252 Alta Jerarquía

El intenso resplandor blanco descendió sobre su cuerpo como una cascada de luz y cuando terminó Bryan se encontraba en el despacho privado del Gran Maestre Cándido quien se encontraba revisando documentos. Pero esta vez dejó de lado todo para volverse inmediatamente hacia él y lo miró de un modo bastante aterrador, que le recordó a Bryan los ojos muertos de un tiburón.

- Buen día, ciudadano. - Dijo Cándido finalmente con un tono desprovisto de emoción.

Auch.” Pensó Bryan en ese momento, el termino <<ciudadano>> representaba el mínimo grado de respeto que se le podía demostrar a alguien del Imperio Itálico. Si bien no tenía connotaciones negativas, era en secreto un eufemismo que se utilizaba entre los aristócratas para decir <<en este momento apenas te considero otro ser humano>>.

- Buenos días, Maestro Cándido. Me alegra verlo saludable. - Respondió Bryan inmediatamente, haciendo como que no se daba cuenta.

- Me alegra parecerlo. - Le dijo Cándido aún inexpresivo: - Por culpa de alguien llevo haciendo mucho trabajo extra por tener que justificar una ausencia injustificada en un momento de grave crisis política.

Podría organizar un desfile con todas las personas que últimamente vienen a preguntarme “¿Dónde está ese tal Bryan? ¿Seguro que no es un traidor?”. -

- No sabía que era tan popular. - Respondió Bryan ligeramente asombrado.

- Lo eres, sobre todo con la Facción política que anteriormente dependía del Duque Ascher para mantener su posición. - Respondió Cándido sonriendo: - Bueno ahora a mí me gustaría preguntarte: ¿Sabes qué puedo hacerte crucificar por desertor? -

- No recuerdo haber desertado. - Respondió Bryan encogiéndose de hombros.

- ¿Acaso no te dejé muy claro que debes reportarte cada mes? - Preguntó Cándido con un tono seco que presagiaba peligro: - ¡Te desapareciste medio año! ¿Tienes idea de cómo me has hecho quedar? ¡Más te vale que me des una buena excusa, mocoso! -

Bryan sabía que Cándido podía haber comenzado la conversación en tono divertido, pero la frialdad en su mirada le revelaba que sus palabras no debían tomarse a la ligera. Si no tenía cuidado, bien podría terminar siendo ejecutado.

Y si no tuviese una carta de triunfo no estaría tan tranquilo. Pero por suerte tenía algo preparado precisamente para este momento, aunque tenía que presentarlo del modo correcto, porque si parecía insolente, un hombre como Cándido no se dejaría conmover sin importar lo que sucediese.

Era necesario que pareciese arrepentido.

De modo que Bryan respiró profundamente y habló con tono sereno: - Mi Señor Cándido, estoy consciente de que no he cumplido con mi deber y humildemente busco su misericordia. -

- ¿Mi misericordia? - Respondió Cándido con un susurró peligroso.

Sin embargo, Bryan sonrió en su interior porque entendía que el hecho de que Cándido no hubiese respondido con una negativa era muy buena señal. Entonces siguió adelante con su plan y habló con un tono bastante pausado: - Puede estar seguro de que jamás me habría atrevido a cometer semejante falta que comprometiese a su prestigio, si no fuese por un motivo de fuerza mayor que podría tener implicancias en el futuro del Imperio Itálico. -

- Interesante. - Respondió Cándido y apoyó la espalda en su silla para indicarle que podía continuar: - Explica claramente que motivos fueron esos y que beneficios a nuestro imperio pueden aportar. -

- No es necesario que preste atención a mis palabras, porque puedo mostrárselo. - Respondió Bryan con una sonrisa.

En ese momento Cándido se dio cuenta de que Bryan era diferente. Normalmente todo aquel que estuviese en presencia de un Gran Mago se sentiría bastante intimidado por su presencia, independientemente de las circunstancias. Pero, aunque este joven le estaba hablando de un modo bastante respetuoso, su mirada no tenía ese brillo de miedo que normalmente tenían todos los que hablaban con él.

En ese momento Cándido se dió cuenta de que Bryan era diferente...

Y únicamente había una explicación para ello: Los poderes de Bryan se habían incrementado considerablemente, hasta el punto de volverse una potencia equivalente a la de los Archimagos.

- Has crecido, mocoso. - Dijo Cándido sonriendo: - Ahora eres más fuerte y también sabio. Muy bien, has picado mi curiosidad. ¡Muéstrame eso tan interesante! -

Bryan entonces se acercó al escritorio y extrajo un antiguo manuscrito de su Anillo Espacial, que dejó en frente del Gran Maestre. Cándido era un Gran Mago de la Magia Oscura y sabía perfectamente distinguir objetos valiosos de los ordinarios. Ni siquiera había pasado un segundo, pero toda su atención se concentró en este extraño códice negro y comenzó a sacar conclusiones antes incluso de abrirlo.

El Manuscrito de Ascanio

La carátula es de madera de Olivo Milenario entremezclada con Oro Negro, las hojas se han hecho con pergamino obtenido de la piel de los Corderos de Fuego… que actualmente están extintos y ya eran raros en la época anterior a la segunda fundación de Itálica. - Murmuró Cándido sin mirar a nadie más, completamente absorto en examinar el manuscrito, hasta el punto en que incluso lo olfateó: - La tinta… es de sangre de Dragón mezclada con mineral de Cinabrio Negro… -

Entonces finalmente Cándido comenzó a ojear las primeras páginas.

- La escritura se parece a la que se utiliza en los rituales sagrados primordiales, la que se usaba incluso antes de la fundación del Primer Imperio Itálico… ¿Acaso es de la era de los Quintos? Pero entonces cómo es que… - Y de repente Cándido se quedó en silencio con la boca abierta, pues finalmente había leído el nombre que se destacaba en la tercera página.

ASCANIO ÍTALO

De repente Cándido se levantó de su asiento como si hubiese sido alcanzado por un rayo y comenzó a susurrar el nombre que había leído una y otra vez, como si quisiese convencerse de que no se había equivocado.

Finalmente levantó la vista para ver a Bryan y preguntó: - ¡Mocoso! ¡¿Esto es real?! -

 Bryan respondió con una sonrisa: - Es real. Es un único documento escrito con puño y letra del fundador del Imperio Itálico, el semidiós Ascanio Ítalo. -

- ¡¿Cómo es esto posible?! -

- Simple casualidad. - Respondió Bryan sentándose en una silla sin esperar que Cándido le diese permiso, pues este estaba demasiado conmocionado como para fijarse en las formalidades. Entonces comenzó a narrar la mentira que había preparado precisamente para ese momento: - En el Valle del Sol se reúne todo tipo de gente vendiendo cualquier cosa, desde mercancía ilegal hasta baratijas sin valor. En cierta ocasión escuché a un hombre borracho diciendo algo de haber encontrado una especie de mapa que nunca se atrevió a seguir, porque conducía hacia las profundidades del Bosque Oscuro. Dicho mapa hacía mucho que se había perdido en un incendio, pero el sujeto había memorizado su contenido y no dejaba de repetirlo a diestra y siniestra. Todos lo tomaban por un viejo loco, pero la palabra “monumento” llamó mi atención.

Mientras escapaba de varios problemas, terminé perdiéndome en el Bosque Oscuro y quiso el destino que reconociera algunas de las señales que el borracho mencionó. Decidí seguirlas, lo cual terminó embarcándome en una autentica vorágine de peligros que no tiene sentido describir. El caso es que terminé llegando a una especie de zona protegida por una poderosísima barrera mágica, que permitía a cualquier entrar, pero no salir. -

- ¿Esa barrera estaba en las profundidades del Bosque Oscuro?¡¿Cómo fue que conseguiste llegar hasta ahí?! -

- Con poder, así fue cómo. - Respondió Bryan encogiéndose se hombros: - Llevaba tiempo entrenando con intensidad y parcialmente inicié ese viaje porque quería fortalecerme. Pero no esperaba acabar mordiendo mucho más de lo que podía masticar. Porque la barrera del lugar me dejó encerrado durante muchísimo tiempo. -

- ¿Cómo sobreviviste? -

- A lo largo de los siglos muchos animales habían sido atrapados en el interior, así como varias plantas comestibles. - Mintió Bryan: - Conseguí alimentarme de ellos mientras estudiaba el modo de salir de esa extraña barrera mágica. Después de meses encontré un montículo de tierra que ocultaba una especie de monumento y una serie de cámaras con artefactos y matrices que servían como pruebas, las cuales tuve que superar para poder abrirme paso hasta obtener este manuscrito. -

Bryan comenzó a explicarle a Cándido cada uno de los obstáculos de las cámaras junto con sus crípticos enigmas, aunque omitió su encuentro con la esfinge y el hecho de que fuese él quien enterró todo el monumento. También le explicó cómo llegar hasta ese lugar e incluso le dio a Cándido un mapa que había dibujado en un trozo de cuero.

- Cuando obtuve este manuscrito, descubrí que la barrera había desaparecido. - Terminó finalmente Bryan.

- ¡Fascinante! - Exclamó Cándido incapaz de contener la euforia que sentía.

Era la primera vez que Bryan lo había visto tan expresivo y le pareció un poco chocante, pero consiguió disimularlo. Mientras tanto comenzó a responder a todas las preguntas que el Gran Mago le hizo sobre el Monumento de Ascanio Ítalo, así como las descripciones del camino para poder encontrarlo.

- Admito que sin este manuscrito me costaría mucho creer que realmente hay un monumento a Ascanio Ítalo en las profundidades del Bosque Oscuro, donde no tiene sentido que esté. - Comenzó a decir Cándido como si estuviese pensando en voz alta, completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor: - La tierra ha cambiado bastante desde los tiempos en que Itálica se fundó, pero el Bosque Oscuro estuvo ahí desde siempre, casi como si existiese desde la creación… ¿Acaso el semidiós estuvo recluido ahí hasta sus últimos días? La berrera que describes solo podría haber sido puesta por una entidad divina, así que lo lógico es imaginar que el propio Ascanio podría estar ahí. Aunque también podría haber otras explicaciones.

¡En cualquier caso este manuscrito es un tesoro invaluable! Ha pasado tanto tiempo, que la Sangre de los Quintos ha desaparecido por completo, diluida entre los cientos de familias aristócratas que actualmente son la élite de Itálica. Hay muchos académicos que ponen en duda su existencia y todavía más en el caso del fundador… ¡Pero ahora tenemos una prueba de la existencia del Semidios! ¡Nada menos que un producto de su propio puño y letra! -

Cándido siguió hablando más para sí mismo que con Bryan, quien no interrumpió ninguna de sus reflexiones y se limitó a asentir con la cabeza o precisar alguna descripción del monumento cuando se esperaba que lo hiciese.

- ¿A quiénes deberíamos enviar para asegurar ese monumento? ¡Porque tenemos que tenerlo bajo nuestro control cuanto antes! ¡Sobre todo ahora que la barrera ha desaparecido! - Exclamó Cándido preocupado.

- Yo no me preocuparía demasiado. - Argumentó Bryan con tono pausado: - El lugar está bastante escondido y semi enterrado, así que en el Bosque Oscuro pasará desapercibido. -

- Si, la espesura de ese lugar es tan profunda que uno podría estar a diez metros de un gigante y no ver nada. - Coincidió Cándido: - Es muy difícil encontrar un lugar sin saber primero dónde buscarlo. Pero aun así estaré mucho más tranquilo si aseguramos ese monumento para estudiarlo. -

- Yo pienso que este manuscrito es lo más valioso que hay ahí, pero si insiste en enviar un equipo entonces debe tener mucho cuidado. - Afirmó Bryan: - En mi camino hacia ese lugar me encontré con bestias mágicas de nivel I, como por ejemplo una Quimera. Enviar un grupo numeroso terminaría siendo muy contraproducente, porque aumentarían las posibilidades de ser detectado por alguno de esos peligrosos seres. -

- Entonces una pequeña fuerza de élite. -

- Sería lo ideal. - Acordó Bryan: - Pero igual será peligroso. Sugiero que lleven pergaminos mágicos con matrices defensivas para construir una barrera en cuanto lleguen a ese lugar. Y deben ser instruidos para no entrar en conflicto con ninguna entidad en su camino. -

- Si, eso será lo mejor. - Coincidió Cándido meditando: - Solo enviaremos a los investigadores cuando tengamos la confirmación de que el Monumento está protegido. - Entonces suspiró y volvió a sentarse, pero sus ojos constantemente se dirigían hacia el manuscrito apoyado en el escritorio: - Ahora bien… ¿Dónde deberíamos guardar esto? Me encantaría asegurarlo en los Archivos Secretos, pero técnicamente esto le pertenece a la Familia Imperial… -

- Según tengo entendido el principio legal dice que, si hay una situación en que obedecer una ley causa más daño que el romperla, entonces la norma debe ser ignorada. - Declaró Bryan encogiéndose de hombros.

- ¿Insinúas que deberíamos ocultarle esto al emperador? -

- Por supuesto que no. - Respondió Bryan categóricamente: - Pero la situación política es terrible así que seguramente el emperador entenderá que este manuscrito no salga a la luz en este preciso momento. Primero hay que analizarlo para descubrir cuanto de su contenido tiene potencial para aumentar la fuerza de nuestros magos.

¿Y acaso hay alguien mejor para ello que usted, mi señor Cándido? Después de todo es el Mago Oscuro más poderoso del Imperio Itálico. Nadie mejor para estudiar y proteger este documento. El Emperador seguramente dará su aprobación. -

Lo que decía Bryan no solamente era tentador sino también cierto. El propio Cándido lo habría sugerido desde el principio de no haber estado tan emocionado por el descubrimiento. Pero a pesar de todo las palabras halagadoras de Bryan pusieron de buen humor al Gran Mago, pese a que sabía bien que este solamente intentaba beneficiarse.

- Ciertamente, con esos argumentos el emperador seguramente me dará autorización para conservar este manuscrito. ¡Quizá también tengas algún talento como político, joven Bryan! Y hablando de política… ¿Qué es lo que quieres? -

- ¿Mi señor? - Preguntó Bryan haciéndose el desentendido.

- ¡Habla de una buena vez! ¿Qué es lo quieres por haber encontrado este tesoro? -

- Mi Señor Cándido, es el deber de cualquier ciudadano de Itálica el entregar un patrimonio tan importante a nuestra nación, para su adecuada preservación. ¡Esto no es un servicio sino un deber! - Respondió Bryan con una exclamación.

- Si, como no. ¡¿Quién no sabría que esto es un soborno descarado?! - Replicó Cándido con un gesto desdeñoso, pues ya se había recuperado de la emoción y ahora volvía a tener su semblante imperturbable: - Aunque llevas algo de razón y entregar este tipo de tesoros no es más que el cumplimiento de un deber civil… -

Bryan guardó silencio en ese momento, porque sabía que era lo mejor que podía hacer si quería evitar el castigo que se merecía por haber desaparecido medio año. Era importante que se le viese humilde y arrepentido.

- Me presentas un dilema, joven Bryan. - Exclamó finalmente Cándido luego de que pasaron unos momentos: - Hablando estrictamente, debería hacer que te azoten hasta quedar en carne viva y luego ordenar que te decapiten. No me gusta ser punitivo, pero eso es lo que te mereces. -

A pesar de la amenaza, Bryan no se inmutó y permaneció mirando al suelo.

- Pero también es cierto que tus acciones en la Ciudad de Valen fueron increíblemente meritorias. Y si todas nuestras misiones no fuesen secreto de estado, te habrían felicitado públicamente como un gran héroe. - Continuó Cándido casi susurrando: - Además, no solamente has sobrevivido a una aventura en las profundidades del Bosque Oscuro, sino que incluso encontraste un monumento del Padre Fundador y has traído este manuscrito…

Ese destino no es normal. Usted tiene a dioses poderosos protegiéndolo, joven Bryan. Y no pienso matar a un hombre con amigos de esa clase. -

Cándido se levantó de su asiento y caminó lentamente hacia Bryan, mirándolo con sumo interés, pues este joven había superado por mucho sus expectativas y confirmaba el excelente instinto que tenía para elegir personas con potencial.

- Como no puedo castigarte, entonces tengo que premiarte para no parecer débil… así que... entrégame tu insignia. - Dijo el Gran Maestre extendiendo una de sus manos.

Bryan inmediatamente sacó la placa de hierro con el emblema de la Estrella Oscura.

- Felicidades, joven Bryan. - Exclamó Cándido sonriendo astutamente mientras el puño donde sujetaba la insignia resplandecía: - Por la misión anterior habías obtenido el primer grado en la división de la Luna Oscura, pero por tus méritos patrióticos al recuperar este manuscrito, te estoy ascendiendo a Agente de la Luna Oscura en IV grado. ¡Eres la primera persona en la historia en ascender tan rápido dentro de la Orden!

A partir de ahora puedes dar órdenes a una cohorte de diez centurias o cuatro centurias dobles. Puedes acceder a los niveles de información más confidenciales, salvo aquellos que hayan sido sellados específicamente por alguno de los Grandes Maestres. También puedes movilizar agentes de la división de la Estrella Oscura e incluso recomendarlos para un ascenso si consideras que han hecho méritos. -

Bryan apenas podía contener la euforia mientras contemplaba la placa que Cándido le devolvía. Ahora, en lugar de la estrella de cinco puntas, había un círculo negro perfecto con el número IV de color plateado en el centro. Esto significaba que finalmente tenía a su alcance una cantidad significativa de poder político, con la que podría asegurar su posición y la de sus seres queridos. Lo primero que pensaba hacer era utilizar su recién adquirida autoridad para movilizar soldados y agentes del Manto Oscuro alrededor del Gremio Mercante de Bootz, incrementando de este modo la seguridad de Phoebe.

- ¡Mil gracias, mi Señor Cándido! -

- Suficiente de esa falsa humildad. - Le respondió Cándido con una sonrisa curiosa: - Esta es la recompensa que mereces por los méritos que has conseguido. -

- Gracias a su patrocinio, mi señor. Y también debido a la ayuda de los dioses inmortales que me permitieron una serie de encuentros afortunados. -

- Ciertamente… ¿Por qué elegiste el Bosque Oscuro para entrenar de todos los lugares? ¡Ese sitio siempre es peligroso! -

- Mi amistad con Trunks, el Cazador de Monstruos, tuvo mucho que ver. Pero le ruego me disculpe si me guardo los detalles. -

- El principio de la Orden del Manto Oscuro es no interferir con asuntos personales, aunque si no te reportas cuando debes ese privilegio se pierde. - Respondió Cándido con una mueca desagradable: - Sin embargo, lo dejaré pasar esta vez, mocoso. Después de todo, no me gusta pelearme con la diosa Fortuna… Y claramente ella te ha tomado por mascota. -

Bryan soltó una carcajada, pero luego su expresión se volvió seria: - Maestro Cándido… ¿Puedo saber lo que opina del Duque Tiberio Claudio? -

Cándido lo miró en silencio por un momento antes de responder: - Esa es una pregunta complicada, joven Bryan. ¿Acaso ha tratado de ponerse en contacto contigo o reclutarte para la Facción Aristócrata? -

- No mi señor. - Respondió Bryan y decidió hablar con sinceridad: - El día de hoy ocurrió un incidente en el Gremio Mercante de Bootz, donde creo haber entrado en conflicto con él o por lo menos con sus esbirros. -

- Ya veo. - Susurró Cándido mientras se sentaba detrás de su escritorio: - Cuéntamelo todo y no omitas nada Bryan, porque si lo haces… puedes estar seguro de que lo sabré. -

De modo que Bryan comenzó a relatarle todo con lujo de detalles, incluyendo cada frase que dijo o escuchó decir. Las cejas de Cándido se levantaron un momento cuando escuchó el modo en que derrotó al Archimago Espacial, pero no dijo nada ni hizo ademán alguno para interrumpirlo.

- Vaya, se ha vuelto demasiado confiado y ahora está siendo descuidado. - Dijo Cándido finalmente cuando Bryan terminó de hablar: - Entiendo lo que sucedió, así que puedo responder tu pregunta.

Gran Duque Tiberio Claudio

El Gran Duque Tiberio Claudio ha sido Cónsul en tres oportunidades, consiguió importantes victorias militares y ha sido ministro al servicio del Emperador por muchos años, así que conoce todo lo que se puede conocer sobre el funcionamiento del imperio. Su hermana menor fue la Emperatriz Lidia… por lo que es el tío del Primer Príncipe Imperial.

Es un hombre astuto, extremadamente cruel y muy vil, del tipo que siempre busca venganza por el menor agravio. Además, a diferencia de otros miembros de su facción, no tiene claro cuáles son los límites que uno no debe cruzar.

Tiene un gran talento para reconocer el potencial de otros y utilizó su tiempo como comandante militar para adquirir la lealtad de cientos de combatientes habilidosos que le servirán hasta la muerte, pues dependen completamente de su éxito para ascender en la sociedad. Cuando la emperatriz Lidia murió, perdió temporalmente parte de su autoridad, pero aun así se las arreglaba para organizar los asesinatos de muchos de sus enemigos políticos, sin que nunca lo descubriesen.

Definitivamente se hará enemigo tuyo si lo has ofendido. Debes tener mucho cuidado a partir de ahora, pues es muy astuto, lo bastante como para fingir ser tu amigo y esperar muchos años solamente para apuñalarte por la espalda en un momento de debilidad. -

La expresión de Cándido se volvió bastante sombría con esa última advertencia.

Escuchar esto de alguien tan temible como el propio Cándido encendió varias luces de alarma en el corazón de Bryan, quien se quedó un momento en silencio antes de finalmente atreverse a preguntar: - ¿Es más poderoso que usted? -

Cándido sonrió antes de responder sin ningún miramiento: - Generalmente no. Si esto hubiese ocurrido hace diez años ni siquiera lo consideraría una amenaza. Pero hoy el emperador está viejo y enfermo, la situación política es inestable. Hay una gran posibilidad de que su sobrino, el Primer Príncipe, se vuelva el próximo emperador…

La Máxima más importante del Manto Oscuro es que servimos al emperador sin importar lo que ocurra. De otro modo seríamos una amenaza tan terrible como los enemigos del Imperio o quizá peor.

Es por eso que no deseo provocar a Tiberio Claudio de forma imprudente. -

- Me atrevo a preguntar… - Tanteó Bryan con cuidado: - ¿Qué opina de él en lo personal? -

- Que es un maldito miserable. - Espetó Cándido con una mueca de desagrado: - En lo personal, el aire que ese maldito respira es un insulto… ¡Sobre todo después del último desastre! -

- ¿El Duque estuvo involucrado? ¡¿Pero parecía el más deseoso de castigar a los involucrados?! - Exclamó Bryan asombrado.

- Es política. - Explicó Cándido: - Generalmente Varrón Terencio nunca podría haber llegado a ostentar un proconsulado… ¡Lo más inteligente que ese loco imbécil ha hecho en su vida fue morirse! ¿Cómo crees que un estúpido como ese obtuvo los votos? -

- Tiberio Claudio. - Musitó Bryan abriendo los ojos: - ¿Por qué…? -

- Muchos de los oficiales que comandaban las legiones en la frontera habían peleado al lado del emperador Juliano y recordaban su lealtad. Tiberio Claudio no está tan loco como para haber orquestado este desastre en concreto, pero es evidente que se aseguró de que Varrón Terencio tuviese el mando con el único objetivo de que cometiese un error, con lo cual el honor e influencia de esos hombres leales al trono se desplomaría.

Después simplemente tuvo que fingir estar “indignado” por esto y de paso aprovechó para condenar al destierro a los escasos legionarios sobrevivientes. En cambio, los oficiales están arruinados políticamente, y aunque se libraron del castigo, nunca más podrán aspirar a un cargo elevado. La sombra del desastre militar siempre los acompañará, salvo que consigan una victoria aún más impresionante.

Y aquí está el detalle Bryan, el Emperador Juliano sabía esto… ¡Pero no pudo hacer nada! Eso te dice cuán grande es la influencia que actualmente tiene ese malnacido y cuan venido a menos está el poder del emperador. Hoy en día es Tiberio Claudio quien representa la autoridad moral y patriótica de Itálica.  -

Bryan cerró los ojos un momento mientras meditaba en toda esta nueva información. Ahora entendía porque este duque estaba actuando de un modo tan descarado últimamente y por qué el niño misterioso lo previno acerca del futuro del imperio.

Cándido debió notar su preocupación, porque sonrió y dijo: - No pongas esa cara. Incluso si el emperador muere mañana mismo las cosas no necesariamente se desarrollarán en la dirección que Tiberio Claudio planea. Las ruedas de la política siempre están girando y lo inesperado es lo cotidiano cuando se trata del Senado.

Tú eres uno de mis subordinados directos y ostentas el poder de la División de la Luna Oscura, así que ni siquiera Tiberio Claudio podrá atacarte sin tener cuidado. Utiliza tu autoridad para proteger el Gremio Mercante de Bootz y si alguien objeta, yo mismo te ayudaré imponiéndome. El resto de tus conocidos se encuentran en la Academia Babilonia, bajo la atenta mirada de mi querida esposa, así que están más seguros que en el nido de un dragón. Y me consta que Tiberio Claudio no tiene muchas influencias en el Valle del Sol. -

- Muchas gracias, mi señor Cándido. - Respondió Bryan haciendo una profunda reverencia.

- Considéralo un extra por recuperar el manuscrito de Ascanio Ítalo. - Respondió Cándido sin darle importancia, aunque luego su tono se volvió más serio: - Pero recuerda que este Status Quo puede cambiar en el momento en que el Emperador muera. Hasta entonces tienes que hacer todo en tu poder para incrementar aún más tu influencia. ¡Solo eso puede mantenerte a salvo y a los que quieres! -

- Entiendo, me esforzaré para ser útil al Manto Oscuro y justificar su confianza. - Juró Bryan con mucha seguridad.

- Bueno, ya que estás con ánimos de hacer méritos, tengo algunas misiones para ti. - Dijo Cándido con una sonrisa cómplice: - Originalmente tenía lista una de espionaje, pero ya que has conseguido regresar con vida de las profundidades del Bosque Oscuro, esto no parece apropiado. ¿verdad? Creo que necesitamos algo un poco más difícil para aprovechar tus… talentos. Sobre todo, ahora que eres un necromante Adepto. -

Mierda, espero no haberme metido en algo problemático…” Pensó Bryan preocupado porque en ese momento realmente necesitaba la ayuda de Cándido, así que no podría rehusarse a lo que le pidiese hacer, aunque quisiera.

El temible anciano se levantó y se dirigió hacia un estante con varios rollos, los cuales examinó por unos minutos, hasta que finalmente eligió tres.

- Ajá, estos servirán. - Dijo volviéndose hacia Bryan: - Tú has estado en la ciudad de Baltazar ¿cierto? Pues hay una misión de asesinato. Tendrías que encontrar y ejecutar a un traidor llamado Iságoras. El problema es que el miserable es muy bueno haciendo de Tribuno, así que todos sus actos parecen ser legítimos y es por eso que tenemos que librarnos de él de esta manera.

La segunda misión está en la ciudad de Londino, en nuestra frontera más septentrional. Ahí hay rumores de que alguien está almacenando una gran cantidad de armas en el sistema de cavernas que rodean la ciudad. Es un maldito paraje congelado así que es toda una aventura.

Finalmente tenemos una misión de escolta… ¡Ja! ¡Qué irónico! -

- ¿Qué pasa? - Preguntó Bryan intrigado por el tono con el que Cándido se había referido a esta última misión.

- Normalmente te diría que te mantuvieses alejado, pero las cosas parecen estar cambiando, así que lo mejor es ir a por ello. - Dijo Cándido sonriendo: - Tienes que escoltar a un noble de la capital, el hijo del cuestor imperial Alan de las Égadas. -

- ¡¿Lawrence?! -

- El mismo. - Confirmó Cándido: - Y creo que a estas alturas ya debes haber deducido su verdadera identidad. De cualquier modo, el Emperador en persona ha organizado una poderosa serie de escoltas a su alrededor, lo cual es una forma de anunciar en todas las formas (menos en la oficial) que Lawrence es su nuevo protegido. Además, ha insistido en que el Manto Oscuro también participe… ¿Qué dices? ¿Te interesa? Incluso si no quieres hacerte su aliado, cuanto más tiempo esté vivo más tiempo estará distraído Tiberio Claudio y compañía. -

Bryan solo necesitó unos segundo para evaluar todas las posibilidades. Concluyó que el peligro alrededor de Phoebe era bastante real y seguramente también el de Emily. Necesitaba permanecer en la capital imperial en esos momentos. Así mismo tenía que hacer aliados y Lawrence era la mejor opción que tenía a su alcance.

- Acepto la tercera misión. - Respondió Bryan de inmediato: - Conozco a Lawrence y protegerlo es lo mismo que cazar dos linces en un mismo bosque. ¡Serviré al Manto Oscuro mientras perjudico a mis enemigos! -

- Entonces depende de ti. - Contestó Cándido: - Pero recuerda tener cuidado. Lawrence es, al fin y al cabo, un príncipe. No es como el resto de los mortales. Cuanto más cercano seas a él, más peligros correrás. Eso es inevitable. Sobre todo, en los tiempos que vivimos actualmente, con una guerra por la sucesión en el horizonte.

El Emperador Juliano es mi amigo personal y yo moriría para protegerlo o si él me lo ordenase. También sé que él me considera un amigo. Pero tengo muy en claro que a Juliano no le temblaría la mano para ordenar mi ejecución si esto resulta conveniente para el Imperio. Un auténtico aristócrata es “razón de estado” antes que una persona… ¡Nunca te olvides de esto! -

Bryan asintió. Emily le había explicado claramente cuáles eran los riesgos de unirse a la facción de Lawrence, donde podría terminar convirtiéndose en un chivo expiatorio en el peor de los casos. Y lo cierto era que ser un “emperador” implicaba tener que ser lo bastante fuerte para soportar cualquier cosa por el bien del país, incluso matar a su propia familia o a sus amigos. Si Lawrence fuese el tipo de persona que no se atreviese a traicionarlo, Bryan ni siquiera consideraría ayudarlo en serio.

Pero las cosas eran diferentes ahora. Sus poderes se habían incrementado considerablemente y Bryan ahora podía considerarse un jugador en lugar de un espectador. Así que ya no tenía miedo de involucrarse en la lucha política.

Aun así, Bryan realmente no quería tener que entrar en la guerra por la sucesión. La situación ideal para él sería observar la lucha desde una distancia segura, asegurándose de cosechar la mayor cantidad de beneficios al final de la misma. Pero cuando Tiberio Claudio atacó directamente a su novia, esa opción desapareció.

“¡Destruiré a cualquiera que amenace a mis mujeres, sin importar quien sea! ¡Ya que el Duque me obliga a elegir un bando, voy a ayudar al lado que más daño pueda hacerle!

Bryan levantó la mirada sin decir nada y Cándido asintió una vez mientras miraba hacia el lugar donde se encontraba la Matriz de Trasporte Mágico, indicándole que podía retirarse.

Una vez afuera del despacho del Gran Maestre, Bryan se tomó unos momentos para meditar en lo que tenía que hacer. Entonces decidió utilizar su nueva autoridad y regresó a los Archivos Secretos, aunque esta vez consiguió ingresar a una sala de información privilegiada, donde pidió información sobre el Archimago Audrey, el Barón Cameron… y el Decano Deo.

Después de eso abandonó “Las Mil Cavernas” y se dirigió hacia el cuartel de la Guardia de la Ciudad.

La ambición de Bryan

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde el presidente no tiene ni un año, pero ya tiene 5 investigaciones de corrupción. Castillo es el equivalente al Chompiras… con el control de una bomba atómica. Hoy es 27 de Julio de 2022.

Nuevamente este capítulo unifica la historia del encuentro de Bryan con Cándido en un solo tomo, en lugar de dividirlo en 2 como la original hace, de ahí que no haya colocado el original en el grupo de Facebook para no dar spoilers.

En esencia las cosas que relato suceden en el original, pero yo he retocado todas las conversaciones y alterado el orden por otro que me pareció más apropiado. También agregué varias explicaciones sobre distintos temas para aclarar la lucha política.

Muchas conversaciones y diálogos están basados en la serie Roma de HBO, del mismo modo las reflexiones acerca del poder se inspiran principalmente en el libro INVICTUS, una novela sobre Constantino el Grande. Traté de enfocarme sobre todo en las ironías y la habilidad de Bryan para poder leer a una persona tan poderosa como Cándido.

Espero que les haya gustado.

Por favor déjame saber tu opinión en los comentarios: ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Cuál fue tu conversación favorita? ¿Habrías cambiado más cosas?

Actualmente la situación en Perú es paupérrima y los precios de todo están subiendo, así que realmente agradezco el apoyo de los Mecenas de este proyecto que me permiten continuar. También quiero solicitarles a todos los electores que por favor compartan esta historia con más personas, para incrementar el número de usuarios y también el número de donaciones, pues a más lectores aumentan las posibilidades de obtener más patrocinadores. También quiero agradecer a Gabriel Morffes por su apoyo al revisar esta traducción.

Nos vemos en el siguiente capítulo.