Anuncio a los pastores

Anuncio a los pastores. William Henry Margetson, 1926

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.

De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el ängel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:

Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».

Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado».

Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.

Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores.

Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.

Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.

Lc, 2. 8-20

El anuncio a los pastores

En las representaciones artísticas debemos señalar la existencia de dos escenas diferentes, aunque consecutivas: el Anuncio a los Pastores y la Adoración de los pastores propiamente dicha.

Aunque resulta muy difícil de apreciar in situ, dadas las reducidas dimensiones de la tabla, Fra Angelico representó el anuncio a los pastores –sorprendidos por el mensaje del ángel– como escena secundaria al fondo de la composición dedicada a la Adoración de los Magos en la predela de La Anunciación pintada para el convento de Fiesole. Igualmente, encontramos el anuncio a los pastores en el Retablo de la Virgen y San Francisco, de Nicolás Francés, donde dos pastores, con el gesto de sus manos, manifiestan su sorpresa ante la aparición de un ángel que desciende de lo alto con una filacteria en la que puede leerse “Gloria in excelsis”, el comienzo de la alabanza de los ángeles hacia el recién nacido. También se representa el anuncio a los pastores en la tabla del Nacimiento de Cristo del Maestro de Sigena. Al fondo, justo en el centro de la composición, un ángel que sostiene una filacteria con la salutación angélica: “Gloria in excelsis [Deo]” (Gloria a Dios en las alturas) comunica la buena nueva a tres pastores que cuidan de sus rebaños.

Al igual que aparecían en algunas Natividades, como las pintadas por el Maestro de Sopetrán o el Maestro de Sigena, la presencia de los coros angélicos va a ser una constante en las representaciones de la Adoración de los pastores, escena que, al parecer, no se generaliza hasta el siglo XV, con algunos ejemplos aislados en el siglo anterior. A menudo llevan la filacteria con la leyenda latina de alabanza a Dios –como en las Adoraciones de los pastores pintadas por el Greco o Pietro da Cortona– pero en otros casos simplemente sobrevuelan el lugar observando lo que sucede bajo ellos; así puede verse en las interpretaciones de esta escena pintadas por Maíno o por Mengs. Únicamente Murillo suprime toda referencia a los ángeles, convirtiendo su Adoración de los pastores en una escena de vida cotidiana, desprovista de cualquier connotación milagrosa o sobrenatural.

Dirk Bouts, en su tabla de la Natividad-Adoración de los ángeles ofrece una solución intermedia entre el Anuncio y la Adoración de los pastores, al incluir a estos como testigos de la adoración del Niño por parte de sus padres y los ángeles pero sin tomar parte activa en la escena, observando lo que sucede a través de una ventana del muro que cierra el establo. Igualmente aparecen tres pastores mirando al Niño detrás de un muro en La Natividad de los Osona, y también el maestro de Sopetrán y Pieter Coecke incluyen a pastores como testigos de la Natividad y Adoración de los Ángeles.

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