243 Causa y Efecto

El rugido de Bryan era tan terrible que helaba la sangre de quién lo escuchase. Sus ojos transmitían una espantosa sensación de amenaza que superaba por mucho a todo lo que Gilberto hubiese visto hasta ese momento. El Dragón Negro estaba tratando de comprender lo que sucedía cuando de pronto Bryan comenzó a volar directamente nada menos que contra el Dragón Dorado y empleando una velocidad impresionante, como si tuviese la loca idea de estrellarse contra su cuerpo.

El Dragón Dorado se quedó pasmado por un segundo, pero rápidamente se recuperó y soltó un terrible rugido que normalmente sonaría aterrador, aunque de algún modo parecía como si en realidad estuviese tratando de darse valor a sí mismo.

Sin embargo, pese a estar asustado, agotado y parcialmente suprimido, el Dragón Dorado seguía siendo una Criatura Mágica de Nivel I que había vivido mucho tiempo. Con un movimiento inesperado, pero de algún modo natural, el dragón dobló rápidamente su gigantesco cuerpo de reptil para esquivar, al mismo tiempo que blandía su larga cola como un látigo. De este modo consiguió golpear a Bryan aún en el aire, a pesar de que este se aproximaba con una velocidad vertiginosa.

Ese cuerpo humanoide, que parecía tallado con el ónix más oscuro, salió despedido por el coletazo e impactó contra el suelo con tanta fuerza que atravesó las propias rocas, dejando un surco en la superficie. Pero casi de inmediato Bryan se levantó de un salto como si no hubiese sentido el más mínimo dolor y en lugar de detenerse volvió a avanzar rápidamente contra el Dragón Dorado. Cada uno de sus pasos impactaba en el suelo con tanto poder que quebraba las rocas al pisarlas y sus dientes afilados resplandecían como si desease hundirlos inmediatamente en la carne de su víctima para matarla a mordiscos.

Un segundo rugido de ira resonó cuando el Cíclope se abalanzó contra Bryan con los puños cerrados para interceptarlo. Entonces le arrojó un terrible puñetazo, de esos que eran capaces de destrozar incluso a los Arcontes de Fuego. Pero para sorpresa de todos Bryan detuvo este terrible golpe usando ambas manos y luego jaló la muñeca del Cíclope con tanta fuerza que lo hizo caer hacia adelante. Acto seguido, Bryan saltó para patear la cabeza del enorme gigante con un movimiento sincronizado e increíblemente consiguió hacerle retroceder varios metros. 

Bryan atacando

- ¡Debes ayudarnos! - Gritó el Dragón Dorado volviéndose bruscamente hacia Gilberto luego de ver al Cíclope retroceder tambaleándose: - ¡Ayúdanos ahora Dragón Negro! ¡Tenemos que detenerlo antes de que sea tarde! -

- ¡¿Qué dices?! - Respondió Gilberto despertando de su estupor: - ¡Ese es mi Maestro y yo soy su sirviente! ¡Nunca lo traicionaré! -

- ¡Idiota! - Exclamó el Dragón Dorado: - ¡¿Acaso no lo sientes también?! ¡¿No escuchas lo que dicen tus instintos?! ¡Esa cosa ya no es tu maestro! ¡Ni siquiera parece un ser vivo! ¡¿No vez que ahora sólo quiere asesinarnos?! ¡Tenemos que pararlo ahora o nos va a matar! -

Y sin esperar respuesta, el Dragón Dorado volvió a rugir para después apresurarse serpenteando hacia donde Bryan y el Cíclope luchaban.

Luego de patear al gigante, Bryan le había saltado encima e intentó destruir su único ojo empleando sus garras afiladas, así que el Cíclope usó sus dos manos para bloquearlo y no quedar ciego de forma permanente. Pero entonces el terrible demonio aprovechó para atacarlo en el cuello con la intensión de degollarlo.

El Cíclope notó el peligro e intentó sacudirse, pero el monstruo que había sido Bryan utilizó una combinación de agilidad junto con el Arte del Noveno Diagrama Celeste para colocarse en la espalda del gigante y comenzó a desgarrarle parte de la nuca.

Fue en ese preciso momento que el Dragón Dorado llegó abriendo sus fauces para matar a Bryan de un mordisco. Pero este vio venir el ataque, se volvió y usó ambas manos para aferrar los colmillos superiores del dragón justo en el momento preciso, mientras que una de sus piernas lo forzaba a mantener la boca abierta. El Dragón Dorado sacudió la cabeza para intentar liberarse, pero Bryan no se movió y más bien incrementó la fuerza de sus brazos y pie para seguir separando las mandíbulas del dragón hasta que finalmente le rompiese la quijada.

En ese estado la fuerza física de Bryan era suficiente como para hacer retroceder a un Cíclope de una patada y su piel se había vuelto tan dura, que ni sus manos o pies estaban sangrando a pesar de sujetar los afilados colmillos de un dragón. Además, ahora medía tres metros de altura, así que no era imposible que realmente consiguiese matar a la bestia dislocándole la mandíbula. El Dragón Dorado pareció comprenderlo e inmediatamente se deslizó con dirección a un gran grupo de rocas afiladas, contra las cuales se estrelló empleando todas sus fuerzas.

La tierra se estremeció por el impacto, el entorno se hizo pedazos y el golpe dejó al Dragón Dorado un poco mareado; pero consiguió por fin liberarse del agarre de Bryan, quien terminó golpeándose contra las rocas, aunque sorprendentemente volvió a levantarse casi de inmediato.

En ese momento todos pudieron ver que su cuerpo estaba completamente intacto. Ninguno de los ataques recibidos hasta ese momento había mermado su fuerza o dejado alguna herida sobre él. De hecho, no solamente se levantó, sino que corrió a sujetar la cola del Dragón Dorado, quien mareado como estaba no alcanzó a moverse a tiempo.

Entonces, con un movimiento que debería ser imposible, Bryan agitó la cola con tanta fuerza, que consiguió mandar volando al reptil volador que era más grande que una casa, hasta que impactó violentamente contra el Cíclope, que se estaba apresurando para ayudarlo.

****

“¡¿Qué está pasando?! ¿Qué es esto?!”

Bryan se encontraba nuevamente en lo que parecía un mundo cubierto de neblina, pero frente a sus ojos había una especie de agujero por el que podía ver un monstruo a lo lejos, luchando contra el Dragón Dorado y el Ciclope. La criatura era aterradora, pero más lo era su fuerza, porque únicamente con su físico estaba consiguiendo prevalecer sobre dos de las criaturas más poderosas en el Bosque Oscuro.

Lo más extraño era que de algún modo entendía que ese monstruo era él, pero no podía controlarlo de ningún modo y más bien se movía como si fuera otra persona y Bryan mismo fuese un espectador.

“No comprendo. ¿Qué sucedió? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué no puedo controlar mi cuerpo?”

“Causa y efecto” Respondió una voz detrás suyo.

Bryan se dio la vuelta y ahí estaba el niño, sentado sobre una gran roca y rodeado por completo de neblina.

“¿Qué fue lo que me sucedió?” Le preguntó Bryan.

“Lo que querías.” Contestó el niño: “Obtuviste el poder que tanto deseabas.”

“Pero entonces… ¿Por qué estoy aquí?”

“Ah, eso.” Dijo el niño sonriendo: “Bueno, ocurre que estás muerto.”

“¿Qué?”

“Para ser más preciso, morirás dentro de poco. Pero es asunto resuelto.”

*****

El Cíclope y el Dragón Dorado rodaron un momento por el suelo. Cuando trataron de levantarse, ese monstruo de color negro ya estaba ahí, levitando sobre ellos. Entonces Bryan cayó de lo alto al mismo tiempo que descargaba un espantoso golpe sobre la cabeza del Dragón Dorado, con tanta fuerza que la hizo impactar nuevamente contra las rocas.

Por fortuna las escamas mágicas absorbieron el daño y salvaron la vida del Dragón, que aun estando mareado consiguió sujetar a Bryan con sus garras delanteras para arrojarlo rápidamente a un costado, pues sentía que no conseguiría cortarlo.

El Cíclope se levantó con todo su cuerpo resplandeciendo de poder. Entonces extendió ambas manos y aplaudió con ellas, generando una onda de sonido que viajó rápidamente hacia donde había caído Bryan para volver a golpearlo. Se generó una explosión considerable, pero ambos ya sabían que esto probablemente no lo lastimaría, así que ya estaban saltando sobre él para no darle oportunidad de recuperar la iniciativa en el combate.

Sin embargo, el cuerpo de Bryan expulsó una oleada de energía mágica carmesí, cuyo impacto los obligó a retroceder.

*****

“¡¿Qué quieres decir con que voy a morir?!”

El niño suspiró un momento y luego comenzó a canturrear: “Me refiero a que estarás acabado, serás un finado, un fiambre, que se llevarán tu cuerpo en una cajita, que pronto formarás parte de las filas de los difuntos. No sé si me entiendes.”

“¿Pero por qué?”

“Es complicado de explicar… Bueno, puedes comenzar mirando tus pies.”

“¿Mis pies?” Preguntó Bryan confundido y por primera vez bajó la mirada… solo para descubrir que toda su parte inferior había desaparecido, como si alguien lo hubiese borrado desde la cintura para abajo. La visión parecía irreal porque no sentía ningún dolor y también estaba flotando en lugar de caer al suelo. Pero seguía siendo algo terrible de ver.

¡¿Cómo es que esto ha sucedido?!” Exclamó Bryan aterrorizado.

“Es el precio del poder… bueno de este tipo de poder.” Respondió el niño: “¿Sabes qué cosa eres en esencia, Bryan?”

Bryan parpadeó asustado. Quería confirmar lo que le sucedía, pero por algún motivo no se atrevía a intentar tocar el vacío que ahora era el lugar en donde originalmente deberían estar sus piernas. Por eso al principio no prestó atención a la pregunta del niño, pero finalmente decidió que pensar en ello por lo menos apartaría su mente de la increíble realidad que estaba experimentando, así que se concentró con mucho esfuerzo y finalmente le respondió: “Un ser humano.”

“Si, pero ¿qué es lo que eso significa?”

“…”

El niño se rio y comenzó a explicar: “Un humano es un ser que es parte material y parte espiritual. Tu cuerpo es la materia y tu voluntad es el Espíritu. ¿Nadie te lo enseñó nunca?”

“Supongo, pero…”

“¿Y sabes qué cosa es lo que une a tu cuerpo con tu espíritu? ¿Qué es lo que diferencia a un ser vivo de una cosa muerta, Bryan?”

“Eh… ¿Que puede respirar?” Aventuró Bryan, pues la cuestión comenzaba a superarlo.

“No tonto, el Alma o Ánima. Eso es lo que hace que algo este vivo, porque es la articulación entre la materia y el espíritu. A través del Alma es que tu Voluntad puede controlar tu Cuerpo y tu Cuerpo puede ayudar a crecer a tu Voluntad. De hecho, hay distintas clases de alma dependiendo del ser vivo… Pero eso no viene al caso en este momento.”

“¿Puedes dejar de hablar de cosas tan complicadas e ir al punto?” Preguntó Bryan tratando de moderar el miedo que estaba sintiendo.

“Estoy en el punto. Que tú no lo comprendas es problema tuyo.” Respondió el niño sin dejar de sonreír: “Lo que necesitas entender es que el alma tiene partes. Si seguimos usando la metáfora del puente, entonces las partes del alma que estén más cerca de (digámosle) la orilla del cuerpo, o sea la materia, son las Facultades Inferiores de tu alma. Esas son las emociones, los sentimientos, la inteligencia, la memoria y las pasiones.”

“Muy bien… ¡¿Y?!” Preguntó Bryan tratando de controlar su voz. Se sentía increíblemente nervioso por lo que estaba pasando, pero no sabía lo que tenía que hacer para salir de este embrollo y parecía que el niño sí, por lo tanto, no convenía enfadarlo.

“Las partes del alma más próximas a tu Espíritu contienen las Facultades Superiores, que serían la voluntad, la libertad, la conciencia y la interioridad, entre otras.” Continuó explicando el niño: “Cuando el Alma se rompe este vínculo desaparece, entonces el espíritu se separa del cuerpo y muere… Bueno, ahora imagínate que, en lugar de un puente, la metáfora del Alma es tu cuerpo actual.”

Bryan entonces volvió a mirar hacia abajo y comprobó que el resto también estaba desapareciendo lentamente.

“¿Queres decir que…?”

“Si, tu alma está deshaciéndose en este mismo momento. Es solo cuestión de tiempo.”

“Pero ¿por qué me sucedió esto?”

“La magia demoníaca.” Respondió el Niño encogiéndose de hombros: “Esa Esencia Mágica funciona potenciando primero tu físico y desde ahí intenta controlar, poco a poco, las Facultades Inferiores de tu Alma o sea tu parte material. Eso te da poder en el mundo mortal, pero en tu realidad espiritual lo que en verdad sucede es que uno de los extremos del puente de tu alma recibe mucho más peso, hasta que finalmente se rompe.

Entonces la Esencia Mágica toma el control de tu cuerpo, mientras que tú desapareces. Bueno, robar tu cuerpo siempre ha sido su objetivo final. ¿No te diste cuenta?”

“Si me di cuenta, pero como ocurría lentamente pensé que podía controlarlo si tenía cuidado.” Respondió Bryan aterrorizado.

“Normalmente no tendrías oportunidad. Hasta el hombre más fuerte del mundo acabaría poseído por la Magia Demoníaca en menos de un año. Pero esto no sucedió en tú caso. ¿Sabes por qué?”

“Por la Necromancia… ¡ah!”

“¡Ah!” Repitió el Niño asintiendo: “La Fuerza Mental de este mundo también afecta las Facultades Inferiores del Alma. Solo que, en lugar de aprovechar las emociones o el físico, como hace la Magia Demoníaca, la Necromancia actúa sobre la memoria y el intelecto a través del cerebro.

De hecho, la Necromancia también es un arte malvado que debería haberte destruido, porque a diferencia de Fanny, tú no perteneces realmente a este mundo y no tienes las defensas espirituales que sí poseen los magos naturalmente nacidos.”

“Pero entonces…” Dijo Bryan sin poder creer lo que escuchaba a pesar de que tenía perfecto sentido, sobre todo cuando recordaba gran parte de la información que obtuvo del difunto Necromante Fausto: “¿No debería haberme muerto hace mucho tiempo?”

“Normalmente sí. Pero en este caso ocurrió algo muy curioso: Ambos poderes lucharon en tu interior para ser la fuerza dominante, aunque usando métodos opuestos… ¡Y al final terminaron neutralizándose!”

“¿A qué te refieres?”

“Desde tu punto de vista parecía que la Necromancia fortalecía a la Magia Demoníaca y viceversa, pero eso solamente es una ilusión. La realidad es que ambos poderes compiten por ser el que te destruya, volviéndose más fuertes para prevalecer sobre su rival. Es como si dos venenos estuviesen tratando de matarte al mismo tiempo, pero accidentalmente se contrarrestan mutuamente y también se potencian en tu interior.

Esquema: Espíritu (yo) - Alma (puente) - Cuerpo (materia)

Hasta el día de hoy tu Alma Inferior era como una cuerda que dos perros están mordiendo con la intensión de destruirla para hacerse cargo de tu cuerpo, formándose entre ambos una especie de equilibrio y sólo por eso tu voluntad podía prevalecer al final.

Pero estúpidamente te pusiste a absorber esa imitación de la Fuerza de Caos, provocando que la magia demoníaca creciera mucho más rápido que tu Necromancia. El perro de la Esencia Mágica se ha convertido en un lobo, mientras que tu Fuerza Mental ahora parece un simple cachorro faldero en comparación.”

Bryan finalmente comprendió lo que estaba sucediendo y preguntó: “¿Qué hago? ¿Cómo puedo solucionar esto?”

“¿Solucionarlo?” Dijo el niño y dejó de sonreír: “No puedes hacer absolutamente nada. Todo se terminó para ti. Te dije que eras libre de hacer lo que quisieras y esto fue lo que decidiste.”

*****

El monstruo oscuro extendió ambas manos y sus palmas resplandecieron con un poder desconocido. Cuando las agitó, unos rayos de color rojo siguieron la trayectoria de sus garras, cortándolo todo a su paso.

Ni siquiera el Cíclope, que había resistido al estar luchando en medio del ardiente magma podía recibir este ataque sin sufrir terribles daños, aunque tampoco podía esquivarlos debido a la velocidad y el rango del ataque. Pero, como si lo hubiese comprendido instintivamente, el Dragón Dorado se adelantó para interceptar el golpe con su cuerpo y sus escamas doradas resistentes a todo tipo de magia consiguieron salvarlo, aunque le dolió mucho y casi se desmaya.

No era que el Dragón Dorado fuese alguien naturalmente dispuesto a sacrificarse por otros, simplemente sucedía que no tenía otra opción: Con la ayuda del Cíclope a duras penas era capaz de soportar en esta pelea en la que ya llevaban las de perder. Y si ahora se quedaba solo, este sería el fin de su vida.

De modo que se adelantó para bloquear la mayor parte de los daños y consiguió salvar la vida del Cíclope, así como prolongar la lucha.

En cambio, el resto del terreno quedó dividido como si unas espadas gigantescas lo hubiesen cortado.

- ¡No podemos seguir así! - Exclamó el Ciclope asustado.

- Arrg… ¡Cállate!... ¡Si tienes tiempo para hablar, entonces puedes seguir peleando! -

*****

“¡Esto no es lo que quería!”

“No importa lo que querías. Lo único que importa es lo que hiciste.” Le respondió el niño suspirando: “Te dije que tendrías que elegir el tipo de persona en el que te convertirías… Bueno, esto es lo que hiciste. Así fue como usaste el privilegio de tu libertad.”

“Yo no use nada.” Respondió Bryan furioso: “No tenía más opción. ¡Era eso o la muerte! ¡¿Qué clase de libertad es esa?! Si realmente querías ayudarme…”

“Te advertí que no lo hicieras. De hecho, lo hice 3 veces.”

“…”

Bryan se quedó sin palabras, porque era verdad que el niño había intentado advertirle, pero él no quiso escuchar. ¿Soberbia? ¿Osadía? ¿O quizá algo más…?

“Muy bien, estás pensando.” Dijo el niño sonriendo: “La Esencia Mágica creció tanto que finalmente pudo influenciar tus pensamientos para que no quisieras hacerme caso.”

“Entonces…”

“Pero eso solo fue al final.” Lo cortó el niño volviendo a mirarlo seriamente: “Tú tomaste la decisión desde el principio. Tú fuiste quien consintió. Y al hacerlo permitiste que esto pasara.”

“…”

“Lo más triste de todo es que realmente creíste que podrías controlar el Caos a tu favor. ¡Que risa! Hace tiempo existió un grupo de magos brillantes que también teorizaron que la Fuerza del Caos no era maligna, sino únicamente un poder natural que podía ser controlado para hacer un bien a la humanidad. Finalmente reclamaron que era injusto que les prohibiesen utilizar ese poder para desarrollar todo el potencial que un humano podía alcanzar, limitando a toda su especie.

Esos fueron algunos de los magos más poderosos de su tiempo… Y también el origen del Culto de Caelos.”

“¿Qué?” Preguntó Bryan asombrado por esta revelación.

“¿Nunca te has preguntado por qué son tan poderosos? Un mago utiliza sus poderes para modificar las leyes del mundo y provocar fenómenos preternaturales, pero al final están utilizando las mismas reglas de la realidad. En cambio, los miembros de los cultos malvados mezclan Fuerza del Caos en su magia, de modo que corroen las leyes en lugar de modificarlas. Por eso pueden provocar resultados que son más rápidos y poderosos en apariencia, pero al final todas sus acciones siempre los acaban conduciendo a un gran sufrimiento… junto con todos los que los rodean.”

“Pero entonces… ¿Por qué lo hacen?”

“Tienen miedo.” Respondió el niño suspirando: “Tienen tanto miedo que se obsesionan con el poder, porque creen que los ayudará a controlar sus vidas. ¡La ilusión del control ha matado a tantos, Bryan! Al final están tan concentrados en el poder que pierden de vista lo que realmente importa, a los que los aman y finalmente también a ellos mismos.

Da igual cómo o con qué intenciones comiencen en ese camino, su destino final siempre los lleva a convertirse en unos esclavos del poder.”

El niño miró hacia un costado, como si estuviese viendo otra cosa que Bryan no podía ver y su expresión se llenó de melancolía cuando dijo: “No te equivoques. Nunca tendrás el control sin importar lo poderoso que te vuelvas. Porque la única verdadera independencia que poseen los seres humanos es la Capacidad de Elegir. Todo lo demás, absolutamente todo, responde a fuerzas mucho más poderosas de lo que puedes imaginarte. Pero pronto también entenderás esto.”

De repente un rayo de luz iluminó el entorno, provocando que Bryan tuviese ganas de cerrar los ojos. Entonces se dio cuenta de que el niño ya no estaba sentado sobre unas rocas, sino en una especie de trono majestuoso de una manufactura bastante difícil de describir. Y detrás suyo, a ambos lados, había dos puertas.

La de su derecha era de oro batido y se filtraba luz por todos sus resquicios. En cambio, la puerta de la izquierda era de madera lisa con una simple manecilla de hierro, pero de algún modo parecía aterradora, como si algo espantoso se ocultase detrás de ella.

“Bienvenido a la Antecámara del Misterio.” Dijo el niño con cierta tristeza: “La mitad de tu alma ha muerto y muy pronto el resto desaparecerá. En ese momento comenzará el juicio.”

“¿El juicio?”

“La eternidad.” Comentó el niño sin mirarlo: “Ese es el único sitio donde puede haber felicidad verdadera. Bueno, para aquellos que les toque entrar por la puerta dorada. En cambio… Quizá la eternidad no sea un sitio muy agradable para ti.”

“¿A qué te refieres?” Preguntó Bryan, aunque intuía que no le gustaría la respuesta.

“Bueno, piensa por ti mismo.” Respondió el niño: “Si realizaras el juicio de Han Shuo, actualmente llamado Bryan… ¿Le concederías felicidad eterna?”

*****

El Dragón Dorado estaba en problemas.

En su momento intentó atacar a Bryan por la espalda con las fauces abiertas, pero este consiguió esquivarlo junto a tiempo. Luego se las arregló para sujetar los dos cuernos de su cabeza y los retorció, forzando al dragón a volver el cuello a un lado en una especie de llave que podría terminar dislocándolo.

- ¡Suéltame, maldito… ¡Arrg! - El Dragón Dorado trataba de resistir, pero su cabeza estaba siendo presionada contra el suelo.

Por suerte en ese momento el Cíclope hizo rodar una enorme roca que se encontró a un costado. Esta tenía una forma más o menos compacta, así que avanzó rebotando varias veces por la fuerza del gigante, hasta que le atinó a Bryan sin golpear al dragón, el cual consiguió liberarse.

- ¡Buen tiro, gigante! -

- Luego me lo dices… ¡Ahí viene de nuevo! -

*****

“¿Dices que no hay nada que se pueda hacer?”

“Nada que tú puedes hacer.” Dijo el niño con una sonrisa melancólica: “Solamente cuando estás vivo puedes cambiar las cosas, pero ahora ni siquiera tienes tu cuerpo. Pero eso no es lo peor de todo.”

“¿Hay más?” Preguntó Bryan incrédulo.

“Claro. Te lo dije al principio: Tu vida es tuya, pero no se trata de ti.”

“¿Qué significa eso?”

“Muchas cosas.” Respondió el niño sin mirarlo: “Las ruedas del destino no dejan de moverse y el futuro que ya no te pertenece continuará aún sin ti. Puedo verlo en el agua, sentirlo en la tierra y olerlo en el aire.

Para empezar, veo a Emily siendo ultrajada por uno de los príncipes para salvar la vida de su suegro, luego de que toda su familia pierda influencia por elegir el bando equivocado después de la guerra civil. Veo a Phoebe suicidándose mordiéndose la lengua, pues todas sus propiedades familiares serán robadas por sus enemigos y ella terminará en un calabozo con innumerables cargos falsos inventados por ese desagradable Barón. Pero sabes que ella nunca permitiría que la mancillaran así, de modo que terminará con su propia vida.

¡Y Lisa! ¡Pobre Lisa! Ser salvada de la esclavitud solamente para volver a caer en ella, cuando el Duque Odón Ascher recupere todo su poder. Fanny tratará de ayudarla, pero su padre ya estará muerto para ese entonces, así que morirá defendiendo a sus estudiantes.”

¡Cierra la boca!” Grito Bryan enfurecido: “¡Estas mintiendo!¡No puedes ver nada!

“Tal vez tengas razón.” Le respondió el niño mirándolo directamente: “Tal vez todo esto esté en tu mente. Tal vez la eternidad no exista, ni tampoco los dioses. Tal vez no haya propósito alguno. ¿Ese es tu último recurso, Bryan? ¿Negar lo que no quieres ver ni saber?”

“…”

“¿Qué pasó durante toda tu vida anterior? ¿Acaso trataste de hacer algo más que autocompadecerte? Porque además de la procrastinación eso es lo único que hiciste con tu tiempo hasta el día en que Chu Can Lan te mató ¿no es verdad?”

Bryan quería responder algo, pero no podía. De repente las memorias de su vida original, que hasta ese momento le parecían brumosas, se habían vuelto brillantes y claras como antes de que viniese a este mundo. Sobre todo, recordaba los errores que había cometido.

“Haces bien en recordar.” Dijo el niño sin sonreír: “Cuando tu Alma desaparezca, también lo harán todos tus recuerdos y todo lo que creas saber. Así que mejor aprovecha mientras puedes e intenta aprender algo, porque después ya nunca podrás.”

“En efecto.” Dijo una tercera voz desconocida.

“Aprovecha mientras puedas.” Dijo otro.

En ese momento Bryan sintió que había otras personas alrededor suyo. No podía ver a ninguna, pero sabía que había varias. Toda una multitud.

La última vez que experimentó algo semejante, fue durante el ceremonial del dios Nécora el Putrefacto, cuando estuvo en la Ciudad de Valen. En ese momento las dimensiones se quebraron por culpa del Necromante Fausto y sintió claramente a una gran cantidad de entidades terribles alrededor suyo.

Ahora percibía algo similar.

Pero, aunque estos seres también le parecían poderosísimos, no le provocaban esa espantosa repulsión que en esa ocasión estuvo muy cerca de hacerle caer en la locura. Por el contrario, el sonido de sus voces era de algún modo tranquilizador, aclaraba su mente y alejaba sus miedos.

Fue en ese momento que cayó en cuenta.

“¿Por qué me dices todo esto si realmente no hay forma de salvarme?”

El niño sonrió antes de responder: “Nunca dije que no hubiese forma de salvarte, solo que tú no podías hacer nada.”

*****

El demonio estaba usando una gran roca afilada con ambas manos para golpear el pecho del Dragón Dorado, al cual tenía inmovilizado. Finalmente había conseguido dejar al Cíclope sin sentido, así que pudo concentrarse únicamente en el reptil alado, pero sus escamas invulnerables a la magia seguían siendo una molestia.

De modo que decidió usar una cuña improvisada para abrirse paso hasta su corazón.

Cada vez que golpeaba, el Dragón Dorado gritaba de dolor. Pero ya no le quedaban fuerzas para seguir resistiendo y todos sus intentos por liberarse resultaban inútiles. Bryan parecía haber comprendido esto de algún modo, porque su expresión ahora mostraba una sonrisa cruel, que se volvía más pronunciada cada vez que lo golpeaba. Podría haberlo matado más rápido, pero aparentemente deseaba alargar más el sufrimiento de su víctima y estaba tomándose su tiempo.

- Maestro Malvado. ¿No has tenido suficiente combate? ¿No crees que es mejor matarlos de una vez en lugar de continuar torturándolos así? ¿Qué sentido tiene? - Dijo Gilberto acercándose a cierta distancia, con un tono nervioso.

Bryan ni siquiera se volvió para mirarlo y continuó golpeando mientras disfrutaba el sufrimiento del Dragón Dorado. Pero como Gilberto no se iba ni dejaba de hablar, se detuvo un instante para señalarlo con un dedo.

Entonces un relámpago rojo voló hacia el Dragón Negro.

Gilberto chilló de dolor y salió despedido varios metros. Su resistencia a la magia no era tan fuerte porque aún era joven, así que casi perdió el sentido con ese ataque.

Sin embargo, pese a haber sido atacado. Gilberto volvió a acercarse a Bryan en cuanto se recuperó y gritó: - ¡Maestro! ¡Por favor despierta! -

*****

¡Gilberto! ¡Estúpido Dragón! ¡¿no ves que ese no soy yo?” Grito Bryan viendo lo que sucedía: “¡Aléjate de inmediato!

Después de su ultimo intercambio, el niño había permanecido sonriendo en silencio sin importar lo que le dijese. Pero estar sin hacer nada mientras sentía que su propia existencia desaparecía, era bastante incómodo. De modo que Bryan volvió a mirar lo que sucedía en el mundo real y vio que Gilberto estaba tratando de hablar con el demonio oscuro que había usurpado el control de su propio cuerpo.

“Es bastante curioso.” Dijo el niño de pronto: “De algún modo los que interactúan contigo parecen desarrollar muy buenas cualidades, pese a que tú mismo eres un sinvergüenza sin esperanza. Por ejemplo, cualquier otro Dragón Negro ya te habría abandonado incluso antes de que lo atacasen, pero este sigue intentando hablar contigo. La lealtad no es un rasgo de su especie y sin embargo este Gilberto es bastante fiel.”

“Si, a mí también me sorprende un poco…”

“Pero algo de esto te conviene bastante.” Intervino de pronto el niño.

“A qué te refieres.” Preguntó Bryan extrañado.

“¿Has oído hablar del intercambio equivalente?”

“… ¿Para ganar algo?”

“…Hay que ofrecer algo del mismo valor.” Completó el niño y luego hizo una pausa antes de continuar: “Resulta que sólo hay dos modos de salvarte ahora que la Esencia Mágica te ha poseído hasta este punto.”

“¡¿Cuáles?!” Preguntó Bryan emocionado.

“La primera es que, en los minutos que te quedan, de algún modo te arrepientas sinceramente de todas y cada una de las malas acciones cometidas durante tus dos vidas, para luego convertirte en un ejemplo de virtud moral, que practique los más altos principios morales, éticos y espirituales.” Respondió el niño con una sonrisa filosófica: “Teóricamente eso puede ayudarte a reconstruir tu Alma Inferior. Aunque ese grado de remordimiento (y en tan poco tiempo) te provocará un dolor demasiado intenso y ahora ya no tienes un cuerpo que te permita soportarlo… Creo que, en tu estado actual, incluso si lo consigues podrías terminar muriendo de todos modos por el sufrimiento. ¿Quieres probar?”

“¿Remordimiento?… ¿Y tiene que ser sincero?” Balbuceó Bryan, pues esa respuesta le había caído como un balde de agua helada, ya que no veía intentando algo parecido.

“Bueno, supongo que sería más fácil pedirte que apagues el sol a que practiques la moralidad en un nivel avanzado.” Dijo el niño riéndose, pero luego lo miró astutamente y dijo: “La otra opción es restaurarte a un estado anterior, uno en el que tu Fuerza Mental pueda darle pelea a la Esencia Mágica.

Esto solamente es válido para un caso tan único como el tuyo. Pero ten en cuenta que sería el equivalente a regresar el tiempo y no tengo que decirte que tal trasgresión del orden natural definitivamente tendrá consecuencias nefastas y también costará un alto precio.”

“¿Qué precio?”

“Una vida más longeva que la tuya, concretamente la de un inmortal. Y tienes suerte de tener una de esas al alcance de la mano.”

“¿Estás hablando de Gilberto?” Preguntó Bryan con tono suspicaz.

“La vida de un Dragón, por más que sea la de un infame Dragón Negro, servirá para pagar el precio de tu restauración.” Contestó el Niño mirándolo seriamente y agregó: “Mátalo y podrás regresar.”

“¡Espera! ¡Ahí también hay un Cíclope y un Dragón Dorado! Ninguno de ellos me importa o es amigo mío… ¿Por qué no puedo ofrecértelos en su lugar? ¡Oh mejor aún, a los dos!”

“Eso no sirve porque no eres dueño de ninguno de ellos. El Dragón Negro se sometió a tu autoridad, así que su vida te pertenece.

“¡Pero...!”

“¡Si no quieres morir ese será el precio!” Lo interrumpió el niño con severidad: “Tienes un vínculo con el Dragón que te permitirá matarlo con un pensamiento. Yo voy a ayudarte dándote 10 segundos de conciencia… ¡Diez segundos, Bryan! Si no lo has matado para entonces, nada podrá salvarte y lo perderás todo.”

*****

El Dragón Dorado consiguió arrastrarse junto al Cíclope y abrió sus fauces para soltar unas llamas de color blanco. Cuando los Dragones incubaban sus huevos solían respirar fuego sobre ellos constantemente para mantenerlos a altas temperaturas, pero evidentemente este no podía ser el mismo aliento que usaban para atacar, sino una variante que básicamente consistía en energía vital concentrada. Sin embargo, cuando se aplicaba a otras criaturas que no eran Dragones, las llamas blancas tenías el curioso efecto ocasional de curarlos parcialmente, pero sobre todo restauraba las fuerzas perdidas.

Como sus poderes estaban suprimidos este aliento vital apenas tenía un 10 % de su eficacia, pero alcanzó para despertar al Cíclope de su estado de inconsciencia y sus poderes regenerativos hicieron el resto.

- ¡¿Qué pasó?! - Preguntó el gigante de un solo ojo levantándose a duras penas.

- Que casi te mueres. Y yo te habría seguido poco después, pero ese estúpido Dragón Negro intentó hablar con el demonio oscuro. - Respondió el Dragón Dorado señalando en una dirección.

En ese momento vieron que Bryan estaba invocando lo que parecían ser orbes de energía carmesí, que golpearon a Gilberto varias veces, causando que saliese despedido nuevamente. Pero el Dragón Negro volvió a levantarse con dificultad y se arrastró de nuevo para intentar hablarle.

Sin embargo, Bryan permanecía inmune a cualquier súplica o ruego. De pronto extendió una mano y sus uñas se alargaron y volvieron a brillar, como ocurría cuando utilizaba el devastador ataque cortante con el que destrozó el entorno con anterioridad.

- Ahora sí va a matarlo. - Comentó el Dragón Dorado.

- ¡Ayudémoslo! ¡Si somos 3 quizá podamos someterlo! - Exclamó el Cíclope.

- Que día de mierda es este, en el que tengo que ayudar a un Dragón Negro. - Bufó irritado el Dragón Dorado, pero comenzó a serpentear hacia Bryan incluso antes de que el Cíclope iniciara su carga.

El gigante de un solo ojo recogió una gran piedra que arrojó con la fuerza de una explosión hacia Bryan, el cual estaba flotando en el aire de espaldas y no alcanzó a volverse a tiempo. El impacto hizo que tuviese que detener su ataque contra Gilberto, pero la roca se destrozó contra su cuerpo sin causarle graves daños u obligarlo a moverse, aunque el principio ese tipo de ataque por lo menos lo habría hecho caer.

Era evidente que estaba haciéndose más fuerte conforme el tiempo pasaba.

Sin embargo, cuando el Dragón Dorado se alzó para morderlo, Bryan sí tuvo que esquivar a un lado. Y es que el poder mágico innato de los colmillos de un Dragón todavía podían intimidarlo hasta cierto punto. Pero debido a esto la bestia consiguió atraparlo con una de sus garras delanteras, con suficiente fuerza como para obligarlo a impactar contra el suelo.

El Cíclope llegó junto al Dragón Dorado, y ambos se prepararon para defenderse. Debido a todo lo acontecido ambos monstruos habían comprendido que sus ataques realmente no podían dañar el cuerpo de Bryan, así que su estrategia era tratar de agotar sus energías, aunque hasta el momento su aguante parecía ilimitado. Cabe mencionar que, después de haber luchado tanto tiempo con sus vidas en la línea, el gigante y el dragón llegaron a desarrollar un trabajo en equipo inesperadamente efectivo.

Sin embargo, el ataque que esperaban no llegaba. Y fue entonces que se dieron cuenta de que algo extraño sucedía.

Hasta ese momento Bryan había estado expulsando una sed de sangre inmensa y su cuerpo poseía tanto poder en el interior, que uno podría temer que explotase en cualquier instante. Además, cada vez que era golpeado se levantaba casi automáticamente, hasta el punto en que más que luchar parecía estar divirtiéndose a costa de ellos, permitiéndoles que lo golpeasen solamente para prolongar la lucha.

Ahora sin embargo Bryan se había quedado en el suelo y su cuerpo estaba temblando como si sufriese espasmos. No tenía ninguna herida visible, pero parecía estar sufriendo alguna clase de limitación para moverse, porque sus ojos ya no los estaban mirando a ellos, sino que permanecían fijos en el cielo oscuro, como si estuviese totalmente desconectado de lo que sucedía.

- ¡Matémoslo! - Gritaron al unísono el Dragón Dorado y el Cíclope. Ninguno entendía bien lo que estaba pasando, pero esta era una oportunidad enviada por los cielos para hacerle daño a este demonio.

El Dragón Dorado llegó primero y atacó con todas sus fuerzas a Bryan usando sus mandíbulas, las cuales podían triturar hasta la roca más dura. Luego lo arrojó rápidamente contra el suelo (por miedo a que este despertase repentinamente) y de tal modo que cayese justo a los pies del Cíclope.

El cuerpo del gigante resplandeció de color dorado y sus manos se llenaron de gran poder justo antes de que desatase el ataque más devastador que poseía su raza: Una combinación de golpes reforzados capaces de arrollar cualquier cosa.

En su estado suprimido, el Cíclope solamente podía utilizar el 30 % de su poder. Pero el gigante dio todo de sí para superar esa barrera, porque sabía que esta era su última ocasión para salvarse de una muerte segura. Así que golpeó y golpeó sabiendo que su vida dependía de ello, y la serie puñetazos cayeron sobre Bryan con tanta fuerza que destrozaron el entorno. El suelo rocoso se resquebrajó a varios metros a la redonda, la tierra temblaba como si de un terremoto se tratase y una enorme cantidad de escombros salieron volando en todas direcciones.

Después de terminar su ataque devastador, el Cíclope saltó a un lado para darle espacio al Dragón Dorado que ya estaba preparándose para atacar detrás suyo. Las escamas de su cuerpo brillaban porque la criatura estaba utilizando al máximo su capacidad natural para resistir la magia, venciendo por un instante la supresión, con el objetivo de desatar un único ataque de aliento aniquilador. Una vez que lo consiguiese habría gastado sus últimas fuerzas, pero era la mejor oportunidad que tenía para escapar con vida.

Pero cuando estaba a punto de descargar este golpe mortal ocurrió algo inesperado.

Gilberto había sido arrojado bastante lejos después de que Bryan le arrojó ese último ataque, pero volvió a levantarse y consiguió acercarse sin ser visto justo a tiempo para morder el cuello del Dragón Dorado, obligándolo a cancelar su ataque.

Que fuese interrumpido en ese momento tan delicado resultó terrible para el Dragón Dorado, quien debido al fuerte contragolpe se desplomó en el suelo incapaz de volver a levantarse.

- ¡¿Estás loco?! - Gritó el Cíclope sin poder creer lo que había sucedido.

- ¡Cállense! - Respondió Gilberto: - ¡No los dejaré matar a mi maestro! -

- ¡Esa era nuestra última oportunidad de sobrevivir, imbécil! - Rugió el Dragón Dorado desde el suelo: - ¡Vamos a morir por tu culpa! -

Gilberto enfrenta al Dragón Dorado

- ¡Yo no pienso dejar que vuelva a levantarse! - Gritó el Cíclope desesperado y se obligó a volver a cargar hacia Bryan para intentar matarlo con sus últimas fuerzas.

Sin embargo, antes de que pudiese avanzar mucho más, Gilberto rugió con furia al mismo tiempo que se interponía en el camino del gigante, amenazándolo con sus fauces abiertas.

- ¡Si intentas atacar a mi maestro, voy destriparlos ambos! ¡Y luego usaré sus intestinos para limpiarme los dientes antes de violar sus cabezas decapitadas! ¡Atrás, malditos! - Gritó el Dragón Negro.

Gilberto era el más débil entre las tres Criaturas Mágicas y el más afectado por la Supresión. Los ataques de Bryan dejaron múltiples heridas sobre su cuerpo que todavía no se habían regenerado, particularmente en las zonas donde su armadura de escamas todavía no crecía del todo por su juventud. Pero de algún modo se veía bastante aterrador en ese momento y dispuesto a todo para defender a su Maestro.

- ¿Acaso no entiendes que esa cosa ya no es humana? ¿No vez que…? - Dijo el Cíclope intentando razonar.

- ¡Silencio! - Lo interrumpió Gilberto con un rugido: - ¡Si avanzas te mataré, aunque me cueste la vida! -

Ambos monstruos miraban asombrados a Gilberto, pero sobre todo el Dragón Dorado, pues nadie mejor que otro miembro de su especie sabía lo depravados, malvados y cobardes que podían llegar a ser los Dragones Negros. En general para cualquier dragón siempre estaban primero ellos mismos y luego cualquier otra cosa.

Pero ahora Gilberto los estaba enfrentado a ambos como haría un soldado leal con su general al mando.

Cuando parecía que este equilibrio delicado se sostendría, se escuchó el sonido de unos escombros. De repente el monstruo de color oscuro que había sido Bryan estaba de pie nuevamente y sus ojos brillaban con homicida intensidad. Las miradas del Dragón Dorado y el Cíclope se llenaron de desesperanza y finalmente perdieron todo deseo de seguir luchando, pues habían gastado sus últimas fuerzas de todos modos.

En cambio, Gilberto se volvió hacia Bryan. Pero en lugar de alejarse o atacar, se acercó rápidamente y lo rodeó con su cuerpo como una serpiente para protegerlo de cualquier ataque sorpresivo, al mismo tiempo que se acercaba para decirle: - ¡Maestro, por favor tienes que despertar! ¡Sé que estás ahí! ¡Nadie puede vencerte! -

Pero la única respuesta de Bryan fue mover rápidamente sus brazos para aferrar el cuello de Gilberto con una fuerza monstruosa. En ese momento el cuerpo del demonio ya medía más de 3 metros de altura y seguía haciéndose más grande, de modo que esta hazaña no le era imposible.

- ¡Maestro, por favor… despierta! - Trató de decirle Gilberto, pero ya no podía hablar por la presión sobre su tráquea. Y sin embargo no intentaba luchar. Tampoco había duda o vacilación en su mirada.

Sólo lealtad.

El demonio incrementó la fuerza de su ahorcamiento y una sonrisa sádica se asomó a sus labios. Estaba disfrutando ver a Gilberto luchando por respirar, pero esto no era suficiente para satisfacerlo, así que comenzó a golpear rítmicamente el pecho del Dragón Negro con una de sus rodillas.

Como todavía no tenía escamas protectoras en esa zona, las costillas de Gilberto se resintieron mucho y un sonido de huesos quebrándose llegó a escucharse con el tercer impacto. Pese a todo, Gilberto no intentó resistirse ni defenderse.

- Maestro… sé que sigues… ahí… por favor… ¡No desaparezcas! -

Pero el demonio oscuro siguió sonriendo e incrementó aún más la fuerza de sus golpes. Más cuando parecía que Gilberto iba a morir ahogado… repentinamente Bryan dejó de asfixiarlo y soltó el cuello del Dragón Negro.

- Cof… Cof… ¡Maestro! ¡Sabía que estabas ahí! ¡Sabía que no me matarías! - Exclamó Gilberto eufórico en cuanto pudo volver a respirar.

Sin embargo, Bryan no respondió. Simplemente había soltado su agarre, pero sus brazos continuaban extendidos hacia adelante y su cuerpo estaba inmóvil de un modo anormal, como si fuese una estatua. Ni siquiera estaba respirando.

Sus ojos, sin embargo, ya no brillaban. Sino que se volvieron completamente negros, como si la vida que los impulsaba hubiese desaparecido.

Entonces los labios de Bryan se abrieron de un modo casi imperceptible y en lugar de los gruñidos bestiales susurró unas palabras, el primer sonido humano que había emitido desde que se transformó en un demonio.

- Me rehúso… ¡Yo!... ¡No lo haré!... ¡Prefiero morir! -

Inmediatamente después soltó un rugido terrible, mientras que su expresión se deformaba en un gesto de dolor y poco después el gran cuerpo del demonio oscuro comenzó a llenarse de grietas, de las cuales comenzó a salir sangre fresca.

- ¡Antes morir! - Volvió a gritar Bryan y entonces comenzó a sacudirse violentamente, ignorando por completo sus heridas, cubriendo todo el entorno de carmesí.

- ¡Maestro! - Exclamó Gilberto asustado e inmediatamente usó sus garras delanteras para sujetar a Bryan, intentando mantenerlo quieto sin lastimarlo, pero apenas podía contenerlo y el cuerpo del Dragón Negro terminó cubierto con la sangre de su señor.

- ¡¿Qué le está pasando?! - Preguntó el Cíclope.

- No sé, pero espero que se muera o nos mate de una vez. - Respondió el Dragón Dorado con un tono lleno de angustia y agotamiento: - ¡Ya no aguanto más de esto! -

*****

“Prefiero morir.” Se dijo Bryan suspirando.

En ese momento su alma había desaparecido hasta el punto en que solo quedaba su cuello y parte de sus hombros. Mentiría si dijera que no pensó en la posibilidad de sacrificar a Gilberto, sobre todo teniendo en cuenta lo que le habían sugerido acerca del trágico futuro de las mujeres que amaba.

Pero al ver toda esa lealtad en la mirada del Dragón Negro… simplemente no pudo hacerlo.

“Esa era tu última oportunidad.” Dijo el niño mirándolo con curiosidad: “¿Por qué no la aprovechaste?”

“Tú mismo lo dijiste.” Respondió Bryan sonriendo: “La única libertad que realmente tenemos es la elegir. Todo lo demás no tiene nada que ver con nosotros. ¿No es cierto?”

“En efecto. Por eso te di la opción de volver, para que pudieras elegir otra vez.”

“Pero incluso si vuelvo… ¿Puedo realmente salvar alguien siendo un desgraciado que sacrifica a los que me son leales?”

“…”

“Tenías razón.” Dijo Bryan suspirando: “No soy una buena persona y no creo que lo sea nunca. Soy además responsable de todo esto. No solamente de haber elegido el poder sin pensar en las consecuencias, sino por desperdiciar mi vida anterior. Creí que podía hacer borrón y cuenta nueva después haber venido a este mundo, pero ya es tiempo de que me haga responsable de mi mierda.”

El niño lo miró en silencio por unos momentos y luego preguntó: “¿Estás seguro? Después de esto solo te queda enfrentarte a las puertas del juicio. No habrá vuelta atrás”

“Si, me lo imagino.”

“Perderás absolutamente todo. Cualquier poder que podrías haber tenido. Los placeres. Las oportunidades. Las esperanzas. Lo perderás todo.” Insistió el niño mirándolo con seriedad.

“Lo entiendo. Lo acepto.”

“Tal vez si ellos me ayudan…” Aventuró el niño mirando a las personas invisibles que los rodeaban: “Podría darte otros segundos. Piénsalo bien. Cuando la Esencia Mágica recupere el control de tu cuerpo, Gilberto morirá de todos modos. ¿Qué diferencia hay si lo matas tú y aprovechas para hacer un bien mayor después? Además… ¡Todavía falta el juicio!”

Bryan lo miró con curiosidad por unos momentos y miró las puertas detrás del trono. Todavía le daban temor, pero ya no se sentía tan mal como la primera vez que las vio.

Entonces sonrió y respondió: “Muchas gracias por toda tu ayuda y por tus consejos. Pero creo que prefiero enfrentarme al juicio ahora mismo… antes que traicionar mis principios.”

Durante unos instantes el niño lo miró con pena, pero repentinamente una sonrisa salvaje brilló en su semblante y dijo: “Entonces ya no tienes miedo. ¡Y eres verdaderamente libre!”

“¿Qué...?” Preguntó Bryan confundido.

“Es sencillo.” Dijo el niño sin dejar de sonreír: “Desde que llegaste a este mundo te aferraste por encima de todo a la búsqueda del poder y a mejorar tus capacidades de sobrevivir, porque pensaste que era todo lo que tenías. ¿No es verdad?”

“Si…”

“Pero ahora que lo perdiste todo, incluso tu vida… Descubriste que había algo más ahí. ¿No es verdad? Algo por lo que vale la pena morir. No tu propio ego, ni tampoco arrogancia. Sino el auténtico sentido de tu dignidad.

Y esa es la mejor defensa contra ese miedo que provoca las ansias desmedidas de poder que han sido la perdición para todos aquellos expuestos a la Fuerza del Caos. Mientras seas consciente de ello y no lo olvides… podrías llegar lejos.”

El niño entonces miró a su alrededor y soltó una pregunta, pero no para Bryan sino para esas misteriosas presencias que los rodeaban: “¿Cuál es su veredicto?”

“Servirá.” Contestó una voz y otros la siguieron.

 “Hay esperanza para él.”

“Es mejor que nada.”

“Tiene potencial, vale la pena esperar y ver como resulta.”

“Adelante, creo que puede hacerlo.”

Bryan no entendía lo que sucedía, pero algo parecía haber cambiado. Porque las voces trasmitían una sensación de poder, como si estuviesen haciendo algo.

“Felicitaciones Bryan.” Dijo el niño finalmente: “Pasaste la prueba.”

“¿Qué?”

“Te estábamos probando, chiquillo.” Explicó una de las voces: “Si hubieses sacrificado al Dragón eso significaba que no valías la pena.”

“¿Qué están diciendo…?” Aventuró Bryan esperanzado.

“Que vas a vivir.” Contestó otro.

Bryan sonrió eufórico, pero entonces preguntó: “¿No dijeron que el daño en mi alma no se podía reparar sin un sacrificio?”

“Eso es cierto. Por eso no solo tengo que restaurar tu alma, sino también tu cuerpo físico.” Respondió el niño suspirando: “Arreglarte me costará bastante y creo que no podré hablar contigo durante un tiempo, así que estarás por tu cuenta.”

En ese momento el entorno comenzó a temblar y una enorme cantidad de poder, que no era físico ni mágico comenzó a rodearlo.

“… ¡¿Qué es esto?!” Exclamó Bryan

“De modo que mejor escúchame.” Continuó el niño sonriendo e ignorando por completo su pregunta: “Ahora sabes cómo te corrompe la Esencia Mágica, así que tienes que fortalecer tus poderes necrománticos para mantener un equilibrio. Pero nunca olvides que estos también son peligrosos y pueden destruirte si no tienes cuidado. Tu vida ahora deberá transcurrir al filo de la navaja… ¡No puedes descuidarte!

“Entiendo.” Respondió Bryan: “Muchas gracias por ayudarme. Te juro que no desperdiciaré la oportunidad.”

“Creo que no lo harás.” Dijo el niño y lo miró con seriedad: “Muy pronto comenzarán a sucederte muchas cosas y tendrás que aprender a liderar hombres.  Será todo un desafío para ti, que hasta ahora has sido como un lobo solitario, pero puedes hacerlo.”

La voz del niño comenzaba a reducir su intensidad y Bryan notó que las puertas habían desaparecido. Nuevamente todo era neblina a su alrededor.

“Debes graduarte de la Academia Babilonia y dirigirte en una nueva dirección.” Dijo el niño un poco apresurado, como si quisiera darle la mayor cantidad de consejos posible: “Recuerda que la lealtad no puede compararse con dinero, sino que se forja en el fuego de la adversidad.”

De repente la oscuridad rodeó por completo a Bryan y sintió que caía vertiginosamente.

“¡Ahora despierta, Bryan!”

*****

Una violenta serie explosiones de energía comenzaron a salir del cuerpo de Bryan, obligando a que Gilberto tuviese que soltarlo e incluso alejarse un poco. Todos veían lo que ocurría aterrorizados y sin atreverse a moverse, imaginando que algo espantoso estaba por suceder.

Sin embargo, después un tiempo las explosiones se detuvieron y el cuerpo oscuro del demonio comenzó a romperse como la cascara destrozada de un huevo o el exoesqueleto de un insecto que repentinamente fuese pulverizado.

Del interior emergió un Bryan de tamaño natural, desnudo, con los cabellos restaurados y parecía estar cubierto de sangre, aunque extrañamente no tenía ninguna herida visible. Uno incluso podría suponer que se había metido en una piscina de líquido rojo viscoso.

- ¡Maestro! ¡Eres tú! - Exclamó Gilberto acercándose eufórico.

- Claro que soy yo, idiota. - Respondió Bryan con algo de dificultad: - Aunque desearía no serlo. ¡Nunca me había sentido tan jodido! -

Entonces se sentó con las piernas cruzadas en el suelo.

Al principio Bryan experimentó una alegría inmensa por poder mover su propio cuerpo de nuevo, pero luego se dio cuenta de que estaba en un estado debilidad impresionante, en el que todo le dolía y sus huesos se sentían como gelatina.

Parezco una maldita larva humana.” Pensó Bryan luchando para no derrumbarse en el suelo: “Pero supongo que es mejor que desaparecer.

Se encontraba en un estado desconocido, como si todo su cuerpo hubiese sido reconstruido y lo estuviese usando por primera vez. Cada movimiento le dolía bastante y hasta usar sus ojos era doloroso.

Sin embargo, esa sensación estaba desapareciendo. Conforme se recuperaba del malestar, Bryan comenzó a apreciar el increíble regalo que había recibido: Un cuerpo mucho mejor que el que originalmente tenía hasta en el más mínimo detalle.

Su altura se había incrementado varios centímetros, sus hombros eran anchos y sus músculos estaban distribuidos más uniformemente, como si hubiesen sido tallados minuciosamente en el mejor mármol.

Cuando se miró las manos, Bryan descubrió que el misterioso niño incluso había tenido la previsión de dotarlo de callos en los dedos y los nudillos, propios para un espadachín o un combatiente. Pero el resto de su piel era sumamente sensible, como la de un recién nacido y por eso la más ligera brisa le provocaba una marejada de sensaciones.

Su nuevo cuerpo no tenía vellos salvo el púbico. Sus uñas estaban crecidas y cortadas a la perfección. El meñique que se había roto cuando aún era un esclavo, el cual nunca llegó a enderezarse del todo a pesar de sus transformaciones, ahora estaba impecable.

Ese niño no bromeaba cuando me dijo que me daría un nuevo cuerpo.” Pensó Bryan sonriendo: “¡Se nota que se enorgullece de su trabajo! ¡Su reconstrucción física es mejor que las transformaciones de la Magia Demoníaca!

Pero lo mejor de todo es que había una enorme cantidad de energía pura en su interior, perfecta para refinarla y fortalecerse, aunque no tanto como para volver a ser controlado por la Esencia Mágica. Además, ahora sabía hasta qué punto era importante mantener el balance con la Fuerza Mental.

- Gilberto, voy a fortalecerme. Vigila que nadie me moleste. - Ordenó Bryan.

- ¡Adelante Maestro! ¡Te prometo que nadie te hará daño! - Respondió Gilberto alegremente.

Bryan sonrió, concentró su Fuerza Mental al máximo e invocó al Pequeño Esqueleto y al Zombi Élite de Tierra.

La aparición de estas desconocidas Criaturas Oscuras hizo que el Dragón y el Cíclope gimieran asustados, pero no se atrevieron a decir nada. Estaban tan débiles en ese momento que cualquier enemigo podría matarlos con facilidad e intentaban inútilmente pasar desapercibidos.

Cuando el Pequeño Esqueleto y el Zombi de Tierra notaron que Bryan estaba cubierto de lo que parecía ser su sangre, inmediatamente corrieron a su lado y comenzaron a agitar sus brazos con gran preocupación. El Pequeño Esqueleto incluso intentó recolectar la sustancias, como si quisiese devolvérsela a Bryan y el Zombi se puso a caminar alrededor suyo, sin estar seguro de cómo podía ayudar.

- Estoy bien, pero necesito que me protejan mientras asimilo una energía. - Dijo Bryan sonriéndoles. Aunque sus acciones eran infantiles, llenaron de alegría su corazón: - Además, ¿ven a ese Dragón Dorado y ese Cíclope? Si intentan lastimarme o atacan a Gilberto, pueden matarlos. Pero si no hacen nada, no les hagan daño. Ya les hice pasar un mal rato por ningún motivo y me sabría mal que acabasen muriendo. -

Las Criaturas Oscuras y Gilberto asintieron a sus palabras. En cambio, el Cíclope y el Dragón Dorado levantaron la mirada con esperanza.

- Ustedes dos. - Dijo Bryan dirigiéndose hacia ellos: - Salvaron a mi sirviente cuando estaba en problemas, de modo que les pagaré olvidando cualquier querella entre nosotros. Además, la energía mágica de este lugar ha sido completamente absorbida y es sólo cuestión de tiempo para que la Supresión desaparezca. -

Luego de eso, Bryan cerró los ojos y comenzó a meditar. Lentamente alimentó al Infante Sanguinario con la energía de su cuerpo, para fortalecer la Esencia Mágica, pero también estimulaba su Fuerza Mental, midiendo cuidadosamente el enfrentamiento entre ambos poderes, asegurándose de que ninguno de ellos fuese mucho más fuerte que el otro.

Mientras tanto el Dragón Dorado y el Cíclope tenían miedo de creer en las alentadoras palabras de Bryan. Pero en ese momento un único rayo de sol atravesó el manto de nubes negras. Poco después más luces del amanecer fueron triunfando sobre la oscuridad e iluminaron ese lugar que durante tantos siglos había estado en completa penumbra.

- ¡El Sol! ¡Es la luz del Sol! - Exclamó el Cíclope emocionado.

- ¡Vamos a vivir! ¡A sobrevivir! - Grito el Dragón Dorado cerrando los ojos y disfrutando el toque de la luz sobre su cuerpo cubierto de escamas.

El viento fresco del amanecer junto con los sonidos del Bosque Oscuro abrumó a ambos al principio, pero después sus corazones se llenaron de alegría. Tal y como dijo Bryan, la Supresión desapareció y todos sintieron que sus poderes mágicos regresaban. Entonces se dejaron caer aliviados, rindiéndose al cansancio y permitiendo que sus respectivos poderes regenerativos se encargasen de curarlos.

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y hoy es miércoles 18 de mayo del 2022 y resulta que hay videos sobre el fraude electoral en mi país, algo del todo innecesario porque todos vimos el fraude en vivo y en directo, en la televisión, cuando el crápula de Salas Arenas se negó a cotejar acta tras acta.

Este capítulo fue completamente cambiado, porque en el original era uno de los más cortos, donde lo único que sucedía era que Bryan se transformaba en su modo berserker regular y casi ahoga a Gilberto hasta que consigue recuperar la conciencia.

Yo aproveché este capítulo para crear más contexto acerca de la corrupción que genera la Esencia Mágica y el peligro de las elecciones personales.

Para escribirlo me inspiré en sagas como el Ángel de la Noche de Brent Weeks o la película V de Venganza para algunos diálogos, así como ciertas descripciones de peleas en el Señor de los Anillos y por supuesto el Anime.

Para hablar de corrupción espiritual tenía que usar un poco de… bueno, espiritualidad. Y podría haber usado la oriental, pero no creí que quedase bien. Así que abrí mi libro de Teología Católica, en la sección de principiantes, y básicamente describí al Ser Humano desde ese punto de vista.

Según el cristianismo, originalmente el ser humano era inmortal y completo, de tal modo que el espíritu ejercía un perfecto control sobre el cuerpo. Pero el Pecado Original creó una Fractura en el Alma, el nexo entre carne y espíritu, dividiéndola en: Alma Espiritual y Alma Sensitiva. Es por eso que, por más que uno quiera vivir de acuerdo a lo que su conciencia dicta que es bueno, no puede controlar muchos aspectos de su vida y termina fallando.

Este es el caso de los sentimientos. ¿Por qué a veces no podemos controlar lo que sentimos? O los traumas. ¿Por qué no podemos elegir qué recordar y qué olvidar? La respuesta religiosa es la Herida del Alma Humana. Memoria y Sentimientos son parte del Alma Sensitiva, mientras que la Voluntad y el Entendimiento son parte del Alma Espiritual.

Hasta este punto todos teólogos cristianos están de acuerdo. El problema viene cuando nos preguntamos qué hacer al respecto. Los Cristianos Católicos y los Ortodoxos creemos que es posible reparar esta herida mediante el amor y las buenas acciones, con ayuda de la Fe y por medio de la Gracia Divina. Mientras que los Cristianos Protestantes creen que es imposible para el humano reparar la herida del alma y es Cristo quien tiene que arreglarla únicamente por medio de la Fe (Sola Fide).

¿Quién tiene la razón? Bueno, yo creo que los católicos. Pero la discusión lleva más de 700 años y definitivamente no es sencilla de entender. Sin embargo, esa es la única “causa teológica” de la división entre los cristianos. Todo lo demás es cuestión política o cultural, según tengo entendido hasta el momento.

Por cierto, no incluyo en esto a ninguna de las sectas que se dicen cristianas, pero que no lo son. Por ejemplo, sé que hay grupos por ahí que dicen creer en Cristo, pero afirman que viene del espacio exterior u otra dimensión… Eso ya es un culto y no tiene nada de teología.

Pero volviendo al punto. En este capítulo decidí tomar la estructura del alma según el cristianismo porque lo conozco y puedo explicarlo mejor. Imagínense si hubiese intentado explicar sobre los 40 Chakras o algo así ¿Cuán largo sería el capítulo? ¡Cuántos errores habría cometido!

Por supuesto que lo que escribí no es más que un parafraseo y hay mucho de fantasía. Por ejemplo, en el mundo real no existe la posibilidad de compensar un mal con otro mal espiritualmente hablando.  Pero algunas cosas si son verídicas, como la afirmación de que todas las ambiciones de poder son en realidad una forma de compensar el miedo a perder algo. Uno no necesita leer teología para saber esto, basta con ojear cualquier manual de psicología.

El niño misterioso aparece en la Antecámara del Misterio, que básicamente es una referencia a las entradas al Cielo o el Infierno, aunque sin llegar a mencionarlos. Esto es porque… bueno, queda genial. Pero también para dejar claro que el niño es mucho más poderoso de lo que uno podría creer, sin llegar a ser todopoderoso. ¿Es alguna clase de ángel? ¿Un dios menor o uno mayor? ¿Una entidad completamente desconocida? ¿Bryan del futuro? ¿Chu Can Lan disfrazado? El misterio sigue y seguirá por mucho tiempo.

Como ya mencioné el Tema Central era la importancia de las Elecciones y el poco control que tenemos sobre las consecuencias. Esto era sentido común para las generaciones pasadas, pero se ha ido perdiendo la noción en los últimos tiempos, aunque creo que el COVID ha servido para recordarnos cuan frágiles son en realidad los planes a futuro que hagamos. Pero es un tema que me fascina bastante y me encanta leer en la literatura clásica, sobre todo en las tragedias griegas.

Sin embargo ¿por qué lo puse aquí? Bueno, el motivo es Mass Effect.

Ya sea que les guste o no el videojuego, lo cierto es que Mass Effect es la joyita de Bioware y hace poco estaba viendo a un Youtuber quejarse por enésima vez sobre Mass Effect Andrómeda, un fracaso de la franquicia sobre el que han corrido ríos de tinta y sangre de jugadores.

Normalmente lo habría ignorado por completo, pero el youtuber mencionó que el nombre Mass Effect es una referencia a una característica central del videojuego: Las decisiones.

Si bien el juego es un RPG de exploración que tiene combates, lo más importante son las elecciones que uno toma a lo largo cada entrega, las cuales pueden tener un “efecto masivo” en la trama. Y según el youtuber, Mass Effect Andrómeda fue un fracaso no tanto por los desperfectos o la historia genérica, sino porque las decisiones que tomaba el protagonista realmente no importaban, porque el resultado era finalmente el mismo.

Eso me puso a pensar en las historias chinas de fantasía como esta. El problema principal que tienen es que, sin importar la historia, al final ninguna de las decisiones del protagonista importa, porque saldrá bien parado y admirado por todos. No hay realmente una lucha. De hecho, yo he tenido que hacer a Bryan perder varias veces para hacer la narrativa más realista. Fue necesario inventarme peleas de otros personajes para que no estuviese todo tan centralizado en Bryan y evitar esa sensación de “no importa lo que suceda, al final se sale con la suya sin mucho esfuerzo”.

En este capítulo quise mostrar a un Bryan que metió la pata por completo, pero no por inepto, sino porque estaba completamente enfocado en conseguir algo rápido y no se dio cuenta de que estaba obviando una serie de consecuencias mucho más grandes, un error que cualquiera de nosotros podríamos cometer. Piensen en un padre que se olvida de los cumpleaños de su hijo porque está concentrado en obtener dinero para alimentar a ese hijo durante ese mes, pero no mide que, 20 años después, el trauma resultante le provocará muchos más sufrimientos a su hijo a largo plazo.

En este caso usé una pisca de teología cristiana mezclada con fantasía para crear un escenario similar: Bryan estaba tan concentrado en el aspecto físico de su magia que ignoró por completo el aspecto espiritual, un tema que ya hemos visto en series de tipo oriental como Avatar The Last Airbender. Su error desató una serie de consecuencias mucho peores de lo que podría haber imaginado y sólo una intervención externa, el niño y su corte, cuyos motivos no conocemos, pudo salvarlo. Pero esto sucedió únicamente porque Bryan encontró un valor nuevo que no sabía que tenía: La importancia de la dignidad.  

Gilberto en este caso es el espejo del protagonista y la parte más importante de la trama. En el original también es leal, pero esto no queda tan explícito. Yo le di más drama, casi al nivel de Caballeros del Zodíaco, para reforzar el mensaje: “Hasta las peores personas pueden poseer o aprender valores mucho mayores a los que uno espera”. Bryan ve la lealtad de Gilberto y se implica que al hacerlo también decide leal. Tal vez pensó algo como: “Si ese pervertido puede mostrar lealtad ¿yo me voy a comportar como un traidor?

Disculpen lo largo del comentario, pero intenté hacer muchas cosas y además conseguí que el capítulo fuese casi 4 veces más largo, así que creo que no está tan mal. Espero sinceramente que les haya gustado.

Pero, como diría Luis Dewit, déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Fue demasiado complejo o estuvo bien? ¿Te gustó el papel del misterioso niño en esta ocasión? ¿Qué te pareció la pelea que ocurría de fondo, entre el Gigante, el Dragón Dorado y Bryan? ¿Te gustaron las referencias? ¿Hay algo que no te haya gustado o quisieras que se cambie?

Y como siempre por favor recuerda que puedes ayudarme haciendo donaciones a mi cuenta Patreon (que la inflación ya está comenzando en Perú), señalando cualquier error de ortografía que se me haya podido pasar y compartiendo este trabajo con todos los que puedas para hacerlo más conocido.

Nos vemos en el siguiente capítulo.