherencia en sus palabras por medio de su apariencia.

El propio Bryan estaba teniendo problemas. Tenía que mantener una apariencia de completa seriedad, pero era difícil porque podía oler el delicioso aroma de la doncella y francamente era embriagante. El perfume a base de lirios se mezclaba maravillosamente con la exudación natural de ese cuerpo femenino en el que le hubiese encantado perderse. Sin embargo, se obligaba a su mismo a mantener la compostura y tenía a sus cuatro Espectros Oscuros atentos para detectar el menor movimiento o gesto de hostilidad. 

Si ella intentaba atacarle, golpearía primero utilizando todos sus poderes mágicos.

De repente la joven volteó la vista hacia su izquierda, donde estaba la roca con Cristal Fotiá. Fue tan solo un momento y luego su mirada volvió a fijarse en Bryan, como si no quisiese darle ninguna oportunidad de atacarla por sorpresa.

Para fortuna de ambos, la doncella pareció decidir que no le interesaba luchar por el material y asintió una vez con la cabeza mientras señalaba hacia la roca, provocando que su cabello color bronce ondease una vez de forma magnífica. Luego agitó una vez las riendas de oro que sujetaba y el Caballo Alado batió sus alas para elevarse hacia el cielo, al mismo tiempo que retrocedía lentamente.

Bryan inclinó su cabeza una vez para darle las gracias. Luego comenzó a levitar lentamente hacia la roca que tenía el cristal, sin dejar de mirar en todo momento a la doncella del Caballo Alado como si también desconfiase de ella.

Sin embargo, cuando llegó a su destino se volvió para concentrarse en su trabajo.

Darle la espalda a un desconocido en semejantes circunstancias sería tomado como un gran riesgo para cualquiera. También se podía interpretar como que Bryan había decidido confiar en el honor de esta misteriosa damisela y en que no cometería la perfidia de atacarlo a traición. Ella debió entenderlo así, porque las comisuras de sus labios se doblaron para formar una hermosa sonrisa y su mirada pareció transmitir varias cosas por unos segundos: Una leve ternura por la confianza y posible ingenuidad de Bryan. Tristeza por el dolor que seguramente le causaría esta actitud confiada en el futuro. Incluso un poco de respeto por su valor en hablarle de ese modo y luego dar por hecho que ella no lo lastimaría.

Ella no podía saber que en ese momento estaba completamente rodeada por los Espectros Oscuros, que registraban todos y cada uno de sus movimientos. Bryan incluso podía contar cada gota de sudor que resbalaba por su hermoso rostro. Así que era imposible que la doncella hiciese un movimiento para atacarlo sin que él lo supiese.

Naturalmente también se dio cuenta de su mirada y comprendió que acababa de darle una falsa impresión de honestidad ingenua. Pero en ese momento eso le convenía y no tenía intenciones de sacar a la doncella de su error. Aunque si se sintió un poquito culpable.

Sin embargo, en ese momento el tesoro frente a sus ojos era más importante. La roca que había caído esta vez era el doble de grande que la anterior y Bryan esperaba obtener más materiales. Así que comenzó el proceso de enfriamiento, moviendo lentamente sus manos para desatar una serie de llamas congelantes que eran tan delgadas como un cabello humano. De ese modo la temperatura a su alrededor comenzó a bajar a un ritmo controlado. Luego Bryan procedió a utilizar unas llamas similares sobre la roca que quería enfriar hasta poder manipularla.

La doncella del Caballo Alado no había dejado de observarlo a la distancia y sus ojos se abrieron con asombro al ver la magia de Bryan. Que unas llamas bajasen la temperatura era algo que iba contra el sentido común en todo el continente Vathýs, pero acababa de suceder en frente de sus ojos.

Sin embargo, lo inesperado parecía estar a la orden del día. Porque repentinamente el Caballo Alado comenzó a moverse sin que su hermosa jinete se lo ordenase. En realidad, las temperaturas altas no eran del agrado de esta Bestia Divina, pero se había mantenido tranquila únicamente porque la doncella sabía cómo controlarlo. Pero las llamas púrpuras de Fuego Glacial Místico crearon un ambiente fresco en medio del infierno abrasador en que se encontraban, así que el animal no pudo resistir la tentación.

Así, mientras Bryan se encontraba ocupado rompiendo la roca para extraer lentamente el Cristal Fotiá, el Caballo Alado se acercó trotando alegremente aún en el aire. Bryan notó esto y pensó que podía tratarse de un inminente ataque, así que preparó su Desgarrador Sombrío disimuladamente. Pero luego se dio cuenta de que la doncella en realidad parecía sorprendida de las acciones de su bestia y aferraba con fuerza a las riendas de oro para hacer que se alejase. Pese a todo, el Caballo Alado seguía luchando por permanecer en medio de esas hebras de fuego púrpura.

Bryan esperó a que la jinete y su montura estuviesen lo bastante cerca, como para que notarlos no pareciese sospechoso. Entonces levantó la vista fingiendo sorpresa, pero luego le sonrió amablemente para indicar que entendía sus circunstancias y que no se estaba acercando con mala voluntad.

- ¡Gracias! - Dijo la mujer caballero con un voz suave pero deliciosamente profunda. Luego ella le devolvió la sonrisa y entonces pareció como si de pronto hubiesen florecido cientos de tulipanes aún en medio de ese entorno de escombros, lava y fuego.

- De nada. - Respondió Bryan y volvió a concentrarse en extraer el material, enviando hebras de fuego púrpura de vez en cuando, para mantener baja la temperatura. Ya no volvió a mirar directamente a la hermosa doncella.

*****

Mientras tanto el violento combate entre el Ciclope y los Arcontes Ígneos no se había detenido, aunque por fortuna los gigantes se habían alejado de la posición de Bryan. Sin embargo, de vez en cuando provocaban terribles ondas expansivas de aire caliente o que cayesen trozos de rocas y magma ardientes. Era muy difícil distinguir lo que estaba pasando debido a la velocidad caótica en que se desarrollaba el enfrentamiento, pero parecía que el Cíclope estaba tratando de alejarse progresivamente, mientras que los Arcontes Ígneos intentaban obligarlo a introducirse más en el mar de lava para que encontrase ahí su final.

Pese a todo, los ataques del gigante de un solo ojo eran los más violentos. También doblaba en tamaño a los Arcontes Ígneos. Y con su reciente incremento de poder estaba consiguiendo destruirlos más rápido de lo que ellos podían regenerarse. Sin embargo, la lucha también le estaba cobrando su precio al Cíclope, porque a pesar de su gran resistencia y el poder obtenido con su habilidad secreta, ya había grandes zonas en el cuerpo que parecían escaldadas y sangraban. De hecho, cada vez que el Cíclope hacía alguna pausa para recuperar aliento, también aprovechaba para soltar unos aullidos de dolor.

La tensión era aún más grande porque para entonces todos sabían que había una entidad aún más poderosa en el mar de magma, que seguía sin revelarse. De vez en cuando el Cíclope desviaba la mirada en esa dirección e intentaba alejarse, pero los Arcontes Ígneos no se lo permitían.

Debajo de su barrera, la Gran Maga de Fuego observaba lo que sucedía con una sonrisa codiciosa y parecía estar esperando algo. Estaba tan concentrada en lo que quería, que ignoraba por completo la situación de sus asistentes, los cuales temblaban aterrorizados. Ya quedaba muy poco de la apariencia pulcra e intelectual de esas personas, que ahora se veían sudorosos, despeinados e incluso había algunos que sangraban por haberse golpeado la cabeza durante los temblores. ¿Quién podría decir cuáles fueron las promesas, expectativas o ilusiones que los llevaron a acompañar a esa Gran Maga hasta las profundidades del Bosque Oscuro? Definitivamente no parecían haber esperado estar contemplando esta lucha espantosa de gigantes, mientras un mar de lava se aproximaba inexorablemente y una presencia demoníaca lo envolvía todo.

Por su parte el enorme Gorila Plateado se movía de un lado a otro con impaciencia. Su pelaje metálico lo volvía inmune a las gotas de magma que de vez en cuando caían en su dirección y no parecía temer al fuego o el humo, aunque tampoco lo disfrutaba.

La expresión hambrienta en su rostro se había acentuado bastante, no dejaba de lanzar miradas intensas hacia el centro del mar de lava y era evidente por sus gruñidos que se encontraba luchando para mantenerse en su sitio en lugar de correr hacia lo que deseaba.

*****

Cuando la batalla parecía estar a punto de volver a estancarse, el aterrador rugido de la criatura misteriosa volvió resonar por encima del estruendo que hacían los gigantes al pelear. Este bramido no solamente traía consigo el deseo de matar, sino que incluso transmitía su furia contra los Arcontes Ígneos, como si estuviese reprochándoles su incompetencia en vencer al Cíclope.

Hasta ese momento había una sola fuente por donde salía el magma, como un geiser espantoso que en lugar de agua expulsaba roca fundida y que estaba donde (en su momento) estuvo el centro de la laguna termal original. Pero después de ese último grito, ocurrió algún tipo de reacción en cadena que desató múltiples erupciones del aterrador fluido incandescente. La temperatura se elevó todavía más, la tierra temblaba, las cordilleras parecían estar resquebrajándose.

Uno podría pensar que así debería verse el fin del mundo.

¡Carajo! ¡¿Va a terminar incendiando todo el bosque Oscuro?!” Pensó Bryan aterrado. Por fortuna había terminado de recolectar 4 hermosas muestras de Cristal Fotiá, así que se elevó rápidamente usando el Arte del Noveno Diagrama Celeste para ponerse a salvo del desastre. Ahora incluso la llama púrpura del Fuego Glacial Místico parecía insuficiente para protegerlo de la temperatura y necesitó activar la Esencia Mágica dentro de su cuerpo en un intento por sobreponerse al calor.

Cuando miró a su alrededor vio que el entorno se había trasformado por completo en un infierno de lava, rocas al rojo vivo y humaredas. No había nada que se pareciese al Bosque Oscuro. Lo único que había hasta donde alcanzaba la mirada era fuego o roca desnuda y hasta el propio cielo parecía haber desaparecido para ser reemplazado por un interminable manto de nubes completamente negras.

Es la interferencia.” Dedujo Bryan: “El demonio se ha finalmente manifestado y está corroyendo la realidad, transformándola en su propio mundo privado…. ¡Igual que con los Sanguisuga! También parece que su dimensión es más grande, aunque le tomó mucho tiempo completarla.

Del interior del océano de lava brotó un ser enorme como una montaña. Si uno tuviese que describirlo de alguna manera sencilla sería “un ser humanoide con rasgos de cabra y cuerpo de color rojo ardiente”, pero esa descripción simplemente no servía para explicar el espanto que provocaba verlo.

Tenía pezuñas en lugar de pies, unos enormes cuernos curvados que nacían de su cabeza y tan largos que llegaban hasta su espalda… pero ahí terminaba su semejanza con el animal de granja.

Sus poderosos brazos tenían gruesas garras afiladas como las de un reptil, su boca tenía colmillos como los de un dragón y su cuerpo musculoso parecía contener más poder destructivo que el propio magma del que había salido.

Pero lo peor eran sus ojos rojos, que no solamente transmitían poderío, sino también odio. Un completo desprecio por todo y por todos a su alrededor.

Bryan estaba contemplando asombrado a esta criatura que jamás había visto nunca, cuando sintió que los ojos del monstruo trasmitían un extraño poder, el cual estaba siendo reforzado por su rugido. Se trataba de un ataque mental que inculcaba un terror desenfrenado a quien le devolviese la mirada. Cuando lo entendió, Bryan llamó a la Esencia Mágica dentro de su cerebro para defenderse y por eso el hechizo no le afecto. Por suerte había enfrentado una compulsión ilusoria mucho más poderosa cuando se enfrentó a la Gorgona y por eso ya tenía una idea de cómo rechazar este tipo de control mental.

- ¡Nooo!... ¡Vamos a morir! -

- ¡Nos comerán a todos! -

- ¡Huyamos! -

- ¡Corran por sus vidas! -

- ¡No salgan de la barrera! - Gritó la Gran Maga de Fuego, pero fue demasiado tarde.

A diferencia suya, los eruditos que la acompañaban no pudieron resistir el ataque mental y comenzaron a correr despavoridos, sin ningún tipo de cuidado. Todos ellos murieron cuando respiraron el aire caliente lleno de toxinas en el exterior de la barrera mágica y sus cuerpos comenzaron a arder rápidamente debido a la proximidad de la lava.

- ¡Imbéciles! - Espetó la anciana con desprecio. Había estado tan concentrada en observar la llegada de este demonio, que se olvidó de colocar algún tipo de protección mental sobre sus asistentes. Pero no parecía sentir pena por sus muertes sino irritación. Tampoco mostraba algún signo de estar arrepentida por haber puesto su barrera tan cerca de donde aparecería el monstruo y (en consecuencia) demasiado cerca del magma.

Bryan estaba sacudiendo la cabeza para liberarse de los últimos rastros del ataque mental, cuando detectó un breve resplandor un poco más arriba suyo. Resultó que el Corcel Alado había pisado en el aire con su pezuña y al hacerlo desató una energía que destruyó fácilmente la compulsión del demonio, antes de que lo alcanzase a él o a su hermosa jinete. De modo que la doncella no tuvo necesidad de defenderse y por eso pudo observar a la criatura con atención.

- Eso es… Un Ifrit. - Dijo con asombro, pero sin perder el control: - Ahora entiendo por qué esos Arcontes Ígneos estaban aquí. Los demonios menores nunca se juntan en grandes grupos a no ser que haya uno más poderoso dominándolos. -

- ¿Sabes que es esa cosa, noble damisela? - Preguntó Bryan de inmediato.

La joven cerró los ojos un momento antes de responderle: - Solo lo que dicen las leyendas. Los Ifrit eran espíritus poderosos que despreciaban a los mortales como inferiores, pues ellos habían nacido del fuego y no de la tierra, como nosotros. Se vanagloriaban tanto que incluso pensaron en destruir a todos los otros seres vivientes, para no tener que compartir la existencia con los otros habitantes del mundo.

Pero los antiguos dioses decidieron castigar su arrogancia precipitándolos en el suelo que tanto despreciaban y esclavizando su forma a la tierra.

El Ifrit es una poderosa criatura espiritual, pero diferencia de otros demonios invisibles no puede intervenir de ningún modo en el mundo mortal o manifestarse, sin primero adquirir una forma física. Pero como detestan asumir un cuerpo material, lo primero que siempre hacen es destruir o atormentar a todos los seres mortales que encuentren, hasta que finalmente su locura se calma. Sin embargo, incluso después de tranquilizarse siguen siendo bastante peligrosos. -

- ¿En qué punto de su desarrollo estará este Ifrit? - Preguntó Bryan.

- A juzgar por su sed de sangre… diría que aún sigue loco. - Respondió la doncella con seriedad: - No soy una experta, pero si lo que dicen las leyendas tiene algo de verdad, entonces estamos en un grave peligro. Yo voy a escapar y te recomiendo que hagas lo mismo. ¡Buena suerte! -

Tras decir esto, la doncella agitó las riendas de oro mientras exclamaba:

- ¡Nos vamos, Crisaor! -

Crisaor, el Caballo Alado, relinchó de alegría al escuchar la orden. Claramente estaba deseoso de dejar ese lugar infernal. Pero antes de que pudiese batir sus alas, todos escucharon el bramido furioso del Ifrit, seguido de una oleada de poder que los atravesó a todos y se dirigió hacia los límites del territorio en llamas, alzando una poderosa barrera con la forma de un enorme viento huracanado circular que los rodeaba a todos.

Solo que en lugar aire se trataba de llamas oscuras que bloqueaban su retirada.

El poder del Ifrit se manifestó alrededor de su cuerpo como una explosión incandescente y su intención asesina estaban envolviéndolos a todos. En ese momento fue evidente, que no pensaba dejar escapar a ninguno.

Ifrit

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, hoy es miércoles 23 de marzo y voy a ver la nueva película de Batman. Veamos si ese actor puede levantarse de la fosa en la que Crepúsculo lo metió.

Este capítulo representó todo un desafío. Y aquellos que pertenecen al grupo de Facebook de The Great Demon King saben de lo que hablo, porque les consulté al respecto y recibí muchas ideas interesantes.

Originalmente ocurrían dos eventos principales en la narración: Aparecía una criatura nueva y Bryan obtenía un mineral.

El mineral se llamaba Piedra Chispa de Fuego o algo así y originalmente servía para calentar el caldero chino refinador a altas temperaturas… o sea que era carbón.

Como yo he agregado el detalle de la Alquimia, tal “carbón” no es realmente necesario. Por eso decidí convertirlo en un elemento capaz de proteger en contra del fuego. Creo que fue algo acertado. También agregué bastantes descripciones a la forma en que Bryan enfría la roca, porque en el original simplemente arroja su fuego helado y la piedra, en lugar de explotar por la dilatación térmica, simplemente expulsa vapor. Si alguno de ustedes cometió el error de echarle agua fría a un pírex caliente, sabrá que la reacción al enfriar de golpe algo caliente suele ser violenta.

Pero es fantasía, no tiene que ser realista” podría decir alguno y tendría razón. Pero el describir todos estos detalles ayuda a que la acción de Bryan sea más relevante. De otro modo podría simplemente decir que “Bryan recogió materiales mientras estaba por ahí”.

Luego estaba la criatura de fuego. Originalmente el autor nos describe una gran masa de lava, como una montaña de fuego, que se llama Señor de las Llamas. Por cierto, que sus asistentes son los Demonios Generales Abrasadores.

Sentí que esa criatura o su nombre no nos decía realmente nada. Básicamente eran elementales de fuego grandes, liderados por otro elemental de fuego aún más grande. Pero entonces ¿por qué un Dragón tendría problemas lidiando con él? ¿Por qué una Gran Maga de “Fuego” no podría vencerlo con facilidad? ¿Por qué Bryan no podría vencerlo con facilidad? ¿Por qué podría atrapar a tantos seres poderosos con una barrera? Además, en volúmenes futuros se da a entender que su género no está claro, a pesar de que “Señor” deja poco lugar a tener dudas de que es un macho.

El Ifrit es un demonio del folclor árabe. Básicamente son los genios (Djin), como el de Aladino y la Lámpara maravillosa, pero malignos. ¿Alguien recuerda al genio Norm de los padrinos mágicos? Ese es un Ifrit: concede deseos, aunque siempre para perjuicio del hombre, porque los odian y no soportan que sean la primera criatura amada por Alá.

Pero los Ifrit también se entienden como seres nacidos del fuego, capaces de asumir muchas formas diferentes y pueden ser hembras o machos. Además, su inmenso poder suele estar limitado. Siendo ese el caso, decidí que era perfecto para ocupar el lugar del “poco explicado Señor de las Llamas”.

Por supuesto que alteré algunos detalles: Por ejemplo, no hay nada parecido a la Lámpara Maravillosa y su odio es contra todo lo vivo, en lugar de específicamente el hombre. Ifrit también es una criatura que ha aparecido como personaje en videojuegos y animes de diverso tipo, con otras características que no tienen nada que ver con el concepto original, pero que me parecieron muy buenas y por eso las agregué. Lo más importante es que su descripción está basada en las imágenes que escogí, las cuales son del videojuego Final Fantasy.

Lo siguiente fueron agregados menores: En el original no hay una pelea entre el Cíclope y los gigantes de fuego, sino que este intenta escapar, pero ellos no lo dejan. Esto parecía muy aburrido. Además, Bryan necesitaba tiempo para poder admirar a la doncella, extraer minerales, etc. La batalla encarnizada le daba a todo una sensación de realismo y aumentaba la tensión de la narrativa.

Las descripciones de la doncella en el Pegaso han sido incrementadas para enfatizar lo hermosa que es. Además, en el original la forma en la que se comporta es un poco más infantil y sus ademanes son un poco elementales. Pero esto no parece cuadrar con alguien que ha sido capaz de entrar sola a lo profundo del Bosque Oscuro.

Además, ya tenemos personajes femeninos de ese estilo en Lisa y Fanny. También tenemos inteligentes como Emily o intrépidas como Phoebe. La categoría “Belleza Misteriosa”, tipo amiga de la hermana mayor, parecía más apropiada para esta circunstancia. Como ya mencioné, básicamente estoy describiendo a Rider de Fate, solo que un poco menos sexualizada y con armadura.

En el original, la Gran Maga no tiene asistentes, simplemente está observando todo lo que ocurre sin hacer nada. Pero el Dragón y el Gorila ya hacen eso mismo, lo cual me pareció repetitivo. Por eso se me ocurrió agregar a estos magos menores, pues tiene sentido que un mago lleve escolta de algún tipo.

Matarlos en este punto me ayuda a deshacerme de ellos para que no se metan en la narración, también ayudan a que el lector se haga una idea del terror que sentiría una persona normal en ese tipo de circunstancia, pero sobre todo sus muertes incrementan la tensión y el miedo por el poder del Ifrit.

Finalmente, la mención que hago sobre los buenos modales y el “Buenos días” … bueno, en realidad es cierta. La costumbre viene de España, uno de los países que más ha tenido que sufrir las invasiones de los ejércitos islámicos durante los mil años de la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna. Era un país asediado que resistía contra hordas aparentemente interminables de enemigos acérrimos únicamente gracias al infinito valor de su gente, pero cada batalla era prácticamente una lucha de David contra Goliat.

Y adivinen quién siempre sostenía la honda.

Para sobrevivir, en España TODOS tenían que saber pelear. Creo que desde Esparta y Roma no hubo un pueblo tan guerrero como los españoles. ¡No es raro que conquistaran el Imperio más Grande del Mundo en menos de dos generaciones y sin tener grandes recursos!

El caso es que, como todos ellos andaban armados, era obligatorio decir “Buen día” a las personas con las que se cruzasen, como un modo de informarles que NO tenían malas intenciones. La diferencia es que su deseo no era “Que los dioses te den buenaventura” sino que “El ÚNICO DIOS, te de buenaventura”. Lo recalco porque esos españoles tenían una fe increíble, bastante intensa y que yo admiro demasiado. Me gustaría ser como ellos en ese aspecto.

Bueno, creo que esos fueron todos los cambios. Si les gustó esta adaptación, por favor dejen su opinión en los comentarios, pues me encanta leerlas y sirven para obtener ánimos, nuevas ideas, saber si estoy yendo por el camino correcto con la narración, etc. Recuerden que siempre pueden ayudarme con donaciones en mi cuenta Patreon y así quizá pueda pagar mi Netflix. También les agradecería mucho que señalasen cualquier falta de ortografía, para poder corregirla. Y que compartan esta historia con más personas, para así tener más lectores y posibles Mecenas.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!