43 Renacido

Bryan caminó a toda prisa durante todo el recorrido de vuelta. Al llegar al campamento notó de inmediato que Gene todavía no se había acostado. El Maestro estaba sentado fuera de su tienda y parecía bastante aburrido, pero se levantó inmediatamente en cuanto escuchó el sonido de pasos que se acercaban.

- Oh, eres tú Bryan. ¿Has visto a la Maestra Fanny o a Lisa? -

Asintiendo con la cabeza, Bryan le respondió en voz baja: - Si las he visto. Ambas deberían volver en breve. Pero Maestro Gene, ¿por qué no se ha acostado todavía? -

- Oh, porque Clark me dijo que tenía que retirarse para encargarse de un asunto y me pidió que le diera sus excusas a la Maestra Fanny. Ahh, no entiendo cómo pudo marcharse así sin dar una razón. ¡Qué desconsiderado! -

Bryan organizó sus pensamientos a toda prisa. Por lo que Gene decía era seguro que Clark se había marchado porque pensaba que no sería capaz de convencer a Fanny de que su encuentro sorpresivo había sido completamente accidental. Tampoco querría enfrentar la cólera constante de las mujeres por haberlas visto desnudas en la laguna.

- Ya veo. Maestro Gene, todavía necesito recoger algunas cosas cerca de aquí. Si la Maestra Fanny o Lisa me necesitan para algo, por favor explíqueles que regresaré al amanecer. - En cuanto dijo esto, Bryan enrumbó rápidamente hacia el sur del bosque, sin siquiera esperar a que Gene consintiese en trasmitir su mensaje o no. En un abrir y cerrar de ojos había desaparecido.

La verdad era que, aunque su cuerpo no se sintiese rígido o desprovisto de energías, todavía sufría los efectos del latigazo que le dio esa maldita Pitón. Estaba muy lastimado y sabía que cuando Fanny o Lisa lo alcanzaran se sentirían en la obligación de regañarlo por un buen rato. No es que fuesen a matarlo, pero así no podría usar su Esencia Mágica para reparar su cuerpo. Por lo tanto, juzgó que era un buen momento para una retirada estratégica, al menos hasta que amaneciese. Seguramente las mujeres se habrían calmado un poco para entonces y no debería sucederle nada importante al grupo en un corto plazo.

En su camino hacia el sur se topó con un enorme árbol repleto de gruesas ramas densamente pobladas con hojas y enredaderas que se alzaban a unos diez metros del suelo. Su altura ofrecía una relativa seguridad, así que trepó a una de las ramas más gruesas y se sentó sobre ella con las piernas cruzadas. En poco tiempo estaba profundamente concentrado en hacer circular constantemente la Esencia Mágica por su cuerpo para fortalecerlo.

El tiempo pasó volando sin que lo notase y los múltiples dolores en el cuerpo de Bryan se desvanecieron conforme la Esencia obraba en sus heridas. Cada pulgada de su piel, carnes, tendones y huesos en su cuerpo parecían estar llenos de una fuerza que aumentaba por momentos.

Bryan se había introducido en el Estado Mental Tenebroso Pasivo sin darse cuenta, pero con el tiempo sintió que un tenue esbozo de dolor comenzaba a emanar desde el interior de su mente y poco a poco fue extendiéndose por el resto de su cuerpo. Súbitamente el dolor aumentó hasta convertirse en una avalancha de tormento, como una agonía diez veces más fuerte que el necesario para iniciar la vida y causó que Bryan comenzase a gritar aterrorizado.

Unos extraños sonidos explosivos resonaron desde el interior de su cuerpo, acompañando sus alaridos de dolor. Al mismo tiempo, todos los poros de su piel comenzaron a liberar vapores turbios de aire y sudor, mientras la superficie de su epidermis se llenaba de extrañas ondulaciones, similares a cuando alguien arroja una roca dentro de un charco de agua. Conforme todas las toxinas y sustancias dañinas dentro de su cuerpo comenzaban a salir, una oscura y esplendorosa neblina de color negro comenzó a envolverlo suavemente.

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Nadie podía decirle durante cuánto tiempo se mantuvo esta dolorosa situación. Pero en algún momento Bryan sintió que todo el dolor desaparecía repentinamente sin dejar rastro. Entonces se dejó caer de la rama de diez metros de altura y aterrizó en el suelo con un leve sonido del crujir de las hojas y sin lastimarse ni siquiera un poco. Sentía que su cuerpo se había vuelto extraordinariamente ágil y preciso.

¡Éxito! Finalmente había tenido éxito y había superado el “Reino Sólido” de la Magia Demoníaca. Su cuerpo acababa de sufrir una metamorfosis, un completo renacimiento que lo había cambiado por completo. Ya fuese fuerza, flexibilidad o resistencia; su cuerpo ahora superaba por mucho a los de los humanos comunes. Esto también significaba que el esfuerzo que tendría que emplear en sus entrenamientos mágicos futuros se reduciría a la mitad, pero serían doblemente efectivo.

Tuvo una idea repentina y decidió probar que tan rápido podía mover la Esencia Mágica por su reformado cuerpo. Descubrió que ahora circulaba libremente y sin encontrar ninguna obstrucción. No sólo podía viajar sin esfuerzo por sus cuatro extremidades, su pecho y su estómago, sino que también podía circular fácilmente por su cabeza. Bryan echó un vistazo a su piel desnuda y vio que ya no tenía ni una sola de las cicatrices que su cuerpo flagelado había lucido anteriormente. Su piel y su carne estaban limpias, sus articulaciones flexibles y cuando se movió pudo sentir claramente que su estatura había aumentado otros dos o tres centímetros.

Bryan alzó la cabeza para mirar el cielo y vio que la luna seguía en su cenit, lo que significaba que la noche era profunda. La Esencia Mágica seguía circulando por todo su cuerpo, haciendo que se diera cuenta de más y más cambios, emocionándolo por cada nuevo centímetro de su físico renovado y deleitándose con su nueva vida.

Y en ese momento sus pensamientos se dirigieron hacia su pequeño morral de cuero, donde llevaba escondida la cajita verde de jade. La última vez que había usado esa extraña esfera para mediar y entrenar su Fuerza Mental estuvo muy cerca de perder para siempre toda su magia junto a su cordura. Pero la Esencia Mágica fluyó hacia su cabeza de inmediato para proteger su cerebro y no sólo consiguió salvarse, también obtuvo grandes recompensas en su lugar.

Ahora que había dominado el “Reino Sólido”, Bryan era capaz de desplegar su Esencia Mágica libremente y ordenarle fluir rápidamente a cualquier parte de su cuerpo, incluyendo la parte más difícil de alcanzar: su propia mente. Y al recordar todo el poder que había logrado obtener anteriormente, Bryan no pudo contener las ganas de intentarlo de nuevo e inmediatamente se sentó, cruzó las piernas y abrió la cajita que siempre llevaba consigo.

De inmediato vio que la esfera verde seguía teniendo esa extraña y siniestra similitud con un globo ocular, tal y como la recordaba. Bryan comenzó a enfocar su Fuerza Mental y poco a poco empezó a sentir que su magia se fundía con la misteriosa esfera, tal y como le ocurrió la primera vez. En respuesta, la esfera resplandeció con su brillo verde característico y la pequeña gota de sangre oculta en su interior liberó un aura pesada e incómoda.

Igual que la primera vez, su Fuerza Mental fue succionada a una velocidad vertiginosa, como si un enorme remolino la estuviese drenando directamente hacia la esfera verde. Al mismo tiempo el dolor en la mente de Bryan fue en aumento.

Finalmente, justo cuando pensaba que su cerebro explotaría, se las arregló para recobrar algo de conciencia y la Esencia Mágica reaccionó moviéndose hacia su cabeza como una serpiente dispuesta a atacar. Escuchó un fuerte rugido dentro de su cerebro y un dolor aún más intenso lo forzó a gritar de agonía. Al mismo tiempo su magia regresó a su cuerpo con tanta fuerza como para nivelar montañas o drenar el mar. De pronto se sitió lleno a rebosar de Fuerza Mental y poder mágico.

Bryan se derrumbó en el suelo jadeando profusamente. Todo su cerebro parecía aturdido o amodorrado. Así se mantuvo durante un buen tiempo. Lentamente fue volviendo a la normalidad y cuando finalmente acabó de recuperarse descubrió que su Fuerza Mental se había incrementado considerablemente. Involuntariamente miró a la esfera con alegría.

Fue entonces cuando notó que unos extraños filamentos hechos de luz verde comenzaban a ondular en el interior de la esfera. Estos filamentos se entretejían constantemente, como si un pincel invisible tratase de usarlos para trazar un dibujo. Después un corto período de tiempo finalmente terminó de conformar una forma… Le recordó a la silueta de un extraño castillo.

La imagen permaneció durante un breve momento y luego desapareció sin dejar rastro. Ahora lo único visible en el interior de la esfera era la gota roja como la sangre que brillaba intensamente y que empezó a transformarse mientras lanzaba destellos, hasta convertirse en una flecha roja. Al principio se quedó ahí congelada, pero luego comenzó a señalar hacia el sur.

Muy bien, esto es raro. No me lo esperaba para nada. ¿Qué diablos significará esto? ¿Hacia dónde estará apuntando?

Bryan se había quedado momentáneamente aturdido mientras contemplaba esa diminuta flecha roja, sin saber muy bien que debía hacer. Consideró varias veces todas las posibilidades que se le ocurrieron y finalmente llegó a una conclusión: La flecha roja estaba indicándole que tenía que viajar en esa dirección para encontrar… algo.

Vaciló y miró al cielo por un momento, luego decidió que la situación era demasiado fascinante como para dejar de intentarlo. Así que cogió su bolsa de viaje y se aventuró hacia el sur con la cajita verde en la mano para seguir el rumbo que la flecha le indicaba.

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Conforme iba adentrándose en el bosque, Bryan podía sentir que había más sonidos de criaturas mágicas a su alrededor.  Los peligros abundaban a lo largo de todo el camino y tenía que ser bastante cauteloso. Sus ojos se dirigían constantemente hacia la esfera verde y notó como la flecha iba cambiando de dirección, señalándole cuando se desviaba del rumbo.

Continuó viajando de esta manera por un buen tiempo, hasta llegar a un lugar donde los árboles eran realmente enormes y tan antiguos que no tenían edad. Unas grandes barbas de liquen colgaban ante ellos, ondulando y balanceándose en la brisa. De pronto se sintió invadido por una curiosa sensación de ahogo, como si el aire se hubiera enrarecido.

Cada vez era más difícil avanzar en medio de la oscuridad de la noche, así que Bryan se trepó a una gruesa raíz de árbol que bajaba retorciéndose hasta la corriente de un riachuelo, del cual bebió varias veces. El agua era bastante fría y clara, perfeta para refrescarlo mientras se orientaba con la Esfera Verde. Mientras remojaba sus pies en el agua examinó con cuidado los árboles que se alzaban en silencio en filas apretadas, hasta perderse en la oscuridad de la noche.

Casi todas las ramas parecen estar cubiertas con unas hojas secas y raídas que nunca se han caído. ¡Todo se ve tan desliñado! No alcanzo a imaginar qué aspecto tendrá aquí la primavera, si es que llega alguna vez.” Pensó Han Shuo intentando memorizar la ruta para poder regresar luego.

Pronto descubrió que el lugar al que se dirigía estaba mucho más lejos de lo que había imaginado al principio. El terreno continuaba elevándose en una empinada pendiente y era cada vez más pedregoso. Cuando finalmente dejó atrás la espesura se encontró a sí mismo en un claro donde no había ningún árbol y era completamente bañado por la luz la luna. Entonces la esfera comenzó a emitir fuertes pulsos de magia y la luz verde de su interior comenzó a volverse más intensa.

Bryan se detuvo para examinar el entorno, pero todo lo que podía ver era un terreno circular repleto de maleza y arbustos. Pero en el centro se alzaba un árbol desconocido y bastante alto, sus ramas retorcidas proyectaban sombras tétricas como si fuesen los brazos de una criatura monstruosa esperando para alzarse desde el suelo.

Bryan enfocó sus sentidos y entonces notó algo extraño. No había estado en un sitio dentro del Bosque Oscuro donde no abundasen los insectos o los pájaros. Sin importar que tan tranquilo o turbulento fuese el lugar, siempre escuchaban a alguna criatura arrastrándose y revoloteando a su alrededor. Pero aquí todo parecía desoladoramente tranquilo. No había sonidos, movimientos y ni un solo insecto en todo el lugar.

Extraño, definitivamente extraño”. Bryan intuía que toda la zona imperaba algún poder misterioso muy bien camuflado. Lo más curioso era que esta sensación le resultaba extrañamente familiar y hasta confortable, como si volviese a ponerse un zapato que había usado durante mucho tiempo o estuviese caminando por su viejo vecindario, pero por más que lo pensaba no podía descubrir qué cosa era.

Justo cuando comenzaba a sentirse perdido, la esfera verde dentro de la caja reaccionó de forma repentina y comenzó a levitar en el aire. De su superficie salieron múltiples rayos de luz verde que se proyectaban en todas las direcciones, moviéndose a gran velocidad. Los pulsos mágicos que la esfera emitía se incrementaron en número e intensidad y también el resplandor verde de la propia esfera.

Entonces Bryan se dio cuenta de que todos los lugares que la luz verde tocaba comenzaban a cambiar. Se quedó sin habla y sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando vio que todas las hierbas y los arbustos a su alrededor desaparecían sin dejar rastro para ser trasformados en una tierra seca, gris y polvorienta, con montículos escarpados y espantosos de huesos blancos apilados por todas partes.

Los enormes arboles repletos de ramas frondosas también sufrieron una misteriosa trasformación y se convirtieron en los esqueletos de antiguas criaturas monstruosas fallecidas quien sabe cuándo. Si su memoria no le fallaba, Bryan estaba casi seguro de que estos enormes restos pertenecían a los legendarios Dragones Esqueléticos, una de las más poderosas y aterradoras entre las Criaturas Oscuras.

Muerte. Estos eran los dominios de la Muerte. La luz de la esfera había trasformado el espacio a su alrededor en un desierto infinito, vacío y desolado; donde lo único que imperaba era el destino inevitable de todo cuanto estaba vivo.

Y en el medio de todo se alzaba un enorme castillo de piedra gris, en parte flotando en el aire y al mismo tiempo medio enterrado bajo el nivel del suelo. Sus murallas estaban coronadas con almenas reforzadas y las figuras de numerosas Criaturas Oscuras habían sido minuciosamente talladas en enormes relieves sobre cada muralla, para que todo el que las viera supiese exactamente a quiénes pertenecía esta fortaleza.

Bryan se quedó mirando todo por un buen rato, completamente maravillado. Finalmente murmuró para sí mismo lleno de asombro: - No… puede… ser. Yo acabo... ¿Acabo de encontrar el legendario Cementerio de la Muerte? -

Primera ilustración del Cementerio de la Muerte

Nota del Traductor

Buenas a todos soy acabcor de Perú. Donde la gente es tan emprendedora que un día se funda un asentamiento humano y en 5 años están construyendo un Centro Comercial.

Es episodio fue uno de los más editados. Solo tienen que leer el original una vez para comprender el increíble número de “luces verdes” que son mencionados. Tuve que quitar muchas cosas que estaban sobrando para que la lectura fuese fluida, pero creo que lo logré. ¡Espero que les haya gustado!

Dicen que los grandes hombres del pasado siempre han tenido a la providencia de su lado. Julio César nunca aceptó el mérito total de sus victorias, que atribuía a la fortuna que los dioses le mandaban. Igual que Alejandro Magno y tantos otros. De hecho, el único gran conquistador que se atrevió a ser ateo fue Napoleón… y ya sabemos lo mal que terminó.

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Nos vemos en el siguiente capítulo.