239 Carrera contra el tiempo

Cuando Cabiria desapareció, el Ifrit comprendió que uno de los invasores lo había burlado. Así que inmediatamente rugió con furia decidido matar a aquellos que quedaban con un ataque fulminante, para luego perseguir a la Gran Maga. Entonces el demonio abrió sus fauces repletas de dientes afilados para arrojar un rayo de energía calórica, de los que ya había usado en contra del Dragón Dorado y el Simio Plateado Gigante.

Sofía inmediatamente preparó su escudo. Estaba dispuesta a luchar hasta su último aliento como mandaba la tradición guerrera de los Caballeros, pero no tenía muchas esperanzas. Su estilo de combate ideal implicaba moverse rápidamente alrededor de su objetivo, pero ahora se encontraba limitada por la estrecha barrera en donde Cabiria los había dejado (el único sitio protegido del calor exterior), así que solo podía recibir de frente los ataques del Ifrit. Y sin la presencia de la Gran Maga incluso esta última defensa mágica comenzaba a desmoronarse rápidamente. De hecho, ya podían verse varias grietas en la esfera y la temperatura estaba aumentando por momentos. 

Seguramente desaparecería con el siguiente rayo.

El único recurso que Sofía podría usar para protegerse del calor era su Aura de Batalla, pero mantenerla activada constantemente agotaría rápidamente sus fuerzas ya de por sí mermadas. Además, estaba en un promontorio completamente rodeado de lava, así que tampoco había mucho espacio por el cual pudiese desplazarse.

Inevitablemente los dos morirían, solo quedaba decidir si sería muerte por caer en la lava o muerte por el Ifrit. Sofía ni siquiera podía llamar a su bestia guardiana para escapar o pelear, porque la invocación demoraba un pequeño lapso de tiempo durante el cual no podía recibir ningún ataque. Y esto no era una opción en ese momento.

Pero cuando Sofía se mentalizaba para una muerte gloriosa, sintió que alguien la sujetaba por la cintura con una fuerza tremenda y antes de darse cuenta estaba punto de caer en el ardiente magma. Solo que en realidad no cayó, sino que estaba deslizándose por el aire.

Sofía se dio cuenta entonces de que en algún momento Bryan se había despertado, de algún modo la asió por la cintura y ahora estaba llevándosela volando a gran velocidad. El rayo calórico destruyó la barrera junto con el peñasco, pero ellos ya estaban bastante lejos.

- ¡Cómo!... -

- ¡Después hablamos! - La cortó Bryan, mientras activaba su Anillo Espacial. Sofía era capaz de resistir el calor en parte gracias a su Aura de Batalla, en cambio él no podía evitar sufrir bastante debido a las quemaduras y aunque su piel era fuerte ya estaba comenzando a chamuscarse de nuevo. De modo que se apresuró a sacar la joya que irradiaba energía congelante.

Los meteoros del Ifrit

Por supuesto que el Ifrit no iba a quedarse quieto mientras los invasores esquivaban y volvió a conjurar los meteoritos. Bryan aceleró hasta el límite de su velocidad, pero todavía tenía muchos problemas para evadir ese ataque. Pese a todo, consiguió llegar hasta un afloramiento rocoso lo bastante grande como para aterrizar temporalmente.

- ¡¿Esto te hace gracia, hijo de puta?! - Bramó Bryan enfadado y entonces desató de golpe todo el poder que normalmente escondía.

Por un instante Sofía contuvo la respiración debido a la impresión. Incluso el Ifrit pareció detenerse como si algo lo hubiese sorprendido. De repente Bryan se había trasformado en un auténtico señor oscuro, poderoso y temible. No se podía ver nada de la amabilidad o gentileza que normalmente exhibía como una máscara, solo la cólera fría que siempre precedía al momento en que mataba. Pese a estar lleno de quemaduras, sin cabellos o armadura, Bryan parecía un auténtico rey del abismo, lleno de terrible majestad.

- ¡Espectros Encadenados! - Gritó de repente y el conjuro Necromántico de nivel Archimago entró en funcionamiento. Cientos de fantasmas con forma de calavera de felino y cuerpo de serpiente volaron rápidamente hacia el Ifrit de forma coordinada, como si cada uno de ellos fuese el eslabón de una cadena aterradora.

El Ifrit trató de defenderse expulsando una oleada de calor, pero Espectros Encadenados era un ataque puramente espiritual y no podía ser detenido por medios físicos. Tampoco se les podía esquivar en un espacio cerrado. Cuando alguno de esos colmillos conseguía morder al Ifrit, este rugía con auténtica agonía.

Ahora bien, siendo originalmente un espíritu de fuego, el Ifrit podría haberse defendido de esa clase de ataque con relativa facilidad. Pero actualmente se encontraba en el complicado proceso de asumir una forma corpórea y había pasado los últimos siglos luchando para materializar el cuerpo que tenía. En cierto modo, era como una persona parada sobre dos botes al mismo tiempo, con cada pie en una embarcación diferente.

El Ifrit comenzó a arrojar zarpazos erráticos mientras luchaba por escapar de los espectros y todo el Emplazamiento Extremo de Fuego se sacudió violentamente con cada uno de sus movimientos. Pero como la Matriz del zombi estaba protegida por el misterioso capullo que el Corazón de la Primera Llama había generado, Bryan no estaba preocupado. En ese momento lo que más deseaba era escapar, así que corrió a esconderse detrás de unas rocas.

- Esos espectros lo mantendrán ocupado, pero no por mucho tiempo. - Dijo entonces, volviéndose hacia Sofía.

La Paladín estaba observándolo como si lo viese por primera vez y tan impactada había quedado por su exhibición de poder, que no había notado que continuaba abrazándose a Bryan. Y es que cuando él la sujetó por la cintura para volar, Sofía hizo lo único que podía hacer: Llevó sus brazos al cuello de la persona que la cargaba.

- Suéltame, por favor. - Susurró cuando por fin cayó en cuenta y sus mejillas se ruborizaron por algo más que el calor.

Bryan había estado disfrutando de la sensación de ese cuerpo femenino, que incluso con su armadura se sentía increíblemente agradable al tacto. Pero consiguió ocultar bien su decepción y la dejó ir. Luego comenzó a hablar muy rápidamente.

- Tenía un plan, pero ya no sirve. Esta piedra que nos mantiene fríos durará máximo otros 10 minutos o tal vez menos. - Explicó señalando el tesoro mágico sobre su hombro: - Tengo una idea para lidiar con Cabiria más tarde, pero eso tendrá que esperar. Ahora tenemos que encontrar un modo de sobrevivir. -

- Podemos pelear o escapar. - Comentó Sofía pensativa.

- Aunque esté herido y luchemos los dos juntos, dudo mucho que podamos derrotar al Ifrit en tan poco tiempo. -

- ¿Entonces corremos? -

- No. - Respondió Bryan, que ya había enviado a sus Espectros Oscuros a explorar los diversos túneles que salían del enorme domo geológico en donde se encontraban y lo que vio no le gustó: Había largos túneles serpenteantes hasta el límite donde sus criaturas podían llegar y muchos obstáculos en el camino, como barreas mágicas y criaturas, así como el riesgo constante de que todo colapsase por los diversos temblores.

- No tenemos suficiente tiempo para eso tampoco. -

- ¿Entonces que podemos hacer? -

Bryan lo pensó un momento y luego dijo: - Dime la verdad… ¿Tu bestia guardiana puede sacarnos de aquí? -

- Crisaor no es el problema, sino yo. Aún no tengo la fuerza para manifestar su poder por largos periodos de tiempo. - Explicó Sofía rápidamente: - Tiene un ataque que nos permite atravesar todo tipo de obstáculos, pero solo durará 30 segundos. -

- ¿Y la distancia que recorre? -

- Tres kilómetros. Pero después de usarlo ya no podrá seguir combatiendo hoy. -

- Eso tendrá que bastar. - Dijo Bryan mientras se asomaba con cuidado para ver lo que ocurría con el Ifrit, que para entonces ya se había liberado de los Espectros Encadenados y ahora estaba mirando a todos lados, buscándolos enfurecido: - Correremos lo más rápido posible hacia el sitio más cercano a la superficie y entonces escapamos. -

- ¿Sabes qué parte de este lugar está más cerca de la salida? -

- Confía en mí. - Respondió Bryan pensando en lo que sus Espectros Oscuros le habían revelado mientras exploraban

- Hay un último problema, invocar a mi criatura tomará 20 segundos. Pero reunir la energía para ejecutar la carga que nos sacará de aquí… Necesitaría un minuto entero. Y no hay modo de que podamos hacerlo sin que el Ifrit nos detecte. Un solo ataque me haría tener que empezar nuevamente. -

Bryan entonces volvió a mirar al Ifrit para juzgar que tan enojado estaba y concluyó que seguramente se emplearía a fondo en su próximo ataque.

- Entonces usemos el plan que teníamos antes de conocer a esa vieja traicionera:  Yo te cubro y tú nos sacas de aquí. -

- ¿Qué? ¿Durante un minuto con veinte segundos? ¡Imposible! -

- ¡No hay nada imposible para aquel que lo intenta! - Respondió Bryan sonriendo: - Y la diosa Fortuna siempre favorece al que se atreve. -

Sofía sonrió de buena gana antes de responder: - Crees en una diosa muy curiosa, señor Bryan, pero no se me ocurre un mejor plan. Confiaré en tus palabras y nuestro destino a tu valor en combate. -

- Entonces tendré que estar a la altura de sus expectativas, noble Sofía. - Respondió Bryan con galantería, pero entonces se le ocurrió una idea traviesa y sugirió mientras señalaba a la roca púrpura que emitía energía helada: - Lamentablemente el radio en que este tesoro puede enfriarnos se vuelve muy pequeño cuando estamos en movimiento. Pero tenemos que escapar lo más rápido posible si queremos aumentar nuestras posibilidades. -

- Entiendo. Pero… ¿qué quieres decir? -

- Solamente volando podremos acortar el tiempo. Y eso significa que tengo que llevarte en brazos. -

- ¡…! -

- ¡Por favor comprende! Solamente lo hago para maximizar nuestras posibilidades y no tengo otra intención. También debo que pedirte que te quites algunas piezas de armadura para aumentar nuestra velocidad al máximo. -

- ¡¿Llevarme en brazos?!¡¿Quitarme mi armadura?! - Exclamó Sofía ruborizándose hasta las orejas a pesar de que su expresión estoica no había vacilado: - Aguarda un momento. ¿No eres un Archimago? ¿No puedes hacer lo que Cabiria…? -

- No puedo. - La interrumpió Bryan: - No conozco el conjuro de levitación y además este sería demasiado lento. -

- Pero… -

- ¡No hay tiempo! ¡El Ifrit se acerca! - Exclamó Bryan abriendo los brazos. - ¡Tenemos que irnos ya mismo! -

Sofía vaciló un segundo, pero finalmente adoptó una actitud de seriedad y activó una función de su Armadura que le permitía enviarla inmediatamente a su Anillo Espacial. Era una medida para el caso de que cayese accidentalmente en el agua y necesitase quitarse el peso rápidamente para poder flotar.

Ahora le iba a servir de un modo parecido.

Debajo de la armadura, Sofía llevaba una especie de ropa interior de color negro muy ajustada, que la cubría completamente desde los tobillos hasta el cuello y los brazos. Tenía algunas correas cosidas porque normalmente servía para sujetar la coraza adecuadamente.

En todas las formas atractiva y sensual...

Esta prenda había sido compuesta específicamente para ella, así que naturalmente se adaptaba perfectamente a cada curva de su cuerpo como lo haría un traje de aislamiento térmico, de los que utilizaban los bañistas en el mundo original de Bryan, quien por su parte necesitó emplear la totalidad de su fuerza de voluntad en ese mismo momento para no abrir la boca como un imbécil.

El cuerpo de esa mujer era su propia versión de la perfección femenina: Voluptuosa sin llegar a ser lasciva, erótica sin llegar a ser obscena, atlética sin llegar a ser fornida.

Y en todas las formas atractiva y sensual.

Toda ella era increíblemente hermosa, pero si Bryan tuviese que recalcar alguna parte de su cuerpo, probablemente haría énfasis en sus largas piernas esbeltas (en particular sus muslos femeninos) y también sus perfectos pechos redondos que prometían una cornucopia de satisfacciones para la lujuria que pudiese tener un hombre.

A todo esto, habría que sumarle la belleza de su resplandeciente cabellera plateada en conjunto con los rasgos de su rostro, particularmente sus ojos, que fascinaban por tener una hermosa mezcla misterio, madurez e inteligencia.

Bryan intentó decir algo, pero cuando lo intentó respiró un intoxicante aroma de sudor y perfume femenino que, en combinación con el resplandor de su piel mojada al reflejar la luz del magma en el entorno, embriagaban al espectador.

- ¿Que ocurre? ¿Piensas quedarte ahí? ¿Acaso no teníamos prisa? - Preguntó Sofía alzando una ceja interrogante y con una expresión que intentaba ser indiferente, aunque el rubor de sus mejillas traicionaba lo nerviosa que se sentía en realidad.

Cualquier otro hombre se habría desmayado o habría muerto intentando poseer a esa mujer ahí mismo. Por suerte el cerebro de Bryan procesaba la información a una velocidad mucho mayor que la usual, así que consiguió recuperarse de la impresión aparentemente rápido. Sin embargo, no pudo ocultar del todo su reacción y lo sabía.

¡Ante la duda, ataca!” Se dijo Bryan y decidió ser honesto: - Lo lamento. Pero eres demasiado hermosa. Discúlpame. Prometo que seré serio a partir de ahora. -

Sofía parpadeó y sus mejillas se ruborizaron un poco. Cuando finalmente habló, su tono normalmente severo e indiferente tenía un ligero temblor y, aunque trató de ocultarlo, también un leve rastro de complacencia: - ¡Vámonos de una vez! ¡Cualquier distracción podría costarnos la vida! -

- Si, mi señora. - Respondió Bryan como un autómata mientras se adelantaba con los brazos extendidos.

- ¿Por qué mejor no voy en tu espalda? ¿No es mejor…? -

- No, porque podrían atacarte a ti. Recuerda que nuestra única esperanza de sobrevivir radica en que ninguno de sus poderes te alcance hasta que salgamos de aquí. -

- Ah… -

Parecía que Sofía todavía tenía dudas, pero se acercó a él con paso decidido y permitió que Bryan la cargase como una princesa, lo cual provocó una nueva avalancha de sensaciones intensas que iban, desde el tacto de su cuerpo a través de ese traje tan ceñido, hasta la maravillosa experiencia de su peso, no tan ligero como el de una señorita, pero tampoco pesado, sino perfecto como lo sería el de una felina. Cuando Sofía envolvió su cuello con sus brazos para sujetarse mejor, casi le da un infarto.

Bryan fingió desesperadamente que se acomodaba, pero en realidad luchaba por mantener su rostro inmóvil como si fuese una máscara y al mismo tiempo usaba su memoria eidética para registrar a perpetuidad cada aspecto de esta increíble mujer, en particular la forma de los deliciosos pechos que tenía a centímetros de sus ojos.

Los rugidos del Ifrit se intensificaron repentinamente, lo que seguramente significaba que ya los había encontrado. Lo que sucedería a continuación sería una lucha al filo de la navaja, donde el más mínimo error podría significar un trágico final. Pero incluso si nada salía mal, las posibilidades de éxito seguían siendo de un 50 % como máximo.

Bueno, si hoy resulta ser mi último día por lo menos me voy a morir con una de las mejores erecciones de mi vida.” Pensó irónicamente antes de comenzar a volar, agradeciendo a los dioses por no tener que ocultar todas sus reacciones de Sofía debido al modo en que la estaba cargando. 

*****

Rayo de fuego

Cuando el Ifrit abría sus fauces era capaz de arrojar un rayo de luz roja, que tenía el poder suficiente para destruir todas las rocas que golpeaba. Y las que no recibían un impacto directo, terminaban fundidas únicamente por su proximidad a la enorme fuente de calor que poseía ese ataque que incluso podía quemar el aire mismo que tocaba. Era pues fácil saber dónde el demonio de fuego había empleado sus poderes, porque siempre dejaban un largo surco bastante simétrico por donde pasaba, el cuál era lo bastante ancho como para albergar a unas cinco personas caminando en fila.

Si lo emplearan en la construcción de carreteras, la velocidad del transporte en el Imperio Itálico se incrementaría bastante.” Pensaba Bryan medio en broma mientras escapaba por su vida.

Debido al terrible poder de fuego que tenía su adversario a Bryan ni se le pasó por la cabeza intentar perderlo o esconderse. Apenas tuvo a Sofía entre sus brazos dio un terrible pisotón y comenzó a volar a toda velocidad. Un segundo después las rocas tras las que se ocultaban se convirtieron en polvo o lava fundida ante el poder del rayo de luz que borraba todo a su paso. El poder del Ifrit comenzó a moverse persiguiendo a Bryan, aniquilando a los monstruos y demonios que intentaban huir. Pero la muerte vino por todos ellos de forma ineludible e inexorable, pues a no ser que pudiesen volar tan rápido como permitía el Arte del Noveno Diagrama Celeste, ninguna criatura podía superar la velocidad de ese láser.

Por suerte el ataque no podía ser arrojado por siempre. El Ifrit finalmente tuvo que detenerse para recuperar el aliento y entonces Bryan aprovechó para dirigirse hacia el extremo este, donde sabía que estaba el lugar más cercano a la salida. Pero entonces sintió peligro detrás suyo y viró justo a tiempo para esquivar una serie de meteoritos que estuvieron a punto de atinarle.

- ¿Estás bien? - Preguntó Sofía en sus brazos, pues se daba cuenta del inmenso esfuerzo que Bryan tenía que realizar, tanto mental como físicamente, para mantener esa alta velocidad y esquivar al mismo tiempo.

- Si, es pan comido. - Respondió Bryan sonriendo irónicamente, pero no tuvo oportunidad de decir nada más, porque el láser del Ifrit regresó, pero esta vez estaba cortándoles el paso.

Bryan se detuvo justo a tiempo para esquivar la muerte e inmediatamente viró, pero el rayo lo seguía, siempre obligándolo a cambiar de dirección. Luego llegaron más meteoros.

Acaso sabe lo que intentamos hacer.” Pensó Bryan mirando hacia el Ifrit con nerviosismo y le pareció que el monstruo le devolvía una mirada de euforia maligna.

En ese momento la luz de la joya que levitaba sobre su hombro comenzó a resplandecer de un modo intermitente, indicando que estaba próxima a desaparecer. Cuando esto sucediera las cosas se complicarían todavía más.

- No hay nada que hacer, tenemos que arriesgarnos si queremos ganar. - Comentó Bryan para sí mismo.

- ¿A qué te refieres? - Preguntó Sofía intrigada. La Paladín claramente no estaba acostumbrada a que la cargasen y su rostro estaba colorado por la vergüenza, pero su gesto seguía siendo estoico e impertérrito, lleno de la dignidad que siempre había mostrado.

- ¿Confías en mí? - Preguntó Bryan mirándola directamente.

Sofía lo miró un instante en silencio y con intensidad, pero finalmente asintió una vez.

- Entonces sujétate. - Dijo Bryan reuniendo todos su poderes para volar a toda velocidad… ¡Directamente contra el Ifrit!

El Ifrit preparó sus brazos armados con garras

El monstruo rugió con furia ante lo que parecía un claro desafío y abrió nuevamente sus fauces para disparar su rayo mortal. Bryan consiguió esquivarlo por un margen pequeñísimo, sin dejar de avanzar en todo momento.

La distancia entre ambos se redujo bastante. El Ifrit debió entender que Bryan pretendía entrar en combate directo y dejó de disparar mientras preparaba sus brazos armados con garras para luchar.

Pero cuando parecía que Bryan estaba a punto de impactar…

- ¡Niebla Negra! -

La nube completamente negra se expandió con una velocidad impresionante, envolviéndolo todo en un radio de más de cincuenta metros. El Ifrit rugió con furia e inmediatamente desató una oleada de energía desde el interior de su cuerpo que destruyó el conjuro necromántico. Pero antes de que la oscura neblina desapareciera la figura de Bryan comenzó a volar, alejándose por la espalda del demonio.

Solo que no se trataba de Bryan, sino de cuatro de ellos.

El Ifrit dejó de rugir como si se hubiese atragantado, mientras intentaba decidir a cuál de estos enemigos debía atacar y al mismo tiempo intentaba entender cómo es que habían llegado a ese lugar.

Pero lo cierto era que siempre habían estado ahí, pues se trataba de los Espectros Oscuros. Con su habilidad para transformarse, habían adoptado la forma de su amo y ahora volaban en direcciones diferentes. Cualquier de ellos era inmune a los ataques físicos, pero aun así pretendían esquivar desesperadamente los meteoros y rayos del Ifrit para mantener la farsa el tiempo suficiente. Si el demonio hubiese estado menos sorprendido e iracundo, podría haber notado que estos “Bryan(s)” no tenían ni a Sofía ni al tesoro púrpura en el hombro, pero por fortuna cayó en la trampa.

En verdad el mayor riesgo de todos lo había corrido el conjurador. Bryan tuvo que arrojar su conjuro de Niebla Negra y entonces detenerse en seco, justo en frente del enorme cuerpo del Ifrit. Entonces permaneció quieto mientras sus Espectros Oscuros distraían al enemigo y no pudo moverse hasta que este le dio la espalda, manteniéndose así escondido entre los últimos rastros de la neblina sobrenatural que se resistía desaparecer. Luego se alejó lo más silenciosamente posible. Hubiese bastando un simple manotazo del demonio para sellar el destino de ambos, pero consiguieron alejarse sin sufrir ningún daño.

Ahora que sus Espectros Oscuros estaban ocupados llamando la atención del Ifrit, Bryan había perdido los ojos extras que le permitían ver todo lo que sucedía a su alrededor. Esto podría considerarse como el único punto débil de usar esas ilusiones, pero no tenía más remedio que hacerlo si quería sobrevivir.

De este modo Bryan voló a toda velocidad con los ojos fijos en su meta, tratando de ignorar las explosiones que provocaba el Ifrit a sus espaldas y aguantando las ganas que sentía de detenerse un momento para mirar hacia atrás. Tan rápido fue su desplazamiento esta vez, que la lava se hacía a un lado por donde pasaba y el aire silbaba, pero milagrosamente no fue descubierto.

A unos cincuenta metros del lago de lava, en el extremo este del gran domo geológico que contenía al Emplazamiento de Fuego Extremo, había una especie de peña que sobresalía de la pared de rocas. Ahí fue donde finalmente Bryan aterrizó.

- ¡Lo conseguimos! ¡Hazlo ahora! -

Sofía inmediatamente bajó de sus brazos y con un gesto rápido pero ceremonioso invocó unas cadenas doradas que eran las riendas de su montura. Estas comenzaron a brillar intensamente por la energía que contenían.

- El Ifrit nos notará pronto. ¡Prepárate! - Le advirtió Sofía con una mirada seria.

- Confía en mí. - Respondió Bryan sonriendo mientras comenzaba a calcular el tiempo.

Un minuto con veinte segundos. Podía parecer poco, pero en sus circunstancias actuales parecían ser milenios de espera.

- ¡Crisaor, yo te lo ordenó! - Exclamó Sofía: - ¡Ven ante mí! -

El hermoso caballo que parecía hecho de la luz más pura se materializó a través de las riendas doradas, como si siempre las hubiese tenido puestas. Sofía dio un salto y cuando aterrizó en el lomo de su bestia, ya tenía puesta su armadura plateada. Entonces ambos, jinete y montura, comenzaron a emitir una impresionante cantidad de poder mágico, que para Bryan se sentía como un auténtico torbellino.

En ese mismo momento el Ifrit se dio la vuelta con brusquedad y sus ojos se fijaron en ellos. La ira del demonio era más intensa que nunca e inmediatamente abrió sus fauces para desatar lo que seguramente sería el ataque más poderoso que jamás había realizado.

Bryan se colocó en frente de Sofía y su Caballo Alado. Todas sus esperanzas de sobrevivir dependían de que consiguiese bloquear este último rayo de energía. El problema era que después de todas las peripecias que había tenido que realizar solamente le quedaba menos de un tercio de su Esencia Mágica y casi nada de Fuerza Mental. De hecho, ya sentía los dolores de cabeza propios de quién se acerca a su límite.

El capullo de lava

Pero cuando parecía que el ataque era inminente sucedió algo extraño. La lava por debajo del Ifrit se sacudió por unos momentos y entonces una enorme bola de magma emergió de las profundidades. Se trataba del capullo que encerraba la Matriz del futuro Zombi Élite de Fuego y al Corazón de la Primera Llama. Aparentemente había regresado temporalmente a la superficie.

Mierda, espero que no haya sucedido nada malo.” Pensó Bryan asustado, pero cuando activó la conexión mental que tenía con su criatura, descubrió que la transformación continuaba desarrollándose como se suponía que fuera y suspiró con alivio.

Sin embargo, algo aún más inesperado estaba por ocurrir. Porque cuando el Ifrit miró el capullo de lava, su comportamiento se volvió muy extraño. Repentinamente todo el intenso odio desapareció de su mirada y rápidamente se sumergió en la lava para sujetar al capullo con sus dos brazos e incluso usó sus patas como si quisiera enroscarse a su alrededor de alguna manera. Entonces comenzó a flotar junto con el capullo, mientras emitía sonidos que se parecían extrañamente a ronroneos.

¡¿Qué carajo?!” Pensó Bryan mientras observaba al Ifrit chapoteando en el magma y aferrando al capullo como si fuera una gallina cuidando uno de sus huevos. Su estado de ánimo había dado un vuelco y ahora se le veía tierno hasta el punto de parecer empalagoso. Algunos incluso podrían decir que parecía más una…

- ¿Cree que ese capullo de lava es hijo suyo? Espera… ¡¿Era una hembra?! ¿No un Ifrit sino UNA Ifrit? ¿Esta clase de demonios ya tiene una sexualidad incluso antes de asumir forma física? - Exclamó Bryan sin poder contenerse.

Sin embargo, aunque este desarrollo era muy raro, si la Ifrit se calmaba y dejaba de atacarlos eso sería lo mejor. Por unos segundos el peligro pasó. Bryan incluso tuvo tiempo de hacer regresar a sus Espectros Oscuros (nuevamente invisibles) al interior de su cuerpo sin que nada sucediera y comenzó a pensar que quizá podrían irse sin mayores problemas.

Pero lamentablemente, ese pensamiento resultó ser demasiado optimista.

Súbitamente los ojos del Ifrit se fijaron el Bryan y Sofía como si de pronto se hubiese acordado de ellos. Una nueva intensión asesina brillaba con intensidad en su mirada, una que no era de producto de la rabia o la cólera, sino la de una madre que quiere proteger a su cachorro.

- ¡Hija de la gran puta! - Maldijo Bryan en cuanto se dio cuenta de lo que estaba por suceder.

- ¡Treinta segundos, Bryan! - Le advirtió Sofía.

Para ese momento el Caballo Alado estaba resplandeciendo con tanta intensidad que incluso opacaba la luz de las llamas y el magma del entorno.

¡Es todo o nada!

Y con ese pensamiento Bryan consumió dos gotas de su Esencia de Sangre, la valiosísima sustancia que no podía ser reemplazada y que incrementaba drásticamente los poderes de un Mago Demoníaco hasta límites insospechados, aunque a cambio de perder tiempo de vida. Afortunadamente la Orquídea Vital Centenaria había incrementado la cantidad que poseía o Bryan podría haber vacilado en utilizarla.

La Ifrit abrió sus fauces repentinamente y (sin soltar el capullo entre sus brazos) desató el rayo más poderoso que hasta el momento había demostrado. Casi al mismo tiempo Bryan extendió ambas manos para generar la llama de Fuego Glacial Místico más grande de toda su vida. Ambos poderes impactaron con tal intensidad, que el entorno entre ambos comenzó a colapsar. Las rocas se congelaban y fundían constantemente, la tierra se sacudía y el mismísimo aire parecía azotar todo lo que tocaba.

La Esencia de Sangre funcionó como debía y rápidamente rellenó las casi vacías reservas de poder que Bryan había perdido, al mismo tiempo que todas sus heridas se regeneraban. Conceptualmente las llamas son más débiles que la energía pura concentrada en un rayo, así que deberían haber perdido en un combate directo contra un oponente más poderoso. Pero tal fue el incremento del poder que obtuvo Bryan, que por momentos conseguía superar a la Ifrit y la mitad del lago de fuego se solidificó debido a esto.

El problema era que el demonio de fuego se encontraba en su elemento y podía mantener un flujo constante de energía. En cambio, esta era la primera vez que Bryan usaba la Esencia de Sangre en una batalla, así que tenía muchos problemas controlando el violento incremento de poder. Poco a poco el rayo de la Ifrit comenzó a ganar terreno, fundiendo las rocas a su alrededor y cada vez más cerca de llegar a sus víctimas.

- ¡Máximo esfuerzo! - Rugió Bryan e incrementó aún más la intensidad del fuego púrpura. Sentía que sus brazos podían romperse en cualquier momento debido a la gran cantidad de poder que estaba liberando y el dolor le hacía querer gritar, pero continuó atacando y poco a poco sus llamas volvieron a hacer retroceder al rayo de la Ifrit.

Finalmente, el monstruo se detuvo y Bryan también lo hizo porque no quería que su fuego llegase hasta el capullo que encerraba la matriz de su nuevo Zombi. La Ifrit pareció entender que Bryan era lo bastante poderoso como para continuar su ataque, lo cual podría a su “hijo” en peligro y también a su nuevo cuerpo en proceso de formación. Por primera vez pareció dudar en seguir adelante con la pelea.

Entonces un nuevo alud de poder sobrenatural llenó la cueva cuando el Caballo Alado terminó de reunir la energía que necesitaba. El miedo de la Ifrit se incrementó todavía más al sentir esto, pues estaba bastante herida y le quedaba muy poca energía como para enfrentar a dos oponentes que parecían tener un poder equivalente al suyo.

Sofía agitó sus riendas de oro para dirigir a su montura junto a Bryan y rápidamente extendió una de sus manos para aferrarlo. Fue un buen momento, porque el incremento de poder que daba la Esencia de Sangre se estaba terminando y Bryan ya estaba sintiendo que sus piernas vacilaban. Estaba tan mareado por el esfuerzo, que no se dio cuenta del momento en que lo sentaron a lomos del caballo detrás de Sofía, hasta que sintió cómo sus manos se envolvían naturalmente alrededor de la maravillosa cintura de la paladín.

- ¡A la carga, Crisaor! - Exclamó Sofía.

El corcel relinchó con orgullo y levantó sus patas delanteras al mismo tiempo que batía sus alas. Pero antes de que sus cascos tocasen el suelo… el mundo desapareció.

Bryan sintió que su cabeza se volvía violentamente hacia atrás y le pareció que su estómago estaba a punto de salir por su boca. Quiso gritar, pero no tuvo tiempo de emitir sonido alguno porque el caballo comenzó a deslizarse a una velocidad que superaba la imaginación. A pesar de tener una vista sobrehumana, Bryan vio claramente que las imágenes que percibía se deformaban hasta convertirse en una especie de túnel borroso de luces, aunque podía escuchar el sonido de cosas siendo destrozadas a su espalda, como si fuese el retraso del estruendo que uno siente al moverse más rápido que el sonido.

Crisaor estaba galopando en el aire mientras batía sus alas y su poder resplandeciente era como un escudo natural que le permitía destruir sin miramientos cualquier cosa que le bloquease el paso, ya fuesen criaturas, rocas, muros o barreras. Por suerte había alguna clase misteriosa de magia que mantenía a Bryan en su sitio, porque por sus propias fuerzas nunca habría podido continuar sosteniéndose.

Pero no por eso el viaje resultaba menos aterrador. De hecho, Bryan estaba más asustado que nunca en ninguna de sus dos vidas.

¡Vamos a morir!” Gritaba desesperadamente en su interior, porque no podía hacerlo en la realidad: “¡Primero voy a vomitar! ¡Y luego voy a morir!

En algún momento de su vida había imaginado lo que se sentiría viajar en un cohete espacial. Incluso soñó que llegaría el día en que podría ir al espacio. Pero lo que jamás se le ocurrió preguntarse era cómo se sentiría viajar sentado en la mismísima punta de un cohete espacial. Sin embargo, si un humano pudiese sobrevivir a ese tipo de viaje, de seguro experimentaría algo semejante.

Parecía que Bryan había descubierto un nuevo trauma en lo profundo de su interior: Nunca viajar a altísimas velocidades cuando no era él quien sujetaba las riendas.

*****

La Ifrit se quedó mirando por largo tiempo el agujero por el cual los invasores de su reino privado habían desaparecido. Todavía podría haberlos perseguido, pero estaba bastante lastimada por todos los combates de ese día y no tenía la confianza de poder derrotarlos a ambos, sobre todo al humano que había solidificado la mitad de su cámara privada con sus llamas congelantes.

Como prueba de su poder, el intruso había dejado atrás esa cosa brillante que irradiaba un poder frío, aunque parecía estar a punto de desaparecer.

Finalmente, la Ifrit decidió que lo mejor que podía hacer era quedarse en su madriguera y recuperar sus fuerzas. Además, ahora tenía una nueva obsesión que demandaba su completa atención.

Con un pequeño hechizo la Ifrit cerró el agujero en el domo geológico que el Caballo Alado había provocado al atravesarlo y envió una orden mental a sus sirvientes para que reparasen los daños que los invasores hicieran al escapar, pero que no intentasen detenerlos.

Luego abrazó el capullo con fuerza, pero con cuidado de no romperlo y comenzó a sumergirse en el interior de la lava, hasta que ambos desaparecieron por completo.

Poco después, el lago de lava subterráneo volvía a arder con la misma intensidad que siempre y la joya que Bryan había refinado acabó desapareciendo de modo natural.

Sofía y Crisaor cargando

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú donde seguimos en pie de guerra por culpa de ya saben qué “analfabeto funcional” sentado en Palacio de Gobierno. Hace poco sus sobrinos ganaron un contrato por el estado por 150 millones de comisión y no sé qué es más triste: que hayan robado tanto dinero o que en serio hayan creído que nadie se enteraría de esa inmensa cantidad de dinero en los bolsillos de personas con una empresa recién formada.

En cualquier caso, es miércoles 20 de abril y tenemos muchos cambios en este capítulo. Hay referencias a películas, series y animes que van de Fate Heavens´s Field hasta El Grinch de Jim Carrey.

Como ustedes saben en el original Sofía no hace absolutamente nada excepto ser salvada por Bryan, que se queda mirando su pechos porque la armadura de metal de algún modo lo permite. Supongo que el autor pensó en esos conjuntos de armadura Bikini que tan populares eran en los videojuegos de los 80-90 pero que ahora están un poco pasados de moda a excepcione de en los modificadores de Skyrim. Ojo, personalmente a mí no me molestan, pero no es lógico que nadie vaya a la batalla de ese modo.

Yo quise darle un poco de realismo a todo, manteniendo eso sí un poco de fantasía, y estaba pensando en qué hacer cuando vi a una bañistas bastante lindas que me dieron una idea.

Verán, en la Edad Media varias partes de la armadura de placas estaban fijas al cuerpo del caballero mediante una ropa interior parecida a una pijama de cuero con cuerdas en los hombros que servían para fijar el peto. Por supuesto que era un traje de equipamiento y no ropa, así que definitivamente no sería nada bonito de ver en una mujer. De hecho, era bastante feo porque su función era… bueno, ser funcional. Sin embargo, usando la fantasía bien podría quedar como esos trajes que usaban Asuka y Rei en Evangelion.

Todo el encuentro con el Ifrit está basado principalmente en un nivel de Devil My Cry 1 en que el protagonista tiene que volar esquivando los láser y proyectiles que arroja el villano final. Naturalmente me inventé todo de cero porque en el original nada de esto sucede.  Pero la parte final está inspirada en los últimos segundos del épico combate de Rider y Saber Alter en Fate Havens Field, donde el protagonista tiene que bloquear el ataque de un enemigo mientras Medusa invoca al Pegaso para terminar con el adversario, solo que en este caso era para escapar.

Para esa parte utilicé el recurso de la Esencia de Sangre que había preparado desde la batalla contra la Quimera precisamente para este momento. No se los dije entonces porque no quería adelantarles información, pero creo que al final valió la pena.

¿Por qué pasar por tantos problemas? Un rasgo de las novelas de fantasía chinas es que todos los combates dependen del nivel de poder igual que en seres como Dragon Balla, donde Super Saiyajin 1 no puede vencer a Super Saiyajin 2 sin importar lo que haga. Yo estoy tratando de desligarme de eso en los combates y creo haber tenido un éxito moderado pese a que no puedo abandonarlo del todo.

Recordemos que Bryan es poderoso en ciertos aspectos, sobre todo los relativos al combate, pero no es tan fuerte en otros. En pocas palabras: Esos momentos en que su Magia Demoníaca se combina con su Necromancia, le dan habilidades muy superiores a su rango; pero en todos los otros aspectos su poder es únicamente superior al de un Mago Licenciado. De otro modo, estaría demasiado roto.

La Fuerza Metal de Bryan da una capacidad de percepción superior, que se combina con el refuerzo físico y la Esencia Magia para producir un combatiente muy poderoso. Esas habilidades le han permitido enfrentar oponentes más poderoso con éxito, pero siempre con muchos riesgos. Recordemos que él no tiene Aura de Batalla que lo proteja de los efectos de muchos poderes en ese mundo, así que en cierto sentido es como un caballero que tiene que pelear siempre sin armadura o escudo.

La lógica es la siguiente. Cuando conoció al Gran Mago Egon, consiguió dañarlo únicamente porque lo atacó por sorpresa y usando el 100 % de sus habilidades, pero después tuvo que escapar para poder vivir. Luego sufrió una transformación que le permitió atacar la base de Falce Segador y en este momento ya podría pelear directamente contra un Archimago teniendo buenas posibilidades de vencer si este se descuida. A un Gran Mago solamente puede enfrentarlo, más no vencerlo.

Pero esto es solamente teniendo en cuenta la escala de poder. Bryan es capaz de vencer precisamente porque no elige atacar directamente, sino empleando estrategias que compensan sus debilidades.

Sin embargo, en el intercambio con el Ifrit Bryan ya está casi al límite de sus fuerzas. Además, el Ifrit es un ser que supera a un Gran Mago por cierto margen, por lo menos suficiente como para que Cabiria haya preferido escapar pese a tener el apoyo de una paladín como Sofía. Es cierto que el Ifrit está herido y agotado, pero está jugando en casa, con acceso a reservas de magia muy superiores.

Para solucionar las incoherencias con este escenario fue que necesitaba darle un impulso de poder a Bryan que luego fuese justificable y para eso me sirvió la Esencia de Sangre.

Se que la nota me está quedando muy larga, pero quiero hacer énfasis en algunas cosas: Primero, que el Ifrit sea hembra y considere al capullo su hijo, es algo de la novela original, aunque en ese caso se trata de una flor que ha envuelto al zombi. No estoy convencido y creo que era innecesario, pero me pareció que si lo cambiaba me estaría alejando demasiado del material de Ni Can Tian.

Luego está las partes eróticas con Sofía en las que se describe su cuerpo. En cada uno de los 4 capítulos desde su aparición el autor hace énfasis en ello y la verdad es que el hecho de que Bryan esté fijándose en ella todo el tiempo se siente excesivo, casi como si fuera un enfermito que no puede controlarse. Por eso yo los modifiqué para que fueran más civilizados y además omití la mayoría en los volúmenes anteriores (recordemos que Sofía usa armadura en todos ellos, así que no hay motivos para que su figura llame la atención como si estuviese desnuda). En cambio, los concentré todos en este capítulo como una forma de compensación y también para dejar a Bryan como un villano inteligente. Creo que eso fue mejor, porque esto no es un manga donde tenemos ayudas visuales, sino una novela. Si las descripciones de un cuerpo femenino son muy burdas… no se siente bien.

Y hablando de imágenes. Quiero mencionar lo mucho que costó encontrarlas, tanto en este como en los capítulos anteriores. De verdad creí que sería sencillo encontrar mujeres montando pegasos, pero resultó que casi no hay. De hecho, una de las que coloque aquí requirió que primero la trabajase en Photoshop, aunque creo que me quedaron bien al final.

Bueno eso es todo por ahora. Si les gustó esta adaptación por favor dejen su opinión en los comentarios. Pueden ayudarme señalando cualquier falta de ortografía o error de contexto que se me pueda haber escapado, compartir este trabajo con amigos y conocidos para atraer a más lectores, y como siempre dejo los enlaces de mi cuenta Patreon para cualquiera que desee realizar donaciones para que así pueda pagar la infame cuenta de luz.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!