265 El coto de la Jauría

Las primeras luces del amanecer ya se insinuaban en el horizonte, pero las penumbras aún se resistían a desaparecer, así que era posible pasar desapercibido incluso si uno no se ocultaba. Sin embargo, Bryan no quiso correr riesgos y zigzagueó entre las sombras de roca en roca, manteniéndose oculto constantemente. El motivo era que, pese a que la mayoría de mercenarios se habían marchado, lo cierto era que Bryan solo tenía un cuarto de sus poderes, tanto en Magia Demoniaca como en Necromancia.

Y aún no había terminado todo lo que tenía que hacer en esa jornada.

Ahora bien… ¿Cómo debería hacer esto?” Pensaba Bryan, pues se encontraba bastante estresado por todos los combates en sucesión que estuvo librando hasta entonces. Incluso el Pequeño Esqueleto se bajó de su hombro y lo siguió a corta distancia, como si hubiese entendido que su amo estaba cansado.

Bryan realmente necesitaba una pausa y entonces apareció una excusa perfecta para tomarse un respiro cuando sintió el llamado mental de una de sus criaturas. Se trataba del Zombi Élite de Tierra, que le informaba el próximo fin de la misión que su amo le había encomendado.

Excelente, necesito una segunda opinión y quizá una mano… ¡Vamos a verlos!” Pensó Bryan e inmediatamente comenzó a dar un rodeo a la montaña hasta llegar a una cavidad natural que era bastante más rocosa y abrupta que el resto, motivo por el cual ninguno de los grupos mercenarios había pensado en colocar un campamento en ese lugar y menos aún realizar operaciones mineras. Trunks se lo había señalado en el mapa antes de salir de la base y precisamente por eso Bryan le indicó este lugar al Zombi Élite de Tierra como punto de entrada para el túnel que llegaba hasta la mina.

Apenas llegó vio el agujero abierto en una de las paredes desde donde surgía una cadena humana de hombres en sucesión. Los mercenarios de los Cancerberos se habían colocado en fila y se pasaban una serie de paquetes de mano en mano para facilitar el transporte. El grueso de sus fuerzas había llegado hacía mucho, así que tenían a casi ciento treinta hombres trabajando, pues de otro modo una extracción tan rápida no sería posible.

En lo alto del desfiladero se habían ingeniado una serie de cuerdas con baldes de madera para improvisar elevadores para los paquetes de minerales. Este era el método más rápido y al mismo tiempo silencioso que podían emplear así de buenas a primeras. Odiseo estaba liderándolos a todos ahí, mientras que Nía dirigía un grupo de arqueros que vigilaban atentamente las inmediaciones en busca de posibles testigos.

Cuando vieron a Bryan, todos lo saludaron efusivamente y luego Trunks emergió del túnel atraído por el sonido.

- ¡¿Qué fue lo que sucedió?! - Preguntó ansioso el Cazador de Monstruos: - Los sonidos de la batalla llegaron hasta aquí… ¡Y luego ocurrieron una serie de fenómenos misteriosos! -

Naturalmente mucho de lo que Bryan había orquestado tuvo que ser improvisado debido a las circunstancias y solamente le dijo a Trunks algunos de sus objetivos generales. El Cazador de Monstruos adivinó correctamente que todo el barullo que se escuchaba a la distancia estaba siendo provocado por Bryan y demostró un excelente juicio al continuar el saqueo silencioso en lugar de ceder al impulso de evacuar inmediatamente. Pero eso no significaba que fuese insensible a la duda o la vacilación que lo estuvieron asaltando durante todo este tiempo de ausencia de Bryan y su corazón estuvo a punto de dar un vuelco cada vez que escuchaba una explosión más fuerte que las demás o veía los resplandores cegadores que provocó su enfrentamiento con Costel.

- Tengo buenas noticias. - Respondió Bryan sonriendo y comenzó a relatar lo que sucedió.

Poco tiempo después Trunks y también el grupo de Odiseo, que en cierto momento se acercaron a escuchar, lo miraron boquiabiertos.

- ¿Provocaste un enfrentamiento entre los tres poderes? -

- ¿Dices que mataste a un Gran Mago? -

- ¡¿Eso no significa que Sorin acaba de perder a su mayor respaldo?! -

- ¡…! -

Exclamaciones semejantes salieron de la boca de todos y pronto el asombro se transformó en una alegría eufórica. Y es que, aunque por ahora fuese secreto, en algún momento tenía que saberse que Bryan era el auténtico líder de los Cancerberos. Era inevitable que sus proezas contribuyesen a la fama de su organización, lo que les aseguraría muchos trabajos y prosperidad en el futuro.

- No se mucho al respecto porque en mi pueblo ese culto no es bienvenido… ¿Pero el Templo de Idramón no es una organización muy poderosa? ¿No intentarán vengarse con toda su fuerza de nuestro líder? - Preguntó Nía con cierta preocupación.

- No lo creo. - Respondió Afrodita y cuando todos la miraron se puso a explicar: - En mi ciudad natal había una sucursal de ellos así que los conozco un poco.

El Templo de Idramón se divide principalmente en dos áreas: La Civil y la Militar. La primera financia a la segunda y está compuesta por aristócratas o políticos afines, que financian al culto con su dinero, pero solo bajo la premisa de que la rama militar está luchando por lo que llaman “El Bien Mayor” y la paz del mundo.

Si esto llega a salir a la luz, creo que la rama militar tendría muchos problemas para justificar su presencia en el Valle del Sol ante la rama civil: Primero habría que responder a por qué un Gran Mago estaba en un asentamiento de mercenarios y luego a por qué fue derrotado. No, realmente no creo que se arriesguen a perder la confianza de sus miembros con una operación a gran escala, sobre todo cuando actualmente están divididos por el mundo, combatiendo a muchos grupos malignos que operan en otros lugares. -

- ¿Oh, sabes en dónde están operando? - Preguntó Bryan interesado.

- Tengo una idea muy vaga. - Respondió Afrodita: - Pero sí sé que están bastante extendidos. Generalmente se concentran en esos lugares donde todavía se practica el sacrificio humano ritual para invocar a los dioses… ¿Oscuros, caóticos?... Me cuesta recordar porque no es mi especialidad para nada. Quizá convendría preguntarle a alguien de nuestros templos. -

- Ya veo. -

- Hay otro motivo por el que no creo que harán una incursión muy grande.  El Templo de Idramón está prohibido en el Imperio Itálico y si enviasen un ejército aquí causarían un problema terrible tanto con nuestro emperador como con el Imperio Kasi. - Continuó Afrodita: - Por eso imagino que, si envían a alguien para vengarse, será una fuerza pequeña, que no supere los trescientos o cuatrocientos individuos. -

- ¿Trecientos hombres te parece poco? - Objetó Trunks entornando los ojos.

- ¿Para los estándares del Templo de Idramón?  Claro. La última vez movilizaron a unos veinte mil caballeros para poder participar en la Segunda Guerra Sagrada, eso según mi Maestro, quien estaba en malos términos con ellos. Pero gracias a eso podemos hacernos una buena idea de sus fuerzas. -

Bryan tenía curiosidad por esta “Guerra Sagrada” de la que Afrodita hablaba, pero al juzgar por las miradas de todos los demás pudo adivinar que se trataba de conocimiento común, así que decidió dejarlo de lado por ahora y averiguar en otro momento.

La Segunda Guerra Sagrada

- ¿Y si envían a más de un Gran Mago o un Gran Caballero? - Sugirió Eneas

- ¿Después de perder a Costel? No es que este tipo de potencias crezcan en los árboles. Creo que se lo pensarán antes de enviar a muchos de sus héroes tan lejos, donde no tendrán muchas posibilidades de refuerzo. Más aun ahora que sus marionetas en Falce Segador han quedado bastante mermadas. ¿Siquiera mantendrán a Sorin como el comandante después de este desastre? -

Todos suspiraron aliviados en ese momento y comenzaron a reír mientras vigilaban que los últimos paquetes de Mithril fuesen retirados del Túnel. Pero solamente Trunks se mantenía serio, vigilante y con una mirada que escondía intenciones asesinas.

- Estás pensando en matar a Sorin ahora mismo. - Susurró Bryan en secreto después de examinarlo un rato: - Yo podría haberlo matado, pero decidí dejarlo vivo porque creo que mereces ser quien lo ejecute. -

- Gracias por eso. -

­- Pero no olvides nunca que la serpiente acorralada es más peligrosa e inocula el peor de sus venenos. ¡No vayas a subestimarlo! -

- Entendido. -

- Además. - Añadió Bryan alzando la voz: - Ahora mismo tenemos otras cosas que hacer. ¿Cómo va el Mithril? -

- Yo lo hemos subido todo. - Contestó Odiseo profesionalmente: - Cien paquetes, un total aproximado de cuarenta mil kilos del material en bruto. -

- Lamentablemente cuando lo purifiquemos y se convierta en lingotes se reducirá a una décima parte, pero aun así es valioso. - Añadió Afrodita.

- Ya veo. - Dijo Bryan al final y entonces dio una orden mental al Zombi Élite de Tierra para que destruyera el túnel, borrando así toda evidencia de lo que habían hecho. Luego se dirigió a sus hombres: - Necesitamos sacar ese mineral de aquí ya mismo, pero por si acaso debemos protegerlo. Gordon y Eneas son lo bastante fuertes y experimentados, así que liderarán al grupo que transporte el Mithril.

Ahora bien, actualmente he encontrado el paradero de nuestra presa principal. -

Las últimas palabras de Bryan provocaron que Trunks levantase su cabeza como un resorte y casi pierde la compostura al preguntar: - ¿Encontraste a Janet? -

Bryan lo miró asintiendo: - Se ha posicionado junto con una buena cantidad de sus hombres sobre un desfiladero y parece que quiere emboscar a uno grupo de la Casa de Menlo. La maldita tiene buen instinto, porque cada escuadrón transporta algo diferente, pero ella consiguió identificar a los que llevan el armamento de repuesto, que es lo más valioso. -

- Es una bandida nata. - Comentó Odiseo.

- Si, el problema es que tiene consigo a toda su banda. Originalmente yo iba a emboscarla cuando viese una oportunidad… - Comenzó a explicar Bryan mientras sacaba un frasco que contenía un polvo de color morado: - Esto es…. -

- Polvo de un hongo del Bosque Oscuro. Al secarse produce una toxina que, al respirarla, provoca sueño casi instantáneamente. - Añadió Trunks quien se lo había entregado a Bryan.

- Exactamente. Tenía un buen plan en mente para atraparla con esto, pero ahora no parece realista porque mis poderes están bastante mermados y además el sol está saliendo. Así que no tengo confianza en tener éxito capturando a ese pequeño monstruo en solitario… ¡Por el trueno, quizá hasta me mate si no tengo cuidado!

No obstante, esta es la mejor oportunidad que tendremos para capturarla y además di mi palabra de obtenerla. ¿Alguna idea? -

- ¿Por qué no lo hago yo? - Propuso Nía señalando su arco: - Embadurnaré la punta de una de mis flechas con ese somnífero. Estoy segura de que podré atinar en un punto no vital. -

- Seguramente podrías. - Contestó Bryan: - El problema es que cuando la enfrenté, descubrí que su piel también es bastante dura. Mucho más que la de un humano normal. Aunque estoy seguro de que no fallarás el tiro, podrías tener problemas calculando la fuerza necesaria para el disparo: Si es muy poca, el veneno no funcionará; pero si es mucha, Janet podría morir antes de que nos cuente lo que queremos saber. -

- ¿Entonces por qué no atacamos cuando esté distraída por el combate? Creo que puedo dejarla inconsciente con un relámpago bien colocado. - Propuso Bardo.

- Es posible, pero me gustaría algo más seguro. - Respondió Bryan luego de pensarlo.

- Creo que tengo una idea. - Dijo Trunks entonces: - Si trata de cazar una presa, lo primero es alejarla de su manada. Luego la atraemos a una trampa. -

- ¿Cómo lo hacemos? -

- Les explicaré... -

*****

Janet se sentía bastante enojada. Hace tan solo unos días habría estado malévolamente eufórica de tener a una unidad agotada y herida de la Casa de Menlo completamente a su merced, marchando por un desfiladero a toda prisa, sin darse cuenta de que su pandilla se encontraba en las alturas, observando todos sus movimientos y en espera del momento más adecuado para atacar.

Sin embargo, todo lo que estaba en su mente ahora era matar al maldito que se le había escapado y si no fuese porque necesitaba comida desesperadamente estaría usando todos sus recursos para atrapar esa sabandija.

Pero en ese momento tenía que concentrarse. Los hombres de la Casa de Menlo estaban tan cerca y la mayoría de sus miradas se dirigían estúpidamente hacia la retaguarda, esperando un ataque que no vendría en esa dirección. Ni siquiera imaginaban que ya se encontraban en la boca del lobo, con las paredes rocosas llenas de enemigos.

Janet exhaló para tranquilizarse una última vez y dirigió toda su intención asesina hacia los hombres que ya podía ver marchando debajo suyo. Lo sentía un poco por ellos, pero tenía toda la intención de romper sus cráneos para desahogar un poco de su frustración acumulada y quizá incluso probase algunos métodos de tortura que luego pudiese usar en ese malnacido secuestrador.

Cuando estaba a punto de saltar sobre su presa elegida se desató un temblor repentino, seguido por un derrumbe en el borde del desfiladero. Estos fenómenos no eran extraños en esos lares, pero en ese momento resultó desastroso con tantos bandidos de la Pandilla de Janet encaramados en cuclillas. Una gran cantidad de rocas y piedras cayeron sobre los agotados mercenarios de la Casa de Menlo, junto con los cuerpos de medio centenar de bandidos de Janet.

Comenzó una batalla muy curiosa, que más bien se acercaba más a ser una gresca. Generalmente los poderosos mercenarios de la Casa de Menlo habrían barrido fácilmente con unos bandidos, pero estaban muy cansados y asustados tras los traumáticos eventos de la noche anterior. Por su parte los bandidos de Janet eran bastante supersticiosos, como sucede con todos los ladrones, y cuando algo inesperado sucedía su instinto siempre era escapar en lugar de combatir. Por eso no usaron sus armas inmediatamente e incluso hubo algunos lo bastante insensatos como para tratar de escalar el muro rocoso por el que acababan de resbalar.

Esas fueron las razones por las que el combate no se dio como debería y más bien se trató de una serie de lances inciertos en los que nadie se atrevía a atacar en serio.

Sin embargo, había alguien con el poder suficiente como para romper este ridículo empate. Janet también resbaló, pero con su fuerza sobre humana era más que capaz de comenzar una masacre espantosa que desbandaría a las fuerzas enemigas. O eso era lo que todos sus hombres esperaban que hiciese.

Janet se recuperó de la caída primero que nadie, incluso antes que los mercenarios de Menlo. Pero cuando volvió la mirada de un lado a otro en busca de enemigos, un nuevo sonido de piedras derrumbándose junto con un grito llegó a sus oídos y atrajo su atención. Cuando la mujer bandida miró en esa dirección… ¡Se encontró nada menos que con un Bryan medio enterrado en la roca, como si también acabase de resbalar!

¿Qué hacía Bryan en ese lugar? ¿Cómo había llegado sin que lo notaran? ¿Acaso también intentaba emboscar al pelotón de la Casa de Menlo? ¿O quizá estaba detrás de la Pandilla de Janet? Todas esas preguntas y muchas otras relampaguearon al mismo tiempo en el cerebro de la bandida durante un segundo. Pero entonces Bryan le devolvió la mirada y mostró una expresión asustada justo antes de dar media vuelta, casi a rastras, para luego ponerse a escapar con toda la velocidad que podía, dando saltos como si cojease.

Una presa herida.

En cuanto esta impresión se formó en el inconsciente de Janet, toda duda, responsabilidad o pensamiento prudente desapareció de su mente, que se convirtió en la de una depredadora. Así fue como Janet dejó de lado todo lo demás para correr detrás de Bryan con sus grandes espadas desenvainadas, matando inmediatamente a los mercenarios de la Casa de Menlo que cometieron la imprudencia de tratar de atacarla.

Janet asesinando

Si hubiese sido un poco menos emocional podría haberse dado cuenta de que Bryan, pese a estar herido, avanzaba con un paso constante y nunca reducía realmente la velocidad. Pero sus hombres sí que se dieron cuenta de que algo extraño sucedía y algunos de ellos, demostrando una lealtad inusitada para un grupo de bandidos, corrieron detrás de su líderesa a toda prisa para auxiliarla. Pero estaban tan concentrados en ella, que no se dieron cuenta de los extraños charcos de agua en su camino, los cuales estaban convenientemente acumulados en el suelo rocoso.

- Casi es demasiado fácil. - Susurró Bardo mientras activaba su magia.

- Sólo lo es porque están desprevenidos no activaron su Aura de Batalla primero. - Respondió Afrodita sonriendo: - Pero supongo que tienes razón. -

La coalescencia mágica de ambos era excelente como siempre y la combinación de sus poderes terminó creando una especie de campo minado en base a charcos conductores de electricidad. Y si bien no era suficiente para matarlo, el choque eléctrico los dejó sin conocimiento.

Este era el resultado que esperaban.

- Aun así… ¿Qué será ese ser? Nunca escuché de una Criatura Oscura que controlase la tierra de ese modo. - Comentó Bardo: - ¿Tú sí? -

- Yo tampoco, pero es Bryan de quién estamos hablando. ¿Cuándo se ha regido por el sentido común? - Respondió Afrodita encogiéndose de hombros: - Al final Odiseo tenía razón. Y lo cierto es que, aunque somos hábiles, no es que seamos prodigios y no tenemos riquezas acumulada. Tampoco tenemos nobleza. -

- Es cierto. - Dijo Bardo: - La vida como aventureros es en realidad una apuesta demasiado arriesgada. Si bien hay algunos que obtienen tesoros invaluables, son demasiado pocos los que sobreviven para llegar a viejos. Lo más seguro sería que terminásemos en la panza de algún monstruo, como les pasó a grupos mucho mejores que nosotros. -

Los dos guardaron silencio por un momento y luego hablaron al mismo tiempo.

- Pero si seguimos a Bryan… -

- Pero si seguimos a Bryan… -

Bardo y Afrodita sonrieron, mientras que en su interior saludaban la decisión de Odiseo, quien fue el que los convenció de unirse a los Cancerberos. Al principio ellos dos se habían opuesto vehementemente, pero si Bryan era capaz de matar a un Gran Mago, eso significaba que ya se había convertido en una potencia emergente y esta era una oportunidad increíblemente rara de aferrarse a su pierna antes de que su poder se cimentase por completo.

Bryan era leal con quienes lo seguían, recompensaba generosamente a los que hacían un buen trabajo, era inteligente, tenía muchos recursos, poseía riqueza, carisma, no tenía miedo y era un hombre de palabra. También era terrible con sus enemigos, pero nunca hasta el punto de ser irrazonable. Y lo más importante de todo: tenía la capacidad de pararse en frente de las fuerzas de este mundo e incluso desafiarlas sin retroceder.

Era imposible que alguien así no estuviese destinado a la grandeza, sí que había muchos méritos en seguirlo. Ni siquiera las mujeres tenían que preocuparse demasiado, y es que en situaciones así nunca faltaban jóvenes señores que disfrutaban de acostarse con las mujeres de su grupo de seguidores o incluso las forzaban, aprovechándose de que ellas dependían de él. Y por supuesto había las que se arrojaban a sus camas voluntariamente con tal de obtener influencia e incluso existían maridos a los que no les importaba ofrecer a sus mujeres a sus comandantes. Todo esto inevitablemente provocaba una terrible tensión que podía arruinar el destino de cualquier organización.

Pero según lo que alcanzaron a deducir, Bryan tenía a más de una amante hermosa, de modo que, si su líder quería ser lujurioso, lo sería con ellas.

- Pues seguiré a Bryan con lealtad y así alcanzaré mi sueño. - Afirmó Bardo sonriendo.

- ¿Y cuál es tu sueño? - Preguntó Afrodita curiosa.

- Retirarme a vivir junto al mar, bebiendo vinos finos y disfrutando de una buena pensión. - Respondió Bardo sin dudar: - Quiero reposar mientras miro crecer a los hijos que tendré con la mujer de pechos más grandes a la que pueda convencer de casarse conmigo. -

- Ajá… Bueno, por lo menos eres honesto. -

- ¿Y tú no tienes un sueño? -

- Si, pero prefiero guardármelo. -

- Eso es bastante injusto luego de que yo compartiera el mío ¿no te parece? -

- Y será aún más injusto, porque pienso contárselo a todos nuestros compañeros. - Respondió riéndose Afrodita, pero entonces su expresión se volvió seria: - ¡Vienen nuevos miembros de la Pandilla de Janet! -

- ¡Mi conjuro ya está listo! ¡Prepárate para la Coalescencia Mágica! - Contesto Bardo asumiendo una postura de ataque: - ¡Por aquí no van a pasar! -

*****

Janet corrió a toda velocidad por un callejón de rocas mientras perseguía a Bryan, cuando repentinamente este se dio media vuelta con su arma desenvainada. Parecía que habían llegado al final del pasaje montañoso, lo que significaba que su presa tenía más posibilidades y direcciones en las cuales correr, pero en lugar de escapar se había dado la vuelta para enfrentarla.

¡Estas muerto!” Pensó Janet sonriendo y saltando hacia adelante mientras blandía sus enormes armas gemelas. El impacto fue tan terrible que, aunque Bryan consiguió bloquear, la fuerza del golpe lo mandó volando barrios metros hacia atrás, hasta que se estrelló contra el suelo soltando una nube de polvo y quedando aparentemente inconsciente.

Janet saltó para seguirlo, pero se detuvo en cuanto dio los primeros pasos. Entonces notó que se encontraba en un espacio amplio, pero cerrado por paredes rocosas, y que estaba lleno de una gran cantidad de pilares naturales de piedra. Sorprendentemente todo el suelo estaba cubierto de tierra casi arenosa en lugar del usual terreno pedregoso que generalmente abundaba en esa zona. Parecía como si alguien hubiese arrojado una gran cantidad de arena en este sitio por algún motivo y pisarla se sentía diferente, lo bastante como para llamar la atención de la iracunda Janet.

Justo cuando comenzaba a sospechar, ocurrió un nuevo temblor seguido por un derrumbe de rocas que bloquearon el camino por el que vino. Pero antes de que pudiese hacer algo, escuchó un silbido y apenas esquivó una flecha perfectamente disparada hacia su espalda.

- ¡¿Quién eres?! - Exclamó la bandida furiosa.

Pero la única respuesta fueron tres disparos consecutivos. Lamentablemente para el tirador, las espadas de Janet eran tan grades que prácticamente servían como escudos, así que podía desviar con facilidad cualquier dardo que viniese desde el frente.

Luego la mujer bandida sacó una especie de cadena y la enganchó hacia el mango de una de sus espadas, para después arrojarla con su fuerza monstruosa. Esta arma improvisada tuvo el mismo efecto que una bola de demolición, destrozando todos los pilares de roca en su camino, hasta que finalmente una figura encapuchada saltó de uno de ellos y aterrizo suavemente en la cima de otro pilar cercano.

- ¡Una elfa! ¡Estas usando esos pilares como base para disparar! - Rugió Janet furiosa: - Vas a pagar muy caro el haberme interrumpido. -

Viendo que Bryan seguía en el suelo, Janet decidió ocuparse primero de la molestia y comenzó a correr mientras agitaba su cadena, destrozando los pilares en los que Nía se posaba. La elfa demostró su virtuosismo para la arquería, disparando flechas hacia Janet incluso en el aire, mientras saltaba de pilar en pilar, aunque no conseguía romper la defensa de la mujer bandida y su segunda arma.

Pero debido a que la mirada de Janet estaba concentrada en lo alto de los pilares, no se fijó con claridad en el suelo y por eso no notó a la segunda persona encapuchada, la cual estaba oculta semienterrada en la tierra suave.

Trunks levantó su mano mientras tiraba de una cuerda atada en la base de un pilar y consiguió hacer tropezar a Janet, provocando que se cayese de bruces. Y antes de que la mujer bandida entendiese lo que sucedía, sintió que el hombro casi se le dislocaba cuando la espada bastarda de del Cazador de Monstruos la golpeó y ella apenas consiguió bloquear por instinto.

- ¡Quien rayos eres tú! - Gritó Janet furiosa mientras se levantaba.

- ¡Carajo, él tenía razón! Realmente es muy dura. - Murmuró Trunks mirando el filo de su arma sin prestarle atención al principio, pero luego se volvió hacia ella para hablarle con un tono bastante serio: - Mi nombre es Trunks, pertenezco a los Cancerberos y vengo a ofrecerte una invitación que no puedes rehusar. -

Cazador de Monstruos

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es 09 de noviembre del 2022 y lamentablemente Pedro Castillo sigue haciendo monadas con nuestra nación.

Bueno este capítulo fue completamente modificado desde cero, pues en el original literalmente solo hablan de los minerales que sacaron y nada más. Yo decidí cambiar el enfoque a las operaciones de trasportes e introduje una mayor participación para el grupo de Odiseo, que en el original solo está de fondo.

De hecho, en esta parte Gilberto debería estar, pero decidí sacarlo porque su presencia haría muy fácil la captura de Janet y muchas otras cosas. Además, tiene sentido que no se lo hayan llevado a una misión tan delicada y también que alguien poderoso se tenga que quedar en la base.

Las Guerras Sagradas son una referencia a una serie de conflictos que se daban en Grecia, declaradas por el Oráculo de Delfos.

Bueno, no haré más largo el comentario porque tengo mucho que hacer, estoy de viaje en provincia y lo cierto es que casi no tengo tiempo para escribir. Quiero agradecer a Daniel Morffes y Jaime Beltrán por su ayuda con la lectura beta.

Pero déjenme saber lo que opinan en los comentarios: ¿Se entendió todo lo que pasa? ¿Qué les pareció el razonamiento de afrodita? ¿Les gustó que cambiase los eventos? ¿Qué tal estuvo la descripción de todo lo que hace Janet y la fallida emboscada?

Si quieren apoyar este proyecto pueden colaborar con donaciones a mi cuenta Patreon para que pueda pagar la línea de mi celular. También les pido que señalen cualquier error ortográfico que se me haya podido pasar y por supuesto que compartan este trabajo para atraer a más lectores y patrocinadores, pues estoy en gran necesidad de crudo y frío dinero, así que cada dólar es invaluable.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!