76 ¡Él es mi novio!

- ¡Hermano Lawrence, por favor ven conmigo para darte los artículos que necesitas! - La voz de Phoebe aparentaba indiferencia, pero para alguien perceptivo era evidente que estaba decepcionada de que Bryan no hubiese reaccionado en lo más mínimo a la ronda de sarcasmos que le había dirigido. En lugar de eso continuaba sentado con tranquilidad, bebiendo su té y mordisqueando un bocadillo ocasional.


Phoebe se dio la vuelta para retirarse, pero se detuvo por un instante para volver la cabeza y lanzarle a Bryan una mirada llena de furia, mientras decía en voz baja: - Espera un rato si no tienes prisa. -


El aludido levantó la mirada un momento y pudo sentir claramente toda la ira reprimida que provenía de la muchacha. Su primer impulso fue escapar de inmediato para asegurar su supervivencia, pero los materiales que necesitaba si quería forjar el Desgarrador Sombrío todavía estaban en poder de Phoebe. Así que se limitó a asentir brevemente con la cabeza mientras en su interior maldecía su suerte y se resignaba a lo inevitable.


Phoebe condujo a Lawrence fuera de la habitación. Fabián permaneció acompañándolo por cortesía, aunque de vez en cuando le lanzaba una mirada llena de sorpresa e incredulidad. Apenas estuvieron a solas, se arriesgó a preguntar: - Bryan ¿qué está pasando? ¿Cómo es posible que seas un sirviente recadero si eres tan poderoso? ¿Es alguna clase de malentendido? -


- Es complicado, Fabián. - Respondió Bryan con un suspiro: - Te aconsejo que no averigües demasiado sobre esto, aunque no te culparé si lo haces. Pero de verdad estoy muy sorprendido. Conozco a Lawrence y sé que es hábil con la espada, pero no deja de ser un Sargento Caballero regular. En cambio, la Señorita Phoebe ya es una Maestra de Espadas y su fuerza está en un reino muy superior. ¿Cómo es posible que los dos sean discípulos del mismo maestro? - Bryan se hizo esta pregunta en voz alta, bastante perplejo.


Y es que cuando Phoebe había llamado a Lawrence “hermano” lo hizo con un tono que dejaba claro que no eran parientes, sino que pertenecían a la misma “hermandad”. En pocas palabras ambos eran seguidores de la misma escuela de combate y esta debía tener un Maestre o Gran Maestro del cual ambos eran condiscípulos.


Pero, aunque tanto los Caballeros como los Espadachines podían entrenar las mismas técnicas para desarrollar su Aura de Batalla, Phoebe poseía un poder muy superior al de Lawrence y eso era bastante extraño teniendo en cuenta que estudiaban con el mismo Maestro. Encima había escuchado claramente que Phoebe llamaba a Lawrence “hermano superior”, lo que indicaba que Lawrence llevaba más tiempo que ella estudiando las mismas artes de combate. Y aun así la diferencia entre los dos era demasiado grande.


- Me temo que tampoco tengo muy claro cuál es la situación de la joven Señorita. Hasta hace unos años yo mismo no era más que un personaje insignificante en el Gremio Mercante de Boozt, pero escuché que la Señorita estuvo estudiando en el extranjero antes de que el antiguo Maestro del Gremio falleciera, e incluso entonces sólo regresaba a casa una o dos veces al año. Si el antiguo Maestro no hubiese muerto repentinamente, es probable que la señorita Phoebe ni siquiera hubiese regresado a vivir en el Imperio Itálico.


Fui presentado al señor Lawrence recientemente y aunque es evidente que su relación con la señorita es muy cercana, no tengo idea cuál es su naturaleza o la historia que los precede. Tenga en cuenta que incluso desconocía que la señorita era una Maestra de Espadas hasta el día en que nos ayudaste a lidiar con esos tres asesinos. - Fabián miró a Bryan con una mirada de disculpa mientras explicaba. Era evidente que lo consideraba como un aliado o no tendría tantas confidencias con él.


Por su parte Bryan decidió no preguntar nada más. Se limitó a asentir brevemente con la cabeza mientras meditaba en todo lo que había ocurrido y en cómo debía responder a la situación.


Después de un rato, Phoebe y Lawrence regresaron a la habitación, pero no atravesaron el umbral de la puerta. Entonces Phoebe habló: - Fabián, acompaña a mi hermano hasta la puerta y luego asegúrate de que nadie nos interrumpa. ¡Tengo algunas cosas que discutir con el señor Bryan en privado! -


- ¡Sí, señorita! - Fabián se levantó de inmediato. Era evidente que estaba muy versado en cómo reaccionar durante una situación delicada.


- Me alegro de haberme encontrado contigo, Bryan. Si por casualidad quieres ganar otras monedas de oro ven a buscarme a los campos de entrenamiento. Aunque algo me dice que ya no tendrás necesidad de ello. De todos modos, espero que nos veamos otro día, creo que tendremos muchas oportunidades de encontrarnos en el futuro. - Dijo Lawrence mirando a Bryan con una expresión muy significativa, luego se rio y siguió a Fabián.


En cuanto estuvieron solos, la estoica expresión de Phoebe fue remplazada por una fría y despiadada. Le hecho un rápido vistazo a Bryan antes de sentarse, mientras luchaba por controlar su respiración: - ¡¿Cómo te atreves a volver aquí otra vez?! -


- ¿Y por qué no me atrevería? - Bryan levantó una ceja, miró a Phoebe directamente a los ojos sin demostrarle el más mínimo temor: - No he hecho nada en contra de mi conciencia y además todavía no he recibido la remuneración que acordamos por ayudarte la última vez. Pero no te preocupes, lo último que deseo es incomodar a otros o estar dónde no me quieren. Así que si me das los materiales que me prometiste junto con el Mineral de Oro Negro, me iré inmediatamente y no tendrás que hacer negocios conmigo nunca más. -


En menos de un instante Phoebe dio un fuerte manotazo sobre la mesa y miró furiosamente a Bryan: - ¡Miserable! ¡¿Cómo te atreves a venir aquí y exigirme cosas?! ¡Intentaste violarme! ¡Deberías agradecer de rodillas que no te haya matado todavía! -


- ¡Con un demonio! ¡Sabes perfectamente que ambos estábamos bajo la influencia de un afrodisíaco! ¡Eres tú la que deberías darme las gracias, porque si no te hubiera arrastrado fuera del Gremio ya te habrían matado hace tiempo! ¡Y eso si tenías suerte! ¡Si hubiera querido “violarte” como dices, nunca te hubiera llevado a ese río! ¡¿Y ahora quieres que te dé las gracias por no dejar que me mataras?! ¡¿Quién carajo te crees que eres?!- Ahora Bryan estaba realmente enfadado y tenía problemas para mantener el control sobre sus pensamientos y sospechas. “¡Mujeres! ¡Todas te gritan, te insultan y luego se sienten ofendidas! Tuve que hacer ese maldito trabajo durante toda la noche y lo único que obtuve hasta el momento han sido sus quejas y sus golpes. ¡¿Cree que puede usar lo ocurrido como una excusa para no pagarme?!


Se oyó un chasquido y Phoebe se levantó con el estoque desenvainado y apuntando al frente, en ese momento su expresión había superado por mucho su ira inicial. Casi al mismo tiempo, Bryan pateo a un lado la mesa que tenía en frente y se levantó de inmediato. Tenía un par de dagas largas en cada mano y miraba a Phoebe directamente con una expresión feroz, como si no pudiera esperar para empezar a pelear en el instante en que ella le diera la más mínima excusa.


Los dos se quedaron mirándose mutuamente, manteniendo su posición durante casi un minuto. Al final Phoebe frunció los labios y volvió a envainar lentamente su espada. Luego volvió el rostro a un costado para no seguir mirando a Bryan y dijo fríamente. - ¿Qué quieres exactamente? -


- Es muy sencillo. Voy a comprarte los materiales que pedí por el precio que acordamos en un principio y espero que me entregues el Mineral de Oro Negro que me debes. Una vez hagamos esta transacción ya no habrá deudas entre nosotros. No tendremos que ver nada el uno con el otro. Me marcharé y no volverás a verme, pues ya no pienso hacer más tratos estúpidos contigo. - Bryan tomo un vaso con agua de otra mesita cercana, se bebió todo el contenido de un trago y volvió a sentarse en la silla con una expresión sombría mientras hablaba con decisión.


- Tienes valor para burlarte, idiota codicioso. - Dijo Phoebe mientras experimentaba otra oleada involuntaria de furia extrema por las palabras de Bryan. Era la primera vez que tenía tantos problemas para controlarse y no era capaz de ocultarlo. Con un rápido e irritado movimiento de la mano, su Anillo Espacial se activó y extrajo un gran número de objetos cuidadosamente empaquetados que arrojo al frente de Bryan mientras le lanzaba una dura mirada.


- ¡Eh, así que ya lo tenías todo a la mano! ¿Por qué no lo dijiste desde un principio? Parece que dejé de lado mi falsa cortesía para nada. - El primer pensamiento de Bryan había sido tomar todos los artículos y salir de inmediato, pero no pudo dejar de notar que todos los paquetes habían sido pulcramente preparados y acomodados. También había un pedazo de mineral oscuro de aspecto extraño en el interior de un recipiente de vidrio transparente, con las palabras "Oro Negro" escritas en su superficie. Era evidente que la muchacha había estado esperando su llegada y nunca tuvo intenciones de faltar a su palabra.


Hasta entonces había estado temiendo que Phoebe tratara de estafarlo y negarle su justa recompensa. Pero ahora se había quedado desconcertado con esta chica, quien, a pesar de tener un temperamento tan explosivo, era virtuosa por naturaleza y sus principios no le permitían fallar en cumplir lo que había prometido. Esta conducta honorable era bastante desconcertante para alguien como él, que decía mentiras prácticamente todos los días y solamente hablaba en serio cuando amenazaba a alguien.


- Quizá… me excedí con mi comportamiento. No es que quisiera ofenderte, solamente quería obtener lo que se me debía. Dame una Letra de Cambio y trasferiré de inmediato el dinero que corresponde. - Bryan sonrió torpemente e intentó disculparse con Phoebe con algo de vergüenza, pero no dejo de usar su propio Anillo Espacial para guardar todos los artículos.


Por su parte el rostro de Phoebe parecía envuelto por un aire de indiferencia suprema y le respondió con rigidez, todavía sin mirarlo: - No necesito tu dinero. A diferencia tuya, la avaricia no rige cada aspecto de mi vida. No es más que tres mil quinientas monedas de oro… considéralo un regalo por los servicios prestados. ¡Ahora desaparece de mi vista y nunca más vuelvas a aparecerte frente a mí! -


Al escuchar esa respuesta despectiva, la mirada de Bryan volvió a ser gélida. Entonces asintió y activó su propio Anillo Espacial para extraer el pequeño fragmento de Mineral de Oricalco que había obtenido en la mina el día anterior. Luego lo dejo en frente de ella mientras le hablaba con frialdad: - Yo jamás voy a donde no me llaman. Y tampoco necesito los favores de extraños. Considere esto como una justa compensación por todos estos materiales. Adiós, Señorita Phoebe, espero que nuestros caminos no vuelvan a cruzarse. -


Bryan se levantó y comenzó irse con paso decidido. Pero justo cuando estaba por atravesar el umbral de la habitación, Phoebe perdió toda su compostura de repente y se levantó, mirándolo con una expresión perdida. De repente su rostro revelaba una profunda debilidad y cansancio. Era un contraste increíble en comparación con su habitual porte hierático e indiferente. Entonces le hablo con un tono de voz desolado: - ¿Ahora vas a tratarme como a una completa extraña? -


Bryan se detuvo y respondió de forma natural, mientras se encogía de hombros: - Ya que tratarme como a un amigo parece resultarte abominable, yo, por supuesto, no pienso imponerte mi presencia. -


Entonces le sonrió por última vez y comenzó a caminar fuera de la habitación, pero en ese momento Phoebe volvió a hablarle: - ¡Espera! -


Normalmente se hubiera ido, pero la voz de esa chica tenía algo que hizo que Bryan volviese a detenerse y girase la cabeza para mirarla. Para entonces ya se había clamado un poco, así que le habló con un tono más afable: - ¿Tiene algo más que decirme, Señorita Phoebe? -


En ese momento la actitud de la joven se había vuelto un poco extraña. Bajó la cabeza y se quedó un momento en silencio mientras pensaba; pero cuando volvió a levantar la mirada, una buena parte de todo el cansancio y debilidad que estaba sufriendo instantes atrás había desaparecido. La forma tan directa e intensa con la que ahora lo contemplaba, hizo que Bryan se sintiera un poco nervioso. Finalmente, los labios de Phoebe se curvaron para revelar una encantadora sonrisa, al tiempo que preguntaba: - Bryan, ¿quieres decir que ya me consideras una amiga tuya? -


Sorprendido por este inesperado desarrollo de eventos, Bryan asintió con la cabeza mecánicamente, aunque respondió con total honestidad: - Creo que hay ciertas cosas que las personas no pueden experimentar sin terminar unidas. Y sobrevivir juntos a nuestra aventura en el Gremio Mercante de Boozt debe ser una de esas cosas. Tampoco puedo dejar de reconocer que me has ayudado en varias ocasiones. ¡Si, te considero una amiga! Pero si tú no estás dispuesta, entonces simplemente… -


- ¡¿Y en qué momento he dicho que no estoy dispuesta?! ¡¿En qué momento?! ¡¿eh?! ¿Eres tan desalmado con todos tus amigos o sólo con los que tienes que hacer transacciones monetarias? - El rostro de Phoebe había vuelto a la normalidad e incluso le estaba mostrando una actitud mucho más humana en comparación a su postura habitualmente distante e indiferente. Ahora su mirada y su tono de voz eran muy similares a los que ella había usado cuando hablaba con Lawrence.


- Por supuesto que no. - respondió Bryan con cautela.


¡Mujeres!” Pensó Bryan en su interior. “¡Si hay un hombre que crea que las entiende por completo, es el más estúpido sobre la tierra!” Honestamente no sabía qué hacer. Él era bueno para detectar cuando alguien más le estaba mintiendo y podía sentir claramente que todas las palabras de Phoebe estaban llenas de sinceridad. Lo único que podía concluir era: “Ella realmente valora la idea de tener mi amistad.” El asunto era que nada de lo ocurrido hasta el momento explicaba este desarrollo. Parte de él creí que esta reciente actitud tenía que ser algún tipo de trampa o estafa, pero simplemente no podía detectar ningún indicio de que esta joven quisiera lastimarlo.


Sin darse cuenta, comenzó a sentirse un poco conmovido. Y los rastros del enfado que aún tenía desaparecieron por completo de su rostro. Después de pensarlo cuidadosamente, Bryan seguía convencido de que las palabras de Phoebe eran verdaderas. De modo que regresó lentamente hasta su silla y frunció el ceño mientras preguntaba: - Entonces déjame pedirte un consejo de amigos. ¿Qué crees que debería hacer a partir de ahora? -


- ¡Únete a mí y eliminemos juntos a Grover, esa la única forma en que podremos volver a tener días de paz! - El encantador rostro de Phoebe se ensombreció mientras decía esas palabras.


Bryan se quedó un momento en silencio mientras pensaba. “Quizá lo mejor sea dejar de estar ocultándome del peligro y pasar a una ofensiva directa. Además, últimamente mi vida ha sido un poco simple y monótona, así que algo de estímulo adicional podría hacerlo todo más interesante. Pero lo más importante es que Phoebe tiene razón: mientras Grover viva tendré que dormir con un ojo abierto y caminar mirando constantemente a mi espalda. Ese viejo siempre será un peligro para todos y una fuente interminable de problemas.


Después de reflexionarlo un poco, Bryan sonrió y dijo resueltamente: - ¡Sea pues! ¡Tienes todo mi apoyo y mi promesa de que te ayudare a partir de ahora! -


Cuando escuchó su respuesta, el rostro de Phoebe se iluminó con una sonrisa encantadora y de inmediato comenzó a explicar sus planes: - Entonces, debes acompañarme a un banquete privado que va a celebrarse en el Gremio esta misma noche. Varios miembros fundadores estarán presentes, así que es una excelente oportunidad para nosotros. -


- Espera un momento. ¡¿Dijiste un banquete?! ¿Y exactamente qué se supone que tengo que hacer yo ahí? - Pregunto Bryan algo estupefacto.


- Nuestro objetivo es hacer acto de presencia y ganarnos la buena voluntad de la mayoría de miembros fundadores. Son ancianos y tercos, así que ni siquiera considerarán apoyarme si creen que no tengo el valor de presentarme ante ellos. Al mismo tiempo vamos a intentar dilucidar qué es lo que está planeando ese viejo espectro y así tomar medidas en su contra. Por supuesto que será peligroso, por eso necesito que alguien me acompañe. Y tú tienes una mentalidad aguda, te das cuenta de todos los detalles y posees un gran abanico de habilidades. Bryan, necesito tu ayuda. Has dicho que somos amigos ¿verdad? -


¿Por qué siento que acabo de embarcarme en una especie de viaje sin retorno?” Pesó Bryan suspirando, pero lo cierto era que ya había empeñado su palabra. Y también había admitido que ambos eran amigos. Probablemente esa había sido la intención de Phoebe desde el comienzo. Ya no podía retractarse de sus palabras, así que hizo tripas el corazón y apretó los dientes, pero al final asintió con la cabeza.


Phoebe sonrió con sincera alegría y exclamó suavemente: - ¡Magnífico! Ahora espérame un momento. Voy a pedirle a alguien que prepare un traje de gala a tu medida. También tengo que enseñarte los modales y cortesías más elementales de la aristocracia. Lawrence me ha dicho que eres un sirviente de la Academia Babilonia, así que… supongo que no estás muy versado en esas cosas. -


Bryan le lanzó una mirada malhumorada mientras respondía: - Él dijo la verdad, yo fui un sirviente recadero y lo que es peor, un miserable esclavo. Pero todo eso pertenece al pasado. Gané mi libertad superando en habilidad y poder a muchos hijos de aristócratas. ¡Hasta ahora no hay nada que no haya podido hacer igual o mejor que ellos! No te preocupes demasiado. -


- Lo siento Bryan, realmente no tenía intención de ofenderte. ¡De verdad! - Phoebe estaba un poco agitada y se apresuró a disculparse.


- Tranquila, no me has ofendido. Enséñame lo que necesito saber y yo te escuchare atentamente. Lo que no sepa, lo aprenderé. - Bryan agitó su mano con indiferencia para indicarle que no le diera más importancia al asunto.


La expresión de Phoebe se calmó y suspiró con alivio. Entonces desvió la mirada y vio el trozo de mineral que Bryan había dejado frente a ella. El asombro la embargo de inmediato y lanzó una exclamación. - ¡Esto es Mineral de Oricalco!


Aparentemente había estado tan agitada que no se dio cuenta del valioso material que Bryan le estaba entregando. Ahora estaba muy impresionada: - No puedo creer que hayas obtenido este mineral tan raro. ¡Parece que realmente quieres forjar un arma extraordinaria! -


- ¡En efecto! - Bryan respondió con firmeza.

*****

Durante el resto del día Phoebe estuvo explicándole las formas de comportarse más básicas de la nobleza. Bryan tenía muy claro que para lograr ascender y abrirse paso hacia las más altas posiciones de este mundo, tenía que dominar el conocimiento de la buena etiqueta. No solamente le ayudaría a desenvolverse entre lo nobles; los modales reflejaban estatus, reflejaban autocontrol y también eran una prueba de que poseía poder. Así que escuchó todo lo que Phoebe le explicaba con mucha atención y puso todo su esfuerzo en reproducir los gestos, movimientos, posturas y expresiones que le enseñaban.


Sorprendentemente descubrió que su memoria era mucho más flexible y capaz de retener información que antes. Tal vez se debiese a haber superado el reino sólido o simplemente era que había adquirido la costumbre por haberle dedicado tanto tiempo al estudio. Es caso es que después del primer intento ya sabía cuál era el cubierto que debía usar primero y cuáles eran los platos, copas, vasos y orden apropiado para usarlos.


Cuando cayó la noche, Bryan se puso el traje de gala que habían preparado especialmente para él y vio que en realidad le quedaba muy bien. Sonrió con gusto antes de caminar detrás de Phoebe para subirse al carruaje que los conduciría por tercera vez al Gremio Mercante de Boozt.


Cuando llegaron, vieron que el patio principal ya tenía una enorme variedad de carruajes lujosos y opulentos estacionados frente a las puertas. Los guardias también parecían diferentes, porque Bryan no pudo reconocer sus rostros, pero ninguno de ellos los interrogó cuando bajaron del carruaje ni hicieron el menor intento de obstruir su paso cuando atravesaron la puerta principal. Phoebe caminaba elegantemente y con total seguridad, guiándolo por un par de pasillos, hasta que llegaron a la entrada del Gran Salón donde usualmente se celebraban los banquetes.


Y parado en la entrada, sosteniendo una copa de cristal llena con uno de los vinos más finos del Imperio, estaba esperándolos Grover. El anciano recibía a los invitados con el mismo porte que tendría un rey cuando recibe a los súbditos de sus tierras. En ese momento conversaba alegremente con un par de individuos mayores que, a juzgar por sus lujosos trajes de gala, seguramente eran miembros fundadores del Gremio Mercante de Boozt.


Pero, aunque aparentemente estuviera disfrutando, la mente aguda del terrible anciano siempre estaba atenta a todo lo que ocurría a su alrededor. Y sus ojos perspicaces se fijaron inmediatamente en Phoebe y Bryan, antes de que se hubiesen acercado a la puerta.


- ¡Querida Sobrina! ¿Has estado bien? He estado muy preocupado por ti, sobre todo porque hace mucho que no estamos en contacto. ¡Cómo me alegra que hayas venido! -


- Honrado tío. También me alegra verte de nuevo. ¡Sé que te preocupas mucho por mi bienestar, pero te aseguro que no he tenido ningún problema que valga la pena mencionar! ¿Y cómo iba a dejar pasar esta oportunidad de rendirte homenaje en persona? -


- Tus sentimientos conmueven mi anciano corazón como siempre. Pero… - Los ojos de Grover pasaron lentamente del rostro de Phoebe hacia el inexpresivo de Bryan. Sus miradas se encontraron por un instante que pareció eterno. Al final el anciano no le dijo nada y en su lugar volvió a mirar Phoebe con una sonrisa que ocultaba muchas cosas: - Querida Sobrina. Me temo que este banquete es un evento privado para los miembros de nuestro Gremio. ¿No crees que es poco apropiado invitar a un amigo ajeno a nuestra familia? -


- ¡Por supuesto que sí, tío Grover! ¡Pero el señor Bryan ya no es una persona ajena a nosotros! - Dijo Phoebe luego de aclararse los labios para mostrar una suave sonrisa, mientras miraba a Bryan con una expresión ligeramente tímida y adorable.


- ¿Oh? ¿Podrías explicarme el motivo, querida sobrina? - Los ojos de Grover se entrecerraron mientras examinaba a Bryan con una mirada tan venenosa como la de una serpiente. Por primera vez su voz tuvo un acorde involuntario que revelaba el profundo desprecio que realmente sentía por él.


Phoebe sonrió y alzó su hermoso rostro con altivez mientras miraba a Grover a los ojos sin el menor rastro de temor. Entonces proclamó con orgullo: - ¡Él es mi novio! -

Phoebe armada y lista para la batalla

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y esta es una versión reeditada el 16 de junio del 2021.

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Nos vemos en el siguiente capítulo.