Reflexión sobre el Evangelio

Después del período pascual y celebraciones posteriores, este Domingo XI del Tiempo Ordinario regresamos a la lectura del evangelio de Mateo que es quien nos acompaña en todo el Ciclo A.

El éxito de Jesús aumenta el trabajo. Jesús anima a que pidamos al Padre que envíe operarios a “su mies”. Él mismo reúne colaboradores suyos que vivirán cerca de él y junto a él aprenderán. En el mismo inicio del obrar de Jesús nacen las dos columnas sobra las que se sustenta la espiritualidad cristiana: Oración y Trabajo.

Jesús utiliza imágenes conocidas, la pesca, el pastoreo, el segador… oficios que serán encargo de Jesús, no iniciativa propia. Los elegidos serán doce como las tribus de Israel y serán apóstoles enviados, de extracción y mentalidad diferentes, nombres hebreros, griegos; para todos ellos, Jesús será el centro de unión.

Así ocurre a lo largo de los siguientes siglos. Los cristianos, todos discípulos, tenemos vocación de apóstol (que significa enviado), desde nuestras culturas y nuestras maneras de entender la vida y la espiritualidad; Jesús es nuestro centro de unión.

El cuadro                                                       

Para acompañar las lecturas bíblicas de este domingo, propongo el APOSTOLARIO DE LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA EN MOARVES DE OJEDA.

Este templo en la provincia de Palencia fue construido a finales del siglo XII y reconstruido más tarde como edificio gótico. Del período románico se conservan la portada en la fachada sur y la pila bautismal. En el románico palentino podemos encontrar diferentes apostolarios en relieves, este de Moarves de Ojeda es el que aporto a consideración común. El apostolario en dos grupos de seis apóstoles bajo arcos de cinco lóbulos separados entre sí por columnas y capiteles con hermosos detalles, está flanqueando una sugerente imagen del Pantocrátor.

El Cristo en majestad está esculpido dentro de una mandorla, bendice con su mano derecha mientras en la izquierda sujeta el libro de la vida, decorado con tanto esmero que se labró incluso el cierre. Rodean al Pantócrator los cuatro símbolos que representan a los evangelistas, es lo que se llama Tetramorfos (cuatro formas): Mateo con el símbolo en figura humana, Marco con el león, Lucas cuyo símbolo es el toro, Juan con el águila como símbolo. Cristo en majestad está esculpido igualmente con numerosos detalles en el peinado, su nariz, los ojos, los pliegues de la túnica.

Los apóstoles muestran, con mirada de siglos, una relación directa con Jesús y al mismo tiempo con los espectadores que inevitablemente nos sentimos impelidos a contemplar el templo y este fantástico friso. El conjunto de los doce apóstoles muestran los ojos dirigidos en todas las direcciones, como indicando que a toda la tierra alcanza su mensaje, que a todos los tiempos llega por su palabra la Resurrección salvadora de Jesús, el Cristo. Ellos son la puerta de entrada a la Jerusalén celestial.

Javier Agra Rodríguez