226 Violencia

- Ah, las mujeres enfadadas. Todas te gritan, te insultan y finalmente sienten que ellas son las “ofendidas”. - Comentó Bryan con sorna mirando hacia atrás ligeramente hacia donde estaba Cecilia, que seguía gritándole: - Por eso no tiene sentido que los hombres peleemos con ellas. No hay forma de ganar. En su mente da igual que nos haya amenazado o intentado hechizar. “Nosotros somos los culpables de todo”. -

- De todos modos, incluso sin su encantamiento, esa mujer es un excelente producto y me encantaría enterrarle mi trozo… - Comenzó a decir Gilberto.

- ¡Cuida el lenguaje, lagartija inútil! -

- Quiero decir… - Se corrigió Gilberto: - Que me sorprende que puedas irte y dejarla de ese modo. Es como si fueses inmune a sus encantos. ¿Haces lo mismo con la Dama Emily? -

- Es diferente. - Respondió Bryan un poco incómodo, pero decidió que era mejor explicárselo al dragón antes de que arruinase las cosas en un futuro próximo, abriendo la boca sin pensar en el peor momento: - Emily es MÍ mujer. Eso significa que tiene ciertos privilegios. Uno de ellos es que, si quiere tener una discusión conmigo… no hay una maldita cosa que yo pueda hacer para evitarlo. Tengo que aguantarme y escuchar sus quejas. Es parte de mis deberes como su hombre. -

- Discúlpame Maestro Malvado, pero pareciera que le tienes miedo… -

- No se trata de miedo, sino de respeto. - Lo interrumpió Bryan tajante: - Y también de algo de justicia. ¿Acaso crees que ella no aguanta muchas estupideces mías en silencio? No soy tan ciego a mis propios defectos como para creer que ella siempre está contenta conmigo. ¡Por los dioses, ha consentido que tenga otra novia oficialmente! Sólo por eso tiene derecho a despellejarme la piel de un brazo si quiere. -

- Ah. - Respondió el Dragón levantando una ceja sin comprender del todo.

- El punto es… - Continuó Bryan ignorándolo: - Que tengo una relación con Emily y por eso siempre la trataré de un modo especial. También pienso hacerlo con Phoebe.

Pero esta mujer no es nada mío, no me ha hecho ningún favor y encima trató de aprovechar su rango para quitarme mi propiedad. ¡No necesito aguantar su mierda! -

Y tras decir esto aceleró el paso, para dejar a la iracunda Cecilia muy atrás, junto con el sonido de sus insultos y sus quejas.

Lo cierto es que Emily le había comentado algunas cosas sobre la Dama Cecilia y sabía que era una Sanadora, una maga que se especializaba en magia de curación. Pero también tenía grandes habilidades como Alquimista, aunque a diferencia de Belinda, aparentemente ella se especializó en el arte de la fabricación de pociones. Ambas profesiones (Sanador o Alquimista) eran afines y usualmente se estudiaban en conjunto.

En un combate, su papel sería el de apoyar a sus compañeros con magias y pociones revitalizantes, permitiendo que pudiesen recuperarse constantemente. Pero muy pocas veces se la vería en la primera línea de batalla.

O así tendría que haber sido. Sin embargo, Belinda ya había demostrado que, cuando un alquimista usaba bien sus habilidades, podía ser una gran amenaza. Y la Dama Cecilia seguía el mismo patrón.

Ella era famosa por involucrarse personalmente en cada una de las operaciones encubiertas que el Manto Oscuro le asignaba en otros países. Y si bien no buscaba la confrontación directa, muchas veces logró derrotar enemigos considerablemente poderosos a pesar de que sus artes supuestamente no estaban orientadas al combate. También hubo ocasiones en que manipuló las mentes de sus víctimas para que se autodestruyesen ellas mismas, antes incluso de que llegasen al campo de batalla.

Emily le contó todo esto con mucho entusiasmo, pero Bryan apenas se mostró interesado. Y es que, aunque en ese mundo los Sanadores no fuesen considerados una amenaza para la vida de alguien, en la mente de Bryan no había ningún motivo para que un médico no fuese alguien de temer. Muchos famosos asesinos seriales en su mundo habían sido doctores que usaron su conocimiento para salvar vidas de forma inversa, demostrando ser monstruos tan peligrosos como cualquier soldado.

Las habilidades de la Dama Cecilia seguramente le habrían venido muy bien a la hora de realizar sus misiones, porque como alquimista no tendría problemas en obtener todo tipo de venenos u objetos encantados perniciosos. Como médica, tenía un amplio conocimiento sobre el funcionamiento del cuerpo y también de la mente humana.

Y naturalmente también sabía cómo matar en múltiples formas.

Me pregunto cuántos tuvieron la mala suerte de morir por quedar embobados con ese disfraz encantador que nos mostró.” Pensó Bryan suspirando: “Claro que la mitad del peligro radica en que uno la subestima y se deja llevar por la idea de que es inofensiva. Pero si se está en guardia contra ella debería ser manejable… ¡Por lo menos no pienso tocar ninguna comida que ella haya manipulado!

*****

Finalmente, después de tantas vueltas y peripecias, los tres compañeros regresaron a la Tienda Maldita. Ahí descubrieron que Emily ya estaba esperándolo junto con Phoebe. Ambas se habían acomodado perezosamente en un sofá, se quitaron los zapatos y ahora dejaban que la luz del sol acariciase la piel de sus tobillos mientras charlaban alegremente. Pero en el momento en que Bryan entró, las dos mujeres dejaron de conversar y concentraron su mirada en él. Sus ojos brillaron, sus mejillas se ruborizaron, mientras sus labios sonreían dulcemente.

Después de todo lo que lo había acontecido, la visión de Emily y Phoebe era un auténtico alivio para su corazón. Y bajo la luz del atardecer ambas se veían como dos esposas increíblemente adorables esperando el regreso de su amado marido.

Las dos son demasiado hermosas. ¡Quieran los dioses concederme que puedan seguir interactuando tan armoniosamente el día en que finalmente se descubra la verdad!

- ¿Sucede algo? - Le preguntó Phoebe.

- ¿Por qué lo preguntas? -

- Estabas aquí, pero al mismo tiempo no. Y sonreías de un modo… Como si estuvieses viendo algo hermoso, aunque lejano. - Explicó Phoebe sonriéndole de un modo adorable.

- Estaba pensando en lo afortunado que soy de poder contemplar tanta belleza. - Respondió Bryan devolviéndole la sonrisa.

Las mejillas de Phoebe se sonrojaron y por un momento miró a un costado, avergonzada. Por eso no notó que los ojos de Bryan no solamente la contemplaban a ella. Emily entendió que esa frase también la incluía e inmediatamente disimuló una sonrisa de enamorada.

- ¿Podemos hablar en privado? - Preguntó entonces Emily, fingiendo inocencia.

- Por supuesto, Dama Emily. - Contestó Bryan cortésmente y miró a Phoebe: - Me permites ausentarme durante unos minutos, ¿querida? -

­- Adelante. - Respondió Phoebe asumiendo que iban a conversar sobre asuntos oficiales.

- Puede que necesitemos un poco más que unos minutos. - Dijo Emily sonriéndole a Phoebe con una expresión tan perfectamente cortés, que la espadachina no detectó nada raro en esa última afirmación y asintió sin darle mucha importancia.

Ambos se retiraron a la parta posterior de la trastienda, donde se guardaban los licores. Ahí la Archimaga colocó un conjuro de invisibilidad sobre ambos, que también servía para bloquear el sonido.

Inmediatamente después Bryan la sostuvo entre sus brazos y comenzó a besarla apasionadamente, como si en lugar de labios se tratase del aire sin el cual no podía vivir. Lo cierto es que había acumulado bastante tensión ese día, así que el amor de Emily era un auténtico alivio.

La Archimaga debió sentir su tensión, porque esta vez ella misma se desnudó sin que tuviese que pedírselo. Y ante la visión de ese perfecto cuerpo desnudo, Bryan no se hizo de rogar. En un dos por tres se quitó sus propias ropas e inmediatamente avanzó hacia Emily como un lobo hambriento, levantándola primero por las piernas para apoyarla contra la pared e introduciéndose en su vientre repetidas veces, primero con cuidado y después con auténtica pasión.

Emily respondió a todos sus avances con un entusiasmo que lo sorprendió por primera vez. La Archimaga sacudió sus caderas pasionalmente, mordiendo coquetamente los labios de Bryan, apretando las piernas contra su abdomen e incluso hundiendo con fuerza sus dedos en la espalda de su amado cuando finalmente el delirio del éxtasis se apoderó de su mente.

Como tenía miedo de lastimar a Emily, Bryan la dejó un momento para que recuperase las fuerzas, pues el ultimo orgasmo de la Archimaga la dejó completamente sin aliento e incapaz de permanecer de pie. Entonces se le ocurrió una idea y tomó una botella de Hidromiel dulce, del cual vertió unas cuantas gotas sobre el cuerpo desnudo de su amada para luego lamerle el cuerpo desde los pechos hasta la entrepierna. Emily soltó gemidos de placer y correspondió al juego, de modo que al poco tiempo estuvieron disfrutando del sabor dulce y salado sobre sus pieles.

Muy pronto los ardores volvieron a encenderse y reanudaron la pasión amorosa. Emily se montó sobre él esta vez, de modo que Bryan pudo contemplar su belleza desnuda en todo su esplendor mientras que ella se arqueaba en gemidos eufóricos, hasta que finalmente la vio derramar un par de lágrimas por pura alegría en el momento en que ella sintió que su amado derramaba su simiente en su interior.

*****

Luego de mucho más tiempo de lo que pretendían originalmente, Emily descansaba tranquilamente acurrucada junto a su amado. Por su parte, Bryan se entretenía acariciándole los cabellos negros despeinados y sintiéndose orgulloso de sujetar en sus brazos a semejante mujer.

Pero después de un buen rato, Emily suspiró con tristeza y dijo algo que parecía haber tenido en mente desde hacía mucho: - Bryan, me temo que debo marcharme esta misma noche. Mi amiga… La Dama Cecilia tiene una misión importante y hoy me han comunicado oficialmente que he sido asignada para ayudarla. Eso significa que estaré trabajando fuera del Imperio durante un tiempo. No puedo quedarme en el Valle del Sol. -

Bryan se quedó mudo por un instante, pero luego asintió. Emily era un alto mando dentro del Manto Oscuro y ya había excedido por mucho el tiempo en que podía postergar sus responsabilidades. Le constaba que la Archimaga debería haber vuelto hacía varios días, pero lo había retrasado únicamente para permanecer más tiempo a su lado y ayudarle con la formación de su banda de mercenarios.

- Lo comprendo querida. - Respondió sonriendo: - Lo cierto es que yo también estaré abandonando este lugar para refugiarme en el Bosque Oscuro. -

- ¿Por qué motivo? - Preguntó Emily confundida.

- Te contaré todo lo que ocurrió hoy cuando regresemos con los demás. Pero por favor ahora dime, con mi rango actual ¿puedo dar órdenes a los agentes del Manto Oscuro en el Valle del Sol? -

- Sí, siempre y cuando estas no entren en conflicto con otras misiones o nos expongan de algún modo. -

- Entonces quiero que se informe regularmente sobre cualquier posible alianza entre Falce Segador, la Banda de Drakar, la Tribu de Katar o la Casa de Menlo. ¿Es posible? -

- ¿La información iría a Los Cancerberos? -

- Si y únicamente a ellos. -

- Entonces no debería haber problema. - Respondió Emily tranquila: - Tu grupo de mercenarios ha sido aprobado por los superiores y se podría argumentar que mantenerlos informados hasta cierto punto es de interés para el Manto Oscuro. Todo estará bien mientras no se sepa oficialmente que nosotros somos los informantes. Si lo deseas, yo misma puedo dejar instrucciones antes de irme con la Dama Cecilia. -

- Muchas gracias. - Dijo Bryan y se levantó para ayudar a Emily a limpiarse y vestirse lo mejor posible. Mientras tanto siguió conversando: - Hagamos que toda la información le llegue directamente a Trunks. Ya sabe que pertenecemos al Manto Oscuro o por lo menos lo sospecha. Y es lo bastante inteligente como para mantener la boca cerrada. -

- Estoy de acuerdo. –

Al final regresaron con los demás y fingieron haber estado discutiendo asuntos serios. Luego Bryan les contó todos los pormenores del intento de asesinato, así como sus nuevos planes de abandonar el Valle del Sol temporalmente para despistar a sus enemigos.

- Entonces yo también partiré. - Dijo Phoebe después de pensarlo: - Ya he terminado de hacer las conexiones que necesitaba aquí y no puedo ausentarme tanto tiempo del Gremio Mercante de Bootz. -

- Muy bien. - Respondió Bryan: - Con los arreglos que hemos hecho, Los Cancerberos ya tienen todo el dinero, conexiones y acceso a la información necesario para funcionar durante un buen tiempo. Mi presencia aquí es lo único que podría traernos problemas, pero eso se solucionará cuando todos asuman que me he marchado.

Querida Phoebe, creo que lo mejor es que partas con la Dama Emily esta misma noche. Yo me quedaré aquí, atrayendo sobre mí toda la atención. De ese modo podrán salir con relativa seguridad y mañana en la tarde abandonaré el Valle del Sol. Te buscaré en la capital cuando decida regresar. -

- Haré como dices. - Asintió Phoebe, luego le entregó varios paquetes que guardaba en su Anillo Espacial: - Parece que en este lugar uno puede encontrar más cosas de lo que originalmente creía. Aquí están los últimos materiales que me habías pedido. Cuando me busques en la capital podré darte muchos minerales y otros materiales para la fabricación de armas, pero mientas tanto me las arreglé para conseguir estos. -

Bryan sonrió complacido. Finalmente tenía todo lo que necesitaba para la creación del Zombi Élite de Madera y el Zombi Élite de Agua. También podría ir dándoles algunos minerales a los enanos para que comenzasen a trabajar. -

- Gilberto, quiero que acompañes a Phoebe y Emily. - Ordenó Bryan volviéndose hacia el Dragón: - Cuando estén fuera del Valle del Sol usarás tu forma verdadera para llevarlas volando hasta cualquier ciudad que posea una Matriz de Transporte. Espero que durante el viaje las defiendas con tu vida, porque te responsabilizaré si algo les sucede. Luego quiero que te reúnas conmigo en el Bosque Oscuro. -

- Escucho y obedezco, Maestro Malvado. -

Después Bryan se volvió hacia Trunks: - Lo mejor es que esté solo cuando me vaya el día de mañana. Deberías volver a nuestro bastión y concentrarte en fortalecer a los mercenarios. Ya hemos acordado con la Dama Emily para que un grupo selecto de espías te entregue mensajes de forma regular. No preguntes quienes son o sus intenciones, solo acepta la información. -

- No te preocupes, sé que hacer. -

- También deberías tener un ojo puesto sobre el grupo de Odiseo. - Agregó Bryan sonriendo de forma amena: - Son nuestros amigos después de todo, así que no está mal que los salves si se llegan a meter en algún problema.

Sin embargo, intenta que no te descubran ayudándoles. Si deciden unirse a nosotros, quiero que sea porque realmente tienen la convicción de ser nuestros aliados y no porque se sientan en deuda. Son sus vidas las que estarán en juego, después de todo. -

- Mientras estén en el Valle del Sol sabré exactamente en dónde están y cuál es su situación con mucha facilidad. - Respondió Trunks sonriendo: - Además, conozco rutas para llegar desde aquí hasta el Bosque Oscuro. Si tu Dragón está dispuesto a ir y venir volando debería poder actuar como nuestro enlace. -

- Si ocurre lo peor, puedes retirarte junto con Los Cancerberos al Bosque Oscuro. Lo conoces como su fuese tu patio trasero, así que no debería haber ningún problema. Siempre puedes encontrarme en el lugar que te mencioné. -

Bryan no le había dicho a Trunks sobre el Cementerio de la Muerte, pero sí acerca de la cascada donde solía entrenar, así que no era imposible que pudiesen reunirse.

Después de discutir el resto de los detalles, todos comenzaron sus preparativos. Emily se dirigió a la sede del Manto Oscuro, Phoebe fue a ultimar detalles con sus contactos acompañada por Gilberto y Trunks simplemente desapareció como un fantasma, sin que nadie pudiese saber cómo o adónde se había ido.

Esa misma noche, Bryan visitó a propósito 3 tabernas diferentes, donde comió, bebió, bailó e incluso se permitió cantar un par de canciones junto con el resto de clientes. Su objetivo naturalmente era que dejarse ver bien por los espías de Falce Segador que no le quitaban un ojo de encima. Bryan continuó de esta manera hasta que sintió cómo la presencia de Gilberto se alejaba del Valle del Sol, lentamente al principio, para después desaparecer como un destello. Supo entonces que Emily, Phoebe y la Dama Cecilia ya se encontraban fuera de peligro, así que se marchó fingiendo estar borracho y se divirtió imaginado la cara de sorpresa que su “superiora” habría puesto al contemplar la verdadera forma de Gilberto, hasta que recordó que ella ya lo conocía.

Esa mujer es una aguafiestas. Si no se hubiese llevado a Emily consigo estaría celebrando que se marchase muy lejos de aquí.” Pensó Bryan malhumorado por un instante. Luego se dirigió a revisar que la Matriz del Escenario de Masacre estuviese funcionando correctamente antes de irse a dormir. 

*****

Antes de darse cuenta estaba en ese extraño mundo cubierto de neblina.

“Ah, aquí estoy de nuevo.”

“Estás aquí todas las noches.” Le respondió el niño: “Es solo que…”

“Si, si, ya me dijiste que lo olvidaré cuando despierte.” Respondió Bryan irritado: “¿Cuál es el punto de que me hables, entonces?”

“¿Por qué todo tiene que tener un punto para ti?” Respondió el niño riendo de buena gana: “Hago lo que quiero, pero puedes creerme cuando te digo que siempre está bien hecho.”

“¿Confianza? ¿En serio me pides que confíe en ti?”

“No se trata de eso. Estás en un lugar muy especial en dónde no existe la mentira.”

“¿No puedes mentir aquí?”

“No tendría sentido. Tu vives en un mundo de apariencias, sombras dentro de sombras, donde es muy difícil diferenciar la verdadera naturaleza de algo.” Explicó el niño: “En cambio en este lugar sólo encontrarás cosas verdaderas. Porque sólo pueden existir cosas verdaderas. ¿Qué sentido tendría decir que algo no es lo que claramente es?”

“Yo no veo nada más aparte de ti y esta niebla.” Objetó Bryan.

“Claro que lo ves.” Respondió el niño: “Lo que ocurre es que no observas. No hay peor ciego que el que no quiere ver.”

“Pues ahora mismo quiero ver lo que se supone que hay aquí. ¿Puedes señalármelo?” Preguntó Bryan un poco enojado por recibir siempre las mismas respuestas.

“Lo verás cuando estés listo.”

“¿Cuándo será eso?”

“Cuando crezcas.” Respondió el niño de forma pragmática.

“¡Me estás jodiendo ¿no es verdad?!”

“Tal vez ahora te lo parezca, pero te garantizo que ese no es el caso.” Dijo el niño sin enojarse: “Lo que pasa es que, incluso si te lo dijera, no lo entenderías. No ahora, por lo menos.”

“¿Y qué es lo que me falta para que lo pueda entender?” Preguntó Bryan

“Primero necesitas más conciencia, tanto de ti mismo como de los demás. Tienes muchas preguntas y tu corazón está atribulado por los enemigos que te asedian. Pero estás permitiendo que esa frustración te ciegue, hasta el punto de olvidar algo muy importante.”

“¿Qué cosa?”

“Que yo no te debo absolutamente nada.” Respondió el niño mirándolo con seriedad: “Todos los consejos que te he ofrecido, toda la ayuda que te he dado hasta ahora e incluso la ayuda que aún te daré en el futuro en modos que ni siquiera eres capaz de imaginar… todo eso te lo bridé por motivos que van más allá de tu imaginación. No tienen que ver contigo. ¡Así que no tienes derecho a exigirme respuestas!¡En realidad, no tienes derecho a exigirme nada!”

Esa fue la primera vez que Bryan sintió miedo de este niño, pues de repente le pareció que incluso mirarlo era terrible. Repentinamente sintió que sus papeles se habían invertido, y ahora él era un infante indefenso. En cambio, el niño era como un rey poderoso y temible.

Lo cierto es que, debido a su impaciencia, había estado respondiéndole de un modo bastante insolente. De repente recordó que hasta ese momento jamás le había agradecido por todos los consejos recibidos, los cuales, aunque no recordaba con exactitud, sí quedaban registrados en su inconsciente y lo habían guiado en los momentos más complicados. También sentía que este niño de algún modo lo protegió durante los ataques mentales del dios Datara, el dios Nécora e incluso de la Esencia Mágica.

“Lo lamento. Olvidé por completo decirlo. Muchas gracias por ayudarme.” Dijo Bryan cuando recuperó el habla.

 “Tal vez aún hay esperanza para ti, después de todo.” Murmuró el niño y luego sonrió suavemente, provocando que todo el sentimiento abrumador desapareciese: “Aún no eres consciente de ello, pero estás llegando a una encrucijada.”

“¿Una encrucijada?”

“Me refiero a un punto de inflexión. Estas en un punto donde te convertirás en la persona que serás el resto de tu vida. ¡Fíjate en lo que te conviertes!”

“Ajá.”

“Pero tampoco seas muy soberbio. Después de todo QUIÉN SOY y QUIÉN DEBO SER son las preguntas más importantes de todas. La respuesta es diferente para cada uno y nunca es fácil de contestar para nadie. Eso naturalmente te incluye a ti.”

“Bueno, tiene sentido. Nunca he creído ser un sabio o conocer todo.”

“Sí que los has hecho, aunque no te dieras cuenta.” Le respondió el niño riendo: “Pero saludo tu intento de humildad. Creo que por eso te daré un consejo más en esta ocasión.”

“¿Muchas gracias?” Respondió Bryan dudando.

El niño entonces volvió a mirar hacia el vacío y comenzó a hablar: “Hace tiempo nació una persona que era poderosa, como tú. En cierta ocasión logró desprenderse de ciertos límites y llegó a un mundo mucho más amplio que el suyo. Entonces descubrió que, a pesar de ser el pez más grande dentro de su pequeño estanque, no era gran cosa en comparación con los habitantes del río. ¿Te imaginas lo que sintió cuando más adelante descubrió el océano?”

“Debió ser abrumador.”

“Abrumador en efecto. De hecho, decidió dejar un testamento de esto para ayudar a todos aquellos que siguieran sus pasos. Sin que esa persona lo supiese, dicho legado terminó siendo parte de algo mucho más importante y esa es la parte que tiene que ver contigo.”

“¿A qué te refieres?”

“Dentro de muy poco te enfrentarás a una decisión que tiene que ver con la libertad.” Dijo el niño mirándolo: “Muchos creen que es un derecho, pero eso está lejos de ser el caso. La libertad es un privilegio. Y uno que puede ser revocado.”

El niño hizo una breve pausa antes de continuar.

“En los momentos más oscuros, no debes olvidar que, para poder ser libre, no basta con desearlo. También hay que tener el Valor para vivir siendo libre, con todos los riesgos y consecuencias que esto implica.”

“No te comprendo del todo.”

“No basta con desear ser libre, hay que tener el valor para vivir siendo libre.” 

*****

Cuando Bryan despertó le pareció que había tenido alguna clase de sueño que no podía recordar, pero de algún modo las palabras “Para ser libre hay que tener el valor de ser libre” resonaban en su interior. Sin embargo, por más que lo pensó, no podía entender el motivo. Así que decidió dejarlo de lado, aunque por las dudas hizo una nota mental para no olvidarlo.

El resto del día lo dedicó a comprar muchas cosas que sentía que le serían útiles, como venenos, más virotes para sus ballestas y algunas agujas de hierro. También aprovechó para renovar sus ropas y recogió un nuevo conjunto de armaduras en la sede local del Manto Oscuro.

Finalmente, Bryan se dirigió directamente hacia la salida principal, donde pagó las tarifas necesarias antes de abandonar formalmente el asentamiento del Valle del Sol.

Al principio caminó junto a varios grupos de personas que también estaban iniciando sus respectivos viajes, pero muy pronto las caravanas fueron tomando distintos rumbos. De modo que estaba completamente solo cuando llegó la hora del crepúsculo.

Para llegar al Bosque Oscuro desde el Valle del Sol, era necesario viajar una distancia muy larga, casi un mes de viaje, eso sin tener en cuenta los laberintos montañosos y parajes desolados en el camino. Por supuesto que, si hubiese volado usando el Arte del Noveno Diagrama Celeste, la situación sería muy diferente. Pero Bryan no tenía intención de hacerlo por el momento, porque necesitaba que lo siguieran.

Y lo estaban siguiendo.

Durante los primeros 3 días de marcha por los senderos montañosos, Bryan no se encontró con nadie. Pero no le cabía la menor duda de que alguien estaba detrás de su rastro. Ni siquiera necesitaba usar a sus Espectros Oscuros para vigilar el entorno, porque sabía que sus perseguidores se mantendrían tras sus huellas al principio y sólo lo atacarían cuando se sintiesen seguros de hacerlo. Después de todo, ya les había mostrado mucho de lo que era capaz de hacer y sus enemigos terminaron aprendiendo a temerle.

El cuarto día se desató una pequeña tormenta de nieve. Bryan entonces envió a sus Espectros Oscuros para que vigilasen alrededor, pues el mal clima quizá hiciese que sus enemigos tuviesen que acercarse más para no perder su rastro. Sus sospechas quedaron confirmadas cuando distinguió una figura encapuchada que lo seguía a casi medio kilómetro de distancia.

En circunstancias normales no la habría visto moverse, pero los Espectros Oscuros no tenían las mismas limitaciones que los ojos mortales y detectaron la energía vital de la Elfa Miriel cuando se arrastraba entre las rocas.

Ella está completamente sola… lo cual por supuesto significa que no lo está en realidad. Se me ocurren dos opciones. La primera, un grupo de guerreros de élite que la siguen a la distancia. La segunda, el propio Costel en persona. Me pregunto cuál será. Tal vez ambos.” Pensó Bryan suspirando: “En cualquier caso lo más seguro es que lo intenten esta misma noche. No van a dejarme ir por nada de este mundo, así que tengo que ir buscando un lugar apropiado para poder llevar a cabo mi estratagema.

Bryan sabía que no podía evitar un enfrentamiento con el Templo de Idramón si realmente quería despistarlos. El problema era que no importaba lo que hiciese estaría en desventaja, porque sus enemigos lo superaban tanto en números como en habilidad. Por eso tenía que encontrar un lugar donde el terreno le ofreciese ventajas, pero no tantas como para que sus perseguidores no se atreviesen a atacarle. Por ejemplo, si de repente se metía dentro de un sistema de cuevas, ni Costel ni Miriel se arriesgarían a enfrentarlo.

De modo que Bryan envió volando a sus Espectros Oscuros alrededor y antes de que pasase una hora encontró un sitio que parecía prometedor. Se trataba de una gran depresión geológica llena de coníferas entre las montañas, que se había formado debido al cauce de un río que en ese momento estaba congelado. Los árboles proporcionarían cobertura para que la elfa no pudiese apuntarle con facilidad y serían obstáculos para sus perseguidores. 

Bryan sonrió mientras se dirigía hacia ese lugar, cuidando de dejar un rastro que sus enemigos pudiesen seguir. Cuanto más avanzaba más se convencía de que la depresión ofrecía muchas ventajas. En particular le encantó escuchar el sonido del agua fluyendo bajo la capa de hielo, prueba de que el río era más profundo de lo que parecía inicialmente y no estaba completamente solidificado.

Esto puede convertirse en una ventaja muy interesante si me aprovecho bien de ello.” Pensó Bryan para sí.

Sin embargo, justo cuando estaba buscando el mejor lugar para emboscar a sus perseguidores, sus ojos sobrehumanos detectaron el resplandor de llamas a la distancia. Solamente podía tratarse de una hoguera construida por algún viajero que hubiese decidido acampar para protegerse del frío.

Bryan maldijo en su interior, pero suspiró y decidió abandonar sus planes. Aunque no sabía de quién se trataba, lo más seguro es que fuesen mercaderes que viajaban por estos lares e intentaban refugiarse de la tormenta. Bryan no tenía intención de que gente ajena sufriese las consecuencias de su enfrentamiento con el Templo de Idramón, así que decidió marcharse rápidamente y encontrar otro sitio que fuese apropiado.

Estaba buscando una salida entre las montañas, cuando sus oídos percibieron un sonido que nunca antes había escuchado. El viento había dejado de soplar y por eso pudo escuchar claramente algo que al principio le pareció como el grito de un animal agonizando. Bryan se concentró y entonces distinguió más sonidos similares, hasta que finalmente reconoció el llanto de una mujer.

Inmediatamente envió a sus Espectros Oscuros a explorar… Y lo que vio le heló la sangre.

En una especie de claro se encontraba lo que parecían ser los restos de una caravana mercante, que claramente había sido asaltada. Las carretas estaban volcadas y la carga desperdigada por el suelo, junto con varios cadáveres, entre los que había mercenarios y civiles. Sólo por el aspecto de las heridas uno podía deducir lo violento que fue el ataque.

A cierta distancia alguien había encendido una gran hoguera usando los restos destrozados de una de las carretas. Alrededor estaba un grupo de bandidos, entregados a todo tipo de actividades espantosas.

Una docena de ellos se encontraban violando salvajemente a cuatro desafortunadas mujeres que había sido capturadas. Los desgraciados las habían desnudado y atado contra el tronco de un árbol para poder dar rienda suelta a su lujuria con mayor facilidad. Las pobres lloraban horriblemente, y en su desesperación por liberarse de las sogas que las sujetaban, se habían rozado las muñecas una y otra vez, hasta dejarlas en carne viva, bañándolas lentamente con su sangre. Pero esto no les importaba a los bandidos, que seguían encima de ellas como animales e introduciendo violentamente sus genitales.

Cada una tenía que soportar el horror de ser mancilladas por dos o tres bandidos al mismo tiempo, que apenas alcanzaban a turnarse antes de continuar con su vileza. Los anteriormente hermosos cuerpos de estas mujeres ahora se veían llenos de moretones espantosos, sus pieles estaban laceradas y sus rostros inflamados hasta quedar irreconocibles, porque cada cierto tiempo los bandidos soltaban espantosos puñetazos en sus caras para mantenerlas sumisas cuando se resistían demasiado. Lo más terrorífico era que, alrededor de este grotesco grupo, estaban tendidos los cadáveres de otras tres mujeres que no habían soportado la espantosa tortura y habían muerto hacía muy poco tiempo.

Tal era el fin que les esperaba a las desafortunadas que aún vivían: Ser violadas hasta la muerte. Y cada vez que una de ellas lloraba, el sonido era capaz de desgarrar cualquier alma que tuviese el más mínimo atisbo de integridad.

A unos metros se encontraba un segundo grupo de por lo menos diez civiles, que estaban atados en fila de pies y manos. Los habían posicionado de tal modo que pudiesen ver el espantoso sufrimiento de las mujeres. En ese momento estaban amordazados, pero aun así intentaban gritar desesperadamente y las lágrimas no dejaban decaer desde sus ojos. Era evidente que eran el padre, el esposo, los hermanos o quizá primos de las desafortunadas. Los bandidos se burlaban de sus expresiones de dolor obligándolos a observar el destino de sus seres queridos, hasta que finalmente alguno de ellos era seleccionado.

Porque la mayoría de los bandidos se entretenía con una especie de competencia visceral, donde probaban sus armas en estos civiles incapaces de resistir. Algunos ya habían sido decapitados, otros destripados, a algunos les quemaron el rostro y otros tantos sufrieron heridas tan terribles, que era imposible estar seguro del modo en que habían muerto.

En la posición central estaba sentado el que debía ser el jefe de estos bandidos, a juzgar por el modo en que lo miraban todos los demás. Estaba bebiendo vino de una botella que debía ser parte del cargamento y atados frente a él había dos niños pequeños inconscientes. Aún no les habían hecho nada, pero a juzgar por la expresión lujuriosa del líder de estos monstruos… era solo cuestión de tiempo.

Este tipo de horrores sucedía en todos los lugares fronterizos, donde lo autoridad de los reyes y emperadores implemente no podía llegar en su totalidad. Un grupo de mercaderes decide arriesgarse viajando de noche para evitar pagar las tarifas de protección, pensando que los bandidos no los verán en medio de la oscuridad. Pero cometen un error y terminan topándose con ellos por accidente.

Por supuesto que los mercaderes se rindieron de inmediato y entregaron su valiosa carga. Pero aun así sus guardias fueron asesinados de la manera más brutal y los que sobrevivieron pronto comprobaron que los muertos habían tenido el destino más dichoso.

A Bryan no le gustaba ser un hipócrita. Sabía bien que algún día tendría que responder por lo que hizo el día en que conoció a Emily, por ordenar a los Troll del Bosque que saquearan, por asesinar a traición, por haber robado, mentido, por ser un maldito infiel y por muchas otras maldades que había cometido. Si alguien le preguntase qué tipo de persona era, su respuesta por defecto sería “un auténtico hijo de puta”.

Pero cuando escuchó el sonido de los llantos de las mujeres, cuando sus Espectros Oscuros le transmitieron las imágenes de su horrible padecimiento, cuando vio las lágrimas de esos hombres impotentes y sobre todo cuando descubrió a los niños… algo en su interior se rompió.

De inmediato llamó a la Esencia Mágica, que respondió despertando como una serpiente dispuesta a atacar. Pero en esta ocasión Bryan no estaba furioso o deseoso de derramar sangre. Sólo sentía una cólera fría, calculada, pero al mismo tiempo inconmensurable hacia estos malditos seres. No se trataba de una simple emoción, sino de algún tipo de realización. Y la Esencia Mágica no podía utilizarla para influenciarlo.

- Bestias humanas que no creen en ningún tipo de justicia. - Murmuró Bryan para sí mismo: - Esta noche conocerán la justica de la tumba. - 

*****

Niels se consideraba un maldito desafortunado. Como se había unido a la banda muy poco tiempo siempre le tocaba vigilar mientras el resto se divertía y finalmente tenía que conformarse con las sobras. Y después de que todos sus compañeros disfrutaban, las hembras terminaban tan maltrechas que cualquier puta de los peores tugurios se vería más atractiva.

No entiendo por qué mierda tengo que vigilar para empezar. ¿Quién se atrevería a intentar acercarse a buscar problemas con nosotros?” Se decía maldiciendo… cuando de pronto le pareció ver algo.

- ¡¿Hay alguien ahí?! - Exclamó por costumbre, pero lo cierto es que Niels no estaba seguro de haber visto algo. Tal fuese la sombra de una rama movida por el viento o tal vez las nubes se habían movido y desviado la luz de la luna. De todos modos, se llevó el dorso de la mano enguantada hacia los ojos para poder ver mejor y entonces vio a una persona que caminaba hacia él.

Era alto, vestía de negro y llevaba una capucha que cubría la parte superior de su rostro. Pero de algún modo sus ojos eran visibles e incluso parecían resplandecer con una luz propia ligeramente carmesí que lo hacían aterrador.

Más terrible aún era la forma en que se movía. Niels literalmente cerró sus ojos un instante para enfocar la vista y cuando los volvió a abrir de repente esa persona estaba a unos diez metros en frente suyo. El desconocido avanzó sin emitir sonidos, con precisión y tan rápido que el cerebro de Niels no tuvo tiempo de procesar la información. En su mente, era como si un maldito fantasma hubiese aparecido de la nada y se estuviese acercando. Por eso, cuando finalmente Niels se recuperó de la sorpresa e intentó abrir la boca para gritar… ya era demasiado tarde.

La sombra llegó frente a él y lo golpeó con precisión en la garganta usando el espacio entre los dedos pulgar e índice. El impacto fue tal que destrozó su tráquea con una facilidad absurda, impidiéndole emitir sonidos y empujando todo su cuerpo hacia atrás, hasta que se golpeó con el tronco del árbol bajo el cual se había refugiado de la nieve.

El cuerpo de Niels rebotó hacia delante, pero ahí estaba esa sombra, sujetándolo por el pecho de su armadura con un agarre que parecía más el de una bestia que de un ser humano. Sus dedos eran tan poderosos que literalmente pandearon las placas de la vieja brigantina, provocándole gran dolor. Entonces lo vio sacar una espada corta hecha con un acero de color oscuro y antes de que pudiese imaginar lo que ocurriría, la sombra apuñaló su estómago por el costado derecho, para luego cortar horizontalmente, provocando que sus intestinos salieron de su cuerpo.

Niels nunca pudo haber imaginado siquiera que era posible experimentar tanto dolor, pero ni siquiera era capaz de gritar porque su garganta estaba rota. No entendía quién o qué era esta sombra con forma humana, pero tenía que odiarlo profundamente, porque solamente romper su cuello había sido suficiente para asegurar su muerte y, aun así, este ser había preferido destriparlo para que sus últimos momentos estuviesen plagados de dolor.

Con sus últimas fuerzas interrogó a la sombra con la mirada. Algo debió trasmitirle, porque lo vio mover sus labios y escuchó el último susurró de toda su vida.

- Ellos son las bestias con forma humana, pero tú solo eres la mierda que vigila. Por eso morirás con tu cuerpo apenas completo. No porque seas menos culpable, sino porque no mereces que me interese en destruirte.

*****

Después de despachar al centinela todo fue casi demasiado fácil, porque la mayoría se habían quitado sus armaduras para disfrutar con comodidad o no tenían todas sus armas a mano. Estaban pues tan indefensos como podrían haber estado.

Bryan llegó hasta uno de los bandidos, que ya estaba medio borracho, y le dio un terrible puñetazo en el estómago que le quitó el aliento. Al mismo tiempo desató el poder el Conjuro de Fuego-Glacial Místico para congelar rápidamente todo su estómago en segundos. Luego presionó la zona con sus dedos, causando que todo explotase en pedazos en el interior, dejándolo agonizando más allá de cualquier ayuda posible. Al final el bandido cayó el suelo, pero aún le quedaban varios minutos de agonía antes de que la muerte lo abrazase.

El siguiente llegó a gritar antes de que Bryan le amputase un brazo con el Desgarrador Sombrío, que luego arrojó inmediatamente hacia el primer bandido que corrió en ayuda de su compañero. El arma mágica voló rápidamente y se introdujo con facilidad en el pecho sin armadura de su víctima, pero no lo suficiente como para matarlo. Entonces la punta del Desgarrador Sombrío desató el poder del Fuego Carmesí, quemando rápidamente uno de los pulmones del bandido. Mientras tanto, Bryan le rompió las rodillas al que acaba de dejar mutilado con un par de patadas certeras, causando que cayese al suelo de cara sofocándose lentamente en la nieve ensangrentada. Luego invocó la llama carmesí en su palma y le cauterizó la herida, para que no muriese desangrado. También le pisoteó el hombro para dislocárselo, de modo que no pudiese darse la vuelta.

El primero moriría lentamente mientras se ahogaba en su propia sangre y el que intentó ayudarlo se ahogaría incapaz de procesar más oxígeno con sus pulmones destrozados, pero no podría evitar intentarlo, causándole más dolor en cada ocasión.

- Tres muertes lentas y dolorosas aseguradas hasta el momento. - Se dijo Bryan con frialdad sin mirar a nadie en particular, pero provocando escalofríos en todos aquellos que lo escucharon. Entonces finalmente se fijó en ellos y le dijo a la multitud mientras les sonreía con crueldad: - ¿No es sorprendente cuantos órganos y partes puede perder un humano antes de que realmente llegue al límite del sufrimiento? -

- ¡¿Quién demonios eres tú?! - Gritó uno de los bandidos.

- Soy exactamente eso. - Respondió Bryan con sorna: - También pueden considerarme la mismísima parca, si lo desean. En cualquier caso, viene a ser lo mismo. Porque no importa lo que digan, hagan o intenten hacer ahora... Aun así, pienso matarlos a todos. -

Después de eso cargó sobre ellos como lo haría un león sobre un grupo de ovejas. Algunos bandidos eran buenos peleando incluso desarmados, otros fueron lo bastante inteligentes como para buscar sus armas. Pero no les sirvió de nada. El más fuerte entre ellos estaba al nivel de un Espadachín Veterano y hacía mucho que Bryan había superado ese nivel.

Además, Bryan no quería matarlos de inmediato, sino que deseaba que su muerte fuese la más dolorosa posible. Por eso utilizó todo lo que había aprendido sobre la Destreza Vulgar, junto con los conocimientos de anatomía que aprendió en su mundo original, para atacar lugares dolorosos, pero no vitales. No hasta el punto en que pudiesen morirse rápidamente.

El problema fue que eran demasiados y tampoco podía perder demasiado tiempo con ellos. Así que utilizó sobre todo el Desgarrador Sombrío reforzado con la llama carmesí del Conjuro de Fuego-Glacial Místico. De ese modo pudo conseguir el efecto de cortar e inmediatamente cauterizar las heridas, evitando que se desangrasen de inmediato. Gracias a esto, la mayoría terminó condenado a una terrible muerte que duraría horas, de la cual no podrían salvarse.

- ¡¿Quién eres tú?! ¡¿Por qué nos odias?! - Preguntó finalmente el líder del grupo, cuando ya solamente quedaban vivos algunos de sus hombres: - ¿Acaso eres del Valle del Sol? ¡Tenemos un acuerdo con Falce Segador y la Banda de Drakar! ¡Se supone que nos dejen en paz si nos mantenemos alejados de sus rutas! -

Bryan estaba ocupado sujetando a un bandido del cuello mientras lo obligaba arrodillarse y le atravesaba los ojos con su arma. Acababa de dejarlo ciego y estaba pensando en que otra cosa espantosa podía hacerle cuando escuchó las palabras del jefe, entonces levantó la mirada y dijo: - Ya veo. Ustedes son parte de “Los Carniceros de Gustav”. Ya me parecía extraño que se tomasen tanto tiempo torturando a estas personas. Tenían que tener algún tipo de seguridad. Pero lamento decirte que no me importa el trato al que hayan llegado con quien sea. Igual voy a matarlos a todos.

Aunque quizá debería dejártelo claro, para que no te vayas al otro mundo con interrogantes. Sí. Supongo que debo.

Entiendo que te hayas confundido, bandolero, pero la verdad es que yo no te odio. De hecho, creo que hasta me agradas. Por lo menos me has hecho un gran favor. Creo que por eso mereces que te dé las gracias. -

- ¡¿Estás loco?! ¡¿De qué favor hablas?! -

- El Reino de la Sed de Sangre. - Respondió Bryan anormalmente tranquilo, como si estuviese explicando una receta o hablando del clima: - Necesitaba darle rienda suelta a toda la violencia de la que pudiese ser capaz para progresar. Pero me sentía bastante limitado por miedo a las consecuencias porque quizá no sería capaz de controlarme. -

- ¡¿Qué?! -

- Gracias a ustedes, finalmente he podido avanzar. - Explicó Bryan sonriendo: - Porque no importa las cosas horribles que les haga… ¡No hay forma de que me sienta culpable! -

- ¡Eres un maldito monstruo! - Gritó el jefe aterrorizado.

- Exactamente. - Coincidió Bryan, pero entonces señaló hacia los dos pequeños atados e inconscientes con la punta de su arma y su sonrisa murió cuando pronunció furioso: - ¡Pero por lo menos no soy un jodido asesino de niños! -

Los bandidos retrocedieron asustados de su ira, pero entonces un brillo de comprensión mutua apareció en su mirada y un par de ellos corrieron hacia donde estaban los civiles más cercanos, que eran el grupo de mercaderes maniatados.

- ¡Así que quieres ser un héroe! ¡Pues ahora no te muevas o mataremos estos hombres! – Gritaron los bandidos mientras colocaban navajas en sus cuellos.

Los niños o las mujeres habrían sido más efectivos… pero supongo que la prisa y el miedo han nublado su juicio. Aun así, esto es una situación bastante interesante para mí. ¡Es la primera vez que me amenazan con matar a alguien! Ahora bien… ¿Cómo debería proceder? Realmente nunca quise convertirme en un héroe precisamente por eso. En las historias siempre terminan teniendo que enfrentarse a la decisión sádica de sacrificar sus vidas o dejar que sufran unos terceros. ¡No gracias! No pienso entrar en ese juego.

- Esto es lo que llaman un dilema. - Dijo Bryan mirando directamente a los ojos de los rehenes que lo contemplaban aterrados: - Si dejo de pelear para salvarlos, estaría confirmando que ustedes tienen valor como rehenes. -

- ¡Deja de hablar y suelta tu arma ahora mismo…! - Dijeron los bandidos.

Pero Bryan no les hizo caso y siguió hablando con los hombres capturados: - No sé de quién fue la brillante idea de viajar hasta aquí. Tampoco me importa. Pero después de lo que estos gusanos hicieron con sus mujeres… ¿Todavía son hombres? -

Al escuchar sus palabras, la mirada de esos humildes mercaderes cambió por completo. Su miedo se transformó en furia y luego en resolución. No podían hablar porque estaban amordazados, pero sus ojos trasmitieron a Bryan todo el abanico de emociones que pretendían: ¡Por favor mátalos a todos! ¡Que nuestra vida no sea una excusa para que ni uno de estos malditos se salve!

- Entendido. - Respondió Bryan sonriendo: - Yo los saludo como a hombres valientes. -

Y después de decir estas palabras, Bryan arrojó su Desgarrador Sombrío, el cual voló a gran velocidad, cortando limpiamente los cuellos de los rehenes. Los mercaderes murieron en segundos, pero su mirada de resolución no vaciló hasta el último momento.

- ¿Quieren escoger otros rehenes? - Preguntó Bryan con tono burlón a los atónitos bandidos que intentaron amenazarlo, los cuales no salían de su estupor: - Por favor elijan a los que deseen y yo volveré a hacer lo mismo. Pero vuelvo a repetirles que no importa lo que hagan, al final los mataré a todos. -

Ninguno le respondió o intentó moverse en ese momento, porque no tenían idea de qué hacer. Entonces Bryan volvió a reanudar la masacre. Algunos bandidos finalmente entendieron que no había modo de detener a Bryan e intentaron escapar por sus vidas. Pero con los Espectros Oscuros vigilando desde lo alto todo el entorno, era imposible que llegasen muy lejos. Al poco tiempo dejó en agonizante sufrimiento a todos los que aún quedaban, hasta que solamente quedó el jefe.

- ¡Eres un maldito! ¡Bastardo! ¡Mataste a todos mis hombres! - Gritó el jefe modo medio enloquecido por el miedo: - ¡Pero seguramente debes estar cansado! ¡Sí! ¡Apuesto a que puedo vencerte ahora! ¡Puedo sobrevivir si te mato! -

- Vaya. Eso es una idea interesante. - Le respondió Bryan divertido. Entonces guardó el Desgarrador Sombrío en su Anillo Espacial y extendió los brazos para demostrar que estaba desarmado: - Esta es tu oportunidad. -

El jefe rugió activando su Aura de Batalla e intentó apuñalar a Bryan con un cuchillo, pero este desapareció repentinamente de su línea de visión y antes de que pudiese encontrarlo, sintió que unos dedos lo arañaban en la frente.

- ¡Ja! ¡Lo sabía! ¡Estás cansado! ¡Ese golpe no me dolió nada! - Exclamó el jefe eufórico.

- No fue un golpe. - Le dijo Bryan que había aterrizado detrás del bandido: - Es un corte preciso en la frente. De esos que sangran bastante, aunque no duelan. -

En efecto. Casi de inmediato el jefe sintió que unas gotas de sangre comenzaban a fluir por su frente y rápidamente atravesaban sus cejas parea llegar a sus ojos. No era doloroso, pero sí bastante incómodo porque no lo dejaba ver con claridad. Pese a esto, el jefe de los bandidos volvió a saltar para intentar apuñalar a Bryan, pero este lo esquivó con facilidad y lo puso una zancadilla para que tropezase.

El jefe cayó de rodillas. Entonces Bryan volvió a aparecer a sus espaldas y esta vez lo golpeó con precisión en el hombro, usando sus nudillos para atravesar la defensa de su Aura de Batalla. Nuevamente el golpe no le dolió mucho, por eso el jefe pudo volver a intentar engañarse a sí mismo.

- ¿Qué fue eso? ¡Ese golpe fue casi una caricia! - Exclamó el jefe levantándose.

- Solo golpeé la Clavicular de tu Deltoides. - Le dijo Brian mientras miraba sonriendo sus nudillos: - Seguramente no te dolió. Pero ya no podrás usar ese brazo. -

El jefe trató entonces de mover el brazo y descubrió que no podía levantarlo. Sin querer soltó el cuchillo e intentó retroceder, pero Bryan ya estaba detrás suyo, esta vez pateando una de sus rodillas, cuya rótula quedó destrozada.

Ya no había esperanza de que pudiese escapar.

- ¡Por favor! ¡Déjame ir! ¡Haré lo que quieras! - Exclamó el Bandido, sobreponiéndose al dolor para suplicar por su vida.

- No seas tan melodramático. -

- ¡No quiero morir en la fría nieve! -

- ¿Cuál nieve? - Preguntó Bryan sonriéndole con crueldad justo antes de abalanzarse sobre él y hacerle una llave en el brazo que todavía podía mover consiguiendo así tirarlo al suelo: - ¿De verdad crees que esto es nieve? ¿En serio no te das cuenta todavía? ¡Esto es una mesa de operaciones! -

- ¡No! - Exclamó el jefe cuando sintió que Bryan lo inmovilizaba en el suelo con las piernas, para poder dedicarse a dislocarle el hombro, el codo y luego los cinco dedos de la mano. El dolor lo hizo gritar de dolor, pero no tenía fuerzas suficientes como para sacarse a Bryan de encima o levantarse siquiera.

- ¡Y yo soy el cirujano! - Susurró Bryan finalmente, pues sabía que su víctima estaba completamente a su merced.

Entonces sujetó la pierna del jefe y comenzó a hacer lo mismo que con el brazo.

*****

Quince minutos después.

Casi la mitad de los bandidos había muerto de forma dolorosa y los que quedaban seguirían sufriendo hasta su trágico final. Bryan había desatado a las mujeres sobrevivientes, cubrió sus cuerpos desnudos y les dio a todas de beber una poción sanadora. Phoebe le había regalado unas cuantas antes de irse, pero a él no le servían porque sus poderes lo regeneraban más rápido que cualquier elixir. Sin embargo, pensó que podrían resultarle útiles y por eso las conservó. Nunca creyó que las usaría tan pronto, pero al menos con ellas existía la posibilidad de que esas pobres desdichadas pudiesen sobrevivir.

Las heridas psicológicas en cambio, eran otro asunto completamente distinto. Sin embargo, hubo algo que Bryan pudo hacer por ellas en ese sentido. Porque arrastró el cuerpo inerte del jefe bandido y lo dejó en frente las mujeres.

Bryan le había roto una gran cantidad de huesos en la caja toráxica, la mandíbula y todas las articulaciones de sus extremidades habían sido dislocadas. Ahora era una desgracia que no podía lastimar a nadie y ni siquiera era capaz de morder su lengua para suicidarse. Pero aun así seguía vivo, consciente y completamente capaz de sentir dolor.

Viéndolo así, los ojos sin vida de las mujeres se iluminaron con la llama de un odio profundo e inconmensurable.

Entonces Bryan arrojó tres puñales que había obtenido de los bandidos, de manera que se clavasen en el suelo cubierto de nieve, justo en frente de todas ellas, y les dijo: - Es todo suyo. -

Después se levantó y desató tanto a los niños (que por fortuna seguían inconscientes) como a los hombres, los cuales casi no podían moverse. Luego arrojó unas cuantas pociones en el suelo cubierto de nieve y les dijo: - Hagan el resto ustedes. -

Y se marchó así nada más, sin siquiera esperar una respuesta.

Bryandesde el punto de vista de los bandidos

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, hoy es 19 de enero del 2022 y el internet se me ha cortado como 25 veces. ¡Esa compañía me va a escuchar!

No saben lo difícil que ha sido traducir este capítulo con tantos cortes ocasionales del internet. Además, estoy por sacar mi licencia de conducir y esta misma semana fue mi examen de reglas. ¡Estuve ocupadísimo! Aun así, me las arreglé para sacar una nota perfecta. ¡O eres perfecto o no eres Acabcor! ¡Ese será mi grito de celebración!

Con todo me las arreglé para producir esta joya inesperada. Digo esto porque originalmente no planeaba hacerlo así, pero la inspiración vino y terminé produciendo algo que está lleno de referencias a The Dark Knigt Returns (la obra maestra de Frank Miller), Spiderman 1 de Tobey Maguire y sus diálogos con el Duende Verde, Lucky Number Slevin del 2006 protagonizada por Bruce Willis... ¡Y muchas otras más como para recordarlas!

El capítulo abre con una conversación informal acerca de las mujeres. Me disculpo si suena un poco sexista, pero los hombres tendemos a ser grotescos en la comunicación cuando estamos entre amigos. Y eso es lo que la escena pretende, demostrar que Bryan ya ha terminado de asumir que Trunks y Gilberto son verdaderos camaradas, con los que incluso puede renegar o compartir problemas de pareja.

Sin embargo, a pesar del lenguaje, podemos ver que el protagonista es alguien que tiene un cierto entendimiento sobre las mujeres o, mejor dicho, sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Bryan no es capaz de expresarlo mejor porque su conocimiento es 100 % empírico, fruto de la experiencia, pero en esencia ya sabe que le corresponde dar tanto como su novia le entrega. Es consciente de la necesidad de una relación justa.

Y eso es un gran avance, sobre todo si lo comparamos con otros protagonistas de Novelas Ligeras, Ánimes o Mangas que contienen el género Harem. En contraposición al personaje que coloquialmente es llamado “Princeso” debido a que no tiene que hacer o tener ningún atributo que justifique su popularidad con las mujeres, yo quiero representar a uno que sea más creíble. Un auténtico Alfa, si prefieren el término, con muchas virtudes y defectos entrelazados.

Ahora bien, los que hayan leído el original seguramente se preguntarán por qué puse una escena pasional entre Emily y Bryan aquí. He leído comentarios en los que se menciona que quizá a mí me gusten los desarrollos eróticos. ¿Es este el motivo?

Bueno, pues sí, me gusta el erotismo. Desprecio la pornografía porque me parece burda y grotesca, pero el arte erótico siempre me ha gustado. Soy un hombre y no creo que tenga que pedir disculpas por eso. Lo raro sería que no me gustara. Como ya dijo el “GRAN SABIO” Evo Morales (LOL) cuando lo entrevistaron: Por comer pollo hay quienes tienen desviaciones en su ser como hombres. Ese no es mi caso, sin importar cuanto Pollo a la Brasa consuma. (No bromeo. En serio dijo eso, búsquenlo en YouTube)

Pero hay otro motivo para esta escena, que en este caso es el principal: Emily está a punto de irse para no volver a ser vista durante mucho tiempo, literalmente se va fuera del país. ¿No sería raro que dejase a su amante con una simple despedida? Si eso ocurriese en la vida real, 9 de 10 significaría que la mujer tiene un amante o que por lo menos ya no está enamorada de su novio.

Correspondería entonces que se despidieran de un modo romántico… Pero hay un problema: Bryan no sabe de romance.

Aquí entra un poco mi gusto por las contradicciones internas de un personaje, que además es algo que sucede en la vida real. Hay hombres que tienen un buen entendimiento sobre las mujeres, pero que no saben ser románticos. Bryan nunca tuvo una novia en 30 años, así que es creíble que no sepa de cursilerías. Todo lo que ha aprendido sobre las mujeres se basa casi por completo en sus experiencias en el nuevo mundo. Y ninguna de estas experiencias tuvo que ver con el cortejo.

Si lo analizamos cuidadosamente, solo hay dos formas en las que Bryan sabe expresar su cariño: Haciéndole daño a los enemigos de sus mujeres y tratando de controlarse para no lastimarlas (algunas veces sin éxito). Hablo en plural aquí, aunque hasta el momento sólo ha estado con Emily, pero todos sabemos hacia dónde se dirige esta historia.

La escena pues está diseñada para reemplazar la “despedida romántica” y dar a entender que Emily sigue enamorada de Bryan. De hecho, es por eso que ella es quien toma la iniciativa en esta ocasión. Y al hacerlo demuestra que es mucho más experimentada que ningún otro personaje, porque a diferencia de otras mujeres, ella si entiende perfectamente a Bryan y sabe cuáles son sus limitaciones. Emily no espera que Bryan se ponga a recitar poesías, ni se engaña a sí misma creyendo que podrá volverlo un perro obediente eventualmente. Ella se adapta a la personalidad de su amado, descubre cuáles son las teclas que debe pulsar y cuáles no. Al hacerlo obtiene un dominio sobre Bryan que ninguna otra persona podría tener, porque es justo decir que Emily lo comprende mucho mejor de lo que Bryan la entiende a ella. Algo que también es muy común.

La segunda parte fue la escena del niño misterioso, ese ser extraño que hace a veces de consejero y psicólogo para el protagonista. En esta ocasión deja entrever que ese mundo “en medio de la neblina” tiene cierta relación con la teoría platónica del Topos Uranos, un concepto que también pienso adaptar para mi traducción de Campione, cuando decida continuarla. El Mundo de las Ideas ha sido fuente de inspiración para muchas historias, tanto filosóficas como fantásticas y religiosas. De hecho, en esta ocasión el niño le plantea a Bryan los dilemas de Sócrates, cuya respuesta es “Conócete a ti mismo” y “Busca la Virtud”. La Frase que deja al final está relacionada con el Mito de la Caverna que también es de Platón.

El tercer acto corresponde a la más reciente masacre de Bryan, que es donde más dudas tuve, porque no quería dejar de retratarlo de un modo visceral, pero también tenía mucho miedo de excederme.

Es la primera vez que escribo algo relativo a la violación de mujeres por parte de unos bandidos. Honestamente no tenía el vocabulario y no deseaba en modo alguno embellecer un acto tan vil y repugnante. Pero tampoco quería presentarlo de un modo demasiado crudo o esta novela dejaría de ser divertida. Así que, tras mucho pensarlo, decidí parafrasear las descripciones de un libro llamado “Una mujer en Berlín”, escrito por una periodista alemana llamada Marta Hillers que vio y sufrió los ultrajes masivos que los rusos hicieron con las mujeres alemanas al final de la Segunda Guerra Mundial. Personalmente no lo he leído, pero me lo han descrito, así que me basé en eso. Espero no haberme pasado.

El primero en morir, Niels, es una referencia a un asesino serial llamado Niels Högel, un enfermero que entre el 2000 y el 2005 practicó eutanasia a 85 personas, aunque la cifra real debería ser más de 200. Yo uso para ayudar al lector a entender cómo se vería Bryan o la impresión que crearía al moverse, de modo que podamos entender cómo pudo matar tan fácilmente a los bandidos.

Describir la masacre fue increíblemente complicado porque se supone que Bryan no desea que mueran rápido, sino que sufran mucho tiempo. ¿Cuántas formas efectivas puede haber de lograr algo así? No podía imaginar muchas y por eso no entré en demasiados detalles después de describir 3 muertes. Todas ellas están inspiradas en los ataques X-Ray del videojuego Mortal Kombat XI.

El que los mercaderes elijan sacrificar sus vidas es para redimir sus personajes. Después de todo, es muy probable que ellos decidiesen hacer ese viaje, siendo culpables involuntarios del terrible destino de esas mujeres. Al aceptar la muerte, de algún modo demuestran cuando quisieran haberlas protegido y es un modo de disculparse con ellas. Pero también sirve para evocar en el lector el sentimiento del heroísmo civil. ¿Qué tipo de determinación debe tener un hombre con respecto a los que debe proteger? ¿Seríamos capaces de morir con tal defender, aunque sea un poco, a nuestros seres queridos?

Un tema delicado fue el asunto de agregar dos niños inconscientes. Cuando fui profesor en colegio me dieron un curso para reconocer pederastas, algo que me interesaba sobremanera porque algún día quiero ser padre y esperaba aprender cómo ver a esos monstruos antes de que se acerquen a mis hijos.

Pero lo que más me horrorizó después de llevar el curso fue que esos sujetos… no eran tan diferentes. O sea, son monstruos incurables, pero no parecen los alienígenas que me imaginaba. Si uno pasara por la calle, sería muy difícil que lo reconocieran. ¿No es espantoso pensarlo? Literalmente no puedes confiar en nadie.

Decidí insinuar que el jefe de los Bandidos era un pederasta para remarcar lo asqueroso que tendría que ser el líder de semejantes animales. También quería que sufriese más que ninguno, pero sin despertar alguna clase de sentimiento de pena en el lector. Gracias a eso fui capaz de usar casi todas las descripciones de Frank Miller para su escena.

Finalmente, hice que Bryan le entregase al jefe incapacitado a las mujeres, quienes más habían sufrido por su culpa. El deseo de saciar su venganza nos ayuda a creer que podrán recuperarse mentalmente, pese a que en realidad vengarnos no aporta en nada al bienestar emocional. Sin embargo, es sí es satisfactorio para el lector. Además, no sé si notaron que es una referencia a la película Iron Man.

Las imágenes me costaron un montón. Con decirles que he tenido que usar un buscador ruso y escribir en ese idioma para conseguirlas. Además de los constantes cortes de internet debido a fallas técnicas y la edición… ¡Realmente sudé esta semana!

En fin, esos son los cambios más importantes. Prácticamente reescribí el capítulo entero, pero tuve muchas dificultades en el proceso, sobre todo interrupciones. Me temo que podría haber cometido errores ortográficos o haber puesto palabras que no corresponden. ¡Les pido ayuda, estimados lectores! ¡Si ven algún error por favor coméntenlo! Además, les suplico que me perdonen si el próximo capítulo no sale a tiempo, porque he agotado muchas ideas y esfuerzo en este, así que tal vez me falte tiempo de descanso. Aunque también podría ocurrir que algo suceda y lo consiga como siempre.

Como de costumbre, por favor dejen sus opiniones, sugerencias o recomendaciones en los comentarios. Realmente me alegra el día revisarlos, así que cuantas más sean, mejor. Si quieren colaborar con este proyecto por favor usen el enlace de mi cuenta Patreon, así puedo pagar un mejor servicio de internet o por lo menos mejorar el plan de mi celular y usarlo como antena. También me pueden ayudar compartiendo esta historia con amigos o conocidos, para hacernos más populares.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!