165 Una situación Anormal

- ¡Emily! - Gritó Bryan apenas llegó a su habitación subterránea, pero entonces recordó que la hermosa Archimaga debía estar en el primer piso vigilando a Belinda, así que subió a toda prisa por el pasaje secreto, pero apenas salió sintió que su nariz era inundada por un olor dulzón bastante fuerte, como el de la miel o el eucalipto. Acto seguido su visión se volvió borrosa, sus piernas vacilaron y una intensa sensación de mareo hizo que cayese desplomado en el suelo, casi desmayándose en el acto.

Pero su cuerpo ya no era el de una persona normal y la Esencia Mágica reacciono inmediatamente al sentir el peligro en que se encontraba. Rápidamente la sustancia fluyó por sus venas con velocidad aterradora, aliviando el estado anormal dentro de su cuerpo a medida que se adaptaba para contrarrestar los efectos de la toxina que había ingresado por sus pulmones. El Infante Sangriento despertó en su interior para ayudarlo a acelerar su recuperación, pero incluso así Bryan necesitó cerca de quince minutos para poder levantarse de nuevo, aunque cuando lo hizo pudo respirar tranquilamente porque sabía que ya tenía una inmunidad a lo que sea que estuviese en el aire.

- ¡Emily! ¡¿Dónde estás?! - Llamó Bryan frenéticamente mientras miraba a todos lados, ya que a primera vista era evidente que ni ella ni Chester se encontraban ahí. En cambio, supo alguien había entrado en la habitación para registrarla a fondo porque las sábanas estaban tiradas descuidadamente e incluso las bolsas de viaje (que habían dejado para fingir que dormían en la habitación) fueron abiertas y su contenido esparcido por todo el suelo. Bryan salió al vestíbulo espada en mano, pero sólo para descubrir que cada una de las habitaciones del primer piso estaban igual de desordenadas y la posada entera parecía completamente abandonada, pues no escuchaba la más mínima respiración.

- ¡MALDITA SEA! - Gritó Bryan con furia, aunque inmediatamente reprimió el miedo que crecía en su interior: - ¡Cálmate!  ¡Piensa! Es evidente que alguien estaba buscando algo y no lo llegó a encontrar, porque de otro modo quedaría algún rincón sin registrar. Además, no descubrieron ninguna de las entradas secretas al nivel subterráneo… Eso solo puede significar que estaban buscando el Báculo de Hueso. ¿Pero cómo lograron sorprender a Emily? -

La respuesta a su pregunta la supo casi de inmediato, pues la tensión que sentía hacía que sus sentidos se amplificasen y esto permitió que escuchase una serie de chirridos casi imperceptibles. De inmediato buscó el origen de ese sonido, pero no podía localizarlo sin importar a dónde mirase. Entonces entornó la mirada de tal modo que su visión se incrementó para ver hasta los objetos más pequeños y sólo entonces los vio.

A primera vista eran un numeroso grupo de pequeñas arañas que reptaban por las vigas de madera en el techo, algo muy fácil de pasar por el alto en un entorno rural. Pero cuando Bryan los enfocó se dio cuenta de que no eran seres vivos… sino mecánicos. Se trataba de cientos de artefactos mágicos hechos de metal, con una serie de minúsculas matrices mágicas grabadas que seguramente dirigían sus movimientos. Sobre sus cuerpos redondos llevaban incrustadas dos gemas rojas; una de ellas estaba donde deberían ir los ojos y la segunda gema en cambio estaba emitiendo una especie de neblina que seguramente era el veneno paralizante que acababa de experimentar.

Golem con forma de Araña

- ¡Mierda, son cientos! - Exclamó Bryan asombrado. Ahora entendía cómo se había esparcido el veneno paralizante sin que Emily se diera cuenta, pues incluso él no habría detectado a estas arañas metálicas si no fuera porque la posada estaba totalmente vacía y el silencio imperaba.

De inmediato agitó su mano con violencia y mandó una onda de Fuego Glacial Místico a su alrededor, cubriendo rápidamente todo el primer piso con un viento helado que congeló por completo a esos pequeños artefactos, destruyéndolos casi en el acto. Era una suerte que se tratase de criaturas poco resistentes, pues de otro modo no tendría forma de enfrentarse a tantas.

Una vez hecho esto, Bryan corrió nuevamente a su habitación, donde encontró el traje con armadura que los miembros del Manto Oscuro utilizaban cuando debían infiltrarse. Después se cubrió con una capa negra con capucha y esparció hollín de la chimenea en su frente para terminar de camuflar sus facciones. Sólo entonces abrió la puerta.

De inmediato descubrió que ya era de noche y que la ventisca había terminado. De hecho, no sentía ni una brizna de viento. Esto contrastaba demasiado con el estado del clima antes de irse al Cementerio de la Muerte y le hizo sospechar que quizá la tormenta de nieve también había sido de algún modo obra de Belinda, como un medio para mantenerlos a todos atrapados en la posada mientras preparaba esas malditas arañas de metal.

Ahora Bryan buscaba desesperado a su alrededor, tratando de encontrar algún rastro. Pero no importaba cuánto mirase, todo parecía igualmente blanco por la nieve, como si el mundo entero hubiese perdido todos sus colores. No había huellas que pudiese seguir e incluso caminar era todo un desafío, pues en algunos lugares la nieve llegaba a medir un metro ochenta de altura, cubriendo a Bryan hasta la cabeza. Todo esto reforzó sus sospechas de que la tormenta había sido provocada.

Finalmente, no pudo soportarlo más.

Bryan abrió la boca para soltar un grito furioso que se tradujo en una auténtica oleada de poder puro que expulsó toda la nieve a unos diez metros alrededor. Al mismo tiempo activó el Arte del Noveno Diagrama Celeste para elevarse hacia los cielos más rápido de lo que nunca había podido y comenzó a mirar en búsqueda de alguna señal sospechosa. Desde las alturas podía distinguir un mar de coníferas que se extendía hasta las montañas heladas de la cordillera. Entonces sus agudos ojos percibieron un pequeño resplandor muy a lo lejos, seguramente una fogata.

Inmediatamente voló hacia ese lugar. Mientras se deslizaba por el aire solo tenía una idea en su mente: “Si Emily ha sufrido algún tipo de daño, masacraré a todo el Culto de Caelos sin importar lo que me cueste.

*****

El asentamiento de Pequeño Valen era principalmente un campamento de carboneros, los cuales habían talado varias secciones del bosque para obtener la madera que necesitaban. Sin embargo, no la sacaban siempre del mismo sitio, pues de otro modo podrían terminar agotando sus árboles y estos necesitaban tiempo para volver a crecer. Los carboneros fabricaban el combustible en el mismo sitio, pero traían los árboles desde distintas zonas lejanas, de ahí que hubiese amplios territorios en medio del bosque completamente desprovistos de árboles.

En una de estas zonas despejadas, ya en plena cordillera montañosa, se hallaba encendida una gran fogata que iluminaba el entorno.

El terreno estaba elevado y la ausencia de vegetación lo hacía fácil de controlar o defender, por lo que Bryan no se arriesgó a llegar volando. En lugar de eso descendió a unos metros de distancia y escaló silenciosamente entre las rocas heladas, buscando siempre mantenerse en un punto elevado para no encontrarse con ninguna sorpresa.

Cuando estuvo lo bastante cerca pudo ver que había una multitud de personas atadas en el suelo, todas inconscientes. Al concentrar su mirada Bryan distinguió a Emily, Chester, la propietaria Elena, un anciano junto con una niña pequeña y otras dos personas que no pudo reconocer, pero parecían ser comerciantes que seguramente tuvieron la mala suerte de llegar a la posada en el peor momento. A cierta distancia pudo distinguir a un segundo grupo, donde destacaba una inconsciente Candice junto con todos sus compañeros, que parecían haber sido atados con cadenas en lugar de cuerdas.

Al confirmar que su amante estaba relativamente segura, Bryan se permitió unos momentos para poder respirar y mucha de la ira que sentía desapareció. En su lugar adoptó un comportamiento meticulosamente frío, pues sabía que debía tener extremo cuidado para salvar a los prisioneros.

Moviéndose como un felino, Bryan reptó muy silenciosamente entre las rocas altas, tratando de acercarse lo más posible sin ser descubierto. La diosa fortuna volvió a sonreírle, porque se dio cuenta de que había un peñasco bastante liso y muy conveniente para sus propósitos, al cual pudo llegar después de unos cuantos esfuerzos. Desde esa roca podía ver todo el campamento con claridad así que enfocó su mirada para saber bien a qué se enfrentaba.

Podía oír a cuatro personas discutiendo como si acabaran de terminar una tarea ardua.

- Maestra Belinda, hemos revisado los alrededores y no encontramos ni un alma. No importa cuánto ruido hagamos, nadie vendrá a molestarnos. - Dijo la voz de un hombre encapuchado que Bryan reconoció rápidamente como uno de los tres “viajeros” que habían venido siguiendo a Belinda, aunque por la forma en que hablaba era evidente que se trataba de un subordinado suyo y no de un enemigo como había supuesto al principio.

- ¿Te aseguraste de que no hubiera bestias en el cielo? ¡Menudo desastre provocaríamos si la Legión Grifón nos encuentra mientras interrogamos a esta gente! - Dijo la Alquimista con un tono hosco.

- Estamos a tus ordenes Maestra. ¿Pero en verdad es necesario que pasemos tantas molestias solamente para torturar a un grupo de personas? -

- No seas imbécil. - Respondió Belinda tajantemente: - Esta misión es de máxima prioridad y todo nuestro éxito depende de que nadie nos descubra hasta el último momento. ¡Si desatamos una masacre en un asentamiento, alguien se terminará enterando! -

- ¡¿Entonces por qué?! - Exclamó de pronto otro de los hermanos: - ¡Dinos por qué has desatado el poder de esos gólems arácnidos! ¡Eran una carta de triunfo importante, pero ahora se ha desperdiciado en capturar a estas personas! -

Belinda se quedó en silencio por unos momentos con los ojos cerrados, como si tratase de contener las ganas que tenía de insultar y finalmente respondió: - Hace unos días sentí la presencia de mi creación N°17, un báculo necromántico que diseñé especialmente para uno de nuestros miembros más poderosos. Alguien que en este momento debería estar infiltrado en la ciudad. Pero cuando estaba a punto de encontrar su ubicación, la señal de la marca mágica sobre mi creación desapareció, como si lo hubiesen guardado apresuradamente en un Anillo Espacial. -

Se hizo el silencio por un momento y entonces el tercer hombre habló: - ¿Debemos asumir que nuestro camarada fracasó en su misión? -

- No solamente fracasó, sino que perdió un artefacto secreto de nuestro culto. Todo indica que fue descubierto e incluso es posible que ya esté muerto, porque de otro modo se habría comunicado. - Declaró Belinda con tono osco: - Pero no recibí ninguna señal de auxilio ni de otra índole. También estuve vigilando atentamente la habitación donde percibí al Báculo N°17 pero nadie volvió a utilizarlo y una poderosa barrera mágica me impedía acercarme demasiado.

Ustedes tampoco encontraron nada tras registrar las habitaciones. Así que sólo hay una conclusión posible: Fausto está muerto y el que lo mató tiene que ser un mago extremamente poderoso, porque de otro modo, incluso si hubiera perdido, tendría que haber sido capaz de escapar con vida.

No podía correr riesgos contra un enemigo de semejante calibre, así que usé a mis pequeños para asegurarme de capturarlos a todos. -

- ¿Entonces uno de estos fue quien mató a Fausto? - Preguntó el hombre que había estado vociferando al principio.

- La única persona que porta un Anillo Espacial es esta mujer. - Dijo Belinda señalando a Emily con un gesto de la mano: - Sospecho que es como mínimo una Archimaga. Tenemos que interrogarla, pero para eso primero necesito preparar un artefacto que pueda bloquear su magia, luego ustedes se encargarán de torturarla hasta que cuente todo lo que sabe. -

- ¿Qué hacemos con el resto? -

- Matadlos a todos. - Contestó Belinda con un tono desprovisto de cualquier recelo, como si les estuviese pidiendo que botaran la basura: - Luego descuarticen los cadáveres y entiérrenlos a poca profundidad para que los animales carroñeros se encarguen de lo que quede de ellos. -

El corazón de Bryan dio un vuelco cuando escuchó estas palabras y vio que los hombres comenzaban a caminar lentamente hacia el grupo de personas inconscientes. Era extremadamente peligroso comenzar una pelea contra todo un grupo de personas sin conocer primero sus habilidades, pero parecía que si no actuaba pronto todos iban a morir. Emily era su mujer, Chester era su seguidor, Elena era miembro del Manto Oscuro y aunque Candice no era una amiga cercana seguía siendo una camarada que había luchado a su lado.

Sintiendo que se estaba quedando sin tiempo, Bryan desenvainó su espada mientras trataba de improvisar un plan a toda prisa: Dispararía una bola de Fuego Glacial Místico helado para apagar el fuego y luego invocaría su Pequeño Esqueleto junto con un ejército de Zombis para desatar un ataque distractor mientras concentraba su verdadero ataque en la persona que estuviese más cerca…

Pero justo cuando estaba a punto de dar el salto, sucedió algo inesperado. El anciano desconocido que unos instantes atrás estaba desmayado junto con su nieta se levantó repentinamente, libre de sus ataduras y golpeó a uno de los hermanos con tal fuerza que lo mandó volando unos varios metros atrás. El hombre del Culto de Caelos era un combatiente experimentado y alcanzó a reaccionar para defenderse, pero aun así el impacto lo dejó asombrado.

- ¡¿Quién rayos eres, maldito anciano?! - Grito uno de los hermanos mientras desenvainaba un Bracamarte a gran velocidad y los otros dos hicieron lo mismo.

- Creo que esta es la primera vez que conozco a un grupo de humanos con tan poca “humanidad”. ¿Acaso no tienen nada de conciencia? - Respondió el Anciano mirándolos con un rostro indignado y en ese momento su cuerpo resplandeció y sus facciones se trasformaron: Sus cabellos y barba se tornaron verdes y gruesos como las plantas, su piel se tornó oscura, de su cabeza brotaron un par de ramas que se alzaron como una majestuosa cresta.

Todos podían sentir el enorme poder mágico que emanaba de esta criatura. Pero eso no era lo que sorprendía a Bryan, sino que se trataba de alguien a quien conocía.

¡El druida Caspian! ¡¿Qué diablos hace aquí?!

Inmediatamente se dio cuenta de algo y miró atentamente a la supuesta nieta del anciano, que también se estaba trasformando en esos momentos, aunque seguía dormida. Y no pasó mucho tiempo antes de que reconociera a la pequeña elfa Angélica.

Bryan no entendía lo que esos dos estaban haciendo aquí, pero no era el momento de preguntarse cosas. Más bien puso toda su atención para aprovechar su aparición e intervenir el mejor momento.

 - ¡¿Qué hace un Druida tan lejos del Bosque Oscuro?! - Exclamó Belinda sorprendida, pero luego volvió a adoptar una actitud despectiva: - No sé por qué estás aquí, pero mejor ríndete. Si te sometes ahora te mataremos sin dolor, pero si eres lo bastante estúpido como resistir, te haremos sufrir tormentos inimaginables. ¡Hasta los dioses de la naturaleza se apartan aterrorizados ante los elegidos por las tinieblas! -

- Pues no sé quién eres y tampoco me importa. - Respondió Caspian: - Pero sí sé que eres una persona repugnante. Ahora te daré una última oportunidad: Vete en paz junto con tus hombres y no te perseguiré ni buscaré venganza por lo que has hecho. ¡Pero si intentas lastimar a esta gente te castigaré en nombre del gran Progenitor! -

- ¡Licasto, tú y tus hermanos pueden matar a este Druida! ¡Será un buen entrenamiento y su muerte traerá gran gloria a nuestro Culto! - Dijo Belinda al mayor de sus compañeros como si no hubiera escuchado ninguna advertencia y luego miró a Caspian igual que a un viejo loco que daba pena. Entonces le dijo unas palabras finales con un tono cargado de condescendencia: - Estás muy lejos de casa, Druida. Ni siquiera pudiste evitar que te capturáramos, ¿pero te atreves a desafiarnos? ¡Mira a tu alrededor! ¡Es invierno, todo está muerto! ¡Aquí no estás rodeado de árboles o plantas que puedas utilizar para tu Magia Salvaje, sólo hay roca montañosa y nieve! Debiste dejar que terminásemos rápido con tu vida y así por lo menos te habrías ahorrado un poco de sufrimiento. -

Los espadachines sonrieron malévolamente con una clara intención asesina mientras caminaban lentamente para rodear a su presa. Los carboneros habían talado todos los árboles alrededor, pero a unos cincuenta metros monte abajo todavía crecían algunos pinos que Caspian podría utilizar y no pensaban darle ninguna oportunidad de escapar. Pero para sorpresa de todos, incluso de Bryan, el Druida no hizo ningún ademán de retroceder y simplemente sonrió como estuviese viendo a unos niños bastante tontos haciendo travesuras.

- En primer lugar, me dejé capturar porque no quería destruir la posada con mis poderes o arriesgarme a lastimar a esta pobre gente en el camino sin antes conocer cuáles eran sus intenciones. - Explicó Caspian a Belinda: - Y, en segundo lugar. Bueno ¿Cómo les explico? Eres tú la que está muy lejos de su casa, jovencita. 

Este es el exterior, no la civilización. Aquí hay vida salvaje por todos lados… ¡Aunque tú no puedas verla! -

Inmediatamente después dio un poderoso pisotón que hizo temblar la tierra a su alrededor. Era como si un terremoto se hubiese desatado y Bryan tuvo que aferrarse con todas sus fuerzas a la roca en la que se escondía para no caerse.

Acto seguido unas enormes raíces, tan gruesas que parecían troncos, brotaron de suelo a gran velocidad para envolver a los espadachines como gigantescas serpientes constrictoras.

El druida Caspian

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde tenemos el Cañón de Cotahuasi uno de los cañones más profundos del mundo, dos veces más que el Gran Cañón de Estados Unidos.

Es 26 de enero del 2021

En este capítulo lo primero que hice fue cambiar el lugar en que se desarrolla la acción y el motivo será obvio en el siguiente capítulo. En el original todo trascurre en la posada y no son arañas, sino moscas mecánicas, las que adormecen a todos los inquilinos.

Este diseño de los Gólems me parecía muy efectivo… pero estéticamente inapropiado. Digo, si puedes hacer moscas robots ¿Qué diferencia hay con una novela de ciencia ficción? Además, dejan bien en claro que el Culto quiere infiltrarse ¿por qué no hacerlo usando las moscas?

En el original el Druida Caspian es mencionado directamente como una de las personas capturadas. Aquí hay un problema porque Ni Can Tian ya dejó claro que Caspian es mucho más fuerte que Trunks en el Bosque Oscuro, el cual es su territorio natural, así que no debería ser algo común ver un Druida en la ciudad. Pero ninguno de los miembros del culto malvado parece encontrar extraña su presencia, como si todos los días te pudieses encontrar a un hombre árbol en la posada.

Además, en el original todo esto ocurre dentro de la propia Ciudad de Valen ¿cómo puede un Druida y su nieta entrar en una ciudad sin que el Duque se entere? ¿Cómo es que el Culto secuestra a todos los habitantes dentro de una posada en medio de la ciudad y luego tienen una batalla con un Druida sin que ningún guardia se entere o alguien dé la alarma? Se supone que todos están buscando al asesino de Clark ¿nadie se le ocurrió revisar la posada en la que se alojó un Druida?

En el original, el druida invoca un maldito árbol en medio de la posada y no sólo deja la estructura intacta, sino que nadie nota cuando ocurre esto. Además, creo que el original ocurre dentro de un patio gigantesco… ¿Qué tipo de posada es esa? ¿Alguna vez han visto un hotel construido en forma de Plaza?

¿Ahora entienden porque me tome tantas molestias para inventarme el asentamiento de Pequeño Valen? ¿Porque describí muchas veces que la guardia no va a ese lugar y que casi no tiene habitantes? ¿Porque inventé que sólo hay un aposada destartalada que además está un poco alejada del propio asentamiento? ¿Porque hice que la actividad principal de Pequeño Valen fuese la de ser carboneros que se dedicaran a “talar el bosque” para hacer carbón? Necesitaba una excusa para que los miembros del culto subestimasen a Caspian y por eso hago que la pelea ocurra en una zona de montaña desprovista de árboles, también necesitaba que la pelea fuese en un lugar donde pudiesen hacer todo el escándalo que quisieran sin que la Guardia lo notase y quería una buena excusa para que ni Bryan ni Emily detectaran que un maldito Druida había estado viviendo con ellos, de ahí que me inventase lo de la trasformación. Y finalmente quería que Caspian se luciese invocando plantas gigantescas a pesar de ser pleno invierno, sorprendiendo a todos.

Encima recordé una frase genial que escuché una vez en un programa de súper héroes y la parafraseé para la ocasión. “¡Hay vida en todas partes, aunque tú no puedas verla!”

Caspian es un anciano que ha vivido mil años, así que lo voy a hacer absurdamente poderoso. Yo soy una persona que ama la historia, como tal siempre he sentido un instintivo respeto a aquellos que han vivido más que yo, incluso si es sólo un mes. Lamentablemente vivo en una era donde el respeto a los mayores está muy infravalorado y eso no sólo es injusto, sino que además es peligroso.

Es importante para una sociedad el respetar las canas, porque, aunque los viejitos no puedan configurar el Netflix o hacer que PS Network funcione… ¡Ellos vivieron cosas que nosotros jamás podríamos! ¡Sobrevivieron sin celulares! ¡Aprendieron a hacer las cosas sin Youtube! ¡Y para poder leer iban a Bibliotecas! Sufrieron por cada paso que dieron y triunfaron.

Nosotros la tenemos muy fácil en comparación y muchas veces nos rendimos si las cosas no salen como queremos. Así que este capítulo y el siguiente están cariñosamente dedicados a esas personas mayores, la generación de la cortesía, los que sobrevivieron a las inflaciones o al terrorismo, a los que nunca necesitaron tener internet para hacer bien las cosas.

Espero que les haya gustado este episodio, discúlpenme que me haya explayado tanto, pero quería compartir con ustedes un poco de lo que fue orquestar todo esto hasta el momento. Por favor no dejen de patrocinarme si pueden usando los Link de Patreon y compartan este trabajo con la mayor cantidad de gente, de ese modo también me ayudan un montón.

Nos vemos en el siguiente capítulo.