124 ¡Ni siquiera hemos dormido juntos!

Phoebe dejó a un lado su taza de café para servirse un poco de vino tinto, el cual resplandeció con una luz maravillosa en la hermosa copa de cristal minuciosamente pulida para ser casi totalmente trasparente. Después de beber un sorbo de forma elegante y delicada, hecho un rápido vistazo a Bryan mientras preguntaba en voz baja: - ¿Por qué me miras de ese modo? -

- ¿De qué hablas?... no te entiendo. - Respondió Bryan tartamudeando un poco por un pánico repentino.

- ¿No entiendes de qué hablo? Qué curioso. Yo juraría que tienes algún pensamiento persistente en la cabeza a juzgar por la forma en que estás babeando en este momento. - Dijo Phoebe riendo juguetonamente mientras señalaba una esquina de la boca de Bryan.

Este se llevó rápidamente la mano a la barbilla y descubrió con vergüenza realmente estaba húmeda, así que se limpió con una servilleta mientras inventaba alguna excusa: - No es más que… un poco de vino. Nada más. -

- Oh. - dijo Phoebe sonriendo divertida: - Qué interesante que derrames vino a pesar de que ahora mismo estás bebiendo café. Y yo que pensaba que alguien tan habilidoso como tú no tendría problemas de coordinación, pero parece que las bebidas pueden presentarte un desafío. -

Bryan se sintió aún más avergonzado, pero logró suprimir este sentimiento y concluyó que justificarse más solo lo dejaría en ridículo, así que permaneció en silencio mientras escuchaba a Phoebe, quien ya había tenido la amabilidad de cambiar de tema. Pero sin importar cuanto lo intentase, su sentimiento de nerviosismo no desaparecía y sin querer su mirada se desviaba hacia la roca donde se encontraba esa estrecha grieta.

- Desde que empezamos el almuerzo no has dejado de mirar ese lugar. ¿Qué es lo que tanto te interesa? - Preguntó Phoebe mirándolo de reojo.

Bryan sintió que su corazón daba un vuelco. Pero rápidamente se las arregló para responder evitando tartamudear en esta ocasión: - Es el lugar que más destaca, ¿hay algo malo en apreciar la belleza de las flores? -

- Tu mirada únicamente se fija en la roca y ya van nueve veces que lo haces. - Dijo Phoebe mirando la copa que sostenía para no verlo a él, aunque no pudo evitar mover los dedos de su mano libre sobre la mesa evidenciando su nerviosismo.

Bryan lo notó y rápidamente respondió: - ¿Y cómo sabes exactamente el número de veces que la he mirado? -

Al escuchar la pregunta las mejillas de Phoebe se pusieron aún más coloradas y esta vez fue ella la que respondió con nerviosismo: - Estoy sentada justo en frente tuyo. Por supuesto que lo notaría sin importar lo furtivo que intentes ser. Y también puedo adivinar lo que está pasando por tu cabeza. ¡Será mejor que te detengas! -

Al verla tan nerviosa Bryan decidió dejar de ser el pasivo en esta conversación. Así que tomó un sorbo de café y miró cándidamente el agua de su taza mientras decía con un dejo de picardía: - Pues debo decir que me siento honrado. Nunca hubiese pensado que la noble señorita Phoebe estuviese tan interesada en estudiar mis reacciones como para registrar en su memoria el número de veces que he mirado a otro sitio. Estoy realmente abrumado por tu consideración. -

Phoebe se quedó sin palabras de repente y su rubor ahora se había extendido hasta su delicado cuello. De inmediato trató de responder, pero no pudo evitar tartamudear, así que guardó silencio para organizar sus pensamientos, mientras sentía que su nervosismo y timidez se incrementaban por momentos.

 - Pero ya que te intereso tanto como para que afirmes conocer mis pensamientos. ¿Podrías explicarme exactamente qué ideas están pasando por mi cabeza en este momento? - Pregunto Bryan y esta vez la miró con una sonrisa descarada y sin intentar ocultar para nada sus intenciones. De pronto se dijo a sí mismo que un Mago Demoníaco no tendría que estar amilanándose por algo tan sencillo como interactuar con una mujer hermosa y que en su lugar debería decir o hacer lo que quería, exactamente como lo quería. Cuando asimiló esto, dejó de lado cualquier actitud timorata y su nerviosismo desapareció por completo. En su lugar estaba mirando fijamente a Phoebe sin el menor rastro de pudor.

- ¡Oh, cállate Bryan! Es evidente que estas lleno de pensamientos malvados e impuros. -

- Tienes que ser mucho más específica. - Respondió Bryan fingiendo que no entendía de que hablaba: - Sabes que soy una persona malvada por naturaleza y pienso cosas terribles todos los días. ¿Exactamente a qué cosas “impuras” te refieres? Por favor se lo más descriptiva que puedas. -

- ¡Ya es suficiente de esta conversación! - Dijo Phoebe enfurecida y fulminó a Bryan con la mirada. Luego cruzó los brazos con irritación mientras miraba a un costado: - Parece que no puedo hacer negocios contigo sin que aproveches para molestarme. -

Bryan soltó una carcajada y decidió que era mejor terminarlo ahí. Pero la última frase de la muchacha le hizo recordar de pronto un asunto del que quería hablar: - Ahora que mencionas los negocios. Una vez me contaste sobre el gremio McGrady ¿Era algo acerca de “como ellos estaban perjudicándote” y “volviéndose tu competencia”? -

Phoebe le devolvió la mirada un poco sorprendida por el nuevo tema de conversación, pero luego asintió y respondió: - Si, ellos son una espina en nuestro costado desde hace mucho tiempo, pero no podemos hacer ningún movimiento directo en su contra porque están protegidos por la Alianza Mercante de Tiró, que incluye los capitales de varios países marítimos de oriente y sur.

De algún modo, el Gremio se ha convertido en su puerta de entrada a todos los mercados en esta parte del mundo. Como consecuencia, esa gran liga no tiene reparos en invertir una buena cantidad de recursos o influencias políticas para protegerlos legal y económicamente. Y a su vez, el Gremio McGrady supo aprovechar esta inmunidad parcial, para sobornar a muchos funcionaros en el Imperio Itálico.

Gracias a esto han conseguido vía libre para trasportar un gran flujo de mercancías sin pagar los impuestos correspondientes, lo cual les permite venderlas a un precio muy por debajo de los demás. Naturalmente nos han quitado una cuota considerable de clientes. -

Sonriendo ligeramente, Bryan dijo: - Entiendo lo que dices. Pero el poder de este gremio no proviene de sí mismo sino de la protección de la Alianza Mercante de Tiró. Esto los obliga a permanecer en una situación algo complicada, porque, aunque pueden obtener grandes ganancias al vender sin pagar impuestos, no son libres de trabajar como les plazca y tienen que adaptarse a los caprichos de sus patrones en el extranjero. También los pone en la mira de muchos otros poderes como tu propio gremio o incluso podrían atraer la atención de algún Cuestor Imperial.

La solución sería limitarse a vender productos seguros, pero su nicho de mercado es precisamente la mercancía ilegal y sus amos nunca les permitirían cambiar de rubro.

Así que, en el momento que alguien obtenga alguna evidencia contundente sobre sus actividades, estarán acabados. Porque me imagino que la Alianza Mercante de Tiró los abandonará inmediatamente: Una cosa es protegerlos de otros gremios mercantiles y otra muy diferente es arriesgarse a crear un problema político con una potencia imperial, sólo para proteger a un subordinado prescindible que además cometió la torpeza de dejarse atrapar. -

- ¿Por qué de pronto mencionas al Gremio McGrady? - Preguntó Phoebe intrigada.

- Porque recientemente me hice amigo de un grupo de individuos bastante habilidosos en materia de… adquisición cuestionable de productos. Y hace poco lograron librar al Gremio McGrady de un gran número de artículos de lujo. A ellos les gustaría deshacerse de estos artículos y yo me estaba preguntando si no podrías ayudarme con eso. -

- ¿Por qué dices “Adquisición cuestionable” cuando claramente estás hablando de una pandilla de ladrones? Bueno, el Bosque Oscuro no es parte del territorio de ninguna nación, así que las leyes de nuestro Imperio no se aplican ahí. Supongo que el Gremio McGrady intentó meter alguna carga demasiado conspicua y no quisieron arriesgarse a ser descubiertos, por lo que probaron suerte viajando por el Bosque Oscuro. Aun así, ellos deberían tener los recursos para procurarse de una buena cantidad de escoltas y muy pocos serían lo bastante valientes como para intentar asaltar sus caravanas. Tus amigos en verdad son bastante “hábiles”. -

- Oh, de eso no hay duda. Entonces ¿crees que puedas aceptar esos bienes? -

- Nuestro Gremio puede comerciar con cualquier cosa siempre y cuando no sea información clasificada o armamento militar. Mis contactos me han dicho que últimamente hay indicios de que el Imperio está bastante atento a cualquier carga sospechosa que provenga de esos lares. Así que, si se trata de algún tipo de armas de asedio, mejor olvídalo. -

Bryan estaba mejor informado sobre estos asuntos gracias a su encuentro con Emily y no se mostró sorprendido. Desde un principio no tenía intención de ofrecerle a Phoebe esas armas, porque ya había prometido dejar que los troles las vendiesen por sí mismos para que el Manto Oscuro pudiera seguirles la pista. Tampoco pondría en riesgo la seguridad de una amiga pidiéndole que vendiese una carga tan peligrosa.

Pero las Armas de Asedio no eran el único producto que trasportaba el Gremio McGrady y Bryan no pensaba desperdiciar un botín tan importante.

- No te preocupes, jamás te pediría algo que te perjudicase. Te agradezco mucho por la comida, pero todo lo bueno lamentablemente debe terminar. Ahora en verdad es tiempo de que me retire y resuelva varios asuntos. Pero vendré a visitarte en pocos días. Por favor ayúdame a obtener mis materiales y suministros lo antes posible, en verdad te lo agradecería. - Dijo con un tono conciliador para tranquilizar a la muchacha y se levantó para retirarse.

Al ver esto, la expresión de Phoebe vaciló y luego habló con un poco de dificultad: - De hecho, también hay algo con lo que podrías ayudarme. -

Bryan se detuvo y volvió la mirada un poco sorprendido: - ¿De qué se trata? -

- Tengo que asistir a un banquete dentro de cinco días y si me presento sola algunas personas molestas podrían incordiarme. Me gustaría que me acompañaras pretendiendo ser mi novio como la última vez. - Explicó Phoebe mirándolo con algo de timidez.

Con una triste sonrisa, Bryan negó con la cabeza: - ¡Olvídalo! No pienso volver a actuar como coartada y menos aún si me meto en una situación donde podría despertar los celos de algún sujeto poderoso. No necesito vivir con el temor de que algún casanova despechado me apuñale en la oscuridad. ¿Por qué mejor no se lo pides a otro? Seguramente habrá alguien más adecuado para el papel. -

 - ¡No! - Gritó Phoebe de pronto y luego replicó con una expresión irónica: - No ha pasado mucho tiempo desde que te presenté como mi pareja frente a toda la cúpula del Gremio. Si de pronto me aparezco con otra persona… ¡Mis subordinados podrían creer que soy una mujer licenciosa que anda cambiando de novio cada dos por tres! ¡No pienso permitir que alguien cuestione mi honor! -

A pesar de esas palabras, era evidente que Bryan todavía no estaba convencido, así que Phoebe lo miró con mala cara y dijo: - Si alguien no me ayuda con este problema, no podré trabajar de forma eficiente. Quizá termine demorándome diez días o incluso medio mes en conseguir ciertos materiales tan difíciles de encontrar. -

Este era en verdad el mejor modo de convencerlo. Bryan solo pudo soltar un largo suspiro y asentir con la cabeza: - Que así sea, pues. Te acompañaré. Pero no pienso hacerme responsable si luego te hago quedar mal por no saber algo o decir cosas inapropiadas. -

Una leve sonrisa reapareció en la expresión de Phoebe al escuchar que Bryan estaba de acuerdo y luego dijo medio en broma: - Entonces es una cita. Además, esto te conviene. ¿Realmente puedes dejar que alguien más me lleve al banquete cuando todos creen que eres mi novio? ¿Y qué pasa si algún malvado se aprovecha de mí y luego todos te señalan con desprecio? -

- ¿Acaso no proclamas todo el tiempo que soy un malvado? ¿Cómo sabes que yo no voy a aprovecharme de ti? - Dijo Bryan un poco malhumorado y poniendo los ojos en blanco.

Cuando escuchó esto, el rostro de Phoebe se sonrojó nuevamente. Pero ella rápidamente volvió su mirada hacia otro lado y dijo en voz baja sin atreverse a mirarlo: - No lo harás. Porque ya te has aprovechado por completo de mí. -

El corazón de Bryan volvió a darle un vuelco cuando escuchó esas palabras y examinó atentamente a Phoebe sólo para descubrir que la muchacha estaba ruborizada del cuello hasta las orejas. Entonces no pudo evitar replicar: - No por completo. ¡Todavía no hemos dormido juntos! -

Y después de soltar esa osada declaración se marchó rápidamente para no darle oportunidad de replicarle. Solamente se detuvo un segundo en el umbral de la puerta antes de decir sin mirar atrás: - Muchas gracias por la comida. Nos vemos en cinco días. -

- ¡Malvado villano! - Gritó Phoebe enfurecida. Nunca pensó que Bryan se atreviese a decirle algo tan descarado y la sorpresa le impidió responderle como se merecía antes de que escapase.

Ella lo maldijo por ser tan rápido huyendo, pero en cuanto estuvo segura de que ya se había marchado no pudo evitar soltar una carcajada. Luego cayó en cuenta y recuperó la compostura de inmediato, volviendo a su actitud fría. Aunque aún se permitió un momento para quejarse de él:

 - ¡Maldito sea! ¿Cómo se atreve a decirme eso? Hump, se está volviendo más descarado cada día que pasa. -

****

Las campanas de los templos anunciaron el mediodía cuando Bryan dejó el Gremio Mercante de Boozt. Primero caminó un rato mientras escuchaba las conversaciones a su alrededor para enterarse de los últimos acontecimientos de la ciudad antes de tomar un carruaje. Su destino era la sede principal del Manto Oscuro, pues ya casi se cumplía un mes desde que se reportó por última vez.

En cierto momento se bajó del carruaje y continuó a pie el resto del trayecto mientras liberaba a sus Espectros Originales para asegurarse de que no lo estuviesen siguiendo. Finalmente llegó a la aparentemente ordinaria casona donde se encontraba uno de los accesos secretos.

El bandido Chester fue quien le abrió la puerta y lo saludó muy educadamente en el instante en que ingresó al vestíbulo: - ¡Mi Señor Bryan, finalmente está aquí! He estado esperando atentamente su llegada e incluso cambié turnos en más de una ocasión para poder escoltarlo personalmente a la sede de la orden. - 

- Eh, ¿por qué me tratas tan formalmente? - Preguntó Bryan mirándolo extrañado.

- ¿Prefiere que le diga “jefe” a secas? - Dijo Chester con una sonrisa.

- Lo que quiero saber es qué hice para merecer tantas atenciones por parte tuya. -

- Simplemente estoy acostumbrándome. Cuando adquieras mayor autoridad necesitarás subordinados de confianza y espero poder ser uno de los seleccionados. - Respondió Chester con total naturalidad.

- Bueno, por lo menos eres honesto al respecto. - Dijo Bryan con un suspiro. - Todos esos títulos suenan bien, pero por ahora continuemos tuteándonos. Je je, no te preocupes, tus esfuerzos han ganado mi atención y prometo incluirte en la primera misión lucrativa que me asignen. -

Al escuchar esta promesa Chester sonrió con alegría y se apresuró a escoltarlo con mucho entusiasmo. Durante todo el recorrido continuó parloteando sin parar, preguntándole donde había estado o si estuvo involucrado en alguna misión importante.

Bryan respondió a todas esas preguntas con mucha vaguedad y continuó caminando tranquilamente hasta llegar a la matriz de trasporte que lo conduciría a las estancias de Cándido. Esta vez no se sorprendió e interactuó naturalmente con el guardián.

Cándido estaba sentado en un rincón de su enorme estudio, examinando con mucho cuidado una serie de documentos. Tan inmerso estaba en su estudio, que ni siquiera se molestó en levantar la mirada cuando sintió que alguien se materializaba en sus estancias, pero no por ello dejaba de estar atento a todo a su alrededor, pues se tomó un momento para decir: - Oh, has venido. No pensé que Emily estuviese tan bien informada. -

Bryan no anticipó que Emily lo mencionase ante sus superiores tan pronto. Tuvo que esforzarse un poco para mantener la compostura y permanecer en silencio.

Pasaron unos minutos hasta que finalmente Cándido dejó sus papeles a un lado, antes de volverse para mirarlo con su característica sonrisa siniestra que tanto asustaba a amigos y enemigos: - La noble Emily, una de nuestros miembros más prometedores, nos informó que se encontró con usted en el Bosque Oscuro y no dejó de elogiar tus habilidades e “impecable desempeño”, para citar sus exactas palabras. Admito que me sorprendió, porque conociéndola como la conozco a ella y sus altos estándares, creo que es la primera vez que la escucho hablar tan bien de otra persona. Debes haber demostrado verdaderas proezas en su presencia, muchas felicidades. -

Ni te imaginas las proezas que desempeñe ‘con ella’, señor Cándido.” Pensó Bryan orgulloso, pero logró mantener su habitual expresión neutral y dijo: - Le agradezco por sus palabras, mi señor. Tal y como ordenó he venido a reportarme antes de que transcurriese un mes desde mi última misión. ¿Quizá tenga nuevos encargos para mí? -

La Orden del Manto Oscuro nunca hacía demasiado hincapié en la vida privada de sus miembros o sus relaciones personales, siempre y cuando estas no representasen un conflicto de interés nacional. Por ese motivo Bryan decidió no dar ninguna explicación sobre su encuentro con Emily ni los acontecimientos que les ocurrieron, pues confiaba en la inteligencia de su mujer y estaba seguro de que ella ya había presentado una buena excusa a sus superiores.

Y en efecto, Cándido ni siquiera pareció interesado en conocer los sucesos exactos de su encuentro, sino que inmediatamente continuó al siguiente tema: - Después de elogiarte, la Dama Emily solicitó que te asignaran como apoyo en su misión principal. En caso de que aceptes compartirás todas las recompensas y el honor que esta implica, pero también sufrirás las consecuencias si fracasas. ¿Qué piensas tú? No he mentido cuando afirmé que eres uno de mis prosélitos y nadie puede ordenarte moverte si no estás de acuerdo. ¿Estás interesado en participar en esta aventura? -

Con la relación que tenían Emily y Bryan no había ningún motivo para que él no estuviese de acuerdo. También era necesario que manipulase a los Troll del Bosque si quería que las armas de asedio volviesen a ponerse en movimiento, sólo así podrían encontrar evidencias para atrapar al destinatario. Si además esto terminaba aportándole grandes beneficios, Bryan estaba más que dispuesto a embarcarse en esta nueva aventura.

- Estoy dispuesto a servir a la noble Emily y completar esta misión con ella. - Dijo Bryan sin ninguna duda. Luego de una pausa, preguntó: - El bandido Chester, que estuvo a cargo de escoltarme todo este tiempo, ha demostrado poseer bastante inteligencia. ¿Me permitiría reclutarlo para esta empresa? -

- Emily es la comandante de toda esta operación, es su decisión reclutar o no a otros miembros así que tendrás que solicitárselo directamente. - Respondió Cándido tranquilamente. Luego dijo: - La noble Emily es la hermana de sangre del Gran Maestre Amyes, así que comprenderás la influencia que puede llegar a tener dentro de nuestra orden. Además, es alguien con excelente reputación y será bueno para ti si interactúas más con ella. Pero también debes tener cuidado, porque en el exterior ella tiene una posición bastante… complicada, dentro de la jerarquía Aristocrática. Procura que nunca te lleguen a asociar con cualquier rumor que la involucre o podrías terminar teniendo muchos enemigos dentro del imperio de los cuales ni siquiera yo podré protegerte. -

El Gran Señor Amyes era uno de los tres comandantes supremos de la Orden del Manto Oscuro y era conocido como el Censor del Emperador, porque se encargaba de vigilar a todos los aristócratas del Imperio Itálico en busca de posibles traidores. No solamente era poderoso en la orden, sino que era un patricio extremadamente influyente en todos los escenarios políticos.

Que Emily fuese hermana de este gran personaje bastaba para asegurarle un importante lugar dentro de la sociedad imperial, pero además Cándido había mencionado que ella poseía una importancia propia muy profunda y misteriosa. Bryan quería saber más, pero no parecía seguro intentar averiguar nada concreto en ese preciso momento o podría despertar sospechas, de modo que optó por permanecer en silencio.

- Asumo que ya habrás deducido algo al respecto, pero quiero que lo recuerdes para que tengas cuidado. Mmm, creo que eso es todo lo que había pendiente, así que puedes retirarte. Emily ya ha obtenido toda la información oficial sobre la misión para que puedas estudiarla y entender los pormenores que tendrás que enfrentar.

En fin, sabrás más cuando ella entre en contacto contigo. Después de que termines esta misión ven a buscarme. - Dijo Cándido mientras lo miraba directamente a los ojos antes de despedirlo con un gesto de la mano.

Ni te imaginas las proezas que desempeñe ‘con ella..."

Nota del Traductor

Cómo están amigos, soy acabcor de Perú y hoy es 22 de septiembre del 2020.


Este capítulo en realidad es una continuación del anterior así que mi mayor desafío fue recordar en qué me había quedado. El problema es que he tenido muchos problemas para cargar las imágenes y después de que otra persona se metió a traducir pensé que ya no era necesario que yo continuase.


Pero decidí volver, haciendo una nueva versión y trabajando más las imágenes para ilustrar. Espero que les hayan gustado.


Si te gustó esta adaptación, por favor deja tu opinión en los comentarios, compártelo con otros para hacernos más conocidos y atraer a más mecenas. Si puedes, ayúdame patrocinándome en mi cuenta Patreon para que pueda pagar Netflix


Nos vemos en el siguiente capítulo.