92 ¿De verdad eres un Mago?

Los primeros rayos del sol aún no despuntaban, pero los finos oídos de Bryan percibieron el inicio del inevitable alboroto. Quizá fuese una sirvienta muy laboriosa o tal vez alguna estudiante especialmente madrugadora quien descubrió el asunto. El caso es que la noticia del robo de la ropa interior se extendió como un reguero de pólvora en el dormitorio femenino y no tardó mucho en extenderse por cada rincón de la Escuela Necromántica.

Las clases no habían comenzado, pero Gene y Fanny parecían tan cansados como si hubiesen trabajado una jornada entera. Desde muy temprano habían tenido que ir de aquí para allá, escuchando las quejas y denuncias de cada estudiante femenina, presentando informes apresurados a los decanos e incluso a la mismísima rectora. Lo más difícil había sido tranquilizar a las iracundas estudiantes, para que no hiciesen nada apresurado o irreflexivo.

Finalmente se convocó una reunión general de todos los estudiantes en los campos de entrenamiento a la que ninguno se demoró en asistir. Todas las chicas exhibían expresiones que oscilaban entre el temor y el enojo, mientras que los varones parecían más bien asombrados o curiosos, aunque no faltaban aquellos que se deleitaban en la desgracia ajena.

Bryan estaba ahí, rodeado de todo el barullo de murmullos y parloteos ruidosos de la enardecida multitud. De vez en cuando vigilaba a Fitch con disimulo por el rabillo del ojo. El joven se esforzaba por mantener una fachada de normalidad y genuino desconcierto, pero no podía evitar mirar de cuando en cuando hacia Bryan con muy poco disimulo.

- ¡Esto es indignante! ¡Nunca en todos mis años como profesor había ocurrido un incidente tan deplorable y vergonzoso como este en nuestra Escuela Necromántica! ¡Exijo que se investigue a fondo y que no dejen piedra sin remover, hasta encontrar a ese miserable ladrón! ¡No importa en donde se oculte! - El rostro de Gene parecía muy enojado mientras expresaba su opinión.

- Muchachas, han tenido que tomar algunas precauciones. ¡¿Cómo es posible que un intruso pueda entrar tan fácilmente en un edificio repleto de estudiantes de magia con tanta facilidad?! ¡¿No recuerdan los hechizos y barreras de detección de vida que aprendieron?! ¡¿Por qué ninguna tuvo la iniciativa de proteger los dormitorios?! - Les preguntó Fanny con una ceja fruncida.

Lisa respondió de inmediato con una expresión compungida: - Es verdad Maestra. Pero esta es la prestigiosa Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares, la institución educativa más importante del imperio. Sólo a las élites les permiten el ingreso y aquí enseñan algunos de los magos más poderosos. ¡Nunca imaginamos que habría un ladrón lo bastante audaz como para infiltrarse aquí! Jamás había sucedido nada semejante. ¡¿Y cómo íbamos a imaginar que alguien querría robar algo como la ropa interior sucia?! -

Como era de esperar, las chicas ya se habían reunido con sus amigas para formar pequeñas secciones que no dejaban de conversar. Amy, Athena, Bella y unas cuantas más, eran el grupo que mostraba las expresiones más enojadas mientras se quejaban incesantemente. De vez en cuando alguna no resistía la tentación de soltar un grito o dos en los que demandaba la inmediata captura del responsable para aplicarle pena máxima.

- Esto va a terminar afectando toda la reputación de nuestra Escuela Necromántica. ¡¿Quién sabe cuánto tiempo nos tomará recuperarla?! ¡Me pregunto quién ha sido el atrevido desvergonzado que cometió un acto tan despreciable! - A pesar de sus palabras, Fanny solo parecía un poco irritada, pero eso era porque estaba ejerciendo su autocontrol por el bien de los estudiantes. En su interior estaba realmente furiosa.

Y así continuaron las discusiones alborotadas dentro de los campos de entrenamiento, impulsadas sobre todo por aquellas chicas que habían sido víctimas directas del robo. Obviamente estaban iracundas y nada de lo que sus amigas les dijesen podía calmarlas. Bryan observaba como se desarrollaban los acontecimientos con mucha calma.

- ¿Quién crees que lo hizo? - En algún momento Lisa había llegado junto a él y le preguntó su opinión.

Bryan se encogió de hombros y sonrió: - ¿Cómo podría saberlo? Lo único que puedo decir es que el culpable debe conocer bastante bien nuestro territorio. Sólo alguien muy poderoso podría infiltrarse en la Academia sin ser detectado por los profesores, pero no hay motivo para que alguien así se ponga a saquear una lavandería. Esto no es el crimen de una mente maestra, sino un el acto de un vándalo. Pero en ese caso, incluso si todas las chicas de los dormitorios fuesen unas completas novatas, habrían detectado que alguien extraño estaba rondando por los alrededores, por eso creo que quien lo hizo conoce bien este lugar. Aun así, no deja de ser impresionante que haya podido hacer todo esto sin que nadie se diera cuenta, admiro un poco la habilidad de esa persona. -

- ¿Cómo puedes ponerte a hacer bromas en un momento como este? Mi… ¡Ese maldito también se robó mi sostén! Sea quien sea, es un miserable desvergonzado y si alguna vez llego a tenerlo en mis manos… ¡Voy a hacer que se arrepienta para toda la vida! - Lisa apretó los puños mientras maldecía al responsable y prácticamente juraba venganza.

- Te entiendo Lisa. Pero primero tendrás que atraparlo. - Respondió Bryan con un tono casual y su mirada se dirigió disimuladamente hacia el rostro de Fitch.

Sin embargo, Lisa no notó el gesto, porque en ese momento se desató un fuerte bullicio en los campos de entrenamiento y un grupo de personas se presentó de repente. Eran los prefectos, alumnos destacados que recibían cierta autoridad limitada para controlar al resto de estudiantes. Todos ellos eran liderados por un espadachín de mediana edad.

Su nombre era Vita y estaba encargado de resolver todos los problemas triviales dentro de la Academia. Bryan solo lo había visto una vez anteriormente, pero sabía que era una persona reconocida por su gran perspicacia y una excelente habilidad con la espada que le permitía detener cualquier disputa entre los estudiantes de inmediato, cuando la cosa se salía de control, incluso si pertenecían a los cursos superiores. Cada vez que ocurría algo extraño o irregular, demostraba ser la persona perfecta para solucionarlo.

- ¡Todo el mundo por favor préstenme su atención! Ya he sido informado de lo que ha ocurrido y he realizado una investigación preliminar. También he revisado los alrededores de los dormitorios femeninos en busca de cualquier indicio de una entrada forzada y me temo que ya tengo una buena conjetura sobre la identidad del criminal en cuestión. - El tono de Vita era muy frío y sus agudos ojos se fijaron en la gran masa de estudiantes masculinos, donde Bryan y los demás se habían reunido en un gran bloque unificado.

- ¡¿Ya sabe quién lo hizo, señor Vita?! ¡Por favor díganoslo inmediatamente! - Amy estaba más cerca del espadachín y preguntó llena de ansiedad, lo que era un poco sorprendente ya que usualmente era la más tranquila y recatada de su grupo. Pero ahora estaba realmente enojada.

Vita entornó aún más los ojos mientras contemplaba a los estudiantes varones: - No hay evidencia de que algún extraño haya ingresado en la Escuela Necromántica. Así que eso sólo deja una posibilidad. Ahora voy esperar un momento, con la esperanza de que el culpable demuestre que tiene conciencia y el valor de admitir su culpa. Si confiesa voluntariamente, puedo prometer que al menos no lo acusaré directamente con las autoridades imperiales por cometer hurto más el agravante de conducta indecente, todo será decidido internamente por las Autoridades de la Academia. Pero si insiste en tratar de evadir su responsabilidad, cumpliré mi deber y me aseguraré de que se le castigue con todas las de la ley, pues no solamente ha deshonrado a esta prestigiosa institución, sino también a sí mismo y su familia. -

- Maestro Vita… ¿Qué es lo que quiere decir? ¿Por qué les habla así a los estudiantes? ¡¿Acaso esta insinuando que uno de mis alumnos es responsable de esto?! ¡Pero si todos proceden de las mejores familias o han tenido que hacer méritos para estar aquí! ¡Eso es totalmente absurdo! - Objetó Fanny con vehemencia y una mirada llena de tristeza.

Pero sus argumentos no convencieron a Vita, que no dejaba de pasear su mirada sobre los rostros de los estudiantes varones con una actitud fría y severa.

- Me temo que no lo estoy insinuando, sino que afirmo que tiene que ser uno de sus estudiantes, Maestra Fanny. Yo entiendo su posición y lamento mucho tener que decir esto, pero ninguna entrada ha sido forzada, no hay huellas o evidencia de que alguien abandonara la Academia anoche y los guardias tampoco han visto a nadie caminando hacia las salidas. Lo que si encontré fue el rastro de unas huellas, que pertenecen a un adulto joven de contextura delgada, saliendo de una de las ventanas del edificio de los estudiantes varones; luego serpenteó entre los árboles y arbustos para llegar al edificio de las estudiantes femeninas. Sé que es desagradable de oír, pero le aseguro que jamás dejo de ser minucioso cuando investigo cualquier incidente y este no es uno particularmente complicado. - Vita parecía muy seguro de lo que decía mientras emitía su juicio.

“Parece que Fitch prestó atención a los detalles e incluso dejó huellas a propósito, para que Vita las encontrara. Pero cuando menos debió asegurarse dejar un rastro que llevara hasta mi habitación.” Pensó Bryan con cierto desdén por Fitch, que ahora le parecía mucho menos interesante.

Pero a parte de él, todo el mundo entró en un estado alborotado en cuanto escucharon el juicio de Vita. Los varones comenzaron a protestar con un tono enardecido mientras proclamaban su honor intachable y negaban cualquier implicación en lo que consideraban “un acto tan vil y cobarde”. En cambio, el grupo de las mujeres, con Bella a la cabeza, prefirieron seguir la filosofía de [piensa mal y acertarás], así que miraron a los chicos con expresiones bastante hostiles. Era evidente que no creían en la inocencia de nadie y sospechaban de todos y cada uno de ellos.

- Eh… Lisa, no tienes que mirarme de esa manera, me sentiría incómodo incluso si no haces. - La mirada inquisidora con la que la joven bruja examinaba el rostro de Bryan era particularmente hiriente y aunque él técnicamente no era el causante del incidente, no pudo evitar sentir que todos los cabellos se le erizaban. Era como si realmente se hubiera convertido en ese desvergonzado y pervertido demonio.

- Je je, sólo estaba jugando un poco contigo, Bryan. Estoy segura de que tú NUNCA harías algo como eso. ¿NO-ES-VERDAD? - Lisa le sonrió dulcemente cuando vio su reacción, pero de algún modo parecía que había espinas ocultas en alguna parte detrás de esa sonrisa.

A estas alturas Vita ya estaba perdiendo la paciencia y habló firmemente para poner fin a los gritos y quejas de los chicos: - ¡Creo que ya ha sido suficiente tiempo! ¡Que el responsable de esto al menos demuestre que tiene un mínimo de coraje y dé un paso el frente en este momento! Podemos resolver este asunto en privado si está dispuesto a confesar. ¡Pero si esa persona cree que de verdad va a poder engañarme y no tiene intención de arrepentirse o corregir sus malas acciones, entonces ya no obtendrá ninguna clemencia por mi parte! -

El culpable en cuestión se sentía muy orgulloso de sí mismo en ese preciso momento. Como estaba seguro de que la evidencia incriminatoria estaba en la habitación de Bryan, tenía problemas para ocultar su euforia. Las palabras de Vita emocionaron a Fitch. ¿Qué más podría pedir? Lo que quería era que el registro empezase inmediato.

El resto de varones no había hecho nada y por lo tanto no tenían que temer. Así que empezaron a exigir que se iniciaran las pesquisas de inmediato para limpiar cualquier sospecha de sus nombres aristocráticos. Y Fitch se unió de inmediato al coro de los inocentes, con una actitud que buscaba emular un espíritu noble, mientras se expresaba con vehemencia: - ¡Este asunto debe ser investigado a fondo! ¡Por el bien de la justicia no se puede haber clemencia con un criminal así! -

Bach y el resto de varones asintieron de inmediato a sus palabras. Después de todo, Fitch siempre había sido su líder. No tardaron en aceptar sus opiniones y expresar que el ladrón, fuese quien fuese, debía ser castigado muy severamente. De algún modo parecía que esperaban probar su inconciencia de ese modo.

Durante todo este tiempo Bryan era el único de los hombres que permanecía en silencio, sin sumarse a las exhortaciones de los demás. Su actitud tranquila y la leve sonrisa de su rostro lo hacían destacar del resto de la multitud. Al verlo, Amy no pudo evitar sentir curiosidad y le preguntó tímidamente: - Bryan, ¿por qué no dices nada? -

Bryan se volvió para mirarla, pero antes de que pudiera responder, alguien lo interrumpió.

- ¿Tal vez se siente culpable? Después de todo, algo como esto jamás había pasado. Y nunca hubo incidentes extraños mientras él no estuvo aquí. Pero la primera noche en que se quedó en los dormitorios de la Escuela Necromántica se produjo este robo. ¡Ja! ¡No puede ser simple coincidencia! - Bella tenía algunos viejos rencores con Bryan, así que en cuanto le pareció que había un frente en el que podía atacarlo, aprovechó la oportunidad.

De hecho, sus palabras parecían tener algo de sentido y las miradas de todos los estudiantes cayeron sobre él. Muchos rostros ahora estaban llenos de sospecha o desdén, pues todos sabían que su origen era el de un esclavo y por lo tanto no pertenecía a su misma clase. En sus mentes ya lo estaban etiquetando como el pervertido culpable.

- Esas son grandes palabras, señorita Bella. ¡Ojalá hubiese sido tan osada cuando viajamos al Bosque Oscuro! ¿Quizá necesitamos recodar algunas lecciones que aprendimos por el camino? - Dijo Bryan devolviéndoles una sonrisa que no tenía nada de cálida. Sus compañeros de clase se dieron cuenta de la amenaza implícita en sus palabras y dejaron de acosarlo, pero el resto aún no lo conocían bien, así que siguieron mirándolo con sospecha.

Bryan no se inmutó por ellos y en cambio suavizó su expresión para mirar a Amy con amabilidad y le respondió: - Señorita Amy, yo soy un liberto. Si soy expulsado de esta Academia perderé cualquier oportunidad de salir a delante en mi vida. Puedo garantizarle que no echaría mi futuro por la borda, sólo para robar unas prendas de ropa interior. Yo creo que cualquiera podría darse cuenta de eso. Si ahora guardo silencio, es porque en realidad no tiene sentido proclamar mi postura.

Los hechos valen más que cualquier palabra y estoy muy seguro de que el señor Vita será capaz de llegar al fondo de esta cuestión y descubrir al culpable. ¡Estoy esperando los resultados de su investigación con mucha expectativa! - Bryan se encogió de hombros luego de decir esto.

Mientras tanto, y viendo que nadie parecía dispuesto a dar el paso adelante para confesar, Vita lanzó un resoplido lleno de frialdad para después decir: - Bien, si es así, entonces me temo que tendremos que tomar algunas medidas drásticas. Voy a tener que pedirles a todos los varones que me entreguen sus morrales y se desvistan de la cintura para arriba, de modo que podamos revisar sus ropas. No ha pasado mucho tiempo desde que se produjo el incidente, así que es muy probable que el ladrón todavía tenga los objetos ocultos en su habitación o con ellos mismos. Maestro Gene y Maestra Fanny, por favor ayúdenme a registrarlos primero. Después voy a tomarme el tiempo de revisar a fondo cada una de las habitaciones. Porque estoy seguro de que no han tenido tiempo de enterrar la evidencia. -

Bajo la mirada de los prefectos y los profesores, todos los estudiantes varones comenzaron a quitarse sus capas y túnicas de mago hasta quedar únicamente con sus pantalones cortos. El Maestro Gene y Vita comenzaron a revisar personalmente cada una de sus prendas y confirmar que no había nada sospechoso en alguno de los bolsillos.

En cuanto Bryan se quitó la túnica y expuso su torso desnudo, la expresión de Vita se llenó de desconcierto y sorpresa, como si no pudiese entender lo que veía. Finalmente, no pudo evitar preguntar: - Joven, ¿de verdad eres un mago? -

En ese momento el extraordinario cuerpo de Bryan les parecía absolutamente perfecto y hasta la tímida Amy se ruborizó con fuerza cuando inclino su cabeza para susurrarle algo a su amiga Athena. Bryan no alcanzó a escuchar lo que Amy le dijo, pero el rostro de Athena enrojeció con fuerza al oírla y la forma en que lo miraba se volvió muy extraña.

La Maestra Fanny también se había ruborizado, aunque en ese momento pretendía ser indiferente. Pero en cuanto le pareció que nadie se fijaba en ella, aprovecho la oportunidad para darle una buena mirada.

- No sé qué decirte Lisa. Pero cuando era esclavo no me daban mucho para comer y siempre andaba desnutrido. Ahora que estoy comiendo mejor y haciendo más ejercicio, naturalmente me he desarrollado. Pero tú sabes bien de lo que hablo, ¿verdad? - Bryan respondió con ambigüedad y le lanzó una mirada significativa al busto de Lisa.

La muchacha entendió la indirecta y se asustó un poco cuando vio en dónde estaba mirándola, así que se llevó las manos al pecho con cierta vergüenza y lo amonestó con nerviosismo: - ¡Tú cállate ahora mismo, estúpido! -

Después de que ese pequeño interludio terminó, Vita reunió las ropas de todos los alumnos y comenzó a examinarlas concienzudamente en busca de evidencias, pero no pudo encontrar nada. Al final tuvo que pasar a lo siguiente: - Supongo que el culpable ha escondido las prendas en los dormitorios. Vamos dividirnos para revisarlos uno por uno. -

Todos los prefectos asintieron y estaban a punto de salir, cuando Bella se acordó de algo y se apresuró a interrumpir: - ¡Señor Vita, el liberto Bryan tiene un Anillo Espacial! -

El grupo de Vita detuvo sus pasos al instante y dieron media vuelta. El espadachín miró asombrado el Anillo que pendía en uno de los dedos de Bryan y exclamó: - ¡Así que eso es un Anillo Espacial! No he visto muchos de esos, así que casi lo pasé por alto. Pero esto será un problema complicado. ¿Qué te parece esto, estudiante Bryan? Entrégame tu Anillo y yo se lo llevaré a la Rectora Emma. Ella es una Gran Maga especialista en Magia del Espacio y puede averiguar cuál es el contenido de tu Anillo sin llegar a dañarlo. Sé que es molesto, pero espero que nos brindes tu completa cooperación. -

“Oh, muchas gracias. Y de paso encontrará al Ojo de la Oscuridad y el Desgarrador Sombrío. Apostaría oros contra bronces a que eso me traerá más problemas que un paquete de lencería robada.” Pensó Bryan con sarcasmo y lanzó una mirada despiadada hacia Bella, que lo observaba con cierto regocijo. Luego le habló directamente en un tono que todos los alumnos pudieron escuchar: - Eres una pequeña arpía disfrazada de ser humano. ¿No es verdad, mocosa malparida? -

La sonrisa maliciosa de Bella desapareció de inmediato y por primera vez se atrevió a mirarlo con una expresión de furia extrema. Pero luego recordó la matanza que desató entre los Ogros Devora-Hombres en el Bosque Oscuro y la mirada de Bryan le pareció aterradora. Bella dio un paso hacia atrás, asustada. Luego abrió la boca, pero no pudo decir una sola palabra.

Por su parte Bryan se enfrentaba a un dilema, pues sabía que acababa de ser expuesto en frente de todos. No podía permitir que otros averiguaran lo que tenía guardado en el Anillo, sobre todo alguien tan poderosa y bien conectada como la Rectora.

- ¿Qué pasa? ¿Acaso tu Anillo Espacial contiene algo que no deberías tener? - Preguntó Vita de inmediato al ver que no parecía dispuesto en cooperar.

- Señor Vita, puedo responder por este estudiante. Yo misma he sido la que lo recomendó a nuestra Academia y sé que nunca participaría en un crimen como este. Pero muchas veces los magos guardamos cosas muy personales o privadas en los Anillo Espaciales. Bryan acaba de ser liberado de la esclavitud y es natural que no confíe en los demás. Le propongo que primero revisemos los dormitorios. Luego, si no encontramos nada, yo misma le llevare el Anillo Espacial a la Rectora en compañía de usted. - Fanny estaba pendiente de Bryan y se apresuró a intervenir en cuanto notó que algo lo estaba preocupando.

Vita miró sorprendido a la maestra por un instante, pero al final asintió con la cabeza antes de decir: - Entonces iré a revisar los dormitorios. Mientras tanto por favor ocúpese de que ningún estudiante abandone esta sala bajo ningún pretexto mientras llevamos a cabo la inspección y tampoco pierda de vista ese Anillo Espacial o permita que nada extraño suceda mientras no estamos. Tendré que considerarla responsable si algo sale mal. -

- Revisar los dormitorios nos llevará más tiempo, pero es un paso que necesariamente tenemos que dar. Así que pongámonos a ello hagamos de inmediato. ¡Cuánto antes terminemos con esto será mejor para todos! - Gene intervino en ese momento para aliviar la tensión y lideró al grupo que llevaría a cabo la inspección.

Al poco tiempo todo el edificio residencial de los estudiantes varones comenzó a ser registrado meticulosamente y el sonido de las puertas, cajones, cajas y armarios siendo abiertos inundó todo el lugar. Mientras tanto todos los alumnos se quedaron en la Sala de Entrenamientos ajenos a lo que ocurría en sus dormitorios y vigilados atentamente por la Maestra Fanny. Fitch la contemplaba a ella y a Bryan con una mirada llena de cruel alegría. Estaba saboreando su tan ansiada venganza e imaginaba el castigo que estaba a punto de desatarse sobre el antiguo sirviente que tanto había llegado a odiar. Nunca en su vida se sintió tan satisfecho de sí mismo.

- Gracias por interceder por mí una vez más, Maestra Fanny. - Susurró Bryan con sinceridad en cuanto estuvo seguro de que nadie lo escuchaba.

La hermosa profesora lo miró de soslayo y también susurró con su dulce voz: - ¿Qué cosas estás guardando en tu Anillo Espacial, Bryan? Dudo mucho que la Rectora fuera a causarte problemas a menos que fuese algo muy serio. ¿Qué te tiene tan asustado? -

- ¿Recuerda lo que obtuvimos de los jinetes Wargos? Lamentablemente no pude vender todas las armas, pociones y venenos que los Orcos saquearon en Drol. Tampoco podía dejarlas por ahí, para que otros las encuentren. Tuve que guardarlas en el Anillo Espacial hasta descubrir una forma segura de deshacerme de esas cosas. La Rectora sabrá de inmediato que son bienes robados y naturalmente se preguntará de dónde vinieron. No pasará mucho tiempo antes de que alguien haga conjeturas o averigüe que nosotros ya nos repartimos la mayor parte del botín. En el peor de los casos podrían acusarnos a todos de contrabandear con bienes ilegales o enriquecimiento ilícito. ¿Acaso Bella tendrá alguna clase de enfermedad mental que la obligase a abrir la boca sin pensar? Porque debería haber un límite para su estupidez. - Respondió Bryan de inmediato.

Esta explicación hizo que Fanny se sintiese como una tonta por no haberlo pensado antes y su frente se frunció con ansiedad.

En ese momento las puertas de Sala de Entrenamiento se abrieron de golpe y el nutrido grupo de prefectos entró marchando directamente hacia el sonriente Fitch, con el Maestro Gene y Vita a la cabeza. El espadachín miró al joven en silencio durante unos momentos, hasta que finalmente dijo:

- Tengo curiosidad, estudiante. ¿Usted se golpeó la cabeza recientemente? ¡¿O de verdad fue tan estúpido como para creer que no descubriría el paquete debajo de su cama?! -

Todas las miradas se volvieron hacia él en un instante, ahora llenas de oprobio y repugnancia. Fitch estaba atónito. Todo el orgullo desapareció de su rostro. Y por unos momentos se quedó paralizado, incapaz de entender lo que le estaba ocurriendo.

Para cuando logró recuperar algo de sentido y abrió la boca para replicar, se vio ahogado por una oleada de maldiciones agudas y furibundas de todas las estudiantes de la Escuela Necromántica.