173 Lo que puedes hacer y lo que no puedes hacer

Lo primero que Bryan vio cuando regresó del Cementerio de la Muerte fue a Emily que ya estaba esperándolo sentada en la habitación. La Archimaga aparentaba estar perfectamente tranquila, pero Bryan notó con sus sentidos sobrehumanos cómo sus hermosas pupilas se dilataban rápidamente y también que su respiración se volvía ligeramente irregular. Era evidente que estaba por suceder algo de gran interés para ella.

- ¿Ya te encontraste con tu pequeña amante? -

Lo sabía” Pensó Bryan en su interior, pero con su gran habilidad mental preparó rápidamente una respuesta sosegada, midiendo bien cada palabra. Después de todo sabía que en ese momento Emily estaba evaluándolo y hay exámenes en la vida que no conviene suspender.

¡Emily estaba celosa!

- Averigüé todo el asunto sobre las armas de Asedio. - Explicó Bryan como si el comentario venenoso no le afectase en lo más mínimo: - Parece que el Duque usó sus conexiones y dinero para colocar al Gremio Mercante de Bootz entre la espada y la pared, de modo que si rechazaban esta petición le estarían declarando su enemistad a toda una familia ducal.

También he confirmado que nunca supieron el contenido de lo que estaban trasportando. De hecho, ni siquiera les informaron el número o las medidas de la carga hasta el último momento. Ahora mismo también he confirmado que Odón Ascher les impuso una escolta armada para mantener coaccionados a todos los miembros del gremio.

Aun así, la señorita Phoebe ha demostrado ser una auténtica patriota, pues en cuanto le informé del contenido no dudó ofrecerse como voluntaria para colocar una marca mágica en el cargamento, sin importar el gran riesgo personal que esto implica. Todo para que nosotros podamos localizar esas armas muy fácilmente. -

- Pues si tú aseguras que no tenía conocimiento del contenido y además está dispuesta a arriesgarse para ayudarnos, naturalmente me aseguraré de que no sufra ningún tipo de sanción por parte de las autoridades. - Contestó Emily con un tono tranquilo pero que ocultaba en su interior una cólera fría: - El Manto Oscuro podría incluso recompensarla por toda su ayuda en estos tiempos de grave crisis para el imperio. -

- Eres infinitamente generosa, querida. - Dijo Bryan con un tono afable mientras comenzaba a desensamblar las varillas de la Matriz de Trasporte Portátil.

- Me gusta intentar serlo. - Comentó Emily sin dejar de mirarlo con una intensidad muy inquietante: - Aunque mi paciencia también tiene sus límites. -

- Que curioso que lo menciones. - Dijo Bryan devolviéndole la mirada con un pequeñísimo destello de frialdad, apenas suficiente para advertirle a Emily que ya no toleraría más insinuaciones: - A mí me ocurre exactamente lo mismo. -

La hermosa Archimaga le sostuvo la mirada, pero finalmente comprendió que no debía continuar tensando esa cuerda, pues su hombre no era uno que cediese ante las amenazas, sino que estas más bien provocaban el efecto contrario. De modo que Emily suspiró y pareció relajarse: - Está claro que no es inteligente abusar de la paciencia del necromante Bryan y mucho menos sensato es despertar su ira. -

-  En efecto amada mía. - Respondió Bryan volviendo a sonreír: - Veo que, como siempre, Emily Asturias es la mujer que mejor me comprende en todo momento. -

El intercambio había sido peligroso, pero la expresión de Bryan no había vacilado en ningún momento. Y si bien le demostró a Emily su enojo para advertirle que no permitiría que controlara sus acciones, en ningún momento dejó de trasmitirle la calidez de su cariño.

Pero tampoco había negado directamente ninguna de sus acusaciones con respecto a Phoebe ni pensó en hacerlo. El motivo no solo era la culpa que sentía, sino el hecho de que sabía bien que era imposible engañarla. Emily era demasiado inteligente y se daría cuenta enseguida de cualquier mentira, porque lo conocía demasiado bien. También era cierto que había una parte de él que la amaba con locura y que se sentía terrible por haberla traicionado de esa manera. Pero no le permitiría usar la culpa para controlar su destino, ni siquiera a ella. No tenía ningún deseo de terminar víctima de sus amantes como el padre biológico de Lawrence.

Emily eventualmente averiguaría la verdad y entonces podría hacer tres cosas: Abandonarlo, matarlo o seguir acompañándolo a pesar de todo.

 - Muy bien, dejemos este asunto por ahora. - Continuó Emily: - Uno de mis espías vino hace poco con un mensaje de Belinda. -

Bryan cerró los ojos un momento mientras consideraba qué hacer.

Antes de liberarla le indicó a Belinda un método muy sencillo para contactarlo. Se trataba de un gran árbol junto a uno de los caminos principales que poseía un tronco bastante rugoso, donde era fácil esconder cosas pequeñas.

Cada cierto tiempo un sirviente suyo iría a revisar el tronco del árbol una vez en la mañana y otro en la tarde. Bryan le dijo a la Alquimista que le dejase escrito, sobre un pedazo de cuero o tela, la hora y el lugar donde se reunirían. Por supuesto que el mensaje debía ser críptico por si alguien más lo descubría.

- ¿Qué dice el mensaje? -

- Justo lo estaba por descifrar… Mira. -

Bryan se acercó y vio un trapo viejo sobre el cual Belinda había escrito una sola palabra muy larga y desconocida: PTDLMOAOUORRNCSLDDHAAEEAB

- ¡¿Qué rayos es esto?! - Exclamó Bryan.

- Es un código muy usado en la corte de nuestro imperio. - Explicó Emily: - Solamente un aristócrata bien versado en asuntos militares podría leerlo. -

- ¿Odón Ascher también podría? - Preguntó Bryan alzando una ceja.

- Claro, los Cónsules siempre usan estos códigos para mandar mensajes por si nuestros enemigos llegasen a interceptarlos durante la guerra. Pero cualquier soldado que encontrase esto asumiría que son garabatos sin sentido o no les prestaría la menor atención. De ahí que sea tan efectivo. -

- ¿Cómo lo resuelves? –

Emily sonrió y copió la palabra en un trozo de pergamino para poder examinarla más fácilmente: - Primero cuentas el número de letras. En este caso hay un total de 25. Eso significa que la primera parte está encriptada en múltiplos de cinco. Separemos entonces esta enorme palabra en secciones más pequeñas formadas por cinco letras. De esta manera. -

PTDLM – OAOUO – RRNCS – LDDHA – AEEAB

- Ya veo. – Comentó Bryan: - Pero sigue sin tener sentido para mí. -

- Porque falta ordenarlo correctamente. - Respondió Emily sonriendo divertida: - La primera palabra irá arriba de esta forma. -

 P      T      D      L      M

O     A     O     U     O

R      R      N     C      S

L      D     D      H     A

A     E      E      A     B

- Finalmente, la parte más ingeniosa. - Continuó Emily: - No lo leeremos directamente de izquierda a derecha como normalmente lo haríamos, sino que lo haremos de arriba hacia abajo, fila por fila. Finalmente reordenamos todo de este modo. -

PORLA – TARDE –DONDE –LUCHA-MOSAB

- Fascinante. - Comentó Bryan cuando finalmente pudo ver el código: - Entonces el mensaje decía “POR LA TARDE, DONDE LUCHAMOS” y al final hay una “AB” que supongo que significa… Alquimista Belinda. -

Emily asintió sonriendo, pero su expresión se turbó mientras decía: - En resumen, quiere que nos reunamos en el mismo lugar donde nos enfrentamos contra ella. -

- Una zona desolada, montañosa y en medio de un bosque donde no es fácil que nos vean desde el cielo. El sitio es igual de perfecto tanto para una trampa como para una reunión secreta… Lo único bueno es que también conocemos el lugar. -

- Y hay otro problema. - Agregó Emily preocupada: - Si nos presentamos ahora le estaremos confirmando que sabemos descifrar este código. En pocas palabras sabrán que somos agentes del Imperio Itálico porque de otro modo no entenderíamos el significado de esto. -

- Con un solo paso Belinda sabrá uno de nuestros secretos más importantes. Tengo que admitir que esa alquimista es brillante, retorcidamente brillante. -

- ¿Debemos ir? - Preguntó Emily.

- Claro que iremos. - Respondió Bryan sonriendo: - Es cierto que revelaremos información, pero ella también terminará haciéndolo. Y si sospecho que esa desgraciada quiere jugarme una mala pasada voy a matarla inmediatamente. Aunque incluso con esa carta bajo mi manga no pienso arriesgarme. Iremos los dos juntos y lo haremos preparados para una posible emboscada desde el principio. -

- Me alegro de ver que no te fías de ella. - Comentó Emily aliviada.

- Yo espero lo mejor de la vida, amor mío. - Respondió Bryan con tono filosófico mientras comprobaba el estado de sus armas y también los frascos con veneno que usualmente usaba para embadurnar sus filos: - Pero siempre me preparo para lo peor. -

*****

Tras finalizar con sus preparativos Bryan y Emily montaron en unos caballos que les trajo el ladrón Chéster. Luego atravesaron el bosque muy discretamente en dirección a la cordillera montañosa donde se habían enfrentado por primera vez contra Belinda.

En el camino tuvieron tiempo de conversar sobre muchas cosas: Sus estrategias futuras, los diversos problemas que quizá encontrarían en la misión, cómo los afectaría la Guerra Civil cuando finalmente se produjese y muchas otras cosas.

Emily también comenzó a enseñarle muchos asuntos de política avanzada, como el funcionamiento de la corte y los recursos legales más importantes que un noble tenía que conocer. Al final la Archimaga resultó ser tan buena maestra de Política como Fanny lo era de Necromancia, pero incluso así todo ese conocimiento repentino podría haber abrumado a cualquier otro que no poseyese la asombrosa memoria y las capacidades mentales de Bryan, gracias a las modificaciones que su cuerpo había sufrido en sus respectivas trasformaciones.

Estaban ascendiendo por las montañas nevadas, esquivando los troncos de los árboles sin hojas, cuando de pronto Bryan alzó una mano para indicar que debían detenerse.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó la Archimaga.

- ¿No escuchas? -

- No. - Respondió Emily agudizando sus sentidos con magia: - No puedo escuchar nada. -

- Precisamente. - Explicó Bryan: - No se escuchan pájaros, roedores en sus madrigueras o ningún otro sonido que indique la vida de un bosque. Y si bien no es extraño que los animales se oculten en invierno, tampoco tendría por qué estar tan silencioso, sobre todo al atardecer. -

Emily abrió los ojos sorprendida pero inmediatamente asintió y se bajó del caballo para desplegar una poderosa barrera a su alrededor. Bryan mientras tanto desenvainó dos espadas cortas de filo envenenado, cuyo tamaño las hacía ideal para pelear en medio de un bosque y gritó: - ¡Sé que estás ahí! ¡Sal ahora mismo! -

Al principio la única respuesta fue el ominoso silencio del bosque, pero repentinamente se escuchó un estruendo espantoso. Entonces una fuerza terrible se desplazó rápidamente hacia ellos, destrozando todos los árboles en su camino y provocando una nube de nieve que lo envolvía todo.

La barrera de Emily reaccionó de inmediato desviando fácilmente la fuerza de los escombros, pero Bryan sabía que detrás del furioso viento vendría el verdadero ataque y rápidamente dio un salto hacia adelante con sus espadas desenvainadas. Una luz brillante lo cegó por un instante, al mismo tiempo que sus brazos experimentaban una terrible fuerza destructiva que estremeció incluso sus huesos. Se escuchó un crujido y sus dos armas estallaron en pedazos ahí mismo, pero Bryan se las arregló para desviar el ataque en el último momento.

De inmediato Bryan saltó hacia atrás en busca de la seguridad de la barrera de Emily, aunque sus ojos seguían fijos hacia delante, atentos a cualquier señal del enemigo oculto. Al mismo tiempo invocó su Desgarrador Sombrío y comenzó a imbuirlo con poder mágico.

Una figura oscura emergió de la bruma helada producto del impacto. Era un guerrero completamente blindado con una armadura de placas que se ajustaba de un modo tan perfecto a su cuerpo que uno podría pensar que había nacido con ellas. Vestía además una capa larga con capucha, que ocultaba los rasgos de su cara con excepción de sus ojos resplandecientes. En una mano sujetaba una gran espada amenazante que emitía relámpagos aterradores, los cuales se desplazaban por su armadura, como si fuese un ser no humano sino uno nacido de la tormenta.

- Yo soy Taquión, Amo y señor del trueno. ¡Paladín del Culto de Caelos! Y ahora veremos si vales lo suficiente como para pararte frente a mí. -

Sin decir nada más cargó hacia delante y desató una terrible estocada que provocó una lluvia de relámpagos sobre la barrera oscura, hasta que la destruyeron. Pero la defensa de Emily le dio a Bryan tiempo suficiente para terminar de fortalecer tanto su arma como su cuerpo con la Esencia Mágica e inmediatamente saltó hacia delante con mucha habilidad para desatar un furioso tajo con toda su fuerza, un tajo que el caballero malvado interceptó con su espada.

Se escuchó un sonido sordo y Bryan sintió como si hubiese golpeado un bloque de piedra. Su fuerza sobrehumana consiguió hacer retroceder al atacante desconocido, pero el Desgarrador Sombrío no melló el filo de la espada ni el impacto le provocó daños físicos al cuerpo de ese malvado Paladín. Bryan estaba asombrado, pues nunca antes se había encontrado con un enemigo capaz de soportar todo su poder físico sin sufrir por lo menos un mínimo de daño incluso antes de llegar al Reino de los Demonios Verdaderos.

Sin embargo, el Caballero Malvado no aprovechó para realizar un segundo ataque, sino que se quedó quieto en su sitio con la espada en posición defensiva. Era difícil saberlo por su indumentaria, pero parecía vigilante y también en guardia, como si la fuerza de Bryan estuviese muy por encima de su estimación inicial.

Taquión el Malvado Caballero del Trueno

- ¿Qué te dije, poderoso Taquión? Estas personas son capaces y tienen las habilidades para luchar a nuestro lado. ¡Asociarnos con ellos será muy beneficioso! -

Se escuchó el sonido de unos pasos y Belinda emergió de la espesura de los árboles caminando con tranquilidad. Su rostro como siempre estaba cubierto con su velo, pero su actitud era suficiente para trasmitir a otros que no deseaba un enfrentamiento.

- ¡Hump! ¡Eso aún queda por verse! - Dijo el Caballero Malvado mientras se bajaba la capucha y retiraba la visera de su yelmo.  Sus rasgos eran los de una persona con alrededor de 40 años. Tenía una fea cicatriz que recorría su nariz y llegaba hasta su frente, provocando que su rostro, ya bastante tosco de por sí, se viese aún más desagradable.

- ¿El Culto de Caelos es donde se reúnen todas las anomalías de este mundo? - Preguntó Bryan sin bajarle la mirada al Caballero Malvado: - Hace unos días presentaron a nada menos que tres espadachines Mágicos, eso de por sí ya parecía imposible. Pero por tu fuerza debes ser… -

- Soy un Caballero de la Tierra, mocoso. Y sí, también un Caballero Mágico que controla el poder los rayos. - Respondió Taquión con un gesto agresivo: - Así que cuida tus malditas palabras o te enseñaré a respetarme.

¡Belinda! Es cierto que estos dos son un poco fuertes, pero no lo bastante como para ayudarnos. No los necesitamos. -

- No me interrumpas, fenómeno. - Lo cortó Bryan al instante: - ¿Crees temo tus habilidades? No lo hago y tampoco lo hará Odón Ascher. -

La mirada de Taquión se llenó de puro odio y finalmente dijo con un tono lívido: - La regla general del Culto de Caelos… ¡Es matar a cualquier gusano que se atreva a irrespetarnos! -

El Caballero Malvado dio un paso adelante con aterradora agilidad, pero entonces el mundo entero se oscureció. Bryan ya imaginaba cuán rápido era este tal Taquión para moverse, así que había comenzado a conjurar el hechizo de Niebla Negra desde antes, desatándolo justo a sus pies. De modo que cuando el Caballero se cubrió de rayos y avanzó a gran velocidad para matarlo, terminó dándose de bruces con el conjuro, quedando ciego temporalmente.

Cuando recuperó la visión vio que estaba rodeado de un pequeño ejército de Guerreros Zombis y varias Flechas de Hueso que flotaban a su alrededor listas para dispararse a gran velocidad. Pero lo que más le asustó fue que Bryan estaba sosteniendo en una de sus manos abiertas una enorme Bola de Fuego de color carmesí que se veía extremadamente poderosa. Era evidente que su plan era usar a las Criaturas Oscuras para detenerlo el tiempo suficiente y entonces arrojarle ese poder misterioso.

Belinda observaba todo lo que ocurría sin hacer ningún ademán de moverse, como si no le importase lo que pasara. Quizá conocía demasiado bien el carácter de Taquión y sabía que sólo una demostración de poder absoluto podría hacerle cambiar de opinión. Su pasividad también podía deberse a que era muy consciente de que Emily estaba vigilándola atentamente, lista para atacarla ante el menor movimiento suyo.

- Tú tienes tus reglas, Caballero de Caelos. Ahora te diré cuáles son las mías. - Dijo entonces Bryan sonriendo con tranquilidad: - De hecho, sólo tengo una: Lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer. Simple ¿verdad? Por ejemplo, ahora mismo podría usar todo mi poder contra ti y quizá finalmente matarte. No serías el primer Caballero de la Tierra que asesino desde que puse un pie en la Ciudad de Valen.

Pero no puedo arriesgarme a quedar herido de muerte en un enfrentamiento contigo, más aún cuando Odón Ascher quiere mi sangre. Además, tampoco puedo matar a ese maldito yo solo. Así que TENGO que trabajar con ustedes todo lo que pueda para sobrevivir, sin importar cómo me sienta al respecto.

Tú puedes aceptar que no eres capaz de matar sólo a Odón Ascher o puedes no hacerlo. Pero eventualmente tendrás que lidiar con el problema de infiltrarte en la Fortaleza de Kerlan y ni siquiera toda esa arrogancia puede atravesar muros defensivos ¿cierto? -

Bryan sonrió e hizo desaparecer la bola de Fuego Glacial Místico que estaba conjurando. Las Criaturas Oscuras desparecieron poco después. Entonces dijo mientras se cruzaba de brazos: - Así que dime, Ami y señor del trueno… ¿Puedes trabajar con nosotros para matar al Duque o no puedes hacerlo? Depende de ti. -

Taquión envainó su gran espada, pero su actitud seguía revelando una profunda desconfianza: - Eres un necromante, pero también posees un poder misterioso y una fuerza sobrehumana. ¿Cómo es posible? -

- ¿Tú vas a cuestionarme sobre la rareza de mis poderes? - Dijo Bryan ufanándose ante la pregunta del caballero.

- Lograste descifrar el código de Belinda, así que debes trabajar para el Imperio Itálico. ¿No es verdad? - Exclamó Taquión con una sonrisa como si esperase agarrarlo desprevenido.

- Claro que sí, nunca pretendí negarlo. - Respondió Bryan encogiéndose de hombros y sin darle mayor importancia: - Pero si con mi ayuda puedes acercarte un poco más a Odón Ascher para darle el golpe mortal, ¿realmente importa para quién trabajo? -

 - No te necesitamos. - Contrargumentó Taquión testarudamente: - Belinda puede usar a su Gólem Blindado para mantener a los enemigos ocupados mientras yo asesino al Duque. -

- ¡Por los divinos! - Exclamó Emily interviniendo por primera vez: - ¿Has medido bien tus palabras? La Fortaleza de Kerlan está defendida por dos Legiones enteras, cada una tiene a quince mil guerreros experimentados, sin contar a las Tropas Auxiliares que también esperan en sus puestos. En total tendrás que enfrentarte a unos cuarenta mil combatientes. También están los cinco Lictores o Escoltas del Cónsul, que son Caballeros de la Tierra como tú y que protegen al Duque sin importar dónde se encuentre. El propio Odón Ascher es un Gran Caballero famoso por haber luchado con honor y sin honor en más de mil batallas.

¡Ah! Me faltó mencionar al tutor privado del difunto Clark, nada menos que el Gran Maestro de Espadas Marcus y sus propios escoltas, dos Archimagos de Agua y Tierra.

¿Y dices que tú solo puedes llevar a cabo ese magnicidio? Vos deliráis, villano. Necesitarías por lo menos a un Mago Supremo trabajando en conjunto con un Caballero Supremo para tener éxito en un ataque frontal.

Supongo que con tus habilidades mágicas para controlar el trueno superas a la mayoría de Caballeros de la Tierra, pero, a no ser que tengas una docena de Gólems Blindados, ni siquiera conseguirán atravesar la puerta. -

La expresión de Taquión se había vuelto extremadamente desagradable. Varias veces quiso abrir la boca para interrumpir a Emily, pero lo cierto era que no tenía forma de rebatir sus argumentos. El Culto de Caelos era extremadamente poderoso, pero no omnipotente. Y aunque quizá podrían prevalecer contra la fortaleza usando a sus miembros más poderosos, tendrían que pagar un enorme precio por ello y quizá nunca recuperasen su poder perdido.

- Entiendo lo imbatible que eres, gran Taquión. - Intervino Belinda en ese momento: - Pero esta misión me asusta y te suplico que aceptes mi cobarde petición. -

Esta mujer también es brillante manipulando.” Pensó Bryan de inmediato: “Sabe que este tipo es demasiado testarudo como para reconocer que tenemos razón, pero si lo presenta como una petición suya… Tal vez acepte.

- ¡Me rehúso! - Bramo Taquión.

O tal vez no

- Es evidente que estos sujetos simplemente quieren usarnos como una espada prestada contra sus enemigos y luego fingirán no saber nada cuando dejemos de serles útiles. -

Como si tú no estuvieses pensando en hacer exactamente lo mismo.” Pensó Bryan irritado. Lo mismo debieron sentir las mujeres, porque tanto la mirada de Emily como la actitud de Belinda parecían trasmitir exasperación.

Taquión debió darse cuenta de que había dicho algo muy irracional, así que intentó cambiar su argumento rápidamente: - ¡Para empezar! ¡¿Cómo se supone que van ayudarnos? Sus poderes tampoco son suficientes para superar los obstáculos. -

- Podemos ocuparnos de todo. - Dijo Bryan rápidamente: - Pero sólo si estás dispuesto a ponerte temporalmente bajo nuestras órdenes. Entonces garantizo que todo saldrá a pedir de boca. -

- Estas delirando, mocoso. - Respondió Taquión llevando su mano a la empuñadura de su espada con una mirada espantosa: - ¡Jamás me pondría al servicio de alguien como tú! -

- Si no quieres no puedo obligarte. - Dijo Bryan levantando las manos en señal de rendición: - Entiendo que tu orgullo es muy importante. Pero entonces te suplico que, por lo menos, consideres esta segunda proposición. -

Se trataba de una estrategia política que Emily acababa de enseñarle. En realidad, él nunca creyó que Taquión aceptase seguir sus órdenes, pero se lo había pedido a propósito para darle la satisfacción de negarle algo. De ese modo el Malvado Caballero sentiría que había conseguido una victoria moral.

Quizá incluso la confunda con una auténtica victoria.” Le había enseñado.

Bryan entonces miró hacia la Archimaga que naturalmente se había dado cuenta de sus intenciones y sonrió casi imperceptiblemente para demostrarle su admiración, pero inmediatamente se volvió al Caballero Malvado para decirle: - Podemos apoyarlos dándoles mucha información e incluso buscaremos una forma de que se acerquen al Duque sin tener que enfrentarse a todos sus defensores.

Pero a cambio es imperativo que se comprometan a esperar que terminemos nuestros preparativos y no tomen ninguna acción antes de nuestra próxima reunión. Una que nosotros convocaremos. De ser posible escóndanse por completo.

También deben reunir a más combatientes, porque todo lo que podemos hacer es prometer que reduciremos la protección del Duque, ¡no podemos quitársela por completo!

Por último, han adivinado correctamente que somos funcionarios del Imperio Itálico, así que nadie puede saber que los estamos ayudando. Y si alguien se entera negaremos cualquier participación. -

- O sea que tengo razón. - Gruñó Taquión en respuesta: - Simplemente nos abandonarán a la primera oportunidad. -

- Y yo te repito: “Lo que un hombre puede hacer y lo que un hombre no puede hacer”. Si trabajando con nosotros aumentan tus posibilidades de éxito ¿te importa? - Dijo Bryan sonriendo y extendiéndole la mano con un gesto que parecía amable, pero que de algún modo también era amenazador: - ¿Puedes cooperar con nosotros o no puedes hacerlo? -

Taquión guardó silencio mientras contemplaba la mano extendida como si le estuvieran ofreciendo veneno. La tensión era tan fuerte en ese momento que prácticamente se podía palpar. Ambos se quedaron mirándose mutuamente como un par de depredadores avezados que buscaban una debilidad en el otro.

Finalmente, Belinda dio paso adelante y dijo: - Necesitamos esto, poderoso Taquión. -

El Caballero Malvado suspiró y le dio la mano a Bryan. Pero en lugar de saludarlo lo sujetó con fuerza para acercarlo mientras le decía: - Esta bien, puedo trabajar con ustedes. Pero si nos traicionan o se vuelven un obstáculo, voy a acabar con ustedes, divirtiéndome lentamente. ¡Desearán estar muertos! ¡Eso se los juro! -

- Te creo. - Respondió Bryan sin vacilar en lo más mínimo, pues sabía que no se encontraba ante un hombre sino ante un monstruo. Cualquier vacilación o muestra de temor podía terminar provocando que tanto Belinda como Taquión cambiasen ahí mismo de opinión y decidieran atacarlos. Así que le respondió con una mirada llena de agresividad: - Pero si al final resulta que no podemos ser amigos, entonces seremos enemigos… Y te aseguro que haré mi mejor esfuerzo por destruirlos. -

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú donde la cuarentena finalmente está terminando.

Hoy es 07 de marzo y hubo un nuevo escándalo de corrupción, pero como últimamente están pasando casi todos los días, no lo voy a mencionar en detalle. Simplemente les cuento que parece que la Vacuna China que compró el presidente no era tan mediocre como se pensaba, sino peor: En lugar de 70 % de efectividad... Solo tiene 30 % de Efectividad. Daría igual que nos inyectásemos agua.

En fin, en este episodio cambié el encuentro inicial que hay entre Emily y el protagonista para hacerlo una auténtica batalla de voluntades. ¿Qué tal quedó? ¿Les gustarnos las amenazas y dobles sentidos? Me esforcé mucho en esto, así que por favor dejen su opinión en los comentarios.

El código que utiliza Belinda y que luego descifra Emily es una adaptación de uno auténtico que usaban los emperadores romanos según el historiador Cayo Suetonio. Yo lo he puesto para mostrar esta realidad muy importante en las sociedades antiguas, en la que sólo algunas personas de estrato social elevado sabían leer. Espero que les haya gustado ese detalle.

Originalmente el Caballero del Trueno se llamaba Johnny, pero ese nombre es un diminutivo de Joaquín y de nuevo... ¡Un poderoso guerrero no aceptaría que le pusieran un diminutivo! Por eso lo cambié a Taquión, que es una palabra griega que significa "veloz" y parecía apropiada. También es el nombre de una hipotética partícula subatómica que en teoría ignoraría el principio de causalidad.

La frase del título del capítulo era confusa, así que la cambié por otra que luego pongo más adelante. Se trata de un parafraseo de un diálogo de Piratas del Caribe I que me gustó bastante y quise incluir en algún momento.

Por último, quiero dar las gracias a mis Mecenas por toda su ayuda, pero también suplicar. porque... bueno, estoy muy necesitado de dinero. Así que, si alguien más quiere colaborar, aunque sea con 3 dólares al mes por favor ayúdenme en mi página de Patreon. En serio estoy desesperado y les estaré eternamente agradecido.

Si no pueden ayudarme económicamente pero igual quieren colaborar con este humilde traductor, les pido que compartan este proyecto cada vez que puedan con sus amigos, porque de ese modo podrían conseguir más patrocinadores. También no dejen de comentar cada vez que puedan, porque valoro muchísimo sus opiniones y me ayudan a mejorar mi escritura. ¿Cuál fue su parte favorita? ¿Que habrían puesto ustedes? ¿Qué tal el enfrentamiento del prota con el caballero? ¿Se entendió todo?

Nos vemos en el siguiente capítulo.