292 La Conclusión

EN LA ARENA DE COMBATE

Vlad Cerrón había cerrado la distancia que los separaba en tan solo un instante y Bryan respondió con una lluvia de cortes entremezclados con estocadas. Las espadas tintinearon con una melodía rápida, la cual culminaría en la muerte súbita de alguno de los dos.

Atrapado en este encuentro de golpes, Bryan decidió fingir un ritmo particular cada vez que cortaba con la espada pesada, de tal modo que sus contraataques no se extendiesen demasiado. Esta era una trampa para esconder la estocada letal del Desgarrador Sombrío, que vendría durante el tercer ataque como la mordida de una serpiente. Y si bien el intervalo era bastante corto, teniendo en cuenta que él tenía dos espadas, no le quedaba más remedio que proceder de esta manera, siempre con extrema precaución. Pues contra un oponente tan brillante debería de bastar con que revelase dos veces la debilidad de su estilo antes de atacar.

Lamentablemente su plan resultó ser un grave error. Porque la primera vez que alargó demasiado la réplica, la espada de Vlad se coló en el hueco y le rozó las costillas. Si no fuera por la placa de Mithril que protegía esa zona, el Aura de Batalla lo habría tocado directamente y sufriría heridas bastante severas. En realidad, Vlad Cerrón podría haber matado a Bryan con esa misma estocada, pero se contuvo, receloso de un engaño. Únicamente por esto el necromante consiguió retroceder apenas a tiempo para salvarse, aunque dando tumbos.

¡Eso estuvo demasiado cerca!” Pensó Bryan frustrado a la par que asombrado: “Lo he llevado hasta este punto. He agotado sus fuerzas y conseguí herirlo en el hombro. Mis poderes se han multiplicado tanto gracias a la Esencia de Sangre… ¡¿Pero todavía no puedo imponerme en un intercambio directo?!

Bryan comenzó a sentir un viejo y conocido escalofrío, un eco de su pasado. Era el miedo a morir. Con sus dos espadas sumadas al inmenso poder que en ese momento llenaba su cuerpo a desbordar, ya debería ser capaz de aplastar a Vlad Cerrón con fuerza bruta, pero en contra de la elegante técnica de espada larga que su oponente blandía, la magia demoníaca no parecía servirle para nada.

Hablando estrictamente ya era más fuerte que el ex Caballero, por lo menos mientras durase el efecto de la Esencia de Sangre, pero no estaba consiguiendo un golpe definitivo.

- ¡Al cuerno! - Exclamó Bryan furioso modificando el agarre de sus espadas para colocarse en la posición de defensa y ataque que Cyrano Constantino le había enseñado, mientras desterraba a un lado cualquier sentimiento pesimista: - ¡Luchemos, legendario perdedor! -

Vlad Cerrón hizo una mueca de odio al escuchar su insulto, pero se lanzó al combate con más fuerza, sin darle un segundo para descansar. Por su parte, Bryan estaba comenzando a ver borroso. Si la situación continuaba de este modo, el cansancio le ganaría e intentaría algo desesperado. Y Vlad Cerrón estaría listo para aprovecharlo. Porque incluso a pesar de toda la ira frenética con la que lo estaba atacando, Bryan podía distinguir un brillo de inteligencia en la mirada de su oponente. Incluso en esas circunstancias seguía siendo el trigésimo séptimo campeón del Gran Anfiteatro Imperial. ¿A cuántos hombres desesperados había visto en esos treinta y siete duelos? Sin duda, todo rival que hubiese sobrevivido al primer choque de los aceros con este maldito ex Caballero había experimentado la misma desazón en el estómago que Bryan ahora estaba sintiendo. El autoengaño no tenía cabida en cuanto las espadas empezaban a cantar.

Fue entonces que le pareció ver un cambio en el rostro de Vlad Cerrón. No era suficiente para revelar a Bryan lo que pensaba hacer, pero sí para indicarle que su oponente estaba a punto de terminar con el duelo y matarlo. Porque era la misma mirada que el propio Bryan ponía cuando llegaba ese momento en que ya había comprendido por completo cuáles eran los puntos fuertes de un enemigo y se disponía a dar el golpe final.

Hubo una pausa. Bryan esperó a que Vlad Cerrón avanzase con aquellos malditos brazos increíblemente largos y veloces que tenía, con su postura fluida y segura. Pero este se detuvo. Algo había sucedido. Cuando miró hacia abajo, descubrió que las placas de la armadura que protegían los pies de Vlad Cerrón se habían descolocado, algo que casi nunca ocurría, y este tuvo que quedarse quieto para reacomodarlas. Ese fue un auténtico milagro que le dio a Bryan un instante precioso para respirar.

Y mientras recuperaba el aliento, recordó algo que había escuchado anteriormente, cuando luchaba en un lugar muy parecido.

El miedo es útil. Es un mecanismo natural que te ayuda a sobrevivir. Tener miedo no es un problema sino algo perfectamente natural. Pero cuando los dioses concedieron el miedo a la humanidad, fue con la idea de ayudar a los mortales a escapar y no para luchar contra un oponente. ¿Notas cómo tensa tus músculos? Eso sirve para correr a toda prisa, sin embargo, puede ser fatal en un combate contra un espadachín, porque te vuelve rígido y reduce tu capacidad para pensar. Por eso el miedo te causará la muerte algún día, si no lo controlas. Recuerda siempre esta lección, Bryan el Necromante: Cuando luches, lucha para ganar y nunca para perder.

La voz de Cyrano Constantino resonó en los oídos de Bryan, provocando que recordase la implacable práctica que tuvo en esos treinta valiosísimos días en los que el maestro lo hizo morder el suelo con su espada de madera prácticamente en cada sesión. Su miedo amainó. Aunque estuviese en un duelo, aquello a lo que se enfrentaba era en esencia lo mismo que hacía durante las lecciones con el Maestro Cyrano, solo que ahora Bryan tenía más aguante, más fuerza, más velocidad y más experiencia que en esa ocasión. Además, también tenía un plan para vencer.

Este pensamiento ayudó a que se le despejase la visión. Y su pulso, antes desbocado, finalmente se tranquilizó.

El miedo y el agotamiento casi consiguen que me olvide de todo. Pero ya no tendré más dudas. ¡Voy a matar a este hijo de puta, aunque sea lo último que haga!” Se juró Bryan sonriendo antes de lanzarse nuevamente al ataque.

La pelea se aceleró, pero Bryan se sentía en calma. Descubrió que estaba sonriendo. ¡Qué increíble locura! Pero no podía dejar de encontrar divertido el enfrentamiento y en cierto sentido también era algo hermoso. Porque todo hombre desea saber usar una espada, pero muy pocos podían y solo una docena en cada siglo lo hacía así de bien. Tan solo unos años atrás Bryan nunca hubiera imaginado que algún día estaría peleando contra un verdadero maestro y ahora estaba viviendo el sueño.

La batalla continuó y las armas golpeaban tan fuerte con cada intercambio que soltaban chispas de calor, las cuales se confundían entre las descargas carmesí que emitía el cuerpo de Bryan o los destellos de Aura de Batalla de Vlad Cerrón. Estaban combatiendo muy pegados, pero el Sesgo Dimensional no era utilizado. Era evidente que el ex Caballero quería guardarlo para dar el golpe de gracia que todavía no acababa de definirse.

Solo que, para sorpresa de todos los espectadores, el combate de espadas que había comenzado con una clara ventaja por parte del ex Caballero, comenzó a inclinarse lentamente en favor de Bryan. La gente común no podía creer lo que sucedía, pero los caballeros y espadachines si lo entendían. Sobre todo, aquellos que por haber nacido sin talento para la esgrima tuvieron que alcanzar las elevadas posiciones que ahora ostentaban a punta de puro esfuerzo y una constante vida de combates en la que arriesgaban la vida. Ellos, al igual que Bryan, eran sobrevivientes. Estos hombres tenían claro lo que estaba pasando y varios de ellos comenzaron a asentir mientras sonreían, intercambiaban miradas de complicidad e incluso aplaudían discretamente.

¿Qué era lo que estaba pasando? En realidad, se trataba de algo muy simple y elemental, pero que las personas talentosas generalmente pasaban por alto.

Lo que Vlad Cerrón no tenía de su lado era tiempo de experiencia combatiendo contra alguien “mejor” que él.

Conforme avanzaba la lucha, Bryan no dejó de estudiar y analizar atentamente el estilo de su oponente. Pero en cambio el ex Caballero jamás había necesitado estudiar el de nadie, salvo ese día infausto en su memoria en que se enfrentó con Cyrano Constantino y perdió para siempre a su montura. Ciertamente Vlad Cerrón era un formidable adversario, pero cuando uno finalmente comprendía la esencia detrás de su esgrima y superaba el miedo a cruzar espadas con él, no había un gran secreto: Para ganar, Vlad Cerrón confiaba básicamente en su superior velocidad, fuerza, alcance, técnica, flexibilidad, el Aura de Batalla… y por supuesto el Sesgo Dimensional.

Una vez que alguien conseguía igualar o superar los aspectos más elementales de su técnica y se defendía adecuadamente de su carta de triunfo, Vlad Cerrón no tenía demasiadas opciones. Se había especializado demasiado en el Sesgo Dimensional cuando podría haber desarrollado otras habilidades. El repertorio de ataques del ex Caballero era bastante escaso y no tenía forma de sorprender a un oponente versátil como Bryan, quien constantemente recurría a métodos impredecibles de combate.

¿O quizá sí?

Bryan trazó medio corte vertical con la espada pesada, pero en medio del aire lo modificó, retorciendo la última parada de tal modo que la espada de su oponente pasó a milímetros de su mejilla. Sin embargo, su Desgarrador Sombrío quedó libre e inmediatamente cortó nuevamente el hombro ya herido de Vlad Cerrón, aunque por supuesto la réplica del ex Caballero ya estaba en camino. Bryan no tuvo más remedio que levantar su espada pesada instintivamente mientras reforzaba al máximo los músculos de su brazo con la Esencia Mágica.

Centelleó una luz blanca y saltaron miles de chispas, como si la espada pesada se hubiese convertido en un pedernal enorme por entrar en contacto con el acero del arma de Cerrón. Bryan incluso sintió una quemazón en el brazo justo antes de que sus dedos se resintieran y su mano izquierda quedase inutilizada por tener varios huesos rotos.

La Espada Pesada finalmente supero el límite de lo que podía resistir y el metal de meteorito que se creía irrompible… se quebró.

Ambos combatientes se separaron dando tumbos y Bryan supo que, si Vlad Cerrón hubiese aplicado algo más de fuerza a ese contraataque, podría haberle cercenado el brazo. Además, había perdido esa arma que el Manto Oscuro le prestó.

Lo cierto es que Bryan había llegado a apreciar bastante a aquella valiosa Espada Pesada, porque le aportaba una capacidad que hasta entonces le faltaba para generar fuerza cinética en sus ataques.

Pero a pesar de esta perdida, Bryan estaba sonriendo triunfante. Y muy pronto el motivo fue claro para todos los espectadores que observaban el combate.

- ¡Maldito! - Rugió Vlad Cerrón sin poder esconder la mueca de dolor.

Aquel segundo ataque de Bryan en el hombro había resultado más devastador. Y es que el primero ya lo había lastimado en aquella parte del cuerpo, así que esta vez la hoja afilada consiguió abrirse paso en su carne y llegar hasta una vena. Ahora el ex Caballero estaba desangrándose de verdad y con esa misma sangre también comenzaba a fluir lejos toda la fuerza fuera de su cuerpo, así como sus capacidades para combatir.

Era cuestión de tiempo.

- ¡Eres un maldito! ¡Todos son unos malditos! ¡Todos son inútiles! ¡Todos se interponen en mi camino! ¡Todos! ¡Todos! ¡Todos! ¡Todos!... - Balbuceó Vlad Cerrón con una mirada en la que se veía claramente un destello de locura.

No era para menos. Se había convertido en el Caballero cuasi Supremo que perdió en un intercambio de espadas con un mago. Y así pasaría a la historia incluso si de algún modo se las arreglaba para ganar el duelo.

- ¿Dijiste algo, perdedor? - Preguntó Bryan burlonamente, mientras escondía su mano herida, enviando la Esencia Mágica hacia los huesos rotos para que los restaurase cuanto antes: - ¿El gato te comió la lengua? -

- Apuñalas como un legionario, pero en tus cortes puedo reconocer el estilo de ese bastardo de Constantino. ¡No puedes engañarme! Fue él quien te envió ¿No es verdad? ¡Todo esto es una trampa suya! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! -

Vlad Cerrón estaba gritando furioso, pero parecía estar dirigiéndose a alguien más en lugar de hablar con Bryan. Y su mirada se dirigía hacia el suelo como si esperase que algo emergiese de las rocas con una explicación satisfactoria.

- ¿Una trampa? No, esto lo hiciste tú solito. - Respondió Bryan con una carcajada: - El gran Cyrano Constantino no necesita trampas para lidiar con un pobre diablo, ni mucho menos enviaría a otros a lidiar contigo. Más bien eres tú el que se ha portado como un tonto. Todo ese poder que tienes, pero no puedes lidiar con un simple Archimago. ¿De verdad creíste que asesinarías al Caballero más poderoso de Itálica con esa pobre habilidad? -

Las palabras de Bryan debieron cortar a Vlad Cerrón mucho más profundo que cualquier espada, porque este literalmente se sacudió como si le hubiesen atravesado el estómago y después miró con un odio tan profundo, que abrasaba.

Pero entonces, para sorpresa de todos los que observaban el combate, Vlad Cerrón sonrió. Y cuando lo hizo, su rostro se volvió como una máscara de pura maldad que incluso arrancó algunos gritos en varias mujeres de la audiencia. Al verlo de esta manera, Bryan abrió mucho los ojos e incrementó la distancia mientras se preparaba para lo peor. Un oponente herido de ese modo no debería estar sonriendo. Eso nunca era buenas noticias.

A pesar de que estaba retrocediendo, Vlad Cerrón no hizo ningún intento de perseguirlo, solo se lo quedó mirando casi con curiosidad, como si en lugar de un oponente fuese algo ajeno, apenas curioso o de mínimo interés. Esto hizo que las alarmas en el interior de Bryan resonaran con más fuerza todavía.

- Quizá tengas razón, necromante. - Dijo finalmente Vlad con una suave cadencia que resultaba repugnante, como si perteneciese a una bestia de sangre fría: - Tal vez no era el momento de vengarme de él. Pero… todavía te tengo a ti. Puedo usarte de ejemplo y convertirte en un espectáculo espantoso en frente de toda la ciudad. Algo que borrará para siempre cualquier recuerdo de mi derrota en la memoria de los ciudadanos de itálica. Supongo que me conformaré con eso por el momento. -

En ese momento el Aura de Batalla emergió del cuerpo de Vlad Cerrón como una auténtica oleada de ondas de energía, que comenzaron con un resplandor plateado, pero en poco tiempo adoptaron el dorado característico de los Supremos. Esto no se trataba del Sesgo Dimensional, sino de algo muy distinto. La energía dorada no causaba ningún daño, pero la presencia de Vlad Cerrón se estaba expandiendo junto con ella, abarcando casi todo el campo de batalla en una semi esfera resplandeciente que medía casi doscientos metros de diámetro.

Y esta energía envolvió completamente a Bryan en tan solo un instante, antes de que pudiese hacer algo.

- Este es el movimiento asesino con el que pienso matar a Constantino. - Continuó Vlad Cerrón con maligna alegría: - Y ahora voy a usarlo contigo. -

- ¿Revelarás tu carta de triunfo justo ahora? ¿Tan desesperado estás? - Preguntó Bryan en tono burlón y fingiendo estar despreocupado, aunque no dejaba de analizar atentamente la extraña energía que lo envolvía, tratando de dilucidar su propósito.

- Oh, no te preocupes por eso. - Respondió Cerrón adoptando una falsa actitud cortés, pero inmediatamente después el brillo asesino resplandeció en su mirada cuando declaró osadamente: - Da igual si el mundo entero lo conoce. ¡Porque este movimiento no puede ser desviado ni esquivado! -

Acto seguido, invirtió el agarre de su espada y atravesó el suelo con la punta.

En ese momento toda la energía dorada que los rodeaba colapsó, desapareciendo por completo, igual que unas nubes de humo dispersadas por un viento repentino. Por una fracción de segundo Bryan pensó que nada había sucedido, cuando de pronto sintió claramente que todo su cuerpo estaba siendo succionado lentamente hacia el ex Caballero, pero de un modo extraño que le privaba de la libertad de moverse.

- Esta técnica se llama Colapso Dimensional y es la versión perfeccionada de Sesgo Dimensional. - Explicó Cerrón mientras acomodaba su espada tranquilamente para ejecutar un mandoble: - Uso energía pura para provocar un evento de vacío que succiona lentamente a la víctima, impidiéndole ir en cualquier otra dirección que no sea hacia mi espada. Cuanta más distancia exista entre mi oponente y yo, más energía se acumula, incrementando el poder destructivo de mi corte a niveles que ni siquiera yo puedo estimar por completo, pero debe ser más del doble. -

En efecto, los ojos de Bryan no podían verlo, pero los Espectros Oscuros sí. Toda esa energía que anteriormente los estaba rodeando se habían convertido en millones de partículas de luz dorada imperceptibles, que ahora estaba regresando rápidamente hacia la propia espada de Vlad Cerrón para reunirse nuevamente alrededor de la hoja y formar un remolino de energía resplandeciente, el cual se hacía fuerte a cada instante.

Y en su camino, esas mismas partículas estaban rodeando y arrastrando inexorablemente a todo el cuerpo de Bryan en esa misma dirección.

Bryan maldijo y plantó los pies en la tierra mientras se esforzaba por alejarse volando, pero ni la Levitación ni el Arte del Noveno Diagrama Celeste parecían tener la fuerza suficiente para resistir esta extraña succión que era igual a una marea en retroceso, arrastrándolo lentamente hacia las profundidades del mar.

Obviamente algo como esquivar estaba fuera de cuestión.

Bryan supo lo que vendría incluso antes de que sucediese. Vlad Cerrón blandiría su espada para desatar un corte horizontal, liberando todo el poder que en ese momento estaba acumulando. Esta vez la energía dorada no iba simplemente a cortarlo... Ni siquiera quedaría un cuerpo suyo para que otros enterrasen.

No hay opción.” Pensó entonces Bryan suspirando por dentro: “Dioses, esperemos que mi cuerpo resista.

Y tras hacer ese ruego, consumió inmediatamente tres gotas de Esencia de Sangre.

La energía estalló de dentro su cuerpo con tanta fuerza, que sus oídos y ojos comenzaron a sangrar, pero finalmente consiguió mantenerse quieto en el suelo, justo en el momento en que Vlad Cerrón le gritaba “¡Muere!” al mismo tiempo que blandía su espada. Y sabiendo que ese era el instante decisivo, Bryan decidió utilizar su propia Carta de Triunfo.

Desde el día anterior había estado esperando en el Gran Anfiteatro Imperial, pero rechazó la recámara de lujo que le ofrecieron por ser participante en un Combate Mortal en favor de otra mucho más pequeña y humilde.

El motivo de esto era que la habitación estaba justo encima de las celdas de los condenados a muerte… Y también una gran cantidad acumulada de emociones negativas de esos miserables criminales, tales como el miedo, la ira, el pánico o la desesperación.

Todo esto era el alimento perfecto para su hechizo Deimos, que le permitía convertir estas emociones en energía pura. Y todo este poder se encontraba actualmente almacenado dentro del Desgarrador Sombrío, pues se había cuidado mucho en no utilizarlo hasta que no tuviese más opción. Originalmente ese era el movimiento que pensaba utilizar para darle el golpe de gracia a su oponente, pero ahora era su última esperanza de sobrevivir.

Soltando un grito aterrador, Bryan arrojó su arma mágica justo antes de que el poder destructivo de Vlad Cerrón lo alcanzase y el Desgarrador Sombrío comenzó a girar sobre sí mismo con una velocidad inconcebible, mientras desataba de golpe toda la energía contenida. En un instante se había transformado en una auténtica espiral de energía cortante con una estela de casi cuatro metros, capaz de cortar casi cualquier cosa.

Los poderes chocaron y el enorme disco de energía carmesí consiguió mantenerse por un instante, partiendo directamente en dos la ráfaga dorada. Entonces toda esta energía fluyó a ambos lados de Bryan, estando a centímetros de tocarlo y destruyendo violentamente todo el entorno a su alrededor. De pronto fue como si Bryan estuviese en una pequeña isla, lo único a salvo en medio de la devastación más absoluta de roca derretida y vientos incinerados.

Pero muy pronto fue evidente que esto no duraría y el Colapso Dimensional de Vlad Cerrón acabaría por imponerse sobre el disco. Así que Bryan extendió sus dos manos para transferir el poder que acababa de obtener directamente al interior del Desgarrador Sombrío, alimentándolo desesperadamente para mantener ese estado giratorio, con la esperanza de que pudiese resistir unos segundos más.

Desgarrador Sombrío, girando sobre si mismo como disco cortante...

Sin embargo, el poder de Vlad Cerrón era en ese momento casi tan aterrador como la ráfaga del Ifrit, aunque de una naturaleza mucho más destructiva y concentrada, porque se trataba de un corte. Las reservas de Esencia Mágica de Bryan, sobrecargadas por la Esencia de Sangre, comenzaron a vaciarse casi tan rápido como se habían llenado. Hubo un segundo en que Bryan creyó realmente que ya todo estaba perdido, así que cerró los ojos preparándose para el final.

Más cuando parecía que no quedaba esperanza, Bryan sintió que el poder de Vlad Cerrón disminuía. Su ráfaga cortante era poderosa, pero no tenía una larga duración. Bryan abrió los ojos y por puro instinto usó de una sola vez todo el poder de su Esencia Mágica en el Desgarrador Sombrío. Entonces el disco carmesí avanzó, abriéndose paso como una sierra industrial entre la luz dorada que en ese momento estaba menguando y llegó directamente hacia un sonriente Vlad Cerrón, quien ya se sentía triunfante por estar convencido de haber aniquilado a su oponente.

La sonrisa se congeló en su rostro y el ex Caballero abrió los ojos con sorpresa al ver el disco carmesí que avanzaba directamente hacia él. Pero sus magníficos instintos se activaron y rápidamente adoptó una posición de bloqueo con su espada con la que interceptó el golpe. Sin embargo, la fuerza que llevaba consigo el Desgarrador Sombrío era tal, que arrastró varios metros a Vlad Cerrón y sacudió todos sus huesos al impactarlo contra las rocas. El ex Caballero se libró de ser cortado por la mitad únicamente porque la energía del arma se agotó finalmente y esta cayó en el suelo, completamente desprovista de poder.

Vlad Cerrón abrió los ojos con dificultad y a pesar suyo vomitó un chorro de sangre. El daño que recibió había sido terrible, más aún porque se encontraba completamente concentrado en ejecutar su técnica y fue tomado completamente por sorpresa. Además, el Aura de Batalla no protegió muy bien su cuerpo, porque casi todo su poder estaba enfocado en ejecutar su Colapso Dimensional. Apenas alcanzó a librarse de la muerte y ahora le estaba costando mucho ponerse de pie.

Por su parte, Bryan estaba mucho peor. Se encontraba arrodillado en el suelo y era evidente que no podía seguir peleando. El uso excesivo de la Esencia de Sangre había dañado seriamente el interior de su cuerpo. Y en el exterior resultó bastante lastimado debido a las secuelas de la batalla, pero también por haber estado tan cerca de esa energía dorada destructora. Además, él no tenía un Aura de Batalla que lo protegiese.

En resumen, estaba bastante más maltratado que su oponente, hasta el punto en que no podía reunir fuerza suficiente para ponerse de pie. Para empeorar las cosas, había quedado desarmado, pues el Desgarrador Sombrío estaba tan vacío de energía que no se movió ni un milímetro cuando intentó llamarlo.

Viéndolo así, Vlad Cerrón sintió ganas de reírse e intentó clavar su espada en el suelo para usarla como un bastón… pero entonces se dio cuenta de que su hoja había sido destrozada por el contacto con el disco destructor y ahora solo quedaba un fragmento afilado unido a la empuñadura.

El ex Caballero cerró un momento los ojos y luego los abrió con furia. Esa arma era lo único que quedaba de su glorioso pasado, pues lo perdió todo el día en que Cyrano Constantino lo desafió en ese duelo en el que mató tanto a su montura como su reputación. Únicamente la espada de su familia permanecía con él y nunca encontró otra que le fuese mejor. Pero ahora la había perdido para siempre, pues evidentemente estaba más allá de cualquier reparación posible. Normalmente habría gritado con furia homicida, ya que valoraba a esa arma mucho más que a cualquier otra vida humana, pero no tenía fuerza para grandes demostraciones emocionales y quería acabar con este duelo de una buena vez. Así que se mordió los labios para despejar su mente y se obligó a levantarse, para luego avanzar lentamente hacia Bryan.

En su mano derecha todavía sujetaba la empuñadura de su espada, pues pensaba honrarla por última vez enterrando su hoja quebrada en la garganta de su enemigo.

- Admito que no peleaste mal, basura necromántica. - Dijo Vlad Cerrón con dificultad cuando ya estaba a medio camino y se detuvo un instante para recuperar el aliento, porque cada paso le costaba un terrible esfuerzo en ese momento: - Pero ahora estás acabado. Voy a matarte, luego violaré y asesinaré a tu noviecita, para finalmente vengarme del maldito Cyrano. Y nadie me va a detener. No lo harás tú, ni el Manto Oscuro, ni el emperador… ¡Ni siquiera los mismísimos dioses podrían evitar que me vengue! -

Bryan no podía ponerse de pie, pero alcanzó a levantar la mirada y sonrió con gesto filosófico antes de decir: - No deberías haber blasfemado, Vlad Cerrón. Menos aun cuando tenías el triunfo tan al alcance de tu mano, pero todavía no era realmente tuyo. ¿Acaso no has leído los textos sagrados? -

 Vlad Cerrón se esperaba cualquier tipo de respuesta a excepción de un debate religioso y parpadeó una vez confundido mientras trataba de llenar sus pulmones con aire para poder continuar avanzando. Pero la sangre se metía por su garganta y necesitaba unos momentos para despejarla.

Entonces, sin dejar de sonreír, Bryan extendió las manos en un gesto llamativo que atrajo por completo la atención de Vlad Cerrón y recitó: - “Nunca desafíes a los dioses ni provoques su ira divina. ¡Pues de las alturas a los malvados siempre les caerá su castigo!

Y mientras Vlad Cerrón se preguntaba de qué demonios estaba hablando Bryan, sus oídos percibieron un extraño sonido, como si algo en realidad estuviese cayendo. Entonces levantó la vista de golpe y sus ojos se abrieron con auténtico terror al contemplar a cientos de Zombis que descendían en picada justo sobre su cabeza. Los ojos de las Criaturas Oscuras resplandecían con el poder del Dominio Necromántico, sus brazos estaban extendidos hacia él y tenían las bocas abiertas en un gesto similar al de unas fieras hambrientas.

Lo último que escuchó antes de desaparecer debajo de esta lluvia de cuerpos, fue la voz de Bryan que susurraba:

-… ¡Y así será! -

*****

¿Por qué de repente comenzaron a caer Zombis de la nada? Esta vez incluso los más habilidosos entre los espectadores observaron confundidos, incapaces de entender lo que sucedía. Así de desconocida era la Magia Necromántica en la actualidad y ni siquiera los que la estudiaban comprendían del todo sus infinitas posibilidades.

Pero no era el caso de la Maestra Fanny, quien toda su vida académica había apostado por esta magia a pesar de innumerables críticas y objeciones. Ella se dio cuenta antes que nadie de lo que Bryan hizo en cuanto vio su resultado y rápidamente se los explicó emocionada a sus estudiantes.

Dominio Necromántico era un conjuro que provocaba una atmósfera especial, la cual debilitaba a los seres vivos mediante un aire helado que les privaba de energía y al final terminaba matándolos. Sin embargo, este efecto funcionaba mejor contra oponentes más débiles que un Gran Mago, por eso generalmente era provechoso usarlo cuando el mago se enfrentaba con muchos enemigos al mismo tiempo. En pocas palabras, cuando intentaban usar un elevado número para abrumarlo.

Pero para luchar contra alguien tan poderoso como Vlad Cerrón, el cual desde el principio superaba a Bryan en muchos aspectos, este efecto debilitante apenas representaba una molestia menor. Seguía siendo ventajoso, pero no tanto.

La segunda propiedad de Dominio Necromántico era la de fortalecer a todas las Criaturas Oscuras en su interior, pero no solamente su fuerza y poder, sino también su inteligencia. Con esta magia, seres que generalmente tenían una capacidad de pensamiento básica, ganaban de pronto inteligencia propia (siempre en línea con los deseos de su invocador) y también un amplio grado de independencia, hasta el punto en que el Necromante no necesitaba controlarlos con su mente, pues bastaba con transmitirles ordenes muy generales.

Aun así, contra un cuasi Supremo como Vlad Cerrón, que podía incluso matar Sierpes del Abismo con relativa facilidad, este dominio aparentemente no servía de mucho. Sobre todo, porque en el repertorio de Criaturas Oscuras que dominaba Bryan, no había muchas que pudiesen hacerle un daño real a su oponente y ninguna podría sobrevivir a su Sesgo Dimensional. Su mejor carta sería el Caballero del Mal, que poseía un gran ataque contundente, pero solo si conseguía atacar por sorpresa a Vlad Cerrón antes de que este utilizase su técnica preferida.

Lamentablemente las Criaturas Oscuras más avanzadas que poseían un ego fuerte y naturalmente desprendían una gran intensión asesina. Vlad Cerrón las sentiría venir fácilmente con esa maldita habilidad que tenía para localizar a quienes lo estuviesen mirando con hostilidad. Ni siquiera la Sierpe del Abismo, que no tenía ojos y atacaba de un modo irregular, tuvo la oportunidad de vencer.

Irónicamente la mejor opción para atacar por sorpresa a Vlad Cerrón era utilizar a criaturas más elementales y que no tenían un ego desarrollado, como los Guerreros Esqueletos o los Guerreros Zombis. Estos atacaban sin siquiera tener conciencia de lo que hacían, así que la percepción especial del ex Caballero no funcionaría con estos seres. Pero eran tan débiles que parecía imposible que le hiciesen daño. Eso quedó demostrado desde el principio.

Aunque esto solo valía con un Vlad Cerrón que estuviese en condiciones de pelear.

Cuando Bryan desató su Dominio Necromántico por primera vez, invocó varias veces a uno o dos Guerreros Zombis que fueron destruidos fácilmente y ni siquiera consiguieron llamar la atención de Vlad Cerrón. O eso fue lo que pareció. En realidad, el necromante siempre se mantuvo en las sombras cuando realizaba sus conjuros y por eso nadie vio realmente el auténtico número de criaturas que invocó, los cuales, dependiendo del terreno en donde se detuviese, podían ser varias docenas.

A veces más.

E hizo esto varias veces.

Estos Guerreros Zombis, fortalecidos por la magia de Dominio, se mantuvieron siempre en la oscuridad, completamente ajenos a la pelea de Bryan con Vlad. Y mientras su amo daba vueltas con el Paso Sombrío, atrayendo la atención de todo el mundo, los zombis fueron moviéndose lentamente hacia las paredes de la caverna y comenzaron a escalar. Sus dedos muertos con uñas largas no tuvieron problemas en aferrarse a las rocas, debido a que había muchas estalactitas y estalagmitas que podían usar para trepar. Así fueron subiendo y subiendo sin hacer ruido hasta llegar hasta el techo, el cual estaba cubierto completamente con las nubes que el mismo Dominio Necromántico producía.

Ocultos por las nubes, sin necesidad de ver debido a que Bryan les había transmitido claramente todo lo que sabía del entorno, los primeros zombis fueron encontrando lugares en los cuales asirse firmemente. Luego los que los seguían simplemente se sujetaron de las espaldas y cinturas de aquellos que ya estaban bien aferrados a las rocas. En un tiempo relativamente corto más de cien zombis estaban pegados al techo, replicando de un modo bastante irónico aquella hazaña de las Hormigas Guerreras, las cuales en lugar de nidos construyen hogares vivientes usando sus propios cuerpos.

En este caso, los zombis podían estar largo tiempo colgados en el techo debido a la forma del mismo, pero también porque no experimentaban cansancio ni dolor. Aunque lo que más ayudó fue que tanto Vlad Cerrón como la mayoría de espectadores resultaran bastante ignorantes en cuestiones de necromancia. Aunque tampoco podían ser culpados por ello, ya que incluso si hubiesen conocido a alguien como el difunto Fausto, este nunca habría pensado en usar una táctica como la de hacer que los zombis se colgasen del techo.

Pero Bryan no pensaba como un mago normal, sino como un superviviente. Además, era una persona que había trasmigrado de otro mundo. Por eso veía e imaginaba usos para sus invocaciones que otros magos ni siquiera podían concebir.

Sólo cuando todos los Guerreros Zombis quedaron firmes en el techo, Bryan usó la Esencia de Sangre por primera vez, lo cual terminó con la desaparición del suelo. A partir de ese momento hubo miles de metros de distancia entre sus criaturas y Vlad Cerrón, así que estos no tenían que preocuparse por ser descubiertos, porque los ojos de todos estaban concentrados en el enfrentamiento del nivel inferior. Y siguiendo el vago deseo de Bryan, los zombis fueron acomodándose unos sobre otros como una especie de pirámide invertida o un horripilante panal de no muertos que apuntaba directamente al centro de la Arena.

Finalmente llegó el momento en que un herido y distraído Vlad Cerrón se detuvo justo donde Bryan quería y este dio la orden mental a los zombis para que se dejasen caer. Todas sus criaturas miraban hacia abajo e incluso extendieron sus manos como si quisieran sujetar a Vlad Cerrón en el momento en que llegasen al suelo, aunque esto no era más que una formalidad. La aceleración y la masa de sus cuerpos era suficiente para que provocasen un daño considerable al cuasi Supremo, cuya armadura estaba mellada y encima no alcanzó a protegerse con su Aura de Batalla porque lo tomaron por sorpresa. Era cierto que el físico del ex Caballero era sobrehumano, pero estaba herido y cuando toda aquella muchedumbre le cayó encima, inmediatamente se quebró varios huesos. Tampoco podía respirar por estar cubierto de tanta carne no muerta.

Y aunque la gran mayoría de Guerreros Zombis acabó destrozada también por la caída, unos pocos consiguieron mantener sus cerebros relativamente intactos y se arrastraron entre los cuerpos de sus compañeros en busca de Vlad Cerrón. A algunos apenas les quedaban los torsos superiores, pero aun así trataban de golpear, morder o arañar al ex Caballero.

Finalmente, Vlad Cerrón consiguió reaccionar y arrojó una onda de Aura de Batalla que destruyó a todos los Guerreros Zombis de una sola vez. Era bastante impresionante que todavía pudiese contraatacar luego de ser arrollado de ese modo, pero su apariencia evidenciaba lo mucho que había sido lastimado. Ahora parecía una sombra del imponente guerrero que se presentó frente a Bryan al principio, pues casi todas las placas de armadura que lo protegían en el pecho o la espalda se habían desprendido. Además, la sangre de la herida en su hombro se había mezclado con tierra y este lodo asqueroso acabó esparciéndose por el resto de su cuerpo, incluida una buena parte de la cara. Para empeorar las cosas, algunos zombis consiguieron arrancarle varios mechones de cabello, dejándolo con una apariencia ridícula.

Sin embargo, lo que más perdió Vlad Cerrón con la lluvia de Guerreros Zombis fue tiempo. Se demoró varios minutos antes de destruir aquella montaña de cuerpos y para entonces la Esencia Mágica había conseguido curar algunas de las heridas más severas de Bryan, quien finalmente pudo recuperar algo del movimiento de su cuerpo.

Y por supuesto que eso también incluía la capacidad de conjurar.

Vlad Cerrón acababa de levantarse y estaba jadeando pesadamente, tratando de insertar aire en sus pulmones, cuando le pareció que la tierra temblaba. Entonces levantó la mirada y vio a un enorme guerrero cubierto completamente con una armadura de placas negras, que emitía un aura ominosa y blandía una lanza. El ser además estaba montando una bestia espantosa, que parecía una mezcla de lagarto con rinoceronte. La misma que galopaba a gran velocidad en su dirección.

El Caballero del Mal apuntó con su lanza directamente hacia el pecho de Vlad Cerrón, quien herido como estaba no fue capaz de esquivar a tiempo y apenas consiguió cruzar sus antebrazos para defenderse con las placas que aún le quedaban, junto con un poco de Aura de Batalla. El físico de cuasi Supremo lo salvó de ser atravesado, pero varias de sus costillas se rompieron cuando la criatura lo arrastró varios metros por el suelo rocoso.

De algún modo Vlad Cerrón consiguió levantarse, pero justo en ese momento un segundo Caballero del Mal, armado con un mangual, lo golpeó directamente en la quijada, mandándolo a volar. Su físico sobrehumano le salvó la vida, pero perdió el conocimiento por un instante y el primer Caballero del Mal comenzó a reposicionar a su bestia, con la clara intención de volver a cargar sin ninguna misericordia.

Más cuando parecía que se había terminado, Vlad Cerrón se puso de pie de algún modo y consiguió ejecutar su Sesgo Dimensional justo cuando sus atacantes estaban relativamente alineados uno detrás de otro y usando únicamente su espada rota. Fue un movimiento desesperado, pero destruyó a los dos Caballeros del Mal. Sin embargo, también tuvo su precio. La técnica resultó mal ejecutada y acabó dañando a su usuario. Vlad Cerrón no solamente perdió lo que le quedaba de espada, sino que sus manos se rompieron y perdió el uso de sus dedos.

- ¡Maldito seas! - Trató de gritar Vlad Cerrón, mientras escupía algunos dientes que se le habían roto cuando lo golpeó el mangual: - ¡Pelea de frente! ¡Maldito cobarde! ¡Eres… -

Sus palabras fueron interrumpidas por un inmenso garrotazo. Bryan había invocado a tres Abominaciones, que aparecieron directamente al costado de Vlad Cerrón se pusieron a golpearlo salvajemente con sus armas sin detenerse, hasta que el ex Caballero terminó con el rostro semi enterrado en el suelo rocoso. Por su parte, Bryan aprovechó para levitar usando únicamente los poderes necrománticos y respondió sarcásticamente: - No, creo que me voy a quedar aquí arriba en donde estoy a salvo. -

Acto seguido utilizó Explosión de Cadáveres y las Abominaciones provocaron un pequeño cráter cuando detonaron. En el centro estaba Vlad Cerrón, temblando de forma incontrolable, completamente desnudo y cubierto de heridas. Pero a pesar de todo seguía vivo de algún modo, aunque ya no podía levantarse.

- Impresionante, sí que eres difícil de matar. Me pregunto cuán resistente será el cuerpo de un Semidiós. - Comentó Bryan medio en broma, observándolo a diez metros de altura. Aunque él si podía moverse era incapaz de seguir luchando y no quería arriesgarse a acercarse a su oponente ni siquiera en ese momento, pues sabía que la serpiente agonizante a veces puede sorprender e inocular su veneno más mortal justo antes de morir.

Vlad Cerrón movió sus manos inutilizadas y se arrastró por el suelo con mucha dificultad. Ya estaba perdido, pero todavía no se daba cuenta, porque encontró fuerzas suficientes como para mirar hacia Bryan con ojos llenos de odio y maldecir: - ¡Hijo de puta!... no importa… cuántas veces lo intentes… tus patéticas criaturas no pueden… matarme… ¡Aunque lo intentes mil veces! -

Al oírlo, Bryan sonrió maléficamente y extendió ambos brazos a los costados con un gesto ominoso mientras pronunciaba su conjuro. Entonces un ejército de más de mil Guerreros Zombis completamente armados se materializó debajo suyo. Naturalmente todos ellos estaban fortalecidos por su Dominio Necromántico.

Y cuando Vlad Cerrón se dio cuenta de que lo estaban rodeando, su expresión de ira se transformó en una de desesperación. Había estado seguro de que Bryan también estaba al límite de sus fuerzas y creía firmemente que los Caballeros del Mal terminaron por consumir todo su poder restante. ¿Acaso tenía magia infinita? ¿Cómo era posible que todavía pudiese invocar a un ejército completo?

El razonamiento de Vlad Cerrón no estaba realmente equivocado. Después de pelear volando a semejante velocidad al mismo tiempo que desataba tantos poderes diferentes, asumiendo que esto fuese posible para otros magos, no habría ninguno que aun tuviese enormes reservas de Fuerza Mental disponible.

Lo que nadie sabía era que Bryan tenía dos fuentes diferentes de poder: La Necromancia y la Magia Demoníaca.

- Acepto tu reto. - Se burló Bryan antes de ordenar a sus criaturas que atacasen.

La horda de no muertos cayó sobre Vlad Cerrón de forma disciplinada y se turnaron para molerlo a golpes. Los gritos del ex Caballero fueron claramente escuchados, pero era imposible verlo debajo de aquella marea de No Muertos que rotaban constantemente para cubrirlo de golpes hasta romper sus propias armas. Poco a poco los aullidos se fueron volviendo más y más agudos, hasta que finalmente se convirtieron en chillidos.

Naturalmente Vlad Cerrón aún trató de resistir. Pero, aunque el brillo plateado del Aura de Batalla resplandeció unas cuantas veces por debajo del enjambre de zombis, no tuvo ningún efecto apreciable y finalmente disminuyó como la luz intermitente de una vela que está a punto de apagarse, hasta que desapareció por completo.

Mientras tanto Bryan observaba tranquilamente como si el sangriento espectáculo no fuera cosa suya e incluso se permitió descender al suelo para ponerse a buscar al Desgarrador Sombrío. Cuando lo recuperó, volvió a levitar y entonces hizo un gesto a sus criaturas, que inmediatamente se retiraron dando pasos hacia atrás, como un ejército bien disciplinado.

Ahí estaba lo que quedaba de Vlad Cerrón, vivo todavía, pero completamente irreconocible. Un cuerpo sanguinolento que apenas mantenía una forma humana. Las lágrimas cayeron de sus ojos e intentó murmurar sin éxito la palabra “¡Piedad!”, pero de su boca sin dientes únicamente salió algo de aire y saliva ensangrentada. ¡Qué final tan patético para aquel que alguna vez fue temido en todo el imperio como uno de los combatientes más habilidosos!

¡Todos los espectadores se conmovieron al verlo de ese modo!

Todos menos Bryan.

Lo único que el necromante le mostró fue una mirada absolutamente impasible y Vlad Cerrón supo que no encontraría ni el más mínimo rastro de misericordia.

Toda su vida, Vlad Cerrón se había dedicado a hacerse más fuerte mediante el sufrimiento de otros. Mataba cuando quería. Y lo hizo hasta el punto de transformar este acto en un placer hedonístico del que incluso se sentía orgulloso. Jamás se disculpó con nadie. Nunca demostró el más mínimo interés en ponerse en el lugar de otros. Ahora, completamente privado de su poder, desnudo e indefenso en frente de toda la ciudad de Itálica que alguna vez lo aclamó… sintió arrepentimiento. Por primera vez en su vida quiso haber hecho las cosas de un modo diferente.

Pero siendo el monstruo que era, no se sentía afligido por el mal que había provocado. Por supuesto que no. De lo que se arrepentía era de haberse metido con Bryan.  ¿Por qué tuvo que aceptar su desafío en el Gran Anfiteatro? ¿Para qué amenazó a Phoebe Bootz frente a semejante enemigo? ¡Jamás debió provocar a este monstruo!

- ¿Lo ves? Es justo como te dije… - Le susurró Bryan con una sonrisa cruel mientras alzaba la mano. Y en respuesta a este gesto, todas las Criaturas Oscuras adoptaron nuevamente una posición de ataque: - … Como una pequeña perra. -

Y tras decir esas palabras hizo el gesto para que sus criaturas continuaran.

*****

Por mucho tiempo el silencio se había apoderado completamente de las gradas. En el Palco Imperial todos dejaron de comer. Incluso los corredores de apuestas observaban sin dejar escapar una sola sílaba. Pero entonces Vlad Cerrón desapareció en medio de un ejército de Guerreros Zombis y en aquel momento más de cien mil personas se levantaron de sus asientos al mismo tiempo y se pusieron a aplaudir con tanta emoción que sacudieron el edificio entero. Sangre, miseria, dolor, el sufrimiento de los combatientes, la desesperación del perdedor y la gloria para el vencedor. ¡Este combate lo había tenido todo! El pueblo de itálica bramó como bestias salvajes tras haber visto un enfrentamiento digno de ser guardado en la mitología.

Por un instante todos creyeron que Bryan y Vlad Cerrón iban a terminar el enfrentamiento luchando hasta el final, como fuera, con los puños, a mordiscos, a puntapiés, como hiciera falta. Pero entonces Bryan, que desde el principio había tenido una enorme desventaja por ser superado en dos reinos enteros… ¡Reveló tener unas increíbles fuerzas escondidas! ¡Luego usó una maliciosa trampa oculta! ¡Y finalmente lo vieron comandando fuerzas oscuras como si fuese el mismísimo emperador de la muerte! ¡Qué espectáculo! ¡Qué osadía! ¡Qué emoción! El pueblo de itálica continuó aclamando cada vez con más fuerza al Archimago que estaba logrando derrotar a un cuasi Supremo, una hazaña que todos consideraban imposible.

Y lo había hecho frente a los ojos de todos los espectadores.

Por eso aplaudían con más fuerza, tanto en los palcos de los poderosos como en los asientos de los más pobres. Afuera del propio Anfiteatro había una multitud expectante a la que no se le permitía entrar por estar lleno el edificio, pero trataban desesperadamente de escuchar noticias sobre lo que sucedía, las cuales eran transmitidas de boca en boca hasta llegar hacia el Foro de Itálica. Hasta ahí llegaron los relatos de como Bryan finalmente había dado la orden a sus hordas de No Muertos para rematar a su adversario.

Entonces el clamor del pueblo se volvió abrumador.

EN EL PALCO IMPERIAL

- Es un joven mucho más valioso de lo que hubiese imaginado. ¡Cándido debe ser recompensado por haberlo encontrado! - Declaró el Emperador Juliano aplaudiendo alegremente: - Me servirá muy bien en el futuro. -

- Ciertamente. - Añadió el senador Cornelio: - Es un poder a tener en cuenta y nos permitirá posicionarnos mejor frente a otras naciones. -

Una buena parte de los aristócratas del palco, que todavía servían al emperador Juliano de corazón, asintieron bastante satisfechos por este desarrollo. Pero el resto, que conspiraba con los príncipes, fingían estar de acuerdo, aunque por dentro se sentían bastante alerta. El joven que había vencido era demasiado poderoso y no estaba alineado con ninguno de los príncipes. Ahora el emperador lo cubriría de honores, lo cual lo pondría en deuda con el soberano. El Emperador Juliano, a quien ellos habían debilitado políticamente de forma metódica durante años, ahora podía ganar un aliado formidable si permitían que prosperase. ¡Y esa posibilidad no les gustaba para nada!

- ¿Pero es realmente “nuestro” poder? - Preguntó el príncipe Antonio: - ¿Podemos confiar en que un hombre inferior que era esclavo hasta hace tan poco entienda el significado de la lealtad? ¡Por los divinos! No quisiera alimentar un lobo que el día de mañana morderá la mano que le dio de comer. -

De inmediato varios Aristócratas de la facción del príncipe, quienes ya eran antagónicos con Bryan, asintieron y se sumaron a las quejas.

- El Segundo Príncipe habla con sabiduría, su Majestad Imperial. -

- Es un plebeyo, a fin de cuentas. -

- Las clases más bajas tienen una idea muy, muy cruda de la lealtad. -

Juliano escuchó todas sus quejas con una sonrisa y luego respondió: - Como padre, me alegra y alivia bastante saber que el Segundo Príncipe se preocupa tanto por la “lealtad”. Ese es un bien tan precioso en nuestros tiempos, cuando he escuchado horribles historias en otras naciones acerca de hermanos luchando contra sus hermanos e incluso hijos conspirando contra sus propios padres… ¡Tan barbárico! - y miró a Antonio a los ojos con auténtico dolor cuando añadió: - Me alegra tanto que tú no seas así, hijo mío. - Luego continuó ocultando su pena bajo una máscara de buen humor: - Estoy tan feliz que no voy a señalar qué tú mismo recomendaste al traidor de Vlad Cerrón hace tan solo unos días. -

El senador Cornelio soltó una carcajada y todos los aristócratas rieron, ya fuese de buena gana o para mantener las apariencias, pretendiendo que no se daban cuenta de la ironía oculta en las palabras del emperador. Por su parte Antonio no tuvo más opción que evitar la mirada de su padre, mientras se tragaba la humillación y la vergüenza. Luego esperó un tiempo prudencial y pidió permiso a su padre para retirarse con la excusa de que tenía que ocuparse de varios asuntos relacionados con la administración del Gran Anfiteatro.

- En cuanto a su origen plebeyo… - Continuó el emperador en cuanto su hijo se marchó, mirando a los aristócratas que habían hablado: - Bueno, eso puede arreglarse fácilmente dándole honores. -

Tres aristócratas se aproximaron de inmediato con objeciones y uno de ellos se adelantó para decir: - ¡El Senado podría mostrar cierta oposición…! -

Pero fueron interrumpidos por una carcajada del Senador Cornelio: - ¡¿Oposición en el Senado?! - entonces se levantó para señalar a la multitud que aplaudía y después llevó una de sus manos a su oído de modo dramático: - El senado debe ser la voz del pueblo y ahí está el corazón de ese mismo pueblo, aplaudiendo a ese necromante. ¿De verdad creen que alguien en Itálica se opondría a que le demos nobleza? ¡Mucho menos los senadores! -

Lo que decía no era exactamente cierto, porque siempre había senadores que se oponían a cualquier reforma. Además, la gran mayoría de miembros en el Senado eran aristócratas de la más alta alcurnia y el resto eran unos pocos que recientemente se habían convertido en nobles. Cuando en Itálica se hablaba del “Pueblo” en realidad se refería a aquellos con suficientes recursos para contribuir a la sociedad, como ciudadanos de clase media que podían pagar una entrada para asistir al Gran Anfiteatro Imperial. Los más pobres ni siquiera eran considerados y se los contaba por cabezas, como si fuesen ganado. Pero Cornelio tenía razón al decir que cuando se propusiera la votación, era muy improbable que quienes mostrasen oposición ganasen, porque muy pocos querrían arriesgarse a ser odiados por el pueblo, sobre todo en vísperas de una Guerra Civil que cada día parecía más inevitable.

- Ciertamente algunos podrían mostrarse descontentos. - Añadió el emperador, cuya voz todavía inspiraba suficiente respeto como para silenciar a todos: - Pero entonces me preocupa el precedente. Después de todo, la nobleza y los ascensos se obtienen en función de los méritos y hazañas que los hijos del imperio consiguen. Y aquí tenemos a un Archimago capaz de vencer en combate singular a un Gran Caballero que casi llega a ser un Supremo. Si semejante logro, sumado a sus muchas contribuciones para el imperio, no bastan para que ascendamos a un hombre inferior dentro de las filas de la nobleza… ¿Qué tendrían que hacer los nobles, que se supone son superiores, para ascender de rango? -

Esas palabras ahogaron por completo las protestas. Lo que más querían los nobles era recibir mayores posiciones de poder y no les interesaba que hubiese más excusas para recibir una negativa cuando fueran “ellos” quienes buscasen una mejor posición.

- ¡Venció! - Dijo el senador Aurelio asintiendo: - No es suficiente para que lo reconozca como mi nuevo hijo… Pero es un comienzo. - Luego observó disimuladamente hacia el palco imperial y dijo con una voz llena de significados: - Que tu novio descanse por ahora. Mientras tanto debo cobrar viejos favores y hacer algunos cuantos para recuperar mi autoridad. Por ser líder de la Facción Neutral no puedo apelar directamente al emperador o las facciones de sus hijos, así que debo moverme cuidadosamente para obtener el poder que necesito, que nosotros necesitamos. ¡Es hora de que vuelva a vestir mi armadura! -

Emily Asturias estaba sentada en su silla, con las hermosas piernas cruzadas y una delicada sonrisa que rebosaba de orgullo. No dijo nada inmediatamente, solo contemplaba la Arena de Combate como si observase una preciosa joya. Cuando Aurelio la vio, se quedó sorprendido, pues nunca antes la había visto tan hermosa y a la vez tan regia. ¡Parecía una auténtica reina, mucho más que cualquiera de las difuntas emperatrices! Y él lo sabía, porque Aurelio llegó a conocer a ambas.

Aurelio nunca había visto a Emily tan regia, como una auténtica emperatriz.

- Si, padre. - Susurró Emily sin dejar de sonreír, hasta que sus ojos se desplazaron lentamente hacia el palco de la Familia Bootz. Entonces su expresión se llenó de astucia femenina y dijo: - Me quedo tranquila porque nadie puede aconsejarte cuando se trata de lidiar con el Senado y los militares. Yo tengo que prepararme para otro campo de batalla. -

Aurelio estaba impresionado y a pesar suyo no pudo contenerse de preguntar: - ¿Cómo piensas tratar con ese asunto? -

- Con astucia femenina, por supuesto. - Respondió Emily mientras cruzaba las yemas de los dedos, como si estuviese meditando: - Pero requerirá la estrategia correcta. ¿Cuál deberé usar para salir victoriosa en esta guerra de mujeres? -

- Lo dejo en tus manos. - Asintió Aurelio y luego preguntó con curiosidad: - ¿Vamos a reunirnos con ese joven? -

- Todavía no. - Respondió Emily negando con la cabeza: - Bryan me dio instrucciones específicas de no buscarlo inmediatamente después del encuentro, porque primero tiene que desaparecer unos cuantos días. -

- ¿Por qué? ¡Ah! Las secuelas de la batalla. - Dedujo Aurelio: - Seguro que muchos querrán asesinarlo ahora que está agotado. - Y miró hacia el palco imperial: - Sobre todo unos cuantos que se encuentran ahí. -

- Exactamente. - Asintió Emily: - Será mejor que primero comencemos nuestros preparativos, querido padre. -

Y con ese último comentario ambos abandonaron su palco discretamente con sus esclavos.

EN EL PALCO DE LA FAMILIA BOOTZ

- ¡Venció! ¡Contra todo pronóstico! - Exclamó Don Andrés levantando su copa en un gesto de celebración.

- ¡Sabía que lo haría! - Dijo Phoebe sonriendo eufórica: - ¡Nunca me ha decepcionado! -

- Cierto, siempre está consiguiendo lo imposible. - Asintió Lawrence bebiéndose de golpe toda su copa: - ¡Pero este triunfo ha superado completamente mis expectativas! -

- Magnífico… - Coincidió Phoebe orgullosa y llena de felicidad por la victoria del hombre que amaba. Sus ojos resplandecían, sus mejillas estaban sonrojadas y su respiración se entrecortaba por momentos. Entonces recordó algo que casi hace que pierda el aliento.

- Soy rica. - Murmuró sonriendo.

- ¿Qué dijiste, hermana? - Preguntó Lawrence mirándola confundido.

- Soy rica. - Repitió Phoebe como si estuviese en medio de un ensueño.

- Eres Phoebe Bootz, hermana. ¡Por supuesto que eres rica! -

- Cierto pequeña. Todo el mundo sabe que… - Añadió Don Andrés justo antes de caer en cuenta. Entonces abrió los ojos y exclamó: - ¡Es cierto!¡La apuesta! -

Lawrence parpadeó un momento e hizo los cálculos rápidamente: - Medio millón en una apuesta donde la tendencia es de 50 a 1…. ¡Esos son veinticinco millones! ¡Querida hermana! ¡Puedes comprar la mitad de la ciudad con eso! -

- ¡Y encima es dinero libre de impuestos! - Añadió Don Andrés sonriendo: - ¡Sabía que ese joven nos traería buena fortuna! ¡Qué pena que no apostáramos más! -

- ¿No dijiste antes que me había apresurado al apostar por Bryan, querido abuelo? - Preguntó Phoebe mirando al anciano con una ceja levantada.

- ¡¿Yo?! ¡¿Cuándo he dicho eso?! - Respondió Don Andrés descaradamente.

Mientras los hombres celebraban, Phoebe se sentó en silencio mientras mentalmente calculaba sus ganancias y también el mejor modo de invertir esta nueva riqueza. Luego su mirada se dirigió hacia el palco de la Familia Asturias, aunque sabía que Emily no estaría ahí.

- Ahora bien… ¿Cómo debo lidiar contigo? - Susurró Phoebe mientras su sonrisa y expresión adoptaban un aura similar a la de una Leona que observa una presa.

- ¿Hermana? - Preguntó Lawrence mirándola un poco asustado: - No sé lo que sospechas o piensas, pero por favor no hagas nada peligroso, sobre todo contra alguien de la noble familia de los Asturias… ¡El Senador Aurelio es el líder de la Facción Neutral! -

- ¿Acaso he dicho que quiero hacer algo? - Preguntó Phoebe con un tono risueño.

- Creo que lo estás pensando… - Respondió Lawrence suspirando: - No debes hacerlo. -

- ¡Por los divinos! ¿Acaso sospechas que voy a contratar asesinos o algo así? - Dijo Phoebe riendo de buena gana. Luego se inclinó en su asiento para mirarlo seriamente antes de continuar: - ¿No me conoces bien, querido hermano? ¿Cuándo doy puntada sin hilo? Para empezar, todavía tengo que reunir información y confirmar mis sospechas. Luego, si resulta que somos enemigos, procederé como siempre lo hago, de forma tranquila y calculada, hasta que obtenga lo que quiero. -

- Me alegra saber que no harás nada violento. - Dijo Lawrence aliviado: - Pero cuando se trata de una familia tan antigua e importante, incluso el investigar a uno de sus miembros puede causarte problemas. No puedo recomendártelo. -

- ¿Debo entender que no estás de mi lado, hermano? ¿O acaso piensas enfrentarme? - Preguntó Phoebe con un tono ligeramente peligroso.

- ¡Para nada! ¡Yo siempre estaré de tu lado! – Exclamó Lawrence levantando las manos con un gesto de paz: - Solo pienso que nunca es buena idea enfrentarse con aquellos que precisamente hacen las reglas en el Imperio. -

- Querido hermano, ¿acaso no conoces la regla de oro? - Preguntó Phoebe sonriendo con malicia mientras sacaba una moneda hecha con el valioso metal y la sostenía entre sus dedos de forma juguetona.

- ¿La Regla de Oro? - Preguntó Lawrence confundido.

- “Aquel que tiene el oro… - Recitó Phoebe melódicamente haciendo girar la moneda - Es quien hace las reglas”-

-… no comprendo bien… -

- Dime hermano. Supongamos que mañana pago de una sola vez todas las deudas de cada senador con problemas financieros… ¿Crees que obtendré la influencia que necesito para investigar a los Asturias? - Preguntó Phoebe mirándolo seriamente.

"¿No conoces la regla de oro? Aquel que tiene el oro, hace las reglas... ¡Y yo siempre obtengo lo que quiero!"

- Ah… Eso es... No, espera… ¡Es brillante! - Exclamó Lawrence asombrado: - Por ley no puedes tener negocios y participar en política. Pero no es imposible… -

- Que patrocine a algunos políticos. - Completó Phoebe.

- Sin embargo, eso está bastante cerca de ser ilegal. Algunos lo llamarían corrupción. -

- Así es. Pero ese hombre que está ahí… - Dijo Phoebe señalando hacia la Arena de Combate con un gesto decidido: - Es mi novio y no pienso dejar que nadie lo aleje de mí. -

Lawrence tragó saliva, pero finalmente suspiró resignado mientras pensaba: “Las mujeres son verdaderamente terribles. Sobre todo, las inteligentes. ¡Si me caso, más vale que lo haga con alguien bastante tonta!” Luego sacudió la cabeza para despejar sus pensamientos y preguntó: - ¿Vamos a felicitar a Bryan? -

Phoebe lo pensó un momento, pero después negó con la cabeza.

- Todavía no. Necesito tiempo para prepararme antes de volver a verlo. Además, sería contraproducente para él. -

- ¿Por qué? - Preguntó Lawrence curioso.

- Si ¿por qué? - Dijo Don Andrés sumándose a la pregunta: - No soy un experto en materia de combate, pero tu novio acaba de superar un evento bastante aterrador. En esas circunstancias, lo que más deseamos los hombres es recuperarnos en los brazos de una mujer hermosa. ¡Es una buena oportunidad para profundizar su relación! -

Phoebe parpadeó por unos momentos. Entonces su mirada se desenfocó un poco mientras sus mejillas se tornaban coloradas y parecía estar recordando algo bastante agradable… que le hizo olvidarse de que no se encontraba sola.

- Si, durante el entrenamiento me enseñaron que algunos hombres necesitan yacer con mujeres para liberarse de la tensión después de una batalla. - Murmuró Phoebe sin darse cuenta de que estaba expresando sus pensamientos más internos en voz alta y llevando sin querer una mano hacia la parte baja de su estómago: - Me encantaría cumplir con ese deber ahora mismo… -

Aunque dolió al principio, después se sintió tan placentero. Además, mi cuerpo es bastante fornido para ser una mujer, pero aun así él no tuvo ningún problema para complacerme... Pero tengo que tener cuidado o terminaré echándome a perder, dejando que me mime y me llene con esa cálida sensación en mi vientre. Es necesario que mantenga la cabeza fría, sobre todo ahora que una gata ladrona anda rondando cerca…

- … ¿Y quién sabe si no habrá otras más, escondidas por ahí? - Murmuró finalmente Phoebe, pero entonces se dio cuenta de que tanto Don Andrés como Lawrence la observaban de un modo extraño y cayó en cuenta de que estaba siendo muy evidente. Entonces sus ojos relampaguearon, llevó su mano desde su estómago hacia a la empuñadura de su espada y les preguntó con un tono gélido que parecía venir del más allá: - ¿Acaso he dicho algo extraño? -

- ¡No! -

- ¡Para nada! -

Ambos respondieron al mismo tiempo.

- Ya veo. - Dijo Phoebe soltando su arma y sonrió mientras asentía: - ¡Así es como uno puede tener una larga vida! -

- Entonces, ¿no vamos a ver a tu novio? - Preguntó Don Andrés fingiendo de modo magistral que nada había sucedido.

- No, si lo conozco bien ahora mismo lo que le interesa es retirarse para esconderse por un tiempo. - Explicó Phoebe luego de tranquilizarse: - No le faltarán enemigos desde este momento y necesita recuperar sus fuerzas. -

- Ciertamente. Sobre todo, se habrá ganado el odio eterno de mi querido hermano… Vlad Cerrón era una importante carta de triunfo que ahora se ha perdido para siempre. - Coincidió Lawrence sin poder evitar sonreír al imaginar la furia de Antonio: - Es una preocupación menos en mi mente. -

- Entonces vamos al Gremio. - Propuso Don Andrés levantándose de su asiento: - Tenemos que organizarnos para cobrar ese dinero inmediatamente o el Barón obeso podría intentar algo para anular la apuesta. -

- Tienes razón, haremos eso. - Asintió Phoebe.

- Iré con ustedes. - Propuso Lawrence: - Como hijo del Cuestor Imperial puedo darles más fuerza. Y si ese idiota de Cameron intenta algo, me será fácil detenerlo con la amenaza de pedirle a mi padre que dé inicio a una investigación oficial. -

EN LA SECCIÓN DE LOS NECROMANTES

- ¡¿Vieron lo que hizo?! -

- ¡No puedo creer que realmente ganara! -

- ¡Venció! ¡Venció! -

Los alumnos de necromancia estaban emocionados y aplaudían con todas sus fuerzas mientras intentaban grabar para siempre en su memoria esa visión de Bryan invocando miles de Criaturas Oscuras para rematar a su temible adversario.

- ¿Aprendieron algo, estudiantes? - Preguntó la Maestra Fanny observándolos.

- ¡Bryan fue increíble, Maestra! Pero… casi todo lo que hizo no se encuentra en nuestros libros de texto… ¡En realidad ni siquiera pelea como un mago propiamente dicho! - Respondió Athena apesadumbrada.

- Eso es cierto. ¡Tiene poderes que ninguno de nosotros conoce! - Dijo Amy: - ¿Usted le dijo cómo hacer esas cosas, Maestra Fanny? ¡Por favor enséñenos! -

- ¡Es cierto, Maestra! ¡No es justo que solo le enseñe magias secretas a Bryan! - Se quejó Bach con una expresión de fastidio: - Si también nos hubiesen entrenado para usar esas técnicas, no tendríamos que pasarlo tan mal en los enfrentamientos con la Facultad de Magia de la Luz. -

El comentario de Bach despertó el espíritu de protesta en los estudiantes, pero ante su coro de quejas la Maestra Fanny simplemente sonrió y cuando finalmente guardaron silencio, les dijo: - Yo no le enseñé nada de eso. -

- ¿Qué?... -

- Yo no le enseñé nada de eso a Bryan. - Enfatizó Fanny: - Todo lo que han visto es el fruto exclusivo de los propios esfuerzos e investigaciones de su compañero graduado. Lo único que he hecho es darle algunas orientaciones. Nada más. -

- ¡No puede ser! -

- ¡Eso es imposible! -

- ¡Tiene que ser una broma! -

- Pero… ¡¿Cómo es posible que…?! -

La Maestra Fanny hizo un gesto para llamar su atención y comenzó a explicarles: - ¿Creen que Bryan estaba divirtiéndose cuando no venía a la escuela? ¡No! Estuvo constantemente viajando para encontrar nuevas magias y también formas novedosas de aplicarlas en distintas situaciones. ¡Eso es exactamente lo que ustedes deben hacer! Un mago no se queda con el contenido de los libros, eso es solo una base. Nuestro deber es expandir el conocimiento de la magia constantemente, de un modo responsable, pero también innovador. - Luego se volvió hacia Bach: - Es cierto que algunos de los poderes que tiene Bryan son inentendibles para mí. Pero ¿por qué ninguno de ustedes ha intentado nunca algo parecido a la trampa que él usó con los Guerreros Zombis? ¿No les enseñé que un necromante puede controlar Criaturas Oscuras únicamente con la memoria? ¿Por qué nunca has aplicado dicho conocimiento en ninguno de tus duelos? -

- Eso es… No… Es que nunca… -

- Nunca se les ocurrió. - Dijo la Maestra Fanny completando la oración de Bach: - ¿Y por qué nunca se te ocurrió? ¿Te imaginas a cuantos oponentes habrías podido vencer o por lo menos poner en serios problemas durante los combates de práctica si hubieses aplicado este conocimiento? -

Bach permaneció en silencio y bajo la mirada junto con otros estudiantes que se habían quejado.

- Estudiantes. No pueden limitarse a repetir los conjuros que les enseñan. Tienen que mostrar iniciativa para poder sacar todo el potencial que tiene la Necromancia. ¡Miren lo que Bryan ha hecho! No les digo que copien su estilo, porque cada quien debe encontrar su camino hacia la excelencia, pero espero que desarrollen nuevas formas de usar su magia y no se queden únicamente con lo conocido. - Dijo finalmente la hermosa Maestra: - Esto no es una crítica hacia ustedes, porque el mismo principio se me puede aplicar. Antes estaba demasiado concentrada en encontrar nuevos temas de investigación para redescubrir los secretos de los antiguos necromantes, pero ahora también dedico tiempo a pensar en formas distintas de usar los conjuros que ya conozco, para explotar todo su potencial. -

- Una vez hablé con Bryan justo después de que venciera a los alumnos de la Facultad de la Magia de Luz. - Dijo Lisa de pronto, mirando a sus compañeros: - En ese momento me dijo que los poderes que usó en el Festival de Invierno eran básicamente los mismos que todos ya conocemos. La única diferencia era que a nosotros nos faltaba confianza en la Necromancia y por eso no buscábamos nuevas formas de utilizarla para vencer. -

- Eso es correcto. - Asintió Fanny.

- ¿La Necromancia realmente tiene tanto potencial? - Preguntó Bella con una expresión llena de incredulidad: - ¿No será que Bryan es un superdotado y dice eso para burlarse de todos nosotros porque lo molestábamos cuando era un esclavo? -

- Piensas demasiado bien de ti misma, Bella. - Dijo Lisa en tono burlón.

- ¡¿Qué dijiste?! -

- Lo que Lisa quiere decir. - Intervino Fanny rápidamente luego de darle una rápida mirada reprobatoria a su estudiante y rival en el amor: - Es que Bryan ahora es un Archimago Necromántico y el más joven en adquirir ese título en el último siglo. Además, es un Ejecutor Imperial. - Hizo una pausa para mirarlos seriamente antes de continuar: - Seguramente tiene enemigos… ¡Pero estos no van a ser estudiantes de la Academia! -

- ¡¿Dice que todos nosotros somos inferiores a él?! - Objetó Bach instintivamente, pero se calló al darse cuenta de que sentirse indignado no tenía sentido, porque la superioridad de Bryan había quedado demostrada más allá de toda duda ese día y frente a toda la ciudad.

- No, digo que yo misma soy bastante inferior a él en este momento. - Respondió la Maestra Fanny con mucha seriedad: - Y la brecha sigue aumentando. Pero esto no debe desanimarlos sino todo lo contrario. ¡Aprendan de su ejemplo! ¡Piensen en nuevas formas de usar sus poderes! ¡innoven! ¡La Necromancia tiene un potencial infinito y eso quedó demostrado el día de hoy! ¡Solo tienen que descubrirlo! -

Los alumnos vitorearon las palabras de la Maestra y luego se prepararon para retirarse. Cuando todos estaban ocupados con sus cosas, Lisa se acercó discretamente a la profesora para susurrarle: - ¿No vamos a ver a Bryan para felicitarlo? -

- Dudo mucho que desee que nosotras lo felicitemos. - Respondió Fanny también susurrando mientras vigilaba los alrededores: - Por lo menos en este momento. Recuerda: Él acaba de volverse una figura importante, pero eso siempre viene con algunos inconvenientes. -

- Enemigos. - Dedujo Lisa.

- Exactamente. - Asintió Fanny: - Y nosotras somos potenciales puntos débiles con los que sus rivales podrían amenazarlo. Por supuesto que eventualmente pensarán en utilizar a sus compañeros de la Academia para llegar a él, pero es mejor retrasar ese momento lo más posible. Además, debe estar muy agotado por la pelea. -

- Siendo él como es… querrá desaparecer por un tiempo. - Dijo Lisa, pero luego miró de reojo a la hermosa profesora y sus mejillas se tornaron coloradas cuando preguntó: - Aunque también he escuchado que algunos hombres buscan a sus amantes… ya sabe, para aliviar el estrés después de una batalla. -

Al oír esas palabras, Fanny recordó el momento en que Bryan la besó apasionadamente por primera vez y su corazón comenzó a latir con furia. Luego imaginó que esa misma noche él se metía a su habitación sin avisar cuando ella estaba durmiendo. Y con un rápido movimiento procedía a desnudarla para tomarla a la fuerza, mientras la observaba con una mirada hambrienta, justo como aquella vez que desnudó sus pechos en plena…

La imaginación de la Maestra Fanny

- ¡¿Qué dijiste?! - Gritó Fanny con una mezcla de temor e impaciencia morbosa.

- ¡Maestra! ¡Baje la voz! -

- ¡Lo siento! -

Fanny sacudió la cabeza rápidamente mientras miraba a su alrededor para asegurarse de que nadie la hubiese escuchado. Afortunadamente los aplausos de la multitud ahogaron el sonido de su grito, pero tampoco podía confiarse. No era el momento de pensar en estas cosas. Tenía que dirigirse inmediatamente a la Academia y discutir nuevas medidas de seguridad con Dean Emma para asegurarse de que sus estudiantes estuviesen a salvo de las intrigas de la corte imperial.

Sin embargo, sus mejillas seguían bastante coloradas y para colmo Lisa no dejaba de mirarla de reojo con ojos llenos de sospecha. Finalmente, la joven bruja se atrevió a preguntar.

- Maestra Fanny… ¿Qué tan lejos han llegado en “ese” aspecto? -

No muy lejos debido a que nos interrumpiste aquella vez.” Pensó Fanny con frustración, pero se cuidó muy bien de ocultar sus pensamientos y respondió: - Lisa, me alegra que seas tan valiente. Pero ese tema es el primero en una lista de cosas que jamás pienso discutir contigo. -

- Lo siento, fui demasiado inapropiada. -

- Es cierto, pero te perdono. ¡Ahora tenemos que irnos! -

EN LA ARENA DE COMBATE

La barrera del Combate Mortal colapsó por completo, confirmando definitivamente la muerte de Vlad Cerrón. El repentino incremento de la luz y el sonido de las aclamaciones casi hacen que Bryan pierda el conocimiento debido a lo débil que se sentía, pero consiguió mantenerse de pie sobre la Arena de Combate. Y los vítores lo complacieron tanto que decidió dar un espectáculo corto, haciendo que los Guerreros Zombis formasen a su alrededor, como hacían los legionarios para saludar a su general. Después todos golpearon el suelo tres veces antes de ser enviados nuevamente al inframundo.

El pueblo respondió con más aplausos, arrojando flores o listones en su dirección y gritando con cada movimiento que él hacía. Por un segundo Bryan se sintió como un auténtico dios del trueno.

Lamentablemente no tenía tiempo de disfrutar esto. Podía sentir que el efecto de la Esencia de Sangre estaba desapareciendo, lo que significaba que muy pronto entraría en un profundo estado de debilidad. Así que realizó la despedida protocolar y se marchó rápidamente de la Arena de Combate.

Lo que no esperaba fue que el pasillo por el que vino estuviese repleto de ciudadanos ilustres, que llegaron para darle sus felicitaciones e intentar invitarlo con el objetivo de formar una conexión con él. La multitud era tan grande, que Bryan no sabía si conseguiría librarse, cuando de pronto algo sucedió y toda esa gente abrió un camino para dejar pasar a una sola persona.

Era Antonio Augusto Máximo, nada menos que el Segundo Príncipe Imperial.

- Felicidades por su victoria, Maestro Bryan. - Dijo Antonio sonriendo y ocultando sus verdaderos sentimientos con una máscara de cordialidad.

- Gracias, Alteza Imperial. - Respondió Bryan haciendo una reverencia.

- Realmente ha sido un gran combate. Pero espero que no se confíe. - Continuó Antonio acercándose y colocando una mano sobre el hombro de Bryan. Entonces se acercó para susurrarle con un tono lleno de furia homicida, pero que nadie más pudo escuchar: - No creas que por haberte vuelto popular eres alguien especial. Al final un liberto siempre será un liberto. ¡Y te haré pagar por haber arruinado mis planes! - Luego se alejó un poco y levantó la voz, mientras volvía a adoptar su máscara de cordialidad: - Recuerde que el difunto Vlad Cerrón también era muy amado por el pueblo y ahora no es más que un fiambre que pasará al olvido. ¡La gloria no dura mucho para los mortales! -

El príncipe trató de hacer pasar esa última frase como un consejo amistoso, pero la gente a su alrededor se dio cuenta de que sucedía algo extraño, así que guardaron silencio y observaron expectantes.

Lamentablemente para el Príncipe Antonio, su interlocutor era mucho más descarado y habilidoso cuando se trataba de fingir amabilidad. E incluso antes de que este hablase, Bryan ya se había dado cuenta de que Antonio venía a provocarlo. También notó a los guardias imperiales que llegaron discretamente a observar y escuchar todo, en espera de un insulto, golpe o comportamiento que justificase su arresto.

No han pasado ni diez minutos y ya están conspirando en mi contra.” Pensó Bryan irónicamente mientras también adoptaba una expresión de amabilidad y le respondía al príncipe con un tono lleno de falsa gratitud: - Muchas gracias, príncipe Antonio. ¡Cuán sabio es usted! Sus palabras son bastante ciertas: El resplandor de la gloria dura apenas un instante. - Y entonces repentinamente bajó el tono de su voz, aunque lo hizo de tal forma que todos los presentes pudiesen oírlo: - Pero la oscuridad dura para siempre. -

Después de decir esto, Bryan hizo una reverencia y se marchó aprovechando el camino que el Segundo Príncipe había abierto entre la multitud al llegar. Todos los presentas aplaudieron, pues creían que Bryan simplemente se había mostrado de acuerdo con su Alteza e incluso aceptó humildemente sus consejos.

Pero Antonio se dio cuenta del significado oculto en las palabras de Bryan y apretó con furia los dientes por la impotencia. Porque con Vlad Cerrón muerto, ya no tenía modo de resistir o librarse de Tiberio Claudio y no le quedaba más remedio que ser su títere para ayudarlo a obtener el poder. La otra opción era sufrir cualquier destino que sus hermanos le tuviesen preparado y esa no era una opción para él.

Estaba atrapado y no podía hacer nada.

Este era el significado de la última frase de Bryan:

Al final tú serás olvidado sin haber probado la gloria ni una sola vez en tu vida.

"Tienes razón. El resplandor de la gloria dura apenas un instante... ¡Pero la oscuridad dura para siempre!"

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, donde nuestra economía se mantiene a pesar de que botamos presidentes por la ventana cada año, porque no permitimos que nadie tenga autoridad sobre el Banco Central de Reserva. Es el mejor regalo de la constitución del 90. Y si lo piensan bien… ¿No es ridículo que tantos países crean que imprimiendo billetes van a incrementar la riqueza? ¡Todo el mundo lo haría si funcionase de esa manera! En fin, aquí es miércoles 24 de mayo del 2023.

Salió un documental de Cleopatra interpretado por una actriz negra que además se ve demasiado vieja. Algunos dicen “te molesta porque la actriz es negra”. Yo les digo “me molesta porque la actriz no es griega”. Digo, los Ptolomeos eran tan celosos de cuidar su herencia macedónica, que cometían incesto y casaban a sus hijos con sus hermanas cuando no podían encontrar primas. De hecho, la propia Cleopatra estuvo casada con sus dos hermanos antes de conocer a César. Tenemos retratos, esculturas y monedas de ella que representan bien sus rasgos, los cuales no son los negroides. Así que, no. Es más probable que Cleopatra haya sido un alienígena encubierto antes que una mujer negra.

Pero según Netflix: “No es imposible que haya sido negra, porque Egipto está en África”.

Es precisamente por eso que detesto el término “Afroamericano” en lugar de usar “Negro” para referirme a las personas con piel oscura. Cuando me preguntan por qué, yo les digo: Decirles afrodescendientes es lo mismo que afirmar que “Solo hay personas de piel oscura en África.” ¡Es un jodido continente! ¡Hay miles de pueblos diferentes ahí y muchos colores de piel! Bereberes, Semitas, Blancos, Mediterráneos, etc.

Y además, no, los egipcios no son negros, son principalmente marrones. Con respeto a todos los grandes reinos e imperios que existieron en el sur de África, ninguno de ellos fueron los que construyeron las pirámides.

Ahora bien, si fuese una película o fantasía, me importaría muy poco. Pero es un Documental. ¡Se supone que sea científico! No un desahogo para la frustración de alguien.

Bueno, ahora sí hablemos de los cambios.

¡Finalmente la conclusión del duelo! Quizá fue muy largo para algunos, pero quería hacerle justicia porque lo venía anunciando desde hacía mucho tiempo. Además, realmente no es tan extenso como parece, es solo que tiene muchos intermedios, pero los eventos son sencillos de entender. Tenía en mi mente lo que quería hacer con esta batalla. ¡Un duelo vertiginoso donde se pone énfasis en la velocidad y estar al filo de la muerte! Pero ese tipo de enfrentamientos no pueden alargarse demasiado, porque el lector se cansaría; pero podría parecer poco interesante si no se alarga. Así que recurría usar el mismo truco que Akira Toriyama en la pelea de Gokú contra Freezer.

En el original la muerte de Cerrón no queda claro al respecto de cómo sucede, aquí quise que su muerte fuese una completa falta de respeto y por eso hice que la base de todo fuesen los Guerreros Zombis, que son los seres más elementales de los Necromantes.

La imagen del Desgarrador Sombrío la hice yo usando una galaxia desenfocada como fondo y, bueno, honestamente no me gustó como quedó. Pero creo que sirve para que uno se haga la idea. Y es que desde hace mucho quiero que use ese poder, pero que lo haga bien. En la novela siempre manda a su espada que gira “formando un orbe” … O sea, básicamente es como un error gráfico que destruye. En cambio, una sierra siempre es espectacular.

Que Bryan usase a los zombis en el techo es algo que pensé luego de ver la Momia Regresa y Guerra Mundial Z. Luego agregué los Caballeros del Mal, pero no les di demasiado protagonismo porque entonces uno se preguntaría el por qué no los usó antes. La idea es que no habrían tenido tiempo de atacar antes de sufrir el Sesgo Dimensional y Bryan habría perdido Fuerza Mental por nada.

La técnica Colapso Dimensional que usa Vlad Cerrón es básicamente una re imaginación del amakakeru ryu no hirameki de Samurai X, esa que se terminó volviendo un meme por lo ridícula que era. Pero en un mundo mágico, si tiene algo de sentido.

Las conversaciones en los palcos son básicamente conclusiones de todo lo visto hasta ahora, porque realmente quería que el tema central fuese la victoria de Bryan. Pero aún así creo que hice un buen trabajo creando los conflictos que se verán en el siguiente volumen. Además, es conveniente que todos entendamos que los personajes tienen una vida fuera de sus interacciones con el protagonista.

Pero pro favor déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Te gustó que el choque de poderes y el retorno del Desgarrador como disco destructor?  ¿Qué opinas de la trampa de los zombis? ¿Te gustó el final? ¿Qué te pareció el intercambio del emperador con los nobles? ¿La determinación de Emily o las reacciones de Phoebe? ¿Te gustó el ultimo diálogo de Lisa y Fanny con los estudiantes? ¿Qué opinas de la ultima frase que Bryan le dijo tanto a Cerrón como al príncipe?

Si te gustó, por favor ayúdame patrocinándome para que pueda seguir comiendo. También puedes compartir esta historia con más gente en tus redes y por supuesto señalar cualquier error ortográfico que se me haya escapado. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!