23 Este chico es un poco fuerte

- ¡Muy bien, atención! ¡Nuestros nobles futuros Caballeros ya vienen en camino! ¡Así que buena suerte! - Bryan y Cal seguían hablando cuando escucharon a Jeff gritando a viva voz.

Más de diez estudiantes vestidos con uniformes elegantes y espadas exquisitamente forjadas entraron por las puertas del vestíbulo en ese momento. La mayoría de ellos eran jóvenes adolescentes, con un muy bajo porcentaje de mujeres entre sus filas.

Los recién llegados miraban a los voluntarios, evaluando su fortaleza y utilidad. Los Guerreros en el vestíbulo fueron los primeros que llamaron su atención, pues tenían mucha más fuerza y habilidades que una persona promedio, lo que los volvía los mejores candidatos para ayudarles a desarrollar experiencia para un combate real. Esto también significaba que, si los aprendices de caballeros querían contratarlos, tendrían que pagarles una cantidad muy por encima de lo que se pagaría por un plebeyo común y corriente.

El grupo de guerreros que Cal encabezaba fue el primero en ser acaparado por los estudiantes. Conforme iban negociando para obtener un precio aceptable, el primer grupo se fue desplazando hacia el campo de entrenamiento para empezar las prácticas. Cal era uno de ellos, y le lanzó una última mirada piadosa a Bryan antes de marcharse.

Una vez que todos los Guerreros fueron contratados, les llegó el turno a los plebeyos comunes. Naturalmente aquellos que eran musculosos o fornidos serían los primeros en ser seleccionados.

Algunos se pusieron a flexionar sus enormes músculos, asumiendo poses esculturales que parecían gritar “¡Mírenme, soy tan fuerte!”. Otros mostraban sonrisas aduladoras mientras miraban a los futuros caballeros, esperando llamar la atención de alguno y recibir una cuantiosa compensación a cambio.

El cuerpo de Bryan no se destacaba mucho desde un principio y ahora que se veía rodeado de una multitud de hombres altos y fuertes, prácticamente pasaba desapercibido. Conforme pasaba el tiempo el número de estudiantes que contrataban iba disminuyendo poco a poco.

Delante de él había tres hombres musculosos ocultándolo casi por completo. Si las cosas seguían, Bryan temía que al final ningún aprendiz de caballero fuese a escogerlo. Entonces decidió que era momento de hacer algo para destacarse. Y el primer paso era conseguir salir al frente para que pudiesen verlo.

- ¡Disculpa, fortachón! ¿Me das permiso? - Preguntó Bryan amistosamente al hombre fornido de dos metros de altura que estaba parado frente a él y también le dio una palmadita en el hombro para llamar su atención. La piel del “fortachón” era prácticamente de color cobre y su espalda parecía un marco arquitectónico. Sus músculos estaban tan abultados que casi se parecía a un fisicoculturista de su mundo original.

Cuando escuchó que le hablaban, el tipo se dio la vuelta y miró a Bryan de arriba abajo con una expresión bastante torva. Los músculos de sus bíceps se flexionaron abruptamente, formando una pequeña montaña de carne amenazante. Finalmente soltó una carcajada orgullosa, llena de desdén y volvió la cabeza sin decirle nada, como si ni siquiera mereciese una negativa suya.

¿Qué mierda?… ¡¿Así que te crees la gran cosa sólo por tener músculos?!” Pensó irritado Bryan y volvió a extender una mano, pero esta vez apoyó su palma firmemente en la cintura del hombre y lo empujó hacia adelante con toda su fuerza.

El “fortachón” sintió de pronto que algo muy fuerte lo empujaba hacia adelante y se tambaleó tres pasos por la fuerza de Bryan. El vestíbulo ya se encontraba bastante repleto debido a la presencia de tantos machos corpulentos, así que varias personas sintieron el golpe cuando el tipo se estrelló contra ellos. De inmediato estalló el caos en toda el área alrededor de Bryan.

- ¡Con un demonio, Daniel! ¡¿Qué mierda te pasa?! - Gritaron furiosamente las personas, que habían sido golpeadas e intentaban mantener el equilibrio a duras penas.

- ¡No fui yo! ¡Fue el imbécil detrás de mí! - Daniel declaró su inocencia ante el hombre fornido que estaba a su lado e inmediatamente se volvió hacia Bryan con ferocidad, diciendo fríamente: - ¿Tan poco valoras tu vida, mierdecilla? -

Para entonces Bryan ya se había aprovechado de la situación para escabullirse y ocupar una de las mejores posiciones al otro lado del vestíbulo. Al escuchar las palabras de Daniel, se limitó a soltar una risa despectiva y también extendió su mano derecha, haciendo la misma pose de fisicoculturista que Daniel acababa de hacerle: Flexionó sus bíceps y puso una cara de tipo duro, arqueando una ceja y mirándolo provocativamente.

Unos cuantos estudiantes de caballeros adicionales habían llegado recientemente y estaban a punto de escoger sus blancos humanos. Pero todos ellos detuvieron repentinamente sus negociaciones cuando notaron que algo inusual estaba pasando y empezaron a mirar el origen del tumulto con interés.

Bryan había adoptado esa arrogante actitud porque había visto entrar a este último grupo. Sabía que por su físico era poco probable que alguien lo escogiese por encima de los otros. Y si trataba de llamar la atención contorneando su cuerpo o jactándose con arrogancia, era más probable que se rieran de él.

Así pues, el método más seguro para llamar la atención era realizar una pequeña (y algo tiránica) demostración de su fuerza, golpeando a alguno de los muchos voluntarios disponibles. Solo de esa manera sería notado por los aprendices de caballero.

Aunque la verdad… el que adoptase una actitud arrogante y provocativa con su delgado cuerpo, seguía pareciendo bastante idiota a los ojos de los demás. Quizá si otro fortachón como Daniel lo hubiese hecho, le habría quedado un poco intimidante, pero para el delgado Bryan y su metro setenta de estatura, simplemente no funcionaba. Todos los que lo miraban pavonearse ante los musculosos y robustos voluntarios solo podían pensar: “¡Este imbécil ridículo debe tener algún delirio suicida!”

- Aaah… Muy bien mierdecilla, si tanto quieres morir, ¡te mandaré al otro mundo! - Daniel no estalló de ira inmediatamente por la provocación, en cambio parecía bastante encantado por ello. Se rio en voz alta, levantó un brazo más grueso que el muslo de Bryan y se abalanzó sobre él.

A veces estallaban peleas entre los objetivos humanos que buscaban distinguirse y atraer la atención de un rico y poderoso estudiante. No era usual pero tampoco era insólito, así que en realidad Daniel se sentía bastante feliz en lugar de enojado por la temeraria provocación de Bryan, que servía bien a sus planes. Ahora podía usar a este chico para demostrar su agresividad y ferocidad enfrente de los estudiantes caballeros.

Normalmente la mayoría de la gente musculosa se caracteriza por tener pura fuerza y poca técnica. Daniel no era la excepción que confirma la regla. El tonto ni siquiera se puso a pensar que si Bryan, con su delgada contextura, había conseguido empujarlo con la suficiente fuerza para que se estrellase contra los otros voluntarios musculosos e incluso provocar que aquellos contra los que se había estrellado se tambalearan también... Por lógica tenía que ser mucho más peligroso de lo que aparentaba a simple vista.

Tampoco ayudó a su discernimiento que Jeff, el anciano encargado de registrar los nombres de los voluntarios, fuese incapaz de soportar quedarse viendo como Daniel cargaba contra Bryan y le gritase involuntariamente: - ¡Por los dioses Daniel, no le hagas daño! ¡Solo es un sirviente recadero de los estudiantes! ¡No puedes lastimarlo en serio! -

- ¡Sólo mírame! - Daniel simplemente respondió sonriendo y no frenó su mano derecha, todavía dirigiéndose hacia Bryan.

Unos cuantos voluntarios de buen corazón le gritaron que se detuviese e incluso algunos de los estudiantes caballeros más generosos se adelantaron para tratar de contenerlo. Las pocas estudiantes femeninas no pudieron evitar dar un grito de miedo.

Pero justo cuando el pesado brazo de Daniel estaba a punto de sujetar el cuello de Bryan, este se movió mucho más rápido de lo que cualquiera esperaría y encima en el último segundo. El brazo de Daniel sólo aferró el aire.

Inmediatamente después Bryan empezó a sonreír de forma socarrona, como burlándose de la incompetencia de Daniel. Incluso se permitió hacer otra pose levantando el brazo izquierdo otra vez y dobló su bíceps izquierdo con la misma postura. Su dedo derecho apuntaba al pequeño músculo que se había flexionado en su bíceps y señaló con la cabeza a su sorprendido contrincante. Su significado era evidente, aunque no hubiese dicho ni una palabra, “¡¿Vez?! ¡Soy más fuerte que tú!”

- ¡Ah, este chico es bien gallito! -

- ¡Provocación, provocación absoluta! -

- ¡Jajá, resultó ser un sujeto interesante! -

-...-

Una corriente de exclamaciones empezó a salir de las bocas de los blancos humanos y los estudiantes de caballeros. Los que iban a ayudarle dieron un paso atrás cuando notaron que no había sido capturado y se quedaron observándolo divertidos mientras hacía sus ridículas poses, aumentando aún más el interés general. Incluso unos cuantos estudiantes, que habían estado negociando precios con otros objetivos humanos, suspendieron temporalmente sus conversaciones y concentraron su atención en Bryan.

- ¡¿Así que quieres dejarme en ridículo, mierdecilla?! ¡Ahora voy a enseñarte! - El rostro de Daniel se había vuelto rojo por la ira y parecía un toro de lidia repentinamente embravecido. Después de todo, los caballeros que los observaban eran su fuente de ingresos. La ira que lo consumía se veía incrementada por momentos junto con su humillación. Y a juzgar por la forma en que lo miraba, lo más seguro era que se hubiera olvidado por completo de la súplica de Jeff: Sus ojos parecían escupir fuego por el intenso odio y sus manos se cerraron con fuerza formando unos puños que parecían de hierro.

Finalmente hizo su movimiento. Y fue evidente desde el primer momento que ya no tenía la intención de sujetarlo, sino que claramente quería lastimar gravemente el cuerpo de su rival. Después de todo, la velocidad de este segundo puñetazo era infinitamente superior a su ataque inicial ya fuese en términos de velocidad o fuerza. Eso era un claro indicador de lo furioso que estaba esta vez. Todos estaban seguros de que, si Bryan llegaba a recibir realmente el golpe, no iba a quedar gravemente herido sino muerto, sin ninguna duda.

Aquellos que eran lo bastante humanitarios para escuchar la voz interna de su corazón, comenzaron a preocuparse nuevamente por Bryan y volvieron a moverse para detener a Daniel, pero ya era demasiado tarde.

Cuando vio que el ataque estaba a punto de atinarle, Bryan flexionó los talones y retorció su cuerpo con una velocidad aún mayor, esquivando el puñetazo de hierro en el último momento. Daniel volvió a golpear aire, su cuerpo siguió el movimiento de su brazo, provocando que perdiese el equilibrio y finalmente terminó en el suelo tras dar unos cuantos pasos. Las personas en su camino, que hasta el momento se habían limitado a observar el espectáculo, se apresuraron a alejarse de su trayectoria, temerosos de quedar envueltos en la pelea.

Bryan por otra parte se lucía frente a la multitud contrayendo los bíceps y los antebrazos. El rastro de una ligera sonrisa desdeñosa se asomaba por la comisura de sus labios y nuevamente había asumido una pose provocativa de fisicoculturista.

Un gran conjunto de exclamaciones de asombro y sorpresa provenían de los espectadores. Los estudiantes caballeros, que originalmente veían la pelea como un espectáculo interesante, comenzaron a tomar en serio Bryan. Y es que la primera vez podría haberse explicado como una casualidad fortuita, pero esquivar el segundo ataque de Daniel, que empleó toda su fuerza, ya no podía ser coincidencia o suerte.

Mientras los espectadores observaban admirados este desarrollo, Daniel parecía haberse trasformado en una bestia enloquecida por la ira y la vergüenza. Sus ojos estaban inyectados en sangre, sus puños temblaban y una vena hinchada sobresalía en su sien. En cuanto recuperó el equilibrio volvió a atacar como un huracán acompañado por un rugido bestial. Esta vez extendió ambas manos y trató de aplastar a Bryan para volverlo pulpa.

Pero el milagro se materializó una y otra vez. Cada golpe de Daniel era evitado en el último momento. Su rival parecía tan astuto y escurridizo como un pez en el agua. Su velocidad era también era superior. Incluso se daba el lujo de aprovechar cada oportunidad para burlarse realizando todo tipo de novedosas y extrañas poses de fisicoculturismo en cuanto Daniel tropezaba.

¡Las acciones de Bryan era la provocación más descarada y escandalosamente ostentosa que se había visto nunca en ese vestíbulo!

- ¡Wow, es tan fuerte! Y esas posturas no sólo son insultantes, sino que además se inventa una nueva cada vez, ¡nunca he visto nada parecido! - Exclamó una sorprendida mujer Caballero.

- Tengo que admitirlo. ¡Este chico es un poco fuerte! - Exclamó con sorpresa uno de los estudiantes caballeros.

- ¡Esta vez Daniel está en un serio problema! - Exclamó uno de los musculosos voluntarios, sin creer lo que veía.

-….-

¡El vestíbulo entero estaba alborotado!

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y esta es una versión reeditada el 10 de Abril del 2021.

Ojala les haya gustado a todos las ligeras modificaciones. Aquí lo que más me costó fue acabar con la redundancia.

Nos vemos en el siguiente capítulo.