97 Materiales curiosos y exóticos

Bryan decidió que era un buen momento para tomarse un descanso durante un par de días y conocer un poco la ciudad. En ese momento se vivían tiempos de tranquilidad, pues el año anterior la flota imperial había aniquilado finalmente a los piratas que suponían una constante amenaza para sus puertos. Luego de una serie de encarnizados combates navales, el Imperio finalmente volvía a ejercer un control total sobre los mares que dominaba, haciendo que sus rutas marinas fuesen cada día más seguras. Esto se traducía en una amplia proliferación de todo el comercio en Itálica.


La ciudad ahora envolvía a Bryan con todo su esplendor e inevitablemente le arrancaba suspiros de admiración involuntarios cada vez que sus ojos se posaban en alguno de los bellos edificios que tantos siglos llevaban levantados en el Foro de la capital del Imperio y, junto a ellos, orgullosas, se erigían las nuevas obras que el emperador Juliano había construido: Una serie de Bibliotecas Públicas, a los que cualquiera podía tener acceso y donde se podían encargar copias a un servicio de escribas; más de diez nuevos templos a los dioses, construidos con mármol blanco y engalanados con esculturas de plata; gigantescos monumentos, todos perfectamente proporcionados, de emperadores importantes, rodeados de relieves que narraban las victorias militares y un recuento de los territorios obtenidos para la prosperidad de la nación; los acueductos alimentaban más de mil cuatrocientas fuentes operativas, donde los ciudadanos podían abastecerse de agua cristalina, y que estaban decoradas con esculturas de mármol o bronce, que también eran alegorías a las deidades de los ríos; a lo lejos se podía ver el enorme y majestuoso Palacio Dorado, la residencia oficial del Emperador Juliano y el mismísimo corazón de la nación Itálica. Sin embargo, Bryan decidió no acercarse por el momento a ese lugar, debido a la gran cantidad de gente que podía ver cerca de la entrada.


Itálica era un auténtico torbellino de personas que caminaban de un lugar a otro, de un entretenimiento a otro. En algunos lugares había pequeños puestos con malabaristas, acróbatas y saltimbanquis; en muchos edificios se instalaban arenas donde se desarrollaban peleas entre personas o animales; no faltaban los hipódromos, donde se llevaban a cabo carreras muy peligrosas, tanto de carros como de jinetes; por supuesto que esto también incluía los negocios de apuestas, donde la gente de mal vivir cultivaba la ludopatía.


En su camino se encontró con mercados de verduras, carnes, ganados, frutas, tabernas de toda condición; en cada esquina, charlatanes que unos consideraban sabios y llamaban filósofos y a los que otros, en cuento los aludidos cometían un error, despreciaban lanzando alguna piedra, eso sí, no con gran puntería.


Pero, sobre todo, Itálica era gente, gente, una muchedumbre inmensa que parecía poblarlo todo, llenarlo todo, henchirlo todo. Se veían literas de nobles patricias avanzando escoltadas por esclavos fornidos que apartaban al resto para que no molestaran a su ama; por otro lado, había que tener cuidado con las obras constantes que se hacían en todas partes o por no resbalar con los deshechos que algún desaprensivo había arrojado en cualquier parte de la calle.


Así fue como Bryan visitó primero el foro, el gran mercado, el anfiteatro y otros lugares de interés; también se paseó por las posadas más lujosas de la ciudad para probar la comida y el vino. Por las noches había muchos lugares donde se improvisaban obras de teatro, se podía ver a los juglares que pregonaban historias fascinantes de lugares lejanos o escuchar los bardos que cantaban las hazañas de los héroes.


La última noche de su descanso la pasó en una posada bastante animada y se quedó despierto hasta altas horas de la noche, disfrutando del ambiente. Cuando se durmió, volvió a encontrarse en un extraño lugar por primera vez en mucho tiempo.

*****

“Vas bastante bien, al menos por el momento.” Comentó el niño misterioso con una sonrisa.

 

“¡Oh, eres tú! ¿Por qué siento que no te he visto en mucho tiempo?”

 

“¿Será porque no me has visto en mucho tiempo?”

 

“Ya veo” Respondió Bryan malhumorado por la ironía del niño: “¿Y a qué se debe el que decidas hablarme ahora?”

 

“¡Ja! Respondió el extraño niño.

 

“¿Qué quieres decir con - ¡Ja! - exactamente?”

 

“Yo hablo contigo todos los días Bryan” Respondió el niño, suspirando como si estuviese hablando con un hermanito menor un poco lento: “Eres tú el que elige no responderme.”

 

“¿Todos los días? ¿Por qué no lo recuerdo?”

 

“Estás muy distraído como para prestarme atención. Hay demasiados ruidos mundanos en tu vida” Respondió el niño sentándose en el suelo e invitándolo a hacer lo mismo con un gesto de la mano: “Pero ya que hoy has decidido escucharme para varias, déjame darte a un consejo.”

 

“Pues muchas gracias… ¡Espera un momento! ¿No dijiste antes que me olvidaré de todo lo que hablemos aquí? ¡¿De que serviría escucharte?!”

 

“Te sorprenderías.” Respondió el niño soltando una carcajada antes de continuar: “Precisamente de eso va mi consejo: No intentes abarcarlo todo tú solo. Está bien ser precavido, pero desconfiar demasiado también es una forma de cobardía.”

 

“Pero cualquiera puede traicionarme” Objetó Bryan: “Desconfiar de todo el mundo es lo más seguro para mí ahora.”

 

“Si, pero confiar en otros, sabiendo que pueden traicionarte, es lo que hace tan valiosa a la lealtad. Aprende de Phoebe. Ella confía en ti a pesar de que ha sido traicionada en el pasado. Es leal, a pesar de que conoce los peligros que implica serlo. En ese sentido, es la persona más valiente que conoces por el momento.”

 

“Entonces… ¡¿Has venido a decirme que puedo confiar en Phoebe?! ¡¿Cómo es que tú la conoces?! ¡¿Quién se supone que eres tú?!”

 

“Ya sabes quién soy.”

 

“¡No, no lo sé!”

 

“Si que lo sabes, sólo lo has olvidado, como todos.”

 

“¿Qué significa eso?”

 

“Que es tiempo de que te despiertes”

****

Bryan abrió los ojos de golpe y se levantó de inmediato. La luz del nuevo día entraba por la ventana y todavía se sentía el frío de la madrugada. No estaba seguro del motivo por el cual se había levantado tan de prisa, pero al enfocar sus sentidos no sintió nada extraño o fuera de lugar, así que decidió que se trataba de imaginaciones suya y se volvió a acostar para dormir una hora más.


Cuando regresó a la Academia, Bryan se enteró de que Camilla había desaparecido. Según algunos estudiantes, los vigilantes que patrullaban los jardines la habían visto abandonando apresuradamente sus habitaciones en medio de la noche, con una expresión de pánico en el rostro y nadie volvió a encontrarse con ella desde entonces.


Al día siguiente los profesores anunciaron en clase que la Maestra Camilla había renunciado a su cargo como profesora por motivo de una emergencia familiar y no parecía tener la intención de regresar pronto.


La excusa era razonable y demasiado bien preparada como para que Bryan la creyese. Sus instintos le decían que el Manto Oscuro no había perdido el tiempo, así que seguramente nadie volvería a saber de Camilla. Tenía sentido, ella era una espía que fue capaz de eludir al Imperio durante años e incluso llegó a alcanzar un cargo importante en una de las instituciones más prestigiosas que formaba a los futuros Aristócratas, así que era demasiado inteligente para poder ser utilizada; por lo tanto, no convenía mantenerla con vida.


Después de ese incidente Duke y Erick mantuvieron una reunión secreta donde decidieron que era demasiado arriesgado seguir residiendo en la Academia, así que a los pocos días se marcharon con la excusa de que su visita ya se había extendido demasiado y tenían que reportarse al Imperio Kasi.


El último fue el caso de Clark, que había preparado toda una serie regalos con los que planeaba visitar la Escuela Necromántica para “presentarle sus respetos” a la Maestra Fanny. Pero de un día para otro abandonó la Academia, casi al mismo tiempo, tras recibir una orden de su padre, el Duque Odón Ascher.


Aunque Bryan no estaba seguro de lo que había pasado con exactitud, pero podía suponer que el Manto Oscuro inició una serie de acciones bastante directas, tanto violentas como políticas, para recuperar el control. De lo contrario esos tres individuos poderosos no habrían reaccionado de un modo tan intempestivo para escaparse de la ciudad.

*****

Durante los siguientes días Bryan estuvo viviendo tranquilo y sin percances. La mayor parte del tiempo se dedicaba completamente al estudio de la magia y cuando encontraba alguna interrogante, aprovechaba la oportunidad para visitar a Fanny. La hermosa maestra siempre encontraba tiempo para responder sus preguntas, aunque a veces la situación se volvía incomoda porque ocurrían algunos “accidentes” cuando él perdía el control por el efecto secundario de su entrenamiento para dominar el Reino del Espíritu Moldeado. Entonces dejaba escapar algunos comentarios algo escandalosos, que en situaciones normales guardaría bien escondidos dentro de su corazón.


Cuando eso ocurría, la Maestra Fanny hacia una mueca enojada y lo reprendía con severidad. Eso bastaba para despertar a Bryan, que rápidamente se inventaba una excusa para salir del problema o comenzaba a hacerse el tonto y cambiaba de tema para distraerla.


Una mañana despertó y descubrió que la temperatura había descendido de forma súbita anunciando la proximidad de las heladas. Bryan comenzó a preocuparse por sus amigos enanos y después de pensarlo un poco supuso que ya había pasado el suficiente tiempo como para que Phoebe terminase de reunir suficientes raciones de alimentos como para sobrevivir al invierno.


Así que dejó la Academia y tomó un carruaje para ir al Gremio Mercante de Boozt. Durante el viaje siguió pensando en todos los proyectos que tenía y decidió aprovechar la oportunidad para pedirle ayuda a Phoebe, pues aún necesitaba encontrar los materiales necesarios si quería refinar al Zombi Élite de Tierra.


Cuando llegó a la sede del gremio descubrió que los vigilantes de la puerta habían vuelto cambiar. También lo había hecho su actitud, porque esta vez lo trataron con mucho respeto cuando dijo su nombre y se hicieron a un lado de inmediato para dejarlo pasar. Un sirviente vino a escoltarlo hasta una sala privada, donde lo recibió un alegre Fabián que se veía bastante saludable, mucho más gordo y con ropajes resplandecientes: - ¡Hola Bryan! Hace tanto que no te veo. ¿Cómo has estado? -


- ¡Salve maese Fabián! Me alegra mucho ver que estas bien. Una parte de mi temía que estuvieras… bueno, ya sabes, pensé que la mansión se había derrumbado sobre ti esa última vez. - Dijo Bryan sonriendo sorprendido. En realidad, estaba seguro de que Fabián se había muerto durante la batalla con los sicarios de Grover, cuando un Archimago de Tierra desató un terrible terremoto que destruyó la mitad de una mansión junto con sus ocupantes.


- Por favor no pienses mal, pero tú sabes que realmente no tengo madera de héroe. Y no es que hubiese podido ayudarlos mucho en contra de unos asesinos entrenados. Así que en el instante que me di cuenta de que nos estaban atacando, corrí a esconderme debajo de una cama considerablemente resistente y eso terminó salvándome de morir bajo los escombros. Les tomó un buen rato encontrarme, pero al final logré salir con vida. - Fabián sonrió con picardía mientras explicaba el modo en que había escapado de la muerte.


- Siempre he dicho que Fortuna favorece a los osados y parece que finalmente ha decidido sonreírte a ti. A primera vista se nota que te va muy bien. - Dijo Bryan con aprecio.


- Ja, ja, no es para tanto. Pero es verdad que desde que Grover murió, los hombres de “Sombra Fantasmal” no han vuelto a aparecer y mi vida ha mejorado mucho desde que la señorita asumió el liderazgo del gremio. -


Aunque Fabián se esforzaba en ser modesto bastaba con mirar la felicidad de su rostro para saber que era próspero y que todos sus sacrificios habían valido la pena.


Mientras caminaban hacia los aposentos interiores, Bryan notó que la mayor parte de la decoración y el personal administrativo dentro del Gremio apenas habían sido modificados, pero en cambio los guardias habían sido completamente reemplazados. En cierto momento caminaron junto a una galería con ventanas hacia el jardín, entonces Bryan se detuvo un instante, fingiendo admirar el paisaje, pero en realidad observaba la roca tras la cual él y Phoebe tuvieron que apretujarse para esconderse de Ellis. Naturalmente esto le trajo toda clase de excitantes recuerdos.


Ahora que volvía a ver ese lugar, pudo notar que los jardineros habían estado trabajando a su alrededor de forma excepcional. La roca ahora estaba rodeada de flores y arbustos hermosos de gran calidad, especialmente cultivados para crear un rinconcito muy hermoso. No muy lejos, alguien ordenó colocar una pequeña glorieta, bajo la cual se instaló una mesa elegante con un juego de sillas, para poder disfrutar de un té o una merienda campestre mientras admiraban la obra que los jardineros habían creado.


- Eh, Fabián. ¿Han estado remodelando el jardín? No recuerdo que esta zona fuese así. - Bryan estaba sorprendido por los cambios que veía e hizo esa pregunta disimuladamente para no revelar sus pensamientos.


- ¡Ah! Si, este lugar. Eres realmente observador. Esa zona fue redecorada completamente a petición de la señorita Phoebe y tengo entendido que ella misma dirigió casi todo el proyecto. Cuando lo terminó, prohibió el acceso a casi todos los sirvientes y empleados a excepción de los necesarios para mantenerlo. Desde entonces viene a aquí cuando tiene tiempo libre, para disfrutar de un té en soledad mientras admira las flores. Te diré en confidencia que nadie entiende muy bien por qué le gusta tanto este sitio, cuando hay otras partes del jardín mucho más bellas e interesantes. Pero por algún motivo la señorita es feliz aquí y yo no pienso cuestionarla. - Fabián le explicó todo esto con una mirada de confusión en el rostro.


Bryan se acercó a la ventana para dar un breve vistazo a la grieta en la que ambos se habían refugiado esa última vez y recordó la sensación de sus cuerpos presionados uno contra el otro, el aroma de esa mujer, el brillo de sus labios, los latidos de sus corazones…


¿Podría ser que le gusta este lugar porque quiere recordar ese momento? ¿Por qué lo haría? En ese entonces me amenazó con asesinarme, o algo así, si me atrevía a mencionarlo.” Bryan trataba de entender lo que a sus ojos era un comportamiento extremadamente raro, aunque una parte de él empezaba a intuir cuál era la realidad. Pero cada vez que sus pensamientos lo llevaban en ese sentido recordaba la ira de Phoebe y pensaba “Es imposible”.


Phoebe era una mujer muy hermosa, extremadamente orgullosa, de gran espíritu y que ahora tenía en su poder al Gremio Mercante de Boozt, la más poderosa de las organizaciones comerciales dentro del Imperio Itálico. Racionalmente hablando no había motivos para que ella quisiera fantasear con un oscuro sujeto que, en concreto, sólo podía ostentar ser uno más entre los muchos estudiantes de la Academia Babilonia.


Finalmente llegaron a la sala de recepciones, entonces Fabián llamó a una doncella para que les sirviera té y bocadillos. Luego le pidió que esperara mientras iba anunciar su presencia.


Después de unos minutos Phoebe entró en el vestíbulo vistiendo un traje de entrenamiento sencillo, blanco y elegante. Había unos leves rastros de sudor en su frente y parecía estar bastante sedienta, porque después de saludarlo fue directamente a servirse una taza de té helado y sólo le dirigió una mirada con esos hermosos ojos suyos después de dar un par de sorbos: - Adivinaré. Estás aquí por tus paquetes de raciones. ¿Verdad? -


Bryan sonrió asintiendo: - ¡Qué bien me conoces! Pero no valdría la pena hacer un viaje tan largo hasta el Gremio Mercante de Boozt si no fuese por negocios ¿no te parece? -


Phoebe puso los ojos en blanco mientras hacía una encantadora mueca con sus labios y murmuró un poco enojada: - ¡Siempre con negocios! ¿No puedes venir a visitarme para saludar? ¡¿Qué clase de amigo eres?! -


Bryan rio involuntariamente al escucharla y no pudo evitar bromear: - ¡¿De vez en cuando?! Phoebe, sabes que sólo han pasado unos diez días desde la última vez que nos vimos ¿verdad? Además, acabas de asumir el mando del gremio mercante más grande en el imperio, así que naturalmente asumí que tendrías toneladas de trabajo por delante. ¡Claro que me hubiera gustado saludarte! ¿Pero cómo iba a saber si tenías tiempo libre? -


- ¡Hump! Si hubieras pensado en mí te habrías encargado de saberlo, no hagas escusas. - Phoebe alzó la cabeza hacia un lado con un delicado movimiento de su hermoso cuello. Parecía que estaba un poco fastidiada con él, pero después de unos momentos se tranquilizó y su expresión volvió a ser seria, entonces dijo: - Ya tengo las raciones, pero la cantidad es suficiente para llenar dos habitaciones. Me he fijado en que tu Anillo Espacial es de los más económicos y supongo que tendrás cosas almacenadas en su interior. Me temo que no te alcanzará para tantas cosas. -


- Tienes razón, pero no me molesta hacer varios viajes. Je, je. No te preocupes. - La verdad era que Bryan había asumido desde el principio que tendría que llevar múltiples tandas de comida. Así que sonrió para tranquilizarla y luego de una pausa sacó un trozo de pergamino donde tenía apuntada una larga lista: - Phoebe, tengo necesidad de obtener ciertos materiales de naturaleza… exótica. ¿Crees que puedas ayudarme a conseguirlos? -


La muchacha lo miró con cierta sorpresa, como si le costara adivinar el motivo por el que necesitaba tantos artículos repentinamente y tomó el pergamino para revisarlo. Luego de un momento entrecerró los ojos con seriedad mientras murmuraba: - Tierra Glacial; Tierra Abrazadora; Tierra Acuosa; Tierra Sangrienta; algo que parece ser nieve; creo que esto es una especie de raíz… ¡¿Qué se supone que son estas cosas que has escrito?! ¡Casi no puedo entender el significado! -


Bryan esperaba que Phoebe tuviese dudas y había venido preparado para responderlas, así que sonrió y comenzó a explicarle: - La Tierra Glacial es un polvo de color azul que se puede encontrar en lugares muy helados, con nieves perpetuas y con una gran concentración de magia; usualmente en donde hay una alta aglomeración de criaturas mágicas. La Tierra Abrazadora es roja, resplandece y siempre está caliente sin importar la situación; usualmente se encuentra dentro de los volcanes, en lugares donde hay lava de forma regular. Pueden encontrar Tierra Acuosa en pantanos subterráneos, donde la luz del día nunca llega y el suelo está húmedo todo el año; es de color verde y resplandece en la oscuridad… Usualmente habrá monstruos muy desagradables cerca. La Tierra Sangrienta se forma debajo de los lugares donde han muerto muchas personas de forma constante, como en un campo de batalla que sea utilizado regularmente; me imagino un sitio donde siempre hay conflictos pero que está deshabitado. Es de color carmesí y siempre está húmeda como si fuese barro, el problema es que suelen haber no muertos a su alrededor.


Los otros elementos pueden encontrarse junto a los primeros. Por ejemplo, la Flor de Nieve Glacial crece sobre la Tierra Glacial. La lágrima de Lava es una roca traslúcida con forma de perla, no tengo que decirte dónde estará. Luego está la raíz de Mignamidra que crece sólo dentro de la Tierra Acuosa. Es larga y muy venenosa, pero curiosamente también es un excelente antídoto. El Fruto Execrable tiene una forma desagradable parecida a un tumor que palpita contantemente y se forma dentro de la Tierra Sangrienta. Claro que, aunque le llamen “fruto” en realidad es un tubérculo que tiene la propiedad de absorber la vitalidad de quienes…-


La expresión de Phoebe se volvía cada vez más y más consternada por las explicaciones, provocando que Bryan se pusiese un poco nervioso. Él sabía que los nombres de los ingredientes en las memorias de Chu Cang Lan iban a ser diferentes a los que se usaban en este mundo, así que previamente había hecho un trabajo de investigación para poder adaptar los términos o al menos describir sus características, de modo que Phoebe pudiera reconocerlos… pero quizá sería más difícil de lo que imaginó. Sin embargó no se desanimó y volvió a explicar cada ingrediente enfocándose más en sus efectos, hasta que Phoebe pareció comprenderlo. Aun así, había varios ingredientes que la muchacha simplemente no conocía porque eran demasiado exóticos y le pidió tiempo para consultarlo con algunos especialistas.


Después de unas horas Bryan terminó de explicarle todas las características de los trece ingredientes base que necesitaba para refinar su Zombi Élite de Tierra y Phoebe resopló completamente aturdida por esta petición tan inusual. Si cualquier otra persona se hubiese acercado a ella con la misma solicitud seguramente lo hubiese despedido inmediatamente, quizá hasta de mala manera. Pero Phoebe se limitó a mirarlo con suspicacia y al final le pregunto un poco enojada: - ¿Para qué necesitas estos ingredientes? A no ser que quieras iniciar una colección de todas las rarezas de esta tierra, no tiene sentido reunir todo esto. Solamente intentar encontrarlos será una tarea monumental. Necesito saber en qué me estoy metiendo. ¿Qué es lo que pretendes? ¡Si no me lo dices claramente no pienso ayudarte! -


Y aquí vamos. Por suerte preparé una buena historia.” Pensó Bryan para sí mismo, mientras se preparaba para mentirle. Sabía que con su petición ya estaba forzando su relación con Phoebe casi hasta el límite y seguramente se arriesgaba a perder su amistad. Pero simplemente no pensaba arriesgarse a que en el futuro ella le revelase algo a sus potenciales enemigos. De hecho, uno de sus credos era precisamente la frase: “Los amigos de hoy, son los enemigos de mañana.


“Está bien ser precavido, pero desconfiar demasiado también es una forma de cobardía.”


Justo cuando estaba a punto de soltar una mentira muy bien calculada, ese pensamiento nació en su interior, provocándole inquietud. Era el sentimiento que uno tiene cuando todo lo que sabe indica que se encuentra en la dirección correcta, pero hay un pequeño detalle que hace sospechar.


¿Quizá estoy por cometer algún error?” Se dijo Bryan, mientras miraba el rostro expectante de Phoebe. Notó entonces que había un pequeño dejo de irritación y tristeza en su mirada, como si ella supiese de antemano que Bryan iba a mentirle. No era seguro al cien por ciento, pero ahora Bryan ya no estaba del todo convencido.


“Ella confía en ti a pesar de que ha sido traicionada en el pasado. Es leal, a pesar de que conoce los peligros que implica serlo.”


Entonces Bryan suspiró mientras dejaba de lado todos sus planes. No estaba seguro del motivo, pero decidió ser honesto a pesar de que toda su lógica indicaba lo contrario. Algo en su expresión debió haber revelado algo, porque Phoebe percibió el cambio en la mirada de Bryan y lo miró comuna nueva curiosidad.


- Muy bien. Te lo diré. - Dijo Bryan de pronto: - Pero ser honesto no es algo que realmente vaya conmigo, así que mejor te daré una demostración. ¿Te parece? -


- Esta bien. - Respondió Phoebe con voz vacilante, pues no entendía muy bien lo que estaba por suceder o el extraño cambio que se había producido en la mirada de su amigo.


Bryan entonces recitó un conjuro y materializó a su Pequeño Esqueleto Negro con siete púas en la espalda. Luego le dio una orden mental. El Pequeño Esqueleto comenzó a moverse a toda velocidad por el salón, corriendo por las paredes y saltando hasta el techo con increíble agilidad. Finalmente subió hábilmente sobre la mesa del té sin derramar ningún plato y lanzó una estocada rápida hacia Phoebe con su pequeña daga.


La espadachina reaccionó de inmediato y su espada apareció en su mano en menos de un parpadeo y envuelta en su Aura de Batalla resplandeciente. La daga de hueso y el estoque chocaron por un momento, hasta que finalmente el Pequeño Esqueleto dio un paso atrás, mientras giraba hábilmente la daga dentro de su mano. Entonces Bryan le preguntó: - Dime Phoebe. ¿Cuál crees que sea la diferencia entre mi criatura y los esqueletos que el resto de necromantes suelen invocar? -


- No puedo definirlo con exactitud, pero es una criatura increíble y superior en todos los sentidos. He visto algunos necromantes invocar a varios Guerreros Esqueletos, pero ninguno se compara con este pequeño. Lo único que se me ocurre para explicarlo es que, aunque esta criatura se parece a un esqueleto, en realidad no lo es. Es como… es como si hubiera un demonio escondido en su interior e incluso le tengo un poco de miedo. - La expresión de Phoebe era muy seria y sus ojos no dejaban de vigilar con cierto temor la daga de hueso que el Pequeño Esqueleto empuñaba.


Bryan la miró fijamente antes de empezar a hablar lentamente: - Y sin embargo esta criatura solía ser un esqueleto ordinario e incluso el más débil de entre los suyos. Solamente podía utilizarlo para que me ayudara a botar la basura cuando yo no quería hacerlo. Pero una noche utilicé artes mágicas secretas para transformarlo, mejorarlo y darle nueva vida. Desde entonces es diferente, ha cambiado y sigue haciéndolo.


Dejando de lado su apariencia o sus habilidades, para nuestro conocimiento mágico él no es más que un sencillo esqueleto. El conjuro para invocarlo es el mismo que para todos, la cantidad de Fuerza Mental que empleo para darle instrucciones es también la misma. Incluso puedo arriesgarme a deducir que, si un Necromante realiza un encantamiento para examinarlo mágicamente, no va encontrar nada extraordinario en él.


¿Y por qué? Porque este pequeño se ha convertido en algo que trasciende las leyes de la magia de este mundo. Y su poder está creciendo Phoebe, se hace más fuerte, más ágil, más habilidoso… más inteligente. Tu misma acabas de comprobar cuán poderoso es hace unos momentos.


Ahora estoy intentado repetir esta hazaña, pero empleando un método diferente y más meticuloso. Todavía no estoy seguro de cuan bien resultará, por eso no quiero hablar demasiado sobre ello, pero si funciona… comandaré una fuerza increíblemente poderosa y completamente leal a mí. Pero por ser tú, voy a concederte esto: estoy intentando refinar un nuevo tipo de Guerrero Zombi, uno que será tan increíble como este esqueleto. Para eso necesito los materiales. -


Bryan sonrió y por un instante dejó de lado todas sus máscaras para mirar a Phoebe con su verdadera intensidad. De repente se mostró ante ella como un señor de la oscuridad, implacable y poderoso. Quería que supiera cuan ambicioso era en realidad y que estaba persiguiendo algo muy grande. También le estaba demostrando que confiaba en ella, mucho más de lo que había confiado en nadie hasta el momento. Sinceramente pensaba que la muchacha se lo había ganado, pues muchas veces dio la cara por él y siempre le demostró sinceridad, por eso estaba seguro de que no lo traicionaría mientras él no la traicionara primero.


Aun así, Bryan se dijo a sí mismo que esta confianza no sólo era producto de un misterioso presentimiento, de la amistad o un extraño caso de ingenuidad; sino de su calculadora forma de proceder. Y lo cierto era que Phoebe ya había visto las habilidades de su esqueleto en una ocasión anterior, así que no eran un gran secreto para ella. Pero a parte de él, nadie más podía utilizar los poderes de la Esencia Mágica de Chu Cang Lan, por lo que, incluso si Phoebe fuese a traicionarlo o lograsen sacarle la información de algún modo, siempre tendría un cierto margen de maniobra.


Este ultimo pensamiento lo ayudó a ignorar lo mucho que realmente deseaba confiar en Phoebe desde un principio. Y de esta manera se convenció de que seguía teniendo el control de la situación.


- Increíble… ¡Es verdaderamente increíble! Con tus poderes puedes conducir nuevamente a los necromantes hacia la cúspide del poder. ¿Cómo lo hiciste Bryan? ¡Eres increíble! - Los ojos de Phoebe brillaban con admiración y parecía estar temblando por lo impresionada que estaba, mientras que sus palabras se llenaban de excitación.


Bryan cerró los ojos por un momento y cuando los volvió a abrir había vuelto a su actitud usual: - Lo conseguí con mucho esfuerzo, experimentación y un método secreto. Te estoy diciendo esto porque confío en ti, Phoebe. Pero espero no tener que explicarte que, cuantas más personas se enteren de mis secretos… más problemática resultará mi vida. Necesito tu palabra de que mantendrás todo lo que te dije hoy en tu mente y no lo compartirás con un tercero. -


- ¿Nunca se lo has dicho a nadie aparte de mí? - Phoebe estaba asombrada, pero luego lo miró de un modo intenso y muy diferente a como lo había visto nunca.


Bryan asintió y respondió con sinceridad: - ¡A nadie! Sólo lo sabes tú. -


Entonces Phoebe le mostró una sonrisa radiante y respondió con alegría: - Te doy mi palabra de que este será nuestro secreto. ¡No lo revelaré, aunque amenacen mi vida! ¡Puedes estar seguro! -


En su interior Bryan se sentía muy conmovido por la respuesta de Phoebe, aunque no lo quiso reconocer en ese momento, pero una parte de él también se sentía feliz de poder confiar en ella y saber que tenía a alguien en quien apoyarse sin temor. Sin embargo, en ese momento se limitó a sonreír con tranquilidad y dijo: - Gracias Phoebe. Y yo te prometo que no olvidare este favor. Solo un Gremio tan poderoso como el tuyo puede superar las barreras de las naciones para obtener estos artículos, así que tengo muchas esperanzas en que logres conseguirlos. -


- No hay problema, voy a hacer todo lo posible. Pero me temo que estos artículos costarán… y mucho. ¡Vas a tener que conseguir bastante oro dentro de poco! Je, je. Debes saber que, aunque seamos amigos, no pienso invertir mis recursos familiares de forma gratuita. - Phoebe le respondió con picardía y le guiñó un ojo juguetonamente. El gesto fue tan adorable y divertido que le arranco una carcajada involuntaria a Bryan.


Es tan curioso. En un principio estaba seguro de que esta mujer era una persona fría, arrogante y bastante difícil de tratar. Ahora, tras todo lo que hemos vivido y las experiencias que compartimos, sé que su altivez no es más que una fachada que usa para los extraños. Cuando ella brinda su amistad se convierte en alguien muy leal y confiable, que deja de lado todas las formalidades para hablar con sinceridad. Es admirable que sea así a pesar de todo lo que tuvo que sufrir desde pequeña.” Pensó Bryan y desde ese momento decidió que nunca más pensaría en Phoebe como una simple socia comercial, sino que sería un aliado para ella en las buenas y en las malas. “Voy a protegerla especialmente y cuando llegue el momento me aseguraré de llevarla a la cima conmigo.


Ambos continuaron conversando durante una hora más acerca de los materiales, sus características y su posible ubicación. Phoebe tomó una pluma y comenzó a realizar sus propios apuntes hasta que estuvo segura de entender todos los detalles. Entonces se despidieron y Bryan regresó al Cementerio de la Muerte, no sin antes llenar su Anillo Espacial con una parte de las provisiones que Phoebe había reunido en un almacén especialmente reservado para él.

NOTA DEL TRADUCTOR

¡Qué tal mis amigos! Soy acabcor de Perú, donde puedes disfrutar de casi todos los ambientes naturales que hay en el mundo.


¿Han notado una constante en las novelas chinas cuando se trata de ingredientes raros? Primero que 8 de cada 10 son flores mágicas. Y de estas, casi todas pertenecen a algún lugar donde no puede haber flores. Flor de Lava, Flor de Nueve, Flor del inframundo, Flor del Desierto sin vida, Flor del Crepúsculo lunar, Flor de algún lugar improbable, etc. Y cuando no son flores… ¡Son Jades! Jade rojo, jade blanco, jade de la muerte, jade de la vida, jade del 50 % de descuento, Jade de no se me ocurrió otra cosa, etc.


Es decir, al principio me gustaba la idea, pero luego se volvió tan repetitivo que francamente… Es decir, uno no puede estar repitiendo la misma fórmula cada vez y no sé qué tendrán con las flores de Loto porque siempre las hacen tan poderosas como una bomba nuclear.


En fin, ya se imaginarán cuáles fueron los principales cambios que hice esta vez. La lista de ingredientes de Han Shuo tenía que ser más fantástica, pero al menos conservé la Flor de Nieve.


Luego arreglé los diálogos que tiene con Phoebe sobre su esqueleto. Personalmente me imagino a Han Shuo como una especie de Señor Oscuro de los Sith mezclado con un vampiro o algo así. Casi puedo verlo diciendo esos diálogos cliché “Muuuy bieenn Phoebe, puedo sentir como tu ira te consume por dentro. Ahora atácame con todo tu odio y tu camino hacia el lado oscuro… DERECHOS DE AUTOR”.


Pero bromas aparte, es verdad que quiero darle diálogos cada vez más serios para aumentar la sensación de que se está trasformando en alguien más oscuro y prepotente.


Por cierto, que nadie pareció preguntarse por qué le puse el sobrenombre de Censor a Amyes. Un Censor era un cargo de la Antigua Republica Romana para el que se encargaba de los censos, pero también vigilaba a los políticos para asegurarse de que no hiciesen nada vergonzoso. Si descubría que alguno de ellos practicaba actos indebidos, los borraba de la lista de los que podían participar en las elecciones.


Pero un día llegó un neurótico, obsesivo y francamente despreciable personaje llamado Catón, que usó ese cargo para acosar a sus enemigos políticos e incluso llego a exiliarlos o ejecutarlos con la excusa de proteger las buenas costumbres romanas o el bien del estado… Claro que eran “sus propias opiniones” de lo que era bueno para el estado y quien pensase diferente de él, entraba en su lista negra. Es por eso que fue apodado para siempre como Catón el Censor, uno de los personajes más implacables y despiadados de la historia.


Elegí ese mote para Amyes, porque se supone que causa temor en los nobles por investigarlos. Y me pareció divertido hacer una referencia a ese personaje histórico.


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Nos vemos en el siguiente capítulo