291 Una larga caída

EN LA ARENA DE COMBATE

Cuando la nube de polvo se asentó, la figura de Bryan no se podía ver por ningún lado. Vlad Cerrón sonrió con suficiencia, pensando que la ráfaga de aire había terminado de pulverizar el cuerpo, de modo que pensó en apresurarse y buscar algunos trozos que pudiesen servirle para torturar psicológicamente a Phoebe antes de que la barrera desapareciese… pero entonces abrió la boca para respirar y notó el aire helado entrando en sus pulmones, una prueba innegable de que el Dominio Necromántico no se estaba desvaneciendo.

¡Sigue vivo!” Decidió Vlad Cerrón de inmediato, no tenía pruebas, pero tampoco dudas. Todo lo que sabía le decía que ese joven había sido partido por la mitad, porque vio claramente como su frente era atravesada por la energía dorada justo antes de ser tragado por la terrible ráfaga de aire. Pero sus instintos nunca fallaban cuando se trataba de una batalla y por eso siempre les hacía caso.

Por lo tanto, aunque era imposible, ese maldito necromante tenía que seguir vivo.

De modo que adoptó una postura defensiva, al mismo tiempo que se ponía a buscar con la mirada cualquier cosa que estuviese fuera de lugar, por pequeña que fuese. Entonces recordó al Desgarrador Sombrío, la espada que Bryan le había arrojado, la misma que consiguió desviar con mucha pericia y mandado lejos. Todo eso estaba muy bien y coincidía con la lógica de lo acontecido hasta ahora… solo que en su memoria no estaba grabado el sonido que la espada tendría que haber hecho al estrellarse contra el suelo rocoso.

¿Dónde está la espada?

Vlad cerrón rápidamente miró de izquierda a derecha con el arma lista para defenderse de cualquier ataque repentino, pero no vio ningún destello del oscuro metal. Y si no estaba en el suelo, ni clavada en las paredes alrededor, entonces solo podía estar…

¡Arriba!

Vlad Cerrón levantó la mirada y entonces vio claramente a la espada corta, que de algún modo estaba volando por si sola hacia el techo, el cual, por culpa del Dominio Necromántico, ahora estaba completamente cubierto de gruesas nubes negras, con breves destellos silenciosos de relámpagos verdosos. Pero por encima de aquella bruma aterradora sobresalían varias estalactitas gruesas, las cuales descendían como los colmillos de una criatura aterradora.

Las estalactitas de la cueva

Y aferrándose a estas rocas con una mano, mientras que tenía la otra extendida, estaba Bryan el necromante. El mismo que estaba seguro de haber cortado por la mitad. ¿Cómo era posible que estuviese vivo? ¿En qué momento llegó hasta el techo? Vlad Cerrón no tenía el tiempo de averiguarlo.

El joven aferró el arma mágica en cuanto esta llegó a su palma y entonces comenzó a volar entre las estalactitas que pendían justo encima de Vlad Cerrón, cortándolas con facilidad. Incluso si eran una imitación creada por la magia, seguían teniendo la dureza de rocas formadas con el paso de los milenios. Pero el filo del Desgarrador Sombrío las atravesaba como a mantequilla y la espada pesada no tenía problemas para partirlas como si fuesen pan. Esto demostraba que tan fuerte físicamente era Bryan en ese momento, pero también lo resistente que era un cuasi Supremo como Vlad Cerrón, el cual había estado recibiendo ese tipo de golpes constantemente sin sufrir ningún daño considerable.

Sin embargo, aunque las estalactitas no fuesen tan duras, si tenían una masa más grande que un par de espadas. Así que era un peligro quedar atrapado debajo de ellas, sobre todo cuando venían cayendo hacia uno desde una altura de ocho metros.

- ¡Maldita sea! - Exclamó Vlad Cerrón preparando su espada.

No podía usar el Sesgo Dimensional porque aún necesitaba que pasasen unos cuantos segundos. Pero, aunque no fuese así tampoco lo haría, porque existía el riesgo de desplomar todo el techo encima suyo. De modo que comenzó a cortar los grandes trozos de roca con su espada justo antes del impacto, mientras intentaba cambiar de posición. Todo eso sin perder a Bryan de vista, lo cual era bastante complicado de hacer.

- ¡Es inútil! - Le gritó finalmente cuando terminó de destruir el ultimo trozo.

Mientras tanto Bryan se había colocado de espaldas a una estalactita, pero el lugar de cortarla la usó como trampolín para impulsarse directamente contra Vlad Cerrón desde el techo. El ex Caballero aún tenía que recalcular las distancias entre ambos, pero su Sesgo Dimensional estaba listo y apuntar solamente le tomaría un breve instante.

Bryan pateó la roca para impulsarse… ¡y entonces una oleada de poder estalló de su cuerpo! Era como si un dique se hubiese roto para dejar paso a las oleadas de un mar furibundo que reclamaba venganza. Los destellos de electricidad carmesí, que ocasionalmente emitía su cuerpo, ahora se convirtieron en auténticos relámpagos de energía.

Pero lo más increíble fue que su ya inconcebible velocidad se multiplicó por cuatro.

- ¡Qué! -

Vlad Cerrón estaba demasiado sorprendido y también muy confundido. No podía entender lo que estaba sucediendo, pero Bryan venía directamente hacia él y lo hizo tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de blandir su arma con el Sesgo Dimensional preparado. No le quedó más remedio que bloquear usando el cuerpo de su espada e interponer la guardia lo mejor posible.

El impacto entre ambos fue atronador y Vlad Cerrón descubrió con horror que esta vez no tenía la fuerza suficiente para empujar a Bryan lejos, sino que su espada permanecía firmemente sujeta, pues el necromante también había entrecruzado las propias guardias de sus armas con la del ex Caballero, pero lo hizo de tal modo que terminó atrapando su arma temporalmente.

Sin embargo, el poder del Sesgo Dimensional estaba cargado al máximo. Incluso si no podía apuntar bien, no era imposible que le diese a Bryan cuando estaban tan cerca uno del otro. Era peligroso porque al final terminaría golpeando el techo, pero Cerrón decidió que lo mejor era asegurar la muerte de su oponente, aunque se arriesgase a quedar enterrado bajo las rocas después, así que se concentró y liberó la energía cortante con una sonrisa macabra. Sin embargo, aun mientras lo hacía, se dio cuenta de que Bryan también estaba sonriendo. Tuvo una sospecha, pero ya no podía cancelar la ejecución de su ataque y la energía dorada fluyó.

******

Bryan sentía que en el pecho tenía un volcán a punto de estallar. Su corazón estaba latiendo tan rápido y fuerte que hubiese estallado en pedazos si siguiese siendo el de un humano ordinario. Las venas parecían arderle, como si por ellas corriese metal fundido en lugar de fluido vital y sabía que, si no tenía cuidado, su cuerpo quedaría destrozado por ese mismo poder que en aquellos momentos apenas podía contener.

Tal era el efecto de la Esencia de Sangre.

Bryan había usado una gota justo antes de propulsarse desde la estalactita y como consecuencia sus poderes se incrementaron temporalmente a un grado increíble, tanto que finalmente podía igualar en combate directo (e incluso superar en ciertos aspectos) a un cuasi Supremo como Vlad Cerrón. El costo de usar esta preciosa sustancia era la pérdida de años de vida, pero este combate de vida o muerte era precisamente el momento adecuado para usarla.

Sin embargo, incluso este inmenso incremento de poder repentino no bastaba para asegurarle la victoria. Después de todo, si el propio Bryan podía usar sus habilidades e inteligencia para superar sus límites y vencer a un oponente más poderoso, entonces un combatiente tan experimentado como Vlad Cerrón bien podría hacer lo mismo. Ese fue el motivo por el cual se esforzó tanto durante la primera parte del enfrentamiento, arriesgándose al máximo para que su oponente se acostumbrase a seguir su velocidad, esperando el momento perfecto en que Cerrón lo perdiese de vista para consumir la preciosa sustancia e incrementar todos sus atributos.

Si hubiese sido antes, Bryan se habría alejado a toda prisa después de chocar sus espadas con la de su enemigo o de otro modo habría sido empujado. Pero esta vez consiguió mantenerse. Y para entonces se había familiarizado tanto con el estilo de Vlad Cerrón, que supo lo que este haría incluso antes de que sucediese, de modo que entrecruzó las guardias de sus armas para sujetarlo firmemente y cuando el Sesgo Dimensional estaba a punto de liberarse, usó toda su fuerza para obligarle a apuntar hacia abajo.

No importa cuánto se entrene alguien, sus articulaciones nunca se hacen más fuertes. Como Bryan se encontraba en la posición elevada y diagonal, consiguió hacer una palanca llevando la punta de la espada directamente hacia el suelo rocoso, hacia donde fluyó ese rayo de energía destructora. Vlad Cerrón maldijo mientras se preparaba para alejarse con un pisotón, cuando de pronto sintió que estaba golpeando vacío y entonces, para sorpresa suya y de toda la audiencia, la tierra se desmoronó a su alrededor.

El motivo de esto era el propio campo de batalla. La Arena de Combate Número 38: Doble Caverna. Muchos conocían el nombre, pero no todos entendían el auténtico significado. Todos asumían que se debía a la gran altura que tenía el techo, pero en realidad se trataba de dos enormes cavernas construidas una sobre otra, aunque la última en realidad era un enorme precipicio de pendientes casi rectas que tenía 3,000 metros de profundidad.

La idea original del Mago Espacial que la diseñó era crear un escenario donde los oponentes descendiesen lentamente al nivel inferior por una serie de pasadizos y plataformas flotantes, en donde tendrían que saltar o derrapar para mantener el equilibrio mientras combatían. En teoría era un escenario ideal para Archimagos de Luz que fuesen expertos en Levitación o Caballeros con monturas especialistas en saltos cortos.

Lamentablemente su diseño no resultó ser muy bueno o quizá terminó arrepintiéndose y al final hizo cualquier cosa, porque ninguna de las plataformas estaba bien posicionada, como si el escenario estuviese incompleto. Además, los combatientes no tenían necesidad de adentrarse en los estrechos túneles (cuya entrada estaba sellada) cuando podían combatir en el primer nivel. De hecho, jamás intentaron hacerlo. Por este motivo nunca se descubrió esta configuración y ni siquiera Vlad Cerrón sabía sobre esto a pesar de haber peleado muchas veces en este escenario.

Pero Bryan si lo sabía, porque había visto en persona el diseño y maqueta del terreno cuando se infiltró en el Hipogeo del Gran Anfiteatro.

El poder dorado del Sesgo Dimensional atravesó el grueso suelo, pero al no tener un blanco claro la energía se diseminó, destruyendo por completo los pilares que lo sostenían. Ahora solo había trozos enormes y pequeños de rocas que se desplomaron junto con Bryan y Vlad Cerrón en una caída libre que duraría treinta segundos.

EN EL PALCO DE LA FAMILIA BOOTZ

Justo antes de que comenzase la pelea.

Lawrence estaba sudando frío. Su familia tenía un palco privado en el Gran Anfiteatro Imperial, y en ese momento nada le hubiese gustado más que haberse dirigido directamente ahí, en lugar de seguir a su querida hermana condiscípula, cuando se encontraron de camino a ver el encuentro de Bryan.

Junto a ella se encontraba Don Andrés, el anciano fundador del Gremio y alguien a quien Lawrence ya conocía. Por eso se puso a conversar con él y no se dio cuenta de que algo extraño sucedía con Phoebe hasta que fue demasiado tarde.

Todo ocurrió antes de que el duelo entre Vlad Cerrón y Bryan comenzase. Fue justo después de que el Emperador llegase y todos se levantasen para realizar la reverencia ritual, que Lawrence comenzó a notar los primeros signos. No era algo demasiado particular, simplemente la forma en que ella eligió sentarse. Generalmente Phoebe se acomodaba ligeramente inclinada hacia la izquierda, pero esta vez estaba completamente recta.

En segundo lugar, se percató de que su sonrisa era algo extraña. Lawrence era un experto político y sabía cuándo alguien fingía. El gesto de Phoebe era el mismo que ponía cuando estaba en público, pero en ese momento solo estaban ellos tres en el palco, así que no tenía sentido que utilizase esa expresión.

Finalmente, la vio agitar la copa de vino unas tres veces antes de llevarla a sus labios, como había visto hacer tantas veces a su Maestro Cyrano. Este era un gesto que los dos discípulos del Gran Caballero habían terminado adoptando de forma inconsciente y cuando lo vio fue evidente para él que su hermana Phoebe tenía algo en mente, pero cuando Lawrence estaba a punto de abrir la boca tuvo un presentimiento y decidió guardar silencio.

Lamentablemente, no estaban solos ellos dos.

- ¿Te pasa algo, pequeña? - Preguntó el anciano Don Andrés mirándola con curiosidad.

- No pasa nada. - Respondió Phoebe, pero en ningún momento dejó de mirar hacia adelante.

- Estas bastante silenciosa y veo que apenas has probado tu bebida. ¿Quizá el vino no es de tu agrado? ¿o se trata de la apuesta? - Inquirió el anciano.

Lawrence parpadeó confundido y preguntó: - ¿Una apuesta? -

- Ese supuesto Barón Cameron se atrevió a insultar a Bryan y por eso mi pequeña actuó de un modo algo… apresurado. - Explicó Don Andrés.

- No fue apresurado ni tampoco impulsivo. - Intervino Phoebe sin dejar de sonreír: - Sabía exactamente lo que estaba haciendo y estoy seguro de que saldrá bien. -

- ¿Cuánto apostó? - Preguntó Lawrence mirando al anciano.

- Quinientas mil monedas de oro. -

- Ya veo… ¡Espera! ¡Eso es medio millón! ¡¿Tienes tanto capital?! -

- Sí. Pero incluso si pierdo lo recuperaré rápidamente hipotecando algunas propiedades. - Explicó Phoebe como si no le diese importancia: - Me tiene sin cuidado y al final no será necesario. Porque estoy segura de que mi novio vencerá. -

Lawrence soltó un suspiro de asombro, pero al final sonrió: - Supongo que si se trata de ti el dinero no es realmente una preocupación. - Entonces añadió: - Además me alegra comprobar que confías tanto en Bryan. -

- Si, claro que confío. - Respondió Phoebe con un brillo extraño en los ojos: - Cuando se trata de sobrevivir, en eso, él nunca me decepciona. -

Las alarmas volvieron a sonar en la cabeza de Lawrence y sintió la necesidad de cambiar de tema, pero el anciano Don Andrés no tenía tan buen oído debido a su edad y se demoró un poco en percatarse de lo que sucedía en ese momento.

- Entonces dinos qué te sucede. - Insistió el anciano.

- No me sucede nada, Abuelo. - Respondió Phoebe mecánicamente y su sonrisa falsa se hizo ligeramente más pronunciada.

- Cada vez que dices “nada” de esa manera, significa que estás molesta o algo te preocupa bastante, no puedes engañarme. - Declaró Don Andrés sirviéndose más vino con tranquilidad, porque se sabía protegido tanto por su edad como por su posición en el corazón de Phoebe. A fin de cuentas, era lo más parecido a una figura paterna para ella y no le deseaba ningún mal. Así que tenía un mayor margen que otros cuando se trataba de discutir asuntos privados: - Dinos de una vez lo que te preocupa. Incluso si no podemos ayudarte por lo menos te sentirás mejor. -

Phoebe permaneció en silencio mirando hacia la Arena de Combate por unos momentos, luego bebió un trago de vino. Finalmente abrió la boca:

- ¿Cómo puedo saber si un hombre está siendo infiel? -

Y soltó la bomba.

Don Andrés se atragantó con su vino y tuvo que toser. Lawrence tragó saliva interiormente, pero consiguió mantener una expresión aparentemente impasible. Sin embargo, era difícil controlar el sudor que luchaba por caer por su frente. En su mente aparecieron los rostros de Emily Asturias y la Maestra Fanny, pero las desterró rápidamente.

- Ajajajajá - Se rio nerviosamente el anciano Don Andrés: - Se trata de eso. Bueno, eso depende de lo que consideres “infidelidad”. El concepto puede variar dependiendo de la mujer. Para algunas es que su esposo tenga una amante o se case con otra mujer en secreto, para otras es tener hijos bastardos, algunas incluso consideran infidelidad el simple hecho de que su hombre esté divirtiéndose de cualquier forma y ella no esté presente. Dependiendo de a qué te refieras, las señales podrían variar. - Entonces se volvió repentinamente hacia Lawrence: - ¿Tu qué opinas, noble Lawrence? -

¡Oh no! ¡No me tires el muerto, maldito vejestorio! ¡Lo haces porque en tu juventud eras uno de los peores mujeriegos de la ciudad! ¡Mi padre me lo dijo cuando hablábamos acerca de ti!” Pensó Lawrence furioso, pero su rostro solamente reflejaba la más perfecta cordialidad: - Creo que la sabiduría de Don Andrés nuevamente nos muestra el camino y estoy de acuerdo con sus afirmaciones. Todo depende de la situación. ¿Acaso Bryan te ha dado algún tipo de indicio de que te sea infiel? -

Phoebe lo miró por un instante y dijo: - El olor de una mujer estaba rodeándolo cuando lo abracé antes de separarnos. -

-…-

-…-

Por un instante hubo silencio. Pero luego los dos hombres comenzaron a hablar a toda prisa.

- ¡Oh! ¡Era eso! -

- No tienes nada de qué preocuparte. -

- Hay muchos motivos para que algo así suceda. -

- Muchos motivos. -

- No tienes que ser tan desconfiada. -

- Realmente creo que… -

Pero ambos se callaron cuando la sonrisa de Phoebe desapareció y fue reemplazada por una mirada gélida que congeló sus palabras. Entonces la joven miró a Don Andrés un instante, pero había un ligero desdén insinuado en su expresión que motivó al anciano a mirar a otro lado, mientras pretendía fijarse en la multitud.

- Abuelo Andrés… Tú de todas las personas deberías saber de lo que hablo. Padre me contó de lo que hiciste en tu juventud. - Dijo entonces Phoebe entrecerrando los ojos.

- No sé lo que Giles te dijo, pero en mi juventud me dedicaba a los estudios. En mi época los plebeyos todavía no podían asistir a una Academia, así que contratábamos tutores privados que nos enseñaran. No teníamos tiempo libre para nada más. -

- Sedujiste a una de tus tutoras. - Declaró Phoebe con una expresión de desagrado.

- Eso fue un rumor sin fundamento. Simplemente era minucioso en mi formación y le pedí que extendiese las clases. - Respondió Andrés sonriendo tranquilamente con un tono bastante controlado y sin la menor vacilación.

- Te retaron a duelo por acostarte con la esposa de un Tribuno. -

- Un simple malentendido que terminó por aclararse. -

- También con una de las hijas del mismo Tribuno. -

- Una joven encantadora que simplemente quería conocer sobre la ciencia de la compra y venta de productos. Nunca pasó nada indecente. - Declaró Don Andrés sonriendo amablemente y recogiendo un plato con frutos secos del que comenzó a comer: - Siempre fui fiel a mi esposa. Es solo que a veces ocurren cosas que se malentienden. -

Lawrence estaba impresionado. La expresión del anciano Andrés no había vacilado en lo más mínimo y tampoco dejaba ninguna abertura por la que Phoebe pudiese atacar. Esto demostraba cuán grande era la diferencia de experiencia. Pero su sorpresa resultó en su ruina. Porque estaba tan ocupado mirando a Don Andrés que se olvidó de que las tornas podían volverse en su contra.

Y en efecto, Phoebe finalmente suspiró, como aceptando que no podía vencer al experimentado anciano y por eso volvió su atención a la otra víctima cerca suyo.

- Hermano Lawrence. - Dijo Phoebe ya sin miramientos: - ¿Qué opinas tú? -

- ¿Yo? ¿Por qué tendría que saber…? -

- Porque eres el dueño del Jardín de las Delicias. -

- Cof. Cof… ¡¿Cómo?! -

- Ya sabes lo que dicen. - Comentó Phoebe sacando unas monedas de oro que comenzó a pasear entre sus dedos: - En esta ciudad no hay secretos que valgan la pena saberse si tienes suficiente tiempo y una gran fortuna. Por suerte yo tengo ambos. -

- Ya veo. -

- Tú nunca has llevado a Bryan contigo a ver a esas malditas rameras. ¿Verdad? -

- Yo… Pero… ¡¿Cómo puedes pensar que…?! -

- Responde solo “sí” o “no”. - Lo interrumpió Phoebe como si fuese una fiscal en un juicio.

Phoebe interrogando

- Phoebe, hermana estimada. - Dijo Lawrence mirándola muy seriamente: - Por la gracia de las Furias y el honor de mis ancestros, te juro que nunca he llevado a Bryan a ese lugar. - Y por dentro pensó: “Fue nuestro cochero el que nos llevó a ambos”.

Phoebe se lo quedó mirando con mucha intensidad, como queriendo penetrar en los pensamientos de Lawrence y encontrar cualquier mentira oculta en sus palabras. Afortunadamente la careta del joven político era impecable, así que después de unos momentos la doncella sonrió.

- Me alegra escucharlo. - Exclamó Phoebe alegremente y luego añadió con un aplauso: - Tú no me mentirías. ¿Verdad? -

- ¿Acaso los osos no invernan? - Preguntó Lawrence usando evasivas y una sonrisa deslumbrante para evitar responder: - Tienes que confiar en el hombre que amas. -

- ¡Por supuesto que confío en Bryan! - Dijo Phoebe risueña cruzando los dedos alegremente, aunque por algún motivo seguía provocando alarmas en el corazón de Lawrence: - Es en esas cuca… esas mujeres por ahí, en las que no confío. Mi novio es un hombre increíble y siempre habrá algunas de esas revoloteando a su alrededor. ¡Tengo que estar atenta! -

Lawrence se quedó boquiabierto al escuchar hablar a Phoebe de una manera que jamás habría imaginado. Y estaba tan sorprendido que por un instante se olvidó de fingir. Entonces preguntó balbuceando: - Eh… Hermana Phoebe… ¿me pareció o estuviste a punto de llamar cucarachas a…? -

- ¡Qué bueno que confías en el joven Bryan! - Intervino de pronto Don Andrés: - Me parece un joven excelente y lleno de recursos. -

- No… Don Andrés… Creo que ella dijo cuca… -

- ¡Brindemos por la victoria de Bryan! - Exclamó Don Andrés más fuerte, ahogando las palabras de Lawrence. Y mientras les servía vino a ambos, aprovechó para lanzarle una mirada de advertencia al joven aristócrata.

Gracias a esto Lawrence consiguió despertar de su estupor y rápidamente le siguió el juego a Don Andrés, levantándose para brindar: - ¡Salud por Bryan! -

- ¡Salud! -

- ¡Salud! -

Cuando se sentaron, Lawrence suspiró con alivio y entonces intercambió una mirada de complicidad con el anciano. Era mejor no seguir preguntándose acerca de lo que dijo Phoebe. Simplemente daba mucho miedo saber.

De este modo se bebieron una copa de vino y parecía que el peligro había pasado, porque Phoebe comenzó a hablar sobre la multitud que esperaba ansiosa a que comenzase la contienda. Pero justo cuando creía que podía relajarse, la hermosa espadachina hizo una pregunta.

- Tu y Bryan son aliados políticos ahora. ¿Cierto? -

- Así es, hermana. -

- ¿Sabes si hay alguna aristócrata o mujer de tu facción que sea cercana a él? -

- No hay nadie así en mi facción. - Respondió Lawrence con una expresión de materia de hecho, pero por dentro volvió a subir la guardia: - ¿Por qué me lo preguntas? -

- Nada en particular. -

- La confianza es importante en una relación. - Dijo Don Andrés sonriendo como si no fuese nada, pero su interrupción fue un regalo para darle tiempo al joven aristócrata de elucubrar un nuevo argumento.

Lamentablemente en ese momento Lawrence sintió claramente que unas gotas de sudor estaban a punto de resbalar por su frente, de modo que intentó limpiarse sin levantar sospechas al mismo tiempo que hablaba. Y esto hizo que cometiese un terrible error.

- ¡Cierto hermana! - Añadió Lawrence inmediatamente levantando un dedo: - Además, incluso si Bryan se acostase con alguna chica del montón (y no estoy diciendo que lo haga), esto no sería la gran cosa. Todos los hombres somos así en algún momento, pero no significa nada. Mientras tú tengas su corazón, él siempre terminará volviendo a ti. -

En ese momento, Lawrence sintió una intensión asesina y casi se cae de su asiento. Phoebe lo estaba mirando con una sonrisa radiante, pero no había alegría en su mirada. Era tan hermosa en ese momento, pero a la vez tan fría, que parecía un cristal de hielo, bello pero afilado.

- Por supuesto que lo entiendo. - Dijo Phoebe dulcemente, aunque había espinas en cada sílaba que pronunciaba: - Mi Bryan es un héroe y los héroes siempre disfrutan de mujeres hermosas. No me molesta si juega un poco con otras chicas. Pero para todo tiene que haber un límite. - Entonces continuó con un susurro terrible: - Claro que mi tolerancia solo se extiende a él porque lo amo. Solamente a Bryan y nadie más. Si un día yo me llegase a enterar de que alguien más lo estuvo instigando a relacionarse con otras mujeres, sin pedir primero mi consentimiento… Bueno, si se trata de un hombre, tendrá que conseguirse un nuevo par de genitales. Incluso si fuese mi hermano de sangre. ¿No te parece lo más razonable? -

Su mirada era tan hermosa pero al mismo tiempo tan peligrosa

Lawrence tragó saliva sin darse cuenta. Su intención era desviar la conversación de tal modo que dejasen de hablar de una hipotética amante en una familia Aristócrata. Pero rápidamente comprendió que acababa de meter la pata, porque su comentario también podía entenderse como si él estuviese instigando a que Bryan visitase los burdeles. Así que miró desesperado hacia el anciano Don Andrés en busca de ayuda, pero este simplemente negó con la cabeza como si estuviese diciéndole: “Todavía tienes mucho que aprender, jovencito”. Después se volvió hacia la audiencia.

¡Maldito!

- ¿Te pasa algo, querido hermano? - Preguntó Phoebe mirándolo como si fuese una leona a punto de atacar a una presa herida: - Parece que estas sudando. ¿Quieres que te preste mi pañuelo? -

A pesar de todos sus esfuerzos por ocultarlo, una gota de sudor finalmente resbaló por la oreja de Lawrence y este se la limpió mecánicamente. Su nerviosismo ya era completamente evidente, pero aún estaba dispuesto a emplear toda su habilidad para tratar de mantener su fachada.

- No es nada hermana… Es solo que… -

- Querido hermano. - Lo cortó Phoebe antes de que pudiese terminar: - Si tú supieses algo interesante acerca de mi novio Bryan… me lo dirías. ¿No es verdad? -

- Yo… -

- ¡Por la puerta Este ahora ingresa Bryan el Necromante, Ejecutor Imperial y el más joven en el Imperio Itálico que ha alcanzado el grado de Archimago! - Anunció la voz del Maestro de Ceremonias, amplificada por medios mágicos.

¡Salvado!

Lawrence y Don Andrés se volvieron hacia la Arena de Combate como si fuesen propulsados por resortes, aprovechando para suspirar sin que se notara. Phoebe lo hizo poco después.

- ¡Por la puerta Oeste, ingresa Vlad Cerrón, trigésimo séptimo Campeón del Gran Anfiteatro Imperial! -

La batalla comenzó y desde el principio resultó emocionalmente intensa, hasta el punto en que borró por completo de sus mentes toda la conversación anterior. Esto era cierto sobre todo para Phoebe, pues si bien ninguno alcanzó a escuchar todas las palabras que los contendientes se dijeron, era evidente que el ex Caballero quería lastimar a Bryan para hacerle daño a la propia Phoebe, por algo que tenía que ver con Cyrano Constantino.

- ¿Qué significa esto? - Preguntó la espadachina preocupada y levantándose de su asiento con una expresión sombría: - ¿Por qué ese maldito quiere hacerme daño? -

- Mi padre me habló de un legendario duelo que hubo entre nuestro maestro y el traidor de Vlad Cerrón. Debe querer vengarse por esto. Y parece que Bryan lo sabía. - Explicó Lawrence dejando su copa a un costado mientras su rostro revelaba una expresión de intensa furia que generalmente no mostraba: - Ese loco de Antonio ha permitido que semejante monstruo entre en la capital… ¡Maldito desgraciado! -

- Y a pesar de saberlo el joven Bryan ha aceptado este desafío. - Comentó Don Andrés visiblemente impresionado: - Es un hombre increíblemente valiente. -

Phoebe retrocedió mientras pensaba en las palabras que Bryan le había dicho antes de despedirse de ella.

- El emperador lo demanda, es necesario para iniciar mi carrera en la nobleza y porque es un enemigo del estado. Claro que todas esas son razones secundarias. El principal motivo es que esa sabandija pretende lastimar a alguien que yo quiero demasiado, así que tengo que matarlo sin importar lo que me cueste. -

Recién ahora comprendía.

- Dioses de la guerra, por favor protéjanlo. - Oró Phoebe mientras juntaba ambas manos y entrecruzaba los dedos: - Pero si esto no es posible, por favor denme ocasión de vengar la muerte de mi amado antes de seguirlo al otro mundo. -

Conforme pasaron los minutos el combate se volvía más intenso y espectacular. La multitud en el exterior gritaba emocionada sin entender completamente lo que sucedía, pero Lawrence y Phoebe, que habían sido entrenados, se daban cuenta de más cosas y estaban mudos de asombro al ver la increíble velocidad, precisión y habilidad sobrenatural con la que Bryan se mantenía contra el cuasi Supremo. Más de una vez se levantaron de sus asientos alarmados, como cuando sucedió la explosión de vapor.

Y todo ese tiempo Phoebe tuvo que contenerse de saltar hacia la Arena de Combate con la espada desenvainada, pese a saber que esto no tenía sentido, porque la barrera de un Combate Mortal no se deshacía hasta que muriese uno de los que luchaban en su interior.

Pero cuando creyó por un segundo que Bryan había sido partido a la mitad, su raciocinio se rompió por un instante y desenvainó su espada, dispuesta a lanzarse contra Vlad Cerrón en el momento que la barrera desapareciese. Hacer algo así en frente del emperador seguramente le costaría una sentencia de muerte, pero no le importaba. ¡No dejaría que el maldito que mató a su amado siguiese respirando sin importar lo que pasase después!

Sin embargo, resultó que Bryan estaba vivo y de algún modo había llegado al techo de la cueva. Phoebe fue una de las primeras en darse cuenta, incluso antes que Lawrence, pues como ella era una Gran Maestra de Espadas existía una inmensa diferencia entre sus habilidades y percepción. Así que retrocedió un paso aliviada mientras que su hermano condiscípulo todavía exclamaba asustado.

Fue entonces que Phoebe se dio cuenta de que las cortinas en el palco que se encontraba en el otro extremo del Gran Anfiteatro salían disparadas por un poder mágico. Esto inmediatamente llamó su atención porque era la sección de la Alta Aristocracia y entonces vio el rostro hermosísimo de Emily Asturias. Esa belleza trascendente no podía ser natural. Phoebe había visto a muchas personas durante su vida, algunas de las cuales eran mujeres bastante hermosas. Pero nunca vio a alguien con rasgos tan perfectos excepto a ella misma en el espejo, después de consumir el Elixir de Juventud.

Y sólo existía una persona que podría habérselo dado a Emily Asturias.

- ¡Bryan está vivo! - Exclamó finalmente Lawrence señalando hacia la Arena de Combate y volviéndose hacia Phoebe con una sonrisa: - ¡Él está bien hermana…! - pero repentinamente la euforia murió en su voz: - ¿Hermana? -

Phoebe estaba mirando hacia la ventana del palco, pero sus ojos estaban fijos en un lugar que no era la Arena de Combate. Entonces una extraña sonrisa, más bella y aterradora que ninguna otra que hubiese visto, se insinuó en los labios de la espadachina. Finalmente, estos se abrieron y susurraron con frialdad:

- Te encontré. Así que tú eras la gata ladrona. -

Lawrence siguió la dirección de la mirada de Phoebe y casi se resbala ahí mismo. Necesitó de todo su autocontrol para mantener la calma en ese peligroso momento.

¡Maldita sea, qué miedo! Bryan… ¡Es la primera vez que quisiera no ser amigo tuyo! Pero por el bien de nuestra alianza no puedo dejar que haya una pelea contra los Asturias. ¡Son los líderes de la facción Neutral!

- Hermana Phoebe, no sé lo que estás pensando. Pero esa de ahí es miembro de la ancestral casa de los Asturias. Por favor no hagas nada de lo que después te arrepientas. -

- Hermano Lawrence, cierra la boca. - Respondió Phoebe tajante mientras envainaba su espada y se sentaba lentamente en su asiento, para después juntar las yemas de sus dedos como si estuviese meditando en muchas cosas. Siempre con esa sonrisa tan adorable y al mismo tiempo aterradora.

- Pequeña, no sé lo que sucede, pero primero deberías hablarlo con Bryan. - Dijo el anciano Don Andrés con mucho cuidado.

- No te preocupes, Abuelo. - Respondió Phoebe con una alegre sonrisa: - Bryan y yo somos el uno para el otro. Nuestro lazo es indestructible. Incluso si alguna vez decidiese fijarse en otra mujer o fuese engañado para creer que ya no me quiere, simplemente lo reconquistaré, una y otra vez, hasta que se quede a mi lado. Para siempre. -

La forma en que lo dijo era increíblemente adorable y solamente reflejaban las palabras de una doncella enamorada. Pero había algo extraño escondido en su tono, que les provocó escalofríos a ambos. Sin embargo, la hermosa espadachina parecía haber terminado de hablar, porque continuó mirando hacia la Arena de Combate con un gesto elegante y tranquilo, como si nada estuviese pasando.

Lawrence estaba a punto de suspirar aliviado cuando de pronto…

- Por cierto. ¿Hermano Lawrence? - Añadió Phoebe repentinamente, aunque sin mirarlo directamente.

- ¿Sí? - Preguntó el joven aristócrata haciendo esfuerzos para controlar su voz.

- Si me entero de que tú sabías algo y no me lo dijiste… - Susurró Phoebe sonriendo dulcemente, aunque la alegría no llegaba a sus ojos: - Tendré que castigarte. -

Lawrence sintió que su columna se sacudía e intentó pensar en qué podía decir desesperadamente. Pero en ese momento algo sucedió en la Arena de Combate y repentinamente el cuerpo de Bryan dejó escapar una auténtica avalancha de poder mientras volaba con una velocidad inconcebible para atacar a Vlad Cerrón desde el techo y cruzaba espadas con él.

Poco después todos vieron con asombro como el suelo bajo los combatientes desaparecía.

******

EN LA ARENA DE COMBATE

14…

13…

La desagradable sensación del vacío de la terrible caída, a la que tenía que sumar el dolor de tener que respirar el aire helado del Dominio Necromántico, el cual parecía clavarse en sus pulmones con cada inhalación, más la desorientación por haber perdido repentinamente la noción de derecha e izquierda, adelante y atrás… todo esto asaltó los sentidos de Vlad Cerrón con la fuerza de un maremoto. A su alrededor había enormes trozos del suelo destruido que caían a la misma velocidad, aunque con formas y tamaños diferentes. Eso sí, todo iba hacia la misma dirección… el fondo del abismo.

Pero a pesar de estar precipitándose de esta manera, el ex Caballero reaccionó con total frialdad e inmediatamente usó su Aura de Batalla para propulsarse hacia el bloque de roca más grande que encontró entre todas las que estaban cayendo en ese momento. Se trataba de un enorme monolito semi cúbico de veinte metros.

Cuando llegó, el ex Caballero plantó firmemente sus pies en el centro de esta superficie, aprovechando los mecanismos ocultos en los escarpes de su armadura. Era la opción correcta. Sabía que su oponente podía volar libremente y atacarlo con mucha facilidad, así que era imperativo reducir al máximo todos los puntos ciegos. De ese modo, por lo menos Bryan no podría atacarlo por debajo de sus piernas.

Vlad Cerrón se plantó firmemente en el centro de una roca que caía

En cuanto a la caída, lo resolvería en su momento.

Vlad Cerrón preparó su espada mientras movía la cabeza en busca de su enemigo. Pero solo veía rocas cayendo a su alrededor. Todavía no entendía cómo estaba sucediendo esto, pero no pensaba perder tiempo en hacerse preguntas. Lo único que necesitaba entender era que ese joven Necromante había provocado la destrucción del suelo apropósito, de modo que su ataque tenía que ser inminente.

Y en efecto, había una roca descendiendo a unos diez metros de Vlad Cerrón que apenas medía lo suficiente para esconder a una persona. Por eso Bryan necesitó agacharse para mantenerse oculto e incluso cambio el agarre de sus espadas a un estilo invertido, para así clavar las puntas en la roca y fijarse mejor a su superficie. Sus ojos estaban completamente cerrados para evitar la detección, mientras esperaba que sus Espectros Oscuros se pusiesen al día, rodeando a su oponente para proporcionarle la visión que necesitaba. Pero aparentemente en este punto cometió un grave error de cálculo, porque las criaturas no eran lo bastante rápidas, pues al ser de naturaleza etérea la gravedad no las afectaba y la velocidad con la que volaban no sería suficiente.

No llegarían a tiempo.

Bryan maldijo mientras se preparaba mentalmente. Tendría que atacar sin el apoyo de los Espectros Oscuros hasta que llegasen al suelo. Pero no podía demorarse más. Quedaban 28 preciosos segundos de caída libre y necesitaba aprovecharlos ahora que Vlad Cerrón tendría problemas para desatar su Sesgo Dimensional.

Además, ese tiempo de espera puede duplicarse si no tiene la postura correcta cuando la ejecuta.” Había dicho el niño.

Ahora tenía 14 segundos entre un Sesgo Dimensional y otro.

Por su propia forma, la roca en la que estaba aferrándose Bryan fue girando lentamente sobre si misma al caer, exponiendo su posición a su oponente. Por eso esperó hasta el último segundo antes de ser visible y entonces abrió los ojos para buscar a Vlad Cerrón.

12…

11…

10…

Inmediatamente el ex Caballero lo detectó y arrojó un tajo de energía cortante. Pero este ataque no era el Sesgo Dimensional, ni llevaba consigo su velocidad o la energía destructora. Por supuesto que aún era lo bastante poderoso como para destruir la roca en la que estaba Bryan, solo que este no tuvo problemas en esquivar. Entonces comenzó a volar de roca en roca, pateándolas para impulsarse, hasta que llegó a la que Vlad Cerrón utilizaba, justo cuando este arrojaba un tajo horizontal en su dirección.

Para no acabar decapitado, Bryan tuvo que llevar su cuerpo hacia atrás, derrapando a pocos centímetros de la superficie rocosa para no detenerse y perder tiempo. Inmediatamente se levantó sin dejar de avanzar. Se dio cuenta de que el agarre de sus armas seguía invertido, así que giró sobre su palma al Desgarrador Sombrío con facilidad, pues el arma mágica obedecía todos sus deseos. Pero la espada pesada no tenía ese tipo de encantamiento y no tuvo tiempo de cambiarla antes de que Vlad Cerrón le arrojase un tajo vertical, que tuvo que esquivar a duras penas, girando su cuerpo hacia la derecha, patinando hasta llegar a su enemigo.

9…

8…

7…

Bryan cruzó ambos brazos para compensar el problema del agarre y atacó con las dos puntas a Vlad Cerrón. Primero lanzó una estocada con la espada pesada invertida para desviar el arma de su enemigo, dejando así un espacio que pudo apuñalar con el Desgarrador Sombrío. Ahora que el poder de la Esencia de Sangre llenaba su cuerpo finalmente podía igualar la fuerza de su enemigo e incluso superar parcialmente la defensa de su Aura de Batalla, pero Vlad era un hábil combatiente y consiguió desviar todos estos ataques. También resistió el golpe que Bryan consiguió darle gracias a la protección de las placas de su Armadura e inmediatamente trató de interponer su hombro, mientras usaba su pierna para hacerle una llave y atraparlo.

Pero este era un combate en caída libre, así que las mismas reglas no aplicaban. Bryan entrecruzó sus armas con la de Vlad Cerrón y usó el Paso Sombrío para acelerar, llevándolos a ambos hacia adelante hasta que salieron de la roca en la que estaban luchando y se estrellaron contra otra, destrozándola con la fuerza de sus cuerpos. Lo que generó una nube de escombros que los ocultó de la vista.

Afuera la multitud gritaba enardecida. Nunca antes habían visto una pelea que continuase incluso mientras los dos adversarios se precipitaban hacia el vacío y los ojos les ardían porque no estaban parpadeando, pero nadie quería perderse un segundo. Los Magos Espaciales que controlaban la matriz estaban al límite de sus fuerzas, luchando por transmitir las imágenes de lo que sucedía en un tiempo que las personas ordinarias pudiesen comprender.

5…

4…

3…

Por un instante solo se escuchó el sonido del metal contra metal. Luego Bryan y Vlad Cerrón emergieron de la nube de humo con sus armas en ristre, esperando un instante mientras recuperaban el aliento, cayendo hacia un costado como si no les importase. Después comenzaron a intercambiar golpes de espada, siendo Bryan quien llevaba la iniciativa por primera vez, debido a que estaba más acostumbrado que el ex Caballero al combate de 360°. Vlad Cerrón apenas se mantenía, pero en ese momento…

2…

1…

El brillo dorado volvió a resplandecer en el filo de la espada de Vlad. Pero los ojos de Bryan dispararon el poder de Mesmerismo y así tuvo el tiempo suficiente para patear lejos al ex Caballero, evitando así el poder cortante. Pero la ráfaga de viento se desató con furia, revolviendo las rocas que caían y desatando un auténtico caos que Bryan tuvo que esquivar desesperadamente.

14…

13…

12…

El tiempo volvía a correr. Los ojos sobrehumanos de Bryan podían distinguir el suelo a la distancia, aproximándose rápidamente. Pero no le había causado ni la mitad del daño que esperaba a Vlad Cerrón, así que comenzó a buscarlo desesperadamente en medio del caos de la caída.

Finalmente lo vio. Buenas y malas noticias. Vlad Cerrón había terminado llegando al borde de la pared del abismo, así que aprovechó para clavar su espada durante un segundo y así recuperó parte del equilibrio que había perdido, al mismo tiempo que reducía la velocidad de su caída momentáneamente. Eso significaba que ahora Bryan tenía un poco más de tiempo para atacar antes de llegar al suelo, pero también que el ex Caballero se estaba recuperando.

11…

10…

Bryan no podía permitirse perder la iniciativa que tanto trabajo le costó ganar en este combate. Tenía que atacarlo ya mismo, así que voló inmediatamente en su dirección. El problema era que el primer bloque rocoso en donde pelearon ahora estaba cayendo entre ambos y si esperaba a que los pasase o se elevaba para dar un rodeo, perdería unos valiosos segundos.

Sin tener ninguna otra opción, Bryan consumió otra gota de Esencia de Sangre. Entonces sus circuitos mágicos se llenaron de un nuevo alud de poder y los relámpagos carmesí que salían de su cuerpo aumentaron de intensidad. Bryan entonces voló todavía más rápido y comenzó a correr por la superficie de la roca, pasando sobre ella muy rápidamente. Así no solamente consiguió superar el obstáculo, sino que terminó llegando por encima de Vlad Cerrón, en un ángulo que a este se le dificultaba defender.

9…

Cual águila furiosa, Bryan arremetió contra el ex Caballero, que esta vez sufrió bastante para protegerse adecuadamente. Debido al sitio en que peleaban, ambos acabaron usando sus pies para deslizarse por la pared mientras intercambiaban golpes, de modo que parecía como si el muro rocoso se hubiese convertido en el suelo. Y afuera de la barrera, los espectadores sufrían volteando la cabeza mientras observaban emocionados, tratando de no perderse absolutamente nada, mientras se estremecían al escuchar el terrible sonido que las espadas de ambos emitían cada vez que se encontraban, como si sus dueños poseyesen una fuerza divina.

8…

7…

6…

Por medio de una serie de ataques rápidos, Bryan obligó a su oponente a mantenerse constantemente a la defensiva, luego realizó una finta como si fuese hacer una estocada, pero en vez de llevarla a cabo, ejecutó un quiebre alrededor de la espada de Vlad Cerrón para dirigir las puntas de sus armas directo a su cara. El ex Caballero no alcanzó a bloquear del todo y terminó perdiendo la visera del casco, exponiendo sus ojos sorprendidos que incluso tenían un destello de miedo.

Pero Cerrón consiguió salvarse con un corte diagonal que no hizo daño a Bryan, pero interrumpió sus ataques encadenados. Y tras unos cuantos tajos de despiste, consiguió lanzar un corte repentino a la muñeca del necromante.

5…

4…

3…

Sin embargo, Bryan estaba lleno del poder de la Esencia de Sangre. No solamente se alejó más rápido de lo que Vlad Cerrón pudo prever, sino que volvió a la carga, moviéndose a tal velocidad que parecía un borrón relampagueante, atacando al ex Caballero desde varios lados para confundir a su oponente. Finalmente superó la cobertura de Vlad Cerrón y le arrojó una serie de golpes rápidos que lo dejaron lastimado e incluso destrozaron algunas placas de su armadura en el área de los hombros y los antebrazos.

Sin embargo, cuando estaba a punto de continuar, distinguió por el rabillo del ojo que el suelo ya se encontraba peligrosamente cerca y se alejó justo a tiempo. Vlad Cerrón en cambio tuvo que aterrizar con los pies, aunque con su poder de cuasi Supremo incluso una caída de miles de metros como esta solamente lo sacudió un poco. El problema era que estaba lastimado por los ataques de Bryan. Además, tuvo que lidiar de inmediato con tener que esquivar los múltiples trozos y pedazos de rocas que estaban por caer encima suyo.

Bryan se acercó rápidamente, pensando que podía dar un golpe letal en ese preciso momento en que la atención de su oponente estaba en otro lado. De modo que descendió rápidamente para posicionarse en la espalda de Cerrón creyendo que, aunque este pudiese sentirlo, estaría demasiado confundido para reaccionar.

Pero Vlad Cerrón seguía siendo uno de los mejores combatientes. De un modo increíble se recuperó justo cuando el pie de Bryan estaba a centímetros del suelo y alcanzó a arrojar un Sesgo Dimensional horizontal con la clara intención de amputarle la extremidad. El ataque afortunadamente se desvió de su curso, así que el necromante pudo evitarlo girando sobre sí mismo en el aire para detenerse, pero tuvo un efecto inesperado.

La energía cortante pasó a escasos centímetros del suelo y era tan poderosa que, aunque no tocó directamente la superficie, si la calentó hasta el punto de convertirla en roca fundida. Si Bryan no se hubiese detenido en ese mismo momento, habría terminado aterrizando sobre este material super caliente.

Ahora el problema era la inminente onda expansiva de aire.

Usando al máximo sus capacidades mentales, el tiempo pareció detenerse para Bryan y así consideró rápidamente su siguiente acción. Si se elevaba en ese momento, Vlad Cerrón podía anticiparlo y ahora el ex Caballero estaba parado firmemente en el suelo, donde no tendría problemas para apuntar. En cambio, Bryan había reducido su velocidad. Tampoco tenía superficies cercanas para propulsarse con el Paso Sombrío, así que escapar hacia los costados estaba fuera de cuestión, porque el viento lo golpearía estando de lado.

De modo que tomó la única opción que tenía.

Bryan avanzó volando directamente hacia la posición de Vlad Cerrón lo más rápido que pudo, aunque esto también implicaba recibir directamente la terrible onda expansiva de aire. La piel de su cara se llenó de pequeños cortes. Además, varias rocas vinieron volando en su dirección y si bien consiguió esquivar la mayoría con gran habilidad, no le quedó más remedio que atravesar algunas de frente porque no tenía mucho margen de maniobra y como resultado acabó perdiendo varias placas de su propia armadura en el proceso, pues muchas de las correas no aguantaron la presión y se soltaron.

Sin embargo, todo terminó valiendo la pena. Porque cuando emergió de los escombros vio a un Vlad Cerrón completamente desprevenido que miraba hacia arriba, pues estaba esperando que Bryan esquivase los escombros en esa dirección. Y aunque sus sentidos le advirtieron el momento en que el necromante lo miró, no tuvo tiempo de cambiar su postura, así que Bryan consiguió darle una descarga de rápidos tajos, para finalmente girar la punta de su espada pesada hacia delante, guiando el arma de su rival hacia un lado con dos rápidas estocadas. Y entonces atacó el pecho descubierto con el Desgarrador Sombrío.

Ese tendría que haber sido el final, pero Vlad Cerrón era un maldito sobreviviente y consiguió salvarse el último momento llevando su cuerpo hacia atrás, aunque la punta del arma mágica se clavó en su hombro, donde ya no había una placa que lo protegiese.

La sangre comenzó a salir. Vlad Cerrón soltó un rugido de dolor, pero desató una oleada de Aura de Batalla para alejar violentamente a Bryan, aunque a cambio de perder una gran cantidad de energía.

Bryan consiguió estabilizarse en el aire y justo entonces cayó en cuanta de que los Espectros Oscuros finalmente habían llegado, así que encerró a tres de ellos dentro de su cuerpo y dejó a uno solo como observador, justo antes de cerrar los ojos para lanzarse nuevamente al ataque.

Después de varios golpes desde lados inesperados, Bryan esquivó la hoja del ex Caballero girando el borde del Desgarrador Sombrío y lanzando un tajo con la espada pesada hacia la cara de Vlad Cerrón, que ahora estaba desprotegida sin la visera. El golpe le rompió la nariz y también lo mandó volando lejos.

A pesar de sufrir este golpe, el cuasi Supremo consiguió aguantar el dolor y recuperar el equilibrio. Entonces arrojó un Sesgo Dimensional directamente hacia Bryan. Sin embargo, las cosas no le salieron tan bien en esta ocasión, porque estaba herido en un hombro y se demoró un poco más de lo acostumbrado en ejecutar su técnica. Gracias a este retraso Bryan no solamente lo esquivó hacia un lado, sino que avanzó deslizándose antes de que ocurriese la ráfaga de aire, acortando la distancia muy rápidamente.

El ex Caballero levantó la espada para dar un tajo, pero justo cuando estaba por blandir su arma… Bryan se dividió en cuatro y lo atacó por distintos lados.

- ¡¿Qué?! -

Vlad Cerrón no entendía lo que sucedía, pero de algún modo alcanzó a reaccionar y lanzar tajos a tres de los Bryan en su rango de visión, aunque naturalmente todos ellos eran los Espectros Oscuros. Entonces el ex Caballero presintió lo peor y se volvió hacia atrás. Ahí encontró a Bryan flotando con los ojos cerrados a unos metros por encima suyo, con una sonrisa de suficiencia. Antes de que Vlad Cerrón entendiese el por qué, lo vio levantar una pierna y entonces el necromante pisó directamente su cara, usándola para impulsarse lejos.

Era la peor humillación que alguien le podía hacer a un espadachín. Afuera de la barrera la emocionada multitud había estado aplaudiendo emocionada, pero al ver cómo Bryan pisoteaba la cara de Vlad Cerrón, comenzaron a soltar un coro de carcajadas por la vergüenza del ex Caballero.

Imaginando con mucho acierto la reacción de los espectadores, Vlad Cerrón perdió por completo el control y se lanzó a luchar contra Bryan como si estuviese enloquecido. El necromante podría haberlo esquivado, pero fue sorprendido por la energía inesperada de su oponente y además también tenía problemas propios, pues el agotamiento de su cuerpo ya estaba llegando al punto en que no podía ignorarlo.

Aun así, blandió sus espadas con habilidad y consiguió rechazar el ataque de Vlad Cerrón con una serie de cortes dobles, para después volver a lanzarse al ataque como una centella, golpeando desde múltiples direcciones imprevisibles.

A estas alturas era un concurso de resistencia. El primero que se quedase sin energías y cometiese un error perdería el Combate Mortal.

Bryan con armas duales

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú. Es miércoles 16 de mayo del 2023.

La primera parte de este capítulo explica mi pregunta en el grupo de Facebook y es que desde hace mucho quería hacer una pelea en plena caída libre, muy al estilo anime. Por supuesto que la física es extremadamente ignorada salvo en sus aspectos más generales, pero esto era algo inevitable. Además, el recurso de la Esencia de Sangre vuele a usarse para explicar que Bryan tenga oportunidad de superar tantos niveles de fuerza.

En el capítulo anterior Fanny y Lisa nos revelan la nueva naturaleza de su relación, alcanzando un punto de equilibrio entre ambas. Pero también nos explican algunas cosas, como por ejemplo las magias necrománticas que ha usado Bryan y el por qué no usa criaturas oscuras a parte de la Sierpe del Abismo.

En este caso tenemos a Phoebe interactuando con 3 personajes. Y es que en el original sabemos que tiene una relación de condiscípula con Lawrence, pero nunca estamos seguros de su exacta naturaleza. ¿Es amistad? ¿fue romance alguna vez? En este diálogo se nos revelan muchas cosas.

Por ejemplo, la solidaridad entre hombres para esconder una infidelidad es algo muy típico de las sociedades antiguas y modernas. Como he dicho muchas veces, yo personalmente no lo recomiendo, me refiero a cubrir mentiras. Y tampoco la infidelidad. Hoy en día ser infiel es casi tan complicado como cometer un asesinato: Necesitas Disfraz, identidades falsas, calcular horarios, fechas, ubicación Gps, redes sociales, etc. Demasiado complicado en la actualidad. Mejor sean fieles, se evitarán el estrés y no se condenarán al infierno.

Sin embargo, esta es una novela de fantasía y puedo hacer que una caída de 30 segundos dure todo lo que yo quiero en realidad. Así que hago que el protagonista tenga un Harem y también quise arreglar a Phoebe. Porque en la novela ella es la más histérica, molesta e irritada porque Bryan tenga múltiples novias. Algo perfectamente razonable, pero se siente discordante en la fantasía, así que primero pensé en atenuarlo… solo que esta solución la hizo ver como una pusilánime. Phoebe tiene carácter, es valiente e intrépida. No puede ser relatada así.

Por lo tanto, como no puedo atenuar sus celos, decidí burlarme de ellos. El problema era hacerlo de modo que no menoscabase el poder del personaje y nada mata más el prestigio que la risa. Fue entonces que se me ocurrió hacerla un poco “Yandere”. Las yanderes pueden ser muy divertidas antes de que realmente lleguen a matar a alguien y sobre todo cuando son bonitas (y nosotros no somos su objetivo). Por supuesto que no quiero que Phoebe sea un personaje Yandere, solo quería una pisca humorística. Como tantos personajes de anime que tienen un lado oscuro que solo sale en ocasiones muy raras.

Lamentablemente era la primera vez que escribo algo como esto, tenía miedo de pasarme, pero también de hacerla poco creíble. No sabía exactamente dónde estaba el límite. Hasta dónde podía llevar la comedia.

Fue por eso que se me ocurrió hacer que la burla fuese para otro personaje, que en este caso era Lawrence. De ese modo mataba dos pájaros de un tiro: Aclaraba la relación entre ambos y atenuaba el lado Yandere de Phoebe hasta el punto de ser una insinuación.

¿Tuve éxito? Ustedes lo dirán. Yo personalmente creo que salió bien pero no lo sabre hasta pasar la prueba de fuego.

Las imágenes fueron insufribles. Honestamente yo pensé que encontraría fácilmente “rocas cayendo en un abismo” o “Mago asesino con dos espadas”. Pero tuve que trabajarlas bastante. Esa en donde Cerrón esta chiquito cayendo sobre una roca me tomó 3 horas de editar en Photoshop y aún así quedó apenas aceptable, porque tuve que usar un pantallazo de una serie y luego trabajarla con varios filtros diferentes antes de que se viese más o menos nítida.

La de Bryan que se ve tan bien apenas necesitó trabajo para agregar las llamas púrpuras y luego volver negros tanto el cabello como la espada larga.

Pero déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Te gustó el capítulo? ¿Crees que se entendió todo? ¿Qué te pareció la parte de Phoebe y su interacción con Lawrence? ¿Te gustó como la pelea se va desarrollando? Se que está un poco larga, pero generé tanta expectativa con los arcos de transición que quería hacerla muy minuciosa.

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¡Nos vemos en el siguiente capítulo!