112 Matando a la Gorgona

Los ojos de la Gorgona resplandecían sedientos de sangre mientras emergía del pantano. Las serpientes sobre su cabeza se agitaban salvajemente exhibiendo sus colmillos venenosos, como si estuviesen deseando morder a cualquier cosa que se les acercase. Toda ella parecía poseída por una fría y cruel determinación que precedía al asesinato.


Al verla, incluso Bryan sintió que el miedo luchaba por arrastrarse hasta su corazón, pero se forzó a sí mismo a moverse y levantó rápidamente a la pequeña Elfa para llevarla corriendo hacia el claro mientras gritaba alarmado: - ¡Viene hacia aquí! ¡Prepárense!


Para entonces los aventureros ya se habían sacado la cera de los oídos y entendieron lo que ocurría, así que se colocaron rápidamente en sus posiciones. Luego comenzaron a comprobar el estado de sus armaduras, tomaron pociones mágicas para recuperar el vigor e incluso limpiaron el filo de sus armas. 


Por su parte, la pequeña elfa se había quedado inconsciente cuando el hechizo de la Gorgona dejó de hacerle efecto, pero los gritos de Bryan y el movimiento frenético que sentía cuando la llevaban corriendo, acabaron despertándola. Naturalmente se asustó y comenzó a luchar furiosamente con sus pequeños puños para liberarse, mientras gritaba alarmada: - ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Hombre malo! ¡Auxilio! ¡Un hombre muy malo! -


Bryan miró a la muchacha, pero en ese momento no tenía la paciencia para explicarle las cosas y el tiempo apremiaba. La Gorgona llegaría en pocos minutos si mantenía su velocidad, así que simplemente siguió corriendo e ignoró los gritos de la pequeña.


En pocos segundos llegó detrás de una gran piedra colocada especialmente para que les sirviera de cobertura. Eran cuatro en total y detrás de cada una habían escondido un saco de cuero que contenía objetos especiales. Bryan se detuvo y dejó caer a la muchacha, que chilló por la sorpresa, luego se agachó mientras preparaba el Desgarrador Sombrío y cerró los ojos para vigilar los movimientos de la Gorgona.


- ¿Qu... ¿Qué vas a hacerme? ¡No! ¡Nooo! - Al ver aparecer una ominosa espada en las manos del desconocido que la había “secuestrado”, la niña debió pensar que quería asesinarla y dio dos pasitos hacia atrás con una expresión de pánico. De pronto hizo aparecer un pequeño báculo mágico con el que rápidamente conjuró una cuchilla de viento y la envió volando directamente hacia la cabeza de Bryan.


- ¿Ah?... ¡Carajo! ¡¿Por qué me atacas mocosa?! - Bryan esquivó instintivamente y gritó con furia, mientras le quitaba el báculo mágico con un rápido movimiento. Luego sujetó a la niña por el cuello del vestido, levantándola del suelo como a un pequeño gatito hasta que estuvo a la altura de sus ojos.


- ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¿Qué me vas a hacer ahora? ¡Eres un hombre muy malo! - Dijo la niña con una expresión enojada, aunque adorable. Parecía bastante molesta con Bryan y en su rostro combatían expresiones de miedo e ira.


Para entonces la Gorgona ya estaba reptando entre la alta hierba, acercándose rápidamente. No faltaba mucho para llegase al claro y aunque Bryan quería darle un sermón a la niña, ya no les quedaba tiempo. Así que soltó un gruñido exasperado, pero no dijo nada y se la llevó hasta el árbol grande donde Nía estaba posicionada junto a los dos magos. 


Una vez ahí soltó a la niña despistada y le hizo señales a la Arquera Elfa para que bajase por unos momentos. Después señaló a la pequeña con un dedo y dijo lacónicamente: - Explícale rápido, ya está cerca. -


Se retiró inmediatamente después de esto y regresó a su posición. Trunks estaba a unos cuatro metros de distancia, oculto tras otra gran roca. En ese momento estaba mezclando una serie de polvos mágicos que tenía que preparar casi al momento para aumentar su efectividad.


Bryan miró a los Guerreros y ellos entendieron que era el momento de que desapareciesen, así que se alejaron en direcciones diferentes con el objetivo de darle un rodeo completo al campo de batalla. El plan que habían diseñado era atraer a la Gorgona para que se adentrase lo más posible en el claro. Para eso, tenían que tener paciencia y, sobre todo, no dejar que los descubriesen antes de tiempo. Por eso era mejor que ellos se alejasen cuanto antes. Ninguno objetó la decisión, pues entendían que solo Bryan y Trunks eran lo bastante fuertes como para sobrevivir a un enfrentamiento directo con semejante criatura. En cambio, Eneas y Bardo no tenían suficientes habilidades, pero si podían ayudar a cortarle la retirada si era necesario.


****

Finalmente, la Gorgona se abrió paso entre la alta hierba para mirar hacia el claro, pero aún mantuvo oculto gran parte de su cuerpo, enroscándolo entre las raíces y troncos de los árboles que tenía tras de sí. Ahora que llegaba a un espacio donde podía quedar expuesta se había vuelto cautelosa de forma instintiva, incluso a pesar de su hambre. Luego de unos momentos extendió ambas manos armadas con garras afiladas para apartar la maleza frente a ella, con unos movimientos inesperadamente sutiles. Entonces se puso a observar cuidadosamente cada detalle del claro, y de vez en cuando olfateaba el aire de un modo profundo, provocando un sonido que parecía provenir de otro mundo. Poco después, sus labios mostraron una sonrisa.

 

“Ya olfateó la sangre de los cadáveres que dejamos dentro de las trampas.” Pensó Bryan. “Ahora solo tiene que avanzar hasta el centro del claro y la tendremos.”

 

Trunks les había explicado que la peor parte de enfrentarse a una Gorgona era lidiar con su percepción, porque cada una de las serpientes que conformaban su monstruosa cabellera estaban conectadas a su mente y le mostraban todo lo que veían. Era como si tuviese varias decenas de ojos adicionales.

 

Por eso era tan importante rodearla primero y lanzar un ataque conjunto que no tuviese forma de esquivar por completo. Tenían que herirla de muerte en el menor tiempo posible, ya que prolongar la lucha era demasiado arriesgado; pues incluso si nadie resultaba herido, la Gorgona podía escapar al pantano y entonces todo acabaría, porque no volvería a cazar en el mismo sitio.

 

Hasta el momento todo parecía ir bien. La Gorgona comenzó a salivar por el olor de la carne fresca y luego de vacilar un momento decidió entrar en el claro, pero entonces…

 

- ¡Ah! -

 

Naturalmente era la pequeña elfa. Se había asustado al ver de repente a un monstruo tan horripilante y no pudo evitar soltar un jadeo, incluso cuando Nía la estaba vigilando. Fue apenas un murmullo, más bajo que el canto de un pajarito, pero Bryan pudo escucharlo con sus sentidos amplificados… y también la Gorgona.

 

De inmediato el monstruo se detuvo y en menos de un segundo retrocedió la mitad de la distancia que acababa de avanzar. Después se quedó quieta, observando los alrededores como si sospechase de la emboscada. Nía tapó la boca de la pequeña para que no hiciese más sonidos, pero el daño estaba hecho. La Gorgona entornó los ojos con desconfianza por unos momentos más, hasta que finalmente dio media vuelta para regresar a su guarida.

 

“¡Que suerte de mierda!Pensó Bryan con rabia, pero luego suspiró con resignación. “Bueno pues, supongo que es hora de improvisar.

 

Bryan se levantó y salió tranquilamente de su escondite, sin tomar ninguna precaución o intentar reducir el sonido de sus pasos. Naturalmente la Gorgona lo escuchó de inmediato y se dio la vuelta con esa velocidad aterradora propia de las serpientes. Trunks le lanzó una mirada de advertencia, como queriendo decirle ‘¡qué estás haciendo!’, pero Bryan le hizo una señal disimulada con los dedos para que siguiera oculto y cerró los ojos con fuerza. No temía demasiado a la oscuridad, porque con sus Espectros Originales aún podía ver claramente lo que ocurría a su alrededor.

 

Su pensamiento era simple: todos los seres inteligentes tienen más miedo a un enemigo desconocido que a uno claramente visible, por más terrible que este sea. La Gorgona estaba retrocediendo porque no estaba segura de quién había hecho el sonido, pero si él se mostraba y le presentaba un objetivo evidente, tal vez se animaría a convertirlo en su presa.

 

Y funcionó de maravilla. La Gorgona se le quedó mirando sin hacer ruido durante unos momentos, esperando prudentemente para asegurarse de que realmente estuviese solo. Luego sonrió y comenzó a reptar lentamente hacia Bryan e incluso dejó escapar algo de saliva cuando su lengua bífida se asomó un momento por detrás de sus colmillos.

 

En ese momento Bryan necesitó de todo su autocontrol. Tenía que parecer una presa fácil y suprimir cualquier forma de intensión asesina o la Gorgona podría volver a retirarse. Al mismo tiempo comenzó a retroceder lentamente para atraerla hacia el sitio designado.

 

La Gorgona serpenteaba hacia él con movimientos fluidos y precisos, sus manos armadas con garras estaban extendidas ligeramente hacia los costados como si quisiera darle un abrazo. Pero Bryan no aceleró sus pasos y siguió retrocediendo de un modo constante; esto pareció molestar un poco al monstruo, que se alzó igual que una serpiente dispuesta a atacar, aunque en vez de avanzar dejó que un resplandor ominoso emanase de sus ojos.

 

Pero la maldición no tenía poder sobre alguien que mantuviese los párpados cerrados y la Gorgona se dio cuenta de que esta extraña presa no parecía dispuesta devolverle la mirada. Entonces se alzó aún más, hasta que su cabeza estuvo a medio metro por encima de Bryan y abrió la boca.

 

- ¡Miiiirameeeee! -

 

No era el mismo poder hipnótico que había empleado para atraer criaturas a su guarida. Ni siquiera se trataba de palabras reales. Lo que ocurría era que su cerebro interpretaba claramente la voluntad de la bestia hasta el punto en que podía traducir lo que ella quería. Su voz se había trasformado en una orden clara, cargada de un poder inmenso que penetró en la mente de Bryan, forzándolo a obedecer a pesar de saber lo que ocurriría si la miraba. En respuesta, su Esencia Mágica comenzó a circular furiosamente por su cerebro, tratando de rechazar este nuevo tipo de intrusión.

 

- ¡Quiiieeeero que me veeeaassssss! -

 

La compulsión ya era tan fuerte que Bryan tuvo que detenerte, luego se mordió los labios hasta sangrar y apeló a cada fragmento de su voluntad para no abrir los ojos. A través de sus Espectros Originales podía ver como la Gorgona avanzaba lentamente hacia él, con las garras preparadas.

 

- ¡Soyyyy heeeermosa! ¡Quieeero que me veeeas! ¡Yyy quieeero veeerte también! -

 

Una voz dentro de su mente comenzó a gritarle que tenía que mirarla. Él mismo quería verla, pero sabía que hacerlo sería su fin. Una sola mirada era la diferencia entre la vida y la muerte para Bryan y quizá el resto de sus compañeros. Su cuerpo comenzó a temblar por la presión que sentía, por el poder que lo estaba atrapando, pero logró obligarse a retroceder un par de pasos.

 

- ¡Cooonfía en miii! ¡Miiirame a los ooojos! ¡Hay un muuundo en mis ojos! -

 

La Gorgona parecía un poco frustrada por la inesperada resistencia de su presa, pero no se desanimó y siguió hechizándolo. Sin embargo, esta vez ser excesivamente prudente fue contraproducente para el monstruo, pues si hubiese atacado a Bryan en el instante que su voz lo paralizó, lo habría matado de inmediato con sus garras y colmillos cubiertos de veneno. En cambio, el monstruo prefirió tomarse su tiempo, esto permitió que la Esencia Mágica pudiera volver a imponerse.


Bryan recuperó el control de su propio cuerpo y volvió a retroceder, aunque con mucha dificultad. La Gorgona entornó la mirada, pero no dejó de seguirlo hasta que finalmente llegaron al centro del claro, el lugar donde tenía que realizarse la emboscada. 

El problema ahora radicaba en que la Gorgona tenía que estar sola cuando comenzaran el ataque, pero Bryan estaba parado muy cerca de ella y en un estado parcialmente inmovilizado. Ni la Arquera Nía ni los Magos se atrevían a intentar hacer algo por miedo a herirlo.

En ese momento la Gorgona resopló enojada y abrió la boca.


- ¡MI… RA… ME! -


Fue la compulsión más terrible que el monstruo había empleado hasta el momento. Ese último ‘¡Mírame!’ fue tan poderoso que Bryan volvió a verse obligado a detenerse y esta vez sintió que sus pies estaban encadenados al suelo. Tuvo que llevarse una mano a los ojos porque ya no podía evitar que sus párpados se abrieran. Sentía que cada hueso de su cuerpo le dolía por el impulsó de mirar, hasta el punto que morir parecía ser algo placentero.


Cuando logró recuperar un poco de su conciencia, comprobó con horror que la Gorgona estaba aprovechando para moverse a su alrededor. Su cuerpo de serpiente era tan grande y largo, que podía envolverlo completamente, incluso dejando medio metro de distancia.

El monstruo estaba planeando atraparlo con un abrazo constrictor, que lo dejaría indefenso. Bryan trató desesperadamente de reaccionar, pero apenas podía mantener oculta la mirada y menos aún hacer algo para moverse. Pensó en pedirle a sus Espectros Originales que atacaran, pero eran demasiado débiles para afectar a una criatura tan poderosa. No le quedó más que ver impotente como la Gorgona comenzaba a cerrar el círculo a su alrededor de forma lenta pero inexorable.


Después de rodear el cuerpo de Bryan dos veces, la Gorgona comenzó a estrechar el cerco. Al mismo tiempo la parte superior de su cuerpo con forma humana se le acercó, hasta quedar en frente de él, mirándolo directamente con los terribles ojos resplandecientes.  Finalmente comenzó a llevar lentamente sus manos armadas con garras venenosas hacia el cuello de Bryan, mientras su boca entreabierta dejaba escapar algunas gotas de saliva y revelaba la doble hilera de dientes afilados.


La desesperación, el miedo y la adrenalina ayudaron a que la Esencia Mágica volviera a sobreponerse, permitiéndole a Bryan recuperar el control de su cuerpo. La Gorgona notó este cambio y abrió las mandíbulas para darle una mordida letal en pleno rostro, mientras que al mismo tiempo intentaba desgarrarle el cuello con sus garras.


Justo antes de que el ataque fatal ocurriese, ya fuese por una reacción natural o una simple coincidencia, ocurrió que todas las serpientes que conformaban la cabellera de la Gorgona se alzaron enojadas y por un instante se fijaron únicamente en Bryan como si también fuesen a morderlo. Fue sólo un instante…. Pero Trunks no necesitaba más.


Rápidamente arrojó un huevo directamente a la cabeza del monstruo. En realidad, se trataba de un cascarón vacío, al que Trunks le había hecho un pequeño hueco para dejar salir todo su contenido. Luego, con una paciencia infinita y mucho cuidado, había estado introduciendo un conjunto de polvos mágicos en su interior. El plan original era arrojárselo a la Gorgona después de que los magos hubiesen atacado por sorpresa, pero una mejor oportunidad se había presentado inesperadamente gracias a que Bryan decidió hacer de señuelo.


El huevo se estrelló contra la nuca de la Gorgona e inmediatamente se quebró liberando la mezcla bajo la forma de un pequeño cúmulo de polvo color amarillo intenso que se extendió rápidamente alrededor de la cabeza del monstruo.


La mezcla estaba diseñada para irritar los ojos, secándolos y haciéndolos arder intensamente. También poseía propiedades mágicas que lo hacían adherirse fuertemente. Incluso un mago sanador tendría que esforzarse a la hora de tratar con este polvo a no ser que conociese la fórmula específica de la poción que podía limpiarlo. Para empeorar la situación de la víctima, Trunks había molido cuidadosamente el vidrio de una botella rota y lo agregó a último momento para hacerla aún más dañina.


El chillido adolorido de la Gorgona fue atronador, hasta el punto en que todo el grupo tuvo que taparse los oídos por un momento para evitar que sus tímpanos se rompiesen. Si la Gorgona se hubiese desarrollado por completo, podría emplear artes mágicas para defenderse de este tipo de ataques. De hecho, ni siquiera necesitaría hacer eso, porque su especie tenía la capacidad de ver su propio Destino, lo cual significaba que podían predecir el futuro hasta el cierto punto y sorprenderla sería casi imposible.


Pero esta joven Gorgona no tuvo forma de defenderse. Los ojos de todas las serpientes en su caballera se tornaron de color blanco por la irritación, quedando completamente cegados. En cambio, el par que portaban su terrible maldición eran demasiado poderosos para ser destruidos de este modo, pero no se libraron del dolor. En su desesperación, la Gorgona se llevó las manos al rostro de forma instintiva, pero sus garras únicamente empeoraron su ya precaria situación.


- ¡Ahora, sal de ahí! - Gritó Trunks.


Bryan no necesitaba que se lo dijeran. En cuanto vio lo que ocurría a través de sus Espectros Originales, dio un fuerte pisotón en el suelo que lo elevó unos tres metros en el aire, junto con un giro acrobático hacia atrás, suficiente para escapar del cerco de la Gorgona que no le prestaba atención en medio de su dolor. Pero aún estaba en peligro, porque en su frenesí, el monstruo comenzó a dar golpes con su cola a diestra y siniestra, con tanta fuerza como para dejar profundos surcos en el terreno y levantando nubes de polvo.


Bryan corrió esquivando a toda velocidad. No detuvo hasta que estuvo resguardado tras la roca que empleaba como cobertura y entonces gritó:

 

- ¡Afrodita! ¡Bardo! -


Un torrente de agua se materializó en el aire repentinamente y comenzó a girar sobre sí mismo, convirtiéndose en un extraño vórtice. De su interior emergió una Serpiente de Agua, mucho más grande y agresiva que todas las anteriores. La Criatura Elemental no atacó inmediatamente, sino que se quedó quieta, absorbiendo gran parte de la humedad a su alrededor, para volverse más poderosa.


Al mismo tiempo Bardo elevó una de sus manos e hizo aparecer dieciséis esferas relampagueantes del tamaño aproximado de una calabaza, que comenzaron a girar alrededor de su cuerpo formando elegantes circunferencias. El mago señaló hacia la Gorgona y las esferas fueron volando rápidamente hacia ella, descargando pequeños pero poderosos relámpagos sobre su cuerpo de forma constante, mientras se mantenían levitando por encima de su cabeza.


En su furia, la Gorgona dejó de lado toda precaución. Aún ciega se alzó cuan larga era y comenzó a golpear el aire frenéticamente con sus garras en un intento fútil por destruir las esferas de relámpagos, pero todas estaban siendo controladas por la voluntad de Bardo, que las mantenía a una distancia prudencial. El monstruo soltó un rugido y sacudió su cola violentamente para intentar llegar a donde sus garras no podían. Casi tuvo éxito con ese intento, pero para entonces la Serpiente de Afrodita había terminado de acumular poder y se abalanzó violentamente contra la Gorgona que ahora estaba distraída.


El impacto de la enorme masa de agua fue estruendoso. A pesar de su fuerza, la Gorgona no pudo soportarlo y terminó impactada contra el suelo, donde quedó parcialmente enterrada. La Serpiente de Agua no se detuvo ahí, sino que continuó cayendo sobre la Gorgona una y otra vez, hasta que finalmente se desvaneció con un fuerte estallido. Pero cuando parecía que el conjuro se había terminado, las aguas dispersas volvieron a juntarse y reformaron rápidamente al Elemental de Agua. 

Sin embargo, en lugar de continuar atacando a la Gorgona, que todavía no encontraba fuerzas para levantarse, la Serpiente de Agua se elevó en el aire y abrió su boca para devorar rápidamente a los orbes relampagueantes.


En un ejemplo magistral de coalescencia mágica, Bardo y Afrodita habían fusionado el rayo con el agua en el cuerpo de la Serpiente, que ahora resplandecía de forma intermitente. Entonces volvió a abrir sus fauces y se precipitó sobre la Gorgona.


El monstruo soltó un horrible chillido cuando su cuerpo fue golpeado y electrocutado al mismo tiempo, las venas bajo su piel resplandecieron por unos segundos, pues la sangre en su interior entró en un breve estado de ebullición. Ese terrible ataque fue el último que la Serpiente de Agua realizó antes de desvanecerse casi inmediatamente después, pero los resultados eran evidentes. El cuerpo de la Gorgona terminó plagado de llagas dolorosas, sus músculos sufrían pequeños espasmos y el olor a carne quemada impregnaba el aire.


Bardo y Afrodita soltaron un suspiro de agotamiento. Habían empleado casi toda su Fuerza Mental para realizar esta magia, de modo que ahora tenían problemas para mantenerse consientes. Ya no podrían intervenir en la lucha.


De pronto la Gorgona abrió los ojos y se levantó. Aunque por fuera se veía bastante lastimada, todavía no había sufrido un daño severo, porque el poder ancestral que poseía su especie podía protegerla de la magia hasta cierto punto, incluso si aún era muy joven. Las llagas que inicialmente parecían estar en carne viva comenzaron a cicatrizar casi de inmediato, con una velocidad verdaderamente aterradora que superaba la simple sanación para entrar al reino de la regeneración. Quizá el día de mañana a la misma hora, la Gorgona ya estaría totalmente recuperada.


Pero Bryan no tenía intención de permitirle sanar y corrió hacia ella con el Desgarrador Sombrío firmemente aferrado. Al mismo tiempo, Trunks extrajo una pequeña botella de su abrigo que contenía una sustancia extraña, similar a una nube completamente negra que giraba sobre sí misma. Se trataba de Polvo de Oscuridad, un compuesto alquímico que podía desatar una neblina gruesa durante diez minutos e impedía la visión en un radio bastante amplio, siempre y cuando no hubiese una interferencia externa.


La Gorgona era una criatura ancestral y el epicentro de su poder eran sus Ojos Petrificadores, así que esos serían los primeros en regenerarse. Trunks lo sabía y estaba preparado para ello; él hubiera preferido arrojarle otra ronda de mezcla irritante, pero los materiales eran bastante raros como para tenerlos en cantidad y otros compuestos similares no la afectarían demasiado. Sabiendo que sólo podría arrojarlo una vez, prefirió aprovecharlo para favorecer el ataque de los magos con el fin de forzarla a pelear en un estado debilitado.


Trunks sacó el corcho de la botella y la agitó una sola vez. El contenido se esparció inmediatamente a una velocidad pasmosa, rodeando completamente a la Gorgona. Inmediatamente después, el Cazador de Monstruos extrajo una venda para sus ojos hecha con un trozo sólido de cuero, luego desenvainó la espada que le habían prestado y se adentró en la oscuridad. 

****

Bryan notó la extraña neblina que repentinamente había aparecido, pero conocía el plan de Trunks, así que no detuvo sus pasos. Mientras corría, extrajo un pedazo de tela largo para cubrirse los ojos como precaución, por si los abría accidentalmente en medio del combate.


Avanzó sin vacilar, directamente hacia el monstruo que continuaba retorciéndose de dolor. Para él la oscuridad de la niebla negra no representaba ningún tipo de obstáculo, pues esta pequeña mezcla alquímica no podía bloquear en lo más mínimo a la vista sobrenatural de sus Espectros Originales.


Bryan cargó rápidamente contra la Gorgona e intentó descargar una estocada en su cuello, pero apenas se encontraba a unos pasos cuando la bestia mostró una reacción, como si lo hubiese visto venir. Esto provocó que dudase y dio un salto hacia atrás, lo que terminó siendo un movimiento acertado, pues unos segundos después la cola de la Gorgona se contrajo para descargar un furioso barrido en su dirección, fallando en darle por apenas unos centímetros.


Pero antes de que Bryan pudiese preguntarse cómo había hecho la bestia para verlo, la Gorgona se alzó de repente y serpenteó en su dirección con los brazos extendidos.


¡Mierda! ¡qué rápida!” Gritó Bryan en su mente, pues la pasmosa velocidad con la que se desplazaba lo había sorprendido. Rápidamente dio un pequeño giro para esquivar, pero el cuerpo de la Gorgona podía virar mucho más rápido que él y lo persiguió de inmediato.


Desesperado, Bryan tuvo que arrojarse al suelo para refugiarse detrás de la enorme roca que anteriormente habían traído para usar de cobertura. La Gorgona descargó un zarpazo rápido y sus garras, más duras que el acero, destruyeron parte de la piedra con absurda facilidad. La fuerza detrás de ese golpe era tal que incluso los duros huesos de Bryan, reforzados por su magia demoníaca, se romperían de inmediato.


Por suerte para él, la Gorgona se quedó completamente quieta después de ese único golpe a pesar de que Bryan se encontraba a medio metro de distancia. Entonces él supo que la bestia no podía verlo, sino que había estado escuchando el ruido de sus pasos.


Quizá pueda manejarla si soy más sigiloso…” Comenzó a pensar, pero antes de que pudiese terminar de formular su idea, la Gorgona aspiró con fuerza un par de veces y luego se volvió lentamente en su dirección, mientras volvía a extender sus garras.


¡Me está olfateando!


Bryan dio un salto para evadir a la Gorgona que lo atacaba con la velocidad de una mantis religiosa. No habría podido lograrlo sin la ayuda de los Espectros Originales, que le mostraban todo lo que ocurría desde una posición elevada, incluido el terreno que tenía a su espalda. Pero la Gorgona continuaba serpenteando hacia él, sin darle ningún margen de maniobra.


Fue entonces cuando Trunks intervino. Llegó balanceando su espada de lado a lado mientras que corría con la velocidad de una gacela y descargó un corte directo hacia el cuello del monstruo. La Gorgona lo escuchó venir e inmediatamente se hizo a un lado; al mismo tiempo contraatacó sacudiendo su cola para realizar un terrible golpe vertical.


Pero el movimiento la dejó expuesta y Bryan saltó hacia ella con el Desgarrador Sombrío preparado. La Esencia Mágica reforzó el poder su golpe cuando acuchilló la espalda de la Gorgona, aunque el monstruo volvió a reaccionar inmediatamente e interrumpió el ataque que estaba arrojando sobre Trunks para contorsionar el cuerpo sobre sí misma, protegiendo su espalda con las escamas de su cuerpo de sierpe.


Se escuchó un impacto atronador y el raspante sonido del metal contra las escamas, pero el Desgarrador Sombrío no pudo abrirse paso en el cuerpo de la Gorgona. Bryan mantuvo la calma mientras daba un salto prudente hacia atrás para evitar el contrataque del monstruo, pero este no llegó a producirse porque Trunks inmediatamente arrojó una estocada.


La Gorgona podía olfatearlos y oírlos, pero tenía muchos problemas para contrarrestar el ataque conjunto de dos enemigos cuando no podía verlos. Bryan y Trunks se coordinaron para atacar un después del otro, confundiendo y cansando a la bestia.


De este modo trascurrieron seis minutos de batalla. Con el tiempo Bryan comprendió que las escamas eran demasiado difíciles de atravesar con su fuerza actual, de modo que se concentró en intentar cercenar el cuello o cortar el vientre de la Gorgona, los únicos puntos que no estaban completamente protegidos. En cualquier momento la bestia cometería un error que ellos aprovecharían para darle el golpe mortal.


Pero en ese momento el destino decidió jugar en su contra, porque un viento inesperado y completamente infrecuente en los territorios próximos al pantano comenzó a soplar desde el norte en aquel lugar donde normalmente imperaba el silencio. No duró mucho tiempo antes de desvanecerse, pero fue suficiente para debilitar la nube negra que ya de por sí estaba cerca de su límite. La magia se desvaneció y la luz volvió a iluminar el claro, despojándolos de su mejor ventaja.


Herida e iracunda, la Gorgona realizó un barrido con su cola, forzándolos a retirarse, luego abrió las fauces para soltar un chillido atronador que paralizó a ambos durante unos segundos, apenas un suspiro, pero que podía resultar mortal.

La Gorgona se abalanzó contra Bryan con las garras extendidas y los ojos resplandecientes fijos su rostro. Podría haberlo matado si Nía no hubiese estado atenta; porque en cuanto vio que la nube negra se desvanecía, la Arquera Elfa había bajado del árbol donde se ocultaba para correr alrededor del campo de batalla hasta quedar a espaldas de Bryan con la intensión de cubrirlo. Y al ver que el monstruo estaba por matarlo, decidió arriesgarse y tensó el arco donde ya tenía una flecha preparada. Luego disparó directamente hacia la boca abierta del Monstruo.


La Gorgona estaba tan concentrada en Bryan, que volvió a cometer el mismo error. No vio venir el dardo a tiempo y chilló con dolor cuando la punta metálica se le clavó en el interior de la garganta. Con un rápido manotazo rompió el astil que sobresalía de entre sus labios, mientras una sangre de color rojo resplandeciente se derramaba por la comisura de su boca. Pero era un monstruo demasiado fuerte y su regeneración actuaba con más fuerza en el interior de su cuerpo, de modo que la herida no podía matarla; aun así, el dolor era suficiente para que se volviera frenética.


Bryan aprovechó la ocasión para intentar un corte rápido hacia la garganta de la Gorgona, pero esta consiguió volver en sí a tiempo y retrocedió rápidamente. Luego intentó volver a contorsionar el cuerpo de sierpe a su alrededor… solamente para encontrarse con la espada de Trunks.


El Cazador de Monstruos había llegado sin que ella lo notase, listo para realizar uno de los ataques más poderosos que poseían los espadachines: La Media Espada. En realidad, se trataba de una técnica especial diseñada para enfrentarse a los Caballeros que llevasen armadura, pero en este caso resultaba idónea.


Trunks cambió el agarre de su espada, aferrando la mitad de la hoja directamente con su mano izquierda. Normalmente esto le costaría un par de dedos, pero sus guantes tenían una cubierta interna hecha con anillos metálicos entrelazados para defenderlo del filo. Concentrando la totalidad de su Aura de Batalla en la punta metálica, Trunks arremetió contra el vientre de la Gorgona de un modo similar al que usaría si estuviese empuñando una lanza corta.


El impacto fue terrible y el rebote lo obligó a retroceder varios pasos, además melló la punta de su espada de repuesto, pero esto había sido inevitable. Para ejecutar esta técnica con un mínimo de efectividad tuvo que quitarse la venda de los ojos y avanzar con los párpados entrecerrados, esperando tener suerte de no fijarse accidentalmente en el rostro de la Gorgona. La Media Espada era ataque muy complejo y en esas condiciones había muchas posibilidades de fallar, así que el movimiento terminó siendo una apuesta en la que empleó casi el setenta por ciento de su poder.


Cuando finalmente logró recuperarse un poco, notó con consternación que había fallado en acertar al vientre de la bestia y en su lugar había golpeado demasiado abajo, justo donde su cuerpo comenzaba a ser el de una serpiente. Era de esperarse en una circunstancia donde no podía fijar bien su objetivo, pero al menos había conseguido hacerle un pequeño agujero en la armadura de escamas, del que ya estaba manando un chorro de sangre intensamente roja.


La Gorgona estaba lastimada. Esa última estocada la había dejado algo confundida, pero se volvió hacia Trunks iracunda y dispuesta a vengar la afrenta. De modo que serpenteó hacia él rápidamente decidida a matarlo de un golpe antes de que pudiese recuperarse. Sin embargo, fue en ese momento que su destino quedó sellado, pues se hizo evidente que sus movimientos ya no eran tan fluidos.


Notando que la Gorgona había recibido heridas internas, Bryan entendió que había surgido una oportunidad y empleó a fondo todo la Esencia Mágica para fortalecer su cuerpo al máximo. Luego trasladó el Desgarrador Sombrío a su izquierda y se agachó con ambas manos fuertemente cerradas en un puño, hasta apoyarlas en el suelo junto con una rodilla. Finalmente entreabrió los ojos para fijarlos en la espalda de su objetivo y salió corriendo a una velocidad vertiginosa, que no tenía parangón con lo que había mostrado hasta el momento. Parecía una flecha recién disparada o un guepardo a punto de alcanzar una presa, en cualquier caso, superaba por mucho el límite de lo que un cuerpo humano era capaz de hacer. Semejante aceleración era el As que había estado escondiendo cuidadosamente para utilizarlo en el momento decisivo, porque su uso continuo consumía rápidamente sus poderes.


La Gorgona lo escuchó venir y rápidamente se volvió para realizar uno de los terribles barridos con su cola, pero esta velocidad la tomó completamente desprevenida y no pudo ajustar bien la dirección de su golpe, dejando un margen de un metro con respecto al suelo. Bryan vio esto y cuando la cola estaba por golpearlo se dejó caer de rodillas sin detenerse, al mismo tiempo que llevaba la espalda hacia el suelo, mientras se apoyaba con un brazo para no caer del todo. Era un derrape perfecto que le permitió pasar por debajo de la cola sin perder mucha inercia, probablemente imposible si no llevase una armadura ligera, junto a la humedad de la hierba y su propia velocidad sobre humana.


Tomada por sorpresa, la Gorgona bufó y se apresuró a extender las garras de sus manos para atacar a Bryan, pero en ese momento llegaron tres flechas de Nía directamente hacia su pecho y la cabeza. No tuvo más opción que arrojar un par de zarpazos para detener las saetas, quedando incapaz de parar el siguiente ataque.


Bryan ya se había levantado con un único impulso y llegó junto a la Gorgona casi al mismo tiempo que las flechas de la Arquera Elfa. Con su brazo libre abrazó el torso desnudo del monstruo con tanta fuerza que por un instante parecieron casi íntimos, pero inmediatamente después Bryan la apuñaló con toda su fuerza, directamente en la herida que Trunks había conseguido hacerle.


De inmediato un resplandor carmesí se abrió paso en el interior de la Gorgona. Era el Conjuro de Fuego-Glacial Místico concentrado totalmente en el filo de su arma. Nunca antes lo había empleado con tal intensidad, pero el monstruo al que se enfrentaba realmente lo ameritaba.


Los poderes innatos de la Gorgona resistieron el hechizo, evitando que el fuego se dispersase al interior de su cuerpo para dañar sus órganos, pero no podían defender su piel ni evitar que el dolor más grande que había sentido desde que apareció en este mundo la atormentase. Por un instante se escuchó el sonido de la carne quemada y el quiebre de las escamas que finalmente estaban siendo atravesadas, antes de que todo sonido fuese ahogado por salvaje grito de dolor.


Si en ese momento la Gorgona hubiese atacado, podría haber cambiado su destino, pero el dolor la había hecho entrar en un estado enloquecido y en su desesperación perdió cualquier atisbo de racionalidad, dejándole únicamente el instinto básico de escapar a su guarida. Sin dejar de gritar, la Gorgona se arrojó al suelo mientras usaba sus garras para arrastrarse con fuerza y ayudando involuntariamente a que el Desgarrador Sombrío pudiera desgarrarla.


Al principio Bryan había querido llevar su corte hacia arriba, directamente al vientre desprotegido, pero no estaba en la posición idónea. Cortarla hacia abajo era muy difícil, porque sus escamas la protegían y no tenía la fuerza para atravesarlas. Pero como la Gorgona se movió por sí misma, él simplemente tuvo que clavar los pies firmemente en el suelo, soltar un poco el agarre de su cintura, permitiendo que el cuerpo del monstruo se deslizase, mientras continuaba apuñalando con todas sus fuerzas sin dejar de emplear su magia. Mantener el Hechizo de Fuego-Glacial durante tanto tiempo le costaría bastante, pero no era el momento de ahorrar sus poderes.


El Desgarrador Sombrío finalmente consiguió paso a través de las escamas como las garras de un león en la tierna carne de un cachorro y todo fue gracias al propio esfuerzo de su víctima. Al principio parecía que la hoja solamente iba a dejar el rastro de un corte cauterizado por el calor, pero este se abrió rápidamente y de forma violenta, dejando escapar un intenso torrente de sangre carmesí. Poco después una masa sanguinolenta y nauseabunda cayó sobre la hierba. Se trataba de los intestinos de la Gorgona, que ya no podían ser contenidos dentro del cuerpo. En este punto Bryan ya había empleado sus últimas fuerzas y tuvo que dejarla ir.


La Gorgona movió su cola, mandándolo a volar, pero su golpe ya no tenía la fuerza letal que en principio había poseído y solamente fue efectivo porque Bryan estaba demasiado agotado para defenderse, así que no le causó más daños que unos cuantos moretones.


Mientras tanto, el monstruo siguió arrastrándose a pesar de su dolor y el hecho de tener parte de sus órganos fuera de su cuerpo, sin otra idea que la de escapar rápidamente de regreso al pantano.


A pesar de sus heridas, este monstruo todavía podía sobrevivir. Sus nervios no eran parte de un solo sistema como en los humanos, sino que estaban distribuidos, así que no moriría de prisa incluso con una herida directo en su cerebro. Además, poseía un cuerpo muy sólido, que hacía difícil dejarla incapacitada. Su corazón también era especial e hizo que el flujo de sangre manando de su herida comenzase a reducirse considerablemente, evitando que muriese con rapidez. La Gorgona sabía instintivamente que todavía podía lograrlo y apostó todo a escaparse rápidamente. Tal vez le sería imposible regenerar medio intestino perdido, pero con sus increíbles poderes de curación quizá fuese capaz de seguir viviendo.


Sin embargo, nunca tendría la oportunidad de averiguarlo, porque en ese momento Trunks se llevó la mano a los labios y soltó un silbido agudo. 


En respuesta a su llamada, se escuchó el terrible rugido de la Mantícora que había estado esperando pacientemente la señal de su amo y que se abalanzó contra la Gorgona herida como una fuerza de la naturaleza.


Lo que siguió ya era muy difícil de describir con palabras; Dientes y garras que se enfrentaban, el batir de las enormes alas de murciélago y el seseo desesperado de las serpientes, los sonidos ocasionales que la Gorgona provocaba al golpear el suelo con cola y el rugido de la Mantícora antes de que sus colmillos arrancasen de cuajo uno de los brazos del monstruo.


Preciso sería aclarar que normalmente ambas criaturas estarían parejas en un combate, incluso que la Gorgona llevaría ventaja por su inteligencia superior. Pero con las terribles heridas que tenía en ese momento ya no representaba un desafío para la Mantícora. Su veneno no le servía de nada, su mirada paralizante todavía no era lo bastante poderosa como para detener a otra criatura de naturaleza legendaria, sus fuerzas y agilidad, antes en igualdad, ahora estaban muy disparejas.


Así fue como la recién nacida Señora de las Serpientes quedó reducida a un estado lamentable. Había perdido un brazo, su espalda estaba plagada de cortes y aguijones venenosos, incluso el intestino que antes sobresalía de su estómago había sido arrancado de un mordisco y ahora estaba en la boca de la Mantícora que se relamía al masticarlo. Viendo esto, Trunks silbó nuevamente para hacer retroceder a su bestia, porque no quería terminase devorando el premio por el que tanto habían trabajado.


La Gorgona siguió intentando arrastrarse por el suelo a pesar de sus espasmos. Ya no tenía fuerzas para gritar y su cuerpo de serpiente había quedado casi inservible, pero estaba usando el último brazo que le quedaba para avanzar poco a poco hacia el pantano. Entonces la punta de una pica pareció frente a sus ojos, forzándola a detenerse. Eran Eneas y Gordon bloqueando su camino, aunque no la atacaron, pues incluso agonizante la Gorgona podía ser inesperadamente peligrosa y sus ojos aún conservaban buena parte de su poder. Además, no se atrevían a reclamar el honor de darle el golpe de gracia cuando no habían participado en esa épica batalla.


Antes de que la Gorgona pudiese hacer algo, una pesada bota de cuero grueso y reforzada con placas de hierro cayó sobre su adolorida espalda, inmovilizándola contra el suelo. Era Trunks, que ya se había recuperado y ahora venía a terminar el trabajo con una sonrisa cruel.


Después de pisarla, se agachó para sujetar firmemente el nido de serpientes que tenía por cabellos. Estas trataron de morderlo desesperadamente, pero su mano estaba bien protegida por los guantes y los colmillos venenosos no podían abrirse paso. Entonces el Cazador de Monstruos dio un fuerte tirón hacia arriba para exponer el cuello de la Gorgona y la degolló rápidamente con su espada sin darle oportunidad de resistirse. Luego realizó un corte bastante hábil y la decapitó por completo, alzando triunfalmente el trofeo obtenido: la cabeza.


- Cuando llegues a los infiernos, diles que Trunks te decapitó. - Dijo el Cazador de Monstruos con algo de malicia. Luego dio un rápido vistazo a los que estaban a su alrededor y murmuró algo a regañadientes: - Bueno, con algo de ayuda. -

Cabeza decapitada de la Gorgona

Nota del Traductor

¡Qué tal mis amigos! Soy acabcor de Perú, donde rara vez decimos claramente lo que estamos pensando.


Solo puedo imaginarme lo molestos que estarán porque me haya demorado tanto con este capítulo, y es justo que lo estén. Habré corregido cada texto como 10 veces, cambiado palabras y modificado escenas. Y es que la batalla original era una que le hacía muy poca justicia a un monstruo tan legendario como una Gorgona.


Prácticamente he cambiado la batalla entera. Pero vamos, se supone que la Gorgona es una criatura mágica de Nivel 1, debería ser más difícil matarla. Como los cambios son tantos y ya les hice esperar demasiado, solamente mencionaré algunos detalles generales.


El que Trunks use un huevo para arrojar un polvo segador está inspirado en un truco muy famoso que supuestamente los Ninja de Japón empleaban para arrojar vidrio molido u otras cosas a los ojos de sus oponentes en medio de un combate.


La venda de cuero de que utiliza es un tributo a una de mis escenas favoritas de la película “Rey Escorpión” con La Roca.


El Polvo de Oscuridad es algo que leí en Harry Potter alguna vez, aunque ahora no recuerdo cuando o en qué libro.


La Media Espada es en realidad el nombre de una espada propiamente dicha, conocida como Espada de Mano y media, pero la técnica que describo es una exageración una táctica real registrada en el Manuscrito de Combate Medieval del Maestro Talhoffer. (Sacro Imperio Romano Germánico)


El Ataque de los Magos es algo que se me ocurrió al ver varios animes donde fusionan ataques elementales y me sirvió de excusa para limitar su intervención en la batalla. El autor no les hace hacer mucho en la versión original y yo ya estaba sufriendo con detallar todas las acciones de Han Shuo y Trunks, de modo que no tenía cabeza para hacerles hacer más.


Al principio había planeado que Eneas y Bardo participasen del combate, pero ninguno de ellos parecía tener las habilidades necearías para que Trunks los incluyese en sus planes, por ese motivo decidí que se retirasen.


El papel de Nía fue especialmente incrementado para darle a los arqueros una razón de ser en este mundo de poderes sobrenaturales. Su personaje debería ser bastante útil, pero no demasiado poderoso o podría eclipsar a los protagonistas.


Todo el combate de Han Shuo fue planeado para ser una mezcla de algunos aspectos del anime con las peleas de God of War, en quien me inspiré para la muerte final de la Gorgona.


En la versión original hay una pelea con los cabellos de serpiente que atacan de forma desproporcionada y algo ridícula. Yo preferí poner más énfasis en su fuerza y el riesgo de caer en su mirada petrificante. Sin embargo, hice que las serpientes pudieran ver por la Gorgona como un tributo al original.


Las ordenes que la Gorgona emplea están inspirados en los diálogos de Medusa, en el Cuento de Perseo del Narrador de Cuentos.


La forma en que Trunks mata a la Gorgona y alza su cabeza es un tributo al héroe Perseo. Trunks es el que ha dirigido casi toda la estrategia y aportado más que todos los otros, por eso consideré justo darle ese rol. Aunque Han Shuo fue quien le dio el golpe más terrible, sigue cansado por ello y no puede levantarse. Al menos esa es la excusa que quiero que se sobreentienda.


En fin, ustedes dirán como quedó esto al final. Espero que el siguiente capítulo me tome menos tiempo, pues no es necesario cambiarle demasiadas cosas. Como siempre agradezco sus consejos, opiniones y comentarios. También quisiera que me ayudaran con cualquier falta de ortografía que pudiera haber pasado por alto.


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Nos vemos en el siguiente capítulo.