14 Encargándose por adelantado

Al día siguiente, Bryan fue despertado a lo bestia cuando un pesado fardo lleno de basura apestosa cayó sobre él. Se levantó de la cama y se frotó los ojos para descubrir que alguien, probablemente otro desconsiderado estudiante, había arrojado sus desperdicios por la ventana del almacén sin importarle en donde caía.

Bryan insultó, maldijo al azar y pateó la basura fuera de la cama con tanta fuerza que el fardo terminó rodando hasta la puerta. Estaba a punto de volverse a dormir, cuando se dio cuenta de que tenía que ser bastante tarde si ya había estudiantes llevando sus desperdicios.

Y en efecto, cuando abrió las ventanas para echar un vistazo comprobó que el sol ya se había elevado bastante en el cielo. Así que soltó un suspiro, mientras se reprendía a si mismo por haberse excedido tanto con el entrenamiento nocturno.

Estaba punto de salir corriendo por la puerta para hacer sus tareas, cuando recordó un poco de lo que estuvo soñando. Las escenas le parecían un poco difusas, pero en ellas el Pequeño Esqueleto atacaba furtivamente a Fitch para vengarse de su amo. De inmediato sintió miedo, pues la última vez que le ocurrió algo similar no se trató de ninguna ilusión sino de algo que realmente sucedió. Su mirada se dirigió rápidamente hacia el cubo de madera.

El Pequeño Esqueleto le devolvió la mirada. Estaba apoyando sus dos manos huesudas y negras en borde del cubo y tenía los huesos de la pierna izquierda cruzados sobre los huesos de pierna derecha, balanceándose perezosamente de un lado a otro, como si estuviera disfrutando de un sauna. Parecía bastante cómodo dentro de la matriz.

Bryan soltó un suspiro de alivio al ver que el esqueleto seguía en su sitio, pero seguía un poco nervioso. Temiendo que alguien pudiese entrar cuando no estaba y descubriese a su criatura, se le ocurrió ocultar el cubo entero debajo de su camastro. Luego apiló a su alrededor unos cuantos fardos de basura para ocultarlo de la vista. Sólo entonces se sintió lo bastante seguro como para salir del almacén para encargarse de sus tareas diarias.

- Hola Bryan, ¿qué te tomó tanto tiempo hoy? - Jack ya estaba removiendo el polvo de las estatuas cuando se reunieron, pero aun así le sonrió a su amigo.

Bryan echó un vistazo a su alrededor y comprobó que se había retrasado bastante porque ya no había estudiantes caminando por el sendero principal. Las clases debían haber empezado.

- Oh, mi mente quedó algo aturdida después de los golpes que Fitch me dio ayer. Por eso me quedé dormido. -

Al escucharlo, Jack comenzó a reír suave y alegremente, luego le indicó a Bryan que acercase a su oreja para contarle un secreto. Entonces le dijo en voz muy baja: - Amigo, ya no tienes por qué estar enojado. Estuve escuchando cuchichear a los estudiantes mientras pasaban por aquí de camino a sus clases. Parece que hoy ese Pequeño Esqueleto negro con siete púas que apareció la última vez regresó a las andadas. Todos decían que anoche se metió al cuarto de Fitch y le dio una paliza. Ahora lo vi pasar y… ¡Toda su cara está magullada e hinchada! -

Bryan: - ... -

Así que su sueño realmente había ocurrido, con algunas diferencias muy marcadas respecto a lo que había imaginado. Esta vez, el Pequeño Esqueleto se movió mucho más rápido cuando realizó su ataque y consiguió escaparse sin ser atrapado. Sólo entonces se dio cuenta de algo en lo que no había reparado al despertar: el Pequeño Esqueleto estaba tendido en el cubo, pero en una posición diferente de como lo había dejado la noche anterior.

- Eh, Bryan. ¿Por qué no dices nada? ¿Acaso estás demasiado feliz? Jajá, motivos no te faltan. Ese esqueleto negro es realmente increíble. Dicen que Fitch aún estaba dormido cuando el esqueleto le cayó encima y el pobre sólo alcanzó a ver el aleteo de sus alas. Después de la paliza, el esqueleto saltó directamente por la ventana y así fue como se escapó. ¡Oh! Ahora que recuerdo, Fitch vive en el cuarto piso. ¡Es asombroso que el esqueleto no se rompiera todos los huesos al aterrizar! -

- ¡Cof, Cof! - Bryan se aclaró la garganta tratando de que su amigo no notase su nerviosismo. Analizó el asunto en cuestión y dijo: - ¡Pues bien hecho! No sé quién habrá invocado a ese Pequeño Esqueleto, pero de seguro me ha hecho un favor vengándose por mí. ¡He tenido tanta suerte últimamente! -

****

En los siguientes días no le sucedieron más cosas desafortunadas y nadie vino a buscarlo para que le sirviera como blanco para las prácticas de magia. Bryan empleó este inusual tiempo de relativa tranquilidad para acercarse a las aulas de necromancia temprano en la mañana y escuchar las clases de Gene mientras pretendía que limpiaba.

Tal vez fue por causa de la paliza que sufrió, pero Fitch no se dejó ver en el Aula durante varios días. Bryan escuchaba las explicaciones de Gene sobre el conocimiento mágico cada vez que podía y así fue comprendiendo muchas teorías que en un principio no podía entender.

Por la noche practicaba el "Conjuro de Fuego-Glacial Místico" y poco a poco iba consiguiendo que la Esencia Mágica se abriese paso entre sus Circuitos Mágicos, aunque cada vez que lo intentaba sufría un infierno de dolor, pero en el trascurso de pocos días ya casi había logrado despejar los conductos hasta sus muñecas.

También continuaba el estudio teórico de “Los Fundamentos de la Necromancia” y tomaba notas mentales de los aspectos que no entendía para ver si tenía la suerte de que el Maestro Gene mencionase estos temas durante sus clases.

Ahora que sus raciones de alimento habían aumentado estaba recibiendo más nutrientes y esto, junto con el entrenamiento mágico, fue mejorando su físico de tal modo que su cuerpo originalmente escuálido y frágil comenzó a experimentar importantes cambios fundamentales, aunque en un principio pasaron desapercibidos. Su musculatura se desarrolló e incluso pareció ganar un poco de altura.

Y también su carácter era diferente.

Esto podría haberle causado algunos problemas, pero por suerte todos los estudiantes de necromancia asumían que los cambios de Bryan eran una simple consecuencia de su locura y él no iba a hacer nada para sacarlos de su error. En realidad, disfrutaba mucho de la facilidad que tenía para que nadie le prestase atención, cosa que lo beneficiaba mucho cuando quería salirse con la suya y lo ayudaba a ocultar el hecho de que todos los días estaba estudiando magia en secreto. 

- Oh infinitas tinieblas, conviértanse en las destructivas flechas óseas y destruyan de acuerdo a mi voluntad, ¡Flecha de Hueso! - Un estilete de hueso largo se materializó en el aire en cuanto terminó de recitar el encantamiento y con un chasquido de sus dedos se dirigió volando a gran velocidad contra una figura humana hecha de paja. Sin embargo, cuando estaba a mitad de camino, se escuchó un estruendo

“¡CRAC!”

La flecha de hueso explotó de forma repentina antes de impactar a su objetivo. Además, era evidente que se había desviado bastante de su curso. Nunca hubo forma de que le hubiese atinado a la figura de paja.

Bryan dejó escapar un suspiro mientras pensaba en cuál podía ser el problema. Y es que entender la teoría detrás del conjuro era una cosa, pero ejecutarlo con éxito era otra. Había estado practicando esta magia de bajo nivel cerca del cementerio durante muchos días y aún no había sido capaz de lanzarlo con éxito. A veces la flecha no aparecía, otras veces se desviaba del curso o simplemente explotaba a mitad de camino.

A pesar de todo Bryan no se desanimaba. A estas alturas ya entendía que la practica constante era el requisito más importante para alcanzar la maestría en cualquier cosa.

En estos días su rutina había sido entrenar su Esencia Mágica durante un tiempo cada vez que terminaba sus tareas, luego se escabullía al cementerio donde alguna una vez habían arrojado su cadáver para ponerse a practicar necromancia en la oscuridad de la noche. El Pequeño Esqueleto permanecía inmóvil en su habitación y no salía de allí excepto para ayudarlo con los fardos de basura.

Mientras Bryan reflexionaba sobre el encantamiento que acababa de usar intentando descubrir en dónde se había equivocado, escuchó el sonido de unos pasos apresurados acercándose a lo lejos. Así que rápidamente se escondió en un rincón oscuro.

El cementerio era amplio y solía estar completamente tranquilo por la noche. Muy pocas personas visitaban este lugar a parte de Bryan, que lo atravesaba cuando tenía que botar la basura. Por ese motivo lo había utilizado para practicar en secreto e incluso tenía seleccionado unos cuántos lugares para esconderse si por casualidad alguien se acercaba.

Al cabo de un rato, un hombre de mediana edad, alto y con largos cabellos entró en el campo de visión de Bryan. A simple vista era evidente que estaba bastante malherido, pues su ropa estaba desgarrada, llena de manchas de sangre e incluso sus labios tenían un poco de espuma carmesí.

En una mano empuñaba una espada, pero a duras penas era capaz de sujetarla. El desconocido caminaba tambaleándose hacia delante con una mirada cargada de ansiedad, pero estaba avanzando sin un rumbo fijo, tropezándose de vez en cuando y cada cierto tiempo miraba hacia atrás con una expresión frenética.

Justo cuando el desconocido llegaba a la zona en que Bryan había estado practicando, sufrió un doloroso espasmo por culpa de sus heridas y sus piernas finalmente cedieron cuando se derrumbó en el suelo. Pero aún mientras caía consiguió sacar fuerzas de flaqueza y se levantó por última vez.

Entonces se puso a cavar desesperadamente un agujero en la tierra usando su espada, luego sacó un saquito de cuero de uno de sus bolsillos y lo enterró cuidadosamente en el improvisado escondite. Finalmente lo cubrió intentando dejar la tierra lo más alisada posible. Cuando terminó, se obligó a seguir corriendo por varios metros.

- Dylan, Dylan ¿a dónde crees que puedes escapar ahora? - Una voz benevolente se escuchó a lo lejos y de pronto un pequeño vendaval golpeó al desconocido herido por la espalda, aplastándolo contra el suelo.

Entonces un nuevo individuo delgado, frágil y viejo se materializó de la nada. Exhibía una sonrisa compasiva en su rostro. Vestía una lujosa túnica de mago cuyos bordes estaban decorados con hilos de oro. En una mano sostenía un báculo finamente tallado que tenía engarzados un enorme rubí, un zafiro y un topacio.

Casi al mismo tiempo, un resplandor de luz verde oscuro llegó volando rápidamente desde muy lejos como una centella para detenerse al costado del sonriente anciano. Luego la Luz desapareció y en su lugar apareció un hombre de aspecto fuerte y una mirada adusta, que llevaba en el cinto una espada larga.

- Maestro Duke, ¿qué debemos hacer con Dylan? - El espadachín se paró educadamente al lado del mago y le habló con mucha humildad.

El viejo mago arrugó las cejas cuando miró al hombre que había colapsado en el suelo y que sangraba profusamente por culpa de sus heridas.

- Pobre Dylan... probablemente esté al límite de sus fuerzas. Nadie debería sufrir este tipo de dolor. ¡Erick, envíalo al otro mundo! -

- Es usted muy compasivo, maestro. - Respondió el espadachín Erick, elogiando al mago con una extraña expresión en su rostro. Inmediatamente después se lanzó como un rayo hacia el agonizante Dylan que aún luchaba para levantarse. Bryan apenas pudo captar el resplandor de un destello verde durante un instante fugaz y escuchó el sonido de una espada desenvainada. Luego vio como el pobre hombre que agonizaba era partido limpiamente por mitad.

Erick enfundó su espada larga y se inclinó de inmediato para registrar el cadáver con tranquilidad, pero la expresión de su rostro se fue tornando más y más desagradable por momentos. Finalmente se levantó dijo: - ¡Maestro Duke, no lo tiene consigo! -

- ¡No es posible! - Duke se sorprendió y su tono cambió por completo. Luego hizo un movimiento con su báculo para invocar un viento que arrastró el cadáver de Dylan a su lado y recitó un encantamiento que invocó a cientos de ráfagas de viento. Entonces el cadáver fue completamente despedazado como si lo hubiesen metido en un triturador de carne, dejando únicamente las ropas intactas.

Bryan vio todo con claridad desde su escondite. 

La luz verde oscura que había brotado de la espada larga de Erick indicaba que era un Caballero Veterano, una persona extremadamente poderosa en este nuevo mundo, pero el hecho de que mostrase una actitud tan respetuosa con ese cruel anciano llamado Duke significaba que ese mago debía ser alguien muy importante y poderoso. Sin embargo, en ese momento no se dio cuenta de nada, porque se sentía impacto al haber presenciado un asesinato por primera vez en su vida y estaba luchando para no entrar en pánico.

- ¡En verdad no lo tiene! - Murmuró Duke para sí mismo y con un movimiento de su báculo arrojó los despojos al suelo como su fuese un montón de basura. Luego cerró los ojos y emitió un fuerte pulso de Fuerza Mental que se esparció por varios metros y finalmente rodeó el cuerpo de Bryan. Inmediatamente después sintió que una poderosa fuerza lo sacaba volando de su escondite hasta que aterrizó delante de Duke.

- ¿Eh? ¡¿Cómo supo este viejo que yo estaba aquí?! - Bryan no solamente había entrado en pánico, sino que además el miedo le había hecho soltar la lengua. Cuando se dio cuenta intentó sonreír como siempre, pero sus ojos traicionaban su nerviosismo.

- ¡Eh, qué criatura tan pequeña e inocente! A juzgar por tu ropa, ¿eres algún sirviente de la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares? - Duke miró con amabilidad a Bryan y lo arrojó al suelo después de decir esas palabras.

- Sí, soy un humilde sirviente recadero de la Academia de Babilonia. Pasaba por aquí para tirar la basura de mis amos magos, cuando me volví sordo y ciego por un momento, así que no he visto nada. ¡Eh! ¡Se está haciendo algo tarde! Ustedes sigan charlando, yo voy a retirarme ahora. -

Bryan se levantó del suelo con una cara llena de ingenuidad, mientras pensaba para sí mismo: “Algo me dice que estos tipos raros podrían decir o hacer algo muy perjudicial para mí, creo que es hora de emprender la graciosa huida.

Luego dio dos pasos mesurados hacia los terrenos de la academia y a continuación, comenzó a correr con todas sus fuerzas, como un alma que se la lleva el diablo. 

- Heh, este mocoso es inesperadamente perspicaz. Erick, se amable y envíalo a un lugar mejor ¿quieres? - Duke habló con benevolencia y mientras veía al muchacho que se alejaba corriendo como un zorro.

Bryan sintió que una fuerte corriente de aire se le acercaba rápidamente tan pronto como Duke terminó de hablar.

Duke el Archimago de Viento

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y esta es una versión reeditada el 09 de marzo del 2021.

En mi país estamos en plena cuarentena por el covid 19 y en medio del escándalo bautizado cariñosamente como “Vacuna Gate”. ¿De qué se trata? Fácil, el presidente Vizcarra y luego Sagasti compraron unas vacunas chinas 6 veces más caras que solamente tenían un 70 % de efectividad, lo cual ya las hacía inferiores a la rusa Sputnik de 89 % de efectividad a la norteamericana Sinofarm con 93 % de efectividad. Pero ahora han descubierto que la mitad de vacunas en realidad solo tiene 30 % de efectividad, o sea que prácticamente no sirve. ¿Cómo paso esto? Simple, el presidente se vendió por unos millones a los chinos y no le importó sacrificar a millones de sus conciudadanos.

Bueno para este episodio en realidad quise hacerlo todo un poco más emocionante porque el original ocurre con un ritmo demasiado lento y casual. Hice un mayor énfasis al conflicto interno del protagonista y su miedo a perder el control, algo que en el original era simplemente mencionado de pasada. También me inspiré bastante, aunque no lo crean, en algunos monólogos internos de Bug Bunny cuando estaba en peligro y funcionó bastante bien para su encuentro con los dos intrusos, porque le dio un aire divertido a una situación que ya de por si era demasiado vertiginosa para la ocasión.

Espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.