166 El Gólem Blindado

Las raíces de Caspian se abalanzaron sobre el grupo de espadachines, quienes apenas consiguieron saltar a tiempo para esquivar su terrible golpe, el cual incluso pulverizó parte de las rocas. Pero el ataque del Druida no se había terminado, porque del cuerpo de las raíces comenzaron a brotar espinas tan afiladas que incluso partían el suelo cuando serpenteaban por la superficie. Lo más terrible era que al moverse esas raíces provocaban temblores que hacían muy difícil mantener el equilibrio. Y Caspian se aprovechó de esto magistralmente, controlando el crecimiento de las gruesas raíces de modo que los espadachines quedaron rodeados. Finalmente, el Druida cerró la mano con fuerza para ordenarles a sus plantas que estrujasen a sus enemigos hasta la muerte.

Pero cuando parecía que Caspian había vencido, una serie de destellos iluminaron la oscuridad de la noche e inmediatamente después se escuchó un sonido agudo bastante único. Las decenas de raíces, tan gruesas como troncos, fueron cortadas limpiamente en varios pedazos. Luego los tres espadachines emergieron rápidos como centellas esquivando todos los obstáculos hasta llegar junto al Druida y descargaron cortes terribles con sus Bracamartes. Las hojas de sus armas resplandecían intensamente, dejando escapar chispazos con cada movimiento.

Caspian soltó un rugido y un árbol literalmente brotó a gran velocidad desde sus pies, elevándolo a varios metros en el aire para después doblar sus ramas en una dirección distinta, alejándolo de sus enemigos. Pero estos no se detuvieron, sino que comenzaron a correr por el árbol que crecía, persiguiendo al Druida como una manada de panteras, serpenteando entre las ramas o cortándolas como mantequilla según fuese necesario. Caspian estaba sorprendido, pero no asustado, porque hizo un gesto con ambas manos y miles de flores brotaron de las ramas del árbol ocultándolo de la vista por unos segundos, dándole el tiempo que necesitaba para saltar varios metros con seguridad.

- Espadachines Mágicos. - Dijo Caspian cuando aterrizó: - Toda una rareza. He vivido dos mil años, pero es la primera vez que veo a tres fuera de un campo de batalla y que además tengan armas especializadas.  -

Bryan miraba todo el combate con extremo interés. Nunca pensó que el Druida Caspian pelease de un modo tan impresionante y vertiginoso, tan en contraste con su natural carácter pacífico. Pero el modo en que los tres espadachines habían contraatacado también superaba sus expectativas. Los extraños sables que blandían eran extraordinarios, pues cortaban todo lo que se interponía en su camino a gran velocidad y tan limpiamente como si se tratase de papel. Sin embargo, las palabras de Caspian le revelaron el misterio detrás del poder de estos tres hermanos.

La primera vez que conoció a Candice, esta intentó probar su fuerza atacándolo y en esa ocasión él terminó mellando el filo de su espada de fuego. La espadachina se enojó bastante por esto a pesar de que ella había iniciado el enfrentamiento y en ese momento Bryan asumió que la guerrera era una joven inmadura, caprichosa e irracional. Más tarde, cuando lucharon juntos contra la organización de Sombra Fantasmal, confirmó que se trataba de una comandante muy inteligente y juiciosa. Esto picó mucho su curiosidad e hizo que consultara alguna información sobre los Espadachines Mágicos la siguiente vez que visitó la Biblioteca en la Academia Babilonia.

Los Espadachines Mágicos eran una auténtica rareza en el mundo de los combatientes, pues se trataba de individuos que tenían la capacidad de utilizar la Magia al mismo tiempo que las habilidades naturales del Aura de Batalla. Pero, aunque esto pudiese sonar como algo deseable, estaba muy lejos de ser el caso.

Una ley de este mundo era que quien intentase dominar más de una disciplina mágica se condenaba a tener resultados mediocres en ambas. Es por eso que casi todos los magos elegían una sola disciplina e incluso así era difícil progresar. Los Espadachines Mágicos eran personas que habían nacido predestinados a recorrer este camino desde su nacimiento, muy rara vez conseguían superar el grado de Mago Licenciado o Sargento Caballero en toda su vida y casi todos terminaban en el anonimato como magos o guerreros apenas aceptables.

Sin embargo, había una forma de trasformar esa desventaja en una poderosa fortaleza: usar Artefactos Mágicos.

Un objeto encantados servía principalmente para que los magos pudiesen romper los límites de su poder y desatar magias que normalmente no podrían. Los Báculos eran un claro ejemplo de esto, pues les daban un grado de control sobre su magia muy superior al natural, así como un rendimiento más eficiente. Otro caso era el de los Anillos Espaciales, que literalmente contenían magia dimensional del más alto grado, pero aun así cualquiera podía usarlos sin importar su rango. Ciertos pergaminos permitían que magos de una disciplina pudiesen utilizar versiones más fuertes de la misma magia por un momento e incluso era posible emplear magias de otras escuelas, aunque siempre existía algún riesgo en hacerlo.

La espada de Candice era precisamente esto: un artefacto que le permitía a un Mago de Fuego desatar un poder muy superior que normalmente podría controlar con su talento limitado. Pero cuando a esto se le sumaba las habilidades físicas sobrehumanas que adquirían los que estaban bendecidos por el Aura de Batalla, la hacían una oponente muy peligrosa. Un mago nunca tendría la resistencia física para resistir las llamas que sí tenía un Espadachín o un Caballero, del mismo modo que un guerrero jamás podría manipular el fuego con la habilidad de un mago.

Pero para que este tipo de combinación funcionase era necesario primero que el Artefacto en cuestión fuese apropiado para el usuario y que el espadachín mágico además tuviese el talento necesario para dominarlo, lo cual sólo ocurría tras muchos años de esfuerzo. Incluso al poseer un arma encantada, el Espadachín Mágico seguía estando muy limitado en cuanto a lo que podía hacer y nunca dominaría todo el espectro de magias disponibles, pues su poder dependía en gran parte de las habilidades de su artefacto.

Sin embargo, no era necesario dominar todos los conjuros para ser eficiente en una pelea, sino que bastaba con poseer los más adecuados. Los Espadachines Mágicos podían llegar a ser invencibles en la batalla, aunque pésimos para cualquier otra actividad mágica.

Pero si eran tan letales ¿por qué las naciones no invertían más en estos combatientes? La respuesta era la más evidente: Costaba demasiado dinero.

Para que un Espadachín Mágico desarrollara todo su potencial necesitaba entrenar por mucho tiempo, tanto en magia como en las artes del combate. Después tenía que poseer todos los artefactos mágicos que pudiera, cada uno optimizado específicamente para el usuario. Finalmente tenía que invertir aún más tiempo en aprender a usar cada artefacto correctamente.

Por eso, incluso si una nación gastaba los miles de recursos que se necesitaban para producir un Espadachín Mágico, tomaría muchos años para que pudieran saber si esta inversión resultaba ser rentable, ya que el espadachín podría resultar herido sin remedio o simplemente morir en su juventud. Además, como el equipo creado estaría hecho especialmente para el usuario, lo más seguro es que funcionase muy mal con cualquier otra persona, si acaso funcionaba en lo absoluto. Era un riesgo que nadie se atrevería a asumir a no ser que le sobrase el dinero, un dinero que bien podrían invertir en entrenar otros treinta Caballeros o Magos mucho más poderosos que incluso podrían terminar convirtiéndose en Maestros de su disciplina.

De modo que cuando un Espadachín Mágico aparecía en el mundo, casi siempre era por pura suerte: Un aventurero con mucha habilidad conseguía encontrar un arma mágica y el destino quería que justo le fuese tan a medida como un guante, descubriendo en ese momento su talento para la magia. Lo que seguía era una combinación de más buena fortuna junto con mucho ensayo y error.

Cuando Candice obtuvo su Espada de Fuego, era el equivalente a haber encontrado una aguja en un pajar. No extrañaba que se hubiese enojado tanto al ver que su arma estaba dañada, pues repararla seguramente le costó mucho dinero. Y si no podían arreglarla lo más seguro era que jamás volvería a encontrar otra que le sirviese igual de bien.

Sabiendo esto, Bryan se dio cuenta de que esos tres hermanos eran tan raros como un huevo de Fénix. No solamente llevaban Bracamartes imbuidos con una poderosa magia de Trueno, sino que además debían tener piezas de armadura encantadas en sus pies, brazos y torso. Su enorme velocidad junto con su capacidad de reacción seguramente se debía a la perfecta combinación entre estos artefactos mágicos y su Aura de Batalla.

Alguien había encontrado a estos tres hermanos talentosos. Ese alguien los había equipado y entrenado con artefactos invaluables hechos a medida. Encima los tres resultaron tener la determinación para continuar entrenando hasta convertirse en auténticas máquinas de matar. Cuando llegó a esa conclusión Bryan ya no sabía que era más sorprendente: Que el Culto de Caelos tuviese semejante cantidad de recursos o el talento innato de estos tres hermanos para el combate.

- Es interesante. Los tres tienen habilidades balanceadas y saben muy bien cómo aprovechar sus ventajas y cubrir sus debilidades. - Dijo Caspian sonriendo: - Pero… ¿Cómo lidiarán con ataques no físicos? -

El Druida agitó una mano con fuerza y Bryan pudo ver que objetos pequeños como semillas caían de entre sus dedos al suelo. Inmediatamente después brotaron plantas con enormes flores negras que se abrieron a pesar de la nieve para expulsar una sustancia. De esta forma Caspian les devolvía el veneno que usaron contra él y su nieta.

Flor venenosa

Los tres Espadachines Mágicos inmediatamente saltaron hacia atrás. Aunque tenían amuletos para protegerse del veneno, estos no funcionaban contra todas las toxinas, así que no quisieron correr riesgos. Pero cuando estaban en el aire, Caspian apretó la mano y las flores reaccionaron expulsando sus pétalos a toda velocidad hacia adelante. El veneno que trasmitían era tan intenso que incluso corroía las rocas que entraban en contacto con la fragancia. Los tres hermanos comenzaron a retroceder en zigzag a toda velocidad, usando el poder de sus artefactos para deslizarse en el aire, pero aun así los pétalos los seguían con aterradora velocidad, como si supiesen que debían perseguirlos. En pocos segundos alcanzarían a los Espadachines.

- ¡NO LO HARÁS, MALDITA SEA! - Gritó Belinda furiosa al ver lo que ocurría y extrajo una esfera metálica de su Anillo Espacial. Luego arrojó el objeto al aire, el cual voló hacia los espadachines mientras unos resplandecientes símbolos mágicos comenzaban a danzar por su superficie. Entonces la esfera desató una terrible fuerza de succión que absorbió todo en un radio de tres metros, incluso los pétalos junto con el veneno. Inmediatamente después la esfera dejó de brillar y se rompió en varios pedazos.

- Incluso si es de un solo uso, ese artefacto fue muy eficiente. - Comentó Caspian sonriéndole a Belinda con aprobación: - Pero eso no es suficiente. -

Justo en ese momento nuevas raíces emergieron del suelo por todas partes, destruyendo todo a su alrededor. Belinda soltó un grito asustada. Ya no mostraba nada de su anterior actitud desdeñosa. Los tres espadachines corrieron para salvarla en el último momento y uno de ellos la cargó en brazos mientras escapaban a toda velocidad, pero con un hombre menos peleando, ya no eran tan eficientes cortando las raíces que ahora se les venían encima como auténticas serpientes de madera.

Licasto sobrecargando su arma

Parecía que el final estaba cerca, pero entonces Licasto gritó algo a sus hermanos y estos se alejaron rápidamente de él. Después de unos instantes el Bracamarte que sostenía comenzó a expulsar magia de trueno a ritmo elevado y todo a su alrededor se iluminó de color azul. Luego Licasto cargó hacia Caspian con una velocidad cuadruplicada mientras a su alrededor se desataba una auténtica tormenta de cortes espantosos que destruyeron las raíces que intentaban capturarlo. Todo lo que se interponía en su camino acababa partido en dos sin importar el ángulo o la fuerza del ataque.

Licasto estaba forzando su Aura de Batalla a combinarse con el poder de la Magia para sobrecargarla e incrementar aún más sus poderes temporalmente, aunque esto seguramente vendría con un costo. De hecho, al poco tiempo tuvo que detenerse y fue evidente entonces que su frente estaba cubierta de sudor, también parecía que incluso mantenerse de pie le estaba costando. Pero consiguió un tiempo precioso, porque sus hermanos ya habían dejado a salvo a Belinda y luego aprovecharon el camino que Licasto había creado para atacar directamente al anciano. Sin dudar ni un segundo, los dos hermanos realizaron la misma técnica de sobrecarga de poder, aunque parecía que ellos si tendrían el tiempo necesario para matar a Caspian antes de que se acabase su energía.

Bryan vio lo que ocurría y pensó que si no intervenía en ese mismo momento el Druida moriría y con él cualquier oportunidad de rescatar a todos los cautivos. Así que invocó su arma mágica y estaba a punto de saltar cuando de pronto Caspian se volvió por una fracción de segundo para mirar en su dirección. Fue solo un instante, pero los ojos de Caspian se fijaron directamente en los suyos trasmitiendo un único pensamiento: “Todavía no.

¿Cómo era posible que Caspian hubiese sabido que él estaba ahí? Bryan no tenía ni idea, pero lo que si sabía era que el anciano era un ser que había vivido por miles de años, así que bien podría ser capaz de hacer o saber cosas que los demás no podían ni imaginar. Decidió entonces confiar en ese presentimiento y esperó.

Mientras tanto Caspian había extendido los dedos de sus manos rápidamente. Entre cada uno de ellos llevaba unas semillas que crecieron para adoptar una forma muy extraña en la que se mezclaba las características de un par de cuchillos dobles hechos combinando madera y la cornamenta de un ciervo. Un brillo verde intenso emanaba de estas misteriosas armas, que Caspian usó de inmediato para bloquear los ataques de ambos espadachines.

Las armas del Druida Caspian

Sorprendentemente, los temibles Bracamartes que hasta el momento habían podido cortar cualquier cosa fueron completamente rechazados y los dos hermanos se vieron forzados a retroceder. Segundos después, la tierra tembló y varios árboles comenzaron a brotar alrededor de Caspian trasformando completamente el entorno de la pelea en uno que favorecía claramente al anciano.

¡Así que este es el poder de un Druida! Es evidente que está más allá de los hombres y Elfos.” Pensó Bryan asombrado.

No era el único. Las expresiones de los hermanos estaban ensombrecidas como si fuese la primera vez en su vida que se enfrentaban a un oponente tan poderoso. Pero los miembros del Culto de Caelos no eran personas ordinarias ni temían a la muerte, así que nuevamente cargaron hacia el Druida e incluso Licasto se unió nuevamente a la lucha a pesar de no haber tenido mucho tiempo para recuperarse.

En respuesta, Caspian empleó el poder de la naturaleza para dar vida a todos los árboles que había creado y estos comenzaron a crecer, moviéndose como si tuviesen voluntad propia, para ayudar al anciano que ahora peleaba como un auténtico maestro, enfrentándose a los tres espadachines en un combate cercano gracias al apoyo constante de sus invocaciones y sus extrañas armas. Incluso tuvo la previsión de crear una coraza de árboles alrededor de los cautivos, que de vez en cuando se movía para mantenerlos lejos de la batalla.

El combate no había durado mucho, pero ya se estaba convirtiendo en una auténtica epopeya digna de las mejores canciones de los bardos viajeros. Sin embargo, era evidente que los Espadachines Mágicos, aun agotados, seguían siendo superiores en el combate cercano a pesar de la sorprendente habilidad que el Druida estaba demostrando en ese momento. Además, algunos de sus artefactos debían tener la habilidad de recuperar la energía pues, aunque se veían agotados, su velocidad no disminuía en lo más mínimo. Parecía cuestión de tiempo para que las tornas volviesen a estar del lado de los hermanos, que peleaban ignorando las heridas que acumulaban para atacar con aterradora precisión.

- ¡Ríndete anciano! - Gritó Belinda en ese momento para intentar distraer al Druida: - A pesar de tus poderes nunca podrás derrotar estos hermanos en un combate de espadas! ¡La juventud siempre acabará venciendo a la vejez cuando se trata de físico! -

- Jajá. ¡Nunca tuve esa intención jovencita y mis esperanzas son otras! - Respondió Caspian riéndose sin dejar de prestar atención al combate: - Ocurre que yo tengo algo que ti te falta. Algo que sólo se obtiene con la edad. -

Justo cuando terminó de decir esas palabras, Licasto se detuvo de pronto y sus hermanos también lo hicieron porque notaron que algo extraño le sucedía. Entonces vieron que el Espadachín comenzaba a temblar aún de pie y de pronto sus heridas, que hasta entonces había mantenido cerradas a la fuerza con sus poderes, repentinamente se pusieron a sangrar a borbotones.

 - Yo tengo paciencia. - Dijo finalmente Caspian que ya había tenido tiempo de retroceder a una distancia segura, rodeado de sus árboles vivientes. Ahora observaba al joven sin ningún rastro de sorpresa en el rostro, como si todo hubiese salido como estaba planeado.

En efecto, el desafortunado Licasto finalmente cayó en el suelo. Sus hermanos quisieron ayudarle, pero de pronto pasó algo tan horrible que los hizo detenerse: Por cada herida en el cuerpo del Espadachín estaban saliendo plantas trepadoras de color rojo que terminaban en flores con dientes como los de una sanguijuela. Conforme crecían las plantas, el cuerpo de Licasto se fue consumiendo y marchitándose, aunque seguía vivo. Sin embargo, era evidente a primera vista que se había convertido en una sombra de lo que alguna vez fue un ser humano y ahora estaba más allá de cualquier ayuda.

- ¡¿Qué le has hecho, maldito monstruo?! - Gritó uno de los hermanos mirando con odio al Druida.

Caspian simplemente lo miró con una expresión triste cuando respondió, al mismo tiempo que levantaba un poco las extrañas armas en sus manos para que las vieran: - Llevo muchas semillas en mi cuerpo, algunas son armas y otras son venenosas. Todas se alimentan directamente de la magia que corre en mi interior.

Ésta en particular es una planta a la que le encanta la sangre humana. Tu hermano era el que estaba más cansado por haber hecho ese ataque que consumió su Aura de Batalla junto con su Magia, antes que todos ustedes. Así que cuando peleábamos simplemente dejé que uno de los retoños viajase hasta sus heridas.

Para que la planta germine tiene que llegar primero hasta el corazón a través de las venas. Podría haberse salvado con un simple hechizo de sanación interna o si tan sólo se hubiera detenido en lugar de forzarse a seguir peleando. Pero era tan joven e impaciente. Tampoco sabía valorar la vida de otros y los veía como simples desechos. Actuaba igual que un animal, así que le di la muerte de uno.

No disfruto matando a nadie, pero tampoco reúso a hacerlo. La naturaleza es belleza, horror, nacimiento y muerte. El fuerte se come al débil hasta que es devorado por otro más fuerte. Esa es la ley de la selva.

Pero ustedes los hombres han sido privilegiados por los dioses con la capacidad de usar su libertad para vivir por encima de las leyes naturales, para optar por una dignidad que muy pocos tienen. -

Hasta el momento Caspian había hablado de un modo calmado, como explicando simples hechos, pero de pronto su voz se tornó grave, como la de un rey venerable o un gran sabio dispuesto a proclamar una sentencia sobre los criminales: - Aun así, ustedes hermanos eligieron portarse como bestias carroñeras sin ninguna moral, matando a personas que no les habían hecho nada, mientras estaban indefensas. ¡Los únicos monstruos aquí son ustedes! ¡Así que les daré la muerte apropiada! -

Los hermanos apretaron los dientes con odio, pero algo en la voz del Druida hacía que se mantuviesen en su sitio sin decir nada, escuchando al anciano hasta el final. Luego el silencio se mantuvo entre ambos bandos, sin que ninguno se atreviese a dar el primer paso. Pero en ese momento se escuchó un sonido y Belinda se adelantó. Su porte volvía a ser altivo e incluso a través de su blanco velo trasmitía una sensación de peligro.

- ¡¿Dignidad, dices?! ¡Grandes palabras para un ser inmortal que no está condenado a envejecer y sentir que cada día que pasa es “menos que ayer”! - Proclamó como si estuviese dispuesta a pisotear al mundo entero: - ¿Honor? ¿Deber? ¿Moral? ¡Esas no son más que tonterías! ¡La vida está vacía y no tiene ningún sentido! ¡Tus ridículos espejismos solo te hacen un ser patético! ¡No existe un “propósito superior” ni un árbitro entre el bien y el mal! ¡Solo hay poder para hacer lo que uno quiera y personas demasiado débiles para buscarlo! ¡Eso es lo único que importa! -

Al escuchar esas palabras la expresión de los dos hermanos perdió toda la emotividad por el destino de Licasto e incluso sonrieron despectivamente mientras recitaban al unísono como fanáticos: - La vida está vacía, la vida no tiene sentido. ¡Estar vivo no es intrínsecamente bueno! ¡La vida no es buena en si misma! ¡Apenas es la ficha que marca al ganador de este juego y nosotros somos los vencedores! ¡Siempre somos los vencedores! ¡Ganar es lo único que importa y ni siquiera la victoria significa nada! ¡Ganamos porque perder es un insulto! ¡El fin no justifica los medios! ¡Los medios no justifican el fin! ¡No hay nadie ante quien justificarnos! ¡No hay justicia! -

- Locos. - Murmuró Caspian al verlos actuar y hablar de ese modo. Toda la ira que sentía había sido reemplazada por una profunda sensación de lastima al ver en lo que se habían convertido esas personas. Incluso Bryan sintió repulsión al verlos, pues, aunque él también valoraba en gran medida el poder, no lo hacía hasta el punto de sacrificarlo todo.

Ahora entendía que el Culto de Caelos estaba compuesto por auténticos psicópatas, sin ninguna empatía por nada ni por nadie. Por el fin de satisfacer su deseo de poder a ellos no les importaba renunciar incluso a su cordura.

- ¿Dices que somos locos Druida? ¡No! - Respondió Belinda con desprecio mientras los espadachines se paraban a su lado sin importar sus heridas: - Tú eres el único loco. Tú y todos aquellos que viven atados como ridículos títeres a la moral, los dioses o el destino.

Y yo soy la persona que les cortará todas esas cuerdas… ¡Sólo por el placer que me da el verlos caer! -

En ese momento Belinda usó un artefacto desconocido que desató una magia increíblemente poderosa. Hubo un fogonazo intenso que derritió toda la nieve a su alrededor, generando una nube de vapor que no les permitió ver nada.

Pero los oídos de Bryan escucharon un ruido diferente a todo lo que había hasta el momento, como si una enorme roca se hubiese desprendido desde lo alto e impactado contra el suelo. Después sintió el temblor de unos pasos terriblemente pesados.

Un escalofrío se apoderó de su corazón en ese momento. La situación le daba una inquietante sensación de déjà vu: Una niebla blanca que lo rodeaba, unos fanáticos cultistas de Caelos, un poder desconocido. Entonces tuvo un presentimiento y levantó la vista, viendo con horror los contornos de un rostro que conocía demasiado bien.

¡Es Nécora!

Bryan estaba tan asustado que estuvo a punto de salir corriendo, pero la idea de que Emily pudiera morir lo ayudó a mantenerse en su sitio y muy pronto se dio cuenta de que no se trataba del dios maligno sino de algo diferente.

Gólem Blindado

Cuando el vapor comenzó a dispersarse comprobó que estaba viendo un escudo metálico enorme que tenía gravada en la superficie una efigie muy parecida al rostro esquelético del demonio y que era sostenido por un coloso de metal resplandeciente.

El gigante de acero medía unos cinco metros de altura y tenía una cabeza dorada que también estaba tallada minuciosamente para asemejarse al rostro de Nécora. Si bien sus proporciones eran distintas, era evidente que se trataba de un tributo a la deidad e incluso podría haber pasado por un monumento si no hubiese comenzado a moverse.

En efecto se trataba de un Gólem Blindado, un artefacto de guerra que se suponía posible en teoría, pero que hasta el momento nadie había podido desarrollar con éxito… o eso se pensaba. El Culto de Caelos había invertido innumerables años, genios y recursos para desarrollar a este coloso por un solo motivo: destruir a los enemigos que intentasen oponerse a ellos.

Todos los gólems eran criaturas autómatas que solamente podían realizar un número muy limitado de tareas repetitivas a no ser que fuesen controlados directamente por la magia de un mago. Su principal problema era que dejaban de funcionar si las inscripciones mágicas que los controlaban se dañaban. Por ese motivo era muy difícil utilizarlos en entornos cambiantes como un campo de batalla, donde había que adaptarse a distintas situaciones y siempre existía el riesgo de recibir daños. Un ejemplo concreto de su fragilidad serían las Arañas que utilizó Belinda, las cuales definitivamente cumplieron su función, pero fueron destruidas fácilmente por Bryan simplemente variando la temperatura drásticamente.

El sueño de crear un Gólem maniobrable, fuerte y que también resistiera una gran cantidad de Daño parecía estar demasiado lejos, pero ahora uno acababa de aparecer de la nada.

- ¡Esa efigie! ¡La imagen de Nécora el maldito y putrefacto! - Gritó Caspian espantado: - ¡Ustedes son del Culto de Caelos! -

- ¡Así es, patético Druida! - Respondió Belinda: - ¡Ahora conocerás el destino que espera a los tontos que se nos oponen! -

El Gólem Blindado corrió hacia Caspian con aterradora velocidad. A su paso la tierra se estremecía y todas las plantas mágicas que intentaban detenerlo terminaban convertidas en astillas, reduciendo apenas su avance inexorable. El Druida llamó entonces a una nueva rama que creció rápidamente para envolverlo como si fuera una mano y luego alejarlo rápidamente de la ruta del Gólem Blindado que avanzaba como una fuerza imparable. El Coloso extrajo entonces una gran cadena que terminaba en un gancho, con la desató un terrible azote que destruyó la rama.

Planta Carnívora

El cuerpo de Caspian cayó rápidamente desde unos diez metros de altura, pero sorprendentemente aterrizó sin problemas y acto seguido levantó uno de sus brazos, desde el cual creció rápidamente una monstruosa planta carnívora, con una boca repleta de dientes afilados y muchos bultos extraños cubriendo su largo cuerpo.

La planta se lanzó rápidamente al ataque con las fauces abiertas como una serpiente, sólo para estrellarse de bruces contra el escudo del Gólem Blindado, que la destrozó con una facilidad absurda a pesar de la fuerza que poseía. Sin embargo, el ataque no había terminado, porque de pronto todos los bultos sobre el cuerpo de la planta estallaron al mismo tiempo, soltando una corrosiva sustancia que debía ser un ácido bastante intenso.

Lamentablemente el escudo del Gólem Blindado y su armadura no sufrieron el menor daño, aunque las rocas a su alrededor si se derritieron.

La expresión de Caspian era bastante grave. Hasta el momento la mayor ventaja de su magia era la enorme fuerza contundente que sus árboles eran capaces de desatar, en combinación con los efectos dañinos de sus plantas. Pero el Gólem Blindado parecía completamente inmune a todo lo que podía hacer y a diferencia suya, no parecía estar cansándose. Además, podía ver claramente a los espadachines que ahora estaban aprovechando para tratar sus heridas y recuperar la energía perdida. ¿Cuánto tiempo más podría durar si los hermanos se unían con el Gólem?

- Muy bien, entonces será mejor que tratemos otro enfoque. - Susurró Caspian para sí mismo mientras sacudía sus manos. Las misteriosas armas que sujetaba se marchitaron y desaparecieron. En su lugar fueron reemplazadas por un Báculo Mágico que rápidamente comenzó a irradiar una impresionante cantidad de energía Mágica.

En cuanto Belinda vio lo que ocurría sus ojos se estrecharon. Por más que despreciase al Druida y su sentido de la moral, tenía que reconocer que había resultado ser un enemigo formidable. Ahora entendía que todas las leyendas sobre estos misteriosos sacerdotes de los Elfos del Bosque estaban bien justificadas e inmediatamente le ordenó al Gólem Blindado que volviese a atacar para no darle tiempo a Caspian de hacer nada. Sin embargo, el Druida ya había invocado más árboles vivientes para que lo ayudaran a alejarse con sus ramas y mientras tanto aprovechó para tocar el suelo con la palma de su mano.

Cuando Belinda invocó al coloso, la energía mágica había vaporizado la nieve alrededor y la tierra congelada ahora se había convertido en barro bastante húmedo, lo cual servía perfectamente a los propósitos de Caspian.

El Druida golpeó el suelo con su báculo y entonces de la tierra brotaron dos filas de hongos, unos hongos gigantescos… ¡Con rostros temibles en sus troncos! Bryan no podía creer lo que estaba viendo y simplemente se quedó quieto con una expresión bastante estúpida.

Hongos con expresiones sombrías

¡¿De dónde diablos saca Caspian tantas plantas extrañas?! ¡Nunca vi nada como esto en el Bosque Oscuro! ¿Y qué está pensando hacer con esas cosas?

La respuesta llegó de inmediato: Los hongos gritaron. Mejor dicho, soltaron un alarido espantoso que se escuchó a varios Kilómetros de distancia.

Los oídos de Bryan casi se reventaron por el estruendo y tuvo que llevarse las manos a las orejas. Cuando bajó la mirada confirmó que Belinda y los espadachines también estaban sufriendo los efectos, pero ni siquiera ellos eran el objetivo principal. Los hongos estaban concentrando las ondas sónicas de sus alaridos en el Gólem Blindado, que finalmente parecía estar recibiendo algún daño. El coloso trataba de avanzar hacia Caspian, pero el alarido de los hongos se interponía en su camino, como una pared de sonido que no lo dejaba avanzar.

Pero cuando parecía que finalmente se detendría, los símbolos mágicos sobre el cuerpo del Gólem Blindado comenzaron a brillar intensamente al mismo tiempo que el gigante alzaba su escudo y cargaba como un ariete contra la fila de hongos.

Se hizo el silencio cuando el Gólem atravesó limpiamente a esas criaturas chillonas, matándolas en segundos. Luego aprovechó el impulso e intentó desatar una serie de golpes espantosos para matar a Caspian, pero para su sorpresa el Druida ya había desatado su próximo movimiento.

Caspian sabía que el chillido de sus criaturas apenas serviría para ganar algo de tiempo, pero eso era exactamente lo que quería. Porque para realizar sus ataques más devastadores necesitaba concentrarse y realizar un sacrificio ritual. Por eso mientras el gigante luchaba contra la ola de sonido, el druida extrajo un cuchillo de oro sólido y se cortó la palma de la mano, de cual empezó a manar una sangre de color verde como la de las plantas. El uso de esta valiosa esencia le costaría mucho, pero realmente no le quedaba otra opción.

Por unos instantes el entorno se iluminó cuando un símbolo rúnico resplandeció en el suelo con intensidad. Luego la tierra se abrió y de las profundidades emergió una criatura humanoide con características arbóreas. Sólo con esa descripción uno podría creer que se trataba de un elemental… Si no fuera por el intenso poder mágico que irradiaba a un grado tal que parecía como si su cuerpo fuese en realidad el contenedor de esta poderosísima energía a punto de desbordar.

Medía unos seis metros de altura, un poco más alto que el Gólem Blindado, aunque su cuerpo era más esbelto. De su cabeza brotaban ramas que se alzaban como una majestuosa corona. En lo que debía ser su rostro mostraba unas rendijas tras las cuales brillaba una intensa luz, aunque carecía de algo parecido a una boca. Sus brazos eran bastante largos, con cinco dedos gruesos y afilados, más parecidos a garras. Sus piernas articuladas como las de los humanos no terminaban en dedos, sino que parecían más bien troncos con raíces que se plantaban firmemente en el suelo.

Jentilak

Por toda la superficie de su cuerpo crecía todo tipo de plantas que se movían rápidamente. Esto hacía difícil verlo con detalle y daba al espectador la sensación de que no estaba viendo a una planta o un animal, sino una muestra concentrada de naturaleza viva. Esta extraña invocación del Druida parecía de algún modo encarnar muchas contradicciones, pues por momentos parecía trasmitir una sensación apacible pero inmediatamente después daba miedo observarlo.

El mismo entorno alrededor de la criatura comenzó a transformarse ante los ojos de Bryan convirtiéndose en auténtico bosque tropical e incluso el aire frío se tornó cálido de repente. Era como si el invierno no tuviese poder alguno alrededor de este ser, aunque su territorio parecía limitarse a unos cien metros. Aun así, el efecto era impresionante. Bryan tuvo que hacer malabares para evitar caerse o revelar su posición, pues la roca sobre la que se encaramaba ahora estaba húmeda y cubierta de musgos.

- ¡¿Qué es esa cosa?! - Exclamó Belinda bastante sorprendida por lo que vería.

- Este es el Jentilak. - Respondió Caspian sonriendo: - Uno de los más pequeños en todo caso, pero aun así es el vástago de un dios menor. Para invocarlo, incluso temporalmente, es necesario el sacrificio de sangre de un druida y sobre todo la proximidad del peor tipo de criminal. Ustedes el Culto de Caelos cumplen fácilmente esa condición. ¡Oh, blasfemos insensatos! ¡Ahora sufrirán el castigo que mis dioses dictan contra ustedes! -

A pesar de sus palabras, era evidente que la invocación había agotado buena parte de su magia. Caspian dejó caer una rodilla en el suelo por el agotamiento y de pronto pareció envejecer varios años en un instante, aunque su mirada seguía estando tan llena de vida como siempre.

- ¡No tememos a tus dioses! - Respondió Belinda con furia: - ¡Menos aún a esta cosa que apenas está emparentado con uno! -

El Gólem blindado cargó contra el Jentilak para descargar un atronador golpe con su escudo. Se escuchó el aterrador crujido de ramas rompiéndose e incluso la tierra llegó a temblar, pero la arbórea criatura resistió el impacto. Su cuerpo llegó a quebrarse un poco, pero ante los ojos de todos comenzó a regenerarse a una velocidad impresionante y en menos de unos segundos el cuerpo del Jentilak parecía estar intacto.

Entonces fue el turno del ser arbóreo para atacar. Un terrible puño cerrado golpeó contra el Gólem Blindado con una fuerza terrible. El sonido del impacto evidenció que poseía más que suficiente fuerza como para doblar el hierro más duro como si fuese una simple lata. Por suerte para Belinda su autómata estaba construido con materiales mucho más resistentes que fueron reforzados por poderosos encantamientos del Culto de Caelos.

La batalla entre ambas criaturas fue aterradora. El Gólem Blindado peleaba como un auténtico titán, pero el Jentilak era una fuerza de la naturaleza y tanto sus manos como sus pies podían aferrarse a las duras rocas del suelo hasta desmenuzarlas como migajas de pan. Ambos colosos golpearon, martillearon, arrancaron, empujaron y sacudieron todo a su alrededor. De modo que en menos de cinco minutos el entorno entero se había convertido en una auténtica ruina.

Pero a pesar de los grandes destrozos no había un ganador. Sin importar cuánto lo golpeasen, nada parecía dañar al Gólem Blindado, pero en cambio todas las heridas de Jentilak se curaban más rápido de lo que se las infligían.

Viendo que no conseguían nada, la mirada de Belinda se llenó de ira por la frustración. El que su autómata no pudiese vencer al espíritu de la naturaleza no solamente era un inconveniente, sino que su propia convicción en la superioridad de sus creencias parecía desafiada. No pudo evitar mirar a Caspian con rencor y entonces reparó en que el Druida seguía con una rodilla en el suelo.

- La invocación lo ha debilitado. - Dijo Belinda con malévola alegría: - Ahora uno de ustedes puede enfrentarlo para contenerlo… ¡otro puede capturar a los prisioneros y empezar a matarlos hasta que el Druida se rinda! -

Los hermanos sonrieron macabramente al escuchar las órdenes de Belinda y desenvainaron nuevamente sus bracamartes. El tiempo trascurrido les había dado tiempo de recuperarse considerablemente y rápidamente se separaron para rodear la zona en la que los gigantes combatían. Uno de ellos se dirigía directamente hacia Caspian mientras que el otro llegó al entretejido de raíces que protegía a los rehenes inconscientes.

El Druida vio lo que ocurría, pero no podía hacer nada excepto invocar unas cuantas raíces para retrasar a su atacante. Sin embargo, cuando parecía que finalmente todo estaba a punto de terminar para Caspian, este sonrió y dijo en voz bien alta: - Creo que ahora es un buen momento para que intervengas. -

El espadachín que se aproximaba hacia Caspian escuchó sus palabras y lo miró confundido. Pero entonces sus ojos se abrieron cuando una terrible posibilidad vino a su mente e inmediatamente se giró para gritar: - ¡Ten cuidado, hermano! -

El susodicho estaba usando su bracamarte para cortar las raíces que protegían a los rehenes cuando escuchó la advertencia, pero esta llegó demasiado tarde. Porque Bryan había comenzado a moverse incluso antes del llamado de Caspian y ya estaba cayendo sobre su presa usando el Arte del Noveno Diagrama Celeste. El Espadachín Mágico sintió el peligro y se volvió rápidamente para lanzar un terrible tajo eléctrico, pero el filo de su arma se encontró con el Desgarrador Sombrío.

Que hubiese un arma capaz de aguantar el poder de su bracamarte encantado fue tan chocante para el espadachín que no notó que Bryan está lanzándole un terrible puñetazo al estómago con su mano libre. Aun así, probablemente no se habría preocupado, pues estaba muy confiado en la armadura mágica que llevaba puesta bajo sus ropas.

Pero Bryan no había estado viendo la pelea en vano y ya sabía bien cuáles eran las fortalezas y debilidades de estos hermanos. Primero que nada, ellos funcionaban mucho mejor cuando peleaban en equipo, así que tenía que matar rápidamente a uno de ellos antes de darles tiempo de unir fuerzas o toda la batalla se alargaría demasiado e incluso podría perder. También sabía que estos Espadachines Mágicos tenían armaduras que resistían muy bien los ataques contundentes… pero no necesariamente los que fuesen elementales o de otro modo no habrían estado escapando cada vez que Caspian lanzaba un veneno.

Justo cuando el puño de Bryan parecía que iba a conectar, este se detuvo y en su lugar abrió su palma. Entonces hubo una explosión de fuego púrpura helado que literalmente congeló al Espadachín mágico por un momento. Sus artefactos mágicos le salvaron la vida, pero el frío lo paralizó por un instante e hizo que su tiempo de reacción se volviese lento. Eso fue aprovechado magistralmente por Bryan para volver a cerrar la distancia y desatar un segundo golpe, esta vez usando el fuego Carmesí abrasador.

Fue como si alguien arrojase aceite hirviendo en una congeladora. ¡Se produjo un estruendo! Y el espadachín mágico fue arrojado volando a cinco metros de distancia. Cuando consiguió levantarse a duras penas, la mitad de su armadura se resquebrajó y cayó en el suelo. Aunque ese era el menor de sus problemas, pues estaba tosiendo sangre.

- ¡Maldito, lastimaste a mi hermano! - Gritó el espadachín que había ido contra Caspian. Al ver lo que ocurría había dejado al Druida para defender a su familiar, pero llegó demasiado tarde.

- No lo lastimé. - Respondió Bryan sonriendo cruelmente mientras se volvía hacia el recién llegado: - ¡He matado a tu hermano! -

Por un momento ambos no entendieron de qué hablaba… pero no tardaron en comprenderlo. La explosión de frío y calor había provocado una neblina de vapor que no dejaba ver muy bien el entorno. Además, la pelea entre el Gólem Blindado y el Jentilak era tan estruendosa que ahogaba los demás sonidos. Así que nadie supo muy bien cuando una maciza y horrorosa criatura se materializó a unos metros de la espalda del hermano herido.

 Era una Abominación, una de las criaturas necrománticas más resistentes y fuertes. Gracias a la impresionante velocidad que Bryan tenía sobre su Fuerza Mental la había hecho aparecer casi instantáneamente. Antes de que nadie pudiera decir una palabra, la enorme criatura blandió su inmenso garrote para golpear al hermano herido, que no tenía fuerzas ni si quiera para poder gritar y menos aún para esquivar el ataque.

La Abominación lo golpeó con tal fuerza, que su cuerpo terminó convirtiéndose en una masa amorfa sanguinolenta.

Abominación matando a un espdadachín

- ¡Noooooo! ¡Hermano! - Gritó el Espadachín restante con furia y dolor, pues en una sola noche había perdido de golpe a sus dos únicos familiares. Sin embargo, el odio que sentía era incluso mayor que su dolor, porque le permitió recuperarse lo suficiente para mirar enloquecido a Bryan y espetarle: - ¿Sabes a quien has matado? -

Bryan no respondió de inmediato, sino que lo miró sonriendo. Pero después su expresión se tornó fría y espantosa, como la de un monstruo hambriento. Esta sensación, tan diferente a cualquiera cosa que hubiera esperado sentir, provocó que el Espadachín Mágico retrocediera un paso, porque por un instante le pareció que no estaba viendo a una persona sino otra cosa. Bryan aprovechó para decirle: - Lo único que necesito saber es que tu hermano era un imbécil que se atrevió a apuntar su sable a MI mujer. No me importa de quién se trate, me quedaré con su vida y también con la tuya. ¡Aunque todos los dioses del caos intenten interponerse! -

Entonces lo señaló con la mano y la Abominación se precipitó contra el Espadachín Mágico. Este contraatacó rápidamente, mutilando al macizo ser con su bramarte encantado sin mucha dificultad. Pero cuando creía que había terminado descubrió a varias docenas de Criaturas Oscuras cargando hacia él con furia.

Mientras tanto Bryan se desentendió de la refriega y aprovechó el tiempo que sus Criaturas Oscuras le dieron para entrar entre las raíces donde estaba Emily. Entonces la examinó un instante para confirmar que no tenía heridas, luego usó sus manos para insertar una pequeña cantidad de su Esencia Mágica dentro del cuerpo de la Archimaga y la hizo circular en su interior para combatir los efectos del veneno paralizante.

Las hermosas pestañas de Emily combatieron un momento y finalmente se abrieron. Entonces Bryan suspiró con alivio y casi se pone a besarla ahí mismo, pero el tiempo apremiaba, así que la despertó lo más rápido posible y comenzó a explicarle le situación.

- ¡¿Un Gólem Blindado?! - Exclamó Emily sorprendida.

- Yo lidiaré con el Espadachín restante. ¡Tú debes ayudar a Caspian a combatir a ese monstruo de metal! - Le ordenó Bryan raídamente y ella asintió enseguida.

La pelea entre el Gólem y el Jentilak se había prolongado mucho. Además, el combate era tan aterradoramente violento que Belinda no había prestado mucha atención a lo que sucedía a su alrededor, pero empezó a preocuparse al darse cuenta de que los Espadachines parecían tardar demasiado. Sus miedos se vieron confirmados cuando sintió el terrible poder de una Archimaga Oscura elevarse junto al anciano druida y vio a Emily levitando encima del anciano mientras murmuraba unos complejos conjuros.

De repente todas las sombras alrededor cobraron vida y comenzaron a dirigirse rápidamente hacia el cuerpo del Jentilak, cubriéndolo por completo. Tras un alud de magia, la oscuridad tomó forma de una fuerte armadura que cubría el cuerpo de la criatura y además una enorme Hoz perteneciente a los Segadores Oscuros apareció en su mano. En una magistral muestra de coalescencia mágica Emily había fusionado sus poderes con los del Druida para fortalecer al Jentilak.

Hasta ese momento el gigante arbóreo no había podido infringir ningún daño real al Gólem Blindado, pero todo cambió cuando tuvo en sus manos la poderosa hoz de un segador oscuro. La terrible arma era prácticamente indestructible y comenzó a dejar muchas marcas sobre la superficie metálica. Además, la forma de la Hoz le permitía enganchar el enorme escudo cuadrangular para forzarlo a abrir sus defensas.

- ¡Malditos sean! - Gritó Belinda enfada al ver que el Gólem Blindado comenzaba sufrir daños: - ¡Ustedes fueron los que me obligaron! -

Y tras decir esa frase, todas las runas sobre el cuerpo del Gólem Blindado brillaron al mismo tiempo, mientras que su enorme fuerza se multiplicaba.

¡Las runas brillaron y el Gólem Blindado multiplicó su fuerza!

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde existió la cultura Sechín hace más de mil años. Una de las primeras en practicar sacrificios humanos.

Hoy es 27 de enero del 2021 y aquí el gobierno está decidiendo volver a la cuarentena por la supuesta "segunda ola". Digo supuesta porque para que exista una segunda ola la primera tendría que haber terminado y todos sabemos que en ningún momento ha descendido realmente el número de muertos.

Luego el presidente se paró y dio un mensaje a la nación diciendo que pronto llegarán 1 millón de vacunas... Y lo dijo como si hubiese conseguido algo.

Para que me entiendan, en lugar de la vacuna Pfizer que tiene un 90 % de efectividad eligieron comprar la vacuna china Sinopharm que sólo tiene un 70 % de efectividad y no ha sido aprobada por la OMS. Y creo que a estas alturas todos saben que la OMS aprueba cualquier porquería, así que... ¡Debe ser demasiado mala como para que ni siquiera la ONU quiera aprobarla!

 Pero eso no es todo, el presidente Sagasti no solamente ha comprado esas vacunas malas, sino que encima a pagado 6 veces más por ellas que lo que le ofrecieron por la Pfizer. ¡Todo un genio! Es bueno saber que el dinero de nuestros impuestos se está gastando... no, no lo es.

En serio, un millón de vacunas malas, seis veces más caras... ¡Y encima no sabe cuándo llegarán! Dejamos de lado el hecho de que cree que un millón de vacunas para un país con 37 millones de habitantes realmente es algo para celebrar. ¡No sabe cuándo llegarán! ¡Solo dijo “aproximadamente en febrero o marzo”!

Cuando yo compro en Mercado Libre me dicen claramente cuándo llegará mi producto, pero Sagasti no sabe cuándo un millón de vacunas malas llegará a nuestro país. Jajajaja... Ah, cuando crean que tienen problemas con el gobierno o que están forzados a trabajar con imbéciles, recuerden al presidente Sagasti. Digo, si él se puede sentir orgulloso de haber hecho semejante estupidez, entonces ustedes no pueden estar demasiado mal sin importar qué error cometan.

En este capítulo continuación del anterior... ¡Cambié todo! ¿Qué tal quedó? El original era muy corto y por eso hay partes que aún se sienten así, pero yo quise convertirlo en una auténtica batalla de los dioses. ¿Lo conseguí? Deja tu opinión en los comentarios para que sepa que tal quedó.

Nos vemos en el siguiente capítulo.