30 Un momento tentador a lomos de un caballo (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

Antes de encaminarse a la ciudad de Drol, los múltiples paquetes cargados previamente por Bryan fueron divididos entre los caballos. Ahora viajaba sentado detrás de Fanny y sus cuerpos comenzaron tocarse en cuanto el animal comenzó a ir al paso. Con el tiempo, el seductor aroma del cuerpo femenino comenzó a inundar los sentidos de Bryan gracias a la hermosa cabellera de la Maestra, que ondulaba con cada movimiento. Fanny cabalgaba con un aire de elegancia aristocrático que hacía ver aún más hermoso su cuerpo bien formado, erguido y perfecto. Bajo su ceñida túnica, sus curvas seductoras eran visibles para la mirada admirada de Bryan.

Entonces el caballo comenzó a trotar y la distancia entre los dos se redujo lentamente, hasta que la parte baja de su abdomen comenzó a rozar sin querer las celestiales caderas de Fanny, muy suavemente al principio. Luego el caballo comenzó a galopar y ambos empezaron a perder un poco el equilibrio, causando que la parte baja Bryan rebotara continuamente contra las posaderas de Fanny. La fina tela de la túnica no podía mitigar la maravillosa sensación y los deseos incontrolables de Bryan comenzaron a inundar su cabeza conforme sus cuerpos chocaban uno contra el otro.

El propio Bryan sintió pánico cuando una cierta parte de su cuerpo comenzó a endurecerse, pero ya no podía controlar sus reacciones. Su miembro erecto se movía con cada movimiento del caballo, avanzando constantemente hacia área entre las maravillosas caderas de Fanny.

Una fuerte oleada de estímulos provino del punto de contacto entre Bryan y Fanny, agitando tanto su corazón que casi lloró en voz alta. Miró a Fanny desde atrás y se dio cuenta de que, en algún momento, un rubor rojo había encontrado su camino hacia el blanco cuello de la hermosa profesora, haciéndola parecer aún más tentadora y deliciosa.

Fanny ya era la principal fuente de los deseos de Bryan, que tenía la edad mental de un treintañero. A él no le costaba imaginarse un sinfín de situaciones prohibidas inconcebibles para la mentalidad de cualquiera de sus compañeros, pues venía de un mundo en el que el internet hacía del libertinaje una regla general. El problema era que su cuerpo físico en ese momento era el de un adolescente que atravesaba la pubertad. Si a esto se le añade que el pobre había sido virgen tanto en esta vida como en la anterior, era fácil entender que este estímulo fuese tan terrible para él como el impacto de un trueno o el sonido del relámpago. Por más que lo intentaba, Bryan no podía controlar las reacciones de su cuerpo e incluso mantenerse quieto parecía ser casi imposible. Era como si de repente se hubiese tomado varias botellas de cerveza y tuviese que mantener el equilibrio.

Incapaz de resistir sus impulsos por más tiempo, Bryan comenzó a actuar más audaz y desenfrenado. Extendió las manos y las deslizó lentamente hacia la suave cintura de Fanny. Sus dedos se aferraron firmemente a sus caderas para conectar con más fuerza la parte baja de sus cuerpos.

Un dolor tan penetrante como para llegar hasta el hueso impactó instantáneamente en el reverso de sus manos, eso lo hizo volver en sí y levantar la cabeza aturdida, solo para encontrarse de inmediato con el rostro avergonzado e iracundo de Fanny que acaba de golpearlo. Era el rostro más hermoso del mundo, pero ahora estaba enrojecido por la ira mientras volvía la cabeza y sus ojos cautivantes lo miraban directamente. Entonces habló en voz baja: - ¡Maldita sea! ¡Contrólate a ti mismo Bryan! ¡O de lo contrario voy a echarte del caballo! -

Pero en ese instante la maestra se dio cuenta de que algo andaba mal con Bryan. El rostro del joven estaba tan rojo como un tomate y su cuerpo convulsionaba. Durante cinco segundos estuvo jadeando con pesadez mientras arqueaba la espalda hacia atrás, luego de lo cual todo su cuerpo se congeló y volvió a la normalidad. Lo único que permanecía era su respiración entrecortada.

Momentos después Fanny sintió claramente que algo líquido y pegajoso había sido derramado en la zona entre sus espaldas.

- Lo… ¡Lo siento Maestra Fanny… yo… yo no quería!

Fanny parecía a punto de estallar en un ataque de furia espontanea, pues se había dado cuenta de que Bryan acababa de liberar su “carga” sobre ella. Este reaccionó de inmediato y soltó un gemido arrepentido, pero en realidad continuaba rememorando el momento tentador en su imaginación y realmente no estaba tan asustado o avergonzado como pretendía.

La ira de la Maestra era tan intensa que la había paralizado. Claro que comprendía teóricamente los cambios físicos que Bryan atravesaba por su edad y sabía que sus cuerpos se habían estado tocando de una manera bastante inadecuada. Lo más seguro era que sus acciones habían sido puramente instintivas y muy probablemente no reflejaban sus verdaderas intenciones.

Pero para ella esto había sido una violación en toda regla y a pesar de que los dos realmente no habían consumado “El acto”, seguía siendo una mujer. Era la primera vez en toda su vida que Fanny tenía deseos de asesinar a alguien, pero al mismo tiempo sentía demasiado asco hasta de mirarlo.

Si Fanny realmente perdía la cabeza y decidía librarse de él, Bryan no creía que pudiese hacer nada para detenerla. Después de todo la maestra era una Necromante de rango Adepto. También se sumaba el hecho de que tenía fuertes sentimientos por ella y aunque le aterraba que decidiera arrojarlo a los cuatro vientos o empezara a darle una paliza, nada lo asustaba más que ganarse el resentimiento eterno de esta mujer. Realmente no había podido controlar sus impulsos sexuales y no tenía idea de que hacer en ese momento.

Mientras Bryan se perdía en un mar de pensamientos e ideas aleatorias, sintió de repente que alguien le pellizcaba con fuerza el interior de los muslos. Inmediatamente agachó la cabeza y gritó de dolor, mientras escucha que Fanny susurraba con un tono lívido por la ira: - ¡Maldito seas Bryan, voy a arreglar las cosas contigo más tarde! -

- Maestra Fanny, ¿qué está pasando?... Bryan, ¿ha ocurrido algo? - Mas adelante Lisa había escuchado el grito de Bryan y miró hacia atrás intrigada.

- No pasó nada. Simplemente perdió el equilibrio por un momento y se asustó de caer. - Fanny se apresuró a explicar antes de que Bryan tuviese la oportunidad de abrir la boca.

El silencio se reanudó mientras todos seguían cabalgando por el sendero. Media hora después, Bryan descubrió con desesperación que su pequeño amigo había despertado de nuevo. Cuando Fanny sintió lo mismo, se separó inmediatamente del grupo y detuvo el caballo a un lado del camino, luego exigió enojada que Bryan se sentase adelante y sujetase las riendas.

- Maestra Fanny, realmente no es que quiera hacerlo, pero nunca he dirigido un caballo. - Bryan bajo de su sitio con resignación y se dirigió hacia el lomo del animal mientras Fanny retrocedía hasta la grupa llena de ira, luego de pellizcarle la cara.

- ¡Tú cállate y obedece! Te enseñaré como se dirige un caballo. - Ahora los dos habían cambiado de posición, con Bryan en la parte delantera y Fanny viajando a su espalda. La profesora siempre había sido gentil con él, pero luego de todo lo que había ocurrido ya no tenía ni una pizca de su compasión habitual.

Al principio le costó entender las instrucciones que Fanny le daba, así que el caballo comenzó a moverse en círculos y sin dirección. Luego se puso a galopar violentamente de un lado a otro, relinchando ruidosamente. De ese modo los cuerpos de Bryan y Fanny comenzaron a perder el equilibrio, haciendo que los abultados pechos de la profesora se estrellaran repetidamente contra su espalda. Con las cosas en ese estado, lo último que Bryan podía pensar era en entender cómo controlar al animal y estaba completamente distraído.

¡De todos los momentos en que este cuerpo podía traicionarme tenía que ser ahora!¡Que perra suerte!” Pensó Bryan para sí mismo, avergonzado y abatido. Estaba intentando sinceramente apartar los pensamientos eróticos de su mente, pero su cuerpo simplemente no le obedecía. La imaginación de un adulto en el cuerpo de un adolescente habían resultado ser una terrible combinación que no podía controlar.

Después de luchar por un tiempo acompañado por los gritos enojados de Fanny, Bryan finalmente comenzó a recuperar un poco de autodominio y al hacerlo pudo domar a la bestia. Entonces la Maestra se apoyó con las dos manos sobre su espalda, impidiendo que sus bien redondeados pechos volvieran a tocarlo íntimamente. Finalmente dirigió al caballo hacia adelante y se apresuraron hacia la ciudad de Drol.

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Aunque la llamaran “ciudad”, Drol en realidad era un pueblo algo extenso. Consistía en un conjunto de edificios, la mayoría de los cuales eran de madera y no superaban los dos pisos, todos con techos de paja o materiales muy elementales obtenidos directamente del Bosque Oscuro.

Había sin embargo algunas excepciones: La posada que daba alojamiento, la taberna que ofrecía bebidas o alimentos, la panadería, el único templo y los baños públicos; todos estos edificios empleaban fuego de forma regular, así que fueron construidos con mampostería para prevenir incendios.

Originalmente Drol no era más que un punto donde los viajeros armaban sus tiendas para descansar. Pero con el tiempo algunas personas comenzaron a construir residencias temporales para ofrecer alojamientos, provisiones y algunos utensilios de último momento a quienes iban a introducirse al bosque; hasta que con el tiempo algunos comenzaron a vivir en el lugar.

Pero todo había sido construido sobre la marcha, de modo que uno sentía la sensación caótica junto a la falta de planificación urbana. Las calles eran de tierra apisonada, aunque se habían construido sequias que traían agua limpia de un arroyo que atravesaba el pueblo de lado a lado y se llevaban las aguas fétidas, así que al menos poseía cierto saneamiento.

La mayoría de los edificios eran tiendas o alguna clase de negocio. No había tal cosa como guardias, soldados imperiales o autoridades presentes, porque Drol oficialmente no había sido fundada, sino que nació espontáneamente. Únicamente estaba protegida por una empalizada de madera, diseñada más para repeler animales que ejércitos.

Cuando finalmente llegaron, el cielo estaba oscureciéndose y la noche parecía a punto de caer. Naturalmente se habían retrasado, así que lo primero que vieron fue al maestro Gene y algunos estudiantes de necromancia que estaban esperando por ellos, mirando el camino ansiosamente.

En cuanto los vieron, el Maestro se apresuró a acercárseles, mirando directamente a Fanny y hablándole nervioso: - Maestra Fanny ¿Por qué se demoraron tanto? Pensé que algo les había ocurrido. ¡Estaba tan preocupado! -

- No pasó nada, es solo que Bryan quería intentar dirigir el caballo a mitad del camino. Así que le di algunas lecciones de equitación y por eso nos demoramos. - Respondió Fanny sonriéndoles a todos de un modo forzado: - Muy bien, parece que todo el mundo está aquí. Maestro Gene, ¿consiguió reservar habitaciones en la posada? -

- Ya nos ocupamos de eso. También he reservado un sitio en el establo para que los animales descansen y tengan una buena comida esta noche. Podremos dirigirnos al Bosque Oscuro en cuanto amanezca. -

Fanny bajó graciosamente del caballo detrás de Bryan, demostrando que su cuerpo era ágil y vigoroso. Se estiró con el ceño fruncido y dijo: - Hemos cabalgado todo el día y estoy llena de sudor. Así que voy a tomar un baño en la posada. Bryan, ven a mi habitación después de guardar los caballos en el establo. Ne-ce-si-tamos hablar. -

- A sus órdenes, Maestra Fanny. - Bryan asintió con una mueca torcida en la cara, porque sabía muy bien que iban a recriminarle su indiscreción anterior.

Fanny se apresuró a caminar hacia el hotel apenas terminó de hablar. Entonces Bryan sintió que la parte inferior de su cuerpo estaba pegajoso y comprendió perfectamente el motivo por el qué la profesora quería bañarse con tanta prisa. Inevitablemente sintió que una sonrisa eufórica luchaba por abrirse paso hacia sus labios, aunque se las arregló para reprimirla.

Bryan y unos cuantos estudiantes varones instalaron a los seis caballos en los establos bajo la supervisión de Gene. Luego siguieron al maestro hasta la puerta del hotel.

- Con su permiso, Maestro Gene. Drol está muy lejos del imperio y limita directamente con el Bosque Oscuro, así que hay muchas tiendas con productos exóticos o únicos. Como aún no ha oscurecido del todo ¿podemos dar un paseo por el centro de la ciudad? Ya sabemos cuál es nuestra posada y el camino para regresar, así que no estaremos en peligro, aunque lleguemos un poco tarde. Creo que sería beneficioso para nuestra educación que aprendamos sobre la cultura… - Bach comenzó a exponer una serie de argumentos que parecían preparados de antemano y el resto de estudiantes a su lado se unieron a su petición, aunque a juzgar por sus expresiones estaban claramente planeando algo malo.

- ¡Ni siquiera lo intenten! - Negó rotundamente el profesor, luego los miró con una extraña sonrisa en el rostro y habló en voz baja: - ¿De verdad crees que no sé lo que están tramando? La ciudad de Drol también es conocida como la “ciudad de la depravación” debido a su ubicación única: Tan cerca de la frontera y tan lejos de la ley. Todos los aventureros y comerciantes que vienen aquí saben que el peligro puede sorprenderlos en cuanto abandonen el emplazamiento, así que siempre están en busca de emoción, sobre todo de noche. Si, chicos, la fama de sus… locales de entretenimiento poco honorables, por no decir más, es muy conocida en el imperio. Y lo último que necesito es que sus padres nos causen problemas si luego dejan hijos bastardos por ahí. ¡Así que tienen terminantemente prohibido el caer en cualquier forma de libertinaje oportunista! -

En efecto, luego de escucharlas palabras de Gene, Bryan le dio un vistazo al entorno y cayó en cuenta de que, aunque todavía no había anochecido, ya había muchos locales encendiendo las luces por todas las calles de Drol, dándole la extraña apariencia de estar iluminada por un neón borroso. Varias chicas jóvenes y adultas, con mucho maquillaje, se pararon en las esquinas de las calles, lanzando sonrisas coquetas y hablando con los peatones en las calles, como si estuvieran realmente ansiosas de someterse totalmente a la voluntad de cualquiera lo bastante dispuesto como para pagar por ellas.

Las palabras de Gene obviamente habían dado en el blanco y los desesperados muchachos entraron a la posada casi arrastrando los pies. Mientras avanzaban suspiraban y despotricaban por la falta de solidaridad masculina del profesor Gene.

Guiados por el maestro, cada estudiante fue encontrando su habitación. Cuando estuvo seguro de que todos estaban en sus cuartos, Gene se volvió hacia Bryan y sonrió débilmente: - Lo siento Bryan, esta vez estamos con fondos limitados y encima tuvimos que gastar cincuenta monedas de plata extra para alquilar los caballos. Así que, en nombre de una necesaria austeridad, he arreglado que duermas en un almacén desocupado. Lo encontrarás en la parte posterior de la posada hacia el lado izquierdo. No hay llave, sólo abre la puerta de un empujón. -

En cuanto terminó de hablar, el Maestro Gene extendió las manos como si le pidiera disculpas y rápidamente se fue, todavía con una sonrisa amable en su rostro. Pero después de breve silencio en el que sólo se percibían sus pasos en el pasillo, Bryan pudo captar un murmullo bajo y malhumorado. - ¡Maldito esclavo recadero! ¿Cómo se atreve a compartir un caballo con mi querida Fanny? ¡Me arruinó todo el día! ¡Ah! -

Pero Bryan ya no era ni Bryan ni quien había sido en su otra vida. Sus sentidos eran increíblemente perceptivos y sobre todo a corta distancia. Podía escuchar cada frase, cada sílaba y cada risa que Gene emitía. Así que su expresión se volvió fría como la de una serpiente mientras maldecía en voz baja. Pero luego sonrió maléficamente.

Sólo espera a que Fanny sea mía… Cuando el momento llegue, voy a hacerte llorar sangre.” Pensó violentamente mientras se dirigía hacia la habitación de la maestra.

Fanny en la imaginación de Bryan

Nota del Traductor

Buenas, este es un capítulo reeditado el 20 de abril del 2021.

Saludos desde Perú donde el Covid empeora y las vacunas nunca llegan. Bueno, eso es más bien culpa del presidente inútil de Sagasti. Pero siempre menciono curiosidades y creo que nuestro presidente interino va a entrar en el récord mundial de los gobernantes más incompetentes de la historia. Así que se ha ganado una mención.

Bueno, el capítulo ha sido modificado para ser mucho más cómico que soez. En el original todo pasaba, así como así, sin explicaciones o aclaraciones, como si nuestro protagonista fuese una especie de perro que no puede evitar ponerse en celo. Hubo un tiempo en que quise borrarlo, pero al final decidí conservarlo después de encontrar una forma de explicarlo: La mente sucia de adulto de nuestro prota se encuentra atrapada en un cuerpo adolescente que no puede controlar esos impulsos. Listo, quedó. El resto fue cosa de modificar frases, detalles y explicaciones. Creo que al final quedó aceptable.

Aunque no lo crean lo más difícil fue encontrar imágenes para Fanny el final y para la ciudad de Drol. Necesité unos cuatro días buscando en la red.

Espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.