03 Un día en la vida de un Rey

PRIMERA PARTE

No muy lejos de la famosa Torre de Tokio; al lado de un restaurante de cinco estrellas, una escuela, una estación de radio y una embajada; hay un conjunto de edificios que usualmente pasa desapercibido, donde puedes encontrar una sorprendente cantidad de pequeños santuarios[1] esparcidos por todo el lugar.

Uno de ellos tiene como único acceso un camino sinuoso que sigue la misma dirección que la carretera y es tan pequeño que uno podría pasarlo fácilmente desapercibido. La mayoría de las personas ni siquiera se daban cuenta de que estaban en el sendero hasta que veían la puerta Torii, que señalaba el principio del territorio de culto, y casi nadie se animaba a subir los más de 200 escalones hasta la cima.

¡Todos pensaban que era demasiado esfuerzo para ver un santuario más, sobre todo cuando había tantos otros muy cerca y mucho más accesibles!

Pero aquellos que lo intentaban descubrían que había un bonito Honden o Salón Principal dedicado a venerar a la deidad local. Además, todo el santuario estaba rodeado de árboles frondosos que, si bien no era tan altos como los de una Reserva Natural, si conformaban un pequeño reducto de naturaleza que ocultaba el recinto de la vista, era bastante estético y trasmitía una constante sensación de paz y tranquilidad.

No muy lejos del edificio principal, había una pequeña y adorable cabaña que servía para que los miembros del santuario se cambiasen de ropa, donde se guardaban los objetos de uso diario y también servía como vivienda para el personal permanente.

Dentro de una de las habitaciones, la sacerdotisa Mariya Yuri se estaba cambiando.

Las prendas tradicionales que debía utilizar para su oficio no eran fáciles de vestir ni de llevar. Primero venía el Kosode, la bata ceremonial; luego el Furisode, un kimono de mangas muy holgadas que quedaban colgando de las muñecas; y finalmente un Hakama o Pantalón Largo de color escarlata, hecho con telas gruesas, que debía ir bien ajustado. Cuando finalmente estuvo lista, Yuri se contempló en el espejo a fin de asegurarse que no hubiese defecto alguno.

Yuri era una jovencita bastante hermosa de cabello color café, casi llegando al negro, bastante similar al de las cuentas oscuras que ciertos sacerdotes usaban. Ella no teñía su cabello, sino que este era el color que siempre tuvo desde el día en que nació. Y al principio le molestaba un poco, porque atraía muchas miradas, pero actualmente se había acostumbrado.

Sin embargo, mientras se estaba peinando para hacer los arreglos finales, un chasquido llamó su atención. Se trataba de uno de los dientes de su peineta, que se había quebrado en ese mismo momento. Algo que en Japón siempre se había tomado como un augurio de cosas muy problemáticas.

- … Que desfavorable. ¡Quiera Kami-sama que nada muy malo suceda! – Susurró Yuri en voz muy baja, a pesar de saber que sus temores no tenían fundamento.

Si ella fuese una chica común y corriente, este incidente apenas habría merecido unos momentos de su tiempo antes de pasar al olvido. Pero Yuri no era una persona ordinaria y en realidad sentía que había motivos para investigar más a fondo para de prevenir que algo funesto acabase conjurándose.

Después de terminar de vestirse, María Yuri salió de la cabaña y se dirigió al edificio principal. En su camino se cruzó con varios sacerdotes, monjes y otros habitantes del lugar, cada uno de los cuales se inclinó reverentemente a su paso. Este trato era bastante respetuoso para un joven de 15 años, incluso si era una sacerdotisa. Pero Mariya Yuri era especial y ostentaba una posición más honorable y elevada que cualquier otra persona en el Santuario Nanao Jinja.

- …. ¡Oh! ¡Miko-Hime[2]! ¡Es un gusto conocerte! Si tienes tiempo... ¿podríamos conversar un rato? -

En medio de tanto buen trato y reverencia, una persona le arrojó un saludo bastante frívolo y sin ningún aviso previo. Si bien el desconocido había empleado el término formal de “Princesa Sacerdotisa” para dirigirse a ella, su tono de voz no contenía ningún indicio de verdadero respeto. Más bien se parecía el de algún tonto o payaso salido de la nada.

El desconocido se acercó caminado lentamente hacia Yuri, aparentemente inmune a las miradas enojadas de todos a su alrededor. Sin embargo, la joven no dejó de notar que este hombre no hacía ningún ruido al caminar pese a llevar calzado de cuero y estar pisando con firmeza sobre la fina grava que cubría el acceso al Gran Salón.

De inmediato Yuri supo que no se encontraba ante una persona ordinaria e hizo gestos al resto de personas para que se alejasen y no interrumpieran su reunión.

- … Es un placer conocerle. ¿Puedo preguntar por su nombre? –

- … Ah, por favor perdóname por la tardía presentación. ¿Dónde están mis modales? Mi nombre es Amakasu, Amakasu Touma. - Respondió el sujeto sacando una tarjeta de uno de sus bolsillos y entregándosela a Yuri: - En primer lugar, es un honor estar frente a una elegante Hime-Miko como usted. Espero que nos llevemos bien. –

Yuri aceptó la tarjeta y le dio un rápido vistazo. En efecto el nombre de Amakasu Touma estaba bien escrito, junto con una fotografía que debía haber sido tomado hacía pocos años. Pero lo que llamó la atención de la joven fue el nombre del Departamento de Estado en el que este individuo trabajaba.

- Sea bienvenido. Tengo curiosidad por saber el motivo por el que un miembro de la Comisión de Compilación Histórica ha venido a este humilde lugar. – Dijo Yuri con recelo.

Amakasu era una persona que vestía un terno occidental bastante gastado, hasta el punto en que parecía desaliñado. Además, era muy joven como para ser tomado por un alto funcionario, pues a pesar de sus profundas ojeras uno podía adivinar que todavía tendría unos treinta años, aunque pareciese mal de salud.

Pero uno nunca debía juzgar un libro por su cubierta, pues como solía suceder en la mayoría de países orientales, había una gran influencia del Estado sobre todos los asuntos culturales, religiosos e incluso mágicos. A diferencia de otros lugares del mundo, los magos japoneses estaban bajo el estricto control de una oficina del gobierno.

Y Amakasu Touma era un enviado de ellos, por eso Yuri tenía que ser muy cuidadosa a la hora de tratarlo o las consecuencias serían terribles.

- Un grave problema parece haber encontrado su camino hacia nuestras nobles costas. De hecho, podría ser el mayor desastre que nuestro país haya visto jamás. Es un asunto extremadamente complicado y por eso necesitamos de tu ayuda para aumentar, aunque sea un poco, nuestras posibilidades de resolverlo. Lamento mucho los inconvenientes, pero espero que entiendas mi posición en esto. –

- Esta humilde sacerdotisa apenas tiene habilidades y me temo que no podré ser de gran ayuda en esta empresa. –

- Eres demasiado humilde. – Respondió Amakasu sonriendo: - Si bien es cierto que hay muchas sacerdotisas entre los Guardianes de Musahino, son muy pocas las que sobresalen en el análisis de energía espiritual como tú. Además, hay dos razones adicionales por las cuales has sido seleccionada. –

Japón siempre había tenido hechiceros, chamanes y espiritistas, quienes trasmitieron sus saberes desde los tiempos inmemoriales. Mariya Yuri era una descendiente de ellos y también miembro los Guardianes de Musahino, la organización de espiritistas que protegían la región de Kanto en la Isla Principal y a sus 42 millones de habitantes. Fueron ellos quienes le otorgaron el título honorario de “Hime” a pesar de su tierna edad y le asignaron responsabilidades mucho más serias e importantes que a cualquier otra Sacerdotisa.

- Como una de los Guardianes de Musahino, tus deberes también incluyen ayudar en las misiones de la Comisión de Compilación Histórica. Estoy seguro que tienes muy claro qué es lo que nuestra nación espera de ti. Si tienes otras preguntas, por favor guárdatelas por el momento, y permite que termine de hablar. –

- Sé cuál es mi deber. ¿Qué necesitan que haga? –

- Sería de gran ayuda para nosotros si te reunieses con un joven japonés y nos ayudases a discernir su verdadera identidad. Su nombre es Kusanagi Godou, es un estudiante de preparatoria… Y sospechamos que se ha convertido en un verdadero Campione. –

-…Un… ¿Campione? –

- Es el título que los europeos usan para designar a los reyes demonio. –

Fue como si alguien le hubiese arrojado un balde de agua helada. Yuri se quedó sin palabras por unos momentos mientras trataba de organizar sus ideas, pero finalmente no pudo más y cayó de rodillas en el suelo.

Su mente recordó de pronto a un par de ojos ardientes, como de una bestia hambrienta. Eran los ojos del antiguo demonio con el que se encontró en el que fue, sin lugar a dudas, el momento más fatídico de su vida.

- Estoy seguro de que ya has entendido el primer motivo por el cual te elegimos. Como conociste a Dyansta Voban en tu infancia, probablemente serás capaz de confirmar fácilmente si este joven también es un Campione. –

- … Si por “Campione” te refieres a los crueles demonios de la mitología japonesa, la reencarnación de un Rakshasa Raja[3], claro que puedo reconocerlo. ¡Pero ellos deben ser evitados a toda costa! No puedo creer lo que me dice. Para que un humano normal pueda convertirse en uno de esos monstruos… ¿No tiene que matar a un dios? ¡Eso debería ser imposible! –

Le sucedió hace cinco años. Yuri tuvo la oportunidad de presencial el poder de un Campione cuando estaba en un pequeño país de Europa del Este.

Dyansta Voban.

Solamente la mención de ese nombre haría que los hechiceros más poderosos de Europa se escondiesen en algún remoto rincón, murmurando encantamientos para alejar el mal, como su fuesen niños asustados.

Y Mariya Yuri jamás olvidaría esos ojos azul marino, que se encendían como los de un tigre en la oscuridad cada vez que el demonio decidía desatar sus terribles poderes. Más tarde su miedo se intensificó todavía más cuando averiguó que ese monstruo tenía la habilidad de convertir a cualquier persona en polvo tan sólo con el poder de su mirada.

- Honestamente me siento igual que usted, Hime. Tampoco creo que Kusanagi Godou se haya convertido en un Campione. Mejor dicho, no quiero creerlo. El problema es que, con todas las pruebas que hemos recopilado hasta el momento, esa parece ser la única conclusión posible. – Respondió Amakasu encogiéndose de hombros de un modo un poco exagerado antes de continuar: - De acuerdo con el informe del Servicio de Inteligencia Italiano, en marzo de este mismo año Kusanagi Godou logro matar al dios de guerra persa Verethragna en la isla de Cerdeña y obtuvo las Autoridades de un rey demonio. Después de eso, hay numerosos informes sobre él viajando por toda Italia y cada vez que aparecía en una ciudad, una enorme cantidad de desastres sucedían. Es evidente que, si no es el responsable, por lo menos está involucrado en todos esos eventos… ¿Has oído hablar de la reciente tragedia en la Ciudad Eterna? –

- ¿Quieres decir que el ataque terrorista en El Coliseo Romano fue…? –

- El día en cuestión, Kusanagi Godou llegó a Roma invitado por uno de los Caballeros más poderosos en la Orden de la Cruz de Cobre Negro, la joven Érica Blandelli. Y luego, tras regresar a Japón, parece haberse traído consigo una antigua reliquia sagrada… -

- ¡Una reliquia!... – Exclamó Yuri con gran preocupación.

Y es que como Hime-Miko que era, Yuri poseía una gran sensibilidad a todas las fuerzas espirituales y también un sexo sentido extremadamente agudo que inmediatamente le dijo que esa reliquia encerraba el potencial de provocar un desastre sin igual.

- Sobre Kusanagi Godou, me guastaría saber un poco más antes de conocerlo en persona. ¿El pertenece a algún clan que practica la magia antigua, era erudito de alguna clase de conocimientos arcanos o quizá algún tipio de Maestro Marcial? –

Yuri había reunido la determinación de seguir adelante con esta tarea sin importar los peligros, así que decidió averiguar más. Por supuesto que estaba aterrorizada, y si dependiese de ella elegiría alejarse lo más posible de un rey demonio. Pero si no hacía esto, miles de millones podrían perder sus vidas o sufrir un destino incluso peor que la muerte. Siendo así, Yuri sintió que los dioses la habían elegido y que esto era alguna especie de destino que debía superar.

- Si hablamos de brujería oriental u occidental, ese joven era completamente ajeno a cualquier poder sobrenatural o conocimiento al respecto. Tampoco practicó nunca ningún tipo de arte marcial, ni siquiera por curiosidad. De hecho, no hablemos de algún tipo de vinculo con los dioses… hasta su familia no podría ser más ordinaria. Mira esta carpeta. –

Amakasu sacó un folder de su maletín y se lo entregó a Yuri, quien comenzó a revisar la información escrita. Se trataba de un informe oficial sobre toda la investigación que el Gobierno había hecho sobre Kusanagi Godou, su carácter, historia personal y familiar. En efecto no había ningún tipo de evento que hubiese llamado la atención de cualquier funcionario, hasta el año pasado cuando visitó Italia por primera vez. Entonces su vida dio una vuelta en U y comenzaron a suceder una serie de increíbles y vertiginosos eventos a su alrededor.

- … Si tuviera que mencionar una sola cosa sobresaliente o digna de atención entre los eventos anteriores a su presunta apoteosis, sería que era un candidato a pertenecer a la liga japonesa de beisbol juvenil. Incluso estuvo a punto de participar como reserva de cuarto bateador en el campeonato de Kanto. –

- Lo siento, pero ¿qué es este campeonato de Kanto? –

- Es una competencia de beisbol estadounidense, donde compiten en su mayoría estudiantes de secundaria. Kusanagi Godou iba a participar, pero se lesionó el hombro en uno de los entrenamientos y por eso fue retirado. –

- Ah… Espera, no entiendo… ¿Cómo fue que terminó peleando con una deidad persa en plena isla de Cerdeña? El dios y el lugar no están relacionados. –

- Eso sería responsabilidad de Alejandro Magno, quien soñaba con crear un “Imperio Universal”. Parte de su plan fue garantizar una convivencia pacífica entre griegos y persas, para que ambas culturas aprendieran lo mejor de la otra.

Tuvo éxito al final y la cultura griega terminó llegando a todo el Mundo Antiguo en lo que se conoce como Periodo Helenístico, uno de los momentos de mayor florecimiento intelectual, artístico y filosófico que ha visto la humanidad. En esos tiempos podías encontrar arte griego en Egipto, Persia, la India e incluso lugares más lejanos. – Explico Amakasu con una sonrisa irónica: - Pero, así como los griegos trasmitieron sus costumbres, también adoptaron bastantes rasgos de los otros pueblos. Y finalmente, cuando el Imperio Romano conquistó a todos los reinos de los griegos, terminaron asimilándolos y también muchas de sus costumbres, modas, arte... y también mitos.

En la mitología hindú, Indra es el rey de los dioses guerreros y tiene un cierto parecido con Veretragna. Del mismo modo hay ciertas partes de mitos como el de Heracles, cuando se enfrentó a los gigantes luego de volverse un dios, que se parecen un poco a la historia de Verethragna e Indra. Así que no es raro que apareciesen adoradores del dios de la guerra persa en Italia, centro del Imperio Romano el cual dominó a tantos pueblos distintos. Estos seguramente encontraron muchos puntos comunes en el culto a Verethragna tanto en oriente como en occidente. Por supuesto, que algo así podría ser complicado de entender para cualquier persona promedio, pero explica cómo fue que esa deidad tan aparentemente lejana terminó apareciéndose por esos lares. –

Yuri escuchaba la explicación mientras seguía ojeando el documento. De repente notó la foto de una doncella con cabellos dorados, y era tan hermosa, que hasta Yuri se sintió impresionada pese a ser de ser del mismo sexo. Era verdaderamente un deleite para cualquier mirada, como si de una obra de arte se tratase .

- Ah, esa chica es Érica Blandelli, una auténtica genio tanto en la hechicería como en el manejo de la espada. Pertenece a una de las familias más antiguas y prestigiosas de Italia. Actualmente ha sido identificada como la amante de Kusanagi Godou. –

- ¡¿Amante?! – Exclamó Yuri como si hubiese escuchado una inmoralidad y se quedó sin palabras.

- Es probable que la Cruz de Cobre Negra se diese cuenta de la importancia de crear una fuerte relación con Kusanagi Godou antes de que fuese plenamente consciente de su nueva posición y por eso la enviaron a seducirlo. Eso fue un movimiento bastante audaz, porque esa chica es una de las combatientes más poderosas de toda la Orden, aunque no cabe duda que resultó al final. Todavía no se ha convertido oficialmente en su concubina, pero ya prácticamente es un hecho consumado. Tengo que elogiarlos por hacer sido tan decisivos para utilizar así a una chica como esa. –

- ¡¿La sacrificaron como una ofrenda para seducir a ese monstruo?! ¡Eso es demasiado descarado, inmoral y enfermizo! ¡Son unos malvados, todos y cada uno de ellos! Sacrificar a una mujer sólo para ganar el poder de un demonio… ¡Yo nunca lo permitiría! ¡Primero la muerte! – Exclamó Yuri indignada mientras miraba la foto de Kusanagi Godou con furia contenida.

A pesar de que solamente soy una Miko con poca fuerza que oponer, nunca aceptaría someterme a un tirano como este.” Pensaba enojada.

No se dio cuenta de que su rabia y determinación provocaron que su miedo al Campione comenzase a disminuir casualmente.

- Por cierto, usted dijo que había dos razones para que me hubiesen elegido. ¿Puedo conocer la segunda? –

- Por supuesto, aunque esto se debe a algo que fue completamente por casualidad… -

Cuando escuchó la respuesta de Amakasu Touma, la Hime-Miko no puedo dejar de pensar en cómo el destino funcionaba de un modo tan misterioso.

Nunca en su vida hubiese imaginado, que tanto ella como Kusanagi Godou asistían a la misma institución.

[1] En Japón los Templos son budistas mientras que los Santuarios son sintoístas desde las Restauración Mejí, cuando ambas religiones fueron separadas.

[2] Hime: Significa Princesa en japonés, en este caso Miko-Hime es un título extremadamente formal para dirigirse a una sacerdotisa.

[3] Un tipo de ser demoníaco con forma humana en el hinduismo y el budismo. Son una manifestación del mal y la crueldad más salvaje, que caminan siempre en busca del caos.

SEGUNDA PARTE

Habían pasado unos cuantos días desde que regresó de Roma en secreto, una semana para ser exactos. Y en ese mismo momento Kusanagi Godou se encontraba disfrutando su tiempo libre.

Finalmente había conseguido superar los síntomas del desfase temporal al que su mente se vio sometida por culpa de haberse movido entre los continentes y su estado de ánimo también estaba mejorando. Pero justo cuando atravesó la puerta de su instituto de pronto recordó al Gorgoneion, que la noche anterior había arrojado en un rincón de un armario en su habitación, y sufrió un bajón emocional. Entonces decidió regresar directamente a su casa para descansar.

En realidad, una las primeras cosas que Godou hizo en cuanto pisó suelo japonés, fue intentar destruir esa maldita reliquia. Pero sus esfuerzos fueron en vano. Al final, gastó la mitad de un día sudando y rompiéndose la cabeza para encontrar algún modo de quebrar el disco de piedra, pero ni siquiera consiguió hacer un rasguño sobre su superficie.

- Puede parecer una piedra desgastada, pero no lo es. Se trata de una cadena de saber ininterrumpida del conocimiento de varias deidades. Por eso, aunque parezca material, en realidad es un objeto espiritual que no puede ser destruido salvo en los fuegos del tártaro, de donde ni siquiera los Titanes pueden escapar. – Le había dicho Erica Blandelli antes de despedirlo.

¡Estúpida piedra, estúpida cadena ininterrumpida, estúpido yo por dejarme envolver en una situación tan ridícula!” Pensaba Godou maldiciendo la realidad mientras arrastraba los pies en su camino a casa.

La familia Kusanagi vivía en el distrito de Bunkyo en la ciudad de Tokio. Su vecindario era una calle comercial que se encontraba convenientemente cerca de una estación del metro. Su casa había sido en realidad una antigua librería de segunda mano.

Después de la muerte de su abuela, la dueña original de la tienda, el negocio comenzó decaer, tanto por el descuido como por el hecho de que cada vez eran más las personas que optaban por los libros virtuales en formato PDF. Al final terminaron cerrando, y lo cierto era que ahora recibían más visitas ocasionales en comparación a los tiempos en que todavía atendían y pasaban días enteros sin que un solo cliente se animase a ingresar.

Quizá si hubiesen intentado incluir una sección de Comics, Manga u otros productos más atractivos para las nuevas generaciones, podrían haber mantenido el negocio a flote. Pero ni su abuelo ni su padre quisieron hacer el estudio de mercado, así que no era extraño que la librería se hubiese venido a pique. Sobre todo, porque la calle Sanchoume en la que vivían seguía teniendo ese aire a antigüedad típica del viejo Tokio, que no era tractivo para los jóvenes.

Así que, cuatro años atrás, la familia tomó la decisión de cerrar la tienda temporalmente y nunca se molestaron en planificar una reapertura.

Por supuesto que Godou no era muy consciente de que vivía en un barrio un poco anticuado debido a que siembre había estado ahí, aunque muchas personas se lo dijeron el algún momento. De hecho, la arquitectura de todos los edificios, incluyendo la de su casa, daba la sensación de pertenecer al periodo Showa, anterior a la Segunda Guerra Mundial, donde los edificios de madera se combinaban con estructuras de concreto, pero siempre tratando de evocar el pasado tradicional.

Definitivamente era muy diferente si lo comparabas con la espléndida arquitectura de la Ciudad de Roma. Para empezar, eran muy pocos los edificios que tenían más de un piso, no había ningún gran centro comercial en los alrededores y casi todos tenían una fachada de madera. La mayoría de los habitantes de la calle habían venido de otros distritos urbanos, buscando precisamente un lugar despoblado donde pudieran vivir más tranquilamente, pero sin dejar la ciudad.

- Bienvenido a casa, Oni-chan… Que curioso que hoy día estés aquí tan temprano. –

De repente Godou escuchó una voz detrás suyo, pero no necesitaba volverse para saber de quién se trataba. Incluso sin el “Oni-chan” no fallaría en reconocer el tono de alguien con quien había vivido por más de una década.

- ¿Por qué hablas así, Shizuka? ¿No te parece que eres un poco injusta? He estado llegando temprano todos estos días, pero de pronto me tratas como si fuese alguien que disfruta quedándose afuera hasta tarde a propósito. – Dijo Godou con una sonrisa cansada.

- Cierto, pero solo has llegado temprano estos últimos días. El sábado pasado te marchaste de casa sin que te viéramos salir y no volviste hasta la noche del domingo. Incluso faltaste a la escuela el lunes porque no te sentías bien. ¿Dónde fuiste exactamente y que estuviste haciendo? – Le respondió su hermana con una mirada de descontento.

Kusanagi Shizuka tenía catorce años, cursaba el tercer año de secundaria y era dos años menor que Godou. En ese momento no llevaba su uniforme escolar, pero en sus manos sostenía una gran bolsa de tela con leche, pescado y otros comestibles. Probablemente llegó a casa más temprano, se cambió el uniforme por ropa casual y luego salió a comprar los ingredientes para la cena.

Ahora ambos hermanos se habían encontrado por coincidencia de camino a casa.

- ¿No hemos hablado ya de esto? Un amigo me pidió ayuda con un proyecto y como resultó ser un trabajo más difícil de lo esperado, terminé quedándome a dormir para luego terminarlo el día siguiente… ¿Cuántas veces tengo que decirlo? –

Desde que regresó de Italia, Godou había estado repitiendo la misma excusa una y otra vez. Sabía que su mentira era bastante vaga, pero quería evitar entrar en detalles. Además, tuvo suerte de que su hermana justo estuviese bastante cansada por los estudios la noche en que se fue de viaje y ni ella ni su abuelo se dieran cuenta de que en realidad había salido el viernes. Por eso consiguió vender la historia de estar ayudando a un compañero que acababa de ingresar a la universidad en la carrera de arquitectura y necesitaba hacer una compleja maqueta.

- Así que estuviste ayudando a un amigo… Ya veo… un amigo ¿verdad? –

- Si, necesitaba cortar muchos materiales para armar una maqueta a escala del Coliseo Romano y nos costó mucho más de lo esperado. –

- Que interesante. Y también es interesante que nunca hayamos conocido a ese amigo arquitecto tuyo. –

- Aún no es arquitecto, acaba de ingresar a la facultad. –

- Mmm… Qué curioso. Y qué buen amigo eres, para ir a ayudarlo, aunque no sabes nada de arquitectura. –

- Si tienes algo que decir, dilo de una vez. – Dijo Godou mientras tomaba la bolsa que Shizuka sujetaba para cargar las cosas en su lugar, como un buen hermano mayor haría: - Sabes que no me gusta cuando le das y vueltas a un asunto. –

Pero su hermana no le respondió de inmediato, sino que continuó mirándolo con ojos suspicaces durante un buen rato hasta que finalmente pregunto: - Entonces, dime algo. Este “amigo” tuyo, ¿es un hombre o una mujer? –

-… Por supuesto que es un hombre. – Respondió Godou sin mirarla, mientras hacía todo lo que podía para mantener una expresión neutral y suplicaba a los cielos que su hermana no se diera cuenta de que estaba soltando una gran mentira.

Ambos hermanos continuaron caminando por la calle, pero la tensión entre ambos era evidente. Godou hacía todo lo posible por aparentar que nada sucedía, pero su hermana no dejaba de mirarlo fijamente, hasta que finalmente decidió soltar la bomba.

- Oh, ya veo. Y cambiando de tema. ¿Qué tal te fue con Erica-san? –

- ¡¿Que?!... –

Godou se quedó boquiabierto, su mente comenzó a trabar a mil por hora, pero no podía encontrar una explicación para que Shizuka conociese ese nombre.

- ¿Dijiste Erica?... Si, bueno. ¿Podrías repetirme el nombre? –

- No te lo mencioné, pero en realidad nos preocupamos mucho cuando desapareciste dejando una simple nota y no respondiste cuando te llamamos al celular. El abuelo y yo estábamos a punto de ir a la comisaría… cuando esa chica llamó a nuestra casa. –

Las palabras de Shizuka eran tan frías como el hielo y sus ojos eran como los de un cazador apunto de dispararle a su presa.

*****

Ocurrió que la semana pasada Shizuka se levantó en la madrugada para ir al baño y no escuchó los ronquidos de su hermano. En ese momento se dio cuenta de que Godou no estaba e ingresó a su habitación, donde encontró una nota escrita diciendo que saldría a “ayudar a un amigo”. Pero la hora le pareció muy extraña a Shizuka, así que trató de llamarlo al celular para pedirle más detalles, sin embargo, como Godou lo tenía en Modo Avión y descuidadamente lo mantuvo así durante todo su viaje, no pudieron contactarlo.

Entonces Shizuka se preocupó y fue corriendo a avisarle a su Abuelo. Este le dijo que, si no podía contactarse con Godou hasta el mediodía, entonces avisarían a la policía.

Justo cuando el abuelo estaba poniéndose el abrigo para salir a la comisaría, el teléfono de la casa sonó. Shizuka corrió a responderlo pensando que sería su hermano e incluso encendió el altavoz… pero resultó ser una mujer que se presentó formalmente como Erica Blandelli.

Ella les dijo que ocurrió un asunto muy urgente que requería la ayuda de su hermano y que por eso lo invitó a su casa. También les dijo que podía tardar unos pocos días, pero no había motivo para que preocupasen…

Después colgó sin darles tiempo de responder o decir nada.

Su abuelo había soltado una carcajada y se quitó la chaqueta, luego se fue a la cocina para preparar el almuerzo mientras tarareaba una canción. Shizuka por su parte se quedó un buen rato de pie frente al teléfono, temblando de indignación.

****

- La voz de esa mujer era muy bonita. ¿Me pregunto si ella también tendrá una bonita apariencia? ¿Tú que dices, Oni-Chan? ¿Es hermosa? ¿Cuántos años tiene? Y por favor ahora no intentes pretender que Erica es un hombre; porque eso sí que sería una estupidez. – Exclamó Shizuka fríamente mientras cortaba la ultima vía de escape de Godou, todo al mismo tiempo.

¡Mujeres! ¡Todas son unas astutas intrigantes!” Pensó Godou mientras maldecía la astucia de su hermana y la malicia de Erica.

Era evidente que la llamada de Erica no fue para tranquilizar a su familia sino por motivos malintencionados. Seguramente pensó que causar un gran revuelo en el hogar de los Kusanagi sería algo bastante divertido y ahora se estaba riendo de lo lindo imaginando los problemas de Godou.

Pero lo que nunca esperó, fue que su hermana también fuese una peligrosa manipuladora.

Lo esperaba de Erica, pero Shizuka podría ser más espeluznante. ¡Ella sabía que estaba mintiendo! ¡Lo sabía! ¡Pero me dejó creer que estaba a salvo durante toda una semana, sólo para poder atacarme en el momento menos esperado!

- Entonces, Oni-chan. Mentiste sobre tu amigo, mentiste sobre cuándo te fuiste (Fue el viernes, no el sábado, no intentes negarlo) y encima mantuviste tu celular apagado todo el tiempo. Todo para pasar dos días enteros con una mujer desconocida.

¡Increíble! ¿Qué estuviste haciendo con ella? ¡Debe haber sido algo bastante malo, o no habrías tenido necesidad de engañar a tu propia familia tan descaradamente! ¿No es cierto? Al final el abuelo tenía toda la razón. Estoy tan decepcionada… ¡Nunca pensé que Oni-chan fuese capaz de hacer algo así!

- ¡Espera! ¡¿Qué fue lo que te dijo el abuelo?! –

- Dijo que: “Cuando un muchacho sale corriendo para encontrarse con una mujer, sin decírselo a nadie, tiene que ser porque algo turbio o inmoral está sucediendo. Bueno, yo también tuve un periodo de mi vida en el que me comporté así…¡No puedo creerlo, Oni-Chan! Yo siempre pensé que tú eras una persona decente. ¿Por qué mentiste? ¡Ahora habla de una vez! – Exclamó Shizuka interrogándolo con una mirada triunfal: - ¿Es una historia de amor ilícito? ¿Estás teniendo un romance con una mujer casada? ¿O podría ser una relación prohibida con una sensual maestra tipo “One-san”?... Tiene que ser algo por el estilo, ¿verdad?

Godou inmediatamente negó con la cabeza de un modo desesperado, mientras trataba de defender lo que le quedaba de honor.

- ¡Absolutamente no! ¡Nada de eso! ¡Yo no soy como el abuelo! ¡Jamás haría algo tan escandaloso! -

- ¡Hmph! ¡Pero eres el único nieto del abuelo, ¿no?! Incluso sus rostros son bastante similares. Tal vez una parte de tu estructura genética se activó bruscamente y entonces desbloqueaste toda la rama de habilidades que el abuelo tenía para seducir a las mujeres. ¡Seguramente eso es lo que ocurrió!

- ¡¿Estás hablando de genética o de un videojuego?! ¡Para empezar, la seducción no tiene nada que ver con la bilogía, sino con la sociabilidad! ¡Sólo porque soy su nieto, no significa que seamos el mismo tipo de persona!

¡¡Por qué tengo que tener está estúpida discusión con mi hermana pequeña y justo en nuestra calle, donde todos pueden escucharnos?!

De hecho, las personas alrededor estaban perforando a Godou con su mirada.

Shizuka también se dio cuenta de que estaban haciendo el ridículo frente a los vecinos y comenzó a sentir vergüenza. Así que bajó el tono de su voz antes de continuar.

-… Entonces, ¿por qué me mentiste? Si no hiciste nada inmoral, ¿por qué no dijiste la verdad desde el principio? –

- Porque estaba asustado de que las cosas se complicaran como precisamente acaba de ocurrir. ¡Siempre haces un océano de un vaso con agua! – Respondió Godou apoyando una de sus manos sobre la cabeza de su hermana y alborotando un poco sus cabellos, intentando que se sintiera mejor: - Se podría decir que me hice amigo de Erica a causa de mi mala suerte, pero hace un tiempo ella me ayudó bastante, así que se lo debía. La semana pasada se metió en un problema muy serio, uno que no puedo contarle a los demás porque sería violar su privacidad. Por eso fui a visitarla, pero había muchas otras personas ahí también y nunca estuvimos solos. Definitivamente ni ella ni yo tenemos algún tipo de relación inmoral… ¿Me crees ahora? –

Shizuka seguía muy preocupada, pero finalmente suspiró y aceptó.

- No es como si no confiase en ti… pero no tienes permitido mentirme otra vez, ¿entendido? Incluso si tratas de engañarme, puedo darme cuenta de inmediato que estás mintiendo solamente al mirar cómo te comportas y actúas cuando estás en la casa. ¡Que esta sea la última vez! –

- De acuerdo, ya no volvamos hablar de esto. –

Con el asunto finalmente resuelto, Shizuka sonrió un tanto avergonzada.

Si tan solo ella hiciese esas expresiones más seguido, podría jactarme ante el mundo de tener una honesta y linda hermanita.” Pensó Godou sonriendo irónicamente.

- Todo esto me recordó un poco a esos tiempos, cuando estabas en el equipo de Béisbol. ¿Recuerdas que siempre llegabas tarde, incluso los sábados, porque te quedabas entrenando en la mañana y en la noche? ¿No quieres unirte a algún club deportivo ahora que ya estás en preparatoria? –

-… Yo… La verdad es que no me siento con ganas de volver a jugar. Creo que aún necesito seguir descasando de los deportes, por lo menos hasta que defina una carrera universitaria. –

Como el tema cambió tan drásticamente, Godou no estaba seguro sobre cómo responder, así que terminó dando una excusa muy vaga. Lo cierto era que no quería entrar en ninguna competición porque alguien podría darse cuenta de que sus capacidades físicas ahora eran sobrehumanas. No estaba seguro de poder fingir lo bastante bien como para ocultar la verdad sobre su condición.

Pero su respuesta despertó nuevas dudas en su hermana, que lo miró con una expresión preocupada y triste.

- El hombro… ¿Todavía te duele? Nunca he sido una atleta, así que no estoy muy segura al decir esto, pero creo que todavía podrías ser un bateador incluso con un hombro lesionado… Oh, dije algo malo… ¡Lo siento, Oni-chan! –

Shizuka se detuvo a mitad de su oración.

Aunque a veces pueda ser implacable, no hay duda de que tengo una buena hermana.” Pensó Godou sonriendo: “Normalmente es bastante discreta, pero cuando hablamos de asuntos delicados no puede evitar decir cosas insensibles que luego la hacen sentir mal. ¡Pero en el fondo siempre está tratando de ayudarme!

- Bueno, eso sonó un poco duro. – Respondió Godou revolviendo nuevamente los cabellos de su hermana con cuidado: - Pero lo cierto es que, si ahora mismo me meto en algún club, tendría que empezar desde abajo. Y la relación de antigüedad es muy vertical… ¿Te imaginas si tengo que llamar “Superior” o “Senior” a mis compañeros de clase o los que están en un grado inferior? Eso sería muy vergonzoso. Por eso no tengo ganas de unirme a ningún club deportivo. –

A pesar de que esa respuesta todavía no era muy convincente, Shizuka se limitó a asentir tristemente. Al final esta hermana no solo era más inteligente que su hermano, sino que también sabía cuando no era el momento de decir algo innecesario.

Por supuesto que ella no se había dado cuenta todavía.

Desde que se convirtió en un Campione, la vieja lesión en el hombro de Godou desapareció por completo y ahora ni siquiera una atleta profesional podría hacerlo tan bien como él en cualquier tipo de competición. Por ese motivo Godou sentía que unirse a un Club sería una violación al código ético de los deportistas.

Y también, aunque Godou nunca lo diría abiertamente, lo cierto era que el equipo de su escuela apestaba y por eso nunca llegaban ni a la primera ronda del campeonato interdistrital. Si de repente él se unía y por su culpa llegaban a participar, llamaría todavía más la atención.

Es cierto que sentía un poco de envidia cuando miraba a sus compañeros jugando Beisbol, pero en comparación a la nueva oportunidad para vivir que había obtenido, en lugar de la muerte segura a manos del dios que intentó destruirlo, ese pequeño sacrificio le parecía bastante aceptable.

Por lo menos así era como Godou intentaba verlo.

TERCERA PARTE

Godou y Shizuka llegaron a su casa alrededor de las seis de la tarde.

Debido a que solía ser una librería, la entrada principal era una puerta corrediza de cristal. El diseño, como tantos edificios antes de la Segunda Guerra Mundial, era un bloque de madera de dos pisos que, aunque antiguo, había sido renovado y ampliado en muchas ocasiones para convertirse en un hogar bastante confortable.

Cuando los hermanos entraron, su abuelo Kusanagi Ichirou dejó el viejo libro que estaba leyendo en una de las muchas estanterías que aún conservaban y les dio la bienvenida con una sonrisa.

- ¿Oh? Es raro que vengan juntos. ¿Sucedió algo? –

El anciano lucía igual que siempre: Su atuendo era impecable; tanto su forma de hablar como sus movimientos reflejaban mucha confianza en sí mismo; y a pesar de que superaba los setenta años, todavía emanaba un fuerte carisma que lo hacían similar a un honrado caballero… tanto que era un poco espeluznante.

Kusanagi Ichirou se había hecho cargo de cuidar la casa y a los niños en lugar de su ocupada madre desde que Godou podía recordar. Todas las tareas domésticas eran hechas diariamente de un modo meticuloso y siempre se ocupaba de que hubiese alimentos, pagaba las cuentas a tiempo. También les cocinaba todos los días.

Si solo fuese por eso, uno no podría encontrarle ningún problema, pero…

- Entonces Shizuka, ¿finalmente decidiste atrapar a Godou en tu red hasta que confesase la verdad? ¿Qué fue lo hizo al final? –

- Bueno, parece más complicado de lo que pensábamos. Oni-chan sigue insistiendo en que son “solo amigos”, así que a partir de ahora prestaré mucha atención a todo lo que diga o haga para ver si está mintiendo. Ya sabremos la verdad con el tiempo. –

- Ustedes dos, dejen de hablar de mí como si no estuviese. –

Si, ese era su abuelo. Alguien que era capaz de saber exactamente lo que estaba sucediendo con tan solo ver la expresión de sus nietos.

Y esa era su agresiva hermanita. Alguien que podía decir abiertamente que no confiaba en su hermano y que lo vigilaría para descubrir sus secretos.

Faltaba mencionar a su madre, actualmente ausente; o su padre del que se había divorciado y que ahora vivía bastante lejos. Se podría escribir un libro con las características “singulares” de los cinco miembros de la familia Kusanagi.

- Te entiendo Shizuka, pero tampoco vayas demasiado lejos. Yo solía ser igualito que él. Y te digo que, a su edad, es normal que de vez en cuando se ausente de la casa durante varios días. Así que no le prestes mucha atención. –

- ¡Shizuka, no escuches al abuelo; yo no soy como él! ¿Recuerdas lo que nos contó nuestra madre? ¡Cuando estaba en el instituto se atrevió a tener amoríos con una viuda y con una geisha al mismo tiempo! ¡Incluso se quedó a vivir en sus casas durante dos semanas seguidas, casi perdiendo los exámenes finales! ¡Yo nunca hice ni haré nada como eso! – Grito Godou incapaz de soportar la mirada de simpatía, pero a la vez de complicidad, que le estaba dando su abuelo en ese momento.

El problema era que la semana pasada había hecho algo que sonaba peligrosamente similar, así que en esos momentos sus palabras no tenían tanta credibilidad.

- ¿Qué tonterías te ha dicho tu madre? Absurdo. Déjame decirte que, cuando yo era un estudiante, estaba muy comprometido con mis estudios. Shizuka, no vayas a creer algo tan descaradamente falso. – Respondió el abuelo negando tranquilamente con la cabeza para restarle importancia a las acusaciones de Godou y con una sonrisa encantadora.

En su juventud Kusanagi Ichirou había sido un casanova en el auténtico sentido de la palabra. De hecho (a pesar de la edad que tenía) todavía era capaz de proyectar un poco de su actitud seductora, que seguía profundamente arraigada en su interior.

Cuando Godou tuvo edad suficiente como para enterarse de las hazañas de su abuelo, lo primero que pensó fue: “Ahora entiendo porque este viejo verde es tan desenfrenado… ¡Debe haber sido un seductor incurable en su juventud!

- Qué bueno que Shizuka ya compró todo lo que necesitamos para la cena, voy a empezar a prepararla. ¿Podrían ayudarme ustedes dos? – Dijo el abuelo con un tono amable, cambiando de tema magistralmente sin el menor problema.

Cuando se traba de habilidades interpersonales, nadie era mejor que Kusanagi Ichirou. Uno podía tratar de ponerlo en evidencia, acusarlo o incluso gritarle las verdades en la cara, pero él siempre encontraba el modo de volver la situación a su favor

En cierta ocasión un iracundo policía vino a buscarlo porque uno de sus colegas lo había visto coqueteando descaradamente con su esposa, algo que a todas luces era verdad. Todos estaban seguros de que Kusanagi Ichirou recibiría la paliza de su vida; pero al final del día ambos terminaron bebiendo juntos en un restaurante alegremente, como si fuesen los mejores amigos del mundo. Al día siguiente el policía vino a agradecerle personalmente por los consejos que le había dado la noche anterior e incluso le dio su número de contacto personal por si alguna vez necesitaba un favor.

Shizuka ya lo sabía y por eso ni siquiera se molestó en intentar regañar a su abuelo, pues entendía claramente que la diferencia de niveles entra ambos era demasiado grande. Por eso se contentaba con regañar duramente a su hermano.

Si tan solo tuviera la mitad de la habilidad de mi abuelo. Entonces ni mi hermanita ni Erica podrían darme tantos dolores de cabeza.” Pensó Godou envidiando el talento que no tenía.

Los tres se pusieron a trabajar y al poco tiempo la mesa estaba repleta con los platos de esa noche. Al igual que en China, la cocina japonesa no dividía la comida en Entrada, Plato Fuerte y Postre, sino que todos los platillos se colocaban juntos en el centro y el comensal podía servirse un poco de todo como en un bufet. Lo único individual era el arroz o el fideo, los grandes unificadores del sabor, que se servían en el plato donde combinaban la comida.

En ese momento se estaban sirviendo bacalao asado, guisado de pulpo, rábanos encurtidos, ensalada fresca recién aderezada y sopa de miso. Era la típica comida japonesa. Todos en la familia Kusanagi disfrutaban comer bien, así que desde pequeños aprendieron el arte de la gastronomía. Por eso todos los platillos eran deliciosos.

Los rábanos encurtidos tenían un sabor bastante fuerte, pero al combinarlos con la sopa de miso, que se complementaba perfectamente, obtenían un gusto bastante agradable a su paladar.

- ¿Eh? ¡Estos rábanos están deliciosos, Abuelo! ¿Cuándo los encurtiste? –

- Si, son deliciosos. Recuerdo que la abuela solía encurtir vegetales, así que extrañaba mucho este sabor. ¿Ella te enseñó a hacerlo o lo aprendiste tu solo, abuelo? –

Ambos hermanos usaron sus palillos para recoger una pieza. El sabor era excelente y además nostálgico, debido a que se notaba que eran hechos en casa en lugar de un producto comprado en supermercado. Sin embargo, su abuelo nunca fue muy bueno con la técnica del encurtido o por lo menos eso era lo que recordaban.

- Ah, estos fueron un regalo de Sakuraba-san, la propietaria de la tienda de licores. Es muy buena cocinando, ¿verdad? –

El anciano ni siquiera se molestó en intentar ocultarlo.

¡Maldición!” Pensaron ambos hermanos y se miraron con preocupación, porque sabían que el día de mañana comenzaría una terrible batalla entre un grupo de celosas mujeres.

Solo habían pasado unos cuantos años desde que su abuela falleció y ni Godou ni Shizuka sabían exactamente cuándo fue que comenzó, pero de repente descubrieron que había un montón de damas en el vecindario que deseaban ser amigas cercanas de su recién enviudado abuelo y no paraban de competir para enviarle todo tipo de regalos.

Lo peor de todo era que todas ellas eran amas de casa, con sus propias familias o incluso matriarcas, que ya tenían nietos.

Entre todas se destacaban Murakawa-san, que era dueña de una tienda de Crepes; Endou-San, que era la señora que vendía juguetes en un puesto ambulante; también estaba Yamamoi-san, que era dueña de la ferretería; entre muchas otras.

Cuando las señoras se enterasen (y Godou no tenía la menor dudad de que se enterarían) de que Sakuraba-san le había dado encurtidos a su abuelo… todas ellas comenzarían a enviarle un alud de platos caseros.

Si tan solo fuese un caso de vecinos siendo agradables y compartiendo comida entre todos, sería la descripción de un lugar ideal para vivir.

Pero esas damas siempre lo miraban emocionadas cuando su abuelo visitaba sus tiendas. Lo peor era que algunas de ellas estaban casadas, así que Godou y Shizuka oraban porque su abuelo se controlase un poco, aunque fuese por el bien de la paz en su propio vecindario…

Sin embargo, tampoco tenía sentido preocuparse en ese mismo momento por algo que todavía no sucedía. Así que los hermanos negaron con la cabeza y volvieron a concentrarse en la abundante comida frente a ellos. Entonces usaron sus palillos con una velocidad casi cegadora, hasta que todos los platillos finalmente se terminaron.

Luego se levantaron para recoger la mesa y lavar el servicio… Pero en ese momento el teléfono de la sala de estar comenzó a sonar.

- Yo contesto. – Dijo Shizuka viendo que tanto Godou como el abuelo tenían sus manos llenas de platos en ese momento, así que corrió hacia el aparato: - Buenas noches, esta es la residencia Kusanagi. ¿Con quién desea hablar?... Ma… ¿¡Mariya-sempai!? ¿Hay algo que usted necesite? –

Parece que es un conocido de Shizuka.” Pensó Godou y se desentendió del asunto para concentrarse en lavar los platos. Cuando regresó al comedor, su hermanita seguía conversando, así que se sentó en el suelo de la sala para esperar a que terminase antes de encender el televisor.

- Si… Si, él esta en casa en este momento… ¿Por qué sempai está buscando a mi hermano? Pensé que estaban en clases diferentes. ¡Ah, no, por favor no digas eso! Yo, lo entiendo. Me aseguraré de darle el mensaje. Si, está bien. Por… Por favor, pase una tarde agradable. –

¿Por favor pase una tarde agradable?” Pensó Godou, pues esa frase parecía bastante arcaica para que su hermana la utilizase y eso lo hizo sentirse un poco incómodo. Además, hace unos momentos escucho claramente la palabra “hermano”, así que la conversación debió tratar acerca de él.

¿Con quién estará hablando Shizuka?

-… Oni-chan, por favor siéntate aquí. – Dijo de pronto su hermana señalando al tatami frente a ella.

- Pero yo ya estoy sentado, Shizuka. ¿Qué está pasando? -

- ¡Quiero que te sientes aquí y te arrodilles apropiadamente! Voy a hacerte una pregunta y espero que me contestes la verdad… Oni-chan, ¿Desde cuándo eres tan cercano a Mariya-sempai? –

- ¿Huh? –

Primero Shizuka lo obligó a arrodillarse frente de ella y luego le lanzó una pregunta completamente inesperada.

- ¿Cercano a quién? – Pregunto Godou confundido: - Quiero decir ¿de quién hablas? No creo haber conocido nunca a una persona con ese nombre. –

- ¿Estas diciendo la verdad?... Bueno, podemos continuar con esa parte del interrogatorio después, ahora sigamos con lo importante. –

- Mi querida hermanita… la forma en que casualmente usas la palabra “interrogatorio” es demasiado aterradora. ¿Lo sabías? –

- Oni-Chan, ¿sabes quién es la persona más hermosa en toda tu preparatoria? –

- ¿Ah?... no tengo idea. Para empezar la belleza es algo subjetivo y no puede ser cuantificando tan fácilmente. –

- Normalmente tendrías razón, pero en nuestro campus hay alguien que es tan superior, que no hay necesidad de compararla con ninguna otra para determinar un veredicto… Y esas es Mariya Yuri-sempai. –

Godou y Shizuka estudiaban en la misma escuela, la Academia Jounan, que era tanto secundaria como preparatoria. Era una buena institución y el hecho de que estuviese a unos veinte minutos de su casa la hacía bastante conveniente.

Pero al principio Godou estuvo estudiando en una secundaria estatal y solamente dio el examen para inscribirse en la Academia Jounan a comienzos de primavera. Por eso ingresó directamente a la preparatoria. En cambio, su hermana Shizuka si había estado asistiendo desde el primero de secundaria, por eso conocía a muchas más personas y sabía cosas del instituto que Godou todavía ignoraba.

- Ella es mi senior en el Club de Ceremonia del Té y también una estudiante de primer año de preparatoria como tú. Es famosa entre todos los estudiantes por ser la chica más hermosa e inteligente que puedas encontrar. De hecho, ella siempre está entre los primeros cinco puestos cada año. –

Recién ahí Godou comenzó a recordar vagamente que su hermana era miembro del Club de Ceremonia del Té, también recordó haber leído el nombre de Mariya Yuri cuando publicaban las notas de todos los estudiantes luego de los exámenes bimestrales. En cierta ocasión escuchó a sus compañeros hablando de sus compañeras y mencionaron varias veces el nombre de Mariya Yuri, diciendo que era una chica bastante linda y otras cosas por el estilo, pero se había olvidado de los detalles.

En la Academia no estaba prohibido que los estudiantes de Secundaria y los Preparatoria asistiesen a los mismos clubes, por eso no era raro que esta Mariya Yuri conociese a su hermanita.

Entonces… ¿Por qué tengo que arrodillarme aquí?

- ¿Y bien? ¿Qué te dijo está Mariya-san para que te enojases tanto conmigo? – Preguntó Godou con un dejo de aspereza. No podía entender cómo la llamada de esta chica tendría algo que ver con su situación actual.

- Esta bien ahora voy a tocar el tema principal. Hace poco ella me dijo las siguientes palabras: Que, aunque fuese presuntuoso por su parte, deseaba reunirse contigo para conversar. Ahora escúchame bien, Oni-chan. Mariya-sempai no sólo es hermosa e inteligente, sino que es una dama de clase alta que no está manchada con los asuntos mundanos. –

- ¿Esto tiene algo que ver con su invitación? –

- ¡Claro que sí! Oni-chan, ¿podría ser que te has aprovechado de que sempai es una joven inocente y pura… ¡para seducirla, engañarla y finalmente aprovecharte de ella!? ¡Dime la verdad! –

- ¡Para el coche! – Exclamó Godou incapaz de comprender las extrañas acusaciones de su hermana: - ¡Como podría haber seducido y engañado a una persona cuyo nombre acabo de conocer! –

- Entonces ¿por qué ella llamó a nuestra casa y pidió específicamente encontrarse contigo? ¡Eso es demasiado sospechoso! –

Godou se quedó mudo porque tampoco podía encontrar una buena explicación para esto. Sin embargo, consiguió recuperarse y dijo: - Espera un momento, esto tampoco tiene mucho sentido. Si ella quería hablar conmigo, ¿para qué te pidió que me dieras el mensaje? ¿Por qué simplemente no te dijo que me pasaras el teléfono? –

- Tal vez no se le ocurrió. Después de todo, ellas es una auténtica señorita. Si bien es muy inteligente, también es cierto que no suele pensar de forma eficiente. Además, probablemente se sentía nerviosa por tener que hablar con un chico así de buenas a primeras, incluso si es sólo por teléfono.

Mariya-sempai es una persona muy educada e increíble. Incluso cuando se despide de nosotros, lo hace diciendo “Espero por su continuo bienestar” de un modo completamente natural. –

- … ¿Esta Mariya-san viene del siglo XII? –

Godou nunca había conocido a ninguna mujer que saludase o se despidiese de alguien de un modo tan formal… Aunque eso no era del todo cierto, porque Erica era una dama que podía ser muy correcta cuando necesitaba serlo. A pesar de sus excentricidades, ella era la princesa de la familia Blandelli y no necesitaba hacer nada para demostrarlo, porque cuando la situación lo ameritaba, su comportamiento era perfecto e intachable, casi como si hubiese seguido una carrera diplomática.

- Ella no es anticuada. Ocurre que es descendiente de una noble y antigua familia. En comparación, los Kusanagi solo somos simples plebeyos. No hay ninguna conexión entre nuestro reciente linaje y el suyo… -

- Ya veo, pero eso solo despierta más dudas que otra cosa. ¿Por qué alguien así querría verme? ¿Tal vez se ha confundido de persona? –

Cuanto más escuchaba Godou, más le parecía que él y esta Mariya Yuri pertenecían a mundos totalmente diferentes.

Digo, a excepción de los magos italianos, todos mis conocidos son personas ordinarias e incluso aburridas. No recuerdo haber hecho nada que pueda captar el interés de una señorita de clase alta como Mariya Yuri.

Sin embargo, la frialdad no dejaba los ojos de Shizuka.

- … ¿En serio? Pero recientemente las acciones de Oni-chan han sido muy sospechosas. Por ejemplo, la cuestión de Erica-san. –

- Ya te expliqué que ella sólo es una amiga… -

- Oh, me olvidé de algo. Mariya-sempai también dijo que quiere ver… ¿Cómo era? El “objeto” que trajiste recientemente. ¿De que estaría hablando? –

Oh, no. Es el Gorgoneion. ¡El maldito Gorgoneion! Erica, un día vas a matarme. No serán los dioses, ni los monstruos, ni los cataclismos; vas a ser tú. Me vas a matar de una ulcera, un infarto o un derrame cerebral.” Pensó Godou finalmente comprendiendo: “Seguro que los magos locales se dieron cuenta de que traje esta cosa y ahora le han pedido a esa Mariya Yuri que los represente en este caso.

Godou suspiró deprimido, pues no había pasado ni una semana desde que regresó a su casa, pero parecía que ya estaba envuelto en otra complicada situación.

Las piezas están en movimiento

NOTA DEL TRADUCTOR

Hola a todos, soy acabcor de Perú y este capítulo de Campione fue mucho más difícil de lo que creí originalmente. En principio lo que hice fue modificar ciertas cosas para hacerlas fácil de entender, como por ejemplo la Orden de Musahino. Evidentemente la palabra no es “orden”, pero el autor sobreentiende que uno ya sabe cómo funcionan las organizaciones de culto japonés. Al colocar la palabra “Orden” explico al mismo tiempo que este grupo es tan poderoso como la Cruz de Cobre Negra o al menos un equivalente y que también operan medio en secreto.

Tuve además que sumergirme bastante en la cultura japonesa para describir correctamente las calles, los lugares y colocar aclaraciones para que el lector también puede comprenderlo.

Pero mi principal aporte es precisamente lo que más le falta al autor: Conocer la cultura Occidental. Uno de mis héroes y también especialidad de conocimiento, es precisamente Alejandro Magno y el Helenismo. La explicación del autor sobre el motivo por el cual Veretragna aparece en Sicilia era muy vaga e imprecisa y también revela que no conoce en detalle los hechos del gran conquistador. También usaba muchas referencias francamente inútiles a la mitología nórdica que no venían al caso, pero yo preferí crear un vínculo mucho más creíble y fácil de entender. Creo que tuve éxito, pero ustedes serán los jueces.

L0o demás fue quitar redundancia, adaptar chistes y modificar ciertas frases para que fuesen más claras. Los traductores del original no adaptaron correctamente muchas cosas.

En fin, si les gustó esta adaptación por favor dejen su opinión en los comentarios, por favor compártanlo con otros para atraer a más lectores y si pueden patrocinarme, por favor ayúdenme usando mi cuenta Patreon para que pueda pagar mi Internet.