222 ¡No es lo que crees! (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

La Dama Cecilia era uno de los tres Grandes Maestres y su responsabilidad era dirigir el espionaje en otras naciones que potencialmente podían convertirse en enemigos del Imperio Itálico. Naturalmente este cargo le daba una autoridad absoluta sobre todos los agentes del Manto Oscuro en el exterior, sin excepción de personas.

Bryan había escuchado muchas historias sobre esta legendaria mujer, quién casi nunca entraba en combate directo con nadie y además era la más joven entre los Grandes Maestres. Sin embargo, ya había conseguido grandes hazañas que eran más que suficientes para pasar a la historia. Y seguramente así hubiese sido de no ser porque casi todas sus misiones eran un completo secreto.

Pero a pesar del velo de misterio que la encubría, algunos ecos sobres sus grandes logros terminaron encontrando su camino hacia el Imperio, sobre todo en las “Mil Cavernas” del Monte Ordaz, la sede principal del Manto Oscuro. De vez en cuando uno podía escuchar, si ponía mucha atención, algunas historias sobre la legendaria Dama Cecilia: La mujer que derrotó a una nación entera con el disparo de una sola flecha. La ocasión en que dirigió en persona las operaciones de 50 espías y con ellos consiguió mantener a raya a un ejército completo, únicamente con operaciones encubiertas y sin entrabar un solo combate. El día en que provocó el derrumbe de un castillo que se consideraba inexpugnable, sepultando para siempre a todos los comandantes militares de un imperio rival, mediante un trabajo minucioso en la falsificación materiales que se emplearon en la construcción de ciertos lugares clave y que se diseñaron para colapsar en el momento preciso. La vez en que un mató a un rey envinando varios alimentos con una serie de sustancias, las cuales solamente se convertían en toxinas si la víctima las comía en un orden determinado, permitiendo que el resto de los comensales saliese completamente a salvo y sospechando unos de otros.

Había muchos rumores semejantes sobre la Dama Cecilia, que encendían la imaginación de los miembros de la Orden. Incluso se decía que ella era la mujer más hermosa de todo el Imperio Itálico; pero como siempre estaba actuando en el extranjero, muy pocos eran los que en realidad la habían visto en persona y menos aún con su verdadera apariencia, sin ninguno de los disfraces que naturalmente se ponía para no ser reconocida.

Era muy raro que la Dama Cecilia regresase a la capital a no ser que fuese absolutamente necesario, pero ahora de repente había hecho acto de presencia en este asentamiento fronterizo que era insignificante políticamente.

- Es imposible que semejante personaje haya venido únicamente para ayudarnos. ¿Qué está haciendo realmente aquí? - Preguntó Bryan alzando una ceja. Personalmente no tenía ningún deseo de encontrarse con esa mujer y le daba igual cuan hermosa fuese. Porque si ella tenía la mitad de la inteligencia que se le atribuía, entonces definitivamente serían malas noticias para él, pues seguramente tendría que esforzarse bastante para mantener su fachada sin que lo descubriese.

No necesitaba más personas cerca que pudiesen vislumbrar sus secretos.

- Ella y yo somos amigas desde hace tiempo. - Respondió Emily sonriendo: - Pero llevas razón al suponer que está aquí por otros motivos, los cuales seguramente implican una serie de planes grandes y complicados. Sin embargo, no nos corresponde saber cuál es su propósito. Además, ya movilizó una serie de contactos para mejorar nuestro flujo de información y ha bloqueado completamente toda comunicación que Costel pueda enviar para dejarlo incomunicado del Templo de Idramón durante varios días y quizá unos meses.

Que la conozcas sigue siendo una buena oportunidad para mejorar tu posición dentro de la Orden. ¡Recuerda mostrarle el debido respeto cuando la veas! -

- Si tanto insistes, querida, la veré. - Respondió Bryan desanimado: - Pero algo me dice que eso significan problemas para mí. -

- No muchos más de los que ya tienes ahora mismo, mi amor. - Señaló Emily sonriendo: - Y esos los conseguiste sin ayuda de nadie. -

Después de decir esto, Emily retiró el hechizo insonorizante y los dos regresaron con Trunks, Phoebe y Gilberto, para seguir conversando. Al final decidieron modificar muchos de sus planes originales acerca del abastecimiento de armas para los Cancerberos: Originalmente Phoebe pensaba utilizar una compleja red de traficantes para suministrar las armas, pero ahora tenían una mejor opción.

- Trunks me dará una lista de todas las armas, los repuestos de armadura y también los materiales de construcción que se necesitarán. Yo haré que los enanos fabriquen las piezas por separado, para que después nosotros las ensamblemos en nuestra base. - Explicó Bryan: - Phoebe se concentrará en conseguir los minerales, maderas, cueros, pieles de animal o telas necesarias para la fabricación de las armas y armaduras. También los alimentos y suministros que servirán como pago. Movilizar este tipo de cargas debería despertar menos sospechas. -

- Entendido. - Respondió Phoebe sonriendo y aliviada de no tener que arriesgarse a transportar armamento en secreto. Eso siempre era un negocio peligroso para un comerciante.

- Es muy difícil encontrar un pueblo de enanos que además estén dispuestos a comerciar con regularidad con la raza de los hombres. - Dijo Trunks asombrado, al mismo tiempo que comenzaba a escribir la lista de armas en las Tablillas de Cera, teniendo mucho cuidado de no pasar nada por alto: - ¿Cómo conseguiste dar con ellos? -

- Esa es una larga historia para otro momento. - Respondió Bryan: - Por ahora te diré que conseguí forjar una relación de auténtica amistad con estos enanos. Este arreglo es también una forma que tengo de pagarles la gran bondad que han tenido conmigo durante mucho tiempo y asegurarme de que no les falten ni el alimento ni el sustento. -

- Prosperar es bueno. Prosperar juntos es mejor. -

- Exactamente. -

Finalmente dejaron de planificar cuando el hambre los hizo detenerse. Entonces se dieron cuenta de que el atardecer había llegado hacía bastante tiempo y la noche parecía estar por caer. De modo que hicieron una pausa para comer con más tranquilidad, pues para entonces solo faltaba que Trunks terminase de formular la lista con la ayuda de Bryan.

- Bryan, búscame cuando termines. - dijo Phoebe levantándose de pronto cuando terminó su cena: - Tenemos que hablar en privado. Pero antes dime. ¿Hay una bañera por aquí? -

- Si. - Respondió Bryan: - Parece que el propietario original quería convertir esta taberna en una posada, así que el segundo piso tiene unas cuantas habitaciones a medio construir.

La primera recámara tras subir las escaleras es la única completa. No está amueblada, pero el baño funciona, tiene una tina de madera, no hay viento y también posee una estufa que ya está encendida. Hay una palangana y una jarra de metal en la cocina, con las que puedes llevarte agua y calentarla. -

- Muy bien, entonces iré a limpiarme. - Dijo Phoebe: - Ven a mi habitación cuando termine y seguiremos conversando. -

Aunque la frase había sido dicha con mucha corrección, a nadie se le pasó la pequeña entonación romántica que llevaba la voz de la hermosa espadachina. Ninguno dijo nada hasta que se fue, pero en el instante en que Phoebe atravesó la puerta, Gilberto y Trunks comenzaron a mirar a Bryan con una sonrisa socarrona. En cambio, Emily parecía haberse tragado un vaso con vinagre. No dijo nada, pero se levantó e inmediatamente desapareció en su habitación después de cerrar con un portazo.

Bryan suspiró e inmediatamente invocó a un par de Guerreros Esqueleto para que subiesen una gran olla con agua fresca a la habitación del segundo piso, de modo que Phoebe no tuviese que hacerlo ella misma. Sus consideraciones arrancaron más sonrisas del Cazador de Monstruos y el Dragón Negro.

- ¡Dejen de mirarme con esas caras estúpidas! - Exclamó Bryan irritado: - ¡Hay que terminar esa lista hoy mismo! -

- No te preocupes, la tendrás cuanto antes, pero todavía tengo que pensarlo mejor. - Dijo Trunks disimulando la sonrisa: - Déjame trabajar en ello esta noche. -

- Muy bien. - Respondió Bryan: - Avísame si necesitas ayuda con las cantidades. -

- Maestro malvado. No te entiendo - interrumpió de repente Gilberto: - La Señorita Phoebe está remojando su cuerpo desnudo en este momento. ¡No me digas que no estas encendido! Si fuese yo… Ya estaría comiéndome ese delicioso par de atributos. ¡Deja de hablar de trabajo y más bien aprovecha el momento! -

- Dragón, el día en que necesite tus consejos acerca de cómo actuar con las mujeres hará bastante frío porque el infierno se habrá congelado y no podrás ver el cielo porque todos los cerdos del mundo estarán volando. - Respondió Bryan enojado: - Pero te advierto que no vuelvas a hablar de ninguna de ellas con ese tono vulgar o te arrancaré una buena capa de piel para que recuerdes tu lugar. -

- ¿Ahora tampoco puedo hablar de eso? - Preguntó Gilberto con un tono de indignación que se fue volviendo lastimero por momentos: - ¡Por favor, Maestro Maligno! ¡Aquí soy como un hombre que muere de sed observando a otro que se está ahogando! -

- ¡Ya cierra la boca! - Respondió Bryan mientras agarraba un pequeño saco de cuero lleno con monedas de su Anillo Espacial y se lo arrojaba a Gilberto con tan buena puntería que le atinó en los testículos: - ¡Lárgate al burdel si tienes que hacerlo! ¡Pero no quiero seguir escuchando tus malditas quejas! -

Gilberto lanzó un aullido por el golpe, pero como era un Dragón el daño no fue tan severo como si lo sería en un humano. De hecho, aunque se encogió por el dolor, se las arregló para atrapar el sacó que le habían arrojado antes de que cayese al suelo.

Por un momento el Dragón mostró una sonrisa depravada y desagradable, pero luego su expresión se volvió sombría y exclamó con un llanto: - ¡No dejan de mirarme raro cuando voy a esos sitios por tu culpa! ¡Todas esas mujeres me miran como si fuese indigno compartir su cama conmigo! -

- ¿De qué hablas? -

- Es por la sangre. - Explicó Trunks luchando por contener una carcajada al ver la patética expresión de Gilberto: - Le pediste que llenase esas botellas para la Matriz. ¿Era Sangre de Doncellas? En cualquier caso, ahora todos creen que es un enfermo peligroso. -

- ¿Es en serio? - Preguntó Bryan mirando al Dragón.

- ¡Así es! ¡Ahora todas dicen que soy algún tipo de vampiro lujurioso! ¡Maestro, debes venir conmigo! ¡Tienes que aclarar las cosas para defender mi honor! -

- Por todos los dioses… ¡Eres un dragón negro! ¡La peor clase de pervertido! ¿Qué se supone que debo defender? - Exclamó Bryan poniendo los ojos en blanco: - Además, ¿por qué debería hablar de honor con esas mujeres? ¡Son Putas! ¡Meretrices! ¡Rameras! ¡Fulanas! ¡Furcias! ¿De verdad no sabes cómo tienes que tratar con ellas? -

E inmediatamente Bryan sacó un segundo saco con monedas que arrojó a Gilberto, esta vez dándole de lleno en la cara. El Dragón continuaba un poco agachado por el impacto primer golpe y no pudo esquivar a tiempo. Inevitablemente perdió el equilibrio y se vino al suelo.

- ¡Solo arrójales más dinero y le abrirán las piernas a cualquiera! - Explicó Bryan sonriendo al ver como el Dragon se debatía en el suelo, confundido entre levantarse o recoger el oro, pero su sonrisa murió cuando pronunció la siguiente parte: - Te daré el dinero que necesites. Pero nunca más volverás a hablar de ese modo acerca de Phoebe, Emily o cualquier otra dama que esté bajo mi protección. ¡A estas mujeres vas a respetarlas! -

Después de lanzarle una mirada fría para que el Dragón comprendiese que no estaba bromeando, Bryan se levantó y se dirigió con paso resuelto hacia la habitación de Emily.

- No entiendo. La cosita rica… Perdón, la Señorita Phoebe fue quien dijo que fuera a visitarla. ¿Por qué mi Maestro Malvado se dirige a la habitación de la deliciosa… digo, de la Dama Emily? - Pregunto Gilberto mirando a Trunks.

- Dragón, te daré un consejo. - Dijo el Cazador de Monstruos sonriendo mientras se llevaba un vaso de vino a los labios: - Cuando se trate de las mujeres de tu amo, lo mejor es que te vuelvas sordo, ciego y mudo. Créeme, es lo más sabio que puedes hacer. ¡Cuánto menos tengas que ver con ese aspecto de su vida, es mejor! -

- ¿Por qué? -

- Porque sólo puede ser malo para ti. - Respondió Trunks y soltó una carcajada: - Una de ellas se convertirá en su esposa, las demás en amantes. Todas ellas tendrán bastante influencia sobre él en el futuro, eso es inevitable. Y si se enteran de que has estado hablando sobre su vida íntima a sus espaldas… ¡No te imaginas el sufrimiento que te espera! -

- ¿Qué es una esposa? - Preguntó Gilberto confundido.

- Es la mujer con la que un hombre comparte su vida por completo ante el mundo entero, la ley y los dioses. - Explicó Trunks: - Casi siempre de forma exclusiva si realmente la ama. Pero incluso cuando cometen una indiscreción con otra o mantienen a un grupo de amantes, la esposa siempre será la mujer legítima y tendrá un inmenso poder sobre el resto, porque ella es la piedra angular del hogar. ¡Nunca debes provocarla! -

- ¿Los hombres buscan forjar relaciones exclusivas con las mujeres? - Exclamó Gilberto mientras miraba a Trunks confundido, como si le estuviesen hablando en otro idioma: - ¿Por qué harían algo así? ¡No tiene ningún sentido! Entiendo que uno no quiera que sus hembras estén con otros hombres, aunque a mí no me importa demasiado mientras pueda desahogar mi lujuria. ¡Pero los machos no tenemos por qué limitarnos cuando tenemos la fuerza para tener a varias! ¡Sólo los poderosos tienen derecho a dejar mayor descendencia! ¡Y si a ellas no les gusta, ese no es nuestro problema! -

- Las relaciones de los humanos no se basan solo en el sexo o la fuerza. - DijoTrunks mientras se servía más vino: - Puede haber complejos sentimientos involucrados, a veces incluso el amor. Y por encima de todo hay asuntos políticos, sociales y legales que tener en cuenta.

 Tal vez sea difícil de entender para un Dragón Negro, pero así es para nosotros. Basta con que lo recuerdes. ¡Nunca hables mal sobre las mujeres de tu Maestro! - 

- Los humanos son raros. - Repitió Gilberto negando con la cabeza: - Rezaré a los dioses para que le den fortuna a mi Maestro con sus hembras, pero mantengo que sus caminos son innecesariamente complicados.

Yo en cambio tengo gustos más simples: Me gusta matar a mis enemigos, quitarles su oro y disfrutar de sus mujeres hasta hartarme. Eso es todo. ¿Por qué tendría que atarme a alguien? No lo comprendo. ¿Dónde está el sabor en esa cosa llamada “esposa”? ¿Dónde está la alegría? -

- Dime algo Dragón. - Preguntó Trunks sin mirarlo, pero algo en su voz pareció quebrarse un poco, como si estuviese pensando en cosas tristes: - ¿Cuándo fue la última vez que poseíste a una mujer que no estuviese llorando o que quisiera que le pagaras? -

Gilberto abrió la boca para responder, pero descubrió que realmente no había tenido otro tipo de experiencia. Eso lo hizo experimentar un curioso sentimiento de vacío que nunca antes había tenido. Pasaron minutos, luego horas, pero el Dragón seguía parado, a veces con los ojos cerrados, sin saber que decir o el motivo por el cual sentía que algo estaba mal.

- Si quieres disfrutar los burdeles más limpios, será mejor que te vayas antes de que la luna llegue a su cenit, Dragón. - Dijo Trunks de pronto mientras se levantaba para irse: - De otro modo acabarás con las sobras o con las putas demacradas que nadie quiere. -

- ¡Es cierto! - Exclamó Gilberto al darse cuenta de que ya estaba oscuro y desterró los pensamientos que lo habían perturbado a algún rincón de su mente, para luego olvidarlos.

*****

Antes de entrar en la habitación, Bryan dejó a uno de sus Espectros Oscuros vigilando y luego abrió la puerta. Su mente estaba llena de ideas o estratagemas para apaciguar el ánimo de Emily, pero en cuanto miró a la hermosa Archimaga sentada en el borde de su cama, todo eso desapareció por completo.

Entonces cayó en cuenta de lo estresado que había estado y también de lo mucho que había estado conteniendo su lujuria últimamente. En ese mismo momento Phoebe estaba metida en una bañera con agua caliente y parecía que se había quedado dormida. En cualquier caso, pasarían horas antes de que terminase.

- ¡Que rayos haces aquí! ¡¿Por qué no estás con tu queridísima Phoebe?! - Vociferó Emily enfadada mientras colocaba un hechizo para ningún sonido se escuchase afuera del cuarto. Tenía toda la intención de buscar una pelea con Bryan, pero no se dio cuenta de que su furia la hacía ver más hermosa que otra cosa.

- Phoebe puede esperar. - Respondió Bryan sonriendo malignamente mientras se despojaba de sus prendas superiores con un solo movimiento: - ¡Pero yo no! -

Entonces se lanzó sobre la sorprendida Emily como un león en pos de una presa. Antes de que la Archimaga entendiese lo que ocurría él ya la había levantado y echado de golpe sobre la cama, mientras sus manos se habrían paso con habilidad entre los pliegues de su ropa, apartándolas de su camino para llegar a ese magnífico físico de mujer que tan bien conocía y sabía bien cómo complacer.

Cuando Bryan comenzó a penetrarla vigorosamente, Emily dejó de luchar y le permitió invadirla mientras gritaba de alegría, aferrándose con todas sus fuerzas al cuerpo masculino de su amante. La Archimaga se dejó llevar por la marea hipnótica en la que estaba inmersa, hasta que finalmente se produjo esa explosión en su más recóndito interior en el momento en que su amado derramó su simiente dentro suyo. Entonces todo su cuerpo se aplacó y se volvió sedoso.

Pero cuando Emily pensó que podría tomarse un instante para recuperar el aliento, sintió claramente como los labios de Bryan besaban su vientre, primero como caricias suaves, pero que luego se convirtieron en un auténtico frenesí de placer cuando llegaron hasta el húmedo centro de su sexo.

Emily respondió moviendo sus caderas con locura de un lado al otro, para indicarle cuanto lo disfrutaba, mientras sus manos se aferraban con fuerza a los cabellos de Bryan y sus piernas se cerraban entorno a su cuello. Después de experimentar múltiples convulsiones, el mundo de Emily pareció dar vuelta y descubrió que esta vez estaba mirando el colchón mientras que su amado se posicionaba detrás suyo, sometiéndola por completo.

Cuando su Bryan volvió a penetrarla Emily inmediatamente respondió a sus empujes con una pasión inconcebible, pero no pasó mucho tiempo antes de que un estallido luminoso en su mente la sumiese en un estado de éxtasis dichoso, maravilloso y constante, en el que perdió por completo toda conciencia del tiempo. En ese momento su espalda se arqueó a su máximo para permitir que su amante aferrase sus pechos con firmeza, mientras que sus caderas se movían por puro instinto.

Solamente se despertó por un instante cuando escuchó el rugido de triunfo de Bryan, pero el placer que sintió en lo profundo de su bajo vientre fue tan intenso que la hizo perder el sentido y se desmayó con una sonrisa satisfecha.

*****

- Te odio. - Susurró Emily intentando sonar enojada sin conseguirlo. Más bien parecía una niña mimada en ese momento. Su cuerpo completamente desnudo e indefenso estaba acostado contra el de Bryan como si fuese una gatita adorable. Toda la ira que sentía en su corazón había desaparecido y ahora estaba acariciando el pecho de su amado con uno de sus dedos, sin atreverse a mirarlo directamente para que no viese lo sonrojada que estaba.

- Si, lo dejaste claro hace un momento. - Respondió Bryan con picardía mientras obligaba a Emily a mirarlo a los ojos, para luego comenzar a besar sus labios de forma amorosa, mientras que con su mano libre aferraba las posaderas de esta hermosa mujer con un toque suave pero firme, atrayéndola aún más hacia él. Y ella lo permitió, porque Bryan era el único que tenía derecho a tocarla en ese lugar tan deseado por los hombres, aunque prohibido para todos.

- Sé que no debería estar tan enojada a estas alturas, pero a veces no puedo evitarlo. -

- No digas eso. Deberías estar enojada, yo me merezco todo tu desprecio. -

- Eso no es cierto. - murmuró Emily apesadumbrada, pues estaba tan enamorada que no podía soportar escuchar a nadie hablar mal de Bryan, ni siquiera a él mismo: - Yo soy el motivo por el que tenemos que ocultar nuestra relación. Si pudiera casarme contigo abiertamente… -

- Emily, estás buscando excusas para mi comportamiento porque me amas. - La interrumpió Bryan mirándola con tristeza: - No debes hacerlo. Soy un hombre malvado, siempre lo he sido y lo seré aún más en el futuro. Tú eres una mujer demasiado buena que lamentablemente terminó a mi lado por algún capricho del destino.

No puedo cambiar mi naturaleza, solo puedo jurarte que nunca te abandonaré sin importar lo que ocurra en el futuro. Que siempre te tendré junto a mí, a pesar de saber que no soy digno de ti. Así de arrogante soy. -

Bryan volvió a besarla con ternura antes de continuar hablando, aunque esta vez lo hizo con una sonrisa divertida: - Si el día de mañana te enamoras de otro hombre… quisiera decirte que te dejaré ser feliz. Pero lo más seguro es que lo asesine de un modo espantoso. Porque soy un auténtico malvado que sólo hace cosas buenas accidentalmente. -

Emily soltó una carcajada y esta vez fue ella la que se esforzó para abrazarlo a pesar de que estaba agotada y le costaba moverse. Pero aun así lo besó amorosamente antes de responderle con picardía: - Eres un villano. Pero no eres un mal partido para mí, incluso si no me mereces. Lo cierto es que, si no te hubiese conocido, quizá habría terminado como una viuda perpetua hasta envejecer en soledad o casada a la fuerza con algún hipócrita que nunca me diría lo que realmente piensa o quiere hasta que el matrimonio estuviese consumado y ya fuese demasiado tarde para arrepentirse. A ti por lo menos puedo creerte cuando dices que me amas porque, aunque eres un mentiroso, jamás lo serías cuando se trata de lo que quieres obtener. -

- Y yo no me sentiré mal incluso si me sacas en cara que no soy digno de tenerte. Porque, seamos sinceros, ¡¿qué hombre podría merecerte?! - Dijo Bryan con tono filosófico, pero también medio burlón: - Al final todos los hombres no somos más que niños eternos, que hacemos lo que queremos en el mundo y nos enorgullecemos de ello. Las mujeres tienen la mala suerte de enamorarse de nosotros. Pero al final no es tan malo, porque si no hubiese hombres, la vida de todas ustedes serían demasiado aburrida. ¡No lo niegues! -

Ambos comenzaron a reírse de buena gana. Luego volvieron a entregarse a una nueva ronda de caricias dulces y besos sensuales, que casi vuelve a convertirse en otra ronda de pasión… Pero el destino tenía otros planes.

Definitivamente Bryan era la mascota favorita de la diosa Fortuna. Pero cuando un hombre tiene demasiada suerte, a veces el funesto destino al que está condenado todo el género humano desde los orígenes del tiempo decide hacer un terrible contragolpe. Entonces la persona en cuestión recibe un castigo mucho más severo de lo que podría imaginar.

- ¿Bryan? ¿Dónde estás? -

La hermosa voz le llegó por encima del hechizo que bloqueaba el sonido, a través de su Espectro Oscuro. Bryan había enviado a dos a levitar alrededor del perímetro de la propiedad, en busca de cualquier anomalía. Un tercero montaba guardia en frente de la puerta de Emily… pero no había dejado a ningún vigilante en su propia habitación.

El tiempo había pasado y Bryan se había olvidado completamente de Phoebe. La hermosa espadachina había despertado de su sueño, terminó su baño y se puso un hermoso vestido de noche. Después esperó y esperó a que su novio viniese a buscarla para salir a dar un romántico paseo a la luz de la luna. Pero Bryan no aparecía y finalmente Phoebe terminó perdiendo la paciencia.

Entonces decidió ir a buscarlo. Obviamente ella no sospechaba que él estaba acurrucado en la cama de Emily en ese mismo momento, así que fue directamente a su habitación y por eso el Espectro Oscuro no la vio venir a tiempo.

- ¿Bryan? ¿Estás en tu cuarto? ¿Puedo pasar?

- ¡Mierda! - Exclamó Bryan mientras se levantaba a toda prisa como si la cama le quemase. En ese momento tan delicado no podía permitirse pelear con Phoebe e incluso la reputación de la propia Emily podía acabar muy dañada si no tenía cuidado.

De modo que Bryan hizo lo único que podía hacer: Salió a toda prisa por la ventana de la habitación de Emily y comenzó a correr a toda prisa para dar un rodeo al edificio y entrar rápidamente en su propio cuarto, usando también su propia ventana. Estaba completamente desnudo, pero su cuerpo reformado era capaz de soportar las bajas temperaturas sin muchos problemas.

A mitad de camino Bryan activó su Anillo Espacial para sacar un nuevo juego de vestimenta, porque había abandonado sus ropas en la habitación de Emily. La tela seguramente había absorbido algunos aromas de su pasión desenfrenada, así que decidió no correr riesgos. Pero luego de sus últimas aventuras, muchas de sus prendas fueron destruidas y Bryan descubrió que ya no tenía ningún juego completo dentro de su Anillo.

No le quedó más opción que abrir la ventana de su propio cuarto e ingresar. Luego se dirigió hacia la bolsa donde guardaba más ropas, pero en el proceso de abrir el morral y luego sacar las vestimentas perdió mucho tiempo. Así que comenzó a vestirse a toda prisa según la prenda que encontraba…

- Estas aquí. ¿Por qué te demoraste tanto? Espero que no hayas olvidado… - Comenzó a decir Phoebe, pero se quedó en silencio.

La espadachina abrió la puerta justo cuando Bryan se había puesto una camisa, chalina, medias y unos pantalones. El problema fue que no llegó a acomodarse las vestimentas y por eso seguía con el culo al aire. Además, sus partes nobles estaban completamente expuestas, porque estaba en el proceso de ajustarse la prenda.

Cuando Bryan escuchó que la puerta se habría, instintivamente se cubrió. Además, debido a la prisa, comenzó a sudar en ese preciso momento y otros fluidos residuales también encontraron un modo de salir. Porque un hombre no podía apagar de golpe la maquinaria luego excitarse.

- Bryan… ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás medio desvestido y con las manos ahí? ¿Y por qué huele tan raro? - Preguntó Phoebe aún con la mano en la perilla, pero su mirada era extraña, casi como si estuviese luchando por consigo misma.

- ¡Ah! No. ¡Lamento haberme tardado! - Balbuceó Bryan de forma incoherente porque se sentía nervioso debido a su conciencia culpable, pero entonces se le ocurrió lo que en ese momento creyó que sería una buena excusa: - Me emocioné demasiado cuando me dijiste que fuese a tu habitación y por eso estaba a punto de tomar un baño relajante. -

- Te emocionaste demasiado. - Repitió Phoebe con voz temblorosa y entonces retrocedió un paso antes de continuar: - Y estabas por ir a la bañera... con la ropa puesta. -

Las mejillas de Phoebe estaban rojas, su respiración de pronto se volvió irregular. Bryan no comprendía lo que sucedía, pero entonces un recuerdo reprimido de su adolescencia brilló en su memoria. Fue cuando alguien lo sorprendió por primera vez luego de una de esas “largas jornadas” en los servicios higiénicos de su casa. Sólo entonces cayó en cuenta de que, con su apariencia actual y para un extraño que acabase de entrar, era como si Bryan acabase de estar sentado en su cama… jugando consigo mismo.

¡Oh no!” Pensó Bryan y rápidamente avanzó un paso mientras extendía una mano, mientras con la otra sujetaba sus pantalones para evitar que se cayera.

Pero Phoebe retrocedió un paso.

Bryan avanzó nuevamente.

Phoebe volvió a retroceder y esta vez era evidente que estaba temblando de vergüenza.

- ¡Espera! - Exclamó Bryan desesperado: - ¡No es lo que crees! -

Pero antes de que pudiese decir algo más, Phoebe había cerrado la puerta de un portazo y luego escapó rápidamente a su propia habitación.

¡Mátenme ahora mismo, por favor!” Pensó Bryan mientras sus mejillas se ruborizaban y su cuerpo entero temblaba. Había experimentado muchas cosas dolorosas, pero la humillación que sentía en ese momento era la peor que jamás experimentó en ninguna de sus dos vidas. Casi salió corriendo detrás de Phoebe, pero entonces Gilberto o Trunks podrían verlo y sólo conseguiría hacer un ridículo mayor.

De modo que primero se dio un buen baño, se puso bien la ropa y luego caminó lentamente hacia la habitación de Phoebe, que por supuesto estaba cerrada con llave. A través de su Espectro Oscuro, Bryan vio que la espadachina incluso había colocado un mueble al frente de la puerta para bloquearla.

En ese momento Phoebe estaba sentada en su cama, con sus mejillas y cuello todavía rojos por la vergüenza, sin atreverse a apartar la vista de la pared.

- ¿Phoebe? - Preguntó Bryan tocando la puerta y a través de su criatura vio como la joven se estremecía con repugnancia: - ¿Puedo pasar? Por favor déjame explicarte. No es lo que crees. -

- No tienes nada que explicarme. Entiendo que ha sido duro para ti. Tienes una novia, pero aún no somos marido y mujer. Supongo que por eso no pudiese aguantar y terminaste recurriendo a algo tan asque… a eso.  - Respondió Phoebe, aunque no hizo ademán alguno de levantarse y más bien se acurrucó todavía más en la cama: - Perdóname, pero todavía no estoy lista. Dame un poco de tiempo. ¡Y por favor ya no hagas esas cosas! ¡Alguien me dijo una vez que, si abusas, entonces te dejará de funcionar! -

Bryan sintió como si lo hubiesen pateado en los testículos y decidió que la batalla estaba perdida. Así que regresó a su habitación, mientras trataba con todas sus fuerzas de entrar en un estado de negación.

*****

El día siguiente. Por la mañana.

En una mesa estaban sentados Bryan, Phoebe y Emily. Se suponía que desayunaban, pero bien podría haberse tratado de un velatorio, porque todos guardaban silencio y ninguno se atrevía a mirar a los ojos del otro.

Bryan estuvo rompiéndose la cabeza durante toda la noche tratando de encontrar una solución, pero al final no encontró ninguna excusa que pudiese decir para explicar su comportamiento sin empeorar su situación.

En ese momento llegaron Trunks y Gilberto. El Cazador de Monstruos notó de inmediato de que algo delicado había sucedido. Pero el Dragón estaba trasnochado por haber estado ocupado en los burdeles, así que puso una sonrisa vulgar y exclamó de forma muy ruidosa: - ¡Buen día, malvado Maestro! ¿Disfrutaste bastante anoche? -

Emily y Phoebe se sobresaltaron al mismo tiempo, la primera por la vergüenza de lo que había hecho, la segunda debido al asco que sentía por su novio.

Naturalmente Bryan se levantó mirando furiosamente a Gilberto y masculló: - ¡Cierra la maldita boca! -

- Bryan, ya terminé la lista que necesitábamos. - Intervino Trunks de inmediato para cambiar de tema y le mostró tres Tablillas de Cera donde había escrito el inventario necesario. Ya se había dado cuenta de que su amigo era como un desastre a punto de producirse: - Si los enanos forjan todo del modo en que acordamos, la fuerza de nuestros mercenarios crecerá considerablemente y también sus ansias de luchar. -

- Eh, tengo asuntos importantes que resolver. Así que me retiro por ahora. - Dijo Emily de repente. Todavía se sentía incómoda por los eventos de la noche anterior, así que aprovechó la llegada de Trunks para escapar.

- ¡Permítame acompañarla, Dama Emily!  - Exclamó Phoebe de inmediato.

- ¡Phoebe, espera! - Exclamó Bryan con un gesto apesadumbrado.

El rostro de la hermosa espadachina se puso más colorado que un tomate. Y aunque detuvo sus pasos, no se atrevió a mirarlo. En cambio, sus ojos estaban fijos en el suelo y se quedó en silencio hasta que finalmente se atrevió a susurrar: - ¿Qué quieres? -

-…- Bryan abrió la boca que decir algo, pero ningún sonido salió de su garganta. Finalmente, suspiró y dijo sin mirarla: - Necesito que me compres estas cosas. -

Entonces dio un paso hacia ella mientras le extendía una nota.

Phoebe retrocedió un paso.

Bryan avanzó nuevamente.

Phoebe volvió a retroceder.

¡Por el trueno! ¡Esto es ridículo!” Quería gritar Bryan.

Pero la mala suerte no podía durar todo el tiempo y finalmente apareció una esperanza en el horizonte.

O, mejor dicho, un chivo expiatorio.

- La fría Señorita Phoebe ahora está actuando tímidamente y el Amo está silencioso. - Dijo Gilberto sin darse cuenta de que estaba pensando en voz alta: - Bueno, supongo que es de esperarse porque el sexo siempre cansa la primera vez y ella todavía no se quita del todo ese olor a doncella.  -

Al principio Phoebe miró confundida a Gilberto por un momento porque no entendió lo que dijo a la primera, pero en cuanto cayo en cuenta del significado de sus palabras, sus ojos destellaron y al grito de: - ¡¿Qué dijiste, Dragón pervertido?! - La espadachina saltó enfurecida mientras activaba su Aura de Batalla.

Unos minutos después el Dragón yacía en el suelo inconsciente, con el rostro completamente amoratado y bastante inflamado.

Lo bueno fue que usar a Gilberto como saco de entrenamiento alivió en gran medida el ánimo de la espadachina. Porque después de terminar de castigar al Dragón, no tuvo más problemas en caminar hacia Bryan para tomar de sus manos la lista de materiales.

Poco después, Phoebe se marchó. Aunque esta vez ya no parecía que estuviese huyendo.

*****

- ¿Y? ¿Me puedes decir que pasó? - Preguntó Trunks en cuanto Phoebe se hubo marchado.

- Si en algo me aprecias, te suplico que no preguntes. - Dijo Bryan suspirando, luego miró a Gilberto que seguía inconsciente y con los cachetes inflamados: - ¿Crees que estará bien? -

- Si, los Dragones son muy resistentes. - Respondió Trunks: - Si algo no los mata, simplemente se vuelven más fuertes. Déjalo descansar un rato en el suelo. Ya le había advertido que tuviese cuidado de no provocar a ninguna de las damas, pero no me hizo caso. Tal vez este dolor le enseñe. -

- Por lo que conozco de Gilberto, no, no aprenderá la lección. - Dijo Bryan poniendo los ojos en blanco.

Trunks y Bryan continuaron haciendo planes durante la mayor parte de la mañana. Finalmente, Gilberto se levantó y su rostro volvió a la normalidad en poco tiempo, dejando en claro lo increíbles que eran las capacidades regenerativas de su especie.

En ese momento los Espectros Oscuros detectaron a un pequeño grupo de personas que se acercaba. Se trataba de los aventureros que Bryan había conocido en el Bosque Oscuro cuando buscaba el Fruto de Dragmar y mataron a una Gorgona.

- Odiseo está aquí. - Comentó Bryan: - Creí que se reunirían con nosotros en la base de los Cancerberos. -

-Si, pero me pareció que aún estaríamos aquí un rato y por eso les dejé un mensaje en el asentamiento para que viniesen. - Explicó Trunks.

Sus viejos amigos estaban caminando lentamente hacia la Taberna y seguramente habían escuchado los rumores de que estaba maldita, porque avanzaban en formación defensiva, mirando a todas partes y con expresiones preocupadas, como si estuviesen entrando en la guarida de un monstruo.

Alegoría de Bryan y Emily

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, hoy es 22 de diciembre de 2021 en esta hermosa tierra que sigue siendo maravillosa a pesar de las ultimas vicisitudes.

En mi nación habrá miles de etnias diferentes con culturas, costumbres y tradiciones únicas. ¡Sólo en un departamento hay más de 400 bailes típicos! Pero existe una división que se puede hacer aquí (y en casi todo el mundo, por cierto) sobre cierto tipo de personas, que divide en 2 a nuestra tierra: El primer tipo de persona es el emprendedor peruano, que lucha, saca adelante a su familia a pesar de cualquier cosa, no deja de trabajar nunca y es extremadamente pragmático. La segunda clase es un grupo de personas que (ya sea porque tengan una enfermedad metal, por estupidez o simplemente mala voluntad) creen por alguna razón desconocida que, si alguien tiene éxito, entonces se les debe algo a ellos y tienen derecho a quitarle al emprendedor los frutos de su esfuerzo.

En pocas palabras, los socialistas: País donde llegan al poder, país donde arruinan la economía, cultura y forma de vida de sus habitantes, en mayor o menor medida.

Bueno este capítulo…

Sobre la Dama Cecilia no se dice nunca demasiado, así que aproveché para inventarle un pasado, pero en forma de leyenda de modo que, si luego resulta que tiene una historia, podamos pretender que todo lo anterior eran solo rumores. Toda la información sobre sus hazañas son un parafraseo del discurso de un Salariano en el juego Mass Effect 1, junto con algunos clichés de novelas de asesinos, como la saga del Ángel de la Noche.

Las conversaciones de todos los integrantes han sido modificadas para ser más chistosas y serias. En especial puse énfasis en el diálogo de Gilberto y Trunks para reflejar un poco cómo era el mundo de la Edad Antigua, cuando los hombres estaban muy lejos de ser románticos. Gilberto en ese momento es el hombre promedio de la era precristiana que encontrarías en Grecia, Roma o Egipto, que ya es bastante bueno por considerar a las mujeres como algo más que animales.

La escena pasional de Bryan y Emily fueron como siempre retocadas (espero no haberme pasado con la imagen, por favor dejen su opinión en los comentarios) para ser más eróticas de lo que en realidad fueron. También extendí su duración.

Finalmente, el centro del capítulo era el vergonzoso malentendido de Phoebe… Eso está en el original. Pero la verdad es que no me gustaba el planteamiento y estuve a punto de cambiarlo varias veces. Sin embargo, no se me ocurrió nada que fuese mejor y que además calzase correctamente en el contexto.

Como no podía cambiarlo, decidí difuminarlo: Quité algunas cosas innecesariamente explícitas, puse más énfasis en la carrera bajo la nieve de Bryan e intenté agregar comedia de estilo japonés para quitarle la seriedad al máximo.

Espero que les haya gustado, por favor dejen su opinión en lo comentarios. Y si quieren apoyarme esta navidad, les pido que usen el enlace de mi cuenta Patreon. También podrían compartir esto con todos los que puedan para atraer a más lectores.

Nos vemos en el siguiente capítulo y les deseo a todos una muy Feliz Navidad.