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¿Cuál es tu videojuego favorito?
Si alguien me hiciera esa pregunta, respondería sin dudarlo: Dungeon Brave Souls. Es un maravilloso RPG de fantasía ambientado en un mundo medieval que combina aventuras llenas de acción con cautivadores eventos románticos en una Escuela de Magia. El protagonista se llama León Brave, descendiente de un legendario héroe que, siglos atrás, selló al malvado Rey Demonio.
El juego comienza en nuestro primer día de clases en la Academia de Artes Arcanas y Bélicas, ubicada en el Reino Slayer, escenario principal de la historia. Al inicio del curso, el protagonista conoce a varias heroínas con quienes forma un equipo para emprender aventuras y explorar laberintos. Cada una de ellas es un personaje de una belleza deslumbrante, diseñadas con tanto detalle, carisma y sensualidad que era imposible no rendirse ante ellas.
Durante sus viajes, León enfrenta numerosos enemigos, descubre tesoros ocultos y objetos mágicos legendarios. Además, en más de una ocasión debe resolver terribles problemas que no solamente era provocados por los monstruos, sino también por la malicia humana.
Con el tiempo, León fortalece sus vínculos con las heroínas, hasta que finalmente llega la confrontación final contra el Rey Demonio, salvando el mundo y cumpliendo su destino como descendiente del primer héroe.
La trama en sí no difiere mucho de otros juegos del mismo género. Sin embargo, Dungeon Brave Souls cautivó a una enorme cantidad de jugadores gracias a su espectacular jugabilidad: un sistema de batalla tan dinámico como táctico, capaz de hacerte sentir el peso real de cada golpe y el vértigo de cada hechizo. Las animaciones fluían con una precisión impecable, y cada encuentro se sentía como una coreografía de acero y magia.
Además, contaba con un atractivo adicional: Se atrevió a ser diseñado como un juego +18, por lo que incluía una amplia variedad de escenas apasionadas con las diferentes heroínas. Así es, estimados amigos, el juego estaba abiertamente dirigido al público masculino, y lo asumía con orgullo. Cada animación, cada expresión y cada escena fueron renderizadas con un nivel de cuidado casi obsesivo, como si los desarrolladores hubiesen querido satisfacer hasta al más exigente de los críticos… o al más apasionado de los soñadores.
Al final, los desarrolladores subestimaron el éxito de su creación, y la demanda de Dungeon Brave Souls fue tan grande que tuvieron que lanzar una versión apta para todo público, llamada DunBrave. En esta versión se eliminaron las escenas eróticas, pero se añadieron nuevas misiones. Los fanáticos del original estaban tan fascinados que compraron también esta segunda versión. La popularidad del fenómeno DunBrave creció tanto que otras franquicias se involucraron, lo que llevó al lanzamiento de la versión manga del juego y, posteriormente, a una serie de anime que resultó ser extremadamente popular.
Muy bien, creo que ya he elogiado lo suficiente a Dungeon Brave Souls para que todos entiendan por qué siempre será mi juego favorito. Pero si alguien me hiciera la siguiente pregunta: ¿cuál es el videojuego que más odias?
¡Atención aquí! No estoy hablando simplemente de un juego mal hecho o con potencial no aprovechado. Me refiero a un videojuego que detesto con una ira visceral por el simple hecho de que exista.
Y mi respuesta a esa pregunta quizá te sorprenda, porque —sin dudarlo y rechinando los dientes— te diría que el juego que más odio es Dungeon Brave Souls II… ¡Ese juego de mierda!
Sé que mi respuesta puede parecer increíblemente contradictoria, pero creo que todo quedará claro cuando entiendas el contexto.
Como su nombre indica, Dungeon Brave Souls II es la secuela directa de mi amado Dungeon Brave Souls. Cuando aún era felizmente ignorante de lo que me esperaba, me llené de alegría al enterarme de su lanzamiento, e incluso gasté mi modesto salario en la preventa de esa maldita cosa, al igual que otros millones de jugadores emocionados. Pero una semana después de su lanzamiento, un clamor furibundo sacudió por completo la industria de los videojuegos.
Al iniciar la partida, lo primero que el jugador descubría era que la historia comenzaba unos meses después de que el Rey Demonio había sido sellado y el mundo había sido salvado de la destrucción. Solo que el protagonista que controlamos no es el héroe León, sino un hombre llamado Zenón Baskerville, un NPC secundario de la primera entrega, compañero de estudios del protagonista, al que apenas conocíamos por su nombre.
Ahora bien, si tuviese que describir a Zenón, necesitaría usar términos como “escoria”, “mujeriego bastardo” y “basura humana”. Puede sonar fuerte, pero créanme cuando les digo que estoy siendo amable aquí.
Zenón Baskerville se presenta ante León, quien justo acaba de recuperar su vida pacífica después de derrotar al Rey Demonio. Aparentemente, su intención es hacerse amigo del héroe que salvó al mundo, y comienzan a interactuar. Por su parte, León —que hasta ese momento solo había estado rodeado de las hermosas heroínas y casi no tenía amigos varones— acepta favorablemente a este cuestionable personaje, llegando incluso a convertirse en camaradas. En cierto punto, León confía tanto en Zenón que se sincera con él, compartiendo sus dudas y preocupaciones.
Sin embargo, a medida que la amistad entre Zenón y León se fortalece, algo extraño comienza a ocurrir con las heroínas del grupo de aventuras. Llegan al punto de evitar a León innecesariamente y comienzan a desaparecer en algún lugar de la Academia durante las pausas para el almuerzo y los días festivos.
Aquellos entre ustedes con suficiente experiencia en los asuntos mundanos habrán adivinado exactamente lo que está pasando con la información que les he dado hasta ahora.
En efecto… Zenón Baskerville se está acostando en secreto con las queridas heroínas del harén de su supuesto mejor amigo. Lo que significa que Dungeon Brave Souls II es un juego con temática Netorare.
¿Qué es Netorare, me preguntarán algunos? Básicamente, es un tipo de historia en la que un personaje principal sufre el triste destino de volverse un cornudo consciente: el amor de su vida le es arrebatado de manera terrible y humillante por un extraño, para luego sufrir las peores vejaciones de índole sexual, mientras el protagonista solo puede observar con impotencia.
Al final, el pobre cornudo solo puede aceptar su triste realidad, ya sea sumido en una apatía total o salvando lo que le queda de honor con un suicidio. Mientras tanto, su antigua amada también acepta su nueva posición como esclava sexual del miserable e incluso llega a disfrutar de su nueva realidad, olvidando completamente cualquier sentimiento de afecto que alguna vez tuviese por el cornudo.
Y ahora que saben lo que es el Netorare, seguramente se están preguntando: ¿quién en su sano juicio pensaría que es una buena idea crear este tipo de historia? Y lo que es aún peor: ¿cómo es posible que exista gente que disfrute de esta clase de productos?
Pues bien, nunca deben subestimar las profundidades de la depravación a la que puede llevar la mente humana, especialmente cuando no tiene nada mejor que hacer.
De modo que Dungeon Brave Souls II es un RPG con trama Netorare, donde el objetivo del jugador es convertir al protagonista de la entrega anterior en un cornudo. Ése fue el auténtico motivo por el que Zenón se acercó a León desde el principio.
No se trata simplemente de seducir a las heroínas, porque —como ya mencioné— Zenón es una basura humana, dispuesto a utilizar un repertorio de habilidades tramposas para salirse con la suya: violencia, chantajes, secuestros, drogas, violación, hipnosis y lavado de cerebro mediante magia oscura, etc. Elige cualquier forma de vileza, que seguramente ese bastardo miserable la cometerá.
Ahora bien, uno podría asumir razonablemente que las mujeres capaces de luchar junto a León Brave para derrotar al Rey Demonio tendrían la fuerza y el carácter necesarios para resistir las artimañas de un bastardo como Zenón, especialmente considerando que algunas de ellas provienen de importantes familias aristocráticas o poseen elevadas habilidades de combate.
Pero en Dungeon Brave Souls II se revela por primera vez que la familia Baskerville no solo es un marquesado poderoso con una enorme fortuna e influencia política casi ilimitada, sino que también es una mafia que controla a todos los criminales y funcionarios corruptos del Reino Slayer. Así que, después de una resistencia inicial, las heroínas fueron profanadas una por una de la peor manera posible. Y con cada día que pasaba, no solo sus cuerpos, sino también sus corazones, se corrompían.
Para empeorar las cosas, la maldad de Zenón no se limitó a afectar a las tres heroínas principales. Varias maestras de la Academia que apreciaban al héroe, las estudiantes de último año que recibieron su ayuda e incluso alumnas de tercer año con quienes León tuvo algún tipo de relación también cayeron en sus garras lujuriosas. Pero el colmo llegó cuando incluso la joven madre y la hermana pequeña de León, que vivían lejos de la capital, se convirtieron en víctimas de su perversidad.
El inicio del último acto concluye con León Brave perdiendo el amor de la heroína principal, las subheroínas y todas las mujeres con las que alguna vez tuvo una relación. Poco después, el joven héroe que salvó al mundo al derrotar al Rey Demonio es acusado de un crimen que no cometió, pierde todos sus honores y dignidades, y es sentenciado a morir en prisión como un criminal.
Poco después de su sentencia, León es obligado a contemplar a todas las heroínas completamente sometidas, participando en una orgía con Zenón, mientras dejan escapar gemidos de placer y satisfacción lujuriosa. La visión es tan dolorosa que los ojos del héroe derraman lágrimas de sangre por la desesperación.
Entonces, este nuevo juego no solo es un desagradable RPG Netorare, insidioso y repulsivo, sino que además convirtió al protagonista que todos los amantes de la franquicia querían en un objeto de burla. Todas sus épicas aventuras, los grandes logros obtenidos y las intensas historias de amor forjadas en la primera entrega acaban siendo arrojadas por los suelos.
¿Es realmente sorprendente que, en cuestión de días, la compañía se viese inundada de llamadas, correos y cartas escritas a mano condenando y criticando esta secuela del juego? Nunca se había visto a fanáticos tan enfadados por lo que consideraban un insulto a la historia que amaban, al menos no desde que Kathleen Kennedy arruinó la franquicia de STAR WARS con esas malditas secuelas y series espantosas.
Los teléfonos de la compañía resonaban a diario con protestas de jugadores traumatizados que exigían reembolsos y compensaciones económicas. El escándalo llegó a tal punto que la compañía tuvo que convocar una conferencia de prensa para disculparse por la abrumadora cantidad de quejas.
Hasta el día de hoy me pregunto: ¿qué estaban pensando esos desarrolladores de mierda? ¿Por qué alguien tomaría una historia tan increíble, épica y apasionante, con millones de seguidores en todo el mundo, solo para transformarla en una porquería retorcida como aquella?
En la red todavía circulan muchas teorías al respecto. Una de las más populares es que la esposa del Director de Desarrollo lo engañó con un miembro más joven del equipo durante la producción del juego. Otros creen que el Escritor Principal pasó por un mal divorcio en el que perdió casi todos sus ahorros y, como resultado, se volvió un misógino incurable. Nadie está del todo seguro, pero esas dos teorías parecen las más probables.
Por favor, no lo tomen a mal. Como hombre, simpatizo con aquellos cuyos corazones han sido destrozados por la criatura conocida como “mujer”, hasta el punto de caer en la desesperación. Pero eso no es excusa para traumatizar a millones de jugadores inocentes. Como víctima que soy, todavía no puedo perdonarlos por sacar esa basura al mercado.
Al final, la empresa productora nunca se recuperó de aquella crisis y terminó cerrando sus puertas para siempre. Lo siento mucho, pero creo que ellos mismos se lo buscaron. Es una lástima de potencial desperdiciado.
Y la mayor prueba de ello es que, pese a experimentar una historia tan dolorosa de gloria y destrucción, todavía hay algunos fanáticos de DunBrave que continúan siendo fieles a la franquicia, a pesar de todo el dolor que les provocó.
Esto incluye también a aquella infame secuela, que acabó teniendo su propia base de defensores. Algunos son personas que envidian la felicidad de los demás y se alegran cuando ven a otros ser infelices. También están aquellos que simplemente disfrutan jugar como villanos. Y, aunque son la minoría, hay quienes ya de por sí no soportaban al personaje de León Brave, porque al final de su primera aventura lo tenía todo: honor, riqueza y el amor de las hermosas heroínas.
Aparentemente, este grupo disfrutó viendo a León perdiéndolo todo, y más bien apoyaban a Zenón Baskerville, a quien admiraban por considerarlo uno de los mejores villanos jamás creados.
Yo siempre he respetado los gustos de todos. Pero, como fanático del primer juego, simplemente no puedo entender esta postura. Me parece una locura que haya personas argumentando que Dungeon Brave Souls II es un gran juego que no fue comprendido en su época. Lo único que puedo decir al respecto es que me parece lamentable que alguien tenga tan mal criterio.
En fin, ahora me gustaría hablarles del motivo principal de todas estas reflexiones: la razón por la que he estado contándoles acerca del videojuego que tanto me gustaba… y también al que llegué a odiar.
Sé que esto parecerá un cambio de tema bastante brusco, pero parece ser que estoy muerto.
No estoy hablando hipotéticamente, sino de manera literal. Tampoco se trata de un desmayo o un estado de coma. Mi cuerpo original debe estar en mi habitación, tieso como un trozo de cuero viejo. Ahora debe ser lo que se conoce como un cadáver, un difunto, cesado de existir, privado de vida, descansa en paz, etcétera.
En definitiva, estoy muerto, y no voy a regresar.
Pero entonces, seguramente se preguntarán: ¿quién está teniendo este monólogo con ustedes?
Bueno, permítanme presentarme. Mi nombre es Zenón Baskerville. Soy una persona que perdió su vida en el Japón moderno y acabó transmigrando a un mundo increíblemente parecido a mi videojuego favorito… pero como villano protagonista.
Estimados lectores, les presento este trabajo secundario por dos razones. La primera, porque es una lectura sencilla que puedo completar rápidamente sin afectar mi proyecto principal, y además, quería ofrecerles un extra.
El segundo motivo es que, aunque admito que la historia no es una maravilla, la encontré relajante. Sin embargo, las páginas que la traducen avanzan a paso de tortuga, y no quiero esperar hasta 2050 para conocer el final. Así que pensé que, al traducirla al castellano, podría ocurrir lo mismo que con GDK: alguien con recursos y conocimientos de japonés podría interesarse en traducirla más rápido al inglés.
Por supuesto, haré algunos retoques porque, siendo Acabcor, no puedo evitarlo. Espero que disfruten esta adaptación. Aunque, como mencioné, es un proyecto secundario, así que no haré grandes cambios, pero confío en que lo disfrutarán.