80 Cementerio Mágico

El largo y empinado pasillo fue descendiendo hasta que finalmente lo condujo a una estancia subterránea con un suelo plano y estable. Poco a poco recuperó el equilibrio y sus ojos terminaron de ajustarse a la penumbra, entonces vio que se encontraba en alguna extraña especie de gran laboratorio o un salón experimental. A su alrededor había varias clases de contenedores con todo tipo de objetos y podía ver huesos de diversos tamaños colocados en múltiples lugares. La única iluminación provenía de unas tenues luces verdosas en las paredes, muy similares a tétricos fuegos fatuos y que apenas evitaban que la oscuridad imperara por completo en el interior.


En cada esquina del enorme laboratorio se veían accesos que conducían otras grandes habitaciones adyacentes. Cuando ingresó para revisarlas pudo ver que dos de ellas estaban repletas de estanterías con todo tipo de códices o rollos de pergamino relacionados sobre todo con la Magia Necromántica, aunque también había tomos sobre Magia Oscura. A primera vista era obvio que los documentos eran muy antiguos y no habían sido manipulados hacía muchísimo tiempo. La mayoría estaban cubiertos por una gruesa capa de polvo y su número excedía por mucho a todos los volúmenes que había visto en la Biblioteca de la Facultad de Magia Oscura. El contenido también era notable, pues casi todos los títulos le eran completamente desconocidos a Bryan, que ni siquiera había leído referencias a ellos en las bibliografías que consultó.


Las cuatro habitaciones restantes estaban repletas de suministros mágicos de incalculable valor. Cada elemento estaba almacenado meticulosamente dentro de recipientes herméticos. Pudo ver frascos llenos de polvos extraños y líquidos coloridos; huesos de criaturas desconocidas; colmillos de bestias feroces y malévolas que resplandecían aún en medio de la oscuridad.


Mientras que Bryan permanecía absorto y concentrado en todo lo que lo rodeaba, la misteriosa esfera verde en su mano emitió súbitamente un resplandor cegador que inundó por completo el laboratorio, paralizándolo por un instante. Cuando se recuperó vio con asombro que una sombra más negra que la propia oscuridad comenzaba a concentrarse hasta adquirir una forma casi corpórea, como un fantasma que se manifestaba frente a sus ojos. Cuando bajo la mirada, notó que en el suelo había grabados de diagramas circulares repletos de símbolos mágicos que ahora resplandecían tenuemente. La Oscuridad estaba tomando forma encima de uno de estos símbolos.


- Mi joven aprendiz. Si estás aquí y puedes ver este Espejismo mío, eco de quien fui alguna vez, eso significa que ya he regresado al polvo. Si lo que buscas es entender los secretos del Cementerio de la Muerte y los conocimientos que aquí se guardan, entonces debes prestar atención y escuchar todo lo que tengo que decir. -


Esta extraña sombra era una masa aterradora de Oscuridad concentrada. Bryan era incapaz de distinguir cuál era su forma real, incluso con sus ojos reforzados y bajo el resplandor que la esfera verde estaba emitiendo. La voz también parecía algo tosca, como si perteneciera a alguien que no estaba acostumbrado a hablar. Cada palabra era pronunciada lentamente y con dificultad.


Al principio Bryan pensó en retirarse, pero enseguida se dio cuenta de que lo que estaba viendo era alguna especie de magia de trasmisión, una forma en que los magos ancestrales dejaban mensajes: El Espejismo


Considerando lo que esta sombra está diciendo, lo mejor podría ser dejar las dudas para otro momento y concentrarse en escuchar lo que tenga que decir.” Concluyó Bryan al final y comenzó a prestar atención.


- En principio el Cementerio de la Muerte siempre ha sido un terreno sagrado para los nigromantes. No sé qué habrá ocurrido en el mundo hasta el momento, pero en mi tiempo de vida era aquí donde se encontraba el cenit de todo el conocimiento de la Magia Necromántica. Entre sus muros hay innumerables secretos y está protegido por numerosos encantamientos increíblemente poderosos. Algo que debes saber es que el Cementerio de la Muerte puede moverse. Cuando hayas adquirido todo el saber necesario y pruebes ser digno de su poder, descubrirás que ahora posees una ciudadela aterradora… -


La voz entrecortada continuó explicándole un gran número de cosas sin detenerse y Bryan luchaba por memorizar cada palabra de sus lentas descripciones. Cuando finalmente la sombra le dijo: - Todavía podrás verme en el siguiente nivel. - Su presencia se desvaneció de repente como si nunca hubiese existido.


Aparentemente el Cementerio de la Muerte contaba con cuatro niveles principales: El Gran Vestíbulo con la Matriz de Transporte; los laboratorios y bibliotecas en las que ahora se encontraba; y otros dos niveles a los que aún no había accedido. Si quería comprender completamente todos los secretos del Cementerio de la Muerte, debía descender también a esos dos niveles inferiores. Seguramente encontraría dificultades, pero la recompensa parecía valer la pena. La sombra le había dado a entender que el Cementerio de la Muerte era en realidad una fortaleza mágica increíblemente poderosa que incluso tenía la capacidad de moverse. Bryan estaba sorprendido y emocionado por todas las posibilidades que eso implicaba.


Ahora se había confirmado que la esfera verde había sido creada en el Cementerio de la Muerte, específicamente para servir como llave maestra. En su interior se encontraba un complejo encantamiento realizado por muchos necromantes increíblemente poderosos y que la dotaba de diversas funciones, tanto para controlar la fortaleza… como para protegerla. Si una persona normal hubiera intentado usar el poder de la esfera, una terrible maldición se habría desatado para corromper y destruir su mente, hasta dejarlo como un zombi descerebrado en unos cuantos instantes.


Los únicos inmunes a esta maldición eran los magos necromantes, pues estaba diseñada para reconocer las señales de su poder mágico. Bryan apenas era un Aprendiz de Magia cuando manipulo la esfera, pero esta alcanzó a detectar la presencia de la magia necromántica en su cuerpo y sólo por eso se libró de sufrir esta maldición. Lo que casi lo mató al principio fue el drenado repentino de sus pequeños poderes mágicos, y como entonces apenas tenía Fuerza Mental, estuvo a punto de perder completamente la razón. Ese día habría muerto con seguridad si la Esencia Mágica no hubiera reaccionado para salvarlo, pero si la maldición defensiva se hubiera activado otra sería la historia.


La Esencia Mágica era algo muy diferente a todas las energías de este mundo y poseía unas propiedades increíbles para modificar el cuerpo de Bryan. No solamente lo defendió cuando su mente fue invadida por la Agonía del Alma de Lisa, sino que incluso hizo que desarrollara su propia Fuerza Mental para protegerlo en el futuro. Y cuando la esfera verde casi le drena la vida, también le ayudó recuperar su magia de vuelta y después la incrementó. Era casi como si la esencia Mágica fuese un segundo sistema inmunológico contra los poderes externos y adaptase el cuerpo de Bryan para defenderlo de cualquier invasor.


Gracias a esta lucha de poderes, Bryan se había recibido muchos beneficios de forma inadvertida, aunque a cambio de un dolor inhumano. Esto era algo que ni los Magos Demoníacos que desarrollaron la Esencia Mágica, ni los poderosos Necromantes que crearon la esfera misteriosa, podrían haber imaginado nunca, pues pertenecían a mundos diferentes. Ambas fuerzas se habían encontrado dentro del cuerpo de Bryan, fortaleciéndolo involuntariamente cada vez.


Pero al final, el resto de explicaciones que le dio esa extraña sombra parecían ser muy limitadas. Solo confirmaba que tendría que aventurarse en los niveles inferiores para recibir información más detallada. Bryan se quedó pensando unos momentos y decidió que primero era mejor terminar de revisar el nivel en el que se encontraba, así que regresó a la biblioteca, que tenía varios estantes con rollos de pergamino bien conservados.


Los miles de volúmenes contenían conocimientos mágicos esenciales de la época en que la Necromancia se encontraba en el apogeo de su poder. Todos eran tesoros verdaderamente inestimables para alguien como Bryan. Y es que, si bien la Academia Babilonia también tenía muchas bibliotecas, los libros sobre necromancia eran bastante escasos y el contenido de la mayoría estaba destinado a los Magos Principiantes o Licenciados. Casi no había textos que se ocuparan de la Necromancia más avanzada.


Mientras examinaba las polvorientas estanterías que ocupaban el equivalente a dos enormes salas, Bryan tuvo que suspirar admirado. Cada uno de los libros era increíblemente superior en comparación a todo lo que había visto en este mundo ya fuese en calidad o cantidad.


Dos artículos llamaron su atención, eran tres rollos de pergamino que tenían su propio estante que los separaba del resto. Cuando los examinó de cerca, Bryan vio que estaban titulados como “Mageía Nekromanteía”. Cada uno de estos pergaminos parecía casi nuevo y se encontraban protegidos dentro de un recipiente mágico tubular hecho a medida para contenerlos. Habían sido organizados uno sobre otro, indicando que el pergamino superior era el primer volumen y los siguientes correspondían a los textos segundo y tercero. Era evidente que la persona que los almacenó quería que se destacaran, así que tenían que ser muy importantes.


Bryan se acercó y extrajo el primero de los pergaminos. De inmediato noto que era bastante grueso y cuando revisó el contenido descubrió que era un registro extremadamente detallado de los fundamentos de la magia necromántica, su desarrollo y finalmente la síntesis de su verdadera esencia. Cuanto más leía más se sorprendía, porque el contenido era muy diferente a todo lo que le habían enseñado en la Academia; además también tenía registros de una gran variedad de conjuros, hechizos y encantamientos necrománticos de los que ni siquiera había escuchado referencias.


Mientras desenrollaba con cuidado el pergamino, Bryan se dio cuenta de que un tercero había escrito varias notas adicionales que ayudaban a explicar algunos de los textos y aportaban comentarios con información útil. De inmediato se sintió agradecido, pues el contenido estaba muy lejos de ser simple, pero incluso con esta ayuda adicional tuvo grandes dificultades para entender gran parte de lo que estaba escrito.

Para incrementar aún más la dificultad de su lectura, parecía que la persona que escribió las anotaciones había asumido que quien leyera el pergamino ya tendría un conocimiento profundo sobre el tema tratado, porque no escribió ninguna indicación en los primeros capítulos del texto. Sólo tras leer un tercio del contenido aparecían las notas, que también empleaban muchos términos complejos. Así que dejó este pergamino en su lugar y tomó el segundo y el tercero para revisarlos. El contenido de estos se revelo igual de difícil que con el primero, pero al menos entendió lo suficiente como para confirmar que los tres rollos eran en realidad un solo libro.[1]

 

El problema principal era que los pergaminos dos y tres parecían más complicados. Entonces Bryan decidió que lo mejor que podía hacer era centrarse en descifrar el primer rollo y dejar el resto para más tarde. En cualquier caso, a partir de ahora el pergamino de “Mageía Nekromanteía” se convertiría en su nueva fuente de aprendizaje y comenzaría a descifrar poco a poco su contenido para aplicar su saber en su entrenamiento.


Una vez que tuvo definido su nuevo curso de acción, Bryan tomó la esfera verde y abandonó el laboratorio para dirigirse a la superficie. Esta vez no se vio afectado por la barrera mágica que bloqueaba el pasillo y regreso al vestíbulo principal en poco tiempo.

*****

Durante los siguientes días Bryan estuvo totalmente concentrado en el estudio del primer pergamino. Casi no dormía ni comía y en su lugar se la pasada analizando cada palabra registrada en el royo. El trabajo mental era agotador, pero su contenido valía la pena. Solamente a partir de lo poco que había logrado entender pudo concluir que los conocimientos mágicos sobre Necromancia que actualmente se enseñaban en la Academia Babilonia eran tristemente superficiales.

En el pergamino había muchas magias considerablemente… malignas; y que seguramente Fanny nunca hubiera podido enseñarle.


REANIMACIÓN DE CADÁVERES”, un poderoso encantamiento esencial para los magos necrománticos de antaño. Otorgaba el poder de reanimar a los cadáveres cercanos como muertos vivientes dispuestos para pelear y combatir de acuerdo a su voluntad. Si el Nigromante tenía suficiente Fuerza Mental, podía comandar un aterrador ejército de zombis incansables, que sólo se hacía más fuerte conforme aumentaban las bajas enemigas.


DOMINIO NECROMÁNTICO” era otra poderosa magia de naturaleza maligna. Se trataba de un conjuro necromántico que abarcaba todo un territorio y, mientras estuviera activado, el poder de batalla y la agilidad de todas las Criaturas Oscuras dentro del Dominio se vería enormemente incrementado. En cambio, los seres vivos dentro del Dominio, salvo el Necromante y sus aliados, experimentarían una atmósfera opresiva que reducía la resistencia y las habilidades de combate.


En el pergamino había muchas otras magias aparte de Dominio Necromántico y Reanimación de Cadáveres, la mayoría de las cuales se habían perdido en la historia hasta tal punto que ninguno de los necromantes actuales podía comprenderlas y mucho menos ejecutarlas. Afortunadamente las descripciones del pergamino parecían ser bastante detalladas.


Toda la biblioteca era un tesoro de valor incalculable. Bastaría con que Bryan hiciese circular algunas de las magias registradas en “Mageía Nekromanteía” para cambiar por completo la decadente situación de los necromantes y aumentar el poder de toda su disciplina mágica. Si se daban las condiciones incluso podría hacer que la necromancia volviese a ser temida y respetada.

*****

Durante los siguientes diez días Bryan se dedicó por completo al incremento de su Fuerza Mental y el estudio de “Mageía Nekromanteía” pero hizo pocos progresos. Reanimación de Cadáveres era un hechizo fundamental, pero desafortunadamente no tenía muertos frescos a la mano para experimentar. Y Dominio Necromántico era magia muy avanzada, lo que significaba que no podía practicarlo porque su Fuerza Mental todavía era insuficiente.


Sin embargo, no fueron esfuerzos vanos, porque gracias a todo ese entrenamiento finalmente se las arregló para dominar por completo el conjuro de “Lanza de Hueso”. Incluso estuvo a punto de ejecutar el conjuro de “Invocación de Zombis”, pero descubrió que tenía problemas para comunicarse con el Inframundo cuando quería invocar a criaturas más complejas.


Con todo el tiempo que había trascurrido Bryan estimó que el Desgarrador Sombrío ya debía estar casi terminado, así que después de unos instantes de reflexión decidió dejar el Cementerio de la Muerte para dirigirse al pueblo de los enanos acompañado de su Pequeño Esqueleto. Por el camino tuvieron que desviarse para evadir a unas cuantas bestias mágicas de nivel 3 y superiores. También cazó unos cuantos monstruos de bajo nivel y se llevó los despojos consigo para ofrecerlos como presente a sus amigos.


Cuando estaba ya se encontraba a mitad de camino escuchó los inconfundibles sonidos del choque de metal contra metal. Parecía que se estaba desarrollando una intensa batalla en las proximidades. Sorprendido y alarmado, Bryan incremento la velocidad, sorteando rápidamente los árboles que camuflaban el acceso al pueblo. Su Pequeño Esqueleto lo seguía de cerca y ambos se precipitaron hacia la fuente de los sonidos.


Al poco tiempo los vio. Eran un par de docenas de Ogros Devoradores de Hombres y casi cien Trasgos[2], que trataban de abrirse paso por el desfiladero que servía de acceso al pueblo. Pero los defensores enanos estaban portando armas nuevas de gran calidad, mucho más letales y resistentes que las que empuñaban los invasores. Los Trasgos en particular se habían limitado a utilizar unas espadas muy rudimentarias y garrotes de madera, la mayoría de los cuales se habían roto en cada pequeño encuentro.

El problema era que los monstruos eran demasiado numerosos para los enanos, que solamente habían conseguido defenderse hasta el momento gracias a la superioridad de su armamento y la fuerza de su voluntad. Pero el agotamiento ya estaba haciendo mella en ellos.


En una situación semejante la estrategia más sensata sería batirse en retirada hacia la espesura del bosque, pero si lo hacían les dejarían el paso libre hacia su propio pueblo, lleno de mujeres y niños sin ninguna capacidad real para combatir. Retirarse aquí significaba la muerte de todos sus familiares.


Al ver la desesperada situación que se encontraban sus amigos, Bryan sintió que una intensa ira se apoderaba de él. Su ballesta ya se encontraba en su mano mientras corría hacia los invasores y varios virotes afilados surcaron el aire con un silbido, cobrándose la vida de un Ogro Devora-Hombres y dos trasgos que no alcanzaron a notar la amenaza.  Al mismo tiempo el Pequeño Esqueleto pareció percibir la profunda cólera que su amo estaba albergando en su interior y reaccionó adelantándose a toda velocidad, como un demonio en busca de venganza. Las siete púas de hueso en su espalda salieron disparadas en todas las direcciones, dejando rastros de sangre en todos a su alrededor, aún en los robustos cuerpos de los Ogros Devora-Hombres.


- ¡Miren todos, es Han! ¡Él está aquí! - Bennett estaba blandiendo una pesada masa de hierro mientras se enfrentaba con cinco o seis trasgos al mismo tiempo, pero alcanzó a ver la figura de Bryan con el rabillo del ojo y exclamó sorprendido.


Como un León que arremete por sorpresa contra una mana de Hienas, la llegada de Bryan y su criatura significó el preludio de una terrible matanza. Y el Pequeño Esqueleto era particularmente feroz, pues sus siete púas de hueso revoloteaban entre la multitud de monstruos causándoles heridas terribles o cobrándose vidas directamente.


Bryan disparaba su ballesta o blandía sus dagas gemelas con gran precisión para cortar gargantas y articulaciones. Pero al mismo tiempo, cada vez que tenía un respiro, no dejaba pensar en las mejores formas de proceder y finalmente tomo una decisión. Primero invocó unos cuantos Guerreros Esqueléticos armados con dagas y les ordeno atacar a los invasores. Pero él mismo se quedó quieto en su sitio, y mientras sus criaturas mantenían alejados a los enemigos, Bryan se acercó a los cadáveres de los Trasgos y Ogros Devora-Hombres que yacían sin vida en medio del campo de batalla. Entonces comenzó a desatar el terrible encantamiento de Reanimación de Cadáveres.


Sin embargo, aún después de varios intentos, no ocurría nada. Pero como era una magia que practicaba por primera vez, Bryan no lo encontró extraño y siguió perseverando en el encantamiento sin detenerse, pese a las miradas sorprendidas de los enanos que no entendían por qué de pronto permanecía sin moverse y aparentemente sin hacer nada.


Entonces ocurrió. Se trataba de un trasgo que había muerto por uno de sus proyectiles de ballesta. El cadáver se sacudió un momento y luego se levantó de repente a pesar de que todavía tenía el afilado virote profundamente incrustado en su pecho. El trasgo muerto se tomó un instante para recoger un garrote de madera en el suelo y luego avanzó tambaleándose; pero eso fue solo al principio, porque luego se precipitó para atacar a otro trasgo que estaba luchando a unos pocos metros de distancia. Luego de confirmar que el encantamiento había funcionado, Bryan se concentró en recordar con calma la forma en que acababa de utilizar su magia y una vez más lanzó el hechizo de Reanimación de Cadáveres.


Esta vez lo consiguió en el primer intento y un enorme Ogro Devora-Hombres que había muerto desangrado se levantó como un muerto viviente. Bryan continúo utilizando el encantamiento y los cadáveres de cinco o seis Trasgos se alzaron, tomaron sus armas y luego comenzaron a atacar a los que habían sido sus compañeros.


Cuando los invasores notaron lo que ocurría, el pánico se apodero de sus corazones como una marea desenfrenada. La visión de sus propios muertos, levantándose de nuevo para atacarlos sin ninguna piedad, destruía los cimientos de todo lo que conocían y por primera vez contemplaron la posibilidad de que podría existir algo peor que la propia muerte. Rápidamente comenzaron a gritarse cosas en su extraño lenguaje y señalaron a Bryan con el más profundo terror escrito en sus rostros, antes de dispersarse en todas direcciones sin otra intención que la de salvar sus vidas.


El terror se había extendido incluso en los corazones de los enanos, que ahora lo contemplaban con expresiones cautelosas y alarmadas; muy diferentes a como siempre lo habían observado. Esto sorprendió a Bryan por un instante, pero reaccionó de inmediato y se apresuró a disolver la magia de su encantamiento. De inmediato los Muertos Vivientes volvieron a ser cadáveres y se desplomaron nuevamente en el suelo sin el menor atisbo de vida.  

****

- Han esa magia que has utilizado… es demasiado terrible. Confieso que nos asustó. - Bennett fue el primero en romper el silencio y caminar hacia Bryan, mientras le hablaba con vacilación.


Bryan era consciente de que Reanimación de Cadáveres era un encantamiento bastante aterrador y más aún desde la perspectiva de una persona común, que no estaban acostumbrados a la magia. Seguramente tendrían demasiados problemas para aceptarlo. Después de pensar por un momento decidió que defenderse sólo crearía fricciones innecesarias, en cambio era más factible darles la razón primero y luego argumentar. Así que asintió y dijo: - Tienes mucha razón, mi estimado amigo. Estaba preocupado por la seguridad del pueblo y permití que el miedo me ganara. Quizá fue un error recurrir a un método tan extremo, pero no quería que ninguno de ustedes muriera. -


- Es verdad que esa magia es realmente difícil de aceptar. Pero no cabe duda de que ha funcionado. ¡En todos mis años de vida nunca he visto a esos malvados Ogros Devora-Hombres tan asustados! Jajaja. Muchas gracias por tu ayuda, amigo Han. Por cierto… ¡Tu arma está lista! Vamos, te la daremos cuando regresemos al pueblo. -


- ¡¿Ya la han terminado?! - Fue una grata sorpresa enterarse de que el prototipo Desgarrador Sombrío estaba listo, así que Bryan sonrió sorprendido y siguió a los enanos por el sendero que conducía a su aldea.


Con toda la emoción y el alivio que sentían, ningún enano se dio cuenta de que el Pequeño Esqueleto negro no estaba siguiendo a su amo. En lugar de eso se quedó rezagado, y cuando la comitiva estuvo lo bastante lejos, comenzó a saquear los cadáveres de los monstruos con el profesionalismo que lo caracterizaba. Tal y como Bryan le había ordenado mentalmente antes de irse.

*****

Una vez en el pueblo, el jefe Calvin salió a recibirlo y lo condujo junto a las forjas donde se había fabricado el Desgarrador Sombrío.


- Amigo Han, he aquí el arma que hemos creado utilizando el diseño y las descripciones que nos diste. ¿Estas satisfecho con esta hoja? - Calvin tenía en sus manos un martillo que utilizaba para trabajar con precisión los metales y lo usaba para señalar a un arma que descansaba sobre una mesa de piedra.


El Desgarrador Sombrío medía aproximadamente 70 centímetros de largo y sus bordes extremadamente afilados reflejaban la luz del sol, pero el resto de la hoja era de un color marrón oscuro al igual que su empuñadura.


Bryan se acercó y levantó su nueva arma con emoción, observando cuidadosamente todos los detalles. A pesar de su tamaño se sentía bastante pesada, pero no hasta el punto de ser incómoda. La empuñadura pesaba exactamente lo mismo que la hoja, lo que le permitía un balance perfecto y equilibrado. De súbito hizo un movimiento y apuñalo la mesa de piedra, que había sido hecha con un sólido bloque de granito utilizado para afilar las armas. El Desgarrador Sombrío atravesó la dura superficie como si de mantequilla se tratase.


Mientras tanto Calvin estaba atento a las reacciones de Bryan con el nerviosismo propio de un artista cuya obra está siendo evaluada. Finalmente lo vio asentir con la cabeza y sonreír con emoción: - Noble Patriarca, no tengo palabras para describir cuan satisfecho me siento por tu obra. Solamente puedo inclinarme y saludar tus habilidades como Maestro Forjador. ¡Esta arma es magnífica! -


- Ja, ja, ja, me complace que la encuentres satisfactoria. - Calvin exhaló un suspiro de alivio y luego sonrió mientras miraba su obra y explicaba los detalles del proceso: - Esta arma es una aleación perfecta de Oricalco junto con una amalgama de más de diez metales extremadamente raros. Todo eso unido gracias al Oro Negro, cuya extraordinaria versatilidad natural hace posible producir este material que es increíblemente fuerte, pero también flexible. Claro que para lograrlo es necesario poseer hornos capaces de llegar a las altísimas temperaturas necesarias y tener una considerable experiencia con el comportamiento cambiante del metal durante el proceso de forjado… Je je je, está mal que yo mismo lo diga ¡Pero también creo que es un arma magnífica! -


- Maravilloso en verdad, nunca podré agradecerles lo suficiente. Con este asunto concluido mi prioridad ahora es obtener los alimentos que les prometí. Debo despedirme por el momento, pero la próxima vez que los visite estaré trayéndoles parte de las raciones de invierno necesarias. Hasta entonces me despido de ustedes. ¡Pero estén alertas! Esos Ogros Devora-Hombres o los Trasgos que los acompañaban podrían atreverse a regresar. Por favor asegúrense de tener cuidado. -


Después de darles esta advertencia y un emotivo agradecimiento final, Bryan se despidió de los enanos y regresó entusiasmado al Cementerio de la Muerte. Una vez en el vestíbulo, comenzó a hacer circular la Esencia Mágica dentro de su cuerpo de una forma particular. Cuando estuvo listo extrajo una parte de su sangre y la infundió dentro del Desgarrador Sombrío. Este era un proceso de refinamiento que estaba en las memorias de Chu Cang Lan. La sangre de Bryan se entremezcló primero con su Esencia Mágica para después fluir lentamente hacia su nueva arma, dotándola de un Circuito Mágico propio y transmutándola al mismo tiempo en algo nuevo.


Todo el proceso duró tres días con sus respectivas noches. Y durante todo este tiempo Bryan permaneció constantemente concentrado e infundiendo su sangre en pequeñas dosis hasta que sintió que casi toda su fuerza se había drenado e incluso la Esencia Mágica parecía haberse agotado por completo. Pero había tenido un éxito rotundo. La superficie del Desgarrador Sombrío había cambiado de color y ahora resplandecía con un tono rojo oscuro. Finalmente se había transformado en un Tesoro Mágico.

Hubiera querido probar su arma de inmediato, pero estaba demasiado agotado y necesitó de otros dos días para recuperar sus poderes. En cuanto sintió que su Esencia Mágica era suficiente, Bryan comenzó a meditar en la Ley de Eficiencia de Objetos Encantados en busca del método para lograr la Asimilación de Tesoros Mágicos. Si tenía éxito ejecutando esta magia, sería capaz de manipular el Desgarrador Sombrío únicamente con su mente.


La Asimilación de Tesoros Mágicos era en realidad un complejo encantamiento de magia demoníaca que vinculaba un objeto físico a su propia alma, dotándolo de algo similar a la vida. Durante su ejecución los circuitos mágicos de Bryan iban a sufrir una enorme y muy dolorosa presión de forma regular. Por eso decidió que lo mejor era cazar dos linces en el mismo bosque y se dirigió a la cascada en donde normalmente entrenaba, con el objetivo de fortalecer su cuerpo a la par que realizaba el encantamiento.


Todo fue tal y como lo planeo. Mientras entrenaba para ejecutar el encantamiento, sus circuitos mágicos eran prácticamente sobrecargados y tenía que utilizar su Esencia Mágica constantemente para regenerarlos y mejorarlos. Antes de darse cuenta comenzó a perder el sentido y se introdujo en el Estado Mental Tenebroso.

*****

Una sensación de frío lo despertó de repente y al principio tuvo problemas para recordar en donde estaba. Cuando sus sentidos se aclararon descubrió que en algún momento se había caído dentro de la laguna. Por suerte para él sus aguas eran profundas y su baja temperatura le ayudó a recuperar la conciencia. Sin embargo, cuando emergió de las aguas, descubrió para su sorpresa que el Desgarrador Sombrío había desaparecido. El pánico se apoderó de Bryan y en su desesperación estuvo a punto de sumergirse otra vez para buscar su arma.


En ese momento, un destello de color rojo oscuro salió de súbito desde el interior de las aguas y luego se dirigió volando rápidamente en su dirección. Al principio Bryan pensó que se trataba de una criatura mágica peligrosa y su primera reacción fue evadirlo, pero luego se dio cuenta de que un extraño sentimiento de familiaridad surgía en su interior. Era como si ese resplandor rojo que ahora se acercaba volando tuviera algún tipo de conexión con él.


Al principio sintió confusión, luego sorpresa y finalmente comprendió lo que había sucedido. Entonces se concentró y el resplandor rojo comenzó revolotear a su alrededor. Mientras Bryan admiraba el espectáculo, percibió que había un pez nadando cerca de la orilla de la laguna y un pensamiento rápido cruzó por su mente. El Desgarrador Sombrío se detuvo en el aire menos de un segundo y luego salió disparado más rápido que cualquier saeta, atravesando al pez instantáneamente. 


- Parece que lo he conseguido. - Bryan extendió su brazo izquierdo y el Desgarrador Sombrío volvió a emerger de las aguas a gran velocidad para aterrizar suavemente en la palma de su mano.


Sus poderes también se habían incrementado considerablemente gracias a su entrenamiento, al igual que su percepción y control que tenía del mismo. Por ejemplo, ahora podía ejecutar su Conjuro de Fuego-Glacial Místico a una velocidad muy superior a la de sus inicios y del mismo modo también podía percibir el grado en que su magia afectaba a otras cosas.


Y fue gracias a eso que se llevó otra gran sorpresa, pues repentinamente sintió que el Desgarrador Sombrío estaba emitiendo rastros de aire helado, del tipo que solamente producía la llama purpura de su Conjuro de Fuego-Glacial. El poder congelante estaba fluyendo desde su mano hasta el filo de su arma y desde ahí se filtraba delicadamente hacia el exterior. El proceso era sutil pero sus efectos eran definitivos. Como su brazo izquierdo continuaba extendido, la punta del Desgarrador Sombrío seguía señalando en dirección a la laguna y una gruesa capa de hielo estaba formándose en la superficie del agua, únicamente gracias al aire glacial.


De inmediato Bryan sintió que una gran euforia nacía en su interior, porque sabía que esto era una señal de que finalmente había superado el “Reino de los Pasajes Abiertos” y ahora estaba pisando los primeros escaños del “Reino del Espírito Moldeado”.


Y pensar que únicamente me ha costado varios días de dolor, unos pocos enfrentamientos de vida o muerte, y muchas noches insomnes de entrenamiento mágico. Habría pagado mucho más para lograr esto.” Pensó Bryan, complacido con el gran avance que había realizado.


Nuevamente sus poderes mágicos se habían incrementado junto con sus habilidades. Ahora también tenía en sus manos este excelente Desgarrador Sombrío y tuvo éxito transformándolo en un Tesoro Mágico vinculado a su Alma. Así que Bryan sentía que ya era hora de dejar por un tiempo el Cementerio de la Muerte y eliminar completamente a esa molesta amenaza que se hacía llamar Grover.


Después de trasportarse y abandonar las tumbas detrás de la Academia, Bryan estaba pensando en reunirse con Phoebe inmediatamente, pero decidió hacer algo primero. La verdad era que tenía genuinos sentimientos por Fanny y estaba extrañando verla. Claro que había querido reunirse con ella mucho antes aprovechando que tenía más dudas sobre la necromancia para hacerle preguntas; pero la situación se le complicó, luego esos tipos trataron de asesinarlo y al final estaba la prisa por escapar de Grover, regresar al Cementerio de la Muerte para sanar sus heridas y llevar el Oro Negro que había adquirido para hacer su arma. Simplemente no tuvo tiempo.


Ahora sin embargo tenía todo un temario de investigación con el primer pergamino de “Mageía Nekromanteía”, que contenía muchos conocimientos difíciles de entender a pesar de la ayuda de las notas escritas. Pero Fanny era una Maga Adepta en Necromancia así que seguramente su experiencia era mucho más profunda. Y como llevaba consigo todo un repertorio de preguntas al respecto, pensó que esta era una buena oportunidad para buscar la ayuda de su amada profesora.

****

La Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares era poseedora de una elevada posición social dentro del Imperio. Y si bien el viejo Grover estaba guardando una considerable cantidad de odio en su corazón exclusivamente para Bryan, este no creía que el anciano fuese a atreverse a hacer un movimiento descarado en los terrenos de la escuela. Después de todo, los profesores eran maestros poderosos en varias especialidades mágicas y todas ellas, con la excepción de la Escuela Necromántica, poseían una gran cantidad de supervisores, auxiliares profesionales e incluso estudiantes experimentados en varios niveles de combate mágico. También había profesores que ya poseían largas carreras en el ejército con muchos logros militares en su haber. Así que, si los asesinos de “Sombra Fantasmal” venían a buscarlo, no tendrían oportunidad de escapar con vida si eran descubiertos.


El anochecer ya había llegado y los estudiantes estaban relajándose o cenando amenamente en el gran comedor después de un largo día de aprendizaje. Como no quería atraer la atención de nadie, Bryan decidió no ir directamente al laboratorio de la profesora y en su lugar se dirigió muy discretamente hacia el pequeño edificio donde vivían algunos de los profesores de la Facultad de Magia Oscura.


Y es que con todo el tiempo que había permanecido en la Escuela Necromántica, ya sabía las idas y venidas de casi todo el mundo y eso naturalmente incluía la residencia de los profesores junto con la habitación exacta donde pernoctaba su querida Fanny. No tuvo problemas en orientarse, incluso en medio de la oscuridad de la noche. Nadie reparó en él tampoco, pues llevaba su identificación de estudiante y caminaba como sólo podían hacerlo los que vivían ahí. 

[1] En tiempos antiguos “Libro” era en realidad la palabra que se usaba para designar a los rollos de pergamino. Lo que hoy conocemos como libro, páginas encuadernadas, es en realidad un Códice.


[2] Trasgo: “El que trasgrede” es un demonio pequeño de la mitología española. Pero en el género de la literatura fantástica esta palabra se usa para referirse a los Goblins (duendes), que muchas veces suelen describirse como una sub-especie de los Orcos o como Orcos propiamente dichos, pero repito que sólo en el género de fantasía y concretamente en la obra de Tolkien “El Señor de los Anillos”. Para esta novela considero al Trasgo como una sub especie de los orcos o un pariente lejano más pequeño.

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú. Donde hay más de 70 museos solamente en la Ciudad de Lima.

Estimados amigos, me disculpo por la larga ausencia. Francamente estoy agotado de tanto trabajo y mis enfermedades, si bien no se incrementan, tampoco es que mejoren.

 

Además, sentí que este capítulo fue bastante denso de traducir. Muchos cambios tuvieron que hacerse y otros improvisarse para describir bien todo lo que ocurría. Tal vez ya notaron anteriormente que cambié el nombre de la Ley de Uso Óptimo para encantamientos y la Asimilación de tesoros mágicos. Esos términos eran difíciles de traducir en inglés y cada vez cambiaban un poco, como si el mismo autor no se decidiera por el nombre definitivo. Por eso tuve que hacerlo por él.

 

Otro nombre fue Dominio Necromántico, el original es Canopy of Necromancy, que significa “Dosel de Necromancia”. ¿Acaso no suena horrible? Por eso prefiero la palabra dominio haciendo referencia a un territorio, que es lo que hace el encantamiento por su definición.

 

Ahora no se ustedes, pero yo adoro el Latín. Amo ese idioma. Para mí uno puede hablar y decir cualquier cosa, pero si lo dices en latín, suena serio e imponente. Y en una historia donde hay magia creo que el latín es genial para los conjuros, como hicieron en Harry Potter.

 

Cuando leí el nombre del “Importante pergamino de miles de años de antigüedad en el cementerio de la muerte” me quedé sin habla. Es decir, el autor le puso “Magia Necromántica”. ¿En serio? ¿Qué pasó con la imaginación? Hasta los libros de la Academia parecen más serios.

 

Decidí usar el mismo nombre, pero en latín, para que sonara más chévere. Pero ¡oh sorpresa! Necromancia ya es una palabra en latín y Magia apenas si varía. Que tristeza y decepción sentí en ese momento. Pero la salvación estaba a la mano: El Griego. El otro gran idioma de la humanidad.

 

El resultado ya lo leyeron, creo que quedo genial. Suena interesante y sabes lo que dice, pero parece algo más “importante”. Me gustó tanto que casi le cambio el nombre a los encantamientos del pergamino, pero pensé que sería un caso en que el remedio puede ser peor que la enfermedad. ¿Cómo hago cuando el protagonista los use? ¿Debo incluir una traducción al costado todo el tiempo? ¿Y luego como justifícalos nombres de otros hechizos? Mucho problema, por eso simplemente corregí Dominio Necromántico y lo dejé ahí.

 

Ahora tengo una confesión. Hay una parte sobre la que no estoy seguro y son un detalle aparentemente menor: Las Notas. Según la novela los pergaminos tienen notas aparentemente “escritas a mano” (como si hubiera otra forma de escribir en un pergamino ¿Acaso hay imprenta en el mundo de fantasía?). Pero la verdad el texto es muy confuso al respecto. Al principio parece que esas notas ayudan a comprender la lectura, luego dicen que las notas ya no ayudan; después se menciona que las notas están en el primer pergamino, pero luego se dice que están en el segundo y no en el primero. Es una locura.

 

Al final improvisé y modifiqué las cosas para que sonaran coherentes, como siempre lo hago. Espero que he haya quedado bien. Por favor denme sus opiniones.

 

El resto fue más sencillo, aunque no demasiado.

 

En la batalla entre los enanos y los invasores se menciona que vienen acompañados por GOBLINS. Ese término lo usaba Tolkien en su libro “El Hobbit”, pero luego los cambió por Orcos en el Señor de los Anillos. En España los tradujeron como “Trasgos” al principio, luego también utilizaron “Orcos”.

 

El problema que tengo es que Goblin es un término muy vago que puede hacer alusión a demasiadas cosas tanto en fantasía como en mitología. Es casi como decir “duende”.

 

Hubiera dicho orcos, pero en la novela ya los describieron como seres capaces de montar lobos, crear ejércitos y con un territorio propio fuera del bosque oscuro. No parecía sensato que de pronto se lanzaran a la conquista de un pequeño pueblo enano, por eso tenía que ser una criatura diferente, más pequeña y tonta. Este es el por qué elegí el término Trasgo.

 

Mis eternos agradecimientos a los admiradores de H.P Lovecraft, porque la mayoría de las imágenes son del ficticio libro Necronomicón.

 

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Nos vemos en el siguiente capítulo.