Arte y Liturgia

Virgen de la Esperanza

Catedral de León

18 diciembre 2022: IV Domingo de Adviento

por Javier Agra Rodríguez

Antífonas del rezo de vísperas de esta semana de Adviento

17 Diciembre: OH SABIDURÍA, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino de la salvación!

18 Diciembre: OH ADONAI, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!

19 Diciembre: OH RENUEVO DEL TRONCO DE JESÉ, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos, no tardes más!

20 Diciembre: OH LLAVE DE DAVID y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

21 Diciembre: OH SOL que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!

22 Diciembre: OH REY DE LAS NACIONES y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!

23 Diciembre: OH EMMANUEL, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador. de los pueblos, ¡ven a salvarnos, Señor Dios

Evangelio Mateo 1: 18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

—José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Reflexión sobre el Evangelio

Estamos en el cuarto domingo de Adviento. En este tiempo el sentimiento de esperanza se fija en María, a la que hoy contemplamos expectante a punto de dar a luz a Jesús el Mesías. Desde el décimo concilio de Toledo en el año 656, celebra la Iglesia el día de la Virgen de la Esperanza ocho días antes del Nacimiento de Jesús. También conocemos este día como la Virgen de la “Oh” pues así empiezan las antífonas del rezo de vísperas.

La lectura del evangelio de este domingo viene a continuación de una larga cadena de nombres que desembocan en este hecho individual, único y extraordinario. Mateo recoge la profecía de Isaías 7, 14 “Mirad: la joven está en cinta y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Dios-con-nosotros” que el profeta refiere seguramente a la esposa de Ajaz madre de Ezequías y la Iglesia aplica a María “muchacha, joven núbil”.

La maternidad de María es obra del Espíritu Santo. Recuerda otros nacimientos singulares en el Antiguo Testamento: Génesis 21, nacimiento de Isaac; 25, 23-26, nacimiento de Jacob; Jueces 3, 5, nacimiento de Sansón…

El nombre de Jesús enuncia y anuncia la salvación, una salvación moral, teológica y no política. Nacimiento que se anuncia a José, que era honrado, a través de un sueño que aparece en el Antiguo Testamento como una revelación fidedigna si viene de parte del Altísimo, algo parecido podemos leer en el libro del Eclesiástico 34, 1-8.

Por otra parte, la lectura de Pablo a los Romanos 1, 1-7 nos recuerda que nosotros somos llamados, como Pablo, a la conversión para transformarnos en siervos de Jesús Mesías y ser enviados como misioneros de la buena noticia (evangelio) de parte de Dios. Somos nuevos heraldos, como Isaías 40, 9. Esta pertenencia a Jesús Mesías nos colma de PAZ y de gracia.

El cuadro

Para acompañar la liturgia de este Domingo IV de Adviento, propongo “LA VIRGEN DE LA ESPERANZA” DE LA CATEDRAL DE LEÓN. Es una escultura en piedra que preside la capilla a la que da nombre. Realizada en el siglo XIII por algún artista anónimo conserva una vistosa policromía. Esta imagen tallada con un gran realismo seguramente formó parte de un conjunto escultórico de La Anunciación.

Los visitantes de la catedral de León pueden admirar entre el asombro y la devoción esta imagen que nos contempla con ojos sonrientes y serenos, nos mira de frente como miró al ángel Gabriel cuando le anunció su maternidad. Su rostro es de confianza en que los planes de Dios son también magníficos para cada uno de los que contemplamos esta sosegada y vital escultura.

Desde la segunda mitad del siglo séptimo, celebramos la fiesta de Santa María de La O, así llamada por el largo Oh que sostiene el coro en la antífona anterior al Magníficat del rezo de vísperas.

Javier Agra Rodríguez

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