41 Combatiendo a la Pitón Abisal Venenosa

Un espantoso oleaje se generaba en la laguna a medida que la enorme Pitón Abisal Venenosa surcaba las aguas ávidamente en dirección hacia Lisa. Esto dificultaba aún más el frenético escape de la muchacha y la distancia entre los dos se había reducido a unos veinte metros o menos.

Fanny ya se había zambullido en la laguna y no prestaba atención a nada más mientras surcaba las aguas rápidamente, nadando hacia su estudiante como una ninfa. Pero Bryan era incluso más rápido, parecía como si el agua no le opusiera ninguna resistencia mientras buceaba como un relámpago detrás de Fanny.

Su entrenamiento mágico había logrado que todas sus funciones corporales sobrepasasen a las de una persona ordinaria. Cuando se empleaba a fondo, podía demostrar una potencia física increíble. Ya había llegado cuando Fanny recién se acercaba a Lisa, entonces extendió los brazos y sin más preámbulos sujetó firmemente a la atemorizada estudiante con un brazo y aferró la cintura de la profesora con el otro a toda velocidad, mientras decía: - ¡Hora de irnos! -

En ese momento no tenía el tiempo ni la cabeza para sentir la suave textura de los cuerpos desnudos de esas hermosas mujeres. Lo único en que pensaba era en cómo escapar rápidamente de la aterradora situación en que se encontraban. Sus dos piernas patalearon con furia y empezó a avanzar como un pez en el agua. Los fuertes brazos y piernas de Fanny se sumaron a su esfuerzo y así los tres se entrelazaron y nadaron hacia la orilla de la laguna, sin pensar en nada más.

Lamentablemente las cosas nunca eran tan sencillas. Si hubiese sido sólo Bryan quizá hubiese podido escaparse de la Pitón Abisal Venenosa, pero a pesar de sus esfuerzos su velocidad se había visto muy reducida por sujetar a las chicas y le sería muy difícil llegar a tierra antes de que los atraparan. 

La enorme serpiente fue reduciendo la distancia sin que nadie pudiese hacer nada. Los gritos y sollozos de Lisa no se habían detenido en ningún momento. Incluso Fanny se sentía impotente en este momento y su rostro estaba lleno de angustia y desesperación.

En su situación actual no podían usar ninguna magia para salvarse. Incluso si invocaban alguna criatura oscura, esta no sería de utilidad en el agua. La Pitón Venenosa era un jodido monstruo de nivel 3 y su piel de serpiente le otorgaba una enorme resistencia a los ataques contundentes, así que ninguno de los conjuros ofensivos ordinarios de los necromantes podría detenerla. He incluso si conocieran uno lo bastante poderoso como para matarla de un solo golpe, lo más seguro era que el monstruo podría alcanzarlos antes de que tuvieran el tiempo de recitarlo y los envolvería con su cuerpo hasta asfixiarlos. Luego se los comería sin lugar a dudas.

- ¡Wah wah!... ¡Que hacemos! ¿Esa serpiente nos va a devorar? - Lisa sollozaba frenéticamente mientras sus dos manos golpeaban la superficie del agua cada vez con menos fuerza.

Fanny tampoco sabía qué hacer, su impotencia aumentaba conforme la monstruosa serpiente se iba acercando, sin que pudiera hacer nada para evitarlo. No podía pensar en ninguna forma de esconderse o escapar y sólo podía seguir nadando para desafiar a la muerte.

Después de un momento de vacilación, una expresión resuelta apareció en la cara de Bryan. Nunca había usado su magia demoníaca para desviarse tanto de las leyes naturales, pero no le quedaba más que intentarlo. Activó su Esencia Mágica a toda potencia, sujetó el brazo derecho de Lisa y la arrojó con todas sus fuerzas. El adorable cuerpo desnudo de la muchacha salió disparado por encima del agua unos tres metros por el aire en dirección a la orilla de la laguna.

Su mano izquierda ya sujetaba la cintura de Fanny, pero de repente la bajó hacia sus hermosas nalgas para asirla firmemente por el culo. Antes de que la Maestra tuviese la oportunidad de gritar ya la había arrojado con poderoso movimiento de su brazo. Fanny salió disparada como una lanza hasta llegar bastante cerca de la orilla.

- ¡Huyan rápido! - Bryan rugió explosivamente y luego giró el cuerpo rápidamente para enfrentarse sólo a la Pitón Abisal Venenosa mientras pensaba: “¡No te va a salir barata la comida, hija de puta!”

- ¡Bryan, no! ¡Maestra Fanny, tienes que salvar a Bryan! - El desolado grito de Lisa resonó desde lejos. Bryan las había arrojado a ambas con gran precisión, asegurándose de que aterrizaran a suficiente distancia como para que el agua amortiguase sus caídas.

- ¡Hay que llegar a la orilla! ¡Sólo entonces podremos ayudarlo! -

Mientras tanto Bryan había vuelto a asumir su actitud fría y despiadada. Apretó con fuerza la daga en su mano y se quedó flotando muy quieto mientras la monstruosa pitón comenzaba a rodearlo para enredarlo en su mortal abrazo constrictor.

Pero para consternación de la bestia, Bryan no intentó alejarse y en su lugar avanzó.  De hecho, se precipitó a toda velocidad antes de que el cuerpo de la serpiente se enroscase a su alrededor y se dirigió directamente hacia su cabeza.

Él conocía su velocidad en el agua y sabía que no podía competir con la Pitón Abisal Venenosa. Ahora que el monstruo lo había alcanzado sufriría una muerte segura si continuaba tratando de escapar. El cuerpo de la enorme serpiente estaba fuertemente protegido por su armadura natural de escamas, pero justo en su cuello y bajo su boca había un sector que se encontraba desprotegido, un único punto débil que su daga podría penetrar. El combate cuerpo a cuerpo era la única forma en que podría tener alguna oportunidad de salir con vida.

La Pitón Abisal Venenosa se sabía con ventaja en el agua y nunca imaginó que su presa se lanzaría al ataque en vez de correr. Así que cuando su enorme cuerpo se lanzó para enroscarlo, soló giró en un arco bastante grande, pero no llegó a tocarlo.

Pero entonces los oscuros ojos de la serpiente destellaron, como si estuviese burlándose de la ignorancia de Bryan. El monstruo abrió su gran boca y vomitó una niebla de color verdoso directamente hacia el cuerpo de su presa con un movimiento de su cuello.

Fanny gritó muy fuerte en ese momento para advertirle: - ¡Bryan, ten cuidado con su aliento! ¡La niebla tiene una toxina paralizante que hará que tu cuerpo se entumezca hasta que te quedes inmóvil! -

Bryan sobresaltó horrorizado y torció su cuerpo a toda velocidad, contuvo el aliento y se zambulló apresuradamente en las aguas para evitar la niebla. Las cristalinas aguas se habían vuelto turbias por el movimiento del monstruo, pero se las arregló para discernir dónde estaba la Pitón y se precipitó en esa dirección.

Evitó por los pelos que un golpe de la cola de la serpiente lo partiera por la mitad y luego volvió a dirigirse hacia el cuello. El cuerpo de Bryan salió disparado del agua daga en mano y el filo de su arma lanzó destellos fríos mientras trazaba una línea para finalmente introducirse violentamente en el cuello de la Pitón Abisal Venenosa.

Con un sonido punzante, la daga se hundió hasta la empuñadura y luego la sangre comenzó a emanar de la herida. El chillido espantoso de la Pitón lo acompañó inmediatamente, mientras retorcía su cuello con violencia. Su enorme cuerpo también empezó a sacudirse y temblar frenéticamente.

Bryan se sorprendió y tuvo que usar todas sus fuerzas para mantenerse aferrado a la criatura. Rápidamente extrajo la daga, pero sólo para presionar su palma derecha en la herida abierta sobre el cuello del monstruo. Entonces liberó el poder del Conjuro de Fuego Glacial-Místico. La llama roja destelló en la noche y en un instante se introdujo dentro del cuerpo de la Pitón.

En ese momento la serpiente se volvió completamente loca por el dolor y sus lamentos desolados resonaron una y otra vez en medio de la noche. Bryan no pudo aguantar más y salió despedido hacia el agua. Pero antes de caer sintió que una nube de humo verdoso lo envolvía antes de que tuviera tiempo de reaccionar.

Pudo sentir que los rastros de una extraña sustancia se filtraban por el aire dentro de su cuerpo a través de los poros de su piel, debilitándolo rápidamente hasta el punto en que la daga parecía pesarle unas mil toneladas. Intentó sin éxito moverse para mantenerse a flote, pero no podía nadar bien y comenzó a ahogarse.

- ¡Oh, dioses! ¡Bryan ha sido alcanzado por el aliento venenoso! ¡¿Qué debemos hacer, Maestra Fanny?! ¡¿Qué debemos hacer?! - Lisa acababa de alcanzar la orilla de la laguna cuando vio como Bryan era rociado con el veneno y gritó aterrorizada.

Entonces pudo escucharse la voz de Fanny, recitando un conjuro en medio de la noche: - ¡Oh, tinieblas infinitas, conviértanse en las destructivas Lanzas óseas y destruyan de acuerdo a mi voluntad! ¡Lanza de Hueso! - Tres jabalinas de hueso increíblemente afiladas se materializaron en el aire y salieron disparadas con un sonido chirriante hacia la Pitón Abisal.

El ataque mágico de Fanny era muy poco común. Las tres jabalinas aterrizaron sobre su objetivo con una precisión pasmosa, dos de ellas se incrustaron profundamente en la frente de la pitón desde donde inmediatamente empezaron a manar ríos de sangre. La última lanza aterrizó directamente en la boca abierta de la enorme serpiente, que había dislocado su mandíbula en un intento desesperado de morder a Bryan. La lanza incluso rompió algunos de sus afilados dientes, obligándola a retroceder.

En ese momento, la Esencia Mágica dentro del cuerpo de Bryan se agitó con locura y la sensación de entumecimiento comenzó a desaparecer sin dejar rastro por cualquier zona en la que circulase. Bryan sintió como recuperaba su energía a medida que el aletargamiento y la pesadez desaparecían. Entonces pudo salir a flote, alcanzando a esquivar en el momento preciso en que la bestia se arrojaba con la espantosa boca abierta para devorarlo. Bryan inmediatamente aprovechó que la Pitón estaba cerca para volver a aferrarse a su cuello con fuerza. La daga en su mano apuñaló dos veces a la criatura a la velocidad de un rayo y luego se alejó nadando en dirección a la orilla como si lo persiguiera el diablo.

La Pitón Abisal Venenosa emitió de un rugido miserable y se retorció violentamente, agitando las aguas de la laguna hasta que estas se llenaron por completo de olas. Cuando su cabeza volvió a emerger, Fanny y Lisa pudieron ver que sus ojos habían sido apuñalados y ahora sangraban profusamente.

- ¡Por todos los dioses, no puedo creerlo! ¡Bryan ha conseguido moverse de nuevo!… ¡Y ha cegado a la Pitón Abisal Venenosa! ¡Jajajajajajaja! - Exclamó Lisa saltando emocionada de un lado a otro en la orilla. El pánico y el llanto de hace unos segundos habían sido reemplazados milagrosamente por una euforia que la hacía gritar de alegría.

Sin embargo, en medio de su frenesí salvaje, la enorme cola de la Pitón golpeó como un látigo el cuerpo de Bryan, que a pesar de toda su agilidad no pudo evitar salir disparado en el aire por la fuerza del impacto, hasta que aterrizó en la orilla.

Fanny continuaba atacando sin parar a la Pitón con su magia necromántica, hiriendo los puntos débiles en el cuello y ahora en sus ojos con aterradora puntería. Habiendo perdido su visión y dependiendo únicamente de sus oídos, la Pitón ya casi no podía defenderse de los ataques de Fanny. Las terribles heridas hechas por Bryan eran constantemente atravesadas por varias Lanzas de Hueso, forzándola a retorcerse en medio de la Laguna. Pero a juzgar por sus movimientos, era obvio que estaba empezando a perder su fuerza.

Enloquecida por el dolor, la Pitón no supo entender que era el momento de escapar y en su lugar seguía empecinada en matar a sus atacantes usando sus oídos, acercándose más y más a la orilla. Era como si no le importase lo que le pasase con tal de conseguir devorarlos. Pero a medida que sus heridas crecían, la frenética Pitón Abisal Venenosa fue agotando toda su fuerza y vigor.

Finalmente, la serpiente se desplomó abatida provocando una gran oleada que envolvió el cuerpo de Bryan y lo arrastró aún más en el barro. La ropa alrededor de su pecho y el estómago se había desgarrado y su mejilla derecha estaba de un color rojo ardiente. El último latigazo de la cola de la Pitón lo había herido severamente.

Lisa había estado gritando feliz y excitada, mientras que Fanny estuvo tan concentrada en lanzar sus ataques mágicos que no prestó atención a nada más. Así que ambas gritaron atónitas y se lanzaron hacia donde se encontraba Bryan antes de que se ahogase en el barro, sin importarles que sus cuerpos siguiesen desnudos.

Las dos arrastraron rápida y precipitadamente a Bryan hasta dejarlo en suelo seco. La parte inferior de su abdomen estaba distendida, sus mejillas hinchadas y había un poco de agua escapando por una de las comisuras de su boca. Parecía que se había tragado algo del agua de la laguna.

Fanny sabía una o dos cosas sobre primeros auxilios e inmediatamente colocó sus delgadas y delicadas manos sobre el pecho de Bryan para a ejercer presión, comprimiéndolo de arriba hacia abajo, tratando de expulsar el agua de sus pulmones. Lisa hizo lo mismo y con su esfuerzo combinado lograron que Bryan comenzase a botar grandes tragos de agua por la boca.

- ¿Por qué Bryan no se despierta todavía? - Después de un tiempo, el rostro de Lisa volvió a llenarse de ansiedad y preocupación.

- Tal vez porque bebió demasiada agua y el área alrededor de su garganta ya está bloqueada. ¿Por qué no tratas de darle oxígeno? - Fanny miró a Lisa y le dio esa sugerencia después de un instante de reflexión.

Lisa se ruborizó y miró a Fanny: -Maestra, realmente no sé cómo hacerlo, ¿por qué mejor no te encargas tú? -

Fanny se paralizó por un momento y arrugó la frente mientras pensaba. Luego apretó los dientes con resolución: - Bryan nos ha salvado la vida. Ya no importa. Lo intentaré por él. -

La Maestra se inclinó en cuanto terminó de hablar, sus hermosas mejillas estaban ruborizadas de un tono rojo encantador por la timidez, mientras aproximaba sus deliciosos labios hacia los de Bryan.

Por supuesto que el miserable ya se había despertado hacía mucho tiempo y simplemente estaba esperando pacientemente sin moverse, con la esperanza de que este maravilloso desenlace se desarrollase. Su corazón ya latía con fuerza de tan sólo sentir el delicado toque de los tiernos y suaves brazos de Fanny sobre su pecho. Su corazón no cabía en sí por la alegría.

Un rastro de la dulce y ligera fragancia femenina acompañó el instante en que sus labios se tocaron, proyectando la sensación directamente en la mente de Bryan. Pudo sentir como la lengua de Fanny se introducía suavemente en su boca para separarle los dientes, mientras sus narices se tocaban y sus labios terminaron firmemente unidos para que ella pudiera exhalar aire en sus pulmones.

Una maravillosa sensación por la que habría estado dispuesto a renunciar a su alma se extendió inmediatamente a través de todo el sistema nervioso de Bryan. Ahora creía firmemente que toda esa maldita aventura había valido la pena y no estaba dispuesto a despertarse. Quería saborear cuidadosamente cada segundo de este instante lleno de sensaciones increíblemente fascinantes.

Fanny terminó de exhalar, levantó la cabeza para tomar más aire e hizo una pausa. Estuvo a punto de continuar con la respiración cardiovascular… cuando sus distraídos ojos claros contemplaron la extraña y pequeña tienda que había sido erigida en la entrepierna de Bryan.

La Maestra quedo aturdida y su mente se quedó en blanco por un momento, pero finamente volvió en sí de golpe. Entonces lanzó un chillido agudo y colocó sus hermosas manos de porcelana alrededor del cuello de Bryan, sacudiéndolo violentamente mientras maldecía en voz alta, totalmente descontrolada y fuera de sí: - ¡Maldito seas Bryan, voy a matarte! -