281 Retribución Sangrienta

Una gigantesca serpiente de treinta metros hecha de agua se abalanzó con las fauces abiertas y en su camino destrozó gran parte del entorno, arrancando rocas y árboles por igual. Bryan sonrió mientras esquivaba fácilmente gracias a la gran velocidad que le otorgaba el Arte del Noveno Diagrama Celeste para desplazarse en el aire, pero el ser elemental continuó detrás suyo, arrasando con todo a su paso.

Me recuerda un poco a la Pitón Abisal Venenosa.” Pensó Bryan mientras volvía a esquivar sin dejar de avanzar hacia el sitio que previamente había designado para su batalla.

En ese momento vio algo por el rabillo del ojo que le hizo incrementar su velocidad justo a tiempo para evitar un chorro de agua a altísima presión que voló contra él llevando suficiente fuerza como para resquebrajar una pared de piedra. Bryan alzó la vista hacia su costado derecho, donde lo seguía una larguísima lengua o franja de agua, y la Archimaga Sigrid Bazán estaba deslizándose sobre ella como si estuviese surfeando mientras le apuntaba con sus manos libres y volvía a dispararle varios chorros de agua letales.

Bryan abrió los ojos muy sorprendido. Generalmente la técnica de levitación de los Archimagos era más lenta que la máxima velocidad del Noveno Diagrama Celeste y por eso estaba confiado en poder dejarla atrás con facilidad, pero Sigrid Bazán había encontrado una forma muy creativa de aplicar la magia elemental para compensar ese defecto.

Podría elevarme más para alejarme de la serpiente o atacar la franja de agua que transporta a Sigrid para hacerla caer… Pero entonces la pondría sobre aviso de mi fuerza y podría ser que dejase de perseguirme.” Pensó Bryan y decidió seguir esquivando un rato más, aunque eso significaba arriesgarse.

Boidae Elemental

Sigrid incrementó el número de disparos al mismo tiempo que el enorme elemental en forma de serpiente, conocida como Boidae Elemental, arrojaba mordidas aterradoras intentando devorarlo. Sin embargo, con el apoyo de la visión que los Espectros Oscuros le proporcionaban, Bryan consiguió esquivar cada uno de estos ataques con un pequeño margen de seguridad. De modo que la Archimaga cambió de táctica y comenzó a conjurar pequeños trozos de granizo que no eran letales, pero podían hacer daño en un rango más amplio porque salían disparados al mismo tiempo como si fuesen ráfagas de proyectiles.

Si Bryan hubiese sido un mago normal el dolor provocado por el impacto de estos trozos de hielo, que tenían el tamaño de naranjas y eran tan duros como las rocas, como mínimo habrían perturbado demasiado su concentración para seguir volando a esa velocidad. Pero la piel de Bryan era increíblemente dura, al igual que sus huesos. Por eso, a no ser que le impactaran directamente en la cabeza o en una articulación, esos pequeños trozos de granizo en particular no podían hacerle mucho daño.

Sigrid maldijo, pero nuevamente demostró que era una maga increíblemente hábil. Pues a pesar de estar completamente inmersa en un frenesí furibundo, consiguió comprender muy rápidamente que ese método no iba a funcionar, así que decidió conjurar una neblina bastante espesa para impedir que Bryan pudiese ver el camino y de ese modo redujese la velocidad con la que volaba aprovechando que su altura no era mucha.

Por fortuna la memoria eidética de Bryan y la visión sobrenatural de los Espectros Oscuros bastaban para que pudiese seguir orientándose. De modo que esta táctica de Sigrid tampoco tuvo el efecto que deseaba. Pese a todo, y aunque hasta el momento todo estaba yendo de acuerdo con su plan inicial, un sentimiento de malestar comenzaba a nacer en el interior de Bryan.

Cuando un mago alcanzaba el rango de Archimago podía desatar el verdadero poder de su elemento mágico y en el caso del Agua se trataba de la transformación constante, pues su verdadera esencia era el CAMBIO. De modo que no era imposible manipular los líquidos para que adoptasen los tres estados de la materia.

Pero la habilidad que Sigrid Bazán estaba demostrando para atacarlo en plena persecución excedía por mucho a lo que había previsto inicialmente.

¿Tiene tanta magia como para conjurar una serpiente, deslizarse a toda velocidad por una franja de agua en movimiento y encima atacar con chorros de alta presión, granizos y también una neblina cegadora? ¿Cómo es eso posible?” Se preguntó Bryan preocupado, pero no podía pensar mucho en ello porque toda su atención estaba en esquivar.

Por suerte estaban moviéndose a una altísima velocidad y no pasó mucho tiempo antes de que llegaran al sitio designado. Entonces se dio la vuelta para arrojar al Desgarrador Sombrío, el cual voló raudamente hacia la boca abierta de la inmensa serpiente de agua y desapareció en entre sus fauces.

Poco después se escuchó un sonido atronador.

Resultó que previamente Bryan había imbuido su arma mágica con una cantidad extra del poder del Fuego Glacial Místico carmesí, de modo que al liberarse provocó una terrible explosión, la cual no solamente destruyó al elemental desde adentro, sino que además desató una fortísima onda expansiva que también atrapó a Sigrid Bazán y terminó siendo expulsada varios metros hasta caer al suelo.

- ¿Ya te cansaste? ¡Pero si solo fue una palmadita amistosa! - Dijo Bryan burlándose.

Sigrid Bazán se levantó con algo de dificultad. Antes había invocado un colchón de agua para reducir el impacto de su caída, pero aun así le había dolido bastante.

- ¡Desgraciado! ¡Eres un desgraciado! ¡Maldito!... - Exclamó mirándolo con odio.

- Y tú realmente necesitas agregar nuevos insultos a tu vocabulario. -

- ¡Arrg! -

Sigrid apuntó con su mano y disparó tres chorros de agua con alta presión, pero estaba demasiado lejos para ser un peligro, así que Bryan los esquivó con relativa facilidad e inmediatamente ejecutó su propio conjuro.

- ¡Exterminio de Cien Lanzas! -

Un grupo de Lanzas de Hueso salió disparado de la tierra directamente hacia la Archimaga, formando un círculo mortal que la convertiría en una terrible imitación de un erizo humano. Y cabe agregar que esta vez ninguna de ellas se rompió, demostrando que finalmente Bryan había perfeccionado este conjuro que era su aporte original.

Vórtice de Agua

Bryan ya estaba sonriendo pensando que la tenía, pero Sigrid Bazán volvió a demostrar que era una auténtica genio de la magia de agua, porque extendió las manos con un movimiento que parecía instintivo y conjuro un inmenso torbellino de agua alrededor de su cuerpo casi instantáneamente, como una barrera defensiva. El torbellino giraba con una velocidad increíble y se tragó fácilmente todos los dardos que venían hacia ella.

Impresionante, el Vórtice de Agua es una técnica avanzada que generalmente requiere una fuente de agua cercana bastante abundante, pero ella puede hacerla incluso en este lugar tan lejos del mar.” Pensó Bryan abriendo los ojos con sorpresa mientas observaba a su alrededor: Había algunos árboles, pero ningún río cercano, de modo que semejante proeza le parecía imposible.

Sin embargo, Bryan no tenía tiempo para sorprenderse, porque notó que Sigrid apuntaba en su dirección con ambas palmas extendidas.

El radio del torbellino se extendió rápidamente, perdiendo altura, aunque a cambio ganando velocidad. Era una forma de convertir lo que había sido un conjuro defensivo en uno de ataque, que además tenía un rango muy amplio.

Era evidente que la intensión de la Archimaga era evitar que Bryan pudiese esquivarla abarcando toda el área del lugar en el que luchaban. Pero lejos de preocuparse, Bryan sonrió mientras colocaba un pie delante del otro, inclinaba el cuerpo y se protegía el rostro con ambos antebrazos como si estuviese en una pelea de puños. Un momento después el Escudo Óseo entró en acción formando una coraza directamente sobre su cuerpo que lo cubría desde los pies hasta la cabeza, pero sólo en el frente.

En sus experimentos Bryan había descubierto que cuanto menos extendiese la coraza, más efectiva era para defenderlo. Este efecto se incrementaba aún más si encima apoyaba su conjuro con su propia postura corporal y su fuerza física, aunque esta lógica iba en contra de todo lo que había en los recuerdos del difunto Necromante Fausto sobre el método para usar el Escudo Óseo.

Los necromantes preferían que la defensa rodease por completo sus cuerpos como el cascarón de un huevo, ya que no querían ser tocados por el ataque enemigo. Pero Bryan tenía una fuerza sobrehumana que le permitía asumir riesgos que otros magos nunca se atreverían a correr. También estaba seguro de que la idea tenía mérito porque se inspiró en las visiones terribles que tuvo en el palacio de Nécora el Putrefacto, donde una versión corrompida de sí mismo conseguía impresionantes resultados al limitar el área que cubría la coraza.

Otra ventaja que el Escudo de Hueso tenía en comparación con otras defensas mágicas era que el Necromante podía controlar hasta cierto punto la forma de la coraza, de modo que en esta oportunidad Bryan le dio una forma ligeramente aguda mientras lo materializaba, de modo que cuando la corriente de agua enviada por Sigrid Bazán hizo contacto, el líquido no encontró tanta oposición y así Bryan consiguió desviar el golpe sin graves problemas.

Luego de haber cumplido su función el Escudo de Hueso comenzó a colapsar, pero antes de que los últimos trozos cayeran al suelo para desaparecer, Bryan ya había pronunciado su conjuro y más de veinte Gárgolas invocadas descendieron volando sobre la Archimaga con sus garras listas para matarla.

Sigrid inmediatamente blandió una mano y una espesa neblina los cubrió a todos. Después conjuró una serie de Serpientes Elementales de Agua de un tamaño similar a las que invocó Afrodita contra la Gorgona. Estas criaturas aparecieron de pronto sobre la Archimaga y comenzaron a devorar a todas las gárgolas.

- Esta neblina ciega a todos los demás, pero no a mí. - Dijo Sigrid Bazán riendo entre dientes con una expresión diabólica: - ¡Puedo sentir cada pequeña gota y sé exactamente en dónde están todos los que se mueven en su interior! -

Tras esto, Sigrid apuntó con su dedo a las Serpientes Elementales que ya habían acabado con las Gárgolas y todas ellas se precipitaron hacia Bryan, quien no debería ser capaz de defenderse de ellas en esas circunstancias. Pero para gran consternación de la Archimaga, ese joven Necromante (a quien ya estaba llegando a odiar más que cualquier otra cosa) inmediatamente reaccionó y comenzó a arrojar lo que parecían ser Bolas de Fuego, solo que de un color púrpura intenso de un modo increíblemente certero. Entonces las Serpientes Elementales se congelaron instantáneamente y su conexión con Sigrid desapareció.

De todas las formas en las que un mago podía usar el agua, el hielo era la más complicada, porque el Estado Sólido del agua congelada se parecía más a la Magia de Tierra que a su área de especialidad. Sigrid Bazán podía conjurar nieve, escarcha, carámbanos y granizo, manipulándolos a su antojo para luchar; pero sólo dentro de cierto rango y usando el agua que ella misma controlaba. Para un dominio perfecto de un Elemento Mixto, donde participaban más de uno, como por ejemplo mezclar tierra y fuego para crear lava, se necesitaba que otro mago elemental ayudase mediante una coalescencia mágica que siempre era complicada de hacer y requería de una práctica constante.

Sin embargo, incluso con esta limitación controlar el hielo era mucho más fácil para Sigrid Bazán de lo que sería para un Archimago Mago de Viento. Esto se debía a que la transformación era la especialidad de la Escuela de Agua, y al igual que la Magia Oscura se destacaba por su versatilidad, la Magia de Agua se caracterizaba por su facilidad para cambiar de forma, siempre y cuando fuese entre los estados Sólido, Líquido y Gaseoso.

Pero Bryan no era un mago normal. Y los ojos de la Archimaga se abrieron desmesuradamente mientras al notar que el Necromante frente a sus ojos de algún modo era capaz de congelar sus serpientes.

Bryan ya le había demostrado algo increíble al usar una aparente Magia de Fuego para destruir su Boidae Elemental, aunque esto último todavía se podía explicar con el uso de objeto mágico o un pergamino. Era insólito, pero no imposible. Pero que también pudiese usar ataques congelantes y encima cuando tendría que estar cegado por la espesa neblina… ¡Eso no tenía explicación!

El sentido de alerta de Sigrid finalmente se disparó por los cielos y se arrepintió de haber comenzado esta pelea de forma irreflexiva sin haber antes averiguado algo sobre su oponente. Pero lamentablemente para ella, Bryan tampoco pensaba darle tiempo de pensar.

- Que pena por ti, pero tu neblina tampoco puede cegarme. -

Acto seguido una ráfaga de Fuego Glacial Místico Carmesí salió despedida hacia Sigrid Bazán con una terrible intensidad. Esta inmediatamente volvió a conjurar el Vórtice de Agua para protegerse, pero Bryan no dejó de atacar e incrementó aún más la ráfaga de calor. Al principio pensó en volver a usar fuego congelante, pero el efecto ocurriría muy cerca de Sigrid y de su control, así que prefirió usar un poder completamente opuesto para que la Archimaga no pudiese interferir con su ataque.

Las llamas comenzaron a abrirse paso y la temperatura de todo el entorno se elevó junto con el aterrador sonido de una ebullición intensa. Pero cuando Bryan podía sentir que ya estaba a punto de vencerla, su expresión se volvió seria, porque vio a través de sus Espectros Oscuros que Sigrid cambiaba su postura y con una mano mantenía el Vórtice de Agua, mientras que con la otra ejecutaba una segunda magia.

Oleaje Avasallador, un conjuro que generaba una enorme cantidad de agua alrededor del usuario y que luego estallaba en forma de una ola gigante. Si el mago era muy hábil también tenía la capacidad de controlar la dirección de esta ola, para así inundar a placer una gran sección de terreno, modificándolo para obtener la ventaja completa.

Oleaje Avasallador

Bryan no era un experto en esta Escuela de Magia, podía darse cuenta de que este conjuro era de nivel Gran Mago o por lo menos estaba dentro de los límites de un Archimago. ¡No parecía posible que Sigrid Bazán pudiese usar esta magia al mismo tiempo que se defendía del Fuego Glacial Místico con la defensa del Vórtice de Agua!

Aun así, no era el momento de sorprenderse y Bryan lo sabía. Porque el maremoto de Sigrid ya se había desatado detrás de ella y ahora comenzaba a fluir directamente hacia él por ambos lados, evitando las llamaradas del Fuego Glacial.

Bryan maldijo y tuvo que cancelar su ataque para inmediatamente escapar hacia el cielo. Por fortuna estaba en un terreno que se inclinaba naturalmente en dirección hacia el mar, así que esa inundación repentina no llegaría hasta la ciudad, pero sí terminaría arrasando con todo lo que encontrase en su camino. Lamentablemente faltaba un poco para eso y mientras tanto Sigrid Bazán podía aprovechar la ventaja momentánea que tenía por tener una gran cantidad de su elemento muy a la mano.

Y vaya que la aprovechó.

Varias decenas chorros de agua salieron disparados aleatoriamente desde el terreno inundado y con bastante fuerza como para destrozar las rocas. Bryan pasó un mal momento esquivándolos, pero sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo, así que inmediatamente conjuró más Gárgolas para que atacasen a Sigrid Bazán.

La Archimaga soltó un bufido despectivo y agitó la mano para conjurar varios tentáculos bastante largos que atraparon a las Criaturas Oscuras, sumergiéndolas inmediatamente hasta que se ahogaron. Pero Bryan estaba decidido a recuperar la iniciativa y continuó conjurando más y más, oponiendo números a la repentina ventaja que su enemiga tenía.

- ¡Maldito seas! ¡¿Cómo puedes conjurar a tantas de estas cosas?! - Gritó frustrada Sigrid Bazán ante al acoso constante de cientos de Criaturas Oscuras voladoras.

- Esa es mi línea, maldita Arpía. - Respondió Bryan mientras apoyaba a sus invocaciones con múltiples ataques de Lanzas de Hueso: - ¡¿Acaso tienes energía infinita?! ¡¿De dónde…?! -

Pero en ese momento se dio cuenta de que los ataques de Sigrid llevaban consigo un poder que le resultaba familiar. Asquerosamente familiar. Así que se concentró en examinar la magia de su enemiga y para cuando la marea de agua finalmente remitió un poco, Bryan descendió sobre el terreno lodoso, pero estaba mirando a Sigrid con furia contenida.

Y repentinamente grito: - ¡Loca Maldita! ¡¿Tienes idea de lo que has hecho?! -

Sigrid lo miró confundida, porque era ella la que quería desatar su furia sobre Bryan y no entendía por qué este de pronto parecía tan enfadado, pero lo miró con desprecio antes de preguntarle: - ¿Ya te has dado cuenta de la diferencia de nuestra habilidad? -

- ¿Dijiste “habilidad”? ¡No me hagas reír! ¡Estas usando Fuerza del Caos! - Espetó Bryan apretando los puños: - ¿Tienes idea del tipo de seres que puedes llegar a desatar en esta dimensión si usas ese poder? ¡Estás jugando con fuerzas más allá de tu imaginación, estúpida degenerada! -

Sigrid abrió los ojos sorprendida, pero luego se estremeció y comenzó a reírse como una auténtica maníaca. Cuando finalmente se quedó sin aire, se volvió para mirar a Bryan con una actitud condescendiente y dijo: - Ya veo… Por eso un Necromante miserable resultó ser tan poderoso. Tú eres del Culto de Caelos. ¿Verdad? -

- No lo soy… -

- ¡No mientas, hipócrita! ¿De qué otro modo sabrías lo que es Fuerza del Caos? -

- ¡No soy parte del Culto de Caelos! -

- Incluso si no lo eres puedo sentir que tus extraños poderes tienen un origen maligno. - Le espetó Sigrid mirándolo con desprecio: - ¿Con qué derecho te atreves a sermonearme por buscar distintas formas de poder cuando tú has hecho lo mismo que yo? ¿Realmente eres como esos estúpidos moralistas de la Academia Babilonia que hablan de “ética” en la magia? ¡No seas estúpido! Hace mucho que los magos estamos por encima de las limitaciones que tiene la gente común. No existe el bien o el mal. Sólo hay poder y personas demasiado estúpidas para entender esta verdad. -

Bryan la miró en silencio por un momento mientras asimilaba sus palabras, pero inmediatamente replicó: - Si, mi magia es maligna por naturaleza. Eso te lo concedo. Pero por lo menos yo soy el único que paga las consecuencias de utilizarla. Nunca he sacrificado a quienes no son mis enemigos ni pongo en riesgo a todo el mundo invocando deidades locas y capaces de destruir los cimientos de la realidad con su sola presencia. -

 - Ja, ja, ja… ¡Miéntete a ti mismo si quieres! ¡No puedo creer que saques el cuento de los supuestos “dioses del caos”! - Dijo Sigrid con una sonrisa burlona: - ¿No estás muy grande para creer en cuentos infantiles? -

Por un instante Bryan la miró sin comprender y dijo con recelo: - ¿De qué hablas, mujer? Claro que los dioses del caos existen. Puedo dar fe de ello. ¿Qué creíste que estabas invocando anteriormente? -

- La Reina del Agua Sangrante no es más que una poderosa usuaria de Magia Salvaje que se volvió más fuerte de lo que podía controlar y por eso terminó atrapada en el límite de la vida y la muerte. ¡No es ninguna diosa! Es sólo un poder atrapado que he estado buscando durante más de una década… ¡Y que habría sido mío si no te hubieses entrometido! -

- No conozco a esa reina sangrante o lo que sea, pero sí sé de dónde proviene la Fuerza del Caos y he visto al dios Nécora el Putrefacto con mis propios ojos. -

- ¡Tonterías! Los dioses no son más que formas de energía a las que podemos acceder y que luego alguien puso nombre y adjudicó alguna personalidad. ¡¿Ni siquiera sabes eso y te haces llamar mago?! -

- No te garantizo que los dioses… -

- ¡Suficiente! - Exclamó Sigrid furiosa: - No me interesa escuchar estúpidas leyendas de personas ignorantes ni quejas acerca de los sacrificios. ¡¿Y qué si murieron?! ¡Sus vidas no valían nada desde un principio así que bien hicieron en serme de utilidad! -

- ¿Incluso tus propios estudiantes? - Preguntó Bryan mirándola con frialdad.

- ¿Estudiantes? ¡Ah, por supuesto! ¡Esos fueron los tontos más útiles! Vinieron a buscarme en busca de conocimiento y vaya que aprendieron… ¡Aprendieron que sus vidas no tienen valor a no ser que sirvan como escalones para las personas superiores como yo! - Replicó Sigrid con una carcajada.

Esa última declaración hizo que los ojos de Bryan relampaguearan de furia, porque inconscientemente comparó a Sigrid Bazán con la que para él era la profesora ideal y el amor de toda su vida. Y el que una criatura tan repugnante como esta maga de agua apareciese junto a Fanny en su mente, incluso como un opuesto, era demasiado desagradable.

- Honestamente, aún tengo curiosidad por muchas cosas que puedas saber. - Dijo Bryan mientras imbuía su Desgarrador Sombrío con poder de Fuego Glacial carmesí: - Pero ya no importa, porque seguro luego podré encontrar algunas respuestas en tu cadáver. Al menos estoy de acuerdo contigo en que ya he tenido suficiente de escucharte hablar. -

Inmediatamente después todo el poder de la Esencia Mágica estalló y Bryan salió disparado con una velocidad impresionante, apuntando directamente a la garganta de la Archimaga. Sigrid intentó defenderse arrojando múltiples ataques, pero Bryan cambiaba de rumbo tan rápido que era imposible de ver con un ojo humano y se posicionó detrás de su víctima, listo para darle el golpe final.

Sigrid Bazán debió presentir lo peor estaba por suceder, porque volvió invocar el Vórtice de Agua reforzado con el poder de la Fuerza del Caos y el flujo de esta corriente fue tan intenso que detuvo la estocada de Bryan. Pero él ya se esperaba esto, así que desató todo el poder de su llama carmesí para abrirse paso, destruyendo el conjuro de la Archimaga antes de que pudiese completarse del todo.

“¡Muere de una maldita vez!

Sin embargo, justo cuando la punta de su arma había comenzado a arañar la superficie de la piel de Sigrid, de la nada Bryan sintió como si unas cuerdas invisibles lo sujetasen y todo su cuerpo se detuvo en seco. Y no solamente se trataba de su impulso, sino que incluso los dedos de sus manos, su boca y hasta sus párpados estaban completamente paralizados.

¡¿Qué mier…?!

- Esa velocidad me sorprendió, lo admito. - Dijo Sigrid Bazán apuntando con una mano hacia el cuerpo de Bryan, mientras extendía lentamente sus dedos como si estuviese sujetando algo invisible: - Pero al final eres un imbécil… ¡Realmente viniste a atacarme sin primero averiguar lo que soy capaz de hacer! -

Los brazos de Bryan se giraron violentamente hacia atrás y poco después todo su cuerpo lo siguió hasta que se estrelló contra unas rocas cercanas. Bryan trató de moverse aprovechando el golpe, pero sentía como si algo bajo su propia piel lo estuviese sujetando y no podía hacer nada para evitarlo.

- ¿Sabías que el cuerpo humano contiene una inmensa cantidad de agua? - Se burló Sigrid mirándolo con una expresión increíblemente diabólica: - Me tomó mucho tiempo y experimentación, pero finalmente encontré una forma de controlar la sangre en el interior de mis enemigos para controlarlos como si fuesen mis marionetas. -

Como si quisiese probar lo que decía, Sigrid apretó los dedos de su mano extendida y entonces las piernas de Bryan comenzaron a girar en un ángulo imposible, tensando al máximo las articulaciones de su rodilla. El dolor era suficiente para hacerle gritar, pero ni siquiera era capaz de hacer esto.

- Este conjuro al que llamo Marioneta Sangrienta lo desarrollé a partir de los secretos de la reina y habría obtenido muchos más si tú no la hubieses dejado escapar. De nada sirve que te resistas, porque el poder que te retiene sólo puede ser contrarrestado con Magia de Agua y ya he comprobado que no posees esa habilidad… ¡Así que para calmar toda mi ira tú serás ahora mi lindo juguete de tortura! - Declaró Sigrid ufana mientras obligaba a que el cuello de Bryan girase con fuerza hacia su propia espalda.

Sin embargo, cuando ya se sentía victoriosa, Sigrid Bazán notó un brillo extraño en la mirada de Bryan, algo que nunca había visto en ninguna de las otras víctimas contra las que empleó este terrible conjuro. Todos ellos se desesperaban, lloraban o simplemente maldecían; en cambio el joven frente a sus ojos se veía inusualmente tranquilo.

Sigrid no sabía que esta no era la primera vez que Bryan experimentaba una magia semejante. Cuando estuvo en el Valle del Sol y visitó la Taberna Maldita, los demonios Sanguisuga usaron un poder muy parecido en su contra, así que ya tenía una noción de cómo podía soportarlo y liberarse. Su primera idea fue llamar al Pequeño Esqueleto para que lo apoyase, pero no era capaz de conjurarlo en ese estado paralizado, así que usó su segundo plan y comenzó a hacer circular la Esencia Mágica por sus venas más importantes, mientras empleaba fuerza física pura para oponerse al control de Sigrid. Por fortuna su cuerpo era mucho más resistente que el de un humano normal o semejante hazaña no hubiese sido posible.

Ejemplo: La magia de Marioneta de Sangre

Tengo que admitir que la subestimé. Tendría que haber espiado más tiempo a Sigrid en lugar de confiar completamente en el informe del Manto Oscuro. Ahí mencionaban una <<Magia Prohibida>> pero nunca especificaron cuál era. ¡Al menos debí haber invocado a un ayudante poderoso y tenerlo en reserva de antemano!” Pensó Bryan maldiciendo su propio descuido. Era cierto que el ritual de Sigrid debía ser detenido en ese mismo momento, pero también era verdad que Bryan no había considerado el asunto de los refuerzos. Su forma de proceder se debía a que no quería mostrar a sus Zombis Elementales ni a sus invocaciones más poderosas para guardarlas como carta de triunfo, pero seguía siendo una actitud descuidada.

- ¿Por qué no puedo romperte? - Exclamó Sigrid finalmente cuando se dio cuenta de que a pesar de estar usando toda su fuerza no conseguía dislocar las extremidades de Bryan como quería: - ¡Maldito seas! ¡Quería inmovilizarte para luego divertirme haciéndote sufrir durante semanas! ¡Es lo mínimo que te mereces por frustrar mis planes! Pero bueno, si no hay más remedio te mataré de una sola vez. -

Entonces Sigrid retrocedió su la mano extendida como si jalase algo y Bryan tuvo un presentimiento de lo que vendría.

Y en efecto, igual que hicieron los Sanguisuga, la Archimaga estaba tratando de matarlo extrayendo la sangre de su cuerpo a la fuerza. Sus órganos protestaron y el Infante Sanguinario despertó de golpe para gritar de dolor, pues ni siquiera él podía evitar que la magia de Sigrid alterase el fluido vital que lo alimentaba. Sin embargo, el cuerpo recientemente mejorado de Bryan volvió a salvarlo, porque, aunque le dolía mucho, su piel y sus venas eran demasiado duras y no dejaban que la sangre abandonase su interior. Por supuesto que sufrió graves heridas internas, pero la Esencia Mágica ya estaba ocupándose de repararlas. Y cuando el Infante Sanguinario se dio cuenta del peligro que corría Bryan rápidamente sumó fuerzas para reparar los daños.

- ¡¿Qué?! ¡¿Pero se puede saber de qué estás hecho?! - Exclamo Sigrid sin poder creer que su magia más mortífera no estuviese funcionando: - ¡Suficiente! ¡Muérete ya mismo! -

Entonces, usando su mano libre, la Archimaga comenzó a conjurar un gran trozo de hielo que además tenía varios carámbanos afilados en su superficie, el cual que saldría disparado directamente contra su cabeza.

¡Carajo!” Maldijo Bryan en su interior.

Para ese entonces sus esfuerzos por resistir ya habían dado algunos resultados y podía mover un poco las partes de su cuerpo con los músculos más fuertes, pero sus dedos, labios, párpados y lengua seguían completamente paralizados, así que seguía siendo incapaz de conjurar. Tampoco soltar su Desgarrador Sombrío. Con un poco más de tiempo podría recuperar su movilidad, pero todavía no le era posible esquivar.

No había forma de defenderse de ese ataque.

El trozo de hielo tan grande como un proyectil de catapulta se dirigió hacia Bryan con una potencia espantosa… ¡Pero en el último momento una persona se interpuso con un escudo y consiguió bloquear el ataque!

Era Cayo Silano. El Centurión llegó al mismo tiempo que activaba de una vez todo el poder de su Aura de Batalla para reforzar su escudo y a duras penas consiguió salvar a Bryan de acabar descabezado, aunque a cambio de romperse el brazo, porque su poder de Caballero Veterano no podía desviar del todo la potencia del ataque de una Archimaga.

A pesar del dolor el curtido militar apenas soltó un corto grito y más bien comenzó a vociferar órdenes a los legionarios que venían siguiéndolo.

- ¡Primer pelotón, formen una falange! ¡Segundo y tercer pelotón, al ataque! -

Cincuenta legionarios se colocaron en frente de Bryan con los escudos listos y combinando Auras de Batalla para crear una muralla defensiva en frente de su líder, mientras tanto el resto corrió con las espadas desenvainadas para atacar a Sigrid.

¡No!” Pensó Bryan desesperado.

- ¡Gusanos insignificantes! - Dijo Sigrid mirando iracunda a los legionarios que cargaban contra ella.

Asegurándose de que Bryan siguiese inmovilizado, la malvada Archimaga blandió su mano libre hacia los legionarios y los primeros atacantes se detuvieron en seco por el poder de Marioneta Sangrienta. Luego Sigrid hizo un gesto violento con el que extrajo de golpe la sangre de diez hombres, quienes murieron de un modo espantoso cuando todo el líquido carmesí salió de sus estómagos.

"Sigrid hizo un gesto violento con el que extrajo de golpe la sangre de diez hombres"

La visión fue tan horrible, que los legionarios se paralizaron por miedo en lugar de magia, pero entonces uno de ellos rugió mientras apuntaba con su espada y todos volvieron a ponerse en movimiento.

¡Deténganse! ¡Tienen que huir!” Pensaba Bryan horrorizado, aunque no podía expresarlo con palabras.

- ¡Tontos, ninguno de ustedes ha visto jamás un poder como el mío! - Declaró Sigrid soltando una cruel carcajada: - ¡La sangre fresca es mucho más peligrosa que la simple agua! -

Tal como decía, todo el líquido rojo que había sido robado de los legionarios se concentró en una especie de látigo sanguinolento que seguía todos los movimientos de la mano de la Archimaga. El Látigo de Sangre podía cortar con la fuerza de una sierra industrial, separando tierra, metal, madera, rocas o carne con la misma facilidad; además, se movía más rápido que muchas Criaturas Mágicas y sus movimientos eran demasiado impredecibles para seguirlos con la mirada.

Sigrid blandió su látigo cortando por la mitad a los primeros cinco hombres sin que sus escudos, armaduras o hasta su Aura de Batalla pudiese oponer ninguna defensa. Luego continuó atacando y la serpiente de sangre comenzó a moverse por todo el entorno segando vidas con gran facilidad. Para empeorar las cosas, el látigo tenía el poder de absorber una parte de la sangre de sus víctimas, volviéndose más largo y letal con cada persona que mataba.

Algunos legionarios no pudieron soportar el terror y dieron media vuelta para escapar, pero dar la espalda a su enemigo sólo los hizo victimas más fáciles para Sigrid, que no pensaba dejar escapar a nadie.

Pero, aunque la situación era realmente desesperada la gran mayoría de legionarios si tenía claro cuál era su deber.

- ¡Nuestra vida por el Imperio! - Gritó uno de ellos apuntando a Sigrid con su espada.

- ¡Muerte o Victoria! - Coreó el resto de ellos.

Y volvieron a cargar para consternación de la Archimaga.

No tenían ninguna oportunidad, pero aun así corrieron. Algunos incluso se pusieron delante del resto para cubrirlos con sus cuerpos de los ataques del Látigo de Sangre. Sigrid no se esperaba esto y blandió su mano con furia para incrementar el número de muertos, pero los legionarios no se detuvieron. Y ante semejante carga, el rostro de la Archimaga por primera vez comenzó a mostrar signos de agotamiento.

Bryan por su parte podía ver lo que sucedía gracias a que los Espectros Oscuros le trasmitían todo y sufrió por cada muerte de cada uno de esos hombres como si le estuviesen apuñalando en el estómago, porque se daba cuenta de que estaban quemando sus vidas solamente para intentar liberarlo. Esto no se debía a que fuesen amigos, sino porque la persona que tenía el cargo de Ejecutor representaba la dignidad imperial y los legionarios tenían el deber defenderlo sin importar el costo. Eso lo conmovía, porque entendía que es mucho más fácil morir para proteger a un ser amado que dar la vida por un completo desconocido, solamente porque ese es tú deber. Semejante sacrificio era algo muy difícil de hacer y requiere de más valor.

Ver morir a unos hombres tan valerosos y saber que estaban muriendo por culpa de su descuido, era algo insoportable para el Bryan de ese momento, que ya había experimentado la formación militar con todas sus dificultades.

Finalmente, Sigrid se dio cuenta de que los legionarios no iban a detenerse y a la Archimaga no le quedaría más remedio que moverse de su posición para no ser atravesada por decenas de espadas, aunque en el momento que se alejara su control sobre la sangre de Bryan se vería perturbado y este sería libre.

De modo que la Archimaga tomó la decisión de arriesgarse.

Detrás de la Falange de escudos, Cayo Silano había observado el sacrificio de los legionarios con una expresión aparentemente impertérrita, pero todos podían sentir que el centurión estaba poseído por una profunda tristeza y un gran resentimiento contra Sigrid Bazán. Precisamente por eso no dejaba de observarla atentamente, buscando cualquier debilidad que después pudiese comunicar a Bryan y así se dio cuenta de que algo había cambiado en la actitud de la Archimaga.

Y también intuyó lo que estaba por suceder.

- ¡Legionarios! - Exclamó de pronto Silano: - ¡Prepárense para la gloria! -

- ¡Nuestra vida por el Imperio! - Respondió el resto, he incrementaron al máximo el Aura de Batalla sobre sus escudos.

Ejemplo: Formación defensiva de los Legionarios

En ese momento Sigrid arrojó un terrible azote con el Látigo Sangriento, desatando todo su poder en ese único ataque con el objetivo de atravesar la falange y matar a Bryan antes de que este se liberase. El impacto fue aterrador y las primeras filas de Legionarios fueron cortados por la mitad limpiamente, pero la formación defensiva consiguió resistir porque estaba diseñada de tal modo que todos ellos pudiesen combinar la concentración de toda su fuerza al mismo tiempo. De modo que el ataque finalmente se detuvo, aunque a duras penas, porque igual sesgó muchas vidas y acabó expulsando lejos a varios legionarios que terminaron muy malheridos.

Pero antes de que los estragos del golpe pudiesen apreciarse. O que el último hombre expulsado por el látigo hubiese caído al suelo. En fin, más veloz aparentemente que el pensamiento, resultó ser Bryan, quien finalmente volvió a ser dueño de su cuerpo y salió disparado de la formación como una centella.

El odio asesino brillaba en sus ojos como las brasas infernales y un rugido espantoso emergió desde su garganta. Había que tener en cuenta que desde hacía mucho Bryan se estaba cuidando de no dar rienda suelta al poder de su Esencia Mágica para no darle a la maligna sustancia más oportunidades de influenciar su mente, pero ahora estaba usando de golpe todo ese poder, sin importarle las consecuencias.

Y esto era porque había visto pasar por encima de su cabeza los trozos de los cuerpos mutilados de sus hombres en las primeras filas, después de ser destrozados por el látigo de sangre. Incluso reconoció el casco del Centurión Cayo Silano entre ellos, el cual seguramente debía estar muerto. Así que ahora tenía que vengarse por cada uno de esos hombres, aunque le costara la vida.

En su mente solo había un pensamiento: Destruir a Sigrid Bazán.

Bryan llegó frente a la Archimaga antes de que esta pudiese distinguirlo y la sujetó por el cuello con su mano libre. Luego dio un pisotón para llevársela lo más lejos posible de los muchos legionarios malheridos que todavía estaban cerca, pues no quería que el número de muertos aumentase todavía más. Al mismo tiempo apuntó el Desgarrador Sombrío hacia el pecho de Sigrid para lanzar una puñalada mortal.

A pesar de todo, incluso en esa situación la Fuerza del Caos en el cuerpo de Sigrid seguía siendo formidable y Bryan sintió claramente que su presa había entendido que estaba a punto de morir, así que desató algún tipo de magia misteriosa como último recurso para salvarse. Bryan no tenía idea de que magia era, pero no pensaba dejar que la usase, así que también reunió todo el poder de su Esencia Mágica:

- ¡Repulsión Sanguinaria! -

Usando su propia sangre como catalizador, Bryan desató una terrible onda de energía desde el interior de su cuerpo que destruyó todo a su alrededor en un radio de diez metros. Esto sucedió justo al mismo tiempo que la magia de Sigrid se activaba. La situación fue tan caótica que el propio Bryan no pudo calibrar bien su ataque y terminó siendo afectado por este. Al final se desplomó en el suelo, incapaz de moverse por el retroceso mágico, mientras su Esencia Mágica fluía en su interior de un modo descontrolado.

Pero a pesar de todo seguía consciente.

- ¡¿Dónde estás maldita?! - Rugió Bryan mientras enviaba sus Espectros Oscuros a buscar, porque sus instintos le decían que Sigrid Bazán no había sido pulverizada.

Tal como sospechaba, sus criaturas vieron unas extrañas gotas flotando en el cielo a varios metros de altura, las cuales comenzaron a combinarse y cambiar de forma, hasta que poco después adoptaron la figura de Sigrid. Parecía que su conjuro final era una magia prohibida que convertía el cuerpo del mago en agua durante unos instantes para poder escapar, pero la Archimaga tuvo tiempo suficiente para ejecutar su magia, porque una de sus piernas estaba claramente rota y también su brazo derecho.

- ¡Maldito seas! -  Gritó Sigrid mirándolo furiosa desde las alturas, aunque al final comenzó a alejarse lentamente con su levitación, ya que apenas le quedaba magia suficiente: - ¡Juro que la próxima vez te mataré! -

Pese a todo el odio que sentía, Sigrid Bazán era lo bastante inteligente para entender que no tenía esperanza de vencer a Bryan sin su conjuro de Marioneta Sangrienta y sabía que si continuaba peleando al final ella estaría perdida. De modo que prefirió usar sus últimas reservas de magia para alejarse con toda la velocidad de la que era capaz, al mismo tiempo que expulsaba una neblina para cubrir su escape.

¡Tengo que llegar al mar!” Se decía Sigrid Bazán obligándose a soportar el dolor de su pierna y brazo mientras buscaba el sonido de las olas: “Ahí podré desvanecerme de muchas formas. Luego de recuperarme planearé mi venganza ¡Ya lo verás, mocoso! Es imposible que un necromante como tú no sea famoso. ¡Al final descubriré tu identidad y si no puedo matarte me divertiré torturando a tus seres queridos!

- ¡No habrá una próxima vez para ti, perra desgraciada! - Rugió Bryan aún en el suelo, levantando una mano con dificultad y activando su necromancia.

Sigrid estaba completamente concentrada en levitar rodeada por la neblina, cuando de pronto tuvo el presentimiento de que algo la estaba siguiendo. Eso no tenía sentido, pues aparte de Bryan no debería haber ningún enemigo en los alrededores que pudiese volar tan alto. Pero, aunque hubiese uno, ella tendría que poder sentir su ubicación dentro de la neblina. Aun así, la sensación estaba ahí y no la dejaba, así que la Archimaga giró para examinar el entorno con atención y por un segundo le pareció distinguir una especie de silueta alargada.

- ¡¿Quién está ahí?! -

Silencio.

No había nada.

Sigrid se concentró en el agua de la neblina para ver si había algo en su interior, pero nuevamente no detectó nada. Estaba a punto de darse la vuelta para continuar huyendo, cuando de pronto sintió un dolor horrible en el pecho que la aturdió por completo. Quiso gritar, pero no podía hacerlo y todo su cuerpo comenzó a convulsionar mientras se desplomaba hacia el suelo, porque en esas condiciones no podía seguir usando el hechizo de levitación. Todavía estaba cayendo cuando finalmente consiguió forzarse a mirar hacia abajo y lo que vio fue un agujero limpiamente abierto en donde debería estar su seno izquierdo acercándose hacia el centro de su esternón.

Sierpe del Abismo

La temible Archimaga se estrelló contra el suelo, rompiéndose varios huesos, incluido el cráneo. Ya no era capaz de pensar. La Fuerza del Caos desapareció y la vida estaba abandonándola con cada segundo. En ese momento su conjuro de neblina desapareció, permitiéndole ver lo que parecía una larga serpiente o un gusano blanco asqueroso que estaba flotando en el cielo, con una boca repleta de colmillos que usaba para masticar algo que se parecía a un corazón humano. 

Un poco más lejos, Bryan suspiró al confirmar que la Sierpe del Abismo había cumplido con su misión. Esta era la única Criatura Oscura capaz de acercarse entre la niebla sin que Sigrid Bazán la percibiera debido a las peculiaridades de su cuerpo y la forma en que se movía. A pesar de saber esto, Bryan no bajó la guardia. Solamente cuando confirmó la muerte de esa maldita Archimaga a través de los Espectros Oscuros, es que se permitió caer inconsciente.

*****

“¿Me he muerto sin darme cuenta?”

Volvía a estar en ese mundo nebuloso de la Antecámara del Misterio, sintiendo aquella familiar sensación en la piel de estar moviéndose sin moverse. Pero debido a sus últimas experiencias ese lugar ahora le daba algo de miedo.

El niño estaba sentado muy cerca suyo, sin mirarlo directamente, pero de algún modo su presencia era tranquilizadora.

“Despreocúpate, no estás muerto” le dijo sonriendo tristemente.

“Entonces estoy soñando.” Dijo Bryan un poco aliviado.

“Es curioso el modo en que lo dices. ¿Por qué será que los mortales no tienen miedo de los sueños? Pierden la consciencia, pierden el control, suceden cosas sin lógica aparente y que no siguen ninguna regla evidente. Aparecen amigos y se metamorfosean en desconocidos. Los entornos cambian de improviso, y rara vez se lo cuestionan. Pese a todo no tienen miedo de los sueños… en cambio la locura y la muerte los aterrorizan.”

El niño finalmente lo miró, pero su sonrisa no se desvaneció, aunque si lo miró de arriba abajo antes de continuar: “Veo que mis regalos y consejos no se desperdiciaron en ti. Te has vuelto formidable, Bryan. Ahora eres una fuerza a tener en cuenta, pero tu cabeza todavía no se ha puesto a la altura de tu poder, ¿me equivoco? Reformar tu identidad, de un esclavo superviviente a un gran señor, te está llevando su tiempo. Es comprensible. Es mucho más fácil luchar que dejar a otros morir por ti ¿no es verdad?”

“¿Qué es lo que quieres?” Preguntó Bryan que sentía como si una aguja se le clavase en el corazón por esas palabras: “Por favor ve al grano”.

“Hoy no quiero nada.” Dijo el niño suspirando: “Es solo que estuve viendo mi propio futuro, algo que siempre es muy peligroso, aunque necesario para cumplir con el propósito que me fue dado. He averiguado unas cuantas cosas que me han hecho desanimarme y dejar de mirar. De modo que, mientras me armaba de valor, me he dedicado a seguirte. Vi que necesitabas a alguien con quien pudieras ser sincero.”

Bryan superó su despecho y contempló la niebla. El lugar entero parecía una apropiada metáfora de su vida: atrapado en el crepúsculo sin nada definido, nada sólido, ningún camino sencillo.

“Estoy intentando luchar por el futuro, pero sin llegar a convertirme en ese ser corrupto que he visto en la pesadilla del palacio de Nécora o en un esclavo de la Esencia Mágica” Admitió Bryan finalmente: “Antes de visitar ese horrible lugar yo realmente pensaba que bastaba con mi propio esfuerzo para conseguir todo lo que quiero, pero he comenzado a dudar… no, he empezado a odiar aquello en lo que me he convertido. Porque podría terminar causando la ruina de muchos.”

“¿Y en qué te has convertido?” Preguntó el niño.

“Soy un monstruo.” Dijo Bryan con tristeza: “Me he convertido en un monstruo asesino. Y quizá no merezco ser feliz. Quizá mi sola existencia terminará haciendo infelices todos los que me rodean o provocando que la desgracia los alcance.”

“Eres un mentiroso y matas gente, pero no eres un <<monstruo asesino>>, Bryan” Declaró el niño con un tono bastante pragmático.

“Vaya, gracias.”

“Te sigo desde hace mucho tiempo. Mira, has arruinado muchas cosas en tu vida anterior y siempre tuviste pensamientos terribles en la cabeza, así como deseos reprimidos que últimamente no reprimes tanto, aunque sabes que están mal.” Continuó el niño sonriendo: “Pero nada de eso te hace especialmente abominable. El horror que sientes estriba en tener un profundo poder por un lado y un firme sentido de moral por el otro, pero sin unos cimientos fuertes sobre los cuales sostenerte.”

“No, el horror es que me he descuidado una vez y han muerto casi cien personas valerosas, entre ellos un excelente oficial. ¡Solo necesité un descuido para causar todas esas muertes y no pude evitarlo!” Exclamó Bryan furioso: “¿Qué garantiza que no volveré a cometer un error que mate a Fanny, a Phoebe o Emily…”

“¡Por favor!” Lo cortó el niño de pronto mirándolo exasperado: “Si, personas han muerto y en parte es tu culpa por no ser más precavido. ¡Pues entonces hazte responsable de tus errores como todos los demás mortales! ¡Y no los uses como excusa para entregarte a la melancolía o la autocompasión!”

Bryan lo miró sin comprender por un instante, aunque luego intentó insistir en el mismo punto: “Pero… ¿Qué pasa si mañana? ...”

“Preocúpate mañana. O mejor aún, ocúpate.” Lo volvió a cortar el niño.

“Hasta ahora pensé que podría hacerlo sin problemas. Creí que podría pararme en este mundo con las mujeres que amo y protegerlas de todo mientras me hacía poderoso. Pero conforme crece mi influencia también aumentan los enemigos y el riesgo. Ahora por primera vez estoy pensando que quizá ellas estarían mejor si yo fuese otra persona, tal vez un amable caballero o un herborista indefenso que no representase ningún peligro.”

“Es cierto todo eso que has dicho” Le dijo el niño mirándolo divertido: “¿Y quieres saber algo más doloroso aún? Aquí va: La lista de cosas que nunca serás es larguísima, incluso si consigues volverte inmortal y vivir para siempre.

¿Y quieres saber cuál ocupa el primer lugar? Pues un <<herborista indefenso>>.

Tú eres tan manso como un lobo, Bryan. Y te informo que eso es lo que esas chicas aman en ti y también lo que temen de ti. ¡Si no fueras quién eres, esas mujeres en particular nunca se hubiesen enamorado! ¿O de verdad crees que no intuyen tu verdadera naturaleza? Pero aun así pueden amarte ¿Por qué no puedes amarte tú?”

“…”

“Entiendo que estás un poco traumatizado porque es la primera vez que mueren personas bajo tu mando por un error tuyo, pero no saques las cosas de contexto. Es verdad que debiste ser más precavido, pero quien mató a esos hombres fue Sigrid Bazán, no fuiste tú. Has conseguido sobrevivir con tu cordura todo este tiempo a pesar de tener dos terroríficas fuerzas enfrentadas dentro de tu cuerpo que pelean constantemente por el control de tu alma y de algún modo sigues siendo alguien que es leal a sus principios, incluso si son pocos.

Ea, pues, soporta las aflicciones que padeces por haber perdido a tus soldados, sin importar cuánto te duela esto. Y aguanta tus desgracias en silencio.

¡Ahora despierta, Bryan el Necromante!”

El niño sonrió mientras sus contornos se volvían difusos, aunque antes habló una vez más.

“Por cierto, no han muerto tantos como crees. Y parece que Silano ha sobrevivido. Está herido, pero vivo.”

Marioneta Sangrienta ejecutada por un Vampiro

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es miércoles 01 de marzo del 2023.

Esta pelea y los poderes de Sigrid estuvieron muy inspirados en los del Anime Naruto, pero quiero dejar claro que me refiero al buen Naruto, o sea la primera temporada y antes del relleno. El vórtice de agua y el maremoto son básicamente poderes que usa el segundo Hokage en ese tiempo en que todos esos personajes todavía eran geniales y prácticamente dioses, en lugar de un manojo de cursis inadaptados. (opinión enteramente personal)

Sin embargo, también hubo influencia de la serie Avatar: El último Maestro Aire con el tema de la sangre control e incluso de la Primera Temporada de La Leyenda de Korra (de nuevo, la única que fue buena… ¡Arruinaron esa franquicia con la segunda temporada!).

Ahora algunos seguro piensan que Sigrid Bazán es demasiado poderosa para ser el segundo muriente en la lista de Cándido… Y tienen razón. Pero el motivo es que el Manto Oscuro no sabía que ella tenía Fuerza del Caos. Solo sabían que Sigrid experimentaba hasta con sus alumnos, pero los sacrificios humanos fueron una sorpresa.

Esta batalla fue muy difícil de escribir porque tenía que imaginar qué poderes usaría exactamente Bryan y cuando. En cierto sentido era como escribir una coreografía, así que la tuve que dividir en actos, describiendo claramente cada parte y por eso me tomó bastante tiempo. Espero que les haya gustado.

Por supuesto no iba a conseguir las imágenes exactas para este capítulo, pero hice lo mejor posible con lo que tenía, espero que por lo menos hayan servido como referencia.

La conversación final con el niño originalmente la pondría en el capítulo siguiente, pero preferí que fuese aquí para atenuar un poco el ritmo tan vertiginoso de toda la narración y también adivinar las consecuencias de esta batalla para Bryan.

Pero déjame saber lo que piensas en los comentarios: ¿Te gustaron los poderes de Sigrid? ¿Qué te pareció la forma en que Bryan la enfrentó? ¿Quedó bien la magia de sangre? ¿Te gustaron los consejos del niño?

Si te gustó esta adaptación por favor puedes apoyarme usando los enlaces de mi Cuenta Patreon porque realmente estoy super necesitado de dinero y cada dólar es una gran ayuda (¡Estoy super angustiado por crudo y frío dinero!). También puedes señalar cualquier error ortográfico que se me haya podido escapa y compartir esta historia en tus redes sociales para que más personas la lean.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!