282 Funeral, Magia y Política

Cuando Bryan abrió los ojos lo primero que vio fueron las vigas de madera de un techo bajo e inmediatamente supo que estaba en una posada, pues estos edificios siempre intentaban usar al máximo el espacio para construir más cuartos en el que albergar a sus huéspedes y por eso sus dimensiones tendían a ser un poco pequeñas.

A su lado se encontraba un legionario montando guardia y cuando este se dio cuenta de que Bryan había despertado, inmediatamente lo saludó de un modo marcial.

- ¡Salve, Ejecutor! -

- ¿Cuánto tiempo he dormido? -

- Apenas un par de horas desde que lo trajimos aquí, Ejecutor. Recomiendo que continúe descansando. - 

- Estoy bien, aún hay mucho que hacer. - Repuso Bryan levantándose de un salto: - ¿En dónde está Silano? -

- Se encuentra en otra habitación. - Respondió el legionario mirando sorprendido a Bryan, porque no esperaba verlo con tanta energía luego de semejante batalla: - Los huesos de su brazo izquierdo y varias de sus costillas están rotos. Además, un fragmento de hielo lo alcanzó en la cabeza, provocando que perdiese el sentido, pero el casco le salvó la vida y el médico asegura que se recuperará. Por ahora hemos tomado posesión temporal de esta posada usando la autoridad imperial y así hemos podido atender a nuestros heridos. -

- Convoca a todos los hombres que no estén cuidando de los enfermos o haciendo alguna tarea de vital importancia. - Ordenó Bryan mirándolo seriamente.

- ¡Entendido! - Respondió el legionario y partió de inmediato a cumplir su orden.

Bryan se reunió brevemente con el posadero mientras esperaba que los soldados se reunieran. El hombre tenía una expresión miserable, pues de un día para otro su posada había sido desalojada y convertida en un hospital improvisado que no solamente le generaría pérdidas económicas, sino incluso podría desanimar a los futuros huéspedes de quedarse ahí. Pero su tristeza se convirtió en alegría cuando Bryan le entregó directamente una bolsa con suficientes monedas de plata como para cubrir el uso de todas las habitaciones (incluso las que no estaban ocupadas) durante un mes y con comidas incluidas.

Luego escuchó atentamente el reporte de sus legionarios. Se habían confirmado sesenta y tres muertos. Además, había cuarenta heridos de gravedad y diecisiete con heridas leves como Silano, en el sentido de que se recuperarían tras algo de tratamiento.

Bryan inmediatamente ordenó que trajeran a los mejores magos Sanadores que hubiese en la ciudad utilizando su autoridad como Ejecutor Imperial, pero también se ocupó de que los cuerpos de todos los soldados muertos y sus armas fuesen conservados lo mejor posible. En total pasaron dos semanas enteras dentro del pueblo mientras los heridos eran atendidos y en ese tiempo la noticia de la muerte de Sigrid Bazán se volvió el único tema de conversación en todos los mercados, plazas y en el pequeño foro de la ciudad.

Foro de la Ciudad

Finalmente llegó el momento en que los pacientes más graves estaban en condición de ser transportados, así que Bryan firmó sus licencias y organizó todo para que fuesen llevados a la capital.

Pero antes había un importante asunto pendiente.

- Quiero un Funeral de Héroes para nuestros caídos. - Ordenó Bryan a Silano, quien para entonces ya se había recuperado lo suficiente como para caminar con el brazo en un cabestrillo: - Debe hacerse antes de que nuestros heridos se marchen. Además, las familias deben recibir las armas y armaduras de sus hombres, unas palabras oficiales y una justa remuneración. Yo escribiré las cartas ahora mismo, tú encárgate de coordinarlo todo con los Tribunos Civiles y los sacerdotes. -

- Ejecutor… La tradición dice que un Funeral de Héroes se debe hacer en la capital o en un campo de batalla donde hayan combatido ejércitos. - Objetó Silano discutiendo las ordenes por primera vez: - Además tiene que tener la aprobación del Cónsul o de un Procónsul. -

- Estos hombres dieron sus vidas para derrotar a una espantosa criminal y salvar la vida de un Ejecutor Imperial. Como principal beneficiario de su valor no pienso dejar que sus cuerpos se pudran mientras esperamos el permiso de alguien que está a miles de kilómetros de distancia. Si es necesario usaré toda la autoridad de mi cargo para que este funeral se dé exactamente como lo deseo. ¿Comprendes, Centurión? - Respondió Bryan con una expresión decidida que no admitía réplica.

- Ocurre que… sin un permiso oficial… no nos darán el dinero para semejante funeral. - Dijo Silano explicando el verdadero motivo de su objeción.

Bryan lo miró por un instante y luego agitó su Anillo Espacial, dejando caer varias bolsas llenas de monedas de oro. Se trataba de una cantidad más que suficiente para pagar a todas las autoridades, realizar los preparativos e incluso las ofrendas de los templos. Silano abrió los ojos con sorpresa porque era la primera vez que veía tanto dinero reunido y, lo que era aún más raro, a un oficial dispuesto a gastar semejante suma de su propio bolsillo para honrar a unos legionarios difuntos.

- Dije que quiero un funeral digno de héroes, Silano. - Repitió Bryan y sin esperar respuesta se marchó a su habitación para comenzar a escribir los mensajes para las familias.

- ¡Si, Ejecutor Imperial! - Exclamó Silano mirando la espalda de Bryan con respeto renovado y luego susurró con dolor: - ¡Hermanos, su sacrificio no fue en vano! -

*****

Nobles señores y familiares:

Con gran pesar debo informar que el legionario ***** ha caído en glorioso combate, peleando junto con sus compañeros, manteniendo su posición hasta el final y sin abandonar la formación en ningún momento, cumpliendo así lo que la patria esperaba de él.

Por su extremo valor y entrega al servicio de nuestro gran Imperio ha recibido un Funeral Heroico con todos los ritos que los dioses de la guerra mandan, de modo que, tanto en este mundo como en el otro, se dé fe de su valor, honor, voluntad de sacrificio y disposición a enfrentar cualquier terrible destino para defender las tumbas de sus antepasados y los templos de sus dioses.

Su espíritu definitivamente encontrará el camino hacia las tierras imperecederas donde se encuentran los grandes ancestros de nuestro imperio Itálico, entre cuya poderosa compañía el legionario ****** no se avergonzará de estar.

Remito las cenizas del difunto junto a esta carta, así como la espada y la armadura que usó el día de su última batalla, de manera que sean trofeos de honor para la digna familia que dio a Itálica tan valeroso legionario. Adjunto la cantidad de cien monedas de oro otorgada no como compensación, pues tal sacrificio jamás podrá ser valorado por ninguna suma de dinero mundano, sino como una herencia legítimamente otorgada que sirva como recordatorio del imperecedero valor de su hijo y de la beneficencia del Emperador concedida sobre vosotros. Esta suma es puramente un regalo excepcional y no está relacionada con la pensión que todas las familias de los legionarios caídos reciben del Estado, la cual podrán reclamar en la brevedad.

Atentamente: EJECUTOR IMPERIAL BRYAN

Finalmente, esa era la última carta que tenía que escribir. Por tercera vez Bryan había gastado una pequeña fortuna en adquirir el carísimo papel para poder enviar las notificaciones a los familiares. No era una actividad agradable pero esos hombres habían dado la vida por él y lo mínimo que les debía era unas palabras de consuelo para sus familias, las armas de sus difuntos y una suma que les ayudase durante un tiempo.

En ese preciso momento Silano tocó la puerta de su habitación y pidió permiso para entrar.

- Ejecutor Bryan, ya estamos listos. -

- Entendido. -

Bryan se levantó y se dirigió al templo principal de la ciudad, donde ya había una muchedumbre de curiosos agolpada frente a las puertas. Era una situación extremadamente solemne así que solo se permitían ciudadanos libres y en cambio las mujeres plebeyas, los extranjeros y los esclavos no podían acercarse, pues tal era la norma cuando se rendía culto a los dioses de la guerra.

En el momento que Bryan se presentó seguido de cerca por Silano, la multitud comenzó a señalarlo con admiración mientras comentaban sobre su hazaña de vencer a Sigrid Bazán, pero Bryan no se sentía con ganas de prestar oídos a los rumores y se dejó conducir por los sacerdotes hasta una butaca privilegiada desde donde podría observar los sacrificios: Sesenta y tres toros, uno por cada legionario caído.

El primero de los bueyes llegó junto a un gran altar de piedra que los sacerdotes habían preparado frente al templo desde el día anterior. La bestia fue conducida muy cuidadosamente, con cierta docilidad, lo cual era absolutamente necesario porque se consideraba un terrible presagio si el animal hacía cualquier intento por zafarse. Pero cuando el toro ya estuvo bien amarrado, el sacerdote principal encendió el fuego sagrado que marcaba el inicio oficial de la ceremonia de inmolación.

Entonces se tocaron instrumentos musicales y un asistente comenzó a rociar vino sobre el lomo de la bestia, mientras que otro se preparó con un largo cuchillo, colocando la punta justo encima de la unión de las vértebras principales del animal.

La gente guardó silencio y todos los ojos se fijaron en Bryan, pues como principal oferente le tocaba a él ser quien diese la señal. Esta era la primera vez que participaba en una actividad semejante, pero Silano le había explicado claramente lo que se tenía que hacer. De modo que esperó pacientemente con una expresión solemne mientras el silencio se hacía más y más denso, hasta pasaron doce respiraciones. Finalmente levantó su mano derecha para después bajarla con un gesto imperativo.

El Sacerdote Principal sacó de inmediato un martillo ceremonial y golpeó el mango del cuchillo que el asistente sostenía. El buey tembló, echó un soplido profundo y dobló las piernas, pero antes de que pudiese mugir, lamentarse o emitir cualquier ruido, el sacerdote volvió a golpear rápidamente una y otra vez con una fuerza mortal hasta que, por fin, la bestia cedió y se desplomó sobre el suelo.

De inmediato el sacerdote extrajo el cuchillo de sacrificio y se dirigió con mucha agilidad hacia la cabeza del animal. Entonces, demostrando su gran experiencia, levantó la testa del buey hacia el cielo, desde donde los dioses observaban, y le cortó el cuello de manera que la sangre manó como un río en busca del mar.

La multitud aplaudió, los presagios eran buenos, los dioses estaban complacidos con el sacrificio y recibirían con honores a los héroes que serían inmolados cuando el último de los bueyes muriese.

Les tomaría casi todo el día terminar los sacrificios.

Durante la noche Bryan lideraba a la misma multitud. Esta vez se encontraban en un claro despejado fuera de la ciudad, porque lo que debía hacerse podía ser muy peligroso en el interior. En frente suyo estaban los cuerpos sin vida de los legionarios caídos, limpiados con mucho cuidado por los sacerdotes y sus asistentes, que incluso cosieron las heridas y rellenaron con aserrín y aceites a las víctimas que Sigrid había desangrado.

Bryan en persona junto con el resto de soldados supervivientes se pusieron a vestir los cadáveres con túnicas blancas, sin permitir que ningún esclavo los ayudase, porque así debía hacerse para rendirles honor. Después también trabajaron juntos para preparar toda la leña previamente reunida, hasta formar una montaña de al menos seis metros de altura y sobre la cumbre de aquella meseta se colocaron los cuerpos engalanados de sus legionarios muertos.

Finalmente, Bryan en solitario se acercó a cada uno de los cadáveres y con mucho cuidado depositó una monea de oro dentro de sus bocas: El pago para ser transportados sin problemas al mundo de los muertos.

- En verdad no hay mayor gloria que luchar junto a aquellos que están dispuestos a dar la vida por nosotros. ¡Gloria eterna a los muertos victoriosos! - Exclamó Bryan cuando terminó, siguiendo la fórmula que Silano le había enseñado.

- ¡Gloria a los muertos victoriosos! - Corearon los legionarios que se encontraban en formación frente a la pira como si estuviesen a punto de entrar en combate.

Detrás de ellos la multitud de civiles aplaudió, mientras los sacerdotes entonaban canticos.

Entonces el Sacerdote principal se acercó sujetando una antorcha encendida, cuya llama provenía del fuego sagrado y se la ofreció a Bryan, quien la aceptó respetuosamente. Luego de una serie de ovaciones finales, realizó el último servicio que podía darles a esos hombres valerosos y prendió fuego a la gigantesca pira funeraria.

Pira Funeraria

A la mañana siguiente los sacerdotes recolectaron concienzudamente las cenizas de los fallecidos y las colocaron en urnas de cerámica bellamente pintadas, pues Bryan había puesto mucho énfasis en que quería el mejor servicio posible. Al final cada una de estas urnas serían envidas con mucho cuidado a las distintas familias, junto con las armas, las monedas de oro y la carta personalmente escrita por Bryan.

Cuando todo estuvo terminado, Bryan pudo sentir que el dolor por la muerte de esos hombres comenzaba disminuir, pues ya había hecho todo lo que le correspondía hacer como su comandante. También entregó espléndidos regalos a los heridos antes de licenciarlos, algunos de los cuales lloraron de alegría cuando contaron la suma que les entregaban, pues para sus humildes ojos parecía una fortuna.

De ese modo pudo dar por concluido ese asunto.

- ¿Llegaron los nuevos legionarios? - Preguntó Bryan a Silano.

- Hoy se presentó un nuevo pelotón de 150, armado y listo para obedecer tus ordenes, Ejecutor Bryan. - Respondió Silano.

- Entonces vamos a por nuestro siguiente muriente. -

*****

Pese a que ocupaban un lugar superior en la lista de Cándido, los siguientes cuatro murientes de Bryan no fueron tan complicados de matar, aunque en gran parte esto se debía a que ninguno tenía el blasfemo poder de la Fuerza del Caos que los dotase de una cantidad superlativa de energía y habilidades únicas. Pero también tuvo mucho que ver el hecho de que Bryan adoptase una actitud más prudente, planificando cada combate con sumo cuidado días antes de que sucediese.

El Maestro de Espadas Alfredo Pariona era culpable de aprovechar su cargo como Cuestor para financiar a bandas de criminales que le pagaban por su protección. También era secretamente un maestro del combate con el martillo de guerra, que blandía con una velocidad inusitada para quebrar huesos y armaduras. Pero Bryan lo atacó por la espalda cuando estaba solo para debilitarlo de antemano y luego lo persiguió, guiándolo hasta un lugar donde ya tenía invocado un pequeño ejército de Guerreros Zombis y una multitud de civiles como espectadores que vitoreó cuando Alfredo Pariona murió.

Nivardo Tello era un Archimago de Viento y Alquimista que secretamente desarrolló una droga muy adictiva, la cual se dedicó a vender primero en su pueblo natal y luego extendió su perniciosa influencia a más ciudades, pero no podía ser acusado porque siempre actuaba usando a diferentes intermediarios. Bryan lo estuvo espiando con los Espectros Oscuros hasta el momento exacto en que se reunió con sus asociados y lo denunció públicamente mientras anunciaba que lo mataría. Cuando este trató de escapar, una Sierpe del Abismo ya estaba conjurada en su contra, pero Bryan lo distrajo con varias bolas de Fuego Glacial Místico, abriendo de este modo una brecha en sus defensas durante un segundo que fue todo lo que se necesitó para que la Criatura Oscura le arrancase el corazón.

Bryan como ejecutor

Con el tiempo la fama de Bryan como Ejecutor Imperial comenzó a aventajarlo y muy pronto dejó de ser necesario que se ocupase de reunir a las multitudes antes de su enfrentamiento, porque los propios ciudadanos se organizaban para ver el espectáculo en cuanto se enteraban de que él estaba en sus poblados y se divertían haciendo apuestas sobre cuál de los muchos vecinos infames que tenían sería el objetivo del joven Necromante. Por otro lado, todos aquellos que se sabían culpable de algún crimen se estremecían de miedo al imaginarse cayendo ante los poderes de este joven prodigio que parecía invencible.

Como ya no era posible tomar a sus murientes por sorpresa, Bryan tenía menos margen de maniobra para hacer preparativos y se volvió imposible realizar ataques preventivos, pero aun así perseveró y después cada batalla sus habilidades mejoraban, cada muerte lo hacía más fuerte y cada encrucijada afinaba sus capacidades tácticas.

El día en que oficialmente llegó a la ciudad de Aestus, que era la segunda más grande después de Itálica, una multitud de personas ya estaba esperándolo ansiosamente fuera de la muralla. Y Bryan les dio un auténtico espectáculo conjurando un batallón de más de tres mil Criaturas Oscuras que avanzaban en formación militar precediéndolo como si fuese un desfile triunfal del mundo de los muertos.

Al ver a tantas invocaciones, prueba infalible del gran poder que tenía, el pueblo aplaudió encantado y se olvidaron por completo del viejo sentido común que despreciaba a los necromantes como los magos más débiles. Todos acompañaron a Bryan alegremente mientras se dirigía a la lujosa mansión que pertenecía a su nueva víctima.

- ¡Fernando Mario! Eres culpable de <<crimen maiestatis>>… ¡Abusaste de tu cargo para enviar hombres sin entrenamiento a la guerra y luego obligaste a sus esposas viudas a yacer contigo con amenazas! - Exclamó Bryan con media ciudad atenta a cada una de sus palabras y gestos: - ¡Soy Bryan el Necromante, Ejecutor Imperial! ¡Yo te denuncio! ¡Yo te deshonro! ¡Te privo de toda dignidad y te sentencio a morir en mis manos! ¡Ahora conocerás la justicia de la tumba! -

El Caballero de la Tierra Fernando Mario, que había servido como Tribuno Civil en la ciudad de Aestus y tal como Bryan anunció, se aprovechó muchas veces de su cargo para mandar reclutar forzosamente en el ejército a los esposos de las mujeres que deseaba, sobornando a oficiales para que los pusiesen en los lugares de la batalla donde siempre había una gran cantidad de muertos. Luego se aprovechaba de la indefensas viudas hasta que aburría y buscaba un nuevo juguete.

Pese a su vileza, Fernando Mario era muy inteligente y había sabido ocultar muy bien las pruebas de sus fechorías. Por eso nadie se atrevía a desafiarlo… hasta ahora.

Las Criaturas Oscuras se lanzaron al ataque contra la mansión, siguiendo las instrucciones de Bryan, quien ya sabía cómo era el interior gracias a los Espectros Oscuros. Finalmente, Fernando no puedo mantenerse escondido y tuvo que salir a pelear con Bryan al exterior, pero este ya estaba preparado porque en realidad se había infiltrado en secreto dentro la ciudad tres días antes junto con Silano y se ocupó de corroborar cada uno de los informes del Manto Oscuro sobre las habilidades combativas de su muriente. Gracias a ello no tuvo problemas para neutralizar todos sus ataques de espada usando la Verdadera Destreza y luego lo terminó arrojándolo dentro de un Pantano Ácido.

La multitud gritó aterrorizada por la forma en que el cuerpo todavía con vida de Fernando se deshacía frente a sus ojos, pero luego aplaudieron alegremente por la victoria de Bryan, que en sus mentes también era la victoria del Imperio Itálico sobre la lacra que perturbaba el orden social y por lo tanto también era la victoria del pueblo itálico.

*****

- Hay una diferencia clara entre un usuario de magia y un auténtico mago. El primero simplemente conoce los encantamientos o repite unas instrucciones para provocar un fenómeno preternatural, sin entender su verdadera naturaleza. En cambio, el mago no solamente “hace” magia, sino que va un paso más allá, investigando constantemente sobre la verdadera naturaleza de lo que está haciendo. Y esa es exactamente la pregunta que todos ustedes deben hacerse si quieren trascender más allá de hacer simples conjuros y realizarse como magos. - Explicó Fanny mirando con atención a su audiencia.

En ese momento el auditorio de la Escuela Necromántica se encontraba completamente repleto de estudiantes, algo que no sucedía en la Academia Babilonia desde hacía muchos años. Para empezar antes apenas tenían ambientes propios a excepción de los dormitorios, pero repentinamente el Decano Deo había tenido el impulso de hacer su trabajo por primera vez y les asignó un salón de clases exclusivo, porque hasta entonces tenían que usar aquellos que la Facultad Oscura no estuviese usando. Después recibieron un segundo laboratorio para que pudiesen hacer experimentos, se les cedió tres salas de entrenamiento en el Anfiteatro de la facultad y finalmente recibieron su propio auditorio para conferencias en donde cabían más de trescientas personas.

¿De dónde habían salido estas instalaciones? En realidad, ya estaban ahí. Sólo que hasta ese momento el Decano no se las había entregado oficialmente a ninguna clase, así que permanecían como instalaciones secundarias que nadie usaba realmente. Y como Deo nunca antes se interesó por los necromantes, jamás le importó todos los problemas que estos tenían o los recursos que necesitaban, obligando a la Maestra Fanny y el Maestro Gene a vivir pendientes de los horarios de la Facultad Oscura para programar sus clases, charlas o actividades, siempre en cualquiera en los salones que los magos oscuros acabasen de usar, porque no tenían ambientes exclusivos.

Finalmente, esa época tan triste había terminado.

La segunda gran novedad que la Escuela Necromántica experimentó por aquellos días fue un repentino interés de otros magos en sus conocimientos, algo que era incluso más raro e irregular que haber recibido todas esas instalaciones.

En la actualidad apenas había una veintena de alumnos matriculados en el curso de necromancia y generalmente los estudiantes de las otras disciplinas mágicas los miraban con desprecio, por eso en un principio nadie imaginó que alguien de otra facultad podría llegar a participar en las charlas que daban el Maestro Gene o la Maestra Fanny pese a que todas estas conferencias eran libres para cualquiera, según las reglas de la Academia.

Pero la Maestra Fanny, que ya era famosa por su belleza, se había transformado en una auténtica diosa que fascinaba a cualquiera que posaba sus ojos en ella e inmediatamente se robó el corazón de casi todos los hombres, fuesen estudiantes o docentes. También era cierto que persistían algunos de los rumores maliciosos que la difunta Cabiria había extendido sobre la hermosa maestra y el supuesto amorío que tuvo con uno de sus estudiantes, así que el día en que los necromantes estrenaron su nueva sala de conferencias había una fila inmensa de alumnos varones de otras facultades cargados con flores y regalos que esperaban tener suerte.

Sin embargo, luego de unos días los estudiantes comenzaron a venir por otro motivo. Y es que por primera vez se dieron cuenta de que las conferencias de la Maestra Fanny… ¡Eran fascinantes! Al escucharla muchos descubrieron que podían aplicar gran parte del conocimiento de la profesora en sus propias fórmulas o diseñar mejores estrategias para ejecutar sus conjuros. Así fue como poco a poco los ramos de flores y los regalos fueron reemplazados por tablillas de cera y plumas para tomar notas, lo cual terminó llamando la atención incluso de las estudiantes femeninas, quienes también comenzaron a asistir.

Sin importar de donde viniesen o sus motivaciones, al final todos eran magos. Esto significaba que tenían una curiosidad innata por cualquier nueva forma de conocimiento arcano. Y como la mayoría nunca se había molestado en escuchar sobre necromancia, para ellos era un mundo completamente nuevo.

- Para poder controlar un elemento mágico es necesario conocer su naturaleza hasta llegar a su verdadera esencia. - Continuó Fanny mostrando unos símbolos que había escrito en la pizarra detrás suyo: - El Fuego, por ejemplo, es el elemento del Poder y su naturaleza es la energía junto con la voluntad. De hecho, si el mago que lo utiliza no tiene suficiente voluntad para controlarlo, el fuego crecerá por sí mismo hasta consumirlo todo, desatándose en un terrible incendio.

La Tierra en cambio es el elemento de la resistencia y la fuerza, su naturaleza es la perseverancia, la solidez y también los distintos tipos de dureza, que le permiten soportar toda clase de cambios sin dejarse afectar hasta finalmente imponerse sobre otras fuerzas, siempre y cuando se tenga la suficiente paciencia.

El Aire es el elemento de la libertad y nunca se encuentra verdaderamente estático, por lo que su naturaleza es la velocidad, el dinamismo y la intangibilidad. El aire es libre y nunca opone resistencia alguna, sino que esquiva, evade y posee el mayor rango entre todas la magias.

El Agua es el elemento del cambio y la adaptabilidad, constantemente se encuentra en estado de transformación y por eso puede adaptarse a todo tipo de circunstancias mediante una constante contradicción: Cuando se congela, el hielo se expande en lugar de reducirse, cuando es calentada se evapora en lugar de quemarse, cuando está estática adopta la forma de su recipiente y cuando fluye puede perforar hasta las rocas más duras.

El Relámpago es el elemento de la energía y su naturaleza es el equilibrio entre el polo positivo y el negativo. Cuando este equilibrio se rompe, la energía reacciona violentamente para restaurar el balance a la fuerza, generando el mortal rayo. Es una de las magias más complicadas de controlar porque sus procesos no permiten muchas alteraciones.

El Espacio es el elemento de la unión, su naturaleza es la relación Tiempo/Materia, entendiéndose el tiempo aquí como una medida de cambio. Al alterar o modificar los principios que lo rigen, se pueden doblar o hasta romper las mismísimas reglas de la realidad, permitiendo que la materia se comporte de formas únicas, ya sea alterando el peso de los objetos, acortando las distancias o paralizando la duración de las horas. Entre todas es la magia que más requiere una predisposición natural para dominarla, pues en cierto modo participa de todos los demás elementos, aunque sin llegar a dominar ninguno. Por eso mismo son muy pocos los que pueden usar esta magia.

Relámpago y Espacio son opuestos entre sí, aunque también complementarios. Lo mismo ocurre con el Fuego y el Agua, la Tierra y el Viento. Entre estos elementos hay una relación de competencia que a veces puede ser armoniosa.

Pero ninguno de los elementos anteriormente con tan extraños en su forma de relacionarse con los otros como lo son la Luz y Oscuridad.

Quizá esta declaración les sorprenda a muchos. No es extraño, pues a primera vista parece evidente que ambos son evidentemente opuestos complementarios, incluso más que el Fuego y el Agua. Uno no tiene que ser un erudito para darse cuenta de que no puede haber sombras sin luz.

¿Pero eso es realmente cierto?

Durante muchos años se creyó erróneamente que la Luz era un elemento de energía similar al rayo, pero lo cierto es que hemos comprobado que esta también se comporta como un elemento natural hecho de materia. Además, también tiene una naturaleza espiritual propia, de ahí que pueda purificar maldiciones o crear barreras que detienen a los seres oscuros. Su naturaleza es mucho más compleja de lo que uno imagina, por eso para que un mago de la luz pueda ser verdaderamente formidable, tiene que entender esta triple realidad de su elemento: La Luz es esencialmente Energía, Materia y Espíritu <<en su forma más pura>>. Esa es su auténtica naturaleza. -

Fanny hizo una pausa para tomar un sorbo de agua y mientras tanto varios alumnos de las distintas facultades comenzaron a tomar notas de la explicación tan concisa pero esclarecedora que la maestra había hecho sobre sus elementos mágicos.

- ¿Cuál es entonces la realidad de la Magia Oscura? - Continuó Fanny sonriendo: - Pues el común de las personas cree que se trata del enemigo natural de la Magia de la Luz. ¡Tantos son los que dicen esto abiertamente! Sin embargo, su rango de habilidades es completamente contrario, pues es multidireccional, versátil, extremadamente diversa tanto en formas como en intensidades, etc.

Uno de los grandes errores que cometen muchos magos en el mundo es asumir que la oscuridad es una <<energía>> que se opone a la Luz, como si fuese un reflejo del Polo Positivo y Negativo de la Magia del Relámpago. Pero eso no es cierto. La Oscuridad no es un tipo de fuerza, sino la AUSENCIA de esta. La Esencia de la Oscuridad es <<Ausencia de Luz>>, por lo tanto, para que un mago domine la Magia Oscura necesariamente tiene que conocer a los magos de la Luz, estudiarlos y comprender cuál es su abanico de habilidades, pues todas aquellas áreas que no sean del dominio de la Escuela de la Luz estarán naturalmente abiertas para el Mago Oscuro.

¿Por qué les explico todo esto? ¿Cómo podría la “ausencia de algo” tener posibilidades para la magia? ¿Y qué tiene que ver con la Necromancia? -

Fanny hizo una pausa dramática, sintiendo los ojos de todos en el hemiciclo sobre ella. Podía darse cuenta de que esta vez los alumnos no se la estaban comiendo con los ojos. Mejor dicho, lo hacían, pero también se estaban esforzando bastante en mantener la concentración y parecían sumamente atentos a sus palabras. En ese momento Fanny tenía que hacer esfuerzos para no soltar lágrimas de alegría porque hubiese una multitud jóvenes magos interesados en lo que tenía que decirles sobre un tema que tanto le fascinaba a ella y que le había tomado años descifrar.

Conferencia Magistral de la Maestra Fanny

- Si bien actualmente no lo parece, hubo un tiempo en que la Necromancia era la única magia opuesta a la magia de la Luz y lo que actualmente se conoce como Magia Oscura era una subcategoría. Hoy en día los papeles se han invertido, pero esta es una realidad histórica que tiene su explicación.

Si visitan los templos de diferentes naciones, en todos encontrarán dioses de diverso tipo, formas y orígenes. Sin embargo, todos los mitos de la creación comienzan con la misma frase: Antes del Principio existía el Vacío Intemporal. En ese vacío aparecieron los primeros dioses, los únicos que son ajenos al concepto de nacimiento o muerte. Estos dioses dieron origen a la existencia, la cual estaba compuesta de Orden y Caos.

Con el tiempo, los Dioses del Caos decidieron acabar con la creación. Los mitos no nos revelan los motivos exactos ni son muy claros al respecto, pero todos están de acuerdo en que hubo una terrible guerra entre la primera generación de dioses donde afortunadamente los primeros vencieron a los segundos. Y como castigo por su arrogancia, los Dioses del Caos fueron desterrados al Vacío Intemporal que existía desde antes del principio y desde entonces son llamados Dioses Exteriores o Dioses del Caos… ¿Sí? ¿Tienes una pregunta? -

Fanny se detuvo durante un momento porque una alumna estaba levantando la mano.

- Disculpe Maestra. ¿Eso significa que la necromancia deriva de los dioses malignos? Digo, también se les llama Dioses del Vacío. -

- Eso es un error común. - Respondió Fanny inmediatamente y señaló un libro que ya tenía preparado sobre su escritorio, donde se resaltaba el sello de los templos: - Si consultas la versión oficial del Compendio Teogónico aprobado por el Pontífice Máximo verás que el nombre oficial de estos dioses malignos es Dioses del Caos, Dioses Exteriores o (y presta atención a esta parte) Dioses Atrapados en el Vacío. Es solo que con el pasar del tiempo a muchos debió parecerles muy cansado trascribir ese último nombre por ser muy largo y en algunos textos simplemente le ponen <<Dioses del Vacío>>. -

- ¡Ah! -

- Tampoco estoy diciendo que el poder del Vacío sea uno benéfico. Después de todo, es una dimensión que existía antes del mismísimo tiempo, así que las reglas de nuestra realidad no aplican a ese lugar. Pero esa es la fuente del poder de la Necromancia. -

- ¿Cómo sabe eso, Maestra Fanny? - Preguntó la estudiante.

- Porque no hay un <<opuesto complementario>> para la Necromancia como sí lo hay para todos los demás elementos mágicos. Sin embargo, tiene que estar ahí según la ley de la Gnoseología de Arnos. Y la respuesta es la Magia de la Luz. La Necromancia es en realidad el opuesto de la Luz, mucho más que la propia Magia Oscura. ¿Y cuál es la esencia de la Magia de la Luz? -

- ¿Energía, Materia y Espíritu? - Aventuró un estudiante.

- ¿Algo más? - Preguntó Fanny sonriendo.

- … ¡Es cierto! ¡Usted dijo que en su <<forma más pura>>! - Exclamó otro alumno de pronto.

- ¡Exacto! La Luz es la forma más pura de los poderes que componen la existencia. - Afirmó Fanny alegremente: - Por lo tanto, la Necromancia tiene su origen en el Vacío, para ser más precisos, en la realidad antes de la propia existencia. Una realidad en donde no existe el concepto de Vida o Muerte, porque ambos son básicamente lo mismo. -

- Como las Criaturas Oscuras. - Exclamó Athena que escuchaba en la primera fila.

- Las Criaturas Oscuras existen en el Inframundo, pero nadie sabe cómo se generan o se reproducen a pesar de que no están vivas. La respuesta es que la fuente de su existencia es el Vacío Intemporal que en algún momento interactuó con esa dimensión. - Asintió Fanny inmediatamente y volvió a dirigirse al resto: - Lamentablemente muchos de los conocimientos antiguos se han perdido para siempre y no sabemos lo que los Antiguos Necromantes conocían sobre la naturaleza del Vacío. Quizá nuestras futuras investigaciones puedan revelarnos más cosas sobre ese antiguo lugar.

Pero hay un importante detalle en los mitos que nos da alguna idea de que tan poderoso es el Vacío. ¿Saben cuál es? -

- ¡¿Cuál?! -

- ¡Díganos, por favor Maestra! -

- ¡Queremos saber! -

Los estudiantes exclamaron emocionados y Fanny sonrió encantada antes de finalmente responder mientras levantaba un dedo.

- En todos los mitos, los Dioses del Orden arrojaron a los Dioses del Caos a ese lugar y los atraparon en una prisión de la que no pueden huir. Y las leyendas también dejan claro que los Dioses del Caos son existencias aterradoras, eternas e increíblemente peligrosas, que fundamentalmente no pueden ser destruidos o sometidos.

¿Se imaginan que tan poderoso debe ser el Vacío Intemporal para poder atrapar a aquellos que, según todas las normas de la existencia, no pueden ser contenidos? -

La campana sonó en ese momento, pero los estudiantes igual aplaudieron durante casi diez minutos antes de retirarse.

*****

Después de la conferencia la Maestra Fanny dejó al Maestro Gene encargado de dirigir a los sirvientes que acomodarían todo y se dirigió a su laboratorio. Pero cuando estaba caminando sola por un pasillo, vio una distorsión espacial y sonrió.

- ¡Saludos, noble Rectora! - Saludó Fanny.

- Buen día, Maestra Fanny. - Respondió Dean Emma apareciendo: - Felicidades por otra exitosa conferencia. ¡Creo que pronto tendremos que subirte el sueldo! -

- Ajajá, algo como esto sería inconcebible un año atrás. Tendré que agradecer al Decano Deo por todo su apoyo. -

- Eso es innecesario. A quien debes agradecer es a ese joven tan carismático, que movió hilos para que esto sucediese. - Dijo Dean Emma sonriendo: - Yo misma no habría podido conseguir que Deo siguiese tanto sin arriesgarme a destruir por completo mi relación con el Decano. Pero tu protegido lo consiguió en cuestión de días. Y hablando de él… -

- ¡¿Tienes noticias de Bryan?! - Preguntó Fanny incapaz de contener la emoción.

 - ¿Noticias?... No lo creo. - Respondió Dean Emma haciéndose la desentendida: - Por lo menos no me he enterado de nada que toda la ciudad no sepa ya. -

-…-

- Pero sí te escribió otra carta. - Añadió burlonamente la Rectora entregándole un rollo de pergamino.

- ¡Ah! ¡Malvada! - Se quejó Fanny, aunque una sonrisa de alegría se expresaba en su mirada.

- ¿Puedo acompañarte a leerla? -

- ¡Vamos a mi habitación! -

Dean Emma asintió y blandió su mano, teletransportándolas a ambas al interior de los aposentos privados de Fanny, quien inmediatamente cerró bien la puerta para que nadie las pudiese escuchar o ver. Luego abrió rápidamente el rollo para leer el contenido.

Queridísima Fanny:

Perdona mi largo silencio. Estos últimos meses fueron sólo sangre, hierro y lodo, y no hubo tiempo para escribir cartas a los amigos.

Puedes estar segura de que he pensado en ti con gran afecto.

Deseo estar junto a ti a solas.

Sinceramente, Bryan.

Después de leerla Fanny suspiró y le entregó la carta a Dean Emma con una expresión decepcionada. La anciana rectora inmediatamente la leyó con atención, tratando de encontrar las intenciones ocultas en su interior.

- Dice <<Gran afecto>> y <<desea esta junto a tú a solas>> - Repitió Dean Emma sonriendo con picardía: - Conozco cientos de esposas a las que sus maridos nunca les dijeron palabras como esas. -

- ¿Afecto? ¿Qué se supone que es eso? - Respondió Fanny con un gesto de hastío: - ¿No podía escribir Amor? -

Dean Emma soltó una carcajada al escuchar sus palabras y respondió: - ¿Acaso esperas que toque un arpa? ¡Ya es un soldado, no un poeta! -

- El día se acaba. - Interrumpió la Maestra Fanny con un suspiro extendiendo la mano para que Dean Emma le devolviese la carta: - Tengo que preparar mi próxima clase. -

- Estoy muy segura de que te quiere. No hagas un océano de un vaso con agua. -

Y tras decir esas palabras, Dean Emma desapareció del cuarto con un conjuro.

En cuanto estuvo sola, una sonrisa misteriosa se dibujó en los labios de la Maestra Fanny, quien rápidamente levantó unas cuantas barreras mágicas para asegurarse de que no hubiese nadie. Ella conocía a Bryan mejor que nadie y sabía que ese joven era increíblemente desconfiado a la hora de abrir su corazón con otras personas, incluso si aparentemente eran sus aliados, como era el caso de Dean Emma.

La primera carta que envió Bryan era igual de genérica que esta, por eso ella tuvo la sospecha de que el verdadero mensaje estaba oculto y examinó atentamente el papel hasta detectar al aroma a gachas de trigo.

Fanny colocó lo carta frente a una pequeña llama y muy pronto una segunda escritura comenzó a aparecer: Bryan había usado la leche de sus gachas como tinta invisible en el reverso del papel escrito, la cual se revelaba después de calentarse.

Queridísima Fanny.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Estoy ocupado cazando a una maldita sabandija en un rincón lejano del imperio en lugar de contemplar la belleza de mi maravillosa profesora y me parece un crimen. En cada momento que tengo libre recuerdo el día que te conocí, así como el sueño de tenerte conmigo. Cuando cierro mis ojos te veo venir hacia mí, parada como una diosa al pie de mi cama, me levanto, te tomo en mis brazos, acaricio cada parte de tu cuerpo.

Pronto destruiré a mis enemigos, obtendré el poder que necesito y ya no tendremos que esperar. Entonces podré reclamarte y hacerte mía, del mismo modo en que yo seré tuyo, un pobre esclavo de tu grandeza, a cambio del privilegio de ser el único que deje mis huellas en cada centímetro de tu piel.

Sinceramente (de verdad esta vez), tu querido Bryan.

- ¡Estúpido desvergonzado! ¡¿Cómo puedes escribir algo así?! - Exclamó Fanny ruborizándose hasta las orejas mientras arrojaba la carta sobre su escritorio: - ¡Maldito seas Bryan! ¡Juró que encontraré el modo de corregir esa actitud pervertida que tienes! -

Fanny se alejó rumiando su cólera por un buen rato, pero finalmente volvió a sentarse en el escritorio y recogió la carta para volver a leerla, ruborizándose nuevamente y volviéndola a soltar, repitiendo esta especie de ritual hasta que finalmente enrolló el papel como estaba antes y se lo llevó hasta un cofre que solamente ella podía abrir.

Ahí depositó el pequeño rollo, justo encima de una pequeña montaña de otros pergaminos enrollados. Todos eran cartas que Bryan le había escrito desde que se fue y que Fanny se aseguró de conservar celosamente.

- ¡Tonto! ¿No podías escribir <<Amor>>? - Se volvió a quejar Fanny haciendo un puchero mientras cerraba el cofre.

Pero sin que ella se diese cuenta, una encantadora sonrisa brillaba en su semblante.

*****

Mientras tanto en el Palacio Imperial.

Juliano Augusto Máximo, Emperador de Itálica estaba leyendo una carta que le envió su amigo, el Senador Crispino Cornelio, que había sido Cónsul en dos oportunidades y relataba los últimos acontecimientos. En sus aposentos privados había muchas esclavas hermosas que se dedicaban a distintas tareas, pero se quedaron paralizadas cuando vieron a Juliano dejar de leer. Todas podían ver el mensaje que su amo sostenía y tenían claro que las noticias eran importantes. Pero el Emperador caminó junto a ellas sin siquiera mirarlas, así que no se atrevieron a decir nada.

En general Juliano Augusto no era un hombre cruel con los sirvientes, pero le gustaba el orden y la disciplina. De hecho, allí, en su palacio, se le respetaba por su generosidad y se le obedecía por un cierto aprecio que los esclavos habían desarrollado hacia su señor. Juliano pensaba que con generosidad se podía conseguir muchas cosas en el corazón de los hombres, pero sabía que era importante mostrarse firme en ocasiones. Siempre buscaba un punto medio en todas sus decisiones y rara vez aceptaba posiciones radicales.

Su conocida mesura le había valido el aprecio de los senadores y su firmeza le ganó el respeto de los soldados durante su larga carrera militar. Estas cualidades le ayudaron mucho a solucionar los problemas no sólo en la Ciudad de Itálica sino de las fronteras del Imperio, el cual prosperó durante su reinado.

Esto sin embargo ya era una historia del pasado. Ahora estaba viejo y se hacía más débil con cada día que pasaba. Y también eran menos los que lo seguían con auténtica lealtad.

El emperador se agachó para quemar la carta que le había enviado el senador. No debía quedar ninguna prueba de su comunicación con Marco Cornelio porque últimamente ni siquiera podía confiar en sus propios guardias. Cada día que pasaba reconocía menos rostros entre los soldados que lo acompañaban, lo que significaba que se estaba volviendo senil o que los hombres leales a él estaban siendo reemplazados de forma sutil pero contundente.

- Pareces tenso, viejo amigo. - Dijo una voz a sus espaldas.

Juliano se dio la vuelta bruscamente, demostrando que entre las cenizas todavía quedaban algunas chispas del que había sido un gran conquistador, porque inmediatamente se llevó una mano a la espada corta que portaba en el cinto, listo para combatir. Pero se detuvo a medio camino cuando reconoció el rostro de la persona que le hablaba.

- ¡Cándido! ¡¿Quieres matarme de un infarto?! ¿Por qué siempre me vivistas sin avisar? - Dijo Juliano sonriéndole a una de las poquísimas personas con quien hablaba de forma informal cuando no estaban en una ceremonia oficial.

- Sería un pobre confidente y jefe de espionaje si la gente supiese cuando vengo a visitarte. ¿No te parece? - Respondió el Gran Mago sonriendo, pero luego lo miró ceñudo: - Aunque supongo que hay buenos motivos para que esté nervioso. Después de todo… tus guardias del palacio están cambiando con sospechosa velocidad. -

Juliano lo miró gravemente al principio, aunque había un destello de dolor oculto entre sus emociones. Luego se giró hacia las esclavas y ordenó: - ¡Déjennos solos! -

Todas obedecieron y abandonaron lo que estaban haciendo para marcharse a toda prisa. El Emperador dejó que pasasen unos minutos después que la habitación se vaciase antes de continuar su conversación con Cándido.

- ¿Sabes quién es el responsable? -

- No necesito decírtelo, porque ya conoces esa respuesta o por lo menos la sospechas. -

- ¡Quiero que lo digas! - Ordenó Juliano con furia.

- ¿De verdad? ¿Realmente quieres escuchar lo que tengo que decir, Majestad? - Preguntó Cándido mirando al emperador con una mirada muy severa.

Juliano Augusto Máximo no había vacilado cuando tuvo que cargar contra una falange de picas enemigas, donde mil puntas de lanza se dirigieron hacia él tratando de tomar su vida. Pero ante la pregunta de Cándido vaciló un instante y el Gran Maestre que lo conocía desde su juventud no dejó de notarlo.

- Ese es el auténtico problema. Y mientras no tomes una decisión no hay nada que pueda hacer. - Declaró Cándido.

- Es suficiente. - Dijo Juliano apesadumbrado.

- No, me has dado una orden y pienso obedecer. - Replicó Cándido: - Conoces la historia de mi vida. Yo soy un hombre proveniente de una familia noble en decadencia, arruinada económicamente y prácticamente extinta por sus enemigos. Tuve que luchar muy duro, conspirar y matar para llegar a obtener la autoridad que tengo ahora.

Pero también he aprendido cuáles son mis límites. Sé dónde están las barreras que todo el esfuerzo o planificación simplemente no pueden superar. Entiendo muy bien que el verdadero poder, el Derecho Divino para gobernar, no es algo que se alcance luchando. ¡Es un derecho con el que se nace!

Tú, Majestad Imperial Juliano, naciste con ese derecho.

Pero tus dos hijos mayores… no. -

El emperador soltó un suspiro y reprimió un grito de ira. Cada vez que le llegaban noticias de Antonio y Lucio sentía que su mente retumbaba como si la golpeasen los martillos del dios de la herrería. Ambos príncipes eran la razón principal de que Juliano estuviese perdiendo partidarios, porque los miserables no podían esperar a que estuviese muerto para competir por un trono que todavía no les pertenecía. Y aparentemente no les importaba si el imperio entero se resquebrajaba por culpa de sus ambiciones.

- Tienes razón, como siempre. Yo ya lo sospechaba. - Admitió Juliano con un suspiro.

- Lo sabías y aun así no hiciste nada. - Le reclamó Cándido sin piedad.

- ¡Son mis hijos! - Replicó Juliano.

- Y aun así te traicionaron. - Contestó Cándido.

- Los amo demasiado… - Murmuró el Emperador con tristeza.

- Y aun así te traicionaron. - Repitió Cándido.

- Hoy no tienes reparo alguno al hablar, viejo amigo. -

- Tuve demasiados reparos durante años. Quizá si hubiese dicho lo que realmente creía desde el primer momento ahora no estaríamos así. - Dijo Cándido tristemente: - Creo que eso es algo que tenemos en común. -

Juliano cerró los ojos y derramó lágrimas de impotencia. Lo había intentado. Aunque sabía que era demasiado tarde, de todos modos, hizo su mejor esfuerzo por corregirlos. Pero las facciones que apoyaban a los príncipes comenzaron a cercarlos y cada vez se volvió más difícil mantener bajo control a sus atroces hijos, a quienes amaba a pesar de toda su locura y malignidad.

- ¿De verdad mis hijos piensan asesinarme? -

- Tal vez sean ellos. - Respondió Cándido encogiéndose de hombros: - Tal vez sean los miembros de su facción. ¿Es realmente importante? Han dado su consentimiento tácito. Eso es tan bueno como firmar una orden de ejecución. La pregunta es: ¿Cuándo vas a hacer algo al respecto, Majestad Imperial?  -

 - ¿Esperas que mate a mis propios hijos? -

- Si, eso es lo que espero. -

De haber sido cualquier otro hombre, Juliano habría ordenado su ejecución en ese mismo momento. Solo contuvo su ira porque conocía bien a Cándido y sabía que, aunque este pareciese impertérrito por fuera, en el interior estaba sufriendo mucho por tener que decirle esas palabras a su amigo.

- ¿Qué clase de hombre sería si hiciese eso? - Dijo en cambio Juliano con dificultad.

- Serías un Emperador. - Puntualizó Cándido.

- … -

- ¿Recuerdas los preceptos que nos enseñaron en la Academia? «El Emperador tiene respecto a sus súbditos el privilegio de hacer beneficios. Como buen dueño está preocupado por su bien lo mismo que el pastor por sus ovejas. En este sentido es semejante a los padres y sólo la magnitud de los beneficios lo levanta sobre ellos. Lo mismo que un padre, es la causa de la existencia de los suyos, cuida de su alimento y educación.» - Recitó Cándido e hizo una pausa antes de continuar: - «La tiranía en cambio no acepta comunidad alguna entre señor y súbditos: no hay en ella ni derecho ni justicia. El súbdito es para el tirano lo que la herramienta para el artesano... Hablando con propiedad, el tirano no ve a su alrededor seres humanos, sólo bueyes, caballos y, en todo caso, esclavos.» -

- Recuerdo esas enseñanzas. -

- Entonces la única pregunta es: ¿Cuál será el legado del Emperador Juliano? ¿Emperador o Tirano? Porque si tomas decisiones que afectan a todos tus súbditos, como la de permitir que esos hijos tuyos hagan lo que quieran, sin pensar en el posible perjuicio que les acarrearás a todos, eso es que quieres ser un tirano. ¿Cómo serás recordado al final de tus días? ¿Tirano o Emperador?  -

- Entiendo cuál es mi deber, pasé mi vida entera cumpliéndolo. Pero precisamente por hacerlo no estuve ahí para ser padre de esos niños cuando me necesitaban y por eso crecieron así. ¡Sus errores como hijos son en realidad los míos como padre! -

- Lo comprendo y también tu dolor. -

- ¡No! ¡No lo comprendes! - Respondió Juliano: - No estás en mi lugar. Nunca has tenido que matar a un hijo tuyo. -

- Es verdad. - Contestó Cándido: - Pero es mi deber señalarte que tienes otros hijos. Todos los millones de súbditos en el Imperio también son tus hijos. Un plebeyo quizá sea libre de criar a su familia como quiera, pero un Emperador no puede hacerlo. ¡Tus hijos no son sólo tuyos! ¡Son Razón de Estado! -

Juliano no respondió.

- Puedo protegerte de momento. - Continuó Cándido muy serio: - El Manto Oscuro aún puede evitar que te asesinen mientras los Grandes Maestres sean fuertes. ¡Pero no será así para siempre! En algún momento, si la situación de la nación sigue volviéndose crítica, nuestros ojos estarán demasiado ocupados en los diferentes peligros y podríamos no ver lo que ocurre en el Palacio Imperial. Los traidores están aumentando en número, tampoco podemos depender de todos nuestros informantes y tenemos que mantenerlos vigilados. -

- ¿No confías en nuestros propios espías? - Preguntó Juliano ceñudo.

- ¡Por supuesto que no! ¡Eso sería estúpido! ¡Espían gente por dinero! - Respondió Cándido con una expresión burlona.

- Vives en un mundo muy deprimente. ¿No es verdad? -

- Soy lo que este Imperio necesita que yo sea y afortunadamente soy bueno en ello. Pero esos son mis problemas y tú tienes los tuyos. ¿Cuánto debe sufrir el pueblo para que finalmente actúes? ¿O acaso es necesario que Lawrence también se muera? -

- ¡No se atreverían a tocar a su hermano! - Exclamó Juliano medio enloquecido.

- Ahora estás diciendo cosas que ni siquiera tú crees. - Dijo Cándido exasperado: - Quizá Tiberio Claudio deje vivir a su familia adoptiva. ¿Pero a Lawrence? ¿A otro posible “príncipe rival”? Ni siquiera tendrá que conspirar… ¡Cualquiera de tus hijos lo matará por iniciativa propia! La única cuestión es si sucederá antes o después de que Lucio asesine a Antonio o Antonio asesine a Lucio. Tú lo sabes. Yo lo sé. -

Juliano luchaba con las ganas de vomitar sangre, pero no negó ninguna de las afirmaciones de Cándido.

- No puedo matar a mis hijos, no puedo, aunque sea mi deber. - Declaró finalmente El Emperador Juliano: - Antes prefiero morir. -

­- Si te suicidas solo desatarás la Guerra Civil. -

- Entonces ayúdame a hacer lo mejor que pueda mientras todavía sigo con vida. -

Cándido soltó un fuerte suspiro, pero finalmente asintió.

- Como ordenes, Majestad Imperial. - Respondió Cándido entregándole un rollo de pergamino que claramente está protegido por barreras mágicas: - Por favor revisa esto. -

- ¿De qué se trata? -

- ¿Recuerda al joven que le recomendé? -

- ¿Hablas de ese liberto llamado Bryan? ¿Qué pasa con él? -

- Ahora es el Archimago más joven de toda la historia. -

- ¡¿Qué?! -

- Yo mismo lo recluté, así que doy fe de su carácter. - Continuó Cándido sonriendo: - No ha sido parte del Manto Oscuro durante demasiado tiempo, pero ha demostrado tener temple, valor y una gran capacidad para solucionar problemas difíciles. También es muy maduro de carácter e increíblemente poderoso. -

- Y justo hoy tengo una reunión con un invitado del Templo de Idramón que viene específicamente para hacerme preguntas sobre este joven. - Dijo Juliano mirando a Cándido con una ceja levantada: - Puedo estar senil pero no tanto, viejo zorro. -

- Majestad Imperial, Bryan ha servido al Imperio ayudando a obtener las pruebas contra Odón Ascher, capturó a un miembro clave del Culto de Caelos, recuperó el tratado de Magia Oscura de Ascanio Ítalo. También ha dominado una serie de habilidades únicas que nadie más conoce y que lo vuelven un recurso invaluable para nuestro ejército. -

- Vamos directo al punto. ¿Crees que este Bryan es lo bastante valioso como para empeorar nuestras relaciones con el culto al dios Idramón? -

- Observe usted esto. - Dijo Cándido señalando una sección del documento.

- A ver… ¡¿Lo has nombrado Ejecutor Imperial?! ¡¿Acaso estás loco?! ¡No puedes darle esa autoridad a un mocoso que…! -

- ¡Majestad, mire su lista de éxitos! -

- ¿Pero de qué…? Espera, ¿Colbert el Caballero de la Tierra? ¿Guido Bellido el ballenero? ¡¿La Archimaga Sigrid Bazán?! …. - Exclamó Juliano mirando los nombres sin poder creerlo y las manos que sostenían el pergamino temblaron: - ¡¿Dices que ha matado a tantos rivales formidables?! ¡¿Esto es posible?! -

- Lo es y muy pronto todo el pueblo lo sabrá. -

-…-

- El templo de Idramón lo quiere muerto porque temen su poder. - Explicó Cándido con una sonrisa malvada: - Por ese motivo desde hace mucho lo han atacado directamente, sin pedirnos autorización. Pero Bryan los derrotó una y otra vez, motivo por el cual ahora vienen a llorar aquí.

Bryan domina Resurrección de Cadáveres… ¿Puede imaginar cuánto se fortalecería nuestro ejército si podemos controlar una horda interminable de Muertos Vivientes? Imagine una fuerza interminable de criaturas agresivas que nunca se cansan, no tienen miedo y no se detienen ante nada. ¿No es imperativo que lo tengamos de nuestro lado? -

- ¿Es leal al Imperio? -

- No, pero eso no tiene importancia. - Contestó Cándido sin darle importancia.

- ¿Por qué lo dices? - Preguntó el Emperador muy extrañado.

- Porque la mujer de la que está locamente enamorado es la hija del Procónsul Esteban. Y su amante es nada menos que la Líder del Gremio Mercante de Bootz. ¡El amor que siente por ellas lo encadena a nuestro Imperio Itálico mucho mejor que cualquier juramento, amenaza o negociación! Es peligroso, no hay duda. Pero también es lo bastante inteligente para entender que un liberto jamás llegará a ser emperador, así que cualquier éxito social que consiga tiene que pasar por llevarse bien con la persona que se siente en el trono.

Mientras le demos lo que quiere, permanecerá leal. -

- Y qué es lo que quiere. -

- Libertad e influencia. -

- ¿Y Tiberio Claudio no podría ofrecerle lo mismo? -

- Durante mucho tiempo esa fue mi principal preocupación y si la situación se hubiese desarrollado de cualquier otra manera, mi recomendación sería completamente diferente. ¡Te pediría que por todos los medios se lo entregases al Templo de Idramón antes de que se vuelva peligroso! Pero ese joven estaba destinado a servirte, porque el propio Tiberio Claudio lo antagonizó sin que yo tuviese que hacer nada y ahora ambos son enemigo irreconciliables. -

- ¿Cómo sucedió esto? -

- Los hombres de Tiberio Claudio, presionados por el Príncipe Antonio, cometieron el grave error de acosar a una de sus amantes. - Explicó Cándido.

Juliano no sabía cómo reaccionar. Por un lado, le alegraba saber que este tal Bryan no se uniría con el problemático Gran Duque, pero por otro lado recibir una nueva noticia de los crímenes provocados por su hijo le desagradaba.

Cándido debió notar esto, porque inmediatamente añadió: - Este evento fue importante por algo que te interesará mucho. Bryan se ha vuelto confidente y aliado político… de tu hijo Lawrence. -

Esta noticia hizo que el Emperador Juliano abriese los ojos muy interesado y Cándido se apresuró a golpear el hierro cuando aún estaba caliente, acercándose para susurrarle al oído de un modo innecesario dado que estaban solos, pero que llamaba la atención.

- Bryan podría convertirse en una importante espada que salvará la vida de tu hijo cuando ya no puedas protegerlo. ¡Por todos los medios debes salvarlo del Templo de Idramón! -

Juliano Augusto Máximo, Emperador de Itálica, se quedó pensativo por mucho tiempo contemplando las llamas de una chimenea cercana sin decir una palabra, pero en su mente calculaba los distintos escenarios que podían desarrollarse, el problema de sus hijos y los enemigos externos e internos de su país.

Finalmente sonrió y dijo: - Lo consideraré favorablemente. Pero primero debe probar que vale la pena que me arriesgue por su bien en este momento, solo por la esperanza de que nos sea útil en el futuro. ¿Quién es el último hombre de la lista de murientes? -

- Vlad Cerrón. - Respondió Cándido y apenas consiguió reprimir un tono de odio.

- Eso es perfecto. - Exclamo Juliano mostrando una sonrisa salvaje: - Quiero ver en persona el poder de este Bryan y quiero que toda Itálica lo vea también. De ese modo serán menos quienes se atrevan a cuestionarme si lo protejo del Templo de Idramón. Si puede matar a Vlad Cerrón en frente de toda la ciudad y en un combate directo… -

- ¿Cómo quieres que haga esto? -

- El Gran Anfiteatro Imperial. - Respondió el Emperador: - Me consta que ese maldito de Tiberio Claudio ha dejado entrar al imperio a ese desgraciado de Vlad, seguramente para matar a alguien. Pero nosotros nos aprovecharemos de su plan para nuestro beneficio. ¡Arregla que Bryan se enfrente a Vlad Cerrón en el Gran Anfiteatro Imperial!

Si muere, es que no valía la pena.

Pero si consigue vencer… ¡Le otorgaré un título de nobleza! -

Cándido se asustó un poco por el modo en que Juliano quería enfrentar a Bryan contra Vlad Cerrón, porque en el Gran Anfiteatro Imperial el Gran Caballero tendría todas las ventajas de su lado, pero al final asintió y dijo: - ¡Escucho y obedezco! -

- Ve entonces, estimado amigo. - Dijo el Emperador despidiéndolo con un gesto, pero luego agregó: - Y no te demores demasiado en arreglar ese enfrentamiento. -

Cándido suspiró, pero finalmente deshizo la barrera de insonorización que había colocado antes incluso de entrar en la habitación. Luego se marchó sin que nadie lo viese, desapareciendo entre las sombras del palacio como un fantasma.

Emperador Juliano Augusto Máximo

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es miércoles 08 de marzo del 2023.

Generalmente diría cosas como “en el original” para referirme a los cambios, pero desde hace mucho que estoy creando capítulos completamente nuevos que no siguen en nada la línea de la obra inicial. Así voy a ir directamente a la inspiración.

La primera parte es el funeral que está inspirada en las ceremonias de enterramiento griegas y romanas. Esta parte es importante para que Bryan pueda “ocuparse del problema” tal como le recomendó el niño y dejar de lado gran parte de la culpa que lo atormenta por lo sucedido con sus soldados. El que Bryan lo pagase todo era importante por eso.

Como saben, si bien uso términos medievales, en esta historia principalmente me inspiro en el Mundo Precristiano para crear la ambientación y los sucesos. Esto también ayuda a reforzar la idea de que estamos en un “mundo diferente”.

Y sí, una de las primeras cosas que era muy diferente en las sociedades es la idea de que “todos somos iguales ante lo divino” que es un concepto puramente cristiano. En el mundo antiguo esto era impensable: Sólo los elegidos pueden hablar con los dioses.

Un caso curioso que evidencia esto se puede ver en Perú. Si visitan las iglesias de la era Virreinal de Cuzco, verán que estas siempre tienen un balcón frente a la plaza, algo que no sigue la norma general del templo de la época. Esto se debe a que los habitantes del Imperio Inca consideraban impensable que alguien que no fuese miembro de la familia real ingresase a los templos. El ciudadano común tenía prohibido entrar. Y por más que los sacerdotes evangelizadores quisieran convencerlos de que el Dios cristiano los consideraba iguales, el pueblo quechua tenía esto tan fuertemente marcado en su corazón que costó casi 100 años cambiar su modo de pensar y convencerlos de entrar a las iglesias. Por eso se tuvo que poner el balcón: para que los primeros sacerdotes peruanos pudiesen hacer la misa afuera, frente al pueblo.

Lo mismo ocurre en el caso de las mujeres. En la mitología escandinava, hablo de Thor y Odín, las mujeres no podían entrar al Valhala hicieran lo que hicieran. Su destino inevitable era Hel o sea el infierno.

La idea de tener respeto por las mujeres es un concepto puramente cristiano que maduró durante 1000 años antes de ser aceptado en la mayor parte de los países y tuvo altos y bajos. En un mundo diferente, no tiene sentido que esto no se evidencie. Por supuesto que había sociedades más machistas que otras. El caso del islam, por ejemplo, que es así principalmente porque sus orígenes se remontan a los pueblos nómades, que generalmente tienden a ser más radicales en este tipo de costumbres que los pueblos con mucha historia de sedentarismo. Hablo en términos muy generales, por supuesto.

Claro que en la Antigüedad existieron mujeres que llegaron a tener un inmenso poder. Mejor dicho, CUALQUIERA puede tener mucho poder si está dispuesto a hacer lo que sea necesario y tiene al destino de su lado, eso sin importar la época o la sociedad. Pero no era la regla general.

Un ejemplo de ello sería el hecho histórico de que, en la Edad Media, (una era profundamente cristianizada) las mujeres podían tener propiedades, negocios e incluso heredar grandes dominios y administrar países. En muchos aspectos la mujer del medioevo era mejor tratada.

Pero cuando llegó el Renacimiento y la Edad Moderna, les quitaron todos esos derechos. ¿Por qué? Porque Grecia y Roma se volvieron el modelo a imitar y su código legal hace mucho énfasis en la superioridad del PATER o “padre” sobre los hijos y las esposas. También es en esa época que se vuelve a legalizar la esclavitud en muchos países protestantes, algo impensable en la Edad Media (Y tienen el descaro de llamarlos “humanistas”). Eso fue un retroceso del que generalmente no se habla, pero es un reflejo de lo segregacionista que sería la sociedad si hoy viviésemos como en el Mundo Antiguo o lo imitásemos al pie de la letra.

Quise reflejar algo de esto en el hecho de que, en la ceremonia de sacrificio, algo tan típico de las culturas paganas, no se les permitieran entrar a los esclavos, extranjeros y mujeres precisamente porque se está honrando a los dioses de la guerra. Las mujeres podrían participar en las ceremonias relacionadas con las diosas femeninas, pero los extranjeros, criminales y esclavos nunca podrían participar en nada oficial. Ellos siempre se llevaban la peor parte, sobre todo los últimos.

El sacrificio del toro que describo está inspirado en el ritual romano de oblación a Júpiter Optimo Máximo de periodo republicano. Aquí me inventé que es un toro por persona, pero en el ritual real serían 300 toros para honrar al dios y pedir su protección antes de ir a una guerra. Los funerales no requerían de sacrificios en Roma.

La cacería de los siguientes murientes puede parecer pequeña en comparación al combate con Sigrid Bazán, pero lo hago de este modo para acelerar la trama y también poner énfasis en el peligro que representa un oponente con Fuerza del Caos. No pude resistirme a incluir el término en latín de “crimen maiestatis” porque en este momento mi país está viviendo de muchos problemas precisamente por el maldito de Vizcarra, que abusó de su poder para destruir la sociedad como psicópata.

Muchos me han dicho que Fanny es la novia menos favorita por su poco desarrollo y en atención a ello decidí darle más protagonismo. Por ese motivo me inventé esta clase de conceptos mágicos inspirados en la lógica de los Elementos de Avatar: el Ultimo Maestro Aire, la mitología Lovecraftiana, El Silmarillion de Tolkien y finalmente la trama del videojuego Dishonored. Creo que me quedó muy bien y sirve para que todos podamos apreciar la habilidad intelectual de Fanny como genio de necromancia y Maestra.

La parte de Dean Emma leyendo la carta de Bryan al lado de Fanny está inspirada en la serie Roma de HBO. Originalmente iba a utilizar jugo de limón para la tinta invisible, que es una forma muy conocida de dejar mensajes secretos en un papel, el cual al calentarse revela el texto escondido. Pero no tenía sentido que Bryan anduviese con limones en pleno viaje, se sentía mal. Luego busqué otras formas de hacer tinta invisible y descubrí que la leche tiene un efecto muy parecido. ¡De ese modo lo conecté con las Gachas de Trigo con leche de Bryan y le di sentido a toda esa parte!

Por supuesto que este fragmento también nos muestra lo leal que es Fanny en su forma de amar, que conoce a Bryan mejor que nadie y lo puede leer mejor que las otras mujeres, incluso Emily.

Finalmente, la sección más importante de este capítulo fue la conversación del Emperador con Cándido. La inventé casi de 0 y creo que me quedó excelente, aunque como siempre ustedes serán los que juzguen al final, pero en el diálogo entre ambos espero haber dado muchas explicaciones indirectas de por qué el país está como está y cómo fue que los príncipes se convirtieron en un problema en parte porque el Emperador prefiere ser padre que gobernante.

Pero déjenme saber su opinión en los comentarios: ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó la parte del funeral? ¿Disfrutaron la conferencia de Fanny? ¿Se entendió la lógica del sistema mágico? ¿Qué les pareció la parte del mensaje secreto? ¿Les gustó la conversación de Cándido? ¿Qué harían ustedes en el lugar del Emperador? Después de saber lo difícil que era la política en las sociedades antiguas, donde hijos y padres tenían que estar pensando en matarse… ¿No les parece que nuestros problemas son más llevaderos?

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¡Nos vemos en el siguiente capítulo!