192 El Valle del Sol

- ¡Pequeño! ¡¿Quién te ha dejado así?! - Preguntó Bryan sin esperar realmente una respuesta. Luego se acercó para sostener al Pequeño Esqueleto con mucho cuidado y lo ayudó a levantarse mientras lo examinaba en detalle.

Casi no había un hueso que no estuviese resquebrajado en su cuerpo y todas sus articulaciones temblaban con el más mínimo movimiento. Claramente se había metido en alguna clase de gran problema en el Inframundo, porque le habían dado una auténtica paliza. Seguramente estaría muerto si no lo hubiesen invocado.

La conexión que Bryan tenía con esta pequeña criatura era extraordinaria. Ningún necromante tendría un lazo semejante con una Criatura Oscura, pues para ellos no eran más que herramientas temporales, una mera extensión de sus propios poderes. Pero desde el principio el Pequeño Esqueleto había sido el único aliado incondicional que Bryan tenía y se fortalecían mutuamente. También había un claro respeto entre ambos, pues a pesar de haberlo refinado él mismo, Bryan nunca había intentado estudiar del todo a esta Pequeña Criatura y la había dejado crecer a su propio ritmo, ayudándolo tan solo cuando era necesario.

Ahora el vínculo entre ambos había alcanzado un nivel nuevo sin precedentes. Quizá no se habría dado cuenta de no haber estado meditando en ese preciso momento, pero era un hecho que el Pequeño Esqueleto había pedido ayuda desde otra dimensión y él pudo sentir este llamado.

Si no lo hubiese escuchado en este momento probablemente lo habrían destruido.” Pensó Bryan mientras abrazaba a su criatura e intentaba usar su Esencia Mágica para aliviar un poco los daños que había sufrido. “Pero no entiendo qué puede haberle pasado a este pequeño en el inframundo. ¿Qué clase de criaturas desconocidas habitaran en el mundo de los muertos? ¡Maldita sea mi debilidad! ¡A pesar de haber obtenido los recuerdos de un Necromante Archimago todavía no sé lo suficiente como para poder ayudarlo!

Por su parte el Pequeño Esqueleto seguía tratando de correr como si no entendiera que ya estaba a salvo. Pero estaba tan maltrecho que cada movimiento hacia tambalear su cuerpo de un modo bastante lamentable. Bryan entonces lo abrazó con más fuerza mientras trataba de abrir la conexión mental entre ambos y darle instrucciones. Pero el Pequeño Esqueleto seguí tratando de escapar frenéticamente, hasta que finalmente, en una de sus sacudidas, su cuenca ocular se fijó en la mirada de Bryan. Sólo entonces detuvo sus movimientos y Bryan sintió que el pánico de su criatura comenzaba a tranquilizarse.

- ¡Pequeño, no te preocupes! ¡Estas a salvo! ¡Yo estoy aquí! - Le susurró Bryan de forma inconsciente e increíblemente sintió que el Pequeño Esqueleto le entendía de algún modo. Bryan estaba asombrado y no sabía que pensar. ¡Cómo explicar que esta criatura tan misteriosa y con terribles habilidades de pronto pareciera comportarse de un modo tan indefenso! Nunca antes había sentido con tanta claridad que este Pequeño Esqueleto confiaba en él como si fuese un hijo mirando a su padre.

- No temas, pequeño. Pronto te recuperarás. - Murmuró Bryan palmeando la cabeza del Pequeño Esqueleto mientras lo examinaba como a un niño lastimado por haber hecho una travesura peligrosa: - Cuando mis poderes necrománticos aumenten no habrá quien nos detenga. Pero hasta entonces, trata de escoger tus broncas con más cuidado. -

A través de su conexión Bryan pudo sentir que la criatura había entendido sus palabras. El Pequeño Esqueleto bajo su cabecita como si estuviese pidiendo disculpas.

- ¿Con quién estás hablando, Bryan? -

Emily y Phoebe habían salido del escondite al mismo tiempo. La hermosa espadachina se adelantó con una actitud recelos e incluso había un dejo de celos en su voz. Como Bryan no solía hablar con nadie con un tono tan tierno, Phoebe se había confundido y creyó que quizá su novio estaba coqueteando con una mujer desconocida. De ahí que preguntase de un modo imperioso antes de ver de quién se trataba.

No sé si Phoebe ha resultado ser más posesiva de lo que pensaba o si sus instintos son demasiado buenos, aunque no haya deducido que Emily es mi amante.” Pensó Bryan mitad admirado y mitad divertido, mientras se levantaba para darse la vuelta.

Cuando Phoebe vio que sujetaba entre sus brazos al Pequeño Esqueleto se calló cualquier cosa que quisiera decir. Todo el mundo sabía que, para los necromantes, las Criaturas Oscuras eran meras herramientas o en el mejor de los casos sus esclavos. Nunca había visto que a uno que tratase a sus invocaciones como si fuesen parientes o familiares.

¿O quizá ese Pequeño Esqueleto es así de extraordinario porque su maestro lo trata de un modo extraordinario?” Pensó Phoebe intrigada. “Es cierto que los poderes de Bryan son algo único, pero también lo es su forma de pensar. Seguramente por eso es capaz de lograr cosas que nadie más podría ni siquiera imaginar.

Bryan examinó al Pequeño Esqueleto una vez más y comprobó que los daños más severos en su menudo cuerpo ya se habían recuperado gracias la Esencia Mágica. Entonces le dijo: - ¡Ven, sube! - Y el Pequeño Esqueleto escaló hábilmente sobre su hombro derecho, como lo haría un mono bien entrenado. Entonces miró sonriendo a esas hermosas mujeres, cuya belleza podía eclipsar incluso al sol naciente y les pregunto: - ¿Cómo se sienten? ¿Descansaron lo suficiente? -

- Si, estoy recuperada. - Respondió Emily: - Creo que ya puedo volver a levitar. Deberíamos partir inmediatamente. Hay que entregar cuanto antes toda la información que obtuvimos sobre Odón Ascher a la sede del Manto Oscuro. -

- Muy bien, partamos de inmediato. También me preocupa que Chester y Elena estén a salvo. - Respondió Bryan e inmediatamente se acercó a Phoebe para sujetarla firmemente por la cintura antes de echar a volar, provocando que las mejillas de la espadachina se tornasen color de rosa.

Los primeros rayos del amanecer calentaban la tierra montañosa que se había humedecido por las heladas nocturnas, provocando una neblina incesante que no dejaba ver muy bien el camino, ni siquiera al volar. Sin embargo, ya no estaban en la cordillera propiamente dicha sino en un altiplano cubierto de Paja Brava que podría haber servido como forraje para ganado si alguien se decidiese a cultivarlo. Pero esto no sucedería nunca debido a la constante amenaza de los Orcos, que sin previo aviso podían emerger en hordas de sus madrigueras subterráneas para destruirlo todo a la primera oportunidad.

Continuaron volando hacia el este durante unos diez minutos. Han Shuo fue el que vio primero la silueta de un nuevo conjunto de montañas del que caían varios riachuelos de agua helada. Poco después el sol se elevó y la neblina desapareció parcialmente. Las rocas de esta zona eran de un mineral blanquecino que reflejaba la luz natural, confiriéndole un hermoso resplandor casi místico a este entorno humedecido por la neblina.

- ¡Es tan hermoso! - Exclamó Phoebe sonriendo: - Nunca lo había visto desde las alturas. -

- Así que este es el Valle del Sol. - Comentó Bryan: - Ahora entiendo porque lo llaman así. En efecto el lugar es hermoso. -

- Si, pero solo desde lejos. - Comentó Emily sonriendo: - Como tantas otras cosas, pierde su encanto en el momento en que te acercas. -

En efecto los ojos de Bryan alcanzaron a ver rápidamente que había una multitud de edificios construidos en varios niveles sobre el terreno elevado, seguramente para evitar que los Orcos, el Imperio Itálico o el Imperio Kasi pudiesen invadirlo sin pagar un alto precio. Todo el asentamiento se encontraba en una posición verdaderamente formidable en términos de defensa, pero fatal en el sentido estético. Porque los edificios se aglomeraban unos sobre otros de forma desordenada, sin tener en cuenta ningún criterio de unidad. Además, era evidente que muchos pueblos diferentes vivían en este lugar, porque había una cantidad ridícula de estilos arquitectónicos diferentes, construidos con diferentes tipos de materiales.

- ¡¿Hay algún motivo para que tengan tantas Atalayas? - Preguntó Bryan al darse cuenta de que prácticamente había un bosque de torres emergiendo del asentamiento.

- Al igual que esos edificios, los habitantes del Valle del Sol son un conglomerado de personas que vienen de distintas naciones. El motivo de que existan tantas Atalayas es para vigilarse mutuamente, porque ninguno confía realmente en el otro. - Respondió Emily negando con la cabeza por la situación compleja en que vivían las personas, pero también parecía aliviada de poder ver su lugar de destino: - Incluso les han prohibido a los magos volar alrededor del asentamiento. De hecho, lo más seguro para nosotros sería descender para continuar el resto del camino a pie o podrían atacarnos. -

La conversación continuó en cuanto estuvieron en el suelo.

- ¿Se puede decir que este lugar es como la ciudad de Drol? - Preguntó Bryan mientras examinaba el asentamiento.

- Lo es en el sentido de que no hay tantas reglas, pero las pocas que existen se cumplen a rajatabla. En el Valle del Sol conviven muchas personas de naciones enemigas como el Imperio Itálico o el Imperio Kasi, también inmigrantes, refugiados de otros países, contrabandistas... y si, también muchos criminales. Por supuesto que también hay nativos, pero no son la mayoría. - Explicó Emily.

- ¿Quién gobierna este lugar? - Preguntó Bryan.

- El más fuerte. - Respondió Phoebe riendo.

- ¿Cómo? -

- El Valle del Sol está en una situación muy única. Técnicamente toda la cordillera se encuentra dentro del Imperio Itálico, pero en la práctica es tierra de nadie por la presencia de los Orcos. - Explicó Emily: - Como toda nuestra fuerza militar está concentrada en defender la fortaleza de Kerlan, no hay soldados que lleguen por estos lares a no ser que tengan que hacerlo. La cordillera es simplemente demasiado grande. Cuando el Imperio Kasi perdió el bastión ante el Emperador Valente, trataron de compensarlo controlando el resto del territorio, pero después de 3 años los kasitas simplemente se marcharon. -

- ¿Por qué? -

- Ya viste el laberinto en el que estuvimos atrapados hace poco. ¿Cuántos soldados crees que se necesitan para controlarlo? -

- ¡Ah! -

- Exacto. Harían falta al menos 7 legiones solamente para ocupar todo el territorio. ¿Y para qué? ¿Para controlar un montón de rocas con bonitos pero diminutos riachuelos, dónde nunca sabrás cuando tendrás que enfrentarte a una horda de orcos? El beneficio no justifica el gasto. Sobre todo, porque la Fortaleza de Kerlan está bloqueando el único acceso por el que un ejército podría cruzar las montañas hacia nuestros dominios. -

- ¿Entonces ningún soldado defiende a los habitantes del Valle del Sol? -

- No solamente no hay soldados… ¡Ellos mismo no desean que ningún representante de los gobiernos esté diciéndoles qué hacer! - Exclamó Emily: - Se han acostumbrado a ser independientes y harán de todo por mantenerse así. Por ejemplo, saben bien que ningún reino les presta atención porque no valen la pena el esfuerzo; de ahí que sus principales actividades sean intercambios comerciales. El resto, como la minería o la agricultura, no se permiten o simplemente se ocultan para no llamar la atención. -

- Entiendo. Pero si ningún gobierno los protege. ¿Por qué los Orcos no los han matado a todos? - Preguntó Bryan: - Recuerdo que ejecuté personalmente a un par que eran Jinetes Wargos y su piel era muy dura. Además, se notaba que son mucho más agresivos que cualquier otra criatura. ¡No quiero imaginarme lo feroz que sería una Horda con varios cientos de miles! -

- Pues, para empezar, su posición está muy bien defendida. - Explicó Emily señalando el asentamiento con una mano: - Puedes ver desde aquí que los edificios exteriores están casi pegados a los cerros y tan apretujados entre sí, que en cierto sentido sirven como murallas. Pero, además, en el Valle del Sol viven varias organizaciones de mercenarios, que como sabes brindan sus servicios por dinero, así que no son tan patriotas. -

- Candice es bastante patriota. - Objeto Phoebe mirándola con una ceja alzada.

- Estoy segura. Hablaba en términos muy generales.  - Respondió Emily con tono respetuoso antes de continuar su explicación: - El caso es que (aquí) el grupo de mercenarios que sean más fuertes son los que ponen las reglas y a cambio mantienen a sus habitantes a salvo de cualquier peligro. Si alguna vez la Horda de Orcos viene por ellos, todos se unirían contra el enemigo común. Es un acuerdo tácito.

Actualmente los Mercenarios de la banda Drakar son quienes ejercen el poder. Tienen más de tres mil integrantes y provienen en su mayoría del Imperio Kasi. -

- ¿Pero entonces no intentan que su país tenga influencia sobre el resto? -

- Como dije, son mercenarios. - Respondió Emily: - Pero además la mayoría son criminales, proscritos o simplemente rebeldes fallidos. No sienten gran amor por su país, pero, aunque lo hicieran, el acuerdo es que mantendrán el control siempre y cuando se ocupen de la seguridad. Si hacen algo en contra de esto, las demás bandas de mercenarios tendrían la excusa perfecta para quitarlos de su posición.

No, los mercenarios de Drakar mantienen el orden y luchan por quedarse en el poder. Dudo mucho que alguna vez hicieran algo que pusiera en riesgo su autoridad. Además, quienes estén a cargo ostentan el derecho de cobrar peajes y sobornos, que es lo más parecido a un impuesto por estos lares. Eso es mucho dinero para un mercenario. Siempre hay otros que están esperando la menor señal de debilidad para desplazarlos. ¿Te imaginas la cantidad de intrigas, golpes bajos y traiciones que suceden sólo entre ellos? -

- Entiendo, todos están muy ocupados vigilando a sus rivales e incluso atentos a los posibles traidores dentro de sus propios grupos como para además traer la política de sus naciones a este escenario. - Dijo Bryan asintiendo.

- Así es, el estatus quo no está escrito en piedra. - Confirmó Emily: - Si un grupo demuestra que es más fuerte que los otros, entonces se convertirá en el nuevo administrador. -

- El Valle del Sol es un lugar bastante interesante. Y una excelente fuente de ingresos. - Dijo Phoebe: - Sobre todo para conseguir mercancías prohibidas en diferentes países. Por eso tenemos una tienda aquí, aunque nunca una auténtica sucursal. Cualquier transacción que hagamos por estos lares no puede ser oficial. -

Continuaron caminando por el sendero accidentado, conversando sobre varias cosas acerca del Valle del Sol. Finalmente llegaron a al asentamiento, cuyas puertas estaban custodiadas fuertemente por guerreros de aspecto feroz y un equipamiento similar. Bryan se dio cuenta de inmediato que se trataba del grupo mercenario Drakar mencionado anteriormente.

Su comportamiento era bastante profesional. Todos los que ingresaban o salían del asentamiento eran muy rápida y eficientemente inspeccionados a pesar de que el flujo de personas no era pequeño. Quizá estos mercenarios no fuesen demasiados en comparación con un auténtico ejército, pero habían demostrado ser más poderosos que las tropas regulares de muchos países al rechazar constantemente la incursión de bandidos, bárbaros y los orcos. Los habitantes del Valle del Sol no tenían queja en cuanto a su desempeño, pues las reglas eran claras: Los que iniciasen una pelea podían elegir entre pasar tiempo en una celda o sufrir diez azotes, los estafadores eran colgados, los ladrones eran flagelados y luego marcados en el rostro para que todos supiesen cuáles eran sus crímenes.

- ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Y qué asuntos tienen aquí? - Preguntó inmediatamente uno de los guardias, que sólo necesitó darles un vistazo para darse cuenta de que eran forasteros.

- Mi nombre es Phoebe del Gremio Mercante de Bootz y estoy aquí por negocios. - Respondió inmediatamente Phoebe adelantándose.

- ¿Tiene una Tésera para ingresar o desea tramitar una? - Pregunto educadamente un segundo guardia. Parecía que el primero se encargaba de intimidar para descubrir si había algo sospechoso en los recién llegados y el segundo atendía los asuntos administrativos.

Muy eficiente, en verdad.”

- Ya tengo una, muchas gracias. - Respondió Phoebe y sacó una pequeña placa de bronce laminado con letras gravadas minuciosamente sobre la superficie.

El mercenario educado tomó la Tésera con mucho respeto y la examinó con atención durante unos segundos. Luego se la devolvió diciendo: - Sean bienvenidos al Valle del Sol. Los Mercenarios de Drakar garantizaremos su seguridad y la de sus pertenencias. -

- Aquí tienen el pago de la tarifa. - Dijo Phoebe entregándoles un saquito con monedas. Había adoptado la actitud fría y distante que tanto la caracterizaba para negociar con los mercenarios. Pero toda esa reserva desapareció de su rostro cuando envolvió suavemente el brazo de Bryan y dijo sonriendo: - ¡Vámonos! ¡Ahora podemos entrar! -

Para protegerse del frio matutino ambas mujeres se habían colocado capas con capuchas, pero el sol ya estaba bien alto en el cielo, y la caminata los hizo entrar en calor, así que se quitaron las capas. Tanto Emily como Phoebe era extremadamente hermosas a su propio modo y en medio de una multitud tan desaliñada como la que usualmente frecuentaba el asentamiento en el Valle del Sol, eran como auténticas diosas de la noche y la mañana.

Inmediatamente atrajeron la atención de todos los hombres. También lo hizo Bryan, por caminar en medio de ellas y con una de ellas sujetándole el brazo amorosamente. Por supuesto que ambas mujeres estaban acostumbradas a dejar boquiabiertos a los hombres y también eran expertas ignorándolos como si no existiesen. Esto desató inmediatamente expresiones de celos que se acercaban bastante al odio en los que miraban a Bryan, pero la mayoría se tornaron en una de confusión cuando vieron que llevaba en el hombro a un extraño esqueleto, como si fuese algún tipo de mascota. Sin embargo, mucha gente extraña visitaba el Valle del Sol a diario, así que la Criatura Oscura no llamó tanto la atención como sí lo habría hecho en otros lugares. En cualquier caso, el resquemor de los hombres alrededor era lo que más prevalecía a su alrededor.

¡Así es, zorros! ¡Envídienme!” Pensó Bryan con algo de vanidad, reduciendo la marcha a propósito para prolongar la experiencia y disfrutando de la situación. Durante muchos había sido él quien se encontraba en el grupo de los envidiosos y era bastante refrescante estar en el extremo receptor para variar.

Pero Emily, que lo conocía mejor que cualquier otra persona, inmediatamente se dio cuenta de que la sonrisa de Bryan ocultaba un rastro de petulancia e inmediatamente entendió lo que estaba pasando por la cabeza de su amado. Al principio puso los ojos en blanco, pero al final soltó una carcajada por lo infantil que era Bryan y lo empujó por la espalda para obligarlo a avanzar mientras le decía: - ¡Ya deja de avanzar como una tortuga! -

Bryan supo que Emily lo había descubierto, pero también soltó una risotada que era más sobre sí mismo, antes de avanzar con paso firme para adentrarse entre la multitud de personas que recorrían las calles del asentamiento en el Valle del Sol.

Esta imagen sirve para ilustrar que los edificios del Valle del Sol se construyeron contra la montaña

Nota del Traductor

¡Qué tal mis estimados amigos, aliados y mecenas! ¡Soy acabcor de Perú y este capítulo es principalmente para honrarlos a todos ustedes, a mi nuevo Gran Mecenas 3L3CTR0M4N y también mi forma de asegurarles que no voy a dejar esta traducción!

La super imagen que es la portada del libro fue editada por mí en Photoshop. ¿Quedó bien? El original era mucho más viejo. Un cambio importante que se va a realizar en este volumen es el cambio de nombres de algunos personajes porque los originales… bueno, no hay otro modo de decirlo, son ridículos. Hay un Archimago llamado Florida, una banda de Mercenarios llamada El Cairo, un berserker (guerrero tradicional de la mitología escandinava) llamado Laureton y otros casos similares. Creo que el Autor no elige el primer nombre que encuentra al azar y simplemente lo pone sin pensar.

Los primeros nombres que se cambiarán serán obviamente los ya mencionados. De hecho, el que Laurenton fuese un Berserker me gustó, pero dado que el Cairo es la actual capital de Egipto y Laureton un condado en Nueva York (creo) decidí cambiarlo todos por algo más escandinavo o de Europa del Este. El Drakar es nada menos que el nombre de un barco vikingo.

Luego me esforcé mucho describiendo el Valle del sol y la ciudad, porque el original no es demasiado claro. Le quité diálogos al protagonista que sonaban demasiado insolentes y los reemplacé por otros que me parecieron más apropiados.

La Tésera es una placa que usaban los antiguos romanos para identificarse, hacer títulos de propiedad y muchas otras cosas. Las del ejército eran de cerámica, mientras que las oficiales podían ser de marfil, madera, aunque sobre todo de metal laminado. Me pareció que quedaba mejor que la “Ficha de Pase” que usaban en el original, pues sonaba demasiado moderno.

Espero que les haya gustado el capítulo, muchas gracias a todos por todo su apoyo y estén atentos a las actualizaciones de los libros pasados. Por favor no dejen de escribir sus opiniones en los comentarios, compartan esto para que otros puedan disfrutar y si es posible ayúdenme con su patrocinio en mi cuenta Patreon para que pueda comer arroz con pollo porque todos los precios están subiendo por aquí.

Nos vemos en el siguiente capítulo.