221 Prefiero Morir

Gracias a los Espectros Oscuros, Bryan había recuperado la maravillosa capacidad de vigilar distintos lugares al mismo tiempo y detectar cualquier fenómeno anormal, fuese natural o preternatural. Además, la visión de estas criaturas era muy superior a la de sus antiguos Espectros Originales e inmediatamente detectaron al Gran Mago Egon, que se acercaba levitando lentamente, llevando consigo a Belinda.

Ambos estaban cubiertos por un poderoso hechizo de invisibilidad.

La ocultación era una de las especialidades de la Magia Oscura y naturalmente la habilidad de Egon en estas artes era mucho más que superlativa. Belinda lo sabía mejor que muchos, pues tantas veces fue testigo de cómo el anciano mago se infiltraba hasta en los lugares más resguardados con absurda facilidad. Así que los rostros de ambos se desencajaron un momento por la sorpresa cuando Bryan los llamó sin dudarlo.

A pesar de haber sido descubierto, Egon no deshizo su conjuro de invisibilidad, pero si se detuvo a unos metros del muro que señalaba el límite de la propiedad. Entonces se puso a examinar el entorno y su expresión se volvió aún más alerta.

Bien jugado, anciano.” Pensó Bryan burlándose. El Gran Mago estaba a tan solo dos metros del rango de la Matriz del Escenario de Masacre y con su artífice en persona operándola era capaz de desatar un poder aterrador que ni siquiera este terrible anciano podría resistir.

Sin embargo, esta vez la actitud de Egon no trasmitía esa intensa sensación de peligro que anteriormente había sentido. Probablemente eso significaba que no quería pelear en ese momento y Bryan tenía curiosidad por lo que este infame conjurador quería hacer o decir. Además, se sentía muy confiado en matarlo junto con Belinda en el instante en que pusiesen un pie dentro de la matriz, pero no estaba seguro de si convenía deshacerse de ellos en ese mismo momento. Fue por esta razón eligió hablarles desde un principio.

Todavía podrían serme útiles si consigo que peleen en contra de Costel.

- ¿Cómo me descubriste, “mocoso”? - Preguntó Egon finalmente tras retirar su hechizo. Los ojos sobrenaturales de los Espectros Oscuros percibieron entonces su auténtica naturaleza y vieron un cúmulo de energía maligna que parecía alzarse como una montaña.

- Ten cuidado, Gran Mago. - Respondió Bryan ligeramente enfadado por el despectivo sobrenombre y luego agregó: - Tal vez ahora seas invencible, pero la diosa Fortuna ama más al Sol naciente que al poniente y no existe nada que sea imposible en este mundo. -

A pesar de todo el poder que había ganado durante su última trasformación, Bryan era consciente de que todavía estaba lejos de ser rival para Egon en una competencia de fuerza. Pero ahora por lo menos era capaz de estimar cuál era el límite del poder de este terrible anciano e incluso intuía que, si se empleaba a fondo y utilizaba el elemento sorpresa, podría ser capaz de asesinarlo.

Este presentimiento, unido al hecho de que la edad mental de Bryan era en realidad la de un hombre con más de treinta años (debido a su trasmigración a este mundo), provocaban en él un sentimiento de intolerancia hacia las palabras condescendientes de Egon. Y por eso le había recordado con mucha sutileza que, aunque fuese mucho más joven, eso no necesariamente significaba que pudiese llamarlo “mocoso”. Porque al final Bryan era el joven sol que ahora estaba “de subida” mientras que el anciano Egon se encontraba en el “atardecer” de su vida.

Por supuesto que, con los años de experiencia que tenía este Gran Mago detrás suyo, entendió muy rápidamente lo que Bryan estaba insinuándole. Y si cualquier otra persona, incluso un aliado suyo, le hubiese dicho algo parecido, Egon lo habría matado inmediatamente sin pensarlo demasiado, asumiendo que estaba haciéndole un favor al mundo entero eliminando a una criatura tan tonta.

Pero este joven mago que ahora tenía delante… No parecía tener más de veinte años, pero ya poseía poderes únicos que ni siquiera Egon comprendía del todo a pesar de ser miembro del Culto de Caelos. También fue capaz de enfrentarse a un Archimago como Fausto y después Sorin. ¡Incluso pudo atacar y luego escaparse sucesivamente de dos entre los Grandes Magos más poderosos, el propio Egon y Costel!

Por todo lo que había investigado sobre Bryan hasta el momento, junto con su propia experiencia juzgando el carácter de otros, Egon sabía que estaba tratando con un hombre que podía ser temerario, pero definitivamente no era estúpido. Aun así, ahora mismo Bryan estaba mirándolos a él y a Belinda sin el menor rastro de temor, a pesar de que había experimentado de primera mano los poderes que ambos poseían y sabía bien qué ellos representaban al aterrador Culto de Caelos. Esto naturalmente lo podía nervioso.

¿Podría haber sido tan terrible cuando tenía su edad?” Pensó Egon para sí mismo mientras sonreía con ironía y entonces dijo: - Aunque he experimentado mucho, admitiré que eres el engendro más aterrador que he visto hasta el día de hoy. Eso te lo concedo. -

- Me honras, Maese Egon. - Respondió Bryan sentándose en el suelo con las piernas cruzadas y extendiendo los brazos de forma amical: - ¿Tienes algo que decirme? ¿No quieres pasar adentro? -

- Vengo en son de paz. - Respondió Egon sonriendo maléficamente: - Pero hay algo en tu propiedad que me produce una cierta… inquietud. Creo que prefiero hablar afuera, donde me siento a salvo. ¿Qué dices, “joven”? ¿No quieres salir para conversar? -

- No gracias, prefiero quedarme aquí donde estoy muy cómodo y seguro. - Respondió Bryan también sonriendo: - Además, sea lo que sea, dudo mucho que tu asunto me concierna lo suficiente como para que discutamos durante demasiado tiempo. -

- Pronto descubrirás que lo que tengo que decirte te interesa sobremanera. - Dijo Egon ya sin reír, pero se mantuvo de pie sobre el muro junto con Belinda, sin avanzar ni un centímetro. Había sobrevivido todos esos años precisamente por tener buenos instintos y saber escucharlos. Además, conforme pasaba el tiempo, más notaba de los rastros de magia que rodeaban la vieja taberna e intuía la presencia de una Matriz Mágica, aunque no podía identificarla con claridad. Todo eso provocó que incrementase aún más su grado de alerta.

Mas sabe el diablo por viejo que por diablo…” Pensó Bryan mientras sonreía al contemplar la gran cautela del Gran Mago y preguntó: - ¿Qué puede ser eso que deseas decirme con tanto apremio, señor Egon? Déjeme adivinar: Tiene que ver con la presencia del venerable Gran Mago de la Luz Costel y el Templo de Idramón. -

- En efecto. - Respondió Egon: - Los miembros del Templo de Idramón son los odiados enemigos de mi Culto de Caelos y quizá te interese unirte a nosotros en contra de ellos. -

- Por más que mucho que me atraiga la idea de convertirme en un criminal condenado y perseguido en todas las naciones civilizadas del mundo… - Comentó Bryan con un dejo de ironía por la propuesta de Egon: - ¿Qué “interés” podría tener de cooperar con ustedes? Ya me estoy arriesgando bastante a ser acusado de traición manteniendo esta conversación y únicamente lo hago porque estamos en el Valle del Sol. -

- Te interesa porque ahora tú también eres un enemigo del Templo de Idramón. -

- ¿Yo? ¿Enemigo, dices? - Bryan alzó una ceja sin dejar de sonreír: - No, te equivocas. Soy enemigo de Sorin y quizá también de Costel, pero no paso de ahí. -

- Subestimas tu importancia, joven Bryan. - Dijo Egon sonriendo aún más que Bryan: - Los poderes únicos que has demostrado últimamente amenazan con romper el equilibrio entre las escuelas de magia de este mundo, pero para el Templo de Idramón tu existencia significa algo más grave todavía. Porque su deidad condena la Necromancia como una maldición que debe ser extirpada a cualquier costo.

De hecho, me atrevería a afirmar que en este momento están mucho más deseosos de matarte a ti que a nosotros. -

- Incluso si realmente fuese el caso. - Dijo Bryan sin perder la calma, pues todas esas eran cuestiones que ya había imaginado: - Este aún es territorio del Imperio Itálico, donde el Templo de Idramón es un culto proscrito. ¡Dudo mucho que se arriesguen a ir a la guerra contra toda una nación solamente para matarme a mí! Lo peor que pueden hacer es enviar en secreto a algunos grupos de asesinos especializados tras de mí. -

- Parece que también subestimas los poderes del Templo de Idramón. - Respondió Egon aun sonriendo: - ¿De verdad crees que no los habríamos exterminado hace siglos si no tuviesen la fuerza para resistir? ¡La tienen! ¡Por eso han sido capaces de enfrentarnos durante tanto tiempo!

Lo que aún no comprendes, joven Bryan, es que la Magia de la Luz no es un simple poder para ellos, sino una manifestación directa de su odiosa deidad del orden absoluto. ¡Y tu conseguiste que una Criatura Oscura fuese inmune a dicha manifestación! ¿Ahora entiendes mejor lo que eso significa? ¡Jamás perdonarán tu existencia! -

- Hasta ahora no me has dicho nada que no sepa… - Comentó Bryan sin darle mucha importancia.

- Qué tal esto, entonces: ¿Eres consciente de que sus miembros ya se han infiltrado entre las filas de los Aristócratas del Imperio Itálico y que ahora mismo el Templo de Idramón se ha convertido en el principal patrocinador de uno de los Príncipes Herederos? -

… Mierda. Eso no lo sabía.” Se dijo Bryan mientras su expresión calmada se rompía por primera vez desde que inició la conversación. Si eso era cierto, ni siquiera ser miembro del Manto Oscuro era una protección infalible. También existía la posibilidad de que no pudiese proteger a Fanny, Phoebe o Emily si los miembros del Templo de Idramón se enteraban de que tenía una relación cercana con ellas.

Egon se dio cuenta de inmediato de la vacilación en la expresión de Bryan y su maligna sonrisa se volvió aún más pronunciada, hasta llegar a ser casi como una mueca espantosa: - ¿Por qué crees que nuestros altos mandos nos ordenaron matar a Odón Ascher sin importar el costo? ¡Incluso íbamos a invocar el poder de uno de nuestros dioses para devastar la Ciudad de Valen!

¿Sangriento y espantoso? ¡Pero por supuesto! Sin embargo, nuestras acciones tenían un propósito superior.

La familia Ascher es la intermediaria entre el Templo de Idramón y uno de los Grandes Duques que apoya al príncipe heredero. A cambio de esta ayuda, el futuro emperador presionará al Pontífice Máximo hasta que declare legal la religión de esos ridículos moralistas. Entonces tendrán carta blanca para hacer lo que quieran.

Ahora bien, los dos príncipes de tu imperio son conocidos por su carácter inútil… Pero uno de ellos tiene detrás suyo al Templo de Idramón y por lo menos a uno de los Duques respaldándolo. ¿Quién crees que tiene la ventaja en esa carrera política? ¿Cuánto tiempo crees que tú o tus seres queridos continuarán viviendo sin preocupaciones? -

- Es imposible que el Templo pueda movilizar las grandes sumas de dinero que se necesitaría para semejante apoyo sin que alguien se dé cuenta… -

- Imagino que te refieres a la Orden del Manto Oscuro de la cuál eres miembro. ¿No es cierto? - Lo interrumpió Egon sin dejar de sonreír: - No te molestes en negarlo, pues ningún otro grupo habría podido ayudar a Belinda como lo hicieron ustedes, cuando se infiltraron en la Fortaleza de Kerlan. Tampoco es que necesite pruebas, porque eres exactamente el tipo de individuo que ellos reclutarían en sus filas. -

- ¡…! -

- No sé qué posición tengas o cómo se organiza tu grupo de espías. Pero parece que yo sé algo sobre ellos que tú desconoces. ¿Quieres que este veterano en los caminos del mundo te lo diga? - Dijo Egon saboreando el placer de burlarse de Bryan y devolverle de ese modo la ironía que anteriormente este joven le había hecho.

El silencio de Bryan fue igual que si le hubiese pedido que continuase.

- Admito que el Manto Oscuro es lo bastante poderoso como para cumplir su papel y por eso muy pocas veces hemos podido tener en nuestras manos a alguno de sus miembros activos. Pero en las escazas oportunidades que conseguimos capturar a uno con vida, obtuvimos mucha información valiosa.

Y la más importante es la siguiente: Nunca se involucran en la sucesión.

En el momento en que tu emperador muera… ya no podrán hacer nada para protegerte. ¡Incluso es posible que ellos mismos te vendan para quedar bien con su nuevo soberano! ¿Cuánto tiempo crees que te queda? -

Bryan permaneció en silencio luego de escuchar esto. Lo cierto es que había estudiado bastante sobre la historia de la magia en la biblioteca y sabía que la decadencia de la Necromancia en el mundo no podía deberse a un evento único, sino que muchas fuerzas debieron estar involucradas. Seguramente poderosos grupos como el Templo de Idramón, que favorecían la Magia de la Luz por encima de cualquier otra disciplina, tendrían mucho que ver en esto. Pero incluso si no fuese el caso, estaba seguro de que alguien lo perseguiría eventualmente, porque su refinamiento de las Criaturas Oscuras podía volverlas resistentes contra su magia y eso era algo inaudito hasta la fecha.

Sería el equivalente a quitarle el filo a la espada de un guerrero. Definitivamente estos grupos no tolerarían que existiese la posibilidad de un ejército de No Muertos inmune a sus poderes. El propio Bryan haría lo mismo en su lugar sin pensarlo dos veces: Matar al león cuando todavía es un cachorro.

Sin embargo, originalmente no estaba demasiado preocupado porque sabía que tenía las habilidades necesarias para escaparse de ellos y creía que, en el peor de los casos, simplemente se limitaría a esconderse en Itálica o el Bosque Oscuro durante unos años, hasta que le perdieran el rastro. ¡Pero nunca imaginó que el Templo de Idramón tuviese contactos con uno de los Grandes Duques! ¡Su situación era mucho más seria de lo que creía!

¡Oh, diosa fortuna! ¡Muéstrame tu favor y no permitas que ese Gran Duque sea el General Aurelio! ¡Lo último que necesito es que justo el padre de Emily sea quien se convierta en mi enemigo!” Suplicó Bryan en su interior, aunque dado que el anciano senador era líder de la Facción Neutral, era poco probable que fuese el caso.

Egon se dio cuenta de que Bryan estaba sopesando sus opciones y que había tomado en serio todas sus palabras. Así que decidió dar el golpe final.

- Mataste gente de nuestro Culto de Caelos y frustraste muchos de nuestros planes. ¡Pero si te unes a nosotros, nada de eso importará! Podrás utilizar libremente todos tus poderes, experimentar con la magia del modo que quieras e incluso tendrás acceso al conocimiento oscuro que hemos reunido durante milenios para que desarrolles tu Necromancia y le devuelvas el puesto que le corresponde como la más poderosa de todas las Artes Mágicas. ¿Materiales de investigación? ¿Sujetos de prueba? ¿Financiación? ¡Tendrás todo eso y más!

Con nuestra ayuda, no pasará mucho tiempo antes de que comandes ejércitos invencibles e inagotables de Criaturas Oscuras. Entonces, ni siquiera hablemos del Templo de Idramón… ¡Nadie en este mundo se atreverá a desafiarte!

De inmediato te investiremos con uno de los cargos más altos de nuestro culto. Tendrás un poder mucho mayor que el de un mero rey… ¡Poder divino para hacer lo que se te antoje! ¡Riquezas! ¡Mujeres! ¡Manjares! ¡Sirvientes y esclavos! ¡Todos los placeres que conozcas, quieras conocer y los que ni siquiera te imaginas! Podrás dar rienda suelta a cualquier deseo que tu corazón anhele sin que nadie se atreva a cuestionarte. ¡Matarás a quien quieras y podrás dejar vivo a quien quieras! Todo eso llegará a ser posible.

Solo tienes que unírtenos. -

- ¡Maravilloso! - Exclamó Gilberto con algarabía al escuchar las promesas de placer, dinero y gloria: - ¡Amo, su propuesta tiene sentido y es perfecta para nosotros! ¡Tienes que aceptar!... -

- ¡Cállate! - Bramó Bryan levantándose de repente y mirando a Gilberto con una expresión tan terrible, que mató de inmediato cualquier sonido de la boca del Dragón. A través de su vínculo, Gilberto pudo sentir con aterradora claridad que Bryan lo mataría ahí mismo si pronunciaba otra palabra.

El poder de Bryan inundó de inmediato todo el ambiente a su alrededor y su furia era casi palpable en ese momento, mientras que sus ojos se tornaban de color carmesí durante unos segundos. Trunks ya lo había visto en un estado de frenesí, así que consiguió mantenerse sereno, pero Belinda abrió los ojos sorprendida, pues de repente le pareció que el joven se había trasformado en una criatura aterradora. Sin embargo, cuando Bryan se volvió nuevamente hacia Egon, su rostro volvía a reflejar la más perfecta cordialidad y toda su agresividad desapareció en menos de un segundo. El cambio ocurrió tan rápido, que uno podría creer que su arrebato de ira jamás había sucedido.

- Mis disculpas, señor Egon. - Dijo Bryan haciendo una reverencia ligera: - Acabo de avergonzarme a mí mismo. Parece que he malcriado mucho a mi sirviente… ¡Habla cuando lo único que tendría que hacer es escuchar! -

- No hay ofensa. - Respondió el Gran Mago mirándolo con recelo. Toda la información que había reunido hasta el momento le decía que este joven era extremadamente ambicioso y se le podía tentar con poder. La respuesta involuntaria del Dragón ya había confirmado esta conjetura. Por eso no esperaba que su reacción fuese tan irregular.

- Su propuesta es muy atractiva. - Continuó Bryan tranquilamente, aunque su mirada tenía un brillo de astucia: - Pero debo cuestionar. ¿Por qué acudir a mí? ¿Por qué merezco tanta generosidad de su parte? -

- ¡Porque creo que tu potencial para desarrollar la Necromancia lo merece! - Respondió Egon de inmediato, pero casi al instante se arrepintió, pues debido a su emoción por conseguir que Bryan aceptase, había terminado revelando un poco de su pensamiento.

- Ah… - Comentó Bryan asintiendo, pero luego entornó los ojos y preguntó: - ¿Y cuánto potencial tenía el difunto Fausto? -

- … -

Bryan entonces volvió a sonreír y dijo con un tono muy respetuoso: - Ahora me doy cuenta de que usted no sólo es poderoso, sino que también es un hombre muy serio, Señor Egon. Alguien que es digno de respeto.

Pero debo rechazar su propuesta y por supuesto que le diré mis razones.

Es verdad que deseo influencia y poder. Pero el asunto es que el Culto de Caelos tiene una reputación… más que cuestionable. De hecho, perdería de golpe todo el prestigio que he ganado hasta el momento si alguien llega imaginar que hemos tenido esta conversación. -

- Joven Bryan… -

- ¡Personalmente no me importa lo que el Culto de Caelos haga o deje de hacer, mientras que no me afecte personalmente! - Interrumpió Bryan alzando las manos en un gesto tranquilo y apaciguador, para dejar claro que la maldad del grupo no era el principal problema: - Si hasta el momento nos hemos enfrentado ha sido únicamente porque las circunstancias nos han puesto en dicha situación. Pero no tengo el menor deseo de ser enemigo de ustedes.

Sin embargo, el unirme a su Culto… Tengo que decir que eso es demasiado peligroso para un jovenzuelo como yo. -

- Si lo que deseas es pretender que no eres un miembro, eso también se puede arreglar muy fácilmente. Muchos de los nuestros… -

- ¡Señor Egon! - Lo cortó nuevamente Bryan sin dejar de sonreír, pero de algún modo consiguió trasmitir mucha intransigencia: - Me temo que mi respuesta es un rotundo y definitivo “NO”. Sin embargo, ahora conozco que tenemos los mismos enemigos, de modo que no pienso volver a intentar nada en contra de ustedes o del Culto de Caelos.

Además, parece que sus asuntos no interfieren con los míos. ¡Así que con sinceridad le deseo la mejor de las suertes! -

Tras decir eso, Bryan dio media vuelta y regresó al interior de la Taberna, sin mirar atrás. Egon miró su espalda por unos momentos sin decir nada, pero luego sonrió malévolamente y volvió a cubrirse con un hechizo de invisibilidad junto con Belinda.

Aunque antes de irse se le escuchó susurrar: - Volveremos a hablar. -

*****

Una vez en el interior, lo primero que hizo Bryan fue volverse hacia Dragón y darle una sonora bofetada. El golpe llevó tanta fuerza consigo, que Gilberto casi se cae al suelo a pesar de su físico superior.

Naturalmente el adolorido Dragón estuvo a punto de replicar, pero entonces recordó lo ocurrido anteriormente. También se fijó en que la expresión de Trunks era muy parecida a la de su amo, así que dedujo que había cometido algún grave error y se tragó sus palabras.

- ¡Que rayos pasa contigo! ¡¿Visitar unos cuántos burdeles te ha reblandecido el cerebro?! ¡¿O acaso naciste imbécil?! - Le gritó Bryan mientras sus ojos relampagueaban con ira contenida: - ¡Nunca le reveles lo que realmente piensas a alguien fuera de nuestro círculo! ¡Y menos aún a alguien como Egon! -

- Pero… -

- ¡No hay peros que valgan! ¡Jamás lo hagas! - Bramó Bryan, pero se detuvo y comenzó a respirar para tranquilizarse, porque se dio cuenta de que si seguía gritando estaría más bien desahogándose con Gilberto. Cuando finalmente recuperó el control, lo miró tranquilamente, pero habló poniendo énfasis en cada palabra: - Nunca más vuelvas a revelarle lo que realmente piensas a un enemigo. ¡Nunca jamás, dragón! Aunque no tengas buena memoria, estoy seguro de que no te olvidarás de esto. -

Gilberto entendió de repente que su amo estaba dándole un ultimátum, así que asintió lentamente para confirmarle que estaba tomando muy en serio su advertencia y respondió: - No lo olvidaré, amo. -

- Ve a vigilar afuera. - Ordenó Bryan con gesto de la cabeza y el Dragón escapó rápidamente de su presencia.

Trunks suspiró finalmente y puso una mano sobre el hombro de Bryan por un segundo para tranquilizarlo antes de decir: - Aún es un ejemplar joven. Pero creo que te entendió. -

- Lo sé. - Respondió Bryan sin darle importancia: - Debí avisarle antes. En cualquier caso, lo hecho, hecho está. No tiene sentido darle más vueltas. -

Ambos permanecieron en el interior de la Taberna, sentados sobre unos taburetes y bebiendo un poco de vino, pero sin decir una palabra durante horas. En todo momento sus rostros permanecieron pensativos, hasta que escucharon unos pasos a la distancia. Poco después, Phoebe y Emily entraron conversando alegremente, pero sus sonrisas murieron cuando notaron lo serias que eran las expresiones de Bryan y Trunks.

- ¿Qué ha sucedido? - Preguntó Emily.

Menos mal que no estuvo aquí cuando Egon nos visitó, no puedo imaginarme lo que le habría costado estar en presencia del asesino de la Señora Elena.” Pensó Bryan sonriéndole a la Archimaga justo antes de responder: - Estoy es un GRAN problema. -

Con mucha paciencia Bryan y Trunks les explicaron todo lo que había acontecido esa mañana con lujo de detalles: Su conversación con Egon; las expresiones o gestos del Gran Mago durante todo el proceso; la información que les había revelado; y también su propuesta de unirse al Culto de Caelos. En algún momento Gilberto regresó, pero en lugar de decir algo se limitó a permanecer a un costado, mientras escuchaba toda la conversación con mucha atención.

- Realmente no me imagino cómo Bryan va a salir de esto.  - Dijo Trunks sonriendo: - Sabes que si te unes al Culto de Caelos… -

Phoebe y Emily casi saltaron para gritar “¡NO!” cuando escucharon esas palabras, pero antes de que pudieran hacerlo Bryan respondió.

- Quieren convertirme en un esclavo. ¡Creen que les daré un ejército interminable de No Muertos inmunes a la Magia de la Luz! Pero no entienden nada. No saben que mi método de refinación nunca podría lograr algo como la producción en masiva de Criaturas Oscuras para todos los necromantes. Solamente puedo fortalecer a las que yo mismo controlo.

Cuando descubran esto, su siguiente objetivo será volverme su marioneta por completo. Justo como el difunto Fausto. Imagino que me pondrán una correa mucho más bonita y me meterán en una hermosa jaula de oro.

¡Oh si! Estoy seguro de que el Culto de Caelos recompensa bien a sus sirvientes. Me permitirían entregarme hasta la saciedad a cualquier vicio que pudiera tener. Me darán oro, ropa, esclavos, mujeres, todo lo que quiera.

Pero jamás me concederían la libertad. Porque el solo hecho de que pueda ser una amenaza para el Templo de Idramón me hace demasiado valioso como para liberarme.

Todo lo que he sufrido hasta ahora. ¿Y ellos quieren que vuelva a ser un sirviente?… ¡Vamos! ¡Prefiero morir! - Exclamó Bryan al final con un gesto de su mano.

 - Eso es exactamente lo que podría pasar. - Comentó Trunks sonriendo con ironía: - Porque si algo de lo que dijo ese viejo macabro resulta ser verdad, entonces ni siquiera en la Capital estaremos a salvo del Templo de Idramón. -

Bryan no dijo nada, pero en secreto se dio cuenta de que, aunque Trunks hablaba medio en broma, no había dado ninguna muestra de querer distanciarse a pesar del terrible predicamento en el que estaba metido. De hecho, acababa de decir “estaremos”, dejando bien claro que consideraba suyo el problema de su amigo. Y por supuesto, Bryan se sentía agradecido por esto.

- Yo no me preocuparía demasiado. - Intervino Emily suspirando con alivio al confirmar que Bryan realmente no estaba considerando unirse a ese culto infame: - Egon puede ser un auténtico intrigante y un mago poderoso, pero no necesariamente sabe de política.

Las ruedas del Senado aún están girando y todavía no hay un heredero definido. ¡No basta con financiación o el apoyo de un Duque para ser Emperador de Itálica! Menos aún si consideramos cuan insatisfactorios son ambos candidatos. De momento creo que es mejor concentrarnos únicamente en defendernos de los miembros del Templo de Idramón que ahora mismo están en el Valle del Sol. -

- Además, lo cierto es que no todos los miembros del Templo de Idramón son unos locos dispuestos a matar ciegamente. - Agregó Phoebe: - He viajado por muchos lugares y los pocos que conozco son generalmente personas dignas de respeto. Incluso Costel no es realmente un mal tipo si lo examinas con cuidado. Su único defecto es que consiente demasiado al imbécil de su nieto. -

- Si mis sospechas son ciertas, estuvieron involucrados en la muerte de mi capitán. - Objetó Trunks poniendo una expresión desagradable.

- Te creo, señor Trunks. - dijo Phoebe con tono conciliador: - Solo digo que probablemente su ataque no será tan malicioso como sí lo sería el de Egon. -

Trunks quiso decir algo, pero al recordar al terrible anciano no pudo objetar esa conclusión.

- Estoy de acuerdo con la señorita Phoebe. - Dijo Emily: - Lo más seguro es que primero intentarán capturarte. Creo que el Templo de Idramón solamente vendrá a matarte si realmente te unes al Culto de Caelos. -

- Parece que serán unos días complicados. - Concluyó Bryan resueltamente: - Pero quiero dejar claro que, incluso si los ideales del Templo de Idramón fuesen mil veces más nobles, nunca me someteré a su voluntad. ¡Y si intentan matarme no encontrarán en mí ninguna misericordia! -

- ¡Maestro, no importa lo que decidas, tu leal sirviente te seguirá hasta el final! - Exclamó Gilberto, pues recién comprendía la magnitud de su error anterior y estaba deseoso de proclamar su lealtad.

Bryan asintió con una expresión muy seria: - Trunks, de momento asumirás por completo el liderazgo total de los Cancerberos. Nadie debe saber que estoy relacionado en lo más mínimo con ustedes y mucho menos que soy el capitán. -

- Espero que no creas que me da miedo enfrentarme al Culto de Caelos o al Templo de Idramón, Bryan. Porque no que soy un pusilánime que se hace a un lado cuando la situación se vuelve peligrosa. ¿Somos amigos o no? - Preguntó Trunks con el ceño fruncido.

- Lo somos. - Respondió Bryan sonriendo con honestidad: - Es solo que esta configuración es la que mejor se adapta a nuestras actuales necesidades. Los Cancerberos aún son muy pocos y no están del todo listos. Se necesitará un esfuerzo constante para que lleguen al nivel que necesitamos, pero no podremos lograrlo si nos atacan por todos lados.

Lo que voy a hacer es realizar una serie de movidas furtivas para debilitar a nuestros enemigos, mientras busco formas de fortalecernos. No preguntes cómo, pero ya he conseguido un suministro constante de armas y materiales de construcción hechos por el pueblo enano. Sin embargo, ese es sólo el principio. Te aseguro que no pienso renunciar al mando del grupo de mercenarios que acabo de establecer.

Si quieres, podemos poner como fecha límite al día en que todas las fuerzas del Templo de Idramón en el Valle del Sol se retiren. Entonces anunciaremos a todos que yo soy quien lidero a los Cancerberos. -

 La expresión de Trunks regresó a la normalidad tras esta explicación y asintió: - Eres el capitán y se hará lo que digas. ¡Esa es la norma que rige el estilo de vida del mercenario! -

- Hablando de otros temas. - Preguntó Bryan volviéndose hacia las damas: - ¿Ha sucedido algo últimamente por su lado? -

- Acabo de hacer un trato enorme y finalmente conseguí vender casi todas las mercancías de “dudosa procedencia” que me disté y aún tenía que despachar. ¡Obtuvimos setenta mil monedas de oro! Un aparte ya la destiné a un banquero local para el estipendio de los mercenarios y el resto lo guardaré para ti en nuestras bóvedas - Respondió Phoebe.

- Yo por mi parte recibí grandes noticias. - Dijo Emily sonriendo, pero luego le hizo un gesto para llevarlo a un lado, dando a entender que lo que debía decirle era secreto.

Para entonces ya todos sabían que Emily y Bryan eran miembros del Manto Oscuro, así que no tuvieron reparos en que los dos se alejasen a un costado durante unos momentos. Después la Archimaga colocó un rápido hechizo insonorizador a su alrededor.

- Las noticias de nuestro éxito contra Odón Ascher se han extendido y los superiores también están preocupados por la presencia de tantas personas peligrosas en este asentamiento fronterizo. - Explicó Emily rápidamente: - Por eso la Dama Cecilia, una de los tres Grandes Maestres, ha venido en persona para averiguar los detalles.

Acabo de venir de una reunión con ella y le he contado muchas de nuestras inquietudes. Rápidamente ha tomado varias medidas para ayudarnos. También le hablé bastante sobre tus contribuciones y parece estar interesada en conocerte. ¡Es una muy buena oportunidad para que subas varios escalones dentro de la Orden del Manto Oscuro! -

Egon en estado de alerta

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, hoy es 15 de diciembre de 2021 y seguimos bajo el gobierno ilegal del corrupto Pedro Castillo, un comunista de medio pelo que llegó al poder con un fraude electoral.

Este capítulo me costó bastante porque la situación en mi país es terrible y estuve demasiado ocupado como para traducir. Aun así, creo que muchos se habrán dado cuenta de que los diálogos entre Egon y Bryan tuvieron una fuerte modificación para hacerlos mucho más interesantes y fueron el centro de todo.

La inspiración para el intercambio entre ambos se basa en eventos históricos. Pompeyo Magno es quien dijo la frase célebre “La gente ama más al sol que nace que al que ya se está poniendo” al dictador Sila cuando ambos estaban discutiendo. En ese entonces Sila era el político más poderoso de Roma, pero ya estaba muy entrado en años, mientras que el joven Pompeyo ya comenzaba a dar muestras de ser un gran general.

Los diálogos finales de Bryan y Egon están inspirados en los de la Película El Padrino, cuando el gánster Sollozo hablo por primera vez con Don Corleone.

El título original era “Rechazado en la cara” o algo así, pero lo cambié por la expresión que Bryan hace en privado. “¡Vamos, prefiero morir!” es una exclamación que el Conde de Montecristo hace cuando contempla la posibilidad de quedar en vergüenza ante todo el mundo debido a un duelo a muerte. Me pareció mucho más inspirador.

Bueno, eso fue todo hasta ahora. Si les gustó, por favor dejen su opinión en los comentarios, compartan este trabajo con todos los que puedan para aumentar el número de lectores. Además, se acercan las navidades, así que, si quieren apoyarme y también a este proyecto, por favor ayúdenme por medio de mi cuenta Patreon en el enlace correspondiente.

Nos vemos en el siguiente capítulo.