Audición recomendada. Obertura de La Gran Pascua rusa de Rimsky Korsakov
La aceptación es la capacidad de reconocer la situación existencial de mi propia vida: lo que soy, lo que viví, lo que me rodea, los propios defectos y los defectos ajenos... La capacidad de distinguir lo no podemos cambiar y lo que sí, para asumir lo primero y trabajar en lo segundo. La condición previa para la transformación de la propia vida o de una realidad cualquiera. Reconocer toda la realidad, sin dejar de lado nada.
Hoy hablaré un poco sobre la aceptación. No sobre el conformismo, aclaro esto de una vez para que comprendas que hay una gran diferencia entre aceptar que las situaciones son cómo son, y conformarse con ellas.
¿Cuentas con la habilidad de aceptar que hay cosas que puedes cambiar, y cosas que no puedes cambiar?
¿Cuentas con la habilidad de aceptar que otras personas pueden cambiarse a si mismas, y tu no puedes cambiarlas?
¿Aceptas al ser quien ahora eres sin importar lo que otros piensen?
¿Puedes aceptar los grandes cambios que pueden llegar tomar lugar en tu vida?
Si has respondido SI a una o varias de las anteriores preguntas, entonces te encuentras en un buen camino para el Desarrollo Personal. Estás listo para catapultar tu éxito y cuentas con una gran virtud que te permitirá permanecer inmutablemente firme en tus acciones, independientemente de lo difícil de las mareas.
Si estás de acuerdo con aceptar lo anterior, puedes reír incluso en la adversidad. Si alguien te insulta, podrías devolverle una sonrisa y no sentirte mal, pues aceptas que esa es su versión del mundo, no la tuya, y por tanto lo más probable es que se equivoque al hablar de ti.
Muchas veces los insultos, las presiones, los maltratos son una amenaza a tus emociones, los cuales verás, aceptarás, y encontrarás una manera de ganar control de la situación, si estás dispuesto a lograrlo.
Cuando aceptas las cosas de la vida, incluyéndote a ti mismo y a los demás, encuentras una forma de tomar control. Cuando estás en control y llevas el mando, es mucho más fácil ver cómo puedes mejorar tu vida. Cuando aprendas a aceptarte como eres, aprenderás a descubrirte internamente, y a finalmente tomar el control de tu vida y cambiarte a ti mismo para mejorar.
Muchas personas creen que actuamos siempre de la misma manera a través del tiempo, que nuestro carácter siempre es el mismo. Y lo cierto es que tenemos emociones, pensamientos, comportamientos, acciones y vivimos en un mundo de influencias buenas y malas. Cada día sentiremos algo nuevo y diferente, lo que modificará sin duda alguna nuestra personalidad y nuestras acciones se verán afectadas y se reflejarán dichos cambios en los resultados que obtengamos.
Es claro para muchos que somos la reunión de todos los eventos que hemos vivido y pensado, y cómo nos hemos sentido al respecto. Y que si hubiesen habido pequeños cambios en las condiciones iniciales, todo sería muy distinto ahora, a esto le llaman el Efecto Mariposa.
Es común ver entre las personas actitudes cambiantes y reacciones diferentes ante ciertos eventos a través de sus vidas. En ocasiones se sentirán indiferentes, luego tristes, y más tarde estarán emocionados, todo por el mismo evento, hecho o situación. Lo que cambia es la persona.
Vivimos en un mundo que de cierta forma nos desensibiliza. Estamos rodeados por millones de influencias en la televisión, en los medios, en la radio, en el gobierno, en la escuela… por mencionar algunos pocos. Cada uno de ellos ejerce su propia influencia a su manera y con cierta intensidad y efectividad.
Cada uno de ellos cuenta con su propia influencia, y en algún momento las personas estarán juzgando a los demás por su forma de pensar, por su mentalidad y forma de ver el mundo, Es algo que deberíamos Aceptar.
Pero como dije antes, aceptar no es lo mismo que conformarse. Con aceptar simplemente llegamos al punto donde cognitivamente adquirimos el conocimiento consciente de que las cosas son de esa manera. Pero por ningún motivo se debe confundir esto con el hecho de ser conformistas con respecto a que todo suceda de esa manera, y por el contrario aceptar, simplemente es el paso de claridad y lucidez que nos permitirá idear una manera de cambiar efectivamente dicha situación con el objetivo de mejorarla. Aceptar todo como es, sin embargo, es el primer paso.
No podemos cambiar los comportamientos y ni las maneras de pensar de las demás personas, pero PODEMOS CAMBIAR EL NUESTRO. Esto forma parte de aceptar y aprender.
La mejor manera de lograrlo es convertirte en tu propia influencia, y dejar que las influencias de los demás, lleguen a quienes no conocen este secreto que ahora tu conoces. Confía únicamente en aquellas fuentes cuyas acciones, comportamientos y palabras son verídicas y consistentes
Cuando aprendas a aceptarte, tus errores no serán más una carga, ni tampoco una limitante que te impida actuar por miedo a fracasar. Puedes ver con humor tus fallas y burlarte de ti mismo, no es tan malo después de todo. Y lo que si es seguro es que algo aprendiste.
Estamos rodeados de personas envidiosas, negativas, codiciosas… etc. Debemos aprender a trabajar al rededor de esas personas, aceptarnos a nosotros mismos y avanzar.
Cuando aprendas a mejorarte a ti mismo y a cambiar para bien, otras personas podrán seguirte. La buena conducta ha probado ser mucho más efectiva que las palabras para motivar a otros.
Conforme te vayas desarrollando personalmente, sentirás cierta hambre por más desarrollo personal, y encontrarás muchas más maneras de mejorar en el camino. El Desarrollo Personal es un camino y no un destino, al igual que el éxito en cualquier actividad.
Y finalmente, cabe destacar que si logras un excelente desarrollo personal, tus logros y éxitos se verán magnificados porque te encuentras en una vibración que te permite ser más apto para la consecución de propósitos asertivamente.
Juan Sebastián Celis Maya
Un pashá cruzaba el mar en su barco cuando se levantó una terrible tormenta. Uno de sus esclavos persas, quien nunca se había alejado de tierra antes, empezó a llorar, gemir y gritar con tal terror que nadie lo podía consolar. Al fin el pashá gritó enojado: “¿No hay nadie a bordo que pueda callar a este cobarde?” Un filósofo observó un momento al esclavo y luego llamó a varios marineros. “Tírenlo al agua”. Así lo hicieron, y empezó a ahogarse, agitándose desesperado, y sus gritos eran terribles de escuchar. “Ahora recójanlo”, ordenó el filósofo. El esclavo subió en silencio, sin llantos ni gritos “¿Cómo explica usted esto?” A lo cual contestó el hombre sabio: “Antes de sentirse ahogar no podía apreciar la hermosa seguridad del barco”. Para los ángeles del Paraíso, Purgatorio es Infierno. Pero para los condenados al Infierno, Purgatorio es Paraíso.
Alfonso Francia. Educar con parábolas
Temas: Aceptación, gratitud
Pistas para la reflexión
¿Qué actitud tenía el esclavo en el barco? ¿Por qué?
¿Por qué el filósofo ordena que le lancen por la borda? ¿Cómo cambia la actitud del esclavo después de haber caído al mar?
¿Qué conclusión se obtiene de la lectura?
¿Crees que a veces nos lamentamos de pequeñas desgracias y no somos lo suficientemente agradecidos de lo que tenemos?
Vocabulario
Pashá: título honorífico utilizado en el imperio otomano para designar a hombres ilustres.
Purgatorio: lugar donde los justos deben purificar sus imperfecciones antes de poder gozar de la gloria eterna.
Durante la época en que se construía la Gran Muralla, vivió un pobre diablo que trabajaba como picapedrero. Chen Ting Hua, éste era su nombre, pasaba los días renegando de su existencia, con enormes pesares y amarguras. No había noche que antes de dormirse no pidiese a los dioses el poder cambiar su suerte.
Cierta noche, cuando apenas se había quedado dormido, una gran luz inundó la estancia y una imagen gigantesca se le apareció.
— ¿Eres tú Chen Ting Hua?—preguntó la aparición.
— Yo soy, humilde siervo y picapedrero —respondió Chen.
— He oído tus pensamientos—dijo la imagen—, ¿de qué te quejas?
— Señor... ¡de mi adversa suerte! — contestó —. No soy feliz, con mi pobre sueldo apenas puedo tener una choza donde malvivir y apenas puedo permitirme el lujo de tomar una taza de té. Mientras que otros...
— ¿Y qué deseas ser... dime?—dijo la aparición.
— Un gran Mandarín — contestó Chen —, ellos viven bien y tienen cuanto desean... Pero, perdonad mi osadía gran señor... ¿Quién sois vos y cómo podéis ayudarme?
— Soy el dios de la ambición — respondió —, y he venido hasta aquí para resolver tus problemas. Quedarás pues convertido en un gran Mandarín. Al instante, Chen se vio rodeado y atendido por gráciles y bellas doncellas y fornidos eunucos. Vestía hermosos ropajes de seda y poseía un gran palacio.
Al día siguiente, Chen salió a dar un paseo por los jardines de su fastuoso palacio. La mañana era maravillosa y el sol lucía en todo su esplendor. Al ver el Sol, Chen pensó: ¡Cómo molesta el Sol!, ¡me abrasa y nada puedo hacer!, ¡quién fuese como él! De pronto se oyó una Voz que dijo:
— Ya que ese es tu deseo... ¡conviértete en Sol!
Y así, Chen se convirtió en el Astro Rey del día. Vagaba por el cielo dominándolo con su luz, radiante, esplendoroso... Pero una tarde, una densa y plomiza nube se interpuso en su camino, impidiendo que los rayos del sol pasasen a través de ella. Esto irritó enormemente al antiguo picapedrero que pensó: ¿Cómo una indigna nubecilla osa ponerse en mi camino? ¡Quién fuera nube! Y en menos tiempo del que se tarda en decirlo, Chen se transformó en una enorme y negra nube, la cual con un tremendo trueno se descargó en forma de lluvia torrencial cayendo con enorme violencia sobre la tierra y estrellándose contra las rocas. Chen se asustó tanto al chocar que deseó ser como las rocas. Y al instante se convirtió en una de ellas.
Aquello era otra cosa—pensó—ahora se sentía duro y fuerte, podía resistir, la lluvia, el viento, la fuerza de los elementos... Más de pronto, sintió unos terribles golpes y vio a un hombre que con un pico estaba picando piedras. Un grito surgió de su garganta:
— ¡¡Quiero ser picapedrero!! — y al abrir los ojos vio que todo había sido un sueño.
Desde aquel día Chen Ting Hua no volvió jamás a quejarse de su suerte, ni a desear ser como los otros.
Popular chino (José J. Gómez Palacios. Buenos días)
Temas: Aceptación, gratitud, felicidad.
Pistas para la reflexión
Resume la parábola del picapedrero.
¿Por qué no estaba contento el protagonista de la historia? ¿En qué quería convertirse?
¿Qué sucedió al final?
¿Te sucede que a veces quieres ser como el vecino y este quiere ser como tú?
Vocabulario
Picapedrero: cantero, persona que se dedica a picar piedras.
Renegar: protestar, refunfuñar continuamente. Rechazar y negar alguien su religión, creencias, raza, familia, etc.
Adverso: contrario, enemigo, desfavorable.
Eunuco: hombre castrado, específicamente el que cuidaba de las mujeres en los harenes.
Osadía: atrevimiento, audacia, imprudencia.
Una pobre viuda, que vivía en los tiempos de un maestro de la sabiduría, tenía un hijo al que adoraba. Un día su hijo enfermó y murió, y ella, loca de dolor, se negó a enterrarlo y lo llevaba consigo a todas partes sin hacer caso de las palabras de consuelo y resignación que la gente le dirigía.
Alguien le dijo que el maestro estaba en un bosquecillo cercano a la ciudad con sus discípulos. La fama del maestro se había extendido por todas partes, y era considerado un gran santo capaz de hacer los mayores milagros. La pobre viuda llegó con el cadáver de su hijo ante el maestro y echándose a sus pies le rogó, entre sollozos, que le devolviera la vida. El maestro le dijo:
— Le devolveré la vida a tu hijo a condición de que me traigas un grano de arroz de una casa de la ciudad en donde no haya muerto nadie.
La viuda, llena de esperanzas, partió para la ciudad y empezó su búsqueda. En ninguna casa le fue negado el grano de arroz, pero...
— Mi padre murió hace un mes...
— Mi suegra expiró la semana pasada...
— Ayer hizo un año que murió mi marido...
No encontró ni una sola casa en donde no lamentaran la muerte de alguien. Cuando la última casa del pueblo se cerró a sus espaldas, no había podido conseguir el grano de arroz. Al anochecer llego hasta el sabio. Iba sola, llorando dulcemente.
— ¿Y tu hijo? ¿Dónde lo has dejado? Le preguntó el Maestro envolviéndola en una mirada compasiva.
— Mi hijo ya no existe. Ha muerto y lo he enterrado junto a su padre. Ya he comprendido, Maestro. ¡Por favor! ¡Enséñame!
Y el Maestro la acogió en el bosque, y desde entonces hasta su muerte fue su discípula. Cuento Zen. (José J. Gómez Palacios. Buenos días)
Temas: Compasión, dolor, solidaridad.
Pistas para la reflexión
Resume la historia de la pobre viuda.
¿Por qué no quería enterar a su hijo? ¿Qué le aconsejo el maestro?
¿Por qué le costó encontrar un grano de arroz?
Busca información sobre el duelo de los difuntos.
Vocabulario
Consuelo: alivio que siente una persona de una pena, dolor o disgusto:
Pesar: sentimiento de pena o dolor interior.
Purgatorio: cualquier lugar donde se pasan penalidades.
Había una vez un maestro que daba sabios consejos. Un día fue donde él un pobre sastre, el cual tenía mujer y siete hijos para mantener. Toda la familia vivía en una buhardilla que le dejaban por caridad. Pero los niños eran pequeños, la mujer estaba cansada y la buhardilla era demasiado estrecha. Un desorden, un ruido, una suciedad que no se podía más. ¡No podía ni siquiera coser un traje! Un niño le robaba la aguja, otro el hilo, un tercero le ensuciaba la tela: ¡Un desastre!
El maestro escuchó los lamentos del sastre y después le dijo:
— Vete al mercado, compra un cordero y súbelo a casa, a tu buhardilla.
El sastre pensó que aquel consejero era un poco tonto. Sin embargo, quiso probar y obedeció. Recogió sus ahorros, fue al mercado, compró el cordero y se lo llevó a casa.
El cordero tomó posesión de la casa, como uno más... Saltaba de un lado a otro, esparcía su olor y su estiércol... Al cabo de pocos días la buhardilla estaba reducida a un establo, y allí había tal hedor que el sastre, más desesperado que nunca, corrió de nuevo donde el maestro a pedirle ayuda.
— Regresa al mercado y vende el cordero, —sentenció el maestro.
El sastre no esperó que se lo dijera dos veces. Corrió a casa y, en un abrir y cerrar de ojos, se deshizo de la bestia maloliente. Regresando después a la buhardilla, le parecía un milagro encontrarla tan tranquila. La mujer había lavado el piso, y, en comparación con los balidos del cordero, los chillidos de los niños parecían una música. Jamás se había sentido tan feliz.
José J. Gómez Palacios. Buenos días
Temas: Solidaridad, compasión, reflexión.
Pistas para la reflexión
Resume brevemente la historia del sastre.
¿De qué se quejaba el sastre? ¿Qué le propuso el maestro?
¿Qué lección obtuvo el sastre de aquello?
¿Agradeces a Dios las cosas que te da o te pasas el día maldiciendo y quejándote de lo que tienes?
Vocabulario
Buhardilla: piso último de un edificio con techos inclinados que aprovechan el hueco del tejado.
Hedor: olor fuertemente desagradable y penetrante que proviene de la descomposición de sustancias orgánicas.
Quieto sobre una hoja, el gusano miraba alrededor al resto de animales. Unos saltaban, otros corrían, algunos cantaban... Incluso los había que volaban libres por el aire. Todos los insectos estaban en continuo movimiento. Solamente él estaba sin voz, no corría y no volaba. Sin embargo, no envidiaba a ninguno. Sabía que era un gusano, y que los gusanos deben aprender a hilar una baba fina para tejer su casa.
“A cada uno su destino”, pensaba. Por lo tanto, con mucho empeño, emprendió su trabajo. En pocos momentos se encontró envuelto en un cálido albergue de seda, aislado del resto del mundo.
“¿Y ahora?, se preguntó, qué sucederá.”
“Ahora quédate quieto y espera, le responde una voz. Todavía un poco de paciencia, y verás...”
Y en el momento justo despertó el gusano. Ya no era un gusano. Salió fuera del capullo con dos hermosas alas, pintadas de vivos colores, y en seguida se elevó alto en el cielo. Se había transformado en mariposa y poseía libertad para volar
Leonardo da Vinci. (José J. Gómez Palacios. Buenos días)
Temas: Trabajo, espera, silencio, humildad.
Pistas para la reflexión
¿Qué le sucede al gusano de la parábola?
¿Por qué dicen que en los momentos de dificultad el tiempo termina salvando las dificultades y curando las heridas?
¿Qué importancia tiene en la educación de una persona el tiempo y el saber esperar?
Vocabulario
Destino: fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos.
Empeño: deseo intenso de hacer o conseguir una cosa.
Erase una vez un hombre pobre y sencillo. Por la noche, después del trabajo, volvía a casa cansado y de mal humor. Miraba con asco a la gente que pasaba en coche o a los jóvenes sentados en las terrazas de los bares.
— Esos sí que viven bien, rabiaba el hombre, sentado en el autobús, como una oveja a la que llevan al matadero. No tienen ni idea de lo que quiere decir sufrir... Todo lo ven de color de rosa. ¡Si tuvieran que cargar con la cruz que llevo yo!
El Señor había escuchado siempre con mucha paciencia las lamentaciones de aquel hombre. Y una noche se quedó esperándolo a la puerta de su casa.
— ¡Ah!, ¿eres tú, Señor?—dijo el hombre al verlo. — No intentes venir a sermonearme. De sobra sabes cómo pesa la cruz que me has echado sobre los hombros.
El hombre estaba malhumorado como nunca. El Señor le sonrió con bondad.
— Ven conmigo. Te voy a dar otra oportunidad. Podrás hacer una nueva elección, le dijo.
El hombre se encontró de repente en una enorme gruta de paredes azules. La arquitectura era divina. Y estaba llena de cruces: pequeñas, grandes, esmaltadas, con joyas incrustadas, lisas, retorcidas...
— Son las cruces de los hombres, dijo el Señor. Elige la que quieras.
El hombre dejó con torpeza su cruz en un rincón y, frotándose las manos, se puso a escoger. Probó una cruz ligera, ligera: pesaba poco, pero era larga y molesta de llevar. Se colocó al cuello una cruz de obispo, un pectoral, pero era tremendamente pesada de responsabilidad y de sacrificio. Otra lisa y simpática en apariencia. En cuanto se la echó encima empezó a clavársele sobre los hombros, como si estuviera cubierta de clavos. Tomó entonces una cruz de plata que brillaba resplandeciente, pero al tenerla consigo sintió que empezaba a invadirle una sensación de congoja y soledad. La dejó en el acto. Probó una y otra vez, pero cada cruz tenía algún defecto y ofrecía su propia dificultad.
Por fin en un rincón en semipenumbra, encontró una pequeña cruz, desgastada por el uso. No resultaba demasiado pesada, ni demasiado dificultosa de llevar. Parecía hecha a propósito para él. El hombre la cargó sobre sus hombros, con aire de satisfacción.
— Me quedo con esta — exclamó.
Y salió de la gruta. El Señor lo miró con dulzura, clavando en él los ojos. Y en aquel instante el hombre se dio cuenta de que había escogido precisamente su vieja cruz: aquella que había arrojado con desgana al entrar en la gruta. La misma que había llevado durante toda la vida.
José J. Gómez Palacios. Buenos días
Temas: Reflexión, felicidad, responsabilidad.
Pistas para la reflexión
Resume brevemente la historia.
¿De qué se lamentaba el hombre de la parábola? ¿Qué le pasó al elegir las cruces de la gruta?
¿Qué significa la cruz para una persona?
Comenta la siguiente frase: “En que quiera seguirme que tome su cruz de cada día y me siga… El que no quiera seguirme, que se quede aquí con su cruz de cada día”
Vocabulario
Lamentación: expresión de pena o sentimiento, muestra de dolor, queja.
Congoja: angustia o tristeza muy intensas.
Desgana: inapetencia. Falta de ánimo.
El viejo Haakón cuidaba una ermita. En ella se conservaba un Cristo muy venerado que recibía el significativo nombre de «Cristo de los Favores». Todos acudían para pedirle ayuda. Un día también el ermitaño Haakón decidió solicitar un favor y, arrodillado ante la imagen, dijo:
— Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz.
Y se quedó quieto, con los ojos puestos en la imagen, esperando una respuesta.
De repente — ¡oh maravilla!—vio que el Crucificado empezaba a mover los labios y le dijo:
— Amigo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición, que, suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio.
— Te lo prometo, Señor.
Y se efectuó el cambio. Nadie se dio cuenta de que era Haakón quien estaba en la cruz, sostenido por los cuatro clavos, y que el Señor ocupaba el puesto del ermitaño. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores, y Haakón, fiel a su promesa, callaba.
Hasta que un día... Llegó un ricachón y, después de haber orado, dejó allí olvidada su bolsa. Haakón lo vio, pero guardó silencio. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas más tarde, se apropió de la bolsa del rico.
Y tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él, poco después, para pedir su protección antes de emprender un viaje. Pero no pudo contenerse cuando vio regresar al hombre rico, quien, creyendo que era ese muchacho el que se había apoderado de la bolsa, insistía en denunciarlo. Se oyó entonces una voz fuerte: ¡Detente!
Ambos miraron hacia arriba y vieron que era la imagen la que había gritado.
Haakón aclaró cómo habían ocurrido realmente las cosas. El rico quedó anonadado y salió de la ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje. Cuando por fin la ermita quedo sola, Cristo se dirigió a Haakón y le dijo:
— Baja de la cruz. No vales para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio.
— Señor—dijo Haakón confundido—, ¿Cómo iba a permitir esa injusticia? Y Cristo le contestó:
— Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio para humillar a una muchacha. El pobre, en cambio, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo. En cuanto al muchacho último, si hubiera quedado retenido en la ermita no habría llegado a tiempo de embarcar y habría salvado la vida, porque has de saber que en estos momentos su barco está hundiéndose en alta mar
Leyenda noruega. (José J. Gómez Palacios. Buenos días)
Temas: Justicia, providencia, orden.
Pistas para la reflexión
Resume brevemente la historia del Cristo de los favores.
¿Qué diferencia hay entre los planes de Dios y los planes de los hombres?
¿De qué manera la providencia actúa en ti cambiando los reveses de la vida en oportunidades?
Vocabulario
Venerar: tener gran respeto a alguien por sus virtudes y cualidades. Honrar, dar culto a lo sagrado.
Anonadado: causar gran sorpresa o dejar muy desconcertada a una persona.
Embarcar: hacer que uno intervenga en una empresa difícil o arriesgada.
Había una vez un lirio que vivía apartado a la orilla de un riachuelo, en compañía de algunas ortigas y alguna otra flor amiga. Lleno por la alegría de vivir, el tiempo pasaba sin que se diera cuenta, como el riachuelo que corría al lado. Un día le fue a visitar un pequeño pájaro que también apareció al día siguiente; después desapareció por algún día, después reapareció de nuevo. El lirio no lograba entender cómo podía moverse y cambiar de sitio.
El pequeño pájaro era un pájaro malo. En vez de identificarse con el lirio, de alegrarse de su gracia y de compartir su felicidad, se puso a ostentar la propia libertad y a tomarle el pelo a la flor
No contento con esto, aquel fanfarrón se puso a contar toda clase de historias, verdaderas y falsas: Le decía que en otros lugares había una abundancia de lirios mucho más espléndidos que vivían con una felicidad, una serenidad, un aire perfumado, una riqueza de colores y sonidos superiores a toda discreción.
Así hablaba el pájaro; y terminaba diciendo al lirio que él era insignificante comparado con tal magnificencia. Y así lo humillaba.
El lirio se volvió inquieto, y cuanto más escuchaba al pájaro, más celoso se ponía y más se afligía. De noche, ya no podía dormir sueños tranquilos y al alba no se despertaba de buen humor. Se sentía prisionero.
El murmullo del arroyuelo le parecía sombrío. De la salida del sol a su ocaso no hacía más que pensar en sí mismo y en su infeliz condición.
— Cierto — se decía —, no es desagradable oír de vez en cuando, la canción del riachuelo; ¡pero tener que escuchar, desde la mañana a la tarde, el mismo estribillo, es para enloquecer! De acuerdo — continuaba—tiene sus méritos, pero, ¿pasar toda una vida escondido, sin otra compañía que la de las ortigas? ¿Por qué no habré nacido en otro sitio, en otro ambiente? ¿Por qué no he nacido lirio imperial?
En efecto, el pequeño pájaro le había dicho que el lirio imperial era considerado el lirio más maravilloso, objeto de envidia por parte de los otros lirios.
Mientras tanto el pequeño pájaro iba y venía; y cada una de sus idas y venidas alimentaba el tormento del lirio. Hasta que éste, ayudado por el pájaro, decidió buscar algo nuevo. Al día siguiente el pequeño pájaro llegó muy temprano. Con su pico arrancó el lirio que tuvo así su libertad. Después de esto, el pájaro tomó al lirio y voló lejos... al lugar donde florecen los lirios imperiales. Pero a lo largo del camino el lirio se secó.
Si se hubiera contentado con ser lirio sencillo y humilde, no se habría angustiado; si no se hubiera angustiado estaría en su lugar; si hubiera estado en su lugar, hubiera sido un hermoso lirio, como aquel del que nos habla el Evangelio.
Soren Kerkegaard. (José J. Gómez Palacios. Buenos días)
Temas: Felicidad, libertad, reflexión, aceptación.
Pistas para la reflexión
Resume brevemente la parábola del lirio
¿Por qué el lirio no está contento con su vida? ¿Quién le llenó la cabeza de “pájaros”?
Reflexiona sobre la última frase del texto.
Busca en el Evangelio el texto de Mateo 6,24-34. ¿Qué enseñanza obtienes?
Vocabulario
Ostentar: mostrar algo que se posee de forma que se haga visible a los demás, por orgullo, vanidad o complacencia.
Magnificencia: generosidad, liberalidad.
Sabéis que el mulo es hijo de una yegua y de un burro (no de un mulo y una mula); pues bien, el mulo de nuestra historia trabajaba para un obispo y estaba muy orgulloso de servirle. A este mulo también se le conocía porque siempre estaba hablando de lo noble que era su familia y no paraba de contar las muchas proezas que su madre, la yegua, había realizado. De su padre, no decía nada. Con todo ello pretendía pasar a la historia.
Un día lo vendieron a un médico y el mulo se sintió humillado, creyendo que se rebajaba con la nueva labor.
Cuando ya fue viejo y no veía bien, un molinero lo compró para engancharlo en la noria. Allí, mientras daba vueltas y más vueltas se acordó de su padre, el borrico.
A este mulo vanidoso tuvo que llegarle la desgracia para que se diese cuenta de la realidad; así que bien podemos decir que incluso de la desgracia siempre se puede sacar alguna enseñanza.
Temas: Aceptación, felicidad, reflexión.
Pistas para la reflexión
Resume la fábula.
¿De qué se lamentaba el mulo?
¿Crees que de las desgracias se puede sacar enseñanza? ¿Tienes algún ejemplo?
Vocabulario
Proeza: hazaña, acción valerosa.
Yegua: hembra del caballo.
Un tren avanza, espléndido y veloz, hacia su destino. Corta los campos como una flecha. Penetra las montañas. Traspasa los ríos. Cruza las ciudades. Se desliza como una serpiente mecánica, sin obstáculos. Su forma, su color, su velocidad: todo a la perfección.
Dentro del convoy tiene lugar el desarrollo de un drama: el drama de la humanidad. Gente de toda raza. Gente que conversa y gente que calla. Gente que trabaja y gente que dormita. Gente que contempla el paisaje. Gente que negocia, preocupada. Gente que nace y gente que muere. Gente que ama y gente que odia secretamente. Gente que hasta discute la dirección del tren: ¡el convoy tomó una dirección equivocada! Gente que cree haberse confundido de tren. Gente que protesta, incluso, contra el tren mismo: “No debiera haberse construido ningún tren, puesto que...” Gente que proyecta trenes más rápidos. Gente que acepta el tren agradecida, disfrutando y celebrando sus ventajas. Gente que no se hace problema: sabe que llegará con seguridad a su destino. ¿Por qué preocuparse? Gente que corre nerviosa, hacia los vagones de cabeza: ¡quisiera llegar más aprisa! Gente contradictoria, que va en dirección opuesta a la del convoy, caminando absurdamente hacia el vagón de cola: ¡quisiera huir del tren!
Y el tren sigue corriendo, impasible, hacia su prefijado destino. Transporta pacientemente a todos, sin distinguir entre el amargado y el comprometido. Ni deja tampoco de transportar gentilmente a sus mismos contradictores. A nadie se niega. Y a todos ofrece la oportunidad de realizar un viaje espléndido y feliz, así como la garantía de llegar a la ciudad del sol y del descanso.
El viaje es gratis para todos. Nadie puede salir ni evadirse. Se vive dentro del tren. Y ahí es donde se ejercita la libertad: se puede ir hacia adelante o hacia atrás; cabe modificar los vagones o dejarlos intactos; se puede disfrutar del paisaje o aburrirse con los vecinos; es posible aceptar gustosamente el tren o rechazarlo con acritud. Mas no por eso deja el convoy de correr hacia su infatigable destino ni de cargar cortés y gentilmente con todos.
Temas: Sentido, vida, felicidad.
Pistas para la reflexión
Resume brevemente la parábola.
¿Qué hace el tren con los viajeros que van dentro? ¿Qué hacen los viajeros en el tren?
¿Qué significa el tren, las personas que se suben, el viaje, los vagones?
¿Qué tipo de viajero eres en este tren de la vida?
Vocabulario
Convoy: serie de vagones enlazados.
Contradicción: afirmación de algo contrario a lo ya dicho o negación de lo que se da por cierto.
“El mismo acto en que se renuncia a la propia vida significa la suprema afirmación de la personalidad: es un volver de la periferia a nuestro centro espiritual”. J.Ortega y Gasset
“Eres imperfecto, de manera permanente e inevitablemente imperfecto. Y eres hermoso”. Amy Bloom
“Recuerda siempre que no solo tienes el derecho de ser un individuo, tienes la obligación de ser uno”. Eleanor Roosevelt
“El modo en que te tratas a ti mismo establece el estándar para otros”. Sonya Friedman
“El mayor éxito es una autoaceptación exitosa”. Ben Sweet
“Ser tú mismo en un mundo que constantemente intenta hacer de ti algo más es el mayor logro”. Ralph Waldo Emerson
“Una persona no puede estar cómoda sin su propia aprobación”. Mark Twain
“El crecimiento comienza cuando comenzamos a aceptar nuestras propias debilidades”. Jean Vanier
“No hay nada noble en ser superior a otra persona. La verdadera nobleza esta en ser superior a tu anterior yo”. Proverbio Hindú
“Una persona exitosa es la que establece una base firme con los ladrillos que otros le tiran”. David Brinkley
“Nos preocuparíamos menos por lo que otros piensan de nosotros si nos diésemos cuenta de que rara vez lo hacen”. Ethel Barrett
“El perfeccionismo es el miedo de ser criticado”. Caroline Myss
“No conquistamos la montaña, sino a nosotros mismos”. Edmund Hillary
“Respétate a ti mismo si quieres que otros te respeten”. Baltasar Gracian
“No puedes darle alivio a tu vida saltándote las partes desagradables sin perder lo valioso de estas experiencias. Tienes que aceptarlas por completo, así como se acepta al mundo o a la persona que amas”. Stewart O’Nan
“Entender es el primer paso para aceptar, y sólo con la aceptación puede haber recuperación”. J. K. Rowling
“Aceptar lo bueno y lo malo de alguien es una de las más grandes aspiraciones. La parte difícil es hacerlo”. Sarah Dessen
“Si amas a alguien, tienes que estar preparado para aceptarlos cómo son”. Graeme Simsion
“Amar es aceptar un alma por completo, no desear que la otra persona fuese diferente. No es esperar a que cambie”. Richelle E. Goodrich
“Señor, ayúdanos a aceptar las cosas que no podemos cambiar, a cambiar aquellas que podemos cambiar, y a darnos sabiduría para diferenciar entre unas y otras”.
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