153 Una identidad complicada

La expresión de Lawrence mientras imaginaba las próximas dificultades del Duque Odón Ascher era bastante particular. Por un momento Bryan no supo reconocer a la persona que había creído entender y en su lugar le pareció temible e incluso un poco maníaco, como si disfrutase el caos que sus acciones podían terminar desatando.

- Bryan, permaneceré en la ciudad de Valen por ahora junto con mi prima. He instruido a mis guardias para que te dejen entrar sin importar la hora, de modo que podamos coordinarnos si ocurre cualquier emergencia. Dime ¿dónde puedo encontrarte si lo necesito? - Preguntó Lawrence aun sonriendo con bastante regocijo.

Bryan estaba intentando descifrar las intenciones de Lawrence, pero aun así asintió porque la posada en la que se alojaba con Emily no pertenecía a la Orden, así que no tuvo reparos en darle la dirección de su alojamiento. Luego se marchó rápidamente sin prestar mucha atención a nada más que evitar a las patrullas de guardias apurados que comenzaban a registrar todas las calles.

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Tras ingresar sutilmente a la posada, teniendo mucho cuidado de que nadie lo viera para poder argumentar que estuvo ahí toda la noche, Bryan se dirigió primero al balcón de su habitación para observar la ciudad y vio que a lo lejos había un intenso resplandor de antorchas, que seguramente eran sostenidas por varios cientos de legionarios. Era evidente que muy pronto la Legión Grifón al completo estaría dentro de la ciudad, pues ya podía observar grupos de soldados que comenzaban a formar disciplinadamente en el Foro.

Inmediatamente después se dirigió a los aposentos de Emily, donde encontró a la hermosa Archimaga examinando unos documentos. Apenas lo vio, le hizo un gesto con la mano para invitarlo a acercarse y le dijo con una mirada muy seria: - Conseguí averiguar la identidad de Lawrence. -

- ¡Excelente! - Exclamo Bryan agotado, pero sonriendo divertido: - Ya tenía ganas de saber quién es realmente ese conchesumadre! -

- ¡Idiota! Ten cuidado con tus palabras, sobre todo si él se encuentra cerca, porque tu vida podría terminar dependiendo de ello. ¡No tienes idea de lo importante que es! - Exclamó Emily mirándolo enojada, luego murmuró un encantamiento poderoso que creó una barrera de aislamiento, bloqueando perfectamente tanto la vista como el oído de quienes estuvieran fuera.

Bryan alzó las cejas con sorpresa mientras adoptaba una actitud prudente, pues la cosa tenía que ser grave para que Emily estuviera tomando tantas precauciones.

- ¿Es así de serio? -

- Demasiado. - Respondió Emily suspirando.

- Ya veo. - Dijo Bryan mientras se sentaba frente a la Archimaga para prestarle toda su atención: - Entonces… ¿Quién es en realidad? -

Emily respiró profundamente y finalmente respondió: - En teoría… Es el tercer Príncipe Imperial. -

Esta revelación sonó como un trueno en los oídos de Bryan, que no pudo evitar sonreír nerviosamente mientras preguntaba con cierta incredulidad: - ¡¿Acaso bromeas?! Todo el mundo sabe que el Emperador solamente tiene dos hijos. Ambos legítimos y bien establecidos, ¿cómo podría Lawrence ser descendiente de Su Majestad Imperial? -

- No digo más que la verdad. - Respondió Emily suspirando: - Hace mucho tiempo el Emperador tuvo muchas amantes, todas ellas extremadamente ambiciosas. Pero ninguna como su propia esposa, Pero ninguna como su propia esposa, quien deliberadamente permitía que todas esas mujeres se relacionaran con su marido y después usaba esa culpa, junto con el amor que le inspiraba, para manipularlo como quería en la corte. 

Si, Juliano gobernaba el mundo, pero Lidia gobernaba a Juliano. Al menos en todo lo referente a la sociedad cortesana. Lidia siempre fue lo bastante inteligente como para no meterse en asuntos militares, de los cuales nada sabía. Además, la opinión pública habría condenado de inmediato al Emperador si los soldados tenían la menor sospecha de que su mujer intervenía en sus estrategias.

La verdad es que, pese a todo, el matrimonio funcionaba muy bien al principio. Lidia se ocupaba de mantener controlados a todos los aristócratas mediante una compleja red de espías mientras que Juliano mantenía las fronteras seguras y volvía próspero al Imperio.

Pero todo cambió cuando apareció Mesalina. Ella fue la única amante que consiguió igualar a Lidia tanto en astucia como en habilidades para manipular. Además, tenía de su lado una extraordinaria belleza y un talento natural para la intriga.

Ambas mujeres combatieron furiosamente por monopolizar el afecto de su Majestad Imperial y su guerra privada se incrementó aún más cuando ambas concibieron respectivamente a los actuales Príncipes. No es extraño que crecieran tan mal, pues sus madres estaban más concentradas en usarlos para su beneficio que en criarlos.

Quizá eso fue lo que terminó por matar cualquier afecto que el Emperador aún tenía por ellas y tampoco se atrevió a enamorarse de nuevo. O al menos eso se creía. En algún momento desconocido tuvo un romance con una tercera mujer que realmente llegó a amar y que al parecer lo amaba sinceramente. Lamentablemente ella murió durante el parto, dejando indefenso a su hijo.

Su Majestad Imperial tenía en sus manos al único hijo que había concebido realmente por amor, sin ninguna intriga de por medio. Naturalmente estaba destinado a ser su predilecto desde el principio, pero también sabía que, si lo reconocía públicamente, seguramente nunca llegaría con vida a la mayoría de edad. ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que Lidia o Mesalina se dieran cuenta de que era su favorito y conspiraran para matar al niño? ¿Podría protegerlo incluso cuando sus deberes lo llevaran lejos del palacio?

Justo cuando el Emperador estaba en ese dilema le tocó reunirse con el Ministro Alan de la Égadas, que entonces estaba muy atribulado por los insidiosos rumores sobre la infertilidad de su esposa. Así que el Emperador le pidió en secreto que adoptara al niño como suyo, dándole un heredero a su familia y un hogar feliz a su hijo.

Conforme pasaron los años, tanto Lidia como Mesalina murieron. Nadie sabe si una envenenó a la otra o si el propio Emperador se cansó de sus intrigas y decidió hacer limpieza. El caso es que, sin la influencia de sus madres, los príncipes demostraron ser cada día más decepcionantes, así que la idea de que Lawrence continuase escondido comenzaba a ser reevaluada por su Majestad Imperial.

Además, hubo otro acontecimiento. La esposa de Alan, quien es madre adoptiva de Lawrence, terminó muy afectada por todos los ataques insidiosos que sufrió durante los años en que se pensaba era estéril y quedó muy resentida por ello.

Esto la hizo desarrollar una ambición por el poder que antes no tenía, una ambición que naturalmente trasladó a su hijo adoptivo, hasta que finalmente le reveló la verdad sobre su origen aún en contra de los deseos de Alan.

Cuando todo estuvo expuesto, el Emperador se reunió con Lawrence. Y creo que llegaron a construir una relación bastante buena, porque el monarca ha continuado hablando en privado con él muy a menudo. También contrató los mejores maestros para formarlo y muchas veces lo ha enviado secretamente a lugares para aprender asuntos de gobierno. Lawrence por su parte es muy talentoso, extremadamente dotado para el mando y su progenitor está bastante satisfecho por ello.

Todo esto está elevando las tensiones. El primer príncipe tiene algunas cualidades para convertirse en un comandante militar, pero es extremadamente sádico y seguramente se convertirá en un auténtico tirano si llega al poder. El segundo en cambio es bastante astuto, pero muy pusilánime y depravado. Ninguno de ellos sirve para ser regente y conforme pasan los años el Emperador siente que su salud se deteriora. Por eso es muy probable que Lawrence sea nombrado el heredero. -

Bryan había escuchado toda la narración con calma, examinando atentamente cada evento explicado por Emily y sus posibles implicancias para su propio futuro. Permaneció en silencio un buen rato, procesando cuidadosamente toda la información y finalmente preguntó: - La madre biológica de Lawrence está muerta, ¿acaso no pueden sus enemigos impugnar su posición? ¿Cómo puede el emperador probar que es hijo suyo, además de dar su palabra? -

- No lo entiendes. Contrariamente a lo que muchos creen, en nuestro imperio no importa tanto la sangre que corre por tus venas como el estado legal que uno tiene. Basta con que el Emperador decida adoptar a Lawrence como su hijo para que lo sea, incluso si no fuera realmente su descendiente. El problema es que independientemente de cuántos hijos adopte, es el Senado y sólo el Senado quien da validez legal a una sucesión. Ellos son la voz de todo el Imperio Itálico. Nadie puede ser Emperador sin recibir la legitimidad de los senadores. -

- ¿Tanto así? - Preguntó Bryan sorprendido

- Claro. - Respondió Emily: - la influencia moral del Senado es demasiado alta para que alguien la ignore. Incluso si un general tiene la aprobación del ejército y da un golpe de estado, cuando finalmente se muera o pierda su influencia, el senado puede declarar ilegales todas sus acciones y prácticamente borrarlo de la historia, como si nunca hubiese existido. Y por sobre todo importa la opinión de los Censores, la élite dentro del senado, pues son los guardianes de nuestras tradiciones.

Precisamente ahí está el mayor obstáculo que Lawrence tiene que superar si realmente quiere convertirse en Emperador. Porque los Censores nunca admitirán que alguien fuera de las principales familias obtenga esa dignidad. Lawrence tiene que probar ser un candidato digno, legal y sobre todo apropiado. En cualquier otra situación no tendría esperanza, pero siendo como son los príncipes, bien podrían aceptar que se vuelva el Archiduque. 

Hay una tormenta inminente que está a punto de desatarse dentro de nuestro Imperio. Cándido te advirtió sobre él porque teme que termines atrapado sin saberlo en el próximo enfrentamiento de los príncipes. -

- ¿Qué yo me quede atrapado? - Preguntó Bryan sin comprender.

- Aún eres muy débil y no tienes ningún respaldo verdadero. Pero es muy probable que más de una persona te haya visto hablar con Lawrence y sepan que estás en buenos términos con él. - Explicó Emily afligida: - ¡Quizá incluso ya existan aristócratas creyendo que eres partidario de Lawrence o que podrías convertirte en un importante aliado para él en el futuro! ¡No debes permitir que eso pase por ningún motivo! Si en estos momentos dejas que te involucren en una guerra civil solamente puedes salir perdiendo.

Recuerda que incluso si te conviertes en un poderoso mago y consigues ser temido en el ejército, aun así, el Senado nunca te aceptará para ningún cargo superior al de un Procónsul y jamás te darán ninguna dignidad que supere a la de un Barón.

Si ahora mismo apoyas a un príncipe y este pierde, entonces el bando derrotado deberá aplacar al vencedor, casi siempre sacrificando a sus aliados, entre los que te encontrarías. Y cómo no perteneces a ninguna familia importante no tendrán reparos en entregarte.

Pero incluso si el príncipe que apoyas gana, te encontrarías en la misma situación, porque el nuevo Emperador no puede exterminar por completo a los vencidos sin exponerse a perder el control de muchos territorios que luego pueden ser invadidos. Habrá negociaciones, en las cuales te convertirán en una moneda de cambio. No es que sea algo personal, es simplemente política. -

Bryan escuchaba todo esto con los ojos bien abiertos. En principio nunca hubiera pensado que los juegos de poder fuesen tan complicados, pero además había estado muy cerca de terminar envuelto en un peligroso asunto que podía terminar con él convertido en un mero peón o destruir todo su futuro… ¡Y ni siquiera estaba consciente de ello!

“Tengo que ser más fuerte.” Concluyó finalmente. “Frente al poder absoluto, cualquier discusión o intriga está fuera de lugar. Solo volviéndome una potencia tendré verdadera libertad para decidir mi futuro sin importar lo que otros planeen.” Y cuando llegó a esa conclusión todo el nerviosismo desapareció por completo. Entonces una sonrisa desafiante alumbró su semblante.

Emily lo miró sorprendida. Incluso a ella le costaría mucho comprender de golpe toda esta situación y estaba segura de que tendría que darle un buen tiempo a Bryan para recuperarse de la impresión, quizá incluso unos días. Pero increíblemente su amante parecía completamente inmune al miedo. Y no porque fuese arrogante o demasiado ingenuo, sino porque no temía enfrentarse al mundo entero para vencer o caer en el intento. Inconscientemente se sintió atraída hacia él y tuvo que hacer un gran esfuerzo para evitar ruborizarse.

- Gracias a ti ahora lo entiendo todo. - Dijo Bryan aun sonriendo: - No te preocupes, sabré como manejar mi alianza con Lawrence. -

- Recuerda que la posición oficial del Manto Oscuro es no intervenir en las luchas internas por la sucesión, ni tomar partido por ningún príncipe. Nosotros simplemente seguimos las órdenes del Emperador legítimo que haya recibido la aprobación del senado. El hecho de que a pesar de esto el viejo zorro de Cándido te haya aconsejado al respecto es una prueba de lo mucho que te valora. -

- ¿Cómo es eso? - Preguntó Bryan.

Emily le explicó: - Lo más seguro para ti sería ignorar todo esto. Cuanto más sepas al respecto, más riesgos habrá para tú vida. Pero conozco tus ambiciones y sobre todo tu potencial. Por eso me he atrevido a contarte sobre este asunto tan confidencial. Cómo utilizar esta información depende de ti, así como los pasos que darás a partir de ahora. -

 - Te lo agradezco querida. - Respondió Bryan alegremente: - No te preocupes. Por ahora mis planes son mantener un perfil bajo hasta que tenga la fuerza para protegernos y sólo entonces buscaré incrementar mi autoridad. Cuanto más me subestimen mis enemigos, más fácil será lidiar con ellos… ¡Ah, es cierto! Me olvidé de decirte que maté a Clark Ascher, así que muy pronto la ciudad se va a convertir en un pandemonio. -

Emily lo estaba mirando con serenidad, pero al oír esto último se sobresaltó hasta el punto de levantarse de la silla. 

Entonces gritó incrédula: - ¡¿Qué hiciste qué! -

- No grites, querida. - Dijo Bryan alarmado de que alguien más los escuchara, pero entonces recordó la barrera a su alrededor y volvió a su actitud de siempre: - Te estaba explicando que maté al hijo de Odón Ascher, aunque no puedo atribuirme todo el mérito. Un asesino muy habilidoso dirigió toda la operación y sólo pudimos lograrlo gracias a una emboscada… y una serie de eventos bastante afortunados. -

Todavía nerviosa, Emily consiguió volver a sentarse con cierto esfuerzo. Luego dijo aún con asombro: - El Manto Oscuro investigó muy minuciosamente a Clark y sus habilidades. Era un oponente verdaderamente temible. Se convirtió en un Caballero de la Tierra con tan solo veinticinco años, pero sus habilidades superaban bastante a la mayoría de sus pares. Incluso en cierta ocasión pudo aguantar una posición en solitario contra tres enemigos del mismo rango sin retroceder. Su potencial futuro era extraordinario. ¡No puedo creer que una sola emboscada fuese suficiente para matarlo! ¡¿Debe haber algo que no me estás diciendo?! -

- No es que quiera ocultarte nada. Simplemente es complicado de explicar. - Respondió Bryan divertido: - Clark era todo lo que has dicho e incluso más. Antes creía que podía aguantar una pelea contra él y sobrevivir, incluso si no ganaba. Pero hoy descubrí que mis estimaciones sobre su fuerza estaban erradas. Afortunadamente un Necromante Archimago apareció de la nada y comenzó a pelear con él. No sé quién era, ni de dónde vino, pero gracias a su intervención surgió la oportunidad. -

Si escuchar sobre la muerte de Clark sorprendió a Emily, la noticia de la intervención de un Necromante Archimago la dejó verdaderamente pasmada. Necesitó algo de tiempo para recuperarse y entonces murmuró: - Los Necromantes son actualmente bastante escasos en número, menos aún aquellos que puedan alcanzar el rango de Archimago debido a que la mayoría de sus conocimientos se han perdido. Encontrar uno es el equivalente a descubrir la pluma de un fénix y no hay ningún registro de su existencia desde hace muchas generaciones… ¿Era muy poderoso? -

- ¡Ya lo creo! Fue capaz de enfrentarse solo a Clark junto con una centena de guardias e incluso los llegó a poner en Jaque. De no ser por la llegada de un escuadrón de Grifos quizá habría ganado por sí solo. No tuvo ningún problema para luchar contra el Caballero de la Tierra de igual a igual y lo lastimó gravemente. Sin su intervención no habríamos podido asesinarlo. -

- Eso sólo nos plantea nuevas dudas. Un personaje tan poderoso tendría que ser conocido y el Manto Oscuro ha reunido registros minuciosos de la mayoría de magos destacados en el mundo. ¿De dónde vino? ¿A qué país pertenece? Tienen que poseer recursos impresionantes para producir un Archimago tan poderoso sin que las naciones se enteren de su existencia. -

Ambos se quedaron en silencio durante un tiempo, ponderando las distintas posibilidades. De pronto oyeron el sonido de varias campanas a la distancia anunciando el estado de emergencia en toda la ciudad. Bryan sonrió entonces y dijo encogiéndose de hombros: - No tiene caso preocuparnos por algo que en este mismo instante no podemos solucionar. El Manto Oscuro tiene muchos recursos y ese Archimago intervino en lo que podría considerarse una operación nuestra. Seguramente averiguarán su identidad cuando lo menciones en tu informe. -

Emily asintió en respuesta. Luego se levantó muy seductoramente y lo abrazó mientras se sentaba en su regazo de un modo adorablemente tentador. Bryan sonrió mientras la sujetaba con un brazo y la besaba cariñosamente. Luego llevó una mano a sus posaderas de modo sugerente mientras le decía con un tono bastante pícaro: - ¿Sabes? Estoy bastante agotado, pero no tanto como para dejarte sola si quieres que hagamos algo de ejercicio. ¿Qué quieres hacer? -

- ¡Quero que vengas conmigo! - Respondió Emily ruborizándose, pero no impidió que Bryan la acariciase en ese sitio prohibido para cualquier otro hombre.

- ¿A tu cama? - Preguntó Bryan sonriendo.

- Ayúdame a buscar algo. - Respondió Emily coqueta.

Bryan alzó una de sus cejas y comentó con un tono un poco malhumorado: - Si se trata de encontrar el clímax, me encantaría ayudarte. Pero si hablas de trabajo… -

No pudo terminar porque Emily inmediatamente le dio un beso apasionado. Luego desplazó sus labios a su cuello, llenándolo de caricias, mientras murmuraba alegremente como una niña que quiere hacer una travesura: - Clark acaba de morir, todo se convertirá en un auténtico caos. La Legión Grifón entrará en pánico y comenzarán a registrar la ciudad por todos lados. -

Luego de decir esto se aferró aún más a Bryan mientras envolvía su cintura con sus sensuales piernas como si lo estuviera montando y le dijo sonriendo: - ¡¿No quieres acompañarme para agregar más leña al fuego y hacer todo un poco más caótico?! -

Bryan soltó una alegre carcajada al escuchar esto. Luego aferró con fuerza la cintura de Emily para llevarlo hacia él y tapar su boca con sus labios nuevamente. Después la miró fijamente, admirando la hermosura de esta mujer que probablemente era quien mejor lo comprendía en todo el mundo.

- Muy bien querida. Realmente sabes cómo convencerme de hacer cosas malas. ¿Quizá en una vida anterior fuiste alguna clase de demonio tentador? -

- Él único demonio que he conocido en mi vida eres tú, así que no sabría decirte. - Respondió Emily alegremente levantándose de su regazo. Luego deshizo la barrera de asilamiento y ambos salieron juntos a la caótica ciudad.