137 Extraños Sucesos en el Baile

Resignado a lo inevitable, Bryan permitió que Phoebe lo condujese justo en medio del salón donde muchas parejas ya estaban bailando. A primera vista pudo ver a los aristócratas que se destacaban por encima del resto por sus movimientos elegantes y llenos de gracia; luego estaban los burgueses ricos, la mayoría comerciantes y banqueros quienes, aunque no se veían tan espléndidos, no dejaban de demostrar sus habilidades para la danza.

Frente a tantos hábiles bailarines Bryan hubiese preferido ir a esconderse antes que intentar imitarlos para evitar el ridículo, pero Phoebe lo sostenía firmemente y no parecía querer escuchar su opinión, así que solamente podía rezar a cualquier deidad del nuevo mundo para no quedar demasiado mal.

- Coloca tu mano alrededor de mi cintura. - Dijo Phoebe mientras se acercaba grácilmente y entrelazaba una de sus hermosas manos con la derecha de Bryan mientras guiaba la otra directamente hacia su torso.

La palma de Phoebe se sentía muy delicada entre sus dedos. Aunque podía sentir en la dureza característica de quien practica con la espada, seguía siendo tan adorable en comparación a la suya, que Bryan no pudo evitar que el corazón se le acelerara. Sin querer apretó su mano, como si quisiera confirmar aún más su tacto, provocándole un pequeño temblor a Phoebe que luego se tradujo en un hermoso rubor sobre sus mejillas, volviéndola aún más hermosa.

Pero inmediatamente Phoebe se recuperó y lo fulminó con la mirada mientras le susurraba: - ¡No vayas a tener ninguna idea inapropiada! -

Demasiado tarde.” Pensó Bryan con ironía. Ambos cuerpos estaban muy juntos y los dos podían percibir claramente el aroma del otro, así como escuchar el sonido de sus respiraciones. Era muy difícil controlar la imaginación en esa situación, sobre todo para un hombre.

- Ven, vamos a bailar. Sólo sigue mi ritmo. - Phoebe parecía demasiado nerviosa como para mirarlo directamente, así que habló mientras bajaba la vista hacia el suelo y respiró muy hondo antes de colocar su mano libre sobre el Hombro de Bryan.

Pero cuando comenzaron a bailar Phoebe pareció dejar de lado todas sus reservas, mientras lo guiaba tiernamente al compás de la elegante melodía y cada cierto tiempo hacía una pausa para explicarle en voz muy baja los principios detrás de la danza, hasta que Bryan comenzó a entenderlo. También se puso a observar los movimientos de quienes lo rodeaban por el rabillo del ojo, sobre todo los pasos de los aristócratas. Para entonces su cerebro se había desarrollado hasta tal punto que cuando se concentraba suficiente el andar de las personas normales le parecían enormemente ralentizados y su memoria prácticamente se estaba volviendo eidética, así que podía recordar con lujo de detalles cualquier cosa en la que fijase su atención.

Antes de darse cuenta Bryan comenzó a sentirse embelesado por la música y se sumergió por completo en la danza con Phoebe. La hermosa espadachina con la que bailaba también tenía una habilidad extraordinaria, así que todos sus movimientos eran mucho más gráciles que los de una persona ordinaria. Por otro lado, el cuerpo de Bryan había sido constantemente mejorado gracias a su Esencia Mágica, de modo que todas sus funciones motrices eran superiores. Antes de que él mismo se diera cuenta sus pasos se fueron volviendo mucho más precisos hasta que finalmente lo dominó perfectamente.

Poco a poco ambos comenzaron a sincronizar mejor los movimientos de sus cuerpos y la distancia que separaba sus cuerpos se fue reduciendo. Conforme pasaban los minutos su danza se hacía cada vez más armoniosa y Bryan podía adivinar cómo iba a moverse Phoebe con tan solo una mirada o un suave roce de sus manos. Poco a poco comenzó a surgir entre ellos una misteriosa sensación que emocionó sus corazones mientras su danza se volvía más rápida por momentos.

Cuando la música terminó, ambos sentían que aún no habían dejado salir toda la energía en su interior, de modo que cuando los músicos volvieron a tocar una nueva melodía, más alegre y vivaz, ambos comenzaron a bailar sin decirse ni una palabra. Sus cuerpos se alejaban y acercaban, mientras los pasos se trasformaban en un frenesí cada vez más pasional donde él era un viento impetuoso y ella una llamarada incontrolable. En ningún momento dejaron de mirarse a los ojos a pesar de los muchos giros y vueltas que estaban realizando a la perfección al ritmo de un nuevo sonido que en ese momento no pudieron identificar.

Sucedió que su baile se estaba volviendo bastante hermoso llegando a ser una interpretación casi perfecta, algo que no pasó desapercibido en el Salón. Cada vez fueron más los que se detuvieron a su alrededor para verlos y en algún momento comenzaron a batir las palmas marcando el ritmo para finalmente convertirse en un aplauso general cuando la música terminó.

Sonriendo alegremente Bryan y Phoebe respiraron agotados y entonces los músicos volvieron a tocar. Pero esta vez se trataba de una melodía lenta, así que aprovecharon para retirarse del centro de atención mientras recuperaban el aliento al danzar tranquilamente. Bryan aprovechó para lanzar un vistazo disimulado a su alrededor, entonces su mirada se encontró con la de Emily que bailaba con su suegro en ese momento. Pero los ojos de la hermosa Archimaga estaban bien fijos en él y en Phoebe, mientras la ira de los celos parecía resplandecer ominosamente tras ellos como pequeñas llamaradas. Bryan no pudo evitar soltar una sonrisa triste.

Emily se dio cuenta de que Bryan la había visto, pero en lugar de desviar la mirada entornó sus ojos de un modo peligroso. Tenía que estar realmente furiosa para que una aristócrata tan refinada como ella se arriesgase a perder la compostura en público, pero él sabía que no había nada que pudiese hacer en ese momento y le lanzó una mirada resignada para decirle que estaba dispuesto a sufrir su castigo en cuanto estuviesen solos.

Fue en ese momento que lo notó.

Como era común en los banquetes había varios sirvientes vestidos con uniformes elegantes y llevando bandejas con jarras de vino o canapés y otras delicias. Cuando él había sido esclavo nunca le permitieron asistir a un evento tan fino ni para lavar platos, pero a veces tuvo que limpiar los pisos de las cocinas después de estas celebraciones e inevitablemente vio como interactuaban los sirvientes que acababan de terminar su trabajo y comentaban las dificultades que enfrentaban cuando tenían que atender a muchos invitados.

La principal queja que siempre escuchó de las mujeres era el dolor que sufrían por estar de pie durante tanto tiempo, por eso todas utilizaban botines u otro tipo de calzado cómodo, convenientemente camuflado debajo de las faldas largas.

Lo que en ese momento llamó la atención de Bryan fue ver pasar a su lado a una sirvienta que por algún motivo había elegido llevar un vestido un poco más corto que dejaba sus talones a la vista y utilizaba unos hermosos zapatos con tacones altos que combinaban muy bien con el conjunto, pero que seguramente resultarían incomodísimos tras varias horas seguidas de andar caminando de aquí para allá con las bandejas llenas de platos. Eso no tenía sentido y seguramente resultaría muy incómodo, pero el movimiento de la criada era sorprendentemente suelto, controlado y muy preciso.

Demasiado preciso.” Pensó Bryan. “Hay sirvientas hábiles, pero no tanto.

De inmediato convocó a sus Espectros Originales y los posicionó cerca al techo en cada esquina del salón, para controlar a toda la multitud mientras seguía bailando. Por suerte la canción era lenta, de modo que Bryan y Phoebe estaban bailando muy juntos, con la cabeza por encima del hombro del contrario. Eso le permitía estar atento a otras cosas sin llamar la atención.

Al poco tiempo descubrió a uno más, luego otro, hasta que finalmente identificó a unos diez individuos entre criados y criadas que no eran lo que pretendían ser. Gracias a sus sentidos amplificados junto con la percepción sobrenatural de los Espectros Originales, pudo ver que todos ellos llevaban varios cuchillos u espadas cortas muy bien disimuladas en sus vestimentas.

Tenían que ser asesinos.

Muy profesionales a juzgar por el modo en que se han mezclado. Si no hubiese sido un esclavo seguramente no me habría dado cuenta hasta que fuese tarde. Por suerte es fácil deducir quién es su víctima.” Pensó Bryan, que en ese momento tenía una vista panorámica de todo el salón y descubrió sobre qué persona convergían las miradas de los impostores infiltrados: El viejo senador Aurelio.

Tampoco es que haya otro blanco digno de semejante esfuerzo.” Pensó Bryan con ironía mientras observaba cómo los asesinos iban caminando muy disimuladamente alrededor del salón sin dejar de moverse en la dirección en que bailaban Emily y Aurelio.

Pensando a toda velocidad, Bryan se inclinó hacia adelante para acercar sus labios a las orejas de Phoebe, quien en ese momento se encontraba completamente sumergida en el baile. Pero el corazón de la doncella dio un vuelco al sentir ese repentino movimiento y sin querer se ruborizó intensamente al mismo tiempo que inclinaba su cabeza hacia la izquierda, como si inconscientemente quisiese poner algo de distancia entre los labios de Bryan y su propio cuello.

Luego Phoebe lo miró enojada, pero notó que la expresión de Bryan estaba completamente seria, lo cual provocó que su corazón vacilara aún más. Finalmente, un brillo de decisión alcanzó a verse en la mirada de Phoebe, que dejó de alejarse y se quedó mirándolo muy quieta, como si estuviera esperando algo. Sus mejillas estaban sumamente enrojecidas e inconscientemente estaba levantando sus talones para ponerse en puntas de pie.

- ¿Puedes ver a ese par de sirvientes detrás de mí? - Le susurró Bryan al oído.

- ¿Eh? -

- Son Asesinos. Hay al menos diez. Creo que están aquí para asesinar al Duque Aurelio, lo cual no es asunto mío, pero hace poco le jugué una pequeña broma y también te ayudó a deshacerte de Cameron. Así que deberíamos devolverle el favor ¿No te parece? - Continuó explicando Bryan.

El cuerpo de Phoebe que hasta unos momentos temblaba de anticipación se quedó quieto y un rastro de decepción apareció en su rostro, pero rápidamente adoptó la severa expresión de una espadachina cuando asintió confirmando que estaba dispuesta a ayudar.

Por un instante Bryan se sintió confundido, pero sonrió al ver la expresión decidida de Phoebe y supo que la muchacha ya sabía lo que estaba planeando, así que no era necesario decir nada más. Ambos continuaron bailando aparentemente tranquilos, pero en realidad se fueron desplazando en dirección a Emily y Aurelio.

Vale la pena agregar que Bryan no lo hacía realmente porque se sintiese en deuda con Aurelio sino porque Emily estaba ahí. Así que intentó hacerle gestos disimulados para ponerla sobre aviso, pero la Archimaga simplemente pensó que Bryan se sentía culpable y estaba tratando de explicarse, así que le lanzó una mueca furiosa y luego giró el rostro para dejar de mirarlo sin importar lo que él hiciese.

Ah, debe estar mucho más enojada de lo que pensé.” Se dijo a sí mismo resignado.

Pasaron unos segundos. Los asesinos aún no terminaban de ocupar sus posiciones, pero ya estaban cerca. La tensión de Bryan se elevó hasta el límite y necesitó de todo su autocontrol para mantenerse bailando. Sabía que, si se movía antes de tiempo, esos asesinos lo notarían e inmediatamente cambiarían su plan.

Finalmente, la orquesta dejó de tocar y las parejas se detuvieron un momento para aplaudir a los músicos. Entonces, como si hubiese sido una señal, uno de los sirvientes fingió dejar su bandeja sobre la mesa, pero en secreto comenzó a susurrar un conjuro de Viento. Al mismo tiempo una hermosa sirvienta se lanzó a toda velocidad contra la espalda de Aurelio armada con varios cuchillos.

En ese mismo instante Bryan se encontraba junto a Phoebe. Afortunadamente estaban muy cerca de la mesa del sitio en que el mago estaba conjurando, así que inmediatamente cogió un simple cuchillo de mantequilla mientras se movía a toda velocidad por detrás del mago, para sujetarlo por el cuello y apuñalarlo violentamente en la parte baja de la mandíbula. Los movimientos de Bryan fueron tan repentinos y sutiles que el asesino no tuvo tiempo para reaccionar hasta que fue demasiado tarde y descubrió que se estaba muriendo sin siquiera tener la oportunidad de decir una última palabra o intentar vengarse con un conjuro.

Phoebe por su lado corrió tan rápida como una saeta hacia la asesina disfrazada de sirvienta, al mismo tiempo que sacaba su afilado estoque de su Anillo Espacial. La Asesina intentó esquivar, pero la hermosa Maestra de Espadas recorrió los cinco metros que la separaban de su blanco en menos de un segundo y con un solo toque le atravesó limpiamente el corazón. Luego inmediatamente gritó: - ¡Cuidado Asesinos! -

Todo había sucedido en apenas unos instantes, pero los criminales eran profesionales y ya habían comenzado a moverse. Uno de ellos estaba posicionado demasiado cerca de la espalda de Emily e intentó sacar algún tipo de arma, pero nunca llegó a hacerlo porque Bryan inmediatamente convocó a su Desgarrador Sombrío y lo arrojó con todo el poder de su Esencia Mágica. El arma se le clavó profundamente en el estómago y con tanta fuerza que empujó todo el cuerpo del asesino a varios metros de distancia.

Con este van tres y quedan siete.” Pensó Bryan mientras sacaba una espada corta de su Anillo Espacial y se preparaba para enfrentarse al resto, pero ya no había necesidad.

El grito de Phoebe hizo que todos se dieran cuenta del ataque. Aurelio abrió los ojos con furia mientras se daba la vuelta para atajar el ataque de uno de los asesinos, que intentaba cargar directamente sobre él con un cuchillo. El anciano descargó entonces un puñetazo que ya sería increíblemente fuerte y brutal para una persona más joven, pero que fue aún más extraordinario para alguien de su edad.

El atacante de Aurelio consiguió mantener su arma aferrada en la mano con firmeza, pero el golpe lo alcanzó de lleno en el rostro y terminó noqueándolo. Antes de que el Asesino pudiese recuperar la conciencia, el anciano Senador estaba dejando caer su rodilla sobre el pecho de su atacante para mantenerlo en el suelo, luego llevó sus dos manos hacia el rostro para aplastarle los ojos con los pulgares. Finalmente lo mató dándole varios golpes en la garganta con la parte carnosa de su mano.

Casi al mismo tiempo Emily activó su magia y las sombras de tres intrusos que se abalanzaban sobre ellos cobraron vida para transformarse en cuerdas que los inmovilizaron en su sitio. Luego aparecieron lanzas de oscuridad que los atravesaron violentamente, matándolos de inmediato.

Mientras tanto el salón entero se había vuelto un caos momentáneamente, sobre todo por parte de los burgueses que no estaban acostumbrados a la violencia directa. Pero los Aristócratas eran harina de otro costal.

Los hombres que pertenecían a los rangos superiores de la nobleza y poseían Anillos Espaciales inmediatamente reaccionaron poniendo a las mujeres detrás suyo, mientras invocaban sus armas para defenderse. Aquellos que eran más jóvenes habían corrido rápidamente hacia los pasillos y salones, donde además de los hermosos cuadros había varios juegos de escudos, espadas, hachas o manguales exhibidos, como en todas las casas de Aristócratas; y para entonces ya estaban regresando bien armados.

En cuestión de segundos varios nobles cayeron sobre los Asesinos sin pedir explicaciones o hacer ninguna pregunta. Todos ellos habían estado en el ejército o tenían alguna experiencia marcial, así que en pocos segundos dos asesinos estaban muertos.

El último en cambio tuvo la suerte de estar cerca de una salida, así que corrió desesperado hacia el jardín con la intención de perderse entre los árboles y escapar. Aunque inmediatamente fue seguido por una belicosa Phoebe a la cabeza de un nutrido grupo de los aristócratas más jóvenes y llenos de espíritu aventurero.

El anciano Aurelio ya se había levantado y se estaba limpiando la sangre de las manos en una fuente cercana, mientras que a unos metros Emily vigilaba atenta por si quedaban más asesinos entre la multitud. Bryan aprovechó que se habían quedado relativamente solos para susurrarle: - ¿Estás bien? -

- Estoy bien, ¡ve por el asesino! -

Como una agente de alto rango en el Manto Oscuro y miembro de una familia Patricia de la más alta ascendencia, el carácter de Emily era muy diferente al de las mujeres ordinarias y estaba más que acostumbrada a priorizar el deber por encima de todo, pero Bryan iba a decepcionarla.

- No me interesa lo que le pase. Tú no eres su objetivo y mientras estés a salvo nada de esto tiene que ver conmigo. En cambio, prefiero quedarme aquí para ayudar por si alguien vuelve a atacar al senador Aurelio. -

 - ¡La seguridad en el Imperio peligra! ¡Todos tenemos que!... -

- ¡El Imperio me importa un comino en comparación a tu seguridad! El único motivo por el que me interesa protegerlo es que aquellos que me importan viven aquí; dicho de otro modo: para mí antes que nada está la vida de mis seres queridos, todo lo demás viene en segundo lugar. -

- ¡Malvado mocoso! - Respondió Emily enfadada.

- Te preocupas demasiado. - La cortó Bryan rápidamente: - Te aseguro que Phoebe y esos jóvenes aristócratas se bastan para matar a ese cabo suelto. No tiene sentido que me mueva cuando no hay necesidad. -

Emily bufó y lo miró haciendo un adorable puchero, estaba mitad enojada por la pereza de Bryan y mitad conmovida porque, en su corazón, ella fuese más importante que cualquier otra cosa.

Para entonces el único sonido provenía de las conversaciones nerviosas y ocasionales gritos de los Burgueses que comenzaron a agruparse en las diferentes salas de la mansión. Hacía buen tiempo desde que los siervos que servían como guardias en la residencia del Cuestor habían llegado, completamente armados, para defender la casa de su amo y todos se sentían más seguros en su presencia.

Sabiendo que nadie los estaba mirando en el Gran Salón, Bryan extendió su mano para convocar al Desgarrador Sombrío. El Arma Mágica era de un material tan extraordinario que a pesar de haber estado profundamente incrustada en el estómago de uno de los asesinos salió totalmente limpia y sin rastros de sangre. Con la excepción de Emily, nadie notó que se desplazaba casi al ras del suelo para llegar a la palma de Bryan, donde desapareció instantáneamente.

- ¡¿Qué clase de Arma es esa?! - Preguntó la hermosa Archimaga estupefacta al ver un artefacto tan prodigioso y distinto a cualquier otra cosa que hubiese visto anteriormente. Cuando Duke fue asesinado se encontraba en medio de un espantoso tornado que bloqueaba su visión y jamás en su vida había escuchado de una espada que pudiese volar con tal rapidez o precisión.

Sonriendo de un modo misterioso, Bryan respondió vagamente: - La fabriqué utilizando las artes oscuras que practico, pero explicarlo sería muy complicado. Basta con decir que es única en su tipo. -

- ¡Malvado mocoso! ¿Cuántos secretos más estarás escondiendo? - Dijo Emily debatiéndose entre la admiración y la curiosidad. Pero Bryan simplemente respondió encogiéndose de hombros, manteniendo esa actitud misteriosa y un poco presuntuosa que tanto la enojaban, hasta el punto en que casi dejó de lado todo el decoro para ponerse a morderlo ahí mismo.

Justo en ese momento el grupo de perseguidores regresó con Phoebe, Lawrence y un acalorado Alan liderándolos. Al verlos venir, el Senador Aurelio dejó de lavarse para escuchar las noticas, pero se encontró con las miradas frustradas de la multitud.

- El maldito se suicidó con un veneno. No dejó ninguna evidencia entre sus posesiones. - Susurró Phoebe cuando estuvo a su lado. Luego lo miró intrigada.

Naturalmente ella quería saber el motivo por el cual Bryan había elegido quedarse al lado de Emily en lugar de unirse a la persecución, pero él no le dijo nada y Phoebe finalmente eligió no hacer la pregunta.

- Joven mago, me has hecho un gran servicio al ayudarnos a mí y a mi hija - Dijo Aurelio con una sonrisa agradecida mientras observaba a Bryan con aprobación.

- En absoluto, Excelencia. - Respondió Bryan bromeando: - Simplemente quise devolverte el favor por involucrarlo en mi tonta broma hace unos momentos. Me han dicho que soy muchas cosas, pero ¿servicial?... ¡Eso aún está por verse! -

Al escucharlo decir esas palabras, el viejo león llevó la cabeza hacia atrás mientras soltaba una carcajada de buena gana.

- ¡Sorprendente! ¡Qué joven tan sorprendente! -

Nota del Traductor

Hola amigos, soy Acabcor del Perú, donde hasta los más desafortunados tienen buen sentido del humor.

Cuando escribo este comentario lo hago con la esperanza de que el día en que ustedes lo lean ya haya terminado la cuarentena. Por mi parte es el 13 de abril, el último día de la pascua y no puedo evitar pensar en cómo ha bastado un pequeño organismo, un virus (la más insignificante de las formas de vida), para voltear por completo nuestro mundo y poner en entredicho todas esas cosas que tan importantes nos parecían anteriormente. Porque cuando uno está al borde de la muerte, nadie lamenta el no haber pasado más tiempo en la oficina o en fiestas o incluso haciendo dinero… Todo eso pierde sentido cuando te dicen que podrías estar acabado en unas horas. Entonces recuerdas a Dios, la Familia, el Deber y todas esas cosas que solían ser tan abstractas, pero que en realidad eran más reales que todo lo demás. Porque de qué sirve un centro comercial si no hay nadie vivo que compre.

¿Cuántos millones habríamos pagado hace un año por un futbolista, por un actor famoso o por un objeto banal? Hoy en cambio esas cosas son simples estupideces en comparación con un médico que venga a salvarte la vida, con un empresario que consigue traer alimentos al mercado, con un sacerdote que esté dispuesto a arriesgarse para de darte los últimos sacramentos antes de morir, con un policía que salga todos los días a velar por el orden sabiendo que podría palmarla en cualquier momento, con las heroicas enfermeras o con los militares que están dispuestos a hacer el papel de malos con tal de contener la enfermedad. Da que pensar ¿no es así?

Es así como me siento últimamente y por eso hoy quiero aprovechar para dar muchas gracias, pero unas gracias verdaderamente extraordinarias al pueblo de México a quien nunca podré dejar de admirar. Hoy en día consagraron a toda América bajo la protección de la Virgen de Guadalupe. Yo siempre he afirmado ser un católico bastante mediocre en lugar de tratar de justificarme. Admito que soy un perezoso, vago e insolente en materia de religión y me avergüenzo de ello, aunque no de confesarlo porque de otro modo también sería un hipócrita. Pero el día de hoy vi llorar de alegría a mi madre, la persona más valiosa en mi vida, gracias al Obispo de México y la homilía que realizó durante la consagración. Eso simplemente no tiene precio e incluso es posible que se convierta en el más valioso de mis recuerdos. Por todo eso lo vuelvo a decir: ¡Muchas gracias pueblo de México!

Sin embargo, no todo puede ser seriedad y es muy importante que también lo pasemos bien durante esta cuarentena. Por todos estos motivos continúo con esta traducción para hacer mi parte entreteniéndolos un poco, de modo que el aislamiento se vuelva un poco más tolerable.

En esta oportunidad me dediqué por completo a enriquecer la parte del baile usando un parafraseo de otras obras y cambié totalmente la escena de combate, porque la de Ni Can Tiang era demasiado vaga: El protagonista escucha a alguien desenvainando un arma y se da cuenta de que unos sirvientes han llegado de repente para asesinar al viejo, luego Phoebe intercepta un cuchillo arrojadizo arrojando su propia espada…

Ahí lo dejo, pueden leer el original si quieren. Solo pretendo hacer un énfasis en el ridículo de que unos “asesinos profesionales” decidan llegar en grupo repentinamente vestidos como meseros para que cualquiera los note. Luego está la estupidez de un espadachín arrojando su arma principal ¿Entienden? ¡Phoebe literalmente se quedó sin arma! Ah, me olvidé mencionar que Emily no hizo nada a pesar de ser una “poderosa” Archimaga, simplemente se quedó ahí paralizada.

Luego de leer eso decidí modificar las cosas por completo para que fuesen más creíbles. A mí me encanta la peli de John Wick y Búsqueda Implacable, así que me pregunté ¿Qué harían ellos en una situación con ambiente medieval? El resultado fue el que ya leyeron.

Mi procedimiento fue primero aumentar el número de asesinos para dejar que otras personas hicieran algo: Aurelio es un ex soldado así que debería poder matar a uno, Emily tenía que matar rápidamente a 3. El resto sirvió para que los Aristócratas hiciesen algo al respecto, porque se supone que es un mundo de fantasía inspirada en el medioevo y en esa época uno no podía ser aristócrata sin ser excelente peleando, pues toda su nobleza se basaba en su capacidad para dirigir los ejércitos. Claro que había excepciones… pero no eran muchas. En cambio, la visión del aristócrata perezoso que no hace nada y es delicado corresponde más bien a un periodo posterior de la Edad Moderna, también es cierto que muchas cosas son simples mentiras de los precursores de la revolución francesa, como el ridículo museo de las máquinas de tortura que en realidad están hechas usando acero del siglo XVIII, aunque ellos pretenden que son del siglo XIII cuando aún no lo habían descubierto.

Los aristócratas eran guerreros, su vida trascurría al filo de la navaja porque sus enemigos eran aterradores. En el norte estaban los bárbaros como los Vikingos, Normandos, Avaros y muchos otros pueblos semejantes que eran saqueadores por naturaleza, extremadamente sanguinarios y siempre estaban al acecho para asaltar a cualquier reino que descuidase sus defensas. Al sur estaban los califatos islámicos que poseían ejércitos aparentemente interminables, a veces de 75,000 y hasta 100,000 soldados, cuando un reino europeo tenía suerte su podía reunir unos 10,000 caballeros. Y cuando no peleaban con otros, había guerras entre ellos mismos.

Yo quise reflejar algo de esa realidad al describir la mansión en el capítulo anterior. Ahora también lo hice con la reacción de los aristócratas, tan diferente a la de los burgueses que serían más bien civiles. Luego cambié muchos diálogos porque los originales no sonaban serios, sino más bien infantiles.

Ahora, el detalle del modo en que Bryan se da cuenta de la presencia de los asesinos se inspiró en las primeras escenas de la película de Vin Diesel “Triple Equis” (la de acción, no hay que ser mal pensados). En ella, el protagonista se da cuenta de que una situación dentro de una cafetería es falsa precisamente por los zapatos de la azafata son tacones y no deberían ser finos. Esa narrativa me vino de perlas para explicar el modo en que Bryan deduce lo que está por suceder a pesar de no ser un profesional y sin recurrir al cliché de “escuchó” como con Daredevil.

También creo que a todos nos gustan las Maids japonesas hasta cierto punto (lo digo así porque el concepto de un sirviente ordinario, que también es un combatiente veterano es exclusivamente nipón, no es así en ningún otro lugar) así que me esmeré un poco a la hora de buscar las imágenes correspondientes.

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¡Nos vemos en el siguiente capítulo!