269 No necesito probar mi inocencia

En cuanto los mercenarios se marcharon, la expresión alegre de Cecilia desapareció por completo y se soltó de Bryan dándole un manotazo lleno de desagrado mientras gruñía enojada: - ¡Déjame de una vez! ¡¿Quién te dijo que podías tocarme ahí?! -

- Lo siento. Tenía que parecer creíble. - Se disculpó Bryan con una sonrisa irónica y adoptó una actitud compuesta, fingiendo que nada había pasado: - Bueno, mi Señora. Ya es tarde y como habrás visto la gente está bastante tensa en el Valle del Sol últimamente, así que le recomiendo que vaya a refugiarse. -

- ¡Cuando quiera tu consejo, te lo pediré, mocoso despreciable! - Le espetó Cecilia sin rodeos y se marchó furiosa después de hacerle una señal a sus escoltas para que la siguieran. Aunque por dentro no dejaba de preguntarse cómo era posible que en tan poco tiempo la reputación de Bryan fuese tan elevada en el Valle del Sol.

Bryan sonrió por última vez mientras grababa la sensación de las caderas de la Dama Cecilia en su memoria como un agradable recuerdo y luego se adentró en el asentamiento.

Los burdeles estaban funcionando a todo dar, pero en comparación al Jardín de las Delicias, la calidad de las prostitutas no solamente era paupérrima, sino que hasta le provocaban nauseas. Bryan no tenía deseos de practicar su magia afrodisíaca en ninguna de ellas, así que ni siquiera les prestó atención y en su lugar fue a varios negocios para aprovisionarse: Necesitaba una nueva cantimplora llena de agua, reponer su surtido de venenos, algunas provisiones y ciertos ingredientes “cuestionables” para la fabricación de futuras pociones que se podían encontrar fácilmente en ese enorme Mercado Negro que era el Valle del Sol.

Durante todo el camino se cuidó de mantener su capucha bien puesta para ocultar sus rasgos, pero aun así no pasó mucho tiempo antes de que sintiera a los primeros espías siguiéndolo en pequeños grupos de dos o tres integrantes. Normalmente los habría ignorado porque siempre era difícil saber a ciencia cierta a que organización pertenecían y algunos podrían ser de la Banda de Drakar. Pero la agresividad apenas reprimida de estos era tan evidente, que solamente podían ser miembros de Falce Segador.

Sorin, Sorin, el cadáver de tu abuelo aún no se debe haber enfriado, pero tú ya estás cometiendo imprudencias. ¿De verdad crees que vas a asesinarme tan fácilmente? ¿O sólo quieres saber en dónde voy a estar? ¡Entonces tendrías que haber usado a terceros para seguirme en lugar de a tus propios hombres, imbécil!” Pensó Bryan sonriendo cruelmente y comenzó a dirigirse por callejones estrechos llenos de sombras, donde podía usar libremente todas sus habilidades para el sigilo sin que nadie lo viese.

Era de noche, los Espectros Oscuros lo apoyaban y aunque alguien avisase a la Banda de Drakar era muy dudoso que alguno de ellos se movilizase realmente e incluso si lo hiciesen no se lamentarían porque alguien estuviese matando a integrantes de sus enemigos jurados. Así que Bryan no se contuvo y usando el Arte del Noveno Diagrama Celeste comenzó un macabro juego de escondidas, en el que cada cierto tiempo corría repentinamente para perderlos de vista dando la vuelta a una esquina de algún callejón. Luego, mientras ellos trataban de apresurarse para alcanzarlo, él aprovechaba para volar y posicionarse detrás de los grupos en completo silencio, cortándoles el cuello con habilidad.

Bryan practicando sus habilidades en sigilo para matar

Después de matar a unas 15 personas, finalmente un transeúnte descubrió uno de los cadáveres y comenzó a gritar por ayuda. Esto quizá les dio mala espina a los espías de Falce Segador, porque dejaron de buscar su rastro y Bryan se lamentó por no tener más oportunidad de reducir el número de enemigos esa noche.

Ya sin preocupaciones, Bryan se detuvo en una última tienda para comprar vinagre, unas cubetas, escobas y otros artículos de limpieza, pues estaba seguro de que los necesitaría pronto.

Cuando llegó finalmente a la “Taberna Maldita” que ahora le pertenecía, descubrió algunos cadáveres en diferentes estados de descomposición. Seguramente fueron enviados a infiltrarse por el difunto Costel para que averiguaran qué quería hacer Bryan ahí exactamente o por qué se instaló en ese lugar, pero todos acabaron víctimas de su Matriz Defensiva. Los estragos que dejaba el Escenario de la Masacre Espectral siempre eran aterradores, evidencia de lo cruelmente viscerales que habían sido sus muertes.

Bryan comenzó a quemar los restos con su Hechizo de Fuego Glacial Místico para después ponerse a barrer las cenizas resultantes y finalmente las amontonó en el exterior como fertilizante para la tierra. Luego se dirigió hacia el pozo donde estaba el Emplazamiento Extremo de Agua, pero cuando lo vio frunció un poco el ceño.

El Kelpie seguía en su lugar como guardián protector, pero había rastros de otros seres espirituales que aparentemente intentaron invadir el lugar para aprovecharse de sus propiedades, como los Sanguisuga que originalmente vivían ahí. Como no estaban vivos su Matriz Defensiva en el exterior no los podía detener, pero precisamente por eso Bryan había colocado este doble sello y al caballo acuático devorador de almas como guardián.

Sin embargo, aparentemente había subestimado o calculado mal la tenacidad de los espíritus malignos que deseaban beber la energía del pozo.

Tendré que corregir esto de algún modo o el Zombi Élite de Agua se demorará una eternidad en estar listo, incluso cuando tenga los materiales.” Pensó Bryan mientras se preparaba para insertar más energía en la Matriz de Evocación Kelpie y practicaba algunas modificaciones para fortalecerla.

Una vez terminados sus preparativos, encendió los candiles de la Taberna y se puso a limpiar el viejo edificio con suma eficiencia aprovechando esas habilidades que no usaba desde su época como esclavo en la Escuela Necromántica para mantenerse ocupado, mientras pensaba en todo lo que tenía que hacer de ahí en adelante. Luego decidió irse a dormir y pasó su primera noche de auténtico descanso en mucho tiempo.

*****

A la mañana siguiente se despertó fresco y se preparó un desayuno sustancioso para empezar el día. Después abrió un pergamino sobre necromancia para ponerse a estudiarlo tranquilamente hasta el mediodía, esperando a la visita que sabía que tendría que venir en algún momento. Y tal como supuso, eventualmente escuchó los pasos de una comitiva numerosa que se acercaba por el estrecho sendero hasta que se detuvieron justo antes de ingresar a la Taberna como si no se atreviesen a ingresar.

Bryan guardó el pergamino rápidamente mientras sonreía para sí mismo y salió al patio con un gesto bastante alegre mientras saludaba: - ¡Buen día, jefe Dálibor! ¡¿A qué debo este honor?! -

Al contrario que Bryan, era evidente que Dálibor no había tenido ningún descanso reparador. De hecho, se le veía pálido y sus ojos estaban bastante hinchados e inyectados en sangre. Pese a que intentaba disimularlo, era evidente que estaba sufriendo mucho dolor, quizá por algún efecto secundario de sus trasformaciones en Berserker.

- Vengo a agradecerte por tu ayuda de la otra noche, señor Bryan. - Dijo Dálibor reuniendo sus fuerzas para forzar una sonrisa que pretendía ser amistosa.

Pero con sus sentidos sobrehumanos Bryan podía leer la mayor parte de las tribulaciones y peripecias que Dálibor trataba de ocultar en su semblante. Tampoco es que fuese difícil de imaginar, porque la Banda de Drakar había sufrido grandes pérdidas en la emboscada y el vicecapitán Blaz, aunque no lo demostró en el combate, terminó sufriendo heridas graves que ahora seguramente se estaban cobrando su precio.

La situación era parecida para los otros poderes, así que en ese momento todos tenían dos objetivos fundamentales: Ocultar sus propias pérdidas y averiguar las de los demás.

Con ese objetivo en mente, Dálibor había estado trabajando sin descanso ni tregua a pesar del contragolpe mágico que sufría y la ausencia de su segundo al mando. Todo para evitar que sus enemigos se le adelantaran en medio del caos. Incluso había estado coordinando él mismo a todos los grupos de centinelas que ahora patrullaban abiertamente el asentamiento, en lugar de dejárselo a sus mandos medios, todo para asegurarse de dar la impresión de que la Banda de Drakar seguía siendo el primer poder a tener en cuenta.

Que serpiente tan cautelosa.” Pensó Bryan con ironía, aunque se aseguró de no demostrarlo y más bien fingió que se creía la fachada de buen vecino que Dálibor le mostraba.

- El agradecimiento sobra entre nosotros, estimado señor Dálibor. - Dijo Bryan haciendo un gesto como si no diese importancia al asunto: - El anciano Costel y la rata de Sorin eran enemigos comunes, así que bien valía la pena darte una mano mientras estaban desprevenidos. -

- ¡Matar a un Gran Mago no puede ser considerado algo tan simple como “dar una mano”, señor Bryan! - Dijo Dálibor sonriendo, aunque apenas consiguió reprimir un brillo astuto en su mirada: - Aquí tienes un documento firmado por mí mismo, donde te reconocemos como el dueño de este… local. Además, ya se ha hecho correr la voz de que los Cancerberos tienen libre permiso para reclutar miembros en el asentamiento. -

Bryan recibió un pedazo de cuero escrito e hizo el gesto simbólico de mirarlo con atención para después fingir que lo guardaba con cierto cuidado, pero en realidad tenía la intención de tirarlo lejos apenas pudiese, porque el Valle del Sol no existía realmente la legalidad así que todo esto del documento era una simple pantomima. La palabra de Dálibor en frente de su comitiva era la verdadera ley de este lugar fronterizo y todos los sabían.

- Me honras, jefe Dálibor. - Respondió Bryan inclinándose un poco: - Estoy lejos de poseer los poderes de un Gran Mago y solamente pude matarlo porque tenía toda su atención en un oponente más digno, que en este caso eras tú. ¡Pero aceptaré gustoso este gesto de alianza y amistad entre nosotros! Porque podemos decir que somos amigos… ¿Verdad? -

- ¿Y por qué no sería así? - Respondió Dálibor y soltó una alegre carcajada.

Pero a Bryan no se le escapó que el mercenario no había dicho la palabra “Si”, aunque fingió que no se daba cuenta y se unió a su alegre risa.

- Bueno, en cualquier caso, ahora Adam Menlo me cuenta entre sus personas menos favoritas y creo que Sorin no querrá que sigamos viviendo bajo el mismo cielo. - Comentó Bryan tranquilamente: - Todo esto hace que la amistad de Dálibor y la protección de la Banda de Drakar sea bastante invaluable para nosotros. ¡Los Cancerberos estaremos felices de cooperar con ustedes en el futuro! -

Las palabras de Bryan consiguieron que el nivel de malicia escondida en los ojos de Dálibor descendiese bastante, pero tampoco desapareció por completo.

- ¡Por supuesto, señor Bryan! - Asintió Dálibor sin dejar de sonreír: - Admito que te subestimé bastante. Incluso si fue por sorpresa, matar a un Gran Mago y luego herir a la montura de Adam Menlo definitivamente son hazañas que mercen mi respeto y admiración. Mientras que los Cancerberos cooperen conmigo, te garantizo que prosperarán en el Valle del Sol. -

En pocas palabras no piensa dejar que nos quedemos al margen en la lucha o nos considerará enemigos…” Dedujo Bryan irritado, pero mantuvo su sonrisa y respondió con resolución: - ¡Pero por supuesto! Aunque esos detalles deberán ser acordados por Trunks, quien es el líder oficial de los Cancerberos. Yo solo soy un asesor y financista, pero por mi parte no tengo ningún problema en colaborar con ustedes. -

- ¡Vamos! No esperarás que crea eso a estas alturas. ¿Cierto? Digo, no creo que le pidieses permiso a Trunks para desatar ese conjuro necromántico del que solamente he escuchado en los cuentos. - Le dijo Dálibor con una sonrisa astuta: - ¿Qué te parece esto? Les ofrezco algunas monedas de oro para que los Cancerberos me ayuden a lidiar con las otras fuerzas. ¿Te interesa? -

- Tal vez, pero te repito que Trunks es quien toma esas decisiones. - Respondió Bryan con un gesto perezoso: - Aunque hay algo personal con lo que estaría feliz si pudieras ayudarme. ¿No sé si te habrán contado que tengo una amiga en el Valle del Sol? Me refiero a aquella que no entró por la entrada principal. ¡Te estaré muy agradecido si la ignoras! Puedo darte mi palabra de que no tiene en mente nada que pueda perjudicarte. -

- No hay problema, dalo por hecho. - Asintió Dálibor sin pedir nada a cambio y se dio la vuelta para retirarse, pero entonces pareció dudar y se volvió una última vez para decir en voz baja: - Costel está muerto y Resurrección de Cadáveres es considerada magia tabú. Si bien es cierto que no todos en el Templo de Idramón están podridos como ese viejo y su nieto, dudo mucho que te dejen escapar. ¡Será mejor que tomes buenas decisiones! -

- Si me atreví a matarlo es porque no tengo miedo de su venganza. - Le contestó Bryan con un gesto tranquilizador: - Lo que hagan esos cultistas me trae sin cuidado. En cambio, deberíamos ocuparnos en librarnos de Sorin. ¡Por favor avísanos cuando vayas a actuar! -

- Muy bien, entonces. - Respondió Dálibor: - Pero será mejor que no te demores mucho o perderás la oportunidad de matar a esa rata si termina cayendo en mis manos primero. -

Los ojos del Berserker no ocultaron su intención asesina en cuanto dijo esas últimas palabras y realmente parecía impaciente por comenzar a vengarse por todos los problemas que había sufrido anteriormente. Era evidente que muy pronto usaría todo el poder de la Banda de Drakar para comenzar una auténtica purga.

- Entonces te deseo suerte. - Dijo Bryan haciendo un gesto de despedida.

Dálibor sonrió y se retiró inmediatamente después de eso, igual que un perro de caza que está en busca de una presa, seguido por todos sus hombres.

Mientras tanto la sonrisa de Bryan desapareció y comenzó a meditar en lo que había obtenido de todo esto.

La buena noticia era que consiguió apoderarse del Mithril en secreto y debilitó a todos los poderes del Valle del Sol en el proceso, librándose además de la amenaza de Costel. Y sin la presencia del Gran Mago Trunks no debería tener demasiados problemas para moverse en el Valle del Sol en cuanto se recuperase del golpe emocional.

El problema era que Dálibor ya lo estaba viendo como un enemigo potencial y ni siquiera todas las muestras de falsa humildad o incluso ofrecerle compartir el crédito por la muerte de Costel había servido para desterrar la sombra de la sospecha en la mirada del Berserker. ¡Sus últimas palabras habían sido para amenazarlo con avisar al Templo de Idramón de forma solapada!

Por cada gesto que Bryan detectó en Dálibor era evidente que no confiaba para nada en su “alianza” y que sólo la delicada situación actual los mantendría cooperando.

Fue bueno que no matase a Sorin ni a Adam Menlo en ese momento.” Se dijo Bryan suspirando: “En el instante en que alguno de ellos caiga, Dálibor dirigirá todas sus fuerzas hacia nosotros. ¡Quizá ni siquiera espere tanto! De momento lo mejor es que desaparezca. Si no saben dónde estoy exactamente o lo que hago, Dálibor no se atreverá a atacar abiertamente a los Cancerberos por miedo a provocar mi ira. Es mejor tenerlo adivinando… ¡Ese es el mejor modo de lidiar con un tipo tan desconfiado como él!

Después de llegar a esa conclusión, Bryan soltó un suspiro y entonces abandonó el perímetro de la Taberna para caminar hacia una formación rocosa de la cercanía. Una vez ahí sonrió amablemente y dijo: - Ya que se tomó el tiempo de venir hasta aquí espero que no se vaya sin saludar. -

No había ninguna señal de vida alrededor y se encontraban en un camino estrecho en la ladera de las montañas. Para un extraño parecería que Bryan estaba hablando con las rocas. Pero no había vacilación en su mirada ni duda en su tono, pese a que pasaron unos minutos sin que hubiese respuesta alguna. Finalmente, Bryan puso los ojos en blanco y habló con un dejo de irritación: - Dejémonos de juegos, Maestra Cecilia. ¿Quieres que te invite a desayunar o solo te gusta verme la cara? -

En ese momento ocurrió una reacción mágica y la figura de la Dama Cecilia apreció de pie sobre un montículo rocoso, como si siempre hubiese estado ahí. Entonces la mujer dio un salto sorprendentemente ágil y aterrizó con precisión a tres metros de Bryan sin hacer ningún ruido, pese a que seguía vistiendo una túnica elegante.

- Dálibor tenía a tres magos rastreando los alrededores. - Dijo la Dama Cecilia con un tono helado: - Pero no pudo descubrirme. De hecho, hace mucho que NADIE puede descubrirme. ¿Por qué tú pudiste? -

- Primero dime por qué estás aquí. - La interrumpió Bryan: - Por favor no me digas que tu misión actual está relacionada con Dálibor, porque acabo de darle mi palabra de que no has venido a perjudicarlo. ¿Debo prepararme para una guerra si descubre lo contrario? -

- ¡Cuidado, Luna Oscura! - Exclamó Cecilia con un tono lleno de frialdad que contrastaba mucho con todo lo que hasta ese momento había mostrado, hasta el punto en que uno podría pensar que se trataba de alguien completamente diferente: - Has desatado una magia terrible que es considerada un Tabú por miles de personas dentro y fuera del Imperio Itálico. Eso puede convertirse en una excusa para que nuestros enemigos en el exterior nos ataquen para que te entreguemos. O una razón para que luchemos entre nosotros si decidimos hacerlo. ¡Todo cuando estamos a puertas de una Guerra Civil!

¿Tienes idea de los problemas que esto puede terminar trayéndonos? ¡Estoy aquí para decidir si te matamos ahora mismo o si vale la pena dejarte vivir! Así que déjate de insolencias y dime como viste a través de mi ocultamiento. ¡¿O debo pensar que eres en realidad un enemigo?! -

Cecilia parecía un espada desenvainada en ese momento, pese a que no estaba mostrando ningún tipo de magia. Sin embargo, Bryan podía sentir que esta persona era la verdadera cara de la Dama Cecilia y que realmente corría un gran peligro en ese momento.

Los verdaderos ojos de Cecilia

Sin embargo, no se dejó amilanar por eso.

- ¿Matar a Costel es un problema? ¡El Templo de Idramón financiaba las operaciones de Odón Ascher a cambio de que los dejasen introducir su culto en nuestro Imperio! ¿O quieres que crea que no lo sabías?

¿Y dices que Resurrección de Cadáveres es magia tabú? ¡Soy un Necromante y no tengo pensado disculparme por eso! ¡Dime en cuál ley, código legal o norma imperial hay un solo renglón que condene mi disciplina mágica! ¡¿De verdad crees que no hay ventajas militares para nuestro Imperio Itálico en controlar un ejército incansable de Muertos Vivientes?! ¡¿Vas a matar semejante carta de triunfo por lo que piensen en el exterior?!

Dices que hay una Guerra Civil en ciernes y tienes razón, pero está desarrollándose por culpa de personas en el interior del Imperio y los príncipes incompetentes… ¡No por lo que yo hago aquí en este asentamiento de frontera! Un asentamiento que pertenece al Imperio Itálico, por cierto. ¡¿Acaso la ley aquí será dictada por el Templo de Idramón?! ¡¿Un Culto extranjero va a decirle a nuestro Pontífice Máximo qué está bien y qué está mal?!

Finalmente, preguntas si soy un enemigo. ¿Ahora tengo que probar que soy inocente? ¡No tengo tiempo para eso! Pero si quieres te daré algunos argumentos: Encontré a los espías del Imperio Kasi en la Academia Babilonia. Me infiltré en la Fortaleza de Kerlan. Ayudé a detener la conspiración de Odón Ascher, maté personalmente a su primogénito y gracias a mis esfuerzos el Imperio recuperó el control de la Ciudad de Valen y a la Legión Grifón. Evité la convocación de un dios del Caos. Manipulé al Culto de Caelos e incluso capturé a uno de sus altos mandos para enviarlo a la Sede del Manto Oscuro… ¡Si no hubiesen fallado al transportar a esa Alquimista ahora sabríamos información invaluable!

Luego pasé medio año luchando por mi vida en el Bosque Oscuro para recuperar información invaluable sobre el fundador del Imperio, que podría haber vendido fácilmente a cualquiera de nuestros rivales sin que nadie lo supiese. Ahora no me digas que con tu inmensa red de contactos todavía no te has enterado de eso, Maestra Cecilia. ¡Porque solo conseguirás ponerte en ridículo! -

Aunque su discurso era todo menos cortés, Bryan se dio cuenta por su expresión de que la Dama Cecilia estaba considerando seriamente cada uno de los argumentos que dejó caer frente a ella y ni siquiera hizo el intento de interrumpirlo, aunque tampoco bajó la guardia. En su interior, Bryan tuvo que felicitar la habilidad que tenía esa mujer para analizar la información sin detenerse a pesar de las circunstancias, casi como si fuese un autómata y no una humana.

Finalmente, la intensión asesina desapareció de la mirada de Cecilia, aunque evidentemente seguía enojada, porque preguntó con su tono irritado de siempre: - De acuerdo, al menos dime cómo viste a través de mi camuflaje y me iré. ¡Es una carta secreta importante y necesito saber si tiene alguna debilidad! -

- Soy un necromante, mientras estés viva podré verte. - Respondió Bryan dando una excusa muy vaga, que ella misma podría malinterpretar: - En cuanto a los detalles, no te los diré. Yo respondo al Maestro Cándido y ni siquiera él me pide explicaciones acerca de mi magia. ¿Por qué tendría que dártelos a ti? ¡Por favor no seas arrogante!

Además, ya es tarde, así que retiro mi oferta de invitarte a desayunar. Mi taberna está cerrada, así que por favor retírese de inmediato. -

Esa respuesta sin rodeos y cargada de insolencia despertaron la ira de Cecilia, que inmediatamente pateó el suelo con furia mientras protestaba: - ¡Cómo te atreves! ¡Nadie puede hablarme así! ¡¿Me pides que me vaya?! ¡Lo que hay que oír! ¡No pienso marcharme! ¡Intenta sacarme a la fuerza para que veas lo que te sucede mocoso malhablado! -

Bryan estaba a punto de responder de forma preparada para tranquilizarla, cuando de pronto sintió una poderosa llamada que provenía desde el distante Bosque Oscuro, resonando en lo profundo de su mente. Era una sensación desconocida y al mismo tiempo tan familiar.

¡Esta listo! ¡El Zombi Élite de la Madera está listo!

Después de saber esto Bryan simplemente no tenía ganas de seguir jugando con Cecilia, así que puso una expresión amable que usaba por defecto y cerró la puerta de la Taberna detrás suyo a toda velocidad mientras decía: - Bueno, si no quieres irte entonces me iré yo. Tengo que marcharme ahora mismo del Valle del Sol. ¡Nos vemos! -

- ¡¿Qué?! -

Antes de que la atónita Cecilia pudiese decir algo más, Bryan ya había comenzado a correr por el sendero en dirección hacia la salida principal del asentamiento y se perdió de vista en cuestión de segundos.

La Dama Cecilia se quedó mirando la dirección en la que Bryan se marchaba, luego miró hacia la Taberna que claramente tenía una poderosa Matriz desconocida lista para atacar. Después se fijó en la puerta cerrada, para volver a mirar hacia el ahora vacío sendero que se alejaba.

Y finalmente entendió que acababan de ignorarla por completo.

- ¡Maldito sea! ¡Un simple Agente de la Luna Oscura se atrevió a abandonarme así! ¡Desgraciado! Si lo denuncio con Cándido… ¡No! Si alguien llega a enterarse que un subordinado suyo me trató así… ¡Nunca dejarán de sacármelo en cara! ¡Maldita sea! ¡Y encima tuvo el descaro de pedirme que no fuese “arrogante”! ¡Conoce tu lugar, mocoso idiota! -

La Dama Cecilia estaba tan furiosa que le tomó mucho tiempo darse cuenta de que estaba gritando sus pensamientos. Y cuando finalmente lo hizo, desapareció rápidamente como si no pudiese soportar estar en ese lugar un segundo más.

*****

Mientras tanto Bryan se abrió paso entre las calles del asentamiento a toda prisa y llamando la atención de mucha gente que se incomodaba a su paso, aunque él los ignoraba. Por fortuna Falce Segador no puso espías a seguirlo a plena luz del día.

Cuando llegó a la entrada principal, ninguno de los guardias de la Banda de Drakar intentó obstaculizarle el paso y más bien le hicieron gestos con la cabeza de forma amistosa, tratando de mostrarle su respeto. Y es que para entonces todos sabían que había matado a un Gran Mago de la Luz y herido a la montura de Adam Menlo. No era extraño que los mercenarios asumieran que ahora era su aliado, contrario al verdadero sentir de su jefe Dálibor que tanto intentaba ocultar.

En cuanto estuvo lo bastante lejos para saber que no lo estaban viendo, Bryan comenzó a volar con el Arte del Noveno Diagrama Celeste y rápidamente llegó a la entrada de la base de los Cancerberos. Una vez en el interior hizo una convocatoria de los mandos medios y comenzó a explicar.

- Durante los siguientes días Trunks se sentirá enfermo o al menos eso les diremos a todos. Acabo de darle una posición mágica que le dará un aumento de fuerza más que considerable, pero no nos conviene que nadie lo sepa. Gilberto, tu deber será protegerlo mientras dure su transformación y matarás a cualquiera que intente hacerle daño. ¡Si sucede lo peor puedes adoptar tu verdadera forma para defender esta base! -

- ¡Comprendido, Maestro Malvado! -

- Dálibor o alguien enviado por él vendrá a solicitar nuestra ayuda. No se comprometan a nada y denles evasivas hasta que Trunks en persona esté listo para evaluar cada caso, porque recuerden que la Banda de Drakar nos necesita ahora, pero mañana podrían apuñalarnos por la espalda con la misma facilidad con que lo haría Sorin, la Tribu de Katar o la Casa de Menlo. ¡¿Entendido?! -

- ¡Entendido! -

- Odiseo y Grant, ustedes dos quedarán al mando mientras Trunks sigue convaleciente. Yo tengo que marcharme inmediatamente para incrementar mis propios poderes y arreglar cosas en el Imperio Itálico. Mientras regreso… ¡No quiero que nadie siquiera mencione la palabra “Mithril”! ¡En el momento en que alguien sospeche que nosotros lo robamos todas las espadas de por aquí nos apuntarán! -

Y en cuanto terminó de dar sus instrucciones, Bryan se despidió de inmediato y comenzó a volar a toda velocidad a la Ciudad de Valen, al otro lado de las montañas. Una vez ahí, tomó una Matriz de Transporte secreta del Manto Oscuro que lo dejó en la Ciudad de Zajoski y luego se marchó rápidamente en dirección hacia el Bosque Oscuro.

La Dama Cecilia, maestra del espionaje que derrotó a un reino completo con el disparo de una sola flecha... acababa de ser ignorada por Bryan.

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es 7 de diciembre del 2022 y todavía estoy sufriendo algunos estragos del covid, aunque no lo crean. Y por eso (aunque no me gusta) tengo que comenzar solicitando ayuda a cualquiera que desee apoyarme con donaciones, porque no he podido trabajar durante 2 semanas enteras y eso realmente me está dejando en problemas. Así que, futuros mecenas… ¡Animo!

Bueno, este capítulo fue modificado para básicamente volverse serio. En el original realmente no sucedía nada excepto que Bryan leía un pergamino, luego conversaba con Dalibor y tenía una especie de encuentro infantil con Cecilia fuera de su tienda, donde luego la abandonaba. Un capítulo bastante simple donde los eventos no son en lo absoluto importantes.

Mi primera adición fue la secuencia de asesinatos, que me pareció bastante apropiado con el ambiente de “pueblo salvaje” del Valle del Sol.  Luego modifiqué los diálogos con Dálibor para que fuese un poco más insidioso y se notase más esa naturaleza traicionera oculta en las palabras del berserker.

Pero definitivamente el mayor cambio fue el intercambio final con Cecilia, el cual modifiqué casi al 90 % para darle a la Gran Maestre un aire peligroso que le faltaba, porque no tiene sentido que una espía de esa naturaleza no tenga algún tipo de presencia intimidante. La idea principal es que sus métodos no son directos, pero tendría que ser una criatura tan peligrosa como el propio Cándido, porque de otro modo no se entiende por qué está ahí sola en la frontera, sin ninguna protección salvo 2 guardias.

Bueno, me gustaría decir más, pero la enfermedad me tiene mal por periodos y a veces no sé si sigo dormido o estoy despierto. Espero que esto no sea en realidad una ensalada de palabras que suena bien en mi mente. Espero sus comentarios sobre el capítulo.

¡Nos vemos!