195 Agente de la Luna Oscura (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

Lo primero que Bryan hizo fue acercarse rápidamente el pozo para analizarlo, pues temía que el combate con los demonios hubiese dañado el Emplazamiento de Agua Extrema. Pero por fortuna todo parecía estar bien. De hecho, incluso la tapa estaba nuevamente en su sitio, como si nada hubiese ocurrido en realidad o hubiese sido una ilusión.

Bryan finalmente suspiró con alivio y se cayó ahí mismo en el suelo debido a la tremenda tensión que había estado soportando junto con el agotamiento. Luego activó su Anillo Espacial y sacó una botella de vino, de la que bebió directamente para celebrar su supervivencia. Mientras descansaba, pudo sentir que el Infante Sanguinario en su interior estaba trabajando afanosamente para restaurar sus poderes, así que muy pronto podría levantarse.

En medio de su descanso escuchó una multitud de pasos que se aproximaban a toda velocidad, pero Bryan no se preocupó demasiado por ellos, porque se imaginaba quienes eran. Poco después, Phoebe entró con la espada desenvainada y a la cabeza de una multitud de mercenarios. Su rostro estaba teñido de miedo y preocupación, pero cuando lo vio en el suelo y sin ninguna herida, suspiró profundamente aliviada. Aun así, no relajó su postura ni envainó su espada, sino que siguió examinando atentamente los alrededores, lista para enfrentarse a cualquier peligro repentino.

Los mercenarios, que obviamente pertenecían a la banda de Drakar, se detuvieron detrás de ella. A primera vista resultaba evidente que eran combatientes experimentados y peligrosos, pero ninguno de ellos parecía cómodo por estar en ese lugar. De hecho, más de uno miraba hacia atrás, como si esperasen la menor excusa para retirarse.

- ¡¿Te encuentras bien?! - Le preguntó Phoebe finalmente cuando estuvo segura de que no había ninguna amenaza inminente.

- No te preocupes. - Respondió Bryan: - Estaré bien. Es sólo que estoy muy agotado. -

Phoebe asintió y entonces se volvió hacia los mercenarios. Cuando lo hizo, su rostro había vuelto a ser el de la fría mujer de alta sociedad, con el que siempre se mostraba ante el resto: - Mis disculpas, señor Blaz. Parece que los reuní a todos por nada. Debió ser un error de nuestra parte. Les aseguro que los compensaré por estas molestias. -

Quien lideraba a los mercenarios era un hombre con el cabello rapado y ojos crueles. Vestía una armadura ligera que claramente estaba muy utilizada. Su arma era nada menos que un enorme mandoble flamígero. Bastaba verlo una sola vez para entender que este sujeto había peleado en muchos campos de batalla, pues trasmitía esa sensación de peligro que únicamente poseen quienes han visto violencia durante la mayor parte de su vida.

- No creo que haya sido ningún error. - Respondió el tal Blaz, mirando a su alrededor con asco: - Esta tienda ha estado maldita desde hace mucho tiempo. Ya era así antes de que yo viniese al Valle del Sol y nadie sabe muy bien por qué. Algunos hablan de fantasmas, monstruos en las paredes e incluso de demonios.

Lo cierto es que todos los que intentan quedarse aquí por más de un día desaparecen sin dejar rastro, no importa sin son bestias u hombres. Siempre es igual.

No sé por qué ustedes dos entraron aquí, pero ya que tienen suerte de estar vivos, les recomiendo que se vayan y jamás regresen. -

Blaz ni siquiera esperó a que Bryan o Phoebe les respondiesen. De inmediato hizo un gesto a sus mercenarios y todos abandonaron el lugar a toda prisa.

- El capitán Blaz es el segundo al mando en los mercenarios de Drakar. - Explicó Phoebe en cuanto los hombres se fueron: - Todos saben que es un maniático de las batallas al que le encanta meterse en cualquier bronca, sin importar el peligro. Pero cuando le pedí que viniera aquí, incluso él vaciló al principio. ¡Este lugar realmente debe estar maldito! -

- De hecho, que lo estaba. - Respondió Bryan levantándose lentamente y con algo de dificultad: - Pero acabo de matar a las criaturas que vivían en ese pozo. Ellos eran los responsables de todo el problema. Ya no volverán a causar ningún mal a nadie. Al menos no aquí. -

- ¿Qué fue lo que sucedió? - Preguntó Phoebe ayudándolo a caminar.

- Primero vamos a una taberna. - Respondió Bryan sonriendo: - Perdí mucha sangre recientemente y necesito comer cuanto antes. Ahí te contaré todo lo que sé. -

****

Después de un rato caminando, Phoebe y Bryan entraron a una taberna bastante concurrida. Al principio la joven le sugirió ir a un lugar un poco más vacío, pero Bryan insistió en quedarse ahí, porque sabía que en medio de las risas y cantos de la multitud no sería tan fácil que los oyeran. Y lo que quería decirle era bastante delicado.

Tomó un poco de tiempo, pero finalmente el oro extra que les ofreció Phoebe hizo que les dieran una atención preferencial. Al poco tiempo les llegó la comida: Había sopa caliente, carne fría, una tarta de moras, pan fresco, mantequilla y medio queso bien estacionado. Bryan lo devoró todo con una voracidad inusitada, de modo que para cuando les entregaron las jarras de cerveza que pidieron al final, ya se sentía recuperado por completo.

Mientras apuraban la bebida, Bryan le explicó lo mejor que pudo a Phoebe sobre el emplazamiento de Agua Extrema, los engendros de las profundidades y lo que había ocurrido con los demonios Sanguisuga. Lo hizo sin entrar en detalles porque él mismo no lo comprendía del todo, pero consiguió narrar un relato aceptable.

- ¡Ahora que todo está solucionado en ese lugar, necesito comprar esa tienda cuanto antes!¡No importa lo que cueste - Dijo Bryan mirando a Phoebe con apremio: - ¡Debo ser el único con acceso exclusivo y en el menor tiempo posible! -

- Comprar una propiedad aquí no es un proceso muy rápido. - Dijo Phoebe pensativa: - Deja que yo me ocupe de las conversaciones iniciales. El dinero es nuestro menor problema, pues no creo que nos cobren mucho por una vieja tienda maldita que nadie quiere. -

Bryan asintió sonriendo, pero luego adelantó su mano para sujetar la de Phoebe con delicadeza mientras la miraba muy seriamente y le dijo: - Muchas gracias. No sabes el alivio que es poder contar tu ayuda siempre que tengo este tipo de dificultades. -

El rostro de Phoebe enrojeció de vergüenza, pero no retiró su mano. De hecho, tras pensarlo un instante, se inclinó sobre la mesa y le dio un suave beso en la boca. Cuando retrocedió le dijo dulcemente: - Soy yo quien tiene que agradecerte. Te arriesgaste a morir para sacarme de ese lugar. -

Bryan parpadeó sorprendido y luego ambos comenzaron a reír. El mundo siempre parecía ser más hermoso cuando uno escapaba apenas de la muerte y ambos se sentían muy afortunados de estar con vida. A la luz de los últimos rayos del atardecer, el rostro de Phoebe se veía deslumbrante y sus cabellos resplandecían de un modo maravilloso, casi místico. De pronto dejaron de lado cualquier sentimiento de duda y comenzaron a besarse como amantes, sin importarles quien pudiera verlos. Era como si el mundo entero desapareciese y solo existiesen ellos dos.

Antes de venir a ese mundo, cuando todavía era el pusilánime joven treintañero que desperdició su tiempo, Bryan nunca se hubiese atrevido a pensar que algún día estaría besando a una mujer hermosa luego de una aventura emocionante. Pero ahora, el destino había querido que dos bellezas increíbles le entregasen su corazón. Era una sensación maravillosa que lo hacía sentir muy feliz de estar vivo. Incluso agradecía los momentos en que había tenido que sufrir espantosos tormentos durante su entrenamiento, heridas y situaciones peligrosas; porque era precisamente el dolor, lo que le ayudaba a creer que no se encontraba soñando.

*****

Luego de la cena y de haber pasado un precioso tiempo juntos, en medio de besos y caricias amorosas, Bryan se dio cuenta de que ya estaba anocheciendo, así que le susurró tiernamente a Phoebe: - Ya es tarde, amor mío. Deberíamos irnos ahora. -

Phoebe asintió tiernamente y juntos comenzaron a caminar tomados de la mano, en dirección hacia la tienda que Emily les había mencionado. Se trataba de un edificio de madera de dos pisos donde se vendían los mismos productos que en cualquier otro sitio. Tal vez por ese motivo no había ningún cliente en el interior o a esa hora las personas yo no compraban con la misma intensidad.

O quizá simplemente fuera que el Manto Oscuro lo prefería de ese modo.

En el momento que entraron se encontraron con un anciano con aspecto malhumorado y cascarrabias que de seguro no atraía mucha clientela. Pero en cuanto los vio, su gesto hosco desapareció para ser reemplazado por una mirada bastante seria.

- ¿Es usted el noble señor Bryan? - Preguntó el anciano.

- Lo soy. - Respondió Bryan acercándose al mostrador y dejando en la mesa su insignia que lo identificaba como miembro del Manto Oscuro. El anciano la examinó muy minuciosamente y sonrió satisfecho. Luego llamó a una señora que parecía ser su asistente y le dijo: - Por favor acompañe a la señorita Phoebe al piso de arriba y atienda todas sus necesidades. Mis disculpas a los dos, pero mis superiores quieren conversar en privado con el señor Bryan. -

Ninguno de los dos objetó. Ya era bastante irregular que hubiesen dejado que Phoebe estuviese ahí a pesar de no ser miembro de la Orden. Seguramente esto se debía a su reciente contribución para lidiar con Odón Ascher. Pero esperar que la invitasen al escondite secreto estaba fuera de lugar. La joven espadachina no adoptó su habitual postura fría y distante, sino que sonrió amablemente y permitió que la escoltasen al segundo piso, donde había una mesa con café ya preparado.

- Por favor, sígame. Lo llevaré con la dama Emily. - Dijo el anciano guiándolo hacia a la trastienda. Ahí se encontraba una puerta secreta que conducía un nivel inferior que era bastante parecido a su escondite en Pequeño Valen, solo que tres veces más grande.

Al final de todo había una gran puerta reforzada con bronce, que conducía a un despacho.

- ¿Es usted, señor Bryan? - Preguntó la voz de Emily cuando él llamó con los nudillos.

- Si, mi señora. -Respondió Bryan pretendiendo, pues notaba que el anciano seguía observando.

Las puertas se abrieron y luego se cerraron mágicamente en cuanto Bryan ingresó. Frente a sus ojos había una cámara de piedra bastante espaciosa, con más de un escritorio, muebles, mesas, alfombras de piel de animal, un gran espejo empotrado en la pared, varios estantes con libros e incluso una chimenea encendida.

Quizá por eso Emily no llevaba ningún abrigo, sino que se había opuesto un hermoso vestido rojo de una sola pieza que dejaba los hombros descubiertos y la hacía verse espectacularmente sensual. Sus labios se veían bastante rojos, llevaba maquillaje e incluso unos hermosos aretes de plata.

Emily dejó los documentos que estaba escribiendo y se inclinó un poco sobre el escritorio para mirarlo con un gesto claramente sugerente, que combinaba alegría con una cierta malicia. Eso fue suficiente para que Bryan casi perdiese la compostura, pero se las arregló para dominarse y dijo: - ¿Cómo salió todo? -

- Perfectamente. - Respondió Emily lentamente sin dejar su sonrisa provocadora: - Mi hermano ya tiene las pruebas que necesitaba y el nombre de Odón Ascher será barrido por los suelos cuando el senado se reúna dentro de unos días. Nadie podrá librarlo de la ira de los Censores y los Templos ya anunciaron que maldecirán su nombre. ¡Es un éxito rotundo! ¿Quieres que te diga cuanto de esto fue gracias a ti? ¿Qué premio crees que te mereces? -

Si había alguien en ese mundo que sabía exactamente cuáles eran los hilos que se debían tensar para trasformar a Bryan en una bestia, esa persona era Emily Asturias. En ese momento estaba exhibiendo una impresionante mezcla de alegría juvenil junto con la sensualidad de una mujer madura. Antes de darse cuenta, Bryan había golpeado el escritorio con una mano, y con el impulso ya había pasado al otro lado. Ni siquiera pensaba perder el escaso tiempo que tomaba dar la vuelta para rodear el mueble. En menos de un segundo Emily estaba entre sus brazos y las manos de Bryan se paseaban juguetonamente entre sus pechos.

En medio de las caricias, Bryan recordó el espejo y un brillo malévolo llegó hasta su mirada mientras decía: - Pequeña ardillita. Aún no te he castigado por tu travesura en el árbol. -

- ¡Humph! ¡¿Cómo te atreves a recordar eso?! ¡¿Creíste que no me iba a dar cuenta de lo que estabas haciendo con Phoebe al mismo tiempo que conmigo! - Exclamó Emily chasqueando la lengua con furia e intentando separarse. Pero entonces se dio cuenta de que Bryan la estaba mirando de un modo bastante intenso, casi como un depredador, y la impresión fue tal, que todas sus quejas murieron en ese momento.

Bryan la sujetó con fuerza y se la llevó directamente frente al gran espejo. Entonces le ordenó: - ¡Pon las manos en la pared y levanta el trasero! -

- ¡…! ¡Qué dices…! - Preguntó Emily confundida por un momento, pero Bryan ya estaba empujándola e instintivamente tuvo que obedecerlo para no perder el equilibrio.

Con su velocidad sobrehumana, Bryan levantó el dobladillo del vestido de Emily antes de que ella pudiese reaccionar. De pronto tuvo ante sí esas nalgas perfectas y una hermosa ropa interior con encajes, que rápidamente hizo a un lado para dejar expuesta el área entre sus piernas. Luego introdujo uno de sus dedos en su parte íntima para prepararla

No le tomó mucho tiempo. Emily ya estaba anticipando lo que vendría y en poco tiempo se humedeció. Bryan entonces liberó su miembro viril y lo introdujo con fuerza en el vientre de Emily. Luego aferró firmemente su cintura y comenzó a embestirla con tanta fuerza, que, si ella no lo hubiese aceptado desde un principio, podría haberla lastimado.

Mientras que Emily correspondía sacudiendo sus caderas con pasión, Bryan llevó su rostro hasta el cuello de esta hermosísima mujer y disfrutó de su dulce aroma, el cual llenaba su mente de las más salvajes sensaciones. Pero se suponía que esto también era un castigo, así que luchó por recuperar un poco de sentido, mientras miraba a Emily con malicia y le ordenó: - ¡Mira tu rostro en el espejo! ¡Y no apartes la mirada! -

Al principio Emily parecía dudar, pero al final le hizo caso. Y en ese preciso momento Bryan aumentó todavía más la fuerza de sus empujes, provocando una avalancha de sensaciones en el cuerpo de su mujer, que la hicieron distorsionar su expresión por el placer. Sus gemidos aumentaron aún más, pero ahora también había una dulce nota de vergüenza mezclada con su excitación.

Esa era justo la reacción que Bryan estaba esperando. Así que se inclinó para susurrarle al oído: - ¡¿Quién ha sido una ardillita traviesa?! -

- ¡Ah!... ¡…! -

Emily trató de articular palabras, pero Bryan continuó atacando su vientre sin ninguna clemencia, inundándola con temblores y sacudiendo sus entrañas. Su rostro estaba colorado, su respiración era muy irregular, pero era evidente que lo disfrutaba. Bryan entonces aumentó todavía más la intensidad mientras repetía su pregunta: - ¡¿Quién ha sido una ardillita traviesa?! -

- ¡…! ¡yo! - Alcanzó a murmurar Emily en medio del placer que experimentaba, pero antes de que pudiese entregarse por completo a la lujuria, Bryan levantó una de sus manos y azotó firmemente una de sus nalgas, mientras le exigía: 

- ¡No te oigo! -

- ¡Yo!... - Exclamó finalmente Emily por encima de sus gemidos. Sus orejas estaban rojas y su expresión reflejada en el espejo era increíblemente sensual. Pero aun así ella no apartó la mirada en ningún momento.

- Entonces, acepta tu castigo. - Le dijo Bryan con una mirada malévola mientras se introducía todavía más en el vientre de ella, con movimiento rítmicos y calculados, para hacerla llegar al orgasmo. Algo del todo innecesario en ese momento, porque Emily hacía mucho que experimentaba los espasmos en su vientre. Pero su tono de voz al gemir aumentaba y su espalda se arqueaba aún más conforme Bryan incrementaba la ferocidad de sus embestidas. Esto naturalmente lo motivaba aún más y comenzó a rugir con euforia, elevando aún más la velocidad de sus ataques. De cuando en cuando volvía a azotar las nalgas de Emily, nunca lo bastante fuerte como para lastimarla, pero si para reafirmar su dominio sobre ella. Este era un nuevo tipo de placer para ambos, pero muy rápidamente encontraron el equilibrio necesario para llevarlo a cabo.

Bryan gritó con auténtica felicidad cuando finalmente liberó toda su simiente dentro del vientre de Emily. La pobre a duras penas podía mantenerse de pie y sin duda se hubiese desplomado si él no se hubiese apresurado para sujetarla. Aun así, la hermosa Archimaga no podía ocultar una expresión de intensa satisfacción adornando su hermoso rostro.

****

Luego de recuperarse de una cómoda, aunque intensa fatiga, Bryan y Emily finalmente pudieron levantarse para arreglar sus vestiduras. Era una suerte que la habitación estuviese insonorizada o quizá todo el Valle del Sol hubiese escuchado su apasionado encuentro.

- ¡Muy bien, voy a olvidarme de lo que ocurrió en el tronco, malvado villano! - Comentó Emily en un intento fútil de mantener algún tipo de orgullo, pero debió darse cuenta inmediatamente de lo ridícula que sonaba tras lo que acaban de hacer, así que simplemente sacudió la cabeza. Entonces volvió a adoptar una actitud seria y dijo: - Debido a tu gran contribución en esta misión, has sido promovido a agente de Primer Orden en la división de la Luna Oscura. Felicidades. Creo que eres el primero en saltarte tantos niveles. -

Las palabras de Emily sorprendieron tanto a Bryan, que incluso desaparecieron sus últimos rastros de agotamiento. Entonces preguntó confundido: - No comprendo. Me habían dicho que necesitaba hacer un gran número de misiones antes de ser promovido a otra división. ¿Cómo es posible que suba tantos grados de repente? ¿Tuviste algo que ver en esto? -

- Esta no era una misión regular, so tonto. - Respondió Emily dividida entre el deseo de sonreír y el de poner los ojos en blanco: - Una cosa es espiar a posibles traidores dentro de la aristocracia, para descubrir espías. Pero lidiar con un Cónsul del Imperio, que encima es un Gran Caballero a punto de volverse un Supremo, y desbaratar una conspiración que podía terminar a un Golpe de Estado junto con una invasión, es algo completamente diferente.

De hecho, debido a que hemos tenido éxito gracias a tus planes, tendrías que haber sido promovido al Segundo Orden de la Luna Oscura. Pero como llevas poco tiempo dentro del Manto Oscuro, el Primer Orden es lo máximo que se te puede dar por el momento. -

Bryan finalmente entendió lo que ocurría y sonrió. Entonces se acordó de algo y le pregunto a Emily: - ¿Qué hay de Chester? ¿Cómo le va a ese ladrón? -

- Gracias a ti, ha sido promovido. Ahora es agente Cuarto Orden de la Estrella Oscura. Eso es algo inconcebible si consideramos que su mayor mérito ha sido facilitarnos algunas monturas y hacer recados. ¡Por lo menos yo jamás he tenido tareas tan sencillas cuando recién empezaba! ¡Realmente le has dado mucha suerte! - Respondió Emily sonriendo divertida: - Para celebrar su ascenso le he dado un permiso de tres días, así que supongo que estará de parranda por ahí o en alguno de los muchos burdeles en los alrededores. -

- Ya veo. - Dijo Bryan sonriendo: - Y, por cierto. ¿Dónde está la señora Elena? ¿Y qué pasó con Belinda? -

- Por seguridad convoqué a un grupo de agentes veteranos para que transporten a Belinda hasta Itálica. Todos son Espadachines muy diestros, así que estarán a salvo. - Le explicó Emily sonriendo con un poco de crueldad: - Una vez en el Cuartel General será imposible que se escape. Y tenemos gente especialista en sacar información. ¡Dependiendo de lo que descubramos, recibiremos recompensas por haber capturado a esa Alquimista!

Elena también necesitaba volver a la capital, así que le permití partir con ese grupo. Creo que después de todos los pormenores que sufrió acompañándonos, se merece un viaje seguro. Ya me ocuparé de recompensarla. -

- Comprendo. Entonces el panorama se ve muy bien para nosotros. - Comentó Bryan sonriendo: - Dime algo. ¿Qué beneficios me tengo ahora que soy un Agente de la División de la Luna Oscura? -

- Para empezar tu estipendio mensual aumenta de 70 a 150 monedas de oro. Pero no creo que el dinero te interese ahora. ¿Verdad? -

- Verdad. -

- Pues con tu nivel actual puedes tener acceso a mucha información que sólo posee la Orden del Manto Oscuro sobre los asuntos del Imperio y que la mayor parte de la Aristocracia desconoce. A partir de ahora, podrás usar todas las matrices de trasporte sin costo alguno. También recibirás una cierta cantidad de Imperium. Ahora tienes la autoridad para comandar a cualquier Centuria de no más de 100 integrantes, sin contar los oficiales. Y no tienes que justificar tus órdenes. Además… -

La sonrisa de Bryan se fue haciendo más pronunciada conforme escuchaba los beneficios de los que ahora gozaría. Ya tenía muchos privilegios exclusivos como miembro de la división de la Estrella Oscura, pero ahora realmente podría saborear lo que era tener poder sobre muchas personas, incluso dentro del ejército.

¡Autoridad, mujeres, dinero y poder!” Pensó Bryan sonriendo: “¡Mis esfuerzos están dando resultados!

Como si respondiese a sus pensamientos, una especie de voz susurró de pronto en su inconsciente y lo hizo de un modo tan sutil, que Bryan lo confundió con su propia voz interna: “Pero ten cuidado, porque cuanto más alto estés, más terrible será el golpe si llegas a caer. Tus desafíos apenas han comenzado.

Emily no llevaba ningún abrigo, sino que se había opuesto un hermoso vestido rojo de una sola pieza que dejaba los hombros descubiertos y la hacía verse espectacularmente sensual..

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú. Es 11 de junio y ojalá cuando leas esto mi país siga siendo libre y no parte de una dictadura comunista. ¡Por favor recen por el Perú!

En este episodio ocurren muchas cosas demasiado rápido, así que aumenté las descripciones para que la sucesión de eventos no fuese tan vertiginosa. Agregué nuevas líneas de diálogos y pensamientos, describí mejor las situaciones, me ocupé de eliminar las partes innecesarias o redundantes. Por supuesto que retoqué un poco la escena pasional (en el original es una sola línea), pero también le puse énfasis a ciertos momentos y me inventé algunos, como por ejemplo la escena en la taberna. Y es que, después de perder tanta sangre, me pareció apropiado hacerlos comer.

En general las imágenes fueron lo más difícil de encontrar y también quitar la información inútil o redundante.  Espero que les haya gustado a todos, por favor dejen su opinión en los comentarios y si es posible por favor patrocínenme en mi cuenta Patreon.

Además, no me negarán que este capítulo es bastante largo, así que espero tengan paciencia antes de que saque el siguiente.