339 Fuego y Furia

Elena Teia, la joven prodigio que a los catorce años había conquistado el gobierno de una de las ciudades-estado más poderosas de la Liga Etolia y ascendido a Archimaga antes de cumplir los diecisiete, era una enemiga excepcional.

Bryan ya sabía esto incluso sin haber leído detenidamente todos los informes que el Manto Oscuro tenía sobre ella. Pero no importaba cuánto conocimiento adquiriera sobre ella, nunca sería lo mismo que la experiencia de primera mano. Y ahora que la había visto, estaba seguro de que Elena Teia no era una Archimaga que pudiera ser medida con el sentido común. Al igual que su amada Emily, ella era una genio, pero estaba mucho más enfocada al combate. Su primer ataque bastó para que Bryan entendiera que los poderes de esta mujer excedían por mucho sus estimaciones más exageradas. No solo lo había encontrado en medio del bosque, sino que incluso lo había emboscado sin que se diera cuenta hasta el último momento.

Todos los Archimagos podían utilizar el hechizo de Levitación sobre sí mismos, pero generalmente su velocidad de vuelo, aunque no era lenta, tampoco era tan rápida, sobre todo en comparación con el Arte del Noveno Diagrama Celeste. La única excepción quizás serían los Archimagos de Viento, quienes podían aprovechar la fuerza de las corrientes de aire para propulsarse a grandes velocidades. Sin embargo, esta era la teoría general. De algún modo, Elena Teia ya estaba sobre él y había tenido tiempo de lanzar un ataque preventivo bastante potente.

Debido a esto, Bryan decidió retirarse momentáneamente. Inicialmente, sus poderes mágicos estaban al nivel de los de un Gran Mago, pues ya poseía la quintaesencia, así que en teoría debería tener la victoria asegurada contra un Archimago. Sin embargo, debido al tiempo que había tenido que mantener su Sincronización Paranormal, su Fuerza Mental estaba casi en su límite. Además, prefería no mostrar sus otros poderes en presencia de tantos testigos, ya que la existencia de la Magia Demoníaca era una de sus cartas de triunfo más importantes. Por último, no quería arriesgar las vidas de sus guardias Lictores. Aunque fueran sus guardaespaldas, era mucho pedirles que lo defendieran de las bolas de fuego de Elena Teia, quien acababa de demostrar ser mucho más peligrosa de lo que había imaginado.

Así que Bryan comenzó a correr mientras activaba el Arte del Noveno Diagrama Celeste de forma solapada, intentando parecer que era “un poco mejor” que algunos guerreros moviéndose, y utilizando los obstáculos del entorno como cobertura. Al mismo tiempo, envió a sus dos Espectros Oscuros por encima de los árboles para ayudarlo a explorar completamente el terreno y así, cuando llegase el momento, rodearía a su adversaria para contraatacar. Esta era la estrategia clásica que le gustaba utilizar contra enemigos problemáticos y siempre había resultado más o menos útil.

Sin embargo, pronto descubrió que darle la espalda a Elena era una muy mala idea.

Bryan vio cómo del orbe hecho de llamas que flotaba sobre el hombro de la Archimaga salía disparada una pequeña bola de fuego a toda velocidad, aparentemente era el conjuro Proyectil Ígneo. Generalmente, un conjuro rápido implicaba poca potencia, ya que se necesitaba reunir Fuerza Mental para provocar un efecto devastador. Seguramente dolería si le daba, pero la onda expansiva no debería ser muy grande. Sin embargo, su sorpresa fue enorme cuando sintió que la explosión lo empujaba con mucha violencia a pesar de haberse alejado una distancia mayor a los cinco metros. Su equilibrio se perdió casi por completo y solo se salvó de sufrir daños graves en la piel gracias a su armadura.

Otro que no fuese Bryan habría acabado con múltiples huesos rotos, sin contar las heridas internas. Afortunadamente, su cuerpo sobrehumano no solamente lo salvó de sufrir un daño fatal, sino que incluso consiguió recuperar el equilibrio en medio del aire. Sin embargo, antes de que pudiese entender lo que ocurría, un segundo ataque ya estaba casi sobre él.

Sin más opción, Bryan activó al máximo la Esencia Mágica en su interior y su concentración se incrementó tanto que el tiempo pareció detenerse. Su capacidad de reacción se triplicó, al igual que su velocidad, lo que le permitió escapar de aquellos disparos zigzagueando entre los pinos, cuyos troncos explotaron violentamente un segundo después de que pasase detrás de ellos.

A través de los Espectros Oscuros, Bryan pudo ver cómo la mirada de Elena Teia demostraba sorpresa por un segundo y él no pudo evitar soltar una maldición, porque era claro que ya no podría hacer pasar sus movimientos simplemente como “mejores que el resto”. Sin embargo, incluso mientras intentaba deducir por qué un necromante era capaz de moverse así, los conjuros de la Archimaga, lejos de detenerse, incrementaron su velocidad y no disminuyeron de intensidad.

La situación era tan mala que, aunque no quería hacerlo, Bryan no tuvo otra opción que usar otra de sus cartas de triunfo. Afortunadamente, ya se habían alejado bastante, así que quizá los Lictores no podrían ver nada. Por lo tanto, Bryan envió una orden mental y, unos segundos después, un gran bloque de tierra compactada emergió del suelo justo frente a él. Se trataba del Zombi Élite de Tierra, la única Criatura Oscura que conservaba a su lado. Originalmente lo invocó en secreto para bloquear el paso hacia el desfiladero y evitar así que las Legiones pudiesen escapar. Luego le pidió que explorase el terreno del Monte Ida frente al Campo de Sangre, para ver si existía la posibilidad de desencadenar un deslave de tierra sobre los ejércitos etolios, pero no encontró ningún punto vulnerable en el subsuelo, así que lo dejó en espera.

Ahora su criatura lo salvó conjurando un grueso muro de tierra lo suficientemente resistente como para aguantar algunos disparos del conjuro de Elena Teia. Además, eso le dio unos valiosos segundos para utilizar la Astro Proyección y examinar la magia que empleaba la Archimaga.

El orbe que flotaba sobre el hombro de Elena aparentaba una esfera con aproximadamente sesenta centímetros de diámetro. Pero los sentidos sobrenaturales de Bryan le permitieron ver que en realidad estaba compuesta por una gran cantidad de diminutas bolas de fuego danzante. Estas llamas, alineadas en varias circunferencias concéntricas, se movían en perfecto equilibrio, potenciándose mutuamente. Era como si cada bola de fuego alimentara a las demás, creando una cadena de energía en constante crecimiento.

¡¿Modificó el hechizo básico de Proyectil Ígneo para dispararlo de manera continua y además consiguió aumentar su poder explosivo?!” Pensó Bryan mientras abría mucho los ojos por el asombro. No sabía mucho sobre la magia de fuego, pero de algún modo podía intuir que no se trataba de un único conjuro, sino de una serie de ellos, encadenados en una secuencia que les permitía incrementar su energía conforme pasaba el tiempo.

El Proyectil Ígneo era una magia de fuego muy elemental que, aunque era peligroso, no llegaba a ser letal a no ser que impactase contra un enemigo desprevenido en un punto vulnerable. Pero la velocidad con que podía ser conjurado era muy superior al ataque avanzado de Bola de Fuego, el cual generaba una explosión bastante mortífera, aunque el mago que la ejecutaba necesitaba tiempo para reunir la Fuerza Mental necesaria.

Ígneo Concatenado 

El orbe que flotaba sobre uno de los hombros de Elena estaba disparando lo que en apariencia eran varios Proyectiles Ígneos en sucesión, pero su poder destructivo claramente se acercaba al de una bola de fuego. Elena Teia había conseguido al enlazar varios Proyectiles Ígneos que se mantenían juntos en perfecto equilibrio, fortaleciéndose constantemente sin que ella tuviese que dirigirlo, de manera que el orbe constantemente acumulaba energía mientras permanecía en el aire.

En cuanto a la velocidad de disparo continuo, Bryan no tenía idea de cómo Elena lo había conseguido.

Quizá haya modificado todo el proceso de activación de los Proyectiles Ígneos con un nuevo estilo de conjuro para que parte de la energía de cada disparo sirva como combustible para el siguiente… Pero en este punto solamente estoy adivinando.

Aunque tenía mucha curiosidad, Bryan sabía que no tenía tiempo para seguir divagando. El orbe de Elena no había dejado de disparar y en esas condiciones el muro de tierra compactada no duraría mucho y de hecho ya podía oír los crujidos que anunciaban su ruptura. Bryan entonces decidió aprovechar el poder de su báculo para conjurar un último hechizo de Necromancia, el Exterminio de las Cien Lanzas Óseas, seguro de que con eso podría tomarla por sorpresa, ya fuese que Elena aguardase a que el muro se rompiese o intentase rodearlo.

Sin embargo, el que quedó sorprendido fue él, porque, aunque Elena estaba claramente desconcertada por la aparición misteriosa de aquel muro de tierra, se recuperó muy rápidamente de la impresión. Luego, en lugar de reaccionar como Bryan esperaba, la Archimaga sonrió salvajemente y extendió la mano para llevar el orbe de fuego de su conjuro justo encima de su palma. Entonces este cambió de forma para adoptar un aspecto alargado que se parecía a una lanza, la cual procedió a disparar directamente hacia el muro de tierra… y directamente hacia donde se encontraba Bryan.

¡Pero ella no debería poder verme detrás de este muro!

Afortunadamente, Bryan sí podía ver todo con la ayuda de sus Espectros Oscuros. Solamente por eso pudo guardar su báculo en el Anillo Espacial y retirarse justo a tiempo para salvarse de ser empalado por la Lanza de Fuego. La barra incandescente atravesó el muro de tierra compactada con una facilidad absurda y se clavó profundamente en el suelo. Sin embargo, los problemas de Bryan estaban muy lejos de terminar, porque aquella lanza de fuego desató una serie de explosiones en cadena que se sucedieron en rápida sucesión, como si se tratase de una bolsa llena de granadas. Los efectos se extendieron por varios metros a la redonda, convirtiendo el lugar en un cráter. Ni siquiera el Zombi Élite de Tierra, que se mantenía escondido a diez metros de profundidad, se salvó de recibir cierto daño.

Esta vez, la velocidad de Bryan no fue suficiente. Aunque logró evitar ser impactado por los fragmentos de lo que había sido su muro defensivo o que su cuerpo entero fuese destrozado debido a la explosión, sus tímpanos estaban rotos y su equilibrio estaba completamente desfasado. Acabó tirado en el suelo, con cortes en la cara, la nariz rota, y al intentar respirar, tuvo que escupir un montón de tierra mezclada con sangre.

Definitivamente, no era su mejor momento.

Levantó la vista y lo primero que vio fue a Elena Teia levitando a unos diez metros de altura. Afortunadamente, aquella “lanza de fuego” parecía haberle costado algo, porque en lugar de atacar, estaba hablándole. Era afortunado que la Fuerza Mental de su enemiga también tuviese un límite y necesitase recuperarse, pero con sus tímpanos en ese estado, no podía escuchar nada de lo que ella estaba diciendo. Aún así, podía deducir por su actitud altanera que seguramente estaba realizando algún tipo de discurso despectivo.

'¡Ahora sabes lo que pasa cuando me desafías!', '¡¿Cómo osaste interponerte en mi camino?!', '¡Estás a punto de sufrir las consecuencias!'... Debe estar diciendo ese tipo de monólogo, tan propio de una reina enfadada." Imaginó Bryan, haciendo una mueca mientras usaba sus manos para levantarse lo mejor posible a pesar de la sensación de vértigo y el doloroso zumbido en sus oídos. Afortunadamente, la Esencia Mágica ya estaba circulando furiosamente por las partes más dañadas para acelerar al máximo su regeneración.

Unos segundos después, su oído derecho volvió a funcionar.

- ... ¡Haré que te arrepientas de haber arruinado mis planes, maldito miserable! -

Lo sabía.” Pensó Bryan mientras se sacudía para retirarse la tierra y se ponía de pie.

Al verlo, Elena Teia dejó de hablar inmediatamente y su expresión se volvió alerta. Después de todo, incluso si había conseguido esquivar la lanza, el impacto de la explosión debería haberlo dejado con terribles heridas internas. Pero en lugar de agonizar, aquel necromante estaba poniéndose de pie. ¡Eso no tenía ningún sentido!

Sin embargo, fiel a su estilo, la Archimaga de fuego se recuperó rápidamente de la impresión y de inmediato adoptó un enfoque ofensivo.

- Muy bien… - Murmuró Elena mientras sus ojos se ensombrecían con una profunda intención asesina, y conjuró: - ¡Ígneo Concatenado! -

Así que ese es el nombre del conjuro.” Se dijo Bryan.

Nuevamente aquel orbe flotante compuesto por Proyectiles Ígneos apareció sobre el hombro de Elena Teia. Aparentemente, pensaba repetir el mismo patrón de ataque... o al menos eso era lo que Bryan creyó, hasta que de repente vio que un segundo orbe se materializaba, luego un tercero, un cuarto, y así fueron aumentando sucesivamente hasta que por fin casi siete de esas esferas se encontraban orbitando frente a la espalda de la Archimaga, como si tuviera un halo incandescente detrás de ella.

- Parece que esta vez vas en serio. - Dijo Bryan, sonriendo impresionado.

- ¡Esta vez no dejaré ni siquiera un trozo de tu cuerpo! - Sentenció Elena.

Un segundo después, el suelo se estremeció cuando todos los orbes comenzaron a disparar una incandescente ráfaga de ataques letales. Múltiples explosiones destrozaron el entorno, desatando una nube de polvo y escombros de madera o roca.

Sin embargo, casi al mismo tiempo, una poderosa oleada de energía malévola, completamente diferente a todo lo que Elena conocía, se desató como un torrente de agresividad. La Archimaga sintió claramente una terrible intención asesina que se fijaba directamente en ella, repleta de odio y violencia. Esto la desequilibró por un segundo, pero inmediatamente Elena se mordió los labios y reaccionó atacando para asegurarse de que su enemigo estuviese muerto.

Con ambas manos levantadas y retrocediendo en el aire para aumentar la distancia, Elena dirigió todos los orbes a sus espaldas directamente hacia su adversario. Esta vez, las ondas de choque resonaron tan atronadoramente que su eco reverberó a kilómetros de distancia, incluso provocando el derrumbe de un trozo del Monte Ida.

- ¡Está muerto! - Dijo Elena Teia con una sonrisa ufana.

- Más bien tú. - Respondió una voz.

La Archimaga se dio la vuelta y se encontró casi cara a cara con Bryan, quien la observaba con una sonrisa cruel mientras blandía una espada corta de legionario, lista para decapitarla. Resultó que, justo antes de que los orbes disparasen, Bryan desató sin contemplaciones todo el poder de la Esencia Mágica para potenciar su cuerpo al máximo. Esto le permitió moverse a una velocidad increíble, saltando entre rocas, árboles y otros obstáculos con la técnica del Paso Sombrío. Era un movimiento arriesgado, pues no conocía tan bien el terreno como la Arena de Combate donde se enfrentó contra Vlad Cerrón, pero afortunadamente no necesitó hacer demasiados movimientos para rodear a Elena y volar rápidamente hasta su espalda. Además, justo antes de moverse, envió un pulso del hechizo de Alecto para provocar una oleada de miedo en Elena, influyéndola para que atacase en otra dirección.

Ese debería haber sido el fin, con el precioso cuello de Elena cercenado por la mitad, pero aquella Archimaga aún no se había quedado sin recursos. Hizo un gesto con su mano y una llamarada pequeña pero concentrada apareció repentinamente para luego explotar en la cara de Bryan. Si le hubiese impactado, habría perdido la mitad del rostro, pero gracias a sus reflejos sobrehumanos logró esquivarlo. Sin embargo, Elena aprovechó el poder de esa misma explosión para alejarse.

Supongo que es una doble Negación Elemental”, dedujo Bryan mirando a Elena con un semblante bastante serio.

Cuando un mago utilizaba conjuros ofensivos, especialmente de niveles muy altos, una de las mayores preocupaciones para el usuario era no ser dañado por el frío, el calor u otros efectos desatados por su magia. La Negación Elemental era precisamente el poder que tenía un mago para evitar que el poder de su propio elemento le hiciera daño.

En el caso de los magos de fuego, era crucial desarrollar inmunidad parcial al calor para evitar quemaduras por sus propios ataques. Los más hábiles incluso podían desarrollar más de una inmunidad. Y eso era precisamente lo que Elena Teia acababa de demostrar: por un lado, era inmune a ser quemada por su propio fuego, y además se había vuelto inmune a las ondas expansivas generadas por sus propias explosiones. Pero la genio Archimaga fue incluso más allá y controló la Negación Elemental con una precisión impresionante para filtrar una parte de la fuerza de la explosión, permitiendo que esta la expulsase en la dirección que deseaba, pero sin hacerle daño a su cuerpo. Esto, en combinación con su hechizo de Levitación, le permitía moverse muy rápidamente mientras volaba. En cierto modo, se asemejaba un poco al principio detrás del Paso Sombrío de Bryan.

Ya veo, así es como logró sorprenderme, al menos ese misterio está resuelto.” Se dijo Bryan tras comprender cómo Elena se desplazaba. Luego volvió la mirada hacia su arma: “Ahora el problema que tengo es este…

La pequeña, aunque precisa, explosión generada por Elena había sido bastante peligrosa, pero incluso con eso, normalmente Bryan habría podido herirla de gravedad, aún si no conseguía matarla. Sin embargo, había otro importante motivo por el cual su ataque falló: la hoja de su espada corta había comenzado a resquebrajarse al momento de blandirla, lo que provocó que optara por retroceder en lugar de arriesgarse a un golpe decisivo.

El arma que estaba usando era una espada corta de los legionarios, fabricada en serie para las regiones del Imperio Itálico. Tanto el metal como la calidad de la forja eran bastante buenos en comparación con las armas que utilizaban los bárbaros, pero no llegaban a ser tan refinadas como las que producían los artesanos especializados. Esta espada apenas podía resistir ser imbuida con la energía generada por la Magia Demoníaca y en ese mismo momento el filo se estaba desintegrando frente a sus ojos.

Sé que es mucho pedir que su calidad se compare con el Desgarrador Sombrío, pero al menos esperaba que pudiera aguantar un poco más.” Pensó Bryan deprimido mientras arrojaba la empuñadura de su arma rota. Entonces activó su Anillo Espacial y extrajo otra espada del mismo tipo: “Afortunadamente, traje varios repuestos.

Entonces sonrió y se lanzó al ataque, volando como una centella en dirección hacia Elena para atravesarla con su espada. La Archimaga de fuego inmediatamente extendió las manos y generó una oleada de llamas que se extendieron en un amplio rango para detener a Bryan. Sin embargo, este simplemente aceleró con tanta velocidad que el fuego no tuvo tiempo de quemarlo, y cerró la distancia en menos de unos segundos gracias a la ayuda de sus Espectros Oscuros.

- ¡¿Cómo puedes volar tan rápido?! - Exclamó Elena, frustrada, mientras generaba una explosión controlada a un costado suyo para alejarse rápidamente. Al mismo tiempo decidió utilizar uno de sus conjuros defensivos más poderosos.

Una de las desventajas de la Magia de Fuego es su incapacidad para ofrecer una defensa sólida, pero la Furia Llameante era el conjuro avanzado que más se asemejaba a ello. Consistía en un grueso pilar de llamas altamente concentradas que surgía delante del conjurador y se elevaba hacia el cielo.

El movimiento surtió efecto, obligando a Bryan a detenerse, ya que ni siquiera su físico sobrehumano habría resistido ese fuego en particular. A duras penas logró hacerlo, pero Elena aún no había terminado; el conjuro podía utilizarse tanto para defender como para atacar, y eso fue precisamente lo que hizo. La Archimaga extendió una mano con la palma abierta, y el muro de fuego se movió formando un arco que avanzaba hacia Bryan con el lado convexo. Afortunadamente, la velocidad y el alcance de la Furia Llameante no eran tan altos, por lo que Bryan consiguió esquivarlo con su propia magia de vuelo.

Elena Teia extendió ambas manos mientras susurraba conjuros a toda velocidad. Pronto, comenzó a lanzar contra Bryan una serie de esferas de fuego concentrado, cada una con un diámetro de siete centímetros.

Las esferas eran numerosas, pero su velocidad de disparo no era tan rápida como la de su Ígneo Concatenado, por lo que Bryan las esquivó fácilmente al principio, incluso con una sonrisa de desprecio. Sin embargo, empezó a notar algo extraño: cada vez menos esferas iban directamente hacia él, mientras que la mayoría fallaban y se desperdigaban inútilmente.

Bryan entre los orbes arrojados por Elena

- Eh… Ya ni siquiera estoy esquivando. - Dijo Bryan entre confundido y divertido, deteniéndose en medio del aire porque ninguna de aquellas esferas estaba cerca de atinarle un golpe. Era casi ridículo: - ¿Siquiera estás intentando darme? -

- ¡No! - Respondió Elena, sin dejar de conjurar más esferas.

- ¿Qué quieres decir con …? - Comenzó a preguntar Bryan, pero entonces se dio cuenta de algo y lo confirmó con sus Espectros Oscuros. Las esferas que no lo alcanzaron se habían distribuido sutilmente a su alrededor, formando una multitud resplandeciente que lo rodeaba en trescientos sesenta grados.

Entonces vio a Elena Teia sonreír astutamente mientras juntaba sus manos frente a ella y exclamaba: - ¡Ejecución Ardiente! -

Vaya, incluso tiene un nombre genial.” Se dijo Bryan apesadumbrado, pues como ya había deducido, todas las esferas de fuego, que anteriormente había subestimado, se precipitaron hacia él con una velocidad impresionante. No había tiempo para buscar una salida de aquella trampa mortal.

Con un estruendo ensordecedor, las esferas estallaron una tras otra, llenando el aire con destellos brillantes y ondas de calor abrasadoras. Las explosiones crearon una jaula de fuego a su alrededor, dejando a Bryan atrapado en su interior. Las llamas danzaban furiosamente, consumiendo el oxígeno y dejando una estela de humo negro en su camino.

Sin embargo, antes de que los impactos lo alcanzasen, Bryan inmediatamente se mordió los labios para que saliesen unas gotas de sangre y así pudo utilizar el conjuro de Repulsión Sanguinaria para generar una onda expansiva lo bastante grande como para contrarrestar las explosiones de la magia de Elena. Aun así, Bryan había gastado una buena cantidad de Esencia Mágica y necesitó unos segundos para recuperar el aliento.

- De algún modo, sabía que sobrevivirías. - Dijo una dulce voz por arriba de su cabeza.

Bryan levantó la vista y vio que Elena había aprovechado para levitar a unos veinte metros por encima suyo. Sus dos manos apuntaban hacia él, sosteniendo lo que evidentemente era un conjuro de alto rango. Y en sus ojos resplandecía una salvaje alegría.

- ¡Vorágine Abrasadora! -

Lo que salió disparado fue básicamente un chorro de fuego increíblemente devastador. Los magos de fuego tenían la característica de que su poder aumentaba conforme pasaba el tiempo de combate, al igual que un incendio se hace más fuerte. Por eso la estrategia inicial de Bryan era buscar un asesinato rápido, pero Elena no permitió que obtuviera una ventaja decisiva y ahora tendría que intentar otra cosa.

Bryan hizo lo único que podía hacer en ese momento y comenzó a descender directamente hacia el suelo para evitar el infierno llameante que parecía descender desde lo alto como un castigo divino. Lo peor era que las llamas se extendían conforme avanzaban, así que no podía volar hacia los lados para librarse del fuego. El problema era que la superficie montañosa se acercaba muy rápidamente, así que Bryan esperó al último momento para dar una vuelta de campana, patear el suelo con el pie y usar Paso Sombrío para acelerar al máximo, escapando apenas de la llamarada.

Elena Teia descendió un poco para cerrar la distancia, con las llamas de un conjuro ofensivo preparadas en una de sus manos. Evidentemente, ya sabía que no podía confiarse en un enfrentamiento contra Bryan y que bastaría el más mínimo descuido para que él la matase con su espada.

- ¿Qué se supone que eres? - Preguntó Elena, levantando una ceja.

- ¿A qué te refieres? - Bryan parpadeó, confundido.

- ¿Realmente eres el Procónsul Bryan del Imperio Itálico? - Inquirió la Archimaga. - Había escuchado de ti, pero me dijeron que eras un Archimago. ¿Dónde se ha visto un mago que pueda moverse tan rápido como tú y que utilice ataques con espada? - Finalmente, exclamó consternada: - ¿Qué tipo de Necromante eres? -

- Soy único en mi especie. - Respondió Bryan con una sonrisa.

- ¡Que bromista! Pero pronto te quitaré para siempre esa sonrisa. - Comentó Elena con un destello de ira en la mirada.

- ¡Oh, vamos Arconte Teia! - Comentó Bryan soltando una carcajada: - No está tan enojada como pretende. ¡Basta con ver el gesto que está haciendo con sus labios! -

La sonrisa inconsciente de Elena Teia

Elena abrió los ojos y solo entonces se dio cuenta de que estaba sonriendo de forma inconsciente. Aunque en Etolia había muchos grandes combatientes, la gran mayoría eran usuarios de Aura de Batalla. Sin duda, eran peligrosos, pero no eran difíciles de comprender. Como maga, Elena Teia sentía una gran curiosidad, y enfrentar a un oponente que era un mago pero que tenía habilidades de guerrero era una rareza. Era también un desafío para su intelecto que convertía la batalla en algo increíblemente divertido. Lo más interesante que le había sucedido en mucho tiempo, a decir verdad. Sin embargo, esta sensación era una grieta en su armadura emocional.

Una debilidad que no podía permitirse.

El fuego de la intensión asesina resurgió en el corazón de Elena Teia, elevándose por los cielos como una tempestad asesina. Obedeciendo a su voluntad, las llamas en su mano comenzaron a incrementar su temperatura rápidamente, adquiriendo una tonalidad azul. Este fuego era diferente, intenso, al punto en que el aire a su alrededor parecía vibrar con energía, mientras las llamas azules crecían en tamaño y poder.

- ¡Fulgor Celeste! -

Las llamas azules eran el ataque más poderoso de Elena Teia y nunca habían fallado en destruir a sus enemigos. Eran una de sus cartas de triunfo más importantes, capaces incluso de rechazar una embestida de Ilo Tros, siempre que tuviera suficiente coordinación. Además, sus efectos eran casi inmediatos; el calor devastador afectaba al enemigo incluso antes de que el fuego lo alcanzara.

Bryan se puso en alerta de inmediato al darse cuenta de que el próximo ataque de la Archimaga sería incomparable con todo lo que había mostrado hasta ese momento. Pudo esquivar las primeras llamas gracias a su velocidad, pero sabía que esta vez no sería suficiente. Extendió su mano derecha, concentrando su poder justo a tiempo, pues unos segundos después el ataque de Elena recorrió la distancia que los separaba.

Entonces, el fuego carmesí del Conjuro de Fuego Glacial Místico se enfrentó con las llamas de la Archimaga, iniciando un furioso combate. Ambas fuerzas chocaron durante un breve momento, y el suelo a su alrededor se fundió rápidamente, adquiriendo la textura de la lava. Las plantas simplemente desaparecieron sin dejar rastro.

Fulgor Celeste 

Bryan estaba teniendo serios problemas para soportar la alta temperatura y tuvo que cerrar rápidamente los ojos. Como no era un mago de fuego, carecía de cualquier mecanismo para resistir el calor aparte de su resistencia sobrehumana. Afortunadamente, el enfrentamiento finalizó y pudo recuperarse.

- Eso fue bastante intenso hasta para mí. - Murmuró mientras trataba de sobreponerse.

Frente a él estaba Elena Teia, que había descendido al suelo. Sus ojos miraban hacia abajo, por lo que Bryan no podía ver su expresión, pero notó que sus hombros temblaban como si estuviera presa de una emoción que no podía contener. Entonces ella levantó la mirada y la ira que mostraba era tan grande que casi quemaba tanto como el anterior ataque.

- ¿Qué significa esto? - Preguntó Elena con voz entrecortada mientras la luz desaparecía de sus ojos. Y luego soltó un grito que tenía una leve nota de frenesí histérico: - ¡¿Cómo puedes controlar un fuego tan intenso como el mío?! -

Bryan la miró un momento sin comprender, sorprendido por la intensidad de la reacción de Elena. Hasta ese momento, había estado evaluando el carácter de la Archimaga y estaba seguro de que estaba luchando contra una mujer agresiva, pero que sabía emplear esa furia de manera eficiente en el combate. Sin embargo, de repente, ella parecía estar muy alterada, hasta el punto que durante una fracción de segundo le pareció que estaba viendo a una persona diferente.

Por su parte, Elena sentía cómo su corazón se aceleraba, mientras una mezcla de incredulidad e ira imposibles de contener brotaban en su interior. ¿Cómo podía ser posible? ¿Cómo podía alguien igualar su dominio de las llamas, algo que siempre había considerado su sello distintivo? La idea misma desafiaba su entendimiento del mundo y despertaba un torrente de emociones en su interior.

La arrogancia que solía acompañarla se desvaneció, reemplazada por una mezcla de rabia y desconcierto. Sus manos temblaban ligeramente mientras mantenía la mirada fija en Bryan, quien ahora representaba un desafío mucho mayor a todo lo que alguna vez habría imaginado. Cada fibra de su ser estaba en alerta máxima, el orgullo herido y la determinación ardían en sus ojos.

"¡¿Cómo te atreves?!" Pensó Elena enfurecida. Estaba acostumbrada a ser la mejor en todo lo que hacía, especialmente cuando se trataba de su dominio del fuego. Pero ahora, frente a ella, estaba alguien que podía igualarla, si no superarla. La sensación era como un golpe en el estómago, desorientadora y enervante. La duda la invadía, aunque solo fuera por un momento, antes de ser reemplazada por una determinación feroz.

“¡No! ¡Yo soy diferente! ¡Soy especial!” Se recordó Elena a sí misma, al mismo tiempo que apretaba los puños con fuerza, sintiendo el calor de sus propias llamas reflejado en su piel. “¡Este itálico no es nada! ¡Puedo vencerlo como he vencido a todos! ¡Está vez no será diferente!

Elena dejó escapar un rugido de frustración mientras desataba una serie de ataques con su Fulgor Celeste, tratando desesperadamente de abrumar a Bryan y derrotarlo. Sus conjuros eran feroces y despiadados, pero Bryan se burlaba internamente mientras los esquivaba con agilidad. Naturalmente se daba cuenta de que el estado de alteración de Elena le daba una ventaja crucial en este combate y estaba pensando aprovecharse plenamente de ello. Por eso, y de forma deliberada, se alejó volando a toda velocidad, moviéndose entre los árboles mientras esquivaba, utilizando su Conjuro de Fuego Glacial Místico en su variante carmesí únicamente para contrarrestar las llamaradas cuando estas estaban por alcanzarlo, provocando a Elena deliberadamente.

- ¡Tienes que apuntar mejor! - Le gritó con tono pícaro.

Elena, cegada por la ira y la necesidad de demostrar su superioridad, no pudo evitar caer en la trampa. Sus ataques se volvieron más descontrolados y violentos, alimentados por su frustración. Cada vez que sus llamas chocaban con las de Bryan, creaban una explosión que sacudía el suelo y devoraba la vegetación circundante.

Mientras tanto, Bryan observaba con calma, notando cada vez más la falta de control de Elena. Aunque era poderosa, se estaba volviendo predecible. Después de un tiempo se dio cuenta de que Elena, a pesar de su habilidad, había ignorado otros aspectos de la magia de fuego en su búsqueda de poder destructivo.

No tienes autocontrol, ¿verdad” Pensó maliciosamente, mientras usaba sus llamas carmesí para interceptar otro ataque.

Al mismo tiempo se dio cuenta de un detalle importante mientras esquivaba. Ya desde el principio del combate había tenido el presentimiento de que Elena tenía una capacidad para detectarlo más allá de la percepción natural o el que pudiese sentir el origen de su magia, pero ahora que estaba recibiendo varios de estos ataques y analizando su ritmo, comprendió que tenía razón. Con el tiempo, llegó a deducir que la Archimaga de fuego tenía que estar usando algún tipo de hechizo para percibir su calor corporal, pues de otro modo no se explicaba cómo era posible que siguiese disparándole tantas veces sin perderle de vista en ningún momento a pesar de los obstáculos.

Bryan entonces decidió utilizar todo esto para su ventaja y llegó volando hasta un terreno semi hundido en el flanco del Monte Ida, que era bastante extenso. Se detuvo justo en el medio y comenzó a enfrentarla en lugar de esquivarla. Cada vez que Elena lanzaba una llamarada, él contraatacaba con otra, alimentando la temperatura hasta que se desató un auténtico incendio que comenzó a devorar el bosque de coníferas alrededor de ambos. En poco tiempo, el aire comenzó a llenarse de humo y el oxígeno a agotarse rápidamente.

Elena, ajena al peligro que se cernía sobre ella, continuaba lanzando sus ataques con furia, sin darse cuenta de que el fuego que ella misma había desatado estaba sembrando las semillas de su propia derrota. Solo se detuvo cuando la respiración comenzó a fallarle, y entonces comprendió que Bryan la había manipulado.

"Llegó la hora", se dijo Bryan mientras reunía un poco de Fuerza Mental para desatar el hechizo Necromántico de Mesmerismo. Como la Archimaga se había especializado en los ataques, no era muy buena con las defensas mentales y no pudo defenderse a tiempo de esta hipnosis paralizante, sobre todo porque en ese momento tenía problemas para respirar por la falta de oxígeno.

Por su parte, Bryan apenas tenía Fuerza Mental para mantener esta magia durante un par de segundos, pero eso era todo lo que necesitaba. Sabía que Elena Teia tenía inmunidad contra el calor, así que no quiso correr el riesgo de usar sus llamas. En su lugar, cargó su espada corta con la energía de su Esencia Mágica y la arrojó con toda su fuerza directamente hacia el pecho de su enemiga, sin dejar de mirar a la Archimaga en ningún momento. El arma comenzó a resquebrajarse en medio del aire, pero la hoja resistiría lo suficiente y tenía el poder necesario para partir una roca en dos.

"Se terminó" Pensó, saboreando la victoria.

Sin embargo, justo cuando creía que había ganado, sintió claramente que una enorme energía se manifestaba desde el interior del cuerpo de Elena, a pesar de que ella no debería poder hacer nada mientras mantuviera el contacto visual con Bryan. Unas llamas de color dorado se manifestaron repentinamente como un remolino justo frente a la Archimaga y consumieron en un instante la espada corta, cuando estaba a solo metros de distancia.

Entonces se escuchó el sonido del canto de un animal desconocido, resonando a través del aire cargado de humo y tensión. Era un sonido que se asemejaba al grito majestuoso de un águila en pleno vuelo, pero con un matiz místico que erizaba la piel de aquellos que lo escuchaban. Después, frente a los ojos asombrados de Bryan, un gigantesco pájaro surgió de entre las llamas. Sus plumas resplandecían con un fuego dorado y sus ojos brillaban con una intensidad sobrenatural.

Con un aura de misterio y poder, la criatura se alzó en el cielo, extendiendo sus poderosas alas con un movimiento elegante y fluido. En ese momento, Bryan percibió una presencia casi divina en el aire, una fuerza ancestral que resonaba con el eco de la magia más antigua.

Era un Fénix, una Criatura Mágica de nivel 1, conocida por renacer de sus propias cenizas y poseer un poder inigualable. Era una manifestación viva del ciclo eterno de la vida, la muerte y el renacimiento, una fuerza de la naturaleza que desafiaba toda comprensión humana.

Bryan se quedó sin aliento, maravillado por la presencia majestuosa del Fénix, pero también sintió que el corazón se le estrujaba porque la criatura acababa de salvar a su enemiga. En ese momento, supo que su batalla con Elena Teia había pasado a un nuevo nivel.

Ave Fénix

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú y hoy es miércoles 08 de mayo del 2024.

Ha pasado un tiempo desde la última vez que publiqué un capítulo, porque, bueno, estaba de fiesta. Es importante celebrar los cumpleaños, sobre todo en estos tiempos post-pandemia, en los que la vida humana ha resultado ser bastante frágil.

Una de las cosas que pude hacer con mi tiempo fue, por fin, ver la nueva película de Godzilla Minus One, y definitivamente es una maravillosa película. Se las recomiendo a todos. La actuación no solamente es bastante buena, sino que toda la trama y las subtramas que se desarrollan son bastante impresionantes, y además los efectos especiales son increíbles. Todavía no puedo creer que esta película haya costado 15,000,000 USD, y realmente es como si fuera una burla monumental a las grandes mega producciones que Hollywood hace últimamente, como por ejemplo The Marvels, que costó alrededor de 275,000,000 USD y acabó perdiendo 375,000,000 USD, lo cual la convierte en la peor película en cuanto a taquilla de todo el año 2024.

Nuevamente vemos el pésimo impacto económico que tiene aplicar ideologías como el feminismo, el progresismo y lo que sea que sea la cultura woke. Es una fórmula para el desastre, y realmente espero que eventualmente los estudios aprendan esta lección y den por terminada cualquier forma de inclusión forzada o políticas de género en las tramas de sus películas. Lo único que van a conseguir es perder dinero, porque nadie va a ver una película para estar discutiendo sobre posturas políticas, sino para entretenerse.

En cuanto a este capítulo, pues bueno ustedes saben que las batallas siempre son complicadas de escribir y está lo fue especialmente. Necesitaba que Elena Teia fuese formidable y para eso me basé en los estilos de combate de Roy Mustang de la franquicia Fullmetal, Azula de Last Airbender, Piccoro de Dragon Ball Z e incluso un personaje como Ichijou Masaki de series raras como Mahouka. Es precisamente por estas fuentes de inspiración que hay tantas explosiones en los conjuros de Elena.

Ahora, algunos pueden pensar que Bryan no ha brillado tanto como podría, pero hay que recordar que el pobre aún está sufriendo mucho por los efectos de haber tenido que mantener tanto tiempo un hechizo avanzado. Además, no tiene su Desgarrador Sombrío y el Báculo Necromántico solo funciona con la su magia asignada. Con todo, creo que ha conseguido dar una muy buena pelea.

Y antes de que lo pregunten, hay un motivo por el cual no ha utilizado su fuego congelante. No es que se me haya olvidado.

Creo que el resultado final ha quedado bastante bien. Hasta el momento, la magia de fuego no había sido protagonista, o por lo menos no tanto, y creo que al final el personaje de Elena ha conseguido estar a la altura de lo que yo imaginaba para ella. Pero incluso más importante que sus poderes mágicos es su estado psicológico. Quería representar un poco de su conflicto interno constante en la forma en que pelea. Este es el motivo de que sea tan agresiva en su forma de atacar y también extremadamente versátil.

Elena tiene esta habilidad particular de funcionar mucho mejor bajo presión, algo que generalmente no suele asociarse con las mujeres. Más bien, ellas suelen ser excelentes cuando se trata de hacer muchas cosas al mismo tiempo, superando a los hombres en cuanto a capacidad para percibir y controlar diferentes aspectos simultáneamente, pero esto usualmente se cumple cuando se trata de actividades cotidianas. En cambio, en circunstancias inesperadas, generalmente las mujeres se desempeñan mal y los hombres se destacan por encima de ellas. Sin embargo, como siempre hay excepciones a las reglas, no falta el porcentaje de ellas que, por el contrario, son mucho mejores reaccionando bajo presión que en su vida cotidiana. Y este es precisamente el caso de Elena.

Elena definitivamente es una mujer demasiado talentosa, lo que le otorga una gran confianza que utiliza para contrarrestar las heridas emocionales que tiene. Pero también es un ser bastante complejo. Una parte de ella se siente feliz de que nadie la supere, y eso se convierte incluso en la base de su autoestima; pero otra parte de ella se siente triste de que nadie esté a su altura en cuanto a la magia. Es una contradicción, lo sé, pero no hay nada más femenino que ser contradictorio.

De hecho, vemos que, al principio de la batalla, Elena comienza a disfrutar y hasta sonreír de forma inconsciente, porque es la primera vez que conoce a alguien en el campo de la magia que puede sorprenderla. Esta parte de la narración está inspirada en el combate de la Tatsumaki en contra del héroe Saitama en el manga de One Punch Man. Pero en el instante en que Brian demuestra su fuego carmesí, toda esa situación da un vuelco completo. El dominio de la magia de fuego es literalmente la base sobre la cual Elena ha construido su autoestima, y la posibilidad de que alguien pueda tener un poder sobre el fuego que ella no conoce inmediatamente hace que afloren sus heridas emocionales y pierda el control de sí misma. Esto está inspirado en la reacción del personaje de Asuka Langley cuando el protagonista Sinji la supera por primera vez en las pruebas de sincronización. ¡Dos Tsunderes encontradas en un único personaje!

En este capítulo incluimos un nuevo concepto con la inmunidad elemental. Creo que es necesario hacer la aclaración de que esta es primero una inmunidad relativa y no absoluta. También hay que aclarar que esta inmunidad principalmente se aplica a los conjuros que el propio mago está usando. En pocas palabras, sí otro mago de fuego atacase Elena Teia por sorpresa, ella se quemaría. Esa es la misma razón por la cual la Gran Maga Cabiria necesitó una barrera para protegerse del fuego del Ifrit.

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios. ¿Qué te pareció el enfrentamiento de Elena? ¿Te gustaron los conjuros de fuego que utilizó? ¿Qué te pareció la forma en la que Elena puede ser versátil con sus ataques, sorprendiendo incluso al protagonista? ¿Qué opinas del modo en que Brian utilizó sus poderes para enfrentarse con Elena? ¿Qué te pareció la evolución de la psicología de Elena y cómo sus heridas emocionales afectaron el combate? ¿Cuál fue tu parte favorita de esta batalla? ¿Y qué crees que pasará con el ave fénix?

Lamento haberme demorado tanto en publicar, pero lo cierto es que ha sido un día bastante problemático y he tenido que pagar una altísima cuenta de luz. De modo que, mientras sostengo mi recibo con lágrimas en los ojos, permítanme agregar que, si te gustó este capítulo y disfrutas de esta historia, por favor no dejes de financiar a este pobre escritor usando los enlaces de mi cuenta Patreon. También tengo enlaces a una cuenta del BCP y YAPE. ¡Ayúdame a pagar la luz para que pueda seguir escribiendo!

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¡Nos vemos en el siguiente capítulo!