164 La Alquimista

Tras cambiar de habitaciones Bryan y Emily comenzaron a emplear respectivamente todos los encantamientos que conocían para mantener vigilada a esa misteriosa mujer.

De inmediato notaron algo extraño, porque en lugar de quedarse junto a los mercenarios que había contratado para protegerla, Belinda insistió en tener una habitación para ella sola a pesar de todos los argumentos de Candice para convencerla. Luego se quedó ahí durante varias horas, rechazando cualquier comida o bebida que le ofrecieron: simplemente permaneció la habitación durante todo el día hasta el anochecer.

Fue entonces cuando ocurrió una nueva anormalidad: Tres individuos se presentaron de repente para solicitar habitaciones.

Su apariencia era completamente ordinaria, como si fueran simples caminantes que llegaron por casualidad y deseaban un lugar para descansar tras un largo viaje, pero a Bryan no lo podían engañar. Ya de por si era extraño que alguien quisiera quedarse en el asentamiento de Pequeño Valen durante el invierno, además su llegada era demasiado oportuna para ser coincidencia y encima hicieron arreglos para obtener una habitación en el tercer piso, justo aquella que se encontraba directamente sobre la de Belinda.

- Esos tres se ven bastante comunes, quizá demasiado. - Comentó Emily que los vigilaba con magia.

- Por sus rasgos y la forma en que hablan entre ellos, bien podrían ser hermanos. - Dijo Bryan casualmente mientras escuchaba con sus oídos sobrehumanos: - Pero apostaría oros contra bronces a que son los sujetos que estaban siguiendo furtivamente a esa mujer cuando me crucé con Candice… ¡Ah! Ahí lo tienes. Puedo escuchar que dos están durmiendo, pero uno de ellos continua bien despierto y vigilando junto a la puerta… ¡Que compañero de viaje tan diligente, montando guardia como soldado por el bien de otros! -

Esa misma noche se desató una fuerte tormenta y el viento soplaba con tanta fuerza que arrastraba auténticas olas de nieve, envolviéndolo todo con un manto blanco que no dejaba ver a unos metros de distancia.

Pequeño Valen en Invierno

Los mercenarios tuvieron que correr presurosos hacia los establos a pesar del frío para asegurarse de que sus animales estuviesen seguros, pero este corto trecho terminó agotando más allá de sus fuerzas hasta a los más fuertes entre ellos y la mayoría se dejó caer en el suelo junto a la chimenea en cuanto regresaron a la posada. La Ventisca continuó al día siguiente, obligando a que todos se quedaran virtualmente atrapados en la vieja posada hasta que el sol saliera y derritiese la nieve. Esto era un evento común en los días de invierno, así que sólo podían resignarse.

Por suerte la posada estaba bien surtida de cerveza, avena y leche, así que no tenían que preocuparse por morirse de hambre. Y siendo Pequeño Valen un asentamiento carbonero, no faltaría el preciado combustible, así que la situación no era tan mala a pesar de que el viento los ponía nerviosos a todos, golpeando contra las paredes como si quisiera atacarlos.

Como estaban forzados a convivir, los mercenarios comenzaron a reunirse en el salón del primer piso para contar historias junto al fuego, comer o beber y cantar canciones. Afuera continuaba el infierno helado y el mundo parecía haberse quedado sin colores, pues a donde quiera que uno veía solo percibía el blanco en el exterior.

Para no despertar sospechas, Chester fue enviado como el representante del grupo de Bryan. El ladrón no tuvo ningún problema en llevarse bien con los mercenarios, quienes se reían alegremente de sus chistes y ocurrencias, de modo que en pocas horas ya eran amigos.

Debido a la tensa situación Bryan permaneció atento en la habitación acompañado por Emily y de vez en cuando conversaba con Elena, cada vez que la señora se acercaba para traerles comida o preguntar si se les ofrecía algo.

Así se enteró de que había otros huéspedes en la posada: Un anciano con una niña pequeña que llegó desde hacía unos meses, pero que rara vez salía de su habitación en el último piso, la única que tenía un sanitario propio. Supuestamente el anciano era un viajero que estaba esperando reunirse con alguien junto con su nieta, pero no en la Ciudad de Valen.

El anciano tenía un temperamento agradable, aunque su apariencia era bastante rústica, como alguien que salía de su pueblo por primera vez. De hecho, cuando la primera vez trató de pagar su estadía usando joyas en lugar de las monedas, a manera de trueque.

La niña en cambio era bastante inteligente, adorable, aunque algo traviesa y de vez en cuando Elena se la había encontrado metiéndose sin permiso en la despensa para jugar.

Bryan alzó una ceja al oír esto, pero sin sus Espectros Originales no podía espiar realmente a los habitantes del último cuarto, aunque de vez en cuando alcanzaba a escuchar la voz de un viejo hablando con una niñita, como si le estuviese dando clases o algo parecido. Así que no les prestó más atención y en su lugar siguió vigilando a Belinda con “Revelar Vida”.

*****

Pasaron tres días, pero ni los recién llegados ni Belinda salieron en ningún momento de sus habitaciones salvo para ir a las letrinas o pedir un bocadillo. Los mercenarios si solían andar en parejas, desafiando al mal clima para hacer rondas alrededor de la posada, alimentar a los caballos y tomar un trago de cerveza cuando se reunían en el salón. Y aunque eran mucho más ruidosos ninguno se comportó de un modo que pareciese sospechoso.

Como el mal clima continuaba sin dar señales de mejorar y nadie parecía estar haciendo algo que mereciera su atención, Bryan se relajó un poco mientras consideraba cuáles podrían ser sus próximos movimientos. Así que en cierto momento se dirigió a Emily: - Amor, vigila la situación aquí. Voy a regresar al Cementerio de la Muerte para revisar varias cosas. -

- ¿Ocurrió algo malo? - Preguntó Emily mirándolo sorprendida.

Bryan sonrió misteriosamente mientras respondía: - Nada serio, pero hace poco adquirí un sirviente que podría sernos útil si alguna vez tenemos que lidiar con el Culto de Caelos, aunque cuando lo dejé estaba bastante lastimado y quiero ver si sus heridas ya se han recuperado. -

Emily asintió: - Está bien. Yo puedo vigilar sin problemas a estas personas. Iré a buscarte rápidamente si sucede algo, así que por favor no te adentres en el Bosque Oscuro. -

- No te preocupes, no pienso salir de la fortaleza. - Contestó Bryan y volvió a enfocarse en Belinda una última vez.

Tras confirmar que esa mujer seguía ahí, sin moverse, se retiró al pasaje secreto que todas las habitaciones del primer piso tenían para acceder a las cámaras subterráneas. Una vez en el escondite armó rápidamente la Matriz de Trasporte Mágico portátil y se trasportó a sus dominios.

En cuanto Bryan apareció dentro del Gran Salón empleó sus poderes para sentir el flujo de la magia a su alrededor y hacerse una idea de lo que había sucedido en su ausencia. Confirmó rápidamente que todo parecía estar en orden, así que se dirigió al exterior donde las tinieblas reinaban.

Las enormes puertas batieron inmediatamente al sentir su presencia, pues toda estructura ya lo reconocía como su Señor.

Una vez en el exterior Bryan miró a todos lados, pero no pudo detectar al dragón, así que llevó ambas manos a su boca y gritó: - ¡Gilberto! ¡¿Dónde diablos estás?! -

De repente escuchó el sonido de un batir de alas cuando una enorme figura negra se elevó por encima de los muros que rodeaban la sombría fortaleza. La poderosa criatura había estado encaramada ahí todo el tiempo, controlando todo lo que ocurría desde las alturas, pero tal era su habilidad para fusionarse con el entorno oscuro del Cementerio de la Muerte que ni siquiera los agudos sentidos de Bryan lo había detectado de inmediato.

El Dragón Negro en la Oscuridad

Era verdaderamente impresionante. Gilberto le estaba causando la misma impresión que una serpiente camuflada o un cocodrilo agazapado bajo el agua, completamente invisible hasta que era demasiado tarde para su presa. Sólo la muerte les esperaba a quienes tratasen de enfrentarlo desprevenidos.

- ¡Poderoso Maestro! - Bramó el Dragón con voz atronadora: - ¡Estuve esperándote largo tiempo! -

El dragón Negro descendió y se arrastró serpenteando en la negra tierra hasta que llegó junto a él, pero entonces su cuerpo resplandeció y en pocos segundos era nuevamente el joven con cabellos negros de aspecto feroz que le había jurado fidelidad. De inmediato puso una rodilla en el suelo mientras inclinaba la cabeza: - Finalmente recuerdas a tu fiel sirviente. Este lugar es impresionante, pero no hay nada que hacer aquí y estoy muerto de aburrimiento. -

- ¿Has vigilado correctamente? - Preguntó Bryan alzando una ceja con cierto recelo: - ¿Qué hay del sitio especial que te pedí que protegieras? -

- Ja. Maestro puedo asegurarte que nadie podría pasar por aquí sin que yo lo notase. Me he quedado completamente inmóvil en el muro, pues los dragones podemos vigilar incluso dormidos si nos lo proponemos. Además, esa criatura extraña que tienes enterrada dentro del agujero sigue ahí donde la dejaste, sin moverse o hacer nada en absoluto. - Respondió Gilbert alzando la mirada con orgullo, pero luego lo miró como un perro hambriento y dijo: - ¡Cumplí todo lo que ordenaste! ¡Oh, maestro! ¿Puedes ahora llevarme para encontrar mujeres hermosas que pueda disfrutar? -

Bryan lo observó con cuidado. A diferencia de la última vez que lo vio, el cuerpo de Gilberto ya no parecía medio carbonizado e incluso estaba vestido con lo que parecía un traje de cuero negro junto a un abrigo que seguramente eran el aspecto que adoptaban sus alas cuando se camuflaban. Realmente quería llevárselo a Pequeño Valen, porque incluso si no adoptaba su forma verdadera, la fuerza de un Dragón era suficiente para enfrentar a cualquier oponente y dar una buena pelea, aunque no pudiese vencer.

El problema era si realmente le sería útil en ese momento.

- ¿Cómo están tus heridas? - Preguntó Bryan después de un tiempo.

- Soy una de las criaturas más poderosas de este mundo. - Respondió Gilberto sonriendo con orgullo mientras alzaba el pecho: - Mis heridas ya están curadas desde hace mucho y puedo ayudarte… -

- Estas mintiendo. - Lo cortó Bryan de golpe.

- ¿Qué? -

- Fuiste tú quien realizó el Juramento Inquebrantable. - Dijo Bryan con un tono bastante severo y una mirada que no admitía réplicas: - Tendrías que haber sabido que puedo sentir aproximadamente cuál es tu condición física y también conozco la expresión que pones cuando intentas engañarme. ¡Deja de perder el tiempo! Volveré a preguntar. ¿Cómo están tus heridas? -

Gilberto retrocedió unos pasos asustado y luego respondió con un tono humilde: - Aún no estoy recuperado… ¡Pero ya puedo entrar en combate! ¡Prometo que no seré un peso muerto! -

Bryan asintió a esa respuesta complacido: - Muy bien, te llevaré conmigo, pero no ahora. Esperaremos unos días más para que te recuperes. Los enemigos que quizá deba enfrentar dentro de poco son bastante peligrosos e incluso peleando juntos podríamos acabar muriendo si cometemos algún descuido. ¡Pon toda tu atención en estar listo para que no me estorbes o te abandonaré como carnada antes de escapar! -

A pesar de que lo había amenazado medio en broma al final, Gilberto solo escuchó la parte en que le prometía llevarlo afuera y se puso a brincar alegremente como un niño. Bryan sonrió mientras caminaba hacia la matriz donde estaba refinando al Zombi Élite de Tierra, notando que el terreno se había hundido a un metro de profundidad, pero la energía oscura seguía fluyendo hacia su interior sin ningún problema. De modo que enfocó su concentración en la criatura y rápidamente sintió que la conexión mental se habría entre ambos.

Solamente las Criaturas Oscuras más poderosas eran capaces de trasmitirle a su invocador una sensación de vida semejante y Bryan sonrió complacido al confirmar que el ser en el interior se estaba haciendo más fuerte de lo que creyó posible después de absorber toda la energía de la tierra.

- ¡Bien, bien! ¡Sigue fortaleciéndote y dentro de poco causarás asombro y temor en todo el mundo mortal e inmortal! - Susurró Bryan mientras se arrodillaba para tocar la tierra con su mano, sintiendo que la criatura reaccionaba en respuesta.

Después de eso le dio nuevas instrucciones a Gilberto y luego retornó al interior del Cementerio de la Muerte para descender a un nivel inferior. La última vez la barrera no lo dejó entrar, pero sus poderes necrománticos se habían incrementado considerablemente, así que decidió probar suerte.

Tras descender por el túnel oscuro regresó al laboratorio donde antes encontró los textos de los antiguos Necromantes e inmediatamente después se dirigió a la oscura entrada que llevaba al nivel inferior. Sin embargo, inmediatamente sintió la magia defensiva activarse y aunque lo intentó con todas sus fuerzas, nuevamente le fue imposible atravesar esa barrera que lo repelía. Suspirando tuvo que concluir que incluso en esos momentos no era lo bastante poderoso como para acceder.

Bryan entonces se paseó por el laboratorio hasta que encontró lo que parecía ser una gran mesa de piedra para realizar encantamientos. Entonces extrajo el Báculo de Hueso que le había quitado al difunto Necromante e intentó examinarlo sin encontrar nada nuevo. En ese momento tuvo una idea repentina y extrajo el Ojo de la Oscuridad de su anillo espacial.

Al fin y al cabo ambos son artefactos mágicos bastante complejos que fueron diseñados específicamente para la Necromancia, quizá pueda aprender algo nuevo si los comparo.

Justo cuando Bryan examinaba ambos objetos ocurrió una reacción en el Ojo de la Oscuridad, que empezó a brillar intensamente mientras se elevaba por sí mismo. Antes de que pudiese hacer algo, el Ojo de la Oscuridad expulsó un relámpago verdoso hacia el Báculo de Hueso, que de pronto fue imbuido con una cantidad de poder sin precedentes. Bryan reaccionó saltando rápidamente hacia atrás por miedo a que ocurriese una explosión, pero nada de esto sucedió.

Báculo N° 17

El Báculo de Hueso levitó a la altura del Ojo de la Oscuridad, recibiendo más y más poder hasta que quedó saturado. Luego comenzó a expulsar una extraña sustancia negra por cada recodo sobre su superficie, casi como si estuviese despojándose de una segunda piel, pero esta extraña capa de material desapareció por completo en el instante que tocó el suelo, igual que el alcohol puro evaporándose por exponerse a demasiado oxígeno.

Finalmente, el Ojo de la Oscuridad dejó de resplandecer y ambos objetos descendieron lentamente hasta ocupar su posición inicial sobre la mesa de piedra. Cuando Bryan se acercó vio con asombro que el Báculo de Hueso parecía haber sufrido una trasformación. Aunque mantenía la misma forma, su superficie ahora se veía muy pulida e incluso tenía un tono ligeramente rojizo que originalmente no lucía.

¡Primero lo primero!” Se dijo Bryan de inmediato mientras tomaba el Ojo de la Oscuridad para asegurarse de que nada malo le hubiese sucedido. Este objeto era la única llave del Cementerio de la Muerte y su posesión más valiosa, así que lo examinó una y otra vez con obsesiva meticulosidad. Sólo volvió a respirar aliviado cuando confirmó que la esfera estaba en perfecto estado.

Entonces inspeccionó el Báculo de Hueso, pero en esta ocasión notó algo que antes no había podido ver: Una serie de inscripciones sutilmente talladas en la superficie.

- ¡Es una matriz! ¡Ahora lo entiendo! - Exclamó Bryan con asombro.

La sustancia negra estaba cubriendo originalmente toda la superficie del Báculo de Hueso para mantener oculta estas inscripciones que seguramente emitieron esa extraña señal que anteriormente lo había sorprendido. Cuanto más examinaba Bryan este misterioso artefacto más se daba cuenta de que, aunque no estaba al nivel del Ojo de la Oscuridad, seguía siendo la obra de un verdadero genio.

Los Báculos Mágicos eran muy difíciles de hacer, pues el más mínimo error de fabricación podía terminar arruinando los meses de trabajo y cientos de materiales preciosísimos que se necesitaban para hacer uno. Y lo más estresante era que no se podía saber si el báculo estaba correctamente hecho hasta que no se intentaba utilizar magia con él, de modo que el fabricante tenía que esperar hasta el último momento para enterarse de si había cometido algún error.

Bryan nunca había intentado hacer un báculo mágico y lo único que sabía de encantamientos estaba en los recuerdos de Chu Can Lan, pero esto le alcanzaba para entender que el fabricante de este Báculo había logrado hacer tres hazañas increíblemente complicadas: Primero fabricar el Báculo Necromántico, luego inscribir la matriz mágica de rastreo y finalmente la misteriosa sustancia que la ocultaba… ¡Todo eso al mismo tiempo!

Además, se había hecho de tal modo que cada vez que Fausto lo utilizaba, alimentaba sin saberlo los tres encantamientos con sus poderes, pues estaban entrelazados.

En las memorias que Bryan había obtenido del difunto Necromante no existía ningún recuerdo sobre esta matriz de detección, así que era seguro suponer que Fausto no sabía de su existencia. Pero incluso si lo hubiese sabido no habría podido hacer nada al respecto.

Si cualquiera hubiese tratado de retirar la sustancia o la matriz, sin el conocimiento apropiado, se desencadenaría una reacción violenta, quizá una explosión.” Concluyó Bryan asombrado: “No sé qué mente brillante hizo esto, pero se trata de alguien bastante retorcido. Esta cosa no solamente servía para darle mayor poder a Fausto, sino que trasmitía su localización… ¡y también era una maldita bomba que se activaría si intentaba quitarle la Matriz de Rastreo!”

Pero por más admirado que estuviese con esa maravillosa obra, Bryan no tenía ningún interés de mantener algo tan peligroso y gracias al poder misterioso del Ojo de la Oscuridad la Matriz de Rastreo había perdido todo su poder, así que Bryan no titubeó e inmediatamente utilizó sus poderes para borrar por completo las marcas mágicas.

Ahora el Báculo de Hueso sería seguro para que lo utilizase, aunque por si acaso volvió a revisar cuidadosamente su superficie, por si encontraba otras sorpresas. Y ahí fue cuando descubrió una pequeñísima inscripción cerca de la base.

N°17 – Alquimista Belinda – Caelos invicta

- Por supuesto, tenías que firmar tu obra. - Susurró Bryan con ironía, pero su mente se puso a trabajar a toda velocidad.

Los Alquimistas eran magos muy especializados en el arte de encantar objetos o elaborar pociones, hasta el punto que podían inventar todo tipo de armas, artefactos o elixires para realizar conjuros o hechizos extremadamente potentes.

Normalmente no luchaban directamente, porque se centraban más en la producción, pero cuando lo hacían resultaban ser enemigos impredecibles porque uno nunca sabía qué artilugio estarían escondiendo.

Belinda era una brillante Alquimista del Culto de Caelos, así que no sería raro que llevase consigo cosas verdaderamente espantosas. Incluso podría tener algún artefacto que sirviese para evadir la detección mágica.

¡Tal vez nos pareció que se quedaba quieta en su habitación, pero en realidad pudo haber estado activa todo este tiempo y ni yo ni Emily nos dimos cuenta!” Pensó Bryan aterrorizado y en el instante en que esta idea se formó en su mente su corazón se llenó de angustia.

De inmediato corrió a toda velocidad hacia el Gran Salón para usar la Matriz de Trasporte, mientras rogaba a cualquier deidad para que nada malo hubiese sucedido durante su corta ausencia.

La Alquimista Belinda

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde hay más de 47 idiomas nativos.

En este capítulo me enfoqué mucho en inventarme la tormenta de nieve y todas esas ocurrencias para darle mucho más agregado y contexto a la historia, pero también para justificar que Bryan se vaya al Cementerio de la Muerte justo en ese momento.

Y es que, en el original, apenas termina la reacción de Báculo escuchan a Belinda decir unas palabras e inmediatamente Bryan se marcha, lo cual es en extremo imprudente, nada que ver con un personaje que ha experimentado tantas situaciones de peligro.

La tormenta de nieve también me ayuda a darle a toda la historia una sensación de tensa paz que nos ayuda a sentir que el mundo se mueve alrededor y continúa a pesar de Bryan y el objeto de su interés en ese momento.

Ya en el Cementerio de la Muerte agregué varias palabras rimbombantes para darle al entorno el ambiente místico impactante que creo que se merece y finalmente modifiqué por completo la forma en que aparece el dragón.

En el original ya está en su forma humana y el diálogo es inmediato e incluso un poco infantil. Pero se supone que esa forma humana es solo un disfraz y no tiene sentido que un Dragón prefiera andar así cuando no es necesario. Lamentablemente Ni Can Tian cree, como muchos orientales, que la evolución natural de las criaturas místicas es la forma humana. En pocas palabras, ya sea un fénix, un dragón o una tortuga… cuando más suba de nivel terminará volviéndose un ser antropomorfo.

No me malinterprete. Yo soy bastante pro humanidad, nunca he creído que los animales sean más importantes que las personas, de hecho, todo lo contrario. Soy infame en mi universidad por afirmar en público que, si hubiera una terrible hambruna, no tendría problemas en comerme a mi mascota con tal de vivir. Ya imaginarán que eso no me hizo muy popular con las chicas. Pero el caso es que, para esta narrativa, esa forma de concebir las cosas no tiene sentido, se siente demasiado raro.

Mi idea entonces fue intentar evocar los mismos sentimientos que tuve cuando vi por vez primera mi película favorita El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Me refiero a la escena cuando el Señor de los Nazgul emerge de la ciudad con su criatura alada. Por supuesto que no pensaba describir esa escena exactamente, pero espero que me haya quedado un poco parecida.

Luego el intercambio del Zombi Élite con Bryan era demasiado ridículo, así que lo cambié por algo que un lord Sith diría. Toda la mitología de Star Wars, antes de que el malvado Disney comprase la franquicia e hiciese lo que hizo, es una importante fuente de inspiración para mí.

En el original Bryan se lanza como un idiota hacia el nivel inferior y la barrera lo lanza hacia atrás como si lo hubiese pateado en el culo. Eso me pareció demasiado estúpido así que lo cambié.

En el original Bryan se pone a examinar los objetos mágicos en el suelo, me pareció que eso era un desperdicio. ¡Está en un laboratorio! Así que lo hice hacerlo todo directamente en una mesa de piedra para que la situación fuese más seria.

Un importante agregado mío fue una completa reescritura de la reacción del Ojo de la Oscuridad y el Báculo de Hueso. En el original simplemente hay un corto comentario en el que la esfera succiona algo del báculo, pero yo quise hacer este momento mucho más intenso y hacer que Bryan se alejase por prudencia para que no se sienta como si el protagonista está ahí mirando sin hacer nada mientras ocurren cosas que convenientemente le son favorables.

El que hubiese tres barreras ayudó a explicar que Bryan no hubiese visto la inscripción en un principio y además mejora nuestra impresión de las habilidades maquiavélicamente geniales de Belinda.

De hecho, más abajo me inventé un montón de detalles sobre la fabricación de los Báculos y la supuesta explosión que ocurriría si alguien quitaba la matriz con ese mismo propósito.

El nombre original del artefacto es Báculo de Hueso Número 17, increíble ¿verdad? ¡Redundancia hasta en un nombre! Es literalmente un Báculo hecho de hueso… ¡que se llama “Báculo de Hueso”! Y encima hay otros 16 por ahí que se llaman igual, es una redundancia elevada a un nivel completamente nuevo.

Claramente eso tenía que irse, pero no podía cambiar demasiado el nombre, así que lo dejé como número 17 y agregué una frase en latín que es demasiado obvia, pero que queda muy bien. El cambio de color en realidad fue coincidencia, porque la mejor imagen que encontré en internet para representar a este báculo era de ese color.

Finalmente, el aspecto más importante que agregué fue toda la información referente a los Alquimistas. En el original no explican nada, pero ya verán en los siguientes capítulos cuán importante era que remarcase los poderosos artefactos que son capaces de crear. En fin, espero que les haya gustado, por favor no dejen de poner su opinión en los comentarios para saber que tal lo estoy construyendo todo hasta el momento. Si pueden patrocinen este proyecto usando los enlaces por favor compartan este trabajo con todos los que puedan para que más personas lo disfruten.

Nos vemos en el siguiente capítulo.