Arte y Liturgia
Piedad sobre Cristo muerto
Sandro Botticelli
13 noviembre 2022: XXXIII Tiempo ordinario
por Javier Agra Rodríguez
Salmo 97
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes.
Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Evangelio Lucas 21,5-19
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Reflexión sobre el Evangelio
Este Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario la Iglesia quiere recordar a los pobres de toda la tierra con la “Jornada Internacional de los Pobres”. Es el constante mensaje de Jesús: que los pobres salgan de su necesidad y consigan ser partícipes de toda la riqueza, de la belleza, de la cultura…de esta tierra, para que no haya diferencias entre las personas.
El evangelio de Lucas está a punto de entrar ya a narrar los episodios de la Pascua de Jesús. El evangelio de hoy también se narra en los sinópticos Marcos 13, 1-2 y Mateo 24, 1-2, en ambos como preludio a la Pasión y Resurrección de Jesús. Mateo aún añadirá otro capítulo para reforzar esta idea de final con la parábola de “los talentos” que comparte con Lucas (éste unos capítulos antes) y otras parábolas de su exclusividad.
El cuadro
SANDRO BOTTICELLI (Florencia 1445 – Florencia 1510) fue un pintor del Renacimiento italiano, de temática muy variada, aunque tal vez destacan sus cuadros sobre mitología y los temas bíblicos. En el Museo del Prado están expuestas muchas de sus pinturas. “LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO”, pintado en 1492, se expone en la ALTA PINACOTECA DE MUNICH.
La escena es desgarradora; parece pintada esta mañana aunque tiene más de quinientos años. En estos tiempos que vivimos, comunicados e informados de las terribles situaciones por las que pasa nuestro mundo, podemos poner rostros de cada día a la desolación que plasma Botticelli. La pintura, seguramente también otras artes, da aldabonazos a nuestro corazón y así nos conmueve para el arrepentimiento y la solidaridad, nos llama a la transformación del mundo.
Las figuras están perfectamente situadas en la escena del cuadro, de modo que lo llenan todo y no da la sensación de agobio. Ha distribuido el pintor diferentes escenas por grupos de personajes: el centro está ocupado por Jesús muerto ante el intenso dolor de su madre, lo sujetan Juan evangelista y María Magdalena, con la cercanía de María la de Cleofás y María Salomé (son las mujeres a las que conocemos como las tres Marías). Este grupo forma un juego deslumbrante y asombroso en diversas alturas, de expresiones, colores, texturas de ropa, posturas y tensión diferenciada de cuerpos, manos, rostros…Muchos cuadros son admirables; yo, con este bloque del cuadro, salto de asombro en asombro durante largo tiempo.
Acompaña el apóstol Pedro a nuestra derecha, lo identificamos por la llave que es su principal atributo iconográfico, el tono dorado de la túnica con que se pinta a los apóstoles. Al lado izquierdo del espectador, dos de los personajes más influyentes de la primitiva Iglesia: Pablo al que ha pintado con la espada, símbolo de su martirio, el autor de trece cartas (no contamos como suya la Carta a los Hebreos), viajero y fundador de comunidades cristianas en numerosas ciudades del Mediterráneo y San Jerónimo (año 340 a 420), traductor de los diferentes libros de la Biblia al latín que entonces hablaba el pueblo, latín del vulgo: por eso conocemos su traducción con el nombre de Biblia VULGATA; el símbolo con que aquí aparece es una piedra en su mano derecha, como señal de penitencia; en otros lugares lo veremos con un libro, con el león, con la mitra de obispo.
Sobre el fondo se dibuja la oscura entrada del sepulcro donde depositarán a Jesús antes de su Resurrección. He aquí una instantánea llena de color, de intensidad, de angustia y también de esperanza y entusiasmo de aquel acontecimiento definitivo y salvador que ocurrió hace más de dos mil años, que nos vuelve a producir angustia y temor cada día en la actualización de tantas personas que son desgarradas en diferentes aspectos y de múltiples maneras… también para cada una de ellas, para cada uno de nosotros, queda la esperanza, la certeza y el entusiasmo de la solidaridad y de la RESURRECCIÓN.
Javier Agra Rodríguez
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